Sentencia T 452
Sentencia T 452
Sentencia T 452
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ACCIÓN JUDICIAL EN CONTRA DEL EJERCICIO PERIODÍSTICO
Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN-Modalidad de abuso del derecho
ESCRACHE-Origen/ESCRACHE-Contenido/ESCRACHE-Alcance
(…), el escrache es una de las estrategias feministas para dar a conocer episodios
de acoso y abuso sexual en contra de mujeres. Esta forma de denuncia permite
amplificar las voces de las mujeres víctimas las cuales pueden optar por mantener
anónimos sus nombres para evitar exponerse cara a cara frente a sus agresores, y
encuentra en el periodismo feminista aliadas con capital social y político que
contribuyen a que sus relatos lleguen a un público amplio, lo cual permite generar
debates al tiempo que se genera un efecto preventivo para toda la sociedad.
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PERIODISMO FEMINISTA-Ejercicio periodístico con perspectiva de
género
Magistrada ponente:
DIANA FAJARDO RIVERA
SENTENCIA
1. Dentro del proceso de revisión de los fallos dictados por el Juzgado Quinto
Penal del Circuito con Función de Conocimiento de Bogotá, el 4 de marzo de 2021
y por el Tribunal Superior de Bogotá, Sala de Decisión Penal, el 26 de abril de
2021.1
I. ANTECEDENTES
3. Ciro Alfonso Guerra Picón3 interpuso acción de tutela contra Catalina Ruiz-
Navarro y Matilde de los Milagros Londoño Jaramillo porque considera que la
publicación del reportaje “Ocho denuncias de acoso y abuso sexual contra Ciro
Guerra”, en el portal de Internet Volcánicas, el 24 de junio de 2020; así como las
declaraciones posteriores de las periodistas en diferentes medios de comunicación,
en las que lo señalan de haber cometido hechos delictivos, desconocen sus derechos
fundamentales al buen nombre, honra y presunción de inocencia.
1 Nota, la tutela fue inicialmente admitida y decidida por el Juzgado Doce Penal Municipal con Función de Control
de Garantías de Bogotá, el 8 de enero de 2021, en primera instancia; sin embargo, el Juzgado Cincuenta y Tres Penal
del Circuito con Función de Conocimiento de Bogotá, el 17 de febrero de 2021, en segunda instancia, decidió
declarar la nulidad de todo lo actuado, considerando que la demanda se dirigía contra un medio de comunicación. El
reparto correspondió entonces al Juzgado Quinto Penal del Circuito con Función de Conocimiento de Bogotá.
2 Teniendo en cuenta que el accionante relaciona a las periodistas Catalina Ruiz-Navarro y Matilde de los Milagros
Londoño como dueñas del medio digital Volcánicas y, comoquiera que la mayoría de sus pretensiones están dirigidas
a que dicho portal publique (una rectificación) o se abstenga de publicar (datos sobre el señor Ciro Alfonso Guerra
Picón que lo vinculen con hechos delictivos), la Sala, al igual que los jueces de instancia, entiende que la acción de
tutela está dirigida, entonces, contra el medio de comunicación digital Volcánicas.
3 Mediante apoderado, el abogado Fernando Triana Soto. El memorial de poder corresponde al primer anexo de la
acción de tutela.
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Hechos que motivan la solicitud de amparo4
6. Ciro Guerra (i) solo fue vinculado a la investigación a través de una llamada
telefónica realizada por Catalina Ruiz-Navarro el día de la publicación, en la cual le
hicieron preguntas que no se referían a los hechos puntuales aducidos en el
reportaje, así que no pudo ejercer defensa alguna; (ii) el relato publicado reservó
los nombres de las entrevistadas, por la presunta necesidad de proteger su
identidad, y (iii) además de las transcripciones de los testimonios, incluyó la
valoración de las periodistas sobre los hechos, que calificaron como constitutivos
de acoso y abuso sexual: las periodistas afirmaron y dieron por establecida la
responsabilidad de Ciro Guerra, a quien acusaron de hacer uso de su posición como
cineasta para incurrir en tales conductas, mediante la intimidación y el ejercicio
abusivo de poder sobre las supuestas víctimas.
10. Además, la noticia publicada por las demandadas fue replicada en otros
medios, como Noticias Uno11 y el diario El Tiempo.12
11. El accionante destacó que (i) no ha sido vinculado a ningún trámite judicial
por los hechos objeto del reportaje ni ha sido condenado por conductas de acoso
sexual y acceso carnal violento; y añadió que, en consecuencia, (ii) inició acción
penal en defensa de sus derechos contra las periodistas tuteladas, por la presunta
comisión del delito de calumnia y, en el marco de esta denuncia, 13 se celebró
audiencia de conciliación el 15 de julio de 2020, en la que solicitó a las periodistas
retractarse de sus afirmaciones y reparar los perjuicios materiales y morales
ocasionados; sin embargo, esta etapa concluyó sin acuerdo en razón a que las
periodistas afirmaron que contaban con el soporte probatorio que respalda sus
acciones. En un escenario diferente, con el objeto de lograr la rectificación, el
tutelante promovió solicitud de conciliación ante el Centro de Arbitraje y
Conciliación de la Cámara de Comercio de Bogotá, trámite que también fracasó.
14. En relación con la subsidiariedad, precisó que inició la acción penal contra
las demandadas por la presunta comisión del delito de calumnia; 15 no obstante,
dicha acción no garantiza con celeridad la protección de los bienes jurídicos que
valora lesionados,16 debido a que (i) es un director y productor colombiano de cine
con reconocimiento internacional, por lo que su imagen pública constituye un
elemento vital de su entorno social y laboral; (ii) las publicaciones y declaraciones
de las tuteladas tienen un impacto intenso y directo en su buen nombre e imagen
pública, así como la potencialidad real de afectar sus proyectos y trabajo actual; 17
(iii) esta afectación inminente es más visible si se tiene en cuenta que el artículo ha
sido traducido y publicado en tres idiomas para causar el mayor impacto posible en
su vida profesional.
16. Finalmente, se refirió a los dos escenarios de conciliación en los que les
solicitó a las accionadas que rectificaran y se retractaran de lo afirmado en el
reportaje, escenarios en los cuales no se llegó a ningún acuerdo (supra, 11).19
18. En este sentido, han mencionado que algunos de los proyectos de Ciro
Guerra se han financiado con recursos públicos -por lo tanto, de los impuestos- que
le han permitido alcanzar el prestigio nacional e internacional que ostenta, poder
que utiliza “para acosar y abusar mujeres”. Las publicaciones y declaraciones de
las demandantes, en consecuencia: “(…) revelan […] una intención que supera la
de dar a conocer un hecho noticioso, dirigiendo sus actuaciones para generar una
suerte de ajusticiamiento privado en contra de quien declaran culpable de unas
supuestas conductas que les habrían sido puestas en conocimiento por las
supuestas víctimas, realizando aseveraciones dirigidas a afectar su buen nombre y
su honra, al calificarlo […] como un acosador y abusador sexual (…).”
19. En cuanto a la lesión del derecho al debido proceso, advirtió que no existe
sentencia condenatoria en su contra y -según el mismo reportaje- las presuntas
víctimas no tienen intención de denunciar, por lo cual no puede ser señalado, como
lo hicieron las periodistas, como infractor de la ley penal y autor material de las
conductas de acoso y abuso sexual. Agrega que dicha lesión es de pleno
conocimiento de las demandadas, en razón a que así lo manifestaron abiertamente
en sus declaraciones y, en esa medida, son responsables por sus acciones y el daño
causado:
“Es de tener en cuenta, que ante las graves acusaciones y atendiendo a los
escándalos que han rodeado el séptimo arte, cualquier velo de duda que se
cierna sobre una de las personas que trabajan en ese medio, genera cautela en
los otros miembros para continuar o construir nuevas relaciones con quien es
vinculado a conductas del tipo de las que ha sido señalado por las periodistas
del señor CIRO ALFONSO GUERRA, por lo que se evidencia que ante la
impotencia absoluta de una respuesta eficaz e inmediata de la justicia ante las
actuaciones iniciadas ya por el accionante, el amparo constitucional que se
solicita se muestra como la única vía idónea (…).”
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21. En cuanto a la libertad de información, destacó que su ejercicio se enmarca
en los principios de veracidad e imparcialidad, los cuales deben ser garantizados
por quien emite el mensaje (Sentencia T-117 de 2018). 20 En atención a estos
parámetros, de llegarse a comprobar que las declaraciones reproducidas fueron
recibidas por las tuteladas, su actuación sigue siendo lesiva de sus derechos en
tanto las periodistas no se limitaron a dar una noticia sino a calificar, “con absoluta
certeza y sin beneficio de duda alguna”, su presunta responsabilidad “delictiva”.
En este escenario, “salvo prueba irrefutable” no está permitido generar una idea de
culpabilidad como ocurrió en este asunto: “De ahí que cualquier aseveración que
se dirija a dar por ciento (sic) ante la opinión pública la ocurrencia real de un
hecho delictivo y la responsabilidad de una persona en el mismo, deberá contar
con un respaldo judicial que apoye dichas aseveraciones, pues de lo contrario lo
manifestado carece de veracidad (…).”
Pretensiones
25. Advirtieron que este caso es paradigmático por las discusiones subyacentes
en materia de (i) libertad de expresión y de pensamiento, (ii) el fenómeno de
violencias basadas en el género ampliamente normalizado como un asunto que,
como parece comprenderlo el accionante, no constituye una infracción al derecho
sino que se enmarca en su vida privada y en sus relacionamientos personales y
profesionales, y (iii) las actuaciones de silenciamiento o censura a la prensa, a partir
del uso inadecuado de las vías judiciales por parte de Ciro Alfonso Guerra Picón,
incluida la constitucional.
26. Sobre el mal uso de los mecanismos judiciales, las accionadas indicaron que
antes de esta petición de amparo se interpuso otra acción de tutela, cuyo
conocimiento asumió el Juzgado Treinta y Seis Civil Municipal de Bogotá el 5 de
noviembre de 2020 y fue fallada desfavorablemente a las pretensiones del señor
Guerra Picón el 17 de noviembre de 2020. Interpuesta la impugnación respectiva,
el juez de segunda instancia declaró la nulidad de todo lo actuado durante la
primera instancia, incluyendo el auto admisorio de la demanda, pues encontró que
no se había vinculado al trámite a los portales de Internet, redes sociales,
buscadores y demás plataformas en las que se encuentra información relacionada
con el reportaje que motivó la queja del tutelante. El proceso se devolvió al
Juzgado de primera instancia y, antes de que se profiriera un nuevo auto admisorio,
22 Matilde de los Milagros Londoño Jaramillo le otorgó poder a la abogada María Camila Correa Flórez:
https://siicor.corteconstitucional.gov.co/controldeprocesos/file.php?archivo=14%20Accionada%20Matilde
%20Otorga%20Poder%20%20Abogada.pdf&var=11001310400520210004400-(2021-09-15%2006-49-08)-
1631706548-14.pdf&anio=2021&R=1&expediente=11001310400520210004400; y, Catalina Ruiz Navarro a Ana
Bejarano Ricaurte: https://siicor.corteconstitucional.gov.co/controldeprocesos/file.php?archivo=12%20Accionada
%20Catalina%20Ruiz%20Otorga%20Poder%20Abogada.pdf&var=11001310400520210004400-(2021-09-
15%2006-49-08)-1631706548-12.pdf&anio=2021&R=1&expediente=11001310400520210004400.
23 Escritos del 26 de diciembre de 2020. En el escrito presentado por la abogada Ana Bejarano Ricaurte se
menciona -erróneamente- que actúa en representación de Matilde de los Milagros Londoño Jaramillo.
11
el accionante solicitó el retiro de la acción. Mediante auto del 18 de diciembre de
2020 resolvió “[e]n atención a la solicitud elevada por el apoderado de la parte
accionante y como quiera que el Juzgado 9o Civil del Circuito de esta ciudad,
declaró la nulidad de lo actuado inclusive del auto mediante el cual se avocó
conocimiento, de conformidad con el artículo 92 del Código General del Proceso,
se autoriza el retiro de la acción de tutela de la referencia. Por secretaría déjense
las constancias respectivas y archívese el presente asunto.”24
28. Señalaron también (vii) que la traducción del reportaje a varios idiomas
obedece a una práctica común y que la cobertura realizada por distintos medios
responde al interés público que este despertó. Destacaron que en ninguna de las
entrevistas se llamó “violador” al tutelante y que como periodistas dieron su
opinión sobre hechos que, “cuidadosa y responsable[mente]” informaron, “frente
a los cuales existen bases creíbles que les permiten opinar y pensar de manera
sustentada que el señor Guerra sí incurrió en actuaciones correspondientes con el
abuso y acoso sexual.” Adujeron que, (viii) contrario a lo dicho por el tutelante, la
Fiscalía General de la Nación sí ha indagado las conductas de las que se acusa a
Ciro Alfonso Guerra Picón, como dan cuenta algunas actuaciones adelantadas por
la Fiscalía 219 Seccional Unidad de Delitos Sexuales.25
30. Para las demandadas la tutela es improcedente, dado que el accionante (i) ha
acudido a las vías judiciales previstas por el ordenamiento para la protección y
reparación de los bienes fundamentales que considera lesionados con la publicación
periodística, en particular, las jurisdicciones penal y civil; (ii) la Fiscalía General de
la Nación está investigando una denuncia contra el tutelante por violencia sexual,
por lo cual es en dicho escenario en el que debe determinarse si los hechos
ocurrieron; (iii) la acción de tutela, de naturaleza concreta y expedita, procede
excepcionalmente para proteger los derechos al buen nombre y a la honra, pero no
es la vía adecuada en este caso, pues involucra una causa de violencia sexual, que
requiere la adopción de medidas judiciales especiales para evitar una
revictimización. Destacaron que “el accionante busca presionar a las
denunciantes a enfrentarlo judicialmente, o en su defecto, alegar que los relatos
son ficcionales ante la negatoria de las víctimas a acudir a las vías judiciales.”
32. Por último, para las accionadas (vi) no se cumple con el requisito de
inmediatez, en tanto transcurrieron más de tres (3) meses entre la publicación
realizada en el portal Volcánicas y la presentación de la acción de tutela.
26 Sentencias T-263 de 2010. M.P. Juan Carlos Henao Pérez; T-593 de 2017. M.P. Carlos Bernal Pulido y T-121 de
2018. M.P. Carlos Bernal Pulido, entre otras sentencias.
27 Artículo 76 de la Ley 23 de 1991.
13
informar hechos de tal manera que se acerquen a una verdad fundamentada, a partir
de un ejercicio responsable de verificación de fuentes y documentación. 28
34. En esta misma dirección, el argumento del tutelante acerca de que, sin una
decisión judicial, no está permitido que un medio de comunicación realice
manifestaciones que revisten interés público parece convincente. Sin embargo,
aceptarlo tendría un efecto devastador para el periodismo investigativo y golpearía
con mayor intensidad a las denuncias sobre violencia sexual como una forma de
violencia contra la mujer. Esto es así porque (i) probar tales conductas
judicialmente es complejo, pues se desarrollan en ámbitos privados, (ii) pese a su
interés público el sistema judicial se ha mostrado poco eficaz para investigarlas y
juzgarlas, (iii) existe un gran estigma social para las denunciantes, y (iv) hay un
alto índice de impunidad en torno a estos delitos.
37. Bajo esta distinción, precisaron que han sido cuidadosas porque cuando
informan hechos se han asegurado que cumplan con el requisito de veracidad,
dando voz a personas vulnerables, y cuando exponen su opinión, han indicado que
“es su pensamiento y no que estén declarando la responsabilidad penal del
accionante. Por ejemplo, como confiesa el demandante en el hecho 3.16, una de
las demandas indicó que ‘por supuesto que pienso que CIRO GUERRA es
culpable’.”
39. Igualmente, las tuteladas destacaron que la solicitud que realizó el tutelante
en este trámite constitucional, relacionada con que no mencionen a Ciro Alfonso
Guerra Picón en el futuro, constituye una violación a la prohibición de censura
previa, contrariando lo dispuesto en el artículo 20 superior. 29 Al respecto, agregaron
que: “[…] tras la publicación del cuestionado reportaje, más mujeres se han
puesto en contacto con las periodistas accionadas para manifestar historias
similares a las que se relataron por primera vez y las mismas se encuentran en
proceso de verificación. La solicitud de censura previa [elevada por Ciro Guerra]
busca silenciar esos y otros relatos.”
29 Advierte que un caso similar fue fallado por la Corte Constitucional en la Sentencia T-391 de 2007 (M.P. Manuel
José Cepeda. SV. Rodrigo Escobar Gil), de manera que existe precedente en la materia.
30 Documento suscrito por Santiago Díaz Castro, representante legal de Comunican S.A., sociedad editora de El
Espectador. https://siicor.corteconstitucional.gov.co/controldeprocesos/file.php?archivo=16%20Respuesta
%20Accionado%20El%20Espectador.pdf&var=11001310400520210004400-(2021-09-15%2006-49-08)-
1631706548-16.pdf&anio=2021&R=1&expediente=11001310400520210004400
31 Al respecto afirmó que “era cierto y verificable” que: (i) el 24 de junio de 2020 se publicó un reportaje por el
portal Volcánicas, que dio cuenta de ocho testimonios de mujeres en contra de Ciro Alfonso Guerra Picón, quienes lo
acusan de acoso y abuso sexual; (ii) Catalina Ruiz Navarro concedió una entrevista a El Espectador, con el tema
principal abordado en dicha publicación y (iii) la citada periodista realizó afirmación a ese medio, que no son
imputables a El Espectador.
32 “La imparcialidad de El Espectador está dada en que la publicación se hizo sin ánimo expreso de presentar
como ciertos hechos falsos, obrando sin la intención directa y maliciosa de perjudicar el derecho al honor y el buen
nombre del señor CIRO ALFONSO GUERRA PICÓN, alternando en la entrevista hecha a la señora CATALINA
RUIZ-NAVARRO, las declaraciones hechas por el señor GUERRA PICÓN en relación con las denuncias que por
acoso y abuso sexual se hicieron públicas a través del reportaje presentado en la revista feminista Volcánicas, sin
asumir este medio de comunicación ninguna posición al respecto, no realizando ningún juicio de valor en contra del
señor GUERRA PICÓN, ni atribuyéndole responsabilidad alguna.”
33 En su intervención, El Espectador también cuestionó la competencia de un juez municipal para conocer de este
caso, en atención a la regla especial regulada en esta materia en el artículo 37, inciso 3º, del Decreto 2591 de 1991.
15
42. La Casa Editorial El Tiempo S.A.34 adujo su falta de legitimación en la
causa por pasiva, destacando para el efecto que, en la acción de tutela, Ciro Alfonso
Guerra Picón no fundamentó acusación alguna contra este medio. Agregó que
sobre este asunto El Tiempo efectuó dos publicaciones, la primera, del 24 de junio
de 2020 a través del canal de Youtube,35 titulada “Antes de juzgar, esperemos que
la justicia evalúe, responde Ciro Guerra”; y, la segunda, del 26 de junio de 2020, 36
efectuada por la subeditora Yineth Bedoya, que corresponde a una entrevista a
Catalina Ruiz-Navarro, en la cual la primera “se limita a escuchar y abre la
posibilidad de opinión sobre el tema.” Por lo expuesto, concluyó que como
entidad de derecho privado no está llamada a proteger los derechos invocados por
el tutelante.
43. Publicaciones Semana S.A.37 solicitó ser desvinculada del trámite pues su
intervención en los reparos del tutelante contra las periodistas demandadas
consistió en una entrevista realizada por Victoria Eugenia Dávila y Jairo Lozano a
Catalina Ruiz-Navarro,38 denominada “Ciro Guerra y las denuncias por acoso y
abuso sexual: esta es la información -Semana Noticias”, en la cual no hubo
señalamientos por parte de Semana S.A. Además, indicó que (i) el tutelante no
demandó a Semana y no efectuó una solicitud de rectificación al medio; con todo,
concluyó, (ii) Semana no ha lesionado derecho alguno del reclamante, pues fue la
entrevistada quien “se ratificó en sus expresiones relacionadas con una serie de
acontecimientos, sin que de parte de los entrevistadores hubieran sido construidos
juicios de valor ni calificaciones en uno u otro sentido respecto de la situación
fáctica publicada en su momento en el artículo “VOLCÁNICAS” del 24 de junio
(…).”39
45. Mediante fallo del 4 de marzo de 2021, 40 el Juzgado Quinto Penal del
34 Mediante su representante legal para fines judiciales, Carlina Cerón Vivas.
https://siicor.corteconstitucional.gov.co/controldeprocesos/file.php?archivo=17%20Respuesta%20Accionado%20El
%20tiempo.pdf&var=11001310400520210004400-(2021-09-15%2006-49-08)-1631706548-
17.pdf&anio=2021&R=1&expediente=11001310400520210004400.
35 https://www.youtube.com/watch?v=qWBqywDSWsM.
36 https://www.youtube.com/watch?v=BUgUOgIOCqY.
37 Respuesta suscrita por la apoderada general, Julia Prado Cantillo.
38 https://www.youtube.com/watch?v=ghMeFCiysiw&t=3s.
39 Semana cuestionó la competencia del juez municipal para conocer de este asunto.
40 El proceso había sido asignado inicialmente al Juzgado Doce Penal Municipal con Funciones de Control de
Garantías de Bogotá, el cual, avocó conocimiento de la acción, integró el contradictorio y profirió sentencia de
primera instancia el 8 de enero de 2021. No obstante, mediante Auto del 17 de febrero de 2021, el Juzgado Cincuenta
y Tres Penal del Circuito con Función de Conocimiento de Bogotá declaró la nulidad de todo lo actuado con base en
16
Circuito con Función de Conocimiento de Bogotá resolvió “negar por
improcedente” el amparo, por considerar que no cumple con el requisito de
subsidiariedad y no se demostró el riesgo de un perjuicio irremediable. El Juzgado
sostuvo que lo publicado por las accionadas son historias de varias mujeres en
cuyos relatos no se afirma una condena o culpabilidad en cabeza de Ciro Alfonso
Guerra Picón; consideró que las periodistas “simplemente se limitan a comentar la
situación ocurrida y a mencionar lo relatado por las presuntas víctimas”,41 en
ejercicio legítimo de la libertad de expresión sin desconocer los derechos
fundamentales del actor. Agregó que se encontraba en curso un proceso penal
relativo a la presunta comisión del delito de calumnia en contra del aquí accionante,
siendo indiciadas las accionadas; en consecuencia, sostuvo, esa es la vía pertinente
para resolver el conflicto aquí planteado.
d. Impugnación
51. Además, dice, “se dedicaron a sacar conjeturas sobre unos hechos
inexistentes, que no tienen sustento en los presuntos relatos que se habrían
transcrito en el reportaje, y que tampoco son simples ‘opiniones’ sobre la
situación narrada, sino que son inventos producto de la imaginación de las
periodistas, que por tanto carecen de absoluta veracidad y soporte, todo ello para
que el público adopte como cierta la conclusión que ellas abiertamente señalan en
su publicación (…).”47 Por otra parte, las periodistas faltaron a la obligación de
presentar el contraste de las versiones, ya que no permitieron que el accionante
ejerciera correctamente el derecho de réplica. Todo lo anterior demuestra, según el
impugnante, que la decisión de primera instancia no se acompasa con la realidad
procesal. Finalmente, aclaró que no se pretende que no se publiquen hechos
noticiosos, sino que se haga solo de manera responsable.
52. El apoderado del tutelante señaló que, si bien existen otros mecanismos
judiciales -a los que incluso ya ha acudido-, lo cierto es que no son idóneos para la
54. La Sala de Decisión Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Bogotá dictó sentencia de segunda instancia el 26 de abril de 2021. En esta, revocó
la decisión de primera instancia y concedió el amparo al señor Ciro Alfonso Guerra
Picón y ordenó a las accionadas rectificar la información contenida en su reportaje,
con apego a los principios de veracidad e imparcialidad.
55. La Sala citada consideró que, si bien los y las periodistas pueden hacer
denuncias públicas y presentar información sobre hechos que podrían ser
constitutivos de delitos, el reportaje de Las Volcánicas no satisface los estándares
49 “(…) ¿qué sucederá si después de todo este despliegue ‘informativo’ y pasados los varios años que
infortunadamente tarda la actuación judicial, el señor CIRO GUERRA sale absuelto o peor aún, jamás es
investigado por los hechos? ¿Será posible que de alguna manera se retrotraigan los efectos del actuar poco
profesional de las periodistas que le han venido causando en este momento?” Escrito de impugnación, pág. 22.
50 Escrito de impugnación, págs. 19 y 20.
51 Escrito de impugnación, págs. 23 a 27.
52 Escrito de impugnación, pág. 23.
53 Escrito de impugnación, pág. 26.
54 Escrito de impugnación, pág. 27.
19
de veracidad e imparcialidad. El primero, debido a que algunos apartes de la nota
periodística conducen a entender que, en efecto, Ciro Alfonso Guerra Picón fue
condenado por hechos delictivos; y el de imparcialidad, pues las periodistas no
concedieron al peticionario un espacio para presentar su punto de vista, debido a
que no fue contextualizado sobre los hechos y las denuncias durante la llamada que
le realizaron. En criterio del juez constitucional de segunda instancia, las
periodistas debieron asumir una carga mayor para asegurar la seriedad de la
investigación periodística, en especial, en consideración a la gravedad de los
hechos recogidos en este reportaje.
58. El apoderado del accionante presentó un documento que gira en torno a los
límites del ejercicio de la libertad de expresión cuando es ejercida por periodistas,
frente a los “derechos de las personas que terminan vinculadas con los hechos
sobre los cuales se publica, a las que se acusa de incurrir en conductas delictivas
que no han sido objeto de investigación ni juzgamiento por parte de las
autoridades judiciales.”62
59. Para tal efecto, reiteró varios de los argumentos expuestos en la tutela y otros
momentos procesales; y precisó que, de acuerdo con la jurisprudencia de la Corte
(sentencias T-525 de 1992 y SU-274 de 2019), cuando no existe respaldo judicial
sobre la comisión de un delito, cualquier información que sobre ello se difunda
deberá “adoptar formas lingüísticas condicionales o dubitativas, que denoten la
falta de seguridad sobre su responsabilidad”,63 por lo que no se pueden emitir
juicios de valor sobre la responsabilidad de una persona que ni siquiera ha sido
escuchada, como aconteció con su poderdante.
60. Al respecto, destacó que los relatos publicados por quienes serían las
víctimas no incluyeron calificativos sobre la persona acusada ni sobre los hechos,
“por lo que todas las afirmaciones sobre la culpabilidad de mi poderdante fueron
realizadas directa y exclusivamente por las autoras del artículo, lo que hace que
[…] ellas sean las directas responsables tanto de la inexactitud de lo que dicen
como de las consecuencias derivadas de ello.”64 Finalmente, llamó la atención en
que los medios de comunicación -o la opinión pública, en general. no pueden ser
tribunales que juzguen conductas, ya que solo las autoridades judiciales pueden
“definir responsabilidades, luego de un procedimiento institucionalizado, que debe
59 A la Fundación Karisma, el Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad (Dejusticia), Sisma Mujer, la
facultad de Derecho de la Universidad de los Andes (Grupo de Investigación de Derecho y Género) el departamento
de Derecho Penal de la Universidad Externado de Colombia y el Colegio de Abogados Penalistas de Colombia.
60 La Secretaría destacó que no se recibieron intervenciones de la Fundación Karisma, Sisma Mujer, la facultad de
Derecho de la Universidad de los Andes (Grupo de Investigación de Derecho y Género), el departamento de Derecho
Penal de la Universidad Externado de Colombia ni del Colegio de Abogados Penalistas de Colombia.
61 Notificación por estado N° 073 de 24 de mayo de 2022 y comunicada con oficio OPT-A-270/2022 de la misma
fecha.
62 Intervención de la parte accionante de 5 de noviembre de 2021, pág. 1.
63 Intervención de la parte accionante de 5 de noviembre de 2021, pág. 4.
64 Intervención de la parte accionante de 5 de noviembre de 2021, pág. 4.
21
ser respetado con todas sus condiciones”,65 como lo es el derecho de defensa, entre
otras garantías.
63. Sobre el acoso judicial. Las abogadas señalaron que a pesar de reformarse la
demanda civil y de ordenarse en sede constitucional una rectificación, en ese
primer proceso se mantuvo la pretensión de retirar del portal de Volcánicas el
artículo publicado el 24 de junio de 2020 y rectificar las declaraciones realizadas
contra Ciro Guerra “en las cuales se le califica como acosador y abusador sexual,
para que las mismas cumplan con los parámetros establecidos por la
Jurisprudencia (…).”68 Lo anterior, en concepto de aquellas, “pone en evidencia la
mala fe del actor, quien ha demostrado su intención de activar todas las vías
jurisdiccionales posibles para que decidan sobre un mismo asunto, generando una
peligrosa inseguridad jurídica.”69 Sobre esto último, destacaron que el accionante
ha hecho un uso desproporcionado del sistema legal para silenciar a las periodistas,
dado que ha ventilado el mismo conflicto y planteado pretensiones idénticas ante
65 Sobre el particular, preguntó lo que sucedería si se reemplazan a los jueces por la opinión pública: “ ¿Sobraría
entonces la institucionalidad de los jueces para establecer las verdades sobre los comportamientos delictivos que
primero sean informados y juzgados por los medios de comunicación y los periodistas? ¿Cuál sería el control para
el ejercicio de la defensa de los implicados en los hechos en este tipo de juicio? ¿Cómo se juzgaría la verdad de las
declaraciones que se realicen y que fundamentan las acusaciones que se realicen? ¿Se convertirían en un daño
legítimo las consecuencias sociales, familiares y económicas que puede enfrentar una persona, que ante la opinión
pública es señalada como responsable de una conducta delictiva, sobre la cual no existe una investigación y/o
pronunciamiento de autoridad? ¿Cómo se resarcen esos daños, si pasado el tiempo se comprueba que la conducta
no existió o que la persona no es responsable de ella?” Intervención de la parte accionante de 5 de noviembre de
2021, pág. 9.
66 Intervención de la parte accionada de 9 de febrero de 2022, pág. 2.
67 Intervención de la parte accionada de 9 de febrero de 2022, pág. 2.
68 Intervención de la parte accionada de 9 de febrero de 2022, pág. 4.
69 Intervención de la parte accionada de 9 de febrero de 2022, pág. 4.
22
jueces distintos: (i) presentó una primera acción de tutela que retiró, e instauró una
nueva idéntica, que es objeto de revisión; (ii) instauró de manera simultánea
acciones penales, civiles y constitucionales por los mismos hechos; y (iii) solicitó
pretensiones de censura idénticas en el marco de los procesos constitucionales y
civil.70
70 Para demostrar las similitudes entre los procesos de tutela y civil, realizaron un cuadro comparativo. Intervención
de la parte accionada de 9 de febrero de 2022, págs. 5 y 6.
71 Intervención de la parte accionada de 9 de febrero de 2022, pág. 7.
72 Cfr. Sentencias T-259 de 1994, T-066 de 1998, T-626 de 2007, T-040 de 2013 y T-117 de 2018. En esta última la
Corte reiteró que en esos eventos “los medios de comunicación deben limitarse a hacer la exposición objetiva y
escueta de lo acaecido, absteniéndose de hacer análisis infundados y de inclinar, sin evidencias, las opiniones de
quienes reciben la información.” Intervención de la parte accionante de 26 de mayo de 2022, págs. 2 y 3.
73 En este punto destacó las entrevistas concedidas por Catalina Ruiz Navarro en Semana (24 de junio de 2020) y en
Blu Radio (25 de junio de 2020).
74 “Si bien, como lo ha reconocido la Corte, para la difusión de un hecho noticioso que vincula comportamientos
que pueden constituir delitos, no es necesario que el periodista deba aguardar a una decisión de autoridad, si (sic)
que es indispensable contar con ese respaldo, cuando en la información que se incluye en la noticia se destaca la
declaración de la responsabilidad personal de alguien en comisión de esos hechos, pues en realidad la difusión de
estas aseveraciones equivale a la declaración de una condena ante la opinión pública, que para poder realizarse
debe contar con soporte real, pues en caso contrario, decir que alguien es culpable de algo de lo cual la autoridad
competente no se ha pronunciado, constituye una calumnia en su contra y así debe ser evaluado .” Intervención de la
parte accionante de 26 de mayo de 2022, pág. 10.
75 Intervención de la parte accionante de 26 de mayo de 2022, pág. 11.
23
en la acción de tutela y en el escrito de impugnación acerca de que las periodistas
también desconocieron el principio de imparcialidad.
66. Así las cosas, señaló nuevamente que el incumplimiento de las cargas de
veracidad e imparcialidad en la información por parte de las periodistas vulneró los
derechos de Ciro Guerra, quien no está en una posición privilegiada, “pues lo
cierto es que aquellas son quienes tienen acceso de primera mano a los medios y
quienes han tenido la posibilidad de difundir, como mejor les ha parecido, toda la
información tanto en relación con su publicación, como posteriormente en lo que
respecta a las acciones iniciadas por CIRO ALFONSO GUERRA, quedando a mi
poderdante únicamente el camino de actuar por las vías legales (…)”,76 lo cual es
lo mínimo que puede hacer una persona que resulta afectada en sus derechos y
bienes por la actuación de otro, sin que por ese hecho sea considerado como un
abusador del sistema legal.
72. Señaló que en sus investigaciones ha observado que existe una práctica
periodística que no responde a la presunción de inocencia pues cuando los medios
de comunicación informan sobre asuntos penales refiriéndose a los indagados o
investigados como “presunto criminal”, “presunto violador”, “presunto asesino”,
“presunto acosador”, entre otros, generan juicios, valoraciones o atribución de
responsabilidad de manera encubierta o velada. El interviniente consideró,
entonces, que en el caso concreto en el que se debate la posible comisión de delitos
de violencia sexual en contra de mujeres es relevante la existencia de un proceso
penal en curso, porque el tipo de información que se difunde despierta en la
80 Sentencias T-145 de 2016; T-121 de 2018; T-117 de 2018; T-277 de 2018; T-243 de 2018; T- 244 de 2018 y T-
102 de 2019.
81 Intervención de POLCRYMED, pág. 7.
82 Consagrado en el artículo 9 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, en el artículo 11 de
la Declaración Universal de Derechos Humanos, en el artículo 8 de la Convención Americana de Derechos
Humanos, y en el artículo 9 de la Constitución Política de Colombia
83 Intervención de POLCRYMED, pág. 9.
25
ciudadanía interés, furor e indignación sin que sea necesario exigir un fallo judicial
para informar sobre la ocurrencia de tales hechos porque, siguiendo la
jurisprudencia constitucional, sería una carga desproporcionada hacia la víctima. 84
79. Esta forma de denuncia pública ha sido usada en los últimos años de manera
masiva por mujeres que, a través de las redes sociales digitales, reivindican una
86 Ibidem, pág. 23.
87 Ibidem.
88 Ibidem, pág. 17.
27
vida libre de violencias. En este orden de ideas, consideró que la misma difiere del
ejercicio de la actividad periodística, en tanto que los periodistas tienen un rol
social específico que les demanda mayor atención al cumplimiento de los
estándares de la noticia y la información que divulgan.
81. Sostuvo que para los movimientos feministas el acceso a los medios de
comunicación digitales, así como a las redes sociales, en el marco de denuncias por
hechos de violencias basadas en género es muy importante, pues es un mecanismo
democrático y un espacio no hegemónico que permite a las mujeres denunciar las
situaciones por las que han atravesado y empoderarse al transmitir ese tipo de
hechos.
82. Advirtió que las mujeres víctimas de violencias basadas en género tienen una
alta probabilidad de ser expuestas a escenarios de revictimización o de violencia
institucional en el marco de los procesos judiciales que pudieran adelantar; de ahí la
importancia y necesidad de poder acudir a las redes sociales y a los medios
digitales como elemento esencial para la protección y garantía de sus derechos y,
en algunos escenarios, prevención frente a los hechos de violencia.
83. En cuanto al caso bajo estudio, destacó, como factores a tener en cuenta en el
ejercicio de ponderación de derechos que este supone, la posición asimétrica en la
que se encuentran el accionante, por un lado, y las mujeres que se consideran sus
víctimas, por otro. El primero es un director de cine de talla internacional nominado
a prestigiosos premios por su gremio de trabajo; las ocho mujeres cuyas denuncias
presentaron las accionadas son ciudadanas del común. Estas mujeres decidieron
exponer sus casos “de manera segura al no tener que mostrar sus nombres y
mantener sus datos protegidos, los cuales resultan esenciales para evitar
escenarios de revictimización; adicionalmente, permite que, en esa
desproporcionada relación de poder, las cargas puedan equilibrarse un poco a
favor de las mujeres víctimas de violencias y discriminación al no sentirse solas
frente a las denuncias realizadas, al sentir el apoyo que estos medios de
comunicación, desde la movilización social, podrían llegar a darles.”89 El otro
aspecto que consideró transversal al caso es la existencia de discursos
especialmente protegidos como el de la salvaguarda de los derechos humanos de
las mujeres, que en el caso concreto se encuentra unido estrechamente a la
protección de la actividad periodística.
89. Advirtió que la ineficacia del sistema de justicia para abordar y resolver
casos de violencia contra las mujeres ha sido documentada por la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos mediante informes en los cuales recomienda
a los Estados adoptar medidas que les permitan a las mujeres contar con recursos
idóneos y efectivos para abordar tales casos. 92 Este asunto se ve reflejado a nivel
interno en la desconfianza de las mujeres frente al sistema penal; destaca que,
según los datos del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, entre
marzo y noviembre de 2020, se practicaron 9.652 exámenes médico legales por
presuntos delitos sexuales,93 y pese a que se incrementó significativamente el
número de llamadas a las líneas de atención relacionadas con violencia de género
entre marzo y noviembre de 2020, comparado con el mismo periodo del 2019,
muchas de estas llamadas no llegaron a ser denuncias formales y aproximadamente
un 90% de los casos de violencia sexual denunciados en Colombia quedan en la
impunidad.94
90. En este contexto, el ciberactivismo feminista que tiene lugar en las redes
sociales, medios digitales, e incluso medios impresos constituye, en su opinión, una
forma de denuncia pública en el que (i) el testimonio de una persona puede motivar
a otras a contar su historia, (ii) tramitar el dolor de las víctimas para salir de la
herida, (iii) generar una condena social hacia las personas represoras y llamar la
atención sobre una problemática silenciada por años, (iv) propiciar la solidaridad y
empatía entre ellas, para que decidan cuidarse y protegerse entre ellas, (v)
desarrollar el empoderamiento femenino y (vi) denunciar la ineficacia del derecho o
incitar una relectura de las definiciones legales sobre violencia de género.95
92. Destacó que Ciro Alfonso Guerra Picón es una persona pública y famosa lo
cual genera “un desbalance y una asimetría” frente a las ocho mujeres que
narraron los hechos de violencia sexual, quienes son actrices desconocidas o
mujeres buscando labrarse un nombre en el mundo del cine. Por su parte, las
periodistas accionadas “no realizaron un encuadre de los hechos narrados bajo el
tipo penal de acoso o abuso sexual que, si bien existen en la legislación penal,
ellas no tienen la autoridad jurídica para realizar una acusación que tenga el peso
de llevar al implicado a las instancias de justicia. En ninguna parte del reportaje
se establece que las conductas encuadran en un tipo penal específico citando una
norma penal. Es más, desde una visión jurídica, uno de estos testimonios puede
considerarse no como acoso o abuso sexual, sino como violación sexual.”96
93. Agregó que la investigación adelantada por las periodistas siguió los
estándares periodísticos de veracidad que no son los mismos estándares legales de
prueba; y recuerda que según la jurisprudencia constitucional colombiana la
aplicación de los estándares de veracidad e imparcialidad que rigen las
investigaciones periodísticas no debe generar “un efecto silenciador o inhibidor del
debate y de la difusión de informaciones de alta relevancia pública.”97
96. Por último, resaltó que, desde las teorías feministas y de género, acudir al
periodismo independiente feminista u otros medios de comunicación digital como
mecanismos alternos de denuncia social es una vía para exponer hechos de
violencia de género, para informar, dar voz y empoderar a las mujeres que la
experimentan; su objetivo no es juzgar ni acusar formalmente al presunto agresor
tipificando conductas delictivas. Su meta tampoco es vulnerar los derechos
fundamentales de las personas implicadas, que generalmente son hombres con
mayor poder, reconocimiento y prestigio social que las mujeres. “La intención es
dar a conocer información de relevancia pública e interés social contando los
hechos de violencia de género, utilizando la multifuncionalidad del testimonio,
pues el rompimiento del silencio les permite enlazar experiencias similares, dando
paso a la empatía y sororidad por medio de redes sociales, e incluso […] la
socialización de sus experiencias traumáticas les permite empoderarse dentro de
un uso terapéutico y que puedan afrontar esta situación desde un entorno social
acompañadas y respaldadas por miles de mujeres.100 Alzar la voz, ha permitido que
en las redes sociales se puedan multiplicar anécdotas que tienen impactos en
proporciones gigantes, impulsando a otras mujeres a hablar sobre situaciones
similares o completamente diferentes, creando en las redes una viralización de
historias referentes a la violencia de género.101”102
d. Media Defence
98. Respecto al primer punto, señaló que el periodismo, además de ser un “foro
para el debate público” y un mecanismo que potencializa el diálogo social, tiene un
rol fundamental en la difusión de información sobre la violencia contra la mujer
basada en género, y para generar cambios sociales en relación con este fenómeno.
La prensa, afirmó, es un espacio que permite que las mujeres, tradicionalmente
limitadas en el debate público, participen activamente en la agenda mediática.
Además, las denuncias de violencia sexual se han considerado de interés público y,
99 Intervención de la Universidad del Rosario, pág. 23.
100 Este artículo permite que personas sobrevivientes de violación sanen y difundan sus historias personales, como
modelo de investigación y estrategia feminista. MASON, S. & CLEMANS, S. 2008. “Participatory Research for
Rape Survivor Groups. A Model for Practice”. Journal of Women and Social Work. Vol. 23 n°1.
101 S. (2020, 29 agosto). #Cuéntalo: miles de historias de agresión sexual contadas por mujeres en Twitter.
Semana.com Últimas Noticias de Colombia y el Mundo. https://www.semana.com/mundo/articulo/cuentalo-
latendencia-en-redes-sobre-abuso-sexual-caso-la-manada/565491/
102 Intervención de la Universidad del Rosario, pág. 25.
32
por ende, la libertad de expresión ha adquirido cierta protección especial al tratarse
de estos asuntos, mientras que, por otra parte, las personas con cierta notoriedad
pública tienen la obligación de aceptar el riesgo de ser afectados por revelaciones
adversas. En ese marco, los periodistas que laboran en los medios de comunicación
deben gozar de la protección e independencia necesarias para realizar sus
funciones.
101. El rol de la prensa es aún más importante si toma en cuenta que las voces de
las mujeres han sido “reprimidas, controladas o castigadas explícitamente por
leyes, políticas y prácticas discriminatorias e implícitamente por actitudes
sociales, normas culturales y valores patriarcales”; y que la región
latinoamericana, de acuerdo con la CIDH, se ha caracterizado por la “escasa
participación de las mujeres en la agenda de los medios y la forma
[discriminatoria] en la que son representadas cuando efectivamente aparecen en
las noticias”. El periodismo puede ser esencial para enfrentar tales patrones.
103Cita, entre otras, las siguientes decisiones: CorteIDH, La colegiación obligatoria de periodistas (Arts. 13 y 29
Convención Americana sobre Derechos Humanos); Opinión Consultiva OC – 5/85 de 13 de noviembre de 1985,
párr.71; CorteIDH, 2 de julio de 2004, párr. 117. Herrera Ulloa vs. Costa Rica; CorteIDH, 26 de agosto de 2021,
párr. 107. Caso Bedoya Lima y otra vs. Colombia.
104 Cita el documento “Erradicación de la violencia contra las periodistas. Informe especial sobre la violencia
contra la mujer, sus causas y consecuencias·. A/HRC/44/52. 6 de mayo de 2020. Párrafo 64.
33
103. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) también ha
señalado que “por su estrecha relación con la dignidad, la libertad y la igualdad
de todos los seres humanos” los discursos sobre la orientación sexual y la identidad
de género son especialmente protegidos.105 El Tribunal Europeo de Derechos
Humanos (TEDH) ha considerado que las denuncias sobre violencia sexual son de
interés público.106 También tribunales del Reino Unido, 107 Francia,108 la India109 y la
Corte Constitucional colombiana han resaltado la relevancia de estos discursos.
104. En cuanto al segundo punto (el balance entre la expresión y otros derechos),
afirmó que las fuentes confidenciales son fundamentales para el ejercicio del
periodismo investigativo, pues, históricamente, gracias a ellas ha sido posible
revelar importantes casos de abusos. En este sentido, las restricciones a la libertad
de expresión deben ser excepcionales y, en cualquier caso, cumplir con los
requisitos de un test de ponderación estricto, conocido como test tripartito en el
ámbito de la libertad de expresión.
105. Aclaró que se entiende como fuente periodística a cualquier persona que
entrega información, y que, en criterio del TEDH la expresión “información
identificando a una fuente” es un concepto que abarca también las circunstancias
fácticas para adquirir la información y el contenido no publicado y entregado por la
fuente. De igual manera, precisó que el Principio 8 de la Declaración de Principios
sobre Libertad de Expresión establece que los comunicadores sociales tienen
derecho a la reserva de sus fuentes, apuntes y archivos; y añadió que la Corte
Constitucional ha establecido una protección aún más amplia al disponer que la
reserva de la fuente cobija también la facultad del comunicador de negarse a revelar
todos los documentos que componen el material de sus actividades periodística, y
que esta protege bienes fundamentales en un estado democrático, como la libertad,
integridad, independencia y autonomía de los periodistas. La protección de las
fuentes, concluye, es central para que los periodistas investiguen adecuadamente y
para los whistleblowers, que son quienes entregan la información; por el contrario,
la revelación de las fuentes tiene un efecto inhibitorio en la libertad de expresión y
prensa, al tiempo que disminuye el flujo de información.
105 Informe Anual de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos. 2009, Capítulo III. Marco Jurídico Interamericano sobre el Derecho a la Libertad de Expresión.
OEA. Ser.L/V/III. Doc 51. 30 de diciembre de 2009, párrafo 56.
106 Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Olafsson v. Islandia. No. 58493/13, 16 de junio de 2017, párrafo 50.
107 Corte Suprema del Reino Unido. James Rhodes (Appellant) vs OPO (by his litigation frend BHM) and another
(Respondents). 2015, UKSC 32. 20 de mayo de 2015.
108 Tribunal de apelaciones. Caso Muller v. Brion. RG 19/19081. 31 de marzo de 2021.
109 Corte de Shri Ravindra Kumar Pandey, New Delhi, caso Mobashar Jawed Akbar vs Priya Ramani, Sentencia
del 17 de febrero de 2021.
34
107. Los SLAPP constituyen una seria amenaza para la libertad de expresión en
temas de interés público como la violencia sexual, así que los jueces deben adoptar
acciones cuidadosas al aplicar las garantías a la libertad de expresión. Indica que el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos, recientemente se refirió a una creciente
conciencia sobre los riesgos de procesos judiciales iniciados para limitar la
participación pública, e indicó que el desbalance de poder entre demandante y
demandado muestra la falta de un interés legítimo en la restricción de la expresión.
111. Indicó que en Europa se han desarrollado los siguientes criterios objetivos
para enfrentar los SLAPP: “(i) Que la acción sea iniciada por un particular y no
por el Estado; ii) Que la acción esté dirigida a la participación pública en sentido
amplio, entendido como cualquier involucramiento en asuntos de relevancia social
o política como el periodismo, la realización de campaña, protestas pacíficas,
activismo, denuncias anónimas o simplemente hablar en contra del abuso de
poder; iii) si la acción ha sido realizada con el fin de silenciar, acabar o
desanimar ejercicios de participación público. Algunos criterios que pueden servir
para identificar lo anterior pueden ser: la solicitud de indemnizaciones o
reparaciones agresivas o desproporcionadas; el uso de maniobras
procedimentales que llevan al incremento de costos de defensa; el
aprovechamiento de una ventaja económica para crear presión en el demandado;
demandas contra individuos en lugar de organizaciones; argumentos carentes de
base legal o fáctica; uso del proceso litigioso para intimidar y acosar; apariencia
110 Cita la Sentencia C-135 de 2021. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
35
de que el proceso forma parte de una campaña más amplia de acoso o
intimidación; el demandante tiene una historia del SLAPPs o intimidación.”
113. Sobre el primer punto, señaló que son elementos distintivos del acoso
judicial: (i) la judicialización de conflictos de libertad de expresión, (ii) que el
litigio prima facie se refiera a una causa infundada, (iii) la desigualdad de cargas
entre las partes en conflicto y (iv) la pretensión de silenciar un asunto de interés
público. Planteó que, usualmente, se obliga a las víctimas de acoso judicial a
responder frente a jueces o fiscales y se las somete a un proceso extenso y
desgastante económica y emocionalmente.
115. Sobre el segundo punto, indicó que en situaciones en las que se cuestionan
asuntos relativos a la libertad de expresión, se debe acudir a los mecanismos menos
gravosos, tales como el derecho a la rectificación y/o respuesta, conforme el
artículo 14 de la Convención Americana; el derecho penal para debatir asuntos
sobre libertad de expresión es la última vía a aplicar, pues abre la puerta para que el
Estado use el ius puniendi de forma arbitraria. Precisó que, tras la solicitud de
rectificación, el ordenamiento jurídico colombiano permite que se acuda a la acción
de tutela, pero en muchas ocasiones los jueces que toman estas decisiones no están
suficientemente capacitados sobre la libertad de expresión y de prensa, lo cual
termina generando decisiones que limitan desproporcionadamente el debate público
y generan un impacto nocivo para la labor periodística.
36
116. Respecto al tercer punto, planteó que en la publicación de contenidos
periodísticos sobre presuntos actos delictivos no es necesario que exista un proceso
penal en curso o una sentencia condenatoria, antes de la publicación de información
periodística. En estos casos, darle un valor absoluto a la seguridad jurídica y a la
presunción de inocencia implica limitar de manera excesiva la libertad de expresión
y la búsqueda de una verdad material. En este sentido, los periodistas pueden e
incluso deben hacer denuncias sobre asuntos de interés público, en cumplimiento
los deberes de veracidad, imparcialidad y debida diligencia periodística, y emitir
publicaciones razonables, sin poner en riesgo la reserva de la fuente.
111 Intervención del Grupo de Litigio Estratégico Carlos Gaviria Díaz, nota al pie N° 1: “Véase: Corte Suprema de
Justicia. Sala Penal. Sentencia del 2 de septiembre de 2020. Radicación No. 50587. M.P. Dra. Patricia Salazar
Cuéllar (…).”
112 Intervención del Grupo de Litigio Estratégico Carlos Gaviria Díaz, pág. 4.
113 Intervención del Grupo de Litigio Estratégico Carlos Gaviria Díaz, pág. 5.
37
opinión pública. De hecho, para determinar en este caso si la libertad de expresión
vulnera el derecho a la honra, sugirió tener como estándar: (i) la imparcialidad en el
relato, (ii) la verosimilitud y verificabilidad de la información (sentencias C-442 de
2011 y T-015 de 2015), (iii) la corroboración con otras fuentes y contraste de los
relatos (sentencias T-263 de 2010 y T-593 de 2017) y, (iv) la utilización de formas
lingüísticas condicionales o dubitativas, que denotan la falta de seguridad sobre la
culpabilidad del presunto agresor (Sentencia SU-274 de 2019); lo cual se cumple
con suficiencia en el relato de las periodistas. Sobre lo último, expresaron que el
reportaje adopta esas formas lingüísticas, dado que en varias ocasiones utiliza los
términos “presunto”, “presuntamente”, “al parecer”, que dan cuenta de la posible
ocurrencia de los acontecimientos narrados.
120. De otro lado, sostuvo que las tres jurisdicciones involucradas en este caso
(penal, civil y constitucional) son idóneas para dirimir este tipo de controversias,
por lo que “es importante que la Corte deje en claro que en los eventos en que
efectivamente se vulnere el derecho a la honra a partir de acusaciones temerarias
y sin fundamento, el afectado podrá iniciar las acciones penal, civil y
constitucional para la protección de sus garantías constitucionales y legales.”114
Sobre la jurisdicción penal, en particular, subrayó que debe usarse de manera
excepcional.
IV. CONSIDERACIONES
a. Competencia
114 Intervención del Grupo de Litigio Estratégico Carlos Gaviria Díaz, pág. 9.
115 Intervención del Grupo de Litigio Estratégico Carlos Gaviria Díaz, págs. 11 y 12.
116 Intervención del Grupo de Litigio Estratégico Carlos Gaviria Díaz, pág. 12.
38
122. La Sala es competente para conocer los fallos objeto de revisión, de acuerdo
con lo establecido en los artículos 86 y 241-9 de la Constitución Política, así como
en los artículos 31 a 36 del Decreto 2591 de 1991.
125. Los criterios mencionados (quién, cómo, sobre quién o qué, a quién
comunica) son también útiles y necesarios para el estudio de fondo, pues permiten
comprender los mensajes en su contexto, la intensidad de las posibles afectaciones,
la relevancia pública del discurso comprometido, su nivel de difusión, o los valores
constitucionales que podría defender quien emite un mensaje (sentencias T-155 de
2019 y T-203 de 2022, entre otras).
39
127. La cosa juzgada es un principio jurídico que propicia la estabilidad en las
relaciones sociales, al asegurar la firmeza de las decisiones judiciales, para evitar
cambios intempestivos o constantes en la solución de los problemas sometidos a los
jueces. En virtud del principio de cosa juzgada, un asunto decidido por un juez no
puede ser objeto de un nuevo pronunciamiento por la misma vía procesal.117
130. Si bien no existe una discusión entre las partes en torno a la existencia de
cosa juzgada o temeridad, es para la Sala relevante, como cuestión previa, señalar
que en este caso no se configuran tales fenómenos, puesto que, si bien el sistema
jurídico prohíbe presentar dos tutelas respecto de las cuales concurran los criterios
previamente referidos, y, en efecto, en este proceso se afirmó por las demandadas
que el señor Guerra interpuso una tutela previa a aquella sobre la que recae esta
revisión, lo que se encuentra -tal como lo sugieren las periodistas tuteladas- es que
la primera tutela no dio lugar a la apertura formal de un trámite de amparo y, por lo
tanto, no puede configurarse, por ejemplo, el fenómeno de la cosa juzgada. A
continuación, la Sala precisa esta circunstancia.
134. A partir de lo anterior, es válido sostener que (i) antes del trámite de tutela en
el que se inscribe el ejercicio de la competencia por la Corte en sede de revisión, el
señor Guerra interpuso una solicitud de amparo con identidad de partes, hechos y
objeto, y que (ii) como consecuencia de la nulidad decretada por el Juzgado
Noveno Civil del Circuito de Bogotá, dicho trámite no inició, pues antes de que el
Juzgado Treinta y Seis Municipal de Bogotá volviera a pronunciarse sobre la
admisión de la tutela y la vinculación a quienes como demandadas e intervinientes
debían ser convocados en garantía del derecho al debido proceso, quien promovía
la acción de tutela la retiró. De esto último también da cuenta el sistema de
consulta de procesos de la rama Judicial, 120 en el que se indica que (i) el 15 de
diciembre de 2020, se recibió el fallo (sic) de segunda instancia del Juzgado
Noveno Civil del Circuito de Bogotá y, el mismo día, pasó la tutela al despacho;
(ii) el 16 de diciembre de 2020 se allegó memorial de retiro de demanda y, (iii) sin
que existiera actuación adicional, mediante el auto del 18 de diciembre de 2020 el
Juzgado Treinta y Seis Civil Municipal de Bogotá autorizó el retiro de la acción.121
122 En Sentencia T-718 de 2011. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva la Corte estudió una situación procesal similar. En
esa oportunidad, los accionantes habían presentado una acción de tutela que no culminó con un fallo judicial,
comoquiera que se decretó la nulidad de todo lo actuado por falta de competencia del Juzgado que inicialmente había
admitido el trámite correspondiente. Al día siguiente de tal decisión, se solicitó el retiro de la acción. Un mes
después, fue presentada una segunda acción de amparo con identidad de partes, hechos y pretensiones. Esa acción de
tutela fue la que estudió la Corte y, al adelantar el estudio sobre una posible temeridad, concluyó: “ a pesar de existir
duplicidad en las acciones de tutela y de cumplir con la identidad de hechos, sujetos y pretensiones, en el presente
caso no se configura una acción temeraria por cuanto en la primera tutela impetrada no existió un
pronunciamiento de fondo que luego estructurara el fenómeno de la cosa juzgada constitucional, lo cual se traduce
en que el caso en últimas solo fue tramitado y resuelto una sola vez por el juez constitucional con ocasión de la
segunda tutela presentada.”
123 Sentencia T-547 de 2011. M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
42
138. En similar sentido, en la Sentencia T-244 de 2016, 124 se precisó que “[e]l
desistimiento ha sido definido como una de las formas anormales de terminación
del proceso. Consiste en la declaración del actor de abandonar las pretensiones
por las que inició un proceso que se encuentra pendiente de resolverse”. Al
respecto, por ejemplo, según lo dispuesto en el Código General del Proceso, el
desistimiento -de las pretensiones- se encuentra regulado en el artículo 314, como
un evento de terminación anormal del proceso, mientras que el retiro de la
demanda se prevé en el artículo 92 de dicho estatuto, con algunas implicaciones en
tanto existan medidas cautelares. Así las cosas, nuevamente, advierte la Sala que
aquello que se verificó en esta ocasión respecto de la primera acción de tutela
formulada por el señor Guerra no condujo a un desistimiento, sino a un retiro de su
escrito, en un momento en el que el juez de primera instancia no había asumido
conocimiento sobre el caso -por virtud del alcance de la nulidad decretada- ni,
tampoco, adoptado medida alguna que permita afirmar que estaba en curso una
tutela.
139. Finalmente, para la Sala es claro que no se ha configurado ánimo del señor
Ciro Alfonso Guerra Picón de desistir o renunciar a un pronunciamiento de fondo
sobre las pretensiones de la acción de tutela que motivaron el primer trámite y la
acción que ahora se revisa. Por el contrario, y según verifica la Sala, 125 el retiro del
escrito del Juzgado Treinta y Seis Civil Municipal de Bogotá está ligado al hecho
de que, para el 16 de diciembre, la autoridad judicial que asumiría el conocimiento
de su caso estaba próxima a suspender sus actividades por efecto de la vacancia
judicial y, por lo tanto, el amparo pretendido tardaría unos días más. Esto se afirma
dado que, como se prueba con la actuación adelantada, el demandante acudió a los
juzgados penales municipales con función de control de garantías, 126 que continúan
en funcionamiento durante dicho momento, para radicar su escrito de tutela.
140. Por todo lo expuesto, en criterio de la Sala, la actuación del accionante frente
al trámite que se estaba llevando ante el Juzgado Treinta y Seis Civil Municipal de
Bogotá no impacta la competencia de la Corte Constitucional para pronunciarse,
dado que el retiro de la demanda, en las condiciones indicadas, no ha generado
cosa juzgada sobre el asunto del que ahora se ocupa la Sala. Aunado a ello, es
oportuno advertir que, incluso, esa actuación -ajena a los efectos que aquí se han
descartado- tiene relevancia constitucional en el análisis que, de superarse los
requisitos de procedencia formal, deberá abordar la Sala.
142. En esta oportunidad el señor Ciro Alfonso Guerra Picón acude a la acción de
tutela en condición de persona natural y a través de apoderado judicial, 128 razón por
la cual la Sala concluye que se acredita el requisito.
b.5. Subsidiariedad
127 Según los artículos 86 de la Constitución Política y 10 del Decreto 2591 de 1991, este requisito se satisface
cuando la acción es ejercida (i) directamente, esto es, por el titular del derecho fundamental que se alega vulnerado;
(ii) por medio de representantes legales, como en el caso de los menores de edad, los incapaces absolutos y las
personas jurídicas; (iii) mediante apoderado judicial, caso en el cual el apoderado debe tener la condición de abogado
titulado, debiendo anexarse a la demanda el poder especial para el caso o en su defecto el poder general respectivo
(en el que debe constar expresamente la facultad de presentar acciones de tutela); (iv) por medio de agente oficioso;
o (v) por parte del Defensor del Pueblo y los personeros municipales. Sentencias T-493 de 2007. M.P. Clara Inés
Vargas Hernández; SU-055 de 2015. M.P. María Victoria Calle Correa y T-073 de 2022. M.P. Diana Fajardo Rivera.
AV. Alejandro Linares Cantillo.
128 En el expediente T-8.407.436 consta el respectivo poder especial.
129 Decreto 2591. “ARTÍCULO 42. PROCEDENCIA. La acción de tutela procederá contra acciones u omisiones
de particulares en los siguientes casos: (…) 7. Cuando se solicite rectificación de informaciones inexactas o
erróneas. En este caso se deberá anexar la transcripción de la información o la copia de la publicación y de la
rectificación solicitada que no fue publicada en condiciones que aseguren la eficacia de la misma.”
44
146. Las tensiones entre la libertad de expresión y la honra, el buen nombre u
otros derechos puedan originar distintas aspiraciones por parte de quien se
considera afectado por la publicación de un mensaje. A grandes rasgos, en el
ámbito del derecho penal, se prevén los delitos de injuria y calumnia, 130 que
conducen a sanciones por la lesión del bien jurídico del honor; en el derecho civil,
la responsabilidad extracontractual persigue la reparación del daño causado, en
especial, en el plano económico; y, en el constitucional, la tutela puede ser el medio
más eficaz para obtener la rectificación inmediata de publicaciones que desconocen
los estándares constitucionales y del derecho internacional de los derechos
humanos.131
130 Ley 599 de 2000, por la cual se expide el Código Penal: “TÍTULO V. DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD
MORAL. CAPÍTULO ÚNICO. DE LA INJURIA Y LA CALUMNIA: ARTÍCULO 220. INJURIA. <Penas aumentadas
por el artículo 14 de la Ley 890 de 2004, a partir del 1o. de enero de 2005. El texto con las penas aumentadas es el
siguiente:> El que haga a otra persona imputaciones deshonrosas, incurrirá en prisión de dieciséis (16) a cincuenta
y cuatro (54) meses y multa de trece punto treinta y tres (13.33) a mil quinientos (1.500) salarios mínimos legales
mensuales vigentes. // ARTÍCULO 221. CALUMNIA. <Penas aumentadas por el artículo 14 de la Ley 890 de 2004,
a partir del 1o. de enero de 2005. El texto con las penas aumentadas es el siguiente:> El que impute falsamente a
otro una conducta típica, incurrirá en prisión de dieciséis (16) a setenta y dos (72) meses y multa de trece punto
treinta y tres (13.33) a mil quinientos (1.500) salarios mínimos legales mensuales vigentes.”
131 Con todo, la Corte ha señalado que cuando se presenten casos relacionados con información difundida a través
de los medios de comunicación y la posible afectación de los derechos a la honra y el buen nombre, las vías penal y
civil pueden resultar inadecuadas para la protección que se demande, por lo que se puede actuar directamente a
través de la acción de tutela con base en la Constitución. Sentencia T-357 de 2015. M.P. Gabriel Eduardo Mendoza
Martelo. De igual manera, la Corte ha advertido que si bien no existe una prohibición expresa, diversos organismos
de derechos humanos han señalado la necesidad de no adoptar medidas penales, en tanto es el medio más restrictivo
y severo para establecer responsabilidades. Sentencia T-543 de 2017. M.P. Diana Fajardo Rivera. SV. Carlos Bernal
Pulido. Cfr. Relatoría Especial sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión
de la ONU. Informe anual 1999, párr. 28; y CorteIDH. Caso Palamara Iribarne Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 22 de noviembre de 2005. Serie C N° 135, párr. 79, y Caso Kimel Vs. Argentina. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 02 de mayo de 2008. Serie C N° 177, párr. 76.
132 M.P. Paola Andrea Meneses Mosquera. SPV. Cristina Pardo Schlesinger. Esta sentencia resolvió el caso de un
ciudadano que consideraba vulnerados sus derechos fundamentales a la intimidad, honra, imagen, buen nombre,
dignidad humana y presunción de inocencia por la publicación en las redes sociales Facebook e Instagram, hechas
por colectivos feministas contenían una foto suya, su cédula y su dirección de residencia acusándole de haber violado
a una joven. El amparo fue hallado formalmente procedente, en específico, respecto al requisito de subsidiariedad,
frente a las vías penales, señaló: “la acción penal por injuria y calumnia que el señor Pedro Pérez inició no es un
mecanismo idóneo y efectivo para resolver las pretensiones que formuló en la solicitud de tutela frente a estas
accionadas. De un lado, no es un mecanismo idóneo, en tanto, a pesar de que el accionante se refiere a la posible
configuración de los delitos de injuria y calumnia, el señor Pedro Pérez no persigue la declaratoria de
responsabilidad penal de las accionadas. Por el contrario, este solicita (i) el amparo de sus derechos
fundamentales y (ii) que las accionadas se retracten públicamente por las publicaciones, rectifiquen la información
y le ofrezcan disculpas públicas, las cuales son pretensiones que pueden ser resueltas por el juez de tutela de
acuerdo con lo previsto por el artículo 42.7 del Decreto 2591 de 1991. De otro lado, no es un medio eficaz en
concreto, puesto que no es lo suficientemente célere para evitar que la presunta difamación se siga divulgando en la
red y prolongando en el tiempo.”
45
derechos fundamentales por medio de (i) la solicitud de retiro o enmienda ante el
particular que hizo la publicación, (ii) la reclamación ante la plataforma donde se
divulgó la información y (iii) las acciones penales y civiles ordinarias. Estos
mecanismos de autocomposición y medios judiciales ordinarios de defensa
son prima facie idóneos y efectivos.”133
148. A su turno, la Sentencia T-356 de 2021 134 se ocupó de una controversia entre
particulares surgida a partir de publicaciones en las redes sociales de varios
colectivos feministas que difundieron denuncias públicas de dos mujeres que
acusaban al accionante de haber cometido acceso carnal violento en su contra. Al
adelantar el estudio sobre la subsidiariedad, la Corte recordó las reglas expuestas en
el párrafo precedente y concluyó que, en ese caso concreto, no se logró determinar
la concurrencia de todos los parámetros que otorgan la relevancia constitucional
necesaria para abordar el análisis de fondo. Señaló que, las agrupaciones
accionadas “contaban con una protección especial de la libertad de expresión
porque defienden grupos históricamente marginados como las mujeres y sujetos en
especial situación de vulnerabilidad como las víctimas de violencia de género.
Además, el señor Quiros Carvalo soporta una mayor carga sobre sus derechos al
buen nombre y a la honra como consecuencia de desempeñarse como líder y
activista político juvenil, condición relacionada directamente con las denuncias
efectuadas (respecto de quién se comunica). Igualmente, si bien el lenguaje
empleado por el accionado es comunicable, el medio de divulgación no representa
un impacto inmediato sobre la audiencia en tanto no se cumplen los parámetros de
buscabilidad, y la publicación no puede ser catalogada como un acto de
hostigamiento (cómo se comunica)”;135 y agregó que las acciones penales y civiles
constituían medios de defensa idóneos y eficaces para estudiar el conflicto
planteado por el actor en sede de tutela.
133 Sentencia T-275 de 2021. M.P. Paola Andrea Meneses Mosquera. SPV. Cristina Pardo Schlesinger.
134 M.P. José Fernando Reyes Cuartas
135 Sentencia T-356 de 2021. M.P. José Fernando Reyes Cuartas.
46
150. En consecuencia, la Sala encuentra satisfecho el requisito de subsidiariedad.
152. En el caso objeto de estudio existe una controversia en torno a este punto.
Así, mientras el peticionario sostiene que el requisito se agotó en los escenarios de
conciliación penal y conciliación extrajudicial ante la Cámara de Comercio de
Bogotá, las accionadas plantean que estas actuaciones no equivalen a la solicitud de
rectificación.
154. En ese orden de ideas, aunque, en principio, la rectificación debe ser dirigida
directamente al medio de comunicación, si, en el marco de un caso concreto, el juez
de tutela constata que en tales escenarios se discutió la posibilidad de rectificación,
puede dar por cumplido el requisito; resultaría un rigor procedimental excesivo y
una barrera al acceso a la administración de justicia declarar la improcedencia de la
acción para que el peticionario inicie una solicitud idéntica ante el medio, cuando
se infiere claramente su respuesta negativa a raíz de lo ocurrido en el ámbito de la
conciliación.
155. En el caso objeto de estudio, tanto del análisis del escrito en que Ciro
Alfonso Guerra Picón y Ciudad Lunar solicitaron convocar a Catalina Ruiz-
Navarro y Matilde de los Milagros Londoño Jaramillo al Centro de Arbitraje y
Conciliación de la Cámara de Comercio de Bogotá (sin perjuicio de la reserva
sobre las fórmulas intentadas entre las partes), y del escenario preprocesal que tuvo
lugar ante el Fiscal 225 de la Casa de Justicia de Kennedy, la Sala observa que fue
explícita la solicitud de rectificación.
156. Es cierto que existieron otras aspiraciones o pretensiones por parte del
peticionario en estos escenarios, principalmente de carácter indemnizatorio, que
posiblemente incidieron en la frustración de un eventual acuerdo, también es cierto
que las periodistas plantearon que no admitirían ninguna pretensión de
rectificación, debido a que el reportaje “Ocho denuncias de acoso y abuso sexual
contra Ciro Guerra” no desconoció ningún derecho del peticionario.
47
157. En este orden de ideas, en virtud de la prevalencia del derecho sustancial y a
partir de un estudio de lo ocurrido en los escenarios de conciliación sostenidos
entre las partes, la Sala considera que el requisito se encuentra satisfecho. Es
necesario recordar además que -como acertadamente lo plantean las accionadas-
este es un caso de especial relevancia constitucional, razón por la cual avanzar en
un pronunciamiento de fondo redunda en el desarrollo de la jurisprudencia
constitucional sobre la dimensión objetiva de la libertad de expresión.
b.7. Inmediatez
159. El reportaje “Ocho denuncias de acoso y abuso sexual contra Ciro Guerra”
se publicó el 24 de junio de 2020; la solicitud de conciliación extrajudicial (que
equivale en el caso concreto a la solicitud de rectificación) se declaró fallida el 15
de julio de 2020, mientras que la acción de tutela objeto de revisión fue presentada
el 18 de diciembre del mismo año. Es decir, aproximadamente cinco (5) meses
después del hecho que el accionante Ciro Alfonso Guerra Picón considera
violatorio de sus derechos.
163. Igualmente, esta Corporación ha establecido que, a partir del principio iura
novit curia (“el juez conoce el derecho”), la carga del accionante consiste en
presentar el fundamento fáctico de sus pretensiones, mientras que al juez le
corresponde la interpretación y adecuación de los hechos a las instituciones
jurídicas que sean aplicables a las situaciones planteadas por el primero. 137
165. En ese marco, la Sala Primera de Revisión definirá los problemas jurídicos
considerando no solo los planteamientos de la demanda, sino las distintas aristas
constitucionales que se han evidenciado durante las instancias, en los intercambios
argumentativos sostenidos por las partes y a raíz de las intervenciones (amicus
curiae y conceptos técnicos) recibidos por solicitud expresa de la Sala.139
137 Sentencia T-577 de 2017 (M.P. Diana Fajardo Rivera), refiriéndose, a su vez, a las sentencias T-851 de 2010.
M.P. Humberto Antonio Sierra Porto y T-596 de 2015. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; y reiterada en la Sentencia
SU-461 de 2020 (M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado SV. Antonio José Lizarazo Ocampo. SV. Cristina Pardo
Schlesinger. SV. José Fernando Reyes Cuartas. SV. Alberto Rojas Ríos), en la que la Sala Plena explicó, sobre la
aplicación del principio iura novit curia, que “el carácter informal de la acción de tutela, el principio de oficiosidad
que la rige, como también la naturaleza ius fundamental de los derechos que tratan de protegerse a través de ella,
acentúan ese deber.” Asimismo, la Corte ha precisado que el aludido principio permite estudiar argumentos que no
han sido presentados por las partes, siempre y cuando éstas hayan tenido la oportunidad de expresar sus respectivas
posiciones en relación con los hechos que las sustentan (i.e. se debe respetar el marco fáctico de la causa). Sentencia
T-549 de 2015. M.P. (e) Myriam Ávila Roldán. Cfr. Sentencia SU-201 de 2021. M.P. Diana Fajardo Rivera. SV.
Antonio José Lizarazo Ocampo. AV. Alejandro Linares Cantillo; y Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Caso Hermanos Landaeta Mejías y otros Vs. Venezuela. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 27 de agosto de 2014. Serie C No. 281, párr. 128; y Caso Comunidades Indígenas Miembros de la
Asociación Lhaka Honhat (Nuestra Tierra) Vs. Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de febrero
de 2020. Serie C No. 400, párr. 200.
138 “(…) el concepto jurídico de derechos subjetivos no hace referencia al carácter individual del interés
comprometido, sino a la posibilidad de definir con precisión los tres componentes de una posición jurídica
específica. Esto es, un titular, un obligado y un contenido claramente definidos (estructura de relación triádica de
los derechos subjetivos). (…) [Por otra parte, se encuentra la categoría], de derecho objetivo, que hace referencia a
las normas abstractas vigentes en un orden jurídico determinado. En esa dirección, y en materia de derechos
fundamentales, la Corte Constitucional ha acogido la posibilidad de distinguir entre la dimensión objetiva y la
dimensión subjetiva de los derechos constitucionales; es decir, entre las normas jurídicas que consagran derechos
en abstracto y las posiciones jurídicas concretas, definidas a partir de la relación ‘triádica’ ya mencionada .”
Sentencia C-178 de 2021. M.P. María Victoria Calle Correa.
139 Según se enunció en el recuento del trámite de revisión, la información recibida con ocasión de los autos de 22
de febrero y 5 de abril de 2022 fue puesta a disposición de las partes el 23 de mayo de 2022 por la Secretaría General
de la Corte Constitucional.
49
derecho penal y, en especial, con la presunción de inocencia, por una parte, y con
los tipos penales que protegen la integridad moral, por otra; y (iii) atañe a la
eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres, incluida la
violencia basada en género. Esta trascendencia se reflejará en la construcción de un
problema jurídico complejo.
167. Así las cosas, corresponde a la Sala Primera de Revisión establecer, primero,
si Catalina Ruiz-Navarro y Matilde de los Milagros Londoño Jaramillo (directoras
del medio digital Volcánicas) desconocieron los derechos fundamentales al buen
nombre, la honra y la presunción de inocencia de Ciro Alfonso Guerra Picón, al
publicar el reportaje “Ocho denuncias sobre acoso y violencia sexual contra Ciro
Guerra” en el portal de Internet Volcánicas, un medio digital feminista y, al
conceder entrevistas en varios medios de comunicación nacional relacionadas con
el contenido del mismo; o si, por el contrario, este constituye un ejercicio legítimo
de la libertad de expresión, asociado a la difusión de información de interés
público; y, posteriormente, en segundo lugar, determinar si el litigio iniciado por
Ciro Alfonso Guerra Picón constituye un caso de acoso judicial o abuso del
derecho, según lo plantean las accionadas y diversos intervinientes.
168. Para resolver los problemas jurídicos planteados, la Sala (i) reiterará la
jurisprudencia constitucional sobre la libertad de expresión, así como (ii) el
discurso de género, las reivindicaciones feministas y las denuncias por acoso sexual
como discursos especialmente protegidos.140 Posteriormente, (iii) hablará de los
derechos fundamentales al buen nombre, la honra y la presunción de inocencia y
sus posibles tensiones con las libertades de expresión y prensa; (iv) incorporará un
contexto histórico sobre el escrache y el periodismo feminista; y (v) se referirá a el
acoso judicial como el abuso en el ejercicio del derecho a la administración de
justicia.
172. Este derecho cuenta con una dimensión individual y una colectiva. En su
aspecto individual abarca no solo el derecho a expresarse sin interferencias
arbitrarias, sino también el derecho a utilizar cualquier medio apropiado para
difundir su pensamiento. Según jurisprudencia reiterada de la CorteIDH y esta
Corporación, esta dimensión no se agota en el reconocimiento teórico del derecho a
hablar o escribir, sino que comprende el derecho a utilizar cualquier medio para
difundir el pensamiento y hacerlo llegar al mayor número de destinatarios, de
manera que expresión y medio de difusión son indivisibles y las restricciones sobre
las posibilidades de divulgación constituyen una limitación de este derecho. La
vertiente individual del derecho abarca también la potestad de escoger el medio en
que se expresan las ideas. La dimensión colectiva comprende el derecho de todas
las personas a recibir tales pensamientos, ideas, opiniones e informaciones de parte
de quien las emite.145
142 La libertad de expresión ha sido reconocida en los principales tratados y pactos de derechos humanos. Así, el
artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU (1948) establece que todo individuo tiene
derecho a la libertad de opinión y de expresión; a no ser molestado a causa de sus opiniones; a investigar y recibir
informaciones y opiniones; y a difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión. El artículo
4º de la Declaración Americana de los Derechos del Hombre (1948) asegura que toda persona tiene derecho a la
libertad de investigación, de opinión y de expresión y difusión del pensamiento por cualquier medio. El artículo 19
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos prevé el derecho de toda persona a la libertad de expresión, el
cual comprende la libertad de buscar y difundir información e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras;
oralmente, por escrito, en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento; así como la garantía de toda
persona de no ser molestada por sus opiniones, con ciertos límites. En el ámbito regional, la Convención Americana
sobre Derechos Humanos establece, en su artículo 13, que todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y
expresión. La regulación convencional establece que esta comprende las libertades de pensamiento, expresión e
información; la prohibición de censura previa, sin perjuicio de la existencia de responsabilidades ulteriores, definidas
legalmente, necesarias para asegurar el respeto a los demás, la seguridad nacional, el orden público o la salud o
moral públicas; y la obligación de los Estados de prohibir por vía legal la propaganda a la guerra, la apología al odio
nacional, racial o religioso, entre otros aspectos.
143 Sentencia SU-396 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
144 Según el artículo 20 de la Constitución Política, “[se] garantiza a toda persona la libertad de expresar y
difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios
de comunicación masiva. // Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la
rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura.” Sobre el contenido de cada componente, con especial
amplitud, Cfr. Sentencia T-391 de 2007. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa. SV. Rodrigo Escobar Gil.
145 Sentencia C-091 de 2017. M.P. María Victoria Calle Correa. AV. Luis Guillermo Guerrero Pérez. AV. Aquiles
Arrieta Gómez (e). SV. Alejandro Linares Cantillo. SV. Antonio José Lizarazo Ocampo. SV. Gloria Stella Ortiz
Delgado.
51
173. Además, la Corte Constitucional ha explicado que es necesario diferenciar
dos componentes de la libertad de expresión: la libertad de expresión en sentido
estricto (o de opinión) y la libertad de información. Ambas, por supuesto, aluden a
la posibilidad de comunicar e intercambiar datos. La primera, sin embargo, abarca
todos los enunciados que pretenden difundir ideas, pensamientos, opiniones, entre
otros;146 mientras que la segunda se refiere a la capacidad y la posibilidad de
transmitir noticias sobre, o dar a conocer, sucesos determinados.147
146 El derecho a la libertad de expresión ha sido definido por la jurisprudencia constitucional como “la garantía
fundamental por virtud de la cual se permiten divulgar los propios pensamientos, opiniones, ideas, conceptos y
creencias de hechos o situaciones reales o imaginarias, ya sea en actos sociales, académicos, culturales, o políticos,
o en medios masivos de comunicación social, o en fin, a través de obras artísticas o literarias, sin que ello conlleve
a la vulneración de otros derechos fundamentales.” Sentencia SU-396 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
147 “(…) el derecho a la libertad de información hace referencia a la circulación y recepción de noticias sobre un
determinado suceso de la realidad, relacionadas con el entorno físico, social, cultural, económico y político. De ahí
que mientras la divulgación de información se rige por los requisitos de veracidad e imparcialidad exigidos
constitucionalmente, el derecho a la libertad de expresión no está sometido a esas condiciones.” Sentencia SU-396
de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
148 “8. Así, la libertad de expresión en sentido estricto (i) no presupone objetividad ni imparcialidad sino, al
contrario, asunciones de contenido subjetivo. (ii) Ampara la facultad de manifestar toda clase de pensamientos,
sentimientos y opiniones, en diversos ámbitos y a través de una multiplicidad de medios, (iii) así como todos los
discursos al margen de su nivel de elaboración y el tono en que se pronuncien, incluso si no es mayoritariamente
compartido. (iv) Pese a esto, no extiende su nivel de protección a las manifestaciones a favor de la guerra o de odio
por cualquier motivo que inciten instigar a la discriminación; tampoco las manifestaciones de pornografía infantil
ni las que inciten públicamente a cometer genocidio.” Sentencia T-693 de 2016. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
149 “10. La razón de ser de lo anterior consiste en que la libertad de información es un derecho bilateral o de
doble vía. Por un lado, consiste en la facultad de buscar y publicar información y, por el otro, es la prerrogativa en
cabeza de los destinatarios de conocer esa información. (…) Por este motivo, de quien halla y divulga información
depende en gran medida la realización del derecho de aquel que la recibe y, como consecuencia, en el primero
recaen límites y deberes.” Sentencias T-693 de 2017. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; SU-396 de 2017. M.P. Gloria
Stella Ortiz Delgado y T-110 de 2015. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
150 “9. A diferencia del carácter intrínsecamente subjetivo y personal de la libertad de expresión stricto sensu, los
contenidos que constituyen el ejercicio de la libertad de información tienen una carga constitucional de objetividad.
Esta modalidad de la libertad de expresión se realiza a través de discursos, ya no abiertamente valorativos,
expresivos o especulativos, sino mediante exposiciones tendencialmente descriptivas de hechos, situaciones y
52
176. Sin embargo, el lenguaje es rico en matices y el acceso a la verdad es un
problema epistémico complejo. Por ello, el cumplimiento de estos deberes se
encauza en un estándar de razonabilidad, que se concreta en el despliegue de un
esfuerzo suficiente por verificar la ocurrencia de los hechos en cuestión; garantía
que va de la mano de la aspiración a que el discurso informativo sea lo más
descriptivo y objetivo posible.151
177. Además, la división entre estos ámbitos no es absoluta. 152 Existen espacios en
los cuales el límite entre uno y otro se torna borroso; y un estudio que persiga
deslindarlos de manera definitiva podría conllevar una restricción intensa a la
libertad de expresión, al menos, por dos razones. Primero, porque desconocer las
zonas de penumbra, o los espacios mixtos, podría disminuir el universo de
expresiones válidas y podría generar un efecto disuasivo para los medios y los
emisores, en la misma dirección. Así, reduciría lo discursivamente posible y válido
en el orden constitucional. Estas consideraciones son relevantes porque permiten
comprender las razones por las cuales el deber de veracidad en el ámbito de la
información se traduce en una diligencia debida y no en uno de alcanzar la verdad.
178. Existe una premisa básica y transversal para el análisis de todo conflicto
relacionado con el ejercicio del derecho fundamental a la libertad de expresión: en
principio, todas las manifestaciones del pensamiento están amparadas o cobijadas
por el manto protector de este derecho. Esta premisa tiene dos grandes
conductas de autoridades, instituciones e individuos. Tal circunstancia hace que el sujeto no sea enteramente
“libre” sino que tenga un marco de referencia, determinado por el objeto pretende dar a conocer, el cual delimita el
legítimo ejercicio de su derecho (…) 11. Los receptores de la información tienen derecho a recibir contenidos que
básicamente correspondan a la verdad. Como contrapartida, quienes encuentran y publican informaciones no les
está permitido transmitir datos tergiversados, incompatibles con la realidad o decididamente falsos. La
jurisprudencia constitucional, ha considerado que el emisor de la información tiene la obligación de comunicar
contenidos ciertos, objetivos y oportunos y, más frecuentemente, ha señalado que su facultad encuentra límites en
las obligaciones de (i) veracidad e (ii) imparcialidad de la información comunicada, (iii) de separar la información
de la opinión y (iv) de garantizar el derecho a la rectificación.” Sentencia T- 693 de 2016. M.P. Luis Ernesto Vargas
Silva. En el mismo sentido, ver sentencias T-650 de 2003. M.P. Alberto Rojas Ríos. SV. Luis Ernesto Vargas Silva;
SU-1723 de 2000. Cit.; T-391 de 2007, Cit.; T-074 de 1995, Cit.; T-260 de 2010, Cit.; T-040 de 2013, Cit.; T-135 de
2014, Cit.; T-914 de 2014, Cit.; T-688 de 2015. Cit.; y T-731 de 2015, Cit., entre otras.
151 La carga que debe asumir quien ejerza el derecho a la libertad de informar consiste en llevar a cabo un esfuerzo
(i) razonable y (ii) previo de constatación de los contenidos que pretende presentar como hechos, lo cual significa
que únicamente puede comunicar como tales los contrastados con a partir de datos objetivos. Según la Corte, se falta
a la veracidad cuando los datos son contrarios a la realidad, por (i) negligencia o (ii) mala intención; (iii) en aquellos
casos en que la información en realidad corresponde a un juicio de valor y se presenta como un hecho cierto, (iv) y
en los supuestos en que la información, pese a ser literalmente cierta, es presentada de tal forma que induce a
conclusiones falsas o erróneas. (Sentencia T-693 de 2016, citada. En el mismo sentido, las sentencias T-040 de 2013,
Cit., y T-914 de 2014). A su turno, En la Sentencia T-369 de 1993 (M.P. Antonio Barrera Carbonell), la Corte
consideró desconocido el principio en mención por un periodista que en un programa radial de noticias transmitido
en las mañanas afirmó que el Ministro accionante había reconocido ante la Comisión Quinta del Senado la evasión
de más de 132 millones de pesos en impuestos, pese a que, como se probó con las evidencias presentadas dentro del
proceso de tutela, se trataba de una información errónea.
152 “[E]sta Corporación también ha reconocido que la distinción en relación con la subjetividad y objetividad del
contenido expresado no es del todo tajante pues, en cualquier caso, una opinión lleva de forma más o menos
explícita un contenido informativo, al mismo tiempo que toda presentación de información supone, por su parte,
algún contenido valorativo o de opinión. Circunstancia que determina que, si bien en principio no pueda reclamarse
absoluta o total veracidad e imparcialidad sobre los juicios de valor, al menos sí puedan y deban exigirse tales con
respecto a los contenidos fácticos en los que se funda esa opinión. Y, de forma correlativa, es exigible también que
los emisores de información puedan distinguir entre el contenido meramente informativo y la valoración u opinión
mismos.” Sentencia T-145 de 2016. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez.
53
fundamentos. Por una parte, la relación entre la libertad de expresión y la
construcción de la democracia;153 por otra parte, la riqueza del pensamiento y el
lenguaje, que hace imposible predecir lo que puede ser pensado y enunciado. 154
153 La estrecha relación entre la democracia y la libertad de expresión ha sido destacada en diversas oportunidades
por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Así, en su Opinión Consultiva 05 de 1985, sobre la colegiatura
obligatoria para periodistas, señaló que “[...] la libertad de expresión es un elemento fundamental sobre el cual se
basa la existencia de una sociedad democrática. Es indispensable para la formación de la opinión pública. Es
también conditio sine qua non para que los partidos políticos, los sindicatos, las sociedades científicas y culturales,
y en general, quienes deseen influir sobre la colectividad puedan desarrollarse plenamente. Es, en fin, condición
para que la comunidad, a la hora de ejercer sus opciones esté suficientemente informada. Por ende, es posible
afirmar que una sociedad que no está bien informada no es plenamente libre”, párr. 70. También el Tribunal
Europeo de Derechos Humanos ha señalado que “[…] la libertad de expresión constituye uno de los pilares
esenciales de una sociedad democrática y una condición fundamental para su progreso y para el desarrollo
personal de cada individuo. Dicha libertad no sólo debe garantizarse en lo que respecta a la difusión de
información o ideas que son recibidas favorablemente o consideradas como inofensivas o indiferentes, sino también
en lo que toca a las que ofenden, resultan ingratas o perturban al Estado o a cualquier sector de la población. Tales
son las demandas del pluralismo, la tolerancia y el espíritu de apertura, sin las cuales no existe una sociedad
democrática. [...] Esto significa que [...] toda formalidad, condición, restricción o sanción impuesta en la materia
debe ser proporcionada al fin legítimo que se persigue.” Posición semejante ha sido defendida en muchos casos
contenciosos, tales como Ivcher Bronstein v. Perú, La Última Tentación de Cristo (Olmedo Bustos y otros), TEDH,
Case of Scharsach and News Verlagsgesellschaft v. Austria, 2004; Case of Perna v. Italy, Judgment, 2003; Dichand
and others v. Austria, 2002; Case of Lehideux and Isorni v. France, 1998; Case of The Sunday Times v. United
Kingdom, Judgment of 29 March, 1979; y Eur. Court H.R., Case of Handyside v. United Kingdom, 1976.
154 De acuerdo con la Sentencia C-650 de 2003 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa), reiterada de manera reciente
en la Sentencia SU-274 de 2019 (M.P. José Fernando Reyes Cuartas. AV. Diana Fajardo Rivera),“la libertad de
expresión en una democracia cumple las siguientes funciones: "i) permite buscar la verdad y desarrollar el
conocimiento; ii) hace posible el principio de autogobierno; iii) promueve la autonomía personal; iv) previene
abusos de poder y v) constituye una “válvula de escape” que promueve la confrontación pacífica de las decisiones
estatales o sociales que no se compartan, lo que favorece la resolución racional y pacífica de los conflictos, como
resultado del debate público y no de la confrontación violenta.”
155 Ver, entre otras, la Sentencia SU-396 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
156 Con todo, esta presunción no opera cuando están de por medio expresiones abiertamente discriminatorias. Así
lo explicó la Sala Plena en la Sentencia C-091 de 2017 (M.P. María Victoria Calle Correa) al estudiar la
constitucionalidad del tipo penal de hostigamiento, contenido en la Ley antidiscriminación o Ley 1482 de 2011.
54
182. Sospecha de inconstitucionalidad de las limitaciones y control de
constitucional estricto sobre las mismas. Las limitaciones a la libertad de expresión
se presumen inconstitucionales. Por lo tanto, las medidas legislativas, judiciales,
policivas, militares o de cualquier otra índole que impongan una restricción están
sujetas a un control estricto de proporcionalidad. Este control implica, por lo
menos, que la medida debe tener un fundamento legal; que debe ser necesaria para
alcanzar un fin imperioso, y debe ser proporcional, es decir, que no suponga una
restricción excesivamente intensa para la libertad de expresión. Estas condiciones
son conocidas como el test tripartito: legalidad, necesidad y proporcionalidad. 157
Cabe destacar que la Corte Constitucional ha desarrollado ampliamente los
exámenes o test de razonabilidad y proporcionalidad, como herramientas aplicables
en estos conflictos.158
157 En este sentido, dijo la corte en la Sentencia T-391 de 2007 (citada): “El marco general de las limitaciones
admisibles a la libertad de expresión, lo proveen los artículos 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, y 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos, que orientan la interpretación del artículo 20 de
la Carta y demás normas concordantes. Una lectura detenida de estas disposiciones revela que las limitaciones a
las libertades de expresión (en sentido estricto), información y prensa, para ser constitucionales, deben cumplir con
los siguientes requisitos básicos: (1) estar previstas de manera precisa y taxativa por la ley, (2) perseguir el logro
de ciertas finalidades imperiosas, (3) ser necesarias para el logro de dichas finalidades, (4) ser posteriores y no
previas a la expresión, (5) no constituir censura en ninguna de sus formas, lo cual incluye el requisito de guardar
neutralidad frente al contenido de la expresión que se limita, y (6) no incidir de manera excesiva en el ejercicio de
este derecho fundamental.”
158 Al respecto, Cfr. Sentencia SU-420 de 2019 (M.P. José Fernando Reyes Cuartas. SPV y AV. Diana Fajardo
Rivera. SPV y AV. Alejandro Linares Cantillo. AV. Carlos Bernal Pulido. AV. Luis Guillermo Guerrero Pérez) y,
sobre el alcance de los tests mencionados, Sentencia C-345 de 2019. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
159 Sentencia T-391 de 2007. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
160 Sentencia C-091 de 2017. M.P. María Victoria Calle Correa.
55
cuenta detallada de los elementos fácticos, científicos, técnicos sobre los que se
basa la decisión de adoptar una medida restrictiva sobre el derecho citado. 161
161 Sentencia T-391 de 2007. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa. En este punto, sin embargo, debe considerarse
que, por una parte, solo tres presunciones son desvirtuables (no así la prohibición de censura) y que, con todo, de
acuerdo con el artículo 13.4 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, esta prohibición tiene una
excepción. De acuerdo con esta disposición, 4. Los espectáculos públicos pueden ser sometidos por la ley a censura
previa con el exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de la infancia y la adolescencia,
sin perjuicio de lo establecido en el inciso 2.
162 Al respecto ha dicho la Corte: “(a) la expresión oral en el idioma que se elija; (b) la expresión escrita o
impresa en el idioma que se elija; (c) la expresión simbólica o artística en cualquier forma que ésta se manifieste;
(d) la difusión de ideas, pensamientos, opiniones, relatos, información y otras formas de expresión, por cualquier
medio de comunicación que se elija; (e ) la búsqueda, la obtención y la recepción de información, ideas, opiniones y
otras formas de expresión, incluidas aquellas que están en poder del Estado; y (f) la posesión de informaciones o
materiales expresivos, impresos o en cualquier otra forma susceptible de tenencia, su transporte o distribución.”
[Casos Herrera Ulloa, párr. 113; Ivcher Bronstein; párr. 152; La última tentación de Cristo, párr. 69, citados]. “ La
expresión protegida por esta libertad puede ser tanto la del lenguaje convencional, como la manifestada a través de
conducta simbólica o expresiva, convencional o no convencional. Las comunicaciones cubiertas por la libertad de
expresión stricto senso pueden ser efectuadas tanto a través del lenguaje oral o escrito como a través de conductas
con contenido expresivo o implicaciones expresivas. Tanto las unas como las otras reciben protección
constitucional, puesto que es claro que la ‘expresión’ cubierta por la libertad en comento no se restringe a las
comunicaciones verbales. // La expresión puede efectuarse a través de cualquier medio elegido por quien se
expresa, teniendo en cuenta que cada medio en particular plantea sus propias especificidades jurídicamente
relevantes. Tal como se señaló anteriormente, uno de los elementos constitutivos de la libertad de expresión stricto
senso, en su dimensión individual, es el derecho de quien se expresa a transmitir y difundir su mensaje de la manera
en que mejor considere hacerlo, y a través del medio que elija para el propósito. En consecuencia, la expresión
puede efectuarse a través de cualquier medio seleccionado por quien se expresa, y la protección constitucional se
extiende a dicho proceso de transmisión y difusión, así como al medio utilizado, ya que la libertad constitucional
que se estudia protege tanto el contenido de la expresión como su forma.” Sentencia T-391 de 2007. M.P. Manuel
José Cepeda Espinosa. SV. Rodrigo Escobar Gil.
163 Sentencia T-145 de 2019 (M.P. Cristina Pardo Schlesinger): “6.4. El numeral 4 del artículo 13 de la
Convención Americana consagra una única excepción a la prohibición de la censura previa, referente a que los
espectáculos públicos pueden ser sometidos por la ley a censura previa con el exclusivo objeto de regular el acceso
a ellos para la protección moral de la infancia y la adolescencia.”
56
189. En este orden de ideas, esta Corporación ha sostenido que la censura
constituye la forma más grave de violación al derecho fundamental a la libertad de
expresión y, en virtud de su relevancia para la democracia, representa una
afectación intensa al régimen constitucional.164
190. La censura incluye formas burdas, como el recorte de una obra de arte, la
prohibición de transmitir un contenido por los medios de comunicación o el control
previo a la difusión de ciertos mensajes; así como formas más sofisticadas,
incluidas algunas de carácter indirecto, como el uso irregular de mecanismos de
concesión de licencias, la distribución arbitraria de concesiones sobre el espectro
electromagnético (que es necesario para llegar a la radio o a la televisión), el abuso
de controles sobre el papel para periódicos165 u otras medidas destinadas a disuadir
a comunicadores, periodistas y otros actores sociales de transmitir un mensaje, todo
ello con el fin de inhibir, silenciar o propiciar la autocensura en el ejercicio de la
libertad de expresión, en sus dimensiones individual y colectiva.166
193. El uso de las palabras “entre otros” en la decisión citada indica que, en
efecto, este no es un listado taxativo, lo que resulta consecuente con la
imposibilidad de prever, de manera exhaustiva, todos los posibles ejemplos de
silenciar la expresión.
194. Por otra parte, en la Sentencia T-229 de 2020172 la Corte destacó, en relación
con la información transmitida a través de medios digitales, que no es admisible
que los particulares o las plataformas ejerzan censura sobre los contenidos que
circulan en Internet por el riesgo que eso genera en las libertades y derechos
fundamentales de expresión, de opinión y de información, y por “la subjetividad
que gira en torno a los juicios de valor, especialmente, el requerido para
establecer si un contenido afecta prima facie los derechos fundamentales al buen
También ha considerado posible (iii) restringir la circulación, en el territorio nacional, de un libro que puede poner
en riesgo los derechos de niños por referirse a circunstancias relacionadas con
elloshttps://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2015/SU626-15.htm - _ftn74 o, (iv) establecer como falta
disciplinaria de los integrantes de las fuerzas militares la realización de “publicaciones sobre asuntos militares por
medio de la prensa, la radio, la televisión o cualquier otro medio, sin el permiso correspondiente”, al considerar
necesario armonizar la prohibición del artículo 20 de la Carta con la realización de los fines del Estado relativos a
la protección de la integridad territorial y la soberanía nacional. Asimismo la Corte ha concluido (v) que prever la
responsabilidad solidaria de un medio de comunicación por publicidad engañosa, cuando ha actuado con dolo o
culpa grave, no desconoce la prohibición de censura al tratarse de un supuesto de responsabilidad ulterior
justificado constitucionalmente.”
168 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa. SV. Rodrigo Escobar Gil.
169 M.P. Humberto Antonio Sierra Porto.
170 M.P. Cristina Pardo Schlesinger. AV. Alberto Rojas Ríos.
171 Sentencia T-145 de 2019. M.P. Cristina Pardo Schlesinger. AV. Alberto Rojas Ríos; reiterando a su vez la
Sentencia T-543 de 2017. M.P. Diana Fajardo Rivera. SV. Carlos Bernal Pulido.
172 M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez. AV. Alejandro Linares Cantillo.
58
nombre o la honra, en consideración de la relatividad con la que se pueden definir
lo bueno y lo malo.”
196. Por otra parte, existen discursos especialmente protegidos que deben ser
analizados de manera amplia y cuyas restricciones siempre son especialmente
sospechosas. Sin ánimo de taxatividad, de acuerdo con el derecho internacional de
los derechos humanos y el derecho constitucional, gozan de una protección especial
el discurso político y sobre asuntos de interés público; 176 el discurso sobre
funcionarios públicos o candidatos a ocupar cargos públicos; 177 el que constituye en
sí mismo el ejercicio de otros derechos fundamentales, como el que se vierte en la
creación y expresión artísticas, el discurso religioso, la correspondencia, la
manifestación pacífica, entre otros;178 las reivindicaciones de la identidad sexual
173 “En criterio de la Corte, a la luz de las disposiciones constitucionales y de tratados internacionales sobre
derechos humanos aplicables, estos tipos de expresión sobre los cuales se ha desvirtuado la presunción de
cobertura constitucional de la libertad de expresión son cuatro: (a) la propaganda en favor de la guerra; (b) la
apología del odio nacional, racial, religioso o de otro tipo de odio que constituya incitación a la discriminación, la
hostilidad, la violencia contra cualquier persona o grupo de personas por cualquier motivo (modo de expresión que
cobija las categorías conocidas comúnmente como discurso del odio, discurso discriminatorio, apología del delito y
apología de la violencia); (c) la pornografía infantil; y (d) la incitación directa y pública a cometer genocidio. Estas
cuatro categorías se han de interpretar con celoso apego a sus definiciones precisas en los instrumentos jurídicos
correspondientes, para así minimizar el riesgo de que se incluyan, bajo su alcance, formas de expresión que sí son
legítimamente acreedoras de la protección constitucional.” Sentencia T-391 de 2007. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa.
174 Sentencias T-179 de 2019 M.P. Alejandro Linares Cantillo. y SU-420 de 2019. M.P. José Fernando Reyes
Cuartas. AV. Carlos Bernal Pulido. AV y SPV. Diana Fajardo Rivera. AV. Luis Guillermo Guerrero Pérez. AV y
SPV. Alejandro Linares Cantillo.
175 sentencia T-155 de 2019. M.P. Diana Fajardo Rivera. AV. Alejandro Linares Cantillo. SV. Luis Guillermo
Guerrero Pérez.
176 Herrera Ulloa, cit, párrafo 127; Ivcher Bronstein, párrafo 155, cit. Informe Anual CIDH 1994, Capítulo V.
177 Caso Palamara Iribarne, párrafo 82.
178 “4.2.2.3.1. Dentro del rango de tipos de discursos protegidos por la libertad de expresión en sentido estricto, el
mayor grado de protección se provee al discurso político, al debate sobre asuntos de interés público, y a los
discursos que constituyen un ejercicio directo e inmediato de derechos fundamentales adicionales que se vinculan
necesariamente a la libertad de expresión para poder materializarse. (…) Por otra parte, existe una serie de modos
de expresión que constituyen, en sí mismos, el ejercicio de otros derechos fundamentales distintos a la libertad de
expresión stricto senso, (…) [S]e trata, en resumen, de ocho tipos de discurso: (a) la correspondencia y demás
59
diversa o la defensa de la equidad de género y la erradicación de la violencia
basada en género,179 así como aquellos que configuran elementos fundantes de la
identidad de las personas.180 Más adelante, la Sala profundizará en torno a los
discursos que denuncian específicamente casos de acoso, abuso o violencia sexual,
dada su relevancia para el caso objeto de estudio.
197. Ahora bien, todas las personas son titulares de la libertad de expresión, pero
el margen de protección al discurso es menor para algunos. Esta limitación no se
basa en condiciones que definen la identidad del individuo, ni pueden constituirse a
partir de criterios sospechosos, pues ello afectaría la igualdad. En cambio, esta
limitación tiene origen en dos aspectos; por una parte, la decisión voluntaria de una
persona de asumir en sus actuaciones determinada notoriedad; y, por otra, la
asunción de funciones públicas o de relevancia pública.
198. En esta línea, el tribunal internacional citado ha puntualizado que “el acento
de este umbral diferente de protección no se asienta en la calidad del sujeto, sino
en el carácter de interés público que conllevan actividades o actuaciones de una
persona determinada. Aquellas personas que influyen en cuestiones de interés
público que conllevan las actividades o actuaciones de una persona determinada.
Aquellas personas que influyen en cuestiones de interés público se han expuesto
voluntariamente a un escrutinio público más exigente y, consecuentemente, se ven
expuestos a un mayor riesgo de sufrir críticas, ya que sus actividades salen del
dominio de la esfera privada para insertarse en la esfera del debate público.”181
formas de comunicación privada, (b) los discursos estéticos, morales, emotivos o personales, manifestados a través
de expresiones verbales, artísticas, o de conductas simbólicas o expresivas, sin perjuicio de la protección
constitucional explícita de la libre expresión artística; (c) la exposición de convicciones y la objeción de conciencia;
(d) el discurso religioso; (e) el discurso académico, investigativo y científico; (f) las expresiones realizadas en el
curso de manifestaciones públicas pacíficas; (g) el discurso cívico o de participación ciudadana, y (h) el discurso de
identidad, que expresa y refuerza la propia adscripción cultural y social. Cada uno de estos tipos de discurso
corresponde al ejercicio de un derecho constitucional fundamental específico.” Sentencia T-391 de 2007. M.P.
Manuel José Cepeda Espinosa.
179 En la reciente Sentencia T-289 de 2021 (M.P. Alberto Rojas Ríos), la Corte Constitucional reconoció que el
discurso feminista está especialmente protegido, no solo porque plasma asuntos de interés público en el Estado
Constitucional de Derecho y porque este incorpora un contenido político emancipador.
180 La CorteIDH, en el caso López Álvarez contra indicó que los estados deben garantizar la posibilidad de las
personas que defienden una identidad étnica diversa de expresar y transmitir su cultura, preservando su identidad, y
diferenciándola de las demás. En ese marco, la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión afirmó: “otras
formas discursivas que, de conformidad con el razonamiento anterior, han de gozar de especial nivel de protección
por expresar un elemento integral de la identidad y dignidad personales, son el discurso religioso y aquellas que
expresan la propia orientación sexual y la identidad de género. En efecto, de una parte, el artículo 12.1 de la
convención Americana, al proteger la libertad de conciencia y de religión, dispone expresamente que este derecho
implica ‘la libertad de profesar y divulgar su religión y sus creencias, individual o colectivamente, tanto en público
como en privado’; y el artículo 12.3 establece que ‘la liberta de manifestar la propia religión y las propias
creencias está sujeta únicamente a las limitaciones prescritas por la ley y que sean necesarias para proteger la
seguridad, el orden, la salud o la moral públicas o los derechos o libertades de los demás’. Asimismo, por su
estrecha relación con la dignidad, la libertad de expresión y la igualdad de todos los seres humanos, en esta
categoría de discursos especialmente protegidos se encuentran aquéllos que expresan la propia orientación sexual y
la identidad de género. A este respecto, cabe recordar que la resolución 2435 (XXXVIII-O/08)/84 de la Asamblea
General de la OEA, marcó un hito a nivel internacional en la materia.” Relatoría Especial para la Libertad de
Expresión, Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Marco Jurídico sobre el derecho a la libertad de
expresión, 2010, disponible en Internet.
181 Cfr. Caso Ivcher Bronstein contra Perú, párr. 155; en el mismo sentido, los casos de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos Mauricio Herrera Ulloa v. Costa Rica, 2004; Ricardo Canese v. Paraguay, 2004 y Kimel v.
Argentina, 2008. También en el ámbito europeo pueden consultarse las decisiones del Tribunal Europeo de Derechos
Humanos Caso Feldek v. Slovakia, 2001; Sürek and Özdemir v. Turkey, 1999.
60
199. Inversamente, la expresión crítica al poder tiene un margen particularmente
amplio. Así, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, recordando a su vez la
jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, tiene establecido que
los límites a la crítica aceptable son más amplios frente a un político que frente a un
particular, pues el primero conscientemente está abierto a un riguroso escrutinio de
sus palabras y hechos por parte de los periodistas y la opinión pública en general,
de manera que debe demostrar mayor tolerancia. 182 En el mismo sentido, el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos (en jurisprudencia acogida por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos) ha recordado que los límites de las críticas
aceptables son más amplios con respecto al Estado que en relación a un
ciudadano privado e inclusive un político, razón por la cual, en un sistema
democrático, las acciones u omisiones del Estado deben estar sujetas a escrutinio
riguroso.183
188 RonNell Andersen Jones. “What the Supreme Court Thinks of the Press and Why It Matters”. Brigham Young
University Law School. BYU Law Digital Commons 66 Aʟᴀ. L. Rᴇᴠ. 253 (2014). Consultado en
https://digitalcommons.law.byu.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1006&context=faculty_scholarship el 03 de abril de
2021. Pág. 7.
189 “Public watchdog journalism”
190 RonNell Andersen Jones. “What the Supreme Court Thinks of the Press and Why It Matters”. Brigham Young
University Law School. BYU Law Digital Commons 66 Aʟᴀ. L. Rᴇᴠ. 253 (2014). Consultado en
https://digitalcommons.law.byu.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1006&context=faculty_scholarship el 03 de abril de
2021. Pág. 7.
191 Ver sentencias T-074 de 1995. M.P. José Gregorio Hernández Galindo; SU-056 de 1995. M.P. Antonio Barrera
Carbonell; T-256 de 2013. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub y T-594 de 2017. M.P. Carlos Bernal Pulido.
192 Sentencia T-594 de 2017. M.P. Carlos Bernal Pulido. Fundamento 37.
193 Sentencia C-592 de 2012. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio. Fundamento 3.2.
194 Sentencia T-391 de 2007. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
62
209. La Corte Constitucional ha reconocido que el ejercicio de la libertad de
prensa puede entrar en colisión con los derechos a la honra y buen nombre de las
personas.195 El poder de difusión y disuasión del que gozan los medios de
comunicación conlleva un riesgo inherente, del cual se desprenden dos
consecuencias. Por una parte, la emisión de información incorrecta o
malintencionada puede causar daño sobre la intimidad y otros derechos de las
personas, dado el amplio alcance y rapidez con la que se propaga la información en
la actualidad. Por otra, la capacidad de las personas para desmentir la información
emitida por los medios de comunicación puede resultar insuficiente y exigua. En
consecuencia, el artículo 20 de la Constitución consignó, de un lado, el deber de
responsabilidad social como criterio orientador de la labor periodística y, de otro,
el derecho a la rectificación, que “conlleva la obligación de quien haya difundido
información inexacta o errónea de corregir la falta, con un despliegue
equitativo”196 y “busca reparar tanto el derecho individual transgredido como el
derecho colectivo a ser informado de forma veraz e imparcial.”197
202 Al respecto, la CorteIDH dijo: “considera que existe un deber del periodista de constatar en forma razonable,
aunque no necesariamente exhaustiva, los hechos en que fundamenta sus opiniones. Es decir, resulta válido
reclamar equidad y diligencia en la confrontación de las fuentes y la búsqueda de información. Esto implica el
derecho de las personas a no recibir una versión manipulada de los hechos. En consecuencia, los periodistas tienen
el deber de tomar alguna distancia crítica respecto a sus fuentes y contrastarlas con otros datos relevantes”.
CorteIDH. Caso Granier y otros (Radio Caracas Televisión) v. Venezuela. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de junio de 2015. Serie C No. 293. Párr. 139.
203 El Tribunal EDH se ha referido a la ética periodística y periodismo responsable. Bajo estos términos, ha
señalado que: “el artículo 10 de la Convención no garantiza la libertad de expresión irrestricta, incluso en lo que
respecta a la cobertura de prensa de asuntos de interés público. En los términos del párrafo 2 de esa disposición, la
libertad de expresión conlleva “deberes y responsabilidades”, que también se aplican a los medios de comunicación
incluso con respecto a asuntos de interés público”. Tribunal EDH. Caso Verlagsgruppe Droemer Knaur Gmbh & co.
Kg v. Alemania. Sentencia del 19 de octubre de 2017. Párr. 44.
204 Tribunal EDH. Caso Verlagsgruppe Droemer Knaur Gmbh & co. Kg v. Alemania. Sentencia del 19 de octubre
de 2017. Párr. 45.
205 Sentencia C-102 de 2018. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez.
206 Ver sentencias C-650 de 2003 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa); T-391 de 2007 (M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa) y C-592 de 2012 (M.P. Jorge Iván Palacio Palacio), entre otras. Al respecto, la Sentencia C-650 de 2003
(M.P. Manuel José Cepeda Espinosa) señala lo siguiente sobre distintas formas de control de la información, que
pueden generar autocensura: “La cuarta es el establecimiento de controles administrativos o judiciales posteriores
tan severos e invasivos de la libertad que tienen claramente el efecto de provocar la autocensura y la creación de
mecanismos internos de revisión previa para evitar que tales controles externos sean dirigidos en contra del medio
correspondiente. Es lo que se denomina el efecto de paralización de la información.”
64
emisor cuenta con información cierta, adquirida y emitida de buena fe, un eventual
proceso judicial puede imponer cargas o sanciones que la persona no está en
capacidad o disposición de soportar. Ello genera, además, un efecto dominó en el
resto de agentes y operadores periodísticos207 que interrumpe el libre flujo de la
información en el sistema democrático.208
207 Youn, Monica. “The Chilling Effect and the Problem of Private Action”. 66 Vanderbilt Law Review 1471
(2019). Extraído de https://scholarship.law.vanderbilt.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1314&context=vlr el 4 de
abril de 2021.
208 El Tribunal EDH ha señalado que el chilling effect o efecto silenciador puede resultar del miedo a un eventual
proceso o sanción derivado de la información emitida, sin que sea necesaria una sanción o proceso previo. De este
modo, “[e]l Tribunal observa además el chilling effect que tiene el miedo a la sanción sobre el ejercicio de la
libertad de expresión, incluso en el caso de una eventual absolución, al considerar la probabilidad [de] que tal
miedo disua[da] a alguien de hacer declaraciones similares en el futuro.” La CorteIDH, por su parte, señaló que “el
temor a una sanción civil desproporcionada puede ser a todas luces tan o más intimidante e inhibidor para el
ejercicio de la libertad de expresión que una sanción penal (…) con el resultado evidente y disvalioso de
autocensura, tanto para el afectado como para otros potenciales críticos.” La CorteIDH ha establecido un
precedente consolidado en relación con los derechos a la libertad de expresión y prensa, protegidos por la
Convención ADH en el artículo 13. […] Caso Fontevecchia y D’Amico v. Argentina - 2011, Caso López Lone y
otros v. Honduras - 2015, Caso Granier y otros (Radio Caracas Televisión) v. Venezuela – 2015.
209 Sentencia C-102 de 2018. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez. SV. Carlos Bernal Pulido. SV. Alejandro
Linares Cantillo. SV. Antonio José Lizarazo Ocampo.
210 Sentencia C-135 de 2021. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado. AV. Jorge Enrique Ibáñez Najar. AV. Alejandro
Linares Cantillo.
65
de sus funciones puede ser constitutivo de abuso del derecho. Este aspecto será
profundizado en el estudio del caso concreto.
225. Quién comunica: debe tenerse en cuenta quién es la persona que emite la
opinión y si esta es la autora del mensaje que se comunica. Deben valorarse sus
cualidades y el rol que ejerce en la sociedad. En concreto, debe apreciarse, entre
otras situaciones, si quien se expresa es un particular, un funcionario público, una
persona jurídica, un periodista, o pertenece a un grupo históricamente discriminado,
marginado o que se encuentra en una especial situación de vulnerabilidad.
226. Sobre quién o sobre qué comunica: el juez debe interpretar y valorar el
contenido de lo que se comunica, establecer si se trata de una información o una
opinión y determinar de esta forma si se respetan los límites constitucionales del
derecho a la libertad de expresión o de información. También, de ser el caso, debe
considerar la forma en que se obtuvo la información que se publica. En este punto
debe tenerse en cuenta si el discurso es uno de aquellos sobre los cuales se ha
desvirtuado la presunción de cobertura constitucional de la libertad de expresión o
si, por el contrario, se trata de un discurso especialmente protegido.
229. En este ámbito, debe analizarse (i) el contenido del mensaje: la calificación
de la magnitud del daño no depende de la valoración subjetiva que de la
manifestación realice el afectado, sino de un análisis objetivo, neutral y contextual,
entre otros; (ii) el medio o canal a través del cual se hace la afirmación; y (iii) el
impacto respecto de ambas partes (número de seguidores; número de
217 El fundamento normativo de las consideraciones que siguen se encuentra, principalmente, en las sentencias T-
155 de 2019. M.P. Diana Fajardo Rivera. AV. Alejandro Linares Cantillo. SV. Luis Guillermo Guerrero Pérez; y
SU-420 de 2019. M.P. José Fernando Reyes Cuartas. AV y SPV. Diana Fajardo Rivera. AV. Carlos Bernal Pulido.
AV. Luis Guillermo Guerrero Pérez. AV y SPV. Alejandro Linares Cantillo.
68
reproducciones, vistas, likes o similares; periodicidad y reiteración de las
publicaciones).
230. En torno al medio o canal por el cual se emite un mensaje o se hace una
afirmación, la jurisprudencia constitucional que se reitera ha precisado que la
libertad de expresión protege también el medio que se usa para comunicar. Por
tanto, las opiniones o informaciones pueden expresarse a través de libros,
periódicos, revistas, videos, audios, películas, obras de teatro, pinturas, fotografías,
programas de televisión, emisiones radiales, páginas de internet, redes sociales,
cartas, manifestaciones públicas, el uso de prendas con mensajes expresivos, entre
muchos otros. No obstante, cada medio o foro en particular plantea sus propias
especificidades y complejidades constitucionalmente relevantes, que repercuten en
el alcance de la libertad de expresión en cada caso. Por tanto, en el ejercicio de
ponderación en los casos en que entren en conflicto derechos de terceros con el
derecho a la libertad de expresión, es fundamental que el juez valore el medio o el
foro a través del cual se expresa el mensaje, ya que este incide en el impacto que
tenga la expresión sobre los derechos como el buen nombre, la honra o la
intimidad.
219 Sentencias T-914 de 2014. M.P. (e) María Victoria Sáchica Méndez. AV. Luis Ernesto Vargas Silva; y T-203
de 2022. M.P. Diana Fajardo Rivera. AV. Alejandro Linares Cantillo.
220 En cuanto a la relación de los derechos fundamentales a la honra y al buen nombre con la dignidad humana, se
ha señalado que tratándose de la honra, la relación con la dignidad humana es estrecha, en la medida en que
involucra tanto la consideración de la persona (en su valor propio), como la valoración de las conductas más íntimas
(no cubiertas por la intimidad personal y familiar). El buen nombre, por su parte, también tiene una cercana relación
con la dignidad humana, en la medida en que, al referirse a la reputación, protege a la persona contra ataques que
restrinjan exclusivamente la proyección de la persona en el ámbito público o colectivo. En el entorno social, la
garantía del derecho la honra y al buen nombre es un prerrequisito para disfrutar de muchos otros derechos. Así, por
ejemplo, tratos oprobiosos o desobligantes que ofendan el buen crédito de una persona o minen el respeto por su
imagen, tienen la potencialidad de disminuir sus oportunidades laborales. Sentencias C-442 de 2011. M. P.
Humberto Antonio Sierra Porto. SV. María Victoria Calle Correa. SV. Juan Carlos Henao Pérez; T-277 de 2015.
M.P. María Victoria Calle Correa. SV. Mauricio González Cuervo; y T-007 de 2020. M.P. José Fernando Reyes
Cuartas. SPV. Carlos Bernal Pulido.
221 Sentencias SU-1723 de 2000. M.P. Alejandro Martínez Caballero; C-489 de 2002. M.P. Rodrigo Escobar Gil.
AV. Manuel José Cepeda Espinosa; C-276 de 2019. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado. SPV. Alberto Rojas Ríos; C-
094 de 2020. M.P. Alejandro Linares Cantillo. SPV. Alberto Rojas Ríos. AV. Gloria Stella Ortiz Delgado; y T-061
de 2022. M.P. Alberto Rojas Ríos. AV. Diana Fajardo Rivera. AV. Jorge Enrique Ibáñez Najar.
222 Sentencia T-914 de 2014. M.P. (e) Martha Victoria Sáchica Méndez. AV. Luis Ernesto Vargas Silva.
223 Sentencias T-787 de 2004. M.P. Rodrigo Escobar Gil; T-392A de 2014. M.P. Alberto Rojas Ríos. AV. María
Victoria Calle Correa. AV. Luis Ernesto Vargas Silva; y T-914 de 2014. M.P. (e) Martha Victoria Sáchica Méndez.
AV. Luis Ernesto Vargas Silva.
224 Sentencias T-787 de 2004. M.P. Rodrigo Escobar Gil; T-155 de 2019. M.P. Diana Fajardo Rivera. SV. Luis
Guillermo Guerrero Pérez. AV. Alejandro Linares Cantillo; y T-203 de 2022. M.P. Diana Fajardo Rivera. AV.
Alejandro Linares Cantillo.
70
miembros de la colectividad que le conocen y le tratan. 225 Es por consiguiente, un
derecho que debe ser protegido con el fin de no menoscabar el valor intrínseco de
los individuos frente a la sociedad y frente a sí mismos, y garantizar la adecuada
consideración y valoración de las personas dentro de la sociedad. 226 Este derecho
también se encuentra ligado de manera estrecha con la intimidad, como límite
jurídico que la Constitución impone a la injerencia de terceras personas y el Estado
en determinadas esferas vitales que se encuentran por fuera del dominio público. 227
236. El derecho al buen nombre ha sido definido como la reputación que acerca
de una persona tienen los demás miembros de la sociedad en el medio en el cual se
desenvuelve.228 Opera frente al detrimento que una persona pueda sufrir como
producto de expresiones ofensivas o injuriosas, informaciones falsas o tendenciosas
que distorsionan el concepto público que se tiene de ella y tienden a socavar el
prestigio y la confianza de los que disfruta en su entorno social, o cuando en
cualquier forma se manipula la opinión general para desdibujar su imagen.229
238. Sin embargo, estas cuestiones no pueden ser definidas a partir de reglas
generales fijadas de manera previa, sino que la resolución de cada caso depende de
un análisis particular en el que se tenga en cuenta -entre otras cosas- la diferencia
entre opinión e información (evento en el que son exigibles las cargas de veracidad
e imparcialidad), si la información difundida versa sobre funcionarios públicos,
figuras públicas o particulares, el interés público de las acciones que aquellos
realizan y sobre las que se informa, o si se trata de discursos de especial protección.
225 Sentencias T-411 de 1995. M.P. Alejandro Martínez Caballero; C-489 de 2002. M.P. Rodrigo Escobar Gil. AV.
Manuel José Cepeda Espinosa; T-155 de 2019. M.P. Diana Fajardo Rivera. SV. Luis Guillermo Guerrero Pérez. AV.
Alejandro Linares Cantillo; T-275 de 2021. M.P. Paola Andrea Meneses Mosquera. SPV. Cristina Pardo Schlesinger;
y T-203 de 2022. M.P. Diana Fajardo Rivera. AV. Alejandro Linares Cantillo.
226 Sentencias T-015 de 2015. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva. AV. María Victoria Calle Correa; T-110 de 2015.
M.P. Jorge Iván Palacio Palacio; T-007 de 2020. M.P. José Fernando Reyes Cuartas. SPV. Carlos Bernal Pulido; y
T-203 de 2022. M.P. Diana Fajardo Rivera. AV. Alejandro Linares Cantillo.
227 Sentencia T-277 de 2015. M.P. María Victoria Calle Correa. SV. Mauricio González Cuervo.
228 Sentencias T-787 de 2004. M.P. Rodrigo Escobar Gil y T-110 de 2015. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
229 Sentencias T-411 de 1995. M.P. Alejandro Martínez Caballero; C-489 de 2002. M.P. Rodrigo Escobar Gil. AV.
Manuel José Cepeda Espinosa; T-040 de 2005, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa; T-110 de 2015. M.P. Jorge Iván
Palacio Palacio; y T-031 de 2020. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez.
230 Sentencia SU-1723 de 2000. M.P. Alejandro Martínez Caballero.
231 Sentencia T-015 de 2015. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva. AV. María Victoria Calle Correa.
232 Sentencia SU-1723 de 2000. M.P. Alejandro Martínez Caballero.
71
sociedad de la persona cuya intimidad se protege; 233 (ii) la noción de interés
general;234 (iii) las circunstancias de modo, tiempo y lugar en las cuales se
produjeron los hechos sobre los cuales se debe realizar la ponderación de
derechos;235 y (iv) el contenido del mensaje difundido. 236 Tratándose de medios de
comunicación se debe tener en consideración, además, (a) el grado de difusión de la
información -la magnitud del daño varía según la información se transmita en el
ámbito local, regional o nacional-; (b) su naturaleza -no resulta igual si lo que se
divulga es un asunto de la vida privada de la persona o su actividad como
funcionario o figura pública-; y (c) la forma como se difunde -el tipo de medio a
través del cual se emita la información y la forma como esta se presenta-. 237
Presunción de inocencia
233 La Corte ha señalado que gozan de mayor grado de protección constitucional los asuntos relacionados con el
interés general. Para determinar cuáles temas se enmarcan en ese concepto, es necesario analizar el contenido de la
información y la calidad de la persona, debido a la importancia que adquieren para la vida democrática sus
actuaciones en ejercicio de una función pública o en el desempeño de una actividad de relevancia social. “ Esto no
significa, sin embargo, que por razón de la posición pública que ostentan algunas personas, la Constitución haya
otorgado carta blanca a los medios de información para mancillar injustificadamente su buen nombre y honra. Tal
interpretación de la jurisprudencia constitucional sería discriminatoria para dichos personajes y, por ende,
integralmente inconstitucional.” Sentencia T-1202 de 2000. M.P. Vladimiro Naranjo Mesa. “Es así que el acento de
este umbral diferente de protección no se asienta en la calidad del sujeto, sino en el carácter de interés público que
conllevan las actividades o actuaciones de una persona determinada. Aquellas personas que influyen en cuestiones
de interés público se han expuesto voluntariamente a un escrutinio público más exigente y, consecuentemente, se
ven expuestos a un mayor riesgo de sufrir críticas, ya que sus actividades salen del dominio de la esfera privada
para insertarse en la esfera del debate público.” Sentencia T-155 de 2019. M.P. Diana Fajardo Rivera. SV. Luis
Guillermo Guerrero Pérez. AV. Alejandro Linares Cantillo.
234 En personajes de la vida pública no cualquier tema (menos aún de su intimidad), puede ser considerado como
de interés general. Ni siquiera la curiosidad pública o el gusto por la sensación, aun cuando despierte la atención
generalizada de las personas, justifica una intromisión de tal magnitud. En consecuencia, se exige un interés público,
real, serio y actual. El carácter de interés público hace referencia a los asuntos en los cuales la sociedad tiene un
legítimo interés de mantenerse informada, de conocer lo que incide sobre el funcionamiento del Estado, o afecta
derechos o intereses generales o le acarrea consecuencias importantes. Sentencias SU-1723 de 2000. M.P. Alejandro
Martínez Caballero; y T-135 de 2014. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio. Cfr. CorteIDH. Caso Fontevecchia y
D`Amico Vs. Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de noviembre de 2011. Serie C No. 238.
235 (a) Frente a las circunstancias de modo, si una persona realiza a la vista pública actividades de su íntimo resorte,
el ámbito de protección del derecho a la intimidad se reduce. (b) De acuerdo con las circunstancias de tiempo, todo
individuo tiene derecho a que se respeten sus momentos privados -v.gr. no estar sometido al escrutinio público en
aquellos momentos en que desarrolla su vida privada-. (c) En relación con las circunstancias de lugar, serán objeto
de protección todas aquellas actividades que se realizan en espacios que no ostentan el carácter de públicos o de uso
común, mientras su titular los preserve como tales. Sentencias T-036 de 2002. M.P. Rodrigo Escobar Gil y T-914 de
2014. M.P. (e) María Victoria Sáchica Méndez. AV. Luis Ernesto Vargas Silva.
236 Se debe establecer el medio empleado para publicar el mensaje y el contexto de dicha publicación, además,
resulta necesario valorar las implicaciones del contenido transmitido y, finalmente, valorar la responsabilidad de la
parte accionada. Sentencias T-714 de 2010. M.P. María Victoria Calle Correa y T-357 de 2015. M.P. Gabriel
Eduardo Mendoza Martelo.
237 Sentencias T-1000 de 2000. M.P. Vladimiro Naranjo Mesa y T-357 de 2015. M.P. Gabriel Eduardo Mendoza
Martelo.
72
241. La Corte ha especificado que la presunción de inocencia comprende, a su
vez, tres garantías básicas: (i) una persona solo puede considerarse penalmente
responsable luego de un proceso en el que hubiera estado rodeada de plenas
garantías y en el que se haya demostrado su responsabilidad; (ii) la carga de la
prueba acerca de la responsabilidad recae sobre el titular de la acusación; y (iii)
mientras no se desvirtúe la presunción de inocencia, habrá de entenderse que la
persona procesada no es responsable por el hecho ilícito que se le imputa. 238
238 Sentencias SU-274 de 2019. M.P. José Fernando Reyes Cuartas. AV. Diana Fajardo Rivera y T-275 de 2021.
M.P. Paola Andrea Meneses Mosquera. SPV. Cristina Pardo Schlesinger.
239 “El derecho a la libertad de expresión protege la facultad de los individuos de denunciar públicamente la
comisión de presuntos hechos delictivos.” Sentencia T-275 de 2021. M.P. Paola Andrea Meneses Mosquera. SPV.
Cristina Pardo Schlesinger.
240 Sentencia T-275 de 2021. M.P. Paola Andrea Meneses Mosquera. SPV. Cristina Pardo Schlesinger. En esta
providencia se hizo alusión a las sentencias T-040 de 2013. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub. AV. Alexei Egor
Julio Estrada (e); T-145 de 2016. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez; y SU-274 de 2019. M.P. José Fernando
Reyes Cuartas. AV. Diana Fajardo Rivera.
241 Sentencia T-275 de 2021. M.P. Paola Andrea Meneses Mosquera. SPV. Cristina Pardo Schlesinger.
242 Sentencia T-277 de 2015. María Victoria Calle Correa. SV. Mauricio González Cuervo. Para arribar a estas
conclusiones, la Sala Primera de Revisión realizó un recuento de lo decidido en las sentencias T-332 de 1993. M.P.
José Gregorio Hernández Galindo; T-369 de 1993. M.P. Antonio Barrera Carbonell; T-074 de 1995. M.P. José
Gregorio Hernández Galindo; T-1225 de 2003. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa; T-626 de 2007. M.P. Jaime
Córdoba Triviño; T-439 de 2009. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; T-260 de 2010. M.P. Mauricio González
Cuervo; T-219 de 2012. M.P. Juan Carlos Henao Pérez; T-040 de 2013. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub. AV.
Alexei Egor Julio Estrada (e); y T-135 de 2014. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
243 Sentencia T-040 de 2013. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub. AV. Alexei Egor Julio Estrada (e).
244 “En la esfera penal, el emisor de imputaciones presuntamente calumniosas o injuriosas debe probar que la
información es ‘indudablemente verdadera’ para liberarse de responsabilidad. En cambio, en el trámite de tutela el
emisor sólo debe demostrar que ‘desplegó un esfuerzo diligente por verificar, constatar y contrastar razonablemente
las fuentes, así como también, exploró los diversos puntos de vista desde los cuales un mismo hecho puede ser
observado’. Corte Constitucional, sentencias T-695 de 2017 y T-117 de 2018.” Sentencia T-275 de 2021 (M.P. Paola
Andrea Meneses Mosquera. SPV. Cristina Pardo Schlesinger) en la que, a su vez, se hizo alusión a la Sentencia T-
293 de 2018 (M.P. Cristina Pardo Schlesinger).
73
falsos o inexactos o no se distingue entre una opinión y los elementos fácticos
objetivos en una noticia emitida, sino también resulta desconocido este principio,
cuando la información que se emite, a pesar de que concuerda con la realidad, se
presenta al lector con un lenguaje y una exposición que lo induce a la confusión o
al error.245
245 “También corresponde a los derechos del receptor de la noticia el de la certidumbre en que la forma de
transmisión o presentación de ella sea objetiva, es decir, que se halle despojada de toda manipulación o tratamiento
arbitrario; libre de inclinación tendenciosa y deliberada; ajena a la pretensión de obtener de las informaciones
efectos normalmente no derivados de los hechos u opiniones que las configuran, considerados en sí mismos, sino del
enfoque usado por el medio para distorsionarlas.” Sentencia T-040 de 2013. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
AV. Alexei Egor Julio Estrada (e). En el mismo sentido, la Corte ha señalado que “hacer que el receptor de la
información considere verdadero algo que aún no ha sido establecido, merced al uso sesgado de titulares,
comentarios, interrogantes, o inferencias periodísticas puede conducir a defraudar a la comunidad, en cuanto se le
trasmite información errónea o falsa. Ha indicado además, que la tarea fiscalizadora que cumplen los medios en un
sistema democrático, no puede desarrollarse adecuadamente si ellos se conforman con las informaciones que le
suministren los interesados en un litigio. Su misión exige que indaguen siempre más allá.” Sentencias T-259 de
1994. M.P. José Gregorio Hernández Galindo; T-066 de 1998. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz; T-626 de 2007.
Jaime Córdoba Triviño; y T-040 de 2013. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub. AV. Alexei Egor Julio Estrada (e).
246 Sentencia T-040 de 2013. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub. AV. Alexei Egor Julio Estrada (e).
247 La primera providencia que se refirió a ese manejo del lenguaje fue la Sentencia T-525 de 1992 (M.P. Ciro
Angarita Barón. AV. José Gregorio Hernández Galindo), sobre la manera en que los organismos de inteligencia
deben adelantar sus investigaciones y consignar la información, de manera tal que no vulneren derechos
fundamentales, “tales como la intimidad, el buen nombre y la honra de las personas” y la presunción de inocencia.
Lo anterior, tras la publicación en un diario, con fundamento en un informe de inteligencia militar, de que el
accionante hacía parte de un grupo guerrillero. “Por consiguiente, los informes destinados a los medios de
comunicación provenientes de los organismos de seguridad del Estado deben ser excepcionales y responder siempre
a propósitos de seguridad bien precisos. Su divulgación no debe afectar los derechos fundamentales de las
personas. Los datos de que disponen los organismos de inteligencia no pueden ser divulgados con criterios de mera
información periodística.” Ese criterio ha sido reiterado en asuntos relacionados con la difusión de información
sobre hechos que pueden ser delictivos o respecto de procesos penales en curso. Ver, entre otras, las sentencias T-
066 de 1998. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz; SU-274 de 2019. M.P. José Fernando Reyes Cuartas. AV. Diana
Fajardo Rivera; y T-275 de 2021. M.P. Paola Andrea Meneses Mosquera. SPV. Cristina Pardo Schlesinger.
248 Sentencias T-626 de 2007. M.P. Jaime Córdoba Triviño; T-040 de 2013. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
AV. Alexei Egor Julio Estrada (e); y T-277 de 2015. M.P. María Victoria Calle Correa. SV. Mauricio González
Cuervo.
74
deformen la divulgación de las informaciones sobre los sucesos, ni induzcan a
error al receptor de la noticia.”249
249 Sentencias T-626 de 2007. M.P. Jaime Córdoba Triviño; T-040 de 2013. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
AV. Alexei Julio Estrada (e); y T-135 de 2014. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
250 En el mismo sentido, la Sala Plena ha determinado que “los medios de comunicación pueden difundir
información relacionada con procesos penales, en particular, con la vinculación de la persona al proceso, el
contenido de órdenes de captura y la posterior condena. Sin embargo, el derecho a la libertad de información está
limitado por los derechos a la intimidad, al buen nombre y a la honra, que imponen una responsabilidad social a los
periodistas. Esa limitación se materializa en los principios de veracidad e imparcialidad, los cuales conllevan la
obligación a cargo del medio de comunicación de presentar información cierta, completa, clara y actualizada sobre
la situación del investigado o condenado y las particularidades del proceso penal.” Sentencia C-276 de 2019. M.P.
Gloria Stella Ortiz Delgado. SPV. Alberto Rojas Ríos. Cfr. Sentencia T-040 de 2013. M.P. Jorge Ignacio Pretelt
Chaljub. AV. Alexei Egor Julio Estrada (e). De igual modo, la Corte ha dicho que incluso puede informarse sobre
esas situaciones, “pese a que la situación haya sido ya dirimida en sentido contrario ante los órganos
jurisdiccionales del Estado.” Sentencia T-275 de 2021. M.P. Paola Andrea Meneses Mosquera. SPV. Cristina Pardo
Schlesinger.
251 Sentencias T-040 de 2013. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub. AV. Alexei Egor Julio Estrada (e); SU-274 de
2019. M.P. José Fernando Reyes Cuartas. AV. Diana Fajardo Rivera; y T-275 de 2021. M.P. Paola Andrea Meneses
Mosquera. SPV. Cristina Pardo Schlesinger.
252 Sentencia T-275 de 2021. M.P. Paola Andrea Meneses Mosquera. SPV. Cristina Pardo Schlesinger.
253 Sentencias T-040 de 2013. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub. AV. Alexei Egor Julio Estrada (e); y T-275 de
2021. M.P. Paola Andrea Meneses Mosquera. SPV. Cristina Pardo Schlesinger.
254 Sentencia SU-274 de 2019. M.P. José Fernando Reyes Cuartas. AV. Diana Fajardo Rivera. Reiterada en las
sentencias SU-141 de 2020. M.P. Carlos Bernal Pulido. SV. Alejandro Linares Cantillo. SV. Antonio José Lizarazo
Ocampo. SV. José Fernando Reyes Cuartas; y SU-174 de 2021. M.P. José Fernando Reyes Cuartas. AV. Diana
Fajardo Rivera. AV. Alejandro Linares Cantillo. AV. Alberto Rojas Ríos. “Un juicio paralelo es aquel conjunto de
informaciones aparecidas en los medios de comunicación sobre un asunto a tratar por el órgano judicial,
generándose una valoración social del comportamiento de personas implicadas.” Un juicio paralelo también se
entiende “como ‘aquel conjunto de informaciones y noticias, acompañadas de juicios de valor más o menos
explícitos, difundidas durante un determinado periodo de tiempo en los medios de comunicación sobre un caso, y
con independencia de la fase procesal en la que se encuentre’, cuya característica principal es ‘que se realiza una
valoración social de las acciones sometidas a la investigación judicial, lo que podría influir en la voluntad y opinión
de los jueces y, especialmente, de los jurados’.”
75
sucedido, identificación de las partes, estado del proceso, etc.) y, por otro lado,
escudarse en la libertad de expresión para realizar juicios valorativos sobre la
actuación procesal -juicio paralelo-, lo cual puede influir en la resolución del
proceso y en la imparcialidad de los jueces. Esto último, reviste gran
trascendencia, dado que puede afectar intereses de valía en el ordenamiento
superior, como el debido proceso, el derecho a recibir un juicio justo y la
presunción de inocencia, sin contar la tensión que pueda presentarse ante una
eventual limitación del principio de publicidad. Sin embargo, tal conflicto no es
insuperable, pues será la autoridad judicial la encargada de analizar las variables
que puedan presentarse en cada caso y efectuar una ponderación en los derechos
o principios que puedan verse encontrados.”255
252. En esta ocasión la Sala de Revisión estimó que una publicación en la red
Facebook, en la cual una mujer indicaba que no compartiría espacios o lugares
comunes con un hombre en particular, constituyó expresión de su derecho a opinar,
la emisión de juicios íntimos protegidos de manera reforzada en tanto “rechazan o
denuncian actos sexistas en su contra, más si sufren hechos de acoso tanto en las
redes sociales, como en el mundo no digital; en otras palabras, el derecho a decir
“¡NO!” está constitucionalmente protegido por la libertad de expresión y opinión.
En ese sentido, conforme a las consideraciones expuestas en la parte motiva de la
sentencia, la señora Luz Estela Royo Bárcenas utilizó la red
social Facebook como un espacio para compartir su experiencia en torno a la
actuaciones estatales, sino que se extiende a las actuaciones de particulares, y especialmente, a la de aquellos
encargados de prestar servicios públicos como la educación.”
261 En esta decisión se destacaron dos asuntos en especial: el tipo de discurso que dio lugar al despido sin justa
causa y el lugar en el que se realizó -un establecimiento de educación superior-.
262 M.P. Alberto Rojas Ríos.
263 Sobre su surgimiento, Remedios Zafra, sostiene que “[a]lgo ocurrió a principios de los años noventa con la
vida en las pantallas y el mundo conectado, que a muchas personas les salieron alas. El “nuevo desorden mundial”
que era el ciberespacio llegaba por módem y calaba en distintas capas de identidades y cuerpos. De hecho,
sabíamos qué pasa cuando una persona se viste de hombre o se viste de mujer, pero no sabíamos qué suponía
vestirse del espacio cibernético. Aunque intuíamos con fuerza que en la pantalla podríamos probar a desvestirnos
de los trajes heredados, crear otros, abordar lo que sobre las identidades no se comprende y se esconde o
domestica, liberarnos de corsés, desplegar las alas. // Entonces y allí (distintas partes del mundo conectado) latía la
energía de cambio de siglo. Allí y entonces aparecieron, como un virus, desinhibidas e impertinentes “saboteadoras
del ordenador central gran papá”, amanes de la tecnología y cansadas de que las excluyeran de su imaginario. Se
hacían llamar ciberfeministas y buscaban “explotar lo simbólico desde dentro.” “Ciberfeminismo: de VNS Matriz a
Labora Cuboniks - Prólogo. Ediciones Holobionte. 2019. Pág. 12.
78
consideraciones éticas y estéticas que le representan del señor Luis Alfredo
Salamanca Daza.”
254. Para su análisis, la Corte Constitucional destacó varios aspectos. Señaló, por
un lado, que la “Constitución protege el derecho de las mujeres a denunciar por
redes sociales los actos de discriminación, violencia, acoso y abuso de los que son
víctimas”, por lo cual, el escrache es prima facie legítimo y “goza de protección
constitucional reforzada” en tanto involucra un asunto de interés público, permite
la generación de redes de solidaridad entre las víctimas y, además, promueve, con
un valor instrumental, la defensa de los derechos de las mujeres. En particular,
contribuye a la prevención, investigación y sanción de los actos de violencia contra
la mujer. En este sentido, estimó que tales espacios de denuncia no podían ser
restringidos ni silenciarse, pues las mujeres se han visto expuestas a barreras de
diverso tipo para denunciar por las vías institucionales -judiciales-, “[p]or esta
razón, la sociedad y el Estado están llamados a proteger a las mujeres que usan
las redes como una “válvula de escape” en aquellos eventos en los que los medios
judiciales o administrativos de defensa de sus derechos no son suficientes, aptos,
rápidos o seguros.”
255. De otro lado, precisó que la apertura de estos canales con el objeto de
denunciar eventos de discriminación por razones de género y, en particular,
violencia contra la mujer a través, por ejemplo, de actos de acoso, tiene la
potencialidad de afectar con intensidad los derechos a la honra, buen nombre y
presunción de inocencia de quien es señalado de haber cometido dichas conductas,
así como de generarle daños irreparables. Lo anterior, sin embargo, no restringe a
las presuntas víctimas, periodistas y usuarios de redes la libertad de publicar y
divulgar “denuncias veraces e imparciales”, sin que para ello se requiera contar
con una condena en firme contra quien es acusado, sin perjuicio, por supuesto, del
deber de quienes acuden al escrache de actuar con especial cuidado y
responsabilidad al divulgar información; en concreto, “los obliga a cumplir con las
cargas de veracidad e imparcialidad aplicables, abstenerse de incurrir en
264 M.P. Paola Andrea Meneses Mosquera. SPV. Cristina Pardo Schlesinger.
79
conductas de hostigamiento, acoso, linchamiento digital o “cyberbullying”,
respetar la presunción de inocencia y no causar afectaciones arbitrarias y
desproporcionadas a la honra y buen nombre de los acusados.” Para la Sala de
revisión citada, el respeto por la presunción de inocencia exige a quienes emiten el
mensaje (i) no afirmar que el implicado es penalmente responsable si no existe
condena, y (ii) usar fórmulas lingüísticas dubitativas, que eviten que se concluya
anticipadamente la culpabilidad.265
257. Para su resolución, la Sala de Revisión reiteró que las mujeres son titulares
del derecho fundamental a una vida libre de violencia y que entre éste y el derecho
a la libertad de expresión existe una relación inescindible, dado que, como lo ha
indicado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el “silencio es el
mejor aliado para perpetuar los abusos y las desigualdades a los que se encuentra
sujeta la mujer en todo el hemisferio”,267 por lo cual, en algunos eventos la
restricción a la expresión es una manifestación de violencia, de revictimización,
mientras que su protección materializa “un mecanismo de defensa y denuncia
contra actos que atentan contra su dignidad”. Indicó que, conforme a lo sostenido
en la Sentencia T-238 de 2018, el discurso sobre la violencia de género contra la
mujer es de interés público y, agregó que, conforme a la literatura especializada, es
también de orden político,268 en razón a que a la pretensión de trasladar a lo público
aquello que se consideraba privado y, por lo tanto, de interés solo para la persona
265 Textualmente, en el párrafo 106 de esta providencia se precisó que “La falta de certeza sobre la culpabilidad
del acusado y los graves riesgos de afectación que estas denuncias suponen, exigen que las mujeres y usuarios de
redes sociales que acudan al escrache como herramienta de denuncia sean especialmente cuidadosos y
responsables con la información que divulgan. En particular, los obliga a cumplir con las cargas de veracidad e
imparcialidad aplicables, abstenerse de incurrir en conductas de hostigamiento, acoso, linchamiento digital o
cyberbullying, respetar la presunción de inocencia y no causar afectaciones arbitrarias y desproporcionadas a la
honra y buen nombre de los acusados. Estos deberes, cargas y responsabilidades no están encaminados a evitar que
se conozca una determinada denuncia de abuso y acoso sexual, sino a regular las circunstancias de la publicación,
racionalizar el ejercicio del derecho de denuncia y armonizar la libertad de expresión con otros derechos
fundamentales e intereses constitucionales.”
266 M.P. Alberto Rojas Ríos.
267 https://www.oas.org/es/cidh/expresion/docs/informes/mujer_y_LE/Mujer%20y%20libertad%20de
%20expresion%20%20from%20Informe%20Anual%201999.pdf.
268 FACIO, Alda, Et. Al. “Por qué lo personal es político”. JASS. Asociadas por lo justo. Disponible
en: https://www.justassociates.org/sites/justassociates.org/files/dv_3_-_porq_lo_personal_es_politico.pdf.
80
involucrada, subyace la mención de lo injusto, que, en consecuencia, exige cambios
profundos de la sociedad.269
258. Al analizar el caso la Sala Novena de Revisión estableció que quién estaba
comunicando era directamente la víctima, y que su objeto recaía sobre aquello que
constituía su experiencia personal, por lo cual, lo dicho por ella no podía
comprenderse como un mero acto de habla de naturaleza informativa, respecto del
que “se… pueda exigir una determinada carga de diligencia al momento de
corroborar su veracidad e imparcialidad”, sino como una denuncia que está
mediada por la comprensión de la vivencia personal. Por lo anterior, señaló que
“los principios de veracidad e imparcialidad que, por regla general, son exigibles
a cualquier comunicación de información, deben entenderse flexibilizados respecto
de quien comunica una vivencia propia y, en concreto, de quien manifiesta su
condición de víctima de un delito”, concluyendo que quien, en estas circunstancias,
incurra en falsedades podría ser sujeto de sanciones penales y civiles. 270
269 “De esta forma, se considera que toda denuncia pública que haga una mujer de haber sido víctima de abuso
sexual, además de ser una denuncia (en los términos de la legislación penal), se convierte en una forma de
reivindicación política de los derechos de sus congéneres, la cual le permite hacer manifiesta su inconformidad con
el contexto social en el que se desenvuelve. Por ello, este tipo de expresiones deben ser concebidas como propias de
un discurso de contenido político que goza de una especial protección, en cuanto comporta una problemática cuya
superación es de interés público.”
270 En la Sentencia C-222 de 2022 (M.P. Cristina Pardo Schlesinger. SPV. Natalia Ángel Cabo. SPV. Antonio José
Lizarazo Ocampo) se reiteró que “cuando se trata de denuncias publicadas directamente por las víctimas de los
actos de violencia de género, éstas también tienen una responsabilidad que se concreta en no emitir falsedades o
imprecisiones de mala fe, so pena de ser sujeto de procesos penales o civiles.”
271 “Es así como callar, en redes sociales, o a través del medio de comunicación que se haya decidido usar, a
quien aduce haber sido la víctima de un delito, se configura en un acto de censura con la virtualidad de generar una
interferencia desproporcionada en los derechos de la víctima; mientras que, por el contrario, permitirle a esta
persona expresarse libremente, no significaría un perjuicio irrazonable en cabeza del sujeto de la publicación, en
cuanto su presunción de inocencia se mantendría incólume respecto del resto de agentes que puedan pretender
transmitir la información en cuestión y solo podría desvirtuarse con la expedición de una sentencia condenatoria en
la justicia penal.”
272 En este caso la Corte Constitucional no accedió al amparo, dándole prevalencia al derecho a la libertad de
expresión de la demandada, pese a que la denuncia no se soportó en pruebas documentales y no existían sanciones
penales contra la persona que presuntamente había ejercido violencia por razón del género.
273 M.P. Alberto Rojas Ríos. AV. Diana Fajardo Rivera. AV. Jorge Enrique Ibáñez Najar.
81
la Universidad Nacional de Colombia contra una académica y vocera de asuntos de
género de la facultad de Antropología de la misma Institución, quien, afirmó el
demandante, lideró la publicación de dos informes en los que fue señalado de
presuntos actos de acoso sexual al interior de la Universidad. Estos informes, que
se difundieron también a través de redes, fueron cuestionados por el tutelante
porque, en su concepto, tenían por objeto discriminarlo por haberse reconocido
homosexual y, además, eran infundados, en la medida en que no existían sanciones
ni investigaciones en su contra y las declaraciones anónimas no ostentaban
credibilidad. Por lo anterior, solicitó la protección de sus derechos fundamentales a
la intimidad, buen nombre y honra.
261. Para su estudio, la Sala reiteró que (i) existen discursos especial o
reforzadamente protegidos, como aquellos que tienen connotación política y se
refieren a asuntos públicos. Entre éstos se encuentran las denuncias por violencia
asociada al género. (ii) El escrache, en particular si tiene por objeto la defensa de
los derechos de las mujeres, cuenta, en principio, con protección constitucional, en
la medida en que, usualmente, al mismo antecede un escenario de ineficiencia
institucional y, por tanto, “en un contexto de inacción”, se generan “formas de
protesta social que gozan de protección constitucional” con el objeto de que “se
hagan puestas en escena que implican una interpelación a las autoridades
públicas y cuyo objetivo es el reclamo por la omisión de investigación o sanción de
responsables de vulneraciones a los derechos humanos”; (iii) El Estado tiene una
obligación de debida diligencia en la investigación y sanción de casos que
comprometen la violencia basada en género. En concreto, entre otros instrumentos,
indicó que el artículo 3 de la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra la mujer “convención de Belem do Para” prescribe que
las mujeres tienen derecho a una vida libre de violencias, esto es, entre otras cosas
no ser víctimas de discriminación.
274 “La Sala considera que, cuando los sectores sociales y populares hacen denuncias sobre vulneraciones a las
garantías constitucionales tienen como objetivo ejercer presión y vindicación de derechos ante la administración
pública, y en esa medida, no ejercen el derecho a la información. Establecer esa equiparación entre, por un lado, un
movimiento social organizado y en ejercicio de actos de denuncia de un contexto de violaciones a los derechos
humanos, y por el otro, un medio de comunicación que, de manera permanente, se dedica a recolectar, confrontar
fuentes, y difundir información, seria contraria al espíritu de la Carta de 1991.”
82
263. Finalmente es importante destacar que en la Sentencia T-140 de 2021, 275 la
Corte Constitucional también realizó algunas precisiones respecto de la relación
entre el ejercicio del periodismo y su rol en la denuncia de la violencia de género.
Aunque el contexto de dicho pronunciamiento no es idéntico al que ha ocupado la
síntesis del siguiente acápite,276 lo afirmado en dicha oportunidad contribuye a
destacar que (i) la violencia en razón del género no puede analizarse como un
fenómeno aislado, sino desde una visión sistémica, porque reproduce las relaciones
asimétricas presentes en una sociedad machista y patriarcal; y que (ii) a partir de las
obligaciones del Estado en el marco de los sistemas universal y regional de
derechos humanos, y de la legislación interna, entre ella la Ley 1257 de 2008, 277 y,
en particular, de la obligación de prevenir, investigar, juzgar y sancionar la
violencia y/o discriminación contra las mujeres por razón de género, el Estado
debe, por lo menos, cumplir los siguientes deberes: debida diligencia y
corresponsabilidad, no tolerancia o neutralidad y no repetición.
264. Ahora bien, respecto al periodismo, dicha providencia (iii) destacó que el
ejercido por mujeres es fundamental para la construcción de una democracia más
incluyente y diversa, “[e]n efecto, la participación de las mujeres en los medios de
comunicación y el periodismo materializa la igualdad de género y, al paso,
fortalece la democracia. Es importante no perder de vista que la libertad de
expresión sin la equidad de género permanecería reducida en sus alcances y
significado para la democracia, pue dejaría de lado las voces y el entendimiento
de más de la mitad de las personas que habitan el mundo”; también dio cuenta la
Corte Constitucional de los fenómenos de violencia particulares -riesgo diferencial-
que enfrentan las mujeres que ejercen dicha actividad. En este contexto, por último,
(iv) se resaltó la necesidad de garantizar el ejercicio del derecho a la libertad de
expresión a las mujeres, dado que a través del mismo se promocionan y logran las
“transformaciones jurídicas, políticas, sociales, económicas y culturales
indispensables para erradicar la discriminación y/o violencia en su contra y
avanzar también en el camino de “la denuncia de abusos y en la búsqueda de
soluciones que resultarán en un mayor respeto a todos sus derechos
fundamentales.”
Conclusiones
278 Fenómeno estructural recientemente reiterado en la Sentencia T-140 de 2021 (M.P. Cristina Pardo Schlesinger),
ya mencionada.
279 Aunque la prohibición de discriminación está prevista en el artículo 13 superior, otras disposiciones dan cuenta
del estatus conferido por el Constituyente a la mujer en diferentes escenarios de la vida, en particular los artículos 40,
42, 43 y 53.
280 Los principales instrumentos son la Declaración sobre la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, la
Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer –CEDAW, la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia Contra la Mujer, “Convención de Belém do Pará”.
281 “Estas denuncias, al ser un ejercicio legítimo del derecho a la libertad de expresión, merecen una especial
protección constitucional al tener el carácter de interés público. En efecto, este tipo de denuncias materializan la
dimensión colectiva y democrática del ejercicio del derecho a expresarse e informar sobre asuntos que pueden
impactar a toda la sociedad, y en especial, a las mujeres. Este tipo de denuncias deben ser protegidas por las
autoridades estatales, en la medida en que muchas veces las víctimas utilizan los medios de comunicación o redes
sociales como espacios seguros para contar sus testimonios y experiencias.” Sentencia C-222 de 2022. M.P. Cristina
Pardo Schlesinger. SPV. Natalia Ángel Cabo. SPV. Antonio José Lizarazo Ocampo.
282 La Sala Plena ha indicado que, ante la Asamblea General en 2021, “la Relatora Especial de la ONU para la
Libertad de Opinión y Expresión destacó el problema de la “censura de género” y dejó claro que “la capacidad de
las mujeres para hacerse oír es una medida clave de la igualdad de género y la libertad democrática”. Ibidem.
283 M.P. Paola Andrea Meneses Mosquera. SVP. Cristina Pardo Schlesinger.
84
que recaen sobre quien tiene el objetivo de informar sobre un hecho,284 (v) la
Sentencia T-289 de 2021,285 a partir de un enfoque de género, precisó que en el
escenario del derecho a la información las cargas de veracidad e imparcialidad
debían analizarse diferencialmente en razón a factores tales como quién comunica.
Desde esta perspectiva, se destacó que frente a la víctima que, directamente o a
través de otro medio, expone su vivencia personal no le son exigibles las cargas
que, por regla general, son predicables de estos actos de habla:
“Así, los principios de veracidad e imparcialidad que, por regla general, son
exigibles a cualquier comunicación de información, deben entenderse
flexibilizados respecto de quien comunica una vivencia propia y, en concreto,
de quien manifiesta su condición de víctima de un delito, pues, para éste, se
trata de un hecho objetivo. Motivo por el cual, en el caso de incurrir en
falsedades o imprecisiones, será sujeto a las sanciones penales y reparaciones
civiles que correspondan.”286
284 Ver, por ejemplo, la Sentencia T-275 de 2021. M.P. Paola Andrea Meneses Mosquera. SPV. Cristina Pardo
Schlesinger.
285 M.P. Alberto Rojas Ríos.
286 Sentencia T-289 de 2021. M.P. Alberto Rojas Ríos.
287 En este sentido, en la Sentencia C-222 de 2022 (M.P. Cristina Pardo Schlesinger), la Sala Plena afirmó que
“cuando se trata de denuncias publicadas directamente por las víctimas de los actos de violencia género éstas
también tienen una responsabilidad que se concreta en no emitir falsedades o imprecisiones de mala fe, so pena de
ser sujeto de procesos penales o civiles.”
85
directamente por las víctimas de violencia por razón del género, debe guardar un
mínimo de veracidad e imparcialidad, como lo expresó la Sala Plena en la
Sentencia C-222 de 2022.288 La veracidad se concreta en el respeto por las normas
y la ética profesional, los cuales suponen un manejo adecuado de las fuentes y los
mecanismos de contrastación; y la imparcialidad en evitar expresiones que
induzcan a error, o que carezcan por completo de sustento en la investigación
realizada; y en prever un espacio para la versión de la persona calificada como
agresora, sin que ello implica propiciar una confrontación directa entre esta y la
víctima que entrega su relato.
288 Al respecto, sostuvo que: “78. Para finalizar, cabe resaltar que la propia jurisprudencia exige la observancia
mínima de la veracidad e imparcialidad de la información emitida, la cual debe ser evaluada por el juez competente
en cada caso. De esa manera, como fue expuesto líneas arriba, cuando terceros o medios de comunicación cubren
estos asuntos deben cumplir con sus deberes de contrastación objetiva de fuentes y respetar el consentimiento e
intimidad de las víctimas.” M.P. Cristina Pardo Schlesinger. SPV. Natalia Ángel Cabo. SPV. Antonio José Lizarazo
Ocampo.
86
violencia en razón del género, refiriéndose a fenómenos populares como
#NiUnaMenos y el #MeToo.289
295 “En diciembre de 1996, se produjo el primer escrache: un grupo de aproximadamente treinta y cinco personas
apareció en un sanatorio privado de la ciudad de Buenos Aires para denunciar que allí trabajaba un médico
involucrado en violaciones a los derechos humanos (Jorge Luis Magnacco) acusado de presenciar sesiones de
tortura, asistir a mujeres en sus partos en un centro clandestino de detención y denunciado por apropiaciones de
bebés.” Dadiuk, Antares y Torres, Carolina Julia. “Derecho humano a la verdad. El escrache como acto
parrhesiástico”. Revista Derechos en Acción. Universidad Nacional de La Plata, Argentina. (2019). DOI:
https://doi.org/10.24215/25251678e289
296 “El acto comienza con la elección de quién será escrachado. Puede ser algún represor famoso o alguien cuya
historia de represión ilegal no sea de carácter público. Los protagonistas del escrache recorren el barrio unos días
antes de llevarlo a cabo con el objetivo de contarle a los vecinos cuál es la historia del represor. El día del evento se
reúnen en un lugar cercano a la casa o lugar de trabajo del escrachado y, mediante una actividad similar a una
marcha, llegan al punto de encuentro para marcar la casa (p.138).” Di Marco, G (2010). Los movimientos de
mujeres en Argentina y la emergencia de un pueblo feminista. La AljabaSegunda época, 14, 51-67. En Manso,
Noelia D. “Escrache en redes sociales. Aproximaciones históricas, medios y agendas feministas. (2020).
297 “El grupo Etcétera aportó a los escraches sus performances con estilo “grotesco”: con grandes muñecos,
máscaras o disfraces. Representaba en la puerta de la vivienda o del lugar de trabajo del exgenocida, en medio de
la movilización con la que concluía cada escrache, escenas de tortura, genocidas en el acto de apropiarse de un
bebé, hijo de una prisionera o un militar limpiando sus culpas al confesarse con un cura.|| Tanto los carteles del
GAC como las creaciones artísticas de Etcétera proporcionaron una indiscutible identidad y visibilidad social a los
escraches, y contribuyeron a que se evidenciaran como una nueva y contundente forma de protesta contra la
impunidad instalada en ese entonces.” Dadiuk, Antares y Torres, Carolina Julia. “Derecho humano a la verdad. El
escrache como acto parrhesiástico”. Revista Derechos en Acción. Universidad Nacional de La Plata, Argentina.
(2019). DOI: https://doi.org/10.24215/25251678e289
298 “Una cuestión para destacar es que el escrache terminaba convirtiéndose en un “evento festivo”. Había
murgas (género artístico rioplatense que combina música y teatro. Dicha denominación también se aplica a las
agrupaciones que también desarrollan este tipo de manifestación artística, que es muy frecuente en tiempos de
carnaval y en otras festividades), personas disfrazadas y muñecos construidos especialmente para ese evento que
representaban al genocida. Durante los escraches, también se realizaban pequeñas obras teatrales, en las que se
satirizaba a la persona del genocida o a las fuerzas de seguridad. Este clima que venimos describiendo no era
casual, sino promovido por los organizadores de la protesta, que buscaban de ese modo alejar el fantasma del dolor
y la tristeza. Desde su formación HIJOS cuestionó la recuperación que se hacía de los desaparecidos únicamente
desde el lugar del sufrimiento y del dolor. Aun sin dejar de admitir que sus historias tenían un componente
ineludible de dolor, desgarros y ausencias, HIJOS no quería que esos elementos se convirtieran en el rasgo
distintivo de sus prácticas.” Ibidem.
88
convirtieron en una fiesta de la verdad, en un espacio de expresión, de
reivindicación de derechos y de memoria. Con el tiempo, se fueron popularizando y
empezaron a ser más frecuentes y planificados. Por ejemplo, se incluyó una
estrategia mediática que consistía en agendar las manifestaciones en los horarios
centrales de transmisión de los noticieros con el fin de que fueran trasmitidas en
vivo, sin que ello dejara de lado los escraches barriales menos publicitados que
continuaron llevándose a cabo.
277. Esta forma de denuncia fue replicada, algunos años después, en México, en
donde también se creó un H.I.J.O.S. como un grupo que congregó a hijas e hijos de
“desaparecidos, exiliados, asesinados y presos políticos de México y América
Latina, y […] también jóvenes que sin ningún parentesco sanguíneo [se]
sensibiliza[ron] ante esta problemática”299 los cuales, siguiendo el legado de la
organización argentina, también usaron el escrache como una forma de protesta y
denuncia social.300 En Ecuador, un acto de escrache marcó un punto importante de
su historia política, cuando, en abril de 2005, un grupo diverso de manifestantes
expresó su descontento con el gobernante Lucio Gutiérrez -tercer gobierno
removido en ocho años por la acción ciudadana- de manera pacífica a las afueras de
su casa. La respuesta de Gutiérrez fue anunciar que pondría en “juicio penal a esos
forajidos que no eran del pueblo”.
“Una de las apropiaciones más espectaculares que tuvieron los escraches que
hacíamos con H.I.J.O.S. fue el de las mujeres de muchos barrios que
señalaban a sus golpeadores en los lugares públicos o iban a golpear cacerolas
en las puertas de sus casas (Rodríguez, 2015:23).”303
legislativa en los barrios en los que viven mediante carteles y manifestaciones para que no puedan vivir de forma
impune y sientan la incomodidad en sus actos cotidianos (comprar el pan, ir al trabajo, al cine, etc.). Se acabó la
impunidad para aquellos que permiten que se sigan vulnerando los derechos humanos en nuestro país. (Sitio web
Afectados por la Hipoteca”. Manso, Noelia D. “Escrache en redes sociales. Aproximaciones históricas, medios y
agendas feministas. (2020).
303 Ibidem.
304 En las entrevistas concedidas por Catalina Ruiz-Navarro a diversos medios, tras la publicación del reportaje
objeto de estudio, la periodista señala que tuvo noticia de un fenómeno similar, en Brasil, denominado meu primer
acoso, el cual replicó después, en países hispanoparlantes. (En especial, entrevista con Las Igualadas).
90
matando’. A partir de ese tweet se generó un intercambio con otras
mujeres periodistas, se fijó el hashtag #NiUnaMenos (Slimovich, 2019)
y se estableció la convocatoria a la movilización para el 3 de junio. // La
primera marcha de Ni Una Menos, con su epicentro en Ciudad de
Buenos Aires, reunió 250 mil personas y se replicó en al menos 120
puntos del país dando a la movilización un gran carácter federal. Según
Láudano (2017), fue la mayor movilización argentina vinculada a una
temática feminista. La convocatoria, atravesada por las decisiones del
comité organizador en relación a la masividad, el contenido, los
reclamos y la relación con los colectivos feministas, se tradujo en una
movilización transversal, con amplia cobertura en los medios masivos
de comunicación.”305
284. En suma, las acciones de los colectivos a los que se ha hecho referencia
estaban enfocadas a hacer público un comportamiento que consideraban
reprochable de una (o varias) personas específicas y funcionaban, en parte, como
una reacción a un vacío institucional frente a violaciones de derechos humanos.
Esta denuncia pública en algunos casos buscaba una condena social, como
explícitamente lo planteó el colectivo PAH en España, y en otros una reacción
institucional, como es el caso de H.I.J.O.S. en Argentina, cuyos escraches
perseguían la realización una acción estatal que promoviera memoria y justicia para
las víctimas de los crímenes cometidos durante la dictadura. 307 Otro punto en
común en el escrache es la ausencia de violencia física en su ejecución y el uso de
símbolos, imágenes, fotografías, relatos, pruebas y más recientemente hashtags
(etiqueta)308 como herramientas para comunicar aquello de lo que se quiere hablar.
285. Los escraches son actos inicialmente planeados, que luego desembocan en
una respuesta espontánea por parte de la sociedad. Tal como se vio, los colectivos
305 Ibidem.
306 Ibidem.
307 “En la consigna de H.I.J.O.S. el reclamo de justicia y fin de la impunidad estaba dirigido hacia el Estado y
bregaba por una condena judicial sobre los responsables de los crímenes en la última dictadura cívico-militar. Aun
cuando el escrache pasa a ser un fin en sí mismo, la práctica fue quedando desactivada durante los gobiernos
kirchneristas una vez que la problemática fue puesta en agenda. En ese sentido, a la derogación de las leyes de
impunidad y la reanudación de los juicios por lesa humanidad, se sumaron acciones simbólicas, junto con una
fuerte interrelación con los organizamos de derechos humanos. Estos factores contribuyeron a que una vez que el
Estado puso en agenda pública las políticas sobre Memoria, Verdad y Justicia, los escraches a genocidas dejasen
de ser una práctica de protesta frecuente.” Manso, Noelia D. “Escrache en redes sociales. Aproximaciones
históricas, medios y agendas feministas. (2020).
308 De acuerdo con el Observatorio de palabras de la RAE: “La voz hashtags es un anglicismo que se puede
sustituir, en el ámbito de Twitter, por etiqueta. Si se emplea el extranjerismo (…) se mantiene con su forma original
y se escribe en cursiva.”
91
suelen preparar un acto de escrache inaugural, el cual consistirá en marcar una
casa, hacer una protesta colectiva frente a un lugar estratégico, marchar recorriendo
el territorio que suelen transitar u ocupar los agresores, publicar textos en medios
de comunicación o redes sociales digitales, divulgar fotos o pruebas, entre otros;
una vez materializado, a este acto le sigue, generalmente, una reacción libre de
diversas personas que se interesan en apoyar futuros actos de escrache, o que pasan
a replicar directamente la acción denunciado historias propias o de personas
cercanas.
286. Para lograr ese efecto, el escrache hace uso de canales de amplificación que
permiten llegar a la mayor cantidad de personas posible, de ahí que en Argentina
una parte de la organización de H.I.J.O.S. optara por realizar las marchas durante
los horarios de transmisión de los noticieros centrales; actualmente, las redes
sociales y los medios digitales son escenarios ideales para escrachar y se han
convertido en uno de los canales más utilizados para ello. Sin embargo, el escrache
no se agota en las acciones en red o digitales, las puestas en escena, el arte
callejero, o los grafitis, y muchas otras formas de expresión continúan escrachando,
denunciando, en fin, comunicando asuntos de interés público y político.
288. Vale hacer énfasis en que el escrache es una acción individual o colectiva
que va más allá de la búsqueda de justicia, ya sea social o institucional, y no es
posible reducir sus objetivos y efectos a una perspectiva netamente punitivista. La
historia del escrache muestra que es también una apuesta por un despertar social,
una forma de protesta colectiva y una expresión artística que quiere iniciar una
conversación abierta y pública sobre temas que han sido tradicionalmente ocultados
y que impactan directamente la vida de las personas. Escrachar es poner en
evidencia algo que se desconocía sobre alguien, es una acción que pretende
nombrar aquello de lo que no se habla, es una puesta en escena que invita a la
sociedad a hablar sobre asuntos que pueden resultar incómodos pero que son
necesarios para la transformación de la sociedad en un espacio libre de violencias.
289. Asimismo, el escrache es una de las estrategias feministas para dar a conocer
episodios de acoso y abuso sexual en contra de mujeres. Esta forma de denuncia
permite amplificar las voces de las mujeres víctimas las cuales pueden optar por
mantener anónimos sus nombres para evitar exponerse cara a cara frente a sus
agresores, y encuentra en el periodismo feminista aliadas con capital social y
político que contribuyen a que sus relatos lleguen a un público amplio, lo cual
permite generar debates al tiempo que se genera un efecto preventivo para toda la
sociedad.
92
290. Al lado del escrache se puede nombrar también al periodismo feminista que
ha tenido un importante auge en Latinoamérica durante las últimas dos décadas. 309
En noviembre de 2009 se celebró en Bogotá, Colombia el III Encuentro de la Red
Internacional de Periodistas con Visión de Género que reunió a periodistas de 17
países; la principal conclusión de dicho encuentro fue un compromiso por
“privilegiar cuatro temas en el tratamiento periodístico: violencia de género y
femicidios, trata de personas, derechos sexuales y reproductivos y situación de las
mujeres en países en conflicto armado con una perspectiva de paz y no violencia
(Chaher, 2010).”310
294. En criterio de la Sala, más allá de las diferencias entre el escrache que
realizan las víctimas y la labor de difusión de información responsable que asume
el periodismo feminista, es importante recordar que la vivencia de las víctimas, y su
decisión de levantar la voz de forma individual o colectiva, a través del lenguaje
ordinario o por vías artísticas (performativas); así como su decisión de hacerlo por
vías que preserven su anonimato, e incluso la de callar ante las cargas sociales que
supone hablar sobre estos hechos, son alternativas amparadas por la Constitución
política, pues, en virtud de los principios de dignidad humana y no discriminación,
este Tribunal respeta la agencia de las mujeres en torno a cómo tramitar los hechos
de violencia basada en género que enfrentan cada día.
311 Weiner, Gabriela “Así nació una periodista feminista”. Ensayo invitado para The New York Times. 28 de
septiembre de 2021. Gabriela Weiner es una escritora y periodista peruana. El artículo se encuentra disponible en:
https://www.nytimes.com/es/2021/09/28/espanol/opinion/periodismo-feminista-que-es.html
312 Por ejemplo, “en la cobertura del deporte hecha por mujeres, el periodismo tradicional suele recurrir a una
‘infantilización de las mujeres, así como a una sexualización y cosificación de sus cuerpos’. Así como a ‘centrar la
nota en la competencia entre las mujeres, retomando un viejo mito de que las mujeres nos llevamos muy mal entre
nosotras y solo sabemos competir’, ejemplifica la codirectora de LatFem. ‘En cambio, una cobertura feminista del
fútbol femenino, por ejemplo, repara en la fortaleza, en el poder del equipo, en la posibilidad de dar vuelta
políticamente una situación de invisibilidad, y en las proezas deportivas’, contrapone.” El periodismo feminista
llegó para quedarse. 14 de enero de 2021. Artículo publicado en la sección de Latinoamérica para Deutsche Welle
(DW) - cadena de Alemania para el extranjero-. https://www.dw.com/es/el-periodismo-feminista-lleg%C3%B3-para-
quedarse/a-56227343
313 Ibidem.
94
296. Por lo demás, el escrache y el periodismo feminista comparten (i) la
adscripción a un discurso que interesa a la sociedad y a la Constitución, (ii) la
intención de develar la discriminación estructural, que se manifiesta, entre otras
formas, en la violencia basada en género, (iii) la apertura de una discusión social en
torno al acoso, el abuso y la violencia sexual, (iv) una dimensión preventiva, pues,
en el marco de la sororidad, permite que las mujeres transmitan sus experiencias
para así informar a otras mujeres sobre hechos que suponen un riesgo para su
integridad.
298. La expresión acoso judicial parece, a primera vista, una contradicción en sus
términos. En efecto, el acceso a la administración de justicia es un derecho humano
y fundamental, y los jueces y tribunales se crean con la pretensión de resolver los
conflictos a partir de decisiones justas, y no con el propósito de generar situaciones
de acoso. Sin embargo, este concepto ha alcanzado gran importancia en la doctrina
sobre libertad de expresión, y en documentos, opiniones y recomendaciones de
órganos del derecho internacional de los derechos humanos. A continuación, la
Sala se refiere a su significado para luego, al resolver el caso concreto, preguntarse
acerca de si se configuró o no un escenario de acoso judicial.
314 Constitución Política. “ARTÍCULO 228. La Administración de Justicia es función pública. Sus decisiones son
independientes. Las actuaciones serán públicas y permanentes con las excepciones que establezca la ley y en ellas
prevalecerá el derecho sustancial. Los términos procesales se observarán con diligencia y su incumplimiento será
sancionado. Su funcionamiento será desconcentrado y autónomo.”
95
representa un modelo de organización política fundado en la dignidad humana y
construido para hacer eficaces los derechos, el papel de los jueces y tribunales es
una condición mínima para su materialización. La democracia supone también la
separación y autonomía entre las distintas ramas que ejercen el poder público y, en
especial, la existencia de un juez independiente, 315 autónomo e imparcial, que
garantice la eficacia de los derechos y solucione conflictos que impiden su eficacia.
317 La temeridad en materia de tutela, concebida como la presentación de dos o más acciones por los mismos
hechos, es una causal de improcedencia de la acción. Ver al respecto las sentencias T-1034 de 2005. M.P. Jaime
Córdoba Triviño; T-661 de 2011. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio. AV. Nilson Pinilla Pinilla; T-718 de 2011. M.P.
Luis Ernesto Vargas Silva; T-661 de 2013. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; SU-377 de 2014. M.P. María Victoria
Calle Correa. SPV. Luis Guillermo Guerrero Pérez; T-777 de 2014. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; T-719 de
2015. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio; T-147 de 2016. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado. AV. Jorge Iván Palacio
Palacio; y T-411 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado. Sobre el abuso del derecho, en general, ver las
sentencias T-443 de 1995. M.P. Alejandro Martínez Caballero; T-122 de 1996. M.P. Antonio Barrera Carbonell; T-
119 de 1998. M.P. Fabio Morón Diaz; T-577 de 1999. M.P. Carlos Gaviria Díaz; C-159 de 2003. M.P. Eduardo
Montealegre Lynett; C-1148 de 2003. M.P. Jaime Córdoba Triviño;T-299 de 2005. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa; y T-645 de 2015. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado. Respecto de los deberes del juez y sus poderes
correccionales ver, respectivamente, los artículos 42 y 44 del Código General del Proceso (Ley 1564 de 2012).
97
307. Así pues, el acoso judicial es un concepto relevante para la Constitución,
pues se trata de una forma de abuso del derecho, que se opone o impide el ejercicio
de la libertad de expresión, proyecta un efecto de silenciamiento en las personas y,
en especial en los y las periodistas, obstaculiza el ejercicio de la función de
denuncia (de guardián de la democracia) de la prensa; y puede convertirse en un
obstáculo adicional para que un discurso públicamente relevante surja al debate
democrático y razonado, como asunto que interesa a todas y todos.
309. Estas afirmaciones demuestran las implicaciones que puede tener un uso
inadecuado de la administración de justicia para enfrentar problemas relacionados
con la libertad de expresión y prensa.
a. Introducción
319 Sentencia T-012 de 2016. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva. SPV. Luis Guillermo Guerrero Pérez, reiterada en la
Sentencia SU-201 de 2021. M.P. Diana Fajardo Rivera. SV. Antonio José Lizarazo Ocampo. AV. Alejandro Linares
Cantillo.
320 M.P. Diana Fajardo Rivera. AV. Alejandro Linares Cantillo.
99
hechos del caso en su totalidad, incluyendo las circunstancias y el contexto
en los que éstos se presentaron. Tomando esto en consideración, la Corte
analizará si en el contexto del presente caso hubo una violación al derecho a
la libertad de expresión del señor Ivcher Bronstein.”321
b. El contexto fáctico
321 CorteIDH. Caso Ivcher Bronstein Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de febrero de 2001.
Serie C No. 74, párr. 154. Cfr. La colegiación obligatoria de periodistas (arts. 13 y 29 Convención Americana sobre
Derechos Humanos), supra nota 95, párr. 42; Eur. Court H.R., Müller and Others judgment of 24 May 1988, Series
A no. 133, parr. 32; y Eur. Court H.R., case of Sürek and Özdemir v. Turkey, judgment of 8 July 1999, párr. 57 (iii).
322 Ver supra, nota al pie N° 5.
100
abuso sexual y otros problemas sociales que afectan, en especial, a las mujeres y a
la población LGBTI/OISGD. Un vínculo que marcó el fin de Volcánica y el
nacimiento de Volcánicas.
320. Para la Sala es relevante señalar que, si bien en términos procesales las
mujeres que compartieron sus experiencias a Volcánicas no son parte de este
proceso judicial, sí tienen un lugar esencial en esta providencia. En la comprensión
del conflicto que le corresponde resolver a esta Corte; en el enfoque, el análisis de
fondo y el desenlace.
321. El reportaje Ocho denuncias de acoso y abuso sexual contra Ciro Guerra
recoge las voces, pensamientos, sentimientos y emociones de ocho mujeres, cuya
identidad está protegida por el anonimato, pero cuya existencia no será puesta en
duda por esta Corporación, premisa esencial de este análisis constitucional. Con
independencia del estudio sobre las tensiones entre la libertad de prensa y los
derechos al buen nombre, la honra o la presunción de inocencia del peticionario, la
Sala comprende, en su lectura de este reportaje, que existen en Colombia y el
mundo muchas mujeres que, tras enfrentar hechos que vulneran su integridad
sexual, y cuestionan la agencia sobre sus cuerpos, pensamientos, profesiones y
deseos, deciden buscar apoyo en el periodismo, exigiendo que sus nombres no
queden expuestos a la sociedad, conscientes de las cargas que ello supone para sus
vidas.
324. En ese sentido, la Sala recuerda, desde ya, que tanto el discurso feminista
general como aquel que involucra denuncias concretas por acoso, abuso o violencia
sexual están especialmente protegidos por la Constitución Política, como se ha
explicado a fondo en las sentencias T-239 de 2018, 323 T-289 de 2021,324 T-061 de
2022325 y C-222 de 2022,326 reiteradas.
326. Primero, recoge el testimonio de ocho mujeres que narran situaciones en las
que Ciro Alfonso Guerra Picón habría adelantado acercamientos, proferido
expresiones o efectuado acciones de carácter sexual, no consentidas por ellas.
328. Después, tras cada uno de estos testimonios, Volcánicas propone un análisis
de los mismos (al que la Sala se referirá como comentario editorial). En este,
además de retomar algunos puntos de la narración, las periodistas identifican
patrones de comportamiento en Ciro Guerra, y proponen la existencia de relaciones
con otros testimonios. Tejen entonces una narración compleja sobre la manera en
que las asimetrías de poder y el recurso a aspectos como las ofertas de trabajo, la
fama o la invocación de nombres reconocidos dentro del círculo social de los
medios audiovisuales impulsan las acciones denunciadas.
329. Acto seguido, se presenta una exposición amplia sobre el acoso y el abuso
sexual en la industria del cine, el papel del escrache y el periodismo investigativo,
y el impacto que han tenido en la sociedad fenómenos sociales como el #MeToo o
#NiUnaMenos.
330. Las periodistas sostienen que al acoso y abuso sexuales subyacen ante todo
relaciones de poder, y afirman que los distintos fenómenos de denuncia de los
hechos en las redes y los medios son el inicio de una conversación social inédita.
Explican el trabajo conjunto realizado con RecSisters para el desarrollo del
reportaje, un grupo de mujeres organizadas para investigar el acoso en la industria
audiovisual. Señalan que, de acuerdo con una encuesta adelantada por RecSisters,
el 81% de las encuestadas habría sufrido acoso sexual laboral; y el 84% de las
afectadas decidió no denunciar, al tiempo que quienes sí lo hicieron se enfrentaron
a burlas, despidos y otras repercusiones negativas en el ámbito laboral:
“La encuesta mostró que, dependiendo del cargo, los agresores tienen
distintas conductas y formas de acoso, pues el alcance de este depende del
poder del agresor. Otros espacios de acoso mencionados de forma reiterada
en la encuesta son las fiestas de las producciones, en donde suele haber uso
de fuerza y que luego se justifica con la excusa de haber estado borrachos.
Otro hallazgo fue que para las encuestadas no hay un acuerdo general sobre
la definición de acoso y, en consecuencia, las mujeres acosadas saben que
han pasado por una situación incómoda, violenta o incorrecta, pero no
102
necesariamente dicen que han sido acosadas.” (Expediente digital; prueba
1).
1. Denuncia penal
334. El 2 de julio de 2020, Ciro Alfonso Guerra Picón presentó denuncia penal
contra las accionadas por los delitos de injuria y calumnia, y el 15 de julio de 2020,
según acta suscrita ante el Fiscal 292 Local de la Casa de Justicia de Kennedy, tuvo
lugar el escenario de conciliación preprocesal en el que tampoco se alcanzó un
acuerdo. Según el funcionario judicial, “ante la manifestación del querellante Ciro
Guerra de tener ánimo conciliatorio y tener como pretensión reparatoria la
exigencia que (sic) las periodistas querelladas se retracten a través de los mismos
medios de comunicación en los que hicieron los comentarios y publicaron las
informaciones que considera difamatorias y le pagaran como reparación
económica la suma de $150.000.000 (…). Las dos periodistas manifestaron de
manera clara, no tener ánimo de conciliar, en razón a que no estaban dispuestas a
retractarse de afirmaciones que serían producto de un trabajo de investigación
103
serio y riguroso, con fuentes serias y mucho menos a pagar una reparación
económica (…).”327
2. Conciliación extrajudicial
335. El 6 de julio de 2020, Ciro Alfonso Guerra Picón y Cristina Gallego (esta
última, como representante legal de la productora de cine Ciudad Lunar)
convocaron a Catalina Ruiz-Navarro y Matilde de los Milagros Londoño Jaramillo
al Centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio de Bogotá a una diligencia de
conciliación. En el escrito dirigido a la Cámara de Comercio se afirma que se
discutirán las siguientes “pretensiones”: (i) que Volcánicas rectifique la
información contenida en el reportaje de 24 de junio de 2020; (ii) que se abstenga
de mencionar a Ciro Alfonso Guerra Picón en lo sucesivo y de relacionarlo con
hechos delictivos; y (iii) que repare los daños y perjuicios a la honra y buen nombre
del director de cine y la productora Ciudad Lunar.
4. Acciones de tutela
338. Ciro Alfonso Guerra Picón ha presentado dos tutelas contra Catalina Ruiz-
Navarro y Matilde de los Milagros Londoño Jaramillo. En la primera de ellas, el
amparo fue “negado” en primera instancia, por considerar que el peticionario no
327 Ver, prueba 3, expediente digital Formato Único de Noticia Criminal. Conocimiento Inicial.
328 Prueba 6, expediente digital. Citación a conciliación: “Por medio de la conciliación que se impulsa, el señor
CIRO ALFONSO GUERRA PICÓN, pretende que a efectos de mitigar, detener y reparar los daños que se le han
ocasionado con la publicación realizada en el portal de internet VOLCÁNICAS y las declaraciones realizadas en
EL ESPECTADOR, SEMANA y BLU RADIO, las señoras CATALINA RUIZ NAVARRO y MATILDE DE LOS
MILAGROS LONDOÑO, procedan a: 3.1 Rectificar, por los mismos medios y con la misma difusión, las
declaraciones realizadas en contra del señor CIRO ALFONSO GUERRA PICÓN, en las cuales se le califica como
acosador y abusador sexual. Para la satisfacción de esta pretensión, las señoras CATALINA RUIZ NAVARRO y
MATILDE DE LOS MILAGROS LONDOÑO, deberán realizar la respectiva publicación en el medio online
VOLCÁNICAS, solicitar espacio en EL ESPECTADOR, SEMANA y BLU RADIO para referirse a esta corrección de
información y proceder de la misma forma en cualquier medio diferente en el cual se hubiera repetido la conducta.
3.2 Abstenerse, en adelante, de realizar cualquier referencia sobre el señor CIRO ALFONSO GUERRA PICÓN, en
la cual se realicen aseveraciones sobre su responsabilidad por conductas delictivas, relacionadas con los mismos
hechos sobre los cuales se refirió la comunicación que motiva esta petición de conciliación, o cualquier otro hecho
diferente. // Se reparen los perjuicios morales y materiales en las modalidades de daño emergente y lucro cesante,
que se han causado a CIRO ALFONSO GUERRA PICÓN, así como los perjuicios materiales en la modalidad de
daño emergente y lucro cesante causados a la sociedad CIUDAD LUNAR PRODUCCIONES S.A.S., como
consecuencia de las afirmaciones realizadas por las Convocadas, en relación con su culpabilidad frente a las
conductas de acoso y abuso sexual. Estos perjuicios serán detallados dentro de la audiencia que se celebre,
atendiendo a que a la fecha de la presentación de la solicitud aún no están totalmente consolidados, lo que impide
que cuantificación precisa.”
104
solicitó rectificación antes de acudir a la acción; y, en segunda instancia, la
autoridad judicial declaró la nulidad de todo lo actuado, dado que no se vincularon
sujetos que, en su concepto, debían hacer parte de la reclamación. Ante esta
situación, y antes de que se volviera a emitir un auto admisorio de la solicitud de
amparo, el señor Guerra retiró su escrito. Después, presentó una nueva tutela, por
los mismos hechos; la que actualmente revisa la Sala. Por sencillez en la
exposición, la Sala se referirá a la primera y la segunda acción de tutela.
340. El mismo día (18 de diciembre de 2020),329 Ciro Alfonso Guerra Picón
presentó otra acción de tutela contra Catalina Ruiz-Navarro y Matilde de los
Milagros Londoño Jaramillo por los hechos descritos. En su escrito, solicita que se
ordene a las accionadas (i) retirar el artículo ocho denuncias de acoso sexual
contra Giro Guerra del portal Volcánicas; (ii) rectificar las declaraciones en las
que se le califica como acosador y abusador sexual; y (iii) abstenerse de realizar
cualquier tipo de publicación sobre el accionante en la que se le vincule con hechos
delictivos.
341. En primera instancia, la Jueza Doce Penal Municipal con Función de Control
de Garantías de Bogotá decidió declarar improcedente la acción, por considerar que
la demanda no satisface el requisito de subsidiariedad. Sin embargo, el Juzgado
Cincuenta y Tres Penal del Circuito con función de conocimiento de Bogotá D.C.,
el 17 de febrero de 2021, decretó la nulidad de lo actuado y envió el expediente a la
oficina de reparto para que este fuera remitido a un juez civil, dado que la demanda
se dirige contra un medio de comunicación (artículo 37, Decreto 2591 de 1991).
342. El Juzgado Quinto Penal del Circuito con Función de Conocimiento avocó
conocimiento, por auto de 23 de febrero 2021; y, en sentencia de 4 de marzo de
2021, declaró la improcedencia de la acción pues, por una parte, se encuentra activa
una investigación penal por los delitos de injuria y calumnia; y, por otra, no se
percibe la inminencia de un perjuicio irremediable. Por el contrario, señaló, el
accionante decidió retirar una acción de tutela en curso, lo que demuestra la
ausencia de urgencia e inminencia de evitar un perjuicio en sus derechos. Además,
329 De acuerdo con el apoderado de Ciro Alfonso Guerra Picón, el retiro se dio porque el día siguiente comenzaría
la vacancia judicial en la jurisdicción civil, lo que dilataría el trámite. Por esa razón, decidieron presentar la acción
(después del retiro) ante los jueces de control de garantías. Escrito de impugnación, página 27.
105
aunque el actor plantea que la publicación del reportaje llevó a la cancelación de
algunos proyectos, lo cierto es que ello pudo ser consecuencia de la pandemia
Covid-19.
344. Así las cosas, el conflicto entre Ciro Alfonso Guerra Picón, por una parte, y
Catalina Ruiz-Navarro y Matilde de los Milagros Londoño Jaramillo (o
Volcánicas), por otra, ha seguido un camino complejo en escenarios de conciliación
(judicial y extrajudicial); penal, civil y constitucional. Las dos conciliaciones
fracasaron, pues las partes no han alcanzado un acuerdo acerca de (i) la
rectificación del contenido del reportaje y (ii) la reparación que el accionante
pretende. Existe una investigación penal en curso, por los delitos de injuria y
calumnia que, hasta donde conoce la Corte Constitucional, permanece activa; y un
proceso civil, con pretensiones indemnizatorias que ascienden aproximadamente a
un millón de dólares. La segunda acción de tutela se encuentra actualmente bajo
revisión de la Corte Constitucional (en esta providencia).
345. Para el apoderado del actor, estos son caminos propios del acceso a la
administración de justicia, pues, cuando se presentan tensiones entre libertad de
expresión o prensa y la honra y el buen nombre, las vías penal, civil y
constitucional, pueden concurrir para satisfacer distintas finalidades. Además, la
negativa de las accionadas en los escenarios de conciliación evidencia que ya
satisfizo el requisito de solicitar la rectificación. Para las demandadas y sus
abogadas, la presentación sucesiva de acciones judiciales, las altísimas exigencias
indemnizatorias (USD $150.000 en el penal y USD $1.000.000 en el civil) y la
pretensión de que se prohíba a Volcánicas publicar nuevos artículos o reportajes
sobre Ciro Guerra constituyen una estrategia de acoso judicial, que pretende
silenciarlas, no solo a ellas, sino a todas las personas que, desde el periodismo,
denuncian la violencia basada en género.
346. Ciro Alfonso Guerra Picón asegura que Volcánicas presentó el reportaje
Ocho denuncias de acoso y abuso sexual contra Ciro Guerra en tres idiomas para
107
causar un daño más intenso a su buen nombre y su honra, y la publicación condujo
a la frustración de proyectos importantes; para Volcánicas, publicar en distintos
idiomas es una decisión editorial frecuente actualmente; la nota investigativa no
tiene el interés de dañar a Ciro Guerra, pues el centro es la situación que enfrentan
las mujeres víctimas de acoso, abuso o violencia sexual en los medios
audiovisuales; y, si la publicación tuvo alto impacto, ello se debe a que esta
enfrenta la “pandemia” del acoso sexual, como ha ocurrido con los movimientos
#MeToo y #NiUnaMenos.
347. En este apartado la Sala (i) aplicará los criterios de quién comunica, sobre
quién o qué comunica, a quién comunica y cómo comunica al caso bajo estudio; (ii)
establecerá las premisas de análisis que guiarán el estudio de los problemas
jurídicos planteados; (iii) resolverá el problema jurídico relacionado con la tensión
entre los derechos fundamentales al buen nombre, la honra y la presunción de
inocencia de Ciro Alfonso Guerra Picón, por un lado, y el ejercicio del derecho a la
libertad de expresión de las accionadas, por el otro; y (iv) determinará si el litigio
iniciado por Ciro Alfonso Guerra Picón constituye un caso de acoso judicial o
abuso del derecho, según lo plantean las accionadas y diversos intervinientes.
348. Como se indicó, los criterios de quién comunica, sobre quién o qué
comunica, a quién comunica y cómo comunica, son relevantes para el análisis de
conflictos asociados con la libertad de expresión. La Sala responderá a estas
preguntas a partir de la presentación del contexto:
108
351. A quién comunica: el portal de Internet Volcánicas es un medio de
comunicación abierto para todos y todas. En este sentido, es posible visitar su
página http://volcanicas.co sin realizar una suscripción o pagar una afiliación.
Eventualmente, su información encuentre un auditorio nutrido en personas
interesadas en el feminismo y las discusiones de género. Sin embargo, insiste la
Sala, su ámbito de trabajo es el de un discurso especialmente protegido por la
Constitución Política.
Premisas de análisis
356. Premisa sobre el estándar de mayor escrutinio a las figuras públicas. Ciro
Alfonso Guerra Picón es una figura pública. En efecto, se trata de una persona que
ha alcanzado un amplio reconocimiento social y mediático, a nivel nacional e
internacional, a raíz de su trabajo como director de cine. Una de las películas que
dirigió (y produjo Ciudad Lunar) fue nominada al Óscar de la Academia, y varias
han sido postuladas por Colombia para alcanzar el citado galardón. El cineasta ha
109
recibido recursos públicos para el desarrollo de sus películas; 330 y ha representado
al país en diversos festivales de cine alrededor del mundo. En consecuencia, la Sala
considera que es una figura pública, lo que supone que tiene la carga
constitucionalmente admisible de soportar un mayor escrutinio en torno a sus
actuaciones.
330 Catalina Ruiz-Navarro, en su entrevista con Las Igualadas, de El Espectador, resalta este punto. La Sala
comprueba que así lo ha expresado el Ministerio de Cultura, en información disponible al público:
https://www.mincultura.gov.co/prensa/noticias/Paginas/%E2%80%98El-abrazo-de-la-Serpiente%E2%80%99,-
contin%C3%BAa-recibiendo-reconocimientos--internacionales.aspx
https://www.mincultura.gov.co/prensa/noticias/Paginas/P%C3%A1jaros-de-Verano,-la-primera-pel%C3%ADcula-
latinoamericana-en-inaugurar-la-Quincena-de-Realizadores-de-Cannes.aspx
331 Al respecto, ver Sentencia C-135 de 2021. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado. AV. Jorge Enrique Ibáñez Najar y
Alejandro Linares Cantillo. Párrafo 65.
110
contribuyan a erradicar la violencia contra la mujer en todas sus formas y realzar
el respecto a la dignidad de la mujer.”
361. Premisa de buena fe y credibilidad prima facie de los relatos de las mujeres.
La Corte Constitucional, en razón del enfoque de género y el principio de
constitucional de buena fe, cree, prima facie, en los testimonios de las víctimas de
acoso y violencia sexual.
362. Premisas sobre la validez del escrache. Así, (i) la narración de quien
considera ha sido víctima de violencia sexual no está sujeta a los principios de
veracidad e imparcialidad. El primero, pues se entiende que su experiencia no
puede ser negada por un observador externo. El segundo porque la víctima no tiene
por qué asumir un deber de neutralidad frente a los hechos. (Sentencia T-289 de
2019). (ii) Respecto del periodismo, se exige la observancia mínima de los deberes
de veracidad e imparcialidad (Sentencia C-222 de 2022).332
363. Premisa de distinción entre el estándar de prueba penal y los deberes del
periodista. (iii) La veracidad no supone concordancia plena con la verdad, pues
alcanzar el conocimiento sobre la verdad puede ser imposible; pero tampoco exige
al periodismo estar más allá de la duda razonable, como sí ocurre con los jueces;
ni establece la carga de la prueba en las investigadoras, como ocurre con la
Fiscalía General de la Nación. La veracidad no es la verdad. No se trata de la
correspondencia del relato con el mundo, sino de la pretensión expresa de acercarse
a la verdad, de la diligencia y la ética propias de la profesión periodística y del
respeto por sus técnicas de contrastación, triangulación, corroboración de la
información.
332 En esta providencia, sostuvo la Sala Plena: “78. Para finalizar, cabe resaltar que la propia jurisprudencia
exige la observancia mínima de la veracidad e imparcialidad de la información emitida, la cual debe ser evaluada
por el juez competente en cada caso. De esa manera, como fue expuesto líneas arriba, cuando terceros o medios de
comunicación cubren estos asuntos deben cumplir con sus deberes de contrastación objetiva de fuentes y respetar el
consentimiento e intimidad de las víctimas.” M.P. Cristina Pardo Schlesinger. SPV. Natalia Ángel Cabo. SPV.
Antonio José Lizarazo Ocampo.
333 En esta providencia, sostuvo la Sala Plena: “78. Para finalizar, cabe resaltar que la propia jurisprudencia
exige la observancia mínima de la veracidad e imparcialidad de la información emitida, la cual debe ser evaluada
por el juez competente en cada caso. De esa manera, como fue expuesto líneas arriba, cuando terceros o medios de
comunicación cubren estos asuntos deben cumplir con sus deberes de contrastación objetiva de fuentes y respetar el
consentimiento e intimidad de las víctimas.” M.P. Cristina Pardo Schlesinger. SPV. Natalia Ángel Cabo. SPV.
Antonio José Lizarazo Ocampo.
111
365. Premisa sobre la ausencia de condena y la difusión de la noticia. (v) La
ausencia de una decisión judicial que declare la culpabilidad de una persona por un
delito (en este caso, por acoso, abuso o violencia sexual) no puede ser condición
para la publicación de esta en el marco de las libertades de expresión y prensa; de
ser así, se vaciaría buena parte de su poder como guardián de la democracia y se
proyectaría un efecto silenciador o paralizador, que no solo acallaría las voces de
las víctimas, sino que además empobrecería y perjudicaría el debate público.
368. Para ello, la Sala (i) seguirá el orden del reportaje, analizando una a una las
notas editoriales escritas por las accionadas; (ii) se referirá a las entrevistas que dio
Catalina Ruiz-Navarro a varios medios de comunicación; y (iii) estudiará el espacio
que le otorgaron las accionadas a Ciro Guerra Picón para que se pronunciara sobre
los hechos narrados en el artículo bajo estudio.
369. Síntesis del relato: su relato se refiere a una reunión de colegas del medio
audiovisual que tuvo lugar en un bar. En esta, Ciro Guerra habría comenzado a
buscarla y a bailar con ella. Cuando los demás asistentes comenzaron a retirarse
ella pidió un Uber, y Ciro se montó en el mismo vehículo, argumentando que iban
en la misma dirección. Allí, él comenzó a tocarle una pierna, a pesar de que ella le
decía que no. El Uber se detuvo, diciendo que habían llegado al hotel, y Ciro se
bajó del carro.
“Este primer caso muestra una serie de conductas que se repetirán en los
próximos testimonios, como el acercamiento en fiestas para buscar un
112
momento a solas con las mujeres y luego hacer uso de la fuerza para tocarlas
u obligarlas a darle un beso, y la insistencia persistente a pesar de las muy
claras y múltiples negativas de parte de ellas. También es importante resaltar
tres cosas: cómo hace uso de su fama o influencia en el gremio del cine para
impresionar y establecer una relación de poder; la promesa y ofrecimiento de
posibles contactos laborales, y el uso del espacio de los festivales
internacionales, destinado originalmente para dar a conocer el talento
colombiano del gremio audiovisual en el exterior, para acosar mujeres. Esto
último es especialmente importante, dado que Ciro Guerra es una figura
pública y su presencia en estos espacios tiene el peso simbólico de
representar al cine y la cultura colombianos. Es importante notar también que
Beatriz se sintió intimidada, y luego agredida y manoseada sin su
consentimiento, y que su sensación de incomodidad (por decir lo menos) ha
perdurado meses.
Finalmente, algo muy importante: en el momento del acoso sexual hubo un
tercero presente, el conductor del Uber, quien aun sin saber español, logró
entender que Beatriz estaba siendo violentada y tomó la iniciativa de acortar
el viaje para detener a Ciro Guerra, evitando, por fortuna, que este pasara de
ser un caso de acoso a uno de abuso sexual.”
372. Análisis de la Corte: para comenzar, destaca la Sala que la división entre el
relato y la opinión de las periodistas está plenamente diferenciada, como lo exige la
jurisprudencia constitucional (considerando que el relato recoge una descripción de
hechos y la nota editorial incluye elementos de opinión. En este caso, como en los
demás, la transcripción del testimonio de quienes denuncian violencia basada en
género como la descripción que las periodistas luego hacen del mismo, se ubican
en el ámbito de la información y frente a ellas son predicables, respecto de las
periodistas, el deber de satisfacer los estándares de veracidad e imparcialidad). La
nota editorial comienza por describir el relato para luego anunciar cómo se
encontrarán similitudes con otros casos del reportaje, en aspectos que, para las
periodistas, permiten evidenciar un patrón de comportamiento: el uso de la fama, la
capacidad de influir o el conocimiento de personajes del medio audiovisual para
impresionar y delimitar una relación de poder; el surgimiento de promesas u ofertas
laborales y el uso de espacios como festivales o fiestas para “acosar mujeres”. En
su criterio, Ciro Guerra se presenta como una figura pública, utiliza el peso
simbólico de su nombre, y su rol como representante del cine y la cultura
colombianas. Paso seguido intentan transmitir los sentimientos que los hechos
producen en Beatriz y, finalmente, señalan que la intervención de un tercero, el
conductor de Uber, evitó que el caso de “acoso” pasara a ser uno de “abuso
sexual”.
373. Esta nota editorial no desconoce los derechos de Ciro Guerra por las
siguientes razones. Primero, reproducir una denuncia anónima de una víctima de
violencia sexual es un discurso protegido y, al ser un testimonio de quienes afirman
haber sufrido violencia en razón del género, las periodistas parten también del
principio de buena fe; segundo, la estructura del reportaje permite distinguir la voz
de la víctima de la que asumen las periodistas; tercero, el testimonio de Leila
(amiga de Beatriz), así como los pantallazos de la trayectoria recorrida en el
vehículo de la aplicación Uber, demuestran un trabajo investigativo serio, tal como
113
el que exige la jurisprudencia en torno al estándar de veracidad. Este, además, no
debe confundirse con el estándar de prueba de la sentencia condenatoria en derecho
penal (más allá de la duda razonable), ni la labor periodística puede condicionarse a
la existencia de un pronunciamiento de esa naturaleza, pues ello vaciaría de sentido
el ejercicio de un periodismo de denuncia, al igual que el efecto preventivo
(defensa de otras mujeres) que se evidencia en el escrache y el periodismo
feminista.
374. Por último, es cierto que las periodistas hablan de acoso y sostienen que la
intervención del conductor evitó que el caso pasara a abuso. Estas son las
afirmaciones más fuertes en relación con el impacto que la información pueda tener
en los intereses y derechos de Ciro Alfonso Guerra Picón. Sin embargo, es
importante recordar que (i) en este caso el periodismo feminista difunde un
discurso especialmente protegido y proyecta la decisión ética de denunciar la
violencia contra la mujer, correr el velo de la discriminación estructural, y proveer
un espacio seguro para voces que se sienten inseguras ante instituciones como el
derecho penal, o en riesgo frente a la posibilidad del escrache “directo”; (ii) la
opinión de las periodistas (es decir, los juicios de valor, de deber y estéticos que
realizan) no parten del vacío, sino de una profunda y detallada investigación que,
en cuanto pretende informar, ccumplió con el estándar exigido de veracidad; y (iii)
la Corte Constitucional no encuentra ningún elemento de juicio que conduzca a
pensar que la publicación se inspira en la intención de dañar al peticionario, desde
el concepto de la real malicia, sino que identifica en él la intención de contribuir al
debate público sobre la violencia contra la mujer.
“El caso de Daniela muestra el mismo patrón: una fiesta, buscar un momento
a solas, el “name dropping” para impresionar y la presión en temas laborales,
el uso de la fuerza para tocar y besar, la invitación a su apartamento u hotel
para tener “orgasmos” o sexo, y un elemento que se repite: los comentarios
despectivos hacia las parejas de ese momento de las acosadas. Otro punto
114
importante es que Guerra continúa sus avances sexuales a pesar de la
negativa clara y repetida de las acosadas.
Al inicio de las cuarentenas por coronavirus Guerra le envió a Daniela, un
mensaje en el que usa las mismas palabras que en un correo enviado por esas
mismas fechas a Carolina, otra de las mujeres cuyo testimonio recogemos
más adelante. Un patrón repetitivo con dos mujeres que no tienen nada en
común, además de su profesión y haber sido acosadas por Guerra.”
379. Ahora bien, en el escenario del oficio periodístico y sus compromisos éticos
en una sociedad democrática y garante de los derechos humanos, el trato a dicho
testimonio tampoco es ajeno a las exigencias de veracidad que se exigen en este
tipo de casos, conforme a las reglas expuestas; en este sentido, el trabajo
investigativo adelantado respecto a este testimonio evidencia que hay otra versión,
la de su amiga Camila, que permite dar cuenta del cuidado tenido frente a una
información que es relevante para la sociedad y el Estado, en su obligación de
prevención y erradicación de la estructural e histórica discriminación a la que ha
estado sometida la mujer. Aunado a ello, quienes intervinieron en este relato
aportan pantallazos de Whatsapp lo que permite a la Sala concluir, en un análisis
conjunto de lo allí afirmado, que la labor periodística no puede ser tachada en
aspecto alguno.
382. Síntesis del relato: Adriana cuenta que acudió al apartamento de Ciro
Alfonso Guerra Picón, por invitación de él, para hablar de proyectos de trabajo; y
explica que tenía un acuerdo con su novio, Héctor, para que este pasara por ella,
después de recoger a una amiga en el aeropuerto, pues desde un comienzo no se
sentía cómoda con la situación. En el apartamento, el peticionario habría
comenzado a pedirle besos, hacer insinuaciones sexuales, hablar mal sobre su
pareja y finalmente, presionarla para tener una relación sexual. Ella mantuvo
comunicación vía WhatsApp constantemente con su novio; cuando el accionante
empezó la presión para que Adriana cediera a tener una relación sexual con él, ella
le mandó varios mensajes de audio a su novio en los que se oía lo que estaba
pasado, por esta razón, este último comprendió que la situación se había salido de
control. Decidió buscar a Adriana; timbró en distintos apartamentos hasta que
encontró el de Ciro. En ese contexto, Adriana logró huir. La amiga de Héctor
presenció todo lo ocurrido desde que llegaron al edificio de apartamentos. El relato
incluye detalles sobre las horas siguientes en casa de Héctor y algunos días
posteriores a lo narrado.
116
de acoso sexual), que durante el abuso Adriana le enviara notas de voz a
Héctor para pedir ayuda.
También vemos posibles señales de premeditación por parte de Guerra como
que no tuviera ropa interior, o de conciencia de que lo que hizo estuvo mal,
como que días después del encuentro le pidiera a Adriana “mantener el
secreto”.
Otro punto importante es que Adriana se sintió atemorizada por el tamaño y
la fuerza física de Guerra, algo que también han mencionado otras
denunciantes y que juega a su favor a la hora de realizar estas agresiones
sexuales.”
384. Análisis de la Corte: tal como lo afirman las accionadas en la nota editorial,
este es el caso más grave de los presentados en el artículo que se encuentra siendo
estudiado por la Sala pues los hechos narrados por la víctima comprometerían al
señor Guerra Picón en un caso de abuso sexual. Siguiendo el esquema de los otros
relatos, es clara la división entre la narración de la víctima, los testimonios de dos
personas que presenciaron parte de lo ocurrido -y la descripción que las periodistas
hacen de esta información-, por un lado, y su opinión periodística, por otro lado.
386. Hasta este punto, la Sala encuentra que las periodistas del portal Volcánicas
realizaron un análisis detallado de los tres relatos que recibieron en torno al caso de
Adriana y emitieron su opinión destacando aspectos relevantes del mismo para dar
cuenta de que se trataría de un claro caso de violencia basada en género. Sin
embargo, desde el título de la historia, y en el marco de la nota periodística que la
acompaña, las accionadas afirman que este es un caso de abuso sexual. Esta
denuncia explícita de lo que podría constituir un delito, sin embargo, no vulnera los
derechos fundamentales del accionante comoquiera que se usa una palabra para
nombrar la realidad de una posible víctima, sin que ello implique un señalamiento
de tipo penal, en tanto, como se viene sosteniendo, la nota editorial bajo estudio es
un ejercicio de opinión de las periodistas accionadas.
117
387. En primer lugar, porque las opiniones expresadas por las accionadas parten
del relato de Adriana, sin modificarlo o incluir afirmaciones sobre hechos que no
harían parte del mismo; en segundo lugar, porque tienen un claro sustento en dos
testimonios de personas que habrían presenciado parte de lo ocurrido, Héctor y
Katia. En tercer lugar, debe tenerse en cuenta que el testimonio de Katia, la amiga
de Héctor, termina asegurando que la mañana siguiente a la ocurrencia de los
hechos había hablado con Adriana, la cual le dijo, explícitamente, que Ciro Guerra
Picón la había abusado. En cuarto lugar, conviene recordar, que el relato de Héctor
incluye una conversación que habría sostenido con un abogado especializado en
violencia sexual que le habría indicado que veía viable no sólo la presentación de
una denuncia penal, sino una eventual condena contra el cineasta, dada la cantidad
de material probatorio que se habría recopilado durante el acto. El novio de
Adriana afirmó “el me dijo que teníamos dos testigos, los chats, los mensajes de
audio, los testimonios de los vecinos donde timbré, los detalles de nuestra
historia… Además, grabamos las llamadas que nos hizo Ciro, así que era un caso
muy fácil de probar y que lo podía condenar a varios años de cárcel.” Con todo,
Adriana y Héctor convinieron no denunciar penalmente para evitar una
revictimización de ella y por no querer volver a revivir el minuto a minuto del
asunto.
391. Síntesis del relato: se refiere a una situación ocurrida en la portería del
edificio donde residía Eliana al momento de los hechos, en el Parkway, y después
de un encuentro en Casa Ensamble, en Bogotá. En esta oportunidad, Ciro Guerra se
ofreció a acompañar a Eliana a su casa, y al entrar en el edificio, la empujó contra
una pared y la manoseó. Ella señala que, aunque Ciro es muy grande, ella entrena,
de modo que finalmente pudo rechazarlo con un empujón. En 2018 se encontraron
en Cartagena y ella le dijo que le debía unas disculpas. Ciro habría respondido “qué
pena contigo si te ofendí” y habría atribuido lo ocurrido a un momento emocional
asociado a la separación de su esposa.
396. Por otra parte, la Sala encuentra que las periodistas diferencian claramente
entre el relato -en el que transcriben un testimonio de quien se considera víctima
por razón del género y realizan afirmaciones descriptivas del mismo- y su opinión,
en la cual reiteran su apreciación sobre el patrón de comportamiento del accionante
en relación con el acoso. Calificativo que, como se ha explicado, no afecta los
derechos del accionante en tanto la libertad de opinión no está sometida a los
mismos requisitos de la libertad de información, y toda vez que esa opinión parte
de los hechos que las periodistas investigaron. Recuérdese que la Corte ha señalado
que, aun cuando las opiniones en sí mismas no están sujetas a las cargas de
veracidad e imparcialidad, las circunstancias fácticas que las sustentan sí lo están. 335
Sobre esto, es necesario destacar que el relato de Eliana se complementa con el
testimonio de Miguel, lo cual respalda la apreciación de que las periodistas obraron
con diligencia para verificar lo dicho por sus fuentes reservadas, de manera que
cumple con el estándar de veracidad que viene siendo usado por la Sala en tanto se
referían a una información con relevancia pública.
398. Carolina relata que conoció a Ciro Guerra en el rodaje de una película en
Cartagena. El director de cine llegó después que el resto del equipo y en una
primera salida a un bar, cuando estaban bailando, le tocó “la cola” por fuera del
pantalón; ella buscó con la mirada a una amiga, a quien después le contó lo
ocurrido. Indica que las compañeras de trabajo mencionaron que “el tipo” era “una
seba” y que lo describieron como “un cerdo”. Días después, en una reunión
alrededor de una piscina, se sentaron a tomar whisky, y Ciro Guerra comenzó a
indagar sobre su vida sexual, a preguntar con insistencia con cuántos directores de
cine se había acostado y a describir actos sexuales explícitos que le gustaría llevar
a cabo.
401. Análisis de la Corte: el caso que denuncia Carolina habría transcurrido por
completo en un entorno laboral y, de nuevo, es clara la división entre su relato y el
análisis de opinión que en la nota editorial realizan las autoras del artículo. Esta
nota editorial, en cuanto se aparta de la descripción de los hechos sobre los que
pretende informar, es un ejercicio de periodismo feminista que se enmarca dentro
121
de la libertad de opinión y, en consecuencia, no vulnera los derechos fundamentales
del accionante. Respecto a la historia de Carolina las accionadas se concentran,
exclusivamente, en resaltar que la misma ocurrió en un entorno laboral en el que
Ciro Guerra Picón se encontraba en una situación de mayor jerarquía respecto a la
víctima. Explican que en el medio audiovisual las fiestas hacen parte del contexto
laboral, pues muchos proyectos se concretan en ese ambiente y no asistir a ese tipo
de eventos puede tener un impacto negativo de cara al desarrollo profesional de
quienes lo conforman. Terminan señalando que hablaron con personas que hicieron
parte del rodaje al que se refiere Carolina quienes coincidieron en que la productora
encargada promovió la realización de un taller sobre prevención del acoso sexual
para todas las y los contratantes, al cual Ciro Guerra no asistió.
402. Para la Sala esta nota editorial se limita a explicar asuntos propios del medio
en el que labora el accionante, en aras de que su público entienda cómo funciona el
mismo y por qué las fiestas que se realizan en ese entorno son más que encuentros
informales de esparcimiento pues, en la práctica, son un escenario en el que se
concretan relaciones laborales.
403. Lo anterior, comoquiera que las periodistas consideran que este caso incluye
un elemento adicional al patrón que describen en el artículo, esto es, el contexto de
trabajo en el que la subordinación de la víctima frente al director es propia de ese
tipo de relaciones. Nada de lo dicho por las periodistas en el portal de Volcánicas
en el espacio dedicado al caso de Carolina contiene afirmaciones que puedan
vulnerar los derechos a la honra, al buen nombre o a la presunción de inocencia del
accionante. Nótese que, al calificar las actitudes de Ciro Guerra en el caso que
presentó Carolina las accionadas usan los adjetivos sexualmente cargados,
inapropiados, incómodos y agresivos, expresiones que pueden resultar difíciles de
asimilar para el accionante, pero que se encuentran amparadas por la Constitución
que protege especialmente la libertad de expresión, más aún, cuando está enfocada
a un discurso protegido como lo es el de la violencia de género.
404. En este orden de ideas, la nota editorial bajo estudio es un ejercicio legítimo
del derecho a la libertad de expresión y de opinión de las periodistas accionadas
que debe recibir una máxima protección porque, como se ha venido sosteniendo, se
trata de un discurso protegido, en tanto se dedica a un asunto de interés público
relacionado con las violencias a las que son sometidas las mujeres en el ámbito
laboral -el relato de Carolina incluye una expresión según la cual, inicialmente, el
comportamiento de Ciro Guerra no le había parecido tan alarmante porque había
pasado por situaciones similares en otros rodajes- y le abre la puerta a una
conversación sobre la forma como las relaciones jerárquicas de poder en las
relaciones de trabajo son escenarios peligrosos para las mujeres.
122
conductas que vulneran los derechos de las mujeres por más naturalizadas que se
encuentren en la sociedad.
406. El relato de Carolina es clasificado por las Volcánicas como acoso en rodaje
y lo conforman actitudes como bailar, ofrecer un trago, acercarse a conversar, pero
todas ellas de manera incómoda, causando miedo en sus interlocutoras en lo que
pareciera ser entendido por las accionadas como un abuso de la posición jerárquica
del accionante. Esta nota editorial estuvo preparada cuidadosa y diligentemente,
pues las periodistas, respecto de la información presentada, que, además, sirvió de
sustento a sus opiniones, asumieron la carga de veracidad exigida para encontrar
testimonios que pudieran reafirmar la historia de Carolina, en la cual se identifica a
Ciro Guerra Picón como perpetuador de actos de acoso y termina siendo una forma
de generar una conversación que permite, por un lado, que los hombres se
cuestionen sobre cómo se relacionan con las mujeres en entornos laborales, y por el
otro, que las mujeres puedan identificar actos de acoso que han tendido a
menospreciar porque se trata de actitudes que se repiten en contextos variados por
diferentes hombres, tendiendo así a naturalizarlas.
407. Síntesis: al final del reportaje se relacionan sucintamente tres casos, que
corresponden a las historias más antiguas y cortas: (i) Fabiana (Bar Europa,
Cartagena, 2013) quien relató que en medio de una fiesta, Ciro Alfonso Guerra
Picón la siguió al bañó e intentó besarla y, frente a su negativa, le pidió que nunca
le fuera a decir a nadie; (ii) Gabriela (Embajada de Colombia, Berlín, 2013), quien
manifestó que como pasante de la Embajada fue parte de la organización de un
evento relacionado con la película Los viajes del viento, y que aunque a ella no le
pasó nada grave, sí sintió el asco y desagrado del trato de Ciro en tanto le tocó el
hombro y bajo su mano hasta la de ella, fue coqueto y la invitó a salir, lo que fue
raro para Gabriela porque estaba trabajando y esa invitación no era relacionada
con el trabajo; y (iii) Teresa (Colombia, 2014 y 2018), quien indicó que en 2014,
luego de una sesión de un diplomado en temas audiovisuales, salieron con varios
compañeros a tomar una cerveza, y que cuando se quedaron solos intentó besarla,
sin que ella le hubiera dado señales de nada, lo que se repetiría otro día en que se
encontraron y él le dijo que había visto un trabajo suyo. Después, en el Festival
Internacional de Cine de Cartagena de 2018, Ciro le dijo que iba a hacer una serie
con Netflix y que la había metido en ese equipo, lo que le sacaba en cara en todas
las fiestas, como si ella le tuviera que pagar el favor.
“En este apartado hemos reagrupado los casos de Fabiana, Teresa y Gabriela.
Son los casos más antiguos de este reportaje y también son las historias más
cortas. Todos son casos de acoso sexual, que muestran como este
123
comportamiento lleva varios años ocurriendo de forma sistemática, y que la
violencia ha ido aumentando con los años.
El caso de Teresa muestra el mismo patrón de comportamiento que hemos
visto en los otros: hacer promesas profesionales para hacer sentir
comprometidas a las mujeres y acercarse a besarlas sin que ellas den señales
de consentimiento. El caso de acoso a Fabiana alarga la línea de tiempo de
este reportaje al año 2013 y tiene por escenario otro festival de cine, el de
Cartagena. El caso de Gabriela también data de ese año y, aunque no pasa a
mayores, muestra la sensación de alerta, miedo e incomodidad que genera en
las mujeres más jóvenes de su entorno. También suma Alemania a la lista de
escenarios internacionales, como Ciudad de México y Nueva York en donde
ha cometido estos actos, un indicador del gran alcance de estos casos de
acoso.
Todos son casos de acoso sexual, que muestran como este comportamiento
lleva varios años ocurriendo de forma sistemática, y que la violencia ha ido
aumentando con los años. (…). El caso de Teresa muestra el mismo patrón
de comportamiento que hemos visto en los otros: hacer promesas
profesionales para hacer sentir comprometidas a las mujeres y acercarse a
besarlas sin que ellas den señales de consentimiento. El caso de acoso a
Fabiana alarga la línea de tiempo de este reportaje al año 2013 y tiene por
escenario otro festival de cine, el de Cartagena. El caso de Gabriela también
data de ese año y, aunque no pasa a mayores, muestra la sensación de alerta,
miedo e incomodidad que genera en las mujeres más jóvenes de su entorno.
También suma Alemania a la lista de escenarios internacionales, como
Ciudad de México y Nueva York en donde ha cometido estos actos, un
indicador del gran alcance de estos casos de acoso.”
412. Finalmente, la Sala estima que, a pesar de que la opinión de las periodistas
puede no ser recibida favorablemente por el accionante, la libertad de expresión
también protege aquellas ideas que ofenden, resultan ingratas o perturban al Estado
o a cualquier sector de la población, aún más cuando se trata del periodismo
feminista y de asuntos relacionados con denuncias sobre acoso, abuso y violencia
sexual. Como ya se ha mencionado, no es necesario que los medios de
comunicación esperen a que se profiera una sentencia penal y adquiera firmeza
para ejercer su derecho a la libertad de expresión e informar a la sociedad sobre
temas en los que existe un interés legítimo.
417. Al respecto, la Sala tiene que (i) las expresiones fueron realizadas por una
periodista con una agenda feminista; (ii) quien precisamente se refiere al reportaje
publicado en Volcánicas que, como se ha explicado, versa sobre un asunto de
interés público esto es, las denuncias sobre acoso y abuso sexual, en las que se
encuentra relacionada una figura pública, como lo es Ciro Alfonso Guerra Picón,
aspectos respecto de los cuales la Corte ha utilizado criterios más estrictos al
momento de aplicar restricciones. En este punto, es importante precisar que en las
expresiones cuestionadas (las que se encuentran en la síntesis de las entrevistas),
Catalina Ruiz Navarro utiliza palabras que permiten inferir que no está
transmitiendo información, sino exteriorizando lo que piensa (“a mí es algo que no
me extrañaría”, “yo tengo una opinión”, “por supuesto que pienso que Ciro
Guerra es culpable, pero eso no me hace un juez”, “tenemos que sacarnos de la
cabeza eso de que solo la justicia penal por un juez es la verdad”, “yo como
ciudadana tengo absoluto derecho de tener una opinión y pensar que x o y persona
es culpable de tal cosa porque ese es mi derecho como ciudadana, y lo puedo decir
en voz alta”, etc.). Adicionalmente, (iii) las entrevistas no tienen un receptor
específico, sino que se dirigen a la sociedad en general, la cual tiene un interés
legítimo en el tema; y (iv) aquellas se difundieron a través de diferentes medios de
comunicación, lo que hace que lo transmitido tenga un mayor grado de difusión.
418. Del anterior análisis, la Sala verifica que las expresiones de Catalina Ruiz
Navarro cuestionadas por el accionante, si bien se relacionan con los hechos del
reportaje, no se enmarcan en la libertad de información sino en la libertad de
opinión, en tanto no tienen la finalidad dar noticia sobre un acontecimiento sino la
de expresar críticas y cuestionamientos; esas expresiones tratan sobre un discurso
especialmente protegido; y en ningún momento atribuyen de manera específica la
comisión de un delito. Al respecto, debe destacarse que la Corte Constitucional no
puede establecer estándares o parámetros respecto del uso del lenguaje utilizado en
la manifestación de opiniones, ya que de lo contrario abriría la puerta a la
censura.347
346 Sentencia SU-355 de 2019. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez. SV. Carlos Bernal Pulido. SV. Antonio José
Lizarazo Ocampo. SV. Cristina Pardo Schlesinger. AV. Diana Fajardo Rivera. AV. Alejandro Linares Cantillo. AV.
José Fernando Reyes Cuartas. “En ese orden de ideas, cuando se presenten situaciones en que no se pueda
diferenciar, con precisión, qué es opinión y qué es información, el juez constitucional deberá realizar un análisis
contextual, pues no puede iniciar una labor de disección entre opinión e información debido, en primer lugar, a la
dificultad que ello supone, y segundo, porque esa labor puede derivar en exigir veracidad e imparcialidad sobre la
opinión. Con las respuestas a tales aspectos, el juez, como autoridad idónea para definir el alcance y las
restricciones a la libertad de expresión, adquiere elementos para enfrentar las líneas difusas entre opinión e
información, dado que en estos casos el contexto y la función del contenido expresado, analizados en conjunto, es lo
que permite establecer si ese contenido desborda los límites aplicables.”
347 Esto, sin desconocer que hay contadas excepciones relacionadas con discursos prohibidos (pornografía infantil,
la incitación al genocidio, la propaganda de la guerra, la apología del odio que constituya incitación a la violencia y
la incitación al terrorismo). Sentencia SU-355 de 2019. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez. SV. Carlos Bernal
Pulido. SV. Antonio José Lizarazo Ocampo. SV. Cristina Pardo Schlesinger. AV. Diana Fajardo Rivera. AV.
Alejandro Linares Cantillo. AV. José Fernando Reyes Cuartas.
127
419. Finalmente, es importante reiterar que la libertad de opinión pertenece al
ámbito de la conciencia y tiene una innegable carga de subjetividad, 348 por cuanto
“la opinión es un conjunto de ideas subjetivas, un concepto interno, una
interpretación personal al amparo del libre intercambio de las ideas, efectuada
por la persona que opina”.349 De manera tal que su ejercicio no puede estar
sometido a los requisitos de veracidad e imparcialidad.350
348 “Ahora bien, al tratarse de una construcción que se soporta en las apreciaciones –morales, sociales, religiosas
o políticas– del individuo, la opinión, como creación personal, está naturalmente ligada a la libertad de
conciencia y, por ende, al libre desarrollo de la personalidad y a la dignidad humana. Entonces, entender la
opinión como una apreciación subjetiva, del fuero interno de quien opina, permite establecer que, en principio, no
puede ser interferida, modulada o censurada por terceros, pues ‘se garantiza constitucionalmente que la opinión
siempre será libre y que no podrá ser alterada por terceros por ser fundada en los valores y expresiones personales
de quien opina’.” Sentencia SU-355 de 2019. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez. SV. Carlos Bernal Pulido. SV.
Antonio José Lizarazo Ocampo. SV. Cristina Pardo Schlesinger. AV. Diana Fajardo Rivera. AV. Alejandro Linares
Cantillo. AV. José Fernando Reyes Cuartas.
349 “[Es] ‘la valoración o interpretación que una persona realiza sobre algo, sea ello un hecho fáctico o un
pensamiento subjetivo que haya previamente conocido de un modo cierto. Así, las facetas objetiva y subjetiva de la
realidad son subsumidas por el individuo cuando éste (sic) elabora un juicio ético, consecuente con su pensamiento,
sobre alguna información veraz o algún pensamiento de contenido ideológico previamente conocidos (…) es una
idea, un parecer o forma de ver el mundo.’ Así, la opinión es un juicio valorativo acerca de algo o alguien, y su
materialización necesariamente implica el pensamiento o la elaboración de ideas a partir de una serie de estímulos
externos.” Sentencia SU-355 de 2019. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez. SV. Carlos Bernal Pulido. SV. Antonio
José Lizarazo Ocampo. SV. Cristina Pardo Schlesinger. AV. Diana Fajardo Rivera. AV. Alejandro Linares Cantillo.
AV. José Fernando Reyes Cuartas.
350 “(…) Es decir que, distinto de la afirmación sobre hechos que se presentan a través del ejercicio de la libertad
de información o prensa, llamados a tener respaldo en la realidad, cumplir con los requisitos constitucionales de la
veracidad e imparcialidad o con la responsabilidad social en el caso de los medios, la opinión en cambio es una
idea, un parecer o forma de ver el mundo, que de hallarse injusta o impertinente, debe combatirse con otras
opiniones o pareceres, no con sanciones de ninguna índole, menos aún penales.” Sentencia C-417 de 2009. M.P.
Juan Carlos Henao Pérez. SV. Nilson Pinilla Pinilla. SV. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub. SV. Manuel Urueta Ayola
(conjuez). SV. Luis Ernesto Vargas Silva.
128
422. La Sala considera que, en este espacio, se satisface ese requisito, propio del
deber de imparcialidad (matizado, como se ha explicado en los casos de denuncias
de violencia sexual, pues no es válido que el espacio conduzca a la revictimización,
entendida como la repetición incesante de los hechos, o su representación en el
lenguaje, y porque no debe conducir a un espacio de confrontación o cara a cara
entre ellas y quien consideran su agresor). Así, la manera de cumplir esta condición
no está regulada, ni existe por lo tanto una sola forma válida. Por otra parte, Ciro
Alfonso Guerra Picón es quien decide responder con monosílabos, cerrando la
posibilidad de entregar una versión más amplia o incluso una opción sobre los
hechos.
423. La Sala constata además que, a raíz del fallo de segunda instancia,
Volcánicas remitió un amplio cuestionario al señor Ciro Alfonso Guerra Picón, el
cual no fue respondido, según los elementos de prueba disponibles. Este
cuestionario, sin duda, permitía profundizar en la versión del accionante. En este
orden de ideas, aunque el amparo será negado la Sala sugerirá (i) que Ciro Alfonso
Guerra Picón responda las preguntas y (ii) que, si las periodistas lo consideran
pertinente, publiquen sus respuestas, dado que han planteado un enfoque del
periodismo feminista y de las denuncias de acoso sexual como un espacio que abre
un diálogo social.
424. Así las cosas, la Sala Primera de Revisión concluye que Catalina Ruiz-
Navarro y Matilde de los Milagros Londoño Jaramillo, a través del reportaje Ocho
denuncias de acoso y violencia sexual contra Ciro Guerra (i) no desconocieron sus
derechos fundamentales y (ii) publicaron un trabajo periodístico que respeta la ética
de la profesión, así como la apuesta adicional, ética y profesional en defensa de los
derechos de las mujeres, y con miras a la creación de un espacio seguro para la
transmisión de sus denuncias. Asimismo, (iii) encuentra que lo expresado por
Catalina Ruiz-Navarro durante las entrevistas que le dio a varios medios de
comunicación después de la publicación del reportaje constituye un ejercicio
legítimo de su la libertad de opinión, pues en dichos espacios expresó críticas y
cuestionamientos partiendo de un discurso especialmente protegido, las cuales no
atribuyen de manera específica la comisión de un delito.
425. Como se explicó al formular los problemas jurídicos, este caso tiene
trascendencia constitucional, y permite avanzar en el conocimiento de la dimensión
objetiva de la libertad de expresión, así como en el papel del escrache y el
periodismo feminista para correr el velo de la discriminación estructural, avanzar
en la lucha contra las violencias basadas en género y abrir canales de discusión
pública sobre el acoso y el abuso sexual. En consecuencia, la Sala entrará a
determinar si en el caso objeto de estudio se presentan elementos propios del abuso
del derecho al acceso a la administración de justicia, no con el fin de determinar si
se ha producido en ese marco una violación a los derechos de Catalina Ruiz-
Navarro y Matilde de los Milagros Londoño Jaramillo (pues ellas no son
accionantes en este trámite), sino para contribuir en la comprensión del acoso
judicial y los litigios estratégicos contra la participación pública. Para prevenir
entonces un uso ilegítimo de la administración de justicia.
129
c. Análisis del segundo problema jurídico planteado. El acoso
judicial
426. Según quedó expuesto en la parte considerativa (supra, acápite “q” de las
consideraciones), el acoso judicial se produce cuando una persona acude a la
justicia (i) con el propósito de silenciar la expresión, en especial, cuando esta
resulta de interés público; (ii) la persona cuenta con buenos recursos económicos
que le permiten contratar los servicios de abogados y sufragar los costos propios
que supone el acceso a la justicia; (iii) se evidencia un desequilibrio de poder entre
las partes; (iv) formula pretensiones desproporcionadas o imposibles de satisfacer
por la parte accionada, en especial, indemnizaciones millonarias; (v) buscando
generar un efecto silenciador o chilling effect.
429. (iii) La manera en que el peticionario y sus apoderados han actuado en sede
constitucional es igualmente preocupante, pues, retirar los documentos del primer
351 Dentro del expediente del proceso declarativo por responsabilidad civil extracontractual iniciado por Ciro
Alfonso Guerra Picón y Ciudad Lunar Producciones Ltda. Contra Catalina Ruiz-Navarro y Matilde de los Milagros
Londoño, consta que, la sociedad Ciudad Lunar Producciones S.A.S., de la cual hace parte el demandante y es la
casa productora a través de la cual se realizan la mayoría de los proyectos en los que participa el cineasta como
director y/o productor, había pagado para el 2020 en total $158.538.272 (ciento cincuenta y ocho millones quinientos
treinta y ocho mil doscientos setenta y dos pesos) por conceptos relacionados con las actuaciones iniciadas para la
defensa de Ciro Guerra, con ocasión de las publicaciones en su contra, que incluyen (i) asesoría en comunicaciones
y consultoría estratégica, (ii) asesoría de prensa para manejo de crisis y (iii) los gastos de la firma de abogados que lo
representa. Archivo 06PRUEBA_18_12_2020 15_02_05 de la carpeta “01Cuaderno Principal” del Expediente del
Proceso Civil Verbal que se adelanta en el Juzgado 47 Civil del Circuito de Bogotá.
130
trámite de tutela para, inmediatamente volver a presentarlos, si bien no constituye
temeridad, sí supone una falta de respeto hacia la jurisdicción constitucional, pues
se traduce en un empleo reiterativo injustificado del aparto de justicia. (iv) Un
elemento más, que demuestra el patrón de abuso del derecho que permite hablar en
este caso de acoso judicial o litigioso es la pretensión de que los jueces ordenen a
las periodistas no volver a nombrar a Ciro Guerra y/o relacionarlo con hechos
delictivos, pues al menos en este escenario constitucional y con independencia de
las conclusiones a las que lleguen las autoridades judiciales que se encuentran a
cargo de los procesos civil y penal que inició el señor Guerra Picón con base en los
mismos hechos que motivaron esta acción de amparo, ello se traduce en una
censura previa, es decir, en el mayor atentado contra la libertad de expresión. Cabe
recordar que las periodistas accionadas estaban difundiendo un discurso
especialmente protegido, en tanto involucra denuncias sobre acoso, abuso y
violencia sexual; por lo cual, al pretender no volver a ser nombrado, el accionante
busca que se guarde silencio sobre un asunto de interés público, sobre acciones
discriminatorias relacionadas con hechos de violencia contra la mujer.
430. Todo lo expuesto se torna más relevante en el marco de las denuncias por
acoso o violencia sexual, que escogen vías distintas al derecho penal y, en especial,
se orientan por el ejercicio vigoroso de la libertad de expresión. Como ya se
explicó, esta decisión viene marcada por situaciones de abuso sistemático de los
derechos de las mujeres y, por lo tanto, por patrones de discriminación históricos,
que impiden hablar. Por la ausencia de adecuación de los procesos judiciales para
la protección efectiva de los derechos de la mujer, ya identificada por diversos
tratados de derechos humanos y la jurisprudencia constitucional. Por la existencia
de dinámicas probatorias que atentan contra la dignidad de las denunciantes, o que
hacen virtualmente imposible la demostración de los hechos. Porque es un medio
de prevención, mediante un voz a voz que alerta a otras mujeres sobre un riesgo
cierto.
432. La Sala enviará entonces copia de esta providencia a los procesos penal y
civil en curso para que, en el marco de sus competencias y de considerarlo
pertinente, tengan en cuenta los lineamientos que ha fijado la Sala sobre el ejercicio
abusivo del derecho al acceso a la administración de justicia del accionante y la
necesidad de aplicar una perspectiva de género al resolver casos relacionados con
131
escenarios de discriminación en contra de la mujer (supra, acápite “q” de las
consideraciones).
433. En torno a la revisión de las sentencias judiciales, la Sala considera (i) que la
sentencia de primera instancia será revocada, pues declaró improcedente la acción a
partir de una interpretación del requisito de rectificación que, en el marco del caso
concreto, derivó en un rigor procesal excesivo; y (ii) que, si bien el Tribunal
Superior de Distrito Judicial realizó un análisis profundo del caso concreto, su
decisión de rectificar para profundizar no es acertada, pues si bien las ocho mujeres
mencionadas solicitaron a Volcánicas un lugar seguro para expresarse, lo cierto es
que no corresponde a los jueces ordenar que se reproduzcan o profundicen relatos
que causan profundas heridas.
435. El accionante destacó que no ha sido vinculado a ningún trámite judicial por
esos hechos. Por otra parte, con el propósito de defender sus derechos, denunció
penalmente y demandó civilmente a las periodistas, citándolas a conciliar en cada
uno de esos procesos para -entre otras cosas- que rectificaran y se retractaran de lo
afirmado, sin que llegaran a un acuerdo. En relación con la vulneración de sus
derechos fundamentales, indicó que por el reconocimiento público que goza en
razón de su profesión (director de cine) la difusión de la información genera
mayores impactos, aunado a que las periodistas lo presentan como un abusador
sexual sin que exista una sentencia penal condenatoria en firme (y sin que las
presuntas víctimas tengan la intención de acudir a la justicia), y porque
escudándose en su derecho a opinar han abordado aspectos ajenos a la
investigación publicada. Todo lo anterior, desconociendo las cargas de veracidad e
imparcialidad que comporta el derecho a la libertad de información.
352 “Ocho denuncias de acoso y abuso sexual contra Ciro Guerra”, publicado el 24 de junio de 2020 en el portal
Web de Volcánicas, y traducido al inglés y al francés.
353 Cinco testimonios se refieren a hechos recientes y son presentados con un nivel de detalle notorio. Tras cada
uno de estos testimonios, Volcánicas propone un análisis de los mismos, retomando puntos de la narración e
identificando patrones de comportamiento en Ciro Guerra, tejiendo una narración compleja sobre la manera en que
las asimetrías de poder y el recurso a aspectos como las ofertas de trabajo, la fama o la invocación de nombres
reconocidos dentro del círculo social de los medios audiovisuales, impulsan las acciones denunciadas. Luego, el
reportaje plantea una exposición amplia sobre el acoso y el abuso sexual en la industria del cine, el papel del
escrache y el periodismo investigativo, y el impacto que han tenido en la sociedad fenómenos sociales como el
#MeToo o #NiUnaMenos. Posteriormente, expone tres testimonios más, que son breves y se relacionan con hechos
más remotos que, en criterio de las periodistas, revisten menor gravedad o intensidad, pero en los que ya se encuentra
latente el patrón de acción de Ciro Guerra. La publicación garantiza el anonimato de las ocho mujeres mediante
pseudónimos y otros mecanismos técnicos, porque ellas solicitaron el anonimato por temor a posibles represalias,
dado el poder del accionante en la industria cinematográfica y la manera en que la sociedad suele afectar los
derechos de las mujeres que enfrentan tales episodios.
132
436. Agregó que las periodistas desconocieron el principio de imparcialidad, por
cuanto no garantizaron un ejercicio real de contrastación. Por tanto, solicitó el
amparo de sus derechos y que se ordene a las periodistas que (i) retiren el reportaje
del portal de Internet de Volcánicas y las redes sociales o, subsidiariamente,
rectifiquen sus declaraciones; (ii) publiquen, en condiciones equivalentes al
reportaje inicial, la parte resolutiva de la sentencia que conceda el amparo; y (iii) se
abstengan de realizar cualquier otro tipo de publicación en la que lo vinculen con
hechos delictivos y aseveren su responsabilidad.
438. El 4 de marzo de 2021, el Juzgado Quinto Penal del Circuito con Función de
Conocimiento de Bogotá negó “por improcedente” la acción de tutela, por
considerar que no cumplió con el requisito de subsidiariedad y el demandante no
demostró el riesgo de un perjuicio irremediable. Impugnada esa decisión por el
accionante, el 26 de abril de 2021 fue revocada por la Sala de Decisión Penal del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, que ordenó a las periodistas
rectificar el reportaje, con apego a los principios de veracidad e imparcialidad. El
primero fue desconocido, en concepto del juez de segunda instancia, porque
algunos apartes del reportaje daban a entender que el accionante fue condenado por
hechos delictivos. El segundo, por cuanto las periodistas no concedieron al
accionante un espacio para presentar su punto de vista. En sede de revisión, la Sala
recibió varios escritos con solicitudes y argumentos de las partes, y requirió
pruebas e invitó a varias organizaciones para que intervinieran.
440. En concreto, la Sala estableció que debía resolver dos problemas jurídicos:
(1) si las periodistas desconocieron los derechos fundamentales al buen nombre, la
honra y la presunción de inocencia del accionante, al publicar el reportaje “Ocho
denuncias sobre acoso y violencia sexual contra Ciro Guerra” en el portal de
Internet Volcánicas, un medio digital feminista y, al conceder entrevistas en varios
medios de comunicación nacional relacionadas con el contenido del mismo, o si,
por el contrario, ello constituía un ejercicio legítimo de la libertad de expresión,
asociado a la difusión de información de interés público; (2) si el litigio iniciado
por Ciro Alfonso Guerra Picón constituye un caso de acoso judicial o abuso del
derecho.
441. Para dilucidar lo anterior, la Sala planteó algunas consideraciones sobre (i)
libertad de expresión, (ii) prevalencia prima facie de la libertad de expresión, (iii)
prohibición definitiva de censura, (iv) límites admisibles a la libertad de expresión,
(v) libertad de prensa, (vi) responsabilidad civil ulterior y autocensura, (vii) libertad
de expresión y redes sociales, (viii) los criterios de quién comunica, sobre quién o
sobre qué comunica, a quién se comunica y cómo comunica, (ix) la difusión de
denuncias por acoso o violencia sexual, periodismo feminista y escrache en la era
digital, (x) los derechos a la intimidad, honra, buen nombre y presunción de
inocencia, (xi) la denuncia de la violencia contra la mujer por razón del género
(discurso con protección constitucional reforzada), (xii) el escrache y el periodismo
feminista, y (xiii) el acoso judicial como el abuso en el ejercicio del derecho a la
administración de justicia.
443. Para ello, aplicó los criterios de quién comunica, sobre qué y quién se
comunica, a quién comunica y cómo comunica, explicando que el caso trata sobre
dos periodistas que, a través de un medio de comunicación digital, independiente y
feminista, comunican sobre acoso y abuso sexual, en concreto, la experiencia de
ocho mujeres amparadas por la reserva de la fuente y que solicitaron mantener su
anonimato, y quienes identificaron a Ciro Alfonso Guerra Picón como agresor. El
medio de comunicación es abierto para todos y todas, sin que sea necesario
suscribirse o pagar una afiliación, y difundió un discurso especialmente protegido
por la Constitución Política mediante un reportaje y en ejercicio del periodismo
investigativo. La Sala destacó que en el reportaje era claramente diferenciable la
134
reproducción de los testimonios de las glosas de las periodistas, y que también se
previó un espacio para la transcripción de la llamada que las periodistas le hicieron
al accionante.
445. Al aplicar estas premisas al reportaje y a las entrevistas concedidas por las
accionadas a diferentes medios de comunicación, la Sala reiteró que la división
entre el relato y la opinión de las periodistas estaba plenamente diferenciada, y
concluyó que ellas no vulneraron los derechos fundamentales del accionante -figura
pública- porque el reportaje reprodujo denuncias reservadas y anónimas sobre
violencia sexual, discurso constitucionalmente protegido, demostró un trabajo
investigativo serio, como el que exige la jurisprudencia en torno al estándar de
veracidad, y relejó la decisión ética del periodismo feminista de trabajar por los
derechos de las mujeres y erradicar la violencia en su contra. Añadió que la opinión
de las periodistas no partió del vació sino de una profunda investigación y ellas, en
todo caso, no afirmaron que Ciro Alfonso Guerra Picón hubiera sido condenado o
esté siendo investigado por algún delito. Por tanto, la Sala no encontró elementos
para determinar que el reportaje tenía el propósito de dañar al accionante (desde el
concepto de la real malicia), sino el de contribuir al debate público.
446. Por último, la Sala resaltó que los deberes del periodismo en la denuncia de
hechos de trascendencia social, que podrían implicar la ocurrencia de un hecho
punible exigen la garantía de un espacio para contrastar las narraciones con la
versión de la persona a quien se le atribuye un hecho socialmente nocivo, y que en
el caso concreto eso se satisfizo por cuanto en el reportaje, Volcánicas incluyó la
transcripción de una llamada a Ciro Alfonso Guerra Picón en la que las periodistas
le preguntaron si ha tomado cursos sobre prevención del acoso sexual, si ha
acosado a mujeres en festivales de teatro o en otros escenarios, si ha utilizado la
fuerza física para acercarse a mujeres, a lo que el director de cine respondió que sí
tuvo un seminario sobre el tema en Netflix, y que no ha realizado ninguno de los
actos descritos. Ligado a esto, destacó que el accionante decidió responder con
monosílabos, cerrando la posibilidad de entregar una versión más amplia, y que en
cumplimiento de la sentencia de tutela de segunda instancia las periodistas le
remitieron un cuestionario, que no respondió, a pesar de que permitía profundizar
en su versión.
VIII. DECISIÓN
RESUELVE:
Tercero. REMITIR copia de esta decisión al Juzgado Cuarenta y Siete (47) Civil
del Circuito de Bogotá, que tramita la demanda declarativa de responsabilidad civil
extracontractual iniciada por el señor Ciro Alfonso Guerra Picón contra Catalina
Ruiz -Navarro y Matilde de los Milagros Londoño, y a la Fiscalía 292 Local
adscrita a la Casa de Justicia de Kennedy, Grupo de delitos querellables de Bogotá,
en la que cursa la denuncia penal presentada por el tutelante contra las periodistas
mencionadas. Lo anterior, para los efectos expuestos en esta providencia.
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Cuarto.- LIBRAR las comunicaciones -por la Secretaría General de la Corte
Constitucional-, así como DISPONER las notificaciones a las partes –a través del
Juez de tutela de instancia–, previstas en el artículo 36 del Decreto Ley 2591 de
1991.
Notifíquese y cúmplase
Magistrada ponente:
DIANA FAJARDO RIVERA
Si bien comparto la decisión adoptada por la Sala Tercera de Revisión en la sentencia T-452 de
2022, en el sentido de no amparar los derechos fundamentales del señor Ciro Alfonso Guerra
Picón, considero relevante formular una aclaración de voto sobre los siguientes tres asuntos
incluidos en la decisión proferida. En primer lugar, advierto que la procedencia debió
fortalecerse, en dos sentidos. Por una parte, cuestionar la manera en la que el accionante acudió a
la administración de justicia; y por otra parte, el estándar de verificación del requisito de
rectificación. En segundo lugar, se debieron considerar los efectos de esta sentencia frente a los
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estándares de veracidad que deben ser ejercidos por el periodismo feminista -aun cuando este sea
un canal para la difusión del “escrache”-. Por último, considero relevante formular algunos
reparos en la secuencia argumentativa que dio lugar al resolutivo tercero -acoso judicial-, así
como profundizar en los potenciales efectos de la sentencia en la intervención de los procesos
judiciales en curso. A continuación, procedo a exponer en detalle los anteriores argumentos que
sustentan mi aclaración de voto a la sentencia T-452 de 2022.
356 Corte Constitucional, sentencia C-135 de 2021, reiterada en la sentencia T-454 de 2022.
357 Corte Constitucional, sentencia T-454 de 2022 que reiteró la sentencia T-242 de 2022.
140
diluyó esta tensión al considerar que ya se había cumplido con este deber periodístico, en virtud
de que se diferenció en el texto cuándo terminaba el testimonio.
12. Sin embargo, pese a esta división, debo cuestionar que tal información se presentara como
si continuara haciendo parte de un reportaje periodístico y no de conclusiones sustentadas en la
opinión de las periodistas, lo cual pudo inducir al error, incluso, a un lector racional. La idea,
como ha explicado la Corte, es que sobre estos asuntos la persona se forme su propia opinión y
no que se presente como una verdad indiscutible lo que es la apreciación subjetiva de ciertos
hechos que, en estos casos, eran las conclusiones sobre los testimonios recopilados en el
reportaje periodístico. Entre ellos se destacan la existencia de expresiones problemáticas como
“un patrón” de acoso; la alusión a los “avances sexuales” del involucrado; de la “negativa clara
y repetida de las acosadas” e, incluso, en el aparte final al aludir a “abuso sexual”. En
consecuencia, considero que la sentencia no se ocupa de analizar el verdadero sentido de las
notas editoriales -en el marco de la información o de la opinión.
13. Los y las periodistas pueden referirse a denuncias sobre la comisión de presuntos delitos,
pero sin definir la responsabilidad que sólo le corresponde al juez penal, por lo cual sus
afirmaciones en dicho sentido deben acompañarse de expresiones dubitativas. El debate público
del periodismo se complementa en la esfera democrática con otras formas de control social,
crítica y, en general, con el sistema de administración de justicia. Por lo cual, tal ejercicio se
encuentra constitucionalmente protegido, pese a que no puede -por su naturaleza y escenario-
establecer responsabilidades penales, que deben ser definidas por un juez. Con mayor razón, si es
la propia Constitución Política de 1991 la que establece en el inciso 4° del artículo 29 que
“[t]oda persona se presume inocente mientras no se la haya declarado judicialmente culpable”.
En este escenario constitucional, es claro que existe una tensión con el derecho de informar que
realizan los medios de comunicación (art. 20) cuando tal ejercicio puede terminar por imputarle
responsabilidad penal a alguien.
14. Sin embargo, el mismo texto superior resuelve esta tensión al aclarar que, en todo caso, los
medios de comunicación tienen responsabilidad social y, por ello, existe la rectificación. De lo
anterior, se desprende que ningún derecho puede terminar por anular por completo al otro. Se
trata de una discusión democrática de la mayor relevancia, en donde no hay soluciones simples
para problemas complejos. De allí que, podrían existir dos aproximaciones al asunto: (i) la
primera, implicaría considerar que dichas denuncias sólo podrían darse cuando exista una
sentencia penal condenatoria mientras que, de otro lado, (ii) una segunda postura considera que
una sentencia penal no es una condición para el ejercicio de la información al respecto, pese a lo
que los emisores deben ser “ser especialmente cuidadosos con el manejo y publicación de este
tipo de información”358. En consecuencia, como parte de la carga de veracidad de quien ejerce el
vital papel del periodismo no sólo está la contrastación de la información, el manejo adecuado de
fuentes, sino lo que en este caso es trascendental y consiste en la precisión de los hechos, que
implica que las denuncias no pueden presentarse de manera cierta e incontrovertible, por lo cual
se debían utilizar formas lingüísticas condicionales sobre la responsabilidad penal.
15. De manera inexplicable y no obstante haberlo solicitado, este tema dejó de analizarse en la
sentencia. Al respecto, debo indicar que era necesario llamar la atención sobre este asunto y, por
ello, las expresiones “abuso”, “acoso” y “violencia sexual” debían ir acompañadas de
358 Este tema fue analizado en la sentencia T-242 de 2022 y, si bien explicó esta providencia,
que asumiría la segunda de estas opciones consideró que “aun cuando no es necesario que estas
denuncias estén soportadas en una sentencia penal, la Constitución impone a los emisores un
especial grado de responsabilidad en la publicación y divulgación de esta información, más aún,
si son medios de comunicación masiva o periodistas”. Por lo cual, concluyó que “estos sujetos
están obligados a adelantar su labor de fiscalización de los poderes públicos conforme a
estándares rigurosos de ética informativa y de acuerdo con principios de periodismo responsable
que garanticen que la información transmitida sea producto de un ejercicio periodístico serio,
juicioso, y autorregulado. Por esta razón, deben cumplir con los principios de veracidad e
imparcialidad con un especial grado de diligencia y cuidado”.
141
expresiones dubitativas, como las de presunto o posible responsable, dado que en este caso la
responsabilidad penal no ha sido demostrada y tampoco es la acción de tutela el escenario para
establecerla. De la revisión de las notas periodísticas, no cabe duda alguna de la contundencia en
la que se afirma, a modo de ejemplo, que “Este reportaje consiste en ocho testimonios de
mujeres que han sido víctimas de acoso y abuso sexual por parte del reconocido director de cine
colombiano Ciro Guerra”, sino también por los títulos de cada testimonio que recogen
expresiones con contenido jurídico y sin expresar la mínima duda sobre el “acoso”, “acoso
sexual” y “abuso sexual”. Incluso, sin mayor debate, la Sala de Revisión avaló el uso de
expresiones penales como la “premeditación”, omitiendo poner en duda su uso, pese al carácter
punitivo de ellas e, incluso, de la siguiente conclusión contenida en el artículo:
16. Debo destacar que en la sentencia SU-274 de 2019 se señaló que la presunción de
inocencia es un derecho fundamental y esto exige que “toda información relativa a personas no
sancionadas judicialmente debe adoptar formas lingüísticas condicionales o dubitativas, que
denoten la falta de seguridad sobre la culpabilidad”360. En consecuencia, los medios de
comunicación “tienen derecho de denunciar públicamente los hechos y actuaciones irregulares
de los que tengan conocimiento en virtud de su función, por lo que no están obligados a esperar
a que se produzca un fallo para informar de la ocurrencia de un hecho delictivo. Sin embargo,
deben ser diligentes y cuidadosos en la divulgación de la información que incrimine, pues no
pueden inducir al receptor a un error o confusión sobre situaciones que aún no han sido
corroboradas integralmente por las autoridades competentes”361. Por lo anterior, considero que
la sentencia debió referirse expresamente a estos precedentes y realizar un análisis frente al caso
concreto.
17. Toda persona tiene derecho a presentar su versión ante los medios de comunicación al estar
implicada en la publicación periodística y debe ser un deber ineludible de cualquier medio de
comunicación. Como lo mencioné, considero que las accionadas desarrollaron un valioso
ejercicio de periodismo feminista. Sin embargo, su agenda y la protección constitucional
reforzada de su discurso no pueden conllevar a que la persona implicada tenga menos garantías y
derechos frente a los medios de comunicación. De esta manera, traigo a colación lo dispuesto en
la sentencia T-500 de 2016, en la cual resulta claro que se debe mantener el equilibrio que
supone el cumplimiento de unas garantías mínimas en favor de la persona sobre quien se está
informando:
359 En esa dirección, la sentencia SU-355 de 2019 explicó que “la Corte llama la atención de
quienes realizan comunicaciones públicas, particularmente cuando actúan a través de un canal
de prensa, sobre la necesidad de hacer una nítida diferenciación entre opinión e información,
para no traspasar la delgada línea que en ocasiones puede separar, un discurso protegido, por
un lado, con afirmaciones infundadas que pueden comprometer el buen nombre de una persona,
por otro. Se trata de la diferencia que puede encontrarse entre opinar algo de alguien, y afirmar
algo de ese alguien que constituya la atribución objetiva de algo que en realidad no le puede ser
atribuido”.
360 Corte Constitucional, sentencia T-525 de 1992.
361 Corte Constitucional, sentencia T-040 de 2013 y T-066 de 1998.
142
contra ellos, como los demás intervinientes, conozcan específicamente cuál es la
acusación que se les está formulando. En segunda medida, el medio de
comunicación o el periodista le debe dar a estas personas un estimativo de cuánto
tiempo van a estar al aire, o qué espacio van a tener para presentar su versión de
los hechos. De lo contrario, los sujetos acusados no tendrán una oportunidad real
de presentar su versión de los hechos por los cuales se les denuncia. Si los medios
entrevistan al denunciado durante una hora, pero sólo presentan unos breves
segundos de su versión de los hechos, difícilmente tendrán una oportunidad de
hacerlo. En ese mismo orden de ideas, el tiempo que les otorgan para defenderse,
directamente, o mediante entrevistas a terceras personas sugeridas por ellos, deben
ser razonables. Es decir, no pueden ser desproporcionadamente inferiores al tiempo
o al espacio dedicado a sustanciar las denuncias”.
18. Con fundamento en lo anterior, considero que toda persona tiene el derecho a confrontar
y rendir explicaciones por ser la potencial afectada con un dato negativo que va a ser
publicado. Además, el medio de comunicación está en la obligación de garantizar el equilibrio
informativo, que se debe sustentar en el deber de confrontación a cargo de los medios de
comunicación, para no hacer nugatorio el derecho a la honra y a la imparcialidad periodística.
Este deber no fue estudiado en el caso, pese a que lo requerí en su momento; era necesario
considerar expresamente en la sentencia si el espacio otorgado al accionante en una llamada fue
suficiente. Al respecto, se debe resaltar que surgen serias dudas sobre la suficiencia del espacio,
en la medida en que no se preguntó al accionante por su versión de los hechos de los ocho (8)
casos incluidos en la nota periodística, sino que se indagó en términos muy generales sobre el
acoso sexual.
20. En este orden de ideas, el debate se debía centrar en el ejercicio del periodismo feminista
en casos de “escrache”, y no asimilar dicho ejercicio con la narración de las historias de las
víctimas, que están claramente diferenciadas en la publicación periodística. Confundir estos
temas le resta rigor al estudio sobre los deberes de los periodistas. En efecto, considero que la
aproximación más respetuosa de la labor ejercida no es que el periodismo feminista deba cumplir
un “mínimo” de veracidad, imparcialidad y equilibrio informativo, sino que tal papel
democrático sólo se fortalece cuando se exige el mejor periodismo posible, así eso implique
dudar e incluir expresiones que no determinan la responsabilidad penal en contra de la
contundencia de la expresión. La aproximación de la sentencia, de alguna manera, resta
credibilidad al arduo trabajo de investigación realizado por profesionales mujeres feministas, al
reducir el estándar exigible al periodismo informativo.
21. Por ello, convencido no sólo del importante debate que suscitó este caso y la necesidad de
que se siga haciendo periodismo en defensa de tantas mujeres que ven deteriorados sus derechos,
143
creo que, respecto de estos últimos aspectos, se perdió la valiosa oportunidad de profundizar en
el alcance de los deberes del periodismo feminismo, cuando a través de ellas se divulgan
escenarios de potencial violencia de género. Considero desafortunada la aproximación al debate
desde una exigencia de mínimos, dado que resta valor al alcance del trabajo juicioso y arduo
realizado por mujeres profesionales periodistas, y en su lugar, considero que debió darse en clave
de la mayor garantía e interpretación de los derechos en tensión. ¿por qué al periodismo
feminista se le debe exigir un estándar mínimo? ¿Acaso, no tienen la posibilidad de realizar el
mejor periodismo posible, o está permitido bajo dicho mínimo un desconocimiento o
desprotección de otros deberes constitucionales en tensión?. En tal sentido, comparto la mayoría
de los argumentos de la sentencia, pero considero que profundizar en estos temas, antes que
afectar el ejercicio de esta labor, la hubiera podido fortalecer.
22. Los mecanismos judiciales contemplados en el ordenamiento jurídico son espacios para
garantizar no sólo los derechos de la persona implicada con un reportaje, sino también del
periodismo y de las mujeres que en este caso realizaron la correspondiente investigación. En ese
orden de ideas, no es del todo clara la secuencia argumentativa que llevó a adoptar el resolutivo
tercero, en tanto en la formulación del problema jurídico se indicó que también se debía
“determinar si el litigio iniciado por Ciro Alfonso Guerra Picón constituye un caso de acoso
judicial o abuso del derecho, según lo plantean las accionadas y diversos intervinientes”.
23. No obstante, para estudiar este tema, se debía haber argumentado la necesidad de este
pronunciamiento y cómo ello estaba justificado, pese a que la acción de tutela se interpuso por el
señor Ciro Guerra contra las periodistas. Una respuesta a esta inquietud es que se trata de una
especie de “agencia oficiosa” por parte de la Sala de Revisión, en favor de las últimas. Sin
embargo, esta conclusión cerraría la puerta a una eventual acción de tutela de las periodistas
contra el accionante, incluiría una situación litigiosa que no surge de la acción de tutela sino del
proceso de revisión, e implicaría justificar la debilidad manifiesta en la que ellas se encuentran
por su calidad de “agentes”. En mi opinión, de ninguna manera considero que el segundo
problema jurídico pueda entenderse como una suerte de “agencia oficiosa” en favor de las
periodistas, pues ello tendría un impacto y afectaría la fuerza del periodismo feminista.
24. Con sustento en lo anterior, debo destacar que esta orden se debe limitar a señalar una
invitación a los jueces del proceso de ordinario -sólo si así lo consideran relevante- para
profundizar en el contexto amplio en que se sitúa esta discusión sin que, de ninguna forma,
pueda contemplarse que se está interviniendo en sus funciones constitucionales, legales y en la
independencia judicial, que tantas veces ha reivindicado este tribunal. En tal sentido, considero
que la sentencia T-452 de 2022 no puede obligar al juez ordinario a interpretar o adoptar una
determinada decisión. Es, por el contrario, un reconocimiento de los complejos casos que llegan
a su conocimiento y las dificultades de pronunciarse en un sistema de fuentes complejo como el
colombiano.
25. Por estas razones, sólo comparto la orden en este estricto marco de entendimiento y
discrepo de la motivación sobre la existencia de “un patrón de abuso”, al advertir que ello
excede el marco de competencia de la Sala de Revisión y la necesidad de auto restringirse frente
a procesos judiciales ordinarios en curso.
En los anteriores términos y con el acostumbrado respeto por las decisiones de la mayoría, aclaro
mi voto a la sentencia T-452 de 2022.
Fecha ut supra,
144
ALEJANDRO LINARES CANTILLO
Magistrado
145