2022-Agüero, Jorge Alberto y Otros

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JUZGADO DE CONTROL Y FALTAS Nº 7

Protocolo de Autos
Nº Resolución: 218
Año: 2022 Tomo: 5 Folio: 1269-1277

EXPEDIENTE SAC: 7174728 - ACIAR, MATIAS RICARDO - AGUERO, JORGE ALBERTO - BUCHEME, WALTER JOSE -

PACE, FACUNDO JOSE - SILVA, ALFREDO RAMÓN - CAUSA CON IMPUTADOS

PROTOCOLO DE AUTOS. NÚMERO: 218 DEL 22/09/2022

Córdoba, veintidós de septiembre de dos mil veintidós


VISTA: La presente causa caratulada “Agüero, Jorge Alberto y Otros p.s.a.
Asociación Ilícita” SACM n° 7174728, que se encuentra en este juzgado a fin de
resolver la oposición interpuesta por el imputado Jorge Alberto Agüero en ejercicio de
su autodefensa, y de la oposición del Asesor Letrado Maximiliano Vargas en contra
del decreto del 31/08/2022 en cuanto declara formalmente inadmisibles los planteos de
apelación y nulidad de los decretos de imputación y detención, como así también, en
tanto revoca al imputado Agüero el ejercicio de su autodefensa.
Y CONSIDERANDO: I. Defensa técnica ejercida por el imputado. Frente a la
renuncia del abogado particular del imputado Jorge Alberto Agüero, el fiscal del
Distrito I Turno 1°, hizo lugar a la petición del nombrado de asumir su propia defensa,
atento a que ostentaba la calidad de abogado. Sin perjuicio de ello, y considerando que
el imputado se encontraba privado de su libertad, designó como codefensor al Asesor
Letrado del 23° Turno, Dr. Álvaro Ganame. Luego, en presentación del 21/07/2022
(ff. 730) el imputado Jorge Alberto Agüero interpuso “recurso de apelación –
reposición” en contra de los decretos de imputación y detención dictados en autos.
Negó su participación en los hechos objeto de investigación y cuestionó la detención,

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dado que no se habría acreditado su supuesto peligro de fuga ni de entorpecimiento
“de la prueba y el proceso”. En una presentación posterior (f. 792), planteó la nulidad
todo el procedimiento por “fraude procesal”, por entender que la detención fue
ordenada por este Juzgado de Control y por considerar que la apelación que había
presentado en contra de aquella había sido fraudulentamente remitida a la fiscalía.
Asimismo, planteó la “nulidad” de la designación del Asesor Letrado Gáname en tanto
ya contaba con el ejercicio de su autodefensa. Ante diferencias insuperables en el
ejercicio de su función, el Asesor Letrado Dr. Gáname renunció al cargo
encomendado. Así, el SFI resolvió designar al Asesor que seguía por turno, Dr. Álvaro
Allende, quien a su vez no aceptó el cargo por encontrarse incurso en causal de
inhibición y solicitó se encomiende la causa al Asesor Letrado del 14° Turno, Dr.
Maximiliano Vargas, quien previa designación por parte del Fiscal, aceptó el cargo,
asistiendo actualmente al imputado Jorge Alberto Agüero. Posteriormente, y ante la
“apelación” y los planteos de nulidad del imputado ya referidos, el Fiscal de
Instrucción los declaró formalmente inadmisibles y revocó el carácter de defensor del
imputado, manteniendo su criterio en cuanto a la designación del Asesor Letrado.
II. Oposiciones del imputado Jorge Alberto Agüero. Ante el decreto que designa al
Asesor Letrado Vargas como codefensor, el imputado Agüero se opuso por considerar
que ello constituía por parte del Fiscal de Instrucción “un acto de fuerza y no de
derecho”. Así, refirió que el hecho de que su “propio verdugo designe la persona de mi
pretenso defensor violenta (su) derecho de defensa en juicio” y, en consecuencia,
solicitó se revoque el decreto aludido y se le otorgue la facultad de ejercer
exclusivamente su propia defensa técnica. Posteriormente se opuso al decreto del
fiscal del 31/08/2022 que declaró formalmente inadmisibles tanto la apelación y los
planteos de nulidad, como así también revocó su calidad de defensor. En su escrito,
sostuvo que correspondía darles el trámite de apelación dado que la orden de

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allanamiento que se le exhibió en su oportunidad y que él consideró que incluía su
detención, llevaba rúbrica de este magistrado, lo cual habilitaría la vía impugnativa de
la apelación. Así, denunció que se habría modificado aquella orden por otra resolución
firmada por el fiscal a fin de inadmitir la apelación. Reiteró la impugnación de la
designación de la Asesoría Letrada Penal en su codefensa y solicitó se lo autorice a
ejercer su defensa técnica. Finalmente, solicitó se ordene al SPCque se abstenga de
intervenir en sus escritos defensivos y se le provea en su lugar de detención de los
medios idóneos para ejercer su defensa.
III. Fundamentación técnica del Asesor Letrado del 14° Turno.
III.1. Sobre la inadmisibilidad formal del “recurso de apelación – reposición”: En su
vista el Asesor Letrado manifestó que si bien los decretos de imputación y detención
fueron dictados por la fiscalía, no correspondía a este órgano declarar la
inadmisibilidad formal del planteo del imputado titulado “recurso de apelación –
reposición”, el cual debió sustanciarse de acuerdo al trámite de la oposición “puesto
que está dejando en claro (el) desacuerdo con lo resuelto por el órgano acusador”. Así,
refirió que aquellos decretos del instructor no se encontrarían debidamente fundados
en los extremos de participación en el hecho y peligro procesal. Destacó que los
hechos objeto de investigación son de vieja data, y que el imputado no ha asumido
ninguna actitud que haga presumir que eludirá la acción de la justicia. Criticó que el
acusador se valió del pronóstico punitivo, el cual por sí sólo es insuficiente para
afirmar la existencia de peligro. En cuanto a los indicios de peligro concreto, refirió
que los esgrimidos por el fiscal son propios del objeto a investigar y que, por tanto, no
habrían alcanzado el grado de probabilidad suficiente para ser tomados como indicios
válidos del peligro de entorpecimiento o de fuga. En consecuencia, dijo que el uso de
este extremo constituye una “petitio principi”, en tanto “se busca afirmar una
conclusión sobre un extremo que todavía no ha sido probado en el proceso”. En virtud

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de ello, entendió que el decreto de detención es injustificado y que no existe
impedimento para que Agüero pueda transitar su proceso en libertad. Así, solicito se
revoque el decreto de detención y se ordene la libertad del imputado Jorge Alberto
Agüero.
III.2. Sobre la declaración de inadmisibilidad formal del planteo de nulidad de todo el
proceso por “fraude procesal”: Sobre este punto del decreto fiscal, la defensa
manifestó que el planteo de nulidad del imputado debió interpretarse de manera
conjunta al recurso abordado en el apartado anterior. Así, dijo que al no haberse dado
el trámite de oposición al recurso de “apelación-reposición”, todo lo realizado en su
consecuencia podría estar viciado de nulidad. Por ello, entiende que para salvar los
posibles vicios, corresponde dar trámite de oposición a la impugnación analizada en el
punto III.1.
III.3. Sobre la declaración de inadmisibilidad formal del planteo de nulidad de la
designación del Asesor Letrado: Sobre este particular, la defensa técnica manifestó
que el fiscal rechazó erróneamente el planteo por considerarlo abstracto, dado el
apartamiento operado en el ínterin por el Asesor Letrado Álvaro Gáname. Ello era así,
dado que el agravio expresado por el imputado Agüero no se dirigía la designación del
Asesor del 23° Turno en particular, sino a la designación de cualquier asesor letrado
como codefensor, por lo que concluyó que el planteo no era abstracto y debía
sustanciarse. Así, la defensa técnica consideró que la pretensión del imputado debe ser
resuelta por la jurisdicción de control mediante el trámite previsto para la oposición.
III.4. Sobre la revocación de la facultad de autodefenderse: Sobre este extremo, el
defensor consideró que la decisión del fiscal resultó infundada. Afirmó que no han
variado las razones que determinaron la habilitación de la autodefensa de Agüero, y
que el hecho de que el nombrado presente escritos para defender su posición y realice
los reclamos que considere pertinentes, no es razón suficiente para sostener que carece

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del derecho de autodefenderse. Negó que los escritos enviados por Agüero afecten la
eficacia de su defensa y cuestionó que el fiscal no haya demostrado que existió un
perjuicio que el imputado se haya causado mediante aquellos. Sobre la normal
sustanciación del proceso, refirió que de las constancias de la causa “surge patente” la
regularidad con la que se habían desarrollado todos los actos procesales. Por ello,
concluyó que la revocación de la facultad de autodefenderse resuelta por el instructor e
ra infundada, y solicitó que se deje sin efecto.
IV. Fundamentos del fiscal. El Fiscal de Instrucción estableció que el decreto del
11/08/2022 que designó al Asesor Letrado Dr. Vargas, no se encontraba dentro del
elenco de resoluciones susceptibles de oposición. Sin perjuicio de ello, y atento a que
estarían en juego garantías constitucionales que podrían ocasionar un gravamen
irreparable, realizó las consideraciones que estimó pertinentes y resolvió mantener la
designación del asesor letrado y revocar la calidad de defensor al imputado Agüero.
Así, consideró que la conducta procesal desplegada por el imputado en ejercicio de su
autodefensa “…revela a las claras que el nombrado no se encontraría en condiciones
de representar idónea y técnicamente sus intereses”. Refirió que ello surge del tenor de
los escritos presentados por el imputado que es abogado, en los cuales “se advierten
errores en cuanto a la normativa procesal vigente y a los criterios jurisprudenciales
desarrollados en su consecuencia, los cuales perjudican en definitiva la eficacia de su
defensa técnica, desapareciendo así el presupuesto que habilita a conceder tal ejercicio
(art. 118 CPP)”. De esta manera estimó que ello vulneraba el principio constitucional
de inviolabilidad de la defensa en juicio cuya protección recae sobre el Estado.
Respecto a la oposición al decreto del 30/08/2022 mantuvo su criterio en cuanto a la
declaración de inadmisibilidad formal y la revocación de la autodefensa de Agüero, y
elevó las actuaciones a este Juzgado de Control y Faltas N° 7.
V. Dictamen del tribunal. Planteadas las posiciones de las partes, entiendo que

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previamente se debe determinar si correspondía al órgano instructor declarar la
inadmisibilidad formal de los planteos de la defensa, o en su defecto, dar a aquellos
trámite. Posteriormente, corresponde determinar si se encuentra en el proceso de
marras debidamente a resguardo el derecho de defensa del imputado con la
designación, por parte del instructor, del Asesor Letrado en carácter de codefensor.
Finalmente consideraré el punto “4” del decreto del Fiscal que revocó al imputado su
carácter de defensor en causa propia.
V.1. ¿Está facultado el Fiscal de Instrucción para declarar la inadmisibilidad formal
de un planteo in pauperis que, por contener distinto nomen iuris, en realidad se
oponga a una resolución por él dictada? A este respecto se impone la negativa. Doy
razones. Del análisis de la presentación in pauperis del imputado Jorge Agüero
(cuando todavía no había sido designado en su autodefensa) surge que, pese a nombrar
de modo incorrecto el medio impugnativo que propiciaba, dejaba en claro su
pretensión de cuestionar lo resuelto por el fiscal por causarle ello agravio. Esto debe
ser interpretado en favor del imputado a fin de no vulnerar su derecho de defensa. Así,
del propio tenor de su solicitud surge que el imputado se agravió en que el fiscal no
había acreditado en la causa su participación en el hecho y por no existir “peligro de
fuga ni de entorpecimiento de la prueba y el proceso” (ver presentación de ff. 730).
Ello da cuenta de la voluntad de oponerse a la detención, atacando los extremos que
constituyen los requisitos exigidos para las medidas de coerción habitualmente
impugnadas por vía de la oposición. Por ello, corresponde interpretar el pedido del
imputado como una oposición, independientemente del nombre con el cual haya
titulado su escrito. Además, la mencionada presentación debe considerarse efectuada
in pauperis, toda vez que a la fecha de su envío (21/07/2022, ver ff. 730) el imputado
no ejercía aún su autodefensa y, huelga aclarar, se encontraba ya privado de su libertad
y alojado en un establecimiento penitenciario. Y es sólo a partir del decreto del

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28/07/2022 que se le acordó tal participación junto al Asesor Letrado Dr. Gáname
como codefensor. A ello corresponde añadir que en la fecha de tal presentación
(21/07/22), quien revestía el carácter de su defensor (Abogado Merlini) al mismo
tiempo interponía un escrito renunciando a su defensa. Realizada tal consideración,
concluyo que el fiscal debió admitir el planteo y darle el trámite del 338 del CPP, con
una vista al defensor técnico que intervenía asistiendo al imputado en aquel momento
o nombrando al Asesor Letrado en su defecto, para que luego de evacuada aquella,
pudiera remitirla a este juzgado en caso de sostener el criterio adoptado en su
resolución.
Como consecuencia, admitida la oposición y establecida la posición de las partes al
respecto, corresponde abrir la instancia y analizar su procedencia. Sin perjuicio de lo
ya dicho respecto a que no correspondía al Fiscal de Instrucción inadmitir la cuestión,
entiendo que el planteo no es atendible sustancialmente. Así, el dictado del decreto de
imputación y detención constituye una facultad que recae sobre el órgano instructor en
su rol de director de la investigación, la cual descansa en las conclusiones a las cuales
él arribare de acuerdo al cúmulo de pruebas que recolectó a lo largo de su actuación.
Ingresando al análisis del mencionado decreto, se aprecia que satisface lo requerido
para la instancia procesal en la cual se dictó. Así, obraban en aquel entonces elementos
de prueba que justificaban la pesquisa fiscal en contra del imputado Agüero. A modo
de ejemplo se encuentra el acta de prueba secuestrada del 14/12/2021, en la cual se
detalla documentación que ubica al imputado en los hechos investigados y sendas
declaraciones testimoniales. Seguidamente el fiscal fundamentó el peligro procesal en
atención a la calidad de abogado del imputado y al rol de organizador que se le
endilgaba, dentro de un armado coordinado y organizado, con la intervención de
varios partícipes que no habían sido identificados en su totalidad. En ese marco, y
recordando que la imputación, como decisión investigativa, y particularmente la

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detención, como medida de coerción, pueden dictarse con un grado de conocimiento
menor que el previsto para otras decisiones más gravosas, entiendo que dado el avance
de la investigación, este decreto se encuentra fundado en lo que, estimó el fiscal,
constituía prima facie un delito de acción pública cuya investigación y proceso
correspondía mantener y resguardar con tal medida, lo cual destierra cualquier esbozo
de arbitrariedad en su dictado. Por ello, entiendo que no corresponde hacer lugar a la
impugnación del decreto de imputación y detención cuestionado, sin perjuicio de que,
luego de dicha detención, su situación procesal se encuentra pendiente de resolución
por parte del SFI.
V.2. Sobre la declaración de inadmisibilidad formal de los planteos de nulidad. Sobre
este extremo cabe concluir en idéntico sentido al punto anterior, en tanto no
correspondía al instructor pronunciarse sobre su inadmisibilidad a la que calificó de “
formal”. Ello es así, en tanto la nulidad constituye una sanción procesal que debe ser
resuelta, previa sustanciación incidental (art. 188), por la jurisdicción de garantías a
través de un auto (art. 141). Así, si el representante del Ministerio Público Fiscal que
dictó el acto tildado de irregular impidiera el ingreso al fondo del planteo por
cuestiones formales, se privaría unilateralmente al impugnante de que sea resuelto por
un órgano jurisdiccional imparcial, afectando por ello la bilateralidad del proceso con
el subsiguiente riesgo para los actos que en consecuencia de aquél se dicten. Cabe
resaltar que el propio ordenamiento de rito establece que durante la investigación
preparatoria una instancia de nulidad debe sustanciarse siguiendo el trámite de la
oposición (art. 188 CPP). Ello debe entenderse en tanto que la dinámica procesal se
compondrá de una presentación conteniendo una instancia (de nulidad), una vista o
informe fiscal y una resolución por parte del juez de garantías. En su resolución el
instructor ingresó al fondo del planteo, analizando la motivación de la tesis de la
defensa. En ese marco, si bien repasó la doctrina y jurisprudencia sobre el tema y

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adhirió a la posición de que “no hay nulidad por la nulidad misma”, luego se
pronunció sobre el argumento mismo de la defensa al cual calificó como “…de
carácter genérico que no hace referencia a un acto procesal concreto ni tampoco alude
a perjuicio determinado para la parte que lo pide…”. Es decir que luego de analizar el
contenido de la impugnación la declaró inadmisible por el supuesto defecto formal de
“falta de motivación”. Pues bien, sobre la cuestión cabe aclarar que el art. 188,
referido específicamente a la instancia de nulidad, no habla de “forma” para su
inadmisibilidad, como si lo hace el art. 338 para la oposición, sino de “motivación”, lo
que constituye claramente una cuestión sustancial o de fondo. Es que cuando dicho
artículo regula la vía de la oposición, se refiere a la impugnación que se equipara a un
recurso, estableciendo cuáles son sus requisitos de forma, lo que no debe ser
confundido con lo que también regula el artículo y no es otra cosa que su “trámite”, a
lo que sí remite el art. 188 del CPP. En el caso de una instancia de nulidad, no posee
requisitos de forma, pero sí que se expresen los motivos de dicho planteo. En virtud de
ello, la remisión al art. 338 sólo está referida a cómo debe ser tramitada la instancia de
nulidad (por vía incidental), mas no a las exigencias de forma de la vía impugnativa
específicamente allí regulada. De lo contrario, se estaría equiparando a la instancia de
nulidad (como sanción procesal) con una vía impugnativa, respecto de lo cual sólo
comparte su modo de tramitación. Ello se sostiene sin perjuicio de que, en materia
de oposiciones, el Representante del Ministerio Público sí puede hacer un análisis de
su admisibilidad formal, lo que está fuera de toda duda.
Corresponde entonces resaltar que el planteo defensivo sí esgrimió motivos para
cuestionar la validez del acto en cuestión, independientemente de su pertinencia para
dar cuenta de ello. Así, la entidad de la motivación, su suficiencia o su aptitud para
controvertir un acto procesal y habilitar la sanción de nulidad, es un análisis que le
corresponde efectuar a la jurisdicción que resuelve el asunto, y no al instructor (una de

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las partes) que recibe el planteo. Por ello, concluyo que no correspondía en este caso al
fiscal de instrucción declarar la inadmisibilidad de la instancia de nulidad planteada
por el imputado, por lo que corresponde en este punto revocar su decisión. En el
estado actual de las actuaciones, corresponde imprimirle trámite y resolver, dado que
las postulaciones de las partes ya se encuentran fijadas de acuerdo a las sucesivas
presentaciones obrantes en autos.
Realizadas tales consideraciones se debe proceder a continuación con el análisis del
planteo defensivo en cuestión. Así, el imputado impugnó por nulo todo el
procedimiento por “fraude procesal”. En este punto corresponde efectuar una
salvedad. El imputado Agüero se agravió en que la “apelación” a la orden de detención
se remitió a la fiscalía y no a este juzgado. Según su tesis, ello constituye un proceder
ilegal en tanto se habría omitido remitir un recurso al tribunal que correspondía. Se
advierte que su escrito fue, en definitiva, correctamente remitido a la Fiscalía de
Instrucción ya que, sin perjuicio de su nomen iuris, atacaba una decisión del Sr. Fiscal
y, por ende, no podía ser interpretado como algo distinto a una oposición, por lo que su
remisión fue correctamente efectuada. Como consecuencia, se advierte que el
imputado incurrió en error al referir que la orden de detención emanó de este Juzgado
de Control y Faltas N° 7, tal como lo admite el Asesor Letrado en su presentación. Por
el contrario, de la revista de la causa surge ostensible que el decreto de imputación y
detención fue dictado por el Sr. Fiscal de Instrucción el 04/07/2022, y que el decreto y
la orden de allanamiento que el imputado refiere haber tenido a la vista fueron
firmados por este Magistrado en idéntico día, pero sin ordenar detención alguna. Así,
lo ordenado por este tribunal se limitó a “...(e)l registro del lugar, sus dependencias
accesorias y objetos, proceder a la correcta identificación de sus ocupantes, registro y
secuestro de elementos relacionados a la presente causa (libros, documentos,
certificados, contratos, boletos de compraventa, escrituras, celulares, dispositivos

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electrónicos, etc)...” (ver orden “MT11”del 04/07/2022). Por lo que la detención
efectuada fue dispuesta exclusivamente por el Fiscal de Instrucción. De tal manera, no
existe el mentado “fraude procesal”, toda vez que el decreto que ordenó la imputación
y detención que cuestionó el imputado fue efectivamente dictado por el Fiscal de
Instrucción, encontrándose facultado para ello. Corresponde entonces no hacer lugar al
planteo de nulidad del imputado.
Seguidamente corresponde analizar la nulidad de la designación del Asesor Letrado
Dr. Gáname. Si bien el fiscal esgrimió que el planteo devino abstracto dada la renuncia
del Asesor Letrado del 23° Turno, la defensa técnica del imputado ha sostenido que lo
que se impugna es la designación de cualquier asesor penal como codefensor. En
cuanto a la nulidad esgrimida, corresponde rechazar el pedido, toda vez que el fiscal
fundamentó la designación como codefensor en resguardo del interés del imputado y
al solo efecto de dotarlo de asistencia para el ejercicio de su autodefensa. Así, la
resolución del fiscal se encuentra fundada y no se ha acreditado lesión a un interés
constitucionalmente consagrado que habilite la sanción procesal intentada, lo que
obliga a rechazarla, sin perjuicio de la oposición que se analizará en el apartado
siguiente y que constituye una vía diferente con consecuencias diversas.
V.3. Oposición a la designación del Asesor Letrado Dr. Maximiliano Vargas.
Independientemente de la nulidad previamente analizada, el imputado Jorge Alberto
Agüero se opuso al decreto que designó al Asesor Letrado Maximiliano Vargas como
codefensor, y posteriormente al decreto que revocó el ejercicio del imputado de su
autodefensa como abogado. A fin de analizar la procedencia de la impugnación
corresponde realizar en primer lugar algunas consideraciones conceptuales.
V.3.1 La garantía de inviolabilidad de la defensa en juicio. El art. 118 de nuestra ley
de rito reglamenta la garantía de la defensa en juicio consagrada constitucionalmente
(art. 18 CN, art. 40 Const. Cba) y por los Tratados y Pactos Internacionales que gozan

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de igual jerarquía (art. 75 inc. 22. CN). Ello comprende el derecho de todo imputado a
ejercer su defensa material consistente en toda manifestación que considere pertinente
y oportuna para su defensa, en descargo o aclaración de los hechos que se le atribuyen,
proponiendo y examinando pruebas, y presenciando o participando (según el caso) en
los actos probatorios y conclusivos, o absteniéndose de hacerlo. Asimismo, ésta
garantía comprende la defensa técnica, la cual consiste en la participación en el
proceso penal a través de un abogado/a de su confianza y elección o del Asesor
Letrado, que actúe protegiendo sus intereses, diagramando la estrategia defensiva y
tomando parte en los actos procesales. La posibilidad de defensa implica la
equivalencia de conocimientos jurídicos entre acusador y acusado, lo que requiere que
el imputado cuente con un abogado/a para no encontrarse en situación de "quien no
sabe hablar la lengua que necesita para hacerse entender". Esa equivalencia se logra
cuando la defensa es ejercida por quien detenta el título de abogado/a y es designado
como defensor por el imputado basado en su confianza. Ante la falta de medios o
imposibilidad de designar abogado particular, la tarea es asignada por el Estado (el
fiscal o el tribunal según nuestro art. 121 CPP) al Asesor Letrado. Sin perjuicio de lo
desarrollado hasta aquí, la norma de mención permite al imputado asumir
personalmente su defensa técnica, siempre que ello no obstaculice el normal
desarrollo del proceso. Aunque la ley no realiza reparos sobre la condición de
abogado como requisito indispensable para ello, sí lo ha sostenido nuestra doctrina
dado que resulta altamente improbable que una “persona carente de esta formación
pueda ejercer con eficacia la defensa técnica” (De La Rua, Tardítti, Código Procesal
Penal Comentado, T1, pp. 356, Ed. Mediterránea).
IV.3.2 ¿Se dan en el caso las condiciones que habilitan al imputado a asumir su
autodefensa? El imputado Jorge Alberto Agüero posee título de abogado y tiene su
matrícula vigente (ver certificado del 06/09/2022), lo cual genera una presunción sobre

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sus conocimientos jurídicos que le permiten comprender acabadamente el tenor y las
consecuencias del proceso que se sustancia en su contra. Así, y en tanto no obren en
la causa elementos que permitan sostener fundadamente que su discernimiento se
encuentre afectado o disminuido por la razón que fuera, las formas en que
diagrame su estrategia defensiva y los planteos que realice en consecuencia, deben
considerarse libremente asumidos según su interés, máxime cuando estaría dotado del
saber técnico que el título de abogado acredita. Sin perjuicio de ello, y en atención al
condicionamiento de eficacia y de no afectar el normal desarrollo del proceso, estimo
que es atendible lo resuelto oportunamente por el fiscal en cuanto a la necesidad de
contar con, al menos, un codefensor que asista al imputado en su defensa. Ello así toda
vez que al encontrarse el imputado que se autodefiende privado de la libertad, la tarea
de procuración de la causa se vuelve inevitablemente dificultosa, dadas las
limitaciones propias de la medida de coerción, máxime cuando en el fuero se ha
impuesto progresivamente la tramitación electrónica de las causas, lo que requiere del
acceso a medios tecnológicos –inaccesibles en condiciones de encierro- para obrar con
debida diligencia (vgr. presentación de escritos vía SAC, recepción de notificaciones
electrónicas, asistencia a audiencias, entre muchas otras). Así, la designación de un
codefensor permite superar este escollo y contribuir a la “paridad de armas” entre
defensa y acusación, contenido sustancial de la garantía de inviolabilidad de la defensa
en juicio, brindando al imputado que se autodefiende la posibilidad de que un colega
abogado de su confianza, o el asesor letrado en su defecto, le asista en la tarea técnica
a desempeñar.
En el caso de marras, el Ab. Merlini renunció a la defensa del imputado Jorge Alberto
Agüero y solicitó asumir su autodefensa. En correcta inteligencia y de acuerdo a lo
dicho, el Fiscal de Instrucción le otorgó tal calidad y designó como codefensor al
Asesor Letrado Dr. Gáname para asistir al imputado en la tarea. Posteriormente, por

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discrepancias insuperables el Asesor del 23° Turno se apartó de la defensa y solicitó al
fiscal que designe a quien por turno corresponda. Ello derivó en la designación del
Asesor del 14° Turno, Dr. Maximiliano Vargas (previa excusación del Asesor del
Turno 15°, Dr. Allende). A ello se opuso el imputado Agüero por considerar que el
Fiscal de Instrucción, en su carácter de acusador, no puede “imponerle” un defensor,
dado que ello avasalla su derecho de defensa en juicio. En primer lugar, corresponde
resaltar que la facultad del fiscal de designar al Asesor Letrado en defecto de abogado
particular surge de la ley procesal (arts. 118 y 121 CPP), lo cual destierra cualquier
posible cuestionamiento sobre la legitimación de aquél para ello. Por otro lado, en su
presentación el imputado no expresa de qué manera concreta se ve conculcado su
derecho de defensa con la designación de un codefensor, ni refiere a agravio concreto
que surja de la circunstancia de ser efectuada por el instructor. Ello no puede consistir,
como una posible interpretación del planteo, en la elección concreta de una persona
que hubiera realizado el Fiscal, toda vez que el cuerpo de Asesores Letrados del Poder
Judicial de Córdoba funciona con un sistema de turnos, sorteos y de causales de
excusación e inhibición, en resguardo de cualquier posible conflicto de intereses. Ello
ha operado efectivamente en la causa cuando los Dres. Gáname y Allende, cada uno
por su motivo decidieron, respectivamente, apartarse y no aceptar el cargo de defensor
de Agüero. De manera que si el problema fuese la supuesta elección por parte del
acusador de la persona del codefensor, ello ha variado en el devenir de la causa y se ha
ceñido al sistema previsto por el Ministerio Público de la Defensa para garantizar la
imparcialidad y eficacia del defensor. Además, corresponde reforzar en este punto que
rige en todo momento para el imputado el derecho de nombrar un abogado de su
confianza para superar cualquier sospecha que pudiere suscitarse, y que la designación
del asesor letrado se ha efectuado en defecto de aquella y en su exclusivo beneficio.
Realizadas tales consideraciones estimo que no corresponde hacer lugar a la oposición

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del imputado abogado Jorge Alberto Agüero en contra de la designación del Asesor
Letrado Maximiliano Vargas como codefensor.
Finalmente, corresponde analizar lo resuelto por el fiscal en el decreto del 30/08/2022
en virtud del cual, en oportunidad de elevar la causa a este Juzgado, resolvió -además-
revocar la calidad de defensor al imputado Jorge Alberto Agüero, por entender que su
comportamiento procesal afectaba la eficacia de su defensa y el normal desarrollo del
proceso, lo cual habilitaría a privarlo de la facultad oportunamente dispuesta para
autodefenderse (CPP, art. 118 a contrario sensu). Es que el quid del planteo del
imputado es, justamente, su derecho a ejercer su autodefensa, de lo cual se entiende
privado y por lo cual resulta ineludible su análisis ya que, de lo contrario, al no ser
aquí objeto de tratamiento, dejaría huérfano el planteo.
En consideración de los argumentos vertidos anteriormente, estimo que la decisión del
fiscal debe revisarse. Así, la elección de la estrategia defensiva del imputado que es a
la vez abogado, forma parte de un ejercicio libre de la defensa, respecto de la cual
debe resguardarse su idoneidad, lo que no equivale a su éxito. Dicha idoneidad se
encuentra debidamente resguardada cuando aquella está dotada de la necesaria aptitud
técnica que el título de abogado confiere al defensor particular, o al imputado que
revistiendo también esa calidad, se defiende, como en el caso de autos. La elección
posterior de los caminos procesales a seguir, aun cuando se materialicen en
presentaciones que podrían resultar -en algunos casos- reiteradas y/o equivocadas, está
librada a quien, en pleno ejercicio de su derecho, ostenta la calidad de defensor en
causa propia. En cuanto a las dificultades materiales de la procuración, cuando el
imputado defensor se encuentra privado de la libertad, me remito a lo ya expresado en
cuanto a que ello se ha resguardado con la designación de un codefensor. Así las
cosas, no corresponde privar de su ejercicio al imputado que goza de conocimientos
jurídicos para ejercer su defensa técnica, cuando su conducta procesal no va más allá

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de una estrategia que no es ilegal ni atenta, hasta aquí, contra la sustanciación del
proceso (sin perjuicio de que ello pueda cambiar con su devenir) y que, pese a
contener errores o no ser exitosa, no escapa a lo que se observa en muchas
oportunidades en este fuero, particularmente en materia impugnativa.
Con relación al pedido del imputado respecto a que se le brinden los medios
tecnológicos para cumplir adecuadamente con el ejercicio de su propia defensa, no
corresponde hacer lugar a lo solicitado. Ello es así en la medida que, ante las evidentes
dificultades que trae aparejado su encierro, justamente se ha dispuesto su asistencia a
través de un codefensor que sí posee tales medios y suplirá suficientemente aquellas
restricciones que, tanto para los demás internos y por cuestiones de seguridad, se
imponen a quienes se encuentran alojados en los establecimientos del Servicio
Penitenciario de Córdoba. Sin embargo, se debe asegurar que, como cualquier otro
interno, acceda a la pertinente y oportuna comunicación con su codefensor, para que
pueda ejercer una efectiva defensa.
Por lo expuesto y normas legales citadas, RESUELVO: I. Hacer lugar parcialmente
a la oposición interpuesta por el imputado Jorge Alberto Agüero y el Asesor Letrado
Maximiliano Vargas y revocarlo resuelto por el Fiscal de Instrucción por decreto del
30/08/2022 en cuanto declara formalmente inadmisibles las impugnaciones y
nulidades articuladas por aquellos. II. No hacer lugar a la oposición del imputado
Jorge Alberto Agüero en contra del decreto de imputación y detención. III. No hacer
lugar a los planteos de nulidad del proceso y de la designación del Asesor Letrado
Gáname interpuestos por el imputado Jorge Alberto Agüero. IV. Hacer lugar
parcialmente a la oposición respecto a la revocación del propio imputado Agüero
como defensor (autodefensa), y, en consecuencia, mantener al nombrado en tal
carácter y al Asesor Letrado del 14° Turno como codefensor. V. No hacer lugar a la
solicitud efectuada por el imputado Agüero con relación al acceso de medios

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tecnológicos en su lugar de detención, conforme se indicó en los considerandos. VI.
PROTOCOLICESE, NOTIFIQUESE Y, UNA VEZ FIRME, REMÍTASE A LA
FISCALÍA.

Texto Firmado digitalmente por:


AYAN Manuel Sebastian
JUEZ/A DE 1RA. INSTANCIA

Fecha: 2022.09.22

VIGNA Maria Alejandra


SECRETARIO/A JUZGADO 1RA. INSTANCIA

Fecha: 2022.09.22

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