LAS AVENTURAS DE PINOCHO (MAYUSCULA) - Organized

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LAS AVENTURAS DE PINOCHO

DE CARLO COLLODI

ADAPTACIÓN DE MARCELO ANDIÑACH

CON LA COLABORACIÓN DE CINTHIA


KUPERMAN, MIRTATORRES Y MARÍA
ELENA CUTER
ÍNDICE

CAPÍTULO 1 ....................................................................................... 7
EL MAESTRO CEREZA, EL CARPINTERO, ENCONTRÓ UN
TROZO DE MADERA QUE LLORABA Y REÍA COMO UN NIÑO
Y SE LO REGALÓ A SU AMIGO GEPETO.
CAPÍTULO 2 ..................................................................................... 11
EL MAESTRO GEPETO DECIDE CONSTRUIR UN MUÑECO
MARAVILLOSO Y LE PONE POR NOMBRE PINOCHO.
CAPÍTULO 3 ..................................................................................... 14
DE LO QUE SUCEDIÓ A PINOCHO CON GRILLO PARLANTE,
EN LO CUAL SE VE QUE LOS NIÑOS MALOS NO SE DEJAN GUIAR
POR QUIEN LES DA BUENOS CONSEJOS.
CAPÍTULO 4 ..................................................................................... 17
PINOCHO TIENE HAMBRE Y ENCUENTRA UN HUEVO QUE
PENSÓ PREPARAR PARA COMÉRSELO. CUANDO MENOS LO
ESPERABA, VIO QUE SALÍA VOLANDO POR LA VENTANA.
CAPÍTULO 5 ..................................................................................... 19
PINOCHO SE DUERME JUNTO AL BRASERO Y AL DESPERTARSE
SE ENCUENTRACON LOS PIES CARBONIZADOS.
CAPÍTULO 6 ..................................................................................... 23
GEPETO VENDE SU CHAQUETA PARA COMPRARLE UNA
CARTILLA A PINOCHO, PERO ÉL LA VENDE PARA VER UNA
FUNCIÓN EN EL TEATRO DE TÍTERES.
CAPÍTULO 7 ..................................................................................... 27
LOS TÍTERES RECIBEN A PINOCHO COMO A UN HERMANO.
EL DUEÑO DE LOS MUÑECOS APARECE Y PINOCHO Y SU
AMIGO ARLEQUÍN CORRENPELIGRO DE TERMINAR DE
MALA MANERA.
CAPÍTULO 8 ..................................................................................... 32
COME FUEGO LE REGALA A PINOCHO CINCO MONEDAS DE
ORO PARA QUESE LAS LLEVE A GEPETO. PINOCHO SE DEJA
ENGAÑAR POR LA ZORRA Y EL GATO Y SE MARCHA CON
ELLOS.

CAPÍTULO 9 ..................................................................................... 36
PINOCHO SIEMBRA SUS MONEDAS. UN PAPAGAYO LE
CUENTA LA VERDADACERCA DE LA ZORRA Y EL GATO.
CAPÍTULO 10 ................................................................................... 39
PINOCHO LLORA PORQUE DESEA ENCONTRAR A GEPETO.
LLEGA A UNA PLAYA DONDE UNA BONDADOSA SEÑORA LE
ASEGURA QUE ÉL Y SU PADRE SE REENCONTRARÁN.
CAPÍTULO 11 ................................................................................... 44
PINOCHO DESCUBRE QUIÉN ES LA SEÑORA DE LARGOS CABELLOS.
PIERDE LA OPORTUNIDAD DE CONVERTIRSE EN NIÑO Y
PARTE CON SU AMIGO PALITOAL PAÍS DE LOS JUEGOS.
CAPÍTULO 12 ................................................................................... 48
TRAS UNOS MESES DE DIVERSIÓN EN EL PAÍS DE LOS
JUEGOS, A PINOCHO Y A PALITO LES CRECEN OREJAS Y
SE CONVIERTEN EN BURROS.
CAPÍTULO 13 ................................................................................... 53
PINOCHO, CONVERTIDO EN BURRO, ES VENDIDO A UN
CIRCO. ALLÍ APRENDEA HACER PIRUETAS.
FINALMENTE, VUELVEN A VENDERLO Y TERMINA
SIENDO ARROJADO AL MAR.
CAPÍTULO 14 ................................................................................... 58
UNA ENORME BALLENA TRAGA A PINOCHO. PERO
ENCUENTRA A ALGUIEN Y JUNTOS LOGRAN SALVARSE.
CAPÍTULO 15 ................................................................................... 63
PINOCHO DEJA DE SER UN MUÑECO Y SE CONVIERTE EN
UN NIÑO DE VERDAD.
Capítulo 1

ESCUCHEN, MIS PEQUEÑOS LECTORES.


HABÍA UNA VEZ UN PEDAZO DE MADERA. UN SIMPLE
TROZO DE LEÑA DE ESOS CON QUE EN EL INVIERNO SE
ENCIENDEN LAS ESTUFAS Y CHIMENEAS PARA CALENTAR LAS
HABITACIONES.
PUES, NIÑOS, ES EL CASO QUE EL TROZO DE LEÑA DE MI
CUENTO FUE A PARAR CIERTO DÍA AL TALLER DE UN VIEJO
CARPINTERO LLAMADO MAESTRO ANTONIO, A QUIEN TODO
EL MUNDO LLAMABA MAESTRO CEREZA, PORQUE LA PUNTA
DE SU NARIZ, SIEMPRE CO LORADA Y RELUCIENTE, PARECÍA
UNA CEREZA MADURA.
CUANDO EL MAESTRO CEREZA VIO AQUEL TROZO DE
MADERA SE PUSO MUY CONTENTO. COMENZÓ A FROTARSE
LAS MANOS, MIENTRAS DECÍA:
–¡CON ESTA MADERA VOY A HACER LA PATA DE UNA
MESA!TOMÓ EL HACHA PARA COMENZAR A QUITAR LA
CORTEZA. PERO, CUANDO IBA A DAR EL PRIMER HACHAZO,
OYÓ UNA VOCECITA MUYFINA QUE DECÍA CON ACENTO
SUPLICANTE: “¡NO ME PEGUES FUERTE!”.
¡SE IMAGINARÁN LA SORPRESA DEL MAESTRO CEREZA! SUS OJOS
ASUSTADOS RECORRIERON LA HABITACIÓN PARA VER DE
DÓNDE PO-DÍA SALIR AQUELLA VOCECITA. MIRÓ DEBAJO DEL
BANCO, Y NADIE;

7
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

MIRÓ DENTRO DE UN ARMARIO, Y NADIE; EN EL CESTO DEL


ASE- RRÍN, Y NADIE; ABRIÓ LA PUERTA DEL TALLER, SALIÓ A
LA CALLE, Y NADIE TAMPOCO. ¿QUIÉN PODRÍA SER,
ENTONCES?
–YA COMPRENDO –DIJO RASCÁNDOSE LA PELUCA–, ESTA
VOCECITA HA SIDO UNA ILUSIÓN MÍA. ¡SEGUIRÉ
TRABAJANDO!
TOMÓ DE NUEVO EL HACHA Y PEGÓ UN FORMIDABLE
HACHAZO AL PEDAZO DE MADERA.
–¡AY! ¡ME HAS HECHO DAÑO! –SE QUEJÓ LA MISMA
VOCECITA.ESTA VEZ EL MAESTRO CEREZA QUEDÓ COMO SI
FUERA DE PIEDRA, CON LOS OJOS ESPANTADOS, LA BOCA
ABIERTA Y LA LENGUAAFUERA, COLGANDO CASI HASTA
SU BARBA. CUANDO PUDO HA-
BLAR, DIJO TEMBLANDO:
–PERO ¿SE HABRÁ ESCONDIDO ALGUIEN DENTRO DE LA
MADERA?
AGARRÓ ENTONCES EL LEÑO CON LAS DOS MANOS Y EMPEZÓ A
GOLPEARLO CONTRA LAS PAREDES DEL TALLER. DESPUÉS SE
QUEDÓ INMÓVIL
TRATANDO DE ESCUCHAR NUEVAS QUEJAS. PERO NO
ESCUCHÓ NADA. COMO TENÍA MIEDO, EL MAESTRO
CEREZA SE PUSO A CANTURREAR Y SIGUIÓ CON EL
TRABAJO. DEJÓ EL HACHA Y TOMÓ EL CEPILLO PARA
CEPILLAR Y PULIR EL LEÑO. CUANDO LO ESTABA CEPI-
LLANDO POR UN LADO Y POR OTRO, OYÓ LA MISMA
VOCECITA QUELE DECÍA RIENDO:
–¡DETENTE, DETENTE! ¡ME ESTÁS HACIENDO COSQUILLAS!
EL MAESTRO CEREZA SE DESMAYÓ DEL SUSTO. CUANDO
VOLVIÓ A ABRIR LOS OJOS, SE ENCONTRÓ SENTADO EN EL
SUELO. LA PUNTA DE LA NARIZ YA NO ESTABA COLORADA;
DEL SUSTO SE LE HABÍA PUESTO AZUL.

8
CAPÍTULO 1

EN AQUEL MOMENTO LLAMARON A LA PUERTA.


–¡ADELANTE! –CONTESTÓ EL CARPINTERO SIN FUERZAS
PARA PARARSE. ENTONCES ENTRÓ AL TALLER UN VIEJECILLO
MUY VIVARACHO QUE SE LLAMABA MAESTRO GEPETO. LOS
NIÑOS DE LA VE- CINDAD, PARA HACERLO RABIAR, LO
LLAMABAN MAESTRO FIDEOS,PORQUE SU PELUCA AMARILLA
PARECÍA QUE ESTABA HECHA CON FIDEOS FINOS. COMO
GEPETO TENÍA MUY MAL GENIO Y LE DABA RABIA QUE LO
LLAMASEN ASÍ, ¡POBRE DEL QUE SE LO DIJERA!
–BUENOS DÍAS, MAESTRO ANTONIO –DIJO AL ENTRAR–,
¿QUÉ HACE USTED EN EL SUELO?
–¡YA VE USTED! ¡ESTOY ENSEÑANDO A LEER A LAS HORMIGAS!
–¡ES UNA BUENA IDEA!
–¿QUÉ LO TRAE POR AQUÍ, COMPADRE GEPETO?
–MAESTRO ANTONIO, HE VENIDO PARA PEDIRLE UN FAVOR.
–PUES AQUÍ ME TIENE –RESPONDIÓ EL CARPINTERO.
–ESTA MAÑANA SE ME HA OCURRIDO UNA IDEA. HE
PENSADOHACER UN MAGNÍFICO MUÑECO DE MADERA; UNA
MARIONETA MARAVILLOSA QUE SEPA BAILAR Y DAR SALTOS
MORTALES. CON ESE MUÑECO PODRÍA VIAJAR POR EL
MUNDO Y GANARME LA VIDA.
¿QUÉ LE PARECE?
–¡BRAVO, MAESTRO FIDEOS! –GRITÓ AQUELLA VOCECITA
QUE NO SE SABÍA DE DÓNDE SALÍA.
AL OÍRSE LLAMAR DE ESA MANERA, GEPETO SE PUSO ROJO
COMO UN TOMATE Y VOLVIÉNDOSE HACIA EL CARPINTERO
LE DIJOFURIOSO:
–¿POR QUÉ ME INSULTA USTED?

9
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

–¿QUIÉN LO INSULTA?
–¡USTED! ¡ME HA LLAMADO FIDEOS!
–¡YO NO HE SIDO!
–¡DIGO Y REPITO QUE HA SIDO USTED!
–¡NO!
–¡SÍ!
FURIOSOS LOS DOS, PASARON DE LAS PALABRAS A LAS
MANOS, SE ARAÑARON, SE MORDIERON Y SE DIERON UNA
PALIZA. CUANDO TERMINÓ LA BATALLA, EL MAESTRO
ANTONIO SE ENCONTRÓ CON LA PELUCA AMARILLA DE
GEPETO EN LAS MANOS Y GEPETO TENÍA EN LA BOCA LA
PELUCA GRIS DEL CARPINTERO.
–¡DEVUÉLVAME MI PELUCA! –GRITÓ EL MAESTRO ANTONIO.
–¡DEVUÉLVAME USTED LA MÍA Y HAGAMOS LAS PACES!
LOS DOS VIEJECILLOS SE ENTREGARON LAS PELUCAS Y SE
DIERON LAS MANOS PROMETIENDO SER BUENOS AMIGOS
TODA LA VIDA.
–VEAMOS QUÉ FAVOR TIENE QUE PEDIRME, COMPADRE
GE-PETO –DIJO EL MAESTRO CARPINTERO.
–QUISIERA UN TROZO DE MADERA PARA HACER ESE
MUÑECO DEL QUE LE HE HABLADO. ¿PUEDE USTED
DÁRMELA?
EL MAESTRO ANTONIO, CONTENTÍSIMO, SE APRESURÓ A
TO- MAR EL LEÑO QUE LE HABÍA HECHO PASAR TAN MAL
RATO Y SE LO ENTREGÓ A SU AMIGO. GEPETO TOMÓ BAJO EL
BRAZO EL FAMOSO TROZO DE MADERA Y, DANDO LAS
GRACIAS AL MAESTRO ANTONIO,SE MARCHÓ A SU CASA.

10
.

GEPETO VIVÍA EN UNA CASA MUY MODESTA, EN LA


PLANTA BAJA, CON UNA ÚNICA VENTANA. LOS MUEBLES NO
PODÍAN SER MÁS SENCILLOS: UNA SILLA MEDIO ROTA, UNA
CAMA BASTANTE INCÓMODA Y UNA MESA DESVENCIJADA.
APENAS ENTRÓ A SU CASA, GEPETO TOMÓ LAS
HERRAMIENTAS Y SE PUSO A TALLAR.
MIENTRAS TRABAJABA PENSABA: “¿QUÉ NOMBRE LE
PONDRÉ? VOY A LLAMARLO PINOCHO. SÍ, ESE NOMBRE LE
DARÁ SUERTE”. Y CUANDO LE ENCONTRÓ NOMBRE A SU
MARIONETA SE PUSO A TRABAJAR FIRMEMENTE. LE HIZO EL
PELO, LUEGO LA FRENTE Y DES- PUÉS LOS OJOS. UNA VEZ
HECHOS LOS OJOS, IMAGINEN LA SOR- PRESA AL VER QUE SE
MOVÍAN Y LO MIRABAN FIJAMENTE. IRRITADO, GEPETO LES
DIJO:
–OJOS DE MADERA, ¿POR QUÉ ME MIRAN ASÍ?
PERO NADIE RESPONDIÓ.
DESPUÉS DE LOS OJOS, LE HIZO LA NARIZ. PERO EN
CUANTO ESTUVO HECHA, EMPEZÓ A CRECER. Y CRECIÓ Y
CRECIÓ TANTO QUE EN UNOS MINUTOS SE CONVIRTIÓ EN
UNA TERRIBLE NARIZ. Y CUANTO MÁS GEPETO LA
RECORTABA, MÁS SEGUÍA CRECIENDO.

11
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

DESPUÉS DE LA NARIZ LE HIZO LA BOCA. Y AHÍ SÍ, LA


MADERACOMENZÓ A REÍRSE Y A HACERLE BURLAS.
–¡NO TE RÍAS! –DIJO GEPETO. PERO FUE COMO DECÍRSELO
A LA PARED–. TE DIGO QUE NO TE RÍAS –GRITÓ CON VOZ
AMENA- ZADORA.
ENTONCES LA BOCA DEJÓ DE REÍR, PERO LE SACÓ LA
LENGUA. PARA NO ARRUINAR SU TRABAJO, CONTINUÓ CON
LA TALLA HACIEN- DO COMO SI NADA PASARA: LE HIZO LA
BARBILLA, EL CUELLO, LOS HOMBROS, EL TRONCO, LOS
BRAZOS Y LAS MANOS. ALLÍ GEPETO NOTÓ QUE LA PELUCA SE
LE SEPARABA DE LA CABEZA. MIRÓ HACIAARRIBA Y ¿QUÉ VIO?
VIO SU PROPIA PELUCA AMARILLA EN LAS MA- NOS DE LA
MARIONETA.
–¡PINOCHO! ¡DEVUÉLVEME AHORA MISMO LA PELUCA!
GEPETO, ANTE ESA CONDUCTA INSOLENTE Y BURLONA, SE
PUSOUN POCO TRISTE.
–¡QUÉ HIJO MÁS INGRATO! ¡AÚN NO ESTÁ TERMINADO Y YA
LEESTÁ FALTANDO EL RESPETO A SU PADRE!
CUANDO TERMINÓ DE HACERLE LAS PIERNAS, GEPETO
PUSO A LA MARIONETA EN EL PISO Y, EN UN SANTIAMÉN,
SALIÓ CORRIENDO POR TODA LA HABITACIÓN; LUEGO,
CRUZÓ LA PUERTA DE LA CASA, SALIÓ A LA CALLE Y SE DIO A
LA FUGA.
EL POBRE GEPETO SALIÓ CORRIENDO TRAS ÉL, PERO NO
PODÍAALCANZARLO.
–¡ATRÁPENLO! ¡ATRÁPENLO! –GRITABA GEPETO. PERO LA
GEN- TE, AL VER ESA MARIONETA CORRIENDO COMO UN
GALGO, NO PA-RABA DE REÍR.

12
CAPÍTULO 2

FINALMENTE, UN POLICÍA LOGRÓ ATRAPARLO POR LA


NARIZ Y LOPUSO EN MANOS DE GEPETO.
–VAMOS A CASA. Y PUEDES ESTAR SEGURO QUE DE QUE
CUAN- DO LLEGUEMOS AJUSTAREMOS LAS CUENTAS.
ANTE ESA AMENAZA, PINOCHO SE TIRÓ AL SUELO Y
COMENZÓA HACER TAL BERRINCHE QUE LOS QUE PASABAN
COMENTABAN:
–POBRE MARIONETA, HACE BIEN EN NO QUERER VOLVER
A CASA.
–¡GEPETO ES UN BUEN HOMBRE PERO TIENE POCA
PACIENCIACON LOS NIÑOS!
TANTO INSISTIERON LOS VECINOS QUE EL POLICÍA PUSO
EN LI-BERTAD A PINOCHO Y SE LLEVÓ PRESO A GEPETO. EL
POBRE CAR- PINTERO NO SABÍA NI QUÉ DECIR PARA
DEFENDERSE DE TANTA INJUSTICIA Y MIENTRAS SE LO
LLEVABAN A LA CÁRCEL SE PUSO A LLORAR Y BALBUCEABA:
–¡QUÉ DESGRACIA! ¡CON LO QUE HETRABAJADO PARA
HACER UNA MARIONE- TA BIEN EDUCADA! ¡DEBERÍA
HABERLO PENSADO ANTES!
LO QUE SUCEDIÓ DESPUÉS ES UNAHISTORIA INCREÍBLE QUE
LES CONTA- RÉ EN LOS SIGUIENTES CAPÍTULOS.

13
Capítulo 3

MIENTRAS AL POBRE GEPETO LO LLEVABAN A LA CÁRCEL


SIN SER CULPABLE DE NADA, EL PÍCARO PINOCHO SEGUÍA
POR ALLÍ SAL- TANDO Y BRINCANDO POR EL PUEBLO. LUEGO
RETORNÓ A LA CASAY ENCONTRÓ LA PUERTA DE LA CALLE
ENTREABIERTA; ENTRÓ Y EN CUANTO PUSO EL CERROJO DE
LA PUERTA SE SENTÓ EN EL SUELO, DEJANDO ESCAPAR UN
SUSPIRO DE ALIVIO.
SIN EMBARGO, LA TRANQUILIDAD DURÓ POCO PORQUE
DE PRONTO ESCUCHÓ UNA VOZ PEQUEÑA QUE LE DECÍA:
–CRI-CRI-CRI.
–¿QUIÉN ME LLAMA? –PREGUNTÓ PINOCHO ASUSTADO.
–SOY YO.
PINOCHO MIRÓ HACIA ARRIBA Y VIO UN ENORME
GRILLO QUESUBÍA LENTAMENTE POR LA PARED.
–¿Y QUIÉN ERES?
–SOY GRILLO PARLANTE. VIVO EN ESTA CASA HACE
MÁS DECIEN AÑOS.
–SI QUIERES HACERME UN FAVOR DE VERDAD –DIJO
PINO-CHO– VETE RÁPIDO DE AQUÍ. AHORA ESTA ES MI CASA.

14
CAPÍTULO 3

–ME IRÉ, PERO ANTES DEBO DECIRTE UNA GRAN VERDAD


–CONTESTÓ EL GRILLO.
–DÍMELA Y LÁRGATE.
–¡AY DE LOS NIÑOS CAPRICHOSOS Y DE LOS QUE SE
REBE-LAN CONTRA SUS PADRES! NUNCA ENCONTRARÁN LA
PAZ EN ESTE MUNDO Y, MÁS TARDE O MÁS TEMPRANO, SE
ARREPENTIRÁN.
–¡BAH! DEJA DE DECIR PAVADAS, GRILLO. CANTA LO QUE
SE TE ANTOJE. YA TOMÉ LA DECISIÓN DE IRME CUANDO
AMANEZCA,ANTES DE QUE ME PASE LO QUE LES SUCEDE A
TODOS LOS NIÑOS,ES DECIR, ME MANDARÁN A LA ESCUELA Y
NO TENGO NINGUNA GANAS DE ESTUDIAR. ES MUCHO MÁS
DIVERTIDO CAZAR MARI- POSAS Y TREPARSE A LOS ÁRBOLES.
–POBRE BOBALICÓN, ¿NO SABES QUE, SI NO VAS A LA
ESCUELA, DE MAYOR SERÁS UN BURRO Y TODOS SE
BURLARÁN DE TI?
–¡CÁLLATE GRILLO! –GRITÓ FURIOSO PINOCHO.
PERO GRILLO, QUE ERA SABIO Y TRANQUILO, EN VEZ DE
ENOJAR-SE CONTINUÓ DICIÉNDOLE:
–SI NO TE GUSTA IR A LA ESCUELA, PUEDES APRENDER
UN OFI-CIO.
–DE TODOS LOS OFICIOS QUE EXISTEN, SOLO HAY UNO QUE
MEGUSTA –RESPONDIÓ PINOCHO.
–¿Y CUÁL ES ESE OFICIO?
–EL DE COMER, BEBER, DORMIR, DIVERTIRME Y LLEVAR
DE LANOCHE A LA MAÑANA LA VIDA DE VAGABUNDO.
–PUES TE ADVIERTO QUE TODOS LOS QUE SE DEDICAN
A ESEOFICIO TERMINAN MAL EN LA VIDA. ¡POBRE PINOCHO,
QUÉ PENA

15
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

ME DAS! ERES UNA MARIONETA Y, PARA PEOR, TIENES LA


CABEZADE MADERA.
PINOCHO SE ENOJÓ TANTO CON GRILLO PARLANTE QUE LE
ARRO-JÓ UNO DE LOS MARTILLOS QUE HABÍA POR ALLÍ Y
QUE FUE JUSTO A DARLE EN MEDIO DE LA CABEZA, DE
MANERA QUE EL POBRE GRILLO APENAS PUDO DECIR CRI-CRI
ANTES DE QUEDAR TIESO Y APLASTADO CONTRA LA PARED.

16
YA EMPEZABA A ANOCHECER Y PINOCHO COMENZÓ A
SENTIRAPETITO. ESE APETITO SE TRANSFORMÓ EN HAMBRE,
CADA VEZ MÁS Y MÁS HAMBRE. UN HAMBRE ATROZ.
ENTONCES SE PUSO A DAR VUELTAS POR LA CASA
REGISTRANDOTODOS LOS CAJONES Y TODOS LOS ARMARIOS
TRATANDO DE ENCON- TRAR ALGO PARA COMER. AUNQUE
FUERA UN HUESO QUE HUBIERADEJADO ALGÚN PERRO, UN
MENDRUGO DE PAN DURO, UN CAROZO DE CEREZA. PERO
NADA DE NADA. GEPETO ERA MUY POBRE Y NOTENÍA NADA
POR NINGÚN LADO.
ENTRETANTO, EL HAMBRE AUMENTABA Y LO ÚNICO QUE
LO ALI- VIABA ERA BOSTEZAR. DABA UNOS BOSTEZOS TAN
GRANDES QUE LA BOCA LE LLEGABA AL LUGAR DE LAS
OREJAS. Y DESPUÉS DE BOS- TEZAR NOTABA COMO SI EL
ESTÓMAGO SE LE SALIERA POR LA BOCA.
LLORANDO DE DESESPERACIÓN DECÍA:
–¡GRILLO PARLANTE TENÍA RAZÓN! ¡SI ME HUBIERA
PORTADO BIEN, MI PAPÁ AHORA ESTARÍA AQUÍ Y SACIARÍA
MI HAMBRE!
–REPETÍA SIN PARAR DE LLORAR–. ¡AY, QUÉ ENFERMEDAD
MÁS HORRIBLE ES EL HAMBRE!

17
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

PERO DE REPENTE LE PARECIÓ VER ENTRE UN MONTÓN DE


DESPERDICIOS ALGO REDONDO Y BLANCO QUE BIEN PODÍA
SER UNHUEVO DE GALLINA. ¡Y ERA UN HUEVO DE VERDAD!
IMAGÍNENSE LA ALEGRÍA DE PINOCHO. HABÍA
ENCONTRADO ALGO PARA COMER.
–¿CÓMO LO VOY A PREPARAR? ¿HAGO UNA TORTILLA? ¿Y
SI SOLO LO HIERVO Y LO COMO CON UN POCO DE SAL?… ¿NO
SERÍA MÁS SABROSO SI LO HAGO FRITO EN LA SARTÉN?
¡TENGO MUCHASGANAS DE COMERLO!
DICHO Y HECHO. COLOCÓ LA SARTÉN CON UN POCO DE
AGUA SOBRE EL BRASERO Y CUANDO EL AGUA ESTUVO BIEN
CALIENTE, CASCÓ EL HUEVO. PERO, PARA SU SORPRESA, EN
VEZ DE SALIR LA CLARA Y LA YEMA, UN HERMOSO PICHÓN DE
PAJARITO SALIÓ MUYFELIZ DE ADENTRO DEL HUEVO.
–¡MUCHAS GRACIAS POR HABERME AHORRADO EL
TRABAJO DE ROMPER LA CÁSCARA, SEÑOR PINOCHO! –DIJO
EL PICHÓN, QUE ABRIÓ SUS ALAS Y SALIÓ VOLANDO POR LA
VENTANA.
LA POBRE MARIONETA QUEDÓ PATITIESA Y CON LOS OJOS
DESOR- BITADOS, LA BOCA ENTREABIERTA, LA CÁSCARA DE
HUEVO EN LA MANO Y EL HAMBRE EN LA PANZA. Y MIENTRAS
OTRA VEZ LLORABA, DECÍA:
–¡EL GRILLO TENÍA RAZÓN! ¡SI MI PAPÁ ESTUVIERA AHORA
AQUÍ YO NO TENDRÍA HAMBRE! ¡QUÉ HORRIBLE ES TENER
HAMBRE!
PERO COMO LAS TRIPAS LE GRUÑÍAN Y EL HAMBRE
AUMENTABA, SE LE OCURRIÓ SALIR DE LA CASA E IR HASTA EL
PUEBLO VECINO CON LA ESPERANZA DE QUE ALGUIEN SE
APIADARA DE ÉL Y LE DIERA UN POCO DE PAN.

18
Capítulo 5

CUANDO PINOCHO QUISO SALIR, SE DIO CUENTA DE QUE


ERA UNA NOCHE INFERNAL. TRONABA TAN FUERTE Y
RELAMPAGUEABA DE TAL MODO QUE PARECÍA QUE EL CIELO
FUERA A INCENDIAR- SE.AL MUÑECO LE DABA MUCHO MIEDO
LA TORMENTA PERO EL HAMBRE ERA MÁS FUERTE QUE EL
MIEDO. ASÍ QUE ECHÓ A CORRERY LLEGÓ AL PUEBLO VECINO.
IMAGÍNENSE QUE, DEBIDO A ESA TREMENDA TORMENTA,
EN LAS CALLES DEL PUEBLO NO HABÍA NI UN ALMA. TODO
ESTABA DE- SIERTO Y OSCURO. ENTONCES, PINOCHO, PRESA
DEL HAMBRE Y LA DESESPERACIÓN, SE COLGÓ DE LA
CAMPANILLA DE UNA CASA CON LA ESPERANZA DE QUE
ALGUIEN SE ASOMARA. Y, EFECTIVAMENTE, ASÍ FUE.
UN VIEJITO CON GORRO DE DORMIR EN LA CABEZA SE
ASOMÓ POR LA VENTANA Y GRITÓ MUY ENFADADO:
–¿QUÉ QUIERES A ESTAS HORAS?
–¿PODRÍA DARME UN POCO DE PAN?
–ESPERA QUE VUELVO ENSEGUIDA –RESPONDIÓ EL VIEJO
CREYENDO QUE SE TRATABA DE UNO DE ESOS CHICOS QUE
SE

19
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

DEDICAN A MOLESTAR POR LAS NOCHES EN LAS CASAS DE


LA GEN-TE QUE DESCANSA.
MEDIO MINUTO MÁS TARDE VOLVIÓ A ASOMARSE POR LA
VEN-TANA Y GRITÁNDOLE A PINOCHO LE DIJO:
–¡VEN, ACÉRCATE A LA VENTANA Y ABRE BIEN TU
SOMBRERO!PINOCHO HIZO LO QUE EL VIEJO LE DECÍA Y,
MIENTRAS ACOMO- DABA SU SOMBRERO PARA RECIBIR EL
PAN, LE CAYÓ UNA ENORME
PALANGANA DE AGUA FRÍA QUE LO EMPAPÓ DE PIES A CABEZA.
PINOCHO SE PUSO A LLORAR Y REGRESÓ A LA CASA
MOJADO YAGOTADO POR EL CANSANCIO Y EL HAMBRE.
COMO YA NO TENÍAFUERZAS, APOYÓ SUS PIES EN EL
BRASERO Y SE QUEDÓ DORMIDO.
ASÍ PASÓ LA NOCHE HASTA QUE AL AMANECER ESCUCHÓ
QUE GOLPEABAN LA PUERTA.
–¿QUIÉN ES? –PREGUNTÓ LA MARIONETA.
–SOY YO –RESPONDIÓ UNA VOZ. ESTA VEZ ERA LA VOZ DE GE-
PETO.
AL ESCUCHAR LA VOZ DE SU PAPÁ, PINOCHO SE LEVANTÓ
VE-LOZMENTE PARA IR A ABRIR LA PUERTA, PERO AL QUERER
DAR UN PASO CAYÓ AL PISO.
–¡ABRE LA PUERTA! –LE GRITABA GEPETO.
–¡NO PUEDO!
–¿POR QUÉ NO PUEDES?
–PORQUE ME HAN COMIDO LOS PIES.
–¿QUIÉN TE LOS HA COMIDO?
–EL GATO –DIJO PINOCHO AL VER QUE EL GATO SE
DIVERTÍACON UNAS VIRUTAS DE MADERA.

20
CAPÍTULO 5

–¡BASTA, PINOCHO, Y ABRE LA PUERTA DE UNA VEZ! NO


ME HAGAS ENOJAR DE NUEVO.
–NO PUEDO TENERME EN PIE. TE LO DIGO DE VERDAD.
GEPETO, QUE CADA VEZ LE CREÍA MENOS A SU HIJO,
DECIDIÓNO ESPERAR MÁS Y TREPÓ POR LA PARED HASTA QUE
LOGRÓ ENTRAR A LA CASA POR LA VENTANA. AL PRINCIPIO
ESTABA MUY ENOJADO,PERO AL VER A PINOCHO TENDIDO EN
EL PISO, LO TOMÓ ENTRE SUSBRAZOS Y COMENZÓ A HACERLE
MILES DE MIMOS Y CARICIAS, MIENTRAS UNOS LAGRIMONES
CAÍAN POR SUS MEJILLAS.
–¡PINOCHO MÍO! ¿CÓMO TE HAS QUEMADO ASÍ LOS PIES?
PINOCHO COMENZÓ A CONTARLE A GEPETO TODO LO QUE LE
HA- BÍA PASADO. COMENZÓ CON LA HISTORIA DE GRILLO
PARLANTE, ELHUEVO CON EL PAJARITO, EL HAMBRE ATROZ
QUE SENTÍA, EL AGUA
QUE LE ARROJÓ EL VIEJO DE OTRO PUEBLO Y FINALMENTE DIJO:
–LUEGO VOLVÍ A CASA Y COMO TODAVÍA TENÍA HAMBRE
Y FRÍO, APOYÉ LOS PIES EN EL BRASERO Y ENTONCES
LLEGASTE TÚ. AHORA ME ACABO DE DAR CUENTA DE QUE
TENGO LOS PIES QUE-MADOS.
DE TODO EL LARGO DISCURSO DE PINOCHO, GEPETO SOLO
EN- TENDIÓ QUE LA MARIONETA ESTABA MUERTA DE
HAMBRE, ASÍ QUE SACÓ LAS TRES PERAS QUE TENÍA PARA SU
DESAYUNO.
–ESTAS TRES PERAS SON MI DESAYUNO –DIJO– PERO CON
MU-CHO GUSTO TE LAS DOY.
–SI QUIERES QUE ME LAS COMA, HAZ EL FAVOR DE PELARLAS.
–¿PELARLAS? –REPLICÓ ATÓNITO GEPETO–. HIJO, NUNCA
PENSÉ QUE FUERAS TAN DELICADO. ESO NO ES BUENO.
DESDE

21
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

PEQUEÑO HAY QUE ACOSTUMBRARSE A COMER DE TODO. LA


VIDAPUEDE DAR MUCHAS VUELTAS.
–QUIZÁ TENGAS RAZÓN –CONTESTÓ PINOCHO–, PERO
JAMÁS COMERÉ FRUTA QUE NO ESTÉ PELADA.
EL BUENO DE GEPETO, ARMÁNDOSE DE PACIENCIA, SACÓ
UNCUCHILLO, PELÓ LAS TRES PERAS Y DEJÓ LAS CÁSCARAS
EN UNA ES-QUINA DE LA MESA.
CUANDO PINOCHO SE HUBO COMIDO DE DOS BOCADOS LA
PRI- MERA PERA, HIZO ADEMÁN DE TIRAR EL CORAZÓN, PERO
GEPETO LO AGARRÓ DEL BRAZO Y LE DIJO:
–NO LO TIRES. EN ESTE MUNDO TODO PUEDE SERVIR.
DESPUÉS DE HABERSE COMIDO LAS TRES PERAS, PINOCHO
LE DIJO A GEPETO:
–AÚN TENGO HAMBRE.
–NO TENGO NADA MÁS QUE LAS CÁSCARAS DE ESTAS TRES PERAS.
–¡QUÉ LE VAMOS A HACER! –DIJO PINOCHO, Y SE COMIÓ
LAS CÁSCARAS. CONTINUÓ LUEGO CON LOS CORAZONES Y,
CUANDO TER-MINÓ, SE FROTÓ LA BARRIGA CON LAS MANOS Y
DIJO:
–¡AHORA SÍ QUE ESTOY SATISFECHO! MENOS MAL QUE NO
TI-RASTE NI LAS CÁSCARAS NI LOS CORAZONES.
–¿VES CÓMO TENÍA RAZÓN –OBSERVÓ GEPETO– CUANDO
TE DECÍA QUE TODO SE PUEDE APROVECHAR EN EL MUNDO?
¡LA VIDA DA MUCHAS VUELTAS!

22
TAN PRONTO COMO A PINOCHO SE LE PASÓ EL HAMBRE,
CO- MENZÓ A REFUNFUÑAR Y LLORAR PORQUE QUERÍA UNOS
PIES NUE- VOS. PERO GEPETO, PARA CASTIGARLO POR SUS
TRAVESURAS, LO DEJÓ LLORISQUEAR TODA LA MAÑANA.
LUEGO LE DIJO:
–¿POR QUÉ DEBERÍA HACERTE PIES NUEVOS? ¿QUIZÁ PARA
VER CÓMO TE ESCAPAS NUEVAMENTE?
–TE PROMETO QUE DE AHORA EN ADELANTE SERÉ BUENO.
–TODOS LOS NIÑOS DICEN LO MISMO PARA CONSEGUIR LO
QUEQUIEREN, PERO LUEGO VUELVEN A PORTARSE MAL.
–TE PROMETO QUE SERÉ BUENO, IRÉ A LA ESCUELA Y SERÉ
EL MEJOR ALUMNO…
–NO SÉ SI DEBO CREERTE –LE DIJO GEPETO–. AL FIN DE CUEN-
TA ERES UN NIÑO COMO TODOS.
–¡PERO YO NO SOY COMO LOS DEMÁS NIÑOS! ¡SOY BUENO
Y SIEMPRE DIGO LA VERDAD! TE PROMETO QUE APRENDERÉ
UN OFICIO Y SERÉ TU BASTÓN CUANDO LLEGUES A SER MUY
VIEJITO.
GEPETO, A PESAR DE QUE PARECÍA UN SEÑOR MUY SEVERO,
TENÍALOS OJOS LLENOS DE LÁGRIMAS Y LO APENABA MUCHO VER
A SU HIJO

23
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

EN ESE ESTADO. ASÍ QUE TOMÓ LAS HERRAMIENTAS Y SE


PUSO A CONSTRUIR DOS PIECECITOS MUY BIEN HECHOS.
CUANDO LA MARIO-NETA VIO QUE YA PODÍA CAMINAR, LOCO DE
CONTENTO, COMENZÓ A HACER MILES DE CABRIOLAS Y
VUELTAS CARNERO POR TODA LA HABI- TACIÓN.
–AHORA VERÁS QUE ME PORTARÉ MUY BIEN –LE DIJO
PINO- CHO A SU PADRE– Y SERÉ UN NIÑO BUENO Y ESTUDIOSO.
YA MIS- MO QUIERO IR A LA ESCUELA.
GEPETO, CON UN POCO DE PAPEL FLOREADO,
CONFECCIONÓ UN TRAJE PARA SU HIJO. LE HIZO LOS
ZAPATOS CON CORTEZA DE ÁRBOL Y, PARA HACERLE EL
GORRO, USÓ MIGA DE PAN. PINOCHO ESTABA MUY FELIZ CON
SU ROPA NUEVA.
–PAREZCO TODO UN SEÑOR. AHORA SOLO ME FALTA UNA
CARTI-LLA NUEVA. ¿ME DAS UNA?
–PERO YO NO TENGO UNA CARTILLA –REPUSO GEPETO.
–ESO NO ES PROBLEMA, VAMOS A LA LIBRERÍA Y LA COMPRAMOS.
–PERO NO TENGO DINERO PARA ESO –CONTESTÓ GEPETO.
Y A PESAR DE QUE PINOCHO ERA UN NIÑO MUY ALEGRE,
SE ENTRISTECIÓ. PORQUE CUANDO LA POBREZA ES POBREZA
DE VER-DAD, TODOS LA SUFREN; INCLUSO LO NIÑOS.
–YA VERÉ QUÉ PUEDO HACER –DIJO GEPETO–. ESPÉRAME
AQUÍ.
HABRÍA PASADO UNA MEDIA HORA CUANDO GEPETO
VOLVIÓ A LA CASA CON UNA CARTILLA NUEVA BAJO EL
BRAZO. EL POBRE VIE- JO ESTABA EN MANGAS DE CAMISA
AUNQUE EN LA CALLE ESTABALLOVIENDO.

24
CAPÍTULO 6

–¿Y TU CHAQUETA, PAPÁ?


–LA HE VENDIDO PORQUE ME DABA CALOR.
PINOCHO COMPRENDIÓ EN EL ACTO LO QUE HABÍA
SUCEDIDO, ASÍ QUE NO PUDO REPRIMIR EL IMPULSO Y SE
LANZÓ A LOS BRA- ZOS DE GEPETO Y COMENZÓ A COMERLE
LA CARA A BESOS.
APENAS PARÓ LA LLUVIA, PINOCHO CON SU CARTILLA
NUEVA PARTIÓ BIEN TEMPRANO PARA LA ESCUELA.
MIENTRAS CAMINABAHABLABA SOLO:
–HOY EN LA ESCUELA APRENDERÉ A LEER Y MAÑANA
APRENDE-RÉ A ESCRIBIR. Y PASADO MAÑANA, A CONTAR; Y AL
DÍA SIGUIENTE HARÉ LAS PRIMERAS SUMAS Y RESTAS. Y CON
TODO LO QUE APREN- DA GANARÉ MUCHO DINERO QUE ME
SERVIRÁ PARA COMPRARLE UNA CHAQUETA NUEVA A MI
PAPÁ, UNA CHAQUETA DE PAÑO QUE TENGA BORDADOS DE
ORO Y PLATA Y BOTONES DE BRILLANTES. EL POBRE SE
MERECE QUE LE REGALE LO MEJOR.
MIENTRAS CAMINABA DISTRAÍDO EN SUS PENSAMIENTOS,
LE PARECIÓ OÍR A LO LEJOS UNA MÚSICA DE FLAUTAS Y
BOMBOS.
–¿QUÉ SERÁ ESA MÚSICA? ¡QUÉ LÁSTIMA QUE TENGA QUE IR
A LA ESCUELA Y NO PUEDA AVERIGUAR DE QUÉ SE TRATA!
SE DETUVO EN LA ESQUINA A PENSAR, Y FINALMENTE SE
DECIDIÓ: “HOY IRÉ A ESCUCHAR ESA MÚSICA Y MAÑANA IRÉ
A LA ESCUELA. AL FIN DE CUENTAS, SIEMPRE HAY TIEMPO
PARA APRENDER”.
DICHO Y HECHO, SE LANZÓ A CORRER POR LA CALLE A TODA
VELO- CIDAD Y LLEGÓ A UNA PLAZA REPLETA DE GENTE QUE
RODEABA UNAGRAN CARPA DE TELA PINTADA DE COLORES.

25
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

–¿QUÉ ES ESTA CARPA? –PREGUNTÓ PINOCHO A UN NIÑO.


–LEE EL CARTEL Y TE ENTERARÁS. AHÍ LO DICE.
–CON GUSTO LO LEERÍA, PERO AÚN NO APRENDÍ A LEER.
–¡QUÉ BURRO! ENTONCES TE LO LEERÉ YO. EN ESTAS
LETRASROJAS DICE: “GRAN TEATRO DE MARIONETAS”.
–¡QUIERO ENTRAR! ¿CUÁNTO CUESTA LA ENTRADA?
–CUATRO MONEDAS.
–¿ME LAS PRESTAS?
–CON GUSTO TE LAS DARÍA, PERO NO LAS TENGO.
–¿TE VENDO MI CHAQUETA?
–DE NADA ME SERVIRÁ NI TU CHAQUETA DE PAPEL, NI TU
GO-RRO DE MIGA Y, MUCHO MENOS, ESOS ZAPATOS QUE SOLO
SIRVENPARA HACER FUEGO.
ENTONCES, UN VENDEDOR AMBULANTE QUE ESCUCHABA
LA CONVERSACIÓN ENTRE LOS NIÑOS LE OFRECIÓ A PINOCHO
COM- PRARLE SU CARTILLA NUEVA POR CUATRO MONEDAS. DE
ESE MODO, PINOCHO CONSIGUIÓ EL DINERO PARA LA
ENTRADA.
¡Y PENSAR QUE EL POBRE GEPETO HABÍA VENDIDO SU
CHA- QUETA PARA COMPRARLE LA CARTILLA A SU HIJO!

26
Capítulo 7

CUANDO PINOCHO ENTRÓ AL TEATRO, LA FUNCIÓN DE


TÍTERES YAHABÍA COMENZADO. EL PÚBLICO MORÍA DE RISA
VIENDO CÓMO LAS MARIONETAS ARLEQUÍN Y POLICHINELA
SE INSULTABAN Y SE DABAN BOFETADAS UNO AL OTRO. PERO
DE REPENTE, ARLEQUÍN DEJÓ DE ACTUAR Y SEÑALANDO CON
SU DEDO HACIA EL FONDO DELTEATRO, COMENZÓ A GRITAR:
–¡MIREN QUIÉN ESTÁ ALLÍ! ¿ESTOY SOÑANDO O ESTOY
DES- PIERTO? ¡ES NUESTRO AMIGO PINOCHO!
–¡ES VERDAD! –EXCLAMÓ POLICHINELA–. ES NUESTRO
AMIGOPINOCHO.
LAS DEMÁS MARIONETAS COMENZARON A LOS GRITOS,
LOCAS DE ALEGRÍA: “¡ES PINOCHO! ¡ES NUESTRO HERMANO
PINOCHO!”
–¡PINOCHO, VEN AQUÍ, SUBE A ABRAZAR A TUS HERMANOS
DEMADERA! –LE GRITÓ ARLEQUÍN.
PINOCHO SALTÓ DESDE ATRÁS DE LAS BUTACAS A LAS
PRIMERAS FILAS, DE ALLÍ SE LANZÓ A LA CABEZA DEL
DIRECTOR DE LA ORQUESTA Y, POR ÚLTIMO, DIO UN SALTO
HASTA EL ESCENARIO.

27
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

IMAGÍNENSE LOS APRETUJONES, ABRAZOS, PELLIZCOS


AMISTOSOS Y COSCORRONES DE AUTÉNTICA HERMANDAD
QUE RECIBIÓ PINOCHO DE PARTE DE LOS ACTORES Y
ACTRICES DE AQUELLA COM- PAÑÍA DE MARIONETAS. PERO
EL PÚBLICO COMENZÓ A IMPA- CIENTARSE PORQUE SE DABA
CUENTA DE QUE LA OBRA DE TÍTERES NO IBA A CONTINUAR.
–¡QUE SIGA LA FUNCIÓN! ¡QUE SIGAN LOS TÍTERES! –
EXCLA- MABAN.
TANTO ERA EL LÍO, EL GRITERÍO Y EL ALBOROTO QUE POR
DETRÁS DEL ESCENARIO APARECIÓ EL TITIRITERO, UN
HOMBRE TAN FEO QUE DABA MIEDO. TENÍA UNA BARBA
NEGRA COMO UNA MANCHA DETINTA, TAN LARGA QUE SE LA
PISABA; SU BOCA ERA GRANDE COMOUN HORNO Y SUS OJOS
PARECÍAN DOS FAROLES DE VIDRIOS RO- JOS CON LUCES
ADENTRO. LA PRESENCIA DEL TITIRITERO HIZO QUE TODOS
ENMUDECIERAN. LAS POBRES MARIONETAS TEMBLABAN
COMO HOJAS.
–¿POR QUÉ HAS VENIDO A ARMAR TODO ESTE ALBOROTO
EN MITEATRO? –GRUÑÓ CON VOZ DE OGRO ACATARRADO–.
TRÁIGANME ESA MARIONETA. A LA NOCHE ARREGLAREMOS
CUENTAS.
EL TITIRITERO DIO UN PAR DE GRITOS MÁS Y TODO
VOLVIÓ AL ORDEN. FINALMENTE, COMEFUEGO (QUE ASÍ SE
LLAMABA EL DUEÑO DE LAS MARIONETAS) EN CUANTO
TERMINÓ LA FUNCIÓN SE FUE PARA LA COCINA DONDE ASABA
UN ENORME CARNERO PARALA CENA. COMO EL FUEGO ERA
ESCASO Y LA CARNE NO SE HABÍA COCINADO DEL TODO,
COMEFUEGO SE DIRIGIÓ A ARLEQUÍN Y PO-LICHINELA Y LES
ORDENÓ:

28
CAPÍTULO 7

–TRÁIGANME A ESE MUÑECO QUE DEJÉ COLGADO DE UN


CLA-VO. ES DE BUENA MADERA SECA Y ME SERVIRÁ PARA
AVIVAR EL FUEGO DEL ASADO.
ARLEQUÍN Y POLICHINELA NO QUERÍAN HACERLO, PERO EL
MIE- DO A COMEFUEGO ERA MÁS GRANDE QUE TODO. AL
POCO TIEM-PO, VOLVIERON CON PINOCHO, QUE SE RETORCÍA
COMO UNA AN- GUILA FUERA DEL AGUA Y CHILLABA
DESESPERADO:
–¡PAPÁ, SÁLVAME! ¡NO QUIERO MORIR, NO QUIERO
MORIR!COMEFUEGO PARECÍA UN HOMBRE TERRIBLE PERO
EN EL FON- DO NO ERA MALO. LA PRUEBA DE ELLO ES QUE
CUANDO VIO APINOCHO DESESPERADO COMENZÓ A
CONMOVERSE Y NO PUDO
EVITAR UN ESTORNUDO.
–¡ACHÍS! –ESTORNUDÓ COMEFUEGO.
AL OÍR ESE ESTORNUDO ATRONADOR, ARLEQUÍN SE
ACERCÓ A PINOCHO Y LE SUSURRÓ:
–TRANQUILÍZATE. COMEFUEGO ESTORNUDA CUANDO SE
EMO-CIONA POR ALGO. TE HAS SALVADO.
–¡DEJA YA DE LLORAR! –GRITÓ EL TITIRITERO
HACIÉNDOSE EL MALO–. TUS LAMENTOS ME HAN PRODUCIDO
UN DOLOR DE ES- TÓMAGO QUE… ¡ACHÍS!, ¡ACHÍS! –
COMEFUEGO ESTORNUDÓ DOS VECES MÁS.
–¡SALUD! –DIJO PINOCHO.
–GRACIAS. ¿Y TU PAPÁ Y TU MAMÁ ESTÁN VIVOS? –LE PRE-
GUNTÓ COMEFUEGO.
–MI PAPÁ, SÍ; A MI MAMÁ NO LA HE CONOCIDO.
–¡QUIÉN SABE EL DISGUSTO QUE LE DARÍA A TU PADRE SI TE

29
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

MANDARA AHORA AL FUEGO! ¡POBRE HOMBRE! ¡ACHÍS! ¡ACHÍS!


–EXCLAMÓ EL HOMBRÓN Y SIGUIÓ ESTORNUDANDO.
–¡SALUD! –VOLVIÓ A DECIR PINOCHO.
–GRACIAS. YA VES, A MÍ TAMBIÉN HAY QUE COMPADECERME
PORQUE NO ME QUEDA LEÑA PARA COCINAR MI CENA. PERO
YA ME HE COMPADECIDO DE TI. ASÍ QUE TIRARÉ AL FUEGO A
UNA MARIONETA DE MI COMPAÑÍA. ¡EH, GUARDIAS,
TRÁIGANME A ARLEQUÍN! ¡ÁTENLO Y ARRÓJENLO AL FUEGO!
¡IMAGÍNENSE CÓMO SE PUSO ARLEQUÍN AL ESCUCHAR ESA
OR- DEN! LA MARIONETA SE ASUSTÓ TANTO QUE SE TIRÓ AL
PISO Y COMENZÓ A PEDIR PIEDAD POR SU VIDA DE MADERA.
PINOCHO, TAMBIÉN DESCONSOLADO DE PENSAR QUE
HARÍAN LEÑA DE ARLEQUÍN, SE ARRODILLÓ FRENTE A
COMEFUEGO PIDIÉN-DOLE POR LA VIDA DE SU AMIGO.
–¡PIEDAD, SEÑOR COMEFUEGO!
–AQUÍ NO HAY NINGÚN SEÑOR –REPLICÓ CON DUREZA EL
TITI-RITERO.
–¡PIEDAD, CABALLERO!
–AQUÍ NO HAY NINGÚN CABALLERO.
–¡PIEDAD, EXCELENCIA!
AL OÍRSE LLAMAR EXCELENCIA, COMEFUEGO PUSO CARA DE SA-
TISFACCIÓN. PINOCHO NOTÓ EL CAMBIO DE GESTO DEL
TITIRITERO,Y CONTINUÓ:
–NO TIREN A MI AMIGO AL FUEGO. EN TAL CASO, PREFIERO
SERYO LA LEÑA. ARRÓJENME A MÍ A LAS LLAMAS. NO ES JUSTO
QUE MI AMIGO SUFRA LO QUE DEBO SUFRIR YO.

30
CAPÍTULO 7

ESTAS PALABRAS CONMOVIERON TANTO A COMEFUEGO


QUE COMENZÓ A ESTORNUDAR TANTO QUE LE PERDONÓ LA
VIDA A AM-BAS MARIONETAS.
–ERES UN BUEN CHICO, VEN AQUÍ Y DAME UN BESO. HOY ME
RESIGNARÉ A COMER EL CORDERO MEDIO CRUDO, PERO LA
PRÓXI-MA VEZ… ¡QUE SE PREPARE!
ANTE LA BUENA NOTICIA, TODAS LAS MARIONETAS
COMENZARON A SALTAR Y GRITAR DE ALEGRÍA.
AL DÍA SIGUIENTE, COMEFUEGO LLAMÓ A PINOCHO PARA
QUELE HABLARA DE SU PADRE. PINOCHO LE CONTÓ QUE ERA
UN CARPINTERO MUY POBRE PERO DE GRAN CORAZÓN; QUE
HABÍA VENDIDO SU ÚNICO ABRIGO PARA COMPRARLE LA
CARTILLA Y LE CONFESÓ QUE ÉL LA HABÍA VENDIDO PARA
PAGAR LA ENTRADA DELTEATRO.
–¡POBRE HOMBRE! ME DA MUCHA LÁSTIMA TU PADRE.
AQUÍ TIENES CINCO MONEDAS DE ORO. VE A LLEVÁRSELAS
ENSEGUIDA Y SALÚDALO DE MI PARTE.
PINOCHO LE AGRADECIÓ A COMEFUEGO DE MIL MANERAS
Y SALIÓ CORRIENDO POR LA CALLE RUMBO A SU CASA. NO
HABÍA RECORRIDO NI MEDIO KILÓMETRO CUANDO SE CRUZÓ
CON UNA ZORRA RENGA Y UN GATO CIEGO QUE CAMINABAN
AYUDÁNDOSEMUTUAMENTE.
–BUENOS DÍAS, PINOCHO –LO SALUDÓ LA ZORRA
AMABLEMENTE.

32
CAPÍTULO 8

–BUENOS DÍAS –RESPONDIÓ PINOCHO–. ¿CÓMO SABES MI


NOMBRE?
–PORQUE CONOZCO A TU PAPÁ. LO VI AYER EN LA PUERTA
DE SU CASA. ESTABA EN MANGAS DE CAMISA MUERTO DE
FRÍO.
–MUERTO DE FRÍO –AGREGÓ EL GATO.
–¡POBRE PAPÁ! POR SUERTE, YA NO VOLVERÁ A TENER
FRÍO PORQUE EL TITIRITERO ME DIO UNAS MONEDAS CON
LAS QUE LE COMPRARÉ UN ABRIGO NUEVO. ADEMÁS, QUIERO
IR AL COLEGIO.
–¿IR AL COLEGIO? –DIJO LA ZORRA–. POR IR AL COLEGIO
PERDÍ UNA PATA.
–UNA PATA –DIJO EL GATO–. ¡Y YO QUEDÉ CIEGO DE LOS DOS
OJOS!
MIENTRAS CONTINUABAN CONVERSANDO, LOS TRES
SEGUÍAN CAMINO HACIA LA CASA DE GEPETO. PINOCHO LES
CONTABA ACERCA DE LOS PLANES QUE TENÍA Y CÓMO
PENSABA INVERTIR ESAS MONEDAS QUE LE HABÍA
REGALADO COMEFUEGO.
HABÍAN HECHO MÁS DE LA MITAD DEL CAMINO CUANDO
LA ZORRA SE DETUVO DE REPENTE Y LE DIJO A PINOCHO:
–¿TE GUSTARÍA DUPLICAR ESAS MONEDAS DE ORO? TAL
VEZMÁS QUE DUPLICARLAS, ¡CENTUPLICARLAS!
–¡CENTUPLICARLAS! –AGREGÓ EL GATO.
–¡OJALÁ PUDIERA! ¿PERO CÓMO SE PUEDE HACER ESO?
LA ZORRA LE CONTÓ QUE NO MUY LEJOS DE ALLÍ
ESTABAEL PAÍS DE LOS CABEZA HUECA, DONDE EXISTE
UN TERRE-NO LLAMADO EL CAMPO DE LOS MILAGROS EN
EL QUE SISE PLANTAN MONEDAS DE ORO, A LA MAÑANA
SIGUIENTE

33
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

BROTAN ÁRBOLES QUE, EN POCAS HORAS, SE LLENAN DE


MILES DE MONEDAS.
PINOCHO QUEDÓ PENSATIVO FRENTE A ESA PROPUESTA
VER- DADERAMENTE TENTADORA. EN LUGAR DE LLEGAR
CON CINCO MONEDAS PODRÍA ENTREGARLE A SU PAPÁ
CIENTOS O MILES DE MONEDAS DE ORO Y ASÍ NUNCA MÁS
TENDRÍAN NI HAMBRE NI FRÍO. LUEGO DE PENSARLO,
DECIDIÓ ACOMPAÑAR A LA ZORRA Y AL GATO HASTA ESE
LUGAR MARAVILLOSO.
–CUANDO HAYA CENTUPLICADO MIS MONEDAS, LES DARÉ
TAMBIÉN A USTEDES –PROMETIÓ PINOCHO.
–¿A NOSOTROS? ¡NO DIGAS TONTERÍAS! –DIJO LA ZORRA
HA- CIÉNDOSE LA OFENDIDA.
–¡NO DIGAS TONTERÍAS! –REPITIÓ EL GATO.
–A NOSOTROS NO NOS INTERESA EL DINERO, SOLO LA
FELICIDADDE LOS DEMÁS –PROSIGUIÓ LA ZORRA.
PERO COMO EL CAMINO ERA UN POCO LARGO, LA ZORRA
PROPU- SO DETENERSE A COMER Y DESCANSAR UN RATO EN
LA POSADA DEL CANGREJO ROJO Y ASÍ LO HICIERON. A
MEDIANOCHE, CUANDO PI- NOCHO ESTABA LISTO PARA
CONTINUAR LA MARCHA, EL POSADERO LE INFORMÓ QUE SUS
AMIGOS HABÍAN PARTIDO HACÍA UNA HORA Y QUE LE
HABÍAN PEDIDO QUE LE DIJERA QUE LO ESPERABAN AL
AMANECER EN EL CAMPO DE LOS MILAGROS.
–¿Y MIS AMIGOS PAGARON SU HABITACIÓN Y LA CENA? –
LE PREGUNTÓ PINOCHO AL POSADERO.
–¿A USTED QUÉ LE PARECE? SON PERSONAS DEMASIADO EDU-
CADAS Y NO QUERRÍAN OFENDER A UN SEÑOR COMO USTED.

34
CAPÍTULO 8

ASÍ FUE CÓMO PINOCHO PAGÓ CON UNA DE SUS


MONEDASY CONTINUÓ SOLO EL CAMINO QUE IBA DESDE LA
POSADA HAS- TA ESE LUGAR MARAVILLOSO QUE LE
PERMITIRÍA HACER CRECER SU FORTUNA SIN NINGÚN
ESFUERZO. ERA DE NOCHE Y LA OSCURIDADLE DABA MIEDO.
MIENTRAS CAMINABA, VIO EN EL TRONCO DE UNÁRBOL UN
ANIMALITO QUE BRILLABA CON LUZ TENUE.
–¿QUIÉN ERES? –PREGUNTÓ PINOCHO.
–SOY LA SOMBRA DE GRILLO PARLANTE.
–¿Y QUÉ QUIERES DE MÍ? –RESPONDIÓ EL MUÑECO.
–SOLO VINE A DARTE ESTE CONSEJO: VUELVE ATRÁS Y
LLÉVALE LAS CUATRO MONEDAS QUE TE QUEDAN A TU
PADRE, QUE LLORA DESESPERADAMENTE PORQUE AÚN NO
HAS VUELTO.
–MAÑANA MI PAPÁ SERÁ UN GRAN SEÑOR PORQUE
CONVERTI-RÉ ESTAS CUATRO MONEDAS EN MILES.
–PINOCHO, NO TE CONFÍES DE LOS QUE PROMETEN
HACERTE RICO DE LA NOCHE A LA MAÑANA.
–AUN ASÍ, YO QUIERO SEGUIR ADELANTE –RESPONDIÓ
PINO- CHO.
–LOS NIÑOS QUE SIEMPRE SE QUIEREN SALIR CON LA
SUYA, ACABAN ARREPINTIÉNDOSE.
–¡TÚ SIEMPRE CON LA MISMA CANCIÓN!
NADA MÁS PRONUNCIAR ESTAS PALABRAS, GRILLO
PARLANTE SE APAGÓ, COMO SE APAGAN LAS VELAS DE UN
SOPLO Y EL CAMINOQUEDÓ NUEVAMENTE A OSCURAS.

35
Capítulo 9

“HAY QUE VER LO DESGRACIADOS QUE SOMOS LOS


NIÑOS
–PENSABA PINOCHO MIENTRAS PROSEGUÍA CAMINO HACIA
EL CAMPO DE LOS MILAGROS–. TODOS LOS ADULTOS NOS RETAN,
NOS DICEN LO QUE TENEMOS QUE HACER Y NOS DAN
CONSEJOS. SI LOS DEJÁRAMOS, SE CREERÍAN CON LA
AUTORIDAD DE SER NUES- TROS PAPÁS Y NUESTRAS MAMÁS.
¡HASTA LOS GRILLOS PARLANTES! Y NOS DICEN COSAS
HORRIBLES, COMO QUE TENEMOS QUE DESCONFIAR DE
TODOS, SER MÁS PREVENIDOS, TENER CUIDADO. NOS DICEN
COSAS HORRIBLES ACERCA DE LO QUE NOS VA A PASARY DE
LO QUE DEBEMOS HACER. TODOS SE CREEN CON DERECHO A
DECIRNOS Y DARNOS ÓRDENES.”
CAMINANDO CON ESAS IDEAS EN LA CABEZA, PINOCHO
LLEGÓ AL PAÍS DE LOS CABEZA HUECA DONDE SE
REENCONTRÓ CON LA ZORRA Y EL GATO.
–TENEMOS QUE IR YA MISMO A SEMBRAR TUS MONEDAS,
ANTES DE QUE EL NUEVO DUEÑO NO PERMITA A NADIE
SEMBRAR MÁS DINERO –PROPUSO LA ZORRA.
–¡SEMBRAR DINERO! –REPITIÓ EL GATO.

36
CAPÍTULO 9

DESPUÉS DE ATRAVESAR LA CIUDAD, LLEGARON AL


CAMPO DE LOS MILAGROS. PINOCHO HIZO UN HOYO EN EL
SUELO, COLOCÓ LAS CUATRO MONEDAS QUE LE QUEDABAN Y
LAS CUBRIÓ NUEVAMEN-TE CON TIERRA. LUEGO, TOMÓ UN
BALDE CON AGUA Y REGÓ LA TIERRA QUE CUBRÍA LAS
MONEDAS.
–AHORA –DIJO LA ZORRA– HAY QUE ESPERAR A QUE
BROTEN YDEN SUS FRUTOS.
–¿Y CUÁNTO TARDARÁN EN BROTAR? –PREGUNTÓ PINOCHO.
–VUELVE AQUÍ EN VEINTE MINUTOS Y TE ENCONTRARÁS
CON UN PEQUEÑO ARBOLITO CARGADO DE MONEDAS –
RESPONDIÓ LA ZORRA.
–VUELVAN CONMIGO –LES PROPUSO PINOCHO–, ASÍ LES
DARÉLA PARTE QUE LES HE PROMETIDO.
–¡DE NINGUNA MANERA! –EXCLAMÓ LA ZORRA–.
NOSOTROS NO HACEMOS ESTO POR INTERÉS.
–POR INTERÉS –AGREGÓ EL GATO.
DICHO ESTO, SE DESPIDIERON Y LA MARIONETA REGRESÓ
A LA CIUDAD.
PINOCHO CONTABA LOS MINUTOS Y CUANDO LE PARECIÓ QUE
YAHABÍA PASADO TIEMPO SUFICIENTE REGRESÓ ADONDE HABÍA
SEM-BRADO SU DINERO, PERO NO ENCONTRÓ EL ARBOLITO
CARGADO DEMONEDAS. BUSCÓ POR TODAS PARTES, POR CADA
RINCÓN DEL CAM-PO Y NO ENCONTRÓ NINGÚN INDICIO DE SU
TAN ANSIADO ARBOLITO. DE PRONTO, UNA RISOTADA LE
TRASPASÓ LOS OÍDOS. PINOCHO MIRÓ HACIA ARRIBA Y SE
ENCONTRÓ CON UN COLORIDO PAPAGAYO
QUE LO MIRABA.

37
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

–¿DE QUÉ TE RÍES?


–ME RÍO DE LOS CABEZA HUECA QUE CREEN TODAS LAS
TONTE-RÍAS QUE LES DICEN.
–¿TE REFIERES A MÍ? ¡YO NO SOY NINGÚN CABEZA HUECA!
–PROTESTÓ PINOCHO.
–SÍ, ME REFIERO A TI. ERES TAN INGENUO COMO PARA
CREER QUE LAS MONEDAS CRECEN DE LOS ÁRBOLES.
–NO TE ENTIENDO.
–DEBES SABER QUE MIENTRAS ESTABAS EN LA CIUDAD, LA
ZO-RRA Y EL GATO REGRESARON, TOMARON LAS MONEDAS
QUE HABÍASPLANTADO Y SE MARCHARON.
PINOCHO SE QUEDÓ CON LA BOCA ABIERTA Y, COMO NO
PODÍACREER LO QUE EL PAPAGAYO LE CONTABA, COMENZÓ A
EXCAVAR EL TERRENO POR TODAS PARTES, HASTA QUE SE
DIO POR VENCIDO Y ACEPTÓ QUE LO HABÍAN ENGAÑADO.

38
PINOCHO LLORABA DESCONSOLADAMENTE SENTADO EN
EL SUELO. NO PODÍA CREER QUE UNA VEZ MÁS LAS COSAS LE
SALIERAN TAN MAL. ENTONCES PASÓ POR EL AIRE UNA GRAN
PALOMA QUE SE DETUVO CERCA DE ÉL:
–DIME NIÑO, ¿POR QUÉ LLORAS?
–LLORO PORQUE ME HAN ENGAÑADO Y ME ROBARON LAS
MO-NEDAS QUE TENÍA PARA MI PADRE –CONTESTÓ PINOCHO
ALZANDOLA CABEZA Y SECÁNDOSE LOS OJOS CON LA MANGA
DE SU CAMISA.
–¿Y POR CASUALIDAD NO CONOCERÁS A UNA MARIONETA
LLAMADA PINOCHO?
–¿PINOCHO HAS DICHO? ¡PINOCHO SOY YO!
–ENTONCES CONOCERÁS A GEPETO, ¿NO?
–CLARO QUE LO CONOZCO. ES MI PAPÁ. ¿QUÉ SABES DE ÉL?
–LO DEJÉ HACE TRES DÍAS EN LA PLAYA. DESESPERADO
POR- QUE NO TENÍA NOTICIAS TUYAS SE LANZÓ AL MAR A
BUSCARTE EN LA OTRA ORILLA.

39
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

–POBRE MI PAPÁ, CON UN HIJO TAN DESOBEDIENTE –SE LA-


MENTÓ PINOCHO–. ¿PODRÍAS LLEVARME HASTA ÉL?
–¡POR SUPUESTO! SUBE A MI LOMO Y VOLAREMOS HASTA
LA PLAYA. OJALÁ LLEGUEMOS A TIEMPO.
PINOCHO Y LA PALOMA VOLARON TODO EL DÍA HASTA QUE
LLEGA- RON A LA ORILLA DEL MAR. ALLÍ SE ENCONTRARON CON
UNA GRAN CAN- TIDAD DE GENTE QUE SE LAMENTABA Y
GRITABA MIRANDO EL MAR.
–¿QUÉ PASÓ? –PREGUNTÓ PINOCHO.
–UN POBRE PADRE HA PERDIDO A SU HIJO Y SE HA
EMBARCA-DO PARA IR A BUSCARLO. PERO EL MAR ESTÁ MUY
AGITADO POR LATORMENTA Y LA BARCA ESTÁ A PUNTO DE
ZOZOBRAR.
–¡ES MI PAPÁ! ¡ES MI PAPÁ! –COMENZÓ A GRITAR PINOCHO
DESESPERADO MIENTRAS VEÍA CÓMO LA BARQUITA
APARECÍA Y DESAPARECÍA ENTRE EL OLEAJE FURIOSO, LOS
TRUENOS Y LOS RE- LÁMPAGOS. DESDE LA ORILLA, PINOCHO LE
HACÍA SEÑAS Y AGITA- BA SU SOMBRERO CON LA ESPERANZA
DE QUE GEPETO LO VIERA Y REGRESARA A LA PLAYA. EL
VIEJO LO RECONOCIÓ Y TAMBIÉN LE HIZO SEÑAS A SU HIJO,
PERO EL MAR ESTABA EMBRAVECIDO Y POR MÁS QUE
INTENTABA, GEPETO NO LOGRABA REGRESAR A LA PLAYA.
DESDE LA COSTA, LA GENTE PREOCUPADA VEÍA CÓMO LA
BARCA SE ALEJABA CADA VEZ MÁS, HASTA QUE LUEGO DE
UNA GRAN OLA Y UN TRUENO ENSORDECEDOR LA BARCA
DESAPARECIÓ DE LA VISTA DE TODOS.
PINOCHO, DESESPERADO POR LA SUERTE DE SU PADRE, SE
ARROJÓ AL MAR. COMO ERA DE MADERA FLOTABA LIVIANO
SOBRE EL AGUA. CON LA ESPERANZA DE AYUDAR A SU
PADRE, PINOCHO

40
CAPÍTULO 10

NADÓ TODA LA NOCHE, PERO NO LOGRÓ ENCONTRAR A


GEPETO PORNINGUNA PARTE.
EL MUÑECO EMPEZABA A SENTIRSE AGOTADO POR EL
ESFUER-ZO. DESDE LA VENTANA DE UNA CASA CERCA DE LA
COSTA, UNA SEÑORA DE LARGOS CABELLOS LO OBSERVABA.
CUANDO SOPLABA EL VIENTO QUE VENÍA DEL MAR, SUS
CABELLOS SE AGITABAN Y MOS-TRABAN REFLEJOS AZULES.
AL SALIR EL SOL, PINOCHO VIO LA PLAYA A LO LEJOS. LA
TORMEN- TA HABÍA PASADO Y LOGRÓ LLEGAR A LA ORILLA.
EN ESOS MOMENTOS, LA SEÑORA QUE LO HABÍA VISTO
LLEGAR HASTA LA PLAYA SE ACERCÓ A ÉL; LLEVABA UN
CÁNTARO DE AGUA EN CADA MANO.
–¿ERES TÚ EL MUÑECO LLAMADO PINOCHO? –LO
INTERROGÓ CON VOZ SUAVE.
–¡SÍ! –RESPONDIÓ LA MARIONETA TEMEROSA.
–¿ES VERDAD QUE ERES DESOBEDIENTE Y MENTIROSO Y
QUE NO ESCUCHAS LOS CONSEJOS DE TU PADRE? –PREGUNTÓ
LA SEÑORA.
–¡ESO ES MENTIRA! –EXCLAMÓ PINOCHO–. SOY UN CHICO ES-
TUDIOSO Y CARIÑOSO CON GEPETO.
MIENTRAS RESPONDÍA, EL MUÑECO SE TOCÓ LA NARIZ Y
NOTÓ QUE LE HABÍA CRECIDO TANTO COMO LA PALMA DE SU
MANO.
–¿NO ERES TÚ QUIEN SALE A HACER TRAVESURAS CON TUS
AMI- GOTES EN VEZ DE IR A LA ESCUELA? –VOLVIÓ A
INTERROGARLO LA SEÑORA EN CUYA CARA SE ASOMABA
UNA LEVE SONRISA.
–¡NUNCA HARÍA SEMEJANTE COSA! –VOLVIÓ A MENTIR
PINO-CHO Y LA NARIZ LE CRECIÓ AÚN MÁS.

41
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

LA SEÑORA LO MIRABA Y SE REÍA; SU CABELLO SE VEÍA


DEL COLOR DEL MAR.
–¿DE QUÉ TE RÍES? –PREGUNTÓ EL MUÑECO PREOCUPADO
PORQUE SU NARIZ NO PARABA DE CRECER.
–ME RÍO DE LAS MENTIRAS QUE ME HAS CONTADO.
PINOCHO NO SABÍA DÓNDE METERSE DE LA
VERGÜENZA.
–VAMOS, MUCHACHO –DIJO LA BUENA SEÑORA–. SI ME
AYUDAS A LLEVAR ESTOS CÁNTAROS A MI CASA, TE DARÉ UN
PEDA- ZO DE PAN, COLIFLOR Y UN PASTEL RELLENO DE
CREMA.
PINOCHO LEVANTÓ LOS PESADOS CÁNTAROS. YA EN LA
CASA, COMIÓ TODO LO QUE LA SEÑORA LE HABÍA
OFRECIDO. CUANDO NO TUVO MÁS HAMBRE, LA MIRÓ, VIÓ
SUS LARGOS CABELLOS Y LE PARECIÓ UNA PERSONA MUY
ESPECIAL. ENTONCES LE CONTÓ DESUS DESEOS DE SER UN
NIÑO BUENO Y OBEDIENTE.
–PERO TÚ ERES UNA MARIONETA, NO PUEDES SER UN NIÑO
–REPUSO LA SEÑORA.
–¿POR QUÉ NO PUEDO? –PREGUNTÓ PINOCHO.
–PORQUE LAS MARIONETAS NO CRECEN. NACEN
MARIONE- TAS, VIVEN MARIONETAS Y MUEREN
MARIONETAS.
–ES MUY ABURRIDO SER UNA MARIONETA –EXCLAMÓ
PINOCHO–. YA ES HORA DE QUE ME CONVIERTA EN UN NIÑO.
–Y TE CONVERTIRÁS SI HACES LO NECESARIO PARA MERECERLO.
–¿DE VERDAD? ¿Y CÓMO HAGO PARA MERECERLO? –PRE-
GUNTÓ PINOCHO.
–MUY FÁCIL. DEBES ACOSTUMBRARTE A SER BUENO.
–¿NO SOY BUENO, ACASO?

42
CAPÍTULO 10

–¿TÚ QUÉ CREES, PINOCHO? –PREGUNTÓ LA SEÑORA–. LOS


NIÑOS BUENOS NO MIENTEN, NO DESOBEDECEN, NI SE
ESCAPANDE LA ESCUELA.
–TIENES RAZÓN –RESPONDIÓ LA MARIONETA
AVERGONZADA–. YO SIEMPRE HAGO LO QUE QUIERO, DIGO
MENTIRAS Y LA ESCUELA ME DA DOLOR DE CABEZA.
AL DECIR ESTAS PALABRAS, LA NARIZ DE PINOCHO SE
ENCOGIÓ Y VOLVIÓ A SU TAMAÑO NORMAL. AL DARSE
CUENTA, DIJO:
–DE AHORA EN ADELANTE CAMBIARÉ DE VIDA.
–¿ME LO PROMETES?
–TE LO PROMETO. VOY A CONVERTIRME EN UN NIÑO BUENO.
–PUES ENTONCES, A PARTIR DE MAÑANA IRÁS A LA
ESCUELA Y EN POCO TIEMPO PODRÁS REENCONTRARTE CON
TU PAPÁ. ES MI PROMESA.
AL DÍA SIGUIENTE, PINOCHO FUE A LA ESCUELA.
IMAGÍNENSEA LOS DEMÁS CHICOS CUANDO VIERON ENTRAR
A UNA MARIONE- TA AL AULA. LAS CARCAJADAS ERAN
INTERMINABLES. LE HACÍAN BROMAS, SE REÍAN DE ÉL, LE
SACABAN EL SOMBRERO, LE TIRABAN DEL SACO Y HASTA
INTENTARON PINTARLE UN BIGOTE DEBAJO DE LA NARIZ.
DURANTE UN RATO HIZO COMO SI NO LE IMPORTARA
TODA ESA BURLA, PERO LLEGÓ UN MOMENTO EN QUE
COMENZÓ A PERDER LA PACIENCIA Y LES DIJO A SUS
COMPAÑEROS:
–¡CUIDADO, CHICOS! YO NO HE VENIDO AQUÍ PARA SER EL
CENTRO DE LAS BURLAS DE NADIE. YO RESPETO A LOS
DEMÁS Y PRETENDO QUE ME RESPETEN A MÍ.
–¡BRAVO! HAS HABLADO COMO UN LIBRO ABIERTO –
GRITARONLOS NIÑOS BURLÁNDOSE DE ÉL.
PINOCHO PROSIGUIÓ COMO SI NO ESCUCHARA A NADIE Y
SE ESFORZABA DÍA A DÍA. SIN EMBARGO, LA ESCUELA Y
APRENDER NOERA ALGO QUE LE GUSTARA DEMASIADO.

44
CAPÍTULO 11

COMO LA SEÑORA DE LARGOS CABELLOS VEÍA QUE


PINOCHO PROGRESABA DÍA A DÍA, UNA TARDE LO LLAMÓ Y LE
DIJO:
–PINOCHO, VEO QUE ESTÁS PROGRESANDO EN LA ESCUELA.
PRONTO PODRÁS CONVERTIRTE EN UN NIÑO.
–SÍ –DIJO PINOCHO–, ESTOY APRENDIENDO MUCHO Y TAM-
BIÉN ESTOY SIENDO BUENO. ¿PERO CÓMO HARÉ PARA
CONVERTIRME EN NIÑO? ¿QUIÉN PUEDE HACER QUE ESO
SUCEDA?
–YO PUEDO –RESPONDIÓ LA BELLA SEÑORA.
–¿CÓMO? ¿ACASO ERES UN HADA BUENA? –SE ASOMBRÓ
LAMARIONETA.
–PUEDE SER… –DIJO LA SEÑORA Y AGREGÓ–: INVITA A
ALGUNOS DE TUS AMIGOS A MERENDAR MAÑANA Y TE
CONVERTIRÉ EN UN NIÑO COMO TODOS LOS DEMÁS.
RESULTA DIFÍCIL IMAGINAR LA ALEGRÍA DE PINOCHO
ANTE ESANOTICIA. TODOS SUS AMIGOS SERÍAN INVITADOS A
UNA GRAN ME- RIENDA EN CASA DEL HADA Y ELLA LO
CONVERTIRÍA EN UN NIÑO DECARNE Y HUESO.
EN ESE MISMO MOMENTO, PINOCHO LE PIDIÓ PERMISO AL
HADA PARA SALIR POR LA CIUDAD A INVITAR A SUS AMIGOS
PARA LA MERIENDA DEL DÍA SIGUIENTE. DE TODOS LOS
CHICOS DE LA ESCUELA, PALITO ERA SU MEJOR AMIGO. SU
NOMBRE ERA ROMEO, PERO LE DECÍAN ASÍ PORQUE ERA
DELGADO Y LARGUIRUCHO. PINO-CHO LO BUSCÓ POR TODOS
LADOS Y, FINALMENTE, LO ENCONTRÓ ENLA PUERTA DE LA
CASA DE UNOS CAMPESINOS.
–POR FIN TE ENCUENTRO –LE DIJO PINOCHO–. ¿QUÉ HACES
AQUÍ?

45
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

–ME VOY LEJOS, A OTRO PAÍS –RESPONDIÓ PALITO.


–NO PUEDES IRTE JUSTO AHORA. MAÑANA DEJARÉ DE SER
UNAMARIONETA PORQUE EL HADA BUENA ME CONVERTIRÁ
EN UN NIÑODE VERDAD.
–PUES QUE TE APROVECHE, PERO YO ME LARGO DE AQUÍ.
ME VOY AL PAÍS DE LOS JUEGOS. ¿POR QUÉ NO VIENES TÚ
TAMBIÉN?
–NO PUEDO. LE PROMETÍ AL HADA QUE NUNCA MÁS
DESOBE- DECERÍA Y EN RECOMPENSA ELLA ME
TRANSFORMARÁ EN UN NIÑODE CARNE Y HUESO.
–COMO QUIERAS –RESPONDIÓ PALITO–, PERO YO ME
QUEDO AQUÍ A ESPERAR LA CARRETA QUE ME LLEVARÁ AL
PAÍS DE LOS JUE-GOS. ALLÍ TODO ES DIVERSIÓN, NO HAY QUE
APRENDER NADA. ESEL MEJOR LUGAR DEL MUNDO.
UNA VEZ MÁS, A PINOCHO COMENZÓ A PICARLE EL
BICHITO DE LA DESOBEDIENCIA. LE PROMETIÓ A PALITO QUE
SE QUEDARÍACON ÉL HASTA QUE PASARA LA CARRETA, SOLO
PARA HACERLE COM-PAÑÍA. LUEGO DE VARIAS HORAS, CERCA
DE LA MEDIANOCHE, UNA LUZ TENUE APARECIÓ EN EL
CAMINO. CUANDO LLEGÓ HASTA DON-DE ESTABAN PALITO Y
PINOCHO PUDIERON VER QUE SE TRATABA DE UN CARRUAJE
TIRADO POR SEIS PARES DE BURROS LLENO DE NI-ÑOS QUE
HACÍAN GRAN BARULLO. EL CONDUCTOR DEL CARRUAJE, UN
ENANO BARRIGÓN Y RISUEÑO, INVITÓ A LOS NIÑOS A SUBIR.
PALITORÁPIDAMENTE SE HIZO UN LUGAR ENTRE LOS DEMÁS
NIÑOS.
–¿Y TÚ, MARIONETA, VIENES CON NOSOTROS? –PREGUNTÓ
EL CONDUCTOR A PINOCHO.
–YO ME QUEDO –RESPONDIÓ PINOCHO–. ME ESPERA MI

46
CAPÍTULO 11

NUEVA MAMÁ EN MI CASA. QUIERO ESTUDIAR Y LUCIRME EN


LA ESCUELA, COMO HACEN LOS NIÑOS BUENOS.
–TE LO PIERDES. SI VINIERAS LA PASARÍAS DE
MARAVILLAS Y LUEGO PODRÍAS RETORNAR CON TU MAMÁ –
LE PROPUSO EL CONDUCTOR.
–¡VEN CON NOSOTROS! YA VERÁS CUÁNTO NOS DIVERTIREMOS
–GRITARON LOS CHICOS DESDE EL CARRUAJE.
PINOCHO DUDÓ, PENSÓ Y FINALMENTE DIJO:
–HÁGANME UN LUGAR, YO TAMBIÉN QUIERO IR.
COMO EL CARRUAJE ESTABA LLENO DE NIÑOS Y YA NO
ENTRABA NINGUNO MÁS, PINOCHO VIAJÓ MONTADO SOBRE
EL LOMO DE UNO DE LOS BURROS. TODO ERA DIVERSIÓN,
RISAS Y CANTOS.
SIN EMBARGO, EN MEDIO DE TODO ESE BARULLO A
PINOCHO LE PARECIÓ ESCUCHAR UNA VOZ QUE DECÍA:
–¡POBRE MARIONETA! TE ARREPENTIRÁS.
PINOCHO ASUSTADO MIRÓ A TODOS LADOS Y NO VIO A
NADIE. PERO VERDADERAMENTE SINTIÓ TERROR CUANDO
NOTÓ QUE UNO DE LOS BURROS LLORABA.
–¡EH, SEÑOR ENANO! ESTE BURRO ESTÁ LLORANDO –LE
DIJO ALCONDUCTOR DEL CARRUAJE.
–DÉJALO LLORAR QUE YA LE LLEGARÁ LA HORA DE REÍR –
LE RES-PONDIÓ ÉL DESDE SU LUGAR.

47
LUEGO DE ANDAR TODA LA NOCHE, AL DESPUNTAR EL DÍA
LLEGARON AL PAÍS DE LOS JUEGOS. ESTE PAÍS NO SE PARECÍA
A NIN-GÚN OTRO DEL MUNDO. TODOS SUS HABITANTES ERAN
NIÑOS, LOS MAYORES TENÍAN CATORCE AÑOS Y LOS MÁS
PEQUEÑOS, APENAS OCHO. HABÍA GRUPOS DE CHICOS POR
TODAS PARTES, UNOS JUGABAN A LAS BOLITAS, OTROS A LA
RAYUELA, OTROS A LA PELOTA. LOS NIÑOS HACÍAN LO QUE
QUERÍAN SIN PREOCUPARSE DE QUE NINGÚN ADULTO LES
DIJERA NADA.
PINOCHO, PALITO Y LOS DEMÁS NIÑOS QUE HABÍAN
VIAJADO JUNTOS, APENAS PUSIERON UN PIE EN EL PISO SE
INCORPORARONA LOS JUEGOS Y RÁPIDAMENTE SE HICIERON
AMIGOS DE TODOS.
–¡QUÉ VIDA TAN MARAVILLOSA! –DECÍA PINOCHO CADA
VEZ QUE SE ENCONTRABA CON PALITO.
–¿VES CÓMO YO TENÍA RAZÓN? –REPLICABA EL AMIGO.
ASÍ PASARON LOS DÍAS Y PASARON LOS MESES. PINOCHO
PA-SABA EL DÍA ENTERO JUGANDO, COMIENDO, BEBIENDO Y
DUR- MIENDO A SU ANTOJO. YA SE HABÍA OLVIDADO DEL
HADA BUENA,

48
CAPÍTULO 12

DE GEPETO, DE LA ESCUELA Y DE SU SUEÑO DE SER UN NIÑO


DE VERDAD.
PERO UNA MAÑANA, AL DESPERTAR, PINOCHO RECIBIÓ
UNA DESAGRADABLE SORPRESA. AL SENTARSE EN LA CAMA Y
RASCARSE LA CABEZA NOTÓ QUE LE HABÍAN CRECIDO LAS
OREJAS. LA MARIONETA SIEMPRE HABÍA TENIDO OREJAS TAN
PEQUEÑITAS QUE APENAS SE LE VEÍAN. ENSEGUIDA FUE A
BUSCAR UN ESPEJO, PERO COMO NO ENCONTRÓ NINGUNO,
LLENÓ UNA PALANGANA CON AGUA Y AL REFLEJARSE EN
ELLA VIO LO QUE NUNCA HUBIERA QUERIDO VER: UNPAR DE
OREJAS DE BURRO BIEN GRANDES LE SALÍAN A LOS LADOS
DE SU CABEZA. PINOCHO COMENZÓ A LLORAR. LLORÓ TAN
FUERTE QUE UNA MARMOTA QUE VIVÍA EN EL PISO DE
ARRIBA ACUDIÓ A SU HABITACIÓN.
–¿QUÉ PASA QUE LLORAS TAN FUERTE? –PREGUNTÓ LA
MAR MOTA.
–ESTOY ENFERMO, MUY ENFERMO. MIRA LAS OREJAS QUE
ME CRECIERON –DIJO PINOCHO Y NO PARABA DE LLORAR–.
FÍJATE SI TENGO FIEBRE.
LA MARMOTA PUSO SU PATA DELANTERA EN LA FRENTE
DE PI- NOCHO Y DIJO:
–EFECTIVAMENTE, ESTÁS ENFERMO DE FIEBRE.
–¿DE QUÉ FIEBRE SE TRATA? –PREGUNTÓ PINOCHO
PREOCU- PADO.
–DE LA FIEBRE DEL ASNO. ES MUY GRAVE. EN DOS O TRES
HO- RAS TE CONVERTIRÁS EN UN BURRITO COMO ESOS QUE
TIRAN DE LOSCARRUAJES.

49
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

–¡AY POBRE DE MÍ! –LLORABA PINOCHO–. ¿Y DE VERDAD ME


PASARÁ ESO?
–ES IRREMEDIABLE –RESPONDIÓ LA MARMOTA–. ESTÁ
ESCRITO EN EL LIBRO DE LA SABIDURÍA QUE LOS NIÑOS
DESOBEDIENTES Y HARAGANES, MÁS TARDE O MÁS
TEMPRANO, TERMINAN CONVERTIDOS EN BURRO.
–¡ESTO ME PASA POR HABERLE HECHO CASO A PALITO! –
DECÍA PINOCHO MIENTRAS SEGUÍA LLORANDO–. SI ME
HUBIERA QUE- DADO CON EL HADA BUENA QUE ME QUIERE Y
ME CUIDA COMO UNA MAMÁ ESTO NO ME HABRÍA PASADO –
SE LAMENTABA PINOCHO–. YA MISMO VOY A BUSCAR A PALITO
¡Y POBRE DE ÉL CUANDO LO ENCUENTRE!
CUANDO HIZO ADEMÁN DE SALIR DE LA HABITACIÓN,
PINOCHO RECORDÓ QUE TENÍA OREJAS DE BURRO, ASÍ QUE
TOMÓ UN GRAN BONETE Y SE LO PUSO PARA QUE NADIE
VIERA ESAS OREJAS.CUANDO ENCONTRÓ A PALITO VIO QUE
SU AMIGO TAMBIÉN TENÍA PUESTO UN BONETE.
–¿POR QUÉ TIENES ESE BONETE? –PREGUNTÓ PINOCHO.
–ME LO RECETÓ EL MÉDICO PORQUE ME LASTIMÉ LA RODILLA.
¿Y TÚ? –RESPONDIÓ PALITO.
–A MÍ TAMBIÉN ME LO RECETÓ EL MÉDICO PORQUE ME
PICALA NARIZ.
TRAS ESTAS PALABRAS SE HIZO UN LARGO SILENCIO. SE
MIRARON FIJAMENTE HASTA QUE AMBOS COMENZARON A
REÍRSE.
–ACLÁRAME UNA DUDA, QUERIDO PALITO, ¿HAS SUFRIDO ALGUNA
ENFERMEDAD EN LAS OREJAS? –DIJO PINOCHO EN VOZ MUY BAJA.

50
CAPÍTULO 12

–NUNCA, ¿Y TÚ? –CONTESTÓ PALITO.


–¡JAMÁS! AUNQUE DESDE ESTA MAÑANA ME PICAN DE
UNAMANERA TREMENDA.
–A MÍ ME PASA LO MISMO –REPUSO PALITO–. ¿ME MUES-
TRAS TUS OREJAS?
–SOLO SI TÚ ME MUESTRAS LAS TUYAS –RETRUCÓ PINOCHO.
–A LA CUENTA DE “TRES” LOS DOS NOS SACAMOS LOS GORROS,
¿TE PARECE? –PROPUSO PALITO.
PINOCHO EMPEZÓ A CONTAR EN VOZ ALTA:
–¡UNO…, DOS… Y… TRES!
ENTONCES, SUCEDIÓ UNA ESCENA DESOPILANTE. AMBOS
NI- ÑOS, AL VER QUE SUFRÍAN DE LA MISMA ENFERMEDAD,
EMPEZA-RON A MOVER LAS OREJAS Y A BURLARSE UNO DEL
OTRO. SE REÍAN A CARCAJADAS CON TODAS SUS GANAS. DE
REPENTE, PALITO SE PUSO SERIO Y LE DIJO A SU AMIGO:
–¡SOCORRO, PINOCHO, AYÚDAME! ¡NO LOGRO
SOSTENERME DERECHO SOBRE LAS PIERNAS!
–¡YO TAMPOCO! –RESPONDIÓ EL MUÑECO.
MIENTRAS DECÍAN ESTO, SUS PIERNAS SE
TRANSFORMARON EN PATAS DE BURRO, LES BROTÓ UNA
COLA, SE LES DOBLÓ LA ESPALDA. Y MIENTRAS CORRÍAN
HACIA LA CASA SUS BRAZOS SE TRANSFORMA-RON EN PATAS,
SUS CARAS SE ALARGARON Y LES CRECIÓ UN HOCICOY SUS
ESPALDAS SE CUBRIERON DE UN PELAJE GRIS Y NEGRO. PERO
LO PEOR LLEGÓ CUANDO QUISIERON HABLAR Y DE SUS
BOCAS, EN VEZ DE PALABRAS SALIERON UNOS HORRIBLES
REBUZNOS:
–HI-HOOOO, HI-HOOOO, HI-HOOO.

51
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

EN ESE MOMENTO TOCARON A LA PUERTA.


–¡ABRAN! SOY EL ENANO QUE CONDUCE EL CARRUAJE. SÉ
QUEYA ESTÁN PREPARADOS.

52
EL ENANO EMPUJÓ LA PUERTA Y ENTRÓ EN LA
HABITACIÓN, ACARICIÓ EL LOMO DE LOS BURRITOS Y
MIENTRAS LES CEPILLABA ELPELAJE LES HABLÓ:
–¡BUENOS CHICOS! REBUZNAN MUY BIEN. RECONOCÍ SUS
VOCES DESDE AFUERA.
LUEGO LES COLOCÓ UN CABESTRO A CADA UNO Y LOS
LLEVÓ ALMERCADO PARA VENDERLOS. ERAN TAN
HERMOSOS AMBOS BU-RROS QUE RÁPIDAMENTE FUERON
VENDIDOS. UN CAMPESINOCOMPRÓ A PALITO Y EL DUEÑO
DE UN CIRCO SE LLEVÓ A PINOCHO.CUANDO LLEGARON AL
ESTABLO, EL DUEÑO DEL CIRCO LE PREPA-
RÓ A PINOCHO AGUA Y HENO PARA QUE COMIERA Y LO DEJÓ
SOLO.ÉL NO QUISO NI PROBAR EL HENO, PERO AL CABO DE UN
RATO LE DIO HAMBRE Y SE COMIÓ TODO LO QUE HABÍA EN EL
ESTABLO. AL DÍA SIGUIENTE EMPEZÓ UNA VIDA MUY DURA
PARA PINOCHO.
–¡BUENOS DÍAS, BURRO! –GRITÓ EL AMO–. TE HE COMPRADO
PARA QUE TRABAJES Y ME HAGAS GANAR DINERO, ASÍ QUE
VA- MOS A PONERNOS EN ACCIÓN. VEN CONMIGO AL CIRCO
QUE ALLÍ

53
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

TE ENSEÑARÁN A SALTAR POR EL ARO, ROMPER PARCHES


CON LA CABEZA Y A BAILAR EL VALS Y LA POLCA EN DOS
PATAS.
EL POBRE PINOCHO TUVO QUE APRENDER TODAS ESAS
MONE-RÍAS, PERO PARA HACERLO NECESITÓ TRES MESES DE
ENTRENA- MIENTO, AZOTES, LATIGAZOS Y MONTONES DE
MALTRATOS.
FINALMENTE, EL DUEÑO DEL CIRCO PUDO ANUNCIAR EN
UN CARTEL:

GRAN NOCHE DE ESPECTÁCULO. PRIMERA


APARICIÓN EN PÚBLICODEL BURRO
PINOCHO.
SALTOS, DANZAS Y PIRUETAS.

LAS GRADAS DEL CIRCO ESTABAN LLENAS DE NIÑOS Y


NIÑAS ACOMPAÑADOS POR SUS PADRES. ACABADA LA
PRIMERA PARTE DEL ESPECTÁCULO, EL DIRECTOR DEL CIRCO
ANUNCIÓ:
–¡SEÑORAS Y SEÑORES! ¡NIÑAS Y NIÑOS! ¡DAMAS Y CABALLE-
ROS! DÉMOSLE LA BIENVENIDA CON UN FUERTE APLAUSO A…
EN ESE MOMENTO SE ABRIÓ UN CORTINADO Y ENTRÓ EL
BURRITO AL CENTRO DE LA ARENA. LOS NIÑOS GRITABAN Y
APLAUDÍAN TANTO QUE AL MUÑECO LE DIO CIERTO
ORGULLO QUE LO ACLAMA- RAN ASÍ. EL DIRECTOR HIZO UNA
REVERENCIA Y DIRIGIÉNDOSE AL BURRITO LE DIJO:
–¡ÁNIMO PINOCHO! ANTES DE COMENZAR LOS EJERCICIOS,
SALUDA A ESTE RESPETABLE PÚBLICO.

54
CAPÍTULO 13

ÉL SE INCLINÓ OBEDIENTE CON SUS PATAS DELANTERAS


HASTA TO-CAR EL SUELO CON LAS RODILLAS. ENSEGUIDA, EL
DIRECTOR HIZO RES- TALLAR EL LÁTIGO Y EL BURRITO,
ERGUIDO EN SUS DOS PATAS TRASERAS, COMENZÓ A BAILAR
DANDO VUELTAS AL COMPÁS DE LA MÚSICA.
PINOCHO HIZO CIENTOS DE PIRUETAS: BAILÓ VALS Y POLCA,
AN- DUVO AL TROTE Y A LA CARRERA. EN UN MOMENTO, EL
DIRECTOR LEVANTÓ EL BRAZO Y DISPARÓ UNA PISTOLA. AL
OÍR EL DISPARO, PINOCHO CAYÓ AL SUELO FINGIÉNDOSE
HERIDO.
CUANDO SE LEVANTÓ, EN MEDIO DE UNA EXPLOSIÓN DE
APLAUSOS Y DE GRITOS, ALZÓ LA CABEZA Y MIRANDO HACIA
UNO DE LOS PALCOS VIO A UNA BELLA SEÑORA DE LARGO
CABELLOS. “ESEL HADA BUENA” PENSÓ RECONOCIÉNDOLA AL
INSTANTE. CON UNA INCONTENIBLE ALEGRÍA, INTENTÓ
LLAMARLA. PERO EN VEZ DE PA- LABRAS, DE SU BOCA
SALIERON UNOS REBUZNOS HORRIBLES QUE HICIERON REÍR
A TODO EL PÚBLICO. CUANDO VOLVIÓ A MIRAR, EL HADA
BUENA YA NO ESTABA. PINOCHO SE SINTIÓ MORIR, LOS OJOS
SE LE LLENARON DE LÁGRIMAS Y COMENZÓ A LLORAR
DESCONSO- LADAMENTE, PERO NADIE SE DIO CUENTA. EL
DIRECTOR NUEVAMENTE HIZO RESTALLAR SU LÁTIGO Y
GRITÓ:
–AHORA, MI BURRO LE MOSTRARÁ A ESTE PÚBLICO CÓMO
SALTAA TRAVÉS DE LOS AROS. ¡VAMOS!
PINOCHO HIZO DOS O TRES INTENTOS, PERO CADA VEZ
QUE CORRÍA Y LLEGABA AL ARO, EN LUGAR DE SALTAR
PASABA POR DE- BAJO. AL FINAL LOGRÓ ATRAVESARLO,
PERO CUANDO CAYÓ AL PISO UNA DE SUS PATAS SE LASTIMÓ
Y YA NO PUDO SEGUIR CON LA FUNCIÓN.

55
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

A LA MAÑANA SIGUIENTE, EL VETERINARIO EXAMINÓ AL


BURRITO Y DECLARÓ:
–QUEDARÁ RENGO PARA TODA LA VIDA.
ENTONCES EL DUEÑO DEL CIRCO ORDENÓ QUE LLEVARAN
A PI- NOCHO AL MERCADO PARA VENDERLO.
–¿PARA QUÉ QUIERO UN BURRO QUE NO CAMINA BIEN?
SOLOME TRAERÍA GASTOS –DIJO EL DUEÑO.
YA EN EL MERCADO, UN CAMPESINO PREGUNTÓ:
–¿CUÁNTO QUIERES POR ESE BURRO? TE OFREZCO VEINTE
MO- NEDAS, NI UNA MÁS. SOLO LO QUIERO PARA SACARLE EL
CUERO.
APENAS EL COMPRADOR PAGÓ SUS MONEDAS, LLEVÓ AL
BURROA LO ALTO DE UN ACANTILADO, ATÓ UNA SOGA CON
UNA PESADA PIEDRA AL CUELLO DE PINOCHO Y LO ARROJÓ
AL MAR. CON SEME-JANTE PIEDRA, EL BURRO SE HUNDIÓ EN
EL AGUA Y EL COMPRADOR SE SENTÓ A ESPERAR QUE SE
AHOGARA.
CUANDO PASARON UNOS CINCUENTA MINUTOS, EL
COMPRA- DOR COMENZÓ A TIRAR DE LA SOGA PARA SACAR
DEL AGUA EL CUER- PO DEL BURRO, PERO EN VEZ DE UN
BURRO APARECIÓ ATADA A LA SOGA UNA MARIONETA VIVITA
Y COLEANDO. AL VERLA, EL HOMBRE CREYÓ QUE SOÑABA.
–¿Y EL BURRO QUE TIRÉ AL MAR? –PREGUNTÓ ASOMBRADO.
–¡ESE BURRO SOY YO! –RESPONDIÓ PINOCHO.
–¿PERO CÓMO ES POSIBLE?
–¡FUE FÁCIL! –DIJO PINOCHO–. HA SIDO EL HADA BUENA.
–¿QUÉ HADA? –GRITÓ EL HOMBRE, FURIOSO.
–MI MAMÁ. CUANDO USTED ME ARROJÓ AL MAR, ELLA VIO

56
CAPÍTULO 13

QUE YO CORRÍA PELIGRO DE AHOGARME Y MANDÓ A LOS


PECES PARA QUE SE COMIERAN TODO LO QUE ME CUBRÍA, DE
LA CABEZA A LOS PIES, HASTA LLEGAR A LOS HUESOS, O
MEJOR DICHO, HASTA LLEGAR A LA MADERA. ¡Y AQUÍ ESTOY!
–PERO A MÍ NO ME HACE NINGUNA GRACIA TU HISTORIA –
SEÑALÓ EL COMPRADOR–. ¿QUIÉN ME REPONDRÁ LAS VEINTE
MO- NEDAS QUE PAGUÉ POR TI?
–NO LO SÉ, ESE NO ES MI PROBLEMA –RESPONDIÓ PINOCHO.
Y, AL MISMO TIEMPO QUE DECÍA ESTO, DIO UN GRAN
SALTO Y VOLVIÓ A ARROJARSE AL MAR. MIENTRAS SE
ALEJABA DE LA PLAYA,GRITABA:
–ADIÓS, TENGO QUE IR A BUSCAR A MI PAPÁ.
EN UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS, PINOCHO YA SE HABÍA
PERDI-DO EN EL HORIZONTE.
MIENTRAS PINOCHO NADABA, VIO EN MEDIO DEL MAR UN
PEÑÓN MUY PEQUEÑO Y SOBRE ÉL, UN CABRA QUE BALABA
INDICÁNDOLE QUE SE ACERCARA A ELLA. LA CABRITA TENÍA
CABELLOS LARGOS Y BRILLANTES QUE RECORDABAN A LOS DEL
HADA BUENA. EL CORAZÓN DE PINOCHOCOMENZÓ A LATIR CADA
VEZ CON MÁS FUERZA Y ESO LE DIO ENERGÍA PARA NADAR HASTA
EL PEÑÓN. PERO DE PRONTO, EMERGIÓ DEL AGUAUNA ENORME
BALLENA QUE COMENZÓ A PERSEGUIRLO. LA POBRE
MARIONETA, POR MÁS QUE SE ESFORZABA, NO LOGRABA
ALEJARSE DEESA TREMENDA BOCA.
–¡DATE PRISA, PINOCHO! ¡APÚRATE! –BALABA LA CABRA–. ¡EL
MONSTRUO VA A COMERTE!
PINOCHO NADABA DESESPERADAMENTE, YA ESTABA A PUNTO
DELLEGAR AL PEÑÓN Y ESCAPAR DEL MONSTRUO MARINO; LA
CABRA EXTENDIÓ UNA DE SUS PATAS PARA AYUDARLO, PERO
FUE TARDE, LA BALLENA LO HABÍA ALCANZADO. EL
MONSTRUO ABRIÓ AÚN MÁS SU ENORME
BOCA Y ABSORBIÓ A PINOCHO COMO SI FUERA UN HUEVO DE
GALLINA. EN LOS PRIMEROS MOMENTOS, EL MUÑECO NO SE
DABA CUENTA DE DÓNDE ESTABA. A SU ALREDEDOR HABÍA UNA
OSCURIDAD

58
CAPÍTULO 14

PROFUNDA. LUEGO DE UNOS MINUTOS, DESCUBRIÓ QUE SE


ENCON- TRABA EN EL ESTÓMAGO DE LA BALLENA. SE LAS
INGENIÓ PARA DARSEÁNIMOS Y PENSÓ ALGUNAS MANERAS DE
SALIR DE ALLÍ. PERO CUANDOVIO QUE CUALQUIER INTENTO ERA
EN VANO, SE PUSO A LLORAR.
–LLORAR NO TIENE SENTIDO. NADIE VENDRÁ A SALVARTE
–DIJOUNA VOZ EN MEDIO DE LA OSCURIDAD.
–¿QUIÉN HABLA? –PREGUNTÓ PINOCHO.
–SOY YO, UN POBRE ATÚN QUE SE TRAGÓ LA BALLENA AL
MISMO TIEMPO QUE A TI. SOLO NOS QUEDA ESPERAR A QUE LA
BALLENA NOSDIGIERA.
–¡PERO YO NO QUIERO SER DIGERIDO, QUIERO SALIR DE ACÁ! –
GRITÓ PINOCHO Y VOLVIÓ A LLORAR.
–YO TAMPOCO QUIERO SER ALIMENTO DE ESTA BALLENA,
PERO COMO NACÍ ATÚN ME CONSUELO PENSANDO QUE ES MÁS
DIGNO MO-RIR BAJO EL AGUA QUE FRITO EN UNA SARTÉN –DIJO EL
ATÚN.
MIENTRAS CONVERSABAN A OSCURAS, A PINOCHO LE
PARECIÓ VERA LO LEJOS UNA TENUE CLARIDAD.
–MIRA –DIJO PINOCHO–, ALLÍ HAY UNA LUZ. DEBE DE SER ALGÚN
COMPAÑERO DE DESVENTURA. IRÉ A BUSCARLO. A LO MEJOR
CONOCEALGUNA FORMA DE SALIR.
–OJALÁ PUEDA AYUDARTE, MARIONETA.
–VOY A INVESTIGAR. ADIÓS, ATÚN. ESPERO VOLVER A VERTE –SA
LUDÓ PINOCHO.
MIENTRAS AVANZABA POR EL VIENTRE DE LA BALLENA
HACIA LA LUZSENTÍA UN OLOR CADA VEZ MÁS PENETRANTE A
PESCADO FRITO. A LA VEZ, LA LUZ SE HACÍA MÁS
RESPLANDECIENTE. CUANDO POR FIN LLEGÓ,

59
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

PINOCHO NO PODÍA CREER LO QUE VEÍAN SUS OJOS. SENTADO A


UNAMESA ESTABA GEPETO COMIENDO A LA LUZ DE UNA VELA.
–¡PAPÁ! –GRITÓ LLENO DE ALEGRÍA Y EMOCIÓN–. ¡SOY YO, PINO-
CHO!
GEPETO RECONOCIÓ A SU HIJO INMEDIATAMENTE, SALTÓ
DE LA SILLA Y SE ABALANZÓ PARA ABRAZARLO.
–¡HIJO QUERIDO! ¡NO SABES TODO LO QUE TE BUSQUÉ! ¡QUÉ
ALEGRÍA VOLVER A VERTE! –DECÍA LLENO DE EMOCIÓN GEPETO
MIENTRAS NO PARABA DE DARLE BESOS.
CUANDO LOS DOS SE CALMARON UN POCO, CADA UNO
COMENZÓ A CONTAR TODAS LAS PERIPECIAS QUE HABÍAN
VIVIDO DESDE LA ÚLTIMA VEZ QUE SE HABÍAN VISTO. PINOCHO
LE CONTÓ DE LA ZORRA Y ELGATO, DE LA PALOMA QUE LO LLEVÓ
HASTA LA PLAYA, DEL HADA BUENA Y TAMBIÉN TODO LO
DESOBEDIENTE QUE HABÍA SIDO.
–NO IMPORTA PINOCHO. TODO ESO YA PASÓ –DIJO TIERNAMEN
TE GEPETO–. MI ALEGRÍA ES SABER QUE ESTÁS BIEN Y QUE YA
ESTAMOS JUNTOS OTRA VEZ.
–¿Y AHORA QUÉ HAREMOS? –PREGUNTÓ PINOCHO.
–AHORA NOS QUEDAREMOS A OSCURAS –RESPONDIÓ GEPETO.
–¡NO PAPÁ! –REPLICÓ PINOCHO–. DEBEMOS ENCONTRAR LA MA-
NERA DE SALIR DE AQUÍ.
–¡DEJA DE SOÑAR, HIJO!
–HAGAMOS ESTO –PROSIGUIÓ PINOCHO–, CAMINEMOS
JUNTOS HASTA LA BOCA DE LA BALLENA Y EN ALGÚN
MOMENTO ENCONTRAREMOS LA MANERA DE ESCAPAR.
SÍGUEME Y NO TENGAS MIEDO.
CAMINARON TOMADOS DE LAS MANOS UN BUEN TRECHO
HASTA

60
CAPÍTULO 14

61
LAS AVENTURAS DE PINOCHO

QUE LLEGARON A LA GARGANTA DE LA BALLENA. ALLÍ SE


DETUVIERONPARA ESPERAR EL MOMENTO OPORTUNO PARA LA
FUGA.
LA BALLENA ERA MUY VIEJA Y SUFRÍA DE ASMA Y
PALPITACIONES, POR ESO DEBÍA DORMIR CON LA BOCA
ENTREABIERTA. ASÍ QUE PINO- CHO SE ASOMÓ Y PUDO VER
FUERA UN CLARO CIELO NOCTURNO LLENODE ESTRELLAS.
–ESTE ES EL MOMENTO –DIJO PINOCHO–. LA BALLENA DUERME Y
TIENE LA BOCA ABIERTA.
Y SIN SOLTAR A GEPETO DE LA MANO COMENZARON A
CAMINAREN PUNTAS DE PIE POR LA LENGUA. LA BALLENA ERA
TAN GRANDE QUELA LENGUA PARECÍA UNA ANCHA AVENIDA.
CUANDO YA ESTABAN APUNTO DE DAR EL SALTO, LA BALLENA
ESTORNUDÓ Y ARROJÓ A PINOCHOY A GEPETO AL MAR.
POR SUERTE ERA UNA NOCHE DE LUNA LLENA Y MAR CALMO.
–¡VEN PAPÁ! ¡SÚBETE A MIS HOMBROS! –PROPUSO PINOCHO–
DE LO DEMÁS ME ENCARGO YO.
PINOCHO NADÓ HASTA QUE LLEGARON A LA PLAYA Y UNA
VEZ ALLÍ COMENZARON A CAMINAR HACIA EL PUEBLO. NO
HABÍAN DADO NICIEN PASOS CUANDO VIERON AL COSTADO DEL
CAMINO A DOS INDIVIDUOS PIDIENDO LIMOSNA.
–¡OH, PINOCHO! DALE UNA LIMOSNA A ESTOS DOS ENFERMOS.
–¡ ENFERMOS! –REPITIÓ EL MUÑECO.
SE VOLVIÓ HACIA LA ZORRA Y EL GATO QUE TENDÍAN SU
MANO YLES DIJO:
–¡ADIÓS, FARSANTES! YA ME ENGAÑARON UNA VEZ, PERO
NOVOLVERÁN A HACERLO –EXCLAMÓ PINOCHO.

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EL CARPINTERO Y SU HIJO CAMINARON HASTA QUE
LLEGARON ALPUEBLO. HACÍA TANTO TIEMPO QUE SE HABÍAN
IDO DE ALLÍ QUE TODO ESTABA CAMBIADO. SIN EMBARGO,
LOS VECINOS QUE LOS RECONOCÍAN SALÍAN A SALUDARLOS
CON GRAN ALEGRÍA Y LES OFRECÍAN COMIDA Y AYUDA.
LOS DOS AVANZARON ENTRE LOS ABRAZOS DE LA GENTE
HASTA QUE LLEGARON A SU CASA. AL DÍA SIGUIENTE,
PINOCHO SE LEVAN-TÓ TEMPRANO PARA IR A LA ESCUELA Y AL
VOLVER AYUDÓ A GEPETO EN SU TRABAJO.
PASARON LOS DÍAS, LAS SEMANAS Y LOS MESES. PINOCHO
YA NO ERA EL MISMO NIÑO DESOBEDIENTE DE ANTES: SE
LEVANTABA TEMPRANO, PREPARABA EL DESAYUNO PARA
GEPETO, IBA A LA ESCUELA Y HASTA HABÍA APRENDIDO A
HACER CANASTAS DE JUN- CO QUE VENDÍA EN EL MERCADO
Y CON LA VENTA DE SU TRABAJO COMPRABA TODO LO
NECESARIO PARA VIVIR DIARIAMENTE. ADE- MÁS, POR LAS
NOCHES PRACTICABA LECTURA Y ESCRITURA.
UNA NOCHE MIENTRAS LA MARIONETA DORMÍA SE LE
APARE- CIÓ EN SUEÑOS EL HADA BUENA. Y EN EL SUEÑO LE
DECÍA:
–¡MUY BIEN, PINOCHO! POR TU BUEN CORAZÓN TE
PERDONOTODAS LAS TRAVESURAS QUE HAS HECHO HASTA
HOY. LOS NIÑOS

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LAS AVENTURAS DE PINOCHO

QUE AYUDAN CARIÑOSAMENTE A SUS PADRES MERECEN SER


RE- COMPENSADOS.
ÉL SE DESPERTÓ REPENTINAMENTE. SE LEVANTÓ Y FUE
CO- RRIENDO A MIRARSE AL ESPEJO. ¡IMAGINEN SU SORPRESA
CUAN- DO SE VIO TRANSFORMADO EN UN NIÑO DE CARNE Y
HUESO! YA NO ESTABA LA IMAGEN DE LA MARIONETA DE
MADERA, SINO LA DE UN MUCHACHO CON EL CABELLO
CASTAÑO, LOS OJOS AZULES Y UNAEXPRESIÓN ALEGRE EN EL
ROSTRO.
MIRÓ A SU ALREDEDOR Y VIO SU DORMITORIO SENCILLO
PERO CÓMODO; JUNTO A LA CAMA ENCONTRÓ UN TRAJE, UN
GORRO NUE- VO Y UN PAR DE BOTAS QUE LE CALZABAN
PERFECTAMENTE.
PINOCHO SE SENTÍA CONFUNDIDO FRENTE A TODAS ESAS
MA- RAVILLAS. CORRIÓ A BUSCAR A SU PAPÁ PARA
MOSTRARLE LO QUE HABÍA SUCEDIDO.
–ESTO ES MÉRITO TUYO, PINOCHO –LE DIJO GEPETO.
–¿POR QUÉ?
–PORQUE CUANDO LOS NIÑOS DESOBEDIENTES SE
VUELVEN BUENOS SUCEDEN MILAGROS –RESPONDIÓ EL
CARPINTERO, QUE SEVEÍA SANO Y DE BUEN HUMOR.
–¿Y QUÉ SE HA HECHO DEL VIEJO PINOCHO DE MADERA?
–MÍRALO AHÍ –RESPONDIÓ GEPETO SEÑALANDO A UNA
MARIONETA APOYADA CONTRA UNA SILLA CON LA CABEZA
CAÍDA, LOS BRAZOSCOLGANDO Y LAS PIERNAS DOBLADAS A LA
ALTURA DE LAS RODILLAS.
PINOCHO MIRÓ LA MARIONETA Y PENSÓ: “¡QUÉ CÓMICO
ME VEÍA CUANDO ERA UN MUÑECO! ¡Y QUÉ FELIZ ESTOY DE
HABERME CONVERTIDO EN UN NIÑO DE VERDAD!”

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