Resumen Pablo Pineau
Resumen Pablo Pineau
Resumen Pablo Pineau
Pablo Pineau
El pasaje del siglo XIX al XX fue marcado por un profundo cambio pedagógico y social: la
expansión de la escuela como forma educativa hegemónica. Se volvió obligatoria y la mayoría
de los estados produjo la legislación que la regiría. Ser no escolarizado pasó de ser algo común
y aceptado socialmente a ser un atributo degradante. La escuela pasó a ser una de las mayores
construcciones de la modernidad, una metáfora del progreso; a partir de ese momento, todos
los hechos sociales fueron explicados como triunfos o fracasos de la escuela.
Muchas teorías se gestaron para explicar esta expansión y posicionamiento de la escuela, las
cuales tienen en común al menos dos elementos:
Los autores que analizan el fenómeno escolar tienen tan naturalizada la presencia de la
escuela en el paisaje que no la ven como una construcción social propia de la modernidad . “…
su condición de ‘naturalidad’ es una construcción históricamente determinada que debe ser
desarmada y desarticulada”
El autor afirma que con la escuela pasa lo mismo que con un escrito de Borges donde este
afirma que en los escritos árabes no hay camellos, y que esta ‘ausencia’ es lo que comprueba
su autenticidad, ya que los camellos están tan incorporados al paisaje, que un árabe no los ve
como un elemento que haya que describir o nombrar por separado; su propuesta consiste en
sacar a la institución escuela del paisaje, descubrir y analizar sus particularidades y
especificidades, y luego volverla a colocar dentro del paisaje histórico de la modernidad, como
una forma de poner en evidencia su existencia como construcción social histórica.
Según el autor, estas serían las piezas que se fueron ensamblando para dar origen a la escuela:
“Los elementos presentados en el apartado anterior permite plantear como hipótesis que la
constitución de la escuela no es un fenómeno que resulta de la evolución ‘lógica’ y ‘natural’ de
la educación, sino de una serie de rupturas y acomodaciones en su devenir. Pero, a su vez, la
escuela puede considerarse el punto cúlmine de la educación entendida como empresa
moderna en tanto proceso sobre el que se apoya su ‘naturalización’.”
S. XVIII: Ilustración. Se elaboran teorías sobre estas cuestiones. Además de Kant, están los
planteos de Locke, Condorcet, Voltaire y Rousseau
También en este siglo avanzó la construcción de la escuela como forma educativa moderna, de
la educación como el fenómeno humano productor e impulsor del cambio social –superación y
progreso individual y colectivo –, y de la infancia reafirmada como la edad ideal para el proceso
educativo.
S. XIX: Burguesía. “Laboratorio de prueba” de la escuela. A lo largo de este siglo la escuela fue
avalada como la mejor forma educativa desde distintas causas y grupos sociales y la totalidad
del pensamiento educativo moderno fue reorganizado desde tres discursos característicos del
siglo XIX: el liberalismo, el positivismo y el aula tradicional. A estos luego se sumaron infinidad
de nuevos aportes.
Liberalismo: el fin de la educación liberal es la formación del ciudadano como sujeto portador
de derechos y obligaciones a partir de la delegación de su soberanía en los organismos
electivos. Por un lado la educación es un derecho de los individuos que la sociedad debe
garantizarles y por otro, es una obligación de los ciudadanos para con la sociedad. Esto dio
lugar a dos importantísimos aportes del liberalismo en el nivel educativo: el Estado docente y la
obligatoriedad escolar.
Otro aporte del liberalismo es el establecimiento de la escuela como vía de ascenso social,
proveedora del capital cultural institucionalizado necesario para competir en el campo laboral
(igualdad de oportunidades) y como legitimadora de las desigualdades (meritocracia impuesta
en la práctica).
Por último, el liberalismo marcó, en el siglo XIX, el camino de construcción de las naciones y el
sentido de adscripción a ellas; la nacionalidad debía ordenar la totalidad de las prácticas
escolares.
El aula tradicional. Ordenó las prácticas cotidianas, sobre todo a partir del triunfo del método
simultáneo, gradual o frontal sobre otras posibilidades en la segunda mitad del siglo xix.
A fines del S.XIX el logro de los procesos de aprendizaje escolar quedó conformado central
mente por el siguiente triángulo:
S.XX. En las primeras décadas el énfasis estuvo puesto en la generación de una validación
académica y teórica del modelo.
Emile Durkheim, Educación y Sociología, 1911. En esta publicación aporta una definición de
educación: “La educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las que
todavía no están maduras para la vida social. Tiene por objeto suscitar y desarrollar en el niño
cierto número de estados físicos, intelectuales y morales, que exigen de él la sociedad política
en su conjunto y el medio especial al que está particularmente destinado. (Durkheim, 1984; 70)
Si bien esta definición ha tenido sus detractores durante todo el siglo XX, ha sido escasamente
superada. Se han relativizado sus planteos, se han sumado cuestiones, pero la matriz de dicha
definición sigue en pie. Dicha fortaleza se debe a que Durkheim fue capaz de lograr la
definición moderna de educación que condensó y potenció la concepción moderna de
educación.
A fines del siglo XX vivimos una crisis de la forma educativa escolar. Para algunos es una crisis
terminal. El aporte de este trabajo tiene que ver con mostrar la escuela no como un fenómeno
‘natural y evolutivo’, sino ‘histórico y contradictorio’; tampoco el único posible. Si bien en el
presente es necesario seguir con algunas viejas prácticas y conceptualizaciones, no es porque
estas sean las únicas posibles sino porque hasta el momento resultaron ser las más eficaces
para lograr los fines propuestos. “…seguimos optando por el camello porque hasta ahora es el
mejor animal, y no el único, que nos permite atravesar el desierto”.