Enfermedad Por Reflujo Gastroesofagico

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ENFERMEDAD POR REFLUJO GASTROESOFAGICO

Definición:

 Reflujo gastroesofágico: es un paso de contenido gástrico del estómago hacia el


esófago y posterior hacia la boca, sin ningún esfuerzo; esto se debe a una relajación
transitoria del esfínter esofágico inferior o también a esto lo podemos llamar
“regurgitación”

A estos pacientes se les conoce como “vomitadores felices” porque a pesar de tener estos
episodios de regurgitación no van a tener ningún problema adicional (como digestivos,
extradigestivos o retraso del crecimiento)

 Ahora cuando este reflujo ya ocasiona síntomas, inflamaciones lesiones tisulares o falla
en el crecimiento, ahora si lo podemos denominar enfermedad por reflujo
gastroesofágico

Epidemiología:

 El reflujo fisiológico: lo padecen el 65% de lactantes mayormente y tiene un pico a los


4 meses y debe desaparecer a más tardar a los 18 meses, si desaparece después se
debe pensar en otra patología porque el 90% de estos casos debe solucionar al año
cuando el esfínter esofágico inferior madure.
 El reflujo patológico: lo padece del 1-4% de la población (sexo masculino y raza
caucásica), y se debe asociar a complicaciones como neumonía por aspiración, falla del
crecimiento, esofagitis, etc.

Los pacientes con mayor riesgo de ERGE son aquellos con:

 Retraso mental
 Mayor edad
 Hernia hiatal
 Asma
 Fibrosis quística
 Obesidad
 Hábitos nocivos: alcohol, tabaco estrés
 Ingestión de comida copiosa

Etiología:

Las causas más comunes son la relajación transitoria del esfínter esofágico inferior
(incompetencia del EEI ubicado al nivel del T10), la hernia hiatal de tipo I (por deslizamiento
está asociado a reflujo) y los trastornos del peristaltismo.

Otra causa del que EEI se vuelva incompetente es porque su presión basal esta disminuido, es
decir el llamado Esfínter hipotónico y se define así porque su presión es <8mHg (normal es de
10-15mHg)

Fisiopatología:

Clínica:
- Pirosis (“ardor”): Es el síntoma más común y con mayor valor predictivo para el diagnóstico.
Es la sensación de ardor retroesternal que asciende desde el epigastrio. Aumenta con el
decúbito y al aumentar la presión intraabdominal. Se alivia con antiácidos.

Puede irradiarse a cuello y brazos, simulando una angina. La ausencia de este síntoma no
descarta el reflujo.

- Regurgitación: El segundo síntoma más importante. Es el ascenso de contenido gástrico o


esofágico hacia la boca sin esfuerzo. Puede dar clínica de aspiración pulmonar o incluso de
asma crónico.

- Odinofagia: Dolor con la deglución. Indica ulceración.

- Disfagia: Si es leve, sugiere trastornos motores secundarios al RGE; si es moderada sugiere ya


la existencia de estenosis péptica; y si es grave, para sólidos y progresiva, constituye un signo
de alarma de malignización.

- Dolor torácico: Es un síntoma atípico, pero no extraesofágico, ya que se debe a estenosis o


por trastorno motor secundario al reflujo. La causa más frecuente de dolor torácico de origen
esofágico es la esofagitis por reflujo.

- Manifestaciones extraesofágicas del RGE.

Son las manifestaciones provocadas por reflujo que hacen referencia al área ORL o pulmonar y
se clasifican en dos tipos:

• Asociación establecida

Tos, asma, erosión dental, laringitis.

• Asociación propuesta.

Faringitis, sinusitis, otitis media recurrente, fibrosis pulmonar idiopática.

Diagnostico

 De manera incial el dx debe ser solamente con la clínica: escasa ganancia ponderal
(especialmente en lactantes), síntomas respiratorios (neumonías recurrentes, tos,
ronquidos, sibilancias) y esofagitis
 Ph-metría: porque es el estudio más sensible y especifico. Se utiliza para el monitorio
del Ph esofagico en paciente con síntomas atípicos. Para el monitoreo de 24 h del pH
se inserta una sonda delgada con un electrodo para detectar el pH a través de la nariz
y por el esófago. Los datos del electrodo se registran en una caja pequeña y ligera que
se coloca en un cinturón en torno a la cintura, y luego se analizan en un ordenador. El
dispositivo permite a la persona indicar los cambios de posición, el consumo de
alimentos, la pirosis o el dolor, datos que luego pueden correlacionarse con los
episodios de reflujo ácido.
 Prueba terapéutica con IBP: Es una medida eficiente para diagnosticar el reflujo. En
pacientes jóvenes sin signos de alarma, ya sea con clínica típica o atípica, se
recomienda realizar tratamiento con IBP durante 2-12 semanas antes de realizar otra
técnica diagnóstica. Aunque esta prueba es fácil de hacer y ampliamente disponible, su
sensibilidad y especificidad son bajas.
 Endoscopia: Es una técnica con una baja sensibilidad para ERGE pero de elección para
determinar la presencia de esofagitis. Implica el paso de un endoscopio flexible de
fibra óptica hacia el esófago a fin de visualizar el lumen del tubo digestivo proximal
 Impedanciometría: Es capaz de diagnosticar, además de los episodios de reflujo ácido
(pH <4), otros de reflujo débilmente ácido (pH entre 4 y 7) e incluso alcalino (pH >7), o
reflujo gaseoso. Es la prueba más sensible para el diagnóstico del reflujo; sin embargo
su verdadera utilidad clínica aún no ha sido bien definida.
En esta prueba, los médicos pasan un tubo delgado de plástico (catéter) a través de
la nariz de la persona hasta el esófago (el tubo hueco que va desde la garganta hasta
el estómago). El tubo se cubre con un globo lleno de agua salada (solución salina). El
globo se utiliza para medir el área a través del interior de una parte del tubo
digestivo, como el esófago, así como la presión dentro de dicha parte. A medida que
el globo se infla, los sensores a lo largo del globo miden la presión y el diámetro del
esófago. Los cables de los sensores transmiten los resultados a un registrador de
datos que lleva la persona.

Tratamiento:

- Medidas higiénico-dietéticas

Se recomiendan comidas frecuentes y poco abundantes, evitando el exceso de grasas, café,


alcohol, chocolate, tabaco y fármacos que relajen el EEI. Evitar acostarse inmediatamente tras
las comidas y elevar el cabecero de la cama al dormir.

- Tratamiento farmacológico.

• Inhibidores de la bomba de protones (IBP).

Es el tratamiento más efectivo a corto y largo plazo. Se dan durante 4-8 semanas para luego
continuar con IBP a demanda o de forma intermitente, aunque a veces el tratamiento debe ser
indefinido. Si no responde, tiene clínica atípica, esofagitis grave o Barrett se realizan
tratamiento a doble dosis (cada 12 h en lugar de cada 24 h). En el Barrett se deben dar IBP
siempre, independientemente del grado de displasia, ya que disminuye la progresión de la
displasia.

• Antiácido + alginato.

Podría ser superior a los antihistamínicos. Se usan en casos leves, de forma esporádica o
adyuvante a IBP.

• Antihistamínicos H2 (ranitidina).

Si leve o asociados a IBP.

• Procinéticos (cinitaprida, metoclopramida, domperidona, etc.).

Si predominio de regurgitación y retraso de vaciamiento gástrico.

• Sucralfato.

Si reflujo alcalino o para cicatrizar úlceras.

- Cirugía antirreflujo.
Su efectividad es similar o incluso superior al tratamiento médico en términos de control
sintomático y de curación de esofagitis, pero con mayor morbimortalidad.

Se puede realizar por vía laparoscópica y la técnica más utilizada es la funduplicatura de Nissen
(posterior y total o de 360°).

Indicaciones:

• Pacientes jóvenes con intolerancia al tratamiento farmacológico, o con buena respuesta al


mismo pero que prefieren la cirugía para evitar un tratamiento médico crónico.

• Síntomas persistentes debidos a regurgitación, especialmente si existen complicaciones


respiratorias.

• Estenosis pépticas esofágicas recurrentes en jóvenes.

Complicaciones

 Hemorragia.

Es rara la hematemesis, lo más frecuente son las pérdidas crónicas, que provocan anemia
ferropénica.

 Estenosis (10%).

Afecta al 1/3 distal. Ocurren por fibrosis de la submucosa, provocando disfagia en pacientes
con historia previa de pirosis. Siempre se deben biopsiar para descartar malignidad.
Tratamiento con dilatación esofágica por vía endoscópica

 Úlcera esofágica.

Es la complicación más frecuente y se manifiesta con odinofagia. Aparece especialmente en el


tercio inferior y sobre mucosa de Barrett. Puede llegar a provocar hemorragias o perforación.

 Esófago de Barrett (5%).

Asintomático en la cuarta parte de los pacientes. Es una metaplasia de la mucosa esofágica en


la que se sustituye el epitelio escamoso normal del esófago por epitelio cilíndrico que debe ser
de tipo intestinal con células caliciformes. La longitud de la metaplasia puede ser >3 cm (E.
Barrett largo) o <3 cms (E. Barrett corto). Cualquiera de los dos puede malignizar
(adenocarcinoma).

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