Enfoque Del Paciente Con Patología Esofágica
Enfoque Del Paciente Con Patología Esofágica
Enfoque Del Paciente Con Patología Esofágica
ESÓFAGO
REFLUJO GASTROESOFAGICO
Esofagitis erosiva: lesiones visibles en la mucosa del esófago distal con o sin síntomas
de RGE
Esofagitis no erosiva: presencia de síntomas de RGE sin alteraciones de la mucosa
esofágica.
El RGE es la enfermedad digestiva más común y costosa. En EU se realizan
aproximadamente 9 millones de visitas médicas por año.
Epidemiologia
Los síntomas más comunes de RGE son Pirosis, regurgitación y disfagia, y se pueden
acompañar de síntomas extra esofágicos incluyendo bronco espasmo, laringitis y tos
crónica.
Dolor torácico que puede simular una angina de pecho, es quemante, opresivo, se
localiza subesternal se irradia a la espalda, cuello, mandíbula o brazos, durando de
minutos a horas y resolviendo espontáneamente o con antiácidos. Generalmente
ocurre después de comidas, despierta a los pacientes y se puede aumentar por
stress emocional
Hipersalivacion es poco frecuente donde se siente la boca llena de saliva hasta 10ml
por minuto en respuesta al reflujo
Taco en la garganta el papel de RGE en este desorden no es claro, un estudio sugirió
que se puede asociar con hipersensibilidad del Esfínter Esofágico Superior (EES)
Odinofagia: es un síntoma poco común pero cuando está presente indica una ulcera
esofágica
Relajación transitoria del EEI: es mediada por un estímulo motor vago-vagal que se activa
por aferentes vágales en el cardias por estímulos como distensión gástrica. Este fenómeno
se caracteriza por una rápida relajación de EEI, acortamiento esofágico, inhibición del
diafragma (crural). La frecuencia de relajación de EEI en pacientes con RGE es igual a la de
pacientes normales, pero es dos veces más frecuente en pacientes con hernia hiatal.
Hernia hiatal: en presencia de una hernia hiatal la capacidad de la unión gastro esofágica
para evitar el reflujo esta obstaculizada, el estómago ha migrado más proximal por el hiato
diafragmático al mediastino separando las zonas de presión del EEI y la crura diafragmática,
el saco herniario funciona como un reservorio que refluye al esófago después de tragar.
Bolsillo acido: después de la ingesta de alimentos el ácido flota por encima de la comida
actuando como un reservorio desde donde el ácido puede entrar al esófago en episodios
de relajación transitoria del EEI. Se han demostrado áreas acidas de 2cm cerca de la unión
gastro esofágica en el estado post prandial.
Supresión de ácido: indicada en pacientes con pirosis y dolor retroesternal causado por RGE
no complicado. Se da tratamiento durante 6 semanas con IBP. La mejoría clínica con el
tratamiento y recaída al suspenderlo da indicios de RGE. Sensibilidad del 75%, especificidad
80%.
pH-metria de 24 horas: está indicada en pacientes con síntomas típicos de RGE refractarios
al tratamiento médico convencional y que no tienen datos de esofagitis en la endoscopia,
en pacientes con sintomática atípica. Evalúa el tiempo de exposición al ácido y se define
como el porcentaje de tiempo en que el Ph esofágico es menor de 4. Da el índice de
DeeMester
Endoscopia digestiva superior: es una herramienta para detectar, estadificar y manejar las
manifestaciones del RGE.
Pacientes con síntomas típicos de RGE que persisten a pesar de tratamiento con IBP
dos veces al día por 4 a 8 semanas
Grado B - Al menos una lesión mucosa mayor de 5 mm, sin continuidad entre la
parte más prominente de 2 pliegues mucosos
Grado C - Al menos una lesión mucosa con continuidad entre la parte más
prominente de varios pliegues mucosos, pero no circunferencial
Clasificación de Savary-Miller
Grado I. Lesión erosiva individual o aislado, oval o lineal, que afecta un sólo pliegue
longitudinal.
Grado II. Múltiples lesiones erosivas, no circunferencial que afecta a más de un
pliegue longitudinal, con o sin confluencia.
Grado III. Lesión circunferencial erosiva.
Grado IV. Lesiones crónicas que incluyendo úlcera, estenosis, esófago corto, solo o
asociado con lesiones de grados I a III.
Grado V. Epitelio columnar en continuidad con la línea Z, no circulares, en forma de
estrella, o circunferencial, solo o asociado con lesiones grados I a IV.
Impedanciometría esofágica
Resultados de la cirugía: resultado inmediato alivio de los síntomas de RGE entre 90% - 94%,
a los 5 años 60% de los pacientes no presentan RGE, a los 10 años 60% de pacientes
operados utilizan IBP no necesariamente por RGE, 2% - 30% requiere tratamiento médico o
llega a la re intervención.
ESOFAGO DE BARRET
El esófago de Barrett (EB) es una condición adquirida y se caracteriza por el reemplazo del
epitelio escamoso que bordea el esófago por un epitelio intestinal columnar. Esta definición
requiere de un criterio Macroscópico: presencia de cualquier longitud de mucosa columnar
visible en el esófago proximal a la unión gastroesofágica y un criterio Microscópico:
presencia de células caliciformes para establecer la presencia de metaplasia.
La presencia de un este reemplazo del epitelio se interpreta como una complicación del
Reflujo Gastroesofágico y refleja más bien una respuesta adaptativa al reflujo del contenido
gástrico hacia el esófago y es un factor de riesgo muy fuerte para desarrollar
adenocarcinoma de esófago (30 a 50 veces más que en pacientes sin esta condición).
Fisiopatología
Los pacientes con EB tienen exposiciones más largas a el reflujo acido, hernias hiatales más
grandes, disminución de la presión del Esfínter Esofágico Inferior (EEI), disminución de la
motilidad esofágica y sensibilidad disminuida al reflujo acido comparado con pacientes sin
RGE y a pacientes con RGE sin EB.
Epidemiologia
El EB usualmente se descubre en las endoscopias de pacientes de mediana edad, la edad
promedio de diagnóstico es aproximadamente a los 55 años. En algunos casos puede
afectar a niños pero es rara en menores de 5 años. Es poco común en población de raza
negra y en asiáticos, la relación H: M2:1, meta análisis han demostrado un pequeño
incremento de EB en pacientes con Índice de Masa Corporal (IMC) >30 kg/m2. No es claro
si el uso de aspirina, AINES, inhibidores de la COX – 2 se asocia con la disminución del riesgo
de EB.
Se estima una prevalencia de EB en la población general del 0.4 a más del 20% dependiendo
del estudio:
Estados unidos reporta prevalencia de 6.8% en pacientes que nunca han tenido
epigastralgia y 8.3% en pacientes sintomáticos
Factores de riesgo
Riesgo de cáncer
Entre los pacientes con EB, el porcentaje de progresión a adenocarcinoma de esófago en
ausencia de displasia se estima entre 5 – 6 por 1000 paciente año, estudios más recientes
Europeos muestran un riesgo de progresión de 3.3 por 1000 por año, en pacientes con
displasia de bajo grado se estima entre 0.6 a 1.2% por año. El porcentaje de progresión en
pacientes con displasia de alto grado se estima en 65.8 por 1000 pacientes por año.
Vigilancia
El objetivo de la vigilancia es la detección temprana de la progresión, intervenir al paciente
para mejorar el pronóstico.
Los pacientes con EB de segmento corto y de segmento largo se les recomienda realizar
vigilancia similar, porque el predictor primario de progresión es el grado de displasia ya que
o hay evidencia que la longitud del segmento sea un factor predictor independiente de
progresión. La vigilancia se ofrece a pacientes con expectativa de vida, disminuir los
síntomas de la esofagitis y para aliviar la esofagitis y diferencias la atipia reactiva causada
por la inflamación, se debe confirmar la displasia de bajo y alto grado por patólogo.
CANCER DE ESOFAGO
En los Estados Unidos se diagnostican 16000 casos anuales de cáncer de esófago siendo el
adenocarcinoma en más del 50%. Y la incidencia de carcinoma escamo celular en Estados
Unidos está descendiendo.
Áreas urbanas
Dieta: comidas con componentes n-nitrosamina (cerveza, pescado y sus derivados,
y también en los productos de carne y queso preservados con nitritos como
conservante), deficiencia de selenio, zinc, vitamina C y folato, consumo de líquidos
calientes.
Enfermedades esofágicas preexistentes estenosis inducidas por acalasia
Enfermedades sistémicas – Tylosis,
Consumo de alcohol y cigarrillo
Esófago de Barrett
Edad avanzada
Sexo masculino
Reflujo gástrico crónico
Blanco
Obesidad centrípeta
Fumar
Regurgitación acida por más de 12 años
Clínica
Disfagia progresiva para sólidos y líquidos, perdida no intencionada de peso, cambios
cutáneos de tylosis o liquen plano en pacientes con cáncer escamo celular. En la mayoría
de los pacientes el examen físico es normal, en algunos se puede palpar adenopatías
supraclaviculares y hepatomegalia aumentando la sospecha de metástasis.
Diagnóstico
Acalasia
Acalasia (en griego "ausencia de relajación") es el trastorno motor esofágico (TME) mejor
conocido de todos, aunque poco frecuente. Ya descrita en 1672, como "cardioespasmo", su
etiología aún es desconocida, al menos en la forma esporádica, más habitual en el mundo
noroccidental. Afecta a ambos sexos por igual con una incidencia de 1-2 casos por 100.000
individuos/año. Se caracteriza por el fracaso en la relajación del EEI durante la deglución y
la aperistalsis del cuerpo del esófago, lo que conduce a la dilatación de éste (mega esófago)
por encima del EEI y al estasis alimentario, responsables de la clínica.
Fisiopatologia
La Acalasia resulta de la degeneración de las neuronas en la pared esofágica, estudios de
patología muestran disminución del número de neuronas (células ganglionares) en el plejo
mienterico y las células ganglionares que quedan están rodeadas de linfocitos y esofinofilos,
esta degeneración inflamatoria afecta a las neuronas productoras de óxido nitroso que
tienen efecto en la relajación del musculo liso esofágico.
Etiología
La causa de la degeneración inflamatoria de las neuronas en la acalasia no se conoce.
Estudios demuestran que la acalasia se asocia con HLA-DQw1 que afecta a pacientes que
tienen anticuerpos circulantes contra neuronas entéricas y sugieren que puede ser
autoinmune
Clínica
La sintomatología característica es la disfagia, tanto para sólidos como para líquidos: el
paciente experimenta sensación de parada del bolo, que suele localizar con precisión,
aunque no siempre, en el cardias. Otras veces refiere la necesidad de beber para permitir
el paso del bolo al estómago. La regurgitación de alimentos y saliva, especialmente por la
noche, también es un síntoma frecuente, con el riesgo añadido de neumonía por aspiración
y abscesos pulmonares. El dolor torácico, en ocasiones desencadenado por el acto de la
deglución, se da con mayor frecuencia en fases iniciales de la enfermedad. En algunos casos
refieren pirosis y, si la disfagia es franca, pueden llegar a desnutrirse y presentar una pérdida
de peso importante.
Las investigaciones efectuadas en el último decenio han demostrado que la base de estas
alteraciones motoras del cuerpo esofágico es la denervación selectiva (al menos en fases
iniciales de la enfermedad) de las neuronas del plexo mientérico liberadoras de mediadores
miorrelajantes (péptido intestinal vasoactivo, óxido nítrico) y la prevalencia relativa de
neuronas que liberan sustancias como acetilcolina, que producen contracción. La causa de
esa denervación se desconoce y se han propuesto mecanismos autoinmunes, infecciones
(Tripanosoma Cruzi en la enfermedad de Chagas, herpes virus o Morbillivirus) e incluso
genéticos (Síndrome triple AAA). Estudios recientes han mostrado en formas iniciales de la
enfermedad la presencia de un infiltrado linfocitario en el plexo mientérico del EEI, lo que
confirma la hipótesis inflamatoria en la patogenia de la acalasia.
Diagnóstico:
El diagnóstico se basa en la clínica y en las pruebas complementarias siguientes:
Radiografía baritada: muestra la típica imagen del esófago distal en "cola de ratón"," pico
de pájaro" ó "punta de lápiz" y un esófago dilatado por encima del EEI con ausencia de
peristalsis.
Rx simple de tórax: se puede apreciar un nivel hidroaéreo por detrás del corazón.
Existen situaciones clínicas de otra etiología que presentan una sintomatología similar; es
bien conocida la relación entre cáncer esofágico y acalasia de larga evolución. Sin embargo,
procesos neoplásicos de cardias ó esófago distal pueden imitar clínicamente a la acalasia.
El diagnóstico diferencial entre acalasia y seudoacalasia puede ser difícil con los métodos
de rutina y se debe sospechar ante edad avanzada, disfagia de rápida instauración y falta
de respuesta al tratamiento convencional (dilataciones). El uso de nitrito de amilo durante
la exploración radiológica posibilita discriminar entre las dos entidades, permitiendo la
apertura de la unión esófagogástrica en la acalasia idiopática, mientras que no causa ningún
efecto en la seudoacalasia. La cirugía exploratoria puede ser necesaria para el diagnóstico
definitivo.
Manometria esofágica convencional: la aperistalsis en los dos tercios distales del esófago y
una relajación incompleta (presiones > de 8 mmHg) del EEI con hallazgos que se evidencian
en la manometría convencional.
Esofagograma con Bario: (puede dar falso negativo en 1/3 de loa pacientes) se puede
evidenciar dilatación del esófago, imagen de pico de pájaro en la unión gastro esofágica,
aperistalsis, poco vaciamiento del esófago.
Endoscopia digestiva superior: la mucosa del esófago es de apariencia normal, se observan
cambios inespecíficos como eritema, ulceración secundaria a la inflamación por comida
retenida o medicamentos
Tratamiento
Al desconocer la causa, es paliativo y tiene como objetivo reducir la presión basal del EEI
para permitir el tránsito esofagogástrico, evitando la aparición de reflujo gastroesofágico.
Disponemos de una amplia variedad de opciones terapeúticas, aunque ninguna
completamente eficaz:
Técnicas endoscópicas:
DeVault KR, Castell DO. The Practice Parameters Committee of the American College of
Gastroenterology. Updated guidelines for the diagnosis and treatment of
gastroesophageal reflux disease. Am J Gastroenterol. 1999 Jun;94(6):1434-42.
Fletcher J, Wirz A, Young J, Vallance R, McColl KE. Unbuffered highly acidic gastric juice
exists at the gastroesophageal junction after a meal. Gastroenterology. 2001
Oct;121(4):775-83.
Ganz RA, Peters JH, Horgan S, Bemelman WA, Dunst CM, Edmundowicz SA, et al.
Esophageal sphincter device for gastroesophageal reflux disease. N Engl J Med. 2013
Feb 21;368(8):719-27.
Gillen D, Wirz AA, Ardill JE, McColl KE. Rebound hypersecretion after omeprazole and
its relation to on-treatment acid suppression and Helicobacter pylori status.
Gastroenterology. 1999 Feb;116(2):239-47.
Klinkenberg-Knol EC, Nelis F, Dent J, Snel P, Mitchell B, Prichard P, et al; Long-Term Study
Group. Long-term omeprazole treatment in resistant gastroesophageal reflux disease:
efficacy, safety, and influence on gastric mucosa. Gastroenterology. 2000
Apr;118(4):661-9.
Conio M, Cameron AJ, Romero Y, Branch CD, Schleck CD, Burgart LJ, et al. Secular trends
in the epidemiology and outcome of Barrett’s oesophagus in Olmsted County,
Minnesota. Gut. 2001 Mar;48(3):304-9.
Desai TK, Krishnan K, Samala N, Singh J, Cluley J, Perla S, et al. The incidence of
oesophageal adenocarcinoma in non-dysplastic Barrett’s oesophagus: a meta-analysis.
Gut. 2012 Jul;61(7):970-6. Epub 2011 Oct 13.
Prasad GA, Wu TT, Wigle DA, Buttar NS, Wongkeesong LM, Dunagan KT, et al.
Endoscopic and surgical treatment of mucosal (T1a) esophageal adenocarcinoma in
Barrett’s esophagus. Gastroenterology. 2009 Sep;137(3):815-23. Epub
Vakil N, van Zanten SV, Kahrilas P, Dent J, Jones R; Global Consensus Group. The
Montreal definition and classification of gastroesophageal reflux disease: a global
evidence-based consensus.
Wani S, Puli SR, Shaheen NJ, Westhoff B, Slehria S, Bansal A, et al. Esophageal
adenocarcinoma in Barrett’s esophagus after endoscopic ablative therapy: a meta-
analysis and systematic review. Am J Gastroenterol. 2009 Feb;104(2):502-13. Epub 2009
Jan 6.