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ROTACIÓN DE ATENCIÓN DE URGENCIAS QUIRÚRGICAS
UNIVERSIDAD DE CALDAS
NOMBRE: DIEGO ARMANDO ACEVEDO MURCIA
CÓDIGO: 521922126 ID SIA: 15922
TRAUMA ANORRECTAL
El trauma del recto representa una condición clínica compleja y
potencialmente letal. La identificación precoz y el tratamiento temprano son fundamentales para influir en la morbimortalidad asociada. Un conocimiento preciso de la anatomía resulta crucial para llevar a cabo una intervención quirúrgica adecuada en las estructuras críticas del colon y recto, con el objetivo de reducir el riesgo de complicaciones como sangrado, isquemia o daño nervioso. La comprensión más profunda de la gestión de esta entidad se ha derivado principalmente de la experiencia en trauma de guerra. La adopción del enfoque basado en las "4 D" (Desbridamiento, Derivación, Drenaje presacro y lavado Distal) ha tenido un impacto significativo en los resultados de los pacientes. En el ámbito civil, la mayoría de las heridas en el recto son causadas por proyectiles de armas de fuego, seguidas por trauma contuso y lesiones penetrantes con armas cortas. (1)
EVALUACIÓN INICIAL
En primer lugar, es esencial evaluar a la víctima de trauma prestando especial
atención al examen primario para asegurar la estabilización de las lesiones que representan una amenaza inmediata para la vida. Durante el examen secundario, se tiene la oportunidad de valorar y examinar el traumatismo anorrectal. Si es factible, obtener información relevante sobre la lesión, síntomas relacionados, como los abdominales y genitourinarios, así como la función inicial del intestino y la continencia, puede ser beneficioso. Específicamente en casos de lesiones penetrantes, conocer detalles como el calibre y la velocidad del proyectil puede contribuir a comprender la posible extensión de la lesión.
La evaluación física comienza con una inspección visual, que incluye la
revisión de las heridas de entrada y salida en pacientes con traumatismo penetrante. El examen rectal también debe abarcar la evaluación del tono en reposo y durante la contracción, cuando sea posible. En situaciones de traumatismo cerrado, se puede observar la posición de la próstata si hay sospecha de lesión uretral. Aunque el tacto rectal es una parte común de las evaluaciones secundarias, su utilidad para detectar lesiones puede ser limitada.
Además del examen físico, se pueden emplear estudios de imágenes y
endoscopia. La identificación de lesiones intestinales a través de tomografía computarizada (TC) puede presentar desafíos, pero con el uso adecuado de contrastes oral, intravenoso y rectal, la precisión diagnóstica puede mejorarse. La proctoscopia rígida o la proctosigmoidoscopia flexible se han considerado herramientas confiables para detectar la presencia y ubicación de lesiones, tanto en casos de traumatismo contuso como penetrante. Sin embargo, es importante considerar el riesgo de provocar más lesiones con estos procedimientos, y su necesidad puede ser cuestionable en situaciones donde se disponga de imágenes de alta calidad o cuando se planifique una exploración detallada. Aunque los hallazgos anormales son frecuentes, no está claro si estos guían de manera efectiva el tratamiento o simplemente confirman sospechas previas. Las lesiones rectales pueden clasificarse según la Escala de Lesiones del Recto de la Asociación Estadounidense para la Cirugía del Trauma. (2)
MANEJO DE LAS LESIONES RECTALES
El manejo quirúrgico del trauma de recto va a depender del sitio de la
lesión y su relación anatómica, sea intraperitoneal o extraperitoneal.
En un sentido general, las lesiones intraperitoneales pueden abordarse de
manera similar a las lesiones del colon; no obstante, el enfoque de reparación dependerá del grado de daño en los tejidos. Aquellas lesiones catalogadas como "no destructivas", es decir, aquellas que comprometen menos del 25 % de la circunferencia del recto, pueden ser reparadas directamente. En cambio, las lesiones clasificadas como "destructivas", que abarcan más del 25 % de la circunferencia del órgano, requieren la resección del tejido desvitalizado y la realización de una anastomosis.
En el caso de las lesiones extraperitoneales, existe controversia sobre la
necesidad de realizar una derivación fecal. Se considera que la derivación, mediante una ileostomía en asa o una colostomía en asa o terminal tipo Hartmann, podría ser más apropiada para pacientes con lesiones rectales "destructivas" extraperitoneales o fracturas pélvicas asociadas. Esto se debe a la preocupación de una fractura abierta que podría resultar en una sepsis de origen pélvico. En contraste, los pacientes con lesiones aisladas, catalogadas como "no destructivas", podrían gestionarse sin la necesidad de una derivación fecal, evitando así múltiples intervenciones quirúrgicas y la morbilidad asociada a la creación de un estoma.
TRAUMA ANAL
Las lesiones contundentes y penetrantes en el perineo pueden causar alteración
del esfínter anal y puede tener consecuencias sustanciales. Debido a la alta tasa de lesiones pélvicas concurrentes lesión, particularmente fractura pélvica en víctimas de traumatismos cerrados, Es imperativo que se realicen una evaluación y reanimación ordenadas al inicio de la atención, comenzando con la encuesta primaria para identificar y tratar inmediatamente condiciones que amenazan la vida.
La encuesta secundaria identificará lesiones perineales y/o anales. A menudo
estos pacientes necesitan intervención quirúrgica temprana para estabilización de la pelvis o tratamiento de lesiones intraabdominales. En estas situaciones, en el viaje inicial al quirófano se debe considerar la realización de una evaluación exhaustiva de la lesión perineal, la proctoscopia, la creación de una colostomía de derivación y la colocación de un catéter suprapúbico. El desbridamiento del tejido no viable es esencial para prevenir la sepsis, y algunos autores recomiendan viajes diarios al quirófano para lavado y desbridamiento durante los primeros 3 días.
En conclusion, el recto es un órgano con consideraciones anatómicas críticas,
tanto por su ubicación como por su relación con diversas estructuras adyacentes de importancia clínica, especialmente el peritoneo. Un conocimiento preciso de la anatomía, el mecanismo de trauma y las lesiones asociadas permitirá al cirujano abordar de manera clínico-quirúrgica adecuada las situaciones de trauma rectal, mejorando así los resultados clínicos de los pacientes. Es esencial tener en cuenta el valor de las herramientas diagnósticas disponibles y reconocer las diferencias entre el trauma de recto en entornos civiles y de guerra. Todos los pacientes con trauma múltiple deben ser evaluados y tratados siguiendo los principios del ATLS, inicialmente para identificar y corregir las lesiones amenazantes de la vida, ya que las lesiones de recto rara vez son la causa de muerte en las primeras horas posterior a un politrauma.
REFERENCIAS
1. Martínez-Hincapié, C., Sierra-Jaramillo, J. I., Carvajal-López, A.,
Salazar-Ochoa, S., Posada-Moreno, P., & Llano-Herrera, M. (2022). Trauma de recto penetrante: revisión de tema. Revista Colombiana de Cirugía, 37(3), 469-479. 2. Herzig, D. (2012). Care of the Patient with Anorectal Trauma. Clinics in Colon and Rectal Surgery, 25(04), 210–213. doi:10.1055/s-0032- 1329391 3. Daniel P. Ahern, Michael E. Kelly, Danielle Courtney, Emanuele Rausa, Des C. Winter, The management of penetrating rectal and anal trauma: A systematic review, Injury, Volume 48, Issue 6, 2017, Pages 1133-1138, ISSN 0020-1383, https://doi.org/10.1016/j.injury.2017.03.002.