Documento Completo - pdf-PDFA
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Autores:
-Carrasco Calvi, Alma Soledad. DNI 36.137.389. Pertenencia institucional: CILE – Facultad
de Periodismo y Comunicación Social (UNLP). Eje temático N° 11. Mail:
almascarrasco@gmail.com.
-Paiva, Juan Bautista. DNI 36.936.238. Pertenencia institucional: Observatorio de Jóvenes,
Medios y Comunicación – Facultad de Periodismo y Comunicación Social (UNLP). Eje
temático N° 11. Mail: juanpaiva.92@gmail.com
Eje temático: 11 – Comunicación, arte y filosofía.
Sin embargo, su etapa solista fue más provocadora aún. Tras la disolución de Serú
Girán, y sacando provecho de la prohibición de pasar música en inglés durante el conflicto
por las Islas Malvinas y del consecuente ocaso del gobierno liderado por Leopoldo Galtieri,
Charly le dio forma a Yendo de la cama al living, su primer disco en solitario. El álbum se
grabó en agosto de 1982 y salió a la venta en diciembre de ese mismo año. Contó con la
colaboración de Luis Alberto Spinetta, León Gieco, Nito Mestre y Pedro Aznar y fue un
precursor del new wave y de la fusión del pop y del rock entre nuestro país.
El disco comienza con la canción que le da nombre, con un mensaje contundente: la
vida en el encierro, en la oscuridad, en un mundo de fantasías vestido de Mundial de Fútbol,
de programas televisivos de entretenimiento superficial, de canciones que nada tenían para
decir, no era vida. Y lo expresa sin rodeos:
No hay ninguna vibración
Aunque vives en el mundo de cine
No hay señales de algo que vive en mí
Voy yendo de la cama al living
Sientes el encierro
Voy yendo de la cama al living
Esa misma línea crítica continúa en la segunda canción, “Superhéroes”. Ahí carga,
nuevamente, contra la idea ficticia que se vendía desde los grandes medios de comunicación,
cómplices del gobierno de facto, de que la vida y el país funcionaban de manera correcta. Y
partiendo desde esa premisa, invita a salir a las calles que están desiertas, a volver a vivir:
No pasa nada, nadie pasa
Sólo una banda militar
Desafinando el tiempo y el compás.
Y entonces mírame a mí
Tratando que se muevan éstos pies
Bajo la luz, tocando hasta el amanecer.
No te quedes en casa
Porque el baile va a empezar
Quiero verte, verte otra vez.
Como queda de manifiesto en esa canción, durante los años dictatoriales los espacios
públicos estaban tomados por las fuerzas de seguridad, impidiendo que, especialmente, los
jóvenes los utilizaran y se apropiaran de ellos. Al respecto, los autores del libro Música y
dictadura. Por qué cantábamos sentenciaron:
A partir del 24 de marzo de 1976 la dictadura promulgó el estado de
sitio. Con esta medida resultaba cada más difícil reunirse en lugares
públicos. Los jóvenes, sobre todo, eran vistos como sospechosos y por
lo tanto peligrosos. Ser joven y estar reunido era considerado como un
acto desestabilizador, por eso debía ser controlado o prohibido. [...]
Ante este panorama los recitales de rock se transformaron en una
necesidad, en la única posibilidad de participación “segura” de
encuentro con pares. (Morgade y otros, 2008:29-30)
La tercera canción del álbum es “No bombardeen Buenos Aires”. Ante el conflicto
bélico que se desató contra Gran Bretaña por la recuperación de las Islas Malvinas, Charly se
mostraba escéptico respecto al triunfo que pronosticaban el gobierno y los medios
hegemónicos. Incluso, en las estrofas de ese tema, dejó ver el temor que le provocaba
enfrentarse a una potencia militar y las consecuencias que eso podría acarrear, pidiéndoles
piedad a los británicos:
No bombardeen Buenos Aires
No nos podemos defender.
Los pibes de mi barrio se escondieron en los caños
Espían al cielo
Usan cascos, curten mambos
Escuchando a clash.
Estoy temiendo al rubio ahora
No sé a quién temeré después.
El disco cierra con “Inconsciente colectivo”, una canción que devino en clásico de
nuestro rock, que fue interpretada por artistas de distinta índole y que figura al tope de la lista
publicada por la revista Rolling Stone en 2015 que reúne las 100 mejores canciones del
repertorio de Charly. Y la resonancia política que la atraviesa es innegable:
Pero a la vez existe un transformador
que te consume lo mejor que tenés
te tira atrás, te pide más y más
y llega un punto en que no querés.
Pero también se encuentra en esas estrofas finales del debut solista de Charly un halo
de esperanza que irrumpía en la oscuridad de aquellos años. Al comienzo, cuando canta
“Nace una flor, todos los días nace el sol” y más adelante al poner evidencia sus anhelos de
libertad:
Mamá la libertad, siempre la llevarás
dentro del corazón
te pueden corromper
te puedes olvidar
pero ella siempre está
Yendo de la cama al living fue el disco que se atrevió a poner sobre la mesa las
miserias que formaban parte de la vida cotidiana de los argentinos. Pero también fue el
rompió con la impronta del rock clásico inglés que habían heredado los músicos nacionales
para darle a paso a nuevos ritmos, nuevas estéticas y nuevas maneras de pensar la música
dentro del contexto en que la produjo. Allí está la base de su carácter revolucionario: en ser lo
que nadie hasta ese momento se había animado a ser. Como reza en la contratapa del vinilo
original “si grita pidiendo verdad en lugar de auxilio, si se compromete con un coraje que no
está seguro de poseer, si se pone de pie para señalar algo que está mal pero no pide sangre
para remediarlo, entonces es rock and roll”
La llegada de 1983 fue un punto de quiebre para la historia argentina. Tras la renuncia
de Leopoldo Galtieri en julio de 1982 luego de que finalizara la Guerra de Malvinas,
Reynaldo Bignone accedió a la presidencia y dio lugar a una transición hacia la democracia
que terminó por concretarse con las elecciones de octubre de 1983 que ganó Raúl Alfonsín.
El álbum comienza con “Nos siguen pegando abajo (Pecado mortal)”. Allí, el músico
pone en evidencia la violencia policial de la que eran víctimas principalmente los jóvenes
que se congregaban en espacios culturales como, por ejemplo, recitales:
Yo estaba en un club
No había casi luz
La puerta de salida tenía un farolito azul
El se desmayó delante de mí
No fueron las pastillas, fueron los hombres de gris
Miren lo están golpeando todo el tiempo
Lo vuelven, vuelven a golpear
Nos siguen pegando abajo
En la concepción que tenía la Junta Militar sobre las expresiones culturales, el rock
estaba directamente relacionado con la subversión. De ahí que uno de sus principales
objetivos fuera controlar y reprimir las manifestaciones que tuvieran algún tipo de
vinculación con él. En este sentido, León Gieco, quien sufrió la censura de algunas de sus
letras, expresó que, a su entender, los músicos no fueron víctimas de desapariciones porque,
por un lado, no militaban y su rol contestatario aparecía en las canciones. Y, por el otro,
porque “a los militares les conveníamos porque congregábamos gente y aprovechaban para
hacer espionaje en los recitales. Se llevaban a pibes que fumaban marihuana o aquellos que
comentaban algo contra la dictadura.” (Morgade y otros, 2008:37-38)
1
Entrevista realizada a Sergio Pujol por Martín Pérez para Diario Página/12.
Luego, en “No soy un extraño”, García aborda el exilio, un tema que aparecerá en
más de una ocasión a lo largo del álbum. En la canción quedan de manifiesto las sensaciones
y las certezas de quienes tuvieron que abandonar la Argentina para sobrevivir:
Acabo de llegar
No soy un extraño
Conozco esta ciudad
No es como en los diarios
Desde allá
Por una parte, deja constancia de los principales blancos que tuvo el terrorismo de
Estado: los jóvenes de barrio, los artistas, los escritores y periodistas que no formaban parte
del blindaje propagandístico que brindaban los grandes medios de comunicación al gobierno.
Y por otra, da cuenta de dos de los modus operandi que tenían las Fuerzas Armadas a la hora
de desaparecer personas: los denominados “vuelos de la muerte”, en los que se arrojaban, en
pleno vuelo, personas al mar; y el secuestro en las casas y en la vía pública, en los que se las
detenían y se las llevaban sin mediar explicación ni dejándolas hacer uso de sus derechos.
Sobre esta canción icónica del rock nacional, Sergio Pujol escribió:
“Los dinosaurios” se asoció al clima político y social, irradiando de un modo
por demás eficaz esa sensación de relevo histórico que se estaba viviendo.
Aquella canción no era moderna; hablaba del fin de la dictadura militar desde
la sensibilidad estética acumulada durante todos esos años. Lo hacía a partir
de los desaparecidos, pero a la manera de Charly [...]. Todos eran (éramos)
desaparecidos en potencia. (2005:249)
Apreciaciones finales
No existe producción cultural que pueda pensarse por fuera del contexto en el que fue
concebida, de la misma manera en la que tampoco puede desvinculársela de quien la produjo
y las subjetividades que atraviesan a ese autor. Charles Dickens a mediados de 1800 habló del
costado oscuro de la Revolución Industrial, del que él había sido víctima durante su infancia,
en Oliver Twist y de la doble moral que reinó durante la Era Victoriana; los Beatles dejaron
su impronta prolija y amable para volcarse de lleno a la psicodelia cuando el mundo conoció
el hippismo, como parte de su proceso de crecimiento grupal y particular; y Pablo Picasso
pintó el Guernica en las semanas posteriores al bombardeo a la ciudad durante la Guerra Civil
Española, dando cuenta de los horrores que sacudían al mundo durante la primera mitad del
Siglo XX a causa de los conflictos bélicos que se desataron, principalmente, en territorio
europeo.
Es decir que puede pensarse, narrarse y entenderse una época a través de las
producciones de índole cultural que se gestaron en ella. En el caso del rock, la vinculación
entre el contexto y la obra es inevitable. Desde sus comienzos en Estados Unidos en los años
posteriores a la Segunda Guerra Mundial, tuvo un carácter juvenil y contestatario que excedía
las filiaciones políticas. Esto se debe a que es una expresión que se manifiesta de variadas
maneras: en la ideología, en la forma de vestir, en cómo se concibe el mundo, en la actitud
frente a las instituciones que regulan la vida en sociedad; y también, por supuesto, en las
canciones. De acuerdo a lo que plantea Yanina Amarilla, “el rock es pensado como algo más
que un género musical, es considerado también y, sobre todo, como un fenómeno social que
confiere sentido de pertenencia a distintos actores sociales, en general aglutinados bajo la
noción amplia de juventud” (2014:8).
-Morgade, P., Petruccelli, A., Santos, L. (2008). Música y dictadura. Por qué cantábamos.
Buenos Aires: Capital Intelectual.
-Pujol, S. (2007). Las ideas del rock. Genealogía de la música rebelde. Rosario: Homo
Sapiens.
-Rodriguez Lemos, F. y Secul Giusti, C. (2011). Tesis de grado “Si tienes voz, tienes
palabras: análisis discursivo de las líricas del rock argentino en la ‘primavera democrática’
(1983-1986)”. La Plata, Facultad de Periodismo y Comunicación Social, Universidad
Nacional de La Plata.
-Secul, C. (2016). “La dictadura como referencia: el discurso del rock argentino y el marco de
la transición democrática”. Revista Apuntes de comunicación, educación y discurso, 1 (1).
Recuperado de http://perio.unlp.edu.ar/ojs/index.php/apuntes/article/view/3525/2915