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MIGRACIÓN: LA DESPEDIDA QUE NO SE QUIERE TODO EL
TIEMPO
A lo largo de la historia los seres humanos de alguna u otra manera se han
acostumbrado a un constante tránsito, algunas se desplazan en busca de un mejores trabajos u oportunidades, otros por cambios climáticos y otros desplazamientos por mejores condiciones de vida o simplemente porque la escala de abusos y violaciones de los derechos humanos es tal, que obliga a salir del país de origen e impactando a la sociedad de destino.
De hecho las migraciones a lo largo de la historia han sido una poderosa
fuente de diversidad cultural, racial y económica, cuando para muchas personas las condiciones de vida se deterioran a tal punto, más allá de lo soportable, y es allí cuando es esta, la solución a buscar oportunidades en otros lugares pacíficos.
El intercambio cultural y étnico a raíz de las migraciones aporta insumos
nuevos y frescos tanto a la sociedad de destino como al pozo genético de su población, potenciando la diferencia, variedad y riqueza cultural, además de brindar su fuerza de trabajo a su nueva sociedad. Esa misma fuerza poderosa, no puede de ser vista como un problema sino como un simple desplazamiento de personas que puede impulsar las sociedades y economías, un crecimiento inclusivo y el desarrollo sostenible, que enriquece las sociedades a través de las capacidades humanas, socioeconómicas y culturales. La migración es un fenómeno complejo que requiere una respuesta integral y solidaria, comprender las causas y las consecuencias de la migración nos ayuda a adoptar enfoques más efectivos y completos para abordar los desafíos que actualmente se enfrentan.
Es de resaltar que en la migración está implícito la dimensión económica y familiar
que son las preponderantes, debido a que todavía prevalece la tendencia migratoria masculina, y son las mujeres las receptoras de remesas destinadas al ámbito doméstico, al sustento familiar y a mejorar las condiciones de la vivienda, en otras palabras a satisfacer las necesidades básicas de la familia, y también un gran número de esas mujeres buscan insertarse al mercado laboral para obtener ingresos extras, con respecto a la dimensión del ámbito familiar que lleva implícito una dimensión emocional , que con el paso del tiempo se va profundizando y se crea un distanciamiento, no solo de espacio físico sino también de comunicación con los familiares que han migrado con los no migrantes, lo que crea ruptura de lazos familiares y conyugales, y un efecto negativo en esas familias que dejan de recibir ayudas económicas. Referente al género, la adaptación y la salud mental de las mujeres inmigrantes no sólo dependen de variantes individuales de personalidad y de las diferencias culturales, sino también de las condiciones de trabajo, del grado de apoyo social y de la posibilidad de poder conciliar sus papeles de madres y trabajadoras. Respecto a la edad, también hay diferencias a tener en cuenta en el proceso de adaptación de los ancianos, los niños y adolescentes, ya que generalmente es por reagrupación familiar, los ancianos tienen pocas expectativas de futuro debido a que el tiempo vivido es mayor del que queda por vivir, hecho que podría dificultar enormemente su adaptación. De allí que la migración que acarrea otras situaciones o circunstancias que pueden afectar su bienestar físico y mental, al igual que vulnerabilidad a las enfermedades, a lo que se debe prestar atención por parte del país destino, ya que la salud es un derecho fundamental y componente esencial en el desarrollo sostenible de un país, y es pues una condición previa básica para que los migrantes puedan ser productivos y contribuir al desarrollo social y económico del país origen y destino. Las políticas públicas en cuanto a salud para los migrantes deben ser más solidarias concienciando sobre sus derechos al crear un mundo más participativo.
Actualmente un gran número países están viviendo este proceso demográfico o
fenómeno social que actúa bajo fuerzas de expulsión y de atracción asociando tanto al lugar de origen como al lugar de destino, dinamizando todos los procesos y determinan la orientación de los flujos migratorios e incluyen en la disponibilidad de trabajo, bienes y servicios, libertad religiosa, facilidades en materia de educación, favorables para el desarrollo económico y social de las personas, que hacen atractivas las áreas de destino y las convierten en receptoras de población. Este proceso ha generado consecuencias destilando problemas entre las personas y los territorios involucrados, de allí que las políticas en materia de migración están tomando auges importantes, y debe velar porque todos estos lineamientos garanticen a los migrantes mejores condiciones, garantías de protección y alternativas de residencia legal, derecho al trabajo digno, a educación y acceso a la salud. Aunque el proceso migratorio implica considerables esfuerzos y sacrificios para los trabajadores migrantes, sus penurias no terminan al llegar a destino. Por el contrario, allí deberán sortear obstáculos mayores, ya que se enfrentarán a múltiples formas de discriminación en el trabajo que desempeñen, en los salarios que perciban, en su carrera laboral y en los riesgos del desempleo. Cabe resaltar, que migración es una oportunidad por el intercambio de valores culturales y el conocimiento de otra costumbres, posibilita el conocimiento reciproco y facilita la aceptación y el respeto a la diferencia y diversidad, ligado por supuesto al desarrollo y evolución humana, está exento de reacciones de angustia y depresión debido a la ruptura de vínculos que se traduce en una serie de duelos.
. Finalmente, el migrante ante situaciones angustiantes marcadas por problemas y
carencias, busca en otro lugar poder obtener una vida estable, derecho que tienen todas las personas sin distinción alguna, la calidad de vida no debería tener fronteras. La situación demanda, sin lugar a dudas, estrategias de atención y abordaje que aseguren ante todo la dignidad y el respeto a los derechos humanos de quienes se desplazan de un sitio a otro, promoviendo opciones para la migración segura, regular y ordenada. Los países pueden abordar la migración desde un punto de vista holístico, es decir, en conjunto, buscando aprovechar su potencial para impulsar la economía.