Compendio 3
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DEONTOLOGÍA JURÍDICA
Compendio Unidad No. 3
2 créditos
Profesor:
DIEGO
GREGORIO
INTRIAGO
SOLORZANO
Abogado, Mg.
Titulaciones Semestre
DERECHO Segundo
Tutor: Ab. Diego Gregorio Intriago Solorzano, Mg. (Paralelos “A” “B” “C” “D” “E”).
1. Introducción
2. Orientaciones generales
3. Resultado de aprendizaje
4. Desarrollo: enseñanza -• aprendizaje
4.1 Tema No. 1 Moralidad, aspectos generales
4.2 Tema No. 2 Criterios de la moralidad
4.3 Tema No. 3 El acto humano, definición, elemento
4.4 Tema No. 4 El sujeto de la ética y sus características
5. Bibliografía
Dentro de cualquier actividad profesional puede entenderse que nos encontramos con
“un especialista en la materia” que, la lleve a cabo. Más, cuando hacemos referencia
a un abogado, estamos determinando a alguien que, no solamente tiene su calificación
académica, sino que, cumple una concreta función social que, no es más que: “un
genérico que identifica a todos los que con habitualidad se dedican a actuar en el
ámbito del Derecho, sea como creadores, como intérpretes, como consultores ocomo
aplicadores del Derecho y que, se diferencian precisamente por ese papel que,
caracteriza su actividad, del común de los ciudadanos” (Peces Barba Martínez, 1987).
Así, la figura del abogado, juega uno de los papeles más importantes en el escenario
jurídico, puesto que garantiza la información, actúa como asesor, representa el
derecho de defensa, entre otros. Por tanto, el abogado no se puede concebir tan solo,
como un representante del justiciable, sino que, también como un operador del
sistema jurídico que, tiene como objetivo el buen funcionamiento de la Administración
de Justicia (Zapatero, 2019). Requiriendo en todo sentido “ética” que, le permita
realizar su misión atendiendo al valor que representa la justicia. En este sentido, afirma
Hilda Garrido, 2012 que:
De ello que, la Deontología Jurídica comprende las reglas del deber y, como tal, tiene
la misión de regular el proceder correcto y apropiado del abogado en su ejercicio
profesional.
!Éxito!
Estudie cada tema siguiendo los contenidos y lecturas sugeridos por su tutor,
y desarrolle las actividades de aprendizaje. Así, podrá aplicar la teoría y
ejercitar su capacidad crítica, reflexiva y analítica.
Piense de manera atenta los textos y mantenga una actitud activa de diálogo
respecto a su contenido.
Elabore una síntesis que le ayude a fijar los conceptos esenciales de lo que
va aprendiendo.
Criterios de la moralidad
Resultado de Aprendizaje:
En primer lugar, es necesario acotar que el tema de moralidad suele confundirse con
la misma moral, y aunque estos dos conceptos están más que intrínsecamente
relacionados, forman realidades conceptuales diferentes. En este orden de ideas, es
posible establecer a la moralidad como la interacción de dos macro elementos, los
cuales son la moral misma, y la sociedad, y es ahí donde surge la pregunta:
¿Qué es entonces la moralidad?
El concepto formal de moralidad es bastante reciente, y nace especialmente con el
surgimiento teórico del altruismo biológico planteado por Darwin quien, en sus
investigaciones, planteó que los grupos humanos evolucionan de forma diferente,
adicional a ello, en su publicación el origen del hombre, hace alusión a la ética
evolutiva, dando así los primeros indicios de una moralidad intersubjetiva que no está
apegada a valores perpetuos sino a perspectivas sociales (Rosas, 2006).
Las influencias derivadas de situaciones son es igual a, por lo tanto, debemos tener
cuidado cuando hacer generalizaciones entre personas y los efectos de las
situaciones en ellos. Basado en consideraciones hechas sobre la moralidad en la
literatura filosófica y sentido común, Flanagan refuta tesis de que la moralidad es una
unidad (solo si puede ser bueno o malo), totalmente intocable por el contexto.
La Moral
Según indica Monasterio (2019) “La moral es uno de los rasgos esenciales del ser
humano. Una de las características que, junto al bipedalismo, la búsqueda de la
trascendencia (espiritualidad) o estética nos hace humanos” (pág. 35)
La moral socrática tiene una apariencia paradójica según Xirau. Aristóteles la reduce
a tres proposiciones:
La tercera de estas proposiciones es, sin duda, la más paradójica. Para entender la
moral contenida en estas frases es necesario recordar que la virtud para Sócrates,
como para los sofistas, puede ser enseñada. La moral no es así una técnica para
calcular fines prácticos sino el verdadero conocimiento que va más allá de toda
especialidad, el conocimiento del hombre sabio.
Por otro lado, Aristóteles profundiza en el sentido de conciencia moral y expone que
el carácter imperativo de la razón práctica procede de la interiorización de la ley moral
en la conciencia, que es el resultado de todo el proceso de educación ética del hombre.
El niño no posee todavía una ley interior, y sólo la adquiere mediante la educación, al
formarse sus hábitos espirituales y su personalidad moral.
Moral y el comportamiento
Fuentes de la moralidad
Principios de la moralidad
La moral política, por tanto, está sujeta a la perspectiva colectiva, incluso aunque se
haya actuado correctamente, si no existe la aceptación del pueblo, se actuó en
deslealtad de él, y por ello se puede considerar una especie de traición a la patria.
Esta cualidad, hace que los gobiernos conservadores estén más sujetos a actuar
dentro de la moralidad política, ya que tienden a tomar decesiones más paternales
que los liberales, que buscan el consentimiento circunstancias y de las formas de vida
de sus ciudadanos.
La moral filosófica. – La moral filosófica, o moral laica es una de las más complejas
de entender y definir, pues también es de carácter interno, y depende de las
circunstancias, y el contexto en el que se encuentre el ser humano, en muchas
ocasiones el relativismo toma un papel protagónico, ya que la determinación de
parámetros morales estará condicionada a la aceptación del ser humano como un acto
apegado a la ética o contraria a la misma. De forma materializada se vería más
evidente en la siguiente circunstancia: Juan tiene la opción de desviar un tren y evitar
que muera un grupo de 10 personas jóvenes, a consecuencia de ese desvío de rumbo,
el tren matará a 3 niños de 4 años. ¿Hasta qué punto es moralmente correcto desviar
el tren? La respuesta dependerá de la corriente filosófica que sigamos, y es por ello
que solo dependerá de la aceptación del ser humano sobre sus actos u omisiones,
pues incluso la inercia de este, tendrá consecuencias que podrían discutirse en el
campo filosófico.
Para los griegos, por ejemplo, la pederastia era considerada moralmente correcta, por
el contrario, si un griego era vendido como esclavo a Roma, las circunstancias morales
cambiaban, y con ello el se enfrentaba a un dilema moral respecto a la sociedad donde
se encontraba, con la moral con la que había crecido.
Sin duda alguna resulta muy interesante, el poder observar y estudiar de manera
cautelosa cómo el ser humano al concebirse como un ente único e independiente,
puede llegar a manifestar un antes y después al tomar una decisión y ejecutar sus
acciones dentro de su vida diaria, tanto así que las mismas pueden ser
interrelacionadas o clasificadas como diferentes tipos de actos, encontrándose
sumergida dentro de ellos: a el acto humano, el acto del hombre y para algunos
autores incluso el acto moral. No obstante, en esta oportunidad el presente escrito se
inclinará especialmente en los actos humanos y los elementos que se presentan para
que pueda considerarse digno de este tópico, resaltando la comparación necesaria
con otros tipos actos.
En principio Rodríguez (1998) manifiesta que “el acto humano se encuentra definido
como aquel que consciente, libre y voluntariamente realiza un ser humano, para
conseguir un fin predeterminado. No debemos confundir cualquier acto del hombre
con Acto Humano.”
Es decir, que el acto humano también se presenta como un acto moral, en cuento
que, puede ser considerado desde esta perspectiva como bueno o malo. De aquí es
que el valor moral del acto humano depende del grado de libertad con el que se ha
cumplido dicha acción o acto.
• Bueno o lícito, si está conforme con la ley moral (por ejemplo, el dar limosna).
Como se enfatizó en un inicio y la misma doctrina hace hincapié no hay que confundir
los tipos de actos por ello, Rodríguez Luño (1982) indica que:
No todos los actos del hombre son “humanos”, también pueden ser:
Meramente naturales, son aquellos en que el hombre no tiene control
voluntario. Ej. La digestión, la respiración, la percepción visual o de los otros
sentidos, la circulación, etc. Actos del hombre, cuando falta el conocimiento
(niños pequeños, distracción total, locura) o la voluntad (amenaza física) o
ambas (el que duerme). (p.210).
Por el contrario, en los actos humanos el hombre si posee un dominio sobre él, pues
el mismo puede controlar sus actos por la razón y por su voluntad como ya se ha
mencionado. Al ser realizado cada uno de sus acciones el hombre es responsable de
todos ellos, deben ser hechos con libertad, no deben de ser forzada. Naciendo de esta
conceptualización previa una parte sumamente importante como lo son los
elementos que conforman a los actos humanos.
El miedo, es otro de los impedimentos dentro del acto humano, mismo que es
conocido como la turbación del ánimo ante un peligro futuro que amenaza a la
persona. Por lo general disminuye la voluntariedad, pues solo la anularía en caso de
que quitara el uso de la razón. Consecuentemente, aparecen los hábitos, siendo estas
tendencias a repetir de ciertos actos, adquiridos por haberlos ya repetido
anteriormente. Los hábitos suelen disminuir la libertad, pero no la responsabilidad si
son voluntarios en su causa.
El ser humano, es un ser racional autónomo y libre, y a su vez imperfecto. Por ello en
el libro Critica de la razón práctica (2007) se sostenía que todo hombre y solo el
hombre, por tener un fin personal individual y social y una obligación personal de
tender a su propia y comunitaria realización, no pasiva sino activamente por sí mismo,
tiene derechos y obligaciones y esto es lo que hace al hombre “persona” y ser moral.
La persona constituye bien pues, el centro de la moralidad o la fuente de los valores
morales y de los actos morales. “El hombre es persona, afirma Kant, porque es sujeto
de moralidad”.
De ello resulta que, para abordar este tópico, es necesario iniciar estudiando al mismo
hombre o ser humano desde diferentes perspectivas, teniéndose en este caso como
referencia tres ciencias de gran ímpetu dentro de la sociedad, como lo son: el
Derecho, la filosofía y la psicología.
El ser humano es una figura inclusive única y diferente a cualquier especie que se
encuentra en la tierra, en razón a esto, la persona humana cuenta con sus elementos
o complementos estructurales. Pues al poder procesar conocimientos sin fin, podría
llegar a controlar el universo si así lo quisiese, pero esto solo lo hará por medio de sus
particularidades de ser libre, consiente, afectivo y autónomo. Siendo estos elementos
propios de su naturaleza que le consiente llegar alcanzar un propósito, pero en caso
que pierda alguno de estos elementos ya mencionado o cambiase su composición
dejaría de considerarse su funcionamiento como una persona humana.
Sujeto de la ética
Entonces, una vez entendiendo las variantes que engloban al ser humano, se puede
determinar como sujeto de la ética a aquellos agentes a quienes se les refiere las
normas éticas, es decir los afectados directamente por las mismas, estando obligados
a cumplirlas y de igual forma a poder exigir que se las cumpla (Capella,2008). Es decir
que es un ente capaz de razonar y realizar de manera consientes sus actos,
distinguiendo y manteniendo el control equilibrado de las áreas racionales, materiales
y además espirituales.
Y es que, el sujeto ético es la persona, el ser humano, para muchos considerado como
aquello que fue creado por Dios (tópico a discreción de cada persona), ya que todo
ser humano se compone de valores y ética, siendo así importante entender a la ética
en términos sencillos, como aquella disciplina filosófica que estudia el bien y el mal y
sus relaciones con la moral y el comportamiento humano.
Las características del sujeto de la ética se dan con el fin de alcanzar la realización
personal, siendo las mismas las siguientes:
Capella, F (2008). Ética individual y social. Artículo publicado en la revista uador Ciencia.
Ciencia, Tecnología, Educación y Libertad. Recuperado de Documento (PDF):
://www.ecuadorciencia.org/articulos.asp? id=6170. 25-•09-•2010.
Kant, I. (2007b). Crítica de la razón práctica. (Rovira Armengol Trad.). Buenos Aires: Lozada.
Rodríguez, A. ÉTICA. (1982). EUNSA, Pamplona. pág. 210 hasta 229. Recuperado de
Documento (PDF):
https://www.academia.edu/16462911/Los_actos_humanos_y_actos_del_hombre