LA ESCUELA COMO ASUNTO DE ESTADO
Para interpretar el proceso de constitución de los sistemas educativos organizados
desde y por el Estado debemos hacer explícitos algunos interrogantes:
¿Por qué estarían interesados los Estados nacionales en monopolizar los medios de
consagración del saber socialmente relevante?¿Qué beneficios redunda para los
Estados el hecho de que estos saberes se difundan entre todas las personas sujetas a
su autoridad?
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LA ESCUELA COMO ASUNTO DE ESTADO
Para interpretar el proceso de constitución de los sistemas educativos organizados
desde y por el Estado debemos hacer explícitos algunos interrogantes:
¿Por qué estarían interesados los Estados nacionales en monopolizar los medios de
consagración del saber socialmente relevante?¿Qué beneficios redunda para los
Estados el hecho de que estos saberes se difundan entre todas las personas sujetas a
su autoridad?
Título original
Sarmiento y la escuela como institución moderna.docx
LA ESCUELA COMO ASUNTO DE ESTADO
Para interpretar el proceso de constitución de los sistemas educativos organizados
desde y por el Estado debemos hacer explícitos algunos interrogantes:
¿Por qué estarían interesados los Estados nacionales en monopolizar los medios de
consagración del saber socialmente relevante?¿Qué beneficios redunda para los
Estados el hecho de que estos saberes se difundan entre todas las personas sujetas a
su autoridad?
LA ESCUELA COMO ASUNTO DE ESTADO
Para interpretar el proceso de constitución de los sistemas educativos organizados
desde y por el Estado debemos hacer explícitos algunos interrogantes:
¿Por qué estarían interesados los Estados nacionales en monopolizar los medios de
consagración del saber socialmente relevante?¿Qué beneficios redunda para los
Estados el hecho de que estos saberes se difundan entre todas las personas sujetas a
su autoridad?
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LA ESCUELA COMO ASUNTO DE ESTADO
Para interpretar el proceso de constitución de los sistemas educativos organizados
desde y por el Estado debemos hacer explícitos algunos interrogantes: ¿Por qué estarían interesados los Estados nacionales en monopolizar los medios de consagración del saber socialmente relevante?¿Qué beneficios redunda para los Estados el hecho de que estos saberes se difundan entre todas las personas sujetas a su autoridad?¿Y por qué motivo el medio más eficaz para la difusión de estos saberes resultó ser la articulación de las instituciones especializadas en la educación dentro de sistemas de alcance nacional? Trataremos de responder estas preguntas. CONCEPTO DE ESTADO Y DE NACIÓN Cuando hablamos de Estado nos estamos refiriendo a ciertas instituciones y organismos públicos que conforman un gobierno soberano. En cambio el concepto de nación (palabra que deriva del latín y significa nacer) es una comunidad humana con ciertas características culturales compartidas (lengua, historia, costumbres, entre otras) y que a menudo comparten un mismo territorio y Estado (aunque no necesariamente). Es importante tener en cuenta que ha habido y hay naciones sin Estados y Estados plurinacionales, es decir, integrado por varias naciones. La ligazón de Estados y Naciones es producto de un momento histórico en particular, que coincide con la crisis del antiguo orden internacional europeo y resulta de los “vacíos” dejados por la caída del poder de la iglesia en su función política. La expansión y colonización europea al resto del mundo producen que los Estados se vuelvan la forma de organización y administración de los territorios en todo el mundo. El momento clave en la articulación de Estados y naciones es el siglo XIX. Este es el momento en el que los símbolos de identidad nacional comienzan a institucionalizarse: los himnos, las banderas, las gramáticas de los lenguajes nacionales. En este siglo se constituyen los grandes ejércitos estatales y éstos adoptan sus uniformes característicos. Este es también el siglo en el que los Estados se abocan a la tarea de constituir sistemas de educación pública de alcance nacional.Todas estas tareas persiguen el mismo propósito: homogeneizar y estimular el sentido de pertenencia común entre los individuos sujetos a la autoridad del Estado. En el caso específico de nuestro país, tras el éxito del proceso revolucionario para dejar de ser colonia española, iniciamos otro proceso, muy largo, muy arduo, de organización que se extendió hasta 1880 con la federalización de la Ciudad de Buenos Aires poniendo fin a décadas de conflictos. Podemos hablar a partir de ese momento de un Estado Argentino consolidado y unificado. Pero ¿qué hay de la nación argentina? ¿Quiénes representaban dicha argentinidad? ¿los orilleros de las barriadas populares? ¿los gauchos? ¿los pueblos originarios? ¿los inmigrantes extranjeros? ¿la población afrodescendiente? ¿la oligarquía que hablaba en francés y vivía y estudiaba en Europa? Teníamos Estado pero había que fundar el concepto de Nación tal como lo conocemos hoy. El sentimiento de pertenencia a una Nación Argentina fue la invención maestra del Estado para el que se valió de una aceitada maquinaria: el sistema escolar. Vamos a repasar en este video el proceso de conformación estatal de la Argentina. (505) Capitulo 1. La formacion de un pais. - YouTube
LA ESCOLARIZACIÓN COMO ESTRATEGIA DE INTEGRACIÓN NACIONAL
¿Cuál es el papel que cumple la educación en el proceso de conformación de las identidades nacionales?¿Qué capacidades le atribuían los organizadores de los estados a la socialización escolar para depositar tanto interés en ella y movilizar tantos recursos humanos, materiales y simbólicos para organizarlas y sostenerlas? Puesto que el postulado de la idea de nación no eliminó las desigualdades, el desafío de los sistemas nacionales de educación consistió en producir concretamente esa igualdad en nombre de la cual los Estados decían actuar. Por su organización institucional y su capacidad de regimentar las prácticas, la escuela se convirtió entonces en un dispositivo de extraordinario valor para uniformar las experiencias de ingreso en el conjunto social de todos los miembros jóvenes de las sociedades nacionales, independientemente de sus diferencias de cuna. De allí el interés de los Estados en formalizar y monopolizar el control institucional de las prácticas de enseñanza. Fue necesario integrar a importantes sectores sociales al modelo productivo e incorporar un volumen significativo de mano de obra a partir de la inmigración (Rama G. 1986). El alto nivel de heterogeneidad social marcado por fuertes inmigraciones, la población criolla, la población indígena y afrodescendiente, exigió una presencia más importante del Estado como agente integrador y hegemónico. Ello no implicó una apertura del Estado a la incorporación de nuevos sectores sociales en la conducción del poder público. El modelo de participación política continuó siendo muy restrictivo. Denominado por Natalio Botana (1985) como "el orden conservador", se trató de un modelo basado en el concepto alberdiano de amplias libertades civiles y restringidas libertades políticas. Un modelo fuertemente excluyente en lo económico y lo político, que no brindó el acceso masivo a la propiedad, a la participación política, o a la movilidad social ascendente, encontró en la educación el mecanismo más idóneo para integrar y “modernizar” las sociedades. En este marco, el sistema educativo se constituyó con características fuertemente "estatistas y centralizadoras" (Tedesco J.C.1986). Ello significa que fue el Estado Nacional quien asumió la tarea educadora por gestión propia o a través del control de las instituciones de tipo privado. En este marco, es posible afirmar que para nuestro país la función encomendada al sistema educativo en sus orígenes estuvo más vinculada con la esfera de lo político, que con lo económico. La educación jugó un papel preponderante en torno a la integración social, la consolidación de la identidad nacional, la generación de consenso y la construcción del propio Estado.
Sarmiento en la creación de la escuela en Argentina
En 1845 el ministro de Instrucción Pública de Chile, Manuel Montt, envía a Sarmiento a Europa con el fin de observar los distintos modelos educativos de los países que consideraba los “más avanzados” del mundo. La misión de Sarmiento, que para entonces ocupaba el cargo de Director de la Escuela Normal de Chile, implicaba relevar los aspectos significativos del estado de la enseñanza primaria en esos países. Ese será el origen del viaje que emprende Sarmiento y que, a lo largo de 28 meses, lo llevará no solo a Europa sino también a Estados Unidos. En 1848 publica el Informe presentado al Ministerio de Instrucción Pública sobre el plan seguido en el viaje de exploración pedagógico en Europa y Norte-América en Chile. El informe es un estudio de los establecimientos de enseñanza primaria con el objetivo de fundar la Escuela Normal en América. Este escrito inicial tiene, apenas, 17 páginas. A partir de este informe y otros escritos posteriores Sarmiento publica al año siguiente su estudio de casi 600 páginas titulado De la educación popular. Allí presenta un balance detallado de lo visto en Europa y Estados Unidos y formula, además, un conjunto de propuestas.
Educar para civilizar
Lo educativo fue un tema fundamental a lo largo de toda la vida política de Sarmiento. “Lo que se propone en realidad es una sola empresa: educar”, señalaba Ezequiel Martínez Estrada. De hecho, son muchos los que ven en el sistema de instrucción pública su legado más perdurable. Y ello porque el protagonismo destacado que tuvo Sarmiento en la configuración de la escuela pública no se limita al diseño político e ideológico más general sino también a las definiciones de los detalles que moldean la vida escolar, a la organización de los espacios y tiempos que hacen a la cotidianeidad de la escuela, a la estructuración de los saberes que han de considerarse. Dedica gran cantidad de escritos a la educación. Entre otras publicaciones, escribe, por ejemplo, un Método de lectura gradual para los maestros chilenos en 1845 que lo acompaña a su vez de instrucciones para su uso, en el que plantea el método silábico paso a paso. De la educación popular ha sido reconocido entre esos escritos como su trabajo pedagógico más relevante. La organización de un sistema educativo es la estrategia principal que propondrá Sarmiento para “civilizar” a una sociedad que él aún consideraba “bárbara”. Las causas y características principales de esta “barbarie” están desarrolladas en los primeros capítulos de Facundo, publicado en 1845, es decir cuatro años antes que Educación popular. Dado su carácter propositivo, podemos leer esta obra como una continuación del diagnóstico que Sarmiento lleva a cabo en Facundo respecto de los males que aquejan a la República Argentina: la extensión del territorio, los modos de sociabilidad que ello provoca, la falta de instrucción de la población, los tipos sociales predominantes, son solo algunos ejemplos. En Educación popular, Sarmiento sintetiza las características que debe reunir ese tipo de enseñanza. Se trata de un texto programático que convierte en relato de viaje una de las obras pedagógicas más importantes de la historia educativa latinoamericana. El índice da cuenta de la empresa de escolarización moderna que propone: abarca desde la creación de un sistema de rentas para sostener la escuela hasta la construcción de edificios escolares; desde la elaboración de leyes específicas que regulan la vida escolar hasta la creación de bibliotecas y la formación de maestros idóneos. En resumen, este libro reflexiona sobre la importancia de considerar la formación del ciudadano desde el punto de vista de la economía política y sostiene la necesidad de propiciar una enseñanza utilitaria, racional y científica. Es una obra integral que busca configurar un sistema educativo en todos los niveles y aspectos.
Educación popular y la Ley 1.420
Según Juan Carlos Tedesco e Ivana Zacarías, Educación popular fue uno de los textos inspiradores de la Ley 1.420 de educación común, gratuita y obligatoria, promulgada en 1884 por el entonces presidente Julio Argentio Roca. Esta asentó como principio básico que la educación general fuera una responsabilidad del Estado, independiente del poder político y de la influencia religiosa. Educación popular resume la propuesta de revolución educativa de Sarmiento, en términos teóricos y en sus aspectos prácticos abogando por una educación popular y de masas a la que concebía como aporte sustantivo para la democratización de la sociedad. En el apartado “Instrucción pública” de la “Introducción” de su libro, Sarmiento sostiene: “Hasta hace dos siglos había educación para las clases gobernantes, para el sacerdocio, para la aristocracia; pero el pueblo, la plebe, no formaba, propiamente hablando, parte activa de las naciones. Tan absurdo habría parecido entonces sostener que todos los hombres debían ser igualmente educados, como lo habría sido mil años antes negar el derecho de hacer esclavos a los vencidos, derecho sobre cuya práctica estribaba la existencia de las sociedades libres. (…) La condición social de los hombres depende muchas veces de circunstancias ajenas a la voluntad. Un padre pobre no puede ser responsable de la educación de sus hijos; pero la sociedad en masa tiene interés vital en asegurarse de que todos los individuos que han de venir con el tiempo a formar la nación se hayan, por la educación recibida en su infancia, preparado suficientemente para desempeñar las funciones sociales a que serán llamados. El poder, la riqueza y la fuerza de una nación dependen de la capacidad industrial, moral e intelectual de los individuos que la componen; y la educación pública no debe tener otro fin que el aumentar estas fuerzas de producción, de acción y de dirección, aumentando cada vez más el número de individuos que las posean. La dignidad del Estado, la gloria de una nación no pueden ya cifrarse, pues, sino en la dignidad de condición de sus súbditos; y esta dignidad no puede obtenerse sino elevando el carácter moral, desarrollando la inteligencia y predisponiéndola a la acción ordenada y legítima de todas las facultades del hombre.” Habiendo leído este pasaje, podemos ver que Sarmiento concebía a la educación como un derecho natural. Sin embargo, es preciso hacer una serie de aclaraciones al respecto, ya que como señala el pedagogo y ensayista Pablo Pineau, así como Sarmiento forjó las condiciones para que la educación fuera un bien común y un derecho básico para todos, “no titubeó en dejar a cientos de miles fuera de su alcance”.
La exclusión del gaucho y del indio del sistema educativo sarmientino1
Sobre las ideas de Sarmiento, y por medio de las leyes provinciales y nacionales, hacia 1880, fue establecido en la Argentina el sistema educativo oficial, que tuvo en sus orígenes como finalidades principales integrar disciplinadamente a los sectores populares, y funcionar como una instancia de legitimación política para las élites gobernantes. El potencial democrático de este modelo radica en que, al menos a nivel retórico, todos los sujetos posibles de ser “civilizados” debían concurrir a la escuela en, siempre desde la proclama, igualdad de condiciones. Esta política explica la rápida difusión de la escuela, así como la acelerada elevación de la tasa de alfabetización a partir de dicho momento. De esta forma, Instrucción Pública, como sinónimo de Educación Popular, se refiere al sistema educativo oficial en todos sus sentidos (agentes educadores, contenidos, dispositivos de control, de punición, de dirección, de acreditación y validación, etcétera), y está dirigida a los ciudadanos, esto es, a sujetos destinados a actuar en un marco político y jurídico determinado, a cumplir obligaciones y gozar de derechos, a partir de una selección curricular de conocimientos a impartir. La Ley Nacional 1420/84, considerada la mayor expresión política de este hecho, plantea la obligatoriedad de la instrucción para todos los niños de 8 a 14 años y la creación del sistema educativo oficial para realizar dicha empresa. Los contenidos seleccionados son iguales para todos los alumnos (salvo pequeñas diferencias por género, y lugar de residencia) y se vinculan directamente con la formación de sujetos políticos y no con lo estrictamente laboral. Pero esta propuesta se asienta en una contradicción básica. Para Sarmiento, “civilizar al bárbaro” y “educar al soberano” constituían el mismo proceso social, por lo que el triunfo de los procesos democratizadores tenía como contracara la erradicación de los sujetos sociales previos. El sistema educativo construyó en su sujeto pedagógico a la “población”, compuesta sólo cuantitativamente por la totalidad de los sujetos –los “individuos”– y no cualitativamente los gauchos. Ese mandato, con sus inescindibles aristas democratizadoras y discriminadoras, se ubicó en la base del sistema triunfante. Y, de esa forma, la Instrucción Pública se asimiló a la Educación Popular por medio de la modificación de los sujetos pedagógicos. Al hacer desaparecer la categoría “pueblo” y convertirla en “población”, se establecen los límites al modelo y se excluyen otros elementos por medio de la homologación de los conceptos. Este fue su rasgo más paradojal: Sarmiento forjó las condiciones para que la educación fuera un bien común, un derecho básico para todos, pero no titubeó en dejar a cientos de miles fuera de su alcance; talló el contorno de un pueblo al que buscó extirpar sus elementos identitarios; insistió como nadie en que las puertas de las escuelas eran la entrada a mejores futuros, aunque sus aulas no resultarían hospitalarias con todos. Muchos de los pedagogos y maestros que lo sucedieron retomaron ese mandato. Los educadores latinoamericanos de fines del siglo XIX y comienzos del XX fueron, en buena medida, herederos y seguidores del discurso sarmientino porque, tras los límites del discurso pedagógico elaborado por el sanjuanino y su concepción de pueblo, sólo podían imaginar el caos de la barbarie o el retorno de la colonia ultramontana.