Apuntes de Clase DDHH y Seguridad Integral Unidad V
Apuntes de Clase DDHH y Seguridad Integral Unidad V
Apuntes de Clase DDHH y Seguridad Integral Unidad V
JUDICIAL.
Diferencias entre Seguridad Humana. Ciudadana, Integral y Comunitaria.
5.2. Derechos Humanos y Policía Comunitaria
5.3 Políticas públicas de seguridad integral con altos estándares de derechos humanos.
5.4 Seguridad multidimensional a la luz de los derechos humanos, como políticas
públicas.
5.5. Seguridad integral como fundamento de los derechos humanos. Los derechos
Humanos en la función Policial. Reglas de los funcionarios encargados de hacer
cumplir la ley.
introducción
Objetivo de la Salvaguardar la
política de seguridad de los
seguridad ciudadanos y generar
espacios propicios
para su total
desarrollo.
Entidades Sociedad y gobierno.
responsables de la
seguridad
Gestión Se incluye el control
ciudadano; se
promueve la
transparencia y la
rendición de cuentas.
Participación ciudadana La ciudadanía como
sujeto y objeto de las
políticas de
seguridad.
Amenazas a la Factores que impiden
seguridad el pleno ejercicio del
derecho humano a la
seguridad.
Resolución de Aplicación gradual y
conflictos controlada de la fuerza
del Estado,
priorizando
mecanismos de
resolución no violenta.
Dimensión Dimensión Dimensión
política institucional organizativa
• La reforma • Se requieren • Las experiencias
policial parte de diagnósticos exitosas en
la exhaustivos procesos de
responsabilidad sobre la reforma policial se
política de diversidad de identifican en el
construir cuerpos plano local; por
políticas públicas municipales tanto, las policías fundamental.
de seguridad. preventivos en el municipales /
país (que locales son
• Busca la incluyan sus agentes de
construcción de avances, logros intervención en la
comunidades y debilidades). comunidad para la
seguras y prevención de las
policías • El nuevo modelo violencias y la
profesionales. policial deberá: delincuencia.
- Adscribirse al
• La base para la modelo de • En el proceso de
construcción de seguridad transformación
políticas públicas ciudadana, institucional /
eficientes en planteando un organizacional es
materia de cambio importante el
seguridad está estructural en la establecimiento de
en la jurisdicción relación del una política de
municipal. Por tal Estado con la reclutamiento,
motivo, es ahí sociedad (por selección,
donde se deben medio del formación y
centrar los respeto a las promoción, con
esfuerzos para personas, los una visión
una reforma derechos transdisciplinaria,
policial. humanos, con innovaciones
el ejercicio de la técnicas policiales
• La reforma ciudadanía, y métodos
policial apunta a etc.), en el pedagógicos
una marco de una avanzados que
configuración de reforma policial permitan la
una policía más institucional vinculación con las
civil, democrática profunda. exigencias
y eficiente, la reales de la
cual deberá - Analizar de qué ciudadanía, que
contar con maneras se ha garanticen la
reconocimiento tratado de calidad y
de la ciudadanía. hacer frente a los eficiencia de los
desequilibrios de servicios
• El liderazgo se ofrecidos por la
basa en la las instituciones policía.
consolidación de seguridad
institucional, (incluye la falta • Se requiere
sin intereses de homologación generar un
políticos de por
medio. o sistema de
estandarización indicadores de
• Nuevo papel del propia de un desempeño y de
ciudadano: dejará sistema como el efectividad policial
de ser sólo un mexicano). que permita
receptor de las evaluar el
políticas de cumplimiento de
seguridad para las metas
convertirse en institucionales.
actor
La concepción antigua o tradicional de la seguridad ha ido transformándose de manera
gradual hasta incluir la participación directa de la sociedad, bajo el entendido de que la
seguridad no se limita a la protección física del individuo, sino que incluye la promoción y
creación de ambientes propicios para una convivencia pacífica entre las personas. Desde
esta aproximación, se hace énfasis en el hecho de que las políticas de seguridad deben poner
más atención a prevenir y controlar los factores que generan la violencia e inseguridad que
a las actividades meramente represivas o reactivas
Policía comunitaria: filosofía para la seguridad
Seguridad Comunitaria
La seguridad comunitaria basa su actuación sobre nuevos paradigmas que comprometen
activamente a la propia comunidad; de esta y sus autoridades es posible obtener consejos,
cooperación, información, y la comprensión de los problemas que para los responsables de
la seguridad pública se plantea en esta materia: a las comunidades y a sus autoridades
deben brindarles confianza, atención oportuna, apoyo decidido, amistad franca y , además,
programas concretos de autoprotección, educación y recreación.
En ese contexto y para esos fines, es que se pretenden llevar a cabo los foros de seguridad,
los que a la postre permitirán compartir con los ciudadanos información fidedigna respecto
a la tasa de criminalidad existente en la localidad, situación que redundará en beneficios en
tanto a que mitigará la “sensación de inseguridad” o seguridad subjetiva (generada por los
medios de comunicación en virtud de percepciones y no en base a cifras o análisis
delictuales objetivos y verídicos).
Estamos convencidos en el hecho de que las mejores respuestas para hallar la solución al
problema, no provendrán del Estado (nacional, provincial o municipal) sino que surgirán
de la interacción entre este y la participación de todos y cada uno de las integrantes de la
comunidad.
Al respecto, el Dr. Roberto Dromí mencionó que “en la balanza de la seguridad, hay que
pesar la solidaridad. No habrá calidad en la seguridad sin acciones solidarias positivas y
eficaces”, entendiendo que la seguridad es contención, prevención y represión, y que para
el logro de las dos primeras acciones es indispensable la participación y el compromiso
ciudadano, en tanto que la última es responsabilidad absoluta del Estado.
Seguridad Humana
El concepto de seguridad humana cobra fuerza a partir de su incorporación y
conceptualización en el Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD de 1994, que lo
introduce de manera formal en el trabajo de las Naciones Unidas.
No obstante, sus antecedentes se remontan a tiempo atrás. Entre los hitos históricos
importantes, en que se menciona la necesidad de un concepto de seguridad que vaya más
allá de los intereses del Estado para centrarse en las necesidades de la persona humana,
está la Declaración Universal de Derechos Humanos, de 1948. En ella se proclama que “la
libertad, la justicia y la paz del mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad
intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia
humana”, con lo cual se establece claramente la centralidad del ser humano.
La Declaración afirma, además, que “el desconocimiento y el menosprecio de los derechos
humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad y
que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre (sic), el advenimiento
de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la
libertad de palabra y de la libertad de creencias”.
Las expresiones “libertad del temor y libertad de la miseria”, incorporadas en la
Declaración, fueron utilizadas por primera vez por el Presidente de Estados Unidos Franklin
D. Roosevelt en su Discurso del Estado de la Unión de 1941 y en la Carta del Atlántico,
suscrita el 14 de agosto de 1941 por el Primer Ministro de Gran Bretaña Winston Churchill
y el Presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt. Estos conceptos, a criterio de
Edward Stettinius, Secretario de Estado de Estados Unidos de ese entonces, serían los
componentes integrales de la estrategia de paz de las Naciones Unidas: “La batalla por la
paz debe ser librada en dos frentes. El primer frente es el de la seguridad, en el cual vencer
significa conquistar la libertad para vivir sin temor, y el segundo es el frente económico y
social, en el cual la victoria significa conquistar libertad para vivir sin miseria. Solo la
victoria en ambos frentes puede asegurarle al mundo una paz duradera”.
Estas son las bases para la re-conceptualización del concepto de seguridad, el cual ya no se
fundamenta en las nociones de soberanía, territorialidad y poderío militar -que fueron
tradicionales-, sino en lograr la libertad para vivir sin temor y sin miseria. También son las
bases para el establecimiento del derecho de los derechos humanos. Ambos tienen como
raíz común la búsqueda de la dignidad humana.
Antecedentes.
No obstante, la Guerra Fría, periodo que siguió a la Segunda Guerra Mundial, reforzó el
concepto de seguridad centrado en el Estado, con el agravante de la amenaza de un ataque
nuclear por parte de cualquiera de las potencias contendientes.
En América Latina se impuso la doctrina de la seguridad nacional y los países de la región,
con algunas excepciones, vivieron las épocas más difíciles de su historia con sangrientas
dictaduras, irrespeto a los derechos humanos y la imposición de sistemas totalitarios. El
concepto de seguridad fue asociado a esta noción de seguridad nacional en virtud de la cual
se cambió la misión primordial de los ejércitos, desde la defensa territorial contra un
enemigo externo a la lucha mancomunada contra un enemigo interno: la sociedad civil1
En este contexto surge la necesidad de un nuevo paradigma de seguridad debido, según la
Comisión de la Seguridad Humana (CHS), a dos tipos de dinámicas:
• Primero, la seguridad humana es una respuesta a las complejas interrelaciones entre
nuevas y viejas amenazas -desde la pobreza crónica y persistente hasta la violencia étnica,
la trata de personas, el cambio climático, las pandemias, el terrorismo internacional,
el declive económico y los desastres financieros súbitos-.
Estas amenazas adquieren dimensiones transnacionales y van más allá de las nociones
tradicionales de seguridad, que se enfocan principalmente en las agresiones militares.
• Segundo, la seguridad humana es un enfoque comprehensivo que utiliza una amplia
gama de nuevas oportunidades para abordar las amenazas de una manera integral. Las
amenazas a la seguridad humana no se pueden tratar únicamente por medio de los
mecanismos tradicionales; se requiere reconocer los vínculos e interdependencias entre
desarrollo, derechos humanos y seguridad nacional.
Como lo señala Nef, el paradigma de la seguridad humana se asienta en la noción de
vulnerabilidad mutua. “Esto es, que en un sistema global interconectado, la fortaleza o
solidez del conjunto -incluyendo sus componentes más desarrollados y aparentemente
mejor protegidos- están condicionados, paradojalmente, por sus eslabones más débiles.
Esto es, mientras exista vulnerabilidad e inseguridad extrema en algunos sectores del
conjunto, todos
Así el enfoque de seguridad humana todos somos, en cierta medida vulnerables. De este
modo, el tema central de la seguridad humana es la reducción del riesgo colectivo (y
compartido), por medio de análisis, decisiones, prevención y acciones que disminuyan, más
allá de sus expresiones sintomáticas, las causas y circunstancias de la inseguridad”
Así, la seguridad ya no va aparejada a la noción de fuerza, sino a la de reducción de riesgos
y contingencias que afectan a las personas.
https://www.corteidh.or.cr/tablas/30315.pdf
Conceptualización
La CHS en su Informe “La Seguridad Humana Ahora”, define la seguridad humana de la
siguiente forma:
“…consiste en proteger la esencia vital de todas las vidas humanas de una forma que realce
las libertades humanas y la plena realización del ser humano. Seguridad humana significa
proteger las libertades fundamentales: libertades que constituyen la esencia de la vida.
Significa proteger al ser humano contra las situaciones y las amenazas críticas (graves) y
omnipresentes (generalizadas). Significa utilizar procesos que se basan en la fortaleza y las
aspiraciones del ser humano. Significa la creación de sistemas políticos, sociales,
medioambientales, económicos, militares y culturales que, en su conjunto, brinden al ser
humano las piedras angulares de la supervivencia, los medios de vida y la dignidad”
.
De la anterior definición se colige que la seguridad humana es deliberadamente
“protectora”, pues se parte del reconocimiento de que las personas y las comunidades
pueden ser amenazadas por eventos que van más allá de su control
La seguridad humana busca proteger a las personas contra las “situaciones y amenazas
críticas (graves) y omnipresentes (generalizadas)”, lo cual implica que se deben identificar
y preparar para distintos tipos de amenazas. Las amenazas a la seguridad humana deben
ser “críticas o graves”, es decir deben afectar las funciones de las vidas humanas o la sencia
vital de las mismas. Además, deben ser “omnipresentes o generalizadas”, lo cual significa
que: i) son a gran escala, ii) son recurrentes
La “esencia vital de todas las vidas humanas” es un conjunto de derechos humanos
fundamentales que pueden ser clasificados en tres grupos:
1.- los referidos a la supervivencia,
2.- a los medios de vida y
3.- a la dignidad.
A cada uno de estos conjuntos corresponde una serie de derechos políticos, económicos,
sociales y culturales, contemplados en los diferentes instrumentos de derecho
internacional.
El informe sobre seguridad humana del Secretario de las Naciones Unidas señala que “la
seguridad humana pone de relieve la universalidad y la primacía de un conjunto de
libertades que son fundamentales para la vida humana y, como tal, no hace distinción
alguna entre los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales por lo que hace
frente a las amenazas a la seguridad de manera multidimensional y amplia (…). La
seguridad humana se basa en un entendimiento fundamental de que los gobiernos
mantienen la función primordial de asegurar la supervivencia, los medios de vida y la
dignidad de sus ciudadanos”
.
Si bien, como lo recalca la CHS, no es posible realizar una enumeración taxativa de los
derechos contemplados en los conjuntos mencionados (supervivencia, medios de vida y
dignidad), pues dependerá de cada caso en particular, se podrían aplicar algunas
consideraciones realizadas por instancias y órganos jurisdiccionales internacionales.
En ese contexto, el concepto “esencia vital de todas las vidas humanas” guarda relación con
el concepto “proyecto de vida”, incorporado en sentencias de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH). El proyecto de vida se “encuentra indisolublemente
vinculado a la libertad (…) como derecho de cada persona a elegir su destino”
. El Estado está obligado a “generar las condiciones de vida mínimas compatibles con la
dignidad de la persona humana y a no producir condiciones que la dificulten o impidan. En
este sentido, el Estado tiene el deber de adoptar medidas positivas, concretas y orientadas
a la satisfacción del derecho a una vida digna, en especial cuando se trata de personas en
situación de vulnerabilidad y riesgo, cuya atención se vuelve prioritaria
RECOLECTADO
https://www.iidh.ed.cr/multic/UserFiles/Biblioteca/IIDHSeguridad/11_2011/d31ae043-
1976-4d83-86e9-35323eef3393.pdf
Principio de legalidad: todas las acciones deben basarse en normas del derecho;
Principio de necesidad: las acciones no deben afectar ni restringir los derechos
humanos más de lo necesario; Las obligaciones del Estado abarcan el deber de
respetar los derechos humanos; el deber de proteger los derechos humanos; el deber
de garantizar y cumplir los derechos humanos; y el deber de no discriminar.
FUNCIONES Y RESPONSABILIDADES EN EL ÁMBITO DE LA APLICACIÓN DE LA LEY
Principio de proporcionalidad: las acciones no deben afectar los derechos
humanos de una manera desproporcionada con respecto al oBjetivo;
Principio de responsabilidad: Llas personas que ejecutan la acción deben ser
plenamente responsables de ella ante todos los niveles pertinentes (el poder judicial,
el público, el gobierno y la cadena de mando interna). Pese a la existencia de normas
jurídicas claras, la función de aplicación de la ley no es, sin embargo, una ciencia
matemática que brinda respuestas inequívocas. Habida c u e n t a d e q u e l o
s f u n c i o n a r i o s e n c a r g a d o s d e l mantenimiento del orden encaran una
amplia variedad de situaciones con numerosos intereses en conflicto, se les
confiere cierto margen de libertad de acción, lo que les impone una
responsabilidad considerable en cuanto a tomar las decisiones apropiadas. El
hecho de que esos funcionarios se encuentran a menudo en situaciones
estresantes o peligrosas y deben tratar en forma constante con personas que han
infringido o que son sospechosas de haber infringido la ley implica la obligación de
observar unas normas morales y éticas elevadas, a fin de garantizar que esos
funcionarios actúen de conformidad con la ley en todas las circunstancias. En un
entorno en el que se cometen delitos graves y donde las dificultades que plantea el
trabajo favorecen la aparición de éticas grupales y normas individuales, es muy fácil
caer en actitudes de tipo "el fin justifica los medios". Por lo tanto, las autoridades de
los organismos encargados del mantenimiento del orden deben ser conscientes del
riesgo inherente de que esas éticas de grupo fomenten prácticas policiales "grises"
que no siempre se ajustan plenamente a la ley.
Las violaciones de la ley por los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley
tienen efectos devastadores para la función de mantenimiento del orden público y,
en definitiva, para el conjunto de la sociedad.
El aspecto físico de los agentes del orden no debe ser amenazante ni contribuir de
otro modo a crear una atmósfera hostil. Esta consideración también se aplica al uso
de armas de fuego en situaciones de violencia. En la mayoría de los casos, el empleo
de armas de fuego no contribuye a restablecer la paz y el orden, sino que puede
empeorar una situación ya caótica.
Por lo tanto, para las situaciones de orden público, las armas de fuego no deben
considerarse como una herramienta táctica, sino como un recurso excepcional y de
última instancia en respuesta a situaciones individuales que amenazan con causar
muertes o heridas graves, y deben utilizarse exclusivamente cuando todos los otros
recursos se han mostrado ineficaces.
Cuando el orden público se ve continuamente amenazado por manifestaciones,
concentraciones, disturbios y otras situaciones de violencia, las autoridades pueden
declarar el estado de excepción a efectos de restablecer la paz y el orden.
Las personas que han sufrido cualquier forma de daño (físico, mental, emocional o
material) como consecuencia de actos violatorios de las leyes penales (v. Declaración
sobre las Víctimas, artículo 1) merecen ser tratadas con particular compasión y
sensibilidad y deben recibir asistencia de inmediato.
Las víctimas tienen derecho a desempeñar un papel activo en el proceso judicial y a
recibir información, reparación y compensación. Se deben impartir instrucciones
claras acerca de cómo tratar con los medios de comunicación para garantizar la
protección permanente de la dignidad y la intimidad de las víctimas.
Un crimen particularmente grave, que causa a la víctima las consecuencias físicas y
mentales más severas, es el crimen de la tortura.
La CCT define la tortura en su artículo 1. Este tratado requiere que los Estados
tipifiquen la tortura como crimen en su legislación penal nacional (artículo 4) y que
velen por que todos los casos de (presunta) tortura se investiguen de manera
pronta e imparcial. Las víctimas de tortura tienen derecho a ser protegidas, así como
a recibir Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley a cargo de las
investigaciones deben tener en cuenta la situación particular de la víctima,
esforzarse al máximo por respetar y proteger su intimidad y, en la medida de lo
posible, evitar que atraviese nuevas situaciones traumáticas.
Ninguna declaración que ha sido hecha como resultado de tortura puede “ser
invocada como prueba” en los tribunales (artículo 15).
El abuso de poder constituye un comportamiento ilegal por parte de los funcionarios
públicos. No necesariamente constituye un crimen, pero es una violación de los
derechos humanos (v. Declaración sobre las Víctimas, artículo 18). Numerosos
instrumentos del DIDH a nivel mundial y regional se ocupan de proteger los derechos
de las víctimas afectadas por esos actos en términos de reparación, investigación
pronta e imparcial, indemnización y otros aspectos. Los funcionarios encargados
de hacer cumplir la ley tienen el deber de:
constituye un delito conforme al derecho penal; cometidos por funcionarios
encargados de hacer cumplir la ley.
Introducción:
Todos los gobiernos deben adoptar las medidas necesarias para que los funcionarios
encargados de hacer cumplir la ley sean educados, tanto durante su instrucción básica como
en cualquier curso posterior de formación o perfeccionamiento, en los preceptos de la
legislación nacional de acuerdo con el Código de Conducta para Funcionarios Encargados
de Hacer Cumplir la Ley (ONU) y otras normas internacionales básicas de derechos
humanos aplicables a tales funcionarios
Todos los gobiernos deben prestar especial atención, de forma activa y visible, a las
cuestiones que atañen a la igualdad entre hombres y mujeres al elaborar y aplicar las
normas de actuación y los programas de formación para los funcionarios encargados de
hacer cumplir la ley.
Artículo 1
Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley cumplirán en todo momento los
deberes que les impone la ley, sirviendo a su comunidad y protegiendo a todas las personas
contra actos ilegales, en consonancia con el alto grado de responsabilidad exigido por su
profesión. Comentario:
b) En los países en que ejercen las funciones de policía autoridades militares, ya sean
uniformadas o no, o fuerzas de seguridad del Estado, se considerará que la definición de
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley comprende a los funcionarios de esos
servicios.
d) Esta disposición obedece al propósito de abarcar no solamente todos los actos violentos,
de depredación y nocivos, sino también toda la gama de prohibiciones previstas en la
legislación penal. Se extiende, además, a la conducta de personas que no pueden incurrir en
responsabilidad penal.
Artículo 2
En el desempeño de sus tareas, los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley
respetarán y protegerán la dignidad humana y mantendrán y defenderán los derechos
humanos de todas las personas.
Comentario:
a) Los derechos humanos de que se trata están determinados y protegidos por el derecho
nacional y el internacional. Entre los instrumentos internacionales pertinentes están la
Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, la Declaración sobre la Protección de todas las Personas contra la Tortura y Otros
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, la Declaración de las Naciones Unidas
sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial, la Convención
Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, la
Convención Internacional sobre la Represión y el Castigo del Crimen de Apartheid, la
Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, las Reglas Mínimas para
el Tratamiento de los Reclusos y la Convención de Viena sobre relaciones consulares.
b) En los comentarios de los distintos países sobre esta disposición deben indicarse las
disposiciones regionales o nacionales que determinen y protejan esos derechos.
Artículo 3
Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley podrán usar la fuerza sólo cuando sea
estrictamente necesario y en la medida que lo requiera el desempeño de sus tareas.
Comentario:
a) En esta disposición se subraya que el uso de la fuerza por los funcionarios encargados
de hacer cumplir la ley debe ser excepcional; si bien implica que los funcionarios
encargados de hacer cumplir la ley pueden ser autorizados a usar la fuerza en la medida en
que razonablemente sea necesario, según las circunstancias para la prevención de un delito,
para efectuar la detención legal de delincuentes o de presuntos delincuentes o para ayudar
a efectuarla, no podrá usarse la fuerza en la medida en que exceda estos límites.
c) El uso de armas de fuego se considera una medida extrema. Deberá hacerse todo lo
posible por excluir el uso de armas de fuego, especialmente contra niños. En general, no
deberán emplearse armas de fuego excepto cuando un presunto delincuente ofrezca
resistencia armada o ponga en peligro, de algún otro modo, la vida de otras personas y no
pueda reducirse o detenerse al presunto delincuente aplicando medidas menos extremas.
En todo caso en que se dispare un arma de fuego, deberá informarse inmediatamente a las
autoridades competentes.
Artículo 4
Las cuestiones de carácter confidencial de que tengan conocimiento los funcionarios
encargados de hacer cumplir la ley se mantendrán en secreto, a menos que el cumplimiento
del deber o las necesidades de la justicia exijan estrictamente lo contrario. Comentario:
Por la naturaleza de sus funciones, los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley
obtienen información que puede referirse a la vida privada de las personas o redundar en
perjuicio de los intereses, especialmente la reputación, de otros. Se tendrá gran cuidado en
la protección y el uso de tal información, que sólo debe revelarse en cumplimiento del deber
o para atender las necesidades de la justicia. Toda revelación de tal información con otros
fines es totalmente impropia.
Artículo 5
Ningún funcionario encargado de hacer cumplir la ley podrá infligir, instigar o tolerar
ningún acto de tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, ni invocar
la orden de un superior o circunstancias especiales, como estado de guerra o amenaza de
guerra, amenaza a la seguridad nacional, inestabilidad política interna, o cualquier otra
emergencia pública, como justificación de la tortura u otros tratos o penas crueles,
inhumanos o degradantes.
Comentario:
"[Todo acto de esa naturaleza], constituye una ofensa a la dignidad humana y será
condenado como violación de los propósitos de la Carta de las Naciones Unidas y de los
derechos humanos y libertades fundamentales proclamados en la Declaración Universal de
Derechos Humanos [y otros instrumentos internacionales de derechos humanos]."
"[...] se entenderá por tortura todo acto por el cual el funcionario público, u otra persona a
instigación suya, inflija intencionalmente a una persona penas o sufrimientos graves, ya
sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una
confesión, de castigarla por un acto que haya cometido o se sospeche que haya cometido, o
de intimidar a esa persona o a otras. No se considerarán torturas las penas o sufrimientos
que sean consecuencia únicamente de la privación legítima de la libertad, o sean inherentes
o incidentales a ésta, en la medida en que estén en consonancia con las Reglas Mínimas para
el Tratamiento de los Reclusos."
Artículo 6
Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley asegurarán la plena protección de la
salud de las personas bajo su custodia y, en particular, tomarán medidas inmediatas para
proporcionar atención médica cuando se precise.
Comentario:
a) La "atención médica", que se refiere a los servicios que presta cualquier tipo de personal
médico, incluidos los médicos en ejercicio inscritos en el colegio respectivo y el personal
paramédico, se proporcionará cuando se necesite o solicite.
b) Si bien es probable que el personal médico esté adscrito a los órganos de cumplimiento
de la ley, los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley deben tener en cuenta la
opinión de ese personal cuando recomiende que se dé a la persona en custodia el
tratamiento apropiado por medio de personal médico no adscrito a los órganos de
cumplimiento de la ley o en consulta con él.
Artículo 7
Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley no cometerán ningún acto de
corrupción. También se opondrán rigurosamente a todos los actos de esa índole y los
combatirán. Comentario:
Artículo 8
Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley respetarán la ley y el presente Código.
También harán cuanto esté a su alcance por impedir toda violación de ellos y por oponerse
rigurosamente a tal violación.
Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley que tengan motivos para creer que se
ha producido o va a producirse una violación del presente Código informarán de la cuestión
a sus superiores y, si fuere necesario, a cualquier otra autoridad u organismo apropiado que
tenga atribuciones de control o correctivas.
Comentario:
a) El presente Código se aplicará en todos los casos en que se haya incorporado a la
legislación o la práctica nacionales. Si la legislación o la práctica contienen disposiciones
más estrictas que las del presente Código, se aplicarán esas disposiciones más estrictas.
b) El artículo tiene por objeto mantener el equilibrio entre la necesidad de que haya
disciplina interna en el organismo del que dependa principalmente la seguridad pública,
por una parte, y la de hacer frente a las violaciones de los derechos humanos básicos, por
otra. Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley informarán de las violaciones a
sus superiores inmediatos y sólo adoptarán otras medidas legítimas sin respetar la escala
jerárquica si no se dispone de otras posibilidades de rectificación o si éstas no son eficaces.
Se entiende que no se aplicarán sanciones administrativas ni de otro tipo a los funcionarios
encargados de hacer cumplir la ley por haber informado de que ha ocurrido o va a ocurrir
una violación del presente Código.
d) En algunos países puede considerarse que los medios de información para las masas
cumplen funciones de control análogas a las descritas en el inciso c supra. En consecuencia,
podría estar justificado que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, como
último recurso y con arreglo a las leyes y costumbres de su país y a las disposiciones del
artículo 4 del presente Código, señalaran las violaciones a la atención de la opinión pública
a través de los medios de información para las masas.
e) Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley que observen las disposiciones del
presente Código merecen el respeto, el apoyo total y la colaboración de la comunidad y del
organismo de ejecución de la ley en que prestan sus servicios, así como de los demás
funcionarios encargados de hacer cumplir la ley.
Capítulo I
Disposiciones generales
Artículo 1
Finalidad
La finalidad de la presente Convención es:
a) Promover y fortalecer las medidas para prevenir y combatir más eficaz y
eficientemente la corrupción;
b) Promover, facilitar y apoyar la cooperación internacional y la asistencia técnica en la
prevención y la lucha contra la corrupción, incluida la recuperación de activos; c) Promover
la integridad, la obligación de rendir cuentas y la debida gestión de los asuntos y los bienes
públicos.
Artículo 2
Definiciones
Artículo 3
Ámbito de aplicación
Artículo 4
Protección de la soberanía
1. Los Estados Parte cumplirán sus obligaciones con arreglo a la presente
Convención en consonancia con los principios de igualdad soberana e integridad territorial de
los Estados, así como de no intervención en los asuntos internos de otros Estados.
2. Nada de lo dispuesto en la presente Convención facultará a un Estado
Parte para ejercer, en el territorio de otro Estado, jurisdicción o funciones que el derecho
interno de ese Estado reserve exclusivamente a sus autoridades.
Capítulo II
Medidas preventivas
Artículo 5
Políticas y prácticas de prevención de la corrupción
1. Cada Estado Parte, de conformidad con los principios fundamentales de su
ordenamiento jurídico, formulará y aplicará o mantendrá en vigor políticas coordinadas y
eficaces contra la corrupción que promuevan la participación de la sociedad y reflejen los
principios del imperio de la ley, la debida gestión de los 5
asuntos públicos y los bienes públicos, la integridad, la transparencia y la obligación de rendir
cuentas.
2. Cada Estado Parte procurará establecer y fomentar prácticas eficaces encaminadas a
prevenir la corrupción.
3. Cada Estado Parte procurará evaluar periódicamente los instrumentos jurídicos y las
medidas administrativas pertinentes a fin de determinar si son adecuados para combatir la
corrupción.
4. Los Estados Parte, según proceda y de conformidad con los principios fundamentales
de su ordenamiento jurídico, colaborarán entre sí y con las organizaciones internacionales y
regionales pertinentes en la promoción y formulación de las medidas mencionadas en el
presente artículo. Esa colaboración podrá comprender la participación en programas y
proyectos internacionales estinados a prevenir la corrupción.
Artículo 6
Órgano u órganos de prevención de la corrupción 1. Cada Estado Parte, de conformidad con los
principios fundamentales de su ordenamiento jurídico, garantizará la existencia de un órgano
u órganos, según proceda, encargados de prevenir la corrupción con medidas tales como:
a) La aplicación de las políticas a que se hace alusión en el artículo 5 de la presente Convención
y, cuando proceda, la supervisión y coordinación de la puesta en práctica de esas políticas;
b) El aumento y la difusión de los conocimientos en materia de prevención de la corrupción.
2. Cada Estado Parte otorgará al órgano o a los órganos mencionados en el párrafo 1 del
presente artículo la independencia necesaria, de conformidad con los principios
fundamentales de su ordenamiento jurídico, para que puedan desempeñar sus funciones de
manera eficaz y sin ninguna influencia indebida. Deben proporcionárseles los recursos
materiales y el personal especializado que sean necesarios, así como la capacitación que
dicho personal pueda requerir para el desempeño de sus funciones.
3. Cada Estado Parte comunicará al Secretario General de las Naciones
Unidas el nombre y la dirección de la autoridad o las autoridades que puedan ayudar a otros
Estados Parte a formular y aplicar medidas concretas de prevención de la corrupción.
Artículo 7
Sector público
Artículo 8
1. Con objeto de combatir la corrupción, cada Estado Parte, de conformidad Con los
principios fundamentales de su ordenamiento jurídico, promoverá, entre otras cosas, la
integridad, la honestidad y la responsabilidad entre sus funcionarios públicos.
2. En particular, cada Estado Parte procurará aplicar, en sus propios ordenamientos
institucionales y jurídicos, códigos o normas de conducta para el correcto, honorable y debido
cumplimiento de las funciones públicas.
3. Con miras a aplicar las disposiciones del presente artículo, cada Estado Parte, cuando
proceda y de conformidad con los principios fundamentales de su ordenamiento jurídico,
tomará nota de las iniciativas pertinentes de las organizaciones regionales, interregionales y
multilaterales, tales como el Código Internacional de Conducta para los titulares de cargos
públicos, que figura en el anexo de la resolución 51/59 de la Asamblea General de 12 de
diciembre de 1996.
4. Cada Estado Parte también considerará, de conformidad con los principios
fundamentales de su derecho interno, la posibilidad de establecer medidas y sistemas para
facilitar que los funcionarios públicos denuncien todo acto de corrupción a las autoridades
competentes cuando tengan conocimiento de ellos en el ejercicio de sus funciones.
5. Cada Estado Parte procurará, cuando proceda y de conformidad con los principios
fundamentales de su derecho interno, establecer medidas y sistemas para exigir a los
funcionarios públicos que hagan declaraciones a las autoridades competentes en relación, entre
otras cosas, con sus actividades externas y con empleos, inversiones, activos y regalos o
beneficios importantes que puedan dar lugar a un conflicto de intereses respecto de sus
atribuciones como funcionarios públicos.
6. Cada Estado Parte considerará la posibilidad de adoptar, de conformidad con los
principios fundamentales de su derecho interno, medidas disciplinarias o de otra índole contra
todo funcionario público que transgreda los códigos o normas establecidos de conformidad con
el presente artículo.
VER LOS PROTOCOLOS FACULTATIVOS EN LA
http://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/OPCCPR1.aspx
Informe del Grupo de Comité para la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores
Migratorios y de sus
Trabajo sobre la Familiares
Detención Arbitraria, Concluding observations (2011)
Adición- Visita a CMW/C/ARG/CO/1