Platon - Resumen - Libro de Carpio
Platon - Resumen - Libro de Carpio
Platon - Resumen - Libro de Carpio
El verdadero saber deberá ser de especie totalmente diferente del que proporcionan
los sentidos: constante, riguroso y permanente. Platón busca lo inmutable y absoluto,
lo verdaderamente real, única manera de hacer posible la ciencia y la moral.
La palabra idea proviene del verbo (eido), que significa ver; literalmente, idea seria
lo visto, el aspecto que algo ofrece a la mirada, la figura de algo, su semblante.
*¿Cuales son los mundos a los que hace referencia Platón y cuales son sus
características?
Los dos mundos que hace referencia Platon es el “mundo sensible” y el “mundo de
las ideas o mundo inteligible”
*¿A que se refiere Platón cuando habla de la idea del Bien? (explicar el sentido
ontológico, gnoseológico y teleológico)
La Idea del Bien es la idea suprema, la Idea de las Ideas; Platon se refiere a ella
en La Republica, y comienza por advertir que justo por tratarsde de la idea suprema,
es muy difícil alcanzarla y hablar de ella tal como es en sí misma; por ello propone,
no tratar del Bien en sí mismo, sino compararlo con el sol.
El Bien es fundamento gnoseológico. Pero adémas el sol, les presta vida a las cosas
de este mundo, y las hace ser; de modo semejante, el Bien hace ser a las ideas. Por
este lado, entonces, el Bien es fundamento ontológico. Y en cuanto que es origen o
principio del ser, el Bien esta mas alla del ser mismo.
Las palabras “bien” y “bueno” tienen sentido predominante moral, en tanto que los
términos griegos poseían sentido mas amplio y diferente. Por ello Heidegger traduce
la palabra griega agathón (bien) por “lo que hace apto para algo; la Idea del Bien es
lo que hace a las demás ideaas aptas para ser y para ser conocidas o inteligidas. Pues
bien, en tanto idea suprema, el Bien es en esta perspectiva el fin ultimo, aquello hacia
lo cual todo se dirige, la meta suprema. El Bien resulta entonces fundamento
teleológico.
Supongamos la ladera de una montaña, sobre la cual se abre la entrada de una caverna,
de la que el dibujo ofrece un corte longitudinal. Dentro de la caverna hay hombres que
están sentados y encadenados, de tal manera que no pueden ni siquiera girar sus cabezas
o inclinarlas, sino que se ven obligados a mirar solamente la pared que tienen a su
frente, en el fondo de la caverna. A sus espaldas, y hacia arriba, subiendo la pendiente
de la caverna, hay una especie de tapia o paredilla, detrás de la cual corre un camino por
el que marchan hombres llevando sobre sus cabezas objetos artificiales que sobresalen
por encima de la tapia. Todavía más atrás y más arriba hay una hoguera, que lanza su
luz sobre estos objetos, los cuales a su vez proyectan sus sombras sobre la pared del
fondo de la caverna y a la cual miran los prisioneros. Aún más arriba, siguiendo la
pendiente, se termina por salir al mundo exterior, donde están los árboles, los animales,
los cuerpos celestes y en definitiva el sol.
Pues bien, la caverna representa nuestro mundo, el mundo sensible; y el exterior de la
caverna representa el mundo real, es decir, el mundo de las ideas, cuya forma más alta,
el Bien, está simbolizada por el sol. Los hombres que viven en la caverna son, según
Platón, prisioneros; y tal idea de que el alma del hombre está como prisionera en este
mundo. Platón la toma del orfismo. Los prisioneros de la caverna -es decir, nosotros
mismos, en este mundo sensible- no tenemos ni libertad ni verdadero conocimiento, casi
como le ocurre al animal, en la medida en que es pura sensibilidad y carece de la
posibilidad de conocer las ideas, puesto que no posee razón. El hombre, en primera
instancia, está confinado al conocimiento sensible, y en tal sentido somos "prisioneros
de las apariencias", de los fenómenos, de los que sólo el conocimiento propiamente
dicho, es decir, en definitiva, la filosofía, nos puede librar. Como el "drama" de la
alegoría consiste en "liberar" al prisionero para llevarlo hacia lo alto y terminar por
sacarlo de la caverna, la ficción narra el proceso de des-animalización del hombre, el
proceso de su humanización o educación hasta llegar a su realización plena.
La alegoría, tiene propiamente tres partes: 1. La primera describe la caverna, los
prisioneros y la vida que estos llevan; 2. La segunda nos habla de la liberación y
ascenso de un prisionero; 3. La tercera, de su regreso al antro.
1: LA VIDA EN LA CAVERNA: Tal como aquí se dice, la alegoría pretende ante
todo representar simbólicamente nuestra naturaleza, nuestro ser-hombres, según qué
esta naturaleza nuestra se encuentre en estado de plenitud o no.
Los prisioneros no ven más que las sombras que se proyectan en el fondo de la caverna,
y como estas son lo único que conocen, las toman por la realidad. Los prisioneros
hablan, y si hablan naturalmente tendrán que hablar de algo; pero como no conocen otra
cosa sino las sombras, tendrán que hablar sobre ellas, considerándolas, no como lo que
son –es decir, sombras-, sino como la realidad. En el fondo de la caverna hay un eco, de
modo tal que la voz de los que caminan detrás de la tapia parece brotar de las sombras;
por tanto, los prisioneros creerán que el eco no es sino la voz de las sombras mismas.
Los prisioneros se honran y alaban y tienen poder según su capacidad para ver las
sombras, recordarlas mejor y predecir lo que ha de suceder.
Si se resume este primer momento de la alegoría, diremos entonces que los prisioneros
se encuentran en el estado de espíritu que se llamó eikasia o imaginación, que es el
inferior en la escala del “saber”: de tal manera los prisioneros, es decir, los hombres en
su vida corriente, se encuentran en la forma inferior de existencia posible, “prisioneros”
de las apariencias o fenómenos.