Platon - Resumen - Libro de Carpio

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*¿A qué se refiere el verdadero saber para Platón?

El verdadero saber deberá ser de especie totalmente diferente del que proporcionan
los sentidos: constante, riguroso y permanente. Platón busca lo inmutable y absoluto,
lo verdaderamente real, única manera de hacer posible la ciencia y la moral.

*¿Qué significa la palabra idea?

La palabra idea proviene del verbo (eido), que significa ver; literalmente, idea seria
lo visto, el aspecto que algo ofrece a la mirada, la figura de algo, su semblante.

*¿Cuales son los mundos a los que hace referencia Platón y cuales son sus
características?

Los dos mundos que hace referencia Platon es el “mundo sensible” y el “mundo de
las ideas o mundo inteligible”

Mundo Sensible Mundo Inteligible


Multiples (muchas cosas bellas, unicas (una sola idea de
etc) belleza, una sola idea de
Mutables (devienen) igualdad, etc)
Contradictorias imnutables (no devienen)
Temporales idénticas a si mismas
Contingentes y particulares intemporales
Participantes necesarias y universales
Copias, imitaciones participadas
Dependientes modelos
Fenómenos indenprndientes
imperfectas realidades
perfectas
*¿Cuales son los distintos grados del ser y del conocer, expliquelos.

Dianoia: conocimiento hipotético (entendimiento)


Eikasia: el estado del espíritu (imaginación o conjetura)
Pistis: el estado del espíritu mediante el cual captamos “creencias”
Episteme: conocimiento
Noesis: es el conocimiento ansoluto(inteligencia)

*¿A que se refiere Platón cuando habla de la idea del Bien? (explicar el sentido
ontológico, gnoseológico y teleológico)

La Idea del Bien es la idea suprema, la Idea de las Ideas; Platon se refiere a ella
en La Republica, y comienza por advertir que justo por tratarsde de la idea suprema,
es muy difícil alcanzarla y hablar de ella tal como es en sí misma; por ello propone,
no tratar del Bien en sí mismo, sino compararlo con el sol.
El Bien es fundamento gnoseológico. Pero adémas el sol, les presta vida a las cosas
de este mundo, y las hace ser; de modo semejante, el Bien hace ser a las ideas. Por
este lado, entonces, el Bien es fundamento ontológico. Y en cuanto que es origen o
principio del ser, el Bien esta mas alla del ser mismo.

Las palabras “bien” y “bueno” tienen sentido predominante moral, en tanto que los
términos griegos poseían sentido mas amplio y diferente. Por ello Heidegger traduce
la palabra griega agathón (bien) por “lo que hace apto para algo; la Idea del Bien es
lo que hace a las demás ideaas aptas para ser y para ser conocidas o inteligidas. Pues
bien, en tanto idea suprema, el Bien es en esta perspectiva el fin ultimo, aquello hacia
lo cual todo se dirige, la meta suprema. El Bien resulta entonces fundamento
teleológico.

*Hacer un análisis de la alegoría de la caverna, tomando en cuenta todos sus puntos.

Supongamos la ladera de una montaña, sobre la cual se abre la entrada de una caverna,
de la que el dibujo ofrece un corte longitudinal. Dentro de la caverna hay hombres que
están sentados y encadenados, de tal manera que no pueden ni siquiera girar sus cabezas
o inclinarlas, sino que se ven obligados a mirar solamente la pared que tienen a su
frente, en el fondo de la caverna. A sus espaldas, y hacia arriba, subiendo la pendiente
de la caverna, hay una especie de tapia o paredilla, detrás de la cual corre un camino por
el que marchan hombres llevando sobre sus cabezas objetos artificiales que sobresalen
por encima de la tapia. Todavía más atrás y más arriba hay una hoguera, que lanza su
luz sobre estos objetos, los cuales a su vez proyectan sus sombras sobre la pared del
fondo de la caverna y a la cual miran los prisioneros. Aún más arriba, siguiendo la
pendiente, se termina por salir al mundo exterior, donde están los árboles, los animales,
los cuerpos celestes y en definitiva el sol.
Pues bien, la caverna representa nuestro mundo, el mundo sensible; y el exterior de la
caverna representa el mundo real, es decir, el mundo de las ideas, cuya forma más alta,
el Bien, está simbolizada por el sol. Los hombres que viven en la caverna son, según
Platón, prisioneros; y tal idea de que el alma del hombre está como prisionera en este
mundo. Platón la toma del orfismo. Los prisioneros de la caverna -es decir, nosotros
mismos, en este mundo sensible- no tenemos ni libertad ni verdadero conocimiento, casi
como le ocurre al animal, en la medida en que es pura sensibilidad y carece de la
posibilidad de conocer las ideas, puesto que no posee razón. El hombre, en primera
instancia, está confinado al conocimiento sensible, y en tal sentido somos "prisioneros
de las apariencias", de los fenómenos, de los que sólo el conocimiento propiamente
dicho, es decir, en definitiva, la filosofía, nos puede librar. Como el "drama" de la
alegoría consiste en "liberar" al prisionero para llevarlo hacia lo alto y terminar por
sacarlo de la caverna, la ficción narra el proceso de des-animalización del hombre, el
proceso de su humanización o educación hasta llegar a su realización plena.
La alegoría, tiene propiamente tres partes: 1. La primera describe la caverna, los
prisioneros y la vida que estos llevan; 2. La segunda nos habla de la liberación y
ascenso de un prisionero; 3. La tercera, de su regreso al antro.
1: LA VIDA EN LA CAVERNA: Tal como aquí se dice, la alegoría pretende ante
todo representar simbólicamente nuestra naturaleza, nuestro ser-hombres, según qué
esta naturaleza nuestra se encuentre en estado de plenitud o no.
Los prisioneros no ven más que las sombras que se proyectan en el fondo de la caverna,
y como estas son lo único que conocen, las toman por la realidad. Los prisioneros
hablan, y si hablan naturalmente tendrán que hablar de algo; pero como no conocen otra
cosa sino las sombras, tendrán que hablar sobre ellas, considerándolas, no como lo que
son –es decir, sombras-, sino como la realidad. En el fondo de la caverna hay un eco, de
modo tal que la voz de los que caminan detrás de la tapia parece brotar de las sombras;
por tanto, los prisioneros creerán que el eco no es sino la voz de las sombras mismas.
Los prisioneros se honran y alaban y tienen poder según su capacidad para ver las
sombras, recordarlas mejor y predecir lo que ha de suceder.
Si se resume este primer momento de la alegoría, diremos entonces que los prisioneros
se encuentran en el estado de espíritu que se llamó eikasia o imaginación, que es el
inferior en la escala del “saber”: de tal manera los prisioneros, es decir, los hombres en
su vida corriente, se encuentran en la forma inferior de existencia posible, “prisioneros”
de las apariencias o fenómenos.

La situación en que encuentran los prisioneros es la situación con que comienza


nuestra humana existencia: comenzamos estando como “dormidos”, es decir,
“olvidados”. En otras palabras, el modo de ver de los hombres en general, en lo que se
refiere a sí mismos y al mundo que los rodea, es un modo de ver deformado por medios
falsificadores, por sus propios pasiones y prejuicios de las otras gentes, tal como se les
trasmite mediante el lenguaje y la retórica, la prensa y la televisión, la propaganda y la
política. En estas condiciones, pues, los hombres ni tienen libertad ni verdadero
conocimiento (e ignoran que no los poseen).

2 LA LIBERACION DEL PRISIONERO: La segunda parte de la alegoría va a narrar


la liberación de un prisionero y su ascenso fuera de la caverna; ello acontece en cuatro
momento.
1. En primer lugar, la liberación misma. De lo que se trata es, pues, de librar al
prisionero de su ignorancia, y ello va a acontecer como proceso de “formación”
o cultura, como aprendizaje del pensar. El prisionero echa ahora su mirada, no
sobre las sombres, sino sobre las cosas cuyas sombreas antes veía; pero en
realidad no puede decirse, por el momento, que “vea” estas cosas, porque como
su vista no está acostumbrada sino a la oscuridad, el exceso de luz que ahora
experimenta le deslumbra y no puede distinguir los objetos con que se enfrenta.
Es obvio que estará convencido de que las sombras eran más reales que los
objetos que ahora ve, porque las sombras las discernía perfectamente bien. Al
prisionero se lo arrastra fuera de la caverna; y entonces, a la luz del día, no podrá
ver ya nada en absoluto, tan intensa le resulta esta claridad comparada con las
sombras entra las que antes había vivido a lo largo de años.
2. El prisionero liberado se va adaptando gradualmente a la nueva situación; el
proceso por el cual el prisionero liberado se va adaptando a la nueva situación es
un proceso gradual, y Platón habla de los pasos que deberá seguir: primero
aprenderá a discernir las sombras de las cosas exteriores a la caverna, luego sus
imágenes reflejadas, más tarde las cosas mismas, más adelante los cuerpos
celestes de noche, luego de día, y finalmente el sol. Esta es una de las
enseñanzas de la alegoría; la necesidad de proceder gradualmente en el orden de
la educación.
3. En el tercer momento, el liberado descubre en el sol la causa suprema. El sol es
la causa de todas las cosas, y a la vez lo que las gobierna. El sol, con su luz y
calor, es la causa de todas las cosas del mundo exterior, y la vez, indirectamente,
de las del mundo interior a la caverna, porque no podría haber fuego sin el calor
del sol. El sol representa la idea suprema, la Idea del Bien.
4. En el cuarto momento, el liberado recuerda la caverna y la vida que allí llevaba.
Recuerda su vida anterior y siente alegría por haberla dejado, a pesar de que en
un primer momento aborrecía la nueva morada. Y a la vez experimentada cierto
desdén y compasión por sus compañeros que aún viven en las sombras; porque
el “saber” que allí se tiene no es verdadero saber, sino el grado inferior de la
opinión (doxa), a saber, la imaginación o conjetura (eikasia). El que ha salido
de la caverna sabe que todos los cargos y distinciones que se disciernen en el
antro, no son más que honores referidos a sombras, es decir, a algo cuyo valor es
ínfimo.

3 LA MISION DEL FILOSOFO: La tercera parte de la alegoría narra el regreso del


liberado a la gruta.
Con el regreso, se produce un nuevo enturbiamiento y entorpecimiento de la vista; pero
producido ahora por un fenómeno inverso al anterior: porque en este caso es, no el
exceso, sino la escasez de luz lo que causa. Junto a los prisioneros que han quedado en
la caverna, el liberado parece torpe y se expondrá a que se burlen de él. Los prisioneros
atribuyen la torpeza del liberado al hecho de haber salido al exterior de la caverna; por
tanto, consideraran como perjudicial salir del antro. Y si alguien intentase liberarlos,
como9 ignoran que se trata de una liberación, se resistirían e inclusive matarían a quien
pretendiese.

Cuando el filósofo ha alcanzado el conocimiento supremo, no le es licito quedarse allí,


habitando fuera de la caverna, a pesar del gozo que experimenta en la visión de ese
nuevo mundo. Debe regresar al antro, donde están sus antiguos compañeros, sus
semejantes. Pues el filósofo tiene una misión que cumplir con los demás seres humanos
–una misión educativa, iluminadora, liberadora-. Esta situación tiene dos caras: los
hombres corrientes pueden burlarse de cierta torpeza del filósofo o de los científicos en
la vida diaria, pero muchos más motivos tendrían los filósofos u hombres de ciencia
para burlarse de aquellos que intentan ocuparse de cuestiones filosóficas o científicas
sin estar convenientemente preparados para ello.

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