Celia Prados Libro 2024
Celia Prados Libro 2024
Celia Prados Libro 2024
DESAFÍOS EDUCATIVOS
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES.
DESAFÍOS EDUCATIVOS
2024
Publicación financiada por el Ayuntamiento de Córdoba
en el marco del Proyecto “Igualdad, entornos digitales y
adolescencia. Desafíos educativos”, ejecutado por la Cá-
tedra de Estudios sobre las Mujeres Leonor de Guzmán.
© 2024 Autores
Editorial Dykinson
c/ Meléndez Valdés, 61 – 28015 Madrid
Tlf. (+34) 91 544 28 46
E-mail: info@dykinson.com
http://www.dykinson.com
Preimpresión: TallerOnce
ISBN: 978-84-1070-336-0
Abreviaturas 11
Prólogo: Celia Prados García 13
7
Los discursos de odio por razón de sexo en las redes sociales: Cristina
Ruiz López 53
1. Redes sociales, odio y prejuicios sexistas 53
2. Discurso de odio por razón de sexo/género y los mecanismos de
solución de conflictos 57
2.1 La persecución del discurso de odio: vías judiciales penales y civi-
les y la administrativa 58
2.2. La vía de la mediación y otras formas de Justicia Restaurativa 63
2.3. ¿Y la libertad de expresión? 63
3. Conclusiones 66
Bibliografía 67
8
Influencia de las redes sociales en la construcción de la identidad de gé-
nero en la adolescencia: Silvia Medina Quintana 111
1. Introducción 111
2. Objetivos y metodología 115
3. Propuesta didáctica 116
4. Valoraciones finales 118
Bibliografía 119
9
2. Objetivos y metodología 157
3. Desarrollo de la experiencia 158
4. Resultados esperados 161
Bibliografía 162
10
ABREVIATURAS
11
Prólogo
13
CELIA PRADOS GARCÍA
lejo (Badajoz) para desnudar en la web a sus compañeras de clase. Esta prác-
tica es cada vez más frecuente, llegando a crearse comunidades masculinas
digitales como Hispasexy, un tablón cuyos usuarios utilizan para exponer y
compartir desnudos de mujeres sin su consentimiento (Gutiérrez y García,
2023).
Puede afirmarse que, a medida que se alcanzan importantes avances en
materia de igualdad de género, asistimos a un repliegue antifeminista digital
e incluso a una banalización de la violencia de género (Boneta et al, 2024). La
manosfera constituye un espacio digital en el que algunos hombres se organi-
zan social y políticamente para la promoción de actuaciones antifeministas.
Entre sus discursos misóginos identifican a los hombres como las “verdade-
ras” víctimas, promueven discursos de odio y legitiman la violencia contra las
mujeres –especialmente– contra las que usan los entornos digitales para el
activismo social.
En consecuencia, se hace precisa la revisión del concepto tradicional de
ciudadanía y la propuesta de nuevos tipos de gobernanza y de participación
en las plataformas digitales que garanticen la protección de los derechos más
elementales (Gil, 2022). Urge, asimismo, entender la violencia sexual como
un problema social, que requiere de reflexiones críticas sobre la estructura
que justifica la cultura de la violación en las redes sociales y que debe zanjarse
desde las aulas, especialmente las de secundaria. Para ello, pueden utilizar-
se las mismas plataformas sociales, haciendo uso de herramientas de con-
cienciación y feminismo digital (Aránguez, 2019). Y ello pese al escepticismo
que existe en torno a su capacidad emancipadora (Castillo, Caro y Almansa,
2024), que entronca, igualmente, con uno de los retos del activismo digital: la
necesidad de protección ante el crecimiento de los discursos de odio.
Desde estos planteamientos, se puso en marcha el Proyecto “Igualdad, en-
tornos digitales y adolescencia. Desafíos educativos”, una iniciativa enmarca-
da en un convenio de colaboración entre la Cátedra de Estudios de Mujeres
Leonor de Guzmán y el Ayuntamiento de Córdoba, siendo este último la enti-
dad financiadora. El proyecto ha desarrollado iniciativas de sensibilización y
prevención de la violencia de género digital desde diez centros de educación
secundaria de la capital cordobesa, como espacios clave para el cambio y la
transformación social (Ruiz Repullo, 2018). Para ello resulta indispensable
que el estudiantado conozca la realidad desigual en la que vivimos y tome
conciencia de las distintas y complejas manifestaciones de la violencia ma-
chista en la adolescencia. En este sentido, el Proyecto se ha diseñado como un
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CELIA PRADOS GARCÍA
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Bibliografía
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LA CULTURA DE LA VIOLACIÓN EN LAS REDES SOCIALES
RAPE CULTURE ON SOCIAL MEDIA
Resumen
Analizar la violencia sobre las mujeres que ocurre en los entornos digitales pasa necesaria-
mente por analizar el contexto en el que se inscriben. En este sentido, es de especial urgen-
cia conocer cómo se está configurando la reacción patriarcal a través de las redes sociales
y cómo la adolescencia y la juventud, especialmente los chicos, son el objetivo de sus men-
sajes a partir de una victimización que les deja fuera de todo análisis y cuestionamiento
de privilegios patriarcales. Con este escenario, la cultura de la violación se instala en sus
interacciones virtuales y analógicas provocando una polarización entre chicas y chicos que
dificulta el debate: ellas rompen el silencio y ellos cuestionan su relato culpabilizándolas.
1 El termino rape culture surge en EEUU por parte del feminismo de la segunda ola y
aparece escrito por primera vez en el texto publicado en 1974 Rape: The First Sourcebook
For Women by New York Radical Feminists (Violación: El Primer Libro de Consulta para
la Mujer), editado por Noreen Connell y Cassandra Wilson.
2 Para saber más: https://www.lasexta.com/noticias/sociedad/cronologia-crimen-alcas-
ser-todas-fechas-clave-que-marcaron-caso_2023021363ea4c757b624e0001b0b2c0.html
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CARMEN RUIZ REPULLO
un relato centrado en los límites que se habían saltado las jóvenes y que las
habían llevado a ese trágico final. El mensaje quedaba claro, el espacio pú-
blico es hostil y ellas se saltaron las normas: salieron de fiesta. Un relato de
la culpa que, con diferencias significativas en cuanto a la opinión pública, las
instituciones, las leyes y el papel de los medios de comunicación, también
hemos podido observar en el Caso Dani Alves3, futbolista que en diciembre
de 2022 agredía sexualmente a una chica en los lavabos de un reservado de
la discoteca Sutton, en Barcelona y ha sido condenado en febrero de 2024 a
cuatro años y medio de prisión por agresión sexual.
El contexto de ambos casos, aunque con similitudes, ha experimentado
grandes cambios que tienen su explicación en el movimiento feminista y en
su pulso al sistema patriarcal.
Los distintos hitos feministas ocurridos desde la segunda década del
presente siglo en nuestro país y fuera del mismo, han servido para volver
a centrar el debate feminista en la denuncia hacia las violencias machistas,
especialmente la violencia sexual. El primero de los hitos podemos contex-
tualizarlo en 2014 con el conocido como Tren de la Libertad, una respuesta
masiva por parte del movimiento feminista que impidió no tocar la ley del
aborto aprobada en 20104. El segundo hito fue un año más tarde con la Mar-
cha contra las violencias machistas, centrada advertir, entre muchas otras
cosas, que nos seguían matando. En 2016 tuvo lugar la agresión sexual de
Sanfermines que generó una fuerte repulsa entre las más jóvenes, que se die-
ron cuenta de que también podían ser víctimas de la violencia machista. Al
siguiente año, en 2017 estallaba el Movimiento #MeToo, que se convertía en
un altavoz para los relatos propios y un identificador de violencias sexuales
acalladas, o como Cristina Fallarás afirmaba “se abrió una habitación del do-
lor” (2019: 44). La voz de una provocaba la identificación de otras y rompía la
impunidad de muchos, un coctel que se vio reforzado por las redes sociales y
su impacto internacional. 2018 fue el año del 8M, de la Huelga feminista con-
vocada para el Día Internacional de las Mujeres que tuvo un impacto incues-
tionable en todo el mundo y que podemos situar como el punto de inflexión
de la fortaleza del feminismo en nuestro país. A partir de esta fecha, aunque
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Por lo general, todo avance en materia social, política y/o económica con-
duce a una reacción de quien no quiere un cambio que cuestione e incluso
que ponga en riesgo su poder y privilegios y esto es lo que está ocurriendo en
relación al feminismo que sin duda ha sido uno de los movimientos sociales
que más ha transformado la sociedad, especialmente occidental, en la últi-
ma década. No es la primera vez que se advierte una reacción, tras el éxito
del feminismo radical de los años sesenta que reivindicaba lo personal como
político visibilizando las violencias hacia las mujeres en múltiples ámbitos, la
reacción patriarcal no se hizo esperar. En esta línea Faludi (2003) en su texto
escrito en 1991 Reacción: la guerra no declarada contra la mujer moderna,
realiza un análisis sobre los mecanismos que la ideología patriarcal puso en
marcha para desacreditar al feminismo y obstaculizar la emancipación logra-
da por las mujeres en los años ochenta. En estos años las mujeres comenza-
ban a tener mayor presencia en el mercado laboral, en las universidades, en
los medios de comunicación, lograban un mayor nivel de independencia no
solo económica sino social y familiar.
Esta reacción se construye principalmente bajo tres nudos de cuestiona-
miento: el primero, la igualdad ya existe, el segundo, la violencia de género no
existe y el tercero, las verdaderas víctimas son los hombres. Es decir, se trata
de una reacción basada en una triple visión que está hilada intencionalmente:
si no existe desigualdad, no existe violencia, por eso, la mayoría de denuncias
son falsas y se está criminalizando a todos los hombres. En torno al prime-
ro de los nudos, es difícil encontrar afirmaciones que cuestionen la igualdad
como valor, que sostengan que no debería existir la igualdad o que están en
contra de la misma. Un claro ejemplo de ello se ha visto reflejado en la En-
cuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) Percepciones sobre
la igualdad entre hombres y mujeres y estereotipos de género publicada en
noviembre de 2023 donde un 96,1% de las personas encuestas afirman que
la igualdad contribuye a hacer una sociedad más justa, es decir, la igualdad
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Estos consensos a los que llega la manosfera y cuyo target son la pobla-
ción de chicos más jóvenes, pone encima de la mesa que hace falta pedagogía
feminista en las aulas, en la sociedad, en los medios de comunicación. La
manosfera ha calado con sus discursos vacíos de contenido usando la mentira
como estrategia, el dar respuestas vacías para calmar las iras, la comida rá-
pida es más fácil de tragar que la elaborada. Se trata pues de lo que podemos
denonimar discursos fast food, discursos de hamburguesa, discursos
fáciles que intentan irse a la emoción, a las tripas, a echar la culpa de todo lo
que ocurre fuera para no responsabilizarnos de lo propio, para no reconocer
los privilegios. Se trata de afirmaciones que se compran rápido por quienes
niegan que exista violencia y afirman que ya existe igualdad, son fáciles de
trasladar a mensajes cortos e incluso en memes (Zabalgoitia, 2022) que sin
argumentación alguna ponen el foco en el feminismo como el mal de la so-
ciedad. Para contrarrestarlos necesitamos datos y relatos desde una pedago-
gía feminista que requiere de mayor elaboración, lo que podemos denominar
discursos de paella. Se trata de argumentos con rigor científico que niegan
o cuestionan cada afirmación de las anteriores, pero que requieren de mayor
tiempo de transferencia a la ciudadanía.
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CARMEN RUIZ REPULLO
pensar que detrás de un no había un sí, y un largo etcétera que, a través de las
redes sociales, la reacción patriarcal se encarga de esparcir con la finalidad de
que las víctimas callen. Si con esto, ellas rompen su silencio, la respuesta mi-
sógina no se hace esperar y comienzan a aparecer un sinfín de justificaciones
hacia los agresores que van desde el consumo de alcohol y/o otras drogas como
detonantes de la violencia, la creencia de que los hombres tienen un instinto
sexual que no pueden evitar o la recurrida idea de que las mujeres siempre
mienten y no hay que creerlas. Mitos que legitiman una violencia estructural
hacia las chicas, al tiempo que otorgan una impunidad para los agresores.
En relación al segundo de los elementos, aquel que guarda relación con
los agresores, es llamativo y preocupante la romantización y erotización de
algunos de ellos. Se trata de una performance patriarcal que tiene como úni-
ca finalidad justificar la violencia en base a múltiples razones que otorgan
impunidad a los agresores: belleza, estatus, dinero, popularidad, victimiza-
ción, junto a un largo etcétera que les ha beneficiado. Frente a esta realidad,
encontramos otra que, en lugar de romantizar y erotizar, patologiza y justifica
(Ruiz-Repullo, 2021). Si nos centráramos en analizar las noticias sobre de-
litos sexuales no tardaríamos en ver aparecer palabras como depredadores,
monstruos, animales, enfermos, en definitiva, todo aquello que los excluye
como “hombres” y los incorpora al campo de los “no personas”5. En esta di-
cotomía, erotización-patologización, situamos la conceptualización de los
agresores en nuestra sociedad. Sin embargo, esta dicotomía no es nueva ni
tampoco es extraño que el foco de los agresores no se haya relacionado con la
cultura patriarcal y con su posicionamiento de superioridad y dominio sobre
las mujeres, realmente el foco casi siempre ha estado en ellas, en las víctimas,
a las que se ha hecho responsables de la violencia sufrida.
5. En-red-ando reflexiones
5 Hacemos referencia a “no personas” para referirnos a la construcción del agresor se-
xual como u “no hombre” como alguien con una enfermedad o patología que le ha llevado
a realizar esta agresión. En definitiva, se trata de buscar justificaciones para no asumir que
los hombres que agreden son personas tan comunes como el resto de hombres.
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no sólo tiene un impacto directo sobre ellas, sino sobre el resto de mujeres que
son advertidas de los riesgos de romper el silencio. Se trata de mecanismos
de propaganda patriarcal que se transmiten tanto en lo analógico como en lo
digital, con la finalidad de continuar con los privilegios de la impunidad. Así,
cuando en las redes sociales se cuestiona, culpabiliza e insulta a las mujeres por
la violencia sexual sufrida, no podemos esperar que esto no impacte en el día
a día, en las aulas, en las calles, en los bares. Poner la violencia sexual en el de-
bate, trabajar su prevención desde las aulas, especialmente de secundaria, no
está siendo tarea fácil, la impugnación patriarcal está presente en alumnado,
mayoritariamente masculino, que cuestiona una ley de violencia sexual o de
violencia de género que ni siquiera ha leído pero cuyo posicionamiento nega-
cionista ha ido adquiriendo tras varios visionados de vídeos, memes o comen-
tarios cuando juega en línea con otros chicos a su videojuego preferido.
Sin embargo, lo realmente llamativo de este negacionismo digital y analó-
gico es que no consigue su objetivo: que las mujeres callen. Por ello, debemos
buscar estrategias de autodefensa feminista también en los espacios virtuales,
crear discursos de paella en formato de vídeos cortos, memes, infografías. La
reacción patriarcal digital hay que frenarla con feminismo digital. En este
sentido, es necesario que las políticas coeducativas conozcan el contexto en el
que se desenvuelve la misoginia en la adolescencia y la juventud para diseñar
planes y programas acordes al mismo que tengan como finalidad desactivar
el mensaje bajo sus mismos instrumentos.
Bibliografía
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SER O NO SER INFLUENCER: CONSECUENCIAS PSICOSOCIALES
EN LA ADOLESCENCIA DESDE UNA PERSPECTIVA FEMINISTA
Resumen
La figura de influencer ha revolucionado la comunicación de las nuevas generaciones ado-
lescentes, siendo las redes sociales su principal espacio de ocio, pero también una aspira-
ción profesional destacada para esta juventud. Este capítulo analiza las repercusiones psi-
cosociales de estos nuevos modelos de referencia en el bienestar adolescente, destacando
los efectos del sexismo y la comparación social, que afectan de forma diferencial a chicas y
chicos. Se enfatiza asimismo la oportunidad que brindan estas plataformas para difundir
buenos modelos y hábitos, y se sugieren medidas para mitigar los riesgos y maximizar los
beneficios de estas figuras en la era digital.
1. Introducción
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1 Personas que siguen o se suscriben para recibir los contenidos de manera recurrente
de otra persona en redes sociales. Aunque también se usa “seguidores/as”, el vocablo in-
glés es común en estas plataformas.
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NAIMA Z. FARHANE MEDINA
Las empresas y marcas saben que el presente y futuro pasa por las redes,
y han encontrado en estas personas, generalmente muy jóvenes, sus princi-
pales comerciales y productos de marketing. La cantidad de seguidores se ha
convertido en la tarjeta de presentación para que las marcas les contacten
para promocionar sus productos. Las personas influencers, por tanto, han
pasado de ser expertas que hablan sobre temas específicos a convertirse, ade-
más, en una especie de agentes comerciales de las marcas que quieren llegar
a una audiencia de generaciones jóvenes que no consume los canales de in-
formación habituales. Es la monetización de la creación de contenido y la vida
de “en sueño” (dinero, viajes, ropa de marca, y demás lujos) que presentan a
través de las redes lo que ha convertido el ser influencer en una de las profe-
siones más deseada por la juventud española, encontrándose que 1 de cada 3
adolescentes quiere dedicarse a ello (Megías, 2024).
Conviene, por este creciente interés, explorar las posibles consecuencias
alrededor de estas figuras, pero antes, es necesario conocerlas con más deta-
lle. A continuación, se presentan algunas de las clasificaciones comúnmente
utilizadas para definirlas, las cuales son muy variadas y se establecen en fun-
ción de diversos parámetros. En este capítulo, se pone el foco en el número de
seguidores/as, la naturaleza o tipo de contenido generado y la plataforma de
divulgación del mismo. En primer lugar, el número de followers suele ser un
criterio clave para el éxito de influencers y marcas que patrocinan. En función
de este número se puede hablar de (Influencer Marketing Hub, 2021):
– Nanoinfluencers (entre mil y 10 mil seguidores/as)
– Microinfluencers (de 10 mil a 100 mil seguidores/as)
– Macroinfluencers (de 100 mil a 1 millón de seguidores/as)
– Megainfluencers (más de 1 millón de seguidores/as)
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promueve en ellas y que consumen, por tanto, los y las jóvenes. Como ocurre
offline, el sexismo se filtra y se reproduce en el mundo virtual, con consecuen-
cias diferentes y más graves para las niñas y chicas jóvenes, tanto influencers
como usuarias. El sexismo digital se manifiesta desde el principio en las des-
igualdades entre influencers según su sexo. En consonancia con la sociali-
zación de género diferenciada, en las redes sociales, aunque de manera más
flexible, se aprecian áreas segregadas entre los y las influencers. Los hombres
predominan en ámbitos como finanzas, deporte, tecnología o videojuegos,
mientras que las mujeres están mayormente representadas en sectores como
moda, belleza y estilo de vida, a veces con connotaciones bastante tradicio-
nales y sexistas. Acompañado de eso, sus followers suelen ir en consonancia
a todo lo anterior: las chicas siguen a referentes femeninos y los chicos a sus
homólogos masculinos. Este fenómeno, combinado con la globalización faci-
litada por estas plataformas, permite que influencers de otros países, donde
persisten estereotipos de género más arraigados, influyan y refuercen patro-
nes que en nuestra sociedad empezaban a ser cuestionados (por ejemplo, la
idea de que el hombre debe ser el proveedor principal de la familia).
Este sesgo sexista se refleja igualmente en una marcada diferenciación en
los campos de conocimiento y actividad, donde los sectores masculinizados
tienden a ser los mejor remunerados. Aunque las mujeres influencers domi-
nan el marketing en redes sociales, esto no elimina una brecha salarial entre
sexos (IZEA, 2022). Según diversos estudios, esta diferencia de remunera-
ción puede oscilar entre un 7 y un 30% a favor de los hombres (IZEA, 2022;
HypeAuditor, 2020). Por ejemplo, en el 2021, de los 100 gamers mejor paga-
dos solo 3 fueron mujeres (Castello, 2021). Esta parece ser la tendencia gene-
ral, con la excepción –poco sorprendente– del mundo de la moda, donde esta
desigualdad se paraliza, principalmente por la feminización del sector. En
resumen, el marketing, aún digital, continúa mostrando signos de sexismo,
con marcas que todavía se resisten a contratar mujeres como profesionales
y muestran una preferencia por retratar a las mujeres dentro de los roles de
género (Cunningham & Roberts, 2021).
Las diferencias no se limitan al ámbito económico, sino que también se
ven reflejadas en las consecuencias a nivel psicosocial de la exposición cons-
tante que supone vivir de las redes sociales. El ciberacoso parece ser insepa-
rable de la condición de influencer. Este se refiere generalmente a comporta-
mientos agresivos intencionales y repetidos que se emiten mediante el uso de
medios digitales hacia una persona que, normalmente, no puede defenderse
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3 Envío y recepción de contenido con connotación sexual, como fotos o vídeos a través
de dispositivos digitales.
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mismo estas adaptaciones curriculares que integren las redes sociales como
herramientas de enseñanza y apoyo.
Finalmente, es indispensable volver a resaltar la necesidad de una integra-
ción de análisis desde el enfoque feminista. El sistema educativo, los centros
y su profesorado no pueden ser ciegos a la realidad sexista y desigual de las
consecuencias de las redes e influencers en chicos y chicas. No abordar los
contenidos desde un prisma feminista borra el origen y la especificidad de la
violencia que sufren las adolescentes en estas plataformas digitales. Por ello,
el filtro feminista es más que necesario considerando el rol protector que tie-
ne a la hora de paliar las consecuencias negativas de las redes sociales entre
las adolescentes (Feltman & Szymanski, 2018).
La realización de estas acciones espera que los y las adolescentes que con-
viven con el auge de las redes sociales y la creación y consumo de contenidos
digitales aprendan a percibir los mismos de manera más consciente y com-
prometida. Desde esta propuesta se pretende que cuestionen lo que ven en
estas redes, duden de las idílicas vidas que se presentan y observen desde la
lejanía los productos, estilos de vida y valores que se muestran. Se espera que
el sistema educativo tome conciencia y parte activa en la educación en positi-
vo de estas plataformas, aprovechando los múltiples beneficios que también
brindan. Por último, se busca que el trabajo a nivel socioemocional, como re-
sultado de los talleres y actuaciones planteadas, conlleve un cuestionamiento
natural de los roles y estereotipos de género que se difunden masivamente en
las redes. No habrá logro más significativo que conseguir que los y las adoles-
centes no solo disfruten y aprendan en línea, sino que también se detengan a
pensar, reflexionar y desarrollen un espíritu crítico para proteger su bienestar
de los riesgos inherentes a las plataformas digitales.
Bibliografía
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Webgrafía
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LOS DISCURSOS DE ODIO POR RAZÓN DE SEXO
EN LAS REDES SOCIALES
Resumen
El mundo digital es un reflejo del mundo físico que recoge, difunde e intensifica los prejui-
cios y estereotipos sexistas y la discriminación contra las mujeres. Sin embargo, no toda
expresión sexista podrá ser catalogada como delito de discurso de odio. Ello no debería
implicar impunidad pues se articulan diferentes vías judiciales (civil, administrativa y las
propias de cada red social) y no judiciales (como la mediación u otras prácticas restaurati-
vas) para perseguir los discursos de odio contra las mujeres a través de las redes sociales y
gestionar los efectos que genera en las víctimas (y en la sociedad).
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CRISTINA RUIZ LÓPEZ
El Convenio nº210 del Consejo de Europa, sobre prevención y lucha contra la violencia
contra las mujeres y la violencia doméstica, conocido como Convenio de Estambul,
contiene una definición de género como “los papeles, comportamientos o actividades
y atribuciones socialmente construidos que una sociedad concreta considera propios
de mujeres o de hombres” (artículo 3 letra c). Asimismo, define “violencia contra las
mujeres por razones de género” como “toda violencia contra una mujer porque es una
mujer o que afecte a las mujeres de manera desproporcionad” (letra d). Esta aprecia-
ción es necesaria hacerla pues, aunque es posible que un hombre sea víctima del delito
de discurso de odio o que se aplique la agravante de sexo/género a un delito del que ha
sido víctima un hombre, como veremos, estadísticamente son más las mujeres que lo
sufren y, además, los “hombres” no comparten una historia de estigmatización y exclu-
sión histórica por el hecho de serlo, no entrando dentro de la categorización de “grupo
vulnerable” que realiza el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
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IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
Cualquier delito contra las personas o las propiedades, donde la víctima o el objetivo de
la infracción se elige, por su real o percibida conexión, apoyo o pertenencia a un grupo
que se basa en una característica común de sus miembros, como su raza, el origen
nacional o étnico, idioma, color, religión, sexo, edad, discapacidad intelectual o física,
orientación sexual u otro factor similar (Ministerio de Interior, 2021:0).
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CRISTINA RUIZ LÓPEZ
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IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
2019:193). ¿Por qué se conocen tan pocos casos de delitos de discurso de odio
por razón de sexo/género? Podemos afirmar que hay una gran dificultad para
determinar la rama jurídica desde la que abordar el discurso de odio pues su
regulación puede hacerse desde el ámbito penal, civil, administrativo. E in-
cluso, en el ámbito penal hay una dispersión normativa que impide conocer el
dato real de los discursos de odio por razón de sexo. Por ejemplo:
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3 Se detuvieron a una mujer por amenazas, tres mujeres por lesiones con agravante
de discriminación por razón de sexo, una por humillación/menosprecio/descrédito contra
la dignidad de personas, una por malos tratos en el ámbito familiar, dos por promoción/
incitación pública al odio, hostilidad, discriminación, una por quebrantamiento de conde-
na y una por trato degradante.
En el caso de los hombres detenidos por delitos con agravante de discriminación por
razón de sexo, de los 57, uno fue por abuso sexual, 4 por agresión sexual, 7 por agresión
sexual con penetración, 4 amenazas, uno atentado a agentes, uno atentado a autoridad,
agentes o funcionario/a público, cuatro coacciones, uno por discriminación, cinco por
humillación/menosprecio/descrédito contra la dignidad de personas, uno por infidelidad
custodia documentos/violación secretos, uno por injurias, seis por lesiones, dos por malos
tratos en el ámbito familiar, tres por delitos contra la constitución, seis por promoción/
incitación pública al odio, hostilidad, discriminación, uno por quebrantamiento de conde-
na, uno por quebrantamiento de la orden de protección y alejamiento, dos por robo con
violencia e intimidación, seis por tarto degradante.
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CRISTINA RUIZ LÓPEZ
ción de las plataformas digitales como Twitter (o X), TikTok, Instagram. Este
mecanismo procesal cautelar de reciente incorporación es una manifestación
de cómo el Derecho debe actualizarse y adecuarse a la amenaza emergente
del uso de la tecnología para la comisión de delitos de odio y de discurso de
odio (Bueno de la Mata, 2022:2). En el plano procesal, el reto se presenta
sobre todo en lo que respecta a las diligencias de investigación que se pue-
den realizar (como ciberrastreo o ciberpatrullaje en caso de canales abiertos
de comunicación que son los más comunes en las plataformas digitales) así
como en la práctica de las pruebas, y en los problemas derivados del carácter
transnacional de estos delitos que nos llevaría a cuestiones jurisdicción, com-
petencia, así como de obtención y conservación de pruebas.
Sin embargo, el derecho penal es la ultima ratio, debiendo acudir a otras
vías previas como la vía judicial civil. A este respecto la Fiscalía General del
Estado advierte que:
no toda discriminación reúne las características específicas que la cualifican como ex-
presiva de un delito de odio. Para que concurra una infracción de odio será necesario,
además, que la acción u omisión sólo pueda ser entendida desde el desprecio a la digni-
dad intrínseca que todo ser humano posee por el mero hecho de serlo (Fiscalía General
del Estado, 2019:4).
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IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
ta, etc.6 Es interesante apuntar que en ambos casos se condenó a los autores
de los tuits por delito de enaltecimiento del terrorismo.
El Tribunal Supremo, en la sentencia que resolvía el recurso de casación
confirmando la condena, dejaba sentada jurisprudencia en el siguiente sen-
tido:
1. El derecho penal no puede prohibir el odio.
2. No puede castigar al ciudadano que odia (libertad de expresión).
3. Para condenar se exige realización de unas ofensas incluidas en el
discurso del odio pues esa inclusión ya supone la realización de una conducta
que provoca, directa o indirectamente, sentimientos de odio, violencia, o de
discriminación.
4. No puede ampararse ese discurso de odio encadenado, que invita a
los usuarios de la red a sumarse a la violencia y que sugiere golpear a las mu-
jeres como modelo de convivencia.
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cualquier persona puede manifestar sus opiniones y hacer la crítica de una situación,
sea o no exacta o veraz la descripción de lo criticado, pues no nos hallamos en el ámbito
del derecho de información, y sean más o menos positivas o negativas, justas o injus-
tas y moderadas o acerbas tales opiniones, pues en ello reside el núcleo esencial de la
garantía de la opinión pública libre inherente a la libertad de expresión, en sentido
estricto (Sentencia 51/1989).
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3. Conclusiones
Como todo instrumento, las redes sociales, dependiendo del uso que se les
dé, pueden suponer multitud de efectos positivos o desencadenar consecuen-
cias negativas con efectos intensificados derivados de la rapidez y el mayor
alcance de la difusión de contenidos. En una sociedad patriarcal, el mundo
digital se convierte en un espacio de réplica de los sesgos, estereotipos sexis-
tas y de la discriminación que sufren las mujeres por el hecho de ser mujeres.
Estos discursos sexistas pueden contener ofensas, promoviendo la incitación
al odio, a la hostilidad y a la discriminación contra las mujeres por el hecho de
serlo. En estos casos los discursos podrían subsumirse en el delito de discurso
de odio del artículo 510 del Código Penal. Sin embargo, no todos los discur-
sos sexistas serán considerados discurso de odio, por lo que podrían entrar en
aplicación otros delitos a los que se le apliquen la circunstancia agravante de
la responsabilidad penal de razones de sexo del artículo 20.4 del Código Penal
(como injurias o amenazas) o podría suceder que no pudieran incardinarse
en un tipo penal. En estos últimos casos, los mecanismos de protección serían
civiles o administrativos. Asimismo, una corriente no punitivista sino restau-
rativa abogaría por incentivar prácticas restaurativas como la mediación o
encuentros restaurativos entre ofensores y víctimas, promoviendo la respon-
sabilización de los victimarios (los autores de los hechos) y la reparación de
las víctimas, contribuyendo a la paz social del artículo 10 de la Constitución
Española. Finalmente, en el extenso debate sobre los límites a la libertad de
expresión tanto en la jurisprudencia europea como en la española, los tribu-
nales desde hace décadas han venido dirimiendo asuntos precisando los lími-
tes del derecho fundamental a la libertad de expresión del artículo 20 de la
Constitución Española y los derechos a la dignidad y al libre desarrollo de la
paz social (artículo 10 de la Constitución Española) y a la igualdad (artículo 14
de la Constitución Española). Se consagra que no existe el derecho al insulto,
que el derecho penal no puede perseguir el simple hecho de odiar, y que no
pueden ampararse manifestaciones que alienten al odio hacia a las mujeres
como modelo de convivencia.
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Bibliografía
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Resoluciones judiciales
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¿SON LAS PERSONAS NATIVAS DIGITALES CIUDADANAS DIGITALES?
Resumen
El advenimiento de la era digital ha supuesto una transformación social transversal. El
concepto de ciudadanía, como herramienta esencial para la titularidad y ejercicio de los
derechos fundamentales en un Estado social, democrático y de Derecho no ha sido una
excepción. Se podría presumir que las personas jóvenes, las nativas digitales, son las que
están en mejor disposición para afrontar el desafío de ser ciudadanas plenas en este nuevo
ámbito. Sin embargo, se están poniendo de relieve dificultades específicas para ellas, que
serán analizadas en este capítulo, indagando en el papel que la educación debe tener para
su superación.
1. Planteamiento inicial
1 “Digital Birth: Welcome to the Online World”. Informe elaborado por AVG Tech-
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3 En muchas regiones del planeta todavía representa una verdadera quimera tan solo
garantizar el acceso universal a la energía eléctrica (Pueyo, 2017: 36).
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de esta compleja red intervienen muchos más actores que la propia persona
interesada: las empresas propietarias de las redes sociales, de los buscadores
de internet, las otras personas usuarias de las redes…. Por lo tanto, la identi-
dad digital se convierte en un “relato compartido” donde su titular está lejos
de controlar, e incluso de conocer, todos los resortes que intervienen en este
proceso (Morente, 2021: 223).
Todas las dificultades en la construcción de la identidad digital que aca-
bamos de exponer afectan muy significativamente a las personas jóvenes, y
dentro de ellas, con una especial incidencia a las que se encuentran todavía
en la minoría de edad. Y ello porque, como ya adelantamos, este sector de la
población no cuenta con la referencia comparativa de la etapa analógica, por
una parte, y tiene un predominio acentuado del “yo digital” sobre el analógico
en la construcción de la identidad, por otra.
En cuanto a este último aspecto, la ciudadanía joven lleva a cabo su libre
desarrollo de la personalidad compartiendo una gran cantidad de informa-
ción personal en la red, donde la participación de terceros en la construcción
de la identidad se acentúa no solo por las características propias de internet,
sino también por la marcada necesidad de aprobación externa y del senti-
miento de pertenencia a un grupo durante esta etapa vital. De esta manera,
se podría afirmar que la dimensión interna de la identidad personal, tradi-
cionalmente anclada en el derecho de la intimidad, desaparece, tornándose
la intimidad en “extimidad”, ya que todo el proceso de construcción de la
identidad se hace de forma abierta en el espacio digital (Goñi, 2021: 37-38).
Retomaremos el análisis de esta cuestión en el próximo apartado.
En esta situación se puede llegar a la paradoja de que no solo las perso-
nas jóvenes tienen muy difícil controlar estos procesos, sino que incluso es
complejo tan siquiera que ellos mismos conozcan todos los extremos de di-
cha identidad por la citada multiplicidad de actores y espacios en la que se
expresa. Otra de las externalidades negativas de esta hiperpublicidad es el
establecimiento de unas identidades estandarizadas que se normativizan a
través de acciones publicitarias directas o las indirectas de “influencers”, que
excluyen a la población joven que no puede encajar en dichos perfiles (Rodo-
tà, 2014: 302).
A nuestro juicio, el principal problema que deben afrontar las nuevas ge-
neraciones ciudadanas es la confusión de ámbitos de acción entre el “yo ana-
lógico” y el digital, dificultando una valoración adecuada tanto de los riesgos
que pueden correr como los que incluso ellos mismos pueden generar.
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de uso que sean entendibles para ellas (art. 14.3 RSD). Asimismo, obliga a
establecer:
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art. 7 la citada edad mínima en los 14 años (con algunas prevenciones espe-
ciales para los menores entre 14 y 18 años). Reitera la LOPDGDD la vigencia
del interés superior del menor en este contexto, el papel de la Fiscalía al res-
pecto y la necesidad de formar a las personas jóvenes para interactuar de for-
ma responsable en la red. Por su parte la Ley Orgánica de protección integral
de la infancia y la adolescencia frente a la violencia (LO 8/2021 -LOPIAV-) in-
siste en fomentar desde los poderes públicos el uso seguro de las plataformas
digitales por parte de los menores y la intención de implicar a las compañías
tecnológicas en el control de los contenidos perjudiciales para las personas
más jóvenes. En la misma línea que en el ámbito de la UE, estas previsiones
destacan por su carácter propositivo escasamente vinculante.
A nuestro juicio, el contexto en el que una persona de 14 años (o incluso las
jóvenes mayores de edad) debe prestar el “consentimiento informado” para
que su “yo digital” interactúe en el ciberespacio con potenciales consecuen-
cias no menores para sus derechos está muy lejos de ser el ideal. Si a esto le
sumamos la profunda transformación del marco objetivo para el ejercicio de
los derechos fundamentales que ha traído la era digital, que analizaremos en
el siguiente apartado, el reto que deben afrontar las nuevas generaciones de
ciudadanas digitales se revela como de un enorme calado.
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reducido círculo de personas que tienen acceso a ellas. Por lo tanto, la ciuda-
danía le pedía al ordenamiento jurídico “herramientas de exclusión” que per-
mitieran poner a salvo la intimidad de terceros fuera de ese estrecho grupo
con “derecho de entrada”.
Sin embargo, en la era digital el concepto de intimidad ha mutado, con
una especial incidencia entre las personas más jóvenes. Tal como señalamos
al hablar de la identidad personal, la intimidad se construye actualmente en
el espacio público, con un marcado protagonismo de las redes sociales. En
estas plataformas digitales se comparten contenidos que apenas hace un par
de décadas se consideraban como parte de esas materias reservadas para el
círculo más íntimo, quedando expuestos a una audiencia potencialmente glo-
bal. Por lo tanto, en este contexto la ciudadanía le demanda al Derecho más
instrumentos de gestión de su intimidad en el entorno digital que de exclu-
sión (Martínez de Pisón, 2017: 62-63). A pesar de que esta aspiración puede
parecer una quimera por cómo se ha ido configurando la ciberesfera, el Tribu-
nal Constitucional ha afirmado que siempre debe existir una “expectativa ra-
zonable de confidencialidad/privacidad” en la red, adaptada a los diferentes
tipos de espacios existentes en la misma (SSTC 241/2012 y 170/2013).
El derecho a la intimidad es uno de los ámbitos donde de una manera más
diáfana se plasman las disfunciones derivadas del desdoblamiento del titular
de la ciudadanía en un “yo analógico” y en un “yo digital”. Mientras que para
su dimensión analógica sigue reclamando en gran medida un tratamiento
de la intimidad similar al tradicional, para la digital se inclina cada vez más
por el control de su exposición frente a la exclusión. Por lo tanto, el ordena-
miento jurídico se enfrenta a demandas totalmente diferentes, cuando no
contradictorias, para proteger la intimidad de forma adecuada en ambas di-
mensiones.
El derecho a la intimidad no solo se ha transformado desde el punto de
vista del bien jurídico protegido, sino que las posibilidades prácticamente ili-
mitadas de almacenamiento y tratamiento de datos derivadas del Big data,
los algoritmos y la inteligencia artificial plantean nuevas amenazas para la
intimidad. Para dar respuesta a las mismas se ha consolidado un derecho
fundamental de nuevo cuño, el de protección de datos de carácter personal.
Este derecho en realidad comparte bien jurídico con el de intimidad, el funda-
mento de su “independencia” es de carácter funcional para ofrecer un nuevo
instrumento político-jurídico de defensa de la intimidad adaptado a la era
tecnológica-digital.
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9 Generalmente es mucho más sencillo aceptar de forma completa (en un solo “click”),
que hacerlo parcialmente o no hacerlo (para ello se suele abrir en el sitio web de turno un
amplio desplegable en el que hay que marcar varias casillas), por lo que en la mayoría de
las ocasiones las personas usuarias acaban optando por prestar el consentimiento pleno
para ahorrarse los engorrosos trámites de las otras posibilidades. Y muy recientemente se
ha establecido la modalidad de ofrecer una vía de acceso premium de pago en la que se
evitan las cookies frente a otra “gratuita” donde deben aceptarse.
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https://www.amnesty.org/es/latest/press-release/2017/11/amnesty-reveals-alar-
ming-impact-of-online-abuse-against-women/
15 “Ciudadanía mediática”. Disponible en:
https://elpais.com/diario/2004/11/24/opinion/1101250805_850215.html?event_
log=go
16 Hemos reiterado en este capítulo que representa un elemento básico del sistema
democrático.
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la manera más efectiva de desarrollar una resiliencia efectiva ante las acciones de des-
información es protegiendo el principal objetivo de estos ataques: los ciudadanos. Es
necesario que los habitantes de un Estado tengan los recursos y desarrollen las habili-
dades necesarias para identificar productos y plataformas de comunicación propias de
las herramientas de desinformación.
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IDENTIFICACIÓN Y PREVENCIÓN DEL SEXTING Y DEL CYBERBULLING
Resumen
El cyberbullying y el sexting son dos fenómenos de Ciberviolencia con una alta prevalen-
cia entre los adolescentes. Su comprensión e identificación son hoy día un reto para las
familias, y para el resto de la comunidad educativa. Es necesario partir de un consenso
en cuanto a la definición y características porque las evidencias científicas en cuanto a su
prevención señalan que el punto de partida es el de conocer qué son para poder afrontarlos
con garantías de éxito.
1. Introducción
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por ello, que esta popularidad también sea una característica importante den-
tro del desequilibrio de poder, ya que, si una persona con cierta notoriedad en
la red por su gran número de seguidores y su influencia, inicia una campaña
de desprestigio o cualquier tipo de conducta agresiva va a infligir un mayor
daño por su potencial número de visualizaciones y difusión.
En definitiva, el desequilibrio de poder más allá de su translación desde
el ámbito real al virtual presenta unas características muy diferentes al estu-
diado en el bullying tradicional. Anonimato, popularidad y dominio-compe-
tencia tecnológica son características que presenta el desequilibrio de poder
en el cyberbullying y que deben ser estudiadas para una mayor y mejor com-
prensión del fenómeno.
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3. Sexting
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Uno de los aspecto más importante que resaltas las investigaciones sobre
dicho fenómeno, es que aunque se estudie con diferentes perspectivas, todas
señalan una creencia generalizada de que el sexting es una práctica común en
las estrategias entre adolescentes para establecer relaciones íntimas influye
en la percepción que tienen los propios adolescentes sobre la normalización
del sexting. Aunque el intercambio de contenido sexual está cada vez más
normalizado entre adolescentes y jóvenes (Stanley et al., 2018), no se puede
considerar como una práctica normativa (Van Ouytsel et al., 2015). Sin em-
bargo, la percepción de que se ha convertido en un comportamiento común
influye en las creencias que los adolescentes tienen sobre la normalización
del sexting (Lippman & Campbell, 2014). Este hecho facilita una creencia
errónea sobre los comportamientos de los demás que alimenta la normaliza-
ción del intercambio de contenido sexual a través de Internet, afectando al
comportamiento individual de los implicados y permitiendo justificar y au-
mentar este comportamiento (Wood et al., 2015). De este modo, las normas
de los iguales tienen un papel crucial en la publicación por parte de adoles-
centes de fotos sexuales de ellos mismos a través de Internet (Baumgartner
et al., 2015). Así, los resultados de los estudios indican que la intención de
los adolescentes por participar en sexting está asociada con las actitudes po-
sitivas que tengan hacia esta práctica y la medida en que ellos perciben que
sus iguales aprueban este fenómeno (Van Ouytsel et al., 2017). De hecho,
la norma subjetiva es uno de los predictores más fuertes de la intención se-
xual de los jóvenes (Walrave et al., 2015). Se ha comprobado que los pro-
pios adolescentes consideran que los mensajes de su entorno y los medios
de comunicación influyen en su predisposición al sexting al dar a entender
que se trata de una práctica normal (Davidson, 2015). Por tanto, las normas
subjetivas, las intenciones que respaldan este comportamiento y las expec-
tativas de sexting predicen la participación en este fenómeno (Strassberg et
al., 2013; Weisskirch & Delevi, 2011).
Los motivos por los que los jóvenes participan en sexting también es cla-
ve en la implicación en esta práctica. No obstante, parece que, en muchas
ocasiones, los adolescentes trivializan sus razones para hacerlo e, incluso, no
se habían planteado por qué participan en sexting (Villacampa, 2017). Esto
es debido, en gran medida, a la normalización existente de este fenómeno.
Aunque las motivaciones varían ampliamente, la presión o coerción de los
iguales parece ser una de las claves causales en la lógica de la participación en
sexting, sobre todo en las chicas. Esta presión de iguales, incluso, puede lle-
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INFLUENCIA DE LAS REDES SOCIALES EN LA CONSTRUCCIÓN
DE LA IDENTIDAD DE GÉNERO EN LA ADOLESCENCIA
Resumen
Las redes sociales son el principal medio de comunicación en la etapa adolescente, a través
de las cuales los y las jóvenes interactúan con sus iguales, conocen el mundo, se expresan
y proyectan su propia identidad. Por este motivo, es fundamental el desarrollo de herra-
mientas educativas que doten al estudiantado de una mirada crítica. Así, a lo largo de la
presente propuesta didáctica se pretende analizar con el alumnado la influencia de los
estereotipos de género en las redes sociales que habitualmente emplean y cómo se pueden
utilizar para, al contrario, favorecer la construcción de una sociedad más igualitaria.
Palabras clave: adolescencia, redes sociales, roles de género, problemas sociales rele-
vantes.
1. Introducción
111
SILVIA MEDINA QUINTANA
112
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
Otro ejemplo se extrae de un estudio sobre el uso de las redes sociales por
parte de menores que residen en centros de protección de Aragón. Este infor-
me pone de manifiesto que las redes sociales son un elemento fundamental
para la socialización juvenil, ya que implica su inclusión en otros grupos de
jóvenes fuera del entorno residencial y el desarrollo futuro de su autonomía
más allá del centro. Igualmente, la autora señala que estos medios permi-
ten mantener la unión con su familia, potenciar el vínculo con personas que
se encuentran lejos, crear su identidad a través de fotos y vídeos, explorar y
aprender, y suponen, en definitiva, “una manera de expresarse frente al mun-
do” (López Lajusticia, 2023: 111).
Asimismo, las redes sociales son un altavoz para cualquier tipo de discri-
minación y se podría hablar en este punto de la versatilidad de estos medios
para favorecer enfoques interseccionales.
Además, hay que tener en cuenta su potencialidad didáctica. En la socie-
dad actual, en la que predominan los elementos visuales y se consolida el po-
der de las imágenes, es imprescindible fomentar y ejercer una mirada crítica
desde las aulas. Se puede hablar, así, de la educación mediática, con el objeti-
vo de lograr una alfabetización audiovisual que dé herramientas a la sociedad
para afrontar la información que le rodea y a la que se tiene cada vez más fácil
acceso (Ramírez Alvarado, 2013). Se ha pasado de una educación en medios
y, posteriormente, una alfabetización informativa y digital, a una alfabetiza-
ción mediática propiciada por la UNESCO ya desde 2011. La competencia
mediática se vincula ahora con el concepto de prosumer, en tanto incluye
la recepción, consumo y producción de mensajes. Esto supone atender a “la
comprensión de los distintos lenguajes, la selección y administración de la in-
formación, el reconocimiento de valores e ideologías y la gestión emocional”
(Delgado-Ponce y Pérez-Rodríguez, 2018).
Teniendo en cuenta al alumnado, diversos estudios señalan entre el alum-
nado un nivel óptimo en el manejo de la tecnología (ordenadores, tabletas,
móviles, etc) y una buena competencia en redes digitales, pero no presentan
una actitud crítica ante los medios (Ortiz-Colón, Ortega-Tudela y García Sara,
2019). En cuanto al profesorado, la UNESCO estableció un marco de compe-
tencias docentes en materia de TIC, destacando el potencial de las tecnologías
“para acelerar el progreso, colmar la brecha digital y promover el desarrollo
de sociedades del conocimiento inclusivas basadas en los derechos humanos,
el empoderamiento y la consecución de la igualdad de género” (UNESCO,
2019: 1). Las redes sociales son de gran utilidad para favorecer la comunica-
113
SILVIA MEDINA QUINTANA
114
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
2. Objetivos y metodología
115
SILVIA MEDINA QUINTANA
3. Propuesta didáctica
Sesión 1
Esta primera sesión favorece en el alumnado la observación y una actitud
reflexiva sobre las acciones de la vida diaria. Durante un periodo determina-
do, que puede oscilar entre una semana y un mes, se solicita a la clase que,
individualmente, registre en un diario la frecuencia de uso de las redes socia-
les, incluyendo entre ellas el WhatsApp. Se trata de analizar el tiempo que de-
dican a consultarlas, a interactuar con otras personas, a producir materiales
y subirlos en sus redes personales, etc. Transcurrido el tiempo establecido, se
intercambian en el aula los diarios anónimos para que cada estudiante con-
sulte el de otra persona y, finalmente, se hace una puesta en común de toda
la case.
Sesión 2
Esta actividad se puede realizar durante la segunda sesión, incluirse du-
rante la anterior al tiempo que se realiza el diario de observación o desa-
rrollarse como una tarea inicial previa a las demás. El objetivo es reforzar
conceptos clave relacionados con los estereotipos y la identidad de género y
con los valores coeducativos, algunos de los cuales pueden resultar familia-
116
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
Sesión 3
La tercera actividad está diseñada para profundizar en el análisis tanto de
las propias imágenes como de la información explícita e implícita presente en
las redes sociales. Entre toda la clase se escogen seis personajes conocidos y
cercanos al alumnado, que tengan una presencia activa en alguna de las redes
sociales más utilizadas por las personas jóvenes, como Instagram o TikTok.
En esta selección es fundamental la guía del profesorado, para que exista di-
versidad en los perfiles y que los contenidos sean siempre respetuosos con
los derechos humanos, al tiempo que resulten de utilidad para abordar los
contenidos previstos.
Una vez realizada la selección, se proyectan los perfiles durante esta sesión
y se favorece la participación del alumnado para que exprese sus opiniones y
valoraciones respecto al contenido y los comentarios recibidos en los perfiles
escogidos. Además, se pide que durante la semana se revisen las nuevas pu-
blicaciones para detectar ejemplos positivos o negativos de respeto a la diver-
sidad de género y los valores coeducativos.
Sesión 4
El objetivo de esta sesión es trabajar algún tema relacionado con la iden-
tidad de género y la igualdad entre mujeres y hombres, poniendo el foco en
un ámbito cercano, como el centro escolar, el barrio o la ciudad o pueblo.
Considerando estos dos aspectos, se parte del interés y las necesidades del
grupo sobre los contenidos, de forma que será la clase, con la ayuda del profe-
sor o profesora, quien paute qué situación cercana se aborde. Cada grupo de
trabajo buscará información sobre la temática escogida a través de las redes
sociales de las instituciones, medios de comunicación, asociaciones vecinales,
etc. con el fin no solamente de profundizar en el contenido sino de revisar la
117
SILVIA MEDINA QUINTANA
Sesiones 5 y 6
Se ha considerado necesario dedicar dos sesiones a la generación de un
producto que permita la aplicación de los contenidos trabajados en las acti-
vidades previas a un material diseñado y realizado por el alumnado. Se pro-
pone, de este modo, la creación de una campaña para promover una cultura
respetuosa e igualitaria en redes sociales, bajo la premisa de que los procesos
educativos deben favorecer la transformación y no quedarse únicamente en
la adquisición de conocimientos teórico-prácticos. Además, se plantea desde
un enfoque positivo, que haga hincapié en mensajes proactivos e incentive la
participación y aprendizaje del estudiantado, evitando posturas paternalis-
tas, sobreprotectoras o infantilizantes.
Por mencionar un ejemplo, podría tratarse de la elaboración de un vídeo
corto, que resulta una tipología idónea para su publicación en redes sociales,
donde se indiquen algunas pautas básicas para la creación de contenidos en
redes sociales, dedicado a la población adolescente. Otra posibilidad son tex-
tos o frases, en formato de redes sociales, donde se expliquen algunos concep-
tos básicos de forma sencilla o se haga una lista de ideas recomendadas (does)
e ideas que evitar (don’ts).
La sesión quinta está dedicada al reparto de tareas, diseño y preparación
del vídeo o el material didáctico decidido, mientras que la sexta se consagra
a la grabación o elaboración del producto final. Es recomendable que estos
materiales producidos por el alumnado puedan ser divulgados en el centro,
para promover un aprendizaje entre iguales, así como con las familias.
4. Valoraciones finales
118
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
analítica crítica por parte de las y los adolescentes hacia los medios digitales,
en general y hacia las redes sociales, en particular, habida cuenta del uso que
hacen de ellas en su vida diaria. Además, no se puede obviar que ha emergido
un mercado juvenil y del ocio que considera la adolescencia un nicho de mer-
cado y que las chicas y chicos están sometidos a todo tipo de discursos.
Las redes sociales son una construcción social y, por tanto, son un pro-
ducto en el que están presentes las desigualdades entre hombres y mujeres,
los estereotipos de género, la perpetuación de los roles, la falta de respeto a
la diversidad e identidades de género, el trato discriminatorio, la violencia
de género en forma de ciberacoso y otras manifestaciones de la estructura
patriarcal. Por este motivo es necesario que desde las instituciones educativas
se pongan todos los esfuerzos para trabajar junto a las chicas y los chicos en la
construcción de una sociedad igualitaria.
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SILVIA MEDINA QUINTANA
120
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
121
ACTIVISMOS EN LAS REDES SOCIALES, DE LA MISOGINIA
A LAS BUENAS PRÁCTICAS DIGITALES
Resumen
El anonimato, la desinhibición y la difusión que proporcionan las redes sociales han faci-
litado la proliferación de espacios y comunidades que promueven la misoginia digital. El
potencial persuasivo de estos mensajes, junto con la ausencia de regulaciones y la cultura
de la viralidad, hacen que nuestra juventud hiperconectada se encuentre en riesgo de in-
teriorizar y asumir esta ideología. En esta actividad se examinaron estos fenómenos y se
propusieron estrategias de prevención basadas en el pensamiento crítico, el empodera-
miento y la creación de entornos virtuales inclusivos y seguros a través del activismo y la
concienciación social.
1. Introducción
123
JUDITH VELASCO RODRÍGUEZ
Las RR. SS. han transformado la manera en la que nos relacionamos con
el mundo. Nos brindan la oportunidad de conectar con personas de todo el
planeta y de formar parte de comunidades digitales. Existen actualmente mul-
titud de grupos virtuales, pero todos ellos tienen en común que actúan como
grupos cohesionados con valores compartidos que promueven la vinculación
emocional entre sus miembros (Park, Seering, & Bernstein, 2022). Estas co-
munidades pueden tener un carácter prosocial que contribuye al desarrollo
psicológico y emocional (Valkenburg & Peter, 2011). Sin embargo, también hay
comunidades en las que las conductas destructivas son un elemento central en
las interacciones de sus miembros (Chan, 2023). Aunque el carácter cambiante
de las RR. SS ha generado cierto pesimismo a la hora de diseñar estrategias de
prevención e intervención, es importante tener en cuenta que, en todas ellas
han surgido amenazas similares (p.ej., ciberacoso, amenazas). Esta cuestión
ha llevado a hipotetizar que, de algún modo, la red es un reflejo de la realidad
offline y que, por tanto, Internet tan sólo proporciona un nuevo escenario para
las viejas problemáticas de nuestra sociedad (Drakett, Rickett, & Milens, 2018;
Filipovic, 2007). Por consiguiente, es posible intervenir sobre ellas aplicando
y adaptando las estrategias que se han mostrado eficaces en el mundo real.
Algunos ejemplos de estas contrapartidas digitales del acoso escolar (ciberbu-
llying), el acoso (ciber-stalking) o la violencia contra las mujeres.
124
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
sejo de Europa (2020) establece dos categorías de violencia online hacia las
mujeres: (a) una violencia por presencia digital pasiva, referida a la cosifica-
ción femenina en la red, donde el odio se materializa en comentarios sexua-
les, envío de imágenes explícitas no deseadas y distribución no autorizada de
contenido personal (doxing); y (b) la violencia motivada por la participación
online, que alude a los ataques contra las mujeres que ejercen un rol activo en
la red e incluye agresiones dirigidas a silenciarlas mediante la infravaloración
de sus ideas o el menoscabo de su credibilidad (Nadim & Fladmoe, 2021). La
violencia parece incrementarse si la mujer crea contenidos o participa en acti-
vidades alejadas de los estereotipos de género (i.e., retransmitir videojuegos,
deportes) (Patrick, 2018; Ruberg, Cullenm & Brewster, 2019) o si habla de
feminismo (Xie, Cambazoglu, Berger-Correa, & Ringrose, 2022). Estas con-
ductas dan lugar a una de las consecuencias más perversas de los discursos
misóginos online, la autocensura (Jane, 2016), una situación que representa
un obstáculo para la participación igualitaria de las mujeres en la vida pública
y política. En este sentido, aproximadamente, el 40% de las mujeres declaran
haber renunciado a publicar contenido por miedo al odio en la red (Barker,
2019). Así, el abuso que sufren las mujeres no obedece a la generalización de
la violencia en Internet, sino a una misoginia estructural arraigada cultural-
mente que siempre encuentra nuevas vías para perpetuarse (Jane, 2014).
La misoginia digital es un problema de gran magnitud, especialmente en
plataformas como X (Barlett, 2014). Las Naciones Unidas (2018) revelan que
el 23% ha experimentado algún tipo de abuso en la red a lo largo de su vida;
la World Wide Web Foundation (2020) advierte que el 52% de las niñas y
las mujeres jóvenes ha sufrido violencia online, incluyendo amenazas, acoso
sexual y doxing. El informe del Consejo de Europa (2020), en un estudio en
el que participaron 14,071 niñas y mujeres jóvenes de 22 países, reveló que la
mitad de ellas había sufrido ataques misóginos en la red y, como consecuen-
cia de estos ataques, una de cada cuatro temía por su integridad física. Esto
demuestra que las repercusiones de la misoginia digital no se circunscriben al
ámbito virtual, sino que son capaces de exceder los límites de las pantallas e
impactar en el bienestar psicoemocional de las víctimas en la vida real.
125
JUDITH VELASCO RODRÍGUEZ
Muy buenas a todos. Hoy quería hacer un vídeo sobre los comentarios que alguna gen-
te ha hecho sobre mis vídeos, sobre que eran machistas y tal y.… por lo de “a fregar” y…
del bukake y de cómo trato a las mujeres en general en este juego, ¿no? No sé, quería
demostraros que en realidad no soy, para nada, machista. De hecho, le he comprado un
regalo a mi mujer que espero que le guste mucho. Mírala, qué guapa. Cariño, yo tam-
126
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
bién me alegro de verte. Mira lo que te traigo: una plancha. A ver, toma. Venga, mujer.
Te he comprado este regalo para que hagas cositas de mujer.
Yo tengo colegas que no beben y que era muy así, de ir a ligar con las pibas y se diver-
tían mucho llevándose a pibas que estaban colocadas y bailando, y él no estaba coloca-
do. Claro, para él era muy fácil porque, claro, una tía que te ve como un 4 te ve como un
7, igual que tú, que encima estás sereno... mides perfectamente tus palabras, chupado.
Salía con nosotros y se iba con una piba siempre, un crack, un fuera de serie (...). A río
revuelto, ganancia de pescadores.
127
JUDITH VELASCO RODRÍGUEZ
La violencia online y los discursos misóginos son cada vez más frecuentes
en las redes sociales. Como consecuencia, las víctimas tienden a vivir estas
experiencias en soledad por el miedo a las posibles represalias, la trivialización
de su experiencia y la falta de apoyo social (Ortiz, 2024; Rennie, 2023). Por su
128
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
1.3.1. Familia
El conocimiento de las familias sobre los peligros de la red ha ido en au-
mento, tanto debido a la mayor sensibilización sobre el tema como al hecho
de que los progenitores son cada vez más jóvenes y están más familiarizados
con las redes. Sin embargo, esta familiaridad también implica que se encuen-
tren expuestos a contenidos –y riesgos– similares a los que se enfrentan sus
hijos e hijas. Un estudio de Internet Matters (2023) encontró que el 40% de
los padres, frente al 22% de las madres, creían que la gente exageraba sobre
la frecuencia de la misoginia online. Este porcentaje ascendía al 58% en el
caso de los progenitores más jóvenes (25-34 años). Un dato preocupante del
estudio es que el 56% de los padres tenían actitudes positivas sobre Andrew
Tate (influencer abiertamente misógino) y consideraban que era un referente
positivo para sus hijos debido a sus consejos sobre estilo de vida y finanzas,
obviando los contenidos misóginos que aparecen transversalmente en todos
sus vídeos.
129
JUDITH VELASCO RODRÍGUEZ
tura sugiere que cuando los individuos perciben que sus iguales participan
o condonan este tipo de conductas tienen más probabilidades de cometer
violencia. Así, estos grupos pueden crear y reforzar normas sociales que to-
leran y fomentan el sexismo y la misoginia mediante diferentes estrategias
de comunicación persuasiva. Entre ellas destacan las cámaras de eco, por
las que las retóricas y actitudes misóginas se ven reforzadas mientras que
las voces disidentes que las contradicen se obvian (sesgos de confirmación),
creando un ambiente en el que los puntos de vista más radicales son los
más reforzados. Añadido a esto, es importante tener en cuenta el funciona-
miento de los algoritmos de las RR. SS, por los que se muestra a los usuarios
contenidos similares a los que ya consumen, creando así universos digitales
personalizados aislados de toda realidad alternativa que contradiga el pro-
pio discurso.
2. Objetivos
130
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
3. Metodología
4. Desarrollo de la experiencia
131
JUDITH VELASCO RODRÍGUEZ
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IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
133
JUDITH VELASCO RODRÍGUEZ
134
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
5. Resultados esperados
135
JUDITH VELASCO RODRÍGUEZ
6. Conclusiones
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JUDITH VELASCO RODRÍGUEZ
Webgrafía
138
EL PAPEL DE LOS SELFIS EN EL AUTOCONCEPTO Y LA AUTOESTIMA
DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO.
UNA PROPUESTA PARA TRABAJAR CON ADOLESCENTES
Resumen
Los selfis o autofotos tienen un papel relevante en la configuración de la identidad y el
autoconcepto, especialmente durante la adolescencia. Tras una revisión de estudios so-
bre selfis tomados por personas jóvenes, observamos que estos perpetúan estereotipos
de género y mensajes sexualizados, además de tener como referentes modelos de belleza
alejados de la realidad que pueden provocar problemas de autoestima. Por este motivo,
creemos necesaria una acción formativa y proponemos un taller que propicie la reflexión
crítica con perspectiva de género, el autoconocimiento y el cuestionamiento de los mo-
delos normativos actuales, con el objetivo de contribuir a la construcción de identidades
sanas y diversas.
1. Introducción
139
LUCÍA CABRERA ROMERO
2021), ya que es una forma habitual que utilizan los y las adolescentes para
exponerse ante los demás a la vez que les permite mostrarse con una imagen
modificada y realizada en función del contexto (existen diferencias entre el
ámbito familiar, el social o el académico). En esta forma de representación,
la persona retratada es objeto y sujeto al mismo tiempo y podrá decidir qué
rasgos le interesa exhibir y cuáles ocultar para conformar una imagen social-
mente aceptada, lo que tendrá consecuencias en la construcción de su identi-
dad personal: “la imagen es subjetiva, y esa subjetividad imprime conciencia
propia del cuerpo, de manera que influye en los procesos de autoestima, auto-
concepto y, por supuesto, identidad” (Calvo y San Fabián, 2018: 169).
En este sentido, el selfi nos ayuda a configurar y experimentar nuestra
propia identidad y tiene una función social; cuando lo compartimos, nos ex-
ponemos a la mirada y a la reacción de la persona que observa. De esta forma,
sostienen Calvo y San Fabián (2018:169):
las imágenes de los cuerpos se modifican con filtros y son más amables que los espejos,
por lo que derivan en apreciaciones más personales de uno mismo, y están supeditadas
a la opinión del otro, descubriéndonos en su mirada.
140
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
Los espacios, los gestos, las poses y las estrategias a la hora de fotogra-
fiarse son diferentes en las autofotos tomadas por chicos y por chicas, como
comentaremos en el siguiente apartado.
Consideramos que, además de los peligros de perpetuar los estereotipos
de género, una de las formas de violencia simbólica es establecer modelos
de belleza inalcanzables y alejados de la realidad que dañan la autoestima
de las mujeres y pueden conducir, en ocasiones, a la autolesión: “el no poder
cumplir con las expectativas ni con los estereotipos asignados provoca estrés
y falta de autoestima, sobre todo, en chicas y, en menor medida, en chicos”
(Cabrera Romero, 2022: 59).
Mostrar a las mujeres como objetos de placer sexual, potenciando su belle-
za física es otra forma de violencia contra ellas (Bernárdez Rodal, 2015) que
se ha intensificado recientemente con las nuevas tecnologías de la informa-
ción y de la comunicación. Algunos estudios achacan esta práctica a los men-
sajes sexualizados (Blake, Bastian, Denson, Grosjean y Brooks, 2018) que los
adolescentes encuentran en la cultura global, reforzados por la programación
televisiva, donde existe una clara exposición de la sexualidad y, especialmen-
te, del cuerpo femenino (Menjívar Ochoa, 2010).
141
LUCÍA CABRERA ROMERO
142
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
3. Objetivos
4. Metodología
En este taller, que hemos dividido en cuatro sesiones de una hora cada una,
partimos de un enfoque coeducativo y proponemos una serie de herramientas
y actividades para la reflexión y el debate. En la primera parte o sesión, titula-
da “Autorretratos versus selfis”, trabajaremos con autorretratos de pintores y
pintoras conocidos y con selfis realizados por jóvenes en los últimos tiempos.
143
LUCÍA CABRERA ROMERO
144
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
145
LUCÍA CABRERA ROMERO
146
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
Las fotos de revistas que aparecen en el vídeo, donde las mujeres se mues-
tran como objetos pasivos en posiciones ridículas (en ocasiones, tiradas en
el suelo, lo que Goffman (1979) llama “ritualización de la subordinación”),
funcionan como referentes de lo femenino y, en palabras de la autora, “tie-
nen una enorme influencia en la construcción de roles y comportamientos de
hombres y mujeres” (Domínguez, 2011), por eso será de suma importancia
que el alumnado, más allá de lo cómico del vídeo, aprenda a desenmascarar
la realidad de las imágenes que vemos en medios y redes sociales y a detectar
y descartar este tipo de posturas despectivas y denigrantes para la mujer, en
lugar de tomarlas como referente para sus autofotos.
La última parte del taller, titulada “Nuestros selfis”, consistirá en la realiza-
ción de un cuestionario individual donde se hacen preguntas sobre el tiempo
que dedican a hacerse fotos, la cantidad, la preparación previa (peluquería,
maquillaje, preparación del escenario) y posterior (edición, filtros, retoques),
lo que intentan mostrar y ocultar, las diferencias de género en los selfis y sus
sensaciones y sentimientos hacia los mismos.
147
LUCÍA CABRERA ROMERO
Con esta información, cada alumno o alumna realizará una redacción que
refleje su opinión personal y las conclusiones del taller con respecto a concep-
tos como la identidad personal, los estereotipos de género y su influencia en
los selfis, la autoestima y el autoconcepto y la violencia simbólica ejercida a
través de modelos irreales e inalcanzables de belleza.
148
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
Bibliografía
149
LUCÍA CABRERA ROMERO
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IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
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LUCÍA CABRERA ROMERO
Webgrafía
152
LOS SESGOS DE GÉNERO EN LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL:
DEEPFAKES Y DEEPNUDES
Resumen
Los avances en la Inteligencia Artificial están fomentando la generación automática de
imágenes manipuladas con las que se llevan a cabo conductas de ciberacoso. Este trabajo
se centra en dilucidar cómo las deepfakes y deepnudes están a menudo impregnadas de
violencia machista. En efecto, dichos contenidos suelen reproducir burlas y ataques contra
las mujeres, centrados en sus cuerpos y sexualidad. La difusión de imágenes falsas, crea-
das sin el consentimiento de las víctimas, cuenta con consecuencias devastadoras en la
adolescencia. A partir del mediático caso de Almendralejo, se plantea un taller orientado
a sensibilizar al alumnado de 4.º de ESO acerca de la gravedad de este tipo de conductas.
1. Introducción
1 De acuerdo con este escenario de desinformación en el que las noticias falsas cam-
pan a sus anchas sin que se puedan evitar las consecuencias, Westerlund (2019) acuña el
término de “infoapocalipsis”.
153
ALICIA VARA LÓPEZ
2 En cuanto a la autoría de las deepfakes, García Ull (2021: 109) afirma que en oca-
siones proceden de aficionados con objetivos humorísticos o pornográficos; otras veces,
se trata de actores políticos con fines asociados a la desinformación; un tercer grupo lo
componen delincuentes y estafadores que crean perfiles falsos para cometer delitos finan-
cieros; por último, señala a actores legítimos, que utilizan estas tecnologías para la produc-
ción audiovisual o la creación artística.
154
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
A partir de esta noticia, cabe formular algunas preguntas que nos permiti-
rán avanzar en un análisis de la problemática desde la perspectiva de género:
- ¿Existen aplicaciones de Inteligencia Artificial que ponen el foco
específicamente en mujeres (y niñas) para generar imágenes falsas sobre
ellas?
- ¿A qué tipo de intenciones responden aquellas deepfakes en las que
las protagonistas son mujeres?
155
ALICIA VARA LÓPEZ
156
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
2. Objetivos y metodología
157
ALICIA VARA LÓPEZ
entendido como “una estrategia reflexiva, crítica y política diversa que busca
el empoderamiento de las mujeres en el mundo digital, y a la vez, la subver-
sión y la transgresión de los condicionamientos tradicionales” (Linares et al.,
2019: 203).
Para cumplir con estos propósitos, se ofrece un breve marco teórico (apar-
tado de Introducción) en el que se facilitan los conceptos clave que deben
conocerse para poder reflexionar acerca del uso sexista de determinadas apli-
caciones de Inteligencia Artificial. A modo de ejemplo de las posibles medidas
educativas que se pueden tomar frente a la problemática expuesta, se descri-
be una experiencia educativa que se puso en práctica con un grupo de estu-
diantes de 4.º de ESO en un instituto de Córdoba, España (IES Zoco, curso
2023-2024). Se basa en un juego de rol, destinado a que los y las adolescen-
tes, divididos en grupos, recopilen y analicen información tomada de noticias
de prensa sobre el conocido caso de Almendralejo. A través del reparto de
distintos papeles (víctima, agresor, familia de la víctima…) se fomentará la
identificación con distintas personas implicadas de manera directa o indirec-
ta en este caso real de ciberacoso. Se pretende que profundicen desde dife-
rentes perspectivas en los daños que genera este tipo de agresión. Al mismo
tiempo, se busca a través de varias actividades que el grupo piense en cómo
podría repararse el daño hecho a las víctimas a través de distintas reflexiones,
cartas y comunicados.
3. Desarrollo de la experiencia
158
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
FASE 2 (5 minutos)
Se proyectaron varias noticias sobre el caso de Almendralejo y se preguntó
al alumnado si lo conocía. Se fomentó un breve intercambio de ideas y opinio-
nes acerca de lo sucedido. Como tenían conocimiento de los hechos y habían
estado comentando el caso hacía unos meses, fue fácil conectar con el grupo
y lograr motivación para la siguiente parte de la actividad.
Imaginad que sois la familia de la que se habla en la noticia (con una víctima y uno de
los administradores del chat) y tenéis que hacer un comunicado público. ¿Qué diríais
a los medios si se os pidiese dar la cara y reflexionar acerca de lo sucedido? Podéis
describir vuestra particular situación en casa, indicar cómo os sentís y plantear alguna
idea para que en el futuro no se repitan estos hechos.
159
ALICIA VARA LÓPEZ
Imaginad que sois Marcos (nombre ficticio), un chico que estuvo en el chat en el que
se pasaban las fotos. Para ti se trataba de encajar en el grupo y veías aquello como una
simple broma. No te dabas cuenta del daño que estabais haciendo a Ana, que en la
actualidad apenas sale de casa por vergüenza y miedo a las burlas. Después de conocer
su historia te sientes realmente mal y muy arrepentido de lo que has hecho. Tenéis la
oportunidad de escribirle una breve carta a Ana en la que intentéis reparar el daño que
le habéis hecho. ¿Qué le diríais?
¿Cómo creéis que se siente Isabel (nombre ficticio)? ¿Qué sentiríais en su lugar? ¿Cómo
crees que te cambia la vida una situación así? Compartid con la clase su historia y tra-
tad de imaginar qué consecuencias tendría para ella lo sucedido.
¿Por qué creéis que este chico participaba en el chat? ¿Cómo crees que se siente ahora?
Si pudiera volver atrás en el tiempo, ¿qué crees que podría hacer en el momento en el
que vio la primera foto manipulada?
Si eres una de las chicas a las que hicieron el montaje con IA, este mensaje es para ti:
__________________________________________________________
__________________________________________________________
________________________
160
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
Si eres una de las personas que participaron en el chat compartiendo falsos desnudos
de chicas, este mensaje es para ti:
__________________________________________________________
__________________________________________________________
________________________
4. Resultados esperados
Este trabajo sigue la estela de estudios previos surgidos desde una pers-
pectiva ciberfeminista y aplicados al ámbito de la coeducación (Vara López,
2022, 2023). En esta ocasión se realiza una aproximación didáctica al fenó-
meno del ciberacoso que sufren las adolescentes a través de aplicaciones que
surgen al amparo de la Inteligencia Artificial. En concreto, se ofrece a la co-
munidad educativa recursos que faciliten un análisis crítico del uso que se está
haciendo en la actualidad de las deepfakes y deepnudes como herramientas
de violencia machista. A través del marco teórico expuesto en el primer apar-
tado, se ofrecen claves conceptuales que se espera que sirvan para la identi-
ficación de los mecanismos patriarcales que marcan este tipo de ciberacoso.
En definitiva, los materiales didácticos que se ofrecen tratan de facilitar el
análisis con perspectiva de género de las conductas de ciberacoso sexista que
afectan a las adolescentes, a menudo normalizadas en las redes sociales. Se
pone especial énfasis, a través del recurso de la dramatización, en fomentar
la empatía con las víctimas, que habitualmente son cuestionadas o culpadas
por las agresiones que sufren. De este modo, se orienta al alumnado para que
sea capaz de identificar y confrontar a los agresores, al tiempo que se busca
sensibilizar y activar a quienes permanecen en actitud pasiva ante los abusos.
161
ALICIA VARA LÓPEZ
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162
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
163
ALICIA VARA LÓPEZ
ANEXO 1
Imaginad que sois la familia de la que se habla en la noticia (con una víctima y uno
de los administradores del chat) y tenéis que hacer un comunicado público. ¿Qué diríais
a los medios si se os pidiese dar la cara y reflexionar acerca de lo sucedido? Podéis des-
cribir vuestra particular situación en casa, indicar cómo os sentís y plantear alguna idea
para que en el futuro no se repitan estos hechos.
Respuesta:
Nosotros como padres nos sentimos avergonzados ante la situación que estamos vi-
viendo en casa. Hemos tomado las medidas necesarias para que la situación no vuelva
a ocurrir. Como padres, hemos acudido a comisaría con la finalidad de denunciar lo
ocurrido, para hacer justicia ante las fotos difundidas.
164
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
Imaginad que sois Marcos (nombre ficticio), un chico que estuvo en el chat en el
que se pasaban las fotos. Para ti se trataba de encajar en el grupo y veías aquello como
una simple broma. No te dabas cuenta del daño que estabais haciendo a Ana, que en la
actualidad apenas sale de casa por vergüenza y miedo a las burlas. Después de conocer
su historia te sientes realmente mal y muy arrepentido de lo que has hecho. Tenéis la
oportunidad de escribirle una breve carta a Ana en la que intentéis reparar el daño que
le habéis hecho. ¿Qué le diríais?
Respuesta:
Querida Ana:
En aquel momento no pensaba en las consecuencias que podían ocasionar mis actos,
pero ahora considero que fue un acto inmaduro y del que no tienes culpa de nada.
Ahora no será tu mejor momento, pero con ayuda de tus familiares y personas que
se preocupan por ti, podrás superarlo. Y yo estoy dispuesto a ayudarte y a apoyarte en
todo lo necesario.
Sabemos que las personas externas a ti no ayudan porque critican sin saber y cuando
intentan arreglarlo ya es tarde y el daño ya está hecho.
Sé que el daño ya está hecho y me arrepiento mucho, pero con mi ayuda sé que po-
drás volver a confiar en ti misma.
Espero que aceptes mis disculpas después de todo y que salgas de esta situación lo
antes posible.
165
ALICIA VARA LÓPEZ
¿Cómo creéis que se siente Isabel (nombre ficticio)? ¿Qué sentiríais en su lugar?
¿Cómo crees que te cambia la vida una situación así? Compartid con la clase su historia
y tratad de imaginar qué consecuencias tendría para ella lo sucedido.
Respuesta:
Isabel se siente expuesta, humillada, asustada, con muchísimo miedo y sin saber
qué ha hecho para merecer eso. Nosotros nos sentiríamos igual que Isabel y me sentiría
juzgada e intimidada.
¿Por qué creéis que este chico participaba en el chat? ¿Cómo crees que se siente aho-
ra? Si pudiera volver atrás en el tiempo, ¿qué crees que podría hacer en el momento en
el que vio la primera foto manipulada?
Respuesta:
Creemos que este chico participaba en el chat debido al efecto rebaño.
Podría haber denunciado el caso a las autoridades y haber salido del grupo.
166
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
Respuesta:
Si eres una de las chicas a las que hicieron el montaje con IA, este mensaje es para ti:
Es una situación complicada pero no tienes que sentirte culpable o mal porque no
es tu culpa y no hay que esconderse de nada. Hay que tener valentía y denunciar. Es
normal tener vergüenza, pero no hay que sentirse menos porque eso es lo que creen que
causarán en ti: daño.
Si eres una de las personas que participaron en el chat compartiendo desnudos falsos
de chicas, este mensaje es para ti:
Me parece muy mal porque se nota la falta de empatía y, en vez de sentirse avergon-
zadas las chicas, deberías sentirte así tú.
167
ESTEREOTIPOS DE GÉNERO EN LOS VIDEOJUEGOS
Antonia Ramírez-García
Universidad de Córdoba
Resumen
La sociedad del siglo XXI se caracteriza por el tiempo invertido en el entretenimiento digi-
tal. Una de estas actividades es jugar a videojuegos. Estos transmiten un modelo de socia-
lización caracterizado por una desigualdad importante en cuestiones de género, por lo que
es necesario implementar medidas que desarrollen el pensamiento crítico de los menores.
Una muestra de ello es el análisis de videojuegos y su modelo de socialización desde una
perspectiva de género en torno al lenguaje empleado, rasgos físicos y psicológicos, imagen
y estereotipos sobre la mujer en la cultura gamer. Este es el objetivo planteado en esta
experiencia implementada en el Instituto de Educación Secundaria (IES) Gran Capitán de
Córdoba con estudiantes de 3º y 4º de Educación Secundaria Obligatoria.
1. Introducción
169
ANTONIA RAMÍREZ-GARCÍA
170
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
171
ANTONIA RAMÍREZ-GARCÍA
cas más propias de personajes femeninos que masculinos (Downs & Smith,
2009). Estos rasgos se generalizan en los videojuegos basados en el Manga,
Anime o Hentai, donde las mujeres aparecen semidesnudas.
e) Imagen de la mujer en los videojuegos. Los videojuegos “tienden a
reproducir estereotipos sexuales contrarios a los valores que educativa y so-
cialmente hemos establecido como principios básicos en nuestra sociedad”
(Díez, 2004: 329). En este sentido, las mujeres representadas en los videojue-
gos responden a varios patrones (Curiel, 2018):
- La mujer como objeto o dama en apuros que ha de ser salvada por el
personaje masculino. Por ejemplo, la princesa Peach en los juegos de Super
Mario.
- La mujer como destinadora. El villano causa un sufrimiento a la mu-
jer y el héroe comienza una historia buscando justicia o venganza. Por ejem-
plo, Sombras de Mordor, de Monolith Productions.
- La mujer como destinataria. La mujer es convertida en una recom-
pensa. Por ejemplo, Shadow of the Colossus, de Team ICO.
- La mujer como oponente. La mujer emplea su sexualidad para enga-
ñar y poner obstáculos al protagonista masculino. Por ejemplo, BioSchock
Infinite, de Irrational Games.
- La mujer como protagonista “controlable”. En este caso, suele plan-
tearse como una estrategia de marketing para atraer un mercado eminente-
mente masculino. Por ejemplo, Lara Croft y Tomb Raider, de Core Design.
f ) Creación de videojuegos por géneros: para niños (combate y deporte)
y para niñas (moda, belleza y cosmética).
g) Creación de videojuegos específicamente para chicas (juegos rosas),
que reproducen los roles de madre o cuidadora, etc. Este tipo de juegos pre-
sentan una interactividad limitada y no posibilitan el desarrollo de la imagi-
nación ni de la creatividad.
h) Miedo de las grandes compañías por crear personajes diferentes a los
ya estereotipados (Garzón, 2021).
i) El lenguaje empleado en los videojuegos. Por ejemplo, “Bienvenido”,
“¿Estás listo?”, “Ganador” son términos que por defecto se usan tanto de for-
ma oral como escrita al iniciar una partida de videojuegos (Di Biase et al.,
2021/2022). En este sentido, Microsoft ha comenzado a cambiar el “Bienve-
nido” por “Te damos la bienvenida”.
j) Los hábitos de juego en el hogar. Según Afonso y Aguilera (2021), la
mayoría de las personas que juegan a videojuegos con independencia de su
172
IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
Según Tomkinson & Harper (2015), las mujeres, como hemos podido
apreciar, no son una minoría, lo que ocurre es que no se piensa en ellas cuan-
do se desarrolla el juego y, si se hace, se produce en forma de estereotipo. A
ello hay que sumar los ataques que reciben muchas chicas y mujeres que in-
tentan acceder a este mundo y que las obligan a poner en juego estrategias de
protección en partidas multijugador como la silenciación del micrófono o el
uso de nombres masculinos o nicknames neutros para evitar ser identificadas
(Esteban-Ramiro y Moreno-López, 2023).
Como consecuencia de todo ello, se han configurado diferentes líneas de
investigación en torno a los videojuegos y la desigualdad de género, entre
ellas se pueden identificar las siguientes:
a) Los estereotipos sexistas de los videojuegos, que se han centrado en
el contenido, las imágenes y las narrativas que aparecen en el contexto de
producción, pero obviando las experiencias de jugadores y especialmente ju-
gadoras (el contexto de recepción).
b) Las características del sector de los videojuegos y la poca presencia de
mujeres en puestos de responsabilidad dentro del mismo.
c) Las diferencias de género relacionadas con las modalidades y prefe-
rencias de juego, las plataformas más utilizadas o las modalidades de juego
(juegos de un jugador, juegos multijugador online, etc.).
d) Las situaciones de acoso e intimidación presentes en el ámbito video-
lúdico.
173
ANTONIA RAMÍREZ-GARCÍA
2. Propuesta educativa
2.1. Objetivos
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IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
2.2. Metodología
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ANTONIA RAMÍREZ-GARCÍA
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IGUALDAD DE GÉNERO EN ENTORNOS DIGITALES
Los resultados que se han esperado alcanzar con esta experiencia se cen-
tran básicamente en los siguientes aspectos:
a) El conocimiento de una serie de indicadores que permiten distinguir
estereotipos de género en los videojuegos a los que tienen acceso los menores.
b) Los participantes aprenden a analizar un videojuego desde una pers-
pectiva crítica para identificar estereotipos de género.
c) El alumnado participante puede acercarse a la realidad a las que mu-
chas mujeres se enfrentan en el mundo de los videojuegos por el simplemente
hecho de ser mujer y entrar en una “cultura de hombres”.
d) El alumnado dispone de herramientas y estrategias para ver el mun-
do de los videojuegos desde una visión diferente.
3. Conclusiones
177
ANTONIA RAMÍREZ-GARCÍA
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Anexo
GUÍA DE ANÁLISIS DE VIDEOJUEGOS
DETECCIÓN DE ESTEREOTIPOS DE GÉNERO
Imagen
Nombre de la mujer: Nombre del hombre:
Edad: Edad:
Nombre del videojuego: Nombre del videojuego:
Vestimenta: Vestimenta:
Ambientación: Ambientación:
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