Abc - Cap5 1

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ABC

La enseñanza:
¿Qué es la enseñanza?
La enseñanza es una actividad, una ser, una práctica en la que debe haber al menos 2 personas, una de las cuales poseen un
conocimiento o habilidad que la otra no posee; la primera intenta transmitir esos conocimientos a la segunda,
estableciéndose entre ambas una cierta relación a fin de que la segunda los adquiera. No es posible asegurar que lo que se
quiere comunicar sería efectivamente transmitido y adquirido: el hecho de que el docente enseñe no significa que el alumno
aprenda o que aprenda lo que se pretende enseñar.

La enseñanza y el aprendizaje
Fenstermacher sostiene que la relación entre enseñanza y aprendizaje no es por causalidad. En esta relación, el concepto de
enseñanza depende del concepto de aprendizaje. Para que alguien enseñe, debe existir necesariamente alguien que
aprenda; pero de enseñar no se sigue siempre un determinado aprendizaje. La enseñanza se produce en General, en
presencia de al menos, una persona más que adquiera algo.
Podemos aprender sin que nadie nos enseña y podemos enseñar sin que nadie aprenda algo. La enseñanza existe, como
actividad, porque el aprendizaje ocurre, pero ambos procesos no se identifican necesariamente.
La enseñanza es una actividad que busca favorecer el aprendizaje, generando un andamiaje para facilitar el aprendizaje de
algo que el aprendiz puede hacer si se le brinda una ayuda. La enseñanza es guía o sostén que el docente ofrece y luego
retira para favorecer el aprendizaje de sus alumnos. A medida que el aprendiz domina ciertas tareas, el adulto (enseñante)
empieza a retirar su apoyo, dejando que el alumno siga ejecutando la misma tarea. El objetivo de la enseñanza es el
traspaso de competencias del enseñante al aprendiz.
La enseñanza sistemática existe en la medida en que se produce un proceso de comunicación entre docentes y alumnos
para que los primeros ayuden a los segundos a resolver problemas que no podrían resolver solos. El aprendizaje se da en un
contexto social, histórico y cultural determinado. Los contenidos brindados a los alumnos son un repertorio de soluciones
moldeadas por la sociedad y la cultura; la resolución de problemas es cultural y socialmente relativa.
La actividad práctica de la enseñanza ejerce una influencia social sobre los aprendices y esta transmisión se produce de
forma sistemática y orientada en un sentido determinado. Lo que una buena enseñanza debe intentar es fomentar la zona
de intersección que existe entre enseñanza y aprendizaje, es decir, entre enseñante y aprendiz. Sin comunicación, contacto o
significados compartidos no es posible desarrollar, inducir o guiar el proceso del aprendiz.

La enseñanza como sostén y día del aprendizaje


El adulto guía el aprendizaje de su alumno y retira su sostén a medida que éste adquiere el dominio de sus tareas: Bruner lo
llamó “aprendizaje guiado”. En el aprendizaje sistemático en la escuela, el alumno no es abandonado a su propia capacidad
de descubrimiento sino que se pretende poner en marcha el diálogo entre aprendiz y realidad, apoyado en la búsqueda
compartida con los compañeros y mayores, siempre y cuando estos apoyos sean provisionales y desaparezcan
progresivamente, permitiendo que el alumno asuma el control de su actividad. De este modo, el alumno asume las
capacidades simbólicas, técnicas y afectivas que le permiten acceder al mundo de la cultura, del pensamiento y de la vida
sociopolítica.

Cuatro factores presentes en todo proceso de enseñanza


La escuela existe porque los aprendices son personas con determinado potencial de desarrollo y precisan de la asistencia
sistemática de otra, culturalmente más experta. Los problemas a resolver están dentro del terreno del desarrollo potencial
inmediato de los alumnos. Todo proceso educativo implica:
1. Un aprendiz;
2. Enseñante o docente;
3. Un problema para el aprendiz, para lo cual requiere de la ayuda del docente;
4. Contenido necesario para resolverlo.
Todos estos factores deben estar presentes para que exista enseñanza. En un determinado momento, la relación entre los
factores, se redefine: el alumno ha desarrollado su potencial y se ha ubicado frente a nuevos problemas.
Estos cuatro factores interactúan en forma dinámica gracias a un proceso de comunicación. El alumno resuelve problemas
cuando establece relaciones significativas entre los recursos que le ofrece el docente (contenido) y el problema en cuestión .
Avanzar en la comprensión cuando logra aplicar estos aprendizajes a otras situaciones y problemas no previstos por el
planteo original del docente. Lo que define al docente experto, es saber qué estrategia, que recursos y que contenidos son
más efectivos para ayudar a sus alumnos a resolver un problema en una situación determinada. En tanto proceso de
comunicación, el progreso de la enseñanza y del aprendizaje, es posible gracias al funcionamiento o de sistemas de control:
el docente controla la comunicación observando el trabajo que realizan sus alumnos o haciéndoles preguntas, ejercicios o
evaluaciones. Así, el docente analizar la tarea realizada, retroalimentando el circuito de comunicación entre los distintos
factores.

El punto de partida de toda enseñanza: la experiencia, la cultura y el saber de los que aprenden Experimentar significa
probar y examinar prácticamente una cosa o tener conocimiento a través de la práctica y la observación; se construye
experiencia a partir de una intención de aprendizaje. Los alumnos pueden participar del intercambio y elaboración de
significados, de realizar nuevas experiencias, cuando los contenidos brindados ayudar a cuestionar las formas habituales de
pensar y de actuar. La internalización de la cultura elaborada, debe servir para reconstruir los saberes preexistentes en el
sujeto y potenciar la capacidad para resolver nuevos problemas, los cuales deben ser adecuados a las potencialidades del
alumno. Este escenario sólo será posible si el docente toma como punto de partida las ideas, motivaciones y percepciones
del alumno.
Tradicionalmente, la práctica docente se realiza de modo inverso: parte del currículum y disciplinas tratando de acercarlas al
alumno de modo novedoso y motivador. Deberíamos utilizar estos contenidos ya organizados para provocar la
reconstrucción de los conocimientos y concepciones del alumno. Para esto es necesario conocer los intereses, deseos o
historias de cada grupo de alumnos. El objetivo de la enseñanza no es asegurar la adquisición de un determinado contenido,
por el contrario, el contenido a enseñar, es un recurso para plantear problemas que impulsan la reconstrucción de ideas,
percepciones y actitudes de los alumnos. El docente debe provocar la transformación del conocimiento vulgar que los
alumnos adquieren antes y paralelamente al colegio. Lo que se aprende en la escuela debe servir para introducir a los
alumnos en mundos complejos y organizados de significado, a partir de los cuales es posible ver las realidades de un modo
más comprensivo.

La enseñanza se propone construir significados compartidos


Cada grupo de aprendizaje desarrolla su propia cultura y esto a su vez se desarrolla en una institución que promueve y
espera exigencias y reglas de conducta. Para armonizar intereses y diferencias de los diferentes grupos se debe crear un
espacio de conocimiento compartido en el aula. El docente debe intentar crear por medio del diálogo, un contexto de
comunicación y meta comunicación común. El enseñante debe facilitar el diálogo y aportar los contenidos elaborados que
permitan enriquecer este espacio de intercambio, sin imponer sus propias ideas.
Esto requiere un compromiso de participación por parte de alumnos y docentes.

La función del Profesor es:


 Facilitar la participación activa y ordenada en el aula;
 Presentar problemas adecuados al potencial de desarrollo actual de sus alumnos;
 Ofrecer contenidos que enriquezcan el intercambio y provoque en la reflexión sobre los temas tratados y sobre el
propio proceso de comunicación;
 Analizar la marcha del proceso para proponer y efectuar reajustes.

Los contenidos serán usados y asimilados en la medida en que el docente sepa mostrar las conexiones que puedan tener
con los problemas planteados y las preocupaciones de los alumnos. Para esto, es necesario crear las condiciones de
comunicación en el aula, de modo que el alumno pueda volcar sus propias formas de ver, sentir y actuar.
¿Métodos o estrategias de enseñanza?
A lo largo de la historia, se ha buscado establecer el método, es decir, el conjunto de reglas y ejercicios para enseñar alguna
cosa, de modo sistemático y ordenado.
Para Comenio, dados un docente, un alumno y un contenido, sólo debemos seguir el método para obtener una modificación
en el alumno. Para él la enseñanza está caracterizada por:
a) La homogeneidad de la población escolar a la que se va a enseñar ; la enseñanza debe ser uniforme, si los alumnos
están todos juntos aprenderán de la misma forma. De este modo, se deja de lado las características y necesidades
de cada persona.
b) La verdad del contenido a enseñar; el contenido es una construcción social y cultural muy compleja y la verdad
como tal depende de los acuerdos sociales que le otorgan autoridad y legitimación.
c) Los pasos o reglas que componen el método ; los pasos por reglas componen el método y hacen posible y efectiva la
materialización del contenido.
d) El cumplimiento de lo anterior llevará al éxito , es decir, la modificación deseada de las características personales del
alumno.
Stenhouse propone hablar de estrategias como una alternativa a la concepción de método, ya que estrategias de enseñanza
implica la planificación de la enseñanza y del aprendizaje a base de principios y otorga mayor importancia al criterio
docente. Las estrategias de enseñanza permiten abandonar las prácticas de enseñanza en función de pasos fijos para
adentrarnos en principios de procedimientos más amplios. No existen soluciones universalmente válidas: la idea de
estrategias permite ver que la enseñanza es un complejo arte en relación al cómo, porque y para que enseñar.

Filosofías de la enseñanza
Existen muchas formas de entender, conceptualizar, describir, explicar y organizar las actividades de enseñanza. Cada
perspectiva se asienta en una filosofía sobre la enseñanza, en una manera global de entender, analizar y explicar los
fenómenos educativos. Cada filosofía tiene dos niveles: qué es la enseñanza y cómo se debe enseñar. No es posible separar
los modelos de comprensión de los modelos de intervención.

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