NEUROSIS

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NEUROSIS

En psicología, el término neurosis es usado para referirse a trastornos


mentales caracterizados por la presencia de un alto grado de angustia
o ansiedad, con distintas manifestaciones, no psicóticas, pero donde
se distorsiona el pensamiento racional y el funcionamiento general del
individuo, pues existe una ruptura o disminución de los mecanismos
de defensa que compensan y alivian dicha angustia sin evidencia de
daño orgánico.

William Cullen, médico escocés altamente reconocido en su época,


fue el primero en adoptar el término “neurosis”, que significa
literalmente “lleno de nervios”, en 1769 para denominar a las que
entonces se llamaban “enfermedades nerviosas”, que se referían a
trastornos generales del sistema nervioso capaz de alterar las
capacidades del individuo sin poderlas explicar fisiológicamente.
En su uso posterior, la medicina abandonó el concepto, aunque fue
recuperado más tarde por la psicología clínica donde se considera a
Sigmund Freud, entro otros psicoanalistas, como uno de los
principales personajes que desarrolló y enriqueció el término de
neurosis, convirtiéndolo en una de las más relevantes contribuciones a
la psiquiatría clásica.

La depresión, la ansiedad, la sensación de soledad, así como los celos


excesivos y la dificultad para concentrarse, son sólo algunos síntomas
de los "trastornos del afecto", o bien, neurosis, que de acuerdo con la
Organización Mundial de la Salud, es la enfermedad más común del
planeta. En la mayoría de los casos la neurosis se trata de un rasgo de
carácter que acompaña al individuo durante toda su vida, donde la
gravedad del trastorno suele ser variable de una persona a otra,
existiendo así grados leves y controlables hasta situaciones totalmente
incapacitantes.
Una conducta normal es aquella que permite que una persona goce de
salud mental, que la persona participa consciente y activa en lo que se
refiere a aceptación de su realidad, sin acudir a la negación u otros
recursos para crearse una realidad que le sea más soportable. Una
persona neurótica, en cambio, hará uso de la negación u otros medios
dañinos a largo plazo para evitar hacer frente a una vida que le duele
o que no le agrada.
Debemos aclarar que no se trata de un trastorno psicótico, como la
esquizofrenia o el trastorno delirante. En la neurosis no existe una
desorganización grave de la personalidad ni una pérdida de contacto
con la realidad. Tampoco están presentes síntomas graves, como
alucinaciones o ideas delirantes, características de los psicóticos. Por
el contrario, el sujeto es consciente de su problema, no pierde el
contacto con la realidad ni viola activamente las normas sociales,
aunque experimenta sufrimiento y su funcionamiento en la vida diaria
se ve afectado negativamente. Tampoco se trata de una reacción
temporal a una situación estresante, sino que estas alteraciones, sin
tratamiento, tienden a ser crónicas o recurrentes.

La persona que padece de neurosis mantiene un nivel adecuado de


auto observación y contacto con el mundo real, por ello parecería que
la persona es sana. Sin embargo presenta conductas repetitivas e
inadaptadas que sirven como reductores del estrés al que está
expuesto y que su estructura de personalidad no es capaz de
enfrentar de una manera normal y realista, sino que usa los
mecanismos de defensa poco adecuados (negación, desplazamiento,
proyección, racionalización, fijación, regresión, fantasías, formación
reactiva, conversión, aislamiento, entre otros.) que dan como resultado
un funcionamiento incorrecto a nivel social, familiar y laboral, porque a
larga estos mecanismos agobian la personalidad del sujeto
provocándole mayores problemas emocionales e incluso síntomas
físicos en algunos casos.
La persona neurótica tiende a repetir patrones de conducta de manera
constante y presenta una forma de actuar insana, es incapaz de
analizar fríamente su entorno y buscar soluciones, entonces se ve
inmersa en un círculo vicioso y acude a la negación para no aceptar lo
que la perturba. La conducta neurótica siempre es repetitiva y la
persona no sabe por qué repite patrones (o relaciones) que la
desgastan emocionalmente.

SÍNTOMAS

Estos son algunos ejemplos diagnósticos actuales:


 Trastornos depresivos (distimia, ciclotimia, episodios
depresivos leves, moderados o graves [con o sin síntomas
somáticos]).
 Trastornos de ansiedad (fobias, trastorno obsesivo-compulsivo,
crisis de angustia, trastorno por estrés postraumático, trastorno de
ansiedad generalizada).
 Trastornos somátoformes (dismorfofobia, hipocondría, dolor
somátoforme, trastorno de somatización).
 Trastornos sexuales: Parafilias (Disfunciones sexuales (deseo
inhibido, aversión al sexo, anorgasmia, impotencia, eyaculación
precoz).
 Trastornos del sueño (insomnio, hipersomnia, terrores
nocturnos, sonambulismo, disomnia).
 Trastornos del control de impulsos (cleptomanía, trastorno
explosivo intermitente, ludopatía, piromanía).
 Trastornos adaptativos.
 Factores psicológicos que afectan al estado físico.

A continuación un breve esquema de ejemplos de síntomas


neuróticos:

Depresión o distimia. Puede ser de leve a moderada, donde el


individuo manifieste un aletargamiento y se vean mermadas sus
actividades diarias en el trabajo o la escuela. La persona padece un
estado de ánimo melancólico, triste y afligido. Presenta dificultad para
tomar decisiones, concentrarse o el manejo general de la voluntad;
sentimientos de soledad y pensamientos pesimistas de sufrimiento y
muerte.

Ciclotimia. Es un trastorno del humor considerado una forma suave


de trastorno bipolar. Se caracteriza por un nivel incrementado de
energía, actividad, e inquietud, gran irritabilidad, pensamientos y habla
acelerados, saltando de una idea a otra; juicio pobre; abuso de drogas,
particularmente cocaína, alcohol, y medicamentos para dormir. En
general presenta cambios en el estado de ánimo de forma irregular y
abrupta.
Angustia. Ante peligros irreales, ilógicos o desconocidos. La persona
experimenta tensión psicológica y algunos malestares físicos tales
como elevación del ritmo cardíaco, temblores, sudoración excesiva,
sensación de opresión en el pecho o de falta de aire.
Ansiedad. Aunque la ansiedad es una respuesta normal básica para la
superviviencia, a un nivel patológico los estados de ansiedad en la
persona son persistentes sin que pueda identificar claramente el
peligro o la causa de este sentimiento provocando gran sufrimiento y
notable interferencia en la vida diaria.

Fobias. Se caracterizan por un miedo intenso y desproporcionado


ante objetos o situaciones concretas.

Obsesión y compulsión. Caracterizado por pensamientos intrusivos


(no voluntarios sino que invaden la mente), exagerados o sin sentido,
recurrentes y persistentes, que producen inquietud, aprensión, temor o
preocupación, y conductas repetitivas como lavarse las manos
repetidas veces, limpiar la casa un sin número de veces al día;
inspeccionar de manera excesiva los objetos; verificar constantemente
cerraduras o aparatos electrodomésticos con el fin de evitar
catástrofes debido a un temor irracional. Tienen pensamientos
obsesivos persistentes en relación a su salud; temor a desarrollar una
enfermedad amenazante para la vida; suelen ser ordenadores y/o
acumuladores; perfeccionistas; supersticiosos; tienen la necesidad de
estar continuamente preguntándose a sí mismos o a los demás sobre
cualquier cosa por nimia, trivial o absurda que sea; suelen
preocuparse por los errores y dudar sobre sus acciones.

Distorsión del pensamiento racional. Generalmente se da en


personas con baja autoestima que tienen una visión distorsionada de
quiénes son y, además, son muy perfeccionistas y exigentes con lo
que deberían ser. Manifiestan exageración, generalizan situaciones o
se enfocan sólo en aspectos negativos, se sienten culpables, piensan
que pueden ver las intenciones de los demás o adivinar sus
pensamientos, fantasean con el control de su vida, piensan que sus
sentimientos son adecuados pero no lo comparan con la realidad.

Trastornos somatoformes. La persona insiste en padecer síntomas


físicos como dolor, inflamación, náuseas, vértigo, debilidad, lesiones,
problemas respiratorios, estomacales, intestinales, pero niega tener
problemas mentales o emocionales. Se examinan con el médico pero
no se encuentran causas físicas relacionadas a sus dolores, al menos
no de manera clara. Sin embargo los padecimientos son reales, la
persona no finge. Inconscientemente el paciente convierte el conflicto
psicológico en un trastorno físico. También caben en esta clasificación
personas con trastorno dismórfico corporal, que presentan una
preocupación importante y fuera de lo normal por algún defecto
percibido en el cuerpo, ya sea real o imaginado. Y la presencia de
hipocondría cuando el sujeto cree sin fundamentos que padece una
enfermedad grave.

Trastornos adaptativos. Se refieren a estados de malestar que


interfieren con la vida normal de la persona que los padece y que
surgen a raíz de una situación estresante o de algún cambio
significativo. La depresión puede ser un trastorno adaptativo.
Trastorno de la personalidad. Son un conjunto de perturbaciones o
anormalidades en la personalidad que se da a nivel afectivo,
emocional, motivacional o social. Se incluye la personalidad
paranoide, esquizoide, trastorno antisocial, narcisista, límite,
histriónico, la codependencia, y el trastorno obsesivo-compulsivo.

ORÍGENES

Las investigaciones sugieren que el génesis de la neurosis proviene


de una serie de conflictos psíquicos inconscientes en el individuo. Si
bien, todos utilizamos el mecanismo de la represión para hacer frente
a las situaciones angustiantes de la vida, no todos resolvemos dichos
conflictos de manera adecuada. El conflicto principal en la neurosis
recae entre los impulsos agresivos y sexuales reprimidos (por lo tanto
inconscientes) y la personalidad que, habiendo aprendido lo correcto e
incorrecto en la sociedad, no permite la manifestación de tales
impulsos utilizando mecanismos débiles e inadecuados como los ya
mencionados arriba.
En última instancia la personalidad deja “salir” esos impulsos pero de
manera disfrazada a fin de no perturbar la conciencia del individuo, la
cual observaría tales impulsos como inaceptables. Dichos disfraces
son los síntomas neuróticos, que de cualquier manera hacen sufrir al
sujeto porque no proporcionan la solución apropiada a sus conflictos
emocionales. Neurotizar es una manera infantil de solucionar las
situaciones de angustia, por eso se dice que la personalidad del
individuo es débil, porque no tiene los elementos para enfrentar la
realidad de manera sana y funcional, la cual no afectaría ni a la
sociedad ni a sí mismo.
Por eso se dice que los síntomas neuróticos son la expresión
simbólica de un conflicto psíquico. Porque en la neurosis se simboliza
aquello que no pudo expresarse con palabras en el momento
adecuado y que ha permanecido en el inconsciente. Tenemos por un
lado unos impulsos dispuestos a revelarse y por otro lado una
instancia que no les permite hacerlo, dicha instancia son las normas y
valores interiorizados en el sujeto, aprendidos de la sociedad y la
cultura. La personalidad (de manera inconsciente) lo único que puede
hacer, cuando no está sana, es una solución de compromiso entre el
deseo y la defensa: el síntoma neurótico.
Y es de esa manera en que la persona aprende a manejarse por la
vida, actuando de la misma manera cuando la realidad adulta le
parece angustiante. La neurosis es, entonces, un acto de repetir las
luchas internas y la búsqueda de hacerles frente. Entonces el sujeto
olvida cosas o se aferra al pasado, deforma su memoria, se enoja
fácilmente, idealiza a la familia, a los amigos o a la pareja, se
culpabiliza, finge perdonar, duda del psicoterapeuta, se enamora del
psicoterapeuta, viaja compulsivamente, se refugia en la promiscuidad,
trabaja hasta el agotamiento, cae en las drogas, se autoagrede, se
accidenta frecuentemente, deja de comer o come compulsivamente,
etc.

TRATAMIENTO

El principal enfoque, al principio en todo tratamiento, va dirigido a


reducir los niveles de angustia y ansiedad que padece la persona, ya
que éstos no lo dejan llevar una vida normal y plena. La persona se
siente insatisfecha e infeliz, y lo más recomendable siempre es la
psicoterapia, que en ciertos casos llevará al paciente a un estado de
introspección adoptando actitudes más constructivas.
El análisis de las conductas y las motivaciones inconscientes se hace
necesario a fin de encontrar la raíz de los síntomas neuróticos, liberar
resistencias y superar transferencias disfuncionales. Cuando el
paciente es capaz de enfrentar la realidad de una manera sana y
funcional su vida mejora indudablemente.
Otros enfoques pueden ser igualmente adecuados como las terapias
cognoscitivas, terapias de grupo, de tareas e incluso la terapia breve
en los momentos de mayor ansiedad. Pero en última instancia se trata
siempre se superar resistencias y analizar el material que arroja el
paciente, darle significado y encontrar la raíz de aquellos temores e
impulsos.
En casos muy particulares es también necesaria la prescripción de
medicamentos (tranquilizantes, antidepresivos, etc) por parte del
médico psiquiatra, esto no significa para nada que la persona sufra de
un trastorno psicótico, pero se trata de evitar la gravedad de los
síntomas en un futuro y devolverle al paciente la capacidad de
manejar su voluntad. El psicólogo es quien remite al sujeto con el
psiquiatra ya que éste es quien debe hacer la valoración diagnóstica
pertinente.

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