Teoría de La Conducta L Lipper

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Teoría de la Conducta en Psicología Social.

Una persona está sentada en un cómodo sillón en el living de su casa, leyendo un


libro...
¿Podríamos decir algo en relación al concepto de conducta? ¿Hay conducta en esa
persona? Yo digo que sí. Pero no hay una única definición de conducta, como
igualmente sucede con tantas otras cuestiones de las ciencias sociales.
En este tema voy a trabajar con un autor. José Bleger. Fue colaborador de Pichon-
Rivière. Era un analista que cuestionó fuertemente algunos aspectos del Psicoanálisis
de su época. Fue el más claro exponente de las ideas de Pichon, no sólo acá en
Argentina sino en otros países. En Europa se conocía a Pichon a través de Bleger.
1. Etimológicamente conducta significa "conducida". Uno estría conducido por algo,
que parece que fuera ajeno. Esta idea está pensada en relación a lo divino. Dios
conduce nuestros actos. La conducta sería: Dios decide que cada uno haga la voluntad
divina.
2. Se lo podría decir de una manera más terrenal. La conducta sería lo que gobierna los
actos de las personas y estaría ligada al alma. En términos más científicos, sería la
mente.
Bleger no está de acuerdo con estas posturas. Pero la idea es que el sujeto no es
dueño de sus propias conductas, sino que hay algo o alguien que lo maneja.
Bleger hizo un pequeño rastreo acerca del lugar que ocupa la conducta en el estudio
de las ciencias. El ser humano siempre se preocupó por este tema de saber por qué la
gente es como es. Hay distintas posturas y concepciones. Religiosas, científicas. La
ciencia busca causas. Uno es como es porque hay causas que lo producen.
Hay una escuela llamada socio-genética, que afirma que la génesis de la conducta hay
que buscarla en la sociedad. La sociedad hace que sus sujetos sean como son. Es una
postura sociológica.
Otra línea es la organo-genética. Uno es como es por una cuestión orgánica de su
propio cuerpo. Una postura biologista.
Otra posición es la psico-genética. Uno es como es por su psiquismo.
Pichon, Bleger, y otros autores, dijeron que no era ni una cosa ni la otra, sino que es
todo esto en conjunto. Una relación dialéctica entre aspectos biológicos, sociológicos,
psíquicos. Distintos niveles de análisis. Pero no es que es una cosa, o la otra.
El libro que escribió Bleger se llama "Psicología de la Conducta". Bleger dice que
históricamente la Psicología del siglo 18 -que es aproximadamente la época donde
nace la Psicología tal como la entendemos hoy en día- se ocupaba de la conciencia, el
objeto de estudio era la conciencia, la capacidad de ser consciente. Se llamaba
Psicología de la Conciencia. Una conciencia relacionada sobre todo con la racionalidad.
A fines del siglo 19 aparece una postura opuesta. El Psicoanálisis. Freud dice que más
que una Psicología de la Conciencia habría que pensar en una Psicología de lo
inconsciente. Ahí aparece todo este gran fenómeno desconocido.
El estadounidense J. Watson criticó esta manera de ver las cosas. Dijo que estaban
basadas en la introspección, como si se tratara de que cada sujeto intentara internarse
lo más posible en su interioridad para ver cómo era su inconsciente. Watson decía que
eso no era científico. Ni la conciencia ni el inconsciente se pueden observar, no se
puede experimentar. Había que intentar llevar a la Psicología al campo más objetivo
posible. Según Watson, lo único que se puede observar o estudiar son los fenómenos
conductuales.
La conducta como un fenómeno observable, mensurable, medible. Y buscó los
parámetros más adecuados orientados a la búsqueda de objetividad para así poder
vincular la Psicología como una ciencia.
Esa escuela que arranca con Watson, que luego se llamó el conductismo -claro que con
muchos cambios- buscó sólo fenómenos observables.
Quedaron excluidos los fenómenos no observables. Los pensamientos y los
sentimientos no serían conductas para Watson. Se sostuvo que todo aquello que es
propio de la subjetividad no es observable.
Frente a esta postura bastante reducida aparece en la década del 50 otra definición
(que toma Pichón). Le pertenece a un psicólogo francés, Daniel Lagache:

La conducta es el conjunto de operaciones materiales y simbólicas por las que un


organismo en situación tiende a realizar sus posibilidades y a reducir las tensiones
que lo motivan y amenazan su equilibrio interno.

- conjunto de operaciones: serían los movimientos que produce un organismo.


- operaciones materiales: lo fisiológico, lo motriz (lo que le interesaba a Watson)
- operaciones simbólicas: están relacionadas con los pensamientos, los sentimientos,
temores, las ansiedades.
- organismo en situación: nos acerca a la postura dialéctica. Ese organismo está en
situación de alguien, no está aislado, está en algún contexto que permite decir algo de
la conducta. Hay un aspecto de ese contexto que hace que esa persona en ese
momento sea como sea. Algo del contexto incide.
- reducir las tensiones: buscando restablecer la homeostásis. Es un concepto que se
usa en Medicina. Sería el equilibrio del medio interno. Cuando el organismo está en
equilibrio decimos que hay una homeostásis. Dura poco tiempo. Casi siempre el
organismo está en desequilibrio, lo que implica una modificación o ruptura de esa
homeostásis. La tendencia de todo ser vivo es intentar modificar o anular algo del
desequilibrio, para volver a un cierto equilibrio. El equilibrio no dura mucho. Por eso se
habla de un equilibrio inestable. El equilibrio total, absoluto, permanente, es la
muerte. El desequilibrio es sinónimo de la vida que busca ser en esta lucha
desequilibrio-equilibrio. Es un par contradictorio, dialéctico.
- realizar las posibilidades: Bleger dice que toda conducta del ser humano es siempre
lo mejor que puede hacer en ese momento. Esto no quiere decir lo mejor desde el
punto de vista moral. Supongamos una decisión. ¿Cuántas veces uno se arrepiente de
lo que hizo?, dice Bleger. No en el sentido de que, si está bien o si está mal, sino que
con los elementos que uno tiene en ese momento la tendencia del organismo es tratar
de buscar lo mejor (aunque alguien opine que no era lo mejor). No me refiero a una
cuestión voluntaria, sino a que ahí es donde apunta el organismo. Es decir, tiende a
realizar sus posibilidades.

Ese conjunto de respuestas significativas por las cuales un ser vivo en situación integra
las tensiones que amenazan la unidad y el equilibrio del organismo, ese conjunto de
operaciones (fisiológicas, motrices, verbales, mentales, pueden ser aloplásticas o
autoplásticas.
La conducta autoplástica quiere decir que uno se transforma a sí mismo (mundo
interno).
La conducta aloplástica significa que transforma el medio (mundo externo).

En esta definición, la conducta es pensada incluyendo aquello que no es lo observable.


Por lo cual, de alguna manera, quedan articuladas la postura conductista y la
psicoanalítica. El esfuerzo fue puesto en la construcción de un concepto integrador
entre las distintas teorías acerca de cuál es el objeto de la Psicología. Bleger, tomando
a otros autores, dice que el objeto de estudio de la Psicología debe ser la conducta,
entendida como toda manifestación (y producción) del ser humano.
Ese hombre leyendo un libro.… No se está relacionando con nadie. ¿Se puede decir
algo de la conducta? ¿Acerca de cómo está leyendo, quizás? ¿Está dando vuelta las
páginas con rapidez, o lentamente? ¿Podríamos decir que es una persona pensando?
Un hombre leyendo un libro. ¿Y si esa persona se quedara dormida? ¿Hay conducta?
¿No está haciendo nada?
Está durmiendo. Justamente durmiendo. No es que no está haciendo nada, está
durmiendo. Una persona que no hace nada es porque está muerta. Si alguien está
vivo, algo está haciendo. Y el hacer es lo único observable externo.
Hay que incluir el pensar y el sentir. El pensar y el sentir no son diferenciables por sí
mismos, sino que se los puede diferenciar a partir del acto de conducta, aquello que es
observable. Habría que incluir dentro de la conducta estas dimensiones no
observables, dimensiones vinculadas en el pensar y en el sentir. Una cierta mirada
acerca de si lo que uno dice es realmente lo que uno quiere decir, si hay una expresión
limpia y exacta entre aquello que uno desea decir y lo que uno termina diciendo.
En algunos casos, sí. En otros, no. Nunca se dice exactamente lo que uno quiere. Y no
es porque uno no quiera dar información o por conveniencia, sino porque la palabra
siempre es engañosa. La palabra. El lenguaje... Es la única manera que tenemos para
expresarnos. Una herramienta imperfecta. Sirve para algunas cosas y para otras no. No
muestra exactamente, sino que es una forma. Y a su vez, cuestiones que hacen que lo
que uno quiera decir no sea exactamente lo mismo.
El tema de la comunicación da idea que el ser humano tiene una gran ventaja en
cuanto a esto de haber construido el lenguaje. Al mismo tiempo esto es lo que genera
serios conflictos. El mito de la construcción de la Torre de Babel es un ejemplo. Los
seres humanos edificaron esa torre para estar cerca de Dios. Dios deshace ese
propósito. Confunde las lenguas, las multiplica. Los problemas de comunicación. Una
persona decía una cosa y el otro entendía otra. Parece que esto es lo que ocurre
siempre: lo que uno dice no es lo que se entiende.
La idea sería poder ubicarnos en este concepto de conducta como algo bastante
amplio que va más allá de lo que uno pueda observar dentro de lo observable. Hay
muchos matices y demasiadas cosas para decir o analizar acerca de la propia conducta
o la de otros. En cualquier conducta inciden múltiples variables. Lo que uno piensa,
siente o hace.
La conducta tampoco la podemos pensar como unicausal. No es que un sujeto hace
algo por determinado motivo, sino por una enorme cantidad de causas que hacen que
este organismo en situación tienda a realizar sus posibilidades.
El asunto es complicado. Pero es un poco más real que tratar de simplificarlo todo y
decir "Esa persona hace esto por tal motivo". Y ya está.… Pichon habla de
policausalidad. No hay una única causa. Hay varias. Y habrá que pensar en causas del
presente y causas del pasado. Que provienen del mundo interno y del mundo externo.
Hay bastantes lugares por dónde buscar... No se debe caer en el simple reduccionismo
de buscar alguna explicación mecánica en todo aquello que tenga que ver con lo
humano. Eso no sirve. Lo humano es mucho más complejo que un simple aparato. El
concepto de policausalidad está basado en el de series complementarias de Freud.
Desde los orígenes de la civilización el ser humano se pregunta acerca de las causas de
la conducta. Antiguamente esto era atribuido a cuestiones sobrenaturales. Los dioses
eran los que decidían las conductas de los seres humanos. Toda esta mirada puesta en
lo sobrenatural perduró durante muchos milenios y aún hoy día algo de esto continúa,
en parte institucionalizado a través de todo lo que tiene que ver con la religión.
También se puede ver en las distintas formas que toma la superstición. Por ejemplo,
cuando un estudiante tiene que rendir un examen y lleva encima una pata de conejo
(piensa que lo va a proteger). En realidad, lo que está haciendo es moverse no por
cuestiones de la realidad, sino por medio de pensamientos mágicos. Es un planteo
reduccionista. Esa causa (la pata de conejo) va a producir tal efecto (aprobar el
examen). O no va a pasar. O al revés. Si pasa algo distinto, uno lo atribuye igual a esa
causa:
-Ahh, esta mañana pasé por debajo de una escalera. Ahora entiendo...-.
Lo que sucede es atribuido a factores exógenos, a causas externas a los seres
humanos.
Hay otra línea de pensamiento que piensa en términos contrarios. Las causas son
internas. Tiene más que ver con lo biológico. La Medicina se debería ocupar de explicar
esto.
Frente a esto Freud plantea que no son sólo causas externas ni internas, sino un juego
entre lo interno (endógeno) y lo externo (exógeno). Hay una articulación, una relación
de complementariedad inversa. Cuanto más hay de algo que viene de afuera (lo
exógeno), menos hace falta algo de adentro. Y viceversa. Cuanto más hay adentro,
menos hace falta de afuera.
Ejemplo. Una persona tiene una historia de muchas frustraciones. Su vida ha sido muy
difícil y tiene una vivencia de permanente fracaso. A ese individuo cualquier situación
que le pase en su vida actual le va a despertar algo en la misma dirección. La
frustración del día puede ser que no consiguió hacer una mayor recaudación en su
negocio para poder pagar las cuentas.
Esto puede ser una causa catastrófica dada su historia personal. Lo endógeno es muy
fuerte. Bastó con un pequeño suceso exógeno para que se desate la crisis.
Otra persona, que no tiene esta historia sino otra completamente opuesta, alguien que
esté bien establecido, quizás piense que si no puede pagar las cuentas hoy lo hará el
día siguiente o cuando pueda. Y punto. Para tener la misma reacción que el primer
hombre, necesitará una frustración mucho más fuerte.
Freud dice que el aparato psíquico de una persona, el psiquismo, se construye a partir
de una frustración. El bebé al nacer tiene necesidad de ser alimentado. Con eso calma
la tensión. Pero luego esa tensión reaparece. La panza se vuelve a vaciar. Freud dice
que de esta primera experiencia queda registrada una huella. Cuando vuelve a
aparecer esta necesidad la huella se reactiva. La huella mnémica. Es un registro que
tiene el bebé en su memoria.
¿Qué hace el bebé cuando vuelve a surgir el hambre? La primera vez no pudo hacer
nada. Pero la segunda vez se reactivó esta huella. Freud dice que el primer elemento
psíquico es la alucinación. El bebé imagina algo que no existe. Piensa que llega esto,
que no sabe qué es, pero lo calma. La posibilidad de alucinar, que es el primer
elemento psíquico de algo separado de lo biológico, está basado en la frustración.
Porque la teta o la leche no llega inmediatamente. Y como no llega, el bebé se frustra.
Gracias a esta frustración funciona el psiquismo.
Puede suceder algo distinto. El bebé hace un pequeño movimiento y un batallón de
familiares se despliega urgentemente encima suyo tratando de ver de qué manera
satisfacerlo. Esta persona no se frustra nunca. Por lo cual no tiene registro de
frustración (no existe esta clase de persona, pero llevo el ejemplo hasta el extremo
para ampliar el concepto). A esta persona se le brinda todo servido en bandeja. Una
familia. Una madre sobreprotectora que está todo el tiempo lista para proteger en
exceso al bebé, toda su vida dedicada a que al nene no le falte nada. Esa persona en
algún momento de su vida de pronto se frustra. Y no está acostumbrado. Puede ser
una catástrofe. Es una situación que desconoce. Y no funcionan los mecanismos
habituales (que alguien se ocupe que a él no le pase nada). Esa vez tendrá que
resolverlo solo....
En los dos casos, el individuo no está instrumentado con las herramientas adecuadas
para defenderse en la vida. En el primero, porque el sujeto tiene la sensación que el
mundo es demasiado complejo y difícil para él. En el segundo ejemplo, porque piensa
que él nunca va a tener problemas (siempre tuvo todo a su disposición) y cuando llega
el momento de la prueba se da cuenta que si no tiene a esos otros que siempre lo han
protegido no va a saber cómo responder al desafío.
El equilibrio sería lo ideal.
El exceso de frustración lo que genera es la imposibilidad de seguir avanzando. Yo no
puedo hacer esto. El exceso de frustración va a resultar una dificultad. Esa persona
siempre va a tener la sensación de que todo le sale mal.
Y si no hay ninguna frustración, ese individuo puede quedar con la sensación de que
todo lo puede. Hasta que en un momento...
Así dicho es una manera mecánica de analizar estas cuestiones. Si uno lo pudiera
pensar en términos generales, algo de esto puede tener razón.
Primero, en el sentido de que hay una falta constitutiva: cuando no hay nadie que
pueda cumplir esa función se genera una carencia que luego es más difícil de ir
cubriendo que cuando alguien está presente.
O, por lo contrario, los padres sobreprotectores, la presencia intrusiva, madres y
padres metidos en la vida de la persona que solamente puede vivir a través de ellos. Y
esa persona que cree que es así. Esto a veces genera patologías porque esta persona
queda dependiendo absolutamente de sus padres y no puede separarse (aunque es
una patología que yo tomaría con pinzas...).
Freud decía que esto es también una manera de salir de la discusión entre disposición
y destino. La disposición tiene que ver con el pasado. El destino con el futuro. Cada
situación del presente es un cruce entre el pasado y el futuro.
Para Pichon hay tres aspectos que intervienen en la conducta. Los llamó áreas de
conducta.

AREA 1---- mente.


AREA 2---- cuerpo.
AREA 3---- mundo externo.

Bleger lo llama áreas de expresión de la conducta. La conducta tiene elementos


mentales, corporales y vinculados con el mundo externo simultáneamente. A veces
aparece solamente alguno de estos elementos, alguna de estas áreas. Bleger dice que
se trata que hay una preponderancia de un área sobre las otras.
Uno puede ver a una persona que está inmerso en una conducta sobre el mundo
externo y pareciera como que no piensa nada y que corporalmente no hay nada en
juego.
O alguien que está pensando. Pareciera que en el mundo externo no le pasa nada. Y
corporalmente tampoco.
Sin embargo, no es tan así. Puede ser que haya predominio en alguna de las áreas
circunstanciales, pero eso no quiere decir que las otras estén ausentes. Estarán tal vez
en un segundo plano. Justamente, cuando aparece solamente alguna de estas áreas
habrá que preguntarse qué pasa con las otras. Bleger habla de división esquizoide, la
división de algo que sería una unidad. Una separación. Como si no existiera el resto.
La idea, por el contrario, sería integrar.
Para Pichon estas áreas son casi sinónimos de:
- pensar (AREA 1, mente).
- sentir (AREA 2, cuerpo).
- hacer (AREA 3, mundo externo).
No es tan así. El área mental es más abarcativa que el pensar. El área corporal va más
allá del sentir. Lo mismo el área del mundo externo.
La idea era integrar, incorporar, tres elementos aparentemente diferentes. Nuestra
cultura tiende a generar esta disociación y privilegiar alguna de estas áreas.
El área vinculada con lo mental aparece preponderante en cuestiones que tienen que
ver con lo intelectual. Se pone allí el acento y se descalifica todo lo que tiene que ver
con lo corporal.
En las actividades vinculadas con lo artístico casi siempre lo que predomina es lo
corporal.
En el terreno de la política lo que a veces aparece como predominante es el área del
mundo externo. En una reunión política alguien dice: "me siento angustiado por la
situación...".
Estos son los lugares socialmente designados para cada una de estas áreas.
Me parece interesante pensarlo en términos sociales: según el ámbito donde el sujeto
esté probablemente pondrá en funcionamiento más un aspecto que el otro. Depende
de lo que se espera de uno en ese lugar.
Para unir una cuestión con la otra, se podría decir que hay personas que funcionan
más a partir de alguna de estas áreas que otras.
Ejemplos.
Una persona que está habituada a moverse permanentemente al mundo externo y
hacer y hacer, no pensando demasiado, tampoco sintiendo, no registrando, sólo
preocupado en hacer. Una personalidad de acción Patológica. Por ejemplo, un
psicópata. ¿Qué es lo que hace que una persona sea así y no de otra manera? Quizás
desde algún gen... Algún día se descubrirá. Será cuestión de ver todo esto desde el
mismísimo origen hasta todo lo que le pudo haber pasado en la vida de esa persona.
O ¿qué es lo que hace que a alguien permanentemente le pasen cosas con su cuerpo,
que esté todo el tiempo mirándose al espejo por una cuestión de la imagen? O
mirando para adentro a ver qué le pasa, alguien que privilegia sus sentimientos, todo
el tiempo siente y siente, y le cuesta pensar. O ¿qué le pasa a aquel que está todo el
tiempo pensando, pero que le cuesta hacer y por ahí no registra mucho lo que
siente...?
Todo esto tiene que ver con características de la personalidad. Se puede entender.
Pero para entender cómo se fue gestando habrá que hacer otro recorrido. No es
sencillo...
Hay una línea teórica muy determinista, que dice: el que es así, ya llegó así. Y punto.
Otros sostienen que los cambios posibles son mínimos. Y otros que piensan que todo
es modificable. Yo creo en los cambios y su necesidad. Pero con cautela...
-O la edad, cuando alguien decide revisar su conducta....-.
Así es. Hay situaciones que con la edad son más difíciles. Hay ciertas situaciones que
tienen que ver con cuestiones genéticas y que hacen que uno, por más intentos que
haga, esto no lo va a cambiar. La historia no se puede modificar. Lo que pasó, pasó. Lo
que se puede cambiar es la mirada. La resignificación. Una comprensión diferente. En
lugar de seguir echándole la culpa a mis padres de todo lo que me pasa, puedo decir:
-Bueno. Hicieron lo que hicieron. Lo que pudieron. Me gustó. No me gustó. Lo que
fuera... Pero mi vida es la mía. No importa lo que hicieron con uno, lo que importa es
lo que hace uno con lo que hicieron con uno...-.

Norberto Lipper.

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