Todo Lo Que Debes Saber Sobre Dengue

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Diagnóstico y tratamiento

Como no hay un tratamiento específico para el dengue, este se centra en aliviar el


dolor. En la mayor parte de los casos, el dengue se puede tratar en el domicilio
con medicamentos que alivian el dolor.

Contra el dolor se prescribe a menudo paracetamol, pero deberían evitarse los


AINE (antiinflamatorios no esteroideos), como el ibuprofeno y la aspirina, porque
aumentan el riesgo de hemorragia.

Las personas con dengue grave necesitan ser hospitalizadas.

Carga mundial
En las últimas décadas ha aumentado enormemente la incidencia del dengue en
el mundo: los casos notificados a la OMS han pasado de 505 430 en 2000 a 5,2
millones en 2019. En la mayor parte de los casos, la persona es asintomática o
presenta síntomas leves que se pueden controlar sin ayuda médica, por lo que el
número real de casos de dengue es superior al notificado. Además, hay muchos
casos que se diagnostican erróneamente como otras enfermedades febriles (1).

El mayor número de casos de dengue se registró en 2023, y afectaron a más de


80 países de todas las regiones de la OMS. Desde principios de 2023, la
transmisión persistente del dengue, combinada con un pico inesperado de los
casos, resultó en la notificación de un máximo histórico de más de 6,5 millones de
casos y más de 7300 muertes relacionadas con esta enfermedad.

El creciente riesgo de propagación de la epidemia de dengue guarda relación con


varios factores: los cambios en la distribución de los vectores (principalmente los
mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus), especialmente en los países que no
habían padecido dengue; las consecuencias del fenómeno de El Niño en 2023 y el
cambio climático, que incrementa las temperaturas, las precipitaciones y la
humedad; la fragilidad de los sistemas de salud durante la pandemia de COVID-
19; y la inestabilidad política y financiera de los países que se enfrentan a crisis
humanitarias complejas y a grandes movimientos de población.

Según una estimación basada en modelos, cada año se producen 390 millones de
infecciones por el virus del dengue, de las cuales 96 millones se manifiestan
clínicamente (2). En otro estudio sobre prevalencia se calculó que hay 3900
millones de personas que corren riesgo de infectarse por los virus del dengue (3).

En la actualidad, la enfermedad es endémica en más de 100 países de las


regiones de la OMS de África, las Américas, Asia Sudoriental, el Mediterráneo
Oriental y el Pacífico Occidental. Las Regiones de las Américas, Asia Sudoriental
y el Pacífico Occidental son las más gravemente afectadas, y en Asia se
concentra alrededor del 70% de la carga mundial de la enfermedad.

El dengue se está extendiendo a nuevas zonas de Europa, el Mediterráneo


Oriental y América del Sur.

El mayor número de casos de dengue se registró en 2023. La Región de las


Américas de la OMS notificó 4,5 millones de casos, 2300 de ellos mortales. Un
número elevado de casos se notificaron en Asia: en Bangladesh (321 000),
Malasia (111 400), Tailandia (150 000) y Viet Nam (369 000).

Transmisión
Transmisión por la picadura de mosquitos

El virus del dengue se transmite a los seres humanos por la picadura de


mosquitos hembra infectadas, principalmente del mosquito Aedes aegypti. Hay
otras especies del género Aedes que también pueden ser vectores, pero su
contribución suele ser secundaria respecto a la del Aedes aegypti. Sin embargo,
en 2023 en Europa se ha observado un aumento de la transmisión local del
dengue mediante el Aedes albopictus (mosquito tigre).

Cuando el mosquito pica a una persona infectada, este se replica en el intestino


medio del mosquito antes de diseminarse hacia tejidos secundarios, como las
glándulas salivales. El tiempo que transcurre entre la ingestión del virus y la
transmisión a un nuevo hospedador se denomina periodo de incubación
extrínseco, y cuando la temperatura ambiente oscila entre 25 ºC y 28 ºC dura
entre 8 y 12 días. No solo la temperatura ambiente influye en las variaciones del
periodo de incubación extrínseco; varios factores, como la magnitud de las
fluctuaciones diarias de temperatura, el genotipo del virus y la concentración vírica
inicial pueden influir también en el tiempo que tarda un mosquito en transmitir el
virus. Una vez que se ha vuelto infectante, el mosquito puede transmitir el agente
patógeno durante toda su vida.

Transmisión de seres humanos a mosquitos

Los mosquitos pueden infectarse a partir de personas virémicas con el virus del
dengue. Puede tratarse de una persona con infección sintomática o que todavía
no haya manifestado síntomas (presintomática), o de una persona sin signo
alguno de la enfermedad (asintomática).

La transmisión de seres humanos a mosquitos puede ocurrir desde 2 días antes


de la aparición de los síntomas de la enfermedad y hasta 2 días después de la
resolución de la fiebre.
El riesgo de infección del mosquito está directamente asociado a los niveles
elevados de viremia y fiebre en el paciente; por el contrario, los niveles elevados
de anticuerpos específicos contra el virus del dengue van asociados a un menor
riesgo de infección del mosquito. La mayoría de las personas son virémicas
durante 4 o 5 días, si bien la viremia puede durar hasta 12 días.

Transmisión materna

La principal vía de transmisión del virus del dengue entre los seres humanos son
los mosquitos vectores. Con todo, hay pruebas de que pueden darse casos de
transmisión materna (de una embarazada a su bebé), aunque las tasas de
transmisión vertical parecen ser reducidas y el riesgo de ese tipo de transmisión
se encuentra ligado aparentemente al momento en que se produce la infección
durante el embarazo. Cuando una embarazada está infectada por dengue, es
posible que el bebé nazca prematuramente y con bajo peso, y que padezca
sufrimiento fetal.

Otras vías de transmisión

Se han registrado casos infrecuentes de transmisión a través de productos


sanguíneos, donación de órganos y transfusiones. Asimismo, también se ha
registrado la transmisión transovarial del virus dentro de los mosquitos.

Factores de riesgo
Una infección previa por el virus del dengue aumenta el riesgo de desarrollar
dengue grave.

La urbanización (especialmente la no planificada) está asociada a la transmisión


del dengue en función de múltiples factores sociales y ambientales: densidad de
población, movilidad humana, acceso a fuentes de agua fiables, prácticas de
almacenamiento de agua, etc.

Los riesgos comunitarios frente al dengue también dependen de los


conocimientos, actitudes y prácticas de la población con respecto a esta
enfermedad, ya que la exposición está estrechamente relacionada con
comportamientos como el almacenamiento de agua, el mantenimiento de las
plantas y la autoprotección frente a las picaduras de mosquitos. La vigilancia
sistemática de los vectores y las actividades de control que implican a la
comunidad incrementan en gran medida la resiliencia comunitaria.

Los vectores pueden adaptarse a nuevos entornos y climas. La interacción entre el


virus del dengue, el huésped y el medio ambiente es dinámica. Por tanto, los
riesgos pueden cambiar y extenderse geográficamente a causa del cambio
climático en las zonas tropicales y subtropicales, así como por la creciente
urbanización y los movimientos poblacionales.
Prevención y control
Los mosquitos que transmiten el dengue están activos durante el día.

Se puede reducir el riesgo de contraer el dengue protegiéndose de las picaduras


de mosquito con:

 ropa que cubra el cuerpo lo máximo posible;


 mosquiteros si se duerme durante el día, a ser posible rociados de
repelente;
 mosquiteros en las ventanas;
 repelentes de mosquitos (que contengan DEET, icaridina o IR3535); y
 serpentines fumigantes y vaporizadores.

La aparición de criaderos de mosquitos se puede prevenir de las siguientes


formas:

 evitando que los mosquitos encuentren lugares donde depositar sus huevos
mediante la gestión y la modificación del medio ambiente;
 eliminando correctamente los desechos sólidos y los hábitats artificiales que
puedan acumular agua;
 cubrir, vaciar y limpiar cada semana los recipientes donde se almacena
agua para uso doméstico;
 aplicar insecticidas adecuados a los recipientes en que se almacena agua.

Si se contrae el dengue, es importante:

 descansar;
 beber mucho líquido;
 tomar paracetamol para aliviar el dolor;
 evitar los antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno y la aspirina;
y
 estar atento a la aparición de síntomas graves y consultar al médico lo
antes posible si aparecen.

Hasta la fecha, en algunos países se ha aprobado y autorizado una vacuna


(QDenga). Sin embargo, su uso solo se recomienda para el grupo de edad de 6 a
16 años en entornos de alta transmisión. Asimismo, se están evaluando otras
vacunas.

Respuesta de la OMS
En su respuesta al dengue, la OMS:
 apoya a los países para que confirmen los brotes por medio de la red de
laboratorios colaboradores;
 brinda apoyo técnico y orientación a los países para que controlen
eficazmente los brotes de dengue;
 ayuda a los países a mejorar sus sistemas de notificación y a determinar la
carga real de morbilidad del dengue;
 junto con algunos de sus centros colaboradores, ofrece capacitación sobre
atención clínica, diagnóstico y control de vectores en el plano regional y
nacional;
 formula estrategias y políticas basadas en datos científicos;
 ayuda a los países a formular estrategias de prevención y control del
dengue y a adoptar la Respuesta mundial para el control de vectores (2017-
2030) y la Iniciativa Mundial sobre Arbovirus (2022–2025).
 estudia y recomienda el desarrollo de nuevas herramientas, como
insecticidas y la tecnología necesaria para su aplicación;
 reúne los registros oficiales de dengue y dengue grave de más de 100
Estados Miembros; y
 publica directrices y manuales para los Estados Miembros sobre vigilancia,
gestión de casos, diagnóstico y prevención y control del dengue.

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