Vega, Lope de - de Los Cantares
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Vega, Lope de - de Los Cantares
De los cantares
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PERSONAS
EL ESPOSO
LA ESPOSA
EL CUIDADO
LA ENVIDIA
LA GRACIA
LA ALEGR�A
EL COMPETIDOR
Valle, con monta�as.- Sobre una de ellas, una caba�a dentro de un jard�n, dispuesto
como se dir� en su lugar.- A otro lado, una ciudad murada.
(Salen LA ESPOSA y LA GRACIA en h�bito de aldeanas, con sus capirotes, sayuelos y
basqui�as, y delantales y cayados.)
ESPOSA(En actitud de orar.)
Esposo del alma m�a,
pues todos vuestros pastores
me prometen cada d�a
ley, gracia, bodas, amores,
paz, vida, uni�n y alegr�a;
ya no es tiempo, gran Se�or,
que me habl�is y hag�is favor
por �ngeles y profetas,
ni que en enigmas secretas
cifr�is vuestro dulce amor.
Y vos, Mayoral Eterno,
del santo Pastor que adoro,
Padre, por cuyo gobierno
se rige el celeste coro,
para el mar, tiembla el infierno,
vive y se sustenta el suelo,
enviadme el soberano
Verbo vuestro desde el cielo,
para que a mi ser humano
se junte en humano velo;
para que me d� su boca,
si es que mi amor le provoca,
besos de paz, y a la m�a
llegue desta gloria el d�a,
si es que ya mi amor le toca.
No venga �ngel, ni legado;
Cristo en carne evangelice;
descienda Dios humanado,
como Isa�as lo dice,
desde su monte a este prado.
Negra soy, mas soy hermosa,
hijas de Jerusal�n.
GRACIA �Negra te llamas, Esposa?
ESPOSA Aunque este nombre me den,
por no ser tan generosa
y decender de Ismael,
que no alcanz� bendici�n,
y es mi color de la piel
del templo de Salom�n
y del Cedar infiel.
(Que por eso mi figura
fue la etiopesa hermosura,
con quien se cas� Mois�s.)
Ven, Se�or, ser� despu�s
m�s que nieve intacta y pura.
Ven, Pastor; ven, Cristo hermoso,
a los brazos de tu Esposa;
ven a mi pecho amoroso.
GRACIA Serrana de nieve y rosa,
presto gozar�s tu Esposo.
Sin duda, Iglesia, ha venido
a tu caba�a el Pastor,
que he visto el prado florido,
y el cielo de resplandor
muy diferente vestido.
ESPOSA Yo he visto alegres saltar
los montes, como corderos,
mejor que al pasar el mar
Israel, que a tantos fieros
egipcios pudo acabar.
Yo he visto alzarse sus frentes
a ver los pies eminentes
del Rey, que ya es bien que toques,
sudar miel los alcornoques
y correr leche las fuentes.
GRACIA Yo en una piel sacrosanta
de una aurora, de una infanta,
dando los cielos roc�o,
vi llover el justo m�o,
lleno de hermosura tanta.
La zarza vi de Mois�n,
que a Dios tuvo sin quemarse,
y el arca santa, por quien
el mundo pudo salvarse;
y la del templo tambi�n,
de madera de Set�n,
en cuyo Propiciatorio
hubo mayor seraf�n.
ESPOSA Y aquel templo tan notorio,
donde tuvo el arte fin;
la vara de Ar�n, que vino
a dar de sus yerbas flores
de almendro tan peregrino,
con encarnados colores
sobre su blanco divino;
la puerta de Ezequiel:
el trono de oro y marfil;
la hermosa Esther; a la fiel
Abisac y Abiga�l;
la siempre amada Raquel;
de Mar�a, finalmente,
madre de tu bien presente,
vi la humildad, la belleza,
por quien la naturaleza
corona la humana frente.
GRACIA Espera, que ha decendido
al valle, amiga, un pastor,
con extranjero vestido.
Ret�rate, que es mejor:
no dar�s al llanto o�do;
que de amor viene quejoso,
y se agraviar� tu Esposo
de que te dejas hablar,
porque es Argos en velar
Dios de amor y Dios celoso.
(Ap�rtanse. Sale EL COMPETIDOR con LA ENVIDIA.)
COMPETIDOR Con los amigos descansa
el dolor del coraz�n,
que comunicado amansa.
ENVIDIA Templa un poco la pasi�n
que te desespera y cansa,
infernal Competidor
del Esposo celestial.
COMPETIDOR Envidia, no es s�lo amor
quien me causa tanto mal
y pone en tanto rigor.
T�, que de mis celos naces,
estrago en mis venas haces:
t� me abrasas, t� me enciendes,
t� me castigas y ofendes,
t� me apremias y deshaces.
ENVIDIA Si este mal vengo a causarte,
�para qu� me traes contigo?
Otro venga a acompa�arte.
COMPETIDOR Bien sabe el infierno, amigo,
que no es posible dejarte.
Sospecho que descansara,
Envidia, si te dejara.
GRACIA(Aparte a LA ESPOSA.)
�No ves en su hablar furioso
que no es gente de tu Esposo?
ESPOSA(Aparte a LA GRACIA.)
La lengua el alma declara.
Al jard�n me quiero entrar,
donde tantas verdes plantas
de esperar y de llorar
desean las aguas santas
que las han de trasplantar.
La flor Ad�n, la flor Eva,
l�grimas por hojas lleva:
Abraham, Jacob, No�,
vara de Ar�n, ra�z Jes�,
aguardan que el cielo llueva.
(Vanse por el lado del jard�n.)
ENVIDIA �Tan bella es esta Pastora,
que a tanta pena te obligas?
COMPETIDOR Contara primero ahora
deste campo las espigas,
las l�grimas del aurora,
las ondas del mar que sigo,
que las partes y las gracias
de la Esposa, Envidia amigo,
y contara mis desgracias,
que es m�s que cuanto te digo.
No la quiero por querella
tanto, como por quitalla
al que ha venido por ella,
que como es fuerza envidialla,
es fuerza andarme tras ella.
Quiere Cristo hacer triunfante
esta Esposa militante,
y este triunfo considero
a donde vi mi lucero
resplandecer arrogante.
Mira si tengo raz�n
de que �sta ocupe el lugar
que perd� por ambici�n.
ENVIDIA �D�nde suele apacentar?
COMPETIDOR En el monte de Si�n
anda ya tan recatada
(m�s que guardando, guardada
de un Cordero que est� en �l),
que con celos della y d�el
el alma traigo abrasada.
Baj� este santo Pastor,
o Cordero del Jord�n,
a la tierra por su amor,
con una capa o gab�n
de su encarnado color.
Desconocido en efeto
con este r�stico traje,
trata su amor de secreto
en su pastoril lenguaje,
siendo, como Dios, discreto.
Y no pienses que es hurtado
el ser de Dios; que es igual
a Dios, de Dios engendrado,
puesto que es hombre mortal
por el pellico encarnado.
�ste le hizo Mar�a
en el telar de su pecho,
donde el Esp�ritu hab�a
de Dios las labores hecho
que �l solamente sab�a.
Mas, corno est� enamorado
de las partes peregrinas
de la Esposa que ha buscado,
por huertos, zarzas y espinas,
todo quedar� rasgado.
Mas, como es Dios poderoso,
sacar�le tan glorioso
de su misma sepultura,
que con mayor hermosura
parezca en forma de Esposo.
ENVIDIA Todas son cosas extra�as;
mas ella, dime, �no viene
sola por estas monta�as?
COMPETIDOR Sola no; que siempre tiene
de mil diversas caba�as
mil pastoras almas bellas,
pretensoras del Pastor.
ENVIDIA Pues �no tiene celos dellas?
COMPETIDOR No, porque es todo un amor
y una comuni�n entre ellas.
Las del Oriente y Poniente,
del Austro y Setentri�n,
aunque en traje diferente,
de una fe y bautismo son;
corno el sol resplandeciente,
que, aunque es uno, mil regiones
desde su epiciclo alumbra;
y as� por varias naciones
una verdad se acostumbra.
ENVIDIA �En qu� confusi�n me pones!
Pero dime, �no podr�s
atreverte a pretender
turbar su quietud no m�s?
COMPETIDOR No podr� prevalecer
contra sus fuerzas jam�s.
Verdad es que he de servilla,
molestalla y perseguilla
con opiniones y errores,
aunque Cristo y sus amores
forman de piedra la silla.
ENVIDIA �No se ausentar� el Pastor
desta su Iglesia alg�n d�a?
COMPETIDOR Ti�nela tan grande amor,
para m�s envidia m�a
(que soy su competidor),
que cuando quiera partirse,
quiere con ella quedarse.
ENVIDIA Pues �puede quedarse y irse?
COMPETIDOR Supo Dios irse y estarse.
Para jam�s despedirse,
amor le dio la invenci�n
del velo de un blanco Pan.
ENVIDIA Cosas de Dios.
COMPETIDOR De Dios son.
ENVIDIA Si puerta acaso te dan,
dile una vez tu afici�n;
que, aunque el Esposo presente,
ad�ltera puede ser.
COMPETIDOR �C�mo quieres que lo intente?
Que todo me siento arder.
ENVIDIA Con vestido diferente,
�Cristo no viene gal�n
con esa capa encarnada
y el velo del blanco Pan?
Pues toma alguna, imitada
de las penas que te dan.
COMPETIDOR Bien dices: fingirme quiero
�ngel de luz, y a la Esposa
decir que por ella muero.
(Sale EL ALEGR�A, de pastor.)
ALEGR�A �Qu� nueva tan venturosa!
�Qu� albricias, qu� premio espero!
ENVIDIA Un pastor del monte baja
con su instrumento, que a Orfeo
presume hacerle ventaja.
COMPETIDOR �Viene hacia nosotros?
ENVIDIA Creo
que estos romeros ataja.
COMPETIDOR �Hola, t�, cualquier que seas!
�En qu� majada te alojas?
ALEGR�A �Qu� dos figuras tan feas!
�Qu� dos higueras sin hojas
de las monta�as leteas!
Yo, pues nunca me hab�is visto,
soy del reba�o, de Cristo.
COMPETIDOR Di tu nombre.
ALEGR�A El Alegr�a
me llamo.
COMPETIDOR Desde aquel d�a
que de tu color me visto,
nunca, Envidia, la he tenido.
ENVIDIA �De qu� al Pastor le has servido?
ALEGR�A De alegrar su santa Esposa,
que en estas monta�as posa
de aqueste monte florido.
Canto, bailo, salto, danzo,
y en sus fiestas, de las huertas
flores y ramos alcanzo:
corono sus santas puertas
de lirio, junco y mastranzo,
Siempre que el Esposo viene,
yo le salgo a recibir
cantando, que, aunque all� tiene
a tantos coros que o�r,
esto a veces le entretiene.
David dice que se alabe
con las cuerdas, y es tan cuerda
su Esposa, que hacerlo sabe.
Pero ya que se me acuerda,
�qui�n sois, tan soberbio y grave?
�Ten�is alguna heredad
por estos pastos de Cristo?
COMPETIDOR Esta Esposa, esta ciudad,
esta Pastora conquisto.
ALEGR�A �Vos?
COMPETIDOR Yo.
ALEGR�A �Gentil necedad!
Con pellico tan grosero,
con �spides por guirnalda,
�pens�is agradalla?
COMPETIDOR Espero
que pueda Amor.
ALEGR�A Respetadla,
por pastora de un Cordero
que vale m�s que la tierra
y que el cielo, porque es Dios.
COMPETIDOR �Que ya s� el valor que encierra!
ALEGR�A Ment�s.
COMPETIDOR �Yo?
ALEGR�A Pues �quien sois vos?
COMPETIDOR Quien hizo a Dios tanta guerra,
sobre el serlo como �l.
Llam�me Competidor.
ALEGR�A Pues no compit�is con �l,
ni en cielos, celos y amor,
si os acord�is de Miguel;
que os pondr� por la mejilla
el freno de Leviat�n.
COMPETIDOR Ahora bien, voyme a la villa
de donde vendr� gal�n
a pretendella y servilla.
Ven conmigo, Envidia.
ENVIDIA Ven,
Competidor infernal,
donde te disfraces bien.
(Vanse.)
ALEGR�A �Qu� bien cubrir� tu mal,
por m�s color que te den,
infernal Competidor?
Sobre negro no hay tintura;
aunque os vist�is de color,
no gozar�is la hermosura
que a Cristo mata de amor.
(Sale EL ESPOSO, que es Cristo, con un baquero de tela y EL CUIDADO, de labrador.)
CRISTO �Eso me cuentas, Cuidado?
CUIDADO Aunque como Dios lo ves,
te digo lo que ha pasado,
para que, como hombre, est�s
de los hombres recatado.
Al ganadero Bautista,
tu primero coronista,
que guardaba en el Jord�n
aquel Cordero de Pan,
como testigo de vista
que al Mayoral sempiterno
confirmarte entonces vio
por su Hijo amado y tierno,
y al Esp�ritu que dio
fe de que era el Verbo eterno,
degoll� Herodes cruel,
porque se Puso con �l
sobre una oveja en cuesti�n,
que hurt� a su hermano, en raz�n
de serte, Pastor, fiel.
CRISTO Yo he menester advertir
a las cosas de mi Esposa:
Juan ha mostrado en morir
su voluntad amorosa
y su lealtad en servir.
Dadme mi capa encarnada:
ir�la a ver, que es ya tiempo.
ALEGR�A Vuestra Esposa regalada,
Esposo, ha llegado a tiempo
de tierna y enamorada,
que, si no la visit�is,
morir� de puro amor;
y mirad c�mo mir�is,
que ten�is competidor,
aunque absoluto os llam�is.
CRISTO �Anda acaso por aqu�
el ingrato que en el monte
se quiso alzar contra m�?
ALEGR�A No deja en este horizonte,
donde blasonar le vi,
serrana de las amigas
de la Esposa, que no emprenda.
CRISTO Vanas ser�n sus fatigas.
CUIDADO No le sufras que pretenda,
pues a tanto amor te obligas,
a quien te baja tan tierno
de tu monte y trono eterno.
CRISTO Dadme la capa y cayado.
(Vase EL CUIDADO.)
que yo le echar� del prado
a los valles del infierno.
(Vuelve a salir EL CUIDADO.- Tr�enle una capa aguadera, de tafet�n encarnado,
aforrada en un velo de Plata y oro y un cayado en forma de cruz.)
CUIDADO Esta, Se�or, es la capa
que al ingrato mundo tapa
tu grandeza, donde el cielo,
que es aforro deste velo,
se cifra en tan corto mapa.
Lo encarnado est� de fuera,
porque es la seda mortal;
y en el centro desta esfera
aquel oro celestial
que Dios, cerca de Dios era;
Aquel que al principio fue,
con su Padre, Verbo eterno.
ALEGR�A �Qu� significa esta E?
CUIDADO De su Esposa el nombre tierno;
ley de Gracia, Iglesia y Fe.
CRISTO �Veis este fuerte cayado?
Pues os juro que, clavado
en �l, tengo de vencer
al Competidor, y ser
por vencedor coronado.
Sal, hermos�sima Esposa:
si ignoras lo que mereces,
las huellas sigue animosa
de tus ganados que creces
con s�lo tu vista hermosa.
Apacienta tus corderos
junto a las chozas que son
de mis ricos ganaderos:
al carro de Fara�n
y sus caballos ligeros,
en que a la ciudad ven�a,
te comparo, Esposa m�a;
que varias gentes en ti
vendr�n a buscarme a M�
desde este dichoso d�a.
Tus mejillas son hermosas
como t�rtola, por ser
casta, y ellas vergonzosas
tu cuello resplandecer
veo con piedras preciosas.
Ven, que, en pago desta fe,
collar rico te dar�
argentado en blanca plata.
CUIDADO �Qu� bien la viste y retrata!
ALEGR�A Como quien tan bien la ve.
(Sale EL ALMA, que es LA ESPOSA, y con ella LA GRACIA.)
ESPOSA(Saliendo del jard�n.)
Mientras el Rey soberano
estaba en su eterna silla
mirando humilde y humano,
tendi� su divina mano
y dio olor mi florecilla.
Dime, Esposo, �d�nde est�s?
�D�nde duermes y apacientas
cuando el sol se enciende m�s?
GRACIA �Ad�nde buscarle intentas?
Si est�s con �l, �d�nde vas?
ESPOSA �Dulce Esposo!
CRISTO �Esposa amada!
ESPOSA �Qui�n oy� tan dulce nombre?
�Qu� linda capa encarnada!
�Oh, c�mo est�is, gentil hombre!
CRISTO El gentil hombre me agrada.
ESPOSA �Qu� ramillete de tanta
fragancia sois para m�!
Para mi pecho y garganta,
m�s que vi�a de Engadd�,
que de Chipre se trasplanta.
CRISTO Mira qu� hermosa que est�s
con tus ojos de paloma.
ESPOSA T�, mi amado, mucho m�s.
Asiento, mi Esposo, toma:
no te me apartes jam�s.
(Si�ntanse.)
Mira qu� florido lecho,
de cedro labrado, y hecho
de odor�fero cipr�s;
aunque otro tengo en que est�s,
hecho del alma, en el pecho.
CRISTO Yo soy de los campos flor,
y lirio del valle.
ESPOSA Inclinas
el alma a divino amor.
CRISTO Como azucena entre espinas,
das entre todas olor.
ESPOSA T�, como �rbol frutuoso
entre las silvestres ramas.
CRISTO Duerme, Esposa.
ESPOSA Dulce Esposo,
a tu sombra, pues me amas,
tendr� seguro reposo;
que su fruto a mi garganta
es dulce, porque es la planta
de tu amor y fortaleza.
Debajo de mi cabeza
me pon esa mano santa.
Cubridme todos con flores,
y de manzanas tambi�n,
porque me muero de amores.
(Du�rmese la ESPOSA.)
CRISTO Hijas de Jerusal�n,
por los ciervos corredores,
por las cabras os conjuro
no despert�is a mi Esposa:
goce este sue�o seguro;
cantadle, mientras reposa,
que regalarla procuro.
(Duerme LA ESPOSA, y los tres, EL CUIDADO, LA GRACIA y EL ALEGR�A, cantan, y los
dos danzan esta espa�oleta, mudando los bailes conforme fueren las coplas.)
M�SICA Estaba Mar�a Santa
contemplando las grandezas
de la que Dios ser�a
madre santa y virgen bella.
El libro en la mano hermosa,
que escribieron los profetas,
cuando dicen de la Virgen:
�Oh, cu�n bien que lo contempla!
Madre de Dios y Virgen entera,
Madre de Dios, divina doncella.
Baj� del cielo un arc�ngel,
y haci�ndole reverencia,
�Dios te salve, le dec�a,
Mar�a, de gracia llena�.
Admirada est� la Virgen,
cuando al s� de su respuesta
tom� el Verbo carne humana,
y sali� el Sol de la Estrella.
Madre de Dios y Virgen entera,
Madre de Dios, divina doncella.
(Mudan aqu� el baile y dicen el de la zarzuela.)
Yo me iba, Madre,
al monte una tarde,
dentro de vos misma,
aunque soy tan grande.
Nueve horas anduve
virgen despu�s y antes,
y pariendo virgen,
hasta que llegastes
a ver a Isabel,
que pre�ada sale
del Bautista a veros,
entre unos jarales.
Vi�rame Juanico,
y con gozo y bailes
se alegr� de verme,
dentro de su madre.
(Tornan a mudar el baile y la letra, y cantan.)
Juan resplandece este d�a
en el vientre de Isabel;
que Cristo es sol, y da en �l
por el cristal de Mar�a.
Luego que los dos se han visto
y abrazos tiernos se dan,
Cristo resplandece en Juan,
y Juan reverbera en Cristo.
Quedaron desde aquel d�a
�ngel Juan, cielo Isabel;
que Cristo es sol y da en �l
por el cristal de Mar�a.
CRISTO Esposa del alma m�a,
�sta fue mi Encarnaci�n,
y en la monta�a, aquel d�a,
la santa Visitaci�n
de Isabel y de Mar�a.
M�SICA Por cumplir con el edito
Mar�a y Josef, del C�sar,
lleg� la hora del parto,
y en Bel�n, peque�a aldea,
nace de una Estrella el Sol,
mas no tiene en qu� le envuelva.
De ver hombre a Dios se admira
la misma naturaleza.
Madre de Dios y Virgen entera,
Madre de Dios, divina doncella.
(Baile.)
Pascual, si el muchacho ves,
baila, salta, y hag�monos rajas;
que aqu� llevo las sonajas,
y el salterio para despu�s.
(Cantan.)
Caminad a Egipto
con el Ni�o, Madre,
que ha mandado Herodes
buscarle y matarle.
Pero ya que es hombre,
dad lugar que pase,
para nuestra vida,
de su muerte el c�liz;
pues que ya nos deja
su cuerpo y su sangre
en el pan y en vino,
que a todos reparte.
Ya en la cruz le enclavan,
y a su Eterno Padre
su esp�ritu env�a,
y el cielo nos abre.
Que de noche le mataron
al caballero,
a la gala de Mar�a,
la flor del cielo
Como el sol que arde
tanto se encubr�a,
noche parec�a,
aunque era la tarde.
La muerte cobarde
mat�, aunque ella ha muerto,
al caballero,
a la gala de Mar�a,
la flor del cielo.
CRISTO �ste fue mi nacimiento,
Alma m�a; pero advierte
que, despu�s deste contento,
de los pasos de mi muerte
sigue a mi vida el tormento.
Alma, �sta fue mi pasi�n
y la sangre que aquel d�a
me cost� la Redenci�n;
mas escucha el de alegr�a:
oye mi Resurrecci�n.
M�SICA(Esto es por la gallarda.)
Mas luego al tercero d�a
resucit� glorioso,
resplandeciente y fermoso,
alegrando cielo y tierra.
Ya la noche se destierra,
ya triunfa el Esposo eterno
de la muerte y del infierno
todos quedan por esclavos;
ya su cruz, corona y clavos
nos prometen vida y gloria.
�Vitoria, vitoria!
�Paz, contento y risa!
Corten caballos aprisa.
�T�pala, t�pala, t�pala, tapa!
Corrido va el toro,
el hombre se escapa,
porque a Dios, que le mira,
le ech� la capa.
�T�pala, t�pala, t�pala, tapa!
CRISTO Lev�ntate, amiga m�a;
camina, paloma hermosa:
ya pas� la noche fr�a
del invierno rigurosa,
y vino el alegre d�a.
Las flores aparecieron
en nuestra tierra, y se oyeron
las t�rtolas sin el luto;
las higueras dieron fruto
y las vi�as florecieron.
Ea, Esposa, ven siguiendo
mis pasos, que quiero ver
tu amor.
(Vase EL ESPOSO; s�guele el acompa�amiento.)
GRACIA Qued�se durmiendo.
ALEGR�A Gracia, �qu� quieres hacer?
GRACIA Irme a la ciudad subiendo,
y velar, con el Cuidado,
las almenas.
ALEGR�A Yo tambi�n
quiero estar a vuestro lado.
CUIDADO Si ausente el Esposo ven,
querr�n abrasar el prado.
(S�bense EL ALEGR�A, LA GRACIA y EL CUIDADO a la ciudad, y p�nganse con los
instrumentos en las almenas, y despierta LA ESPOSA.)
ESPOSA �Oh sue�o pesado y grave!
Esposo dulce y suave,
�d�nde est�s? �C�mo te fuiste?
Mas eres Dios, y tuviste
del cielo y tierra la llave.
Descuid�me, no est� aqu�.
Fuese. Tentar� la cama...
�D�nde le hallar�? �Ay de m�!
Si me quiere, si me ama,
�c�mo me ha dejado as�?
Por las calles con mil penas
le buscar�; ir� tras �l.
Guardas hay en las almenas:
quiero preguntar por �l,
que albricias dar� muy buenas.
(Habla LA ESPOSA con las guardas, y responden con m�sica, haciendo eco.)
ESPOSA �D�nde est�, guardas, mi querido?
M�SICA Ido.
ESPOSA �Ido? Pues �ya soy desamada?
M�SICA Amada.
ESPOSA Sin �l, �qu� fuera, desterrada?
M�SICA Errada.
ESPOSA �Ha sido error no haberte asido?
M�SICA Ha sido.
ESPOSA �Qu� har�, si est� conmigo unido?
M�SICA Un nido.
ESPOSA �Qu� ser�, desposada?
M�SICA Su posada.
ESPOSA �Agr�dale mi fe sagrada?
M�SICA Agrada.
ESPOSA �Va huido de mi amor o herido?
M�SICA Herido.
ESPOSA Pues �qu� har� para hallarle agora?
M�SICA Ora.
ESPOSA Temo que envidia aqu� resida.
M�SICA Es ida.
ESPOSA �Hele de hallar aqu� o aparte?
M�SICA Aparte.
ESPOSA �Mora en la fe que le enamora?
M�SICA Mora.
ESPOSA �Qu� da mi Esposo a quien convida?
M�SICA Vida.
ESPOSA Pues voy tras �l por esta parte.
M�SICA Parte.
(Ret�rense EL CUIDADO, LA GRACIA y EL ALEGR�A. Sale EL ESPOSO.)
CRISTO Detente.
ESPOSA �Eres t�, mi bien?
CRISTO Yo soy.
ESPOSA Pues no he de soltarte
aunque mil muertes me den:
quiero a mi casa llevarte,
y a todo el cielo, tambi�n.
Ven, mi dulce Esposo amado,
a tu huerto: ya te espera
su fruta, pues has quitado
el da�o de la primera
en aquel �rbol sagrado.
(Muestra una cruz que hay en el jard�n.)
Sube, sube.
CRISTO A subir pruebo.
La mirra, el tormento nuevo,
ya con mis aromas tomo;
mi panal con mi miel como;
vino y leche junto bebo.
Comed, amigos, comed
desta fruta y �rbol santo:
su licor santo bebed.
Est� en lo alto un jard�n con su enca�ado, y en medio una cruz a modo de �rbol,
entre otras plantas que tengan por flores los pasos de la Pasi�n del Se�or; y
salgan detr�s tres fuentes, con ramos con hojas que est�n en ellas, do se vean
algunas hostias, como si fueran las frutas de los ramos, y una parra con racimos
revuelta. Junto a este jard�n ha de haber una caba�a.
CRISTO Llega, Esposa.
ESPOSA �Favor tanto!
�Tan soberana merced!...
(�ntranse en el jard�n. Sale EL COMPETIDOR, con una capa aguadera de tafet�n negro,
aforrada con velo de plata, con unas muertes sembradas por ella, y LA ENVIDIA con
�l.)
COMPETIDOR �No te parece que vengo
por todo extremo gal�n?
ENVIDIA De mirarte envidia tengo.
COMPETIDOR Al favor que me dar�n
mi vanagloria prevengo.
�No parezco as� al Esposo?
ENVIDIA Siendo Dios, ser� forzoso
que no os parezc�is los dos.
COMPETIDOR Luego, �no hay como Dios,
tan alto y tan poderoso?
ENVIDIA Si te cost� tal tormento
tener este pensamiento,
�de qu� sirve hablar en �l?
COMPETIDOR Porque es tan grande, que d�l
nunca, Envidia, me arrepiento.
�En qu� est� diferenciada
esta capa a la de Cristo?
�No est� de cifras sembrada?
ENVIDIA En que la de Cristo he visto
del ser de Dios aforrada.
Es todo Divinidad
el oro que tiene dentro:
la encarnada Humanidad
es la tela, pero el centro
es impasible deidad.
La tuya es negro, en memoria
de tu desgracia notoria;
tus cifras de muerte son,
porque es de Dios privaci�n
de su gracia y de su gloria.
COMPETIDOR De negro color me visto
porque no quise adorar
eso que encarnado has visto,
ni ver al Verbo exaltar
en la humanidad de Cristo.
Yo que tuve tal belleza,
tal luz, tal sabidur�a,
�sufrir� que en mi cabeza
ponga el pie con fantas�a
la humana naturaleza?
Dios, en Mar�a encarnado
(capa en que est� disfrazado),
de un �ngel, como yo fui,
que al lado de Dios me vi,
�quieres que fuese adorado?
Mi capa negra me quiero
de tiniebla y confusi�n.
(Aparecen en el huerto EL ESPOSO Y LA ESPOSA.)
ENVIDIA �Es la Esposa?
COMPETIDOR Espera.
ENVIDIA Espero.
COMPETIDOR �Ay, Envidia! Los, dos son:
de celos me abraso y muero.
ENVIDIA �Qu� hace el Esposo all�?
COMPETIDOR �No ves aquel fuerte le�o,
cargado de fruto?
ENVIDIA S�.
COMPETIDOR Pues �se, Envidia, fue el due�o
de cuanto mal hay en m�.
Mira los racimos bellos
que s�lo Cristo pis�,
y, te�ido el lagar dellos,
esta vi�a le dej�,
que es tan preciosa por ellos.
ENVIDIA S�; mas dime, �c�mo dan
panes y espigas las ramas
que con racimos est�n?
�C�mo estos �rboles llamas?
COMPETIDOR �rboles de Vino y Pan.
CRISTO(A la ESPOSA.)
Toda la heredad que has visto,
Iglesia, dejarte quiero,
y, en los frutos que conquisto
la eterna, que darte espero;
que �stas son flores de Cristo.
Estos clavos son claveles;
estos azotes cr�eles,
alhel�es jaspeados;
destos espinos ba�ados
de sangre no te receles;
corona de Rey se llaman:
esta escala llega al cielo
con los que mis pasos aman.
Las almas su santo celo
con aquesta ca�a enraman.
Y aunque esparto ves (que al fin
no es yerba para jard�n),
tras de las hojas del huerto
que la estimes m�s te advierto
que al m�s c�ndido jazm�n.
Esta lanza es �rbol santo
que cura heridas del pecho,
aunque abri� el que miras tanto:
si ya el ramillete has hecho,
ven conmigo, deja el llanto.
ESPOSA �D�nde, Se�or?
CRISTO A fundar
tu caba�a, que esta hiedra
divina quiere adornar:
ya Pedro me ha dado piedra,
piedra aqu�, nave en el mar;
que deste golfo es la nave,
que entre sus ondas limita.
ESPOSA Seguir�, Esposo suave,
tus pasos.
ESPOSO Mi amor imita:
ven y dar�te la llave.
(Llegados a la puerta de la caba�a, �brela EL ESPOSO y entrega la llave a LA
ESPOSA, la cual entra y cierra, retir�ndose �l fuera del jard�n.- Vase EL ESPOSO y
LA ESPOSA.)
ENVIDIA Sospecho, Competidor,
que vas de mal en peor:
Cristo heredad ha fundado,
y a la Iglesia la ha dejado
en dote y arras de amor.
COMPETIDOR Ya lo veo; pese al d�a
que del L�bano ca�,
donde cedro ser sol�a,
y la esperanza perd�,
mas no perd� la osad�a.
Heredad del Vino y Pan
a su Iglesia Cristo deja,
y, un �rbol que no tendr�n
de sed, ni de hambre, queja
desde hoy los hijos de Ad�n.
ENVIDIA Las plantas mis ojos ciegan.
COMPETIDOR Dar�n fruto varias gentes
y hacen bien si no le niegan,
pues tiene el �rbol tres fuentes
que toda la Iglesia riegan.
ENVIDIA �rbol de Pan, Agua y Vino,
dime, �de qu� Indias vino?
COMPETIDOR Del Nombre de Dios vendr�,
Puerto-Rico, donde est�
aquel �rbol Uno y Trino.
ENVIDIA Deshagamos esta huerta.
COMPETIDOR Pues tenlo por cosa cierta,
amigo: voy a llamar,
que cosa no ha de quedar,
aunque Dios guarde la puerta.
ENVIDIA �Qui�n vendr�?
COMPETIDOR El jud�o, Calvino,
Atrio, Melanct�n, Lutero
y otros mil.
ENVIDIA Ten, que imagino
que viene a guardarla.
COMPETIDOR Hoy quiero
intentar un desatino.
(Sale EL ESPOSO y los tres m�sicos. CRISTO sale embozado, y EL COMPETIDOR se emboza
tambi�n.)
CRISTO Cantad, mientras por aqu�
rondo a mi querida Esposa.
CUIDADO Gran cuidado vive en ti.
CRISTO Tengo condici�n celosa.
COMPETIDOR(Aparte.)
Celoso vive de m�.
(Cantan los m�sicos.)
M�SICA Si quer�is que os ronde la puerta,
alma m�a de mi coraz�n,
seguidme despierta,
tenedme afici�n:
ver�is c�mo arranco
un �lamo blanco,
y en vuestro servicio
le pongo en el quicio;
que vuestros amores m�os son.
Si quer�is que os enrame de Gracia,
alma m�a de mi coraz�n,
tened afici�n
en vuestra oraci�n
ver�is que un espino
sangriento y divino
os pongo por palma
al quicio del alma;
que vuestros amores m�os son.
Si quer�is que os enrame de Gloria,
alma m�a de mi coraz�n,
tened en memoria
mi muerte y pasi�n
ver�is que os da luz
un �rbol de cruz;
ver�is que os da vida
con fruta y comida;
que vuestros amores m�os son.
CRISTO �breme, querida Esposa;
mira, paloma amorosa,
que traigo el cabello m�o
todo lleno de roc�o
de la noche rigurosa.
ESPOSA(Dentro de la caba�a.)
Estoy desnuda, Se�or,
y vestirme agora es
con este tiempo rigor:
lav�me tambi�n los pies:
tengo a ensuciarlos temor.
CRISTO Echada tiene el aldaba
la puerta del coraz�n.
Qui�rola alzar... Fuerte estaba.
(Intenta quitar la aldaba, y no se abre la puerta.)
ESPOSA(Dentro.)
�Qu� temor! �Qu� confusi�n!
CRISTO Abre, dulce Esposa, acaba;
que tengo al Competidor
en la calle.
ESPOSA(Dentro.)
Ya, Se�or,
me visto y levanto a abrir.
CRISTO Agora me quiero ir.
ALEGR�A �Qu� de regalos de amor!
(Vanse LOS M�SICOS y CRISTO.)
COMPETIDOR �Fuese?
ENVIDIA �No lo ves?
COMPETIDOR �Que Cristo
tan enamorado ande!
Aqu� por mi da�o asisto.
�Que se enoje y que se ablande!
Nunca tan ni�o le he visto.
�Esto con las almas hace?
�Hay tal ternura de amor?
Ya se enoja y satisface.
ENVIDIA De ver al Competidor,
cerca de sus puertas, nace.
COMPETIDOR �Qu� de veces viene y va!
ENVIDIA Algo tiene que le duele.
COMPETIDOR Lo que le cuesta ser�;
que a lo que m�s costar suele
mayor estima se da.
ENVIDIA �Qu� le cuesta?
COMPETIDOR Sangre y vida,
muerte, Pasi�n y estos pasos.
(Sale LA ESPOSA, cubierta con un rebozo.)
ESPOSA Entra, Esposo.
COMPETIDOR �Qu� perdida
sale a buscarle!
ENVIDIA En mil casos
la prueba.
ESPOSA �Ay, prenda querida!
Enojado te has partido.
�Cristo m�o, Esposo amado!
No responde: yo he tenido
la culpa, que vino helado;
ingrata a su amor he sido,
llam�me su inspiraci�n
con m�sica, y �l despu�s;
pero buscarte es raz�n,
que dondequiera que est�s
te ha de hallar mi coraz�n.
COMPETIDOR Teneos a la justicia.
ESPOSA �Sois guardas de la ciudad?
COMPETIDOR Somos la Envidia y Malicia.
ESPOSA Pues mi libre voluntad
hallar su Esposo codicia.
Dejadme pasar.
COMPETIDOR �Qui�n es
tu Esposo?
ESPOSA Cristo es mi Esposo.
ENVIDIA �Dale! �M�tala!
COMPETIDOR �No ves
que se fue de aqu� celoso,
heladas manos y pies
de esperar a que le abrieses?
ESPOSA �En manos tan abrasadas
pudo haber hielo?
COMPETIDOR Si fueses,
serrana, a mis enramadas
chozas, y sus huertos vieses;
si vieses a mis ganados,
aunque negros y manchados,
cubrir gordos y contentos
los campos, libres y exentos,
y los anchurosos prados,
no querr�as m�s tu Esposo.
ESPOSA Dejadme pasar, villanos.
ENVIDIA �M�tala!
COMPETIDOR Ser� forzoso
poner en ella las manos.
(Danla de golpes.)
ESPOSA �Ay, Dios! �Ay, Padre piadoso!
COMPETIDOR Estos golpes llevar�is,
puesto que a Dios os quej�is;
y el manto os quiero quitar,
por que le venga a cobrar.
ESPOSA �Ay, Se�or! �No me val�is?
COMPETIDOR Decid que yo os le quit�,
y que en el infierno vivo:
que me busque.
ESPOSA S� dir�.
COMPETIDOR �Oh, qu� venganza recibo!
ENVIDIA No has derribado su fe.
(Vanse EL COMPETIDOR y LA ENVIDIA y sale EL ESPOSO y LA M�SICA.)
CRISTO �Qu� es esto?
ESPOSA �Ay, Esposo m�o!
Que no quise abrir la puerta,
temiendo el hielo y el fr�o,
viendo mi puerta cubierta
de escarcha, nieve y roc�o;
mas, sali�ndote a buscar,
top� tu Competidor:
mil golpes me pudo dar,
pero la fe de mi amor
no la pudo derribar.
El manto que me cubr�a
me ha quitado, y me dec�a
que t�, mi Pastor eterno
le cobres; que en el infierno
le busques, que all� viv�a,
CRISTO ��l no sabe que podr�?
�Y que de m� se escondi�
una vez que le encontr�,
donde cuanto quise yo
de sus entra�as saqu�?
�No sabe que le mord�,
y que un bocado le di
con que le dej� sin br�o?
ESPOSA C�breme t�, Esposo m�o,
pues a buscarte sal�.
CRISTO Contigo, Pastora, ir�;
t�, serrana, ir�s conmigo
contigo me quedar�,
porque aqu� a quedar me obligo
en los brazos de tu fe.
En cuerpo quiero quedarme:
mi capa te doy.
(Qu�tase EL ESPOSO la capa, y queda en cuerpo con una tunicela blanca llena de
estrellas.)
ESPOSA �Qu� franco
te has mostrado para honrarme!
ALEGR�A Qued�se el Esposo en blanco.
ESPOSA Ya no tienes m�s que darme,
pues en cuerpo te has quedado.
GRACIA �Oh, c�mo est�s gentil hombre!
CRISTO Gracia, cuanto tengo he dado:
en este blanco, Dios-Hombre,
Esposa queda a tu lado.
Haz cuenta que ves el Pan:
debajo de sus especies
mi Cuerpo y mi Sangre est�n,
para que el tesoro precies
que hoy mis amores te dan.
Vosotros, que esta vitoria
visteis, con santa eficacia
celebrar�is su memoria,
pues aqu� le doy mi gracia,
y all� en el ciclo la gloria.
(Cantan.)
M�SICA �Qu� bien os quedasteis,
gal�n del cielo!
Que es muy de galanes
quedarse en cuerpo;
aquel cuerpo humano
tan hermoso y bello
con que el Ser divino
ten�is encubierto.
Hoy dej�is al Alma
el man� del cielo;
que es muy de galanes
quedarse en cuerpo.