Conferencia para Jovenes
Conferencia para Jovenes
Conferencia para Jovenes
Para entender mejor este principio, podemos observar la vida del rey David.
A pesar de ser un hombre conforme al corazón de Dios, David cayó en
tentación al ver a Betsabé, la esposa de Urías. Aunque lo que hizo podría
considerarse lícito desde una perspectiva cultural, no edificó ni a él ni a otros.
Más bien, condujo a consecuencias dolorosas y alejó a David de Dios.
Este ejemplo nos recuerda que nuestras elecciones, incluso cuando son
permitidas, pueden tener un profundo impacto en nuestras vidas y en la de
los demás. Como cristianos, debemos evaluar cuidadosamente si lo que
hacemos edifica nuestra fe, nuestra relación con Dios y nuestra influencia en
los demás.
Lucas 10:27 nos instruye: Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda
tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
Hay que amar a Dios con todo, incluyendo la mente, es decir que nuestros
pensamientos deben someterse a un proceso de renovación. Dios puede
multiplicar los buenos pensamientos en bendiciones abundantes pero si a
diario tenemos más pensamientos negativos que positivos, los resultados
serán malos. Los pensamientos nos gobiernan, durante el día definitivamente
dedicamos mucho tiempo a pensar, incluso más que a orar. Constantemente
tomamos decisiones y si no sabemos cómo pensar, no obramos bien y lo que
tenemos en mente nos estorba para recibir aquello que el Señor quiere
darnos.
Salmo 139: 17 nos habla sobre los pensamientos de Dios: ¡Cuán preciosos
me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!
Los pensamientos de Dios son preciosos, es decir, tienen un precio muy alto.
Además, son muchos. La Palabra dice que debemos tener la mente como la
de Cristo, con muchos pensamientos valiosos.
Dios multiplica lo que piensas, por eso debes pensar cosas buenas. Si piensas
en lo malo, eso es lo que el Señor multiplicará. Cuando ministro a la gente,
veo que los malos entendidos se originan de malos pensamientos y éstos
provocan divisiones que se reproducen al infinito. Los conflictos, el
desánimo, rencor y enfermedad se multiplican a consecuencia de un mal
pensamiento. La mente del ser humano asume lo malo muy rápidamente y
debería cambiar hacia lo bueno que también puede multiplicarse en cosas
positivas.
Romanos 12: 1-3 aconseja: Así que, hermanos, os ruego por las misericordias
de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a
Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo,
pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que
no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí
con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
No conformarse con este siglo significa que no debemos quedarnos con los
pensamientos mundanos e imitar lo malo. Es verdad que enfrentamos una
crisis pero tu mente debe enfocarse en lo bueno y las oportunidades de
superación. Cambia tu mentalidad aunque eso te haga parecer diferente a
los demás. Lo peor que puede pasar es que te llamen loco, pero si es por
tener buenos pensamientos, sería maravilloso. La Palabra dice que el
evangelio es locura, así que bienvenido al mundo extraordinario del Señor
que hace lo imposible. Las obras de fe que puedas emprender son producto
del pensamiento renovado que tengas.
Jesús puede liberarte del viejo hombre y darte una nueva naturaleza que
busque Su voluntad. Este es el año de la renovación de tu mente y la
multiplicación de los buenos pensamientos que el Señor tiene sobre ti.
Empieza a pensar bien y obtendrás resultados positivos. Decide ser libre de la
vieja naturaleza que te lleva al pecado y te obliga a tomar decisiones en la
carne y no en el espíritu. En Cristo Jesús, libérate de ese vicio que te
esclaviza, sé libre de esa enfermedad que te aqueja porque por Su llaga
somos sanos.
Romanos 8:5-10 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la
carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el
ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se
sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no
pueden agradar a Dios. Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el
Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el
Espíritu de Cristo, no es de él. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en
verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la
justicia.
Debemos caminar hacia a Dios, agradándole con cada paso que damos.
Todos queremos vida y paz, para alcanzarlas debemos ejercitar nuestro
pensamiento y tener la mente de Cristo. Busca pensar como Él. Ejercita la
autoridad que Dios te dio cuando lo aceptaste como Señor y Salvador.
Haz un pacto con Dios y contigo mismo, saca todo lo malo, desecha la
información que no sirve. Borra tu disco duro, límpialo y empieza a
alimentarlo de las Promesas y la Palabra. Piensa las cosas correctas y buenas
que agradan al Señor, llénate de pensamientos de fe y bendición. Declara
que tu mente será libre y te renovarás a través de un proceso que te llevará
de la vida natural en el pecado a la vida sobrenatural de la santidad. Todo lo
que estorbe será quitado y en tu mente quedarán sólo pensamientos que
edifiquen tu vida. Piensa y actúa como hijo del Padre que todo lo puede.