Proyecto de Aula
Proyecto de Aula
Proyecto de Aula
Un proyecto de aula implica generar problemas con una intención particular, donde las inquietudes
temáticas que deben ser desarrolladas, se construyen consecutivamente. Los proyectos del aula también
son actividades que permiten solucionar problemas que despiertan interés y surgen por consenso, a partir
de las cuales los alumnos y profesores van planeando en la medida que surgen las situaciones. Este
proyecto, se considera contrario a lo convencional, ya que los estudiantes participan activamente: indagan,
agotan posibilidades, salen de los horarios y aulas habituales, leen y consultan, y hasta se desbordan en sus
búsquedas; crean otras inquietudes y el maestro debe viabilizar otras posibles exploraciones (Martínez,
2000, p. 19).
Según Martínez (2000), los educadores comprometidos en un proyecto de aula están en un incesante
cambio, tanto en la construcción de conocimientos como en la relación social. Los intereses de los
estudiantes y de los docentes son distintos en un mismo proyecto, a la vez que se relacionan, elaboran
juicios y transforman sus relaciones. Por su parte los estudiantes están en constante actividad, en búsqueda
del conocimiento y hay un espacio para que educadores y alumnos planifiquen y consulten al mismo tiempo,
consigan materiales, en este proceso se les reconoce como productores de saberes (p. 16).
“El elaborar proyectos de aula con una imagen de conocimiento, enseñanza y aprendizaje contemporáneos,
seguramente va a cualificar a los jóvenes con una alta autoestima y autonomía frente al conocimiento y la
En un proyecto de aula, se consideran de importancia las fuentes primarias, sin embargo, otras fuentes
como la tradición oral, la experiencia, lo que dicen y piensan los estudiantes, juegan un papel de importancia
para su desarrollo (Martínez, 2000, p. 17).
espacios, ideas, material bibliográfico, de laboratorio; además, entra como participante activo en el proceso,
aprendiendo al lado de los estudiantes. Este tipo de actividades, por proyectos de aula, nos sirve para
integrarnos con profesores de otras áreas, y para tener un trabajo más articulado y con sentido.”
En este sentido, es interesante fomentar la interacción con otros profesores de distintas disciplinas
científicas y especialidades en la medida que permite organizar e instaurar conocimiento de manera integral
u holística.
“El nuevo modelo educativo a desarrollar requiere ser organizado e implementado con base en el concepto
a la inclusión de la disposición para aprender además del saber cómo, posibilitándose que el educando pueda
generar un capital cultural o desarrollo personal, un capital social que incluye la participación ciudadana, y
En este sentido, el modelo educativo de las universidades en Panamá, presenta estructuras flexibles,
ligadas de acorde al entorno social y global, cuyas orientaciones didácticas se gestan desde los postulados
del conectivismo y constructivismo planteado desde el aprendizaje significativo, sociocultural, colaborativo,
basado en problemas, experiencial, entre otros. Igualmente, desarrollan acciones en el contexto global
reconociendo la sociedad del conocimiento y conectividad, por lo que la creación de entornos de aprendizaje
centrados en el estudiante permite estar abierto a los cambios tecnológicos y científicos actuales.
Así, las teorías de sistema de Von Bertalanffy (1980), el enfoque socioformativo de Tobón (2013), las
necesidades humanas de Maslow (1954), el conectivismo de Siemens (2010) atienden, entre otros, la
gestión académica que articula las funciones sustantivas de la universidad (investigación, extensión y
docencia) desde una visión sistémica, compleja y emergente. El desarrollo de estas teorías se concreta en el
aprendizaje y competencias desarrolladas en los estudiantes, de forma que el conocimiento sea asimilado y
reestructurado cognitivamente de forma participativa.
“Las competencias deben ser consideradas como parte de la capacidad adaptativa cognitivo-conductual
que es inherente al ser humano, las cuales son desplegadas para responder a las necesidades específicas
que las personas enfrentan en contextos sociohistóricos y culturales concretos, lo que implica un proceso de
adecuación entre el sujeto, la demanda del medio y las necesidades que se producen, con la finalidad de
maneja y los recursos didácticos que emplea al momento de enseñar en el aula la investigación (Murcia,
Por otra parte, más allá de lograr un aprendizaje el objeto se concentra en articular las áreas disciplinares
con investigación, que es también fortalecer la cultura investigativa en la institución, tomando en
consideración la metodología que maneja el docente y los recursos didácticos que emplea al momento de
enseñar en el aula.
Estas demandas pueden tener dos órdenes: las sociales (que deberían ser priorizadas en el contexto que
enfrenta la humanidad en la actualidad) y las individuales (Frade, citado en García Retana, 2011). En base a
lo antes mencionado, el modelo educativo juega un papel trascendental, de modo que organiza la enseñanza
con la finalidad de que los educandos logren desarrollar capacidades para resolver problemas, tanto a nivel
personal como social.
De esta manera, las competencias adquiridas contribuirán a dominar los mecanismos socioculturales
necesarios para interactuar con el conocimiento, permitir la interacción en grupos heterogéneos, en donde
se encontrarán con diversos matices, potenciar el actuar con autonomía y comprender el contexto (García
Retana, 2011); lo cual reafirma que las competencias demandarán una acción personal de compromiso, en
el marco de las interacciones sociales donde tendrán su expresión concreta.
“El enfoque educativo por Competencias conlleva a una movilización de los conocimientos, a una
integración de los mismos de manera holística y un ligamen con el contexto, asumiendo que la g ente
aprende mejor si tiene una visión global del problema que requiere enfrentar.
Dado que las Competencias, por su naturaleza, son de carácter personal e individuales, se requiere para su
impulso desde el sistema educativo, el conocer y respetar las capacidades metacognitivas de los
educandos, lo que implica determinar sus estilos de aprendizaje, el área más significativa de su inteligencia,
y abordar los procesos cognitivos e intelectivos que los caracterizan, a través de la organización de
situaciones concretas, en espacios concretos, con y por personas concretas, a través de actividades
Por consiguiente:
“La adquisición de una competencia está indisolublemente asociada a la adquisición de una serie de saberes
(conocimientos, habilidades, valores, actitudes, emociones, etc.) por parte del sujeto, que demandan de
este: “desempeños voluntarios, conscientes y racionales reflejados en actitudes que demuestran valores
éticos”
“El modelo educativo por Competencias persigue así una convergencia entre los campos social, afectivo, las
habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales, motoras, del individuo, lo que significa que el aprendizaje
debe potenciar una integración de las disciplinas del conocimiento, las habilidades genéricas y la comunicación
de ideas (Argudin, 2001), por lo que el educando no solo debe saber manejar sus saberes (conocimientos),
sino que también debe tener bajo su control sus interacciones sociales, sus emociones y sentimientos, así
como sus actividades y, además, debe ser capaz de reconocer, interpretar y aceptar las emociones y
Dicho modelo educativo enfrenta dos retos: a) el criterio heredado por la sociedad “occidental”,
caracterizada por el pensamiento generado en la Grecia clásica, que planteó una división de las “ciencias” en
términos de disciplinas, con límites fijos, separando las ciencias “duras” -desde una perspectiva lógico-
matemática-, de las ciencias “blandas” -la música, el arte el deporte, etc. ignorándose, de esta manera, el
carácter integral del individuo, en el que coexisten otras inteligencias, que incluyen la cinestésica, la
espacial, introspectiva, emocional, etc.; inteligencias que contribuyen al desarrollo de determinadas
competencias particulares; y b) la resistencia mostrada por los remantes de la educación e scolástica,
basada en la autoridad y la razón, donde el docente es visto como fuente de sabiduría, en tanto el discente
es percibido como un ignorante, cuya mente es asumida en calidad de una tabla rasa, quien aprendía en
tanto lograba grabar y reproducir las enseñanzas de su maestro (García Retana, 2011, p. 5).
La implementación de un modelo educativo basado en competencias debe tomar en cuenta que él mismo
conlleva a una transformación o elaboración continua de las ideas y las creencias, lo que implica una
innovación importante, que va a resultar en un cambio. Así, se precisa que las personas encargadas de su
implementación rediseñen el significado de lo que es el aprendizaje, lo que implicará conflictos y
desacuerdos que no solo son inevitables, sino fundamentales para el cambio exitoso (Fullan en García
El cambio del modelo educativo “tradicional” a un modelo basado en competencias, debe ser realizado
cuidadosamente, ya que las competencias pueden interpretarse desde diversas perspectivas; lo importante
es entender que las competencias deben desarrollarse para garantizar la calidad de vida de la nueva humanidad
es decir, de las futuras generaciones, y no estar en función exclusiva del aparato productivo, que se vende
como un sistema ventajoso, útil, y eficaz (en García Retana, 2011, p. 6).
“El desarrollo de las Competencias solo será posible en tanto los docentes conozcan y desarrollen los estilos
de aprendizaje de sus alumnos, lo cual demanda de éstos (Alonso y Gallego, 2010) el que ayuden a los
educandos a resolver problemas reales, a distinguir lo superficial de lo significativo, a que se conozca más a
sí mismo, así como sus capacidades, cualidades y limitaciones, ya que para el desarrollo de las Competencias,
el educando no solo debe saber manejar sus saberes (conocimientos), sino que también debetener bajo control
sus interacciones sociales, sus emociones y sentimientos, así como sus actividades y, además, debe ser capaz
de reconocer, interpretar y aceptar las emociones y los sentimientos de los demás (Ortega, 2008).”
- (Alonso y Gallego, 2010; Ortega, 2008; citados en García Retana, 2011, p. 57).
Proyecto integrador
Las teorías cognoscitivas derivadas de Piaget, la teoría de la evolución histórica social de Vygotski (1979) y
la teoría del aprendizaje significativo de Ausubel (1976), en su aplicación reconocen que el docente es
mediador del aprendizaje y el estudiante tiene saberes y conceptos que el docente debe utilizar para
generar nuevos conceptos. La enseñanza se basa en el hallazgo, de tal forma que los alumnos aprenden a
medida que exploran, experimentan y consultan las distintas bibliografías disponibles, analizan la
información reciente con la lógica del método positivo de la disciplina y deducen sus propios conocimientos.
Los espacios académicos facilitan las relaciones dialógicas entre maestros y alumnos, de tal manera que
potencialicen y dinamicen los procesos de enseñanza-aprendizaje, y permitan que el ambiente educativo se
convierta en un contexto de construcción de saberes con respeto por la diversidad, el reconocimiento del
otro y la acción colectiva del bien común.
Hewitt Ramirez, en su artículo El Proyecto Integrador: una estrategia pedagógica para lograr la integración
y la socialización del conocimiento (2007), expresa:
“El proyecto integrador consiste en un ejercicio investigativo que los estudiantes desarrollan en cada
cuatrimestre académico en el cual deben articular todos los saberes que cursan para responder al núcleo
problemático de su nivel de formación. Por ser una estrategia de investigación formativa, no se orienta a la
ya elaborados, pero nuevos para el estudiante. A través de esta estrategia, se pretende el fortalecimiento
“La experiencia con el desarrollo y aplicación de esta estrategia muestra que es una herramienta
pedagógica que familiariza al estudiante con la investigación, su naturaleza y sus fases. Favorece el
decisiones, entre otras. Además, permite la adquisición de habilidades y competencias para apoyar los
conocimientos teóricos, prácticos y técnicos necesarios para lograr un ejercicio cualificado de su actividad
profesional.”
- (Hewitt Ramirez, 2007, citado en Escobar Olguín, Arrieta Ruiz, Vielma Castillo, 2015).
Respecto del propósito fundamental del proyecto integrador, la autora Hewitt Ramirez (2007), dice que:
“Es desarrollar en el estudiante la habilidad para integrar los distintos saberes que hacen parte y son
necesarios para responder al núcleo problema de cada uno de los niveles de formación. Da cuenta de la
habilidad del estudiante para buscar información, integrarla y ponerla al servicio de un ejercicio de
investigación, y de la capacidad para interpretar el saber específico de su propia disciplina con una
proyección hacia lo integrado del saber. Así, permite la formación conceptual, actitudinal y procedimental en
el estudiante. Conceptual porque, a través de esta estrategia, el estudiante identifica los conceptos
fundamentales que le permiten definir, comprender y analizar el objeto de la psicología y los métodos
estudiante desarrolla una actitud positiva hacia la investigación, en las dimensiones afectiva, cognoscitiva y
conductual. Con la puesta en práctica de esta herramienta pedagógica se desmitifica la investigación como
competencias del orden instrumental que le permiten el uso de las diferentes metodologías de
investigación.
Además de lo anterior, el proyecto integrador también es una estrategia pedagógica de impacto social que,
utilizada como apoyo a las diferentes asignaturas cursadas por los estudiantes del programa, desarrolla
competencias para observar, planear, diseñar y realizar acciones sistemáticas y pertinentes para el logro de
La finalidad es que el estudiante se aproxime a un problema social, genere elementos para su comprensión
y, si es el caso, piense en los lineamientos necesarios para llevar a cabo un modelo de intervención sobre
dicho fenómeno bajo la orientación y guía de sus profesores. Cada proyecto realizado puede convertirse en
un proyecto de investigación. De esta manera, esta estrategia también permite la integración teórico -
“Para la elaboración del proyecto integrador los alumnos se distribuyen en grupos, lo que favorece el
desarrollo de competencias para trabajar en equipo. El proyecto se realiza bajo la asesoría de todos los
docentes de cada cuatrimestre. Por lo tanto, los estudiantes reciben la tutoría de los profesores de las
El proceso de evaluación del proyecto integrador implica el consenso de todos los docentes del
cuatrimestre. De esta forma, los estudiantes entregan su proyecto integrador a cada uno de sus docentes,
quienes lo revisan y se reúnen para discutir cada proyecto y establecer una sola calificación.
El proyecto integrador demanda, por una parte, un docente no solo con un amplio dominio del conocimiento
sino con una actitud investigativa, flexible, reflexivo, crítico, creativo, capaz de proponer y favorecer el
en el aula; y, por otra, la participación activa de los profesores, por lo que se han generado espacios
permanentes de reflexión docente orientados a analizar, discutir y planear la forma en cómo los diferentes
saberes que se abordan en cada semestre académico se pueden articular para orientar a los estudiantes en
la elaboración del proyecto integrador. Este ejercicio académico de los docentes ha facilitado la construcción
aprender además del saber cómo, posibilitándose que el educando pueda generar un capital cultural o
desarrollo personal, un capital social que incluye la participación ciudadana, y un capital humano o capacidad
- (Dirección General de Educación y Cultura de la Comisión Europea, 2004, citado en García Rentana,
2011).
Proyecto interdisciplinario transversal
Según Flores Martínez, Barrón Achá, Trujillo Mamani (2012), los contenidos transversales tienen el
propósito de:
para la salud, valores humanos, ecología, medio ambiente, consumo, etc. (…)
Los contenidos básicos comunes se orientan a la formación de competencias: saber, saber hacer, saber ser.
Por otra parte, los contenidos transversales son aquellos que recogen demanda y problemáticas sociales,
comunitarias y/o laborales relacionadas con temas, procedimiento o actitudes de interés general.
valoración hacia la propia persona, la comunidad y el ambiente natural. Los mismos requieren del aporte de
distintas disciplinas, ya que pueden ser abordados con distintos niveles de complejidad y profundidad según
los saberes previos, los intereses y otras cuestiones que solo es posible precisar en el nivel de cada
institución escolar.
Los contenidos transversales pueden denotar una reactualización de todos los contenidos, desde las
ciencias sociales y naturales hasta las matemáticas y las lenguas y no solo de valores, actitudes y hábitos, sino
El concepto está emparentado con otros, como los de redes de cooperación y lógicas organizativas en red,
que hacen alusión a formas de coordinación institucional y prácticas de innovación en la gestión. Ambas
horizontal de las instituciones mediante la interacción de los actores involucrados, con el fin de unificar
esfuerzos para atender y dar respuesta a los retos que afrontan las instituciones. Presuponen la
de interacción.”
- (Duque,2011, p.3).
En este sentido, al hablar de proyecto interinstitucional, se hace referencia a las acciones conjunt as que
permiten el diseño, ejecución y evaluación de proyectos, que involucran a más de una institución y buscan
dar respuesta a una necesidad o problema específico.
En este sentido, Duque (2011) cita a Sebastián (2000), quien señala que:
“La acción en red, ampliamente difundida en las últimas décadas, se ha orientado a resaltar la colaboración
términos generales, se definen como asociaciones de interesados, que tienen como propósito la consecución
Así, las asociaciones institucionales constituyen espacios de articulación y colaboración entre distintos
ámbitos de acción, de acuerdo con el fin en el que se enmarque cada institución. Por supuesto que las
acciones institucionales realizadas de forma asociativa, tienen diversas ventajas, entre ellas, podemos
nombrar la reducción de costos de inversión.
“Las organizaciones o instituciones (los nodos) que traspasan sus barreras organizativas para establecer
vínculos de coordinación en torno a propósitos y/o programas conjuntos, requieren la reorganización de los
procesos de producción del conocimiento para realizar aperturas y orientarse a la colaboración a través de
asociaciones más o menos complejas, más o menos flexibles, y de mayor o menor duración en el tiempo.”
universidades. Constituye una opción para hacer más potentes los procesos y resultados en las
organizaciones que entran en interacción de una forma más orgánica y formal. No constituye una acción
para hacer agregación de esfuerzos entre distintas universidades, centros o institutos de investigación para
conocimiento en los niveles de formación avanzada, sino una estrategia para coordinar potencialidades y
fortalezas para enfrentar situaciones que difícilmente podrían lograrse de forma aislada.”
Tomando prestados algunos aportes del estudio de las políticas públicas, se puede pensar el problema de la
interinstitucionalidad a partir del denominado “modelo de entramado”, derivación de una concepción más
amplia de “redes de actores” o, en su denominación inicial, de Policy Network, como modelo de acción
(Marín & Mayntz, 1991; Marsh & Rhodes, 1992; Lehmbruch, 1991; Katz & Shapiro, 1985; Dowding, 1995;
Börzel, 2008).
Tal como lo define Bözel (2008), este modelo de acción interinstitucional se constituye a partir de una serie
de interacciones, producto de acuerdos:
vinculan a una variedad de actores que comparten intereses comunes en referencia a una política, y que
intercambian recursos para perseguir esos intereses compartidos, admitiendo que la cooperación es la