Fotosintesis

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INTRODUCCIÓN

¿Has abrazado a un árbol últimamente? Si no, quizás sea buena idea que lo consideres:
tú, junto con el resto de la población humana, debes tu existencia a las plantas y a
otros organismos que capturan energía de la luz. De hecho, gran parte de la vida en la
Tierra es posible debido a que el sol proporciona energía de forma continua a los
ecosistemas.
Todos los organismos, incluidos los seres humanos, necesitan energía para provocar
las reacciones metabólicas del crecimiento, desarrollo y reproducción. No obstante, los
organismos no pueden utilizar energía de la luz directamente para sus necesidades
metabólicas, ya que esta primero debe convertirse en energía química mediante el
proceso de fotosíntesis.
¿Qué es la fotosíntesis?

La fotosíntesis es el proceso en el cual la energía de la luz se convierte en energía


química en forma de azúcares. En un proceso impulsado por la energía de la luz, se
crean moléculas de glucosa (y otros azúcares) a partir de agua y dióxido de carbono,
mientras que se libera oxígeno como subproducto. Las moléculas de glucosa
proporcionan a los organismos dos recursos cruciales: energía y carbono fijo
(orgánico).

 Energía. Las moléculas de glucosa sirven como combustible para las células: su
energía química puede obtenerse a través de procesos como la respiración
celular y fermentación, que genera trifosfato de adenosina —una molécula
pequeña portadora de energía— para las necesidades de energía inmediatas de
la célula.

 Carbono fijo. Cuando el carbono del dióxido de carbono —carbono inorgánico


— se incorpora a moléculas orgánicas, este proceso se llama fijación de
carbono, mientras que el carbono de moléculas orgánicas se conoce como
carbono fijo. El carbono que está fijo y se ha incorporado a los azúcares
durante la fotosíntesis puede utilizarse para crear otros tipos de moléculas
orgánicas que necesitan las células.
La importancia ecológica de la fotosíntesis

Los organismos fotosintéticos, como plantas, algas y algunas bacterias, cumplen


una función ecológica clave: introducen la energía química y el carbono fijo en los
ecosistemas mediante el uso de la luz para sintetizar azúcares. Dado que producen su
propio alimento (es decir, fijan su propio carbono) con la energía de la luz, estos
organismos se llaman fotoautótrofos (literalmente, “organismos que se alimentan a sí
mismos al utilizar luz").
Los seres humanos y otros organismos que no pueden convertir dióxido de carbono en
compuestos orgánicos se llaman heterótrofos (“que se nutre de otro"). Los
heterótrofos deben obtener el carbono fijo consumiendo otros organismos o sus
derivados. Los animales, hongos y muchos procariontes y protistas son heterótrofos.
Además de introducir carbono fijo y energía en los ecosistemas, la fotosíntesis
también afecta la composición de la atmósfera de la Tierra. La mayoría de los
organismos fotosintéticos produce gas oxígeno como subproducto; la aparición de la
fotosíntesis —hace unos ‍ mil millones de años en las bacterias que se asemejan a las
cianobacterias modernas— cambió para siempre la vida en el planeta
‍. Estas bacterias liberaron poco a poco oxígeno en la atmósfera terrestre que carecía
de él, y se cree que el aumento en la concentración de oxígeno influyó en la evolución
de las formas de vida aerobias, organismos que utilizan oxígeno para la respiración
celular. Si no hubiera sido por esos antiguos foto sintetizadores, nosotros, como
muchas otras especies, ¡no estaríamos aquí hoy!
Los organismos fotosintéticos también retiran grandes cantidades de dióxido de
carbono de la atmósfera y utilizan los átomos de carbono para crear moléculas
orgánicas. Si las plantas y algas no abundaran en la Tierra ni aspiraran continuamente
el dióxido de carbono, el gas se acumularía en la atmósfera. Aunque los organismos
fotosintéticos eliminan parte del dióxido de carbono producido por las actividades
humanas, los niveles atmosféricos en aumento están reteniendo el calor y provocando
que el clima cambie. Muchos científicos creen que la conservación de bosques y otros
espacios de vegetación es cada vez más importante para combatir este aumento en los
niveles de dióxido de carbono.
Las hojas: donde ocurre la fotosíntesis

Las plantas son los autótrofos más comunes en los ecosistemas terrestres.
Todos los tejidos verdes de las plantas pueden fotosintetizar pero, en la mayoría de las
plantas, la mayor parte de la fotosíntesis ocurre en las hojas. Las células de una capa
intermedia de tejido foliar llamada mesófilo son el principal lugar donde ocurre la
fotosíntesis.
En casi todas las plantas hay unos pequeños poros llamados estomas en la
superficie de las hojas, los cuales permiten que el dióxido de carbono se difunda hacia
el mesófilo y el oxígeno hacia el exterior.

Cada célula mesófita contiene organeros llamados cloroplastos, que se especializan en


llevar a cabo las reacciones de la fotosíntesis. Dentro de cada cloroplasto, las
estructuras similares a discos llamadas tilacoides están dispuestas en pilas que se
asemejan a panqueques y se conocen como granas. Las membranas de los tilacoides
contienen un pigmento de color verde llamado clorofila, que absorbe la luz. El espacio
lleno de líquido alrededor de las granas se llama estroma, mientras que el espacio
interior de los discos tilacoides se conoce como espacio tilacoidal. Se producen
distintas reacciones químicas en las diferentes partes del cloroplasto.

Las reacciones dependientes de la luz y el ciclo de Calvin

La fotosíntesis en las hojas de las plantas implica muchos pasos, pero puede
dividirse en dos etapas: las reacciones dependientes de la luz y el ciclo de Calvin.

 Las reacciones dependientes de la luz se producen en la membrana de los


tilacoides y necesitan un suministro continuo de energía luminosa. La clorofila
absorbe esta energía luminosa, que se convierte en energía química mediante
la formación de dos compuestos:

‍ —una molécula de almacenamiento de energía— y un portador de electrones


reducido. En este proceso, las moléculas de agua también se convierten en gas
oxígeno, ¡el oxígeno que respiramos!
El ciclo de Calvin, también llamado reacciones independientes de la luz, se
lleva a cabo en el estroma y no necesita luz directamente. El ciclo de Calvin utiliza el
‍ y de las reacciones dependientes de la luz para fijar el dióxido de carbono y producir
azúcares de tres carbonos —moléculas de gliceraldehído-3-fosfato, o G3P— que se
unen para formar la glucosa.
En general, las reacciones dependientes de la luz capturan energía luminosa y la
almacenan de forma temporal en las formas químicas Allí, el ‍ se descompone para
liberar energía, y el ‍ dona sus electrones para convertir las moléculas de dióxido de
carbono en azúcares. Al final, la energía que empezó como luz acaba atrapada en los
enlaces de los azúcares.

Fotosíntesis vs. respiración celular

A nivel de reacciones generales, la fotosíntesis y la respiración celular son


procesos casi opuestos, aunque solo difieren en la forma de la energía absorbida o
liberada, como se muestra en el esquema siguiente.
A nivel de pasos individuales, la fotosíntesis no solo es respiración celular al revés. Por
el contrario, como veremos en esta sección, la fotosíntesis tiene lugar en su propia
serie única de pasos. Sin embargo, hay algunas similitudes notables entre fotosíntesis y
respiración celular.
Por ejemplo, la fotosíntesis y respiración celular implican una serie de reacciones
redox (que implican la transferencia de electrones). En la respiración celular, los
electrones fluyen de la glucosa al oxígeno, se forma agua y se libera energía. En la
fotosíntesis, van en la dirección opuesta, comienzan en el agua y acaban en la glucosa,
un proceso que requiere energía e impulsado por la luz. Tal como la respiración
celular, la fotosíntesis también utiliza una cadena de transporte de electrones para
formar un gradiente de concentración de, que promueve la síntesis de ‍ por
quimiosmosis.

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