Investigacion Con Enfoque de Genero

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DELITOS EN RAZÓN

DE GÉNERO Y
VIOLENCIA SEXUAL
NIVEL BÁSICO

1
FISCALÍA GENERAL DEL ESTADO
ESCUELA DE FISCALES DEL ESTADO
UNFPA
(2021)

Consultora: María Elena Attard

2
Nota
Este texto, consigna criterios asumidos por estándares tanto del
sistema interamericano como universal de protección a derechos
humanos, estándares jurisprudenciales más altos del Tribunal
Constitucional Plurinacional y del Tribunal Supremo de Justicia.

Asimismo, asume lineamientos del Protocolo del Ministerio Público


para investigar con perspectiva de género, sancionar y reparar
integralmente los daños a las víctimas, del Módulo 3 sobre servicios
judiciales y policiales contenidos en el paquete de servicios esenciales
para mujeres publicado por ONU Mujeres, OMS, PNUD, UNFPA y
ONUDC; y también sintetiza criterios desarrollados por la Guía de
Aprendizaje en Delitos en razón de género y violencia sexual,
aprobado en el marco del Programa de Formación inicial para el
Ingreso a la Carrera Fiscal.

Su objetivo es brindar criterios básicos de investigación de delitos de


violencia en razón de género para que sean aplicados por fiscales de
materia, fiscales asistentes y auxiliares de las fiscalías.

3
Acrónimos

AS Auto Supremo
CADH Convención Americana de Derechos humano
CEDAW Convención para la Eliminación de todas las
formas discriminación contra la mujer
CIDH Comisión Interamericana de Derechos Humanos
Corte IDH Corte Interamericana de Derechos Humanos
Convención Belém do Pará Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer
Comité CEDAW Comité de la Convención para la Eliminación de
todas las formas discriminación contra la mujer
Comité DDHH Comité de Derechos Humanos
CPE Constitución Política del Estado
CP Código Penal
CPP Código de Procedimiento Penal
DNA Defensoría de la Niñez y Adolescencia
FELCV Fuerza Especial de Lucha contra la Violencia
LGBTI Personas lesbianas, gay, bisexuales, transgenero,
intersexuales.
MESECVI Mecanismod de Seguimiento a la Convención
Belén do Pará
NAPIOCs Naciones y Pueblos Indígena Originario
Campesinas
NNA Niñas, niños y adolescentes
OMS Organización Mundial de Salud
ONU Organización de Naciones Unidas
PIDCPs Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
PIDESCs Pacto Internacional de Derechos Económicos
Sociales y Culturales
SC Sentencia Constitucional
SSCC Sentencias Constitucionales
SCP Sentencia Constitucional Plurinacional
SCPs Sentencias Constitucionales Plurinacionales
SEPDAVI Servicio Plurinacional de Atención a las Víctimas
SIDH Sistema Interamericano de Protección a Derechos
Humanos
SIJPLU Servicios Integrados de Justicia plurinacional
SLIM Servicios Legales Integrales Municipales
TCP Tribunal Constitucional Plurinacional
TSJ Tribunal Supremo de Justicia

4
ÍNDICE
UNIDAD DE APRENDIZAJE I ........................................................................................... 8
LA VIOLENCIA EN RAZÓN DE GÉNERO A LA LUZ DEL MODELO CONSTITUCIONAL
VIGENTE EN EL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA ................................................... 8
1. Introducción necesaria ...................................................................................... 8
2. La doctrina del bloque de constitucionalidad y estándares jurisprudenciales
más altos en violencia en razón de género................................................................ 9
3. Doctrina del control de convencionalidad ....................................................... 17
4. Doctrina del estándar jurisprudencial más alto ............................................... 21
5. Reflexiones finales .......................................................................................... 32
UNIDAD DE PRENDIZAJE II .......................................................................................... 35
MARCO CONCEPTUAL DE LA VIOLENCIA EN RAZÓN DE GÉNERO ................................ 35
1. El sexo, el género y el modelo hegemónico de masculinidad .......................... 35
2. La igualdad sustantiva y la garantía de prohibición de discriminación ............. 42
3. ¿Porqué investigar y juzgar con enfoque de género e interseccional? ............. 49
UNIDAD DE APRENDIZAJE III ....................................................................................... 56
TIPOLOGÍA DE LA VIOLENCIA EN RAZÓN DE GÉNERO.................................................. 56
1. La violencia en razón de género ...................................................................... 56
2. Tipología de la violencia en razón de género ................................................... 58
2.1. Violencia feminicida ................................................................................ 59
2.2. Violencia física y psicológica .................................................................... 61
2.3. Violencia sexual ....................................................................................... 63
2.3.1. Violación.......................................................................................... 64
2.3.2. Estupro ............................................................................................ 69
2.3.3. Abuso sexual ................................................................................... 70
2.3.4. Actos sexuales abusivos, padecimientos sexuales, acoso sexual y
rapto 70
2.4. Violencia contra los derechos y la libertad sexual .................................... 71
2.5. Violencia contra los derechos sexuales y reproductivos .......................... 76
2.6. Violencia en las familias diversas ............................................................. 77

5
2.7. Violencia patrimonial o económica.......................................................... 79
2.8. Violencia en el ejercicio político y de liderazgo de la mujer ..................... 80
2.9. Violencia laboral ...................................................................................... 85
2.10. Violencia mediática ............................................................................. 86
2.11. Violencia simbólica y/o encubierta ...................................................... 87
2.12. Violencia en servicios de salud ............................................................ 87
2.13. Violencia institucional ......................................................................... 88
3. Autoevaluación ............................................................................................... 89
UNIDAD DE APRENDIZAJE IV ....................................................................................... 92
EL DEBER DE LA DEBIDA DILIGENCIA ........................................................................... 92
1. La debida diligencia de acuerdo a las obligaciones reforzadas de respeto y
garantía a derechos de víctimas de violencia en razón de género ........................... 92
2. Primer componente: La prevención y atención integral a las víctimas ....... 100
2.1. Las medidas de protección .................................................................... 100
2.2. Las medidas cautelares con enfoque de género interseccional .............. 108
3. Segundo componente: Investigación con perspectiva de género .................. 113
3.1. Investigación de oficio ........................................................................... 113
3.1.1. La tramitación de la denuncia de la víctima ................................... 115
3.2. La carga de la prueba al Ministerio Público............................................ 116
3.3. El valor de la declaración de la víctima y la presunción de veracidad ..... 121
3.4. Prohibición de revictimización............................................................... 128
4. Tercer componente: La sanción con perspectiva de género. Análisis de las
salidas alternativas ............................................................................................... 131
1.1. Especial referencia a las sanciones alternativas ..................................... 131
1.2. Salidas alternativas................................................................................ 133
1.2.1. La conciliación ............................................................................... 134
1.2.2. La suspensión condicional del proceso .......................................... 136
1.2.3. La suspensión condicional de la pena y el perdón judicial .............. 138
1.3. Procedimiento abreviado ...................................................................... 140
2. Cuarto componente: La reparación integral de daños ................................... 141
3. Test de autoevaluación ............................................................................. 143
CAJA DE HERRAMIENTAS CONCEPTUALES ................................................................ 146
RESPUESTAS A EVALUACIONES ................................................................................. 161
Referencias............................................................................................................... 163

6
UNIDAD DE APRENDIZAJE I

LA VIOLENCIA EN RAZÓN DE GÉNERO A


LA LUZ DEL MODELO CONSTITUCIONAL
VIGENTE EN EL ESTADO
PLURINACIONAL DE BOLIVIA

7
UNIDAD DE APRENDIZAJE I

LA VIOLENCIA EN RAZÓN DE GÉNERO A LA LUZ DEL MODELO


CONSTITUCIONAL VIGENTE EN EL ESTADO PLURINACIONAL DE
BOLIVIA

1. Introducción necesaria

El Estado Plurinacional de Bolivia, ha asumido obligaciones internacionales


reforzadas de respeto y garantías a derechos de víctimas de violencia en razón de género
que deben ser cumplidas de buena fe, por esta razón, es esencial abordar la
investigación con perspectiva de género a la luz del modelo constitucional vigente y los
avances del derecho internacional de los derechos humanos en cuanto a esta temática.

En este contexto, esta unidad de aprendizaje, aplicando la enseñanza clínica del


derecho, identificará las obligaciones reforzadas del Estado, respecto a víctimas de
violencia en razón de género que deberán ser cumplidas por el Ministerio Público en el
ejercicio de su mandato constitucional y legal.

Para este fin, se seguirán los siguientes pasos: 1) Se describirá el caso hipotético
planteado; 2) Se identificarán las obligaciones internacionales de respeto y garantía a
derechos que debe cumplir el Estado Plurinacional de Bolivia a la luz de la doctrina del
bloque de constitucionalidad, 3) Se identificarán los estándares internos más altos
aplicables al caso concreto; y 4) Se realizarán las conclusiones de la unidad.

8
Con la finalidad de demostrar la importancia de esta primera unidad de aprendizaje,
se formula el siguiente caso hipotético para su resolución a partir del marco teórico a
ser desarrollado:

El 2 de marzo de 2021, la señora J.R.Z, llegó a la ciudad de Sucre de la


comunidad indígena Quila Quila para llevar a su pequeña hija B.R.L., de 9
años de edad a una consulta médica en la Caja Nacional de Salud por
constantes dolores de la pequeña en el vientre y por los últimos sangrados
vaginales que presentó.
El médico de turno que la atendió, luego de examinarla, encontró que la
niña presentaba ruptura del himen y condilomas en la región perianal,
indicativo de enfermedad venérea. Por el cuadro clínico que presentaba,
decidió derivarla a un médico gineco-obstetra, quien confirmó el
diagnóstico. Ambos médicos concluyeron que B.R.L. era víctima de violación
sexual y había sufrido penetración anal. En virtud de estos hallazgos y del
relato efectuado por la niña en cuanto a que su padre sería el autor de los
hechos, el 20 de marzo de 2021, la señora J.R.Z denunció ante el Ministerio
Público el delito de violación de infante, niña, niño o adolescente tipificado
por el art. 308 bis del Código Penal (CP).

El caso descrito, obliga al Ministerio Público a investigar el delito con perspectiva de


género y de acuerdo al deber de la debida diligencia que se encuentra consagrado en el
bloque de constitucionalidad, por tanto, será esencial establecer las obligaciones
internacionales reforzadas asumidas por el Estado Plurinacional de Bolivia en cuanto a
violencia en razón de género y en particular en relación a la violencia sexual contra niñas,
niños y adolescentes, por lo que el análisis de este caso hipotético, debe enmarcarse al
marco constitucional y convencional será desarrollado en los siguientes acápites.

2. La doctrina del bloque de constitucionalidad y estándares


jurisprudenciales más altos en violencia en razón de género

9
Con la vigencia de la Constitución boliviana de 2009, se transitó de un Estado
monista a un Estado Constitucional y Plurinacional de Derecho el cual armoniza los
principios de plurinacionalidad, pluralismo e interculturalidad con los avances del
derecho internacional de los derechos humanos, ya que nuestro país forma parte tanto
del sistema interamericano como universal de derechos humanos.

En este contexto, cada caso, merece un análisis a nivel de premisa normativa y


premisa fáctica coherente con la Constitución y con el bloque de constitucionalidad,
para que así, se cumplan con obligaciones internacionales de respeto y garantía de
derechos.

Esto es así porque la Constitución y los derechos contenidos tanto en los tratados
internacionales referentes a derechos humanos como en los estándares internacionales
que emergen del sistema interamericano o universal de protección a derechos
humanos, los cuales forman parte del bloque de constitucionalidad, tienen un valor
normativo, es decir son de aplicación directa, tal como reza el artículo 109.I de la
Constitución, disposición que a su vez tiene coherencia con otras pautas
constitucionalizadas de interpretación, como ser los arts. 410 (bloque de
constitucionalidad), 13.I (Principio de progresividad), 13.IV (Interpretación conforme a
la Constitución y el bloque), 14.II (Igualdad sustantiva y prohibición de discriminación) y
256 (Principio de favorabilidad).

Entonces, la premisa normativa que contempla disposiciones sustantivas y adjetivas


que debe utilizar el Ministerio Público para la investigación con perspectiva de género,
no se limitan a la consideración únicamente de las normas internas, como ser el Código
Penal (CP), el Código de Procedimiento Penal (CPP), la Ley 348 (Ley Integral para
garantizar a las mujeres una vida libre de violencia), la Ley 1173 (Ley de abreviación
procesal penal y de fortalecimiento de la lucha integral contra la violencia a niñas, niños,
adolescentes y mujeres), o el Código Niña, niño adolescente (CNNA), entre otras
disposiciones, sino que a éstas se le debe brindar una interpretación y aplicación
conforme a la Constitución y al Bloque de Constitucionalidad.

10
Asimismo, la premisa fáctica, que consigna los hechos, las pruebas y los criterios de
valoración probatoria, también deben cumplir con las pautas constitucionalizadas de
interpretación antes mencionadas (Arts. 410, 13.I, 13.IV, 109.I, 14.II, 256 de la
Constitución, entre otras), en virtud de las cuales, deben ser armónicas con el bloque de
constitucionalidad.

De acuerdo a lo señalado, corresponde entonces precisar el alcance del bloque de


constitucionalidad, en ese sentido, se puede afirmar, siguiendo el estándar
jurisprudencial más alto contenido en la Sentencia Constitucional (SC) 0110/2010-R que,
en este bloque, se encuentra la Constitución, los tratados internaciones sobre derechos
humanos que emergen tanto del sistema universal como interamericano de derechos
humanos, los estándares internacionales sobre derechos humanos, las normas
comunitarias vinculadas a procesos de integración y principios y valores plurales que
aseguran un rasgo axiológico o principista a la Constitución y al bloque de
constitucionalidad.

En efecto, el Estado Plurinacional de Bolivia ha ratificado instrumentos


internacionales tanto del sistema interamericano o universal de protección en derechos
humanos que le generan obligaciones internacionales de respeto y garantía a derechos
que deben ser cumplidos de buena fe.

De manera resumida puede graficarse los dos sistemas de la siguiente forma:

11
Sistema Interamericano Sistema Universal
(Algunos instrumentos) (Algunos instrumentos)

Convención Amaricana de Pacto Internacional de


Derechos Humanos Derechos Civiles y Políticos

Pacto Internacional de
Convención Belém do Para Derechos Económicos Sociales
y Culturales

Convención Interamericna
Convención de Derechos del
para prevenir y sancionar la
Niño
Tortura

Convencón Interamericana Convención contra la Tortura


sobre la protección de los y otros tratos o penas
derechos humanos de las crueles, inhumanos o
personas mayores. degradantes

Los instrumentos internacionales descritos precedentemente -aunque de manera


ejemplificativa y no en su totalidad-, no son estáticos, sino que más bien son
instrumentos vivientes a partir de la interpretación que de ellos realizan órganos
autorizados como la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) de
derechos humanos o los Comités en el marco del sistema universal de protección a
derechos humanos.

En efecto, en el sistema interamericano de protección de derechos humanos la Corte


IDH en sus roles contenciosos o interpretativos encomendados por la Convención
Americana de Derechos Humanos (CADH); interpreta el marco convencional
interamericano y genera estándares internacionales que forman parte del bloque de
constitucionalidad boliviano, por ejemplo, los estándares emanados del emblemático
caso Campo Algodonero vs. México que será analizado más adelante.

12
En el sistema universal de protección a derechos humanos, se tiene a los órganos
convencionales, como por ejemplo el Comité de Derechos Humanos, en el marco del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCPs), al Comité de Derechos
Económicos Sociales y Culturales (Comité de DESCs), al Comité de Derechos del Niño
(Comité de DN), al Comité de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer (Comité CEDAW), entre otros. Estos órganos en sus roles
de supervisión, contenciosos e interpretativos también emiten estándares que forman
parte del bloque de constitucionalidad, como por ejemplo, los estándares sobre salidas
alternativas generados por la Recomendación General 35 del Comité de la CEDAW1.

De acuerdo a lo señalado, se puede establecer entonces que los estándares


internacionales de protección a derechos humanos, los cuales forman parte del bloque
de constitucionalidad, tal cual ya se explicó, consignan las interpretaciones sobre el
marco convencional interamericano o universal que realizan la Corte IDH o los Comités.
Estas interpretaciones reflejan la progresividad y el avance de los derechos en el
derecho internacional de los derechos humanos; y, generan obligaciones
internacionales que deben ser cumplidas de buena fe por el Estado Plurinacional de
Bolivia, por eso el Ministerio Público debe contemplar estos avances en todos los casos
que conozca.

A continuación, se expondrán las obligaciones internacionales más importantes


en cuanto a violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes (NNA) emergentes los
estándares emitidos en su rol contencioso por la Corte IDH, para luego analizar las

1 Por ejemplo, el Comité de la CEDAW es el órgano de expertos independientes que supervisa la aplicación de la
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer. El CEDAW está compuesto
por 23 expertos en materia de derechos de la mujer procedentes del mundo entero. Los paises que han ratificado este
instrumento, como es el caso de Bolivia, tienen la obligación de presentar al Comité informes periódicos relativos a la
aplicación de los derechos amparados por la Convención. En sus reuniones, el Comité examina los informes y formula
a cada Estado Parte sus preocupaciones y recomendaciones en forma de observaciones finales.
De acuerdo con el Protocolo Facultativo de la Convención, el Comité dispone de un mandato para recibir
comunicaciones de personas o grupos de personas que le presenten denuncias sobre violaciones de los derechos
amarados por la Convención y tiene también la competencia de iniciar investigaciones sobre casos de violaciones
graves o sistemáticas de los derechos de las mujeres. El Comité también formula recomendaciones generales y
sugerencias. A partir de estos mandatos, se concluye que el Comité tiene roles de supervisión, interpretativos y
contenciosos.

13
obligaciones reforzadas que en relación al caso hipotético planteado debería cumplir el
Estado Plurinacional de Bolivia.

Obligaciones internacionales reforzadas en cuanto a violencia


sexual contra NNA
El deber de garantía adquiere especial intensidad en relación con
NNA y se traduce en el deber de actuar con la mayor y más estricta
diligencia (Veliz Franco vs. Guatemala, párr. 134). Asimismo, en
los casos de violencia sexual contra niñas y adolescente, las
autoridades judiciales deben obrar con mayor diligencia en las
investigaciones y los procedimientos judiciales, con el objetivo de
investigar y sancionar al responsable, evitando la prescripción de
la acción penal y la consecuente impunidad de los hechos (Guzmán
Albarracín y otras Vs. Ecuador, p. 180-187).
Los Estados, de conformidad con el art. 19 de la CADH, deben
asumir una posición especial de garante con mayor cuidado y
responsabilidad, y debe tomar medidas o cuidados especiales
orientados en el principio del interés superior del niño. En tal
sentido deben prestar especial atención a las necesidades y a los
derechos de los niños, en consideración a su condición particular
de vulnerabilidad (Rosendo Cantú y otra vs. México, parr. 201).
Los Estados deben adoptar medidas especiales durante todo el
proceso y mientras sea necesario (Rosendo Cantú y otra vs.
México, parr. 201).
La debida diligencia y protección reforzada para niñas y víctimas
exige que los servicios de atención integral se encuentren
disponibles, así como el derecho a la participación, que sus
opiniones sean tenidas en cuenta y que cuenten con servicios de
atención multidisciplinaria que permitan su recuperación y
rehabilitación (VR.R. y V.P.C Vs. Nicaragua, párr. 293).
La debida diligencia de protección reforzada exige adoptar
medidas de protección y de acompañamiento durante el proceso
y después del mismo con el fin de lograr la recuperación,
rehabilitación y reintegración social de la víctima (V.R.P. y V.P.C
Vs. Nicaragua, párr. 157)
Los procesos por violencia contra niñas y adolescentes deben tener
la finalidad de proteger los derechos de la víctima niña en forma
integral, salvaguardar su posterior desarrollo, velar por su interés
superior y evitar su revictimización (V.R.P. y V.P.C Vs. Nicaragua,
párr. 294).
Los actos revictimizantes en la investigación y el proceso judicial
por los investigadores, médicos y operadores del derecho
constituyen violencia institucional, ocasionando que la víctima
sufra una doble violencia. (V.R.P. y V.P.C Vs. Nicaragua, párr. 297).

14
Las investigaciones y el proceso penal deben ser dirigios por el
Estado con perspectiva de género y niñez tomando en cuenta la
naturaleza agravada de la violación sexual (V.R.P. y V.P.C Vs.
Nicaragua, párr. 154)
Los casos de violencia sexual contra una niña, deben ser analizados
con enfoque interseccional tomando en cuenta la condición de
género y edad de la nia y a la luz de los estándares de protecciónd
e niños y niñas (V.R.P. y V.P.C Vs. Nicaragua, párr. 154).
Los Estados deben considerar las situaciones particulares las NNA,
así por ejemplo deberán considerar que las NNA indígenas y
afectados por la pobreza, están una situación mayor de
vulnerabilidad (Rosendo Cantú y otra vs. México, parr. 201)..
Los Estados deben suministrar la información e implementar los
procedimientos adecuados adaptándolos a sus necesidades
particulares (Rosendo Cantú y otra vs. México, parr. 201)..
Los Estados deben asegurar la protección reforzada para que sean
escuchados, para ello, debe existir personal capacitado y que la
entrevista se realice en un entorno que no sea hostíl, insensible o
adecuado (Rosendo Cantú y otra vs. México, parr. 201). Debe
asegurarse un lenguaje apropiado (V.R.P. y V.P.C Vs. Nicaragua,
párr. 167). Además, los Estados deben asegurar a las NNA su
derecho a la participación con base en sus capacidades en
constante evolución, conforme a su edad, grado de madurez y
nivel de comprensión, sin discriminación alguna (VR.R. y V.P.C Vs.
Nicaragua, párr. 158)
Los Estados deben procurar que las NNA no sean interrogados en
más ocasiones que las necesarias, para evitar su revictimización o
impacto traumático (Rosendo Cantú y otra vs. México, parr. 201).
Los Estados tienen la obligación de adoptar medidas de debida
diligencia integral para prevenir la violencia contra las mujeres y
NNA y a la vez fortalecer las instituciones para una respuesta
efectiva e investigar con la debida diligencia reforzada en violencia
sexual (V.R.P y V.C.P Vs. Nicaragua, párr. 153)
Los Estados tienen el deber reforzado de brindar las garantías de
protección durante la investigación y el proceso penal en casos de
violación sexual de niñas, máxime si fue ejercida en la esfera
familiar (V.R.P. y V.P.C Vs. Nicaragua)
Si la participación de la víctima es necesaria en la recolección de
material probatorio, se debe evitar la revictimización y se deberá
asegurar el acompañamiento especializado a través de una
actuación multidiscipinaria, brindano los servicios necesarios sin
discriminación alguna (V.R.P. y V.P.C Vs. Nicaragua, párr. 163).
A fin de asegurar el derecho a ser oído, los Estados deben
agarnatizar que el proceso se desarroole en un entorno que no sea
intimidatorio, hostil insensible e inadecuado a la edad de la
víctima. (V.R.P. y V.P.C Vs. Nicaragua, párr. 166).

15
Las autoriedades deberán evitar que la víctima sea sometida a más
de una evaluación física y asegurar que el axamen se realice con
consentimiento informado y a cargo de un profesiones especialista
en ginecología infanto-juvenil (V.R.P. y V.P.C Vs. Nicaragua, párr.
169).

Los estándares expuestos que emergen del rol contencioso de la Corte IDH, implican
un avance del derecho internacional de los derechos humanos y contienen
interpretaciones progresivas tanto de la Convención Americana de Derechos Humanos
(CADH) como de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer (Convención Belém do Pará) en cuanto a obligaciones
reforzadas de los Estados miembros en lo referente a los derechos de las niñas, niños y
adolescentes (NNA) víctimas de violencia sexual, por tanto, estos estándares
internacionales, de acuerdo a la citada SC 0110/22010-R, forman parte del bloque de
constitucionalidad boliviano y deben ser cumplidos por el Ministerio Público para que
así el Estado Plurinacional de Bolivia cumpla de buena fe con sus obligaciones
internacionales de respeto y garantía a derechos.

Entonces, de acuerdo a lo señalado, en el caso planteado, el Ministerio Público debe


cumplir con su deber de la debida diligencia en el marco de una protección reforzada a
la pequeña B.R.L., para este fin, la autoridad fiscal debe en principio aplicar el enfoque
interseccional destinadas a identificar la situación de particular vulnerabilidad de la
víctima, es decir, debe considerar su condición de niña, indígena, migrante, en situación
económica desventajosa y víctima de violencia sexual, a partir de ello, de acuerdo a los
estándares citados, en el primer contacto con la víctima y sin dilaciones, debe aplicar las
medidas de protección apropiadas al caso de acuerdo al listado contenido en la Ley
1173.

Estas medidas de protección deben considerar además a su madre y a su familia


directa, como ser sus hermanas o hermanos; asimismo, la autoridad fiscal deberá
coordinar una atención médica inmediata e integral que proteja su salud física y
emocional por todo el tiempo que los especialistas consideren necesario, emitiendo
para este fin los requerimientos que sean pertinentes.

16
La autoridad fiscal deberá también informar a la madre, a través de un traductor, los
alcances de las medidas de protección y los pasos en la investigación que deben
seguirse. Luego, en el marco de los citados estándares que forman parte del bloque de
constitucionalidad, debe asegurar que la declaración de la pequeña B.R.L., sea realizada
a través de la Cámara Gesell, con la intervención de los especialistas, en un ambiente
cómodo, que no la intimide y que sea realizada a través de un lenguaje apropiado de
manera tal que se asegure su derecho a ser escuchada. Y de preferencia bajo las reglas
del anticipo de prueba, con la finalidad de evitar que la víctima repita la declaración
muchas veces ante diferentes tipos de funcionarios públicos.

La autoridad fiscal, también deberá coordinar con la o el investigador y el equipo


multidisciplinario de la Defensoría de la Niñez (DN) para así diseñar el cuestionario de
manera tal que se evite interrogatorios largos, repetitivos y en varias ocasiones y para
evitar que durante la investigación o el juicio se la vuelva a interrogar y revictimizar por
imprecisiones u omisiones en las preguntas.

Luego, deberá diseñarse la línea de investigación con enfoque interseccional y


emitirse los requerimientos pertinentes de manera urgente en coherencia con el deber
reforzado de la debida diligencia, para recolectar toda la prueba evitando la
revictimización de la pequeña y preservando la cadena de custodia de las pruebas
obtenidas, para que así, el Estado Plurinacional de Bolivia cumpla de buena fe sus
obligaciones internacionales de respeto y garantías a derechos de NNA víctimas de
violencia en razón de género.

3. Doctrina del control de convencionalidad

Con la finalidad de que el Estado Plurinacional de Bolivia cumpla con sus obligaciones
internacionales de respeto y garantía a derechos, es importante resaltar que en casos
en los cuales exista una contradicción de norma interna con la Constitución y tratados
internacionales sobre derechos humanos o estándares internacionales que emergen del
sistema interamericano o universal de protección a derechos, la autoridad fiscal, debe

17
ejercer control de convencionalidad, así lo ha establecido la Corte IDH, en los siguientes
estándares.

El primer estándar se generó a partir del caso Almonacid Arellano vs. Chile, en el cual
la Corte IDH al amparo de los principios del efecto útil de la Convención y de la pacta
sunt servanda (principio de buena fe), estableció que los Estados miembros del sistema,
no pueden amparase en su normativa interna para incumplir sus obligaciones
internacionales de respeto y garantía a derechos que fueron asumidas de buena fe, en
este marco, la Corte IDH, señaló que el Poder Judicial, en estos casos de antinomia, debe
ejercer control de convencionalidad2.

El segundo estándar se generó en el caso Trabajadores cesados del Congreso vs.


Perú (Aguado Alfaro vs. Perú), en este caso la Corte estableció que el control de
convencionalidad no sólo opera a pedido de parte, sino esencialmente ex oficio.

Y el tercer estándar más alto se generó en el caso Gelman Vs. Uruguay, en el cual se
estableció que: “…es obligación propia de todo poder, órgano o autoridad del Estado
Parte en la Convención (…) controlar que los derechos humanos de las personas
sometidas a su jurisdicción sean respetados y garantizados”. Desde esta perspectiva, es
evidente que en el Sistema Interamericano de Protección a Derechos Humanos, toda
autoridad en el marco de sus sistemas de control de constitucionalidad pueden ejercer
control de convencionalidad3.

2 En este caso, en el párr. 124, la Corte estableció: 124. La Corte es consciente que los jueces y tribunales internos
están sujetos al imperio de la ley y, por ello, están obligados a aplicar las disposiciones vigentes en el ordenamiento
jurídico. Pero cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional como la Convención Americana, sus jueces,
como parte del aparato del Estado, también están sometidos a ella, lo que les obliga a velar porque los efectos de las
disposiciones de la Convención no se vean mermadas por la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin, y que
desde un inicio carecen de efectos jurídicos. En otras palabras, el Poder Judicial debe ejercer una especie de “control
de convencionalidad” entre las normas jurídicas internas que aplican en los casos concretos y la Convención
Americana sobre Derechos Humanos. En esa tarea, el Poder Judicial debe tener en cuenta no solamente el tratado,
sino también la interpretación que del mismo ha hecho la Corte interamericana, intérprete última de la Convención
Americana. VERIFICAR Y CITAR BIEN. Además, en el párr. 125 señala: “según el derecho internacional las
obligaciones que éste impone deben ser acatadas de buena fe y no puede invocarse para su incumplimiento el
derecho interno”.
3 Corte IDH, Caso Cabrera García y Montiel Flores con México Corte IDH., Sentencia de excepción preliminar, fondo,

reparaciones y costas, de 26 de noviembre de 2010, Serie C, # 220, párr. 225.

18
El cuarto hito jurisprudencial identificable se presenta en el caso Radilla Pacheco vs.
México, en el cual se desarrollan criterios argumentativos para el ejercicio del control
de convencionalidad por parte de las autoridades judiciales, en este marco se señaló lo
siguiente:

…al momento de resolver un caso o tomar cualquier decisión estatal lo que debe hacerse
es determinar los hechos relevantes sobre los cuales debe tomarse una cierta decisión;
luego, analizar el sistema normativo que se va a utilizar y es aquí donde tiene su primer
impacto el control de convencionalidad, ya que se amplía o robustece el sistema
normativo aplicable pues no sólo queda limitado a las normas de origen interno
(constitucionales, legales y reglamentarias), sino también a aquellas de origen
internacional que han sido recepcionadas internamente (en este caso la CADH).

El Tribunal Constitucional Plurinacional, por primera vez ejerció control de


convencionalidad en relación a la Convención Belém do Pará en el marco de los
estándares antes citados, lo hizo en los siguientes términos:

SCP 033/2013
(Control de convencionalidad en cuanto a la Convención Belem
do Para)
“FJ III.3.3. Sobre la tutela inmediata al derecho a la vida en el
marco del derecho de las mujeres a vivir libres de violencia y
discriminación
(…)
Ahora bien resulta relevante para resolver este caso lo señalado
por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso
Gonzáles y otras (“Campo Algodonero”) vs. México de 16 de
noviembre de 2009 como la jurisprudencia contextual orientadora
de este Tribunal al tenor del art. 13.IV y 256 de la CPE. En el caso
Gonzáles y otras (“Campo Algodonero”) vs. México de 16 de
noviembre de 2009, referido a tres mujeres encontradas muertas
en un campo algodonero en la Ciudad Juárez ubicada en el Estado
de Chihuahua del Estado Mexicano se trató la falta de investigación
y adopción de medidas por el Estado para la debida protección de
mujeres en la zona concluyéndose por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos que: “Respecto de la obligación de garantizar
el derecho reconocido en el artículo 5 de la Convención Americana,
ésta implica el deber del Estado de prevenir e investigar posibles

19
actos de tortura u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Al respecto, el Tribunal ha señalado que: a la luz de la obligación
general de garantizar a toda persona bajo su jurisdicción los
derechos humanos consagrados en la Convención, establecida en
el artículo 1.1 de la misma, en conjunto con el derecho a la
integridad personal conforme al artículo 5 (Derecho a la Integridad
Personal) de dicho tratado, existe la obligación estatal de iniciar de
oficio e inmediatamente una investigación efectiva que permita
identificar, juzgar y sancionar a los responsables, cuando existe
denuncia o razón fundada para creer que se ha cometido un acto
de tortura…
(…)
Por otra parte, debe recordarse que, el deber de los fiscales de
otorgar protección a las presuntas víctimas de un delito no es
potestativo sino se desprende de la gravedad y circunstancias del
propio caso, ello porque por la naturaleza de la noble labor que
aceptaron desempeñar se encuentran en posición de garantes
respecto a las víctimas, por ello mismo, la adopción de medidas
preventivas y de protección, deben ser de oficio, en este sentido,
la falta de adopción de medidas preventivas y de celeridad en la
investigación de casos de violencia en razón de género no sólo
puede pesar en el éxito de la investigación sino provoca
desconfianza y descrédito en la justicia, pudiendo incluso significar
un mensaje inequívoco a los agresores de continuar la escalada de
violencia, en este mismo sentido, la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en el caso Gonzáles y otras vs. México sostuvo:
“…La impunidad de los delitos cometidos envía el mensaje de que
la violencia contra la mujer es tolerada, lo que favorece su
perpetuación y la aceptación social del fenómeno, el sentimiento
y la sensación de inseguridad en las mujeres, así como una
persistente desconfianza de éstas en el sistema de administración
de justicia….
(…)
Para este Tribunal es claro que las autoridades fiscales no sólo
deben buscar sancionar toda forma de violencia hacia las mujeres
y el feminicidio sino prevenirlo independientemente a la
gravedad del delito investigado que puede encubrir este tipo de
problemática, además recuerda que nuestra Constitución y los
Tratados de derechos humanos le obligan a otorgar la debida
seriedad a toda denuncia que por irrelevante que parezca pueda
encubrir violencia en razón de género pues conforme lo
desarrollado en el Fundamento Jurídico III.2 de esta sentencia los
procesos de violencia en razón de género justamente son
progresivos e invisibles y consumen muy lentamente a sus
víctimas obligándolas inclusive en ciertos casos al suicidio,
conductas respecto a las cuales las y los servidores públicos no
deben acostumbrarse sino combatir” (sic) (resaltado ilustrativo).

20
Es importante resaltar que de acuerdo a los estándares internacionales anotados,
no sólo los jueces o el control de constitucionalidad deben ejercer control de
convencionalidad, sino también las autoridades fiscales en su labor de investigar con
perspectiva de género y en coherencia con el deber de la debida diligencia. Este es el
sentido que le ha brindado el Tribunal Constitucional Plurinacional al ejercicio del
control de convencionalidad.

SCP 0847/2014
(Estándar más alto en cuanto al control de convencionalidad)

FJ. III2 “…En ese sentido, tanto el principio de constitucionalidad


(art. 410 de la CPE), como el de convencionalidad (arts. 13.IV y
256 de la CPE); exigen a las autoridades interpretar las normas
desde y conforme a la Constitución Política del Estado y a las
normas del bloque de constitucionalidad, precautelando el
respeto a los derechos fundamentales y garantías
constitucionales, las cuales, conforme se ha visto, tienen una
posición privilegiada en nuestro sistema constitucional. Los
jueces y tribunales, bajo esa perspectiva, en virtud a las
características de imparcialidad, independencia y competencia,
como elementos de la garantía del juez natural, son quienes
deben efectuar un verdadero control de convencionalidad,
garantizando el efectivo goce de los derechos y las garantías
jurisdiccionales previstas en la Constitución Política del Estado y
las normas del bloque de constitucionalidad, como ya lo anotara
la Corte Interamericana en los casos antes referidos” (sic)
(resaltado ilustrativo).

4. Doctrina del estándar jurisprudencial más alto

En el Estado Plurinacional de Bolivia, la autoridad fiscal está sometida a un sistema


plural de fuentes jurídicas, lo que le genera el deber de tener una concepción plural de
la premisa normativa aplicable a cada caso. En este contexto, deberá considerar que la
ley, será fuente directa de derecho en tanto y cuanto responda en contenido al bloque
de constitucionalidad; así también, las normas y procedimientos de las naciones y
pueblos indígena originario campesinos son fuente directa de derecho; por su parte, las

21
normas derivadas que emergen de acuerdos de integración son fuente directa de
derecho; y, finalmente, en el marco de este pluralismo jurídico igualitario, la
jurisprudencia también es fuente directa de derecho a luz del precedente en vigor y en
el marco de la doctrina del estándar jurisprudencial más alto.

Justamente en los siguientes párrafos se abordarán criterios de derecho


jurisprudencial asumidos por el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), para que así
las autoridades fiscales apliquen correctamente los precedentes en vigor en coherencia
con las pautas constitucionalizadas de interpretación a derechos.

En efecto, el TCP, en un contexto de pluralismo jurídico, en la SCP 0846/2012, de


manera expresa estableció que la jurisprudencia es fuente directa de derecho y en este
escenario diferenció el precedente en vigor de la razón jurídica de la decisión. De
acuerdo a este criterio, el precedente en vigor es la interpretación que en relación a
derechos o institutos jurídicos contenidos en la Constitución realiza el máximo contralor
de constitucionalidad. Esta interpretación formulada en abstracto, es fuente directa de
derecho y genera efecto vinculante para las autoridades fiscales, para todo servidor
público y también para las autoridades judiciales.

La ratio decidendi o razón jurídica de la decisión, es la aplicación del precedente en


vigor al caso concreto, brindando de esta manera el sustento de la decisión en el caso
concreto (ej. conceder o denegar la tutela). Entonces, de acuerdo a lo señalado, la razón
jurídica de la decisión no es fuente directa de derecho y no genera efectos vinculantes,
sino más bien efectos obligatorios para las partes y además conlleva otras consecuencias
procesales, como la cosa juzgada constitucional en caso de las decisiones emitidas por
el TCP, es decir que no se puede volver a presentar una acción con identidad de objeto,
sujeto y causa.

Una vez diferenciado el precedente en vigor de la razón jurídica de la decisión,


corresponde señalar que la citada sentencia constitucional plurinacional, es decir la
0846/2012, para una correcta aplicación e invocación del precedente en vigor,
estableció el deber de realzar un análisis dinámico de línea jurisprudencial, es decir un

22
estudio de la evolución de las reglas y subreglas jurisprudenciales que en cuanto a una
determinada línea jurisprudencial va realizando el máximo contralor de
constitucionalidad y también el Tribunal Supremo de Justicia. Entonces, en base a este
análisis se identifica que el precedente en vigor es fuente directa de derechos y genera
efectos vinculantes para casos futuros que planteen el mismo problema jurídico.

SCP 0846/2012
(Diferencia entre el precedente en vigor y la ratio decidendi)

“III.3.2.2 Distinción entre precedente constitucional y la ratio


decidendi
(…)
se puede llamar precedente constitucional vinculante cuando éste es
el fruto, el resultado de la interpretación y argumentación jurídica
realizada por el Tribunal Constitucional Plurinacional.
(…)
Por lo que, el precedente constitucional es una parte de toda la
Sentencia emitida por el Tribunal o Corte Constitucional, donde se
concreta el alcance de una disposición constitucional, es decir, en
donde se explicita qué es aquello que la Constitución Política del Estado
prohíbe, permite, ordena o habilita para un tipo concreto de supuesto
de hecho, a partir de una de sus indeterminadas y generales cláusulas.
(…)
El precedente constitucional es vinculante siempre que exista un
supuesto fáctico análogo
(…)
Los precedentes constitucionales están sólo en las sentencias
relevantes. Se identifican a las sentencias relevantes porque son
sentencias fundadoras, moduladoras, que reconducen o cambian una
línea jurisprudencial expresamente o tácitamente. En el precedente
constitucional se consignan: “las subreglas de Derecho”, “normas
adscritas” o “concreta norma de la sentencia”, resultantes de la
interpretación, interrelación o integración de las normas de la
Constitución Política del Estado o de las disposiciones legales. Estas
tienen más jerarquía y fuerza jurídica que las propias leyes, porque el
Tribunal Constitucional es el último aplicador del Derecho. El profesor
Cifuentes, señaló que la subregla, “Es el corazón de la decisión, de la
cosa decidida” (sic) (resaltado y subrayado ilustrativo).

Es importante recalcar que la citada SCP 0846/2012, es modulada, es decir


ampliada por la SCP 0907/2019-S4, la cual establece que las decisiones del Tribunal

23
Supremo de Justicia son también precedentes en vigor y fuente directa de derecho en
el contexto del pluralismo jurídico igualitario antes mencionado.

SCP 0907/2019-S4
(Modulación de la línea jurisprudencial sobre el precedente en
vigor=

III.3. Sobre el precedente jurisprudencial vinculante


(…)

En cuanto a la última característica anotada, es decir, el valor de la


jurisprudencia como fuente directa del Derecho en el Estado
constitucional, se aplica en el ámbito de la jurisdicción constitucional,
por expresa previsión del art. 203 de la CPE, que establece, que las
decisiones y Sentencias del Tribunal Constitucional Plurinacional son
de carácter vinculante y de cumplimiento obligatorio, y desarrollada
por el art. 15 del Código Procesal Constitucional (CPCo), cuando
señala el carácter obligatorio de las resoluciones constitucionales
para las partes intervinientes en el proceso constitucional, excepto las
acciones de inconstitucionalidad y recurso contra tributos, que tienen
efecto erga omnes, y el efecto vinculante para todos los órganos del
poder público, legisladores, autoridades, tribunales y particulares, de
las razones jurídicas de la decisión.
Entonces, el precedente vinculante no es sino aquel que la
jurisdicción constitucional, a través del desarrollo interpretativo de
las normas jurídicas en cada resolución, extrae de las normas
implícitas de la Constitución, subreglas concretas derivadas de los
derechos abstractos, otorgando a través de estas (subreglas) un
contenido normativo concreto a las cláusulas abstractas
comprendidas en la Ley Fundamental, las que tienen sustento en los
valores, principios, derechos y garantías constitucionales, que se
constituyen en las bases esenciales del Estado constitucional de
derecho; de manera que, la indicada jurisdicción realiza una labor
creadora del Derecho, por lo tanto, se constituye ciertamente en una
fuente directa del mismo. Razonamiento que también es aplicable al
ámbito de la jurisdicción ordinaria, dado que, los jueces y tribunales
de la indicada jurisdicción, tienen la función de aplicar la ley, empero
–como quedó establecido precedentemente–, en el cumplimiento
de dicha labor –por la necesaria coherencia que debe existir de la ley
con los valores, principios, derechos y garantías constitucionales–,
debe realizar la interpretación de la ley, estableciendo de esa manera
la jurisprudencia vinculante, la misma que tiene sustento en los arts.
38 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ) –Ley 025 de 24 de junio de 2010–
, que señala que la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia tiene,

24
entre otras atribuciones, la de “Sentar y uniformar jurisprudencia”,
de la misma Ley, que establece que las Salas Especializadas del
Tribunal Supremo de Justicia, de acuerdo a las materias de su
competencia tienen la atribución de “Sentar y uniformar
jurisprudencia”, y 420 del Código de Procedimiento Pena (CPP), que
establece el carácter obligatorio para los Tribunales y Jueces
inferiores, de la doctrina legal establecida por la Corte Suprema de
Justicia, ahora Tribunal Supremo de Justicia (sic) (resaltado y
subrayado ilustrativo).

Además, es importante señalar que el precedente en vigor que vincula a las


autoridades fiscales, tal como ya se anotó, debe considerar la doctrina del estándar
jurisprudencial más alto, que es una garantía para las personas y las colectividades, ya
que es un límite tanto para el Tribunal Constitucional Plurinacional como para el Tribunal
Supremo de Justicia, ya que si bien pueden mutar su jurisprudencia; empero no lo
pueden hacer para restringir o retroceder en un derecho ya consagrado en sus
entendimientos jurisprudenciales, toda vez que el precedente en vigor será siempre el
estándar jurisprudencial más favorable y coherente con la progresividad del derecho.

En efecto, los principios de progresividad contenidos en el artículo 13.I de la


Constitución, en interdependencia con el art. 256 de la norma suprema que consagra el
principio de favorabilidad, son los fundamentos constitucionales de la doctrina del
estándar jurisprudencial más alto, toda vez que, en virtud a este principio de
progresividad y al de prohibición de regresividad, el intérprete debe aplicar los
estándares de derechos más favorables y coherentes con su avance en el ámbito interno
y en el derecho internacional de los derechos humanos, aún cuando existan
entendimientos posteriores que sean más restrictivos, ya que en materia de
jurisprudencia referente a derechos fundamentales, no rige el principio de
temporalidad, sino el de favorabilidad.

La doctrina del estándar jurisprudencial más alto que debe ser utilizada por las
autoridades fiscales, fue desarrollada por el TCP en la SCP 2233/2013, en los siguientes
términos:

25
SCP 2233/2013
(Doctrina del estándar jurisprudencial más alto)

III.3. Aplicación del estándar más alto de la jurisprudencia


constitucional

Nos referimos, con la expresión estándar más alto de la


jurisprudencia constitucional, para resaltar aquélla o aquéllas
decisiones del Tribunal Constitucional que hubieran resuelto un
problema jurídico recurrente y uniforme, pero de manera
progresiva a través de una interpretación que tiende a efectivizar y
materializar de mejor manera los derechos fundamentales y
garantías constitucionales previstas en la Constitución y en los
Tratados Internacionales de Derechos Humanos que forman parte
del bloque de constitucionalidad.

El método de identificación del estándar más alto en la jurisprudencia


constitucional, es a través de un examen o análisis integral de la
línea jurisprudencial, de tal forma que el precedente constitucional
en vigor se constituirá en aquél que resulte de dicha comparación.

Sobre el análisis dinámico de la jurisprudencia constitucional a través


de las líneas jurisprudenciales, se tiene la SCP 0846/2012 de 20 de
agosto, que estableció:“No es suficiente la identificación del
precedente constitucional, a través del análisis estático de la
jurisprudencia, se debe analizar la jurisprudencia constitucional
también a través de un análisis dinámico, es decir, se debe apreciar
de manera sistemática el desarrollo de la jurisprudencia, para ubicar
el precedente constitucional en vigor en la línea jurisprudencial. Las
líneas jurisprudenciales, son la técnica para hacer el análisis dinámico
de la jurisprudencia constitucional. Son las respuestas o soluciones
que la jurisprudencia ha dado a determinado problema jurídico, está
conformada por un conjunto de sentencias que abordaron
determinada temática.

La jurisprudencia constitucional al ser en esencia evolutiva, se van


modulando, ya sea extendiendo, o en su caso, restringiendo sus
alcances, de ahí que es preciso hacer un recorrido entre las sentencias
básicas o creadoras de líneas, sentencias moduladoras de líneas,
sentencias confirmadoras o reiteradoras de línea, sentencias
mutadoras o cambiadoras de línea y sentencias reconductoras de
línea, porque sólo con este análisis dinámico de las sentencias que
conforman la línea jurisprudencia se identifica el precedente
constitucional en vigor”.

26
En este sentido, el uso del estándar más alto de la jurisprudencia
constitucional al menos tiene dos consecuencias prácticas:

i) Provoca que un juez o tribunal en caso de contar con dos


sentencias constitucionales contradictorias elija de acuerdo
a las particularidades de cada caso el entendimiento que
tutele de manera más adecuada los derechos
fundamentales que llega a ser el estándar más alto.

ii) Asimismo, de existir diversos entendimientos


jurisprudenciales no antagónicos sino progresivos los
mismos deben armonizarse para la resolución más
adecuada del caso en atención a los derechos
fundamentales obteniéndose vía integración de
jurisprudencia el estándar más alto. Este entendimiento
tiene su fundamento en lo establecido por los arts. 13.IV y
256 de la CPE, que configuran la obligación de interpretación
más favorable en materia de Derechos Humanos, teniendo
como parámetros las cláusulas de interpretación contenidas
en los Tratados y Convenios Internacionales sobre la
materia, entre ellas, el principio pro homine, que establece
que el juzgador debe aplicar aquellas normas y criterios de
interpretación que resulten más favorables al respeto y goce
de los derechos constitucionales de las personas. (sic)
(resaltado y subrayado nuestro).

El TCP, además, en la SCP 0019/2018-S2, moduló la doctrina del estándar


jurisprudencial más alto y estableció que al margen de los entendimientos desarrollados
por el máximo contralor de constitucional interno, es decir el TCP, si existe un
entendimiento más favorable y progresivo en el avance del derecho internacional de los
derechos humanos, éste será el estándar más alto y tendrá una aplicación directa y
preferente en relación al entendimiento jurisprudencial interno.

SCP 0019/2018-S2
(Modulación de la doctrina del estándar jurisprudencial más alto)

III.3. Los estándares normativos de protección y jurisprudencia


generada sobre los derechos de las niñas y adolescentes

27
El art. 60 de la CPE, sostiene que: “Es deber del Estado, la sociedad y
la familia garantizar la prioridad del interés superior de la niña, niño y
adolescente, que comprende la preeminencia de sus derechos, la
primacía en recibir protección y socorro en cualquier circunstancia, la
prioridad en la atención de los servicios públicos y privados, y el
acceso a una administración de justicia pronta, oportuna y con
asistencia de personal especializado”.

Así, el constituyente boliviano ha establecido que las niñas, niños y


adolescentes gozan de especial protección y atención de sus
derechos, mediante la corresponsabilidad del Estado en todos sus
niveles, la familia y la sociedad, debiendo ser atendidos con
preferencia en centros de salud, en la escuela, en centros judiciales,
entre otros.

Por su parte, los estándares normativos de protección existentes en


la dimensión internacional, que constituyen fuentes de obligación
del Estado y sus particulares; cobraron mayor preminencia en la
labor herméutica del juez constitucional en este periodo
constitucional, en virtud a las disposiciones constitucionales
contenidas en los arts. 13 y 256 de la CPE, que incorporan dos
principios relacionados estrechamente, referidos al pro homine y a
la interpretación conforme a los Pactos e Instrumentos
Internacionales sobre Derechos Humanos; en virtud a los cuales, el
intérprete constitucional debe inclinarse por aquella interpretación
más favorable al derecho en cuestión -resultante de su tarea de
control constitucional y/o convencional-, derivada de las
disposiciones consignadas en los instrumentos internacionales, ya
en su derecho originario -texto constitucional o Tratado o
Convención Internacional- o las contenidas en su derecho derivado
de la interpretación efectuada por sus órganos competentes -
resoluciones, directrices, recomendaciones, etc.-; acorde con ello,
existen una serie de instrumentos que tienen especial relevancia
para la solución del caso y que servirán como parámetro normativo
y jurisprudencial para ese propósito (sic) (resaltado y subrayado
ilustrativo).

Entonces, desde la perspectiva anotada, las autoridades fiscales están vinculadas a


las interpretaciones más favorables y progresivas sobre derechos referentes a violencia
en razón de género que se han desarrollado no sólo en el ámbito interno por parte del
TCP o del TSJ, sino también en el sistema interamericano o universal de protección a
derechos humanos, lo que significa que en caso de encontrar entendimientos

28
contradictorios, su aplicación no está regida por el principio de temporalidad, sino por
el de favorabilidad, aunque el entendimiento más favorable no sea el último.

Por ejemplo, en el marco del caso hipotético planteado, debe establecerse que
el TCP en la SCP 0017/2019-S2 ha desarrollado el estándar jurisprudencial más altos en
cuanto al deber de la debida diligencia que debe guiar la investigación con perspectiva
de género, por tanto, este entendimiento es el precedente en vigor que vincula a la
autoridad fiscal que conozca el caso.

SCP 0017/2019-S2
(Deber de la debida diligencia)

El TCP en el marco de una interpretación conforme al bloque de


constitucionalidad y concretamente a la luz de la Convención Belém
do Pará y el art. 15 de la Constitución, y de acuerdo a los estándares
del Comité para la Eliminación de las Discriminación Contra la Mujer
CEDAW y de la Corte Interamericana de Protección a Derechos,
desarrolló la debida diligencia, en virtud de la cual el Estado
Plurinacional de Bolivia debe prevenir, investigar, castigar y
ofrecer reparación integral de daños en delitos de violencia contra
la mujer y también debe incluir y adaptar su normativa y asumir
medidas legislativas, administrativas y judiciales para el goce pleno
y eficaz de los derechos de las mujeres a una vida libre de violencia,
considerando que la violencia no está en la esfera privada, sino su
prevención, investigación, sanción y reparación son obligaciones
internacionales del Estado que deben ser cumplidas de buena fe.
Asimismo, en el marco de los estándares internacionales e internos
de protección a las mujeres víctimas de violencia, el Estado tiene la
obligación de actuar con la debida diligencia para prevenir,
investigar y sancionar la violencia contra la mujer; debida diligencia
que, en la labor de investigación, se traduce en la investigación de
oficio de los hechos de violencia hacia las mujeres, la celeridad en
su actuación, la protección inmediata a la misma, la prohibición de
revictimización y que la carga de la prueba corresponde al
Ministerio Público y no a la víctima. (FJ III.1.3)

Asimismo, en el caso hipotético planteado, la autoridad fiscal debe someterse a


los estándares jurisprudenciales más altos desarrollados por el TSJ, por ejemplo, en

29
cuanto al deber de la debida diligencia desarrollado a través del Auto Supremo (AS)
396/2020-RRC, cuyo entendimiento se transcribe a continuación.

AUTO SUPREMO Nº 396/2020-RRC


III.3. En cuanto a la denuncia de que el Auto de Vista incurrió en
inaplicación de los principios y normas de la Ley 348 en cuanto a
juzgar con perspectiva de género, como tampoco se tomó en
cuenta la Convención Belém Do Pará.
Corresponde precisar que el presente motivo fue admitido ante la
concurrencia de los presupuestos de flexibilización a los fines de
evidenciar si el Auto de Vista impugnado incurrió en inaplicación
de los principios y normas de la Ley 348 en cuanto a juzgar con
perspectiva de género, ya que, el hecho delictivo se cometió el 10
de octubre de 2014 y la citada Ley se promulgó el 9 de marzo de
2013, siendo de aplicación preferente en todo su contenido los
arts. 2, 4.11), 4.13) y 47 de dicha normativa.
Al respecto, resulta oportuno hacer referencia al contenido de la
obligación de la debida diligencia para prevenir, sancionar y
erradicar hechos de violencia contra las mujeres, que nace de las
obligaciones genéricas de la Convención Americana de Derechos
Humanos (CADH) y de las obligaciones específicas que impone la
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar
la Violencia contra la Mujer (“Convención de Belém do Pará”). La
Corte IDH, además, ha establecido que, en un contexto de
violencia, subordinación y discriminación histórica contra las
mujeres, los compromisos internacionales “imponen al Estado
una responsabilidad reforzada”
La Convención Belén do Pará, en su art. 7 se refiere a las
obligaciones inmediatas del Estado en casos de violencia contra las
mujeres, que incluyen procedimientos, mecanismos judiciales y
legislación encaminada a prevenir la impunidad, incluyendo
medidas para proteger a las mujeres de actos de violencia
inminentes. Establece: “Actuar con la debida diligencia para
prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la mujer”.
Capítulo III Deberes de los Estados. Art. 7 b).
Al respecto la Jurisprudencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) entiende que esa obligación está dentro
de las medidas positivas que deben adoptar los Estados para
garantizar los derechos reconocidos por la Convención Americana
de Derechos Humanos. Aclarando que el deber de investigar es
una obligación de medios y no de resultados. A la luz de ese
deber, cuando las autoridades estatales tienen conocimiento del
hecho, deben iniciar de oficio y sin dilación, una investigación
seria, imparcial y efectiva. Esta investigación debe ser realizada

30
por todos los medios legales disponibles y debe estar orientada a
la determinación de la verdad.
Es claro que un acto de violencia contra una mujer, resulta
particularmente importante que las autoridades a cargo de la
investigación la lleven adelante con determinación y eficacia,
teniendo en cuenta el deber de la sociedad de rechazar la violencia
contra las mujeres y las obligaciones del Estado de erradicarla y de
brindar confianza a las víctimas en las instituciones estatales para
su protección.
La CIDH ha establecido que la investigación debe llevarse a cabo
de manera inmediata, exhaustiva, seria e imparcial y debe estar
orientada a explorar todas las líneas investigativas posibles que
permitan la identificación de los autores del delito, para su
posterior juzgamiento y sanción. El Estado puede ser responsable
por no “ordenar, practicar o valorar pruebas” que pueden ser
fundamentales para el debido esclarecimiento de los hechos.
El Estado tiene la obligación de investigar todos los actos de
violencia contra la mujer, incluidas las deficiencias sistémicas en
la prevención de dicha violencia. En el caso de que un incidente
de violencia concreto tenga lugar en el contexto de un patrón
general de violencia contra la mujer, la obligación de la diligencia
debida tiene alcances más amplios. En la investigación deberá
procederse con una perspectiva de género y considerar la
vulnerabilidad particular de la víctima. El elemento de la
investigación tiene dos objetivos: prevenir la repetición en el
futuro, así como asegurar la justicia en los casos individuales. Ello
se refiere tanto a las estructuras del Estado como a las acciones
de los funcionarios públicos involucrados. Esa investigación
deberá ser imparcial, seria y exhaustiva, y hacer rendir cuentas a
los funcionarios públicos, ya sea de forma administrativa,
disciplinaria o penal, en aquellos casos en que se haya vulnerado
el principio de legalidad. El requisito de la diligencia debida no se
limita a la manera en que se lleva a cabo la investigación, sino que
también comprende el derecho de las víctimas a acceder a la
información sobre el estado de la investigación.
Estas obligaciones constituyen parámetros y estándares que
deben observar los Estados y cuando toca administrar justicia en
un caso concreto que involucra violencia física y sexual contra la
mujer deben ser observados por los Fiscales, Jueces y todos los
funcionarios del sistema judicial. En especial para la consecución,
custodia y valoración de las pruebas, sin que ello implique una
desigualdad procesal de las partes, garantizando un proceso con
pleno respeto de los derechos y garantías donde se establezca la
verdad de los hechos.

31
5. Reflexiones finales

En esta unidad se desarrolló el abordaje de casos de violencia en razón de género a


la luz del modelo constitucional vigente, en este contexto, se argumentó que la
autoridad fiscal debe analizar los casos de violencia en razón de género de conformidad
con la Constitución y el Bloque de Constitucionalidad, el cual, en materia de derechos
humanos contiene no sólo a los tratados internacionales referentes a derechos
humanos, sino también a los estándares internacionales que emergen tanto del sistema
interamericano o universal de protección a derechos humanos.

Asimismo, en esta unidad se evidenció que las autoridades fiscales están vinculadas
a los estándares jurisprudenciales más altos en violencia en razón de género contenidas
en interpretaciones favorables y progresivas realizadas tanto por el TCP como por el TSJ
y también por estándares del sistema interamericano o universal de protección a
derechos humanos.

La aplicación de los estándares jurisprudenciales más alto, generará que el Estado


Plurinacional de Bolivia cumpla de buena fe sus obligaciones reforzadas de respeto y
garantía a derechos de las víctimas de violencia en razón de género.

1. Test de autoevaluación

1) Las opiniones consultivas de la Corte F V


IDH son facultativas para las
autoridades fiscales
2) En caso de existir líneas F V
jurisprudenciales contradictorias debe
aplicarse la última decisión, aunque no
sea la más favorable

32
3) La SCP 2233/2013 es fundadora de F V
línea en cuanto a la doctrina del
estándar jurisprudencial más alto.
4) La autoridad fiscal, debe aplicar con F V
preferencia el estándar jurisprudencial
más alto del sistema interamericano o
universal de protección a derechos de
las víctimas de violencia en razón de
género si este fuera un entendimiento
más favorable al desarrollado por el
TCP.
5) El TCP puede mutar su jurisprudencia F V
para interpretar derechos de manera
más favorable y coherente con el
principio de progresividad.

33
UNIDAD DE PRENDIZAJE II
MARCO CONCEPTUAL DE
LA VIOLENCIA EN RAZÓN
DE GÉNERO

34
UNIDAD DE PRENDIZAJE II

MARCO CONCEPTUAL DE LA VIOLENCIA EN RAZÓN DE GÉNERO


1. El sexo, el género y el modelo hegemónico de masculinidad

El sexo es un dato biológico que, a partir de las características sexuales


externamente percibidas, clasifica a las personas como hombres o mujeres. En este
sentido, el artículo 3 de la Ley 807 de 21 de mayo de 2016 (Ley de Identidad de Género)
define al sexo como la “Condición biológica, orgánica y genética que distingue a mujeres
de hombres”.

De acuerdo a la Recomendación General No. 28 del Comité de la CEDAW, el género,


es el conjunto de características, actitudes y roles social, cultural e históricamente
asignados a las personas en virtud de su sexo biológico4. En este mismo sentido, el
artículo 3 de la referida Ley 807, establece que el género: “Es la construcción social de
roles, comportamientos, usos, ideas, vestimentas, prácticas o características culturales
y otras costumbres para el hombre y la mujer”.

A partir de estos dos elementos, se ha estructurado el sistema binario sexo-género,


a partir del cual la sociedad occidental ha organizado sus estructuras sociales, culturales,
políticas, familiares, jurídicas, religiosas e ideológicas, en el marco de un modelo
hegemónico de masculinidad que es la esencia del sistema patriarcal.

Esta repartición de roles a partir del dato biológico del sexo, ha generado una
jerarquización del hombre y la histórica subordinación de la mujer, bajo la creencia de
su inferioridad, debilidad y por ende deber de sumisión. La historia, la filosofía, la
religión, las teorías políticas, sociales y religiosas han reproducido este sistema de
dominación.

4 COMITÉ CEDAW, Recomendación N° 28.

35
Los ejemplos que se citarán, demostrarán la idea de inferioridad de la mujer y la
influencia de estas posturas en la política, la religión, la familia y todos los ámbitos de la
vida social occidental.

Pitágoras
El filósofo griego afirmaba: “Existe un principio bueno que ha creado el
orden, la luz y el hombre, y un principio malo que ha creado el caos, las
tinieblas y la mujer” (cit. por Beauvoir en el Segundo Sexo)

Aristóteles
El filósofo griego sostenía que “El macho es por naturaleza superior y la
hembra inferior; uno gobierna y la otra es gobernada; este principio de
necesidad se extiende a toda la humanidad”. Para el filósofo la hembra
humana es un animal que nace, crece, se reproduce y muere. Por el
contrario, el hombre es un ser social y político por excelencia; la mujer es
un ser biológico y su función es la reproducción (Aristóteles, Obras
Completas. Generación de los animales, 1932)

Rousseau
“Cuando la mujer se queja de la injusta desigualdad en que la ha puesto el
hombre, comete un error, esta desigualdad no es una institución humana,
o al menos no es obra del prejuicio, sino de la razón” (El Emilio, Cap. V).
En cuanto a Sofía (El modelo rousoniano de mujer) el autor señala que esta
“formada para obedecer a un ser tan imperfecto como el hombre, con
frecuencia tan lleno de vicios y siempre tan lleno de defectos, debe
aprender con anticipación a sufrir incluso la injusticia y a soportar las
sinrazones de un marido sin quejarse” (Íbid.)

Samuel Johnson
“Es preferible ver una buena comida sobre la mesa a oír a la esposa habrar
en griego”

Hegel
Para Hegel las mujeres pertenecen a la familia, están fuera de la ciudadanía
y de los intereses universales y no tienen individualidad: son la madre, la
hermana, la esposa, la hija. En cambio, los varones han de vivir para el
Estado y las mujeres para la familia. (Miyares, 2014, p. 262)

Schopenhauer

36
Para este filósofo, la división entre los sexos es natural. Los sexos son modos
de existencia perfectamente diversos y divergentes. El sexo masculino es
reflexivo y el femenino es inmediato. Todas las mujeres deben ser seres de
harén, y en esto las culturas orientales se han mostrado más sabias que
Europa. Las mujeres no deben tener derechos y deben ser educadas en la
sumisión. De no hacerlo así, se las hace infelices colectivamente. (Miyares,
2014, p. 262)

Los filósofos citados sólo como ejemplo, sin duda han tenido una influencia directa
en la formación de los Estados modernos, en su institucionalidad, en sus sistemas
políticos, jurídicos y culturales, han legitimado a partir de argumentos biológicos y
“naturales” la diferencia de sexos y la asignación de los roles públicos, de cuidado y de
dominio a los varones y el rol del cuidado de la familia, de exclusión de la vida pública y
de obediencia y subordinación a la mujer.

El pensamiento filosófico citado, armónico con las ideas religiosas y explicaciones


biologístas, han sido determinantes para excluir el derecho al voto y al acceso a la
función pública de la mujer, ha legitimado la posición de la legislación civil que la declaró
incapaz para realizar actos jurídicos civiles e incluso, tal como lo estableció el Código
napoleónico de 1804, la consideró como propiedad del varón, con roles de procreación,
de sumisión y obediencia al esposo.

Es así que las sociedades occidentales han reproducido un modelo hegemónico de


masculinidad y han desarrollado sus estructuras e instituciones de manera asimétrica
por los roles de género asignados a los varones blancos y a las mujeres blancas. En esta
estructura patriarcal, la mujer afrodescendiente o indígena, no existía, era un no ser en
el sistema patriarcal de hombres blancos.

Roles de género
Son comportamientos aprendidos en una sociedad, comunidad o
grupo social, en los que sus miembros están condicionados para
percibir como masculinas o femeninas ciertas actividades, tareas y
responsabilidades. Estas percepciones están influenciadas por la
edad, clase, raza, etnia, cultura, religión u otras ideologías, así como
por el medio geográfico, económico y político. A menudo se producen
cambios de los roles de género como respuesta al cambio de las
circunstancias económicas, naturales o políticas, incluidos los

37
esfuerzos por el desarrollo, los ajustes estructurales u otras fuerzas
de base nacional o internacional. En un determinado contexto social,
los roles de género de los hombres y las mujeres pueden ser flexibles
o rígidos, semejantes o diferentes, y complementarios o conflictivos.

Este modelo hegemónico de masculinidad, también genera discriminación por


orientación sexual y por identidad de género, en este marco, y para efectos de aclarar
conceptos esenciales que luego serán aplicados cuando se analice la violencia en razón
de género, corresponde realizar las siguientes precisiones:

Orientación sexual
Se refiere a la capacidad de cada persona de sentir una profunda
atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un género
diferente al suyo, o de su mismo género, o de más de un género, así
como a la capacidad de mantener relaciones íntimas y sexuales con
estas personas (Principios de Yogyakarta)

Siguiendo los lineamientos de la OACNUDH, existen tres tipos de orientación sexual:


la heterosexual, la homosexual y la bisexual5.

Heterosexualidad
Hace referencia a la capacidad de una persona de sentir una profunda
atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un género
diferente al suyo y a la capacidad de mantener relaciones íntimas y
sexuales con estas personas.

Homosexualidad
“Hace referencia a la capacidad de cada persona de sentir una profunda
atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un mismo
género y a la capacidad mantener relaciones íntimas y sexuales con
estas personas. Se utiliza generalmente el término lesbiana para
referirse a la homosexualidad femenina y gay para referirse a la
homosexualidad masculina”.

Bisexualidad

5OACNUDH, Orientación Sexual e Identidad de Género en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
Disponible en: http://acnudh.org/wp-content/uploads/2013/11/orentaci%C3%B3n-sexual-e-identidad-de-
g%C3%A9nero2.pdf

38
“Hace referencia a la capacidad de una persona de sentir una profunda
atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un género
diferente al suyo o también de su mismo género, así como a la
capacidad mantener relaciones íntimas y sexuales con estas
personas”6.

Corresponde también precisar el alcance de la identidad de género, a cuyo efecto se


asumirá la definición utilizada por los Principios de Yogyakarta, que señalan:

Identidad de género
Es “la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la
siente profundamente, la cual podría corresponder o no con el sexo
asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del
cuerpo (que podría involucrar la modificación de la apariencia o la función
corporal a través de medios médicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre
que la misma sea libremente escogida) y otras expresiones de género,
incluyendo la vestimenta, el modo de hablar y los modales” (Principios de
Yogyakarta)

Personas transgénero
Hombre o mujer cuya identidad de género no corresponde con su sexo
asignado al momento del nacimiento, sin que esto implique intervención
médica de modificación corporal (Art. 3.6. de la Ley 807 de 21 de mayo de
2016, Ley de Identidad de Género).

Personas transexuales
“Personas que se sienten como pertenecientes al género opuesto al que
se les asignó al nacer y que optan por una intervención médica para
adecuar su apariencia física - biológica a su realidad psíquica y social” (Art.
3.5. de la Ley 807 de 21 de mayo de 2016, Ley de Identidad de Género).

También existen otras categorías del transgenerismo, como es el caso de las


personas travestis.

Personas travetis
“Son aquellas que expresan su identidad de género -ya sea de manera
permanente o transitoria- mediante la utilización de prendas de vestir
y actitudes del género opuesto que social y culturalmente se asigna a

6 Ibid.

39
su sexo biológico. Ello puede incluir la modificación o no de su
cuerpo”7.

También debe considerarse la expresión de género y la intersexualidad.

Expresión de género
De acuerdo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, “se
refiere a la manifestación externa del género de una persona”8; es
decir, son los rasgos, las posturas, la forma de vestir, los gestos, las
pautas de lenguaje, el comportamiento y las interacciones sociales, que
connotan la identidad de género de una persona. La Comisión
Interamericana señala que la expresión de género es visible y puede ser
una fuente de identificación, especialmente cuando a través de
características como la vestimenta, los manerismos y las
modificaciones corporales, se subvierten expectativas tradicionales de
expresión de género9.

Intersexualidad

“Integra a las personas que poseen características genéticas de


hombres y mujeres y se ha definido como ‘todas aquellas situaciones
en las que el cuerpo sexuado de un individuo varía respecto al estándar
de corporalidad femenina o masculina culturalmente vigente’.
Históricamente la comprensión de esta identidad biológica específica
se ha denominado a través de la figura mitológica del hermafrodita, la
persona que nace “con ‘ambos’ sexos, tanto en el movimiento social
LGTBI, como en la literatura médica y jurídica se considera que el
término intersex es técnicamente el más adecuado. Una persona
intersex puede identificarse como hombre, como mujer o como
ninguno de los dos mientras su orientación sexual puede ser lesbiana,
homosexual, bisexual o heterosexual”10.

Para designar a las personas con diversa orientación sexual e identidad de género,
se utiliza el acrónimo LGBTI (lesbianas, gay, bisexuales, trans e intersexuales). Este
acrónimo es usado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que inclusive
tiene una relatoría con ese nombre: Relatoría sobre los Derechos de las Personas
Lesbianas, Gay, Bisexuales, Trans e Intersex, que fue instalada el 8 de noviembre de
2013.

7 Ibid.
8 Ibid.
9 Ibid.
10 Ibid.

40
Sin embargo, se debe aclarar que, como la propia Comisión Interamericana lo
reconoce, la denominación LGTBI puede resultar limitada dada la complejidad y la
diversidad existente respecto a las orientaciones sexuales, las identidades de género y
los cuerpos; a su vez, la Comisión aclara que en realidad lo que interesa, con
independencia del nombre, es el examen de la “situación de violencia motivada por el
prejuicio basado en la percepción de que la orientación sexual, y/o identidad o expresión
de género de las personas LGBT desafían normas y roles de género tradicionales, o, en
el caso de las personas intersex, porque sus cuerpos difieren del estándar de
corporalidad femenina y masculina. Como esta violencia está basada en la percepción
que otras personas tienen sobre las orientaciones, identidades, expresiones y cuerpos,
la violencia se manifiesta independientemente de que la persona que es víctima de
violencia se identifique como lesbiana, gay, bisexual, trans o intersex”11.

También es preciso referir al movimiento queer, que es un conjunto de grupos que


sostienen que la sexualidad y el género son espacios plásticos, construcciones sociales
y políticas que fueron creados para unir el sistema sexo/género y la reproducción. La
teoría queer “es la elaboración teórica de la disidencia sexual y la deconstrucción de las
identidades estigmatizadas”12 o periféricas, que son aquellas que van más allá de la
frontera de la sexualidad aceptada socialmente –la heterosexualidad.

Por todo lo expuesto, hasta este punto debe quedar claro que las relaciones sociales
jerarquizadas por los roles de género establecidos a partir de datos biológicos, han
consolidado un sistema de dominación masculina reproducido por la institucionalidad
estatal, la educación, las leyes, las costumbres y las prácticas religiosas de estados
legislativos de derecho y que luego transitaron a Estados Constitucionales de Derecho.

Esta construcción asimétrica de las sociedades occidentales por roles de género, son
la causa directa de los prejuicios y estereotipos que, a pesar de la vigencia de Estados

11 COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, Violencia contra personas Lesbianas, Gay, Bisexuales, Trans e
Intersex en América, op. cit., p. 30.
12
FONSECA HERÁNDEZ, Carlos, QUINTERO SOTO, María Luisa, La teoría Queer: La deconstrucción de las sexualidades
periféricas.

41
Constitucionales de Derecho, todavía perviven y son la causa de la discriminación para
el ejercicio pleno de derechos tanto para mujeres como para personas LGBTI.

Ahora bien, en el caso hipotético planteado en la primera unidad, será esencial que
las autoridades fiscales, consideren aspectos como los roles de género, las
características del modelo hegemónico de masculinidad en el contexto de enfoques de
interseccionalidad, para así, investigar el caso de la pequeña B.R.L., con perspectiva de
género y brindarle una protección reforzada frente a su situación de particular
vulnerabilidad.

2. La igualdad sustantiva y la garantía de prohibición de discriminación

Las asimetrías históricas en razón de género son la causa directa de prejuicios y


estereotipos, los cuales, a su vez, generan discriminación estructural, directa, indirecta
e interseccional que evitan el ejercicio pleno de derechos a mujeres y a personas LGBTI.

Mientras persistan los estereotipos o prejuicios, la igualdad formal no es suficiente


para asegurar el ejercicio pleno de derechos, por eso la importancia que en el derecho
internacional de los derechos humanos y en los modelos constitucionales propios de los
Estados Constitucionales de Derecho ha adquirido la igualdad sustantiva. En esta línea
es importante resaltar los siguientes conceptos:

Igualdad formal
Esta contemplada en instrumentos internacionales de derechos humanos
como la CADH o el PIDCPs, así como en la Constitución boliviana y está
referida a la aplicación igual de la ley a todas las personas con
independencia de sus características especiales y en clave de
universalidad y homogeneidad.

Igualdad material o sustantiva


Es la iguadad real para el ejercicio pleno de derchos y sin discriminación.
Se la ejerce a partir de la superación de cualquier situación de asimetría,
desventaja y vulnerabilidad en la cual se encuentran grupos determinados

42
por razones de sexo, género, orientaciones sexuales, raza u otros criterios
prohibidos de discriminación o situaciones de desventaja material.

Igualdad estructural
A partir de las desventajas y opresiones históricas de ciertas poblaciones
y grupos sociales y su incidencia en las prácticas sociales, creencias,
prejuicios, que se manifietan y reproducen en las isntituciones y el
ejercicio del poder, pretende generar una igualdad sustantiva en todos los
ámbitos de la vida social.

En coherencia con el avance del derecho internacional de los derechos humanos, la


cláusula constitucional y convencional de la igualdad es interdependiente a la garantía
de prohibición de discriminación. En este contexto, el derecho internacional de los
derechos humanos, establece los siguientes tipos de discriminación:

Discriminación directa
Existe discriminación directa cuando la norma, la política pública o el
entendimiento judicial o administrativo contempla de manera explícita
una distinción injustificada y desproporcional que restringe o excluye el
goce o el ejercicio pleno de un derecho a una persona o grupo de
personas.

Discriminación indirecta
Existe discriminación indirecta cuando una norma, política pública o
entendimiento judicial o administrativo, si bien aparenta ser neutral,
empero, por relaciones jerarquizadas de poder o situaciónes estructurales
de asimetría o desventaja, genera un trato o impacto diferenciado e
injustificado en determinadas personas o colectividades.

Discriminación interseccional
La discriminación interseccional se manifiesta en tratos diferenciados
injustificados y desproporcionados ocasionados por varios factores como
ser sexo, género, raza, origen, condición económica, entre otros, que se
entrecruzan y que colocan a las personas o colectividades en una situación
de mayor vulnerabilidad.

Discriminación estructural

43
La discriminación estructural esta vinculada con la desigualdad estructural
y se manifiesta en actos, omisiones o distinciones injustificadas basadas
en prácticas jerarquizadas, crenencias y prejuicios excluyentes que son
reproducidos por las instituciones públicas o privadas y por todo el orden
social, político, económico, cultural o religioso y que afecta a personas o
gupos históricamente discriminados, como el caso de las mujeres o las
personas LGBTI.

A partir del concepto de discriminación estructural y en aras de consolidar una


igualdad sustantiva, el derecho internacional de los derechos humanos ha desarrollado
las categorías sospechosas o criterios prohibidos de discriminación, ya que los mismos
han generado históricas relaciones de jerarquización, asimetría y discriminación y tienen
la finalidad de limitar o suprimir el ejercicio pleno de derechos.

En el derecho internacional de los derechos humanos, existe una presunción de


discriminación en cuanto a las categorías sospechosas o criterios prohibidos de
discriminación. En este contexto, se presume que toda norma, política pública o
decisión judicial o administrativa vinculada a uno de los criterios prohibidos de
discriminación, contiene un trato diferenciado injustificado en base a los prejuicios o
creencias discriminatorias que conllevan estas categorías y que por tanto implican una
limitación o supresión arbitraria para el ejercicio pleno de derechos, por lo que, el
Estado, a través de sus agentes, tiene la carga probatoria y argumentativa para
demostrar que la decisión asumida es armónica con la igualdad sustantiva.

Los criterios prohibidos de discriminación en la Constitución


boliviana
Los criterios prohibidos de discriminación, están disciplinados como un
catálogo abierto y no cerrado por el artículo 14.II de la Constitución,
dispsición que establece: “El Estado prohíbe y sanciona toda forma de
discriminación fundada en razón de sexo, color, edad, orientación sexual,
identidad de género, origen, cultura, nacionalidad, ciudadanía, idioma,
credo religioso, ideología, filiación política o filosófica, estado civil,
condición económica o social, tipo de ocupación, grado de instrucción,
discapacidad, embarazo, u otras que tenga por objetivo o resultado anular
o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de
igualdad de los derechos de toda persona”.

44
Los tres presupuestos para la discriminación
Existe discriminación cuando se presentan los siguientes presupuestos:
1) Se comete un acto o se incurre en una omisión que distingue,
excluye u otorga un trato diferente a una persona o un grupo de
personas.
2) Esta distinción, exclusión o trato diferenciado está motivado por
una condición específica de la persona como el sexo, el género, la
raza, el origen social, la preferencia sexual u otras condiciones
sociales; y
3) El resultado de dicho acto u omisión sea la limitación o negación
de alguno de los derechos fundamentales de las personas.

Ahora bien, en el marco de la enseñanza clínica del derecho, a continuación se


analizará el emblemático caso “Campo Algodonero Vs. México” y la utilización por parte
de la Corte IDH de las categorías conceptuales precisadas precedentemente.

En un contexto de centenares de mujeres, niñas y adolescentes muertas


violentamente en Ciudad Juráres (México), el 6 de noviembre de 2021 en un campo
algodonero de esta ciudad, fueron encontrados los cuerpos de dos adolescentes y una
mujer identificadas como las jóvenes Claudia Ivette Gonzáles, Esmeralda Herrera
Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez.

En su fallo, la Corte IDH, realiza los siguientes antecedentes contextuales:

• La Ciudad Juárez está ubicada en el norte del Estado de Chihuahua,


exactamente en la frontera con El Paso, Texas. Se caracteriza por ser una
ciudad industrial, en la cual, se ha desarrollado particularmente la industria
maquiladora y además se caracteriza por ser una ciudad de tránsito de
migrantes, mexicanos y extranjeros. Su ubicación geográfica que la sitúa en
una zona de tránsito migratorio tanto de personas mexicanas como
extranjeras y las desigualdades sociales existentes, han contribuido a varias
formas de delincuencia organizada como el narcotráfico, la trata de
personas, el tráfico de armas y el lavado de dinero, incrementando así los
niveles de inseguridad y violencia (párr. 113).

45
• En ciudad Juárez, aproximadamente desde 1993, existió un aumento
significativo en el número de desapariciones y “homicidios” de mujeres y
niñas sin que el Estado haya brindado una respuesta eficiente (párr. 114).

• En 1998 la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México examinó 24


casos de “homicidios de mujeres” y concluyó que durante las investigaciones
se habían violado los derechos humanos de las víctimas y su familiares, a
partir de esa fecha se han pronunciado varios organismos internacionales y
nacionales sobre derechos humanos (párr. 116).

• El Informe de la Relatora de la CIDH resalta que aunque Ciudad Juárez se ha


caracterizado por un pronunciado aumento de los crímenes contra mujeres
y hombres, el aumento en lo referente a las mujeres “es anómalo en varios
aspectos”, ya que: i) en 1993 se incrementaron notablemente los asesinatos
de mujeres; ii) los coeficientes de homicidios de mujeres se duplicaron en
relación de los hombres; y iii) el índice de homicidios correspondiente a
mujeres en Ciudad Juárez es desproporcionadamente mayor que el de
ciudades fronterizas en circunstancias análogas. Además, de acuerdo a datos
estatales, en 2006, Ciudad Juáres ocupó el cuarto lugar en homicidios de
mujeres entre ciudades mexicanas (párr. 117).

• De acuerdo a los informes las víctimas eran mujeres jóvenes de 15 a 25 años


de edad, estudiantes o trabajadoras de maquilas o de tiendas u otras
empresas locales, y que algunas vivían en Ciudad Juárez desde hacia
relativamente poco tiempo, por lo que las víctimas se caracterizan por ser
predominantemente mujeres jóvenes, incluyendo niñas, trabajadoras -sobre
todo de maquilas-, de escasos recursos, estudiantes o migrantes.

• Un considerable número de los homicidios presentaron signos de violencia


sexual y según un informe de la Fiscalía Especial, algunos de los homicidios y
las desapariciones desde 1993 “han presentado características y/o patrones
conductuales similares”. (párrs. 124 y 125).

46
• Diversos informes establecen los siguientes factores en común en varios de
los homicidios: las mujeres son secuestradas y mantenidas en cautiverio, sus
familiares denuncian su desaparición y luego de días o meses sus cadáveres
son encontrados en terrenos baldíos con signos de violencia, incluyendo
violación u otros tipos de abusos sexuales, tortura y mutilaciones (párr. 125).

• En cuanto a las características sexuales de los homicidios, el Estado alegó que


según cifras del año 2004, alrededor del 26% de los homicidios obedecía a
actos de índole sexual violento (párr. 126).

• Hasta el año 2005 la Fiscalia Especial logró determinar que el número de


casos en los que se presentó el patrón conductual que había indentificado el
fenómeno denominado “Muertas de Juárez”, era el de alrededor del 30% de
los 379 homicidios identificados, es decir, alrededor de 113 mujeres, en este
contexto, una tercera parte del total de los homicidios de mujeres eran
aquéllos clasificados como sexuales y/o seriales, estos últimos son aquellos
donde se repite un patrón en el que por lo general la víctima no conoce a su
victimario y es privada de su libertad y sometida a vejaciones y sufrimientos
múltiples, hasta la muerte (párr. 127).

• El tema de género es el común denominador de la violencia en Ciudad Juárez,


la cual “sucede como culminación de una situación caracterizada por la
violación reiterada y sistemática de los derechos humanos”. De acuerdo a la
CIDH “niñas y mujeres son violentadas con crueldad por el sólo hecho de ser
mujeres y sólo en algunos casos son asesinadas como culminación de dicha
violencia pública y privada” (párr. 127). De acuerdo a datos estadísticos,
entre 1993 y 2005, del total de homicidios de mujeres, el 31.4 % fue
producido por violencia social; el 28% por violencia doméstica y el 20.6% por
móvil sexual, se advierte que de acuerdo a otros estudios, el 66% de los
homicidios son el resultado de la violencia intrafamiliar o doméstico y el 26%
obedecen a actos de índole sexual violento (párr. 131).

47
En el marco de la contextualización de antecedentes que realizó la Corte IDH, debe
resaltarse los siguientes aspectos:

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH),


señaló que la violencia contra las mujeres en Ciudad Juáres
“tiene sus raíces en conceptos referentes a la inferioridad y
subordinación de las mujeres”

El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer


en su Informe relativo al caso, resaltó el hecho de que la violencia
de género, incluyendo los asesinatos, secuestros, desapariciones y
las situaciones de violencia doméstica e intrafamiliar no eran casos
aislados, esporádicos o episódicos de violencia, sino de una
situación estructural y de un fenómeno social y cultural enraizado
en las costumbres y mentalidades y que estas situaciones de
violencia están fundadas “en una cultura de violencia y
discriminación basada en el género”.

La Relatora sobre la Violencia contra la Mujer de la Organización


de Naciones Unidas en el informe presentado por la CIDH, señaló
que la violencia contra la mujer en México sólo puede entenderse
en el contexto de “una desigualdad de género arraigada en la
sociedad”

En el caso concreto se advierten tres elementos esenciales: a) El concepto de


inferioridad de hombres y mujeres en Ciudad Juárez; b) la cultura de violencia y
discriminación basada en género; y, c) una desigualdad de género arraigada en la
sociedad.

A partir de estos tres elementos, se puede evidenciar que la igualdad formal en


Ciudad juárez no es suficiente, porque existe un patrón de desigualdad basado en el

48
género y una situación de inferioridad en la percepción social hacia la mujer, lo que
genera una cultura de discriminación estructural hacia la mujer y la intersección de otros
criterios prohibidos de discriminación como raza, condición económica, origen, entre
otros, por lo que, para el caso amerita la utilización del enfoque de género y de
interseccionalidad, por ser estos métodos del derecho destinados a identificar
situaciones de desigualdad para así asegurar la igualdad sustantiva y estructural.

En efecto, a la luz de los citados enfoques, en el caso ahora analizado, la Corte IDH,
concluyó sosteniendo que la violencia que padecen las mujeres de Ciudad Juárez se
sustenta en la “discriminación estructural” que contra ellas existe en ese país, por tanto,
México, al haber ratificado la Convención Belem do Para y la CADH, está obligado a
combatir esta discriminación contra ellas, para este fin, estableció que el Estado debía
remover todos los obstáculos de jure o de facto que impidan la debida investigación
de los hechos y el desarrollo de los respectivos procesos judiciales, y usar todos los
medios disponibles para hacer que las investigaciones y procesos judiciales sean
expeditos.

3. ¿Porqué investigar y juzgar con enfoque de género e interseccional?

Como se evidenció en el acápite anterior, la igualdad sustantiva y estructural, exige


que los Estados, para remover la discriminación estructural, interseccional, directa e
indirecta, a través de sus agentes estatales, como ser jueces, fiscales y otros operadores
del sistema, deben identificar dichas asimetrías para así superar obstáculos de hecho o
de derecho que eviten el ejercicio pleno de derechos sin discriminación.

Entonces, de acuerdo a lo señalado, el enfoque de género e interseccional es un


método del derecho y de otras ramas de la ciencia, como la psicología, la sociología, el
trabajo social, la antropología, etc., que tiene la finalidad de identificar situaciones de
discriminación, asimetría o desventaja estructural e individual por razones de sexo,
género, identidad de género, orientación sexual u otros criterios prohibidos de

49
discriminación, para así asegurar el ejercicio pleno de derechos en igualdad sustantiva y
estructural.

De acuerdo a la Fiscalía General del Estado, durante la gestión 2020 se produjeron


35.824 denuncias por delitos de la Ley 348 (Ley Integral para garantizar a las mujeres
una vida libre de violencia), en este marco, si en el caso boliviano se utiliza el método
contextual utilizado por la Corte IDH en el caso Campo algodonero vs. Mexico, es
razonable sustentar que existe un patrón estructural de discriminación contra la mujer
y las personas LGBTI y también situaciones individuales de asimetría y discriminación
por razón de género, por tanto, para que el Estado Plurinacional de Bolivia cumpla sus
obligaciones internacionales de respeto y garantía a derechos de las víctimas de
violencia en razón de género, es deber del Ministerio Público investigar todos los casos
de violencia en razón de género con enfoque de género e interseccional. Asimismo, es
deber de las autoridades judiciales juzgar a partir de este método del derecho.

En el caso hipotético formulado en la primer unidad de aprendizaje, las autoridades


fiscales deben a través de un enfoque de género e interseccional, deben considerar las
situaciones de discriminación estructural hacia la mujer y en particular hacia la mujer y
niña indígena, para así, remover todos los obstáculos de jure o de facto que impidan una
debida investigación de los hechos de violencia sexual contra la pequeña B.R.L.

Además, en coherencia con lo señalado, es importante destacar que el enfoque de


género e interseccionalidad cuestionan la cisnormatividad y la heteronormatividad
emergente de sistemas jurídicos con arraigo en prejuicios, estereotipos y creencias de
jerarquización y de categorización binaria de un sistema sexo/género.

Cisnormatividad
Idea o expectativa de acuerdo a la cual, todas las personas son
cisgénero, y que aquellas personas a las que se les asignó el sexo
masculino al nacer siempre crecen para ser hombres y aquellas a las
que se les asignó el sexo o femenino al nacer siempre crecen para ser
mujeres, Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH),
Opinión Consultiva (OC) 24/17 párr. 32.

50
Heteronormatividad
Sesgo cultural a favor de las relaciones heterosexuales, las cuales son
consideradas normales, naturales e ideales y son preferidas por sobre
relaciones del mismo sexo o del mismo género. Ese concepto apela a
reglas jurídicas, religiosas, sociales, y culturales que obligan a las
personas a actuar conforme a patrones heterosexuales dominantes e
imperantes (OC-24/17 párr. 32).

Por lo anotado, es importante precisar que “La perspectiva de género no sólo es


pertinente en casos relacionados con mujeres. En tanto este enfoque se hace cargo
de detectar los impactos diferenciados que una norma genera y de buscar soluciones
a través del derecho, lo que determina si en un proceso se debe o no aplicar la
perspectiva de género es la existencia de situaciones asimétricas de poder o bien de
contextos de desigualdad estructural basados en sexo, género o las
preferencias/orientaciones sexuales de las personas” (Protocolo para juzgar con
perspeciva de género, México, p. 77).

Después del caso Campo Algodonero vs. México, la Corte IDH, ha desarrollado
el deber de incluir la perspectiva de género en los casos Espinoza Gonzáles Vs. Perú
(párr. 309) y Véliz Franco y otros Vs. Guatemala (párr. 251).

El Tribunal Constitucional Plurinacional, también desarrolló el deber de


investigar y juzgar con perspectiva de género en las SCPs 0064/2018-S2 y
0017/2019-S2, entre otras.

SCP 0064/2018-S2
Independientemente de la conformación del Tribunal, ya sea por
varones o por mujeres, sus integrantes están obligados a aplicar una
perspectiva de género, en el marco de las obligaciones internacionales
asumidas por el Estado Boliviano, nuestra Constitución Política del
Estado y las normas internas; en ese sentido, el Tribunal Supremo de
Justicia, por Acuerdo de Sala Plena 126/2016 de 22 de noviembre,
aprobó el Protocolo para Juzgar con Perspectiva de Género, que
contiene los estándares internacionales e internos que tienen que ser
cumplidos de manera obligatoria por jueces, juezas y tribunales.

51
SCP 0017/2019-S2
El TCP en el marco de una interpretación conforme al bloque de
constitucionalidad y concretamente a la luz de la Convención Belém do
Pará y el art. 15 de la Constitución, y de acuerdo a los estándares del
Comité para la Eliminación de las Discriminación Contra la Mujer
CEDAW y de la Corte Interamericana de Protección a Derechos,
desarrolló el deber de los operadores jurídicos de incluir la perspectiva
de género para lograr una igualdad de hecho y de derecho, para lo cual,
los operadores del sistema, deben tramitar los casos teniendo en
cuenta las cuestiones de género, pero además, deben revisar las
normas sobre la carga de la prueba, para asegurar así esta igualdad de
hecho y de derecho. Esta perspectiva de género, debe ser asumida
desde el inicio de la etapa preparatoria, tanto en el control
jurisdiccional como en la fase de investigación. (FJ III.1.2).

Es importante señalar también que el Tribunal Supremo de Justicia, ha


desarrollado el enfoque de género en los siguientes términos:

Auto Supremo 653/2019


La perspectiva de género debe ser utilizada, de manera transversal en
todos los procesos judiciales, en las diferentes materias cuando del
contexto del proceso adviertan una relación asimétrica de poder que
coloque a la persona en una situación de marginación, vulnerabilidad o
discriminación, pues como emergencia de la asimetría causada por esa
condición de vulnerabilidad el Estado está obligado a generar o reforzar
la protección de los derechos de ese grupo, pudiendo ser política,
económica e incluso judicial, esta última obviamente a través de los
operados o administradores de justicia.

Asimismo, es importante señalar que tanto la investigación como el juzgamiento


de delitos de violencia en razón de género, deben aplicar el enfoque de
interseccionalidad para identificar las situaciones múltiples de discriminación que se
interseccionan y colocan a la persona en una situación de mayor vulnerabilidad o
desventaja.

El Tribunal Constitucional Plurinacional, ha desarrollado el estándar


jurisprudencial más alto en cuanto a la aplicación del enfoque interseccional en la
SCP 0358/2018-S2, en los siguientes términos:

52
SCP 0358/2018-S2
El TCP establece que el enfoque de interseccionalidad es una
herramienta para analizar vulneraciones al derecho a la igualdad
cuando se presentan múltiples factores de discriminación que afecten
el ejercicio pleno de derechos, en este marco, a partir del enfoque de
género puede tenerse una mirada plural de la discriminación y violencia
hacia diversas categorías biológicas, sociales y culturales, como el sexo,
el género, la clase, la discapacidad, la orientación sexual, la religión, la
edad, la nacionalidad y otros ejes de identidad que se interaccionan en
múltiples y a menudo simultáneos niveles de discriminación y violencia,
comprendiendo las desigualdades y necesidades de esta población en
los casos concretos, las cuales pueden estar atravesadas por diversas
identidades y otros factores que las coloquen en situaciones mayores
de subordinación, violencia y discriminación. (FJ III.3.1.).

Los entendimientos jurisprudenciales descritos, al contener los estándares


jurisprudenciales más altos, son precedentes en vigor y generan efectos vinculantes
para las autoridades del ministerio público, quienes deben aplicar estos enfoques en
los delitos de violencia en razón de género y en cualquier otro delito que sea
investigado por el Ministerio Público, ya que los enfoques de género e interseccional
son transversales a todos los delitos y a todas las materias por tener sustento en los
principios constitucionales de igualdad y prohibición de discriminación.

1. Test de autoevaluación

1) En una pareja de personas gay, uno de F V


ellos puede ser víctima de violencia en
razón de género
2) La perspectiva de género es un F V
método exclusivamente del derecho
para identificar situaciones de
asimetría o desventaja estructural.

53
3) Existe una relación directa entre F V
discriminación y violencia en razón de
género.
4) Los estereotipos de género son F V
prejuicios o creencias a partir de las
cuales se reproducen prácticas de
subordinación, inferiorización o
desvalorización por los roles asignados
a los hombres y mujeres.
5) Un hombre por roles de género y en F V
situación de vulnerabilidad puede ser
víctima de violencia en razón de
género.

54
UNIDAD DE APRENIZAJE III
TIPOLOGÍA DE LA
VIOLENCIA EN RAZÓN DE
GÉNERO

55
UNIDAD DE APRENDIZAJE III

TIPOLOGÍA DE LA VIOLENCIA EN RAZÓN DE GÉNERO


1. La violencia en razón de género

En el Sistema Interamericano de Protección a Derechos Humanos, la Convención


Belem do Para, en su preámbulo establece que la violencia contra la mujer “es una
ofensa a la dignidad humana y una manifestación de las relaciones de poder
históricamente desiguales entre mujeres y hombres”. Por su parte, el artículo 3 de este
instrumento internacional que forma parte del bloque de constitucionalidad establece
que “Toda mujer tiene derecho a una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público
como en el privado”.

Por su parte, en el sistema universal, el Comité para la CEDAW, en la recomendación


General 35, cambia la denominación de “violencia contra la mujer” por la de “violencia
por razón de género de la mujer”, al entender que es un término más preciso que resalta
las causas y los efectos relacionados con el género de la violencia, en este contexto,
entiende que la violencia por razón de género de la mujer es uno de los medios sociales,
políticos y económicos a través de los cuales se perpetúa la posición subordinada de la
mujer con respecto al hombre y sus papeles estereotipados (párr. 9-10).

Estas relaciones asimétricas de poder en razón a género, tal como ya se explicó, no


sólo afecta a las mujeres, sino también a las personas LGBTI y a otras personas en
situación de vulnerabilidad, criterio que fue asumido por el TCP en la SCP 0346/2018-
S2, la cual se resume en los siguientes términos:

SCP 0346/2018-S2
El TCP, en cuanto al ámbito de aplicación de la Ley 348, estableció
que las previsiones de esta norma se amplían a toda persona en
situación de vulnerabilidad, independientemente de su género;
por cuanto, la violencia reprochada en dicha ley, si bien tiene como
sujeto de protección a la mujer, por la violencia y la discriminación
estructural que existe contra ella; sin embargo, también puede

56
extenderse a varones, en los casos en los cuales éste sea víctima
de violencia en razón de género.

En este marco, el TCP establece también que la violencia en razón


de género, no solo debe ser entendida como aquella ejercida
contra mujeres, sino contra todos quienes se aparten de los roles
y estereotipos asignados a hombres y mujeres; de tal suerte que,
si un varón “no cumple” con dichos roles que social, histórica y
culturalmente se le asignó -proveedores, jefes de familia, etc.- y a
consecuencia de dicho incumplimiento es sometido a violencia por
parte de su entorno, indudablemente también será víctima de
violencia en razón de género; y por lo tanto, debe ser protegido
por la Ley 348.

in embargo, la sentencia aclara que los casos de violencia contra la


mujer son mayores; pues, como se tiene señalado, fue histórica y
culturalmente discriminada, de ahí, la preeminencia de su
protección; de donde se concluye que en los casos en los que los
varones aleguen violencia en razón de género, deberá demostrase
su situación de vulnerabilidad a consecuencia de las agresiones y
violencia ejercida en su contra o producto de los estereotipos y
roles de género, que lo sitúan en una desventaja y subordinación
en su entorno; para ello, será conveniente efectuar el análisis de
cada problema jurídico en su contexto y motivaciones propias, que
serán diferentes en cada caso, debiendo demostrarse de manera
objetiva dicha situación de vulnerabilidad; pues, si ésta no se
presente, corresponderá que el caso sea resuelto a partir de las
normas penales y procesales penales. (FJ III.3).

Entonces, en este acápite, de conformidad con el derecho internacional de los


derechos humanos, se abordará la violencia en razón de género, para así establecer sus
alcances en aras a una eficaz protección de mujeres, niñas, niños, adolescentes,
personas LGBTI y todas aquellas que sufran de violencia en razón de género y se
encuentren en situación de vulnerabilidad.

En este contexto, cabe aclarar que la violencia en razón de género, no puede ser
entendida como episodios aislados, sino más bien, debe ser abordada en el contexto de
un circulo de violencia, en el cual, en todas sus etapas, el Estado debe brindar una
protección reforzada a la víctima.

Fases del círculo de violencia

57
Primera fase (acumulación de tensión): Se suceden los roces
entre los miembros de la pareja, y van creciendo la hostilidad
del agresor y la ansiedad en la persona que está siendo agredida
y no sabe cómo frenarlo.

Segunda fase (episodio agudo): La tensión que se venía


acumulando da lugar a la explosión de un episodio violento que
puede variar en su gravedad, desde gritos e insultos o un
empujón, hasta el homicidio.

Tercera fase (luna de miel): Se produce el arrepentimiento del


agresor, con pedido de disculpas y promesas de cambio. Si
pasado un tiempo reaparecen los roces y tensiones y la mujer
no logra poner límites para impedir el episodio agudo, el
modelo cíclico se instala, se establece un patrón, un estilo de
relación (continuum de violencia) donde los incidentes
violentos pueden hacerse más intensos y las lunas de miel más
cortas, con lo que aumenta el riesgo y la peligrosidad.

2. Tipología de la violencia en razón de género

El art. 7 de la Ley 348, describe los siguientes tipos de violencia:

TIPOS DE VIOLENCIA
Violencia física
Violencia feminicida
Violencia psicológica
Violencia Mediática
Violencia simbólica y/o encubierta
Violencia Contra la Dignidad, la Honra y el Nombre
Violencia sexual
Violencia contra los derechos reproductivos
Violencia en los servicios de salud
Violencia Patrimonial y Económica
Violencia laboral
Violencia en el Sistema Educativo Plurinacional
Violencia en el Ejercicio Político y de Liderazgo de la
Mujer
Violencia institucional
Violencias en las familias
Violencia Contra los Derechos y la Libertad Sexual
Cualquier otra forma de violencia

58
A continuación, analizarán cada uno de los tipos de violencia, con énfasis en aquellos
que constituyen delitos.

2.1. Violencia feminicida

El art. 7 de la Ley 348, sostiene que la violencia feminicida “…es la acción de extrema
violencia que viola el derecho fundamental a la vida y causa la muerte de la mujer por el
hecho de serlo”. Entonces, desde una perspectiva de género, la Ley 348 tipifica el delito
de feminicidio, diferenciándolo del asesinato.

"Artículo 252 bis.(FEMINICIDIO). Se sancionará con la pena de presidio de


treinta (30) años sin derecho a indulto, a quien mate a una mujer, en
cualquiera de las siguientes circunstancias:
1. El autor sea o haya sido cónyuge o conviviente de la víctima, esté o
haya estado ligada a ésta por una análoga relación de afectividad o
intimidad, aun sin convivencia;
2. Por haberse negado la víctima a establecer con el autor, una relación
de pareja, enamoramiento, afectividad o intimidad;
3. Por estar la víctima en situación de embarazo;
4. La víctima que se encuentre en una situación o relación de
subordinación o dependencia respecto del autor, o tenga con éste
una relación de amistad, laboral o de compañerismo;
5. La víctima se encuentre en una situación de vulnerabilidad;
6. Cuando con anterioridad al hecho de la muerte, la mujer haya sido
víctima de violencia física, psicológica, sexual o económica,
cometida por el mismo agresor;
7. Cuando el hecho haya sido precedido por un delito contra la libertad
individual o la libertad sexual;
8. Cuando la muerte sea conexa al delito de trata o tráfico de personas;
9. Cuando la muerte sea resultado de ritos, desafíos grupales o
prácticas culturales.

Conforme se ha establecido, el feminicidio, al enmarcarse en la tipología de


violencia en razón de género, es un tipo penal en relación a la violencia extrema que
ocasiona la muerte de una mujer, debiendo entenderse este término –mujer- no sólo
en un sentido biológico, sino también en el marco del derecho a la identidad de género

59
y respetando la orientación sexual de las personas, por ello, incluye tanto a las mujeres
transgénero, transexuales y lesbianas.

Dicha interpretación es compatible con lo sostenido por las Naciones Unidas en


el Modelo de protocolo latinoamericano de investigación de las muertes violentas de
mujeres por razones de género (feminicidio/feminicidio), que dentro de los feminicidios
activos o directos, incluye, entre otros, a “las muertes de mujeres relacionadas con la
identidad de género y con la orientación sexual (femicidios lesbofóbicos)”13, y
respondiendo a la pregunta ¿qué se debe investigar en los casos de femicidios?; hace
referencia a los “contextos, escenarios, sujetos activos, sujetos pasivos, formas de
violencia y manifestaciones de violencia anteriores o posteriores a los feminicidios”,
expresando, respecto a uno de los elementos asociados a las características de las
víctimas, que
las personas transexuales o transgénero transgreden las referencias que
imponen la cultura androcéntrica a los hombres y a las mujeres a través de la
asignación rígida de roles: son ‘malos hombres’ y ‘malas mujeres’ por romper
con su sexo. En su nueva identidad son consideradas como una especie de
traidores y traidoras ya que denigran de su sexo original por no poder asumir los
roles vinculados a él. Las personas transexuales o transgénero son consideradas
de forma negativa y critica en lo estructural (por el cambio de sexo) y en lo
relacional (por el comportamiento que asumen tras el cambio), de manera que
la violencia que se dirige contra ellas se potencia sobre esa doble referencia
enaraizada en razones construidas sobre los géneros y los roles asignados”14

Otro tipo vinculado a la violencia feminicida es el tipo penal previsto en el art.


256 del CP, Homicidio suicidio, modificado por la Ley 348, conforme al siguiente texto:

Artículo 256. (HOMICIDIO-SUICIDIO). La persona que


instigare a otra al suicidio o le ayudare a cometerlo, si la
muerte se hubiere intentado o consumado, incurrirá en
reclusión de dos (2) a seis (6) años.
Si con motivo de la tentativa se produjeren lesiones, la
sanción de reclusión será de uno (1) a cinco (5) años.
Aunque hubiere mediado consentimiento de la víctima en
el doble suicidio, se impondrá al sobreviviente la pena de
reclusión de dos (2) a seis (6) años.

13 ONU MUJERES, ALTO COMINSIONADO PARA LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS NACIONES UNIDAS, Modelo de
protocolo latinoamericano de investigación de las muertes violentas de mujeres por razones de género (femmicidio/feminicidio), p.
15.
14 Ib. P. 51

60
Cuando una persona cometa suicidio como consecuencia de
una situación de violencia, la agresora o agresor será
sancionado con privación de libertad de diez (10) años.
Si la víctima del delito en cualquiera de los casos del
presente Artículo, resultare ser niña, niño o adolescente, la
pena será agravada en dos tercios (resaltado fuera del
texto)

También es importante mencionar al art. 254 del CP, modificado por la Ley 348,
“Homicidio por emoción violenta”, que de manera expresa establece que dicho tipo
penal no procede en caso de feminicidio, conforme al siguiente texto:

Artículo 254. (HOMICIDIO POR EMOCIÓN VIOLENTA). Quien


matare a otra u otro en estado de emoción violenta
excusable, será sancionada(o) con reclusión de dos (2) a
ocho (8) años.
Este tipo penal no procederá en caso de feminicidio.

2.2. Violencia física y psicológica

El art. 7 de la Ley 348 señala que la violencia física es toda acción que ocasiona lesiones
y/o daño corporal, interno, externo o ambos, temporal o permanente, que se manifiesta
de forma inmediata o en el largo plazo, empleando o no fuerza física, armas o cualquier
otro medio. El mismo artículo determina que la violencia psicológica es el conjunto de
acciones sistemáticas de desvalorización, intimidación y control del comportamiento, y
decisiones de las mujeres, que tienen como consecuencia la disminución de su
autoestima, depresión, inestabilidad psicológica desorientación e incluso el suicidio.

Tanto el daño físico como psicológico que pueda ocasionar la violencia en razón
de género, se encuentran como elementos típicos del art. 272 bis del CP, introducido
por la Ley 348, que establece:

"Artículo 272 bis. (VIOLENCIA FAMILIAR O DOMÉSTICA). Quien


agrediere físicamente, psicológica o sexualmente dentro los casos
comprendidos en el numeral 1 al 4 del presente Artículo incurrirá en
pena de reclusión de dos (2) a cuatro (4) años, siempre que no
constituya otro delito.

61
1. El cónyuge o conviviente o por quien mantenga o hubiera
mantenido con la víctima una relación análoga de afectividad o
intimidad, aún sin convivencia.
2. La persona que haya procreado hijos o lujas con la víctima, aún
sin convivencia.
3. Los ascendientes o descendientes, hermanos, hermanas,
parientes consanguíneos o afines en línea directa y colateral hasta el
cuarto grado.
4. La persona que estuviere encargada del cuidado o guarda de
la víctima, o si ésta se encontrara en el hogar, bajo situación de
dependencia o autoridad.
En los demás casos la parte podrá hacer valer su pretensión por ante
la vía correspondiente."

Sin embargo, como el propio tipo penal lo señala en la primera parte, si la


violencia constituye otro delito más grave, en virtud del principio de absorción -por el
cual el sujeto queda sometido a la aplicación de la pena prevista para el delito más grave-
será posible que la violencia física y psicológica puedan constituir lesiones gravísimas o
graves.

Artículo 270º (LESIONES GRAVÍSIMAS) Se sancionará con privación


de libertad de cinco (5) a doce (12) años, a quien de cualquier modo
ocasione a otra persona, una lesión de la cual resulte alguna de las
siguientes consecuencias:

1. Enfermedad o discapacidad psíquica, intelectual, física, sensorial


o múltiple.
2. Daño psicológico o psiquiátrico permanente.
3. Debilitación permanente de la salud o la pérdida total o parcial de
un sentido, de un miembro, de un órgano o de una función.
4. Incapacidad permanente para el trabajo o que sobrepase de
noventa días.
5. Marca indeleble o de formación permanente en cualquier parte
del cuerpo.
6. Peligro inminente de perder la vida.
Cuando la víctima sea una niña, niño o adolescente la pena será
agravada en dos tercios tanto en el mínimo como en el máximo.
(resaltado fuera del texto)

Artículo 271º (LESIONES GRAVES Y LEVES) Se sancionará con


privación de libertad de tres (3) a seis (6) años, a quien de cualquier
modo ocasione a otra persona un daño físico o psicológico, no
comprendido en los casos del Artículo anterior, del cual derive

62
incapacidad para el trabajo de quince (15) hasta noventa (90) días.
Si la incapacidad fuere hasta de catorce (14) días, se impondrá al
autor sanción de trabajos comunitarios de uno (1) a tres (3) años y
cumplimiento de instrucciones que la jueza o el juez determine.
Cuando la víctima sea una niña, niño o adolescente la pena será
agravada en dos tercios tanto en el mínimo como en el máximo.

2.3. Violencia sexual

El art. 7 de la Ley 348, establece que la violencia sexual “es toda conducta que ponga
en riesgo la autodeterminación sexual, tanto en el acto sexual como en toda forma de
contacto o acceso carnal, genital o no genital, que amenace, vulnere o restrinja el
derecho al ejercicio a una vida sexual libre segura, efectiva y plena, con autonomía y
libertad sexual de la mujer”.

Esta definición es compatible con la jurisprudencia de la Corte Interamericana de


Derechos Humanos, que en el Caso víctimas de tortura sexual en Atenco vs. México,
entre otros, ha señalado que “la violencia sexual se configura con acciones de naturaleza
sexual que se cometen contra una persona sin su consentimiento, que además de
comprender la invasión física del cuerpo humano, pueden incluir actos que no
involucren penetración o incluso contacto físico alguno”.

Ahora bien, el art. 148.II de la Ley 548, Código Niña, Niños y Adolescente, reconoce
como formas de vulneración a la integridad sexual de niñas, niños y adolescentes, las
siguientes:

a) Violencia sexual, que constituye toda conducta tipificada en el


Código Penal que afecte la libertad e integridad sexual de una niña,
niño o adolescente.
b) Explotación sexual, que constituye toda conducta tipificada en el
Código Penal, consistente en cualquier forma de abuso o violencia
sexual, con la finalidad de obtener algún tipo de retribución.
c) Sexualización precoz o hipersexualización, que constituye la
sexualización de las expresiones, posturas o códigos de la vestimenta
precoces, permitiendo o instruyendo que niñas, niños o adolescentes
adopten roles y comportamientos con actitudes eróticas, que no
corresponden a su edad, incurriendo en violencia psicológica.

63
d) Cualquier otro tipo de conducta que vulnere la integridad sexual de
niñas, niños y adolescentes.

Conforme a ello, la violencia sexual puede asumir diferentes formas típicas,


conforme a lo siguiente:
2.3.1. Violación

El art. 308 del Código Penal (CP), modificado por la Ley 348, tipifica el delito de
violación, conforme a lo siguiente:

Artículo 308º (VIOLACIÓN) Se sancionará con privación de libertad de


quince (15) a veinte(20) años a quien mediante intimidación, violencia
física o psicológica realice con persona de uno u otro sexo, actos
sexuales no consentidos que importen acceso carnal, mediante la
penetración del miembro viril, o de cualquier otra parte del cuerpo, o
de un objeto cualquiera, por vía vaginal, anal u oral, con fines
libidinosos; y quien, bajo las mismas circunstancias, aunque no mediara
violencia física o intimidación, aprovechando de la enfermedad mental
grave o insuficiencia de la inteligencia de la víctima o que estuviera
incapacitada por cualquier otra causa para resistir.

El tipo penal de violación contenido en el art. 308 del CP, en realidad


contiene dos tipos penales independientes:

Primera parte del tipo penal


Quien mediante intimidación, violencia física o psicológica realice con
persona de uno u otro sexo, actos sexuales no consentidos, que
importen acceso carnal, mediante la penetración del miembro viril, o
de cualquier otra parte del cuerpo, o de un objeto cualquiera, por vía
vaginal, anal u oral, con fines libidinosos.

En esta primera parte del tipo penal, desde un enfoque de género, no


puede exigirse -como en algunos casos se ha venido interpretando- el requisito de la
resistencia para que el acceso carnal se entienda como “no consentida”. Al respecto,

64
corresponde precisar algunos estándares desarrollados tanto por el sistema universal
como interamericano de protección a derechos humanos.

El análisis con perspectiva de género de la “resistencia”


Las autoridades del sistema penal tienen la obligación de analizar los
casos de violación sexual sin estereotipos de género, en especial, no
debería suponerse, en la ley ni en la práctica, que una mujer da su
consentimiento porque no se ha resistido físicamente a la conducta
sexual no deseada, independientemente de si el autor utilizó o
amenazó con utilizar la violencia física (Dictamen del CEDAW,
Comunicación No. 18/2009, Karen Tayog Vertido contra Filipinas, 2010,
párrs. 8.4-8.5).

En cuanto a la resistencia, el CEDAW, estableció también lo siguiente:

El análisis con perspectiva de género de la “resistencia”


Los estereotipos de género afectan el derecho de la mujer a un proceso
judicial imparcial, por lo que la judicatura no debe crear estándares
inflexibles sobre la base de nociones preconcebidas de qué es la
violencia en razón de género, al considerar, por ejemplo que es una
cuestión privada sobre la que las mujeres y las niñas deberían haber
hecho al encontrarse en una situación de violencia basándose en
nociones preconcebidas sobre lo que define a una víctima de violación,
por ejemplo, el recurrir a toda su fuerza “para frustrar todo intento
de profanar su honor y su pureza”, resistir, tratar de escapar o gritar,
reforzando el mito de que las mujeres deben resistir por la fuerza la
agresión sexual, desconociendo, además las circunstancias
particulares del caso como la discapacidad y la edad de la
víctima(Dictamen de CEDAW, Comunicación No. 34/2011, de 21 de
febrero, párrs. 8.8- 8.11).

65
Por su parte, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, también
desarrolló estándares más altos en cuanto a la interpretación de la “resistencia” de la
víctima de violencia sexual.

El análisis con perspectiva de género de la “resistencia”


No es exigible prueba sobre la existencia de resistencia física de la
víctima es suficiente que existan elementos coercitivos en la conducta
(Caso Inés Fernandez Ortega Vs. México, párr. 115).

Los estándares descritos que emergen tanto del sistema interamericano


como universal de protección a derechos, tal como se argumentó en la primera unidad
de aprendizaje, al ser parte del bloque de constitucionalidad, son de aplicación directa
y preferente por todas las autoridades, lo que implica que desde el enfoque de género
y a la luz de los referidos estándares, no se puede entender que en el delito de violación
deba existir resistencia física por parte de la víctima, ni puede exigirse signos de
resistencia en el agresor; más bien, debe considerarse situaciones como el miedo, el
temor y el resguardo a su vida e integridad.

Es importante también analizar la segunda parte del tipo penal que reza lo
siguiente:

Segunda parte del tipo penal


Quien bajo las mismas circunstancias, aunque no mediara violencia
física o intimidación, aprovechando de la enfermedad mental grave o
insuficiencia de la inteligencia de la víctima o que estuviera
incapacitada por cualquier otra causa para resistir realice con persona
de uno u otro sexo, actos sexuales no consentidos que importen
acceso carnal, mediante la penetración del miembro viril, o de
cualquier otra parte del cuerpo, o de un objeto cualquiera, por vía
vaginal, anal u oral, con fines libidinosos.

La redacción del tipo penal violación, en esta segunda parte, debe ser
analizada desde el bloque de constitucionalidad, pues el tipo penal sostiene que es

66
posible la calificación del hecho como violación aún no mediare violencia física o
intimidación, cuando el autor se aproveche de la enfermedad mental grave o
insuficiencia de la inteligencia de la víctima “o que estuviere incapacitada por cualquier
otra causa para resistir”. Entonces, no se necesita la resistencia en esta segunda parte
del tipo y tampoco en la primera parte del tipo penal, tal cual ya se analizó.

Al margen de lo señalado, es importante destacar que la violación contra niñas,


niños y adolescentes se encuentra prevista en el art. 308 bis del CP, modificado por la
Ley 348, en los siguientes términos:

Artículo 308º bis. (VIOLACIÓN DE INFANTE, NIÑA, NIÑO O ADOLESCENTE).


Si el delito de violación fuere cometido contra persona de uno u otro sexo
menor de catorce (14) años, será sancionado con privación de libertad de
veinte (20) a veinticinco (25) años, así no haya uso de la fuerza o
intimidación y se alegue consentimiento.
En caso que se evidenciare alguna de las agravantes dispuestas en el
Artículo 310 del Código Penal, y la pena alcanzara treinta (30) años, la pena
será sin derecho a indulto.
Quedan exentas de esta sanción las relaciones consensuadas entre
adolescentes mayores de doce (12) años, siempre que no exista diferencia
de edad mayor de tres (3) años entre ambos y no se haya cometido violencia
o intimidación.

El art. 310 del CP, modificado por la Ley 348, introduce agravantes a los delitos
de violación y estupro, encontrándose, entre ellas, la omisión del hecho por el cónyuge,
conviviente, o con quien la víctima mantiene o hubiera mantenida una relación análoga
de intimidad:

Artículo 310º (AGRAVANTE) La pena será agravada en los casos de los


delitos anteriores, con cinco (5) años cuando:
a) Producto de la violación se produjera alguna de las circunstancias
previstas en los Artículos 270 y 271 de este Código;
b) El hecho se produce frente a niñas, niños o adolescentes;
c) En la ejecución del hecho hubieran concurrido dos o más personas;
d) El hecho se produce estando la víctima en estado de inconsciencia;
e) En la comisión del hecho se utilizaren armas u otros medios peligrosos
susceptibles de producir la muerte de la víctima;
f) El autor fuese cónyuge, conviviente, o con quien la víctima mantiene o
hubiera mantenido una relación análoga de intimidad;
g) El autor estuviere encargado de la educación de la víctima, o si ésta se
encontrara en situación de dependencia respecto a éste;

67
h) El autor hubiera sometido a la víctima a condiciones vejatorias o
degradantes.
i) La víctima tuviere algún grado de discapacidad;
j) Si la víctima es mayor de 60 años;
k) Si la víctima se encuentra embarazada o si como consecuencia del
hecho se produce el embarazo.
Si como consecuencia del hecho se produjere la muerte de la víctima, se
aplicará la pena correspondiente al feminicidio o asesinato.

En el caso hipotético descrito en la primera unidad didáctica de este texto, se


advierte que la conducta del agresor de la pequeña B.R.L se adecua al tipo penal descrito
en el art. 308 bis del CP y que también en el caso, las autoridades fiscales deben, desde
un enfoque de interseccionaidad, aplicar las agravantes contenidas en el art. 310 del CP.
Cabe señalar que en los casos de violación y también de estupro, corresponde
actuar de manera inmediata –conforme se estudiará en la siguiente unidad didáctica- a
efecto de dar aplicación a los Protocolos de atención inmediata a víctimas de violencia
sexual y el art. 266 del CP (aborto impune), bajo la interpretación establecida en la SCP
206/2014 que declaró la inconstitucionalidad de los requisitos que se encontraban
contenidos en dicho artículo para la viabilidad del aborto impune en casos de violación,
estupro, incesto, riesgo para la vida o salud de la madre. Los requisitos declarados
inconstitucionales fueron: la exigencia de inicio del proceso penal y la autorización
judicial.

La SCP 206/2014, además de declarar la inconstitucionalidad de dichos


requisitos, sostuvo que para la interrupción legal del embarazo únicamente es necesaria
la denuncia correspondiente del delito cometido contra la víctima; denuncia que puede
ser presentada ante el Ministerio Público o la Policía y con ella dirigirse a los centro de
salud, para que el Director de los mismos, dentro de las 24 horas interrumpa el
embarazo15, conforme se analizará en la siguiente unidad didáctica, cuando se estudie
el primer contacto con la víctima en delitos de violencia sexual.

15 La SCP 206/2014, en el FJ. III. 8.8 señala: “En virtud a lo expuesto, se considera que la frase “siempre que la acción penal
hubiere sido iniciada” del primer párrafo del art. 266 del CP, así como la frase “autorización judicial en su caso” contenidas en el
último párrafo de la citada norma, constituyen disposiciones incompatibles con los derechos a la integridad física, psicológica y
sexual, a no ser torturada, ni sufrir tratos crueles, inhumanos, degradantes o humillantes, a la salud física y a la dignidad en sus
componentes al libre desarrollo de la personalidad y autonomía de las mujeres, consagrados en los arts. 15, 18 y 22 de la CPE.
Al respecto, se deja claramente establecido además, que a efectos de la vigencia y eficacia de esta previsión normativa desde y
conforme a la Norma Suprema, la misma deberá ser interpretada en sentido de que no será exigible la presentación de una querella,
ni la existencia de imputación y acusación formal y menos sentencia. Será suficiente que la mujer que acuda a un centro público o

68
Tratándose de niñas y adolescentes, el art. 148.III del CNNA expresamente dispone que
las niñas y adolescentes gozan de protección y garantía plena conforme a previsiones
del art. 266 del CP de forma inmediata.

2.3.2. Estupro

El art. 309 del CP, modificado por el art. 16 de la Ley 0504 de 8 de noviembre de 2010,
de Protección Legal de Niñas, Niños y Adolescentes, que establece:

Artículo 309. Quien mediante seducción o engaño,


tuviera acceso carnal con persona de uno y otro
sexo mayor de catorce (14) y menor de dieciocho
(18) años, será sancionado con privación de
libertad de tres a seis años.

Cabe aclarar que si bien la Ley 348 no modifica el tipo penal Estupro, sin
embargo, es un delito que se enmarca dentro de la definición de violencia sexual
anotada precedentemente, pues vulnera la autodeterminación sexual de la víctima
adolescente, en la medida en que se utiliza la seducción y/o el engaño para lograr el
acceso carnal; por ende, también, en este caso, se deben aplicar los estándares
internacionales e internos vinculados a la violencia en razón de género.

En ese sentido, el art. 148.II del CNNA, señala como una forma de vulneración a
la integridad sexual de niñas, niños y adolescentes, a la violencia sexual “que constituye
toda conducta tipificada en el Código Penal que afecte la libertad e integridad sexual de
una niña, niño o adolescente”.

Conforme se ha señalado en el delito de violación, también en el caso de estupro se


presentan las agravantes que han sido anotadas precedentemente, así como la
protección de las niñas, niños y adolescentes, que expresamente señala el art. 148.III

privado de salud a efecto de practicarse un aborto -por ser la gestación producto de la comisión de un delito-, comunique esa
situación a la autoridad competente pública y de ese modo el médico profesional que realizará el aborto tendrá constancia expresa
que justificará la realización del aborto.

De esta forma se evitará que frente a una eventual dilación en los procedimientos judiciales, se puedan poner en riesgo la protección
de los derechos de la mujer embarazada a su libertad o dignidad y resulte tardía o innecesaria”.

69
del CNNA, es decir la interrupción legal del embarazo contemplada en el art. 266 del CP,
en el marco de lo establecido por la SCP 206/2014.

2.3.3. Abuso sexual

El código penal boliviano, modificado por la Ley 348, en cuanto a violencia sexual,
contiene otros tipos penales, entre ellos el abuso sexual, cuya tipificación es la siguiente:

Artículo 312º (ABUSO SEXUAL) Cuando en las mismas


circunstancias y por los medios señalados en los
Artículos 308 y 308 bis se realizarán actos sexuales no
constitutivos de penetración o acceso carnal, la pena
será de seis (6) a diez (10) años de privación de libertad.
Se aplicarán las agravantes previstas en el Artículo 310,
y si la víctima es niña, niño o adolescente la pena
privativa de libertad será de diez (10) a quince (15) años.

Conforme a dicha norma, constituye abuso sexual cualquier contacto de


naturaleza sexual, sin llegar a la penetración o violación.

2.3.4. Actos sexuales abusivos, padecimientos sexuales, acoso sexual y rapto

La Ley 348 incorpora dos tipos penales al Código Penal, actos sexuales abusivos
y padecimientos sexuales, conforme al siguiente texto:

Artículo 312 bis. (ACTOS SEXUALES ABUSIVOS). Se sancionará


con privación de libertad de cuatro (4) a seis (6) años, a la
persona que durante la relación sexual consentida, obligue a
su pareja o cónyuge a soportar actos de violencia física y
humillación. La pena se agravara en un tercio cuando el autor
obligue a su cónyuge, conviviente o pareja sexual a tener
relaciones sexuales con terceras personas.

Artículo 312 ter. (PADECIMIENTOS SEXUALES). Será


sancionada con pena privativa de libertad de quince (15) a
treinta (30) años, quien en el marco de un ataque
generalizado o sistemático contra una población o grupo
humano, incurra en las siguientes acciones:

70
1. Someta a una o más personas a violación o,
cualquier forma de abuso sexual, humillaciones y ultrajes
sexuales.
2. Someta a una o más personas a prostitución
forzada.
3. Mantenga confinada a una mujer a la que se haya
embarazado por la fuerza con la intención de influir en la
composición étnica de una población."

Artículo 312 quater. (ACOSO SEXUAL).


I. La persona que valiéndose de una posición jerárquica
o poder de cualquier índole hostigue, persiga, exija, apremie,
amenace con producirle un daño o perjuicio cualquiera,
condicione la obtención de un beneficio u obligue por
cualquier medio a otra persona a mantener una relación o
realizar actos o tener comportamientos de contenido sexual
que de otra forma no serian consentidos, para su beneficio o
de una tercera persona, será sancionada con privación de
libertad de cuatro (4) a ocho (8) años.
II. Si la exigencia, solicitud o imposición fuera ejercida
por un servidor público en el ámbito de la relación jerárquica
que ostenta, será destituido de su cargo y la pena será
agravada en un tercio.

Artículo 313. (RAPTO). Quien con fines lascivos y mediante


violencia, amenazas graves o engaños, substrajere o retuviere
a una persona, será sancionada con privación de libertad de
cuatro (4) a ocho (8) años. La pena será agravada en un tercio
tanto en el mínimo como en el máximo, cuando la víctima sea
niña, niño o adolescente.

2.4. Violencia contra los derechos y la libertad sexual


El art. 7 de la Ley 348 señala que la Violencia Contra los Derechos y la Libertad
Sexual, es toda acción u omisión que impida o restrinja el ejercicio de los derechos
de las mujeres a disfrutar una vida sexual libre, segura, afectiva y plena o que vulnere
su libertad de elección sexual. Desde este enfoque, la Ley 263 de 31 de julio de 2012,
denominada Ley Integral Contra la Trata y Tráfico de Personas, incorpora tipos
penales vinculados a esta forma de violencia, entre ellos el de trata de personas, en
los siguientes términos:

71
ARTÍCULO 281 Bis. (TRATA DE PERSONAS). I. Será
sancionado con privación de libertad de diez (10) a
quince (15) años, quien por cualquier medio de
engaño, intimidación, abuso de poder, uso de la
fuerza o cualquier forma de coacción, amenazas,
abuso de la situación de dependencia o
vulnerabilidad de la víctima, la concesión o
recepción de pagos por si o por tercera persona
realizare, indujere o favoreciere la captación,
traslado, transporte, privación de libertad, acogida
o recepción de personas dentro o fuera del
territorio nacional, aunque mediare el
consentimiento de la víctima, con cualquiera de los
siguientes fines:
1. Venta u otros actos de disposición del ser humano
con o sin fines de lucro.
2. Extracción, venta o disposición ilícita de fluidos o
líquidos corporales, células, órganos o tejidos
humanos.
3. Reducción a esclavitud o estado análogo.
4. Explotación laboral, trabajo forzoso o cualquier
forma de servidumbre.
5. Servidumbre costumbrista.
6. Explotación sexual comercial.
7. Embarazo forzado.
8. Turismo sexual.
9. Guarda o adopción.
10. Mendicidad forzada.
11. Matrimonio servil, unión libre o de hecho servil.
12. Reclutamiento de personas para su
participación en conflictos armados o sectas
religiosas.
13. Empleo en actividades delictivas.
14. Realización ilícita de investigaciones biomédicas.

De acuerdo al parágrafo II del art. 281 Bis, la sanción se agravará en los siguientes
casos: 1. Si la autora o el autor, o partícipe, sea cónyuge, conviviente o pareja de la
víctima, tenga parentesco hasta el cuarto grado de consanguinidad o segundo de
afinidad, tenga a su cargo la tutela, custodia, curatela o educación de la víctima; 2.
Cuando la autora o el autor sea servidora o servidor público, goce de inmunidad
diplomática, o sea profesional médico o afín; 3. Cuando se utilicen drogas,
medicamentos o armas.

72
Además, de acuerdo al tercer parágrafo del art. 281.bis, la sanción será de quince a
veinte años cuando la víctima fuere un niño, niña o adolescente, persona con
discapacidad física, enfermedad o deficiencia psíquica, mujer embarazada, o el autor
sea parte de una organización criminal, se produzca una lesión gravísima o se ponga en
peligro la vida, la integridad o la seguridad de la víctima. Finalmente, el numeral IV
señala que si a causa del delito se produce la muerte de la víctima, se impondrá la
sanción para el delito de asesinato, sin embargo, es importante precisar que desde la
perspectiva de género, estos delitos en tanto y cuanto se enmarcan a los delitos contra
los derechos y la libertad sexual, en caso de producir la muerte de la víctima, deben ser
tipificados como feminicidio, no como asesinato.

Por otra parte, en una interpretación sistemática del art. 7 de la Ley 348, con la Ley
263, debe hacerse referencia al tipo penal de proxenetismo que se encuentra tipificado
de la siguiente forma:

ARTÍCULO 321. (PROXENETISMO).


I. Quien mediante engaño, abuso de una situación de necesidad o
vulnerabilidad, de una relación de dependencia o de poder, violencia,
amenaza o cualquier otro medio de intimidación o coerción, para
satisfacer deseos ajenos o con ánimo de lucro o beneficio promoviere,
facilitare o contribuyere a la prostitución de persona de uno u otro
sexo, o la que obligare a permanecer en ella, será sancionado con
privación de libertad de diez (10) a quince (15) años.
II. La pena privativa de libertad será de doce (12) a dieciocho (18) años
cuando la víctima fuere menor de dieciocho (18) años de edad, persona
que sufra de cualquier tipo de discapacidad.
III. La pena privativa de libertad será de quince (15) a veinte (20) años,
si la víctima fuere menor de catorce (14) años de edad, aunque fuere
con su consentimiento y no mediaren las circunstancias previstas en el
parágrafo I, o el autor o participe fuere el ascendiente, cónyuge,
conviviente, hermano, tutor, curador o encargado de la custodia de la
víctima. Igual sanción se le impondrá a la autora, autor o participe que
utilizare drogas, medicamentos y otros para forzar, obligar o someter a
la víctima. IV. La pena privativa de libertad será de ocho (8) a doce (12)
años, a quien por cuenta propia o por terceros mantuviere ostensible
o encubiertamente una casa o establecimiento donde se promueva la
explotación sexual y/o violencia sexual comercial.

73
En una interpretación sistémica de la Ley 348 con la Ley 263, es importante
establecer también que se encuentra tipificado el delito de tráfico de personas en los
siguientes términos:

ARTÍCULO 321 Bis. (TRÁFICO DE PERSONAS).


I. Quien promueva, induzca, favorezca y/o facilite por
cualquier medio la entrada o salida ilegal de una persona del
Estado Plurinacional de Bolivia a otro Estado del cual dicha
persona no sea nacional o residente permanente, con el fin
de obtener directa o indirectamente beneficio económico
para sí o para un tercero, será sancionado con privación de
libertad de cinco (5) a diez (10) años. La sanción se agravará
en la mitad, cuando: 1. Las condiciones de transporte pongan
en peligro su integridad física y/o psicológica. 2. La autora o
el autor sea servidor o servidora pública. 3. La autora o el
autor sea la persona encargada de proteger los derechos e
integridad de las personas en situación vulnerable. 4. La
autora o el autor hubiera sido parte o integrante de una
delegación o misión diplomática, en el momento de haberse
cometido el delito. 5. El delito se cometa contra más de una
persona. 6. La actividad sea habitual y con fines de lucro. 7.
La autora o el autor sea parte de una organización criminal.
II. La sanción se agravará en dos tercios cuando la víctima sea
un niño, niña o adolescente, persona con discapacidad física,
enfermedad o deficiencia psíquica o sea una mujer
embarazada.

III. Quién promueva, induzca, favorezca y/o facilite por


cualquier medio el ingreso o salida ilegal de una persona de
un departamento o municipio a otro del cual dicha persona
no sea residente permanente, mediante engaño, violencia,
amenaza, con el fin de obtener directa o indirectamente
beneficio económico para sí o para un tercero, será
sancionada con privación de libertad de cuatro (4) a siete (7)
años. IV. Si con el propósito de asegurar el resultado de la
acción se somete a la víctima a cualquier forma de violencia
o situación de riesgo que tenga como consecuencia su
muerte, incluido el suicidio, se impondrá la pena establecida
para el delito de asesinato.”

74
También en una interpretación sistémica de la Ley 348 con la Ley 263, es
importante establecer que se encuentra tipificado el delito de pornografía en los
siguientes términos:

ARTÍCULO 323 Bis. (PORNOGRAFÍA).


I. Quien procure, obligue, facilite o induzca por cualquier
medio, por si o tercera persona a otra que no dé su
consentimiento a realizar actos sexuales o de exhibicionismo
corporal con fines lascivos con el objeto de video grabarlos,
fotografiarlos, filmarlos, exhibirlos o describirlos a través de
anuncios impresos, transmisión de archivos de datos en red
pública o de comunicaciones, sistemas informáticos,
electrónicos o similares, será sancionada con pena privativa
de libertad de diez (10) a quince (15) años. Igual sanción será
impuesta cuando el autor o participe reproduzca o
almacene, distribuya o venda material pornográfico.

II. La pena privativa de libertad será agravada en un tercio


cuando: 1. La víctima sea niño, niña o adolescente o persona
con discapacidad. 2. La autora o el autor sea cónyuge,
conviviente, padre, madre o la persona que ejerza algún tipo
de autoridad o responsabilidad legal sobre la víctima. 3. La
autora o el autor mantenga una relación laboral, de
parentesco consanguíneo o de afinidad con la víctima. 4. La
víctima sea una mujer embarazada. 5. La autora o el autor
sea servidora o servidor público. 6. La autora o el autor sea
la persona encargada de proteger los derechos e integridad
de las personas en situación vulnerable. 7. La autora o el
autor hubiera sido parte o integrante de una delegación o
misión diplomática, en el momento de haberse cometido el
delito. 8. El delito se cometa contra más de una persona. 9.
La actividad sea habitual y con fines de lucro. 10. La autora o
el autor sea parte de una organización criminal.

III. Quien compre, arriende o venda material pornográfico,


donde se exhiba imágenes de niños, niñas y adolescentes,
será sancionado con pena privativa de libertad de cinco (5) a
ocho (8) años.

También, desde un enfoque de género debe analizarse el tipo penal de violencia


sexual comercial, el cual fue introducido por la Ley 263 en los siguientes términos:

ARTÍCULO 322. (VIOLENCIA SEXUAL COMERCIAL).

75
Quien pagare en dinero o especie, directamente a un niño,
niña o adolescente o a tercera persona, para mantener
cualquier tipo de actividad sexual, erótica o pornográfica con
un niño, niña y adolescente, para la satisfacción de sus
intereses o deseos sexuales, será sancionado con privación
de libertad de ocho (8) a doce (12) años. La pena privativa de
libertad se agravará en dos tercios, cuando: 1. La víctima sea
un niño o niña menor de 14 años. 2. La víctima tenga
discapacidad física o mental. 3. La autora o el autor utilice
cualquier tipo de sustancia para controlar a la víctima. 4. La
autora o el autor tenga una enfermedad contagiosa. 5. Como
consecuencia del hecho, la víctima quedara embarazada. 6.
La autora o el autor sea servidora o servidor público.

2.5. Violencia contra los derechos sexuales y reproductivos

El art. 7 de la Ley 348, también se refiere a la Violencia Contra los Derechos


Reproductivos, señalando que es la acción u omisión que impide, limita o vulnera el
derecho de las mujeres a la información, orientación, atención integral y tratamiento
durante el embarazo o pérdida, parto, puerperio y lactancia; a decidir libre y
responsablemente el número y espaciamiento de hijas e hijos; a ejercer su maternidad
segura y a elegir métodos anticonceptivos seguros.

En ese marco, desde la perspectiva penal, la Ley 348 incorpora el art. 271 bis al
Código Penal, “Esterilización forzada”, en los siguientes términos:

Artículo 271 bis.(ESTERILIZACIÓN FORZADA)


La persona que prive a otra de su función reproductiva de forma
temporal o permanente sin su consentimiento expreso, voluntario,
libre e informado, o de su representante legal en caso de persona con
discapacidad intelectual severa, será sancionada con pena privativa
de libertad de cinco (5) a doce (12) años.
La pena será agravada en un tercio cuando el delito sea cometido
contra una mujer menor de edad o aprovechando su condición de
discapacidad, o cuando concurran las circunstancias previstas en el
Artículo 252.
Si el delito se cometiera como parte del delito de genocidio
perpetrado con la intención de destruir total o parcialmente a un
grupo nacional, social, pueblo indígena originario campesino o grupo
religioso como tal, adoptando para ello medidas destinadas a impedir

76
los nacimientos en el seno del grupo, se aplicará la pena de treinta
(30) años de privación de libertad sin derecho a indulto.

También, dentro de la violencia contra los derechos sexuales y reproductivos,


debe hacerse mención a los artículos los arts. 263, 264, 265, 266, 267, 267 bis y 268 del
CP, que tipifican los delitos de aborto, aborto seguido de lesión o muerte, aborto honoris
causa, aborto impune, aborto preterintencional, aborto forzado, aborto culposo y
práctica habitual del aborto, respectivamente.

La violencia en contra de derechos sexuales y reproductivos, fue analizada por la


Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso IV. Vs. Bolivia16.

2.6. Violencia en las familias diversas

El art. 7 de la Ley 348 hace referencia a la Violencia en la Familia, y afirma que es


toda agresión física, psicológica o sexual cometida hacia la mujer por el cónyuge o ex
cónyuge, conviviente o ex conviviente, o su familia, ascendientes, descendientes,
hermanas, hermanos, parientes civiles o afines en línea directa y colateral, tutores o
encargados de la custodia o cuidado.
Esta forma de violencia, está tipificada de la siguiente manera:

16Es importante aclarar que también existen otras formas de violencia contra los derechos sexuales y reproductivos,
como la violencia gineco-obstétrica que si bien no esta penalizada puede ser objeto de sanción administrativa. En
este contexto debe precisarse que esta forma de violencia se la conceptualiza como toda acción, omisión y/o patrón
de conducta del personal de salud que se ejerce sobre el cuerpo y el ciclo reproductivo de una mujer, cuando acude
a servicios ginecológicos u obstétricos, que de manera directa o indirecta cause daño físico, psicológico o incapacitate
y/o menoscaben su capacidad de autonomía y decisión voluntaria, consentida e informada sobre su salud sexual y
reproductiva. Que se exprese en un trato deshumanizado, abuso de medicalización, técnicas y procedimientos
invasivos, en la patologización de los procesos naturales, en la falta o impedimento de acceso a servicios de salud
sexual y reproductiva, y otros.

77
Artículo 272 bis.(VIOLENCIA FAMILIAR O DOMÉSTICA)
Quien agrediere físicamente, psicológica o sexualmente dentro los
casos comprendidos en el numeral 1 al 4 del presente Artículo incurrirá
en pena de reclusión de dos (2) a cuatro (4) años, siempre que no
constituya otro delito.
1. El cónyuge o conviviente o por quien mantenga o hubiera mantenido
con la víctima una relación análoga de afectividad o intimidad, aún sin
convivencia.
2. La persona que haya procreado hijos o hijas con la víctima, aún sin
convivencia.
3. Los ascendientes o descendientes, hermanos, hermanas, parientes
consanguíneos o afines en línea directa y colateral hasta el cuarto
grado.
4. La persona que estuviere encargada del cuidado o guarda de la
víctima, o si ésta se encontrara en el hogar, bajo situación de
dependencia o autoridad. En los demás casos la parte podrá hacer valer
su pretensión por ante la vía correspondiente.

El tipo penal “Violencia Familiar o Doméstica”, tienen como núcleo de la acción


a la agresión física, psicológica o sexual, siempre que no constituya otro delito, de lo que
se extrae que si las agresiones físicas, psicológicas o sexuales, son constitutivas de otro
delito más grave, en el marco del principio de absorción, el proceso penal deberá
seguirse por éste último.

Así, si las agresiones psicológicas o físicas se enmarcan dentro del tipo penal
lesiones gravísimas o lesiones graves, el proceso penal se iniciará por estos delitos. En
el mismo sentido, si las agresiones sexuales son constitutivas de los tipos penales
estudiados en el punto II.3 de este texto, el proceso penal se iniciará por dichos delitos.

Otro tema importante que conviene aclarar es el vinculado al sujeto pasivo del delito
de violencia familiar o doméstica; pues, podría pensarse que únicamente es la mujer,
sin embargo, si bien es ella el principal sujeto de protección por la violencia estructural
existente dados los altos índices de agresiones cometidas contra ellas; empero, la
violencia en razón de género, como se ha señalado en el punto I de esta unidad
didáctica, también podría involucrar a varones cuando existe una relación de
vulnerabilidad del varón en razón a estereotipos de género, conforme lo entendió la SCP
346/2018-S2 que ha sido referida también en este texto.

78
2.7. Violencia patrimonial o económica

El art. 7 de la Ley 348 contempla a la violencia Patrimonial y Económica entendida


como toda acción u omisión que al afectar los bienes propios y/o gananciales de la
mujer, ocasiona daño o menoscabo de su patrimonio, valores o recursos; controla o
limita sus ingresos económicos y la disposición de los mismos, o la priva de los medios
indispensables para vivir. Esta forma de violencia fue incorporada al Código Penal por el
art. 85 de la Ley 348, en los siguientes términos:

Artículo 250 bis.(VIOLENCIA ECONÓMICA)


Será sancionada con pena privativa de libertad de dos (2) a
cuatro (4) años, la persona que incurra en alguna de las
siguientes conductas:
a) Menoscabe, limite o restrinja la libre disposición del ingreso
económico de la mujer.
b) Destruya u oculte documentos justificativos de dominio, de
identificación personal, títulos profesionales o bienes, objetos
personales, instrumentos de trabajo de la mujer que el sean
indispensables para ejecutar sus actividades habituales.
c) Restrinja o suprima el cumplimiento de sus obligaciones
económicas familiares que pongan en riesgo el bienestar de su
cónyuge, hijas e hijos, como medio para someter la voluntad
de la mujer.
d) Controle los ingresos o flujo de recursos monetarios que
ingresan al hogar mediante violencia psicológica, sexual o
física.
e) Impida que la mujer realice una actividad laboral o
productiva que el genere ingresos.

Artículo 250º ter.(VIOLENCIA PATRIMONIAL)


Quien por cualquier medio impida, limite o prohíba el uso, el
disfrute, la administración, la transformación, o la disposición
de uno o varios bienes propios de la mujer con quien
mantenga una relación de matrimonio o unión libre, será
sancionado con multa de cien (100) hasta trescientos sesenta
y cinco (365) días.

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Asimismo, desde el enfoque de la violencia en razón de género, la sustracción de
utilidades de actividades económicas y familiares está tipificada en los siguientes
términos:

Artículo 250º quater. (SUSTRACCIÓN DE UTILIDADES DE


ACTIVIDADES ECONÓMICAS FAMILIARES)
La persona que disponga unilateralmente de las ganancias
derivadas de una actividad económica familiar o disponga de
ellas para su exclusivo beneficio personal, en perjuicio de los
derechos de su cónyuge o conviviente, será sancionada con
pena de privación de libertad de seis (6) meses a un (1) año más
multa de hasta el cincuenta por ciento (50%) del salario del
sancionado hasta trescientos sesenta y cinco (365) días.

2.8. Violencia en el ejercicio político y de liderazgo de la mujer

La sanción de la violencia en el ejercicio político y de liderazgo de la mujer, tienen


sustento en la Constitución Política del Estado y en las normas del bloque de
constitucionalidad. Efectivamente, cabe recordar que el art. 15.II de la CPE establece
que todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia
física, sexual o psicológica, tanto en la familia con la sociedad; además, en el parágrafo
III se sostiene que el Estado adoptará las medidas necesarias para prevenir, eliminar y
sancionar la violencia de género y generacional, así como toda acción u omisión que
tenga por objeto degradar la condición humana, causar muerte, dolor y sufrimiento
físico, sexual o psicológico, tanto en el ámbito público como privado.

Así, la Ley 243 de 28 de mayo de 2012, denominada Ley contra el acoso y violencia
política hacia las mujeres17, tienen por objeto, “establecer mecanismos de prevención,

17 Esta ley, en el artículo séptimo diferencia el acoso de la violencia política. Desde este marco, el inciso a) establece: “Se entiende
por acoso político al acto o conjunto de actos de presión, persecución, hostigamiento o amenazas, cometidos por una persona o
grupo de personas, directamente o a través de terceros en contra de mujeres candidatas, electas, designadas o en ejercicio de la
función político-pública o en contra de sus familias con el propósito de acordar, suspender, impedir o restringir las funciones
inherentes a su cargo, para inducirla u obligarla a que realice, en contra de su voluntad, una acción o incurra en una omisión, en el
cumplimiento de sus funciones o en el ejercicio de sus derechos.
El inciso b) señala que se entiende por violencia política a las acciones, conductas y/o agresiones físicas, psicológicas, sexuales
cometidas por una persona o grupo de personas, directamente o a través de terceros, en contra de las mujeres candidatas, electas,
designadas o en ejercicio de la función político-pública, o en contra de su familia, para acortar, suspender, impedir o restringir el
ejercicio de su cargo o para inducirla u obligarla a que realice, en contra de su voluntad, una acción o incurra en una omisión, en
el cumplimiento de sus funciones o en el ejercicio de sus derechos.

80
atención, sanción contra actos individuales o colectivos de acoso y/o violencia política
hacia las mujeres para garantizar el ejercicio pleno de sus derechoso políticos” (art. 2).

El art. 4 de la Ley determina que ésta se aplica en todos los niveles de la Organización
Territorial del Estado, de todos los estantes y habitantes del territorio boliviano, y los
lugares sometidos a su jurisdicción y, en el art. 5, referido al ámbito de protección, que
con la Ley se protege a todas las mujeres candidatas, electas, designadas o en el ejercicio
de la función político-pública.

En cuanto al ámbito de protección, la ley hace referencia, de manera expresa a las


mujeres, término que debe ser entendido no desde una visión exclusivamente biológica
(sexo asignado al nacer), sino también desde la perspectiva de la identidad de género;
consiguientemente, conforme al concepto de violencia en razón de género, también
incluye a las mujeres transgénero o transexuales.

Por otra parte, las mujeres protegidas, son las candidatas, electas, designadas o
en ejercicio de la función política-pública; último término que es explicado por el DS
2935, Reglamento a la Ley 243, que señala que es “Toda actividad ejercida por mujeres
líderes de organizaciones políticas o sociales, servidoras públicas electas o designadas
en un cargo correspondiente a cualquiera de los niveles o dependencias de la
administración pública”.

Por otra parte, desde el bloque de constitucionalidad, debe considerarse en


dicha definición la Recomendación 23 del Comité de la CEDAW (1997):

La vida política y pública de un país es un concepto amplio. Se refiere


al ejercicio del poder político, en particular al ejercicio de los poderes
legislativo, judicial, ejecutivo y administrativo. El término abarca
todos los aspectos de la administración pública y la formulación y
ejecución de la política a los niveles internacional, nacional, regional
y local. El concepto abarca también muchos aspectos de la sociedad
civil, entre ellos, las juntas públicas y los consejos locales y las
actividades de organizaciones como son los partidos políticos, los
sindicatos, las asociaciones profesionales o industriales, las
organizaciones femeninas, las organizaciones comunitarias y otras
organizaciones que se ocupan de la vida pública y política.

81
En ese marco, el término función política-pública, debe considerar los alcances
que a ese término le hado el Comité para la CEDAW.

El art. 6 de la Ley 243 establece los principios y valores por los cuales se encuentra
regida, y que deben orientar la labor de las autoridades de los diferentes niveles de la
organización territorial del Estado, y también, claro está, del Ministerio Público, que son:
igualdad de oportunidades18,no violencia19, no discriminación20, equidad21,
participación política22, control social23, despatriarcalización24, interculturalidad25,
acción positiva26.

En ese contexto, la Ley 348, hace referencia a la Violencia en el Ejercicio Político y de


Liderazgo de la Mujer, efectuando una remisión al art. 7 de la Ley 243, Contra el Acoso
y la Violencia Política hacia las Mujeres para la definición de este tipo de violencia:

Art. 7 (DEFINICIONES) Ley 243

a) Acoso Político.- Se entiende por acoso político al


acto o conjunto de actos de presión, persecución,
hostigamiento o amenazas, cometidos por una persona o
grupo de personas, directamente o a través de terceros, en
contra de mujeres candidatas, electas, designadas o en
ejercicio de la función político - pública o en contra de sus
familias, con el propósito de acortar, suspender, impedir o
restringir las funciones inherentes a su cargo, para inducirla

18 “a) Igualdad de oportunidades.- El Estado garantiza a todas las mujeres el ejercicio pleno de sus derechos políticos a participar
como electoras, y elegibles para ejercer funciones político - públicas, en igualdad de condiciones y oportunidades”.
19 “b) No Violencia.- El Estado previene y sanciona cualquier forma de violencia hacia las mujeres”
20 “c) No Discriminación.- El Estado prohíbe y sanciona toda forma de discriminación, entendida como distinción, exclusión,

desvalorización, denegación y/o restricción que tenga por objeto o resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce y
ejercicio de los derechos políticos de las mujeres en la vida política-pública del país”.
21 d) Equidad.- El Estado garantiza el ejercicio pleno de los derechos políticos de las mujeres, generando las condiciones,

oportunidades y medios que contribuyan a la participación equitativa y en igualdad de condiciones entre hombres y mujeres,
aplicando la paridad y alternancia en la representación política - pública en todas las entidades territoriales autónomas”.
22 “e) Participación Política.- Se fortalece la forma democrática participativa, representativa y comunitaria, a través de los
propios mecanismos de la Sociedad civil organizada”.
23 “f) Control Social.- La sociedad civil organizada velará por el cumplimiento de los preceptos constitucionales de paridad y

alternancia, en todos los espacios del servicio público a través de las facultades otorgadas reconocidas y garantizadas
constitucionalmente, como son la fiscalización, supervisión vigilancia y control”.
24 “g) Despatriarcalización.- El Estado implementará un conjunto de acciones, políticas y estrategias necesarias para desestructurar

el sistema patriarca basado en la subordinación, desvalorización y exclusión sustentadas en las relaciones de poder, que excluyen
y oprimen a las mujeres en lo social económico, político y cultural”.
25 “h) Interculturalidad.- El Estado boliviano fomentará la convivencia armoniosa, pacífica y de respeto en la diversidad cultural,

institucional normativa y lingüística en el ejercicio de los derechos políticos y el particular de las mujeres para garantizar la dignidad
e igualdad entre toda las personas”.
26 “i) Acción Positiva.- Es obligación del Estado adoptar mecanismos para disminuir las brechas de desigualdad entre mujeres y

hombres, que buscan revertir las situaciones de inequidad, exclusión, acoso y violencia política en contra de las mujeres en los
diferentes espacios de participación política”.

82
u obligarla a que realice, en contra de su voluntad, una
acción o incurra en una omisión, en el cumplimiento de sus
funciones o en el ejercicio de sus derechos.

b) Violencia Política.- Se entiende por violencia


política a las acciones, conductas y/o agresiones físicas,
psicológicas, sexuales cometidas por una persona o grupo
de personas, directamente o a través de terceros, en contra
de las mujeres candidatas, electas, designadas o en
ejercicio de la función político - publica; o en contra de su
familia, para acortar, suspender, impedir o restringir el
ejercicio de su cargo o para inducirla u obligarla a que
realice, en contra de su voluntad, una acción o incurra en
una omisión, en el cumplimiento de sus funciones o en el
ejercicio de sus derechos.

Los actos de actos de acoso y/o violencia política contra las mujeres, se encuentran
descritos en el art. 8 de la Ley 243, y son los siguientes:

a) Impongan por estereotipos de género, la realización de


actividades y tareas ajenas a las funciones y atribuciones de
su cargo.

b) Asignen responsabilidades que tengan como resultado la


limitación del ejercicio de la función político - pública.

c) Proporcionen a las mujeres candidatas o autoridades


electas o designadas información falsa, errada o imprecisa
que induzca al inadecuado ejercicio de sus funciones político
- públicas.

d) Eviten por cualquier medio que las mujeres electas,


titulares o suplentes, o designadas asistan a las sesiones
ordinarias o extraordinarias o a cualquier otra actividad que
implique la toma de decisiones, impidiendo o suprimiendo el
derecho a voz y voto en igualdad de condición que los
hombres.

e) Proporcionen al Órgano Electoral Plurinacional, datos


falsos o información incompleta de la identidad o sexo de la
persona candidata.

f) Impidan o restrinjan su reincorporación al cargo cuando


hagan uso de una licencia justificada

83
g) Restrinjan el uso de la palabra, en las sesiones u otras
reuniones y su participación en comisiones, comités y otras
instancias inherentes a su cargo, conforme a reglamentación
establecida.

h) Restrinjan o impidan el cumplimiento de los derechos


políticos de las mujeres que ejercen función político - pública
o que provengan de una elección con procedimientos,
propios de las Naciones y Pueblos Indígena Originario
Campesinos y Afrobolivianos.

i) Restrinjan o impidan el uso de las acciones constitucionales


y legales para proteger sus derechos frente a los actos o
eviten el cumplimiento de las Resoluciones
correspondientes.
j) Impongan sanciones injustificadas, impidiendo
o/restringiendo el ejercicio de sus derechos políticos.

k) Apliquen sanciones pecuniarias, descuentos arbitrarios e


ilegales y/o retención de salarios.

l) Discriminen por razones de sexo, color, edad, orientación


sexual, cultura, origen, idioma, credo religioso, ideología,
afiliación política o filosófica, estado civil, condición
económica, social o de salud, profesión, ocupación u oficio,
grado de instrucción, condición de discapacidad,
procedencia, apariencia física, vestimenta, apellido u otras
que tengan por objetivo o resultado anular o menoscabar el
reconocimiento, goce u ejercicio en condiciones de igualdad
de derechos humanos y libertades fundamentales
reconocidas por Ley.

m) Discriminen a la autoridad electa designada o en el


ejercicio de la función político - pública, por encontrarse en
estado de embarazo, parto o puerperio, impidiendo o
negando el ejercicio de su mandato o el goce de sus derechos
sociales reconocidos por Ley o los que le correspondan.

n) Divulguen o revelen información personal y privada, de las


mujeres candidatas, electas, designadas o en el ejercicio de
funciones político -públicas, con el objetivo de menoscabar
su dignidad como seres humanos y utilizar la misma para
obtener contra su voluntad la renuncia y/o licencia al cargo
que ejercen o postulan.

o) Divulguen información falsa relativa a las funciones


político - públicas, con el objetivo de desprestigiar su gestión

84
y obtener contra su voluntad la renuncia y/o licencia al cargo
que ejercen o postulan.

p) Presionen o induzcan a las autoridades electas o


designadas a presentar renuncia al cargo.

q) Obliguen mediante la fuerza o intimidación a las


autoridades electas o designadas en el ejercicio de sus
funciones político - públicas, suscribir todo tipo de
documentos y/o avalar decisiones contrarias a su voluntad,
al interés público o general.

La Ley 243, en el art. 20 incorpora nuevos tipos penales: acoso político contra
mujeres y violencia política contra las mujeres, de acuerdo a los siguientes términos:

Acoso político contra las mujeres (Art. 148 Bis)


Quien o quienes realicen actos de presión, persecusión,
hostigamiento y/o amenazas en contra de una mujer
electa, desginada o en el ejercicio de la función político-
pública y/o de sus familiares, durante o después del
proceso electoral, que impida el ejercicio de su derecho
político, será sancionado con pena privativa de libertad de
dos (2) a cinco (5) años.

Violencia política contra las mujeres (Art. 148 ter)


Quien o quienes realicen actos y/o agresiones físicas y
psicológias contra mujeres candidatas electas, designadas
o en ejercicio de la función político-pública y/o contra de
sus familiares, para acortar, suspender e impedir el
ejercicio de su mandato o su función, será sancionado con
pena privativa de libertad de tres (3) a ocho (8) años. En
casos de actos o agresiones sexuales contra mujeres
candidatas, electas, designadas o en ejercicio de la función
político-públia, se sancionará conforme dispone este
Código Penal.

2.9. Violencia laboral

El art. 7 de la Ley 348 hace referencia a la violencia laboral, entendiéndola como


toda acción que se produce en cualquier ámbito de trabajo por parte de cualquier
persona de superior, igual o inferior jerarquía que discrimina, humilla, amenaza o

85
intimida a las mujeres; que obstaculiza o supedita su acceso al empleo, permanencia o
ascenso y que vulnera el ejercicio de sus derechos.

El art. 3.1 del Decreto Supremo 2145 de 14 de octubre de 2014 que reglamenta la Ley
348.I, regula las contravenciones de violencia contra las mujeres que no constituyen
delitos, que deben ser denunciadas, investigadas y sancionadas en la vía administrativa.
En este contexto, el segundo parágrafo de la referida disposición legal, en su inciso c),
señala que

El acoso laboral y la violencia laboral serán denunciados ante el Ministerio de Trabajo


Empleo y Previsión Social; asimismo, la discriminación a través de agresiones verbales o
maltrato e incumplimiento de deberes ante la misma institución donde se hubiere
producido el hecho, todas estas contravenciones como parte de la violencia laboral.

Es importante destacar que para efectos de medidas de protección, es aplicable la Resolución


Ministerial (R.M.) No. 196/21 de o de marzo de 2021 emitida por el Ministerio de Trabajo,
Empleo y Previsión Social (M.T.E.P.S), instancia que reglamentó el “Procedimiento para la
Atención de Denuncias de Acoso Laboral y Acoso Sexual a Mujeres en el Ámbito Laboral”.

2.10. Violencia mediática

El art. 7 de la Ley 348 establece que la Violencia Mediática es aquella producida por
los medios masivos de comunicación a través de publicaciones, difusión de mensajes e
imágenes estereotipadas que promueven la sumisión y/o explotación de mujeres, que
la injurian, difaman, discriminan, deshonran, humillan o que atentan contra su dignidad,
su nombre y su imagen.

El art. 3.1 del Decreto Supremo 2145 de 14 de octubre de 2014 que reglamenta la
Ley 348, regula las contravenciones de violencia contra las mujeres que no constituyen
delitos, que deben ser denunciadas, investigadas y sancionadas en la vía administrativa.
En este contexto, el segundo parágrafo de la referida disposición legal, en su inciso a),
establece que constituye falta de violencia contra las mujeres “La publicación y difusión
de mensajes o imágenes estereotipadas que promuevan la sumisión de las mujeres o

86
hagan uso sexista de su imagen como parte de la violencia mediática, simbólica y/o
encubierta”.

2.11. Violencia simbólica y/o encubierta

El art. 7 de la Ley 348, sostiene que la Violencia Simbólica y/o Encubierta está
constituida por mensajes, valores, símbolos, íconos, signos e imposiciones sociales,
económicas, políticas, culturales y de creencias religiosas que transmiten, reproducen y
consolidan relaciones de dominación, exclusión, desigualdad y discriminación,
naturalizando la subordinación de las mujeres.

2.12. Violencia en servicios de salud

La Ley 348, establece también que la Violencia en Servicios de Salud, es toda acción
discriminadora, humillante y deshumanizada, que omite, niega o restringe el acceso a la
atención eficaz e inmediata y a la información oportuna por parte del personal de salud,
poniendo en riesgo la vida y la salud de las mujeres.

El art. 3.II.b del DS 2145 que reglamenta la Ley 348, establece que son
contravenciones las agresiones verbales, denegación de acceso al servicio o maltrato
por motivos discriminatorios, maltrato e incumplimiento de deberes como parte de la
violencia contra los derechos reproductivos, el derecho a la salud y la libertad sexual.

La violencia en servicio se salud, se relaciona con la Violencia contra los derechos


sexuales y reproductivos porque es en estos derechos donde las mujeres sufren mayor
violencia, ya sea porque se exija el consentimiento de los padres o esposos para su
atención (especialmente con relación a los métodos anticonceptivos), lo que es
contrario al estándar IV vs. Bolivia, que han sido explicado precedentemente, o porque
se les niegue la interrupción legal del embarazo, en los supuestos previstos por el art.
266 del CP y la SCP 206/2014.

87
2.13. Violencia institucional

El art. 7.14 de la Ley 348 establece que la violencia institucional es una forma de
violencia, conceptualizándola como “toda acción u omisión de servidoras o servidores
públicos o de personal de instituciones privadas, que implique una acción
discriminatoria, prejuiciosa, humillante y deshumanizada que retarde, obstaculice,
menoscabe o niegue a las mujeres el acceso y atención al servicio requerido”.

El art. 3.II.d del DS 2145, que reglamenta la Ley 348, señala que las agresiones
verbales, denegación injustificada de acceso al servicio o maltrato psicológico por
motivos discriminatorios o cualquier otra forma de maltrato que no constituye delito,
será denunciado ante las instancias donde se produjo el hecho como parte de la
violencia institucional.

La violencia institucional, por tanto puede ser imputable a las y los servidores
públicos o personal de instituciones privadas que denieguen un servicio a la víctima,
incluido, claro está el Ministerio Público, por ello es importante atender diligentemente
las denuncias de víctimas de violencia en razón de género; pues, de lo contrario, se
podría incurrir en las previsiones contenidas en el art. 154 bis del CP, incorporado por la
Ley 348, conforme al siguiente texto:

Artículo 154 bis. (INCUMPLIMIENTO DE DEBERES DE


PROTECCIÓN A MUJERES EN SITUACIÓN DE
VIOLENCIA)
La servidora o servidor público que mediante acción
u omisión en ejercicio de una función pública propicie
la impunidad u obstaculicen la investigación de delito
de violencia contra las mujeres, recibirá sanción
alternativa de trabajos comunitarios de noventa (90)
días a ciento veinte (120) días e inhabilitación de uno
(1) a cuatro (4) años para el ejercicio de la función
pública.

En un contexto de violencia de género, es también pertinente destacar la


incorporación que realiza la Ley 263 del tipo penal referente a la revelación de identidad
de víctimas, testigos o denunciantes, en los siguientes términos:

88
ARTÍCULO 321 ter. (REVELACIÓN DE IDENTIDAD DE
VÍCTIMAS, TESTIGOS O DENUNCIANTES)
La servidora o servidor público que sin debida
autorización revele información obtenida en el
ejercicio de sus funciones que permita o dé lugar a la
identificación de una víctima, testigo o denunciante de
Trata y Tráfico de Personas, y delitos conexos, será
sancionado con pena privativa de libertad de tres (3) a
ocho (8) años.

De la misma forma, el art. 178 de la Ley 263, modifica el tipo penal de omisión
de denuncia en los siguientes términos:

ARTÍCULO 178. (OMISIÓN DE DENUNCIA)


El servidor o servidora pública que en razón de su cargo,
teniendo la obligación de promover la denuncia de delitos
y delincuentes, dejare de hacerlo, recibirá una pena
privativa de libertad de uno (1) a tres (3) años. Si el delito
tuviere como víctima a un niño, niña o adolescente, la
pena se aumentará en un tercio.

3. Autoevaluación

1) En el delito de violencia sexual no es F V


exigible la resistencia física de la
víctima o evidencias de resistencia
física en el agresor
2) La muerte violenta de una mujer F V
transgénero por su pareja, aunque su
cédula de identidad le asigne el sexo
masculino, debe tipificarse como
delito de feminicidio y no de asesinato.
3) De acuerdo al principio de F V
favorabilidad, debe aplicarse el tipo de
violencia familiar o doméstica, aunque

89
el hecho constituya otro delito más
grave.
4) Quien realice actos de presión, F V
persecución, hostigamiento y/o
amenazas en contra de una mujer
electa para impedir el ejercicio de su
derecho político ejercer la función
pública luego de haber sido electa por
sufragio universal incurre en delito de
violencia política contra las mujeres
tipificado en el art. 148 ter del CP.
5) La violencia gineco-obstétrica esta
tipificada en el CP

90
UNIDAD DE APRENDIZAJE IV
EL DEBER DE LA DEBIDA
DILIGENCIA

91
UNIDAD DE APRENDIZAJE IV
EL DEBER DE LA DEBIDA DILIGENCIA

1. La debida diligencia de acuerdo a las obligaciones reforzadas de respeto y


garantía a derechos de víctimas de violencia en razón de género

El deber de la debida diligencia tiene fuente en el artículo 15 de la Constitución


y también en instrumentos esenciales como la Convención Belen do Para; la CEDAW; la
Convención Interamericana para prevenir y sancionar la tortura; la Convención contra
la tortura y otros tratos o penas crueles; la Convención de Derechos del Niño, entre
otros, instrumentos a partir de los cuales, tanto el sistema interamericano como el
universal generaron estándares internacionales que tal como se señaló en la primera
unidad de aprendizaje, forman parte del bloque de constitucionalidad.

Existe una interdependencia entre la discriminación en razón de género, la


investigación y juzgamiento con perspectiva de género y el deber de la debida diligencia,
así lo evidenció la Corte IDH, que en el emblemático caso Campo Algodonero Vs. México,
tal cual se explicó en la segunda unidad, en un contexto de discriminación estructural
aplicó el enfoque de género y desarrolló los alcances del deber de la debida diligencia a
la luz de la Convención Belen do Pará, estableciendo que este deber conlleva cuatro
componentes esenciales: i) El deber de prevención y atención integral a víctimas; ii) el
deber de investigación; iii) de sanción; y, iv) de reparación integral de daños.

En el marco de estos cuatro componentes, el Estado Plurinacional de Bolivia,


tiene el deber de precautelar las garantías de trato digno, de protección reforzada, de
prohibición de revictimización, entre otras. Asimismo, el Estado, en el marco de las
obligaciones generales contenidas en los artículos 8 y 25 de la CADH y reforzadas con
las obligaciones del art. 7 de la Convención Belen do Pará, en todos los niveles de

92
organización territorial, tal como lo estableció la Corte IDH, está obligado a formular
políticas públicas, medidas normativas y a garantizar un marco institucional eficaz para
la investigación y juzgamiento con perspectiva de género (caso Mujeres Víctimas de
Violencia Sexual en Atenco Vs. México, párr. 215). Pero además, debe adoptar medidas
para erradicar los prejuicios, los estereotipos y las prácticas que constituyen las causas
fundamentales de la violencia en razón de género (íbid.).

El Tribunal Constitucional Plurinacional ha desarrollado los componentes del


deber de la diligencia en el estándar jurisprudencial más alto contenido en la SCP
0017/2019-S2, en los siguientes términos:

SCP 0017/2019-S2
El TCP en el marco de una interpretación conforme al bloque de
constitucionalidad y concretamente a la luz de la Convención
Belém do Pará y el art. 15 de la Constitución, y de acuerdo a los
estándares del Comité para la Eliminación de las Discriminación
Contra la Mujer CEDAW y de la Corte Interamericana de Protección
a Derechos, desarrolló la debida diligencia, en virtud de la cual el
Estado debe prevenir, investigar, castigar y ofrecer reparación
integral de daños en delitos de violencia contra la mujer y
también debe incluir y adaptar su normativa y asumir medidas
legislativas, administrativas y judiciales para el goce pleno y
eficaz de los derechos de las mujeres a una vida libre de violencia,
considerando que la violencia no está en la esfera privada, sino su
prevención, investigación, sanción y reparación son obligaciones
internacionales del Estado que deben ser cumplidas de buena fe.
Asimismo, en el marco de los estándares internacionales e internos
de protección a las mujeres víctimas de violencia, el Estado tiene
la obligación de actuar con la debida diligencia para prevenir,
investigar y sancionar la violencia contra la mujer; debida
diligencia que, en la labor de investigación, se traduce en la
investigación de oficio de los hechos de violencia hacia las
mujeres, la celeridad en su actuación, la protección inmediata a
la misma, la prohibición de revictimización y que la carga de la
prueba corresponde al Ministerio Público y no a la víctima. (FJ
III.1.3)

Por su parte, el Tribunal Supremo de Justicia, en el Auto Supremo. Ha


establecido lo siguiente:

93
AS Nº 396/2020-RRC
El Estado tiene la obligación de investigar los casos de violencia
hacia las mujeres con perspectiva de género, considerando la
vulnerabilidad particular de la víctima, con la finalidad de alcanzar
dos objetivos: prevenir la repetición en el futuro, así como
asegurar la justicia en los casos individuales; investigación que
debe ser imparcial, seria y exhaustiva y debe efectivizar el derecho
de las víctimas a acceder a la información sobre el estado de la
investigación. Esta obligación alcanza a los Fiscales, Jueces y todos
los funcionarios del sistema judicial; en especial para la
consecución, custodia y valoración de las pruebas, sin que ello
implique una desigualdad procesal de las partes.

El deber de la debida diligencia es interdependiente al principio de


informalismo, el cual se encuentra contenido en el artículo 4.11 de la Ley 348. Esta
disposición establece que en todos los niveles de la administración pública
destinadas a prevenir, atender, detectar, procesar y sancionar cualquier forma de
violencia hacia las mujeres, no se exigirá el cumplimiento de requisitos formales o
materiales que entorpezcan el proceso de restablecimiento de los derechos
vulnerados y la sanción a los responsables. Por su parte, este principio, de acuerdo
al art. 13.I de la Constitución, es también interdependiente al principio de verdad
material, que tiene el estándar jurisprudencial más alto en la SCP 1631/2013.

SCP 1631/2013
FJ III.2.2.
(…)
Ahora bien, es necesario considerar que dicha norma es
preconstitucional y por tanto debe interpretarse conforme al
art. 180 de la CPE, que determina que uno de los principios que
fundamenta la actividad de la jurisdicción ordinaria es el
principio de verdad material misma que alcanza a la jurisdicción
ordinaria civil que acerca la generalidad y abstracción de las
leyes con la realidad tal como los seres humanos la perciben y
el orden justo de cosas como principio orientador que debe
guiar las decisiones de los órganos judiciales. En ese marco es
que la configuración del principio de verdad material, tiene que
ver con una visión antiformalista del Derecho en la cual si bien
el Legislador o el Constituyente están habilitados a brindar
criterios interpretativos o valorativos al juez, éstos no pueden
predecir a través de mandatos normativos los resultados de una
práctica hermenéutica-valorativa, por ello este principio se

94
materializa en cuanto a que se exige a las autoridades judiciales
en todas sus instancias acercarse lo más posible a la realidad y
valorarla, para así adecuar las categorías jurídicas. Ahora bien,
la sana crítica desde el punto de vista doctrinal es concebida
como un punto intermedio entre lo que se denomina como
prueba tasada o prueba legal y la libre convicción del juez, pues
no cae en la absoluta rigidez formalista de reducir al juez a ser
un simple reproductor de la actividad preprogramada del
Legislador ni deja al juez en la discrecionalidad de valorar los
instrumentos de prueba sin ninguna restricción.
Por lo señalado el principio de verdad material impele a las
autoridades judiciales a generar decisiones orientadas a
resolver las problemáticas guiados por el valor justicia lo que no
implica que las decisiones de los órganos jurisdiccionales estén
investidas de subjetividad, es decir, el sujeto que interpreta y
valora los hechos y el Derecho claramente es el juez y le
corresponde en primera instancia valorar qué pruebas están
sometidas a la valoración legal y cuales a la sana crítica y en su
caso por las particularidades del caso concreto en virtud al
principio de verdad material y el valor justicia apartarse de la
tasación legal para resolver conforme la sana crítica efectuando
la debida fundamentación de los motivos que le impulsan a
apartarse de la prueba tasada de forma que para preservar la
seguridad jurídica (SCP 0466/2013 de 10 de abril),la aplicación
de la sana crítica es supletoria a la prueba tasada (sic) (resaltado
y subrayado ilustrativo)

Asimismo, el deber de la debida diligencia está directamente relacionado con el


principio constitucional del iura novit curia que está desarrollado en el estándar
jurisprudencial más alto contenido en la SCP 2040/2013.

SCP 2040/2013
“FJ III.1
(…)
Se tiene entonces que el derecho de acceso a la justicia
reconocido por el citado art. 115.I de la CPE, faculta a las
personas a exigir que las autoridades judiciales que conozcan
sobre un conflicto determinado dentro su competencia y
jurisdicción, proporcionen la solución al problema jurídico
puesto en su conocimiento; emergiendo por tanto el deber de
los jueces de aplicar el derecho que corresponda al conflicto
jurídico que demanda una solución también jurídica. Para ello,
los jueces, al momento de resolver un problema jurídico a
través de sus fallos, deberán estar sujetos, sin pretexto alguno,

95
a la aplicación de normas jurídicas según el orden de jerarquía
que establece el art. 410 de la CPE, y que concuerda con el art.
15 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ). Decisión judicial que al
mismo tiempo deberá guiarse necesariamente bajo el principio
de eficacia que establece el art. 30.7 de la LOJ, cuyo contenido
sugiere imbuir de practicidad una decisión judicial, que se
exprese el resultado de un debido proceso y que a la vez
mantenga el efecto de haberse impartido justicia. Todo este
desarrollo debe suponer que los jueces conocen el derecho,
comprenden y requieren de la lógica jurídica, y que se
encuentran habilitados y vinculados al ejercicio de la
interpretación normativa; lo que conlleva ineludiblemente a
aceptar que los jueces, con el conocimiento de los fundamentos
de hecho de un problema jurídico, pueden identificar cuál es el
derecho aplicable para resolver determinado conflicto. En ese
sentido, adquiere relevancia el principio del Derecho iura novit
curia, que determina que los jueces se encuentran vinculados a
aplicar las normas jurídicas que correspondan a la solución de
determinado conflicto jurídico que se sustancia dentro el
proceso establecido por ley, a pesar de que el derecho aplicable
al caso concreto no haya sido invocado por las partes del
proceso o lo haya sido erróneamente; cuidando que su
aplicación no afecte el principio de congruencia, ya que los
jueces no podrán ir más allá del petitorio, generar indefensión,
ni sustentar su fallo en elementos fácticos distintos a los
expuestos por las partes. Por lo tanto, los jueces, en aplicación
del principio iura novit curia, en general no deberían dejar de
otorgar o resolver alguna pretensión jurídica o de derecho, bajo
el sustento o fundamento de que alguna de las partes presentó
su exposición de hechos y pretensiones sin el apoyo jurídico que
sea aplicable al caso concreto, en otros términos, estas
autoridades no deberían omitir o evadir resolver una
problemática jurídica en el fondo por la ausencia de cita de
normas jurídicas o la cita incorrecta de las mismas. En
consecuencia, cuando el art. 115 de la CPE, reconoce el derecho
de acceso a la jurisdicción señalando que: “Toda persona será
protegida oportuna y efectivamente por los jueces y tribunales
en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos”; emerge,
de acuerdo a todo lo expuesto anteriormente, el deber de las
autoridades judiciales de aplicar el derecho que corresponda a
la solución de determinado conflicto jurídico que se ventile
según las normas procesales, independientemente de las
omisiones o errores que puedan contener los argumentos
jurídicos de las pretensiones o intereses de las partes; puesto
que el fin último de la actividad judicial se enmarca en otorgar
una solución al conflicto debatido por las partes y conocido por

96
la autoridad judicial bajo parámetros objetivos que se respaldan
en la aplicación de la Constitución y la ley.

Al margen de todo lo señalado, es importante destacar que el deber de la debida


diligencia debe ser realizado a la luz de la protección reforzada a la víctima, lo que
implica que debe actuarse de manera inmediata y prioritaria para así evitar que la
lesión a sus derechos continúe con resultados irremediables. En este marco, es
importante resaltar que de acuerdo al art. 4 de la Ley 348, las mujeres víctimas de
violencia deben recibir la atención que sus necesidades y circunstancias específicas
demanden, con criterios diferenciados que aseguren el ejercicio pleno de sus
derechos.

También de acuerdo al art. 45 de la Ley 348, debe garantizarse su acceso a


servicios de protección inmediata, oportuna y especializada, desde el momento en
que el hecho constitutivo de la violencia se ponga en conocimiento de las
autoridades ordinarias o indígena originaria campesinas y afrobolivianas.

La protección a las víctimas debe ser realizada desde el primer contacto, por lo
que, las instancias promotoras de denuncia como ser los Servicios Legales Integrales
Municipales (SLIMs), Defensorías de la Niñez y Adolescencia (DNA), los Servicios
Integrados de Justicia plurinacional (SIJPLU), el Servicio Plurinacional de Defensa de
la Víctima (SEPDAVI), autoridades de las naciones y pueblos indígena originario
campesinas, la Fuerza Especial de Lucha contra la Violencia (FELCV) o el Ministerio
Público, que tengan un primer contacto con la víctima, deben brindarle atención,
apoyo y protección en el marco de los derechos y garantías de la víctima que obligan
a brindarle una atención enmarcada en un trato digno.

Además, en el caso de niñas, niños y adolescentes, el primer contacto debe


considerar la atención prioritaria que debe brindarse y el principio del interés
superior de las niñas, niños y adolescentes. En el primer contacto se tiene el deber
de atención prioritaria a la víctima. Este deber a la luz de la debida diligencia, debe

97
ser realizado de manera oportuna y coordinada con todo el aparato institucional
implementado para la atención de casos de violencia en razón a género.

Debe además considerarse el deber de atención reforzada a la víctima en


situación de crisis, ya que Las víctimas de violencia en razón a género, como
consecuencia de la experiencia traumática de la violencia, pueden presentar estados
temporales de trastorno que requieren una atención y contención emocional
inmediata, que deberá ser analizado en cada caso y en la situación particular de cada
víctima, además de adoptarse un enfoque interseccional que considere su edad,
salud, su condición de discapacidad u otros criterios deben ser identificados a efecto
de brindar una protección efectiva y reforzada a la víctima, más aún en casos en los
que pudiera existir causas de discriminación múltiple que genere mayor
vulnerabilidad en la víctima.

En este contexto, la contención emocional para estabilizar a la víctima, tiene un


alcance temporal y en ningún caso suplirá las medidas de rehabilitación que deberán
adoptarse para las víctimas de violencia en razón a género. La contención emocional
está destinada a que la víctima pueda relatar los hechos y por ende pueda realizar
la denuncia.

Si la víctima es niña, niño o adolescente, se requerirá la presencia de su madre,


padre o del familiar más cercano; o en su caso, del tutor, curador o la persona a la
cual se encomendó la guarda, salvo que éstos fueran las personas denunciadas como
agresores. En todos los casos es esencial la intervención y acompañamiento de la
Defensoría de la Niñez y Adolescencia DNA.

En el caso de víctimas LGBTI, debe garantizarse su protección reforzada y


también la contención emocional con enfoque de género e interseccional en el
marco del respeto pleno a la identidad de género.

Es importante hacer referencia al primer contacto con las víctimas de violencia


sexual, en este marco, Las instituciones que tengan un primer contacto con víctimas

98
de violencia sexual, sean instancias promotoras de denuncia, Ministerio Público o
FELCV, tienen que actuar garantizando la salud de la víctima y sus derechos
reproductivos, por ello, se le deberá brindar una información detallada sobre los
derechos que tienen y, en su caso, además de efectuar la contención emocional, si
corresponde, acompañarla –si lo desea- a los centro de salud para su atención
inmediata, bajo el entendido que se trata de un caso de emergencia.

En ese sentido, corresponde considerar los estándares universales e


interamericanos sobre el acceso a la salud de víctimas de violencia sexual, en
especial, los vinculados a la interrupción legal del embarazo (ILE) de acuerdo a lo
previsto en el art. 266 del CP y la SCP 206/2014. De acuerdo a esta sentencia existen
dos supuestos para la ILE:

Primer supuesto para la ILE


La SCP 206/2014 declaró la inconstitucionalidad de los requisitos de
inicio de proceso penal y autorización judicial, contenidos en el art.
266 del CPP para la práctica del aborto impune y estableció que la
mujer puede acceder a un aborto legal y seguro, en los casos en que
el embarazo fuera producto de violación, incesto, estupro, con la
sola presentación de la denuncia (no de sentencia ejecutoriada ni
orden judicial) y claro está con el consentimiento de la víctima, no
correspondiendo ninguna otra exigencia, porque ello implicaría,
además de incumplimiento de resoluciones constitucionales
pronunciadas en acciones de inconstitucionalidad, vulneración a los
derechos de las víctimas de violencia sexual.

Segundo supuesto para la ILE


La SCP 206/2014 declaró que procede la ILE cuando la vida y la salud
de la madre corran peligro; supuestos en los cuales, será suficiente el
informe del médico tratante y el consiguiente consentimiento
informado de la mujer.

En el caso hipotético de la pequeña B.R.L, que fue formulado en la primera


unidad, todos los criterios descritos deben ser aplicados y en particular, deben
considerarse los criterios para la ILE en el marco de lo establecido por la SCP 0206/2014.

99
Entonces, por todo lo hasta aquí señalado, es esencial brindar a la Ley 348 y 1173 un
sentido conforme y coherente con el deber de la debida diligencia, para que así, el
Estado Plurinacional de Bolivia cumpla de buena fe con sus obligaciones reforzadas de
respeto y garantía a derechos. En este marco, en los siguientes acápites se desarrollarán
los componentes del deber de la debida diligencia.

2. Primer componente: La prevención y atención integral a las víctimas

De acuerdo al art. 2 de la ley 348, el Estado Plurinacional de Bolivia debe establecer


mecanismos, medidas y políticas integrales de prevención, atención, protección y
reparación a las mujeres en situación de violencia, en este contexto, las políticas
públicas de prevención pueden ser estructural, colectiva e individual. En este acápite
nos referiremos específicamente a las medidas de protección individual, por lo que en
los siguientes acápites se abordará las medidas de protección y las medidas cautelares
con enfoque de género.
2.1. Las medidas de protección

De acuerdo al artículo 61 .1de la Ley 348, debe adoptarse medidas de protección a


favor de las víctimas a fin de garantizar a la mujer en situación de violencia la máxima
protección y seguridad, así como a sus hijas e hijos, medidas que deberán ser
homologadas por la autoridad jurisdiccional.

La Ley 1173, introdujo modificaciones importantes al Código de Procedimiento


Penal (artículo 389) en el régimen de medidas de protección, especialmente para casos
de urgencia.

En el caso de NNA, mujeres en situación de violencia, personas LGBTI en situación de


violencia en razón de género y toda persona en situación de vulnerabilidad que se
encuentran dentro del ámbito de protección de la violencia en razón de género tal como
lo estableció el TCP en la SCP 0346/2018-S2.

100
las medidas de protección urgentes, no sólo deben ser asumidas por el
Ministerio Público, sino que también pueden ser asumidas por la Policía y también por
las entidades promotoras de denuncia si tuvieron el primer contacto con la víctima, tales
como los Servicios Legales Integrales Municipales (SLIMs), Defensorías de la Niñez y
Adolescencia (DNAs), Servicio Plurinacional de Atención a las Víctimas SEPDAVI y
Servicios Integrales de Justicia Plurinacional (SIJPLU), en este caso deben ser
comunicadas directamente al Ministerio Público, para que en un plazo que no exceda
las 24 horas desde que se asumió la medida, esta sea sometida a control jurisdiccional,
para que la jueza o juez de instrucción en el marco del control de legalidad que ejerce,
ratifique, modifique o suprima la medida asumida (Art. 389 ter.).

Si la medida de protección de carácter urgente es asumida por el Ministerio


Público, debe ser remitida ante el juez cautelar para su control.

Medidas de protección urgentes para NNA


De acuerdo a la Ley 1173, las medidas de carácter urgente para niñas, niños
y adolescentes son:

ü Salida o desocupación del domicilio donde habita la víctima,


independientemente de la titularidad del bien inmueble. También
podrá ordenarse la restitución de la víctima al domicilio del cual
hubiera sido expulsada por la violencia o que por esta razón hubiera
tenido que abandonar.
ü Prohibición de ingreso al domicilio de la víctima, aunque se trate del
domicilio familiar.
ü Prohibición de comunicación directa o indirecta y por cualquier
medio con la víctima.
ü Prohibición de intimidar por cualquier medio o a través de terceras
personas a la víctima, así como a cualquier integrante de su familia.
ü Devolución inmediata de objetos y documentos personales de la
víctima.
ü Prohibición de acercarse, al lugar de residencia, trabajo, estudio,
esparcimiento o a los lugares de habitual concurrencia de la víctima.
ü Prohibición de transitar por los lugares de recorrido frecuente de la
víctima.
ü Prohibición de concurrir o frecuentar lugares de custodia, albergue,
estudio o esparcimiento a los que concurra la víctima.

101
Medidas de protección urgentes para mujeres y personas LGBTI víctimas
de violencia en razón de género

De acuerdo a la Ley 1173, las medidas de carácter urgente para la


protección de mujeres son:

ü Ordenar la salida, desocupación, restricción al agresor del domicilio


conyugal o donde habite la mujer en situación de violencia,
independientemente de la acreditación de propiedad o posesión del
inmueble, y ordenar que el agresor se someta a una terapia
psicológica en un servicio de rehabilitación. También podrá
ordenarse la restitución de la víctima al domicilio del cual hubiera
sido expulsada por la violencia o que por esta razón hubiera tenido
que abandonar.
ü Prohibir al agresor acercarse, concurrir o ingresar al domicilio, lugar
de trabajo o de estudios, domicilio de las y los ascendientes o
descendientes, o a cualquier otro espacio que frecuente la mujer
que se encuentra en situación de violencia.
ü Prohibir al agresor comunicarse, intimidar o molestar por cualquier
medio o a través de terceras personas, a la mujer que se encuentra
en situación de violencia, así como a cualquier integrante de su
familia.
ü Prohibir acciones de intimidación, amenazas o coacción a los
testigos de los hechos de violencia.
ü Realizar el inventario de los bienes muebles e inmuebles de
propiedad común o de posesión legítima.
ü Disponer la entrega inmediata de objetos y documentos personales
de la mujer y de sus hijas e hijos dependientes.
ü La retención de documentos de propiedad de bienes muebles o
inmuebles, mientras se decide la reparación de daños.
ü Restringir, en caso de acoso sexual, todo contacto del agresor con la
mujer, sin que se vean afectados los derechos laborales de la mujer.
ü Prohibir el tránsito por los lugares de recorrido frecuente de la
víctima.
Por los alcances de la violencia en razón de género desarrollados en la
segunda unidad de aprendizaje, se estable que estas medidas de
protección urgentes también deben ser aplicadas a personas LGBTI.

Es importante resaltar que de acuerdo a la ley 1173, en cuanto a NNA existen


medidas de protección sujetas a reserva judicial exclusiva, que son las siguientes:

Suspensión temporal del régimen de visitas, guarda o custodia y


convivencia con la víctima; medida que se mantendrá hasta tanto se
resuelva en la jurisdicción competente
Prohibición de interferir, de cualquier forma, en el ejercicio de la guarda,
crianza y educación de la víctima.

102
Sometimiento a programas de tratamiento reflexivos, educativos o
psicológicos tendientes a la modificación de conductas violentas y
delictuales.
Fijación provisional de la asistencia familiar, cuando la persona imputada
sea el progenitor.
Fijación provisional de la guarda, debiendo otorgar inmediato aviso a la
jueza o juez en materia de la niñez y adolescencia, y a la Defensoría de la
Niñez y Adolescencia.

El art. 170 del CNNA establece los criterios para la determinación de medidas de
protección por la autoridad judicial, conforme a lo siguiente:

a) Pueden ser impuestas de forma aislada, simultánea o sucesiva;


b) Se deben preferir las pedagógicas y las que fomenten los vínculos con la
familia y la comunidad a la cual pertenece la niña, el niño y el adolescente;
c) La imposición de una o varias medidas de protección no excluye la
posibilidad de aplicar, en el mismo caso y en forma concurrente, las
sanciones contempladas en este Código y otras normas vigentes, cuando la
vulneración de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, impliquen
transgresión a normas de carácter civil, administrativo o penal; y
d) Las medidas de protección, excepto la adopción, serán revisadas cada seis
(6) meses, a partir del momento en que fueron impuestas pudiendo ser
sustituidas, modificadas o revocadas, cuando varíen o cesen las
circunstancias que las causaron.

Es importante resaltar que de acuerdo a la ley 1173, en cuanto mujeres, personas


LGBTI y personas en situación de vulnerabilidad, existen medidas de protección sujetas
a reserva judicial exclusiva, que son las siguientes:

La prohibición al agresor de enajenación, hipoteca, prenda o la disposición o


cambio de titularidad del derecho propietario de bienes muebles o
inmuebles comunes.
La fijación de asistencia familiar a favor de hijas, hijos y la mujer.
La suspensión temporal al agresor del régimen de visitas y convivencia con
sus hijas e hijos.
La orden de anotación preventiva de los bienes sujetos a registro del agresor,
así como el congelamiento de cuentas bancarias para garantizar las
obligaciones de asistencia familiar.
La prohibición de interferir, de cualquier forma, en el ejercicio de la guarda,
crianza y educación de los hijos.
El sometimiento a programas de tratamiento reflexivos, educativos o
psicológicos tendientes a la modificación de conductas violentas y
delictuales.

103
Las medidas de protección sujetas a reserva judicial exclusiva, deben ser aplicadas por la
autoridad judicial de oficio o a petición de parte, y no es requisito que la víctima se constituye en
parte querellante. Por otra parte, para garantizar la aplicación de las medidas de protección por
parte de la autoridad judicial, el art. 88 de la Ley 348 establece de manera expresa que las y los
jueces de instrucción en materia de violencia hacia las mujeres, por turno, deberán estar
disponibles las 24 horas.

En los delitos de feminicidio se pueden aplicar las medidas de protección antes


señaladas, previstas tanto en la Ley 348 como en la Ley 1173, sin embargo, existen
regulaciones específicas con relación al delito de feminicidio en ambas normas, en
cuanto a la protección de niñas, niños y adolescentes que se constituyen en víctimas
indirectas.

Así, el art. 36 de la Ley 348, bajo el nombre de “Protección a niñas y niños”, señala:

Si a consecuencia de un delito de feminicidio cometido por el


cónyuge o conviviente, quedaran hijas e hijos menores de edad
huérfanos, éstos serán puestos de inmediato bajo custodia de
los abuelos u otro familiar cercano por línea materna, con el
acompañamiento de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia en
tanto se establezca la guarda legal, debiendo acceder toda la
familia al sistema de protección de víctimas y testigos del
Ministerio Público y al sistema de atención que esta Ley prevé.

En el mismo sentido, el art. 389 bis del CPP, incorporado por el art. 14 de la Ley 1173,
que ha sido referido precedentemente, sostiene que en caso de delito de feminicidio
cometido por el cónyuge o conviviente, la guarda provisional de la niña, niño o
adolescente, se otorgará en favor de los abuelos u otro familiar cercano por línea
materna, con el acompañamiento de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, debiendo
otorgar inmediato aviso a la jueza o juez en materia de la niñez y adolescencia, y ordenar
que toda la familia ingrese al sistema de protección de víctimas y testigos del Ministerio
Público. La fijación provisional dispuesta, se mantendrá hasta tanto el juez de la niñez y
adolescencia resuelva.

104
Las medidas de protección son interdependencientes a los principios precautorio,
de protección reforzada, actuación prioritaria. Para el caso de NNA, estos principios
fueron desarrollados por el TCP a través de la SCP 0130/2018-S2.

SCP 0130/2018-S2
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su jurisprudencia,
para una investigación reforzada de violencia hacia niñas,
niños y adolescentes, en la SCP 0130/2018-S2, ha
desarrollado el principio de atención prioritaria e inmediata
para este sector en condiciones de vulnerabilidad, señalando
que una vez recibida la denuncia o información fehaciente de
un caso de violencia sexual contra niñas, niños y
adolescentes, se debe dar prioridad absoluta a su atención;
por lo que, los operadores de justicia, Policía Boliviana,
Ministerio Público y Defensorías de la Niñez y Adolescencia,
tienen la obligación de actuar de manera inmediata y agilizar
los actos investigativos necesarios en cada uno de los casos,
brindando las acciones de protección y auxilio a las víctimas
niñas, niños y adolescentes. (FJ III.4).

El Tribunal Constitucional Plurinacional también desarrolló la finalidad de las


medidas de protección en la SCP 0414/2019-S3, en los siguientes términos:

SCP 0414/2019-S3
FJ. III.6. (…) En el caso concreto, la accionante se encuentra
frente a una inseguridad e inestabilidad emocional que
entorpecen su desempeño cotidiano, por lo que en
observancia de los Fundamentos Jurídicos III.4 y 5 de esta
Resolución, corresponde analizar si la autoridad fiscal y los
servidores públicos cumplieron con los roles que les
corresponde desarrollar en procura de garantizarle una
protección efectiva, evitando el maltrato y la
revictimización; habiéndose advertido -en la acción de
tutela-, que las medidas de protección fueron dispuestas
por la Fiscal de Materia, posterior a la interposición de otra
acción de libertad, cuando estas deben ser impuestas con
la mayor prontitud posible tal como prevé la norma; por
otro lado, a las reiteradas solicitudes de control
jurisdiccional realizadas ante el Juez de Instrucción
Anticorrupción y contra la Violencia hacia la Mujer Primero
de la Capital del departamento de La Paz, el expediente no

105
consigna pronunciamiento alguno, aspecto concordante
con lo manifestado por la Oficial de Diligencias de dicho
Juzgado que en su descargo señaló que no existían
disposiciones por notificar, sumando a ello, la actuación del
investigador asignado al caso que alegó remociones
constantes en los cargos y recarga laboral. Estos extremos,
dejan al descubierto una situación revictimizante para la
impetrante de tutela en la sustanciación del proceso penal
que sigue contra su agresor, quien por si fuera poco,
incumple las medidas de alejamiento dispuestas por la
Fiscal demandada; siendo evidente en el caso particular,
además de las dificultades procedimentales y la
inobservancia al cumplimiento de las medidas de
protección a favor de la víctima.

Ahora bien, en el proceso iniciado por el delito de violencia


familiar o doméstica, la medida de protección no constituye
una sanción sino únicamente una restricción del agresor
para evitar que la víctima quede expuesta a otro tipo de
riesgos, por lo que la persistencia de la violencia -esta vez
psicológica- contra la impetrante de tutela, le afecta
gravitantemente en su estado emocional, ya que no solo la
expone a continuar sufriendo ese ciclo de violencia sino
inducirle incluso a mayores riesgos por su situación de
vulnerabilidad. De ahí que asumiendo el razonamiento de
los casos emblemáticos conocidos y resueltos por la Corte
IDH referidos en el Fundamento Jurídico III.4 de esta
Sentencia Constitucional Plurinacional, se destaca que su
mayor preocupación en este tipo de casos, radica
precisamente en la ausencia estatal de medidas efectivas
para la protección de las víctimas, constituyéndose en
impunidad, ya que las existentes se tornan en ineficaces y
desproporcionales a las dimensiones de violencia de
género que se presentan al interior de cada Estado,
aspectos que no solo naturalizan sino acaban promoviendo
esas prácticas negativas en la sociedad, asemejándose así a
la problemática analizada por este Tribunal, cuando la
accionante no goza de la protección eficaz de las medidas
de protección en condición de víctima.

En síntesis, la finalidad de la medida de protección para la


peticionante de tutela, era interrumpir e impedir que
continúe viviendo ese ciclo de violencia y así salvaguardar
su vida, su integridad y equilibrio emocional, a través del
alejamiento de su agresor; empero, este incumple tal
disposición; por lo que, la inobservancia del cumplimiento
de una medida de protección a la mujer en situación de

106
violencia por parte de la autoridad fiscal, jurisdiccional y/o
personal policial, tiene como consecuencia la
revictimización y la impunidad, que afectan
psicológicamente a la víctima pudiendo ocasionarle
depresión, inestabilidad, desorientación e incluso inducirle
al suicidio, correspondiendo a la justicia constitucional,
otorgar esa urgente y necesaria protección reforzada para
la preeminencia de su derecho a la vida, a la seguridad, a la
integridad y dignidad de la accionante, por su condición de
víctima de violencia, correspondiendo en consecuencia
conceder la tutela solicitada mediante la acción de
libertad.”

También debe resaltarse que la Ley 1173, modifica el Código de Procedimiento


Penal e incorpora dos normas fundamentales que permiten proteger a la víctima de
manera integral:

Artículo 393 deciter. (RESOLUCIÓN INTEGRAL).


En cualquier etapa del procedimiento especial en los casos
de violencia física o sexual contra mujeres, por delitos con
pena igual o superior a cuatro años, la víctima o su
representante podrá solicitar a la instancia jurisdiccional, el
divorcio o desvinculación de la unión libre por ruptura del
proyecto de vida en común, con el único efecto de la
disolución del vínculo conyugal o de unión libre de hecho,
para que resuelva conforme establece el procedimiento
previsto en la Ley N° 603 de 19 de noviembre de 2014,
“Código de las Familias y del Proceso Familiar.
Asimismo podrá resolver la asistencia familiar, la guarda y la
custodia de los hijos hasta tanto sea planteada y resuelta en
la jurisdicción correspondiente.
Las posteriores modificaciones a la asistencia familiar,
guarda y custodia, serán tramitadas en la jurisdicción
correspondiente.”

“Artículo 393 onceter. (OTROS PROCESOS). Cuando en otros


procesos sustanciados en sede distinta a la penal, la o el juez
constate la existencia de un hecho de violencia contra niñas,
niños, adolescentes o mujeres, impondrá las medidas de
protección que correspondan y de inmediato formulará la
correspondiente denuncia al Ministerio Público.”

107
Conforme se ha señalado en este texto, no es suficiente que las instancias
promotoras de denuncia, el Ministerio Público, la Policía Boliviana o la autoridad judicial,
apliquen las medidas de protección, sino que es necesario que las mismas sean
ejecutadas; pues de lo contrario los derechos de las víctimas continuarían bajo amenaza
y riesgo; por ello, es fundamental que el Ministerio Público efectúe el seguimiento de
las medidas de protección impuestas; seguimiento que tiene fundamento en el principio
de coordinación interinstitucional e interdisciplinaria, que debe articular las labores de
las diferentes instituciones que intervienen en la ruta de la violencia en razón de género.

Conforme se ha visto en el punto II.4.2. de este texto, el Ministerio Público tiene la


obligación de coordinar con las diferentes instituciones promotoras de denuncia, más
aún cuando se trata de proteger los derechos de las víctimas en razón de género,
cumpliendo con los estándares internacionales e internos y las obligaciones del Estado
boliviano.

2.2. Las medidas cautelares con enfoque de género interseccional

Desde una perspectiva de género, las medidas cautelares no solo deben cumplir con
fines procesales, como por ejemplo asegurar la presencia del procesado en la causa, sino
que esencialmente tienen fines de protección a las víctimas de violencia en razón de
género, así lo establece taxativamente el artículo 86.13 de la Ley 348, el cual señala:

Una vez presentada la denuncia, la autoridad judicial


dictará inmediatamente las medidas cautelares
previstas en el Código Procesal Penal, privilegiando la
protección y seguridad de la mujer durante la
investigación, hasta la realización de la acusación
formal. En esta etapa, ratificará o ampliará las medidas
adoptadas.

Pero además, no sólo la finalidad de las medidas cautelares debe ser analizada
con perspectiva de género, sino también los riesgos procesales de fuga y de
obstaculización previstos en el Código de procedimiento penal, conforme lo ha
entendido el Tribunal Constitucional Plurinacional, en diferentes sentencias, que
establecen que la aplicación de las medidas cautelares en procesos por violencia en

108
razón de género debe considerar la situación de vulnerabilidad o de desventaja en la
que se encuentren la víctima o denunciante respecto al imputado; así como las
características del delito, cuya autoría se atribuye al mismo; y, la conducta exteriorizada
por éste contra las víctimas, antes y con posterioridad a la comisión del delito, para
determinar si dicha conducta puso y pone en evidente riesgo de vulneración, los
derechos tanto de la víctima como del denunciante; estos criterios evidencian que la
justificación de la premisa fáctica, no debe partir de la igualdad formal, sino más bien,
debe consolidar la igualdad sustantiva a partir de la identificación de situaciones de
asimetría y desigualdad y a la luz del deber reforzado a las víctimas de violencia en razón
de género, para que así, el Estado Plurinacional de Bolivia, cumpla de buena fe y de
manera reforzada con sus obligaciones internacionales de respeto y garantía a derechos
de las víctimas de violencia en razón de género.

Es importante analizar el estándar jurisprudencial más alto contenido en la SCP


0394/2018-S2, la cual estableció que no son aplicables las garantías personales o
garantías mutuas por parte del imputado, como medida destinada a desvirtuar el peligro
de fuga, sino que también estableció los criterios que desde una perspectiva de género
deben ser asumidos en medidas cautelares vinculadas a delitos de violencia en razón de
género.

SCP 0394/2018-S2
El TCP estableció criterios sobre los riesgos procesales de fuga,
para casos en los que debe valorarse el peligro o riesgo que corre
la víctima, en este marco, el máximo contralor de
constitucionalidad interpretó el art. 234.10 del CPP de
conformidad con el bloque de constitucionalidad y desde una
perspectiva de género y estableció las siguientes sub-reglas
jurisprudenciales:

a) En los casos de violencia contra las mujeres, para evaluar el


peligro de fuga contenido en el art. 234.10 del CPP, deberá
considerarse la situación de vulnerabilidad o de desventaja en la
que se encuentren la víctima o denunciante respecto al imputado;
así como las características del delito, cuya autoría se atribuye al
mismo; y, la conducta exteriorizada por éste contra las víctimas,
antes y con posterioridad a la comisión del delito, para determinar

109
si dicha conducta puso y pone en evidente riesgo de vulneración,
los derechos tanto de la víctima como del denunciante;

b) De manera específica, tratándose del delito de trata de


personas, deberá considerarse la especial situación de
vulnerabilidad de las víctimas que sufrieron engaño, fraude,
violencia, amenaza, intimidación, coerción, abuso de autoridad, o
en general, ejercicio de poder sobre ellas; y,
c) En casos de violencia contra las mujeres, la solicitud de garantías
personales o garantías mutuas por parte del imputado, como
medida destinada a desvirtuar el peligro de fuga previsto en el art.
234.10 del CPP, se constituye en una medida revictimizadora, que
desnaturaliza la protección que el Estado debe brindar a las
víctimas; pues, en todo caso, es ella y no el imputado, la que tiene
el derecho, en el marco del art. 35 de la Ley 348, de exigir las
medidas de protección que garanticen sus derechos. (resaltado
ilustrativo) (FJ III.2).

Este precedente, que tienen carácter vinculante, en el marco de lo previsto por


el art. 203 de la CPE, tiene que ser observado por las autoridades judiciales, pero
también por el Ministerio Público, que al momento de solicitar la aplicación de la
detención preventiva deberá justificar sus resoluciones, desde una perspectiva de
género, a partir de la necesidad de proteger a la víctima, conforme a las obligaciones
internacionales asumidas por el Estado Boliviano.

También el Tribunal Constitucional analizó el primer requisito contenido en el


art. 233 del CPP, referidos a la probabilidad de autoría en los delitos de violencia en
razón de género, señalando que en estos casos, desde una perspectiva de género,
correspondía la aplicación de los estándares de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, respecto al valor de la declaración de la víctima. Así, la SCP 353/2018-S2,
realizó el análsisis de la probabilidad de autoría en los siguientes términos:

SCP 0353/2018-S2
(…)
La consideración del primer requisito debe responder a la
existencia de evidencia física y material, que genere un mínimo
de credibilidad que permita al juez, inferir razonablemente que
el imputado puede ser autor o partícipe de la conducta delictiva
que se investiga, lo cual impide que la autoridad judicial funde su

110
determinación en presunciones. Sin embargo, con relación a la
concurrencia de este primer elemento, referido a la probabilidad
de autoría o participación en un hecho punible, en delitos contra
la libertad sexual, debe tomarse en cuenta, que el proceso
argumentativo adquiere otra connotación; puesto que, debe
ajustarse a los estándares de protección normativa y
jurisprudencial internacional y nacional generada con relación al
derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia,
específicamente de la violencia sexual, que exige en delitos como
los de abuso sexual, aplicar una perspectiva de género, en
sujeción a los valores, principios y derechos consagrados en la
Constitución Política del Estado, (…) debiendo tomarse en
consideración, que la argumentación fáctica en estos supuestos,
sea en la determinación de los hechos como en la valoración de
la prueba, resulta más compleja, pues, es donde se manifiesta en
mayor medida el sesgo de género; consecuentemente, el juez
está obligado a tener una perspectiva de género, considerando la
discriminación y violencia estructural hacia las mujeres, pero
también, efectuando un análiis de la situación concreta de la
víctima. (…)

La perspectiva de género tiene su fundamento en los derechos


humanos; por cuanto, permite materializar el derecho a la
igualdad consagrado en la Constitución Política del Estado y en
los tratados internacionales en materia de Derechos Humanos.
Cabe señalar que la Ley Integral Para Garantizar a las Mujeres una
Vida Libre de Violencia -Ley 348 de 9 de marzo de 2013-, contiene
normas específicas para el desarrollo del proceso de violencia,
desde la denuncia, pasando por la investigación, la persecución
penal y el juicio propiamente dicho; siendo pertinente, hacer
referencia a su art. 45, que establece una serie de garantías a las
mujeres en situación de violencia, para asegurar el ejercicio de
todos sus derechos y su efectiva protección, entre ellas, la
adopción de decisiones judiciales sin sesgos de género o criterios
subjetivos que afecten o entorpezcan la valoración de pruebas y
la consiguiente sanción al agresor.
(…)
Dada la naturaleza de esta forma de violencia, no se puede
esperar que dentro de un proceso penal de este tipo, se
presenten pruebas gráficas o documentales, y por ello, la
declaración de la víctima se constituye en una prueba
fundamental sobre los hechos;
(…)
En el mismo sentido, en casos donde se alegue agresiones
sexuales, la falta de evidencia médica no disminuye la veracidad
de la declaración de la presunta víctima. En tales casos, no
necesariamente se verá reflejada la ocurrencia de violencia o

111
violación sexual en un examen médico, ya que no todos los casos
de violencia y/o violación sexual ocasionan lesiones físicas o
enfermedades verificables a través de dichos exámenes.
Asimismo, la Corte IDH, estableció que las posibles
inconsistencias internas en la declaración de la víctima de
violencia sexual -más aún, si es una niña, niño o adolescente-
producidas por la expresión, uso del lenguaje, traducción,
intervención de terceros, no resultan sustanciales, por cuanto, no
es infrecuente que respecto de hechos de esta naturaleza puedan
existir algunas imprecisiones.
Así, los desacuerdos intrasujeto; es decir, las contradicciones de
la persona víctima de violencia sexual, no pueden reducirse a la
conclusión que la víctima hubiere mentido, sino, que deben ser
valoradas conforme a la naturaleza del hecho. En ese sentido, en
la valoración de la prueba de los hechos, en asuntos de violencia
sexual, las declaraciones de la víctima, se constituyen en una
prueba fundamental; y en el caso de las medidas cautelares, en
una prueba indiciaria esencial para la acreditación del art. 233.1
del CPP; por cuanto, prueban la existencia de elementos de
convicción suficientes para sostener que el imputado es, con
probabilidad, autor o partícipe de un hecho punible o en palabras
de la Corte IDH, la existencia de: “…indicios suficientes que
permitan suponer razonablemente que la persona sometida a
proceso haya participado en el ilícito que se investiga”.

La consideración del requisito contenido en el art. 233.1 del CPP,


es la primera actividad que debe desarrollar el juez en la
audiencia de consideración de medidas cautelares para la
aplicación de la detención preventiva, escuchando al efecto, el
argumento del fiscal y someterlo al contradictorio para
determinar, si en el caso concreto, concurre este primer
requisito, pues solo cuando esto sucede, se puede pasar al
análisis del segundo. De igual modo, la previsión del numeral 1
del art. 233 del CPP, debe ser interpretada y comprendida
conforme a la Constitución Política del Estado, en concreto, de
acuerdo a la garantía de la presunción de inocencia; habida
cuenta que, la imputación formal no constituye base para
determinar la culpabilidad o la inocencia del sujeto; por lo tanto,
a más que la aplicación de medidas cautelares de carácter
personal, surja de la acreditación de una presunta participación o
autoría, dicho concepto -probable autoría o participación-, debe
emerger de una valoración armónica e integral de los elementos
de juicio que sean objetivos y concretos; siendo uno de ellos, la
declaración de la víctima en delitos de violencia sexual, en el
marco de los estándares establecidos por la Corte IDH.(FJ III.3).

112
A partir de lo señalado, es evidente que las y los fiscales tienen que efectuar sus
requerimientos vinculados a la aplicación de medidas cautelares en casos de violencia
en razón de género, desde una perspectiva de género, analizando tanto la posible
autoría como los riesgos procesales a partir de la situación concreta de vulnerabilidad
de la víctima, y la necesidad de protección inmediata.

3. Segundo componente: Investigación con perspectiva de género

Como se ha señalado, el segundo componente del deber de la debida diligencia es


la investigación con perspectiva de género, aspecto que será abordado en el marco de
cuatro ejes temáticos esenciales: i) Investigación de oficio; ii) La carga de la prueba al
Ministerio Público; iii) El valor de la declaración de la víctima y la presunción de
veracidad; iv) El acceso a la información de las víctimas; y v) Prohibición de
revictimización, aspectos que serán descritos en los siguientes acápites.

3.1. Investigación de oficio

De acuerdo al deber de la debida diligencia, la denuncia debe ser iniciada de oficio y


es deber del Ministerio Público impulsar la causa, sin necesidad de la intervención de la
víctima, este criterio es armónico con el estándar brindado por la Corte IDH en el caso
Espinoza Gonzáles Vs. Perú (párr. 266).

Lo señalado precedentemente implica que la investigación debe ser iniciada y


seguida de oficio, independientemente del impulso de la accionante, por ende, aún
exista desistimiento, o la víctima solo hubiere presentado la denuncia sin efectuar
seguimiento al caso, éste debe continuar tal como reza el artículo 59 de la Ley 34827. Lo

27 El art. 59 de la Ley 348 establece: ARTÍCULO 59. (INVESTIGACIÓN DE OFICIO).


I. La investigación se seguirá de oficio, independientemente del impulso de la denunciante. Toda denuncia
deberá ser obligatoriamente remitida al Ministerio Público y reportada al Sistema Integral Plurinacional de
Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia en razón de Género – SIPPASE, indicando el curso
que ha seguido.
II. Cuando exista peligro inminente para la integridad física de las personas protegidas por la Ley, el
cumplimiento de las formalidades no se convertirá en impedimento para la intervención oportuna de la policía.

113
sustentando precedentemente, impide al Ministerio Público a rechazar denuncias por
la inactividad de la víctima o falta de pruebas, ya que tal como se señaló el Ministerio
Público tiene el impulso de oficio en la investigación de la causa.

De acuerdo a lo señalado, el estándar jurisprudencial más alto contenido en la SCP


0017/2019-S2, a la luz del debido proceso, consagró el principio de investigación de
oficio, en los siguientes términos:

SCP 0017/2019-S2
“aun la víctima desista o abandone la investigación, el
Ministerio Público debe seguirla de oficio; por ello, no es
sostenible rechazar denuncias por falta de colaboración de
la víctima, o porque ésta, una vez efectuada la denuncia, no
volvió a oficinas de la Fuerza Especial de Lucha Contra la
Violencia (FELCV) o del Ministerio Público; pues, dichas
afirmaciones vulneran no solo la norma expresa contenida
en el citado art. 59 de la Ley 348, sino también, el principio
de la debida diligencia; la obligación internacional del Estado
de investigar, sancionar y reparar los hechos de violencia
hacia las mujeres; y, el derecho de las mujeres a una vida
libre de violencia”.

En el contexto descrito, a partir de la denuncia, la o el fiscal deberá emitir el


requerimiento de inicio de diligencias preliminares y requerir, vía sistema, la designación
de un investigador o investigadora.

La o el fiscal especializado, deberá realizar una planificación estratégica del caso, que
incluya el plan de trabajo y el dibujo de ejecución o control estratégico del caso que
incluya una perspectiva de género; plan en el que se debe identificar con claridad los
hechos investigados, la adecuación a los tipos penales reglados, la proposición fáctica
por cada elemento del o los tipos penales, las proposiciones probatorias identificadas,
contextualizadas y descritas de manera relacional con las proposiciones fácticas; la
identificación de los elementos colectados; la identificación de los elementos por
colectar; el cronograma de actos investigativos; y el análisis de riesgos para efectos de
determinar la aplicación de medidas de protección o de seguridad.

114
La planificación estratégica del caso, deberá identificar las relaciones de poder y de
subordinación en la que se encuentra la víctima, para dirigir la investigación sin
revictimización y en el marco de los estándares internacionales e internos sobre
derechos de las víctimas en razón de género.

De acuerdo a lo señalado, el deber de identificar la situación de vulnerabilidad o


desventaja en que se encuentre la víctima o denunciante, ha sido desarrollado en el
estándar jurisprudencial más alto contenido en la SCP 394/2018-S-2.

Todos estos criterios deben ser cumplidos en el caso hipotético planteado en la


primera unidad didáctica para que el Estado Plurinacional de Bolivia cumpla con sus
obligaciones internacionales de respeto y garantía a derechos de las NNA víctimas de
violencia en razón de género.

3.1.1. La tramitación de la denuncia de la víctima

De acuerdo al art. 42.I de la Ley 348, todo hecho de violencia contra las mujeres
podrá ser denunciado por la víctima o cualquier otra persona que conozca el delito, sin
ninguna exigencia formal, de manera escrita o verbal ante la Policía Boliviana o el
Ministerio Público.

Asimismo, debe considerarse que la referida ley establece las atribuciones de las
instancias promotoras de denuncia, encargadas de presentar la denuncia ante el
Ministerio Público, entre ellas los Servicios Legales Municipales Integrales (SLIMs), las
Defensorías de la Niñez y Adolescencia (DNA), los Servicios Integrados de Justicia
plurinacional (SIJPLU), el Servicio Plurinacional de Defensa de la Víctima (SEPDAVI),
entre otros.

En el contexto descrito, es importante resaltar que para la admisión de la denuncia


no corresponde exigir a la víctima la presentación de certificados médicos, informes
psicológicos o cualquier otra formalidad, ya que de acuerdo al principio de máximo
informalismo que guía la persecución penal en violencia en razón de género, la falta

115
de prueba a tiempo de plantear la denuncia, no impedirá su admisión (Arts. 86.9 y 92
de la Ley 348; art. 285 de la Ley 1173; y Art. 193.b de la Ley 548).

También es importante señalar que la denuncia no podrá dejar de ser recibida por
cuestines formales, como ser el domicilio de la víctima o porque el hecho se hubiera
producido en un distrito o zona distinto al lugar de presentación de la mmisma. Desde
el deber de la debida diligencia y las obligaciones reforzadas de proteccción a la víctima,
bajo responsabilidad, no se podrá sugerir a la víctima la no presentación de su denuncia
o el desistimiento. Tampoco se debe cuestionar a la víctima sobre su vida personal, ni
se deben realizar comentarios basados en estereotipos o prejuicios en razón de género,
sexo o roles sexuales.

Cuando la o el fiscal analista de la Plataforma de Atención Integral al Público o el


Fiscal de Turno reciba una denuncia, abrirá el proceso penal y a través del sistema
informático, en el Formulario único de denuncia, en un plazo no mayor a 24 horas, se
informará el inicio de la investigación al juez cautelar.

La o el fiscal deberá admitir la denuncia en coherencia con el deber de la debida


diligencia, en este contexto, debe resaltarse que en casos de violencia en razón a género
no es aplicable el art. 55.III de la LOMP como causal para desestimar la denuncia, más
aun en circunstancias en las cuales por el estado emocional de la víctima, ésta no pueda
relatar de manera clara los hechos28.

Todos estos criterios deben ser aplicados en el caso hipotético formulado en la


primera unidad didáctica.

3.2. La carga de la prueba al Ministerio Público

28 El art. 55.III de la LOMP, señala: “En las denuncias verbales, cuando la denuncia sea realizada en sede Fiscal, el o la Fiscal
ordenará inmediatamente a las o los investigadores a concurrir al lugar del hecho a objeto de verificar el mismo sin perjuicio de
acudir personalmente, y deberá informar estos aspectos a la o el Fiscal, de existir suficientes elementos se procederá a realizar
las investigaciones que correspondan, caso contrario la denuncia será desestimada”.

116
La carga de la prueba para el Ministerio Público, en coherencia con los estándares
internacionales sobre el deber de la debida diligencia, se encuentran en el art. 94 de la
Ley 348.

Art. 94 de la Ley 348


Ninguna mujer debe tener la responsabilidad de demostrar
judicialmente aquellas acciones, actos, situaciones o
hechos relacionados con su situación de violencia; será el
Ministerio Público quien, como responsable de la
investigación de los delitos, reúna las pruebas necesarias,
dentro el plazo máximo de ocho (8) días bajo
responsabilidad, procurando no someter a la mujer
agredida a pruebas médicas, interrogatorios,
reconstrucciones o peritajes, careos que constituyan
revictimización (resaltado ilustrativo).

Entonces, es relevante resaltar que la carga de la prueba en delitos de violencia en


razón de género la tiene el Ministerio Público y no la víctima. Por tanto, el Ministerio
Público tiene un deber reforzado de recolección probatoria actividad que debe
enmarcarse en los principios procesales contenidos en el art. 86.12 de la Ley 348.

El art. 86.4 de la Ley 348, establece que serán legítimos todos los medios de prueba
y elementos de convicción legalmente obtenidos que puedan conducir al conocimiento
de la verdad.

En coherencia con el modelo de Estado vigente, el artículo 86.II desarrolla el


principio de verdad material, en virtud del cual las decisiones administrativas o judiciales
que se adopten respecto a casos de violencia contra las mujeres, debe considerar la
verdad de los hechos comprobados, por encima de la formalidad pura y simple.

En cuanto a la actividad probatoria, corresponde realizar algunas precisiones


importantes, por ejemplo, en cuanto a los certificados médicos. Al respecto, es
importante resaltar que el art. 65 de la Ley 34829, establecía que cualquier profesional

29El art. 65 de la Ley 348, establecía:


“ARTÍCULO 65. (CERTIFICADOS MÉDICOS).

117
de salud que prestara servicios en instituciones públicas o privadas acreditadas podía
extender un certificado médico, que era considerado como un indicio respecto a los
delitos de violencia en razón de género, y sólo una vez homologado, adquiría valor
probatorio. La misma norma establecía que el certificado debía ser homologado por un
experto o una experta forense, quien debía entrevistar a la o el profesional que extendió
el certificado y, en caso de necesidad fundada e ineludible, practicar otro examen
médico a la mujer.

Dicha norma ha sido derogada por la Disposición abrogatoria y derogatoria Quinta


de la Ley 117330, de donde se desprende que actualmente -conforme el principio de
libertad probatoria establecido en el artículo 171 del CPP-, no existe el deber de
homologar los certificados médicos emitidos por las instituciones públicas de salud
para que tengan valor probatorio, como lo exigía el art. 65 de la Ley 348; aclarándose
que si bien el art. 9531 de la Ley 348 –que no ha sido formalmente derogado- señala que
se admitirá como prueba documental, entre otros, el “Certificado médico expedido por
cualquier institución de salud pública o privada, homologado por médico forense”; dicha
norma debe ser interpretada sistemáticamente con lo previsto por la disposición
abrogatoria y derogatoria Quinta de la Ley 1173 que –como se ha señalado- deroga el
art. 65 de la Ley 348, que elimina el deber de homologación; consiguientemente, es
posible la admisión, como prueba documental, de los certificados médicos emitidos por
las instituciones públicas de salud.

Para establecer el estado físico de la mujer que hubiera sufrido una agresión física o sexual, cualquier profesional de salud que
preste servicios en instituciones públicas o privadas acreditadas deberá extender un certificado médico, de acuerdo al protocolo
único de salud integrado al formulario único que se establezca. Para fines judiciales, este certificado médico se lo tendrá como un
indicio respecto a los delitos establecidos en la presente Ley, una vez homologado, adquirirá valor probatorio. El certificado deberá
ser homologado por un experto o una experta forense, quien deberá entrevistar en primera instancia a la o el profesional que
extendió el certificado, y solamente en caso de que exista necesidad fundada e ineludible, podrá practicar otro examen médico a
la mujer”.
30 Dicha disposición señala: “Se deroga el Artículo 65 de la Ley N° 348 de 9 de marzo de 2013, “Ley Integral para Garantizar a las

Mujeres una Vida Libre de Violencia”.


31 Artículo 95°.- (Prueba documental) Además de otras establecidas por Ley se admitirá como prueba documental, cualquiera de

las siguientes: 1. Certificado médico expedido por cualquier institución de salud pública o privada, homologado por médico forense.
2. Informe psicológico y/o de trabajo social, expedido por profesionales que trabajen en instituciones públicas o privadas
especializadas en la temática y reconocidas legalmente. 3. Documentos de propiedad de bienes muebles o inmuebles en originales
o fotocopias. 4. Minutas o documentos privados. 5. Cartas, mensajes de texto, correos electrónicos u otros obtenidos lícitamente.
6. Cualquier otro documento que conduzca al conocimiento de la verdad.

118
Bajo similar criterio, cabe señalar que la Ley 1226 de 23 de septiembre de 2019, que
modificó la Ley 1173 introdujo cambios más progresivos y favorables para las víctimas
de violencia sexual, introduciendo el art. 393 noveter del CPP en los siguientes términos:

Art. 393 noveter (CERTIFICADOS MÉDICOS Y RECOLECCIÓN DE


EVIDENCIA
I Los certificados médicos que acrediten el estado físico de la
víctima niña, niño, adolescente o mujer, que hubiere sufrido una
agresión física o sexual, deberán extenderse de forma inmediata y
obligatoria por cualquier profesional de la salud perteneciente a
institución pública que hubiera efectuado el primer
reconocimiento de la víctima, de acuerdo al protocolo único de
salud integrado al formulario único y sin mayor formalidad se
constituirán en indicio (…) (resaltado ilustrativo)
II En caso de violencia sexual, el personal médico del sistema de
salud público y seguro social a corto plazo, podrá recolectar
evidencias, sin necesidad de requerimiento fiscal, las cuales serán
entregadas inmediatamente a la autoridad competente en el
marco del protocolo de cadena de custodia, para luego ser
entregados al IDIF o en su caso al IITCUP.
III En caso de violencia sexual, especialmente tratándose de la
circunstancia contemplada en el inciso k) del artículo 310 del Código
Penal, el personal de salud aplicará normas y protocolos vigentes de
atención integral a víctimas de violencia sexual, del Minsiterio de
Salud.

Entonces, actualmente, no existe el deber de homologar los certificados médicos


emitidos por las instituciones públicas de salud para que tengan valor probatorio, como
antes lo exigía el art. 65 de la Ley 348, ahora derogado y, en ese marco, si bien el art.
393 noveter antes referido, señala que los certificados se constituyen en un “indicio”;
empero, a partir del estándar más alto de protección a nivel normativo, en el marco del
principio de libertad probatoria, favorabilidad y progresividad, es evidente que
corresponde dar aplicación a la derogatoria expresa antes referida y, en ese sentido, los
certificados médicos emitidos por instituciones públicas de salud, sí tienen valor
probatorio, sin necesidad de homologación.

Respecto a los certificados médicos emitidos por instituciones privadas de salud,


deberá considerarse el estándar jurisprudencial más alto contenido en la SCP

119
0122/2015-S3 de 10 de febrero, en la que se estableció que no corresponde negar
arbitrariamente la valoración del certificado médico particular por no haber sido
avalado por un médico forense, por cuanto la autoridad jurisdiccional, en el marco de la
libertad probatoria, deberá valorar ya sea el certificado médico particular o el certificado
del médico forense, o ambos, pero en ningún caso podrá arbitrariamente negar la
valoración del médico particular únicamente por el hecho de no estar avalado por un
médico forense; pues ello implicaría admitir la existencia de una prueba tasada que
contradice el principio de libertad probatoria como uno de los pilares en que se asienta
el modelo procesal acusatorio vigente en nuestro ordenamiento:

SCP 0122/2015-S3
“En el marco de lo señalado, esta Sala considera que respecto a la
acreditación de un impedimento físico como justificación de
inasistencia a determinado acto procesal, para considerarse legítimo
no es preciso que necesariamente sea avalado o certificado por el
médico forense; pues ello, implica admitir la existencia de una prueba
tasada que contradice el principio de libertad probatoria como uno
de los pilares en que se asienta el modelo procesal acusatorio vigente
en nuestro ordenamiento jurídico, y en consecuencia, no permite que
la autoridad jurisdiccional en apego a su sano criterio y experiencia,
asuma convicción de dicho impedimento, ya sea alejándose del
criterio médico forense y admitiendo la opinión de un médico
particular o viceversa, o en base a la ponderación de ambos se
pronuncie admitiendo o rechazando la legitimidad del impedimento
alegado. En todo caso -como se dijo-, ello dependerá del sano criterio
de la autoridad jurisdiccional que en virtud del principio de libertad
probatoria determina en cada caso, si el aval del médico forense
resulta necesario o no para asumir convicción, o de ser presentados
los criterios de un médico particular y uno forense, en base a su
prudente arbitrio se incline de forma motivada y fundamentada por
dar credibilidad a cualquiera de ellos o finalmente a ambos, pero de
ninguna manera puede negar la valoración del certificado médico
particular solo porque este no está avalado por el médico forense. Por
ello, es conveniente reconducir el criterio expuesto, en aras de
garantizar la naturaleza y esencia del modelo procesal penal vigente,
estableciendo que la autoridad jurisdiccional puede apegarse si así lo
considera su prudente arbitrio, justificando dicha decisión
debidamente, ya sea al certificado médico particular o al avalado por
el médico forense, o ambos, pero en ningún caso podrá
arbitrariamente negar la valoración del primero solo por el hecho de
no estar avalado por un médico forense. No obstante lo anterior, se
aclara que ello no implica una negación de la facultad que tiene la

120
autoridad jurisdiccional, cuando así lo considere necesario, para
requerir de oficio un pronunciamiento del médico forense acreditado
por el Ministerio Público, para la comprobación de hechos mediante
orden judicial, conforme lo prescribe el art. 75 del CPP, concordante
con los arts. 83.1 y 85.1 de la Ley Orgánica del Ministerio Público
(LOMP).” FJ.III.1.

Se aclara que si bien dicho entendimiento fue pronunciado dentro de una acción de
libertad, en la que el accionante denunció la vulneración de sus derechos fundamentales
a la salud, a la integridad física, al debido proceso y a su libertad, por cuanto la jueza
demandada ordenó se libre mandamiento de aprehensión por supuesta inasistencia
injustificada a la audiencia conclusiva, sin valorar los certificados médicos; sin embargo,
el precedente, referido a que no es posible invalidar un certificado particular por no
haber sido avalado por un médico forense, resulta aplicable a los casos de violencia en
razón de género.

Estos criterios deben ser utilizados en el caso hipotético formulado en la primera


unidad didáctica de este texto.

3.3. El valor de la declaración de la víctima y la presunción de


veracidad

A partir de los delitos de violencia sexual, la Corte IDH, señaló que la declaración
de la víctima constituye una prueba fundamental sobre el hecho, este estándar, que
forma parte del bloque de constitucionalidad y es de aplicación directa y referente, ha
sido fundamentado en los siguientes términos:

…a la Corte le resulta evidente que la violación sexual es un tipo


particular de agresión que, en general, se caracteriza por producirse
en ausencia de otras personas más allá de la víctima y el agresor o los
agresores. Dada la naturaleza de esta forma de violencia, no se puede
esperar la existencia de pruebas gráficas o documentales y, por ello,
la declaración de la víctima constituye una prueba fundamental
sobre el hecho (Caso Fernández Ortega vs. México, párr. 100).

121
A partir de este estándar, en otros casos como Favela nova Brasilia vs. Brasil, la
Corte IDH, señaló que, al analizar las declaraciones, se debe tomar en cuenta que
corresponde a un tipo de delito que no suele ser denunciado por la víctima, por el
estigma que dicha denuncia conlleva usualmente (Caso Favela Nova Brasilia vs. Brasil,
párr. 248).

Además, en otro estándar jurisprudencial muy importante en cuanto al valor de


la declaración de la víctima, la Corte IDH, señaló lo siguiente:

…en casos donde se alegue agresiones sexuales, la falta de evidencia


médica no disminuye la veracidad de la declaración de la presunta víctima.
En tales casos, no necesariamente se verá reflejada la ocurrencia de
violencia o violación sexual en un examen médico, ya que no todos los
casos de violencia y/o violación sexual ocasionan lesiones físicas o
enfermedades verificables a través de dichos exámenes (Espinoza
Gonzáles vs. Perú, párr. 153).

La Corte IDH, ha señalado también:

La Corte, igualmente, ha tenido en cuenta que las declaraciones brindadas


por las víctimas de violencia sexual se refieren a un momento traumático
de ellas, cuyo impacto puede derivar en determinadas imprecisiones al
recordarlos. Por ello, la Corte ha advertido que las imprecisiones en
declaración relacionadas a violencia sexual o la mención de algunos de los
hechos alegados solamente en algunas de éstas no significa que sean
falsas o que los hechos relatados carezcan de veracidad. (Espinoza
Gonzáles vs. Perú, párr. 150).

Siguiendo este estándar, la Corte IDH, en el caso Rosendo Cantú y otra vs.
México, además aplicó un enfoque interseccional de valoración de la prueba y señaló
que se deben considerar las circunstancias propias del caso y de la víctima y a partir de

122
estos criterios consideró el carácter indígena de la víctima, el miedo a denunciar los
hechos por las repercusiones en la comunidad, entre otros aspectos (Caso Rosendo
Cantú y otra vs. México, párrs. 89-95).

Estos estándares de la Corte IDH fueron asumidos por el Tribunal Constitucional


Plurinacional en la SCP 0353/2018-S2, en la cual, para delitos de violencia en razón de
género y en particular para los de violencia sexual, brindó al art. 233.I del CPP un sentido
conforme al deber de la debida diligencia al establecer que la valoración integral de esta
prueba debe ser la declaración de la víctima de violencia sexual como un elemento
indiciario para acreditar la existencia de “…indicios suficientes que permitan suponer
razonablemente que la persona sometida a proceso haya participado en el ilícito que se
investiga”.

SCP 0353/2018-S2
(…)
La consideración del primer requisito debe responder a la existencia de
evidencia física y material, que genere un mínimo de credibilidad que
permita al juez, inferir razonablemente que el imputado puede ser autor o
partícipe de la conducta delictiva que se investiga, lo cual impide que la
autoridad judicial funde su determinación en presunciones. Sin embargo,
con relación a la concurrencia de este primer elemento, referido a la
probabilidad de autoría o participación en un hecho punible, en delitos
contra la libertad sexual, debe tomarse en cuenta, que el proceso
argumentativo adquiere otra connotación; puesto que, debe ajustarse a
los estándares de protección normativa y jurisprudencial internacional y
nacional generada con relación al derecho de las mujeres a vivir una vida
libre de violencia, específicamente de la violencia sexual, que exige en
delitos como los de abuso sexual, aplicar una perspectiva de género, en
sujeción a los valores, principios y derechos consagrados en la Constitución
Política del Estado, (…) debiendo tomarse en consideración, que la
argumentación fáctica en estos supuestos, sea en la determinación de los
hechos como en la valoración de la prueba, resulta más compleja, pues,
es donde se manifiesta en mayor medida el sesgo de género;
consecuentemente, el juez está obligado a tener una perspectiva de
género, considerando la discriminación y violencia estructural hacia las
mujeres, pero también, efectuando un análiis de la situación concreta de
la víctima.

(…)

123
La perspectiva de género tiene su fundamento en los derechos humanos;
por cuanto, permite materializar el derecho a la igualdad consagrado en
la Constitución Política del Estado y en los tratados internacionales en
materia de Derechos Humanos. Cabe señalar que la Ley Integral Para
Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia -Ley 348 de 9 de
marzo de 2013-, contiene normas específicas para el desarrollo del
proceso de violencia, desde la denuncia, pasando por la investigación, la
persecución penal y el juicio propiamente dicho; siendo pertinente, hacer
referencia a su art. 45, que establece una serie de garantías a las mujeres
en situación de violencia, para asegurar el ejercicio de todos sus derechos
y su efectiva protección, entre ellas, la adopción de decisiones judiciales
sin sesgos de género o criterios subjetivos que afecten o entorpezcan la
valoración de pruebas y la consiguiente sanción al agresor.

(…)

Dada la naturaleza de esta forma de violencia, no se puede esperar que


dentro de un proceso penal de este tipo, se presenten pruebas gráficas o
documentales, y por ello, la declaración de la víctima se constituye en una
prueba fundamental sobre los hechos;

(…)

En el mismo sentido, en casos donde se alegue agresiones sexuales, la


falta de evidencia médica no disminuye la veracidad de la declaración de
la presunta víctima. En tales casos, no necesariamente se verá reflejada la
ocurrencia de violencia o violación sexual en un examen médico, ya que
no todos los casos de violencia y/o violación sexual ocasionan lesiones
físicas o enfermedades verificables a través de dichos exámenes.

Asimismo, la Corte IDH, estableció que las posibles inconsistencias


internas en la declaración de la víctima de violencia sexual -más aún, si es
una niña, niño o adolescente- producidas por la expresión, uso del
lenguaje, traducción, intervención de terceros, no resultan sustanciales,
por cuanto, no es infrecuente que respecto de hechos de esta naturaleza
puedan existir algunas imprecisiones.

Así, los desacuerdos intrasujeto; es decir, las contradicciones de la


persona víctima de violencia sexual, no pueden reducirse a la conclusión
que la víctima hubiere mentido, sino, que deben ser valoradas conforme
a la naturaleza del hecho. En ese sentido, en la valoración de la prueba de
los hechos, en asuntos de violencia sexual, las declaraciones de la víctima,
se constituyen en una prueba fundamental; y en el caso de las medidas
cautelares, en una prueba indiciaria esencial para la acreditación del art.
233.1 del CPP; por cuanto, prueban la existencia de elementos de
convicción suficientes para sostener que el imputado es, con probabilidad,
autor o partícipe de un hecho punible o en palabras de la Corte IDH, la

124
existencia de: “…indicios suficientes que permitan suponer
razonablemente que la persona sometida a proceso haya participado en
el ilícito que se investiga”.

La consideración del requisito contenido en el art. 233.1 del CPP, es la


primera actividad que debe desarrollar el juez en la audiencia de
consideración de medidas cautelares para la aplicación de la detención
preventiva, escuchando al efecto, el argumento del fiscal y someterlo al
contradictorio para determinar, si en el caso concreto, concurre este
primer requisito, pues solo cuando esto sucede, se puede pasar al análisis
del segundo. De igual modo, la previsión del numeral 1 del art. 233 del
CPP, debe ser interpretada y comprendida conforme a la Constitución
Política del Estado, en concreto, de acuerdo a la garantía de la presunción
de inocencia; habida cuenta que, la imputación formal no constituye base
para determinar la culpabilidad o la inocencia del sujeto; por lo tanto, a
más que la aplicación de medidas cautelares de carácter personal, surja
de la acreditación de una presunta participación o autoría, dicho concepto
-probable autoría o participación-, debe emerger de una valoración
armónica e integral de los elementos de juicio que sean objetivos y
concretos; siendo uno de ellos, la declaración de la víctima en delitos de
violencia sexual, en el marco de los estándares establecidos por la Corte
IDH.(FJ III.3).

El Tribunal Supremo de Justicia, ha asumido los estándares citados en violencia


sexual contra NNA ha establecido que la declaración de la víctima se constituye en
prueba fundamental sobre el hecho.

AS 0892/2019
La declaración de la víctima se constituye una prueba fundamental sobre
el hecho; por lo que al analizar dichas declaraciones se debe tomar en
cuenta que las agresiones sexuales corresponden a un tipo de delito que
la víctima no suele denunciar, las declaraciones brindadas por las
víctimas de violencia sexual se refieren a un momento traumático de
ellas, cuyo impacto puede derivar en determinadas imprecisiones al
recordarlos.

De manera específica en cuanto a la declaración de NNA víctimas de violencia en


razón de género señaló:

125
AS 0569/2019-RRC
Tratándose de niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual,
que por su edad se encuentran en desventaja y desprotección, y
considerando que el hecho se produce en ambientes de privacidad,
donde no existen testigos más que la propia víctima, prevalecen
derechos fundamentales de los menores en virtud al principio de verdad
material y el valor justicia, debiendo ponderarse la declaración de la
víctima por tuición del art. 60 de la CPE, por el interés superior del niño,
niña y adolescente.

Además, en cuanto a la declaración de víctimas NNA, en el Auto Supremo


127/2020-RRC, ha señalado lo siguiente:

AS 127/2020-RRC
La declaración de la víctima que conste documentalmente, puede ser
valorada por el Tribunal en juicio, porque su comparecencia será exigible,
siempre que sea posible; lo que no aconteció en el caso analizado, porque
el Ministerio Público renunció a la testifical en juicio de la víctima, por lo
que fue razonable valorar dicho elemento probatorio de forma
documental.

Asimismo, es importante resaltar que la Corte IDH, desarrolló el principio de


presunción de veracidad para delitos de violencia sexual, principio que puede ser
desvirtuado a través de prueba en contrario.

En el presente caso, la Corte ya estableció que la señora J. fue


“manoseada” sexualmente al momento de su detención por un agente
estatal de sexo masculino teniendo en cuenta: (1) las declaraciones de la
señora J. rendidas ante las autoridades internas; (2) la similitud de lo
descrito por la señora J. y el contexto de violencia sexual verificado por la
CVR en la época de los hechos; (3) las dificultades probatorias propias de
este tipo de hechos; (4) la presunción de veracidad que debe otorgarse a
este tipo de denuncias, la cual puede ser desvirtuada a través de una serie
de diligencias, investigaciones y garantías…(J. Vs. Perú, párr. 360).

En el caso del Estado Plurinacional de Bolivia, en una interpretación de la


normativa procesal penal coherente con el bloque de constitucionalidad, la declaración
de la víctima debe ser valorada desde un enfoque interseccional considerando las

126
circunstancias de la víctima y de los delitos de violencia en razón de género, en ese
contexto, con la denuncia el Ministerio Público tiene el deber de iniciar de oficio la
denuncia y realizar toda la recolección probatoria, en este contexto, en toda la
investigación, es decir en la etapa preparatoria, se presume la veracidad de la
declaración de la víctima, a partir de esta presunción, se le debe otorgar las medidas de
protección urgentes en el primer contacto, se debe interpretar el art. 233.1 con enfoque
de género y se debe asegurar la protección reforzada a las víctimas en el marco del deber
de la debida diligencia.

Todos los estándares descritos, especialmente los referidos a NNA víctimas de


violencia en razón de género, deben ser aplicados en el caso hipotético formulado en la
primera unidad.

2.1 Acceso a la información a las víctimas

De acuerdo al art. 43 de la Ley 348, las instancias de recepción, investigación y


tramitación de denuncias deben brindar a las mujeres un apoyo y trato digno y
respetuoso, tomando en cuenta su situación de violencia, facilitando al máximo las
gestiones que deben realizar. En este contexto, tienen el deber reforzado de asesorarlas
y de brindar una información clara y completa sobre servicios gubernamentales y no
gubernamentales disponibles para su atención y tratamiento. Por su parte, el art. 45 de
la citada ley, establece el derecho de las víctimas al acceso a servicios de protección
inmediata, oportuna y especializada, desde el momento en el hecho constitutivo de
violencia se ponga en conocimiento de las autoridades ordinarias o indígena originario
campesinas y afrobolivianas32.

32 Para mayor información sobre este deber, ver en el Módulo 3 del Paquete de servicios esenciales para mujeres y
niñas que sufren violencia, que respecto a las directrices relativas a los servicios esenciales en el ámbito judicial y
policial, establece que es esencial que durante el contacto inicial las víctimas tengan una experiencia positiva y que
los servicios deben estar disponibles y accesibles para todas las mujeres, siendo lo más importante que en el contacto
inicial se demuestre que el sistema judicial y el personal encargado de proveer los servicios de justicia tienen el
compromiso “de proteger a la mujer y su seguridad, tomarse en serio su demanda y garantizar que cuente con una
asistencia adecuada a lo largo de su itinerario dentro del sistema (ONU MUJERES, UNFPA, Organización Mundial de
la Salud, PNUD, UNODC, Australian Aid, Cooperación Española, EMAKUNDE, Paquete de servicios esenciales para
mujeres y niñas que sufren violencia, Módulo 3, p. 15).

127
Asimismo, deben brindarles un trato prioritario, digno y preferencial, con respeto,
calidad y calidez.

3.4. Prohibición de revictimización

El deber de la debida diligencia, conlleva para el Estado Plurinacional de Bolivia la


prohibición de revictimización, tal como lo señaló la Corte IDH, al señalar que “La debida
diligencia en el procesamiento de la denuncia e investigación de la violación sexual debe
evitar la revictimización de la víctima” (Caso Espinoza Gonzáles vs. Perú, párr. 258).

En coherencia con los estándares tanto interamericanos como del sistema universal
destinados a evitar la revictimización, el artículo 61.3 de la Ley 348 establece que, en
caso de requerirse peritajes técnicos, éstos no deberán ser exigidos a la mujer. Por su
parte, el artículo 58 de la Ley 348, establece que debe evitarse el contacto, careo o
cualquier tipo de proximidad de la mujer con su agresor.

Asimismo, de acuerdo al artículo 393 octer del CPP, modificado por el art. 13 de la
Ley 1173, para evitar la revictimización los testimonios o declaraciones de la víctima
deben ser realizados por una sola vez.

Art. 393 octer (PROHIBICIÓN DE REVICTIMIZACIÓN)


I. La jueza, el juez o fiscal dispondrá que los testimonios o declaraciones
que deba prestar la víctima, sean realizados por una sola vez y con carácter
privado, con el auxilio de familiares o peritos especializados, utilizando
medios especiales y tecnológicos apropiados para garantizar que la
declaración sea válida en todas las etapas del proceso, en el marco del
respeto a las condiciones inherentes al declarante o evitar su revictimización.

II. Cuando deban realizarse diferentes pruebas periciales a la víctima, se


concentrará la actividad de los peritos ordenando que actúen conjunta e
interdisciplinariamente observando con rigor las reglas especiales de
protección, preservando la salud y la intimidad de la víctima y evitar su
revictimización. Al acto podrá asistir una persona de confianza de la persona
examinada.

128
El anticipo de prueba, es una medida procesal destinada a evitar la revictimización,
en ese sentido es importante considerar las siguientes previsiones:

El art. 93 de la Ley 348


Para la presentación de la prueba, la mujer en situación de violencia podrá
decidir si se acoge al procedimiento regular o a los medios optativos
siguientes:
1. Prestar declaración o presentar pruebas por medios alternativos, sin que
comparezca ante el juzgado.
2. Aportar pruebas en instancias judiciales sin verse obligada a encontrarse
con el agresor.

En el marco de lo anotado y la protección reforzada que tiene la víctima, el Protocolo


del Ministerio Públicos señala que las y los fiscales especializados deberán solicitar que
su declaración sea recibida en anticipo de prueba y a través de la cámara Gesell. En
armonía con lo anotado, el art. 393.I del CPP, incorporado por la Ley 1173, establece:

Art. 393 Octer (Modificación realizada por la Ley 1173)


I. La jueza, el juez o fiscal dispondrá que los testimonios o declaraciones
que deba prestar la víctima, sean realizados por una sola vez y con carácter
privado, con el auxilio de familiares o peritos especializados, utilizando
medios especiales y tecnológicos apropiados para garantizar que la
declaración sea válida en todas las etapas del proceso, en el marco del
respeto a las condiciones inherentes al declarante o evitar su revictimización
(resaltado ilustrativo).

Dicha norma de manera clara establece que los testimonios o declaraciones de la


víctima, deben ser realizados por una sola vez, previsión normativa que es armoniosa
con los estándares internacionales en el marco de la prohibición de revictimización; para
el efecto, podrán utilizar mecanismos como la cámara Gesell; que es una buena práctica
que ha sido destacada por la Corte IDH, estableciendo que son herramientas
tecnológicas que tienen la finalidad de evitar la revictimización y además aseguran el
derecho de defensa del imputado33.

33 CORTE IDH, Caso V.R.P., V.C.P y otros Vs. Nicaragua, párr. 168.

129
En el caso de niñas, niños y adolescentes, el deber de la declaración de la víctima por
una sola vez para evitar la revictimización, tiene carácter reforzado. En ese sentido, la
Corte IDH en el caso V.R.P, V.C.P. y otros vs. Nicaragua, señala que debe procurarse que
las niñas, niños y adolescentes no sean interrogados en más ocasiones que las
estrictamente necesarias, atendiendo a su interés superior, para evitar la
revictimización.

Como concluyó el Protocolo del Ministerio Público, con la finalidad de cumplir con
los estándares internacionales destinados a evitar la revictimización y con el mandato
del art. 393 Octer, la declaración de toda víctima debe ser realizada por una sola vez a
través de la Cámara Gesell.

Los actos que serán descritos a continuación implican revictimización y por tanto
son contrarios al deber de la debida diligencia:

Actos que implican revictimización


ü La realización de más de una entrevista a la víctima.
ü Dilaciones indebidas
ü Omisión de priorización de atención
ü Burocracia y formalismos innecesarios
ü Realizar más de una declaración
ü Tomar fotografías innecesarias o impertinentes a la víctima
ü Brindar un trato contrario a su dignidad
ü Descalificar o restar crédito a la víctima
ü Minimizar los hechos
ü Cuestionar el relato de la víctima
ü Realizar comentarios prejuiciosos o estereotipados
ü Omitir la prestación de atención y escucha continua
ü Cuestionar o exponer su vida íntima o sexual
ü Omitir brindar información integral
ü Omitir asumir medidas que eviten el encuentro de la presunta
víctima con el agresor
ü Exigir a la víctima la carga de la prueba
ü Vulnerar la confidencialidad
ü Exponer a la víctima a un ambiente que no cuente con privacidad
ü Omitir un trato amable y respetuoso que genere un ambiente de
confianza para la víctima

130
El Tribunal Supremo de Justicia ha desarrollado estándares jurisprudenciales más
altos en cuanto a la prohibición de revictimización para NNA, en los siguientes términos:

AS 0266/2015-RRC
Es posible la incorporación de la declaración escrita de las niñas y
adolescentes víctimas dentro de procesos por violencia sexual, con la
finalidad de evitar la revictimización.

AS 0099/2013-RRC
Los tribunales que sustancia juicios en los que intervienen niños, niñas o
adolescentes, tienen el deber de observar y cumplir con la normativa
internacional en materia de derechos humanos sobre la protección a los
menores y, por ende, al ser su declaración un elemento probatorio vital y
trascedente, con la finalidad de no revictimizarla, debe ser realizada en
privado, con el apoyo de peritos especializados.

Todos los aspectos abordados deberán ser aplicados en la investigación del caso
hipotético de la pequeña B.R.L., formulado en la primera unidad didáctica.

4. Tercer componente: La sanción con perspectiva de género. Análisis de las


salidas alternativas

Como ya se señaló, uno de los componentes esenciales de la debida diligencia es el


de la sanción cuando corresponda y en el marco del deber de investigación y recolección
probatoria que tiene el Ministerio Público.

1.1. Especial referencia a las sanciones alternativas

En el marco del deber de la debida diligencia, es importante analizar de manera


específica las sanciones alternas disciplinadas de manera específica en el art. 76 de la
Ley 348, en los siguientes términos:

Artículo 75 (Aplicación de sanciones alternativas)


I. En delitos de violencia hacia las mujeres, siempre que el autor no
sea reincidente, se podrán aplicar sanciones alternativas a la privación de
libertad, cuando:

131
1. La pena impuesta no sea mayor a tres años, en cuyo caso será
remplazada por una sanción alternativa de las señaladas en la presente Ley.
2. A solicitud del condenado a pena privativa de libertad superior a tres
años que hubiera cumplido al menos la mitad de ésta, las sanciones
alternativas no podrán superar el tiempo de la pena principal impuesta.
II. La autoridad judicial aplicará una sanción alternativa junto a otras,
cuando sea necesario para proteger a la mujer, hijos e hijas o el núcleo
familiar en situación de violencia.

De acuerdo a lo señalado, deben cumplirse las siguientes condiciones:

1. Que el condenado no sea reincidente, para este


fin, desde el enfoque de género y el deber de la
debida diligencia, no es necesario la existencia de
sentencia condenatoria ejecutoriada anterior
2. Que la pena impuesta no sea mayor a tres años o
si fuera superior, que se hubiese cumplido al
menos la mitad de la pena.
3. De acuerdo al deber de protección de la víctima,
puede imponerse una o más sanciones
alternativas
4. Se pueden aplicar las medidas de inhabilitación,
medidas de seguridad y cumplimiento de
instrucciones
5. La aplicación de multas no sustituye la reparación
integral de daños

Las sanciones alternativas son las siguientes:

1) Multa
2) Detención de fin de semana
3) Trabajos comunitarios
4) Medidas de seguridad
5) Inhabilitación

132
6) Cumplimiento de
instrucciones

Estas salidas alternativas deben ser aplicadas por el enfoque restaurativo y


transformativo que las sustentan. Su finalidad no es estrictamente punitiva, sino que
tiene la finalidad de corregir situaciones estructurales de violencia y tienen un efecto
social muy importante para que el mensaje de la impunidad que ha caracterizado a los
delitos de violencia en razón de género sea erradicado de la opinión pública.

1.2. Salidas alternativas

Como se señaló, la sanción, cuando corresponda, es parte del deber de la debida


diligencia; sin embargo, es importante hacer mención a la aplicación de salidas
alternativas en violencia en razón de género, instituto procesal en relación al cual
existen dos visiones en el derecho internacional de los derechos humanos.

a) La postura del MESECVI

En el sistema interamericano de protección a derechos humanos, en el marco de la


Convención Belém do Pará, el año 2004, se creó el Mecanismo de Seguimiento de la
Convención de Belém do Pará (MESECVI), que utiliza una metodología de evaluación
multilateral sistemática y permanente en cuanto a la implementación del referido
instrumento internacional.

El MESECVI, en el segundo Informe de Seguimiento a la Implementación de las


Recomendaciones del Comité de Expertas del MESECVI, en relación a la mediación en
casos de violencia contra las mujeres -que se refieren a las salidas alternativas de
acuerdo al CPP boliviano-, recomienda a los Estados eliminar estos mecanismos, en
particular la conciliación y todas las formas de solución de asuntos de violencia de
género fuera del espacio judicial34.

34 Informe accesible en http://www.oas.org/es/mesecvi/docs/MESECVI-SegundoInformeSeguimiento-ES.pdf

133
b) La postura del Comité de la CEDAW

El Comité de la CEDAW, a través de la Recomendación General 35, sustenta una


aplicación excepcional y restringida a estas salidas alternativas en base a dos criterios
específicos:

1) Que se garantice que la víctima no fue


presionada para dar su consentimiento con
relación a la aplicación de la salida
alternativa.
2) Que no existan indicadores de nuevos
riesgos para las víctimas, supervivientes o
sus familiares..

La Ley 348 asume la postura de la aplicación restrictiva de las salidas alternativas,


tal como se analizará en los siguientes acápites.

1.2.1. La conciliación

De acuerdo al Art. 48, la conciliación esta prohibida en cualquier hecho de violencia


contra las mujeres que comprometa su vida e integridad sexual. En los demás casos es
posible la conciliación excepcional, siempre que se cumplan los siguientes requisitos: 1)
que sea promovida por la víctima; 2) por única vez; y 3) que no exista reincidencia.

De acuerdo a la fundamentación realizada en la primera unidad, es esencial que se


brinde al Art. 48 de la Ley 348, un sentido conforme a la Constitución y el Bloque de
Constitucionalidad, en ese sentido, en ejercicio del control de convencionalidad en
cuanto a la Recomendación General 35 de la CEDAW, antes de dar curso a la conciliación
deben cumplirse los siguientes presupuestos:

1. Que previa evaluación del equipo especializado, se


garantice el consentimiento libre e informado de las
víctimas y supervivientes

134
2.No existan indicadores de nuevos riesgos para las
víctimas y supervivientes o sus familiares

En ese sentido, cabe mencionar al Protocolo del Ministerio Público que establece los
siguientes requisitos para aplicar la conciliación:

La conciliación puede ser solicitada de manera escrita u


oral. Si fuera realizada de forma verbal, se levantará
acta en la cual constará la voluntad de la víctima y que
deberá ser suscrita por ella. Será deber de la o el fiscal
informar a la víctima sobre los efectos de la suscripción
del acta.

En aplicación directa de los estándares internacionales


antes descritos, la o el fiscal especializado, deberá
solicitar al SLIM, SIJPLU o SEPDAVI, la emisión de un
informe psico-social.
En resguardo de la protección reforzada a las víctimas
de violencia en razón a género, la o el fiscal
especializado deberá analizar el informe
proporcionado. En caso de sugerirse terapia para el
agresor, no podrá dar curso a la conciliación; asimismo,
en caso de identificarse elementos que impliquen
indicios de violencia persistente en el marco de un ciclo
de violencia, la o el fiscal especializado, tampoco podrá
dar curso a la solicitud de conciliación.

Es importante señalar que en caso de cumplirse con estos requisitos y asumir esta
salida alternativa, que tal como se señaló debe ser excepcional, será esencial que se
establezcan medidas de seguridad para evitar así riesgos a la integridad física o
emocional de la víctima, por tanto, en cualquier momento, de oficio o a solicitud de la
víctima estas medidas de seguridad deben ser establecidas luego de la suscripción de
conciliaciones. Además, para la aplicación de estas medidas, no debe exigirse la carga
de la prueba a la víctima, sino más bien, debe operar el principio de presunción de
veracidad frente a la denuncia de riesgo a su vida o integridad que realiza la víctima o
sus familiares.

135
Medidas de seguridad

En el marco de un catálogo abierto, se pueden establecer las siguientes


medidas de seguridad:

ü Prohibir al agresor acercarse, concurrir o ingresar al domicilio, lugar


de trabajo o de estudios, domicilio de las y los ascendientes o
descendientes, o a cualquier otro espacio que frecuente la mujer
que se encuentra en situación de violencia.
ü Prohibir al agresor comunicarse, intimidar o molestar por cualquier
medio o a través de terceras personas, a la mujer que se encuentra
en situación de violencia, así como a cualquier integrante de su
familia.
ü Prohibir acciones de intimidación, amenazas o coacción a los
testigos de los hechos de violencia.
ü Prohibir el tránsito por los lugares de recorrido frecuente de la
víctima.

1.2.2. La suspensión condicional del proceso

La suspensión condicional del proceso se encuentra prevista en el art. 23 del CPP,


modificado por el art. 2 de la Ley 1173, conforme al siguiente texto:

“Artículo 23. (SUSPENSIÓN CONDICIONAL DEL PROCESO). Cuando


sea previsible la suspensión condicional de la pena o se trate de
delitos que tengan pena privativa de libertad cuyo máximo legal sea
igual o inferior a seis (6) años, las partes podrán solicitar la
suspensión condicional del proceso.
Esta suspensión procederá si el imputado presta su conformidad y,
en su caso, cuando haya reparado el daño ocasionado, firmado un
acuerdo con la víctima en ese sentido o afianzado suficientemente
esa reparación.
La solicitud se podrá presentar hasta antes de finalizada la etapa
preparatoria. Excepcionalmente, podrá ser planteada durante el
juicio, siempre y cuando se haya reparado integralmente el daño
causado a la víctima y no exista de parte de ésta ningún reclamo
pendiente.

136
La suspensión condicional del proceso, no será procedente cuando
se trate de delitos contra la libertad sexual cuyas víctimas sean
niñas, niños o adolescentes.
Previo a su otorgamiento, la jueza o el juez verificará que el
imputado haya cumplido satisfactoriamente las medidas de
protección impuestas durante el proceso en favor de la víctima”.

Conforme a dicha norma, la suspensión condicional del proceso es


improcedente en los delitos contra la libertad sexual cuyas víctimas sean NNA; por lo
que en otros delitos de violencia en razón de género, la norma deja abierta la aplicación
de la suspensión condicional del proceso.

Sin embargo, al igual que en la conciliación, desde el bloque de


constitucionalidad y la perspectiva de género, se debe otorgar a la suspensión
condicional del proceso una interpretación restrictiva en los casos de delitos de violencia
en razón de género y, en ese sentido su procedencia estará condicionada al
cumplimiento de las exigencias contenidas en la ley 348, que fueron referidas en el
anterior punto, al hacer referencia a la conciliación. Es decir,

1. Que se garantice el consentimiento libre e informado de


las víctimas y supervivientes, y
2. Que no existan indicadores de nuevos riesgos para las
víctimas y supervivientes o sus familiares

Esta interpretación sigue el criterio asumido por el Comité de la CEDAW, aunque


resulta incompatible a los estándares emitidos por el MESECVI, que tal como se señaló
establecen la imposibilidad de cualquier salida alternativa, como ser la suspensión
condicional del proceso en delitos de violencia en razón de género.

La SCP 721/2018-S2 de 31 de octubre, analizó si resultaba aplicable la suspensión


condicional de la pena en los casos de violencia en razón de género, y concluyó que
existe el deber de evitar la impunidad en dichos casos de violencia, de ahí que surge el
deber de sancionarla; pues sólo de ese modo se desalientan las futuras violaciones a los
derechos de las mujeres. La Sentencia, concluye que:

137
“…la obligación de sancionar a los culpables debe ser
cumplida indefectiblemente, no existiendo posibilidad
de perdonar el cumplimiento de la pena o suspender de
modo condicional su cumplimiento; pues lo contrario,
implicaría incumplir con las obligaciones internacionales
del Estado”.

Dicho entendimiento, si bien fue pronunciado respecto a la suspensión


condicional de la pena; sin embargo, también es aplicable a la suspensión condicional
del proceso, por cuanto, por una parte, la suspensión condicional del proceso se
fundamenta en la posibilidad de aplicar –en el futuro- de la suspensión condicional de
la pena y, por otra, la aplicación de esta salida alternativa no permite que se dilucide en
juicio la existencia o no de violencia en razón de género35 y, por ende, tampoco permite
la sanción del agresor. En este marco, desde una perspectiva de género, en delitos de
violencia en razón de género no debe aplicarse ni la suspensión condicional del proceso,
tampoco la suspensión condicional de la pena, de manera tal, que, si corresponde, se
apliquen las sanciones alternas que son coherentes con el deber de la debida dilgiencia.

1.2.3. La suspensión condicional de la pena y el perdón judicial

La suspensión condicional de la pena está prevista en el art. 366 del CPP, disposición
en virtu de la cual, la jueza, juez o tribunal, previo los informes necesarios y tomando en
cuenta los móviles o causas que hayan inducido al delito, la naturaleza y modalidad del
hecho, podrá suspender de modo condicional el cumplimiento de la pena cuando
concurran los siguientes requisitos:

35 En el marco de la jurisprudencia comparada, cabe mencionar a un fallo de Argentina, cuyo máximo Tribunal de Justicia, que en
la causa Gongora, Gabriel Arnaldo, N° 14.092 G.61.XLVIII, por Resolución de 23 de abril de 2013, señaló que “la concesión de la
suspensión del proceso a prueba al imputado frustraría la posibilidad de dilucidar en aquel estadio procesal la existencia de hechos
que prima facie han sido calificados como de violencia contra la mujer, junto con la determinación de la responsabilidad de quien
ha sido imputado de cometerlos y de la sanción que, en su caso, podría corresponderle. En segundo término, no debe tampoco
obviarse que el desarrollo del debate es de
trascendencia capital a efectos de posibilitar que la víctima asuma la facultad de comparecer para efectivizar el “acceso efectivo”
al proceso (cfr. también el inciso “f” del artículo 7 de la Convención) de la manera más amplia posible, en pos de hacer valer su
pretensión sancionatoria. Cuestión esta última que no integra, en ninguna forma, el marco legal sustantivo y procesal que regula
la suspensión del proceso a prueba. De lo hasta aquí expuesto resulta que prescindir en el sub lite de la sustanciación del debate
implicaría contrariar una de las obligaciones que asumió el Estado al aprobar la “Convención de Belem do Para” para cumplir con
los deberes de prevenir, investigar y sancionar sucesos como los aquí considerados”.

138
1) Que la persona haya sido condenada a pena privativa de
libertad que no exceda de tres años de duración
2) Que el condenado no haya sido objeto de condena
anterior por delito doloso, en los últimos cinco años

De acuerdo a lo señalado, ambas normas contemplan supuestos de hecho


similares a los previstos en el art. 74 de la Ley 348 con relación a la aplicación de
sanciones alternativas. Efectivamente, dicha norma establece dos condiciones para la
aplicación de las sanciones alternativa: que el condenado no sea reincidente y que la
pena impuesta no sea mayor a tres años, como se ha estudiado.

De lo anotado se desprende que existen dos supuestos de hecho similares que,


sin embargo, tienen consecuencias jurídicas diferentes. Así, mientras el Código de
procedimiento penal prevé que se aplica el perdón judicial o la suspensión condicional
de la pena, la Ley 348 hace referencia a la aplicación de sanciones alternativas.

Esta colisión formativa, fue resuelta por el Tribunal Constitucional Plurinacional


en la SCP 721/2018-S2, aplicando el principio de especialidad y de protección reforzada
a las víctimas de violencia en razón de género y dispuso que el Tribunal Constitucional
Plurinacional concedió la tutela solicitada por la demora de la autoridad judicial,
disponiendo que la autoridad judicial demandada, “resuelva la situación jurídica del
accionante, en el marco de la aplicación preferente de la Ley Integral Para Garantizar a
las Mujeres una Vida Libre de Violencia -Ley 348 de 9 de marzo de 2013-, de las
obligaciones internacionales asumidas por nuestro Estado y sobre la base de los
fundamentos jurídicos de este fallo constitucional”.

Cabe señalar que si bien el precedente del Tribunal Constitucional Plurinacional está
vinculado a la suspensión condicional de la pena; sin embargo, el mismo principio de
especialidad y la interpretación conforme al bloque de constitucionalidad, es evidente
que el mismo razonamiento tiene que ser aplicado al perdón judicial.

139
Es importante señalar también que el perdón judicial está previsto en el art. 368 del
CPP, que establece que la jueza, el juez o tribunal, al dictar sentencia condenatoria,
concederá dicho beneficio al autor o partícipe que por un primer delito haya sido
condenado a pena privativa de libertad no mayor a dos años.

1.3. Procedimiento abreviado

De acuerdo al art. 373 del CPP36, para la procedencia del procedimiento abreviado
debe existir un acuerdo entre el imputado y su defensor; acuerdo que debe estar
fundado en la admisión del hecho y su participación en él. Además, cuando existe
oposición fundada de la víctima o el procedimiento común permita un mejor
conocimiento de los hechos, el juez podrá negar la aplicación del procedimiento
abreviado.

Ahora bien, desde una perspectiva de género y en el marco del bloque de


constitucionalidad, dicha norma debe ser entendida bajo las limitaciones contenidas en
la Recomendación 35 del Comité para la Eliminación de la Discriminación hacia la mujer,
que –como se ha visto- establece dos condiciones para la aplicación de salidas
alternativas: que se garantice que el consentimiento de la víctima no se encuentra
viciado, y que no existan indicadores de nuevas agresiones a la víctima; además, en
coherencia con el deber de la debida diligencia, deberá considerarse dos aspectos
esenciales:

1. Sólo podrá ser solicitado cuando exista claridad en los


hechos, y el procedimiento abreviado no implique una
minimización de los hechos de violencia que viabilice una
sanción mínima que implique una situación de impunidad.

36 El artículo 373 tiene el siguiente texto


I. Concluida la investigación, la o el imputado la o el Fiscal podrá solicitar que se aplique el procedimiento abreviado; en
la etapa preparatoria ante la o el Juez de Instrucción conforme al Numeral 2 del Artículo 323 del presente Código; y en la etapa de
juicio hasta antes de dictarse sentencia, tanto en el procedimiento común como en el inmediato para delitos flagrantes.
II. Cuando la solicitud sea presentada por la o el Fiscal, para que sea procedente deberá contar con la aceptación de la o
el imputado y su defensor, la que deberá estar fundada en la admisión del hecho y su participación en él.
III. En caso de oposición fundada de la víctima o que el procedimiento común permita un mejor conocimiento de los hechos,
la o el Juez podrá negar la aplicación del procedimiento abreviado.
IV. La existencia de varios imputados en un mismo procedimiento, no impedirá la aplicación de estas reglas a alguno de
ellos”.

140
2.Debe ser consentido por la victima sin presión ni bajo
amenazas.

Cumplidos estos dos presupuestos, el procedimiento abreviado llega a ser


compatible con la Constitución y las normas del bloque de constitucionalidad, por lo
que el Estado Plurinacional de Bolivia cumple de buena fe sus obligaciones
internacionales de respeto y garantía a derechos.

2. Cuarto componente: La reparación integral de daños

Como ya se señaló, el deber de la diligencia no sólo obliga al Estado Plurinacional


del Bolivia a prevenir y atender integralmente a la víctima, a investigar con
perspectiva de género y a sancionar, sino que también obliga a reparar
integralmente el daño, aspecto esencial ya que la reparación de daños debe tener
una vocación transformadora, no sólo para el caso concreto, sino para evitar que la
violencia vuelva a repetirse.

La reparación integral de daños tiene funddamento en el artículo 113.1 de la


Constitución, el cual está en armonía con el principio de derecho internacional de
los derechos humanos en virtud del cual, quien vulnera un derecho, debe repararlo.

Art. 113.1 de la Constitución


I. La vulneración de los derechos concede a las víctimas el
derecho a la indemnización, reparación y resarcimiento de
daños y perjuicios en forma oportuna.
II. En caso de que el Estado sea condenado a la reparación
patrimonial de daños y perjuicios, deberá interponer la
acción de repetición contra la autoridad o servidor público
responsable de la acción u omisión que provocó el daño.

En el marco de los arts. 410, 13.1, 13.IV y 256 de la CPE, el Tribunal Constitucional
Plurinacional ejerció el control de convencionalidad y pronunció la SCP 0019/2018-S2,
que aplicó de manera directa y preferente la doctrina de reparación integral de daños,
en los siguientes términos:

141
SCP 0019/2018-S2
Interpretación del TCP.- El Tribunal efectuó una comparación
entre los estándares internos e interamericanos sobre el derecho
a la reparación, y concluyó que el estándar jurisprudencial más
alto se encuentra en la doctrina de reparación integral, en la
jurisprudencia de la Corte IDH, asumiéndose los siguientes
criterios para su determinación:

1) La restitución; esta medida resulta ser la que debería devolver


a la víctima a una situación idéntica a la que se encontraba antes
de sufrir alguna vulneración a sus derechos; 2) La indemnización;
esta medida de reparación es una de las más comunes utilizadas
por la Corte IDH, se refiere a una compensación económica tanto
por los daños materiales como por los inmateriales que haya
sufrido la víctima, como consecuencia de la vulneración de un
derecho humano; 3) La rehabilitación; en casos en los que la
Corte IDH aplica esta medida de reparación, señala que: “…es
preciso disponer una medida de reparación que brinde una
atención adecuada a los padecimientos físicos y psicológicos
sufridos por las víctimas de las violaciones establecidas en la
presente Sentencia…”; por ende, las medidas de reparación serán
destinadas a los daños inmateriales, principalmente a los morales
y físicos que vaya a sufrir la víctima como consecuencia de las
violaciones a sus derechos humanos; 4) La satisfacción; esta
medida tiende a generar en la víctima un sentimiento de
reconocimiento positivo como consecuencia de los daños que
pudiere haber sufrido por la violación de sus derechos humanos.
Al respecto, Martín Beristaín señala: “Las medidas de satisfacción
se refieren a la verificación de los hechos, conocimiento público
de la verdad y actos de desagravio; las sanciones contra
perpetradores; la conmemoración y tributo a las víctimas”. En
resumen, estas medidas corresponden principalmente a actos,
por parte del Estado responsable, de desagravio de los daños,
tanto morales como al proyecto de vida, ocasionados a
consecuencia de una violación de derechos humanos; y, 5) La
garantía de no repetición; esta medida, principalmente, está
dirigida a mitigar los daños colectivos. Así por ejemplo, con la
tipificación de algún delito, se genera en toda la sociedad, de
alguna manera, un sentimiento de confianza hacia el Estado, en
el sentido de tener cierta seguridad que no se repetirán
circunstancias que originen violaciones de derechos humanos.

Conforme a los precedentes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y


la jurisprudencia constitucional, la doctrina de reparación integral de daños que tiene

142
cinco elementos: La restitución, la indemnización, la rehabilitación, las medidas de
satisfacción y las garantías de no repetición. Esta reparación integral de daños, tal como
lo estableció la Corte IDH debe tener una vocación transformadora de situaciones de
discriminación estructural (Campo Algodonero vs. México; párr. 450); y debe evitar
hechos de violencia en razón de género (Veliz Franco y otros vs. Guatemala).

Entonces, por todo lo señalado, se puede concluir afirmando que el Estado


Plurinacional de Bolivia, tiene el deber de prevenir y atender integralmente a la víctima,
asimismo tiene el deber de investigar con perspectiva de género, luego el de sancionar,
si corresponde y finalmente el de reparar integralmente los daños a las víctimas.

Finalmente, es importante resaltar que existe una diferencia entre las medidas de
reparación integral de daños y las medidas de seguridad.

Art. 80 de la Ley 348 (Medidas de seguridad)


La autoridad judicial en ejecución de sentencia, cuando se hayan
dispuesto sanciones alternativas, aplicará las medidas de seguridad
necesarias para proteger a la mujer que se encuentra en situación
de violencia, y a sus hijas e hijos o su núcleo familiar.

En el marco de lo señalado, el Ministerio Público, de acuerdo al art. 70 del CPP, tiene


el rol esencial de realizar el seguimiento a las medidas de protección, de seguridad y de
reparación integral de daños y en caso de incumplimiento debe denunciar ante la
autoridad jurisdiccional y de ser necesario, puede solicitar la ampliación, modificación o
aplicación de otras medidas para garantizar los derechos de la víctima y de su familia.

3. Test de autoevaluación

1) En delitos de violencia en razón de F V


género es aplicable la suspensión
condicional de la pena de acuerdo a los
requisitos contenidos en el art. 336 del
CPP

143
2) En el derecho internacional de los F V
derechos humanos el Comité de la
CEDAW prohíbe la aplicación
excepcional de las salidas alternativas
en delitos de violencia en razón de
género y el MESECVI establece su
permisión restringida.
3) En el Estado Plurinacional de Bolivia se F V
aplica el principio de presunción de
veracidad en cuanto a la declaración
de la víctima en etapa preparatoria
4) En denuncias de violencia psicológica, F V
para su investigación es necesario
acompañar el informe psicológico que
acredite esta forma de violencia en
razón de género.
5) La conciliación podría ser promovida
por los SLIMs

144
CAJA DE HERRAMIENTAS
CONCEPTUALES

145
CAJA DE HERRAMIENTAS CONCEPTUALES

Unidad de aprendizaje I
La violencia en razón de género a la luz del modelo cosntitucional vigente en el Estado
Plurinacional de Bolivia

La doctrina del bloque de constitucionalidad


La Constitución boliviana de 2009 en el art. 410 desarrolla el
bloque de constitucionalidad. Este artículo fue interpretado por la
SC 110/2010-R que estableció que forman parte del bloque de
constitucionalidad la Constitución, los tratados internacionales
referentes a derechos humanos y también los estándares que
emanen de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En una
interpretación extensiva, se tiene que también los estándares de
órganos del Sistema Universal de Protección de Derechos
Humanos con roles contenciosos o interpretativos en derechos
humanos como es el caso del Comité de Derechos Humanos,
forman parte del bloque de constitucionalidad.

Las reglas, principios y directrices sobre derechos humanos


La SC 0061/2010-R estableció también que las reglas, principios y
directrices sobre derechos humanos que devengan tanto del
Sistema Interamericano como Universal de Protección a Derechos
Humanos, son parámetros de interpretación que deben ser
utilizados por las autoridades judiciales para una interpretación
judicial y una argumentación jurídica acorde con el bloque de
constitucionalidad.

Estándares internacionales de protección a derechos


Los estándares internacionales de protección a derechos humanos,
los cuales forman parte del bloque de constitucionalidad, tal cual
ya se explicó, consignan las interpretaciones sobre el marco
convencional interamericano o universal que realizan la Corte IDH
o los Comités. Estas interpretaciones reflejan la progresividad y el
avance de los derechos en el derecho internacional de los derechos
humanos; y, generan obligaciones internacionales que deben ser
cumplidas de buena fe por el Estado Plurinacional de Bolivia.

El principio de progresividad
El principio de progresividad como pauta de interpretación de
derechos consagrada en el art. 13.I de la Constitución, asegura que
la autoridad judicial interprete el derecho en cuestión de acuerdo

146
a los estándares más altos que emergen de los avances y progresos
del derecho internacional de los derechos humanos, por tanto, no
puede brindar interpretaciones restrictivas o limitativas a
derechos, cuando estos tengan una progresividad en el derecho
internacional de los derechos humanos, es decir, cuando existan
en el Sistema Interamericano o Universal, o en un ámbito global
como es el caso de la OIT estándares más altos o protectivos al
derecho en análisis.

El principio de prohibición de regresividad


Este principio como pauta de interpretación segura que la
autoridad judicial justifique que su interpretación no implica una
regresividad en cuanto a los estándares más altos vigentes en la
progresividad del derecho internacional de los derechos humanos,
ya que una regresividad implicaría que el Estado incurra en
responsabilidad internacional por incumplir sus obligaciones de
respeto y garantía a derechos de buena fe.

La interpretación evolutiva
Es una técnica de interpretación que asegura una justificación de
la decisión judicial considere el avance de los tiempos y las
interpretaciones progresivas sobre derechos que se generen en el
derecho internacional de los derechos humanos.

La interpretación conforme al parámetro de convencionalidad


De acuerdo al art. 13.IV de la Constitución, las autoridades
judiciales deben brindar al orden normativo interno una
interpretación conforme al bloque de constitucionalidad que
integra al parámetro de convencionalidad, es decir a los tratados
internacionales referentes a derechos humanos y también a
estándares internacionales de protección a derechos.

El ejercicio del control de convencionalidad


Cuando exista una contradicción entre norma interna con norma
internacional, para que la autoridad judicial realice una
interpretación conforme al bloque de constitucionalidad, debe
ejercer control de convencionalidad, por tanto, al amparo de los
arts. 410, 109.1, 13.1, 13.IV, 14.II y 256 de la Constitución, debe
aplicar de manera directa y preferente el estándar jurisprudencial
más alto y favorable al derecho en discusión, ya que el Estado no
puede ampararse en una norma interna para desconocer sus
obligaciones internacionales de respeto y garantía a derechos que
debe cumplirlas de buena fe.

147
La doctrina del control de convencionalidad en la jurisprudencia
de la Corte IDH
La Corte IDH en el caso Almonacid Arellano Vs. Chile estableció que
los Estados no pueden ampararse en su normativa interna para
desconocer sus obligaciones internacionales de respeto y garantía
a derechos que deben cumplirlas de buena fe, por cuanto,
estableció que el Poder Judicial cuando evidencia una
contradicción de norma interna con obligaciones internacionales
referentes a derechos humanos, debe aplicar de manera directa y
preferente el instrumento internacional de protección a derechos
humanos. Posteriormente, en el caso Trabajadores cesados del
Congreso Vs. Perú, estableció que las autoridades deben ejercer
control de convencionalidad ex officio. Luego en el caso Gelman
Vs. Uruguay estableció que todas las autoridades en el marco de
los sistemas de control de constitucionalidad que hayan adoptado
deben ejercer control de convencionalidad. Finalmente, en el caso
Radilla Pacheco Vs. México, desarrolla criterios argumentativos
para las autoridades que ejercerán control de convencionalidad,
entre ellos el deber de interpretar la normativa interna a la luz del
parámetro de convencionalidad. Estos estándares referentes a la
doctrina del control de convencionalidad forman parte del bloque
de constitucionalidad boliviano.

El precedente en vigor
De acuerdo a la SCP 0846/2012 el precedente en vigor, es la
interpretación que el máximo contralor de constitucionalidad o el
Tribunal Supremo de Justicia realizan en cuanto a un derecho o un
instituto jurídico, entendimiento que será fuente directa de
derecho de acuerdo al art. 203 de la Constitución y generará
efectos vinculantes para las autoridades judiciales, es decir, que
deberá ser aplicado en casos futuros que planteen el mismo
problema jurídico.

La razón jurídica de la decisión


De acuerdo a la SCP 0846/2012 la razón jurídica de la decisión
denominada también ratio decidendi emerge de la aplicación del
precedente en vigor a los antecedentes del caso concreto y genera
la decisión que en el caso de sentencias constitucionales
plurinacionales implicará la concesión o denegación de tutela si se
trata de control tutelar y su efecto no es vinculante, sino
obligatorio para las partes procesales, por tanto, a partir de la
razón jurídica de la decisión se fundamenta el concepto de cosa

148
juzgada constitucional, que evita a las partes presentar una misma
acción con identidad de objeto, sujetos y causa.

La correcta técnica de aplicación e invocación del precedente en


vigor
De acuerdo a la SCP 0846/2012 para una correcta técnica de
aplicación e invocación del precedente en vigor, debe realizarse un
análisis dinámico de línea jurisprudencial que identifique los
entendimientos del Tribunal Constitucional vigente por la
Constitución de 1994, el Tribunal Constitucional de Transición
(2010-2011) y el Tribunal Constitucional Plurinacional vigente a
partir del año 2012, este análisis será esencial para identificar las
sentencias fundadoras de línea, las moduladoras, las mutadoras de
línea, las sistematizadoras de línea y las sentencias aisladas que no
constituyen precedente en vigor.

La doctrina del estándar jurisprudencial más alto


De acuerdo a la SCP 2233/2013 el precedente en vigor y por ende
el entendimiento que sea fuente directa de derecho con efecto
vinculante será aquel que desarrolle el derecho de manera más
favorable y coherente con los principios de progresividad y
prohibición de regresividad, por lo que esta doctrina es un límite
para el Tribunal Constitucional Plurinacional y para el Tribunal
Supremo de Justicia, instancias que no podrán cambiar su
jurisprudencia para restringir el derecho, sino solamente en casos
de interpretaciones más favorables y progresivas. En este marco,
todo cambio jurisprudencial restrictivo, nunca será considerado
precedente en vigor, sino una interpretación aislada. En este
marco, el criterio que guía el precedente en vigor no es el de
temporalidad, sino el de favorabilidad, lo que implica que el
precedente en vigor con efecto vinculante no necesariamente será
el último entendimiento del Tribunal Constitucional Plurinacional,
sino el más favorable al derecho.

Unidad de aprendizaje II
Marco conceptual de la violencia en razón de género

Sexo
Condición biológica, orgánica y genética que distingue a mujeres
de hombres (Art. 3 Ley 807).

Género

149
Es la construcción social de roles, comportamientos usos, ideas,
vestimentas, prácticas o características culturales y otras
costumbres para el hombre y la mujer (Art. 3 Ley 807).

Roles de género
Son comportamientos aprendidos en una sociedad, comunidad o
grupo social, en los que sus miembros están condicionados para
percibir como masculinas o femeninas ciertas actividades, tareas y
responsabilidades. Estas percepciones están influenciadas por la
edad, clase, raza, etnia, cultura, religión u otras ideologías, así como
por el medio geográfico, económico y político. A menudo se
producen cambios de los roles de género como respuesta al cambio
de las circunstancias económicas, naturales o políticas, incluidos los
esfuerzos por el desarrollo, los ajustes estructurales u otras fuerzas
de base nacional o internacional. En un determinado contexto
social, los roles de género de los hombres y las mujeres pueden ser
flexibles o rígidos, semejantes o diferentes, y complementarios o
conflictivos.

El sistema binario sexo/género


Las sociedades occidentales han organizado sus estructuras sociales,
culturales, políticas, familiares, jurídicas, religiosas e ideológicas en
el marco de los roles de género asignados a los hombres y mujeres
y bajo el modelo hegemónico de masculinidad como base del
sistema patriarcal.

Igualdad formal
Esta contemplada en instrumentos internacionales de derechos
humanos como la CADH o el PIDCPs, así como en la Constitución
boliviana y está referida a la aplicación igual de la ley a todas las
personas con independencia de sus características especiales y en
clave de universalidad y homogeneidad.

Igualdad material o sustantiva


Es la iguadad real para el ejercicio pleno de derchos y sin
discriminación. Se la ejerce a partir de la superación de cualquier
situación de asimetría, desventaja y vulnerabilidad en la cual se
encuentran grupos determinados por razones de sexo, género,
orientaciones sexuales, raza u otros criterios prohibidos de
discriminación o situaciones de desventaja material.

150
Igualdad estructural
A partir de las desventajas y opresiones históricas de ciertas
poblaciones y grupos sociales y su incidencia en las prácticas
sociales, creencias, prejuicios, que se manifietan y reproducen en las
isntituciones y el ejercicio del poder, pretende generar una igualdad
sustantiva en todos los ámbitos de la vida social.

Discriminación directa
Existe discriminación directa cuando la norma, la política pública o el
entendimiento judicial o administrativo contempla de manera explícita
una distinción injustificada y desproporcional que restringe o excluye
el goce o el ejercicio pleno de un derecho a una persona o grupo de
personas.

Discriminación indirecta
Existe discriminación indirecta cuando una norma, política pública o
entendimiento judicial o administrativo, si bien aparenta ser neutral,
empero, por relaciones jerarquizadas de poder o situaciónes
estructurales de asimetría o desventaja, genera un trato o impacto
diferenciado e injustificado en determinadas personas o
colectividades.

Discriminación interseccional
La discriminación interseccional se manifiesta en tratos diferenciados
injustificados y desproporcionados ocasionados por varios factores
como ser sexo, género, raza, origen, condición económica, entre otros,
que se entrecruzan y que colocan a las personas o colectividades en
una situación de mayor vulnerabilidad.

Discriminación estructural
La discriminación estructural esta vinculada con la desigualdad
estructural y se manifiesta en actos, omisiones o distinciones
injustificadas basadas en prácticas jerarquizadas, crenencias y
prejuicios excluyentes que son reproducidos por las instituciones
públicas o privadas y por todo el orden social, político, económico,
cultural o religioso y que afecta a personas o gupos históricamente
discriminados, como el caso de las mujeres o las personas LGBTI.

Los criterios prohibidos de discriminación en la Constitución


boliviana

151
Los criterios prohibidos de discriminación, están disciplinados como un
catálogo abierto y no cerrado por el artículo 14.II de la Constitución,
dipsosición que establece: “El Estado prohibe y sanciona toda forma de
discriminación fundada en razón de sexo, color, edad, orientación
sexual, identidad de género, origen, cultura, nacionalidad, ciudadanía,
idioma, credo religioso, ideología, filiación política o filosófica, estado
civil, condición económica o social, tipo de ocpuación, grado de
instrucción, discapacidad, embarazo, u otras que tenga por objetivo o
resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en
condiciones de igualdad de los derechos de toda persona”.
Existe .

Los tres presupuestos para la discriminación


Existe discriminación cuando se presentan los siguientes presupuestos:
1) Se comete un acto o se incurre en una omisión que distingue,
excluye u otorga un trato diferente a una persona o un grupo
de personas.
2) Esta distinción, exclusión o trato diferenciado está motivado
por una condición específica de la persona como el sexo, el
género, la raza, el origen social, la preferencia sexual u otras
condiciones sociales; y
3) El resultado de dicho acto u omisión sea la limitación o negación
de alguno de los derechos fundametnales de las personas.

Cisnormatividad
Idea o expectativa de acuerdo a la cual, todas las personas son
cisgénero, y que aquellas personas a las que se les asignó el sexo
masculino al nacer siempre crecen para ser hombres y aquellas a las
que se les asignó el sexo o femenino al nacer siempre crecen para ser
mujeres, Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH),
Opinión Consultiva (OC) 24/17 párr. 32.

Heteronormatividad
Sesgo cultural a favor de las relaciones heterosexuales, las cuales son
consideradas normales, naturales e ideales y son preferidas por sobre
relaciones del mismo sexo o del mismo género. Ese concepto apela a
reglas jurídicas, religiosas, sociales, y culturales que obligan a las
personas a actuar conforme a patrones heterosexuales dominantes e
imperantes (OC-24/17 párr. 32).

Discriminación por orientación sexual e identidad de género

152
El modelo hegemónico de masculinidad, también genera
discriminación por orientación sexual e identidad de género.

Orientación sexual
Se refiere a la capacidad de cada persona de sentir una profunda
atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un género
diferente al suyo, o de su mismo género, o de más de un género, así
como a la capacidad de mantener relaciones íntimas y sexuales con
estas personas (Principios de Yogyakarta).

Heterosexualidad
Hace referencia a la capacidad de una persona de sentir una
profunda atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un
género diferente al suyo y a la capacidad de mantener relaciones
íntimas y sexuales con estas personas.

Homosexualidad
Hace referencia a la capacidad de cada persona de sentir una
profunda atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un
mismo género y a la capacidad mantener relaciones íntimas y
sexuales con estas personas. Se utiliza generalmente el término
lesbiana para referirse a la homosexualidad femenina y gay para
referirse a la homosexualidad masculina.

Bisexualidad
Hace referencia a la capacidad de una persona de sentir una
profunda atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un
género diferente al suyo o también de su mismo género, así como a
la capacidad mantener relaciones íntimas y sexuales con estas
personas.

Identidad de género
Es “la vivencia interna e individual del género tal como cada persona
la siente profundamente, la cual podría corresponder o no con el
sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia
personal del cuerpo (que podría involucrar la modificación de la
apariencia o la función corporal a través de medios médicos,
quirúrgicos o de otra índole, siempre que la misma sea libremente
escogida) y otras expresiones de género, incluyendo la vestimenta,
el modo de hablar y los modales” (Principios de Yogyakarta).

153
Personas transgénero
Hombre o mujer cuya identidad de género no corresponde con su
sexo asignado al momento del nacimiento, sin que esto implique
intervención médica de modificación corporal (Art. 3.6. de la Ley 807
de 21 de mayo de 2016, Ley de Identidad de Género).

Personas transexuales
“Personas que se sienten como pertenecientes al género opuesto al que
se les asignó al nacer y que optan por una intervención médica para
adecuar su apariencia física - biológica a su realidad psíquica y social”
(Art. 3.5. de la Ley 807 de 21 de mayo de 2016, Ley de Identidad de
Género).

Personas travetis
Son aquellas que expresan su identidad de género -ya sea de manera
permanente o transitoria- mediante la utilización de prendas de vestir y
actitudes del género opuesto que social y culturalmente se asigna a su
sexo biológico. Ello puede incluir la modificación o no de su cuerpo.

Expresión de género
De acuerdo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, “se
refiere a la manifestación externa del género de una persona”; es decir,
son los rasgos, las posturas, la forma de vestir, los gestos, las pautas de
lenguaje, el comportamiento y las interacciones sociales, que connotan
la identidad de género de una persona. La Comisión Interamericana
señala que la expresión de género es visible y puede ser una fuente de
identificación, especialmente cuando a través de características como la
vestimenta, los manerismos y las modificaciones corporales, se
subvierten expectativas tradicionales de expresión de género.

Intersexualidad

Integra a las personas que poseen características genéticas de hombres


y mujeres y se ha definido como ‘todas aquellas situaciones en las que el
cuerpo sexuado de un individuo varía respecto al estándar de
corporalidad femenina o masculina culturalmente vigente’.
Históricamente la comprensión de esta identidad biológica específica se
ha denominado a través de la figura mitológica del hermafrodita, la
persona que nace “con ‘ambos’ sexos, tanto en el movimiento social
LGTBI, como en la literatura médica y jurídica se considera que el término
intersex es técnicamente el más adecuado. Una persona intersex puede
identificarse como hombre, como mujer o como ninguno de los dos

154
mientras su orientación sexual puede ser lesbiana, homosexual, bisexual
o heterosexual.

El movimiento queer
Sostiene que la sexualidad y el género son espacios plásticos,
construcciones sociales y políticas que fueron creados para unir el sistem
sexo/género y la reproducción, en este contexto, plantean una teoría de
la disidencia sexual y la deconstrucción de las identidades de género
estigmatizadas o periféricas, cuestionando profundamente la
heterosexualidad como esencia del patriarcado.

Unidad de aprendizaje III


Tipología de la violencia en razón de género

Definición de violencia en razón de género


La violencia contra la mujer es una ofensa a la dignidad humana y una
manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre
mujeres y hombres (Preámbulo Convención Belém do Pará).

Fases del círculo de violencia


Primera fase (acumulación de tensión): Se suceden los roces entre
los miembros de la pareja, y van creciendo la hostilidad del agresor
y la ansiedad en la persona que está siendo agredida y no sabe cómo
frenarlo.

Segunda fase (episodio agudo): La tensión que se venía acumulando


da lugar a la explosión de un episodio violento que puede variar en
su gravedad, desde gritos e insultos o un empujón, hasta el
homicidio.

Tercera fase (luna de miel): Se produce el arrepentimiento del


agresor, con pedido de disculpas y promesas de cambio. Si pasado
un tiempo reaparecen los roces y tensiones y la mujer no logra poner
límites para impedir el episodio agudo, el modelo cíclico se instala,
se establece un patrón, un estilo de relación (continuum de
violencia) donde los incidentes violentos pueden hacerse más
intensos y las lunas de miel más cortas, con lo que aumenta el riesgo
y la peligrosidad.

155
TIPOS DE VIOLENCIA
Violencia física
Violencia feminicida
Violencia psicológica
Violencia Mediática
Violencia simbólica y/o encubierta
Violencia Contra la Dignidad, la Honra y el Nombre
Violencia sexual
Violencia contra los derechos reproductivos
Violencia en los servicios de salud
Violencia Patrimonial y Económica
Violencia laboral
Violencia en el Sistema Educativo Plurinacional
Violencia en el Ejercicio Político y de Liderazgo de la Mujer
Violencia institucional
Violencias en las familias
Violencia Contra los Derechos y la Libertad Sexual
Cualquier otra forma de violencia

Unidad de aprendizaje IV
El deber de la debida diligencia

Deber de la debida diligencia


Para que el Estado Plurinacional de Bolivia cumpla de buena fe
sus obligaciones internacionales de respeto y garantía a
derechos de las víctimas de violencia en razón de género, debe
prevenir, investigar con perspectiva de género, sancionar y
reparar integralmente los daños; y, también debe incluir y
adaptar su normativa y asumir medidas legislativas,
administrativas y judiciales para el goce pleno y eficaz de los
derechos de las víctimas de violencia

Medidas de protección
Las medidas de protección a NNA y víctimas de violencia en
razón de género, deben ser establecidas con carácter de
urgencia, en el primer contacto con la víctima, bajo el principio
de presunción de veracidad y sin ninguna exigencia formal.

Medidas cautelares con enfoque de género

156
De acuerdo a la Ley 348, las medidas cautelares en delitos de
violencia en razón de género no sólo tienen fines procesales,
sino que también deben asegurar la protección reforzada de la
víctima, tal como lo estableció el estándar juripsrudencial más
alto contenido en la SCP 0394/2018-S2.

Investigación de oficio
De acuerdo al deber de la debida diligencia, la denuncia debe
ser iniciada de oficio y es deber del Ministerio Público impulsar
la causa, sin necesidad de la intervención de la víctima, por
tanto, no puede rechazar denuncias o establecer
sobreseimientos fundados en el abandono o inactividad de las
víctimas de violencia en razón de género.

Admisión de la denuncia
Para la admisión de la denuncia no corresponde exigir a la
víctima la presentación de certificados médicos, informes
psicológicos o cualquier otra formalidad, ya que de acuerdo al
principio de máximo inofrmalismo que guía la persecusión
penal en violencia en razón de género, la falta de prueba a
tiempo de plantear la denuncia, no impedirá su adminisón.

Carga de la prueba al Minsiterio Público


Ninguna mujer debe tener la responsabilidad de demostrar
judicialmente aquellas acciones, actos, situaciones o hechos
relacionados con su situación de violencia; será el Ministerio
Público quien, como responsable de la investigación de los
delitos, reúna las pruebas necesarias, dentro el plazo máximo
de ocho (8) días bajo responsabilidad, procurando no someter a
la mujer agredida a pruebas médicas, interrogatorios,
reconstrucciones o peritajes, careos que constituyan
revictimización (Art. 94 de la Ley 348)

La declaración de la víctima constituye una prueba


fundamental
…a la Corte le resulta evidente que la violación sexual es un tipo
particular de agresión que, en general, se caracteriza por
producirse en ausencia de otras personas más allá de la víctima
y el agresor o los agresores. Dada la naturaleza de esta forma
de violencia, no se puede esperar la existencia de pruebas
gráficas o documentales y, por ello, la declaración de la víctima

157
constituye una prueba fundamental sobre el hecho (Caso
Fernández Ortega vs. México, párr. 100).

La falta de evidencia médica no disminuye la veracidad de la


declaración de la víctima
…en casos donde se alegue agresiones sexuales, la falta de
evidencia médica no disminuye la veracidad de la declaración
de la presunta víctima. En tales casos, no necesariamente se
verá reflejada la ocurrencia de violencia o violación sexual en un
examen médico, ya que no todos los casos de violencia y/o
violación sexual ocasionan lesiones físicas o enfermedades
verificables a través de dichos exámenes (Espinoza Gonzáles vs.
Perú, párr. 153).

Las impresiciones en los hechos no significa que la las


declaraciones de la víctima sean falsas
La Corte, igualmente, ha tenido en cuenta que las declaraciones
brindadas por las víctimas de violencia sexual se refieren a un
momento traumático de ellas, cuyo impacto puede derivar en
determinadas imprecisiones al recordarlos. Por ello, la Corte ha
advertido que las imprecisiones en declaración relacionadas a
violencia sexual o la mención de algunos de los hechos alegados
solamente en algunas de éstas no significa que sean falsas o que
los hechos relatados carezcan de veracidad. (Espinoza Gonzáles
vs. Perú, párr. 150).

Presunción de veracidad
En el presente caso, la Corte ya estableció que la señora J. fue
“manoseada” sexualmente al momento de su detención por un
agente estatal de sexo masculino teniendo en cuenta: (1) las
declaraciones de la señora J. rendidas ante las autoridades
internas; (2) la similitud de lo descrito por la señora J. y el
contexto de violencia sexual verificado por la CVR en la época
de los hechos; (3) las dificultades probatorias propias de este
tipo de hechos; (4) la presunción de veracidad que debe
otorgarse a este tipo de denuncias, la cual puede ser
desvirtuada a través de una serie de diligencias, investigaciones
y garantías…(J. Vs. Perú, párr. 360).

Prohibición de exigir peritajes a la mujer


De acuerdo al artículo 61.3 de la Ley 348, en caso de requerirse
peritajes técnicos, éstos no deberán ser exigidos a la mujer. Por

158
su parte, el artículo 58 de la Ley 348, establece que debe
evitarse el contacto, careo o cualquier tipo de proximidad de la
mujer con su agresor

Prohibición de revictimización
La jueza, el juez o fiscal dispondrá que los testimonios o
declaraciones que deba prestar la víctima, sean realizados por
una sola vez y con carácter privado, con el auxilio de familiares
o peritos especializados, utilizando medios especiales y
tecnológicos apropiados para garantizar que la declaración sea
válida en todas las etapas del proceso, en el marco del respeto
a las condiciones inherentes al declarante o evitar su
revictimización (Art. 393.I octer del CCP).

Prohibición de revictimización
Cuando deban realizarse diferentes pruebas periciales a la
víctima, se concentrará la actividad de los peritos ordenando
que actúen conjunta e interdisciplinariamente observando con
rigor las reglas especiales de protección, preservando la salud y
la intimidad de la víctima y evitar su revictimización. Al acto
podrá asistir una persona de confianza de la persona
examinada. (Art. 393.I octer del CCP).

La conciliación
La conciliación es posible siempre y cuando sea promovida por
la víctima, por única vez y cuando no exista reincidencia.
Además se requiere una evaluación previa del equipo
especializado que garantice el consentimiento libre e informado
de las víctimas y supervivientes; así como la acreditación de que
no existen indicadores de nuevos riesgos para las víctimas y
supervivientes o sus familiares.

159
RESPUESTAS A EVALUACIONES

160
RESPUESTAS A EVALUACIONES

Unidad de aprendizaje I
La violencia en razón de género a la luz del modelo constitucional vigente en el Estado
Plurinacional de Bolivia

F V
F V
F V
F V
F V

Unidad de aprendizaje II
Marco conceptual de la volencia en razón de género

F V
F V
F V
F V
F V

Unidad de aprendizaje III


Tipología de la violencia en razón de género

F V
F V
F V

161
F V
F V

Unidad de aprendizaje IV
El deber de la debida diligencia

F V
F V
F V
F V
F V

162
Referencias

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