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“AÑO DEL BICENTENARIO, DE LA CONSOLIDACIÓN DE
NUESTRA INDEPENDENCIA, Y DE LA CONMEMORACIÓN DE
LAS HEROICAS BATALLAS DE JUNÍN Y AYACUCHO”
INSTITUTO DE EDUCACION SUPERIOR
PEDAGOGICO PUBLICO HUARAZ
ESPECIALIDAD: Educacion incial
AREA: Desarrolo de la psicomotricidad en la primera infancia ESTUDIANTES: Aguilar Rodriguez Mishery Diaz Milla Kathya Natividad Casimiro Angela Penadillo Lucero Xiomara Quispe Albornoz Soledad Milagros
DOCENTE: Chavez Vallejos Reyna Esther
PSICOMOTRICIDAD FINA
1. Desarrollo de la motricidad fina en la infancia
La motricidad fina se refiere a la capacidad de coordinar y
controlar los movimientos pequeños de los músculos, especialmente de las manos y los dedos. En la infancia, este desarrollo es crucial para actividades como escribir, dibujar, recortar, abrochar botones y otras habilidades que requieren precisión y destreza.
Durante los primeros años de vida, los niños comienzan a
desarrollar la motricidad fina a través de actividades que implican manipular objetos pequeños, jugar con bloques, colorear y usar utensilios de cocina bajo supervisión adulta.
2. Importancia del desarrollo de la psicomotricidad fina en
la escritura
El desarrollo de la psicomotricidad fina es fundamental para la
escritura, ya que implica la coordinación precisa de los músculos de la mano y los dedos. Los niños que tienen un desarrollo adecuado de la motricidad fina suelen adquirir habilidades de escritura más fluidas y legibles. Actividades como dibujar formas, trazar líneas, y practicar la pinza (agarre entre el pulgar e índice) son fundamentales para preparar a los niños para la escritura formal. 3. Actividades para mejorar la psicomotricidad fina
Existen diversas actividades que pueden ayudar a mejorar la
psicomotricidad fina en los niños:
Juegos de enhebrar cuentas o hacer figuras con plastilina.
Uso de tijeras para recortar líneas y formas. Dibujar y colorear con crayones, lápices y marcadores. Construir con bloques pequeños o piezas de construcción. Manipular rompecabezas y juegos de encastre.
Estas actividades no solo fortalecen los músculos de las manos y
los dedos, sino que también promueven la coordinación ojo-mano y la concentración.
4. Psicomotricidad fina y desarrollo cognitivo
El desarrollo de la psicomotricidad fina está estrechamente
relacionado con el desarrollo cognitivo en la infancia. A medida que los niños mejoran su habilidad para manipular objetos pequeños y realizar actividades precisas, también desarrollan habilidades como la planificación, la resolución de problemas y la atención. Esto contribuye al desarrollo general de su capacidad para aprender y realizar tareas tanto en el ámbito educativo como en la vida cotidiana.
5. Importancia de la Psicomotricidad Fina para el
Desarrollo Cognitivo
Coordinación y Control Motor: El desarrollo de la
psicomotricidad fina implica la habilidad para controlar y coordinar movimientos pequeños y precisos de los músculos, especialmente de las manos y los dedos. Estos movimientos son necesarios para realizar tareas como escribir, dibujar, abrochar botones y manipular objetos pequeños. La mejora en estas habilidades ayuda a los niños a ejecutar acciones de manera más eficiente y precisa, lo que es crucial para el desarrollo cognitivo.
Percepción Espacial: Las actividades que involucran la
psicomotricidad fina, como el dibujo y el juego con bloques, requieren que los niños desarrollen una comprensión espacial detallada. Esto implica la capacidad de visualizar, planificar y ejecutar movimientos específicos en el espacio. Esta habilidad es esencial para resolver problemas y para actividades académicas como las matemáticas y las ciencias.
Preparación para la Escritura: La escritura es una habilidad
compleja que requiere no solo coordinación fina, sino también la integración de habilidades motoras y cognitivas. Los niños que desarrollan una psicomotricidad fina adecuada tienden a adquirir habilidades de escritura más rápidamente y con mayor precisión. Esto no solo facilita la comunicación escrita, sino que también fortalece la conexión entre la memoria, el pensamiento y la acción.
Desarrollo del Lenguaje y la Comunicación: La
manipulación de objetos pequeños y la coordinación de movimientos finos contribuyen al desarrollo del lenguaje y la comunicación. Estas habilidades ayudan a los niños a expresar sus pensamientos y emociones a través de actividades como dibujar y modelar con plastilina, fomentando así el desarrollo del vocabulario y la narrativa.
Atención y Concentración: Las actividades que requieren
psicomotricidad fina también promueven la concentración y la atención sostenida. Los niños deben centrarse en detalles específicos y seguir secuencias de acciones para completar tareas como ensartar cuentas, construir estructuras con bloques, o dibujar formas precisas. Estas habilidades son fundamentales para el aprendizaje efectivo y el desarrollo de la memoria de trabajo.
1. Intervenciones para Mejorar la Psicomotricidad Fina y el
Desarrollo Cognitivo
Para apoyar el desarrollo cognitivo a través de la psicomotricidad
fina, es recomendable implementar actividades y estrategias que estimulen y fortalezcan estas habilidades:
Actividades de manipulación: Juegos que impliquen el uso
de pinzas, como ensartar cuentas, manipular botones, o realizar actividades de modelado con plastilina. Actividades de dibujo y escritura: Fomentar el uso de crayones, lápices y marcadores para practicar trazos, colorear dentro de líneas y dibujar formas específicas. Juegos de construcción: Utilizar bloques pequeños, legos u otros materiales de construcción para construir y manipular estructuras. Ejercicios de precisión: Usar tijeras para recortar líneas y formas, practicar el uso de cubiertos y otros utensilios que requieran destreza manual. Juegos de rompecabezas y encastre: Actividades que involucren ensamblar piezas y resolver problemas espaciales.
Estas actividades no solo fortalecen la psicomotricidad fina, sino
que también contribuyen al desarrollo integral de los niños al mejorar sus habilidades cognitivas, emocionales y sociales.
PSICOMOTRICIDAD GRUESA 1. Desarrollo de la psicomotricidad gruesa en la primera infancia
La psicomotricidad gruesa se refiere a la habilidad para controlar
y coordinar movimientos grandes que implican el uso de músculos grandes del cuerpo, como los de las piernas, brazos y tronco. Durante la primera infancia, los niños desarrollan estas habilidades a través de actividades como gatear, caminar, correr, saltar y trepar.
2. Importancia del juego físico en el desarrollo de
la psicomotricidad gruesa El juego físico, como correr, saltar, trepar y jugar a la pelota, es fundamental para el desarrollo adecuado de la psicomotricidad gruesa en los niños. Estas actividades no solo fortalecen los músculos y mejoran la coordinación, sino que también promueven el equilibrio, la percepción espacial y la orientación corporal.
3. Intervención temprana en la psicomotricidad gruesa
La intervención temprana en el desarrollo de la psicomotricidad
gruesa es crucial para garantizar que los niños adquieran habilidades motoras sólidas desde una edad temprana. Programas que incluyen juegos estructurados, ejercicios de equilibrio y coordinación, y actividades al aire libre pueden ayudar significativamente en este proceso.
4. Psicomotricidad gruesa y habilidades sociales
El desarrollo de la psicomotricidad gruesa también influye en las
habilidades sociales de los niños. Al participar en actividades físicas con otros niños, como jugar en equipo o participar en juegos grupales, los niños aprenden a cooperar, compartir y comunicarse efectivamente. Estas habilidades sociales son fundamentales para su desarrollo emocional y para establecer relaciones positivas con sus pares.
5. Importancia de la Psicomotricidad Gruesa para el
Desarrollo de Habilidades Sociales
Interacción Social y Juego Grupal: Las habilidades
motoras gruesas permiten a los niños participar activamente en actividades de juego físico con otros niños, como correr, saltar, trepar y jugar a juegos de pelota. Estas actividades no solo promueven el ejercicio físico y la salud, sino que también proporcionan oportunidades naturales para que los niños interactúen, colaboren y se relacionen con sus pares. El juego grupal fomenta el desarrollo de habilidades sociales como compartir, tomar turnos, seguir reglas y resolver conflictos de manera constructiva.
Desarrollo de la Autoconfianza: Dominar habilidades
motoras gruesas, como trepar y saltar, ayuda a los niños a desarrollar confianza en sus capacidades físicas. Esta autoconfianza se extiende a sus interacciones sociales, ya que se sienten más seguros al participar en actividades físicas y sociales con otros niños.
Control Emocional y Regulación Conductual: El juego
físico activo también enseña a los niños a regular sus emociones y comportamientos. A través de la práctica de juegos como capturar la bandera o juegos de equipo, los niños aprenden a manejar la competencia, la frustración y la alegría de manera adecuada, lo que contribuye a un desarrollo emocional saludable y a relaciones interpersonales positivas. Aprendizaje de Normas Sociales y Culturales: Durante el juego físico y las actividades grupales, los niños aprenden de manera implícita las normas sociales y culturales. Aprenden sobre la importancia de respetar el espacio personal de los demás, comunicarse de manera efectiva, y trabajar en equipo para alcanzar objetivos comunes. Estas habilidades son fundamentales para la integración social y para adaptarse a diferentes entornos sociales a lo largo de sus vidas.
6. Intervenciones para Mejorar la Psicomotricidad Gruesa
y las Habilidades Sociales
Para fomentar el desarrollo de habilidades sociales a través de la
psicomotricidad gruesa, se pueden implementar las siguientes estrategias:
Juegos y actividades físicas en grupo: Promover juegos al
aire libre que involucren correr, saltar, trepar y jugar a juegos de equipo. Actividades estructuradas de juego: Organizar juegos como la captura de la bandera, carreras de relevos y juegos de pelota que fomenten la cooperación y la competencia amistosa.
Práctica de habilidades motoras gruesas: Proporcionar
oportunidades para que los niños desarrollen y mejoren habilidades como equilibrarse, saltar, lanzar y atrapar.
Fomento de la comunicación y la resolución de
problemas: Guiar a los niños para que expresen sus necesidades y emociones durante el juego, y ayudarles a resolver conflictos de manera positiva.
Apoyo y supervisión adulta: Proporcionar un entorno
seguro y supervisado donde los niños puedan experimentar y practicar habilidades sociales mientras desarrollan sus habilidades motoras gruesas.
Conclusión
Destaca la importancia y el desarrollo tanto de la psicomotricidad
fina como gruesa en la infancia, subrayando cómo estas habilidades motoras fundamentales contribuyen al desarrollo global de los niños en áreas cognitivas, físicas y sociales, también promueven un desarrollo social saludable al facilitar la interacción con sus pares y el aprendizaje de habilidades sociales clave que son fundamentales para su bienestar emocional y social a largo plazo.