Turismo y Recreacion Post Covid-19 GF

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TURISMO Y RECREACIÓN

POST COVID-19 1

Perspectivas, reflexiones y propuestas para


una nueva realidad del campo disciplinar
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Universidad Nacional del Comahe

TURISMO Y RECREACIÓN POST COVID-19


Perspectivas, reflexiones y propuestas
para una nueva realidad del campo disciplinar

Dr. Rodrigo Cristián González


Mag. Mónica Beatriz Gelós

Coordinadores

Educo
TURISMO Y RECREACIÓN POST COVID-19.
PERSPECTIVAS, REFLEXIONES Y PROPUESTAS PARA
UNA NUEVA REALIDAD DEL CAMPO DISCIPLINAR.

Coordinadores: Rodrigo Cristián González ; Mónica Beatriz Gelós

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Universidad Nacional del Comahue
Turismo y recreación post COVID-19 : perspectivas, reflexiones y propuestas para
una nueva realidad del campo disciplinar / compilación de Rodrigo González ;
Mónica Gelos ; coordinación general de Rodrigo González ; Mónica Gelos. - 1a ed. -
Neuquén : EDUCO - Universidad Nacional del Comahue. Editorial Universitaria del
Comahue, 2021.

Libro digital, PDF

Archivo Digital: descarga y online.


ISBN 978-987-604-588-9

1. Turismo. 2. Recreación. I. González, Rodrigo, comp. II. Gelos, Mónica, comp. III. Título.
CDD 306.4819

Diagramación/Maquetación: Lic. Luis David Villaverde

Imagenes de portada:
- Geronimo Giqueaux: Puente Arroyo La Angostura, Bariloche, Argentina.
https://unsplash.com/photos/hAuENQmnL64
- Gustavo Zambelli: “Nireco, Zapala, Neuquén, Argentina.
https://unsplash.com/photos/AedV92ChLTU
- Luiza Braun: “Meeting on Route 40 with a brave cyclist”
https://unsplash.com/photos/8D-zSy5rL_g
- Guille Pozzi: “Bariloche just the day before a huge snow bliss.”
https://unsplash.com/photos/sO7IAkgc65A
- Luis David Villaverde: Faro Río Negro, Viedma, Argentina.

Publicación avalada por el Consejo Editorial de la Universidad Nacional del Comahue,


Disposición 099/21.
Miembros Académicos del Consejo Editorial de la UNCOMA: Dra. Adriana Caballero.
Dra. Ana Pechén. Dr. Enrique Mases.
Presidente: Mg. Gustavo Ferreyra
Director Educo: Lic. Enzo Canale
Secretario: Com. Soc. Jorge Subrini.
©2021 – EDUCO – Editorial de la Universidad Nacional del Comahue,
Buenos Aires 1400 – (8300) Neuquén - Argentina.
ÍNDICE

Índice 5

Presentación. Pensar el turismo y la recreación en tiempos de


tensión
Rodrigo C. González y Mónica B. Gelós 7

El turismo y las movilidades contemporáneas en un tiempo de


transición: en los campos disciplinares y en las configuraciones
materiales
Adriana Otero y María Daniela Rodríguez 9

El desafío de las políticas de turismo en los territorios post


covid
María Carolina Merli y Silvana Reneé Suárez 15

Escenarios del posturismo en contexto del covid-19: de la crisis


de la hipermovilidad a las nuevas territorialidades en disputa
Rodrigo González, Melisa Merlos y Florencia Contreras Moris 23

Una aproximación a las alternativas de desarrollo turístico en


contextos de la pandemia del coronavirus
Marcelo Impemba, Silvana Suarez y Alejandro Karlau 31

Una oportunidad para nuevas políticas de gestión integral del


turismo
Juan Manuel Andrés 39

Turismo y pandemia: de la crisis a la oportunidad: ¿cómo estar


preparados?
Martin Diego Mendieta y Maria Magdalena Perini 47

La identidad territorial como estrategia integral para el


turismo post covid-19 en áreas rurales y comunidades locales
María Graciela Maragliano y Marcelo Impemba 53
Desafíos y perspectivas del turismo y la recreación para los
espacios naturales de Argentina en contexto de covid-19
Natalia Marenzana, David Villaverde y Jessica Wojtiuk 61

Reflexión de herramientas de evaluación de impactos en la


recreación, turismo y biodiversidad post covid-19
Matilde Encabo, Yusara Mastrocola, Luis Cánepa y Daniel Paz Barreto 69
6

Un nuevo marco filosófico en la relación recreación, turismo y


naturaleza a partir del covid-19
Matilde Encabo, Sandra Sánchez, M. Gabriela Torre, Daniel Paz Barreto,
Juan Manuel Andrés, Yusara Mastrocola, Luis Cánepa, Melina Hrabar 77

El turismo post pandemia viaja en bicicleta. El cicloturismo se


posicionará como tendencia, en el destino de montaña San
Martín de los Andes, en tiempos de post covid 19
Cristian Falquemberg 85

Reflexiones y acciones en turismo e interpretación del


patrimonio ¿qué nuevos caminos de encuentros nos deja el
covid-19?
Ana Elizabeth Rañil, María Florencia Roma Montecino, Mariela Belén
Muñoz, Melina Solange Aravena y Noemí Josefina Gutierrez 93

El turismo cultural en tiempos de covid-19. Aproximaciones


reflexivas a sus consecuencias y posibles derivas
Mónica Gelós, Carolina Marzari y Walter Gatica 99

El entorno digital: ¿un territorio de oportunidades o


desigualdades? Contradicciones y desafíos para los actores
turísticos en tiempos de pandemia
Mara Jalil y Marina Zanfardini 105

Las marcas de destinos turísticos y el desafío de la


comunicación en tiempos de covid-19
F. Andrea Gutauskas, Lucía Tamagni y Victoria Maluenda 117

Los desafíos del sector turístico ante el nuevo escenario Covid


19: adaptarse y sobrevivir al entorno VUCA
María Alejandra Gazzera 127

El impacto del covid-19 en el turismo visto desde la perspectiva


de género
Lorenna Lombardo y María Alejandra Gazzera 135

Los autores 141


PRESENTACIÓN:
PENSAR EL TURISMO Y LA RECREACIÓN EN TIEMPOS DE TENSIÓN

El turismo como campo de estudio está asistiendo a cambios y transformaciones


de una magnitud que tal vez no reconozca antecedentes en su devenir histórico.
Asistimos a una aceleración sin precedentes de los cambios e innovaciones
tecnológicas, y de un crecimiento poblacional sostenido que está llevando a
transformaciones sociales y económicas en todo el planeta.

La hipermovilidad global derivada de los avances en las tecnologías de


comunicación y transporte han configurado un escenario sin precedentes de los
espacios tradicionales del turismo y la recreación, que ahora se mixturan con los de
experiencias cotidianas de las personas. Emergen nuevas prácticas híbridas, nuevas
apropiaciones espaciales que configuran nuevos territorios.

Sobre ese escenario de profundos cambios hizo su aparición la pandemia de


covid-19. El turismo fue una de las primeras actividades en acusar impacto,
inmovilizado casi por completo en todo el mundo, y seguramente será uno de los
últimos sectores en recuperarse totalmente. Y cuando lo haga, ya no será el mismo.
Paradójicamente, la mayor y más inesperada inmovilidad global en la historia de la
actividad turística es derivada de esas condiciones de movilidad. De acuerdo a datos
de la OMT, entre 2007 y 2017 se pasó de 700 millones a 1400 millones de viajes
turísticos anuales. En 2019, el flujo de arribos internacionales se acercó a los 1500
millones de viajeros, con un total de 4 millones de llegadas diarias, lo que suponía un
crecimiento del orden del 4% en relación al año anterior. Antes de la pandemia las
tendencias de crecimiento de macro destinos a nivel global también eran claros
indicadores de la hipermovilidad dominante en los mercados turísticos hasta la
pandemia. A medida que el mundo se enfrenta a una emergencia sanitaria, social y
económica mundial sin precedentes con la pandemia de COVID-19, los viajes y el
turismo se encuentran entre los sectores más afectados, afrontando una recuperación
que tarda en llegar e instalarse, aún con restricciones de viaje establecidas en
prácticamente todos los países alrededor del mundo. La pandemia ha significado
globalmente, de acuerdo a datos recientes de la OMT, una reducción de cerca de un
billón de llegadas de turistas internacionales, la pérdida de 1,3 billones de dólares en
ingresos totales de exportación del turismo internacional, y entre 100 a 120 millones
de empleos turísticos en riesgo.

La naturaleza de las transformaciones que operan sobre el fenómeno supone un


profundo cambio ontológico del turismo como objeto de estudio. Las teorías, los
marcos explicativos y las categorías analíticas tradicionalmente empleadas para
abordar las problemáticas del campo disciplinar entran en tensión.

Como institución pionera en la formación de profesionales en el campo del turismo


y la recreación, le cabe a la Facultad de Turismo de la Universidad Nacional del
Comahue la responsabilidad de aportar conocimiento y reflexiones que permitan
avizorar o al menos hipotetizar sobre la nueva normalidad en la que deberemos
8
transitar.

La idea de este libro nació en el invierno de 2020, transitando el primer año de


pandemia. Nos propusimos entonces aunar la multiplicidad de voces y miradas de
nuestra facultad bajo una toma de posición transdisciplinar, diversa y compleja frente
al Turismo Post Covid. El desafío fue y sigue siendo abordar este momento de tensión
ontológica y epistemológica del campo del turismo y la recreación desde una obra
colectiva y una participación abierta, de registros plurales, desde nuestras propias
miradas y experiencias.

El libro está organizado a partir de ensayos que abordan desde una escala macro
posibles futuros escenarios de la recreación y el turismo a partir de la pandemia por
Covid-19 considerando a las movilidades, formas, modalidades y actividades
turísticas, ya sean desde el ámbito empresarial privado como del Estado, desde una
visión del territorio sobre el que es necesario realizar una nueva mirada, donde se
valoriza la identidad de las comunidades locales.

Otros aspectos sobre los que se reflexiona son las nuevas formas de interactuar
en ámbitos de la naturaleza y la cultura y para el caso de las administraciones de las
áreas naturales protegidas los nuevos desafíos a los que se enfrentan, y cómo la
pandemia del Covid-19 puede significar una oportunidad para repensar las prácticas
en las que existirá una necesidad de experiencias al aire libre luego del período de
confinamiento: Todo ello sin dejar de lado la variedad de experiencias y sensaciones
que significa la toma de contacto con las manifestaciones culturales .

Relacionado a las diferentes posibilidades que ofrece la virtualidad, se plantea el


impacto que ha generado en el territorio turístico y en la experiencia de los visitantes
el uso de Internet y cómo serán las nuevas estrategias de comunicación que
desarrollarán las marcas en relación a ellos. Finalmente se aborda la igualdad de género
y el empoderamiento de las mujeres, aspectos sobre los que la pandemia de Covid-19
pareciera profundizar la situación de desigualdad.

Este libro es un esfuerzo colectivo para reconocer y abordar la complejidad de un


campo en tensión en un momento que no reconoce antecedentes. Con esa intención,
es también, y sobre todo, una invitación a seguir pensando escenarios y registros de
este tiempo de ruptura y necesaria reflexión.

Rodrigo Cristián González Mónica Beatriz Gelós


EL TURISMO Y LAS MOVILIDADES CONTEMPORÁNEAS EN
UN TIEMPO DE TRANSICIÓN:
EN LOS CAMPOS DISCIPLINARES Y EN LAS CONFIGURACIONES MATERIALES
9

Adriana Otero María Daniela Rodríguez


oteroadrianamaria@gmail.com dany_bolivar@hotmail.com

El presente ensayo indaga un abordaje de la crisis que el COVID 19 manifiesta en


el campo del turismo y las movilidades contemporáneas desde dos dimensiones. Por
una parte, situaciones que generan tensión en el campo conceptual de las movilidades
del turismo y por otra, cambios en la estructura productiva del sector que prometen
transformaciones que presagian un cambio de época.

En el plano conceptual del campo de las movilidades humanas y el turismo, la


pandemia podría oficiar como el indicio más reciente, y tal vez él último, para dar cuenta
que las miradas “tradicionales” del turismo son insuficientes para abordar el turismo
y el contexto en el cual se mueve. Se puede pensar en este como un momento propicio
para consolidar una mirada emergente que se viene gestando en relación a un abordaje
transdisciplinar del turismo.

La conceptualización tradicional del turismo se consolidó en los últimos cincuenta


años en los ámbitos académicos, en los que se concibe a la actividad turística como
una fuente generadora de ingresos. Desde esta perspectiva clásica se soslayan los
impactos sociales, culturales, físicos, en las poblaciones locales o receptoras.
Capanegra señala: “el abordaje del turismo entendido sólo como un ajuste constante entre
oferta y demanda, enfoque derivado de la economía neoclásica, se constituyó como uno
de los principales obstáculos epistemológicos para la comprensión crítica de los aspectos
sociales, políticos e históricos del turismo (…) el turismo es concebido como un sistema
donde los conflictos son entendidos como desviaciones o desequilibrios. De esta forma, el
turismo fue objetivado tecnocratizado…” (Capanegra, 2006: 59). Perspectivas más
recientes del tratamiento del turismo, no sin disputas con visiones hegemónicas
construidas por organismos internacionales, emergen desde una aproximación crítica
a la geopolítica del conocimiento situado.

Una dimensión socio-antropológica aporta a mirar al turismo como fenómeno/


campo. También refiere a reconocer al turismo como una práctica social, en tanto
relaciones sociales en las cuales se expresan entre otras, relaciones de poder,
dependencia, dominio y estatus social. También, contempla reconocer e incluir en los
estudios las particularidades y dinámicas propias de cada territorio, a partir de
considerar que los procesos históricos, sociopolíticos, económicos y culturales no
acontecieron de la misma manera en todas las regiones. No obstante, como expresa
Hiernaux “ninguna de estas ciencias sociales tiene el monopolio de la verdad” (Hiernaux,
2002:11); por lo tanto un abordaje del turismo es decididamente transdisciplinar,
aunque el autor plantea la importancia de una mirada analítica en el cual las ciencias
10
sociales cumplen un papel central para comprenderlo.

Desde este marco reflexivo, reside la importancia de mirar al turismo desde una
dimensión social y localizada que contemple factores y aspectos que en las formas
clásicas de estudiarlo no fueron comprendidos. Asimismo, revela que el turismo no
puede ser estudiado aisladamente como una fuerza capaz de generar por sí sola
efectos en las sociedades “denominadas receptoras” . Tales poblaciones, lejos de ser
pasivas, reaccionan de forma reflexiva, dialógica y crean formas sincréticas con los
turistas en un contexto cultural donde la interrelación está inserta en procesos
históricos particulares. En este sentido, el escenario sanitario por el que atraviesa el
mundo, y el turismo en particular, requiere de una población que sea activa a la hora
de elaborar estrategias de movilidad, asociadas al turismo y el tiempo libre, así como
acciones colaborativas para las tareas de cuidado en la ciudadanía.

Desde una mirada antropológica, el turismo “se constituye como un sistema que
abarca diversos procesos de interacción” (Meethan, 2001, en Santana, 2008: 10) que
contiene diferentes tipos de espacios y actores o agentes. Desde esta perspectiva,
Hiernaux aporta una definición del turismo como “un elemento diferenciador y
socialmente diferenciado, pero también como un factor de integración/
desintegración de las poblaciones locales” (Hiernaux, 2002:22). En términos del autor,
el turismo como inductor y como proceso societario requiere de una
interseccionalidad en los modos de concebirlo.

El impacto de dichos procesos actúa de manera desigual, o de otro modo, la


pandemia impacta en forma disímil al sur de la cuarentena, parafraseando a
Boaventura de Sousa Santos. El autor expresa que “cualquier cuarentena es siempre
discriminatoria, más difícil para algunos grupos sociales que para otros, e imposible para
un vasto grupo de cuidadores, cuya misión es hacer posible la cuarentena para toda la
población” (de Sousa Santos, 2020: 45). Hay varios grupos en los que medidas como
una cuarentena tiene un impacto altamente perjudicial. Al sur de la cuarentena es una
metáfora del autor para referirse a “grupos que tienen en común una vulnerabilidad
especial que precede a la cuarentena y se agrava con ella (...) el sur no designa un espacio
geográfico, sino un espacio-tiempo político, social y cultural.” (2020: 45) que ya
previamente se encuentran en un contexto de alta vulnerabilidad, entre ellos mujeres,
trabajadores precarizados, vendedores ambulantes.

Las configuraciones territoriales plasman las topologías sociales, jerarquías


sociales producidas por y a través de determinadas formas de disposición y
organización del espacio (Machado Araoz, 2010). El dispositivo metodológico de
análisis mencionado interpela las configuraciones territoriales producidas por el
turismo o que éste conecta y las movilidades contemporáneas a partir de variadas
lógicas espaciales y temporales, relaciones de poder dominantes, y las prácticas y
acciones territoriales de los diversos colectivos. En el actual contexto, se relacionan
en su análisis con la percepción de disputas de distinta índole que la crisis del Covid
visibiliza y potencia.

En cuanto a los impactos que expone la pandemia aún en desarrollo en la estructura


productiva, acontecen de manera diversa y diferencial. En el momento actual de
11
expansión del capital y reconfiguración territorial, transitamos un “tiempo de
excepción” según De Sousa Santos (2020), donde se refuerzan las desigualdades
existentes y el Estado, el mercado y la comunidad se despliegan con sus diversas
complejidades y heterogeneidades. La pandemia a partir de la covid-19 ha puesto en
evidencia problemáticas relacionadas con las consecuencias de un sistema mundo
capitalista globalizado, en el que cada vez es más evidente la desigualdad en términos
sociales, culturales, de hábitat, de género, que separa a las sociedades de diversos
países. Los efectos acontecen en varios planos y ponen en jaque e interpelan
interpretaciones que se han construido de manera dominante.

Para Haesbaert (2005) la particularidad de la época se define por la expansión y


profundización del despojo y por las multiterritorialidades en disputa. En el contexto
latinoamericano en particular en las últimas décadas, estas tensiones y desigualdades
han reforzado aún más las lógicas productivas vinculadas al extractivismo. En este
sentido, se identifican distintos procesos que dan cuenta de ello, o bien actúan como
facilitadores de estas lógicas: privatización de los recursos, desregulación/ (re)
regulación (un Estado que reinventa su rol y sus funciones) y la mercantilización de
bienes comunes (March, 2013).

En relación a las consecuencias en el hábitat, Boaventura de Sousa Santos se


pregunta “¿Podrán mantener la distancia interpersonal en los espacios de vivienda
reducidos donde la privacidad es casi imposible? ¿Podrán lavarse las manos con frecuencia
cuando la poca agua disponible debe guardarse para beber y cocinar? ¿Es posible el
autoaislamiento en un contexto de heteroaislamiento permanente impuesto por el
Estado?” (de Sousa Santos, 2020:53). Sin dudas, las poblaciones que evidencian
problemáticas habitacionales en los centros turísticos donde la territorialización del
capital avanzó con virulencia en las últimas décadas, la coyuntura de la pandemia
golpea con mayor fuerza y expone las desigualdades presentes.

En relación a las situaciones donde se visibilizan tensiones de manera más


relevante en el contexto de crisis actual se identifican por ejemplo en la vulnerabilidad
de género en los tipos, cantidad y condiciones de los empleos en turismo; en la
profundización de los efectos negativos en el campo económico y social, cuando el
desarrollo territorial se focaliza en el turismo como monocultivo; en la evidente
deshumanización, que prima como modelo en la territorialización del capital cuando
de despedir gente se trata; en los territorios atravesados por economías de plataforma
de pares (como Airbnb y Uber) que colonizaron el sector turístico en los últimos años,
cuando se aceleraron los procesos de globalización e hipermovilidad.

En relación a las políticas públicas del sector turístico ante la crisis, se evidencia
una reacción tardía y en muchos casos inapropiada del Estado para atender la
diversidad de demandas y las dificultades para contener una variedad de
problemáticas y su grado de urgencia, así como la dificultad de instrumentar
innovaciones de concepto que posibiliten usos alternativos de la capacidad ociosa de
los sistemas de apoyo del sector.

La perspectiva teórica de las movilidades del turismo desde un abordaje


transdisciplinario entiende al turismo y las movilidades contemporáneas como un
12
sistema ordenado y ordenador de materialidades, prácticas, relaciones y movilidades,
y ya no solamente como «sector económico»; y a los turistas y migrantes por estilo de
vida o de amenidad como parte de la población urbana o ciudadanos temporales, con
una fuerte capacidad de actuación sobre la transformación y re-significación del
espacio, y ya no como meros «clientes» (Russo, 2016). De manera que el análisis de la
competitividad sustentable del turismo en clave territorial, no sólo considera la
variedad de actores que lo constituyen como entramado social y productivo, sino
también las desigualdades territoriales. Las configuraciones territoriales expresan
las formaciones sociales que las habitan, sus formas culturales, económicas, políticas,
esto es, de las posiciones y relaciones de poder que vinculan a actores y sectores en la
dinámica conflictual de la reproducción social.

En estos términos, es difícil pensar un escenario único de turismo con covid y post
covid. Los cambios en los sistemas complejos no se dan todos al mismo tiempo.
Probablemente transitemos escenarios diversos, situados local o regionalmente, a
partir de las realidades no sólo sanitarias, sino además adaptativas al entorno futuro.
La falta de movilidad que ha impuesto la posibilidad de contagio y la preservación de
la vida ha resultado en una paralización de la actividad turística en su conjunto. Pensar
una nueva realidad donde se potencie la trama del turismo en los territorios implicaría
una visión de turismo regenerativo donde se repiensen las relaciones del hombre, con
lo que lo significa, con los otros hombres y su vínculo con la naturaleza y su lugar. La
base del cambio está en pensar los humanos participando como naturaleza y cómo
evolucionan de manera integral con ella.

Este cambio de perspectiva implicaría revisar el paradigma económico en el que


se ha inscripto el turismo pre covid, asociado a una economía lineal que se basa en la
extracción de valor, el consumo masivo y la generación de desechos y gases
invernadero. Para promover una perspectiva de desarrollo del sector que potencie un
modelo de economía circular, diseñado intencionalmente para regenerar los valores
naturales, humanos y sociales, operando dentro de los límites sustentables de la tierra
y los territorios locales.

Para el desarrollo del turismo desde una perspectiva regenerativa y de economía


circular es útil considerar los principios de la Biomímesis, que es una ciencia que
últimamente ha cobrado importancia y estudia a la naturaleza como fuente de
inspiración de tecnologías innovadoras para resolver problemas humanos (Benyus,
2002). Las prácticas biomiméticas alientan entre otros principios a usar sólo la energía
que se necesita, premiar la colaboración, apostar a la diversidad, demandar
capacidades locales y sacar partido de las limitaciones.
En cuanto a las formas de cómo innovar en turismo con una ética basada en la
naturaleza, creemos que es generando espacios de co-creación, donde las personas
encuentren su propósito, de manera de reaprender nuestros vínculos con la
naturaleza, con nuestras formas de hacer y de estar en comunidad. Todo ello facilitará
la posibilidad de que emerjan comunidades que generen organizaciones vivas.

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Bibliografía

Benyus, J.M. (2002). Biomimicry: Innovation inspired by nature. Nueva York, Estados Unidos
de América: Harpr Collins.

Capanegra, A. (2006). La política turística en la Argentina en el siglo XX. Aportes y


Transferencias, 10(1), 43–61.Universidad Nacional de Mar del Plata

Haesbeart, R. (2013). Del mito de la desterritorialización a la multiterritorialidad. Cultura y


Representaciones Sociales, 8(15), 9-42.

Hiernaux, N. (2002). ¿Cómo definir al turismo? Un repaso disciplinario. Aportes y


Transferencias, 6(2), 11–27.

Machado Araoz, H. (2010). La naturaleza como objeto colonial. Una mirada desde la condición
eco-bio-política del colonialismo contemporáneo. Boletín Onteaiken N°10.

March, H. (2013). Neoliberalismo y medio ambiente: una aproximación desde la geografía


crítica. Documents d’̀Analisi Geografica, 59(1), 137–153. Recuperado de https://
dag.revista.uab.cat/article/view/v59-n1-march/17-pdf-es

Russo, A. P. (2016). “Nuevas fronteras en el estudio del turismo” en Revista de Estudios


Internacionales. Escenarios Turísticos: Movilidad, Derechos y Destinos Nº 13.
Septiembre 2016 nueva época. Barcelona, España. ISSN 1133-659 E-ISSN 2013-
035X.

Santana Talavera, A. (2008). El turismo cultural ¿un negocio responsable? Estudios y


Perspectivas en Turismo, 17(3 y 4). Recuperado de https://www.estudiosenturismo.
com.ar/search/PDF/v17n3-4a4.pdf

Sousa Santos, B. D. (2020). La cruel pedagogía del virus. Buenos Aires, Argentina: Biblioteca
masa crítica. CLACSO.
14
EL DESAFÍO DE LAS POLÍTICAS DE TURISMO EN LOS
TERRITORIOS POST COVID

15

María Carolina Merli Silvana Reneé Suárez


mcmerli@gmail.com silsuareznqn@gmail.com

Introducción

El turismo como actividad socioeconómica se desarrolla a partir de múltiples


relaciones sociales. Las prácticas que tienen lugar a partir del intercambio turístico se
ven condicionadas por las diferentes características del territorio, así como también
éstas lo modifican y reconstruyen.

La emergencia sanitaria originada por la proliferación mundial del virus Covid-19


enfrentó a todos los países del mundo a la necesidad de implementar medidas políticas
que protejan las condiciones de salud de sus pueblos. Las medidas que asumieron gran
parte de los países, se orientaron a las acciones de prevención, de proveer
equipamiento al sistema de salud, de restringir el ingreso de personas provenientes
de países, ciudades más afectadas; en definitiva se definió la restricción en la
circulación de personas. Principalmente estos dos últimos aspectos son los que
tuvieron mayor incidencia en la actividad turística.

Estos cambios con consecuencias directas en el territorio afectaron al sistema


turístico en múltiples aspectos y dimensiones, de acuerdo a la realidad de cada país.
Las primeras semanas de la pandemia, en países europeos se vieron circular fotografías
y videos de las principales capitales turísticas casi despojadas de visitantes, así como
se empezaron a observar cambios que evidenciaban las mejoras en las condiciones
del ambiente natural, sobre todo, por la ausencia de turistas en los destinos más
emblemáticos de la actividad. Las consecuencias impactaron en el sistema económico
a partir de la disminución del consumo de servicios turísticos y consecuentemente el
cese de prestaciones, la pérdida de rentabilidad y desinversión.

En Argentina, desde la declaración de la Emergencia Sanitaria anunciada en el mes


de marzo, las consecuencias comenzaron a manifestarse en todos los sectores sociales
y económicos. Particularmente en el turismo, se analiza la trascendencia de lo ocurrido
y se indaga acerca de la nueva agenda del turismo que reconfiguran los territorios post
Covid: ¿Qué intereses se ponen en juego? ¿Qué actores intervienen? ¿Cuál es el
desafío de las políticas públicas?

A partir de los avances en investigación de las autoras como integrantes del


proyecto “Transformaciones territoriales y relaciones interétnicas en el desarrollo
turístico de la Patagonia Norte”(1) se plantea reflexionar acerca de la nueva agenda de
políticas turísticas en las diferentes escalas territoriales de nuestro país, considerando
16
como casos de análisis la provincia y la ciudad de Neuquén en el período marzo -
octubre 2020. También poner en evidencia los desafíos a los que se enfrentan los
destinos en esta nueva realidad y las particularidades con las que las políticas turísticas
se imprimen y reconfiguran el territorio turístico.

Desarrollo

El turismo como práctica social supone una relación socioeconómica en la que


intervienen diferentes sujetos que forman parte de una determinada sociedad. Como
partícipes de esta relación se pueden identificar a las personas que se desplazan desde
su residencia habitual a un destino, como así también a la comunidad receptora que
forma parte del mismo. Ambas partes constituyen colectivos heterogéneos en los
cuales se identifican intereses disímiles y se expresan relaciones de poder. Como
consecuencia de la actividad turística se producen relaciones de intercambio material
y simbólico y se dan en contextos particulares que le otorgan especificidad y sentido.

Como producto de esas relaciones, así como de otras prácticas sociales, se


reconfigura el territorio. Esto quiere decir que las prácticas turísticas modifican el
territorio en el que se producen, ya sea en cuestiones materiales o tangibles, como en
aspectos intangibles de naturaleza social o simbólica; aunque también el territorio
ejerce como condicionante en las actividades que los sujetos desarrollan en el mismo.

En particular, al referir las políticas públicas como lineamientos y acciones que un


gobierno ejerce en un territorio determinado para alcanzar objetivos que se formulan
para abordar una problemática, se puede afirmar que las políticas públicas son factores
que construyen el territorio. Como tales, le imprimen cualidades que condicionan las
actividades humanas. Los actores políticos, junto a otros actores socioeconómicos y
culturales, configuran el territorio en diferentes escalas, de acuerdo al ámbito en el
que ejercen su poder y se articulan en una estructura jerárquica con diferentes
funciones y competencias.

Las políticas públicas de turismo son aquellas que formulan e implementan los
organismos de turismo en articulación con actores territoriales en las diferentes
escalas del territorio, en lo vinculado a las diferentes dimensiones que componen la
actividad turística. En definitiva, la actividad turística forma parte y se articula en el
complejo sistema socioeconómico de un territorio y se relaciona con múltiples
actividades humanas.

1 Directora Silvana Suárez, Codirector Marcelo Impemba.


Entonces surge como interrogante ¿Qué ocurre en el turismo cuando se modifica
alguna de esas variables del sistema socioeconómico como consecuencia de
situaciones de crisis mundial como lo es la pandemia por Covid-19?

Fueron noticia de la prensa mundial los paisajes urbanos de las grandes ciudades
turísticas prácticamente vaciados de visitantes, la observación de nuevas conductas
en especies de fauna, cielos de ciudades industriales y superpobladas libres de smog,
17
por mencionar algunos aspectos que ilustraron lo ocurrido por el cese de las
actividades humanas. Aunque también no tardaron en aparecer los indicios de la crisis
económica en diferentes países en los que la disminución de las actividades humanas
trajo por consecuencia la retracción del consumo.

El turismo en su dimensión económica se compone esencialmente del consumo


de bienes y servicios, en la cual la oferta tiene características particulares: es rígida,
heterogénea y se consume en el destino. La primera característica se refiere a la
particularidad de que no se puede acumular o estoquear, es decir que los servicios
disponibles que no se venden se pierden en sentido de rentabilidad. La heterogeneidad
se describe en base a la diversidad de componentes diferentes que constituyen
prestaciones turísticas, servicios de hospedaje, alimentación, transporte, actividades
que son prestados por empresas con estructuras económicas muy distintas en relación
al tipo de negocio que se trata. Finalmente el consumo se realiza en el destino turístico,
ya que la mayoría de los servicios y bienes que constituyen la oferta se encuentran
emplazados en un lugar diferente al de residencia habitual del consumidor; entonces
requiere estrictamente el desplazamiento de éste. Estas cualidades de la oferta
turística es lo que produjo la pérdida de rentabilidad de empresas del sector,
principalmente las relacionadas a la prestación de servicios. Al no poder producirse
el desplazamiento de los consumidores al lugar de prestación toda esa oferta
constituida no fue consumida y por lo tanto, perdida la oportunidad de rentabilizarla.
Cabe mencionar también que esto representó la caída del empleo que se vincula a
esos servicios en forma directa e indirecta; debido a que con bajos o nulos niveles de
demanda la operación de los establecimientos se redujo al mínimo. Esta situación se
agrava aún más en el caso de las economías informales, en las cuales quedan fuera del
alcance de las medidas de protección al empleo o específicas del sector económico.
Además impacta más en economías nacionales en crisis, en que la pandemia visibilizó
y profundizó las desigualdades económicas, como plantea Svampa (2020) entramos
en estado de excepción transitoria, en que aparece un Estado con retorno hacia las
políticas sociales para atender a las necesidades básicas de la población más
empobrecida, vulnerable y afectada por la crisis mundial.

Las consecuencias observables en la demanda se relacionan con su carácter


estacional y sensible. Esto quiere decir que los desplazamientos de las personas se
producen principalmente en una determinada parte del año en la cual se asocian a
actividades humanas como pueden ser las vacaciones que en Argentina se desarrollan
en los meses de enero y febrero y julio, en coincidencia con el receso de actividades
educativas; los fines de semana largos como cese de algunas administrativas o
comerciales; o también eventos deportivos o profesionales que se desarrollan en los
meses de septiembre a diciembre. Esto significa que para que se produzca el
desplazamiento de la demanda hacia los destinos turísticos se debe disponer del
tiempo oportuno para hacerlo. Otra consecuencia que cabe mencionar es la
sensibilidad, que es la capacidad de reaccionar retrayéndose en caso de situaciones
del contexto que generan condiciones desfavorables para el viaje, como por ejemplo:
catástrofes naturales, conflictos bélicos por mencionar algunos de los más evidentes.
En particular la situación de contexto que está atravesando la comunidad mundial, sin
dudas opera como tal.
18
Las medidas sanitarias asumidas en Argentina como prevención de la propagación
de la enfermedad afectaron dos aspectos fundamentales y necesarios para que ocurra
la actividad: la condición de desplazamiento que requiere la actividad turística
(aislamiento y posterior distanciamiento social, medidas con alcance en el transporte
de pasajeros y fronteras) y el funcionamiento de empresas de servicios turísticos que
por considerarse no esencial sólo se limitó a la atención de pasajeros que se
desplazaran por motivos de repatriación o laborales en servicios esenciales(2). El cierre
de las fronteras internacionales y al interior de los territorios nacionales, las fronteras
provinciales e interurbanas, determinó el cese del turismo.

Las consecuencias observables fueron: la suspensión de operaciones y cierre de


empresas, desinversión, pérdida de puestos de empleos, por mencionar algunas.
Ciertas estrategias que adoptaron las empresas turísticas para afrontar la situación
han sido: cambio de rubro o modalidad, incorporación del ecommerce, compra futura,
paquetes abiertos, entre otras. En este sentido, a nivel nacional, provincial y municipal
aparece un Estado preocupado por las consecuencias de la crisis en general y en
especial por la actividad turística, a través de medidas que tienden a apoyar al sector
privado para paliar la crisis.

Este escenario de crisis económica generalizada también ha traído consecuencias


directas en la disminución de la recaudación pública, en un contexto de mayor
demanda de asistencia económica a los distintos sectores afectados y la necesidad de
reformular las políticas públicas para la reactivación de los diferentes ámbitos de la
economía, entre ellos el turismo.

En el reciente escenario que se planteó en el país tras la declaración de la


emergencia sanitaria a nivel nacional por la propagación mundial del virus Covid-19,
que tuvo sus primeros indicios en marzo del 2020, el turismo, como casi todas las
actividades económicas, se vió afectado sustancialmente. En primer lugar, porque la
llegada al país de personas que habían estado en el extranjero, especialmente en países
con mayor circulación del virus, ponía en riesgo a la población. Consecuentemente las
primeras medidas estuvieron relacionadas con la restricción del ingreso de personas
al territorio argentino. Y luego, con las medidas que limitaron la circulación de
pasajeros dentro del propio país. La mayoría de ellas prorrogaron su alcance al
encontrarse próximos a la fecha de su vencimiento como consecuencia de la
continuidad de la Emergencia Sanitaria. Durante los meses de febrero y marzo las
políticas tuvieron objetivos de regulación y restricción de actividades, mientras que
a partir del mes de abril comenzaron a presentarse medidas de asistencia económica,
ya sea orientadas a las empresas como de protección a los trabajadores.

2 Producción de alimentos, energía o sostenimiento de la salud pública.


Considerando como caso de análisis de la escala provincial, las medidas adoptadas
en Neuquén, se observa que las primeras regulaciones de la actividad en este contexto
se vieron en el funcionamiento de las oficinas de informes turísticos y la actividad de
pesca deportiva. Cabe mencionar que en el mes de marzo esta última es la actividad
que principalmente atrae demanda internacional en diferentes destinos de la provincia
y que las oficinas de informes son espacios de nutrida convocatoria en la dinámica
habitual de la actividad.
19
Como políticas provinciales se advierte una importante presencia de acciones de
incentivo, ya sea en materia de capacitaciones para mejorar las condiciones
competitivas de los destinos, como en obra pública para el desarrollo de atractivos y
servicios turísticos, alternativas de financiamiento para la actividad y acciones de
promoción. Las acciones de regulación de la actividad se orientaron a la elaboración
de protocolos para los servicios turísticos que son competencia del gobierno
provincial. El alcance de las políticas provinciales de turismo fue principalmente a los
destinos turísticos - ciudades del interior de la provincia y los servicios turísticos de
alojamiento y gastronomía.

Por otro lado, considerando su correlato en la escala municipal, en la ciudad de


Neuquén, las acciones que asumió el gobierno local en un primer momento fueron de
suspensión de actividades de turismo y recreación bajo su órbita; luego se comenzaron
a desarrollar actividades de capacitación y promoción como incentivo a la actividad y
colaboración con acciones de regulación que desarrolló el gobierno provincial.

Las políticas desarrolladas por el gobierno municipal se realizaron en conjunto con


otras áreas de gobierno u otros organismos del sector privado. Las políticas analizadas
tienen por alcance servicios turísticos, como también hay acciones específicas del
rubro gastronómico y actividades.

A partir de la consideración de las políticas asumidas por los diferentes niveles de


gobierno que se analizan anteriormente surge un interrogante: ¿Cómo se reconfiguran
los territorios turísticos post Covid-19?.

A priori parecería que existe un complejo escenario de intereses en el que se


presentan diferentes puntos de conflicto: restricciones a algunas actividades,
limitaciones al ingreso de personas provenientes del extranjero y circulación de
personas dentro del país, necesidad de protocolos de seguridad sanitaria, pérdida de
capacidad productiva, sostenimiento del empleo privado.

Se mostraron evidencias de diferentes acciones asumidas desde el gobierno


provincial y municipal que parecerían ser precursores de una reactivación del sector,
no obstante el contexto político con una economía en crisis a nivel nacional que
impacta en los territorios provinciales aún no presenta condiciones de factibilidad
para que la apertura sea posible.

Esas expectativas manifestadas por actores del turismo, pareciera que entran en
contradicción con las condiciones del contexto actual. Se piensa en retornar al turismo
en una nueva normalidad. Esta situación pareciera que no conlleva una discusión
sustantiva que es pensar críticamente acerca de las condiciones socioeconómicas y
ecológicas anteriores a la crisis sanitaria y repensar cómo salir de la crisis, apelando a
una lógica política diferente y alternativa a lo anterior. En el turismo, como parte
constitutiva de un sistema mayor de anclaje, se requiere pensar esa nueva normalidad
con la certeza que una nueva dinámica global - local redefine el modo de hacer turismo
y el modo de prestar los servicios turísticos. Para ello las medidas políticas a
implementar deben ser conducentes.
20

Reflexiones

¿Cuáles serán las fuerzas e intereses que constituirán la nueva agenda de políticas
públicas de turismo?

En principio cabe mencionar la regulación nacional en aspectos que son de su


estricta competencia, por ejemplo la política de fronteras, el funcionamiento del
transporte aéreo y terrestre y la operación de las agencias de viajes. Estos tres aspectos
fundamentales para la reactivación del turismo dependerán necesariamente de las
políticas nacionales con relación a la situación de crisis sanitaria.

Por otro lado, quedará determinada por las agendas provinciales, que por sus
competencias pueden restablecer la movilidad dentro del territorio de la propia
provincia en el marco de las categorías de riesgo de trasmisión del virus que establece
las medidas sanitarias nacionales. Además es competencia de este nivel de gobierno,
en la provincia de Neuquén, la habilitación de servicios de alojamiento y las actividades
turísticas.

En ambos niveles también entran en disputa las asociaciones empresariales y


federaciones que agrupan diferentes sectores económicos que prestan servicios
turísticos y relacionados.

En esta compleja disputa de intereses cobra una gran dimensión el desafío que
deben afrontar las políticas públicas de turismo a nivel municipal: por un lado
garantizar medidas sanitarias de los servicios que brindan las ciudades destinos del
turismo; por otro adecuar y acondicionar los espacios urbanos abiertos como ámbitos
del turismo y la recreación e incentivar la demanda micro-regional que permitan un
nuevo acercamiento del residente. Además es importante acompañar activamente
las iniciativas del sector privado, brindando un marco adecuado de seguridad a las
actividades que desarrollan e incentivando a la demanda turística y recreativa.

También es necesario potenciar los canales de articulación entre los diferentes


niveles de gobierno para el desarrollo de estrategias de reactivación económica.

Estas cuestiones requieren ser situadas y atender las particularidades de cada


territorio, entendiendo que es preciso considerar las voces de los actores sociales,
económicos, políticos que producen ese territorio para consensuar el retorno al
turismo. A la vez, considerar que el diseño, implementación y evaluación de las políticas
públicas que constituyen las agendas de gobierno y señalan la dinámica del sector
privado, le confieren sentido al desarrollo del turismo. La pregunta entonces es, hacia
dónde se quiere ir y quiénes marcan esa dirección.

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22
ESCENARIOS DEL POST TURISMO EN CONTEXTO DEL
COVID-19: DE LA CRISIS DE LA HIPERMOVILIDAD A LAS
NUEVAS TERRITORIALIDADES EN DISPUTA
23

Rodrigo González Melisa Merlos


rodrigocgonzalez@yahoo.com.ar melisamerlos_07@hotmail.com

Florencia Contreras Moris


fmoris05@gmail.com

Presentación

Este ensayo propone una reflexión crítica sobre el devenir de las movilidades del
post turismo en el contexto del Covid-19, a partir de la identificación de elementos
claves en la (re) configuración de los territorios turísticos.

La reflexión se construye sobre la identificación de “ejes-escenarios” que


consideramos son aquellos que más se transformaron a partir de la aparición del virus,
a partir tanto de las discusiones teórico-epistemológicas, como de las indagaciones
empíricas que desde hace algunos años hemos venido desarrollando sobre las
movilidades del post turismo.

Una consideración inicial es la necesidad de pensar que turismo-movilidad


conforma un continuo conceptual que debe pensarse a modo de conceptos siameses,
ya que son variables que se funden una en otra, como exponían Williams & Hall (2002).

La hipermovilidad sin precedentes de personas, capitales, bienes, información


pero también relacional (Urry, 2004) y por ende cultural, ha desdibujado los límites
espaciales y culturales tradicionales. Los espacios tradicionales del turismo se funden,
entretejen, se mezclan con los de la vida cotidiana, dando lugar a nuevas prácticas
mixtas de vivencia y apropiaciones híbridas del espacio, características del post
turismo.

Repensar el post turismo desde las transformaciones que promueve implica


reconocer procesos de base territorial contrapuestos. Por un lado, la globalización
parece uniformizar y estandarizar estilos de vida y consumo, y por otro, se da un
proceso de revalorización de los lugares que otorga nuevo sentido al territorio.

En la indagación sobre el fenómeno en destinos turísticos de montaña de la


Patagonia norte, observamos la convivencia de diferentes lógicas y ritmos de
territorialización-desterritorialización-reterritorialización reconociendo las disputas
por el territorio que el post turismo conlleva, lo que hace particularmente compleja la
construcción territorial.

A partir del avance en la investigación sobre estos temas se plantean reflexiones


sobre la nueva realidad y el devenir del posturismo en el contexto del Covid-19, en
base a “ejes-escenarios” que se consideran críticos:
24
1) Es una crisis de la hipermovilidad a escala planetaria: los virus viajan en avión.

Para comenzar, se reconoce que la situación que vive el sector es resultante de una
crisis de la hipermovilidad a escala planetaria. Paradójicamente, la mayor y más
inesperada inmovilidad global en la historia de la actividad turística, es derivada de
condiciones de movilidad nunca antes vistas en la historia de la humanidad. De
acuerdo a datos de la OMT, entre 2007 y 2017 se pasó de 700 millones a 1400 millones
de viajes turísticos anuales en todo el mundo. En 2019, el flujo de arribos
internacionales se acercó a los 1500 millones de viajeros, con un total de 4 millones
de llegadas diarias, lo que suponía un crecimiento del orden del 4% en relación al año
anterior. Las tendencias de crecimiento de macro destinos, a nivel global, también son
claros indicadores de la hipermovilidad dominante en los mercados turísticos hasta
la pandemia. En 2019, las regiones del mundo que más crecieron fueron los otrora
denominados “destinos lejanos”: a la cabeza, oriente medio, con un incremento
interanual de 7,6%, seguido de Asia y Pacífico con 4,6% y África con 4,2%, muy por
encima del crecimiento de otras regiones como Europa (3,7%) y las Américas (2%).

Las movilidades del post turismo, en tanto fenómeno característico de la


globalización, han creado un campo fértil para la hibridación entre la función turística
y residencial, permitiendo al capital la aniquilación del espacio mediante el tiempo en
la medida en que el capital se desplaza hacia nuevas localizaciones de bajos costes en
busca de beneficios cada vez a un plazo más corto, produciendo un paisaje favorable
a su propia reproducción. Estos “(...) nuevos espacios de acumulación creados por las
movilidades, en la medida que comienzan a generar excedentes, los absorben en la
expansión o creación de nuevos espacios, siguiendo una lógica de “destrucción creativa”
que trae negativas consecuencias sociales y económicas para las poblaciones locales ya
que el espacio se destruye y construye según la necesidad del modelo de acumulación
capitalista” (Harvey, 2004).

Así, las movilidades dejan huellas sobre dos campos críticos: la competitividad
sustentable y la mercantilización y comoditización del espacio turístico. Estos espacios
de acumulación significan conflictos territoriales en los destinos turísticos de montaña
receptores de dichas movilidades. Generan atributos y referencias turísticas de la
arquitectura, los paisajes, el patrimonio, el ocio y la sociabilidad en la producción de
áreas residenciales nuevas, en zonas que aún no tienen una tradición turística marcada
(Otero y González, 2020).

En este devenir, la movilidad, que se ha convertido en una forma de habitar los


territorios, otorgándoles nuevas funcionalidades e identidades, adquiere otras
dimensiones en el marco de la pandemia. Si bien el COVID-19 por un lado puso un
freno a la movilidad física a gran escala, por otro, aceleró y amplió la movilidad virtual
para ciertos sectores. También se observa que la movilidad adopta nuevas formas
observadas en nuevas modalidades que adquiere el post turismo, tanto en el aumento
de las migraciones por amenidad como en la puesta en valor y apropiación material y
simbólica de nuevos espacios de ocio que se ponen en juego.

2) Aumento de las migraciones por amenidad: la sanidad como nueva búsqueda


25
de amenidad.

Moss (2006) define la migración de amenidad como aquella “llevada a cabo por
personas que habiendo sido turistas en un determinado destino, deciden regresar a él ya
no para visitarlo, sino para constituirse en habitantes del mismo”. Para el autor, en todo el
mundo han aparecido fuerzas económicas y sociales que proveen nuevas
oportunidades para muchos lugares con alta calidad ambiental y características
culturales distintivas que son polos de atracción para nuevos residentes.

Los efectos de la hipermovilidad han contribuido a que las migraciones de


amenidad se hayan expandido y modificado, mostrando nuevas facetas al surgir
nuevos motivadores de esas movilidades. La hipótesis es que el contexto durante y
post covid ha hecho emerger a las condiciones de sanidad y seguridad de los destinos
como una de las principales nuevas amenidades que sustentan estas migraciones.

El interés de los habitantes de las grandes y más afectadas ciudades del mundo por
el Covid-19 de residir en lugares más sanos pone de manifiesto la característica pluri
residencial del sujeto posmoderno, donde el habitar no está forzosamente ligado a
una sola residencia.

Si pensamos que el proceso de migración por amenidad conlleva un movimiento


de dos fuerzas impulsoras, la falta de sanidad de los grandes aglomerados traducida
en mayores niveles de contagio del virus refiere a un factor impulsor-expulsor (push-
factors), mientras que en aquellos lugares percibidos como ambientalmente
saludables los pull-factors se vinculan a bajos niveles de contaminación, baja densidad
de población, espacios amplios que permitan mayor contacto con la naturaleza, así
como la posibilidad del teletrabajo y acceso al sistema de salud.

Además, el redimensionamiento de los determinantes de la salud que puso de


manifiesto el virus conlleva a que cada vez más personas cuestionen sus estilos de
vida, tanto en la elección de nuevos lugares de residencia como en el desarrollo de
prácticas y hábitos más saludables y sustentables. Los nuevos estilos de vida proponen
nuevas iniciativas individuales y colectivas, desde las huertas urbanas, el reciclado,
los cambios en el consumo cotidiano, las actividades físicas al aire libre, la medicina
alternativa hasta el desarrollo de proyectos colectivos o micro emprendimientos
vinculados a estos valores saludables, sustentables y colaborativos.
3) Nuevas y múltiples territorialidades derivadas de estas nuevas condiciones del
post turismo entran en disputa.

Según Massey (1995) la actividad espacial se refiere a la red espacial de relaciones


y actividades, de conexiones espaciales y de localizaciones con las que opera un agente
determinado. Dado que la capacidad y alcance de la actividad espacial es desigual y
convergente en los lugares, la apropiación de territorio y, por consiguiente, la creación
26
de la territorialidad, generan una geografía del poder caracterizada por la desigualdad,
la fragmentación, la tensión y el conflicto (Montañez Gómez y Delgado Mahecha,
1998). En este sentido, el territorio no es algo fijo y dado, sino que se halla en constante
movimiento, mutando hacia nuevas formas.

Esta desigualdad y convergencia de territorialidades se complejiza en un contexto


de post turismo, donde las movilidades actúan como un catalizador que acelera estos
procesos. Estas relaciones sociales que construyen el territorio son relaciones de
poder. “El territorio está vinculado siempre con el poder y con el control de procesos
sociales mediante el control del espacio” (Haesbaert, 2014). Desde esta comprensión
del territorio se traducen tres fenómenos claves para entender la forma en que ocurren
las interacciones y relaciones sociales en el contexto actual de pandemia:

a) En primer lugar, la convergencia espacio-tiempo, que se refiere a la manera en que


las tecnologías del transporte y la información tienen el efecto de mover los lugares y
la gente unos respecto a los otros, cambiando las percepciones de la distancia y
disminuyendo su importancia como limitante de la interacción social. La distancia
entre los lugares se relativiza y comienza a depender de las posibilidades tecnológicas
y del poder de los agentes. Los lugares convergen y divergen en espacio-tiempo y las
posibilidades de interacción entre ellos depende de su localización relativa (Lyshon,
1995; en Montañez Gómez y Delgado Mahecha, 1998). En un contexto de pandemia
el hogar se convirtió en el espacio de trabajo, de estudio y de ocio. La hibridación entre
las diversas funciones residenciales y turísticas eran fenómenos que ya ocurrían con
el advenimiento de la posmodernidad y el post turismo, pero que el contexto de
pandemia ha potenciado y otorgado nueva dimensión. Las nuevas elites hipermóviles,
aún en el contexto actual, continúan manteniendo una posición de poder que
seguramente se acentuará en un futuro post pandemia debido a la ampliación de la
brecha entre aquellos que acceden a este nuevo sistema-mundo y aquellos que
permanecen al margen: del desarrollo, de las posibilidades, de las oportunidades.

b) En segundo término, el distanciamiento tiempo-espacio, que refiere al hecho de


que las interacciones sociales pueden ser locales o de presencias físicas y remotas no
co-presentes, es decir, entre ausentes a través del espacio-tiempo. Esto permite
pensar en sociedades continuas e interdependientes en el espacio-tiempo, ya que la
posibilidad de contactos distanciados ofrece nuevas posibilidades de interacción
social, aumenta el alcance de la actividad espacial y connota nuevas formas de
territorio y de territorialidad. Partiendo de esta premisa, la construcción de territorios
no se explicaría sólo por lo local, sino que puede ser -e indefectiblemente es- el
resultado de una conjugación entre lo cercano y lo remoto, entre distintas escalas
globales, regionales y locales (Lyshon, 1995; en Montañez Gómez y Delgado Mahecha,
1998).
Este fenómeno de distanciamiento espacio-tiempo en un contexto de pandemia,
donde la población se halla confinada y aislada en su propia residencia tanto por
decisiones políticas como por decisión personal, adquiere una nueva dimensión en la
construcción de territorios. Las posibilidades de construcción de territorio y
territorialidad, una vez más, quedan en manos de las macroterritorialidades del poder,
de estas elites hipermóviles e hiperconectadas, mientras que los sectores con escasas
posibilidades de conectividad se encuentran al margen.
27
c) Por último, el concepto de compresión tiempo-espacio combina los dos anteriores
y atribuye estos dos fenómenos a los procesos e imperativos del desarrollo del
capitalismo como sistema global. Un escenario en donde se multiplican las formas de
territorialización y la convergencia de multiterritorialidades en continua disputa, con
la acentuación de procesos de exclusión, segregación y desigualdad social.

Nuevos procesos de des/re-territorialización se acentúan en los nuevos


microterritorios derivados del confinamiento, lo que provoca que muchas prácticas
sociales que antes de la pandemia se realizaban en determinados espacios de la ciudad,
se practiquen ahora en el entorno cercano. Este redescubrimiento de lo cercano puso
en valor la escala barrial y microterritorial, otorgándole nuevos usos al espacio y por
lo tanto nuevos procesos de territorialización que entran en disputa.

Estas nuevas microterritorialidades en disputa incorporan una multiplicidad de


nuevos sentidos puestos en juego en el territorio.

4) Nuevos escenarios de post turismo: el turismo en la vida cotidiana y la


potenciación de los destinos emergentes.

El aislamiento por la pandemia y luego la salida gradual y paulatina de la reclusión


y la progresiva vuelta a cierta movilidad, han promovido en todo el mundo el
redescubrimiento de nuevos espacios, la apropiación material y también simbólica de
nuevos lugares en las cercanías, puestos en juego y para jugar, en el decir de Urry (2004).
La tradicional concepción del espacio turístico discontinuo entra en crisis, y deja lugar
a un nuevo espacio post turístico continuo, caracterizado por escenarios de mayor
hibridación turística residencial, donde más que nunca el turismo entra en la vida
cotidiana. Pensar entonces el mundo cotidiano versus el mundo turístico como una
dicotomía disociada, como plantean los tradicionales enfoques sistémicos del turismo,
dejaría de incorporar esta invitación a repensar nuevos esquemas de relaciones e
influencias de uno y otro mundo (Gallardo, 2018).

La salida del encierro ya deja vislumbrar nuevas hipermovilidades de cercanías,


nuevas búsquedas de experiencias, hibridaciones turísticas residenciales que
conllevarán a nuevas modalidades del post turismo. La configuración del post turismo
a partir de la identificación de fenómenos dados en circunstancias de la vida cotidiana
potencia el rol de los destinos turísticos emergentes, aquellos con potencial de
atractivos y experiencias, pero que aún no se encuentran posicionados en los
mercados actuales.
Todo el mapa de oportunidades cambia en este espacio post turístico continuo,
porque las nuevas búsquedas de experiencias pueden encontrar la fuente de
tematización y resignificación en las historias de la vida cotidiana, en los lugares
resignificados y reapropiados en estos espacios de cercanías.

La misma falsa dicotomía destino consolidado / destino emergente se desdibuja


en este nuevo posturismo, porque ¿Qué es lo consolidado y qué es lo emergente?,
28
todo lo que hemos aprendido sobre el desarrollo turístico entra en crisis; los
tradicionales destinos turísticos consolidados tienen que repensar desde cero su base
servuctiva ante esta enorme y paradójica inmovilidad, mientras que las búsquedas de
los post turistas se enfocan en la cotidianeidad de las cercanías, donde se difuminan
las puestas en escena tradicionales del turismo.

Discusión: La necesidad de repensar el posturismo superando


los enfoques estructuralistas
Estos escenarios reafirman la necesidad de profundizar y repensar el campo del
turismo en clave territorial desde la posmodernidad. Mientras el campo disciplinar
del turismo enfrenta un cambio ontológico drástico en la propia naturaleza de su
objeto y sujeto de estudio, lo hace además en un contexto epistemológico que, como
bien reconoce Hiernaux (2008), aún no ha superado los enfoques estructuralistas.

Los nuevos escenarios de la hipermovilidad plantean una ruptura en la manera de


comprender el espacio turístico como discontinuo, propio de los enfoques
estructuralistas. En este enfoque, el espacio turístico se piensa como un mosaico en
el cual se enumeran y definen partes, se especifican vínculos funcionales que ligan sus
componentes y se planifica a partir de la estructuración del espacio físico que pone el
foco en la posición que ocupan los atractivos turísticos (Boullón, 2006). En términos
generales, el predominio de este abordaje parte de un fuerte empirismo y un claro
corte propositivo que intentó dar respuestas a la demanda de la actividad y a políticas
sectoriales que asumen al turismo como un fenómeno estrictamente económico
(Troncoso, 2016). Es necesario promover marcos más amplios de reflexión
epistemológica que permitan dar cuenta de todas las complejidades del turismo desde
una postura crítica. Las contribuciones de los estudios posmodernistas y
posestructuralistas dentro de las ciencias sociales, y particularmente dentro de la
geografía, cuestionan estas visiones estructurales, recuperando debates más amplios.
El giro cultural ha conllevado nuevas orientaciones de análisis y reflexión dentro del
campo del turismo, no sólo haciendo hincapié en la dimensión cultural sino también
en el individuo y sus prácticas cotidianas en los destinos turísticos.

A grandes rasgos, el posestructuralismo puede definirse como uno de los discursos


académicos posmodernistas, que presta atención al lenguaje, el poder, el deseo y la
representación como categorías discursivas (Rifa Valls, 2003). Desde este enfoque
se piensa el post turismo, donde espacio-tiempo dejan de ser fragmentados y
discontinuos, y donde “no puede existir un modelo perfecto de enclave donde el turista-
visitante estuviera sometido a reglas estrictas sobre qué tiene que visitar o consumir y que
existe la posibilidad de una actitud más abierta y libre del llamado “post turista”, es decir
aquel que no solo reproduce las reglas implícitas del viaje pautado sino que ejerce su propia
iniciativa” (Hiernaux y González, 2014).

En este sentido, el post turismo articula un espacio continuo frente a los planteos
estructuralistas. Esta nueva geografía de las redes pone el acento en la interacción y
enfatiza la configuración de un espacio de relaciones entre sujetos-actores-territorios,
considerando sus posiciones, jerarquías, centralidad, intermediación o periferia. Son
29
territorios-red donde las movilidades juegan un papel preponderante y el hibridismo
de la territorialidad intensifica el fenómeno de la multiterritorialidad.

El reconocimiento de diferentes lógicas y diferentes ritmos de


desterritorialización/reterritorialización derivados de este nuevo post turismo y la
profundización de un esquema de multiterritorialidades en disputa como marco
explicativo de los conflictos territoriales derivados de este fenómeno, se presentarán
como elementos de ruptura característicos de los enfoques posestructuralistas, para
interpelar y reinterpretar estos escenarios.

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UNA APROXIMACIÓN A LAS ALTERNATIVAS DE
DESARROLLO TURÍSTICO EN CONTEXTOS DE LA
PANDEMIA DEL CORONAVIRUS
31

Marcelo Impemba Silvana Suarez


impemba@smandes.com.ar silreneesuarez@hotmail.com

Alejandro Karlau
akarlau@yahoo.com.ar

Presentación

Los temas y contenidos expresados en el presente ensayo, son abordados tanto


en la asignatura de la carrera Licenciatura en Turismo “Políticas de intervención para el
desarrollo turístico en poblaciones rurales”, como en el Curso de Posgrado “La dimensión
cultural del desarrollo turístico”, que se vienen dictando desde hace diez años en la
Facultad de Turismo de la Universidad Nacional del Comahue.

Tanto el desarrollo turístico como su incidencia socio-cultural y económica en


territorios de la región andina patagónica de Argentina, han representado un amplio
campo de exploración e indagación teórica - práctica, que se han expresado en
diversos proyectos de investigación, extensión y voluntariado universitario.

En ellos se ha estudiado y analizado aquellos cambios en las condiciones


ambientales y sus prácticas productivas, en contextos turísticos complejos en
conflicto, y las consiguientes transformaciones territoriales como consecuencia de
modelos de desarrollo, donde ha primado lo económico sobre lo social, convirtiendo
al paisaje en un recurso, y a los destinos turísticos en escenarios de dudosa identidad.

En el caso de América Latina, el turismo personifica la posible solución a situaciones


de crisis de las economías regionales, una herramienta - medio para paliar situaciones
de recesión de las actividades productivas tradicionales y en particular en contextos
rurales. Más aún, en estos momentos en que se debate la salida a la pandemia del
Coronavirus y sus consecuencias sobre la economía mundial y el turismo en particular.

Se presenta una oportunidad para (re) pensar en las actuales condiciones de la


denominada pospandemia, otras alternativas a un desarrollo turístico asociado al
extractivismo, que ha consolidado una situación de desigualdad e injusticia social
cada vez más difícil de sostener. Consideramos que es un tiempo y espacio propicio
para su formulación debido a la incertidumbre por la que está atravesando el turismo,
en especial aquellas formas masificadas que han hecho crisis y que la pandemia sólo
ayudó a visibilizar y profundizar.

Pandemia y un análisis al modelo de desarrollo turístico

Como se ha venido sosteniendo en diversas publicaciones y artículos, el turismo


32
es un campo social donde se reconocen e interpelan las diferentes formas de poder,
de los diversos actores sociales que intervienen en forma directa e indirecta en el
hecho turístico (públicos, privados u organizaciones comunitarias). Una disputa por
la apropiación del territorio, cuando el paisaje se convierte en un recurso donde se
superponen diversas “capas” de las diferentes formas de distribución de poder, bajo
la forma de las jurisdicciones estatales y/o propiedades privadas. En esta base política
y económica se define la construcción social de la distribución de las posiciones de los
capitales sociales, económicos y culturales en juego.

El turismo es un proceso sociocultural, que no remite exclusivamente a un espacio


físico. Por el contrario, para ser analizado es necesario abordarlo en relación con
contextos históricamente focalizados, siendo indisociable del marco político que lo
condiciona y contiene. Para dimensionarlo en toda su diversidad, el turismo es un
proceso sociocultural y político, como consecuencia de su contextualización
significativa y social; es el resultado de un tiempo y espacio que lo determinan.

Este espacio es resultado de relaciones sociales -y de la falta de ellas-, una trama


compleja de redes, prácticas e intercambios. Es un espacio de vínculos colmados de
poder. En este sentido, aparece la dimensión de la multiplicidad de los territorios,
donde sus características e identidades son productos de relaciones dentro de un
espacio más amplio. Una multiplicidad de entidades con sus propias trayectorias
(Massey, 2007).

Impulsado por políticas públicas, ha prevalecido en consecuencia una visión del


turismo como una herramienta de desarrollo desde una perspectiva principalmente
económica asociada a la idea del progreso lineal, que lograría la provisión de bienestar
material y mejores condiciones de vida para la población local de una localidad, región
y/o provincia.

En este contexto, y muy especialmente a partir de la década de los ´90, la


participación del Estado en el desarrollo de la actividad turística se limitó a reproducir
factores de atractividad hacia el capital, fijando una política cambiaria y el montaje “de
un clima de negocios amigable”, que atrajera inversiones mayoritariamente foráneas.

El turismo así entendido sería un instrumento de crecimiento y progreso desde


una lógica racional; fue impulsado desde sus orígenes por la Provincia de Neuquén,
en el marco de políticas públicas impuestas desde factores hegemónicos del propio
Estado, articulando con sectores del capital, en consonancia con un modelo que
hundía sus raíces en el desarrollismo y que ha prevalecido hasta el presente. De esta
manera, el turismo ha representado y sigue representando una llave que abriría las
puertas a la diversificación económica, que sustituya paulatinamente la matriz
extractivista dependiente de la renta hidrocarburífera, que la ha condicionado hasta
el presente como principal fuente de recursos para la planificación y ejecución de
políticas públicas (Suárez, Impemba y Rodríguez, 2017).

Esta lógicas y metodologías aplicadas en consonancia, nos lleva a pensar


críticamente y por consiguiente a un replanteo del discurso y del modelo de desarrollo,
que se ha consolidado en los últimos sesenta años a escala regional y por ende se ha
33
introducido y trasladado al turismo, en una suerte de “estandarización” de los mismos
paradigmas que han guiado el desarrollo, aplicados en contextos diversos,
abstrayendo las problemáticas de su marco político y cultural, y proponiendo por ende
soluciones neutrales, siendo la planificación una herramienta de estas lógicas de
desarrollo. Un desarrollo que contradictoriamente, muestra su verdadero rostro con
el aumento de los niveles de pobreza y desocupación, sosteniendo y reforzando las
relaciones de poder que han fomentado la concentración económica y una producción
centralizada a gran escala, en contra de una descentralización de la producción a escala
local (Manzanal, 2010). En este sentido, los últimos datos del INDEC, que comprenden
el primer semestre del 2020 sobre la pobreza en Argentina, dan cuenta de un índice
del 40,9%, con una desocupación del 13,10%. Para el conglomerado Neuquén-
Plottier, el porcentaje pobres/indigentes es del 42%, alrededor de 283.553 personas.

La concepción del turismo asociada a esta ideología del desarrollo se basa en una
política económica sustentada en la introducción de nuevas actividades en zonas
marginadas para hacerle frente a la pobreza (Organización Mundial del Turismo, OMT,
1999). Como manifiesta Escobar (2007) “A pesar de los cambios recientes en esta
geopolítica –el descentramiento del mundo, la desaparición del segundo mundo, la
aparición de una red de ciudades mundiales, y la globalización de la producción
cultural– ella continúa ejerciendo influencia en el imaginario.” (p. 29).

Una mirada que ha predominado es que el turismo es principalmente un hecho


netamente económico, impulsando un desarrollo endógeno con el ingreso de
inversores foráneos, que tienden a prometer el dinamizador del gasto del turista o
“efecto multiplicador”, y así a cuenta del efecto “derrame” generar ingresos y empleo
en zonas generalmente deprimidas o con realidades de profunda desigualdad, y graves
índices de las condiciones de acceso al empleo, salud, educación e infraestructura. El
mayor cuestionamiento que ha recibido este modelo de desarrollo turístico, se basa
en que ninguno de estos argumentos se ha cumplido en las sociedades locales de los
destinos turísticos donde se ha implementado.

Precisamente este contexto de pandemia, ha servido para desnudar ciertas


realidades, y una ha sido las consecuencias que han sufrido las economías de enclave,
en el caso del monocultivo del turismo que ha promovido en muchos casos la
sustitución de actividades productivas que aseguren las condiciones de subsistencia
de sus poblaciones locales. Estas han sido reemplazadas en cambio por la especulación
inmobiliaria de la tierra y una economía especializada en los servicios. La pandemia ha
posibilitado visibilizar las profundas desigualdades, resultados de un modelo de
desarrollo extractivista, que como sostiene Svampa y Viale (2014) constituye un
patrón de acumulación sustentado en la sobreexplotación de los recursos naturales,
con una lógica “eficientista”, avanzando sobre aquellos territorios considerados
improductivos. Según manifiesta Segato (2019), el actual es un mundo de la
“dueñidad”, el señorío y el decoro, hay dueños del mundo. Estableciendo una analogía
con el territorio nacional, regional y/o provincial, estas desigualdades y
concentraciones de la riqueza y territoriales también se expresan en el turismo. A
modo de ejemplo puede mencionarse la privatización de las costas de lagos y ríos de
la región, convertidos en recursos turísticos, con “dueñidad” nacional y extranjera.
34
En ámbitos rurales, el turismo personifica la posible salida de las continuas crisis
de las economías regionales, un recorrido de supuestos beneficios mediatos ante el
retraimiento de las condiciones de una economía tradicional y familiar basada en la
subsistencia. Más aún, en estos momentos en que se debate la salida a la pandemia
del Coronavirus y sus consecuencias sobre la economía mundial, el turismo sería una
herramienta para resolver, no sólo la coyuntura que se presenta, sino también
problemáticas estructurales ejerciendo “presión” sobre el medio rural.

El lema 2020 elegido por la OMT es “Turismo y Desarrollo Rural”. Esta institución
sostiene que este 40° aniversario del Día Mundial del Turismo -27 septiembre- se
produce “cuando el turismo se enfrenta al mayor desafío de su historia”. En
contraposición, se debe poner en debate si la OMT y los Estados miembros consideran
en primer lugar una consulta sobre las necesidades y opiniones de las poblaciones
locales en contextos rurales o periurbanos, y las implicancias de la diferencia en la
distribución de los ingresos económicos, reproduciendo en muchos casos los niveles
de concentración y desigualdad sobre la población local; además de los graves
impactos ambientales sobre un espacio social, reconvertido en recurso a través de
paradigmas que sostienen conceptos cada vez más cuestionados, como la “puesta en
valor” de sus paisajes y cultura.

Innumerables son los ejemplos donde el turismo se ha desarrollado bajo un modelo


que promueve principalmente la maximización de la rentabilidad, bajo el formato de
un turismo masificado –que se puede denominar más apropiadamente “extractivista”-,
dentro de una lógica neoliberal que lo ha promovido a partir de la década de los años
´90.

En este sentido, Svampa y Viale (2014) advierten que la escala de los


emprendimientos de tipo extractivistas, además de ser de gran envergadura, también
son inversiones que tratan de actividades capital-intensivas y no trabajo-intensivas,
y los actores involucrados tienden a la concentración económica del tipo de grandes
corporaciones transnacionales.

De acuerdo a lo que refiere de Sousa Santos (2020), la pandemia brinda una libertad
caótica a la realidad y fracasa cualquier intento de aprehenderla analíticamente: “La
realidad suelta y la excepcionalidad de la excepción”. Porque no sólo la realidad siempre
va por delante de lo que se piensa o analiza sobre ella, sino que también teorizar sobre
ella es poner las categorías y lenguaje conocido al “borde del abismo”.

Estas racionalidades hasta aquí expuestas han encontrado en el turismo una base
ideológica sólida, para reforzar los pares de opuestos que han cruzado la historia de
América Latina y de gran parte del mundo, y que todavía se siguen sustentando:
dominador/dominados e inclusión/exclusión.

La pandemia y sus consecuencias, ofrecen un espacio y un tiempo para repensar


el desarrollo turístico, un debate necesario sobre el rol del Estado y la promoción de
la actividad privada -que estimula principalmente la radicación de inversores en el
sector servicios, en especial de origen foráneo-, en lugar de promover los pequeños
35
y medianos emprendimientos locales. Se hace imprescindible incorporar lo
comunitario como herramienta de planificación y desarrollo; los sectores de
trabajadores formales e informales, los espacios colectivos donde estos actores
puedan expresarse y construir alternativas, y no sólo a través de mecanismos de
participación mediados por la representación de asociaciones hoteleras,
gastronómicas y/o de comercio, entre otras.

Esta situación actual, expresa Costa (2020), es un “accidente normal” en el sentido


de ser un acontecimiento que irrumpe la normalidad, porque hay condiciones
sedimentadas para que ese accidente efectivamente acontezca. La propagación veloz
del virus advierte la autora, se debió a la aceleración del BIOS, del contagio y por la
aceleración de la técnica, por la posibilidad de contagio entre ciudades, países,
hemisferios, posible por el desarrollo de los medios de transportes terrestres,
marítimos y aéreos. Y en esto, el turismo fue una actividad protagonista en la
propagación del virus por la característica propia del desplazamiento; a la vez será una
de las últimas en volver a realizarse y retornar a una tan mentada “nueva normalidad”.

A modo de conclusión

Entonces, ante este panorama por demás complejo y novedoso, cabe preguntarse:
¿De qué hablamos cuando hablamos de nueva normalidad en turismo? ¿Cuál es el rol
de las/los académicas/os en el proceso de producción de conocimiento científico e
intervención en los territorios turísticos? ¿Creamos una nueva normalidad sustentada
en la sedimentación de las concepciones y lógicas subyacentes en la “anterior” o
transitamos el camino de (re) pensar “otra normalidad”?

Los integrantes de la Universidad Pública, tienen el deber de interpelar una realidad


dada, desde una perspectiva crítica y analizar los debates actuales de las/los
intelectuales, políticos, movimientos/agrupaciones/organizaciones, que alzan la voz
para expresar las condiciones del actual momento histórico a escala local y global.
Dichas voces expresan la urgente necesidad de poner en tensión la relación entre el
capitalismo y la naturaleza, habida cuenta que el virus y su propagación no sólo se debe
a la rápida circulación y contagio, sino que también está vinculado a los modos en que
el sujeto se relaciona con la naturaleza; en el caso que nos atañe, una dinámica de uso
intensivo de los territorios turísticos y una intervención signada por la racionalidad
económica sobre la sustentabilidad social y ambiental.

Y aquí adquiere un poder significativo la producción científica, la formación


académica de profesionales como sujetos políticos, en el campo de las Ciencias
Sociales y Humanas en las que se inscribe el turismo. Lander (2000) afirma que hay
que preguntarse al servicio de quién está nuestra práctica en la Universidad Pública,
en qué aporta a la sociedad civil y a la comunidad científica lo que realizamos. En este
sentido, el pensamiento crítico representa un instrumento de reflexión y acción para
transitar un proceso de cambio de paradigma, que sitúe en el eje del desarrollo a los
sujetos y la naturaleza como objetos de derecho; el respeto y reconocimiento por el
saber de otras culturas; con políticas públicas que direccionen hacia una sociedad más
equitativa, más igualitaria; por un modo de concebir al turismo como práctica
36
sociocultural, económica y política sustentada en comprender otras cosmovisiones/
visiones emergentes en los territorios locales. Una articulación con otras
“multiescalaridades” que proponen la centralidad del desarrollo en la biodiversidad y
en la diversidad sociocultural.

Finalmente, y a modo de cierre provisional, resta preguntar y preguntarse ¿Es


posible un desarrollo humano en el marco del capitalismo neoliberal, la globalización
y el citado posdesarrollo? ¿Tiene posibilidades un desarrollo no capitalista, con actores
no hegemónicos, basado en la independencia política, económica y cultural?

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38
UNA OPORTUNIDAD PARA NUEVAS POLÍTICAS DE
GESTIÓN INTEGRAL DEL TURISMO

39

Juan Manuel Andrés


juanmanuel_andres@hotmail.com

Introducción

La pandemia del Covid-19 generó una crisis sin precedentes en la sociedad y la


economía mundial. En este contexto se vio particularmente afectado el turismo. Las
empresas y emprendedores del sector pasaron meses sin actividad por las fuertes
restricciones que dispuso el gobierno nacional, haciendo frente a costos fijos y
poniendo en práctica nuevos protocolos sanitarios mientras se perdieron de forma
total o parcial temporadas invernales y estivales. Este panorama también impactó en
el Estado, cuyos ingresos por recaudación bajaron al mismo ritmo que la actividad
económica privada. La imprescindible asistencia de los gobiernos para el sector,
entonces, se ha visto limitada.

La principal dificultad visualizada durante esta crisis es la de adaptar la estructura


y procedimientos estatales a una situación que requiere intervenciones, tanto
generales como puntuales, en muchos niveles. Sin embargo, esa problemática pre
existió a la “era covid-19” y no sólo para atender situaciones críticas, sino también en
la definición de la agenda pública y la planificación de largo plazo.

La experiencia de la pandemia del Covid-19 representa una posibilidad para


mejorar cuestiones de base para el desarrollo sostenible del turismo, trabajando en
la articulación, comunicación, participación y desarrollo de una estructura física y
social para una gestión integral de la actividad.

Problemáticas de las políticas tradicionales

Los esquemas burocráticos y rígidos plasmados en los organigramas y sistemas de


trabajo del Estado dificultan la participación de otros actores y la rápida resolución de
problemas (Andrés y Torre, 2015). En las últimas décadas, se dieron situaciones
complejas producidas por políticas públicas de desarrollo turístico plasmadas en
planes, programas y proyectos que no contemplaron las visiones y necesidades de la
sociedad y, por lo tanto, no tuvieron continuidad en el largo plazo. La falta de
participación o la simulación de esa participación han producido malestar y oposición
por parte de los vecinos, prestadores de servicios y hasta de los turistas ante decisiones
gubernamentales que no resolvieron las problemáticas de fondo o lo hicieron sólo
parcialmente. Este tipo de rechazo se da cuando el modelo de planificación es
tradicional, determinístico y tecnocrático, con una fuerte distinción entre el sujeto
40
que planifica y el objeto de la intervención: la sociedad, su territorio y sus actividades
(Andrés, 2020).

El resultado ha sido una relación negativa y conflictiva entre el turismo y la


biodiversidad, la imposibilidad de que los pobladores locales definan qué tipo de
desarrollo turístico desean y cómo participar de él, un desigual reparto de los
beneficios producidos entre los actores sociales, la pérdida de identidad cultural y
ambiental y la disminución de la capacidad de resiliencia ante crisis o eventos
catastróficos.

Oportunidad para una nueva gestión integral del turismo

Si se busca capitalizar esta situación, es posible trabajar sobre tres ejes generales
para un desarrollo integral del turismo. El primer eje es la relación de la sociedad y la
naturaleza o, expresado de otra forma, la relación entre el uso recreativo-turístico de
los sistemas naturales y la conservación de la biodiversidad. El segundo se vincula con
la comunicación y la participación en la gestión del turismo y la planificación del
ordenamiento territorial. Por último, se debería trabajar en las variables que permitan
mejorar la capacidad de desarrollo y resiliencia.

Eje - Relación Sociedad Naturaleza

El desarrollo implica un equilibrio entre el crecimiento económico, la justicia social


y el respeto por la biodiversidad y la dinámica de los sistemas naturales. Al respecto,
Gudynas expresó que “es cierto que debe existir un crecimiento económico en
América Latina, pero es imperioso discernir en qué sectores, y bajo qué mecanismos
debe darse, de manera de asegurar la mayor justicia social en sus beneficios. El
crecimiento económico no puede ser un fin en sí mismo, sino uno de los componentes
en el desarrollo” (Gudynas, 2004: 44).

“La crisis ambiental ha planteado la necesidad de dar bases de sustentabilidad al


proceso económico, buscando controlar y revertir los costos ecológicos de los
patrones de producción y consumo, y sus efectos en el deterioro ambiental y en la
calidad de vida de las mayorías” (Leff, 2004: 353).

Se propone promover la educación ambiental contextualizada de las poblaciones


locales y el desarrollo de nuevos paradigmas del turismo en naturaleza (Encabo et al.,
2016) que busquen revertir la tendencia del turismo tradicional neo extractivista que
mercantiliza la naturaleza, hacia un desarrollo sostenible del turismo con racionalidad
ambiental (Leff, 2004).

El turismo debe gestionarse para mejorar la calidad de vida de los pobladores


locales, a través de políticas que ayuden a minimizar los impactos ambientales
negativos, mejoren la distribución de ingresos y bajen la estacionalidad.
41
Es imprescindible generar un nuevo modelo de gestión de destinos turísticos de
montaña ligados a ámbitos de conservación (Andrés, 2018), que contemplen
presupuesto, participación, comunicación, una estructura institucional acorde y
herramientas de gestión adecuadas.

Eje - Participación y Comunicación

La comunicación y la posibilidad de generar certezas sobre el futuro inmediato y


de mediano plazo son dos variables de importancia a la hora de enfrentar crisis como
la que atraviesa el sector turístico por la pandemia del COVID-19. La incertidumbre
impide planificar o visualizar un horizonte. La incertidumbre de los viajeros sobre la
seguridad sanitaria o sobre cuándo se permitirá viajar, la incertidumbre de los
trabajadores del sector turístico y del futuro de sus empleos, la incertidumbre de los
propietarios de pequeñas y medianas empresas, que han realizado inversiones para
mejoras, mantenimiento y promoción, y que deben mantener a sus empleados pese
a no percibir ingresos. En este sentido, cobra vital importancia la comunicación.
Rodríguez-Toubes y Álvarez (2013) entienden que habitualmente se pone el mayor
esfuerzo en reducir los riesgos desde el punto de vista técnico y económico y no tanto
en el riesgo percibido. Ese riesgo percibido es el que afecta a las decisiones de los
distintos actores, y se puede gestionar por medio de apropiadas estrategias de
comunicación.

Se propone mejorar la comunicación institucional y abrir espacios reales y


constantes de participación social informada. Promover el derecho de la ciudadanía
a participar activamente en la formulación de las políticas de desarrollo, permitiendo
que el conocimiento, las ideas y la experiencia de los ciudadanos enriquezcan los
procesos decisorios, creando nuevos espacios de encuentro y diálogo (Andrés, 2014;
2020).

Las definiciones de políticas de desarrollo “ya no pueden ser controladas por


mecanismos estatales (planificación tradicional), ni por mecanismos de mercado
(asignación de recursos económicos sin consideraciones dinámicas y sociales), (…) es
necesario recurrir a políticas que fomenten la participación de la sociedad local en el
proceso de desarrollo, que involucren a los grupos locales en la toma de decisiones y
que, por lo tanto, busquen adecuar el interés de los actores individuales al interés
colectivo del territorio” (Madoery, 2001: 11).

Desde el punto de vista institucional, se debe mejorar la articulación entre áreas


del Estado y entre jurisdicciones, trabajando ejes estratégicos de forma intra e
interinstitucional, interjurisdiccional e intersectorial (Andrés yTorre, 2015; 2016).
Las nuevas tendencias teóricas y experiencias prácticas, que han ido ganando
espacio al racionalismo constructivista de la planificación tradicional, promueven un
desarrollo endógeno, con conocimiento local, participación y vinculación entre
actores sociales, entre sistema productivo y sistema científico y la ampliación de
capacidades locales a través del empoderamiento.

42 Eje - Capacidad de desarrollo sostenible y resiliencia

…de las provincias, los destinos, los emprendimientos y los profesionales del
sector.

El objetivo principal de la gestión pública en materia de crisis desatadas por eventos


naturales o sociales debería ser el logro de una alta resiliencia, entendida como la
capacidad de un sistema de absorber perturbaciones y volver a un estado anterior (o
incluso mejor) luego de una adversidad, una etapa crítica o catástrofe. Este concepto
proviene de la ecología, donde, como expresa Cuevas (2010), es comprendida como
la elasticidad de los ecosistemas y/o comunidades o la capacidad que tienen las
especies que forman parte de estos, de regresar al estado original después que se ha
producido un cambio debido a perturbaciones naturales o por actividades humanas.

Sancho y Vélez (2009) definen la resiliencia de los sistemas turísticos como la


capacidad para recuperar los equilibrios o para absorber esfuerzos o fluctuaciones
externas teniendo en cuenta sus habilidades auto organizativas.

Dentro de las herramientas para lograr la resiliencia se encuentran cuestiones


físicas (una red sostenible de sistemas materiales para el apoyo de las comunidades,
como suministro de agua, gas, electricidad, sistemas de transporte, carreteras,
sistemas de saneamiento, vías de evacuación y refugios temporales), económicas
(empleo, ingresos, ahorros, capacidad de inversión), sociales (capacidad de
comunicarse, establecer redes formales e informales, organizarse y resolver
conflictos), culturales (identidad y cohesión de la población, saberes tradicionales y
costumbres), humanas (acceso a alimentos, educación, salud y seguridad),
institucionales (disponibilidad de recursos materiales y organizacionales, sistema de
prevención y planificación), ambientales (acceso a recursos naturales y condiciones
de sostenibilidad ecológica), y políticas (liderazgo, participación y representación de
los actores involucrados).

¿Qué significa esto para el desarrollo integral del turismo? Que tanto para afrontar
futuras crisis como para lograr la sustentabilidad, es necesario trabajar en diferentes
aspectos que producirán bases robustas sobre las que podrán generarse políticas a
largo plazo.

En este sentido, la propuesta es, tal como se expresa en los Objetivos de Desarrollo
Sostenible 2030 (Naciones Unidas, 2018), desarrollar infraestructuras fiables,
sostenibles, resilientes y de calidad, para apoyar el desarrollo económico y el bienestar
humano, haciendo especial hincapié en el acceso asequible y equitativo para todos.
Para ello se debe mejorar la infraestructura para lograr mejor conectividad hacia y
entre todos los destinos de la provincia y la norpatagonia. Esto incluye rutas,
maquinarias y materiales para el mantenimiento en verano e invierno; lograr la plena
conectividad telefónica e internet con la calidad y velocidad que requiere el siglo XXI.

Para enfrentar el turismo post pandemia y los nuevos protocolos, se deberá dotar
a los destinos turísticos de instalaciones y equipos médicos suficientes para afrontar
eventuales crisis sanitarias o desastres naturales y promover la innovación y la
43
inversión en sistemas de gestión y tecnología para los alojamientos, gastronomía y
prestadores de servicios.

Las cada vez más frecuentes noticias sobre impactos ambientales muestran
claramente que se debe mejorar la dotación de recursos para el control de incendios,
fiscalización en áreas protegidas, de conservación de bosques nativos y fauna
endémica. Esta inversión mejorará las condiciones sanitarias de nuestra región.

En cuanto a la capacidad del sector turístico de enfrentar nuevas crisis desde el


punto de vista económico y laboral, es imprescindible que los gobiernos nacionales,
provinciales y municipales creen fondos anticíclicos, seguros de desempleo y
programas de diversificación productiva de destinos turísticos. Esto permitirá en el
mediano y largo plazo no depender del monocultivo turístico, y que los emprendedores
y empresas del sector no deban ser los que soporten todo el peso de las crisis.

Conclusión
El desarrollo integral de turismo sostenible permitirá el sustento de las personas
que trabajan en la actividad, la calidad de vida de las familias y un ambiente sano. Pero
es importante destacar que “el desarrollo es un proceso territorializado de maduración
social (aprendizaje colectivo para el cambio cultural) y construcción política que se
despliega en múltiples dimensiones” (Madoery, 2001:14).

Esta no es la primera crisis que vive el turismo y no es la primera vez que la


norpatagonia se enfrenta a situaciones complejas. Erupciones, hantavirus, cracks
económicos y hasta terrorismo han provocado momentos críticos para el sector. Pero
esta pandemia con una extensión temporal tan larga, debería mover los cimientos
mismos de la organización institucional y la dinámica de los sistemas turísticos, para
salir robustecidos y con mejores herramientas ante futuras crisis y para desarrollarnos
más y mejor.

Los destinos turísticos de la provincia de Neuquén y de la norpatagonia en general,


vinculados en su mayoría a paisajes de montaña y dependientes de una alta
estacionalidad en sus ingresos, están expuestos naturalmente a posibles eventos que
generarán disturbios y crisis. La posibilidad de generar resiliencia estará en la
capacidad de articular decisiones para mejorar el uso del entorno natural, para bajar
la estacionalidad y para diversificar la oferta de actividades con el fin de tener más
herramientas para hacer frente a eventualidades.
Si los destinos turísticos de la provincia y la región trabajan en red, se podrá
homogeneizar acciones relacionadas con el capital social y la resiliencia. Se podrían
trabajar temas de identidad, calidad, comunicación, vinculación con el medio y
abordaje de contingencias en toda la red.

El turismo ha mostrado que tiene una alta capacidad de recuperación. Esta


capacidad y “su carácter transversal con otros sectores le confieren un carácter de
44
motor en la restauración de la economía y hacen del turismo un sector idóneo en el
que empezar los esfuerzos de recuperación de un territorio tras una crisis” (Rodríguez-
Toubes y Álvarez, 2013). De Sausmarez (2004) entiende que estas características del
sistema turístico hacen que sea más eficaz para el gobierno concentrar gran parte de
sus inversiones desde el comienzo en este sector, como vehículo y catalizador de
recuperación, antes que desperdigarlas por todos los sectores. Tal vez estamos ante
una gran oportunidad. Dependerá de nuestra capacidad de generar políticas de Estado
para un desarrollo integral del turismo.

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46
TURISMO Y PANDEMIA: DE LA CRISIS A LA OPORTUNIDAD
¿CÓMO ESTAR PREPARADOS?

47

Martin Diego Mendieta Maria Magdalena Perini


nqnmartintur@yahoo.com.ar magdalenaperini@yahoo.com.ar

Introducción

Este ensayo surge a partir de la preocupación detectada por sus autores ante una
situación tan especial y específica como una pandemia. Este hecho, analizado por el
contacto estrecho con empresas y emprendedores del sector turístico de la Provincia
del Neuquén, genera el interés en conocer e indagar respecto de los tres ejes que se
proponen para definir el título propuesto.

Por un lado, se analiza la situación pre-pandemia, la cual se puede definir como “el
estado del arte”, es decir las condiciones, el rol y la preparación de las empresas y
emprendedores del sector turístico para el nuevo año que iniciaba, en los comienzos
de marzo del año 2020. Por otro, la supervivencia durante la pandemia. En esta variable
se analizan las herramientas que surgieron desde las instituciones públicas y privadas,
organismos y asociaciones entre otros; todo instrumento o mecanismo que ayude y
acompañe a las empresas y emprendedores a mantener sus estructuras de costos
durante un tiempo, mientras los ingresos se encuentran paralizados. Por último, se
realiza una descripción de instrumentos que pueden surgir en la post pandemia, para
convertir este contexto en una oportunidad; instrumentos que resultan útiles a partir
de la teoría, combinando la necesidad de las empresas de incrementar sus ingresos y
buscando reinventarse en un nuevo mundo de actividades bajo protocolos.

Situación actual de emprendedores y empresas, dificultades


previas a la pandemia
Las empresas de servicios turísticos, en momentos previos a la pandemia, habían
tenido una temporada de verano 2020 con muy buenos resultados, principalmente
en los destinos de montaña donde se recibieron una gran cantidad de visitantes con
un porcentaje de ocupación promedio del 70%, el mejor de los últimos cuatro años. El
Ministerio de Turismo de Neuquén manifestó que promediando las seis semanas de
la temporada estival, la ocupación llegó al 71,41% en promedio de habitaciones
vendidas en establecimientos habilitados. El factor de ocupación en plazas para las 6
semanas de verano 2020 llegó a 67.60% un 2.34% más que en el mismo periodo de
2019 (+1.55 puntos porcentuales) y el mejor promedio de los últimos 4 años. Esto
habla de un comportamiento de la demanda más estable entre los meses de enero y
febrero con valores cuyos promedios siempre superaron el 60% de las plazas
ocupadas.
48
En concepto de consumo turístico, la suma de las últimas seis semanas pre
pandemia dejó ingresos por 3.211 millones de pesos a la provincia (Ministerio de
Turismo de la Provincia de Neuquén, 2020). Es decir que en la relación de cantidad de
turistas y gasto promedio, la temporada previa a la pandemia, había tenido números
interesantes para los destinos y sobre todo, de manera global, para los emprendedores
y oferentes que apostaron a mejorar los servicios y aumentar la capacidad operativa,
incrementar la calidad y mejorar la oferta, configurando nuevos productos vinculados
a generar experiencias. Asimismo, se propuso atender a turistas que querían recorrer
diferentes destinos, visitando los corredores turísticos y los distintos itinerarios que
armaron los diferentes destinos de la Provincia.

En términos de las dificultades detectadas, se pueden identificar por un lado


aquellas vinculadas a las empresas de servicios que su principal mercado no era el
interno, sino aquellos emisivos que con el incremento del valor del dólar durante el
año 2019 y luego los nuevos impuestos establecidos (impuesto país del 30% - Impuesto
Para una Argentina Solidaria, resolución 4659/2020) para las compras en el exterior,
habían recibido el impacto de menor cantidad de viajeros internacionales y por ende,
la disminución de sus ventas.

Por otro lado, la carga impositiva tanto nacional como provincial en la actividad,
impacta negativamente en la rentabilidad de las empresas. Esto disminuye la
capacidad de ahorro de todas las vinculadas y se visualiza principalmente en aquellas
que se sitúan en destinos que tienen una estacionalidad marcada. Además, la inflación
y la falta de alternativas para mantener el valor actual de los recursos generados
genuinamente hacen que se pierda la capacidad de reinversión y de capital de trabajo
para los momentos en que los flujos de fondos los requieren.

Supervivencia, con las herramientas disponibles durante el


transcurso de un período incierto
El 20 de marzo se implementa la cuarentena como medida para afrontar la llegada
del COVID 19 a la Argentina, y que a nivel mundial no tiene precedentes en estos
tiempos del siglo XXI. Además de las dificultades que tiene sobre la salud de las
personas, tiene un efecto muy fuerte sobre las actividades económicas y sobre todo
en el turismo que depende de la movilidad y de los servicios que implica en un 90% el
contacto entre las personas.

Una de las principales características del turismo es que es un servicio que se ofrece
a partir de personas que hacen que el mismo se materialice. Paradójicamente lo que
permite que la pandemia no se propague, es que las personas no tengan un contacto
estrecho, que la distancia social sea el mejor remedio para evitar el contagio. Desde
marzo hasta el momento de escribir este ensayo, los vuelos y el transporte de pasajeros
no han podido desplegarse, por ende, no hay turistas dentro del territorio de las
provincias como así tampoco, dentro del territorio del país.

Dentro de la Provincia de Neuquén, se implementó la posibilidad de


49
desplazamiento por microrregiones sin circulación comunitaria del COVID-19. Esto
se traduce a la posibilidad de traslados de fin de semana o diurnos, entre localidades
cercanas con mismas características pandémicas. Sin embargo, los mismos no fueron
significativos por la relación entre la poca afluencia de turistas y la gran oferta de
servicios que se encuentran en estos destinos consolidados.

Ante este escenario, las principales dificultades que están afrontando los
prestadores y emprendedores turísticos pasan principalmente por la falta de
generación de ingresos genuinos dado que no hay visitantes ni turistas que se
desplacen, ni un volumen que pueda ocupar gran parte de la oferta existente, tanto
de servicios de alojamiento, gastronómicos como recreativos.

Por otro lado, los principales instrumentos desarrollados por el Estado Nacional
están orientados a que las empresas y emprendedores mantengan primero los
empleos que generan y luego, que puedan mantener su estructura de costos
(alquileres, insumos, gastos, entre otros).

Para cumplir el principal objetivo del mantenimiento de los puestos de trabajo, se


ejecutó el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP). Con este programa,
el Estado abona el 50% del sueldo o bien el equivalente a un sueldo mínimo vital y móvil
y hasta dos mínimos vital y móvil para aquellas empresas cuya facturación no supere
el 30% del mismo período del año anterior. Asimismo, se prorrogó el decreto que
reglamenta la doble indemnización en casos de despido sin causa y se decretó la
imposibilidad de despidos sin causa hasta fin de año.

En lineamiento para la ejecución de este objetivo, se posibilitó a las empresas que


difieran el pago de las contribuciones sociales de los formularios 931 (“cargas sociales
y contribuciones patronales”). En un principio, el diferimiento fue por 90 días, lo que
luego se prorrogó hasta fin de año.

Por otro lado, desde el Gobierno Nacional se llevaron a cabo dos Programas de
Aportes No Reintegrables para el sector turístico (ANR). El APTUR (Fondo de Auxilio
para Prestadores Turísticos) orientado a monotributistas y Responsables Inscriptos
sin empleados y el FACT (Fondo de Auxilio y Capacitación Turística) orientado a
Responsables Inscriptos con nómina de empleados. En ambos casos, el objetivo es el
sostenimiento del empleo.

En relación al segundo objetivo, de generar capital de trabajo para hacer frente a


los costos de estructura, una de las medidas tomadas fue la reglamentación del
congelamiento de las tarifas de alquileres. Asimismo, dentro de esta misma
reglamentación, no se permite la incorporación de intereses por mora en el pago
mensual ni el desalojo.

En este lineamiento, el Banco Central de la República Argentina dispuso a través


de una serie de medidas la posibilidad de diferir las cuotas de los créditos vigentes
hasta el 31/12/2020, sin incorporar intereses por mora. A su vez, estableció la
disponibilidad de líneas de crédito para capital de trabajo tanto en la banca pública
50
como privada con una tasa de interés subsidiada anual del 24% y con la posibilidad de
que el Fondo de Garantías de Nación (FOGAR) asuma el riesgo de las empresas.
Además, organismos como el Consejo Federal de Inversiones pusieron a disposición
del sector, líneas de crédito de rápida disponibilidad y a tasas accesibles para el pago
de sueldos, con mínimos requisitos.

En última instancia, el Estado en conjunto con las asociaciones y cámaras de


turismo, desarrolló e implementó un plan denominado PRE VIAJE. El mismo, tiene
como objetivo incentivar la venta de servicios turísticos para el año 2021, cancelando
durante los meses de Octubre, Noviembre y Diciembre del 2020 y ofreciendo a
cambio, un reintegro del 50% del valor de la factura presentada. Ese reintegro podrá
ser utilizado por el turista que adquiera el servicio una vez realizado el viaje y para
consumo de servicios turísticos en todo el territorio nacional.

Como puede apreciarse, hay una batería de herramientas disponibles para el


sector, que son coyunturales, dirigidas a el “mientras” se reactiva el turismo y se afronta
la pandemia de manera gradual. Muchas de estas posibilidades son utilizadas por los
emprendedores que están siendo afectados por la falta de actividad, aunque queda
todavía un largo camino hasta que se pueda retomar la actividad, al ritmo al que se
preveía para el año 2020.

Finalmente, oportunidades o herramientas post pandemia y


condiciones para prepararse para la reactivación
Dentro de las oportunidades detectadas, se pueden considerar la preparación de
productos y servicios atravesados por la innovación, en la visión de Boscherini y
Yoguel, que aluden a la innovación como el potencial para “romper las rutinas pasadas”
con el objeto de enfrentar la competencia, reaccionar a nuevos estímulos creando, o
recreando, las ventajas competitivas (Boscherini y Yoguel; 2000: 133). En los últimos
años, la generación de experiencias memorables o significativas está comenzando a
visualizarse como “la” forma de pensar e implementar innovación de productos y
verdadera fuente de diversificación y sobre todo diferenciación genuina de productos,
principalmente turísticos. Por tanto, pensar en experiencias antes que en servicios
parece ser una tendencia que ha venido para quedarse y consolidarse, y a la que por
tanto hay que prestarle atención por las posibilidades que encierra de innovación hacia
la competitividad de destinos turísticos en este contexto de pandemia y sobre todo,
pos pandemia. Al hablar de experiencias no se refiere al mero sentido etimológico del
término, puesto que todo o casi todo es una experiencia en el hacer del turismo, sino
a la búsqueda, en el plano sensorial, de nuevas sensaciones de distinto tipo, pero
diferentes a las experiencias de la vida cotidiana. La experiencia es una vivencia que
se aleja de lo cotidiano para transformarse en algo memorable, capaz de contribuir a
un enriquecimiento personal de la persona que la vive. Un producto turístico se puede
considerar experiencia si es capaz de ser multisensorial, responsable, personal,
generar conexión, único y cualitativo emocionalmente (Otero y Gonzaléz. 2011: 13-
14). Quien compra una experiencia, no compra un servicio, lo que quiere es vivenciar
sucesos memorables en los que pueda involucrarse personalmente, aquellos que
cuando vuelve a su lugar de residencia recuerda, refiere, cuenta y quiere volver a vivir.
51
Pine y Gilmore (2000) plantean en su obra “La economía de la experiencia” que el
paradigma de las experiencias significa que los consumidores no están realmente
preocupados por la calidad de un producto o la calidad de una transacción de servicios
en particular. Lo que es verdaderamente importante es su satisfacción general con la
experiencia de uso del producto/servicio turístico. Si bien parte de esta satisfacción
turística implica aspectos propios del producto/servicio, también conlleva muchos
otros factores que rodean e influyen en el uso de ese producto/servicio turístico.

Conclusión

Como se pudo visualizar en este ensayo, si bien las condiciones previas a la


pandemia tenían cargas que incidían en la rentabilidad y la capacidad de las empresas
y emprendedores turísticos, la demanda creciente y la gran oferta de servicios en los
destinos, se encontraban en los mejores indicadores de los últimos años.

Por otro lado, se puede observar que el Estado nacional y provincial, en conjunto
con las asociaciones, cámaras y representantes del sector, implementaron distintos
planes y programas con el principal objetivo de mantener los puestos de trabajo y de
generar capital de trabajo para que las empresas puedan subsistir este período
incierto.

Gracias a la implementación de estos programas, es posible pensar y soñar que en


la medida que se vayan abriendo los destinos, habrá empresas y emprendedores
brindando sus servicios con los protocolos necesarios para no generar nuevos casos
de COVID-19 y que se puedan empezar a disfrutar los atractivos. Sin embargo, en la
medida que no se inicie la apertura gradual de destinos y la conectividad tanto aérea
como terrestre, no será factible tanto del Estado como de los privados, el
sostenimiento de esta actividad.

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LA IDENTIDAD TERRITORIAL COMO ESTRATEGIA
INTEGRAL PARA EL TURISMO POST COVID-19 EN ÁREAS
RURALES Y COMUNIDADES LOCALES
53

María Graciela Maragliano Marcelo Impemba


gracielamaragliano@gmail.com impemba@smandes.com.ar

En este ensayo se propone analizar desde una mirada crítica los dilemas,
condiciones y estrategias para una “nueva normalidad” post pandemia, que afecta a
las sociedades a nivel global y local.

Se abordan tres ejes para el análisis. En primer lugar, se realiza una aproximación a
la vulnerabilidad manifiesta del modelo de desarrollo turístico global, para luego dar
cuenta de sus consecuencias y oportunidades en los territorios rurales y comunidades
locales. Finalmente, se analizan las perspectivas del turismo y la recreación desde la
valoración de la identidad como estrategia territorial integrada.

La crisis sanitaria, social y económica derivada de la pandemia causante del


COVID-19, ha develado y evidenciado la fragilidad del modelo turístico predominante
y sus políticas sectoriales, que surgió a partir de su posicionamiento como “motor del
progreso y crecimiento económico”, particularmente para los países denominados
“periféricos”. Se representa al turismo receptivo como una oportunidad para atraer
divisas, generar ingresos y empleo, con el objetivo de equilibrar balanzas de pagos
deficitarias, superar crisis económicas o impulsar desarrollos regionales y locales.
Axiomas que pueden llevar a ciertos cuestionamientos: ¿Cómo se distribuye el
ingreso?, ¿Qué tipo de empleo genera?, ¿A qué grupos sociales y económicos
beneficia?, ¿Cuál es el impacto en la identidad territorial?

En Latinoamérica las políticas turísticas a nivel local aparecen como la “esperanza


de los territorios”, capaces de contribuir al crecimiento de las comunidades y
diversificación de sus economías, revalorizando sus identidades y el patrimonio local.

En este sentido, la ruralidad y su entorno territorial se presenta como una


alternativa y escenario privilegiado para el turismo post pandemia. La nueva “realidad
turística” propone optar por desplazamientos a sitios cercanos, especialmente
aquellos asociados a la naturaleza y lo rural.
Una visión social y crítica sobre el desarrollo turístico rural
Los temas y contenidos expresados en el presente ensayo, son el resultado de
diferentes investigaciones universitarias aplicadas, como también de desarrollo
tecnológico y social (PDTS), extensión y voluntariado universitario, en los cuales se
ha abordado al desarrollo turístico considerando su incidencia socio-cultural y
54
económica en comunidades rurales indígenas y/o criollas de la región andino
patagónica de Argentina.

Tanto en la docencia como en la investigación, en forma presencial o virtual, se ha


sostenido la necesidad epistemológica y académica de un enfoque crítico e
interdisciplinario sobre el turismo, que considere de manera integral entre otros
aspectos, las consecuencias y transformaciones territoriales -en nuestro caso en el
medio rural y periurbano-. Asimismo, estas condiciones en el marco de la pandemia
del COVID-19 que se está atravesando, permite reflexionar entre otros aspectos,
sobre la visibilización y contradicciones que se exponen en el campo turístico, y
cuestionar aquellas lógicas que sostienen al modelo de gestión de esta actividad
socioeconómica.

Se trata de superar la simplificación que supone encontrar en una relación causa-


efecto entre los cambios generados por el desarrollo del turismo y sus resultados
inmediatos y directos.

El turismo hunde sus raíces en contextos sociales e históricos, sobre los cuales
introduce nuevas prácticas y formas de explotación sobre un paisaje convertido en
recurso, complejizando aún más la realidad existente. El turismo interviene en
territorios en disputa y conflicto. Su inserción en espacios rurales es una manifestación
socioeconómica reciente. Las consecuencias generadas por esta actividad del sector
terciario de la economía ya se perciben, como también los cambios producidos sobre
las actividades productivas y estructuras organizacionales, al introducir el turismo
prácticas creadas y sostenidas desde un capitalismo tardío en contextos rurales y
étnicos, sobre una realidad basada históricamente en una economía de subsistencia
y organizaciones comunitarias (Impemba y Maragliano, 2019).

Al poner en juego modelos de desarrollo impuestos, se plantea si estos representan


una extensión de las relaciones de subordinación y sometimiento, desde factores de
poder tanto público como privado o ambos en forma interrelacionada. Ante la falta de
alternativas, en esas regiones de frontera o alejadas de los centros urbanos, el turismo
representa el ingreso al tan mentado desarrollo. Desde las dimensiones “ocultas” del
discurso político hegemónico, es símbolo de bienestar y fuente de ingresos,
desconociendo en muchos de los casos -tal vez en la gran mayoría-, las implicaciones
sociales y culturales. En contraposición, encarna un importante factor de reconversión
de su economía de base.

Ha acelerado todo este proceso aquí descripto, el avance de políticas públicas


neoliberales, que se ha venido consolidando en toda Latinoamérica, provocando un
proceso de endeudamiento que lleva inexorablemente al ajuste y recesión, regresión
en conquistas sociales, la implementación de un discurso dominante y globalizado y
formas represivas contemporáneas (Coraggio, 2007).

En el caso específico de los espacios sociales del norte de la región andino


patagónica, han sido un escenario propicio para el denominado extractivismo
turístico, reflejando una creciente concentración productiva, con la apropiación de
territorios y del trabajo de la población indígena y campesina entre otros.
55
Como lo expresa Acosta (2011) el extractivismo en los hechos, ha sido un
mecanismo que el autor denomina “saqueo y apropiación colonial y neocolonial”. Un
extractivismo que, con diferentes variantes en el transcurso de los últimos cincuenta
años, ha promovido la explotación de las materias primas y los recursos, “…
indispensables para el desarrollo industrial y el bienestar del Norte global. Y se lo ha
hecho sin importar la sustentabilidad de los proyectos extractivistas, así como
tampoco el agotamiento de los recursos” (Acosta, 2011: 86).

Las consecuencias son territorios disputados, fraccionados y privatizados, y las


redefiniciones de configuraciones identitarias, expresadas en las tensiones del uso y
acceso a la tierra y propiedad cultural sobre sus recursos.

Perspectivas del turismo y la recreación desde la valoración de


la identidad como estrategia territorial integrada
En Latinoamérica, y nuestra región no escapa a ello, las políticas turísticas a nivel
local, aparecen como la “esperanza de los territorios”, capaces de contribuir al
crecimiento de las comunidades y diversificación de sus economías, revalorizando
sus identidades y el patrimonio local.

En este sentido, como las estrategias que se plantean en otros países, la ruralidad
y su entorno territorial, se presenta como una alternativa y escenario privilegiado para
el turismo post pandemia. La nueva “realidad turística” propone optar por
desplazamientos a sitios cercanos, especialmente aquellos asociados a la naturaleza
y ruralidad.

Como mencionara Gledhill (2005) en el imaginario popular persiste la visión que


el campo es un buen lugar para vivir. Se perciben a las sociedades rurales como más
tranquilas y equitativas y, consecuentemente se disfruta de la “verdadera naturaleza”,
imaginando que es un territorio sin intervenciones o disputas humanas. Esto lleva a
pensar a “la ruralidad” como una construcción de la modernidad, configurada desde
una sociedad urbana.

A partir de la situación originada por la crisis COVID-19, se legitiman las


representaciones sociales sobre los territorios rurales como lugares más seguros,
productos que se incluyen en la oferta turística considerados como espacios menos
expuestos a riesgos de infección.
El 2020 ha sido declarado el Año del Turismo y el Desarrollo Rural por la
Organización Mundial del Turismo (OMT), el mismo lema que comparte el Día Mundial
del Turismo de este año (27 de septiembre).

Dentro de las justificaciones que llevaron a tomar esta decisión, la OMT sostiene
que, en todo el mundo, las comunidades rurales con una actividad turística importante
se han visto gravemente afectadas por la pandemia del COVID-19. “Se perdieron
56
empleos y las restricciones a los viajes frenaron las actividades turísticas, lo que puso
en riesgo a las pequeñas empresas. Además, crecen las dificultades a las que se
enfrentan las zonas rurales a causa del envejecimiento de la población, la reducción
de las actividades económicas tradicionales y la despoblación”(1).

Luego de describir una serie de problemáticas generales al sector rural de


pequeños productores, como la edad de la población, los niveles más bajos de ingresos,
la relativa falta de diversidad económica, la «brecha digital» y la distancia a los centros
de salud, “las comunidades rurales están mucho menos preparadas para hacer frente
a los efectos directos e indirectos de la crisis desencadenada por la COVID-19”(2).

En consecuencia, con el objeto de ayudar tanto a los gobiernos como al sector


privado a mitigar las repercusiones de la COVID-19 en el turismo y a impulsar la
recuperación del sector, la OMT ha difundido un conjunto de recomendaciones y
directrices para la reactivación del turismo, entre los que se destacan aquellos que
hacen a la importancia del turismo para las comunidades rurales.

Desde la demanda, sostienen que la pandemia de COVID-19 ha hecho que muchos


turistas se interesen por buscar nuevas experiencias en la naturaleza y las zonas
rurales, al aire libre, lejos de los lugares congestionados. Sería en otras palabras
“aprovechar” este cambio, unido a una tendencia que ya estaba creciendo antes de la
pandemia.

Sin cuestionar los modelos de desarrollo que han imperado y sostenido en los
últimos sesenta años, y bajo la promesa de asegurar la sustentabilidad del turismo en
las zonas rurales, la OMT sostiene que con una adecuada estrategia de planificación
global e inclusiva -basada en un enfoque participativo que contemple a todos los
agentes interesados-, y una serie de recomendaciones sobre Turismo y Desarrollo
Rural, se logrará fomentar el turismo en los territorios rurales de una manera que
contribuya a un desarrollo inclusivo, sostenible y resiliente.

La OMT además de percibir una oportunidad en el marco de la pandemia, destaca


el potencial del turismo en la preservación y promoción del patrimonio natural y
cultural y en la desaceleración de la migración urbana, generando empleo para los
jóvenes. El turismo en zonas rurales ofrecería importantes incentivos y oportunidades
de recuperación, y en ese camino decide apoyar a las comunidades rurales que
padecen las repercusiones económicas y sociales de esta pandemia. En definitiva,
llama a reconsiderar con una nueva mirada los beneficios del turismo para las

1 https://www.unwto.org/es/dia-mundial-del-turismo-2020/turismo-desarrollo-rural-nota-tecnica

2 https://www.unwto.org/es/dia-mundial-del-turismo-2020/turismo-desarrollo-rural-nota-tecnica
comunidades rurales, sin cuestionar las lógicas de desarrollo y las políticas públicas
que lo han sustentado.

El turismo aparece en momentos de crisis de las economías regionales, a modo de


“salvavidas” sobre un sector pauperizado por el abandono del Estado, una
globalización que deja de lado este tipo de productores y genera una disputa por sus
territorios con el sector privado.
57
Contradictoriamente a estas políticas globales y de interés a nivel internacional,
nacional o provincial, las comunidades rurales en muchos casos son espectadoras de
estas políticas sectoriales, reproduciendo situaciones de invisibilización y
discriminación, que imposibilitan debatir y consensuar de manera plural las estrategias
y condiciones sociales, y permitan el desarrollo “participativo y autónomo” sobre sus
territorios.

El desarrollo rural sobre la base de la identidad e inclusión social

Actualmente se pueden identificar tres líneas de pensamiento que sustentan el


desarrollo de los territorios rurales sobre la base de la identidad e inclusión social. Una
de ellas se centra en los elementos de cercanía y articulación con los mercados locales.
La segunda enfatiza la necesidad de asignar derechos de propiedad a los procesos y
atributos históricos y culturales de productos específicos, a través de la denominación
de origen o la protección geográfica -PDO y PGI respectivamente-. En otras palabras,
buscan la exclusividad del mercado para ciertos productos y/o servicios, en este caso,
el desarrollo endógeno es apoyado por un conjunto normativo exógeno, que da
viabilidad a la potencialidad local. Una tercera línea, asume que existen ciertas
características endógenas que permiten el acceso a mercados de manera preferencial.
Busca potenciar y valorar nuevos estilos de vida, contrapuestos al desarrollo neoliberal
y a la transnacionalización, construyendo redes alternativas de distribución como el
movimiento “Slow”.(3)

En las tres líneas de pensamiento la identidad es un elemento adicional de


heterogeneidad de los bienes o servicios, los cuales son valorados por los
consumidores no sólo sobre la base de la utilidad que generan sus diferentes
características. Este supuesto es el que permite estimar el precio de los bienes o
servicios sobre la base de un conjunto de variables observables y medibles, más un
elemento no observable, que es determinado por cada consumidor. Este tipo de
evaluación de la identidad basada en modelos de interpretación económica, incurre
en algunos elementos reduccionistas, ya que no considera en todos los casos el valor
intrínseco (no de mercado), que la identidad territorial representa para la comunidad.

Flores (2007) expone sobre la identidad territorial como “…la identificación de los
actores de la comunidad local con su territorio, sus organizaciones, sus productos y
servicios” (...) “Las identidades territoriales son el reconocimiento colectivo, implícito
3 El movimiento slow nace en 1986 en contraposición a la comida fast food, haciendo énfasis en el culto a la comida
casera o slow food. Luego el autor Carl Honoré escribe su libro “Elogio de la lentitud”, slow life, la vida lenta, que significa
disfrutar de cada acción, de cada momento y de cada persona. Vivir conscientemente, disfrutar del camino tanto como
se disfruta de la llegada la meta.
y explícito, de una trama de significados y sentidos propios de un tejido
social”(p.37-58).

Para la autora Albagli (2004), es posible establecer formas de fortalecer las


territorialidades “…estimulando lazos de identidad y cooperación basados en el interés
común de proteger, valorizar y capitalizar lo que un determinado territorio tiene, sus
especificidades culturales, tipicidades, patrimonio ambiental, prácticas productivas
58
y potencialidades económicas” (p. 33).

La identidad cultural y territorial se vinculan estrechamente, ya que todo grupo


social se identifica y forma parte de un territorio, espacio que pasa a ser lugar a partir
de las interacciones afectivas, simbólicas y sociales.

Los productos con identidad territorial son el resultado de la combinación de


especificidad territorial y el nivel de identidad. La especificidad territorial puede ser
producto de condiciones físicas, biológicas o culturales particulares. Por otro lado, el
nivel de identidad también muestra cómo las sociedades locales encuentran
diferentes instituciones, que puedan apoyar la identidad territorial valorando sus
activos de capital.

Algunas consideraciones finales

Como se ha expuesto en forma sucinta, la valorización de los productos con


identidad local permitiría el surgimiento de formas asociativas de solidaridad y
cooperación, contribuyendo a la construcción de redes sociales inclusivas con base
en la territorialidad. Acciones y perspectivas para los necesarios cambios de
paradigmas en el turismo y la recreación en contextos rurales, una alternativa al
desarrollo hegemónico que ha predominado en el turismo.

La especificidad territorial es una condición natural, histórica, legal o una


combinación de ellas. La condición natural es la que permite que sólo ciertos productos
o servicios puedan ser ofrecidos, por productores que se encuentran en dicho
territorio, generando así los productos con identidad local.

La identidad como estrategia territorial integrada implica su valorización total, y


se caracteriza por la constitución de redes de decisión horizontales entre los actores
sociales (comunidades, Estado y empresas) y los consumidores que “viajan” al
territorio. Se logran así objetivos múltiples: económicos, sociales y medioambientales;
involucra a los diversos actores (públicos y sociedad civil) de forma directa sin
intermediaciones, lo cual lleva al empoderamiento e inclusión en las estrategias de
desarrollo.
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DESAFÍOS Y PERSPECTIVAS DEL TURISMO Y LA
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ARGENTINA EN CONTEXTO DE COVID-19
61

Natalia Marenzana David Villaverde


nmarenzana@gmail.com dvillaverde2002ar@gmail.com

Jessica Wojtiuk
wojtiukjessica@gmail.com

Presentación

El presente ensayo pretende reflexionar sobre desafíos presentes y futuros para


los administradores/gestores de las áreas naturales protegidas (ANP) ante el mayor
interés y visitas que se estima suscitará la experiencia social del covid-19(1) traducido
en la búsqueda de espacios naturales que se considerarán como “refugios” para visitar.
Un ejemplo de ello es lo que sucede en España, donde las noticias indican que “el efecto
Covid impulsa cifras récord en los parques naturales” (Bosch, 2020; EuropaPress, 2020).

Argentina evidencia conductas similares: para acceder al Parque Nacional (PN)


Iguazú, en 2 horas se agotaron los 300 pases que estaban a la venta(2) (Diario El
Territorio, 20/09/2020); y en el plano local del Alto Valle de Río Negro y Neuquén, el
ANP Valle Cretácico cada fin de semana recibe grandes afluentes de recreacionistas,
situación que antes no sucedía con esta intensidad.

Si se analiza el comportamiento de visitantes de los PN de Argentina, se aprecia un


aumento sostenido de visitas: en 10 años se incrementó un 55,75%, en los últimos 4
años 16,23% y en el último año un 9,26% (Sistema de Información de Biodiversidad-
SIB-, 2020).

Las medidas de confinamiento hacen prever esta tendencia, que puede verse
incrementada debido a la búsqueda de espacios naturales hacia los cuales se inclinará
la demanda, ubicando a Bariloche como el destino a seleccionar (Singerman y Makón,
2020); y esto seguramente se traducirá en visitantes al PN Nahuel Huapi, el cual es el
tercero más visitado de Argentina, captando el 11,35% de la afluencia total de
visitantes de los PN de Argentina (SIB, 2020).

1 Severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (síndrome respiratorio agudo grave 2).

2 Diario El Territorio (20/07/2020). Cataratas volvió a colmar los cupos para las caminatas. Consultado el 07/08/2020
de https://www.elterritorio.com.ar/cataratas-volvio-a-colmar-los-cupos-para-las-caminatas-75856-et
¿Qué está pasando con las ANP y el COVID en Latinoamérica?

El turismo nacional e internacional es un componente inherente de las ANP,


generando más de 8.000.000.000 de visitantes e ingresos por más de €
528.000.000.000 (Balmford, et al., 2015). Durante la pandemia muchos países
cerraron sus parques y áreas naturales (PyAN), lo que produjo que sectores asociados
se vieran perjudicados. Esto llevó a diversas iniciativas para reabrirlos de forma segura.
62
El reto de afrontar la pandemia ha supuesto a las administraciones de los Estados
redistribuir recursos para atender la emergencia sanitaria y social derivadas de ella,
postergando los intereses de otras reparticiones, entre las cuales se encuentran las
ANP. Esto se ha visto reflejado en muchos casos en la disminución de obligaciones del
personal con el consiguiente impacto en la gestión-conservación de hábitats y
especies(3).

En Argentina, se establecieron estrategias individuales que permiten la habilitación


inicial de las AN y PN sólo para residentes locales. En Patagonia norte, desde la
reapertura del PNNH se han tomado pautas para una mayor seguridad sanitaria:

ƒ grupos de visitantes hasta 10 integrantes;


ƒ servicios para uso de público sin síntomas de covid-19;
ƒ guías/prestadores, con habilitación del PNNH con las competencias
profesionales para cada actividad;
ƒ actividades habilitadas solo durante el día, quedando prohibido el pernocte;
ƒ actividades habilitadas solo de dificultad media/baja.

El presupuesto es una problemática casi permanente en la mayoría de las ANP de


Latinoamérica (Informe de Bariloche a Lima, 2019), siendo una apreciación recurrente
el bajo nivel de presupuestos para las tareas de las ANP. De la Maza (2020) profundiza
en este aspecto, indicando que el presupuesto necesario por hectárea para tareas de
conservación debería ser de U$3,31, es decir, incrementarse en 669,7%.

Desafíos que se presentan a los administradores de las ANP en


este contexto
-Gestionar en un contexto de estrés económico tanto por la coyuntura local como
de la economía mundial. En el plano local por los indicadores del presente: inflación
37.8% i.a. que contribuye a erosionar los presupuestos; PIB interanual de -19.1% que
significa menor actividad económica, e influye sobre la recaudación fiscal y por ende

3 Melgoza Rocha, A. (14/10/2020). Recorte en presupuesto para guardaparques pone a México lejos de cumplir los
Acuerdos de París. (C. T. (TRT), Ed.) TRT. Obtenido de https://www.trt.net.tr/espanol/ciencia-y-tecnologia/2020/07/03/
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32863391 PMCID: PMC7441970
implica una menor capacidad operativa del Estado para hacer frente a sus
responsabilidades (ej. preservación de la naturaleza), especialmente para dos de las
áreas protegidas de Argentina más extensas y peculiares -en lo que a su gestión
implica- como lo son PNL y PNNH-Arrayanes, en un sistema federal solidario donde
también contribuyen con áreas más pequeñas o que menos visitantes reciben para
colaborar en los gastos operativos y que a esta agenda deberán incorporar el gasto
adicional en medidas de bioseguridad y que probablemente afecte la inversión en
63
proyectos de gestión en un panorama en que la cuota por hectárea puede verse
reducida aún más. Y, en el plano mundial porque se avizora que la crisis “[…] podría durar
más de un año, y cuanto más dure, mayor será la devaluación, incluida la de la fuerza de
trabajo. Los niveles de desempleo se elevarán, casi con seguridad, a niveles comparables a
los de los años 30, en ausencia de intervenciones masivas del Estado que tendrán que ir
contra la tendencia liberal” (Harvey 2020: 94). Siguiendo este correlato, es esperable
en nuestro país la intervención del Estado para atenuar su impacto tal como ocurre en
la actualidad, donde el 64.42% (4.898.964 millones de pesos) del gasto público se
encuentra comprometido a servicios sociales, y del total de ese monto el 49.32% está
destinado a seguridad social(4), mientras que ecología y medio ambiente solo tiene una
participación del 0.24% y que denota dónde la administración hizo foco -y seguirá
haciéndolo- desde el punto de vista de la distribución de los recursos.

-Gestión de visitantes y coordinación de esfuerzos, frente a una reactivación de


actividades(5), el panorama para las ANP las posiciona de cara al potencial incremento
de la presión(6) y Patagonia aparece entre las primeras opciones para los potenciales
turistas a la hora de pensar en un viaje. La temporalidad es un componente que puede
determinar el impacto y efectividad de las medidas; basta con analizar que la cantidad
de visitantes que reciben en la
temporada estival oscila entre el
40% (PNNH) hasta el 77% (PN
Los Alerces), dado que sus
visitantes anuales se concentran
en los meses de diciembre, enero
y febrero (55% PN Lanín y 65%
PN Lago Puelo), conforme se
aprecia en la Imagen 1.

Además, se presenta un gran


desafío por la superposición de
jurisdicciones federal (PN),
provincial y municipal. El caso del
PNNH posee una complejidad
mayor, por sus espacios en las provincias de Río Negro y Neuquén, con 2 destinos
turísticos de importancia: San Carlos de Bariloche y Villa La Angostura, lo que implica
coordinar acciones con jurisdicciones provinciales y municipales. Slavoj Žižek señala
que […] no estamos lidiando solo con amenazas virales: otras catástrofes se avecinan
4 https://www.presupuestoabierto.gob.ar/sici/destacado-a-que-se-destina-el-gasto
5 Ladevi. (Agosto de 2020). Operativo verano. El gobierno ratificó la temporada. (L. m. soluciones, Ed.) La agencia de viajes.
Argentina. (1638), 2. Obtenido de https://issuu.com/ladevi.argentina/docs/arg_1638
o ya están ocurriendo:
sequías, olas de calor,
tormentas masivas, etc. En
estos casos, la respuesta no es
pánico, sino un trabajo duro y
urgente para establecer algún
tipo de eficiente coordinación
64
global. (2020:25); por lo tanto,
reforzar la coordinación y
cooperación será la clave para
gestionar hacia el futuro en la
complejidad, en medio del
estrés económico y como
instancia para mejorar las capacidades frente a nuevas amenazas.

-Acrecentamiento del uso de la tecnología; los recursos humanos para realizar


tareas de fiscalización de protocolos sanitarios (nueva tarea que se le suma al personal)
demandará mayor requerimiento en el plazo inmediato; con un promedio nacional de
1 guardaparque cada 8.400 Ha (APN, 2018: 41), el PNNH posee 35 guardaparques
nacionales y 53 de apoyo (APN, 2019: 171); mientras que PNL 32 guardaparques y 36
de apoyo (APN, 2018: 177); lo cual analizando la extensión de las ANP pareciera ser
escaso. También frente al control de usuarios que acceden a los sitios y de manera
diversa: mientras que en el PNLA, el acceso es único con 2 sitios (cabeceras de la
RPNº71) y en PNLP (RPNº16); por lo que el control de accesos es más factible; en el
caso de los PNNH y PNL resulta más complejo, por estar ubicados contiguos a centros
urbanos, y poseer accesos vehiculares, peatonales y embarcados.

Aún en un marco económico restrictivo, la tecnología es imprescindible en este


contexto, y es esperable que de manera progresiva se intensifique su utilización como
apoyo en la gestión de aspectos operativos (control de accesos; controles
termográficos, control de fauna, etc.) y conocimiento de visitantes, donde ya no serán
suficientes los registros de visitas para indagar, sino que el big data/macrodatos se
revelan como significativos a la hora de predecir tendencias y comportamientos
sociales.

-Necesidad de una calificación creciente en el personal, ante las nuevas


habilidades que demanda el contexto actual y hacia el futuro: instalación y soporte de
nuevas tecnologías y las necesidades de analistas de datos que todos los sectores
requerirán en un mediano plazo.

-Mayor presión de los capitales especulativos sobre las ANP, en función de los
antecedentes globales y locales de destrucción de áreas tropicales, humedales y
sistemas boscosos por la industria alimentaria o sectores neo-extractivos y que han
dejado claro que “[…] las causas socioambientales de la pandemia muestran que el
enemigo no es el virus en sí mismo, sino aquello que lo ha causado. Si hay enemigo, es este
tipo de globalización depredadora y la relación instaurada entre capitalismo y naturaleza
[…]” (Svampa 2020: 25). Estos sectores presionan sobre los espacios protegidos bajo
una lógica mercantilista de la naturaleza, transformándolos quizá en el último refugio
para muchas especies, pero también en foco potencial para la aparición de nuevas
enfermedades zoonóticas derivadas del hacinamiento; sin olvidar las presiones
derivadas de la mano del turismo bajo la forma de especulación inmobiliaria. Así, el
desafío hacia el futuro se encuentra en lograr que el marco de austeridad/estrés
presupuestario, el contexto covid19 no se transforme en la justificación para la
desinversión en las ANP debilitando su capacidad de acción/protección frente a
capitales especulativos inmobiliarios sobre esos sitios. Pero quizá el mayor desafío
65
para las administraciones -y para la sociedad en general- se encuentra en que los temas
del sector ambiental dejen de ser marginales en las agendas de gobierno(7) a través del
diálogo y la búsqueda de visiones integrales destinadas a recomponer el vínculo
sociedad-naturaleza de manera más equitativa para todos los seres. “[...] Es necesario
abandonar el discurso bélico y asumir las causas ambientales de la pandemia, junto a las
sanitarias, y colocarlas en la agenda pública, lo cual ayudaría a prepararnos positivamente
para responder al gran desafío de la humanidad: la crisis climática” (Svampa 2020:26).

Reflexiones preliminares

Queda claro que el Covid-19 es el resultante del comportamiento de abuso


desmedido sobre la naturaleza y ha impactado sobre el escenario de hipermovilidad
capitalista. Las medidas adoptadas por los Estados para hacer frente a la pandemia
desde el aspecto sanitario, y minimizar la crisis de los sectores sociales más vulnerados
han contribuido en la disminución de las capacidades económicas de otros sectores,
que también se ven menguadas por el contexto macroeconómico del presente y que
podría proyectarse hacia el corto plazo.

La pandemia ha tenido consecuencias desfavorables para las AN: incremento de


las explotaciones ilícitas, deforestaciones, incendios, reducciones de personal. Sin
embargo, las medidas de confinamiento y la ausencia de visitantes redujeron el estrés
de muchas especies, notándose una recolonización. A raíz de esto, pudieron instalarse
diversas herramientas para optimizar los controles y observar las alteraciones en áreas
de uso público, las cuales llevaban años sin registrar.

El futuro es incierto y la realidad se reconstruye diariamente. El horizonte es de


austeridad, pero de él emergen la coordinación y cooperación para superarlo como
las claves hacia la gestión de proyectos desde la base y hacia las administraciones,
como formas de superar el desafío de las lógicas propias de cada organismo/
jurisdicción. La tecnología toma un rol preponderante hacia la gestión y conocimiento
de los usuarios, y la capacitación es vital para interpretar los cambios y elaborar
estrategias.

De las mejoras que el ambiente ha logrado alcanzar durante este confinamiento


queda esperar que no sea una situación fugaz, y que se transite hacia una economía
que concilie el desarrollo socioambiental y económico. La pandemia ha posibilitado
a la población y a las administraciones gubernamentales tener una mirada diferente
hacia la relación sociedad-naturaleza -aún en medio de las urgencias sociales-
cristalizando la necesidad de ese cambio en el vínculo, valorando el respeto a la
biodiversidad, la diversidad cultural y la disminución de las externalidades que se
generan, donde las AN cobran relevancia como espacios deseados. La sociedad se
encamina hacia la búsqueda de equidad, como demanda hacia el futuro para todos los
seres que habitan este planeta. Parafraseando a Han “[…] confiemos en que tras el virus
venga una revolución humana. Somos NOSOTROS, PERSONAS dotadas de RAZÓN,
quienes tenemos que repensar y restringir radicalmente el capitalismo destructivo, y
también nuestra ilimitada y destructiva movilidad, para salvarnos a nosotros, para salvar
el clima y nuestro bello planeta” (Han, 2020: 111).
66

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REFLEXIÓN DE HERRAMIENTAS DE EVALUACIÓN
DE IMPACTOS EN LA RECREACIÓN, TURISMO Y
BIODIVERSIDAD POST COVID-19
69

Matilde Encabo Yusara Mastrocola


matilde.encabo@gmail.com yusaramastrocola@gmail.com

Luis Cánepa Daniel Paz Barreto


luisroquecanepa@gmail.com pazbarreto@gmail.com

Introducción

El impacto de la visitación sobre los espacios naturales, la flora y la fauna está


ampliamente documentado y en relación a ellas se han desarrollado diferentes
métodos que abordan la relación recreación, turismo y biodiversidad como: Límite de
Cambio Aceptable (Stankey et al., 1985), Manejo de Impacto de Visitantes (Graeffe;
Kuss y Vaske, 1990), Capacidad de Carga Turística (Cifuentes, 1992), Evaluación de
Impacto de las Actividades Turísticas sobre la Biodiversidad (Rainforest Alliance, 2010)
que establecen mecanismos que armonicen la recreación y el turismo con la
naturaleza.

La pandemia del COVID-19 provocó el detenimiento del turismo internacional, el


cierre de las áreas naturales protegidas, y el menor uso de territorios naturales. El
retorno de fauna a sitios con visitación y la recuperación de la cobertura vegetal en
senderos, entre otras, evidenció impactos negativos no reconocidos. A la luz de estos
hechos, se propone reflexionar sobre las herramientas mencionadas, en la relación
recreación, turismo y biodiversidad, de forma tal de plantear si pueden ser más
efectivas en su implementación o si deben generarse nuevas herramientas.

Algunos de los ejes que se considera necesario ahondar en la evaluación de


impactos de la relación recreación, turismo y biodiversidad (R, T y B) post Covid-19
son:

ƒ Identificar indicadores pertinentes en la relación R, T y B.

ƒ Aplicar las herramientas con la misma rigurosidad de cuidado de la


biodiversidad para todos los espacios con recreación y turismo, sin distinción de
superficie, naturalidad y grado de protección.
ƒ Dimensionar la recreación en naturaleza en los territorios urbanos y
periurbanos.

ƒ Efectivizar el ordenamiento territorial donde existe recreación y turismo en


naturaleza.

La evaluación de la efectividad en la conservación de la biodiversidad en espacios


70
con visitación se ha identificado como un elemento a profundizar, considerando que
se han aplicado las herramientas para minimizar impactos que, la realidad de la
pandemia ha demostrado, no han resultado.

Se propone una línea de base común para todas las herramientas, que es establecer
la naturaleza, sus procesos y componentes como sujetos de derecho, y desde allí
realizar el diseño o rediseño de éstas, incluyendo la responsabilidad final de todos los
actores involucrados (Encabo et al., 2016) a la luz de esa perspectiva, propendiendo
a una ética de relación superadora con la naturaleza en el marco de la pospandemia.

Aspectos de la recreación y el turismo en naturaleza expuestos


en el contexto de la Pandemia Covid-19
En la relación recreación, turismo y biodiversidad, la pandemia del Covid-19 ha
dejado expuestos casos de impactos negativos incluso en modalidades definidas
amigables e inocuas como el ecoturismo. “El turismo en vida silvestre altera las
condiciones ambientales en donde la fauna local vive y es por lo tanto necesario
evaluar la habilidad de los animales para adaptarse y persistir en las nuevas condiciones
si la industria va a ser sostenible” (Semeniuk et al., 2009 p.1).

En ambientes de humedales, el ecoturismo contribuye a la pérdida de biodiversidad


(Sandilyan, Thiyagesan y Nagarajan, 2008) y en ambientes tropicales con turismo de
observación de gorilas de montaña (Gorilla beringei beringei) se confirmó que, durante
la pandemia (sin visitantes) tuvieron un aumento en la tasa de natalidad (Plumas
atómicas, 2020). Estos impactos están dados tanto en sistemas continentales como
marinos; en el litoral marino argentino se confirmó que el turismo embarcado de
avistaje de ballena franca austral (Eubalaena australis) modifica el comportamiento de
los ejemplares (Vermeulen, Cammareri y Holsbeek, 2012); existen presiones de los
visitantes hacia los operadores turísticos para que se transgredan las regulaciones de
la actividad “en pos de incrementar la satisfacción del visitante” (Sarti, Gonzalez y
Encabo, 2020 p. 221).

También hay evidencia de impactos negativos de la recreación en parques urbanos,


donde la presencia de visitantes y la infraestructura asociada atrae a la fauna a comer
de la basura (Zaú, Freitas y Oda, 2015), haciendo que otras especies desaparezcan, o
vean reducidas sus poblaciones debido a que, “a medida que se reduce la cubierta
vegetal, la comunidad aviar se simplifica y tiende a estar dominada por unas pocas
especies bien adaptadas al medio urbano” (De Juana Aranzana, 2013 p. 14).
En relación a la gestión efectiva por parte de los administradores, éstos no son
independientes para aplicar las herramientas técnicas, sino que están influidos por
intereses económicos y políticos con un pensamiento extractivista. En República
Dominicana “la vigilancia de esas áreas es sumamente precaria, no todas se gestionan
con planes de manejo, como manda la ley, y el personal técnico responsable se ve
indefenso ante las presiones de las fuerzas políticas y económicas que
permanentemente conspiran contra ellas.” (López, 2020).
71
Ante la ausencia de visitantes, muchos espacios han registrado la presencia de
diferentes especies que no se observaban, “La cuarentena y el cese de actividades no
esenciales, como medidas para mitigar la propagación del Covid-19 en el mundo, ha
sorprendido a los habitantes urbanos con avistamientos inesperados de especies de
fauna silvestre” (Diamant et al. 2020 p.1). En el Parque San Javier, dependiente de la
Universidad Nacional de Tucumán (Argentina), personal de la Universidad y de
Conicet, expresan “mientras caminamos por los senderos de San Javier transitan
ocelotes, pecaríes de collar, mayuatos, zorros, corzuelas, osos meleros y hurones”
(Cordero, Nanni y Tisone, 2020, p.1). En el Parque Nacional Manuel Antonio (Costa
Rica) los Guardaparques monitorean comportamiento de fauna en ausencia de turistas
y han observado que las especies de monos y mapaches, que recibían alimentos de los
turistas, se han desplazado y comen los frutos del bosque y del manglar. Por otro lado,
especies como venados y ocelotes que, en general no se observan, pudieron avistarse
(Soto, 2020). En la reserva de la Biosfera Maya (Guatemala) en ausencia de visitantes,
“luego de revisar una de las cámaras trampa, se pudo captar un jaguar y un puma que
pasaron por la misma ruta” (Hernández, 2020 p.1).

Disfrutar la naturaleza ha sido resignificada por las personas en esta pandemia del
Covid-19, “nuestra relación con la naturaleza ha surgido como una de las fuentes más
valiosas de resiliencia y placer durante la cuarentena” (Collier, 2020 p.1). En este
contexto se propone reflexionar sobre las herramientas que abordan la relación
recreación, turismo y biodiversidad.

Herramientas de evaluación de impactos de la relación


recreación, turismo y biodiversidad
Se han desarrollado diferentes metodologías de evaluación de impactos de la
relación recreación, turismo y biodiversidad para la planificación y la gestión. Las
metodologías LAC (Límite de cambio aceptable) y CCT (Capacidad de carga turística)
se aplican para establecer “actividades turísticas que serían compatibles con los
requerimientos para la conservación de la fauna silvestre” (UNEP- CMS, 2006, p. 54).
Las mismas determinan el número máximo de visitantes o de grupos de visitantes,
según las características del ambiente natural donde se realizan. La metodología IBIS
– TA plantea, para la recreación y el turismo, “proporcionar una herramienta para que
todas las instancias que toman decisiones y quienes formulan las políticas pertinentes
incorporen los aspectos de la biodiversidad” (Rainforest Alliance, 2010 p.9). Otras
metodologías como el ROVAP (CIPAM, 2008) basadas en el espectro de
oportunidades recreativas del LAC, se centran en la experiencia del visitante.
Estas herramientas de planificación y gestión requieren decisiones de manejo
“Estas decisiones, siendo humanas, estarán sujetas a consideraciones (o presiones)
de orden social, económico y político que podrían desvirtuar la utilidad” (Cifuentes,
1992 p.7).

Se han realizado las siguientes reflexiones considerando lo que estaba oculto de


la recreación y el turismo en naturaleza en relación a la eficacia de las herramientas de
72
evaluación de impactos:

De las herramientas

ƒ Las metodologías se originaron para la administración de áreas naturales y se


centran en el visitante, su número y su comportamiento.

ƒ Las metodologías de la relación recreación, biodiversidad, en espacios naturales


urbanos y periurbanos son escasas y en general no se aplican.

ƒ Algunas metodologías evalúan como positivo los aportes económicos de la


recreación y el turismo a la conservación, se considera importante que esos aportes
no signifiquen beneficiar al donante vulnerando la conservación de la biodiversidad.

ƒ Las herramientas se aplican para tener un diagnóstico objetivo y se proponen


acciones al administrador. Cualquier cambio debe ser reevaluado de forma integral,
no sólo ver el número de visitantes, sino la capacidad de manejo en terreno, número
de impactos negativos, pérdida de avistaje de fauna, pérdida de hábitats, entre otros.

De los profesionales

ƒ Las metodologías se implementan como receta sin adaptación a las


circunstancias locales. Se aplican modelos hegemónicos, cuyos resultados están
planteados de antemano.

ƒ La formación de los profesionales especialistas en la relación recreación,


turismo y biodiversidad, debería tener una visión crítica en el uso de las metodologías.

ƒ En áreas naturales protegidas, se toman datos del comportamiento de los


visitantes en relación a la conservación del ecosistema original, lo mismo debe
implementarse en los espacios naturales urbanos y periurbanos.

ƒ Deberían aplicarse herramientas de evaluación de impactos normadas, desde


la práctica del turismo y la recreación, no sólo la propuesta e implementación de
“buenas prácticas”.
De las empresas de servicios turísticos y/o recreativos

ƒ Las empresas de servicios turísticos presionan para que se incremente la


cantidad de visitantes, desconociendo lo que proponen las herramientas, esto
responde a una postura extractivista de la recreación y el turismo.

ƒ Se han identificado como insuficientes, las comunicaciones y articulaciones


73
entre los empresarios de los servicios turísticos y recreativos con los organismos de
turismo y/o la recreación y los que administran los espacios naturales.

De la gestión

ƒ Las herramientas las aplican los administradores de áreas naturales protegidas


por normativa, siendo desarrolladas por ellos o por terceros (consultores, academia,
planificadores, otros).

ƒ Las metodologías de impacto de la relación recreación, turismo y biodiversidad,


aportan a solucionar o mitigar los efectos negativos en los sitios específicos de uso.
Hay causas de impactos que involucran otros niveles de decisión, que desconocen la
propuesta de la herramienta para dichos sitios.

ƒ Se detecta la importancia de la aplicación efectiva de las propuestas de las


herramientas mediante logística y personal adecuado en terreno.

ƒ Los administradores deben revisar y ajustar periódicamente las propuestas


generadas por las herramientas de la relación recreación, turismo y biodiversidad,
para garantizar que se mantengan los objetivos de conservar la biodiversidad en
escenarios cambiantes.

ƒ Muchas veces las metodologías están centradas en la seguridad de, por ejemplo
el montañista, sin incorporar la conservación de la biodiversidad.

ƒ Se ha detectado que las gestiones reciben presiones externas para incrementar


la cantidad de visitantes, para ignorar lo que proponen las herramientas o incluso
queriéndolas cambiar.

ƒ Se detecta que la gestión de la recreación y el turismo en áreas naturales y áreas


naturales protegidas necesita un robusto sistema de comunicación e interrelación
con los proveedores de servicios de recreación y turismo para la aplicación efectiva
de las herramientas.

ƒ Las metodologías de impacto las aplican los administradores locales de áreas


naturales protegidas, mientras que los grandes emprendimientos territoriales de la
recreación y el turismo se deciden en otros niveles de gobierno.
De las políticas públicas

ƒ Se detecta una tendencia a favorecer el negocio turístico y la demanda en vez


de centrarse en la conservación de la naturaleza mediante la aplicación discrecional
en la ponderación de los indicadores de las metodologías transformando el turismo
en una actividad extractivista.
74
ƒ Las metodologías que aplica la administración del área natural y/o área natural
protegida deberían ser socializadas con todos los actores involucrados, en particular
con la comunidad asegurando instancias participativas.

ƒ Cuando se detectan impactos negativos en la relación recreación, turismo y


naturaleza mediante la aplicación de las herramientas disponibles, y no se aplica el
protocolo de corrección de impactos para volver atrás con las decisiones tomadas, se
ha confirmado la influencia del poder económico en las decisiones políticas.

Reflexiones finales

El “regreso” post Covid-19 se está planteando con énfasis en la naturaleza como


el “esperado reencuentro” entendido únicamente como la recuperación del turismo
como actividad económica, sin contemplar otras dimensiones, por lo que las
metodologías de evaluación de impactos y su revisión adquieren una mayor relevancia
en la planificación y gestión de la relación recreación, turismo y biodiversidad.

En este sentido, las metodologías deberán estar basadas en un paradigma


biocéntrico que se adapte a las condiciones naturales y sociales donde se pretende
implementar la recreación y el turismo. Muchas metodologías han generado
planificaciones y gestiones inaceptables e insostenibles desde la perspectiva de los
impactos negativos en la naturaleza y en las comunidades locales. Esto quedó
evidenciado en la cuarentena mundial por el Covid-19, donde muchos sistemas
naturales sin visitación están “recuperando” su funcionalidad. De allí la importancia
de contar con profesionales críticos, centrados en el bien común y en los derechos de
la naturaleza, para aplicar metodologías que protejan los sistemas naturales y no
centrados en favorecer el rédito económico de algunos actores de la recreación y el
turismo.

Por último, las metodologías de evaluación de impactos de la relación recreación,


turismo y biodiversidad y sus resultados deben tener instancias participativas con la
comunidad, ser compartidos y difundidos con todos los actores que intervienen, para
asegurar que la recreación y el turismo sean parte de la conservación de la naturaleza.
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NUEVO MARCO FILOSÓFICO EN LA RELACIÓN
RECREACIÓN, TURISMO Y NATURALEZA A PARTIR DEL
COVID-19
77

Matilde Encabo Sandra Sánchez


matil.encabo@gmail.com sandrasanchez_22@hotmail.com

M. Gabriela Torre Daniel Paz Barreto


mgabytorre@hotmail.com pazbarreto@gmail.com

Juan Manuel Andrés Yusara Mastrocola


juanmanuel_andres@hotmail.com yusaramastrocola@gmail.com

Luis Cánepa Melina Hrabar


luisroquecanepa@gmail.com hrabarnqn04@yahoo.com.ar

Introducción

Lo que se considera “desarrollo”, está atentando contra los sistemas naturales. La


destrucción de los ecosistemas y de la biodiversidad han alcanzado niveles
desconocidos en la historia de la humanidad, y en los que las riquezas financieras, en
cada vez menos manos, tiene proporciones obscenas (Smith y Max-Neef, 2011),
afectando a la recreación y el turismo y hasta la continuidad de nuestra propia especie.
Quedó al descubierto las “formas en que el turismo ha apoyado las injusticias y la
explotación neoliberales. La crisis por la pandemia del Covid-19 puede ofrecer una
rara e invaluable oportunidad de repensar y reiniciar el turismo hacia un mejor camino
para el futuro” (Higgins-Desbiolles, 2020, p. 610).

La recreación y el turismo en naturaleza tradicionales forman parte de esa idea de


“desarrollo” y en este contexto neoliberal, favorecen patrones orientados al
consumismo y a la mercantilización, priorizando “las actividades” por sobre los
derechos de la naturaleza (Encabo et al., 2016 y 2017). En este sentido, la
“normatividad ambiental en el neoliberalismo es un estorbo para los negocios, para
el crecimiento económico que busca continuamente nuevos espacios y áreas de
oportunidad para la acumulación de capital” (González-Gaudiano, 2019, p.3; Ortega
et al., 2020).

Esta forma de abordar la naturaleza es propicia para la generación de pandemias


(Ávila Santamaría, 2019; Suarez et al., 2020), favoreciendo procesos de degradación,
cambio climático, deforestación, pérdida de biodiversidad e incendios de grandes
magnitudes, en los que el turismo y la recreación en naturaleza tradicional contribuyen
a incentivar y potenciar.

La pandemia del Covid-19 ha posibilitado visibilizar los impactos negativos, que


muchos sistemas naturales con uso recreativo y turístico tienen y que pudieron, en
parte, recuperar su equilibrio a partir de la baja visitación, develando que la forma de
uso implementada y “normal” (Unesco, 2020) es la sobreexplotación.
78
Por lo tanto más que pensar en cómo y cuándo volver a la “normalidad” o, a una
“nueva normalidad”, el Grupo Recreación y Turismo en Conservación (GRyTeC) analiza
este proceso, considerando una mirada filosófica diferente que resignifique las ideas
sobre la recreación y el turismo en naturaleza, no vinculadas exclusivamente a
resultados económicos o en la búsqueda de satisfacción de la demanda, sino
transformadora de la interacción recreación, turismo y biodiversidad desde una
perspectiva biocéntrica basada en la responsabilidad, el disfrute con conocimiento y
el buen vivir.

Una mirada filosófica diferente

A partir del proyecto de investigación Interacciones de la recreación y el turismo con


la biodiversidad. Nuevas perspectivas desde la conservación y las nuevas corrientes
críticas de la recreación y el turismo extractivista, el GRyTeC, reinterpreta el paradigma
tradicional, proponiendo reconocer a la naturaleza como sujeto de derecho en la
relación recreación, turismo, biodiversidad.

La emergencia de la pandemia por el Covid–19 reafirma la importancia de la


biodiversidad como elemento de supervivencia del ser humano (Giacchino et al., 2020)
y de todos los seres vivos. En este contexto la recreación y el turismo deben contribuir
a su conservación.

La concepción de desarrollo dominante, basado en una versión estereotipada de


los espacios recreativos, generalmente reemplaza la biodiversidad natural, la degrada
y en algunos casos la destruye con infraestructura y servicios que apuntan al
consumismo y la enajenación (Encabo et al., 2017).

La filosofía RyTeC se presenta como una resistencia al modelo extractivista


dominante de la recreación y el turismo en naturaleza. Es necesario superar la idea de
modelo y de desarrollo para reconstruir la recreación y el turismo en conservación. Se
vuelve esencial una mirada filosófica diferente basada en premisas “sentipensantes”
(Galeano, 2015) que traspongan la escisión sociedad – naturaleza, dejando atrás la
idea de “desarrollo turístico” y empezar a hablar de Recreación y Turismo en
Conservación (Encabo et al, 2019 p.1).

La concepción de turismo como actividad extractivista debe ser transformada,


para superar la “acumulación por desposesión” (Harvey, 2005) que disminuya la brecha
social y reconozca los derechos esenciales como la recreación y el disfrute en
naturaleza en forma solidaria y ética (Sánchez y Encabo, 2017).
En el mismo sentido, se van transformando los significados de la oferta y la
demanda orientándolos a tener en cuenta la naturaleza como sujeto de derecho. Así,
es importante considerar las características intrínsecas de los sistemas naturales por
sobre su “cosificación” (Leff, 2004); superar la idea de “poner en valor” por respetar el
valor per se.

En tiempos de pandemias como los que se están atravesando es importante el


79
conocimiento como herramienta de conservación para la supervivencia de todos los
seres vivos humanos y no humanos (Encabo et al, 2019). Se hace necesario reconstruir
el pensamiento donde se vea claramente que, es la lógica extractivista, la que arrasa
con la naturaleza y provoca la aparición de enfermedades y no la fauna silvestre en sí
misma (Aizen, 2020). El conocimiento generado en distintas disciplinas aporta a una
nueva recreación y turismo aliadas a la naturaleza.

Procesos recientes de la recreación y el turismo en naturaleza


hacia una mirada filosófica diferente
Las etapas recientes del proceso de la recreación y el turismo en áreas naturales y
áreas naturales protegidas desde una perspectiva económica, han llevado hacia una
insustentabilidad socio ambiental. Como respuesta al proceso iniciado por la
revolución industrial, la concepción del Romanticismo europeo impulsó en América
(siglo XIX) un “retorno a la naturaleza” (Congreso Estados Unidos, 1872) considerada
como grandes extensiones de espacios silvestres (wilderness), despojada de seres
humanos, y que fue utilizada en la construcción de una “identidad nacional”. Para lograr
ese cometido fue necesario desplazar a los pobladores originarios de esos espacios.

El Parque Nacional Yellowstone creado en 1872 (Estados Unidos) es considerado


el primer parque nacional moderno que integra la conservación y los visitantes, y que
fuera concretado con el apoyo financiero del sector empresarial con intereses directos,
como las empresas ferroviarias que transportarían a los visitantes. Las oportunidades
de negocio fueron rápidamente identificadas por la empresa Northern Pacific Railroad
así como también la renta capturada al integrar verticalmente el monopolio del
transporte y las facilidades turísticas (hoteles) en el parque, situación que se mantuvo
hasta 1915 que el parque se abrió al tránsito de automóviles (Anderson y Hill, 1996).

Este modelo de parque nacional moderno, se transformó en hegemónico al ser


replicado en todo el mundo. En Argentina lo impulsó Francisco P. Moreno en la carta
de cesión de tierras de 1903 que dio origen al actual Parque Nacional Nahuel Huapi,
donde resalta la importancia de la visitación, manteniendo la naturalidad “que la
fisonomía actual del perímetro que abarca no sea alterada y que no se hagan más obras
que aquellas que faciliten comodidades para la vida del visitante culto” (Moreno, 1903,
p.1).

Posteriormente, se incorporaron a los parques nacionales en etapas sucesivas


infraestructura, servicios y facilidades para la visitación en la naturaleza.
En épocas recientes, el incremento de la demanda y de la infraestructura necesaria
para dar respuesta a la misma, marcó un camino hacia la masificación y el uso
extractivista, con la participación directa del Estado (Huitrón y Palafox, 2014) que
brinda las condiciones en el territorio mediante normativa y proyectos afines, y los
organismos y su personal para favorecer su desarrollo.

En este sentido, en el último periodo neoliberal (2015-2019), el gobierno argentino


80
propició las “Oportunidades Naturales” (GRyTeC, 2019) –en realidad un mensaje de
negocios a partir de la naturaleza– proyecto similar a los de otros países de la región
donde imperan políticas semejantes.

En ese proceso se desarrolla el recreacionismo (Waichman, 2008) que reafirma


esta idea de consumismo, instalando como el eje central “la actividad” por sobre la
naturaleza.

La academia, el estado, las empresas, los profesionales y técnicos de la recreación


y el turismo en naturaleza cimentaron y, en muchos casos siguen cimentando una
recreación y turismo extractivista.

Todo esto forma parte de la Crisis Mundial que tiene ribetes morales y éticos de
“uso” de la naturaleza a límites críticos, hasta que la pandemia de COVID-19 detuvo
la recreación y el turismo casi totalmente. Su recuperación se plantea en condiciones
sanitarias diferentes, sin considerar los impactos previos y sin considerar no repetirlos
a futuro debido a la mercantilización de uso en espacios que apenas estaban
mostrando indicios de lo que se había perdido.

El GRyTeC analiza este proceso y ha propuesto un nueva mirada filosófica para


retomar las ideas de la recreación y el turismo en naturaleza y en áreas naturales
protegidas, no vinculada a resultados económicos o de las ideas impuestas como
pretexto de satisfacción de la demanda, sino transformadora de la interacción
recreación, turismo y biodiversidad desde una perspectiva biocéntrica, basada en la
responsabilidad y en “otros modos de comprender y de configurar la relación del ser
humano con la naturaleza” (Meza Velarde, 2014).

La mirada filosófica diferente requiere de profesionales


diferentes
Desde la investigación, se han volcado los conocimientos generados a las
diferentes experiencias de formación de pregrado, grado y postgrado y en accionares
académicos como publicaciones, capacitaciones, formación de recursos humanos
(voluntarios, becarias). Se consideró la importancia de la responsabilidad en el cuidado
de la naturaleza desde el punto de vista ético de los diferentes actores de la relación
recreación, turismo y biodiversidad, entendiendo a la naturaleza como el ser
vulnerable (Arcas Díaz, 2007) en la relación.

Para andar ese camino, es necesario replantearse en las investigaciones los


instrumentos de recolección de información de la relación recreación, turismo,
biodiversidad. Más que centrar en el “negocio turístico” de los empresarios, realizando
preguntas como procedencia, edad, consumo diario, preferencias con el objetivo de
atender la satisfacción de consumo del visitante, se trabajan herramientas
innovadoras que en simultáneo generen reflexión como nivel de conocimiento del
área natural y/o protegida por parte de los diferentes actores; conocimiento,
cumplimiento y fiscalización de acciones permitidas y no permitidas; análisis de la
“naturalidad” percibida en áreas naturales y áreas naturales protegidas, entre otras.
81
Desde esta nueva mirada, es importante observar el comportamiento efectivo de
los diferentes actores de la recreación y el turismo en pos del cuidado de la
biodiversidad, incluso para constatar con lo que responden en las encuestas.

Implementar diferentes métodos para “acercar” la naturaleza con conocimiento


al actor de la recreación y el turismo como listas de chequeo de vegetación, (autóctona
y exótica), de aves, de aspectos geológicos – paleontológicos, realización de dibujos,
fotografías, videos, actividades de sensibilización, que ayuden a aproximar la
comprensión de los diferentes niveles de biodiversidad presentes y a valorar biomas
propios.

Se detectó la necesidad de sofisticar la medición de calidad turística recreativa en


la naturaleza incorporando a la biodiversidad como sujeto de derecho.

Un aspecto ineludible en la nueva concepción de la recreación y el turismo en


naturaleza es el conocimiento científico del sistema natural para la gestión en
conservación. El paradigma tradicional considera a la naturaleza solo como soporte
de uso, ignorando sus múltiples funciones intrínsecas, generando así impactos
negativos en la relación recreación, turismo y biodiversidad.

Conclusión

Se intentó solucionar los impactos negativos a la naturaleza, como expresa Leff,


“por la racionalidad económica, buscando reincorporarla en esos términos al mismo
proceso económico” (Colón, 2020 p. 338), y las evidencias demuestran que no ha dado
resultado. Por lo tanto, es acuciante abordar la relación recreación, turismo y
biodiversidad centrada en las dimensiones ecosociales desde una nueva mirada
filosófica.

La academia, corresponsable del fracaso, tiene una responsabilidad histórica de


plantearse una pedagogía crítica (Freire, 2015; Colón, 2020) donde el conocimiento,
la comprensión y el amor superen el educar, investigar y transferir favoreciendo el
interés económico de unos pocos para plantearse una recreación y turismo centrada
en el bien común (Higgins-Desbiolles, 2020), solidaria e inclusiva.
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EL TURISMO POST PANDEMIA VIAJA EN BICICLETA
EL CICLOTURISMO SE POSICIONARÁ COMO TENDENCIA, EN EL DESTINO DE

MONTAÑA SAN MARTÍN DE LOS ANDES, EN TIEMPOS DE POST COVID 19


85

Cristian Falquemberg
cfalquemberg@gmail.com

Introducción

La situación de Pandemia Covid 19 y los efectos que esta viene generando en el


sector del turismo, condiciona a los destinos a acelerar la implementación de ciertas
definiciones y acciones en cuanto a productos que se deben desarrollar y promocionar
de manera prioritaria, a fin de estar adaptados a las nuevas necesidades y expectativas
de la demanda, como también con el objetivo de lograr un buen posicionamiento en
el mercado.

La actividad turística a nivel mundial, se presenta como una de las actividades más
afectadas por la pandemia de Covid 19, tanto en lo referido a aspectos económicos
como sociales. La suspensión de los viajes a nivel internacional de forma repentina,
que afectó a países, regiones y destinos, mostró la vulnerabilidad de un sector que en
los últimos años estuvo principalmente enfocado en el crecimiento cuantitativo de
los mercados, sin que se contemplaran medidas serias y efectivas de contingencia,
que pudieran paliar periodos de inactividad.

Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2020), la industria


del turismo ha resultado muy golpeada a nivel mundial, por las medidas que se tuvieron
que adoptar para contener la pandemia, y se pronostica como poco probable que se
retorne a la normalidad en el corto plazo.

Más allá de la situación actual, es posible pensar que la recuperación de ciertos


destinos, como en el caso de San Martín de los Andes, el principal centro turístico de
la provincia de Neuquén, podría ser más rápida cuando retornen los viajes por turismo,
en función de las políticas que se llevaron adelante en los últimos años en este centro
turístico, y que estuvieron de alguna manera orientadas a fomentar un turismo
caracterizado por el respeto del entorno natural y social, la práctica de actividades
deportivas en la naturaleza, y motivado por la salud y el bienestar emocional.
En función de las condiciones que ofrece el destino, existen ciertos indicios tanto
desde el punto de vista de la oferta como también de la demanda, que indican que el
cicloturismo, se presentará como la actividad de turismo aventura más destacada en
San Martín de los Andes para los próximos años; la importancia de esta tendencia, está
dada en los beneficios que traerá al destino desde distintos aspectos, producto de un
fuerte posicionamiento a nivel nacional e internacional del lugar, en un mercado que
valora la sustentabilidad.
86
A través del presente ensayo, se pretende demostrar por qué el cicloturismo será
la actividad de mayor tendencia en tiempos de post pandemia en el destino de
montaña San Martín de los Andes, efecto que será impulsado por las condiciones
naturales y de infraestructura del entorno local, las costumbres de la gente del lugar,
los avances tecnológicos del sector del ciclismo, junto a las diversas opciones y
beneficios que ofrece la actividad para la salud, como también a causa de los
requerimientos de una “tribu mundial de cicloturistas”, que requieren garantías de
calidad en un nuevo marco de distanciamiento social.

Desarrollo

Ante este panorama de pandemia, se presentan nuevos interrogantes en cuanto


al comportamiento de la demanda turística, especialmente en lo referido a la elección
de los destinos para sus viajes, aunque dadas las características que poseen los
paisajes de montaña y los nuevos condicionantes que aparecieron en el mercado, es
posible predecir que los destinos turísticos de estas regiones, serán los preferidos a
la hora de determinar un lugar para vacacionar. Si bien los destinos de montaña han
logrado ganar posiciones en los últimos años como otra opción en el mercado ante el
tradicional sol y playa, en un turismo post pandemia se observa que la montaña
ocupará los primeros puestos en cuanto a elecciones por parte de los turistas.

En Europa, sucede que ante el covid 19, ciertas regiones de montaña superan en
elecciones como destino de verano 2020 a otras zonas turísticas, dado que los
excursionistas buscan espacios abiertos, a la vez de huir de las aglomeraciones, y un
ejemplo de ello es lo que viene sucediendo en los Pirineos (Villanueva 2020).

En el caso puntual de España, el turismo interno presenta actualmente preferencias


de destinos de montaña, respecto a temporadas anteriores, como causa del impacto
producto del covid 19; se está notando que los turistas españoles buscan destinos
tranquilos y no masificados, con menores riesgos de contagio y confinamiento, en los
que puedan realizar la práctica del turismo activo y ecoturismo (Herrero 2020).

El prestador de local ciclismo Bonilauri, mencionó que “…en Italia a partir de la


pandemia, la tendencia es irse a las montañas, a diferencia de lo normal de irse al mar,
a las playas; hoy buscan no estar agolpados, la prioridad es el distanciamiento social,
y venir al sur a la Patagonia es la opción que está evaluando la gente…”. (F. Bonilauri,
comunicación personal, 25 de agosto de 2020).
A partir de esta tendencia que se observa en el continente europeo, se puede inferir
que la montaña se posicionará como un lugar de preferencia en las elecciones de
destinos para turismo, además, según el comentario del Guía de Ciclismo de Montaña
Calderón “…San Martín de los Andes en muchas cosas es un espejo de Europa, y hoy
Europa se mueve en bici y autos eléctricos, está muy fuerte la conciencia ecológica y
la gente acá se va a orientar aún más a esta tendencia…”. (R. Calderón, comunicación
personal, 28 de agosto de 2020).
87
Las nuevas reglas de juego impuestas por la pandemia imponen la necesidad de
mantener el distanciamiento social en las diversas actividades de las personas, entre
estas el turismo; y como forma de prevención las montañas pueden ofrecer esta
condición, dado que en las mismas generalmente se produce un turismo no masivo,
que se distribuye a lo largo de un extenso territorio. Ante este nuevo escenario, San
Martín de los Andes se presenta en una situación favorable, ya que se encuentra
lindante al Parque Nacional Lanín de una extensión de 400.000 hectáreas, pudiendo
garantizar esta nueva condición. De esta forma, San Martín de los Andes, tiene todo
para este nuevo escenario del turismo. El Guía de Ciclismo y Montaña Comita, afirmó
que “…el destino cuenta con paisajes espectaculares, circuitos de ciclismo de montaña
para todos los niveles, un centro de esquí que en verano se transforma en bike park,
con senderos y caminos de diversas dificultades, además de un segundo bike park de
un excelente diseño y altamente técnico, localizado en el Parque Nacional Lanín a una
distancia de 6 kilómetros del centro de la ciudad, denominado Xawun Weney…”. (E.
Comita, comunicación personal, 28 de agosto de 2020).

Además de las cuestiones propias de la geografía y la naturaleza del lugar, las cuales
son excelentes para la práctica del ciclismo de montaña, este destino históricamente
se ha destacado de otros, por ciertas costumbres de los residentes, que luego fueron
admiradas y posteriormente experimentadas por los turistas, especialmente en
actividades de montaña como el esquí, el senderismo y en estos últimos años el
ciclismo de montaña. En cuanto al ciclismo de montaña, las primeras bicicletas de esta
modalidad llegaron en los años 80, y de manera inmediata fueron adoptadas por los
residentes. Luego, estas prácticas locales, motivaron a turistas del país y del mundo,
a incluir a San Martín de los Andes en sus opciones de viajes a la Patagonia.

La situación relacionada con copiar las actividades del lugar, especialmente la que
se produce con el ciclismo de montaña, está directamente asociada con los cambios
en el comportamiento de los turistas, quienes en los últimos años, ya no se conforman
con la simple contemplación del paisaje del lugar visitado, demandado nuevas
experiencias a partir de disfrutar y conectar con la gente del lugar y sus costumbres,
mediante la búsqueda de historias para vivir y contar (Rivera Mateos 2013). Los turistas
en la actualidad quieren experimentar la vida diaria del lugar al que viajan, quieren
conectar con su gente, su historia y su cultura (Allende Letona 2018). Dadas las
características del lugar, San Martín de los Andes puede satisfacer estas nuevas
necesidades a través de diferentes servicios y actividades que se prestan en la
actualidad, entre ellas el ciclismo de montaña, sobre el cual se está trabajando
intensivamente para mejorar aún más este destacado producto del destino.
Ante estas nuevas tendencias del mercado, el lugar se posiciona de manera
favorable, dado que cuenta con una amplia oferta de artículos y servicios en el rubro,
una gran variedad de marcas y modelos de bicicletas, de diferentes niveles de
prestaciones y tecnologías, además de una serie importante de bicicleterías con su
indumentaria y talleres, junto con guías de ciclismo de montaña con una amplia
formación y experiencia.
88
Una gran parte de estos negocios ofrecen el alquiler de bicicletas de montaña
durante todo el año, de distintas calidades, y para niveles iniciales, intermedios y de
expertos, con la inclusión en los últimos años de la bicicleta eléctrica entre sus
productos. Esta amplia oferta de alquiler es una solución para aquellos turistas que
por diversos motivos no pueden viajar al destino con sus bicicletas, y en este aspecto,
San Martín de los Andes presenta una destacada cantidad de opciones y precios.

Entre las novedades tecnológicas en bicicletas de montaña, vale destacar los


avances en lo referido a suspensiones, neumáticos, sistema de frenos que pasan a ser
cada vez más confiables y una amplia gama de tipos de transmisión (Bici Mall 2019).
En paralelo a estas mejoras generales del sector, viene creciendo en forma constante
el ciclismo eléctrico o las denominadas e-bikes, siendo la principal tendencia a nivel
mundial, gracias a las facilidades de usos que ofrece a todo tipo de personas. Estas
nuevas bicicletas, tienen un motor que asiste al pedaleo, y están diseñadas para
distintas modalidades del ciclismo, como ruta, urbanas, o de montaña (Gómez 2019);
para el caso de los destinos de montaña como San Martín de los Andes, esta nueva
tecnología se presenta como una opción extraordinaria, ya que la geografía del lugar
deja de resultar un obstáculo para personas con determinados impedimentos físicos
(Bosch Bike Systems 2018).

Si bien en el destino, aún predominan las bicicletas convencionales o no asistidas,


se está observando un crecimiento del uso de las bicicletas eléctricas, las cuales aún
se encuentran con grandes diferencias de precios en relación a las primeras. Según la
opinión del Guía Ricardo Calderón “… las nuevas bicicletas eléctricas de montaña, van
a ser la tendencia del futuro en esta región, dado las prestaciones que ofrece esta
tecnología que está en constante avance y desarrollo; la nueva tecnología en bicicleta
que se ofrecen en el mercado, no solo asegura diversión a los usuarios sino también
una solución en cuanto a cuestiones de salud, dado que los avances tecnológicos en
suspensión y transmisión, hacen que sea la mejor opción para personas con problemas
musculares, de articulaciones, entre otros, y más aún con la incorporación de la
bicicleta eléctrica, la cual resulta una alternativa ideal para aquellos que no pueden
hacer grandes esfuerzos físicos por diversas dolencias o afecciones…”. (R. Calderón,
comunicación personal, 28 de agosto de 2020).

Tanto la bicicleta convencional como la eléctrica, ofrecen una excelente alternativa


en cuestiones de salud; se han comprobado innumerables beneficios de la práctica
del ciclismo, los cuales están relacionados tanto con mejoras en cuestiones físicas
como psicológicas, haciendo aún más atractiva a esta actividad, que puede ser
realizada por personas de todas las edades, favoreciendo que se posicione como una
destacada opción, en circunstancias como la actual, caracterizada por una pandemia,
donde se vuelve a revalorizar el deporte y su contribución para la salud de las personas.
Los estudios han demostrado que el ciclismo es una excelente actividad que no
solo da placer, sino que también ayuda a las personas a mantener un buen estado físico,
reduce el riesgo de enfermedades cardiacas, tonifica los músculos, produce endorfinas
disminuyendo el estrés junto con la ansiedad y la depresión, fortaleciendo el
crecimiento, y mejorando la coordinación y la postura (Cintrón Salichs 2015). El Covid
19, reafirmó la importancia de la salud física, mental y social, y el ciclismo coincide con
cada una de estas variables.
89
Además de los argumentos mencionados, sobre las principales razones de la
tendencia del ciclismo en el destino de montaña San Martín de los Andes, existe un
aspecto crucial y que moviliza a las personas hacia ciertas actividades, gustos y
preferencias, que se encuentra más allá de la lógica y la razón y que motiva la realización
de esta práctica, en este caso el pertenecer a una tribu. Para el hombre, históricamente
fue importante pertenecer a un grupo social, una tribu (Manes 2020) y el ciclismo
claramente viene a cumplir con esta necesidad del ser humano. Según Godin (2008)
las personas buscan conexión y crear algo nuevo, aspecto que es facilitado producto
del desarrollo de internet.

Se puede afirmar que los ciclistas conforman una tribu compuesta por personas
que están conectadas entre sí a una idea, es decir que tienen un interés común y una
forma de comunicarse más allá de las distancias. Existen una serie de señales o rituales
compartidos que definen la pertenencia a esta tribu tales como los tipos de bicicletas,
el destacado de las marcas, la indumentaria, el conjunto de accesorios, además de la
preocupación por las cuestiones físicas, junto con la motivación de ir hacia adelante.

Según Lindsdtrom (2008) los rituales, ayudan a forjar conexiones emocionales con
ciertas marcas y productos; además menciona que cuanto más impredecible se vuelve
el mundo, más nos esforzamos por lograr algún control sobre nuestras vidas y a mayor
ansiedad mayor es la tendencia a adoptar los mismos. Se ha comprobado que las
actividades que están asociadas a ciertos rituales son más “contagiosas”, y en este
aspecto el ciclismo de montaña en función de los rituales que incluye, tiene todas las
posibilidades de ganarle al resto de las actividades de turismo aventura.

La búsqueda de equilibrio de las personas es constante en los distintos aspectos


de la vida, y en este nuevo contexto dado por la pandemia, que obligó al confinamiento
y al distanciamiento social, el ciclismo se presenta como la mejor opción para
compensar estas nuevas imposiciones. Las personas necesitan completar y equilibrar
sus vidas con acciones y cosas, ante el encierro se busca la libertad y exploración y ante
el reposo la movilidad y la acción.

Dado que los integrantes de la tribu de cicloturistas, se identifican a partir de ciertas


premisas ligadas a la naturaleza, la ecología, la cultura, el deporte y la salud, el destino
de Montaña San Martín de los Andes, debido a que cumple con todas estas
condiciones, se presenta como la mejor opción para este segmento, en momentos en
que retornen los viajes de turismo a nivel nacional e internacional a esta región de la
Patagonia.
Conclusión

En virtud de los argumentos expuestos, es posible afirmar con un alto grado de


certeza que el cicloturismo, será la tendencia de la post pandemia, en el centro turístico
de montaña San Martín de los Andes, y además se mantendrá como tal durante un
largo periodo.
90
Son amplias las evidencias que apoyan esta proyección de lo que viene sucediendo
en el destino en los últimos años, con una actividad en la que confluyen todas las
condiciones que debería reunir una práctica enmarcada en el turismo de experiencias,
para resultar la más atractiva.

Según algunos reportes, el turista post pandemia buscará destinos y actividades


que garanticen el distanciamiento social, y prioricen el cuidado de la salud, en un marco
de respeto del medio ambiente y de la cultura local; en función de los nuevos requisitos
para hacer turismo y las características propias del cicloturismo, se puede afirmar que
éste se transformará en la tendencia del destino de montaña San Martín de los Andes
en la post pandemia.

El ciclismo de montaña está directamente asociado a la aventura y el explorar


mediante el uso de la tecnología, en este caso la bicicleta, todos los accesorios,
equipamiento y adornos; la tecnología cumple un rol clave en el éxito de esta actividad,
dado que impulsa su continuo crecimiento en cuanto a adeptos.

Si bien en el ensayo se vertieron algunos detalles generales en relación al


cicloturista, sería interesante investigar en el futuro el perfil y comportamiento de
estos turistas, a fin de obtener información que pueda ser utilizada tanto para las
estrategias de comunicación como de desarrollo del producto, y de esta forma lograr
una mayor fidelización de este mercado, contribuyendo además con la competitividad
del destino.

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92
REFLEXIONES Y ACCIONES EN TURISMO E
INTERPRETACIÓN DEL PATRIMONIO ¿QUÉ NUEVOS
CAMINOS DE ENCUENTROS NOS DEJA EL COVID-19?
93

Ana Elizabeth Rañil(1) Ma. Florencia Roma Montecino (1)


ana.eli.fatu@gmail.com roma.montecino@gmail.com

Mariela Belén Muñoz (1) Melina Solange Aravena (1)


marielabelenmunoz@gmail.com meliaravey@gmail.com

Noemí Josefina Gutierrez(2)


noemijosefinagutierrez@gmail.com

Introducción

Como consecuencia de la Pandemia Mundial COVID-19, las personas han


desarrollado una fuerte necesidad fisiológica de moverse, de trasladarse a lugares
turísticos y recreativos que les permitan el contacto con el medioambiente y una
posible interacción social. También se plantea el deseo de experimentar nuevas
emociones, vivir una experiencia de relajación y tranquilidad principalmente en
espacios abiertos, después de tanto tiempo de encierro y aislamiento. Cuando se
comience con las actividades turísticas muchos buscarán una realimentación física y
moral que los aleje del estrés que les generó el confinamiento social.

La experiencia de viajar ya no será la misma a los tiempos anteriores a la pandemia


mundial. Los viajeros serán más precavidos a la hora de elegir un destino y los servicios
a utilizar, contemplando los elementos de bioseguridad y asistencia al viajero en caso
de rebrote.

Repensar el futuro del sector no es tarea fácil, ya que se debe trabajar desde un
cambio de pensamiento profundo, dejar atrás el turismo de masa y de ideología
extractivista, para pensar en un turismo socio-ambiental más sostenible.

La resignificación de la actividad turística depende de las estrategias que los


profesionales del turismo utilicen para llevarlas al campo y dimensionarlas como
nuevas oportunidades y desafíos para realizar un turismo más amigable con la cultura

(1) Integrantes PIN T054 Turismo e Interpretación del Patrimonio: la construcción comunitaria del territorio. FaTu.
UNComa.
(2) Directora PIN T054 Turismo e Interpretación del Patrimonio: la construcción comunitaria del territorio. FaTu. UNComa.
y la naturaleza, que beneficie a la comunidad local, apunte a la supervivencia de las
tradiciones comunitarias y el uso del espacio público.

Las nuevas estrategias y modalidades deberán tener en cuenta al momento de su


planificación, el respeto y el conocimiento del entorno, la comunidad y sus costumbres.
Conocer y respetar su idiosincrasia. Procurar rescatar la identidad de una comunidad
para su preservación; debiendo relevar; investigar y evaluar las posibles alternativas
94
para la formulación de vías comunitarias para su desarrollo local.

Fortalecer el concepto de “Caminos de Encuentro en el Turismo” planteado en su


momento por el grupo de investigación y extensión en los trabajos realizados en el
Alto Valle del Río Negro y Neuquén, donde prevalece la construcción ciudadana y
comunitaria del turismo a partir de la disciplina de la interpretación del patrimonio,
permitirá reflexionar el turismo desde la perspectiva del visitante; del territorio; del
poblador local y del propio profesional del turismo. Pensar en el ciudadano, desde los
fundamentos de la Psicología Comunitaria, de la construcción colectiva con una
comunidad activa; tal la concibe Maritza Montero (2004:77) “agente con voz, voto y
veto”. En el turismo que, como plantea Guitelman (2020), la pandemia se presenta
como un acontecimiento que llevará a repensar nuevas estrategias bajo los
lineamientos de un turismo comunitario, la cultura de la hospitalidad marcará la
diferencia entre los destinos elegidos. En el territorio y espacio público “dejar de ver al
espacio público desde la categoría política como la administración de un espacio construido
desde la premisa de urbanización según la ideología dominante y la cooperación de los
gobernantes apelando a la sumisión de los dominados” (Delgado Ruiz, 2011:61); y
reflexionar que el papel del espacio público es mucho más trascendente.

Reflexiones y acciones en turismo e interpretación del


patrimonio
En un primer momento se deberá realizar un diagnóstico general, sobre cuáles son
las variables que influyen de manera directa o indirecta en la reactivación de la
actividad turística. Destacar los atributos de naturaleza, entornos rurales, rutas,
circuitos, experiencias, actividades que, entre otros beneficios, generan sinergias,
como la producción de ingredientes endémicos, productos, alimentos locales, el
turismo de proximidad. Fomentar el turismo interno y regional para redescubrir lo
natural y cultural para la reactivación de las microeconomías locales, cuidando siempre
la salud de todos y todas. La recuperación será lenta y deberá hacerse de forma
escalonada y consciente. Desarrollar verdaderas alianzas estratégicas, entre el ámbito
público y privado será fundamental para la apertura y adaptación de la actual situación
y a su vez, una firme y pronta recuperación del sector turístico.

Es tiempo de enfocarse en los recursos disponibles, considerando que son un


apoyo del turismo; teniendo en cuenta la sostenibilidad ambiental, que será un aspecto
clave para desarrollar las actividades turísticas. Proponer un turismo que abra las vías
necesarias para el desarrollo local y territorial, sostenible atendiendo las demandas
insatisfechas de la población local.
Los bienes culturales; identitarios; naturales y vida silvestre serán claves para la
recuperación de las actividades turísticas ya que son factores que atraerán a los
viajeros. Procurar el diseño de productos de experiencias, caminos de encuentro,
circuitos, rutas integradas basadas en el patrimonio cultural, natural, gastronómico,
entre otros.

Al momento de diseñar cualquier sitio para actividades turísticas se debería tener


95
en cuenta los espacios públicos, sus características y funciones. Dichos espacios
públicos deben cumplir con una función social, están destinados principalmente al
esparcimiento (contemplación, recreación, contacto con la naturaleza). Ser espacios
abiertos con capacidad de accesibilidad para todos y todas y la integración social en
general.

Los cambios que afronta la sociedad son conforme a distintas variables sociales,
económicas, culturales, como también el contexto actual, ante una situación de
pandemia, lo cual modifica las conductas de las personas y sus expectativas a la hora
de elegir un destino y actividades que va a realizar.

Los espacios públicos son el lugar para la comunidad, espacios visibles y abiertos.
Un lugar para las manifestaciones y las expresiones urbanas donde se desarrollan
historias. Son del imaginario individual y colectivo, donde se generan experiencias de
pertenencia e integración entre los ciudadanos locales y los visitantes en un mismo
escenario con sus respectivas diferencias sociales, culturales, políticas y económicas.

La Pandemia COVID-19 se presenta como un acontecimiento que sin duda llevará


a repensar nuevas estrategias para transformar la sensación de inseguridad en nuevas
oportunidades para continuar trabajando con visitantes.

Quienes desarrollan sus emprendimientos bajo lineamientos de turismo


comunitario, la tarea de reflexionar el turismo será, posiblemente, de fácil proyección.
Como Jorge Guitelman (2020:19) plantea “…el sentido de pertenencia de cada anfitrión
sin duda será un factor determinante en el éxito de lograr el mayor grado de satisfacción de
su huésped […] queremos conocer un lugar, pero queremos que ese lugar sea narrado por
alguien que lo habite.”

La hospitalidad marcará la diferencia entre los destinos elegidos. La calidez en la


recepción y la cortesía serán nuevos parámetros a estudiar. Aquellos destinos que
logren un trabajo comunitario y en red entre anfitriones, resguardando cada
particularidad y respetando ciclos y procesos naturales o sociales estarán preparados
más rápidamente para sortear los efectos de la pandemia.

Destinos como el área natural protegida Paso Córdoba, ubicada al sur del rio Negro
aproximadamente a 15 km de la ciudad de General Roca (Rio Negro) sin duda serán los
sitios elegidos por gran cantidad de visitantes, en principio por residentes y luego los
procedentes de localidades cercanas, pudiendo abarcar ciudades del Valle Medio
rionegrino, del Sur de La Pampa y localidades de Neuquén sin dejar de lado visitantes
de la región sur de Rio Negro, como El Cuy, Cerro Policía Los Menucos y demás parajes
cercanos.
La conservación y preservación del patrimonio local deberá ser punto de encuentro
entre el estado, emprendedores particulares y los vecinos y vecinas de la ciudad, para
lo cual es requisito rediseñar los canales de comunicación y establecer pautas para la
concreción de acciones. Al sur del rio Negro existe una población estable que sin duda
se verá comprometida ante la llegada de mayor número de visitantes teniendo en
cuenta temporadas anteriores a la situación sanitaria por COVID-19. Los horarios
típicos de descanso se verán afectados por la circulación vehicular, deposición de
96
residuos, la presencia de mascotas, incremento de riesgo de incendios, destrozos en
espacios verdes y acoso de animales de corral serán temas a tratar de manera conjunta
y de rápida solución para garantizar la calidad de vida de los lugareños y el correcto
disfrute de visitantes.

El turismo pensado desde la pandemia ofrece la oportunidad de reorganizar el uso


del espacio público, construir nuevas recomendaciones y principalmente plantear
para el área natural protegida las bases de una nueva legislación y gestión de un plan
de manejo que atienda a los nuevos requerimientos, como por ejemplo, rediseñar la
zonificación de acuerdo a sectores de mayor vulnerabilidad ya sea por capacidad de
carga o por procesos de recuperación de flora o atendiendo a las necesidades de
nidada o reproducción de fauna estable o migratoria como pueden ser casos de aves
o repoblación de tortugas terrestres.

Cuando se habla de lugareños, también se debe tener en cuenta a quienes habitan


en el barrio Paso Córdoba, al Norte del rio Negro. En el barrio viven personas
vinculadas a su historia y tienen sus propias necesidades recreativas, que muchas
veces se ven limitadas por la afluencia de visitantes que llegan en grandes grupos. En
algunos casos irrumpen en la cotidianeidad del barrio provocando malestar y en otros
son una oportunidad de reactivación comercial para kioscos y despensas como
también de aquellos particulares que optan por ofrecer productos de pastelería y agua
caliente.

La Pandemia de este año 2020 pone en manos de los profesionales en turismo, el


estado y la comunidad, la gran oportunidad de reinvención. Hoy es tiempo de diseñar
las estrategias que permitan generar y fortalecer vínculos que hasta marzo de este año
2020 no se habían tenido en cuenta.

Solidaridad y Turismo son la alternativa hospitalaria cimentada en el intercambio


solidario y afectivo, trabajar desde una mirada más humana, como plantea Guitelman
(2020:16) “… la Cultura de la Hospitalidad, afirmada en la conciencia social y turística,
pone por encima de cualquier negocio los vínculos afectivos entre los seres humanos”. La
Hospitalidad permite la relación con el otro, con un otro solidario porque ser
hospitalarios hace ser solidarios, los intercambios que se dan entre anfitriones y
visitantes, basados en un trato generoso, humano, personalizado el cual será único
en cada encuentro.

En estos tiempos muchos profesionales en turismo se han replanteado la actividad


e intentado planificar experiencias turísticas personalizadas, dejando de lado el
turismo de masas o la mal llamada industria del turismo. Turismo pensado solamente
por y para los negocios. La cultura de la hospitalidad es todo lo opuesto al turismo de
masa. Es un turismo concebido en conjunto con la comunidad, los reales anfitriones
en el escenario más cercano. Es el momento para recapacitar el turismo y trabajar la
Cultura de la Hospitalidad que involucre el poblador local; los organismos y referentes
estatales; los visitantes y los bienes naturales y culturales para que en las actividades
turísticas-interpretativas comunicar los valores simbólicos de cada lugar y de su
comunidad. Jorge Guitelman (2020:19) plantea “La hospitalidad con perspectiva
solidaria implica, fundamentalmente, volvernos responsables del cuidado ambiental y del
97
patrimonio cultural de un destino que elegimos para descubrir. Al descanso y el
esparcimiento se le suman las voluntades de interacción donde anfitriones y huéspedes se
unen en un proyecto compartido. Hospitalidad, entonces, es la llave que permite una
convivencia que adopte los hábitos positivos y los valores de la gente del lugar’’. Quienes
trabajan el turismo desde la disciplina de la Interpretación del Patrimonio ven cercana
y optimista la idea de considerar el turismo desde la perspectiva, hoy denominada
“turismo de cercanía’’. El trabajo realizado en el barrio de Paso Córdoba (Gral. Roca –
Rio Negro) es el ejemplo concreto que este grupo de estudios tiene para mostrar que
el co-construir un turismo basado en la interpretación del patrimonio y la cultura de
la hospitalidad, es posible ya que para conocer un lugar hay que conocer a su gente.
Esto demuestra que los anfitriones son esenciales en la comunidad, son quienes en el
intercambio harán sentir su lugar como nuestro cada vez que se lo visite.

Conclusión

La construcción colectiva debe ser de manera sincrónica en conjunto con la


comunidad y los profesionales del turismo para una accesibilidad asincrónica, es decir
a posteriori, donde cada ciudadano e institución accedió a información de su
comunidad relacionada a la cultura, naturaleza, identidad, costumbre, hábitat, entre
otros. Son de relevancia estas construcciones con el fin de llevar información de
calidad y respetuosa con la comunidad y el visitante.

La pandemia pone a prueba a la actividad turística en todos los sentidos. Se tendrá


que pensar en nuevas estrategias para reactivarse desde lo local, lo regional y nacional.
Para ello se deberá replantear la calidad del espacio público, sus significados, reforzar
la participación voluntaria, la cooperación y el compromiso social para abordar estos
momentos excepcionales. Adaptar los espacios públicos a nuevos usos y prácticas.

El turismo requiere, hoy más que nunca, nutrirse de diferentes disciplinas para dar
una respuesta a la altura de las circunstancias. La interpretación del patrimonio plantea
la conjugación de diferentes actores sociales implicados de manera tal que la
comunicación entre las instituciones y la participación ciudadana resultan
indispensables en un contexto de aislamiento donde lo presencial se transforma en
una virtualidad compleja.
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EL TURISMO CULTURAL EN TIEMPOS DE COVID-19.
APROXIMACIONES REFLEXIVAS A SUS CONSECUENCIAS
Y POSIBLES DERIVAS
99

Mónica Gelós Carolina Marzari


monicagelos@gmail.com mcmarzari@hotmail.com

Walter Gatica
waltergaticanqn@gmail.com

Introducción

Entrar en contacto con las manifestaciones culturales que movilizan a millones de


turistas a lo largo del mundo implica, entre otras cosas, ingresar a un laberinto de
experiencias y sentidos, caracterizado por la multidimensionalidad que las vivencias
culturales significan y, una vez allí, poder interpretarlas con el fin de expandir el rango
perceptivo-experiencial de éstas. Según Ballart y Tresserras (2010:174) son dos los
ejes fundamentales que atraviesan la vivencia de las diferentes expresiones culturales:
a) la presentación in situ, y b) su contextualización; características, ambas, que
permitirían tener una noción acabada de los aspectos significativos de las mismas. Al
respecto, la interpretación que conlleva la vivencia de la expresión cultural es
concebida, según la Asociación para la Interpretación del Patrimonio, como el proceso
creativo de comunicación que conecta intelectual y emocionalmente al visitante con
los valores del bien, sea en su dimensión material como inmaterial.

De lo antes dicho se desprenden las siguientes preguntas: ¿qué sucede con estas
dimensiones devenidas de la experiencia in situ en el contexto actual de restricción y
aislamiento?, ¿qué implicancias conlleva para la dimensión cultural de los diferentes
destinos, la merma de los significativos ingresos que representa el turismo?, ¿qué
nuevas posibilidades se pueden vislumbrar ante esta crisis?

Sin pretender ser concluyentes, el presente ensayo se propone allanar el camino


ante las actuales circunstancias, con el propósito de reflexionar sobre el tema y
vislumbrar posibles escorzos que planteen estrategias superadoras a la situación
actual.
Desarrollo

En la actualidad, el mundo se encuentra en un punto de interpelación e inflexión, donde


ciertas acciones cotidianas se vieron alteradas, tales como la posibilidad de viajar, quedando
vedado el contacto experiencial directo, in situ, con las expresiones materiales e inmateriales
de las manifestaciones culturales que motiva a millones de turistas a ir de un destino a otro. Este
factor disruptivo implica repensar muchos aspectos de la práctica turística, entre otros el uso
100
de los espacios virtuales, donde Internet ha dejado de ser un complemento para pasar a tener
un rol hegemónico, pues desde “la nube” se organizan casi todas las acciones relacionadas con
la acción de viajar (localizar sitios, comunicarse, buscar rutas, obtener referencias, traducir
lenguas, ver opiniones, emplear aplicaciones de administración, comprar tickets y demás).

En tal sentido y en relación a la primera de las tres preguntas introductorias, cabe reflexionar
sobre el uso de la virtualidad como sustituto de la dimensión experiencial en el destino, tan
esencial en el paradigma de lo que hasta ahora entendemos por turismo. En este campo, la
experiencia de la diversidad identitaria a través de las formas expresivas de las culturas, el deseo
de aprender, descubrir, experimentar y disfrutar de los atractivos materiales e inmateriales,
constituye una de las principales motivaciones por las cuales se realiza un viaje (O.M.T.:2017).

El turismo cultural, especialmente el ligado a los destinos altamente jerarquizados y con


afluencias masivas de visitantes, parece casi imposible de pensarse ante la actual situación que
atraviesa la humanidad. Centros urbanos cosmopolitas, comunidades que basan gran parte de
sus ingresos en la visita de turistas, monumentos históricos de renombre internacional,
productores que hoy no pueden acceder a estos sitios para vender sus manufacturas (souvenirs,
artesanías, obras de arte, artículos regionales, alimentos, etc.), grandes museos, parques
arqueológicos, temáticos y de entretenimiento cuyos principales ingresos para su
mantenimiento-funcionamiento son generados por el turismo, hoy parecen estar en un
paréntesis de incertidumbre y riesgo casi absoluto. Un ejemplo claro de ello es el cierre de
mercados de venta de artesanías y de productores locales relacionados a la gastronomía o a la
venta de productos regionales que, entre otras cosas, se ven impedidos de acceder a las materias
primas necesarias; también el cierre temporal de alrededor de 85.000 museos en el mundo, de
los cuales el 13 % probablemente no puedan reabrir sus puertas, generando con ello una merma
en el acceso a la cultura (ICOM, 2020).

Esta imposibilidad de interacción real entre los visitantes, residentes y sus bienes culturales
atenta contra el sistema del cual dependen no sólo proveedores de servicios, productos e
insumos en torno a las manifestaciones culturales, sino también a los bienes culturales
propiamente dichos. Sin embargo, la capacidad de resiliencia de algunas comunidades que viven
en un alto porcentaje de los ingresos reportados por el turismo, están modificando sus pautas
productivas, de promoción y circulación, lo cual implica un cambio inminente en la gestión de
los atractivos y productos culturales.

Las dinámicas de cambio, propias de todas las culturas, suelen ser graduales, pero en
ocasiones también abruptas. Hoy la pandemia conlleva a la búsqueda de diversas alternativas
en pos de sostener el patrimonio cultural y las diversas actividades en torno al mismo, con el
propósito de evitar la falta de mantenimiento y/o desarrollo de éste. Al respecto se evidencia
la potenciación del empleo de los recursos virtuales en materia de comunicación, promoción,
intercambio, educación, recreación y ocio ligado a la cultura, donde un factor de interés está
dado por la inmediatez, comodidad y la libertad temporal de acceso a los sitios (páginas web,
Facebook, Instagram, canales de YouTube, entre otros) sea para estar comunicados, informarse
o entretenerse, la disponibilidad de estos recursos desdibuja ciertas estructuras propias de las
visitas y accesos a determinados lugares de interés cultural, abriendo así un campo relacionado
con la autogestión frente a la oferta disponible.

Al respecto de esta última, puede mencionarse la activación de emprendimientos familiares


101
(culinarios, artesanales, artísticos, formativos y demás) que posicionan y hacen circular sus
producciones a través de las redes virtuales así, por ejemplo, espectáculos teatrales de artistas
independientes, son presentados sincrónicamente previa adquisición del “ticket virtual” que
le otorga al espectador el acceso al enlace para disfrutar del espectáculo desde la comodidad
de su hogar, en vivo o con la opción de verlo en diferido si no pudo conectarse en el día y horario
para el cual estaba pautada la presentación.

En el plano institucional-cultural han proliferado las ofertas de cursos, presentaciones y


hasta guiados virtuales por museos del mundo a los que antes sólo se podía acceder in situ o a
través de publicaciones impresas o en los sitios web oficiales de tales instituciones. Hoy, los
destinos turísticos han sido obligados a repensarse desde la virtualidad y las formas en las cuales
presentar sus atractivos apuntan a motivar, en la gente, el deseo de conocer tales lugares o a
volver a vivir una nueva experiencia de lo que alguna vez fue visitado, claramente, pos-
pandemia.

Según informes de la OMT (2020) la parálisis en la actividad turística ha significado que más
del 80% de los bienes del Patrimonio Mundial se encuentren inactivos:

[…] millones de personas en cuarentena han empezado a buscar experiencias culturales y


viajeras desde sus casas. La cultura ha demostrado ser indispensable durante este periodo y la
demanda de acceso virtual a los museos, sitios del patrimonio, teatros y espectáculos ha alcanzado
niveles nunca vistos. (Turismo Cultural y COVID19, O.M.T., 2020).

Para algunos autores, la nueva experiencia de viaje, mediada la virtualidad,


amplificaría el deseo de estar allí, magnificando la vivencia desde el plano mental y
emocional, facilitando el acceso, disminuyendo la capacidad de carga sobre algunos
atractivos - que por la masiva demanda que habitualmente tienen se ven cada vez más
afectados -, y a la inversa, bienes culturales patrimoniales poco conocidos o
marginados pueden recurrir a la virtualidad para su activación. Ante lo expresado es
preciso señalar los significativos aportes que los grandes museos del mundo están
haciendo al respecto, marcando una tendencia que es preciso considerar; el
Guggenheim, el Prado, el Getty y el Reina Sofía - por mencionar sólo algunos - ofrecen
cursos, guiados, promociones y exposiciones casi a diario a través de diferentes
aplicaciones que permiten el acceso a la virtualidad.

Esta ebullición en las redes, que facilita el acercarse a los atractivos culturales y a
sus lugares de origen de un modo diferente, replantea la dimensión de “cuerpo
presente” en el lugar, y pone en cuestión las formas tradicionales de la interpretación
que, a decir de Ballart y Tresserras (2010:174) según se mencionó, está atravesada
por la presentación in situ y la contextualización del bien. Pero ahora ambos aspectos
quedarían separados, virtualidad mediante, constituyendo un desafío al momento de
aspirar al logro de lo que David Uzzell y Roy Ballantyne definen como “una
interpretación caliente” (1998:154), es decir, aquella que reconoce la necesidad de lo
emocional y que inyecta un componente afectivo en los contenidos presentados al
momento de vincular con diferentes culturas y sus bienes patrimoniales.

Ante lo arriba expuesto, se vislumbra el lugar preponderante de la virtualidad en


relación a la cultura, el patrimonio y el turismo como herramienta de promoción,
102
información y motivación de los destinos. Ahora bien, este nuevo paradigma que
delinea el perfil del final del siglo XX y las primeras dos décadas del presente, lleva a
múltiples preguntas, imposibles de abordar con la debida profundidad en este ensayo,
pero que marcan derivas sobre las cuales se propone seguir reflexionando, tales como:
¿Es posible pensar un “turismo cultural virtual”?, ¿Cuáles son las principales diferencias
entre la experiencia in situ de las expresiones culturales y las mediadas por la
virtualidad?, ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de su uso?, ¿Qué impacto tendrán
estas estrategias virtuales en los futuros viajes pos-pandemia?, ¿Cómo se replantea
el valor de uso ligado a la obtención de los recursos, necesarios para el sostenimiento
y desarrollo de estos lugares y expresiones cuando el turismo, principal fuente de
ingresos, se encuentra en un impasse?

El contexto actual propone el desafío de repensar las acciones a partir de las cuales
esgrimir estrategias situadas que breguen por la sostenibilidad del acervo cultural y
el turismo (uno de los principales protagonistas de la activación y desarrollo de aquel).
Ante tal encrucijada es perentorio identificar las posibilidades que, bajo estas
circunstancias, serán la llave para reinventar el campo del turismo cultural en el siglo
XXI. A la postre embrionarias, pero no menos significativas, algunas de estas nuevas
claves reconocidas podrían significar alternativas que ayuden a mejorar el estado de
la cuestión actual, entre otras:

ƒ la acentuada permanencia en los hogares producto del aislamiento que, en


diferente grado y medida, se sostiene o se ha llevado a cabo en la mayor parte del
mundo, ha significado, entre otras cosas, la conciencia de la importancia que tiene la
experiencia de compartir con otros y en otros espacios más allá de los cotidianos;

ƒ el cierre de las fronteras podría considerarse una oportunidad para valorizar,


conocer y hasta visitar, en la medida que las normativas de cada país así lo determinen,
las expresiones patrimonial-culturales locales, que muchas veces quedan eclipsadas
por aquellas de carácter más hegemónico o con mayor prensa;

ƒ la fácil y ágil accesibilidad que representan las redes virtuales al conocimiento


de expresiones de las culturas alrededor del mundo y su motivación consecuente;

ƒ la disminución del impacto por la sobrecarga de visitantes a determinados sitios,


cuya fragilidad los convierte en blanco fácil del deterioro y pone en riesgo su
existencia;

ƒ la posibilidad de conocer virtualmente expresiones culturales cuya fragilidad


o nivel sacral (en el caso de tratarse de bienes inmateriales) inhabilitan su visita en el
plano real.
A modo de reflexión

El punteo arriba presentado, expone algunas de varias situaciones que


actualmente deberían estar bajo la mirada de quienes están a cargo de planificar,
establecer líneas y políticas de acción en pos de mitigar los efectos nocivos que implica
esta pandemia para muchas actividades humanas, en particular, el turismo cultural.
En este escenario, las instituciones han de ser las primeras en canalizar el problema y
103
viabilizar las soluciones o el acompañamiento para alcanzarlas, no sin considerar las
particularidades de cada país, región o localidad. En un contexto de incertidumbre
donde pareciera que planificar a mediano y largo plazo no es un reaseguro de nada,
surge ante el mundo una pregunta común: ¿Cómo continuar de aquí en más ante la
amenaza de una pandemia que aún está en proceso de erradicarse? Desde esta
perspectiva - que no se arroga ningún derecho de exclusividad - sólo una hipótesis
parece posible abrazar: el deseo de conocer y vivenciar la capacidad creadora que
implica la cultura y su acervo patrimonial legado, que constituyen el motor
dinamizador por el cual se hace pertinente seguir ensayando búsquedas que nos
permitan atravesar el laberinto.

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EL ENTORNO DIGITAL: ¿UN TERRITORIO DE
OPORTUNIDADES O DESIGUALDADES?
CONTRADICCIONES Y DESAFÍOS PARA LOS ACTORES TURÍSTICOS EN

TIEMPOS DE PANDEMIA
105

Mara Jalil Marina Zanfardini


lic.marajalil@gmail.com mzanfard@gmail.com

Introducción

La noción de territorio turístico se utiliza para abordar las interrelaciones humanas,


intencionales y no intencionales, de carácter material y/o moral, que se establecen a
propósito de las visitas turísticas a un determinado lugar (Nácher Escriche y Selma
Garbí, 1993). Por consiguiente, comprende las relaciones actores-espacio de toda la
experiencia turística: lugar de origen, lugar de destino y de tránsito (Bertoncello,
2002).

Una de las dinámicas esenciales de los territorios turísticos está dada por la
configuración de flujos de información. Internet, en particular, ha tenido un impacto
sustancial en la forma en que las personas experimentan sus viajes (Neuhofer et al.,
2015), afectando y digitalizando las relaciones que se producen y reproducen en los
territorios turísticos.

Aunque la propagación de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC)


ofrece un gran potencial para el desarrollo del turismo, su adopción y uso no resultan
simétricos en todos los países y sus territorios turísticos internos (Otero, 2017;
Zanfardini, 2017), generando desigualdades en el acceso, habilidades y uso de las
mismas (Minghetti y Buhalis, 2010).

Por otra parte, el movimiento turístico es considerado un factor de propagación


de enfermedades (Hall, 2006) y esto se ha confirmado con la pandemia COVID-19.
Por tanto, los territorios turísticos se han visto afectados por las medidas de
aislamiento obligatorio, cierre de fronteras y disminución de la actividad. La necesidad
del distanciamiento social y la imposibilidad del movimiento interno hacia los destinos
turísticos no sólo han afectado económicamente a sus actores, sino que también los
ha “trasladado” casi obligatoriamente a relacionarse en el entorno digital.
En este contexto, el presente ensayo pretende destacar la importancia del estudio
de la desigualdad digital en los territorios turísticos en contexto de pandemia. Para
ello en primer lugar, se profundizará en torno a la noción de territorio turístico y sus
particularidades en tanto configuración territorial. Posteriormente se discutirá sobre
las posibles denominaciones y aproximaciones para el estudio de la desigualdad
informacional. Finalmente, se realizarán reflexiones sobre las contradicciones y
desafíos que enfrentan las y los actores turísticos en los flujos de producción y
106
circulación de la información en tiempos de pandemia con perspectiva territorial.

Los territorios turísticos y sus particularidades


El concepto territorio desde finales del S.XX ha dejado de relacionarse únicamente
con la Geografía física y, se utiliza en las Ciencias Sociales en enfoques que intentan
comprender la complejidad de los procesos socioculturales de la modernidad. El
término hace referencia a las relaciones socio- espaciales que se desarrollan en
diferentes entramados socioculturales, políticos y económicos (Santos, 1986, 2005;
Souza, 1995).

En un mundo globalizado, las relaciones sociales y sus implicancias en los espacios


naturales exceden las fronteras de las naciones, ciudades o pueblos. Santos (1986)
afirma que la esencia del espacio es social, y lo define como la naturaleza más la
sociedad. Los avances de la revolución científico-tecnológica, la propagación de las
TIC, la incorporación de nuevos mercados facilitados por los adelantos del transporte
y las comunicaciones, complejizan aún más los estudios socio-espaciales, en tiempos
que ya no son tan lineales y espacios que contienen múltiples entramados.

En términos socioeconómicos y culturales, el turismo reconfigura los territorios.


A diferencia de otras configuraciones territoriales, los territorios turísticos tienen
rasgos específicos y, por tanto, requieren de la formulación de una teoría propia, que
incluya el análisis de las relaciones socio-espaciales generadas por esta práctica social
(Barrado Timón, 2004).

Primeramente, el territorio turístico participa en forma constitutiva de la práctica


del turismo, y es transformado por ella (Bertoncello, 2002). Es una práctica social con
una base territorial que no resulta neutra, sino que existen diferentes formas de
apropiarse de los mismos de manera material y simbólica, y se ejercen diversos poderes
en ellos. Suceden hechos sociales específicos que ocasionan sus transformaciones,
ya sea en el lugar de origen, de tránsito o de destino de los visitantes. Estos procesos
se realizan de manera discontinua y diversificada, como lo expresa Barrado Timón
(2011), quien además indica que cualquier territorio es potencialmente turístico; en
algunos, el fenómeno se presenta de manera más intensa que en otros, y sus
implicancias varían de acuerdo al uso, cuanto más inversión y beneficios se obtenga
de la presencia de visitantes, más intensa será la modificación territorial.

En segundo lugar, una particularidad de los territorios turísticos es la variabilidad


temporal dada por la estacionalidad turística, lo que ocasiona diversas repercusiones
socioambientales.
En tercer lugar, Cammarata (2006) incorpora otra arista en el análisis, aseverando
que las prácticas sociales del turismo crean, transforman y pueden valorizar territorios
que no se encuentran posicionados, desde la lógica de la producción en los mercados
turísticos. Cabe señalar que en el lugar cotidiano para las y los residentes se construye
la práctica del turismo; algunos destinos emergentes revalorizan y transforman sus
ambientes, refuncionalizándolos y otorgándoles valor, en respuesta a nuevas
necesidades socioeconómicas y culturales contemporáneas. Las comunidades locales
107
establecen relaciones con sus bienes comunes: naturales y culturales, materiales e
inmateriales; y éstas se encuentran imbricadas con los procesos socioeconómicos de
los territorios.

En cuarto lugar, los territorios turísticos contienen diferentes usos por parte de las
y los turistas, las y los agentes económicos, las comunidades locales y las y los gestores
públicos. Por lo cual, cuando hablamos de territorios turísticos, reconocemos el
proceso de integración social que se da en ellos, con las diversas dimensiones
materiales y subjetivas de sus actores. Estos grupos de interés establecen relaciones
buscando satisfacer intereses y beneficios particulares a la vez que generan
responsabilidades (Buhalis, 2000). En definitiva, los diferentes actores tienen
intereses respecto a la actividad, y se benefician o no de la misma, de manera
heterogénea. Buhalis (2000) representa esta situación en la Figura N°1.

Imagen Nº1. Rueda dinámica de los actores del destino turístico.

Fuente: Buhalis (2000)

El desarrollo de estas interacciones en los territorios turísticos implica reconocer


que los grupos de interés poseen distintos niveles de prominencia debido no sólo a su
poder, sino también a su legitimidad o temporalidad de participación en sus territorios
(Mitchell et al., 1997). Las decisiones que tome un grupo influyen en el resto de los
integrantes del territorio, si alguno intenta obtener sus beneficios a expensas de otro,
el sistema se desequilibra y surgen las desigualdades.
Finalmente, resulta fundamental reconocer las injerencias de las TIC, ya que, los
flujos de información y las relaciones no sólo suceden de manera próxima y presencial.
En este sentido, a los territorios turísticos les cabe también la clasificación de
“territorios verticales” que ofrece el brasileño Milton Santos (1994). El autor distingue
los “territorios horizontales”, aquellos que son contiguos y enlazados espacialmente,
de los “territorios verticales” que se encuentran conectados por flujos de información.
108
En ellos se observa lo que Schiavo (2006) denomina como un nuevo “espacio-
tiempo” o “ciberespacio”, donde se transportan informaciones a través de
interconexiones que se realizan entre ordenadores y otros artefactos informáticos.
También puede ser definido como un “espacio de flujos” que circulan en la sociedad-
red (Castells, 2003).

Sin embargo, cabe advertir que la capacidad y el alcance de la virtualidad es diversa


y desigual, y que en los territorios turísticos existen agentes que suelen concentrar el
poder de acceder y hacer uso provechoso de ella. Por consiguiente, no resulta ajeno
que se produzcan fragmentaciones, tensiones y conflictos.

La desigualdad informacional de los territorios turísticos en


tiempos de pandemia
La desigualdad informacional es tratada en la literatura con diversas
denominaciones, tales como brecha digital o divisoria digital (De La Selva, 2015;
Norris, 2001; van Dijk, 2013; Van Dijk, 2017), pobreza de información o inequidad
informacional (Yu, 2006, 2011).

Pippa Norris, una de las precursoras en la construcción del concepto, planteó


distintos tipos de brechas: la brecha social, como la diferencia en el acceso a la
información entre los pobres y ricos en cada país; la brecha global, como la diferencia
entre países desarrollados y en desarrollo en el uso de TIC; y la brecha democrática,
como la diferencia entre quienes utilizan (o no) las TIC para movilizarse y participar en
la esfera pública (Norris, 2001).

Van Dijk (2013) con su teoría de la divisoria digital y posteriores trabajos (Van Dijk,
2017), desarrolla una visión amplia del acceso a las tecnologías, considerándolo un
proceso de apropiación en etapas: 1) el acceso motivacional relacionado con el interés
y atracción por la nueva tecnología, 2) el acceso físico o material vinculado con la
disponibilidad de hardware, software, redes y el uso de TIC y sus aplicaciones; 3) el
acceso a la alfabetización digital vinculado con la educación para adquirir habilidades
digitales; y 4) el uso, vinculado a las oportunidades significativas de uso.

Liangzhi Yu (2011) aborda la problemática hablando de la desigualdad de


información, entendiéndola como la disparidad multifacética entre individuos,
comunidades o naciones en relación a la movilización de los recursos de información
de la sociedad en beneficio de sus vidas y desarrollo. Tras realizar una revisión de
estudios sobre el tema, ella destaca que existen múltiples perspectivas para su
investigación (Tabla 1) y, por tanto, diferentes formas de análisis, unidades de análisis,
Tabla 1. Perspectivas para el estudio de la desigualdad informacional.

Fuente: Yu (2011).
109
tipo de datos y factores que se ponen en consideración. Las diferencias entre ellas
también encarnan la división tradicional de las ciencias sociales en general, es decir,
la división entre sociedad versus individuo, estructura versus agencia y objetivismo
versus subjetivismo (Yu, 2011).

Desde una mirada latinoamericana, De la Selva (2015) reconoce la problemática


de la brecha digital como una expresión de las desigualdades del siglo XXI, enfatizando
110
en su carácter estructural en tanto “nueva desigualdad” y en su impacto en las
sociedades latinoamericanas. Considera brecha digital a la desigualdad que depende
de las habilidades y capacidades de los individuos para participar y desarrollarse en la
Sociedad de la Información y el Conocimiento (De La Selva, 2015) y propone seis
esferas o dimensiones: económica, política, sociocultural, cognitiva, tecnológica y
social.

Además, y recordando la relevancia de los flujos de información para los territorios


turísticos, Minguetti y Buhalis (2010) realizan seis proposiciones en relación a cómo
se genera e impacta la desigualdad informacional en los territorios turísticos (Figura
2).

A dicha complejidad se le suma el impacto que la pandemia por COVID 19 ha


causado en las brechas digitales preexistentes, que Beaunoyer et al (2020) sintetizan
en la Figura 3.

Figura 2. Proposiciones sobre la desigualdad informacional en los territorios turísticos

Fuente: Minguetti y Buhalis (2010)


Figura 3. Impactos del COVID-19 sobre la desigualdad digital.

111

Ante estas circunstancias y en términos de desarrollo turístico, el Estado tiene


como desafío propiciar la igualdad de oportunidades a los y las actores de la actividad.
En el Objetivo de Desarrollo Sostenible n°10 de la agenda 2030 (ODS) se propone
“reducir las desigualdades”, y desde una mirada turística se argumenta que “el turismo
puede constituir una poderosa herramienta para reducir las desigualdades si se implica
a las poblaciones locales y a todos los interlocutores principales en su desarrollo (...) y
es un medio eficaz de integración económica y de diversificación” (OMT y OEA, 2018).

Por su parte, las y los empresarios del sector se encuentran frente a un reto
tecnológico sin precedentes, y se ven destinados a incorporar sistemas de inteligencia
de mercados, aplicar protocolos que garanticen la seguridad de sus públicos y
aventurarse a la transformación digital y el uso de las tecnologías, ya que la demanda
también ha transformado sus modos de habitar la virtualidad.

En síntesis, debido a la fuerte dependencia de las TIC, acentuada a causa del


confinamiento en tiempos de pandemia por COVID 19, la desigualdad informacional
es un problema contemporáneo que afecta a los territorios turísticos y necesita ser
estudiada e investigada para facilitar la gestión del turismo en este nuevo contexto.

Asimismo, el ámbito académico ha de fomentar las investigaciones que


contribuyan al análisis de las desigualdades, entre ellas las informacionales, que
redoblan su importancia en momentos en los que la virtualidad resulta un sostén
ineludible para sus flujos, por tanto, estudiarlos y conceptualizarlos aportan al
conocimiento de estos fenómenos que actúan directamente en los territorios
turísticos.
Conclusión

En este ensayo buscamos poner en tensión y analizar aproximaciones teóricas


sobre la gestión de los conocimientos y flujos de información de los territorios
turísticos en un nuevo entorno de pandemia generada por COVID-19.

A modo de conclusión, la conceptualización del término territorio,


112
específicamente el que se configura en la presencia de la actividad turística, invita a
su análisis vertical, ya que en él se desarrollan dinámicas de flujos de información,
susceptibles de presentar tensiones, conflictos y concentraciones de poder.

Ante el contexto actual, y coincidiendo con las aseveraciones de autores como


Beaunoyer et al (2020), los espacios digitales han dejado de ser una amenidad para
pasar a ser una necesidad, convirtiéndose no sólo en la principal vía de acceso a la
información y los servicios, sino también en uno de los únicos vectores que quedan
para las actividades económicas, educativas y de ocio, así como para las interacciones
sociales.

La abrumadora presencia de las TIC, colocan a los territorios turísticos y sus


actores, ante el reto de incorporar estrategias comunicativas que permitan, el flujo
de la información y los conocimientos turísticos, a través de la virtualidad. Sin
embargo, esta condición exacerba una nueva forma oculta de desigualdad social, la
desigualdad digital, que expone a las y los actores de los territorios turísticos, ante
posibles desventajas socioeconómicas.

Por ello, resulta conveniente fomentar y desarrollar estudios que contribuyan a


identificar las diferentes capacidades de acceso, habilidades, actitudes y usos de las
TIC, en el marco de la Sociedad del Conocimiento, que aporten al reconocimiento de
las dinámicas de inclusión- exclusión digital en los territorios turísticos y, a visualizar
estrategias que acompañen la reactivación de esta actividad, evitando la distribución
desigual de los beneficios que el turismo ocasiona y tendiendo a un desarrollo
territorial informacionalmente inclusivo.

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115
116
LAS MARCAS DE DESTINOS TURÍSTICOS Y EL DESAFÍO DE
LA COMUNICACIÓN EN TIEMPOS DE COVID-19

117

F. Andrea Gutauskas Lucía Tamagni


andregutauskas@hotmail.com luciatamagni@gmail.com

Victoria Maluenda
maluendavl@gmail.com

Presentación

La pandemia del COVID19 ha golpeado fuertemente al turismo mundial,


generando una profunda crisis del sector. Nos preguntamos… ¿Cómo están
reaccionando los destinos turísticos para preservar sus marcas en tiempos de COVID
y post COVID?

En estos tiempos los turistas no llegan a los destinos sino que se encuentran
temporalmente en sus hogares, sin poder viajar debido a las restricciones de
aislamiento preventivo y obligatorio de muchos países del mundo. A pesar de algunas
previsiones poco alentadoras tanto en el ámbito económico como social a causa de la
crisis COVID19, muchas personas están expectantes a la posibilidad de viajar y
disfrutar de los destinos cercanos, en una primera etapa, siempre que las condiciones
de seguridad en cuanto a la pandemia y posibles restricciones en la movilidad lo
permitan. En este contexto los destinos turísticos están coordinando tareas y
poniendo en marcha medidas y protocolos de seguridad para los servicios y
actividades turísticas, entre otras. Las comunicaciones de estas acciones que se están
desarrollando, en general han sido bastante genéricas incluyendo la preparación de
todos los destinos turísticos en materia de seguridad sanitaria. El desafío será la
estrategia y las acciones de comunicación que desarrollarán las marcas turísticas en
relación a toda la experiencia del visitante, resignificando la misma y adecuando las
propuestas de cada destino a los nuevos comportamientos de los turistas post
pandemia; generando comunicaciones con contenidos orientados a captar el interés
de los clientes reales y/o potenciales y a obtener información personal de los turistas
que permita luego acercarles información personalizada de acuerdo al momento del
viaje de consumo turístico en el que se encuentran y centrada además en las
preferencias generacionales.

Este comportamiento del futuro visitante es clave en materia de comunicaciones,


ya que su conducta de búsqueda y decisión de compra ha cambiado
significativamente. Las nuevas estrategias comunicacionales deberán contemplar los
cambios en los consumos digitales, que marcarán la agenda en términos de búsqueda
de información, selección de alternativas, compra y consumo turístico. En este escrito
se presentan ejemplos concretos de comunicaciones que están realizando algunas
marcas de destinos turísticos a nivel mundial, nacional y regional; que permiten
conocer cómo se está aplicando la comunicación.
118
El viajero de la nueva normalidad

El viajero, tal cual como se lo conoce, ha cambiado en la forma de consumo. También


han cambiado los factores que decidirán la compra siendo diferentes a los que existían
antes de la pandemia del COVID19.

A nivel mundial, el Global Web Index (2020), menciona que los “viajeros de
negocios y los entusiastas de los viajes” son los más propensos a preocuparse sobre
la situación mundial; lo que influirá al decidir el viaje. Menciona que vacaciones (41%)
y vuelos (26%) son los ítems más elegidos por los encuestados. Los millennials fueron
los que los mencionaron en mayor medida (44%), seguido por la GenX (41%), la GenZ
(nacidos entre 1994-2010) y los baby boomers (nacidos entre 1949-1968). También
considera que los grandes eventos deportivos que se han visto afectados por el
COVID19, deberían posponerse hasta que el brote termine (72%), considerado por
todas las generaciones en el mismo sentido. Los encuestados esperan que el
coronavirus tenga un pequeño efecto (47%) en sus finanzas personales; considerado
por los millennials en mayor porcentaje (51%), lo que influirá en los recursos que
tengan los turistas para destinar a los viajes. En este sentido (Canalis, 2020) menciona
a un estudio realizado por Kido Dynamics, en el que se visualiza que los turistas han
cambiado su patrón de vacaciones, indicando que algunos destinos más pequeños y
cercanos a las residencias de los turistas han sustituido a otros más grandes que antes
eran los preferidos, otro dato es que la gente ha evitado los viajes en avión prefiriendo
los viajes en coche.

En Argentina estudios recientes (Singerman y Makón, 2020), describen posibles


escenarios del consumo y del turismo postCOVID. Si bien hay una tendencia negativa
en los ingresos de las personas, hay grupos que han logrado mantener su nivel de
ingresos y en algunos casos han mantenido o incrementado sus reservas, debido al
ahorro forzoso que genera el aislamiento. “Viajes y Turismo” es una prioridad de
consumo para la post pandemia. Se pudo constatar que el estado de aislamiento
influye positivamente impulsando los deseos de viajar. Esta tendencia es mayor aún
en la población más joven, aunque los mayores de 60 años también están deseosos
de retomar viajes. El miedo al contagio se consolida como la principal amenaza que
afecta las decisiones de viaje, por encima de factores objetivos como las limitaciones
económicas por la pérdida de poder adquisitivo. Las expectativas de viajes se sitúan
para inicios de 2021. Las medidas destinadas a garantizar la seguridad sanitaria en el
destino, por encima de variables objetivas como el precio y la calidad de los servicios
turísticos se consolidan como el principal incentivo para promover las decisiones de
viaje. Los viajes en vehículo propio se instauran como la alternativa más segura para
viajar. La región Patagonia fue la más elegida por los encuestados como destino para
su próximo viaje. Los productos turísticos asociados a aglomeración de gente, fueron
los que más percepción de riesgo tuvieron por parte de los encuestados. En
contraposición, los productos asociados a actividades al aire libre fueron percibidos
como de bajo riesgo. Cerca de la mitad de los encuestados afirmó que no estaría
dispuesto a optar por destinos que considera riesgosos, aun con un gran descuento
de precio.
119
Las comunicaciones en la era postcovid

GlobalWebIndex (2020) menciona que el 95% de los consumidores dedican más


tiempo al consumo y a actividades recreativas en medios digitales desde el hogar. En
el periodo de confinamiento, pasan más tiempo usando su teléfono móvil
(Smartphone) (67%). A su vez, Vargas Sánchez (AECIT, 2020) hace referencia al informe
mencionado anteriormente agregando que la mayor parte de las personas consume
por más tiempo los servicios de mensajes, especialmente Whatsapp, Facebook
Messenger, etc. y las redes sociales. Ha disminuido el uso de canales tradicionales
como la televisión, las revistas y los periódicos. Al respecto, el autor asevera que “la
digitalización se ha acelerado” (AECIT, 2020, p.8). A esto se suma la variable edad o
generación, que influye enormemente en los comportamientos de consumo digital.
La GenZ realiza más consumo de transmisión digital de música que los baby boomers.
También son los que presentan más probabilidades de crear o subir videos en internet.
Por el contrario, los baby boomers son los que probablemente estén haciendo más uso
de la televisión en los canales de transmisión (GlobalWebIndex, 2020). Los medios,
herramientas o información que está consumiendo el grupo de viajeros “inmovilizados
por COVID19”, es una materia de interés para los destinos turísticos que buscan
comunicarse con sus mercados.

¿Qué es y cómo se implementan las comunicaciones de marca


de los destinos turísticos?
La comunicación es una herramienta fundamental para las marcas de los destinos
turísticos teniendo un papel relevante en la promoción (Martínez y Herráez, 2007) e
imagen de los mismos (Pike, 2002; Hankinson, 2005; Govers y Go, 2004; O’Leary,
2005; citados en Martínez y Herráez, 2007).

La gestión en términos comunicativos de una marca turística incluye además del


conocimiento y la asociación de marca, la lealtad y defensa de la misma. Los flujos
actuales de información han generado un viaje más rápido para el consumidor. Su
recorrido se ve acelerado por las relaciones y vínculos que establecen las marcas a
través del marketing digital, de los muchos puntos de contacto elaborados y
gestionados, y desde la recomendación de pares, reduciendo los tiempos y distancias
entre los procesos de consideración, evaluación y el momento de la toma de
decisiones, permitiendo a las marcas gestionar el viaje de sus clientes por medio de
información constante y experiencias únicas en tiempo real. La comunicación resulta,
de esta manera, sumamente dinámica y creativa para generar vínculos.
Teniendo en cuenta el momento de comunicación de la marca del destino, esta
puede ser previa a su visita al destino, o cuando el turista ya se encuentra en el lugar
elegido. Seaton y Mathews (2004, citado en Martínez y Herráez, 2007), indican que
la estrategia de comunicación desde los destinos turísticos no puede ser la misma en
ambas situaciones.

Por tanto, la comunicación en medios digitales y móviles en el confinamiento de


120
las personas (viajeros futuros) en sus hogares se constituye como un desafío para las
marcas de los destinos turísticos y las empresas del sector (AECIT, 2020). Este gran
desafío ha sido y será transitado y superado con el uso de comunicaciones tan dispares
como innovadoras.

Para los destinos turísticos y sus stakeholders ha sido un cambio estructural y


quizás una oportunidad de revisión de formas de llevar a cabo los procesos en varios
aspectos de la gestión turística, la gestión del marketing, pero especialmente en la
comunicación de sus marcas en tiempos del COVID19. ¿Qué comunicar? ¿Qué
mensaje? ¿Qué estrategia de comunicación usar? ¿Cómo comunicar? ¿Qué medios y
herramientas usar? ¿Qué y cómo usar la comunicación bidireccional de la web 4.0?
son y serán los interrogantes a resolver en la comunicación de las marcas de los
destinos en tiempos de pandemia.

Madsen (2020) menciona que la comunicación se ha visto multiplicada con una


revalorización de estrategias orientadas a atraer mayor tráfico digital hacia los sitios
web, las redes sociales y aplicaciones móviles. Entre las estrategias utilizadas se
destacan, el uso de inbound marketing, la localización de contenidos, la aplicación de
inteligencia artificial, la traducción automática, el uso de la analítica de datos, entre
otros.

A través de algunos ejemplos de marcas turísticas, se podrá apreciar el uso de


tecnología y herramientas virtuales en campañas implementadas en tiempos de
COVID 19.

A nivel internacional se puede mencionar la campaña iniciada por París, utilizando


su cuenta de Instagram @parisjetaime, la que posee actualmente 2.878 publicaciones
con 608 mil seguidores, a través del hashtag #ParisFromMyWindow (Madrid, 2020;
Paris, 2020) promoviendo durante el tiempo de confinamiento por la pandemia que
sus habitantes y visitantes permanecieran en sus hogares y mostraran a la ciudad de
otra manera, compartiendo en las redes sociales fotografías de la vida cotidiana de
los parisinos: edificios, balcones, camas, ventanas, mascotas, bebidas, amaneceres y
atardeceres típicos. Esta iniciativa fue adoptada rápidamente por otros destinos como
Nueva York, Los Ángeles y San Francisco promoviendo la misma acción y utilizando el
hashtag #ThroughMyWindow. La idea central de estas acciones fue mantener
contacto con sus visitantes a través de fotos compartidas por sus ciudadanos de sus
vistas desde las ventanas de las ciudades más posicionadas, e invitando a visitarlos
luego de la pandemia. Logrando así contar con 3.601, 647 y 1.080 publicaciones solo
en Instagram de los hashtags #NYCThroughMyWindow, #SFThroughMyWindow y
#LAThroughMyWindow, respectivamente. Estos hashtag fueron utilizados en las
redes sociales (Facebook, Instagram, Twitter y Pinterest) de las mencionadas marcas
(Imagen 1).

Imagen 1. Captura de pantallas de páginas Instagram de Paris.

121

Fuente: Pagina Instagram Paris (2020) / https://www.instagram.com/parisfrommywindow/


https://www.instagram.com/explore/tags/nycthroughmywindow/

Por otro lado, pensando en campañas exitosas del pasado, Andalucía (España),
recuperó una de sus campañas más aclamadas del 2004: “Andalucía te quiere”, al cual
añadieron una muletilla final: “Andalucía te quiere...en casa”, incitando tanto a
habitantes como a turistas a pensar en lo material e inmaterial que ofrece la región:
“alegría, pasión, playas, paisajes, ciudades vibrantes, arte y cultura” (Pozo, 2020). Otro
destino turístico que optó por reinventar su eslogan fue Portugal. Partiendo de su
última campaña promocional “Can´t skip Portugal”, la renombraron “Can´t skip Hope”
(no dejes pasar la esperanza), transmitiendo un mensaje emotivo y esperanzador, el
spot publicitario proyectaba imágenes con la frase “It´s time to stop” (es tiempo de
parar) (Visit Portugal, 2020) (Imagen 2).

Imagen Nº2. Captura de pantallas del video Cant´s Otro ejemplo a destacar es el
de Eslovenia, marca que fue una
de las primeras a nivel mundial en
obtener el certificado Safe Travels
(viajes seguros) del Consejo
Mundial de Viajes y Turismo
(WTTC). A su vez, este país
reconocido por ser de los
primeros en recibir la
denominación “verde”, creó el
sello Green & Safe (Verde y
Seguro), que exige estándares,
protocolos y recomendaciones
Fuente: (Visit Portugal, 2020) / https://www.youtube.com/
watch?v=lFlFkGV207A&ab_channel=VisitPortugal sustentables superiores a las que
ya aplicaban. Su objetivo es
mantener y aumentar la confianza en la marca “I feel Slovenia” (yo siento Eslovenia).
Toda su campaña se basa en transmitir confianza al turista que es un país seguro para
viajar en el contexto actual (Slovenia Sitio Web Oficial, 2020).
En Argentina, el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, ha lanzado una
comunicación asociada al hashtag #viajadesdetucasa (Sitio Web oficial Argentina
Travel, 2020), utilizando un video corto “Argentina Espera”, de un minuto, en el que
invitan a las personas a viajar desde su casa y poder en unos minutos recorrer
virtualmente distintos escenarios de Argentina. Fue lanzado en mayo de 2020, tiene
2.805 visualizaciones, alojado en la cuenta oficial de YouTube (Canal de You Tube de
Visit Argentina, 2020). También utiliza el recurso de “Historias Locales: Conocé la
122
Argentina a través de historias narradas por locales de diferentes puntos del país”,
presentando mini documentales (de 2 o 3 minutos) de personas que viven y trabajan
del turismo en algunos destinos argentinos (Bariloche, Junín de los Andes, Córdoba y
Jujuy). En todos se muestran experiencias que pueden ser vividas como turistas y
recordando que están esperando al turista en cuanto regresen los viajes.

Otro ejemplo es la acción “Argentina Travel Talks”, que se trata de transmisiones en


vivo en la cuenta de Instagram del INPROTUR @visitargentina, en las que diferentes
personalidades, deportistas, músicos, artistas e influencers del exterior cuentan sus
experiencias de viajes por Argentina (Klempert, 2020). Esta acción tiende a
concientizar a los viajeros de la necesidad de mantenerse aislados pero pensando en
su próximo viaje
(Imagen 3). También Imagen Nº3. Captura de pantallas de la cuenta de Instagram Visit
se implementó una Argentina.
comunicación para
conectarse con los
visitantes: “Sueños
de viajeros” a través
del hashtag
#ViajaDesdeTuCasa,
planteando el
desafío a los
seguidores de
Instagram para que Fuente: (Visit Argentina, 2020)/ https://www.instagram.com/p/CF0NC3N-
J2n-/?utm_source=ig_web_copy_link
envíen un audio
contando qué sueño
quieren cumplir en Argentina cuando termine la cuarentena.

Algunas marcas como Nueva York y San Martín de los Andes, lanzaron campañas
publicitarias posteriores al confinamiento con el propósito de reactivar el sector
turístico, invitando a los residentes a comportarse como tales. Nueva York,
implementó el “All in NYC” Neighbourhood Getaways en el que se presentan
experiencias dentro de los cinco distritos de la ciudad haciendo referencia a aquello
que los propios ciudadanos se han perdido de visitar y en estos tiempos es posible
hacerlo. Complementando la información con una serie de protocolos de salud y
seguridad orientados a generar confianza en la realización de “una huída en casa” (New
York City, 2020) (Imagen 4).

En San Martín de los Andes, la Asociación Hotelera y Gastronómica implementó


la campaña “Ser turista en tu ciudad”, proponiendo a sus ciudadanos que salgan de sus
casas, concurran a los establecimientos gastronómicos de la ciudad y realicen
Imagen Nº4. Captura de pantalla Sitio Web Oficial New York-City.

123

Fuente: New York City, 2020

actividades recreativas; comportándose como turistas. El eje del mensaje hace


referencia al cumplimiento por parte de estos establecimientos de los protocolos
sanitarios al mencionar “Vos salís, Nosotros te cuidamos” (Imagen 5). Esta campaña fue
acompañada por la Asociación de Agentes de viajes de SMA (Ramella, 2020).

Imagen Nº5. Captura de pantalla Página Facebook Asociación Hotelera


Gastronómica de San Martín de los Andes

Fuente: página Facebook oficial Asociación Hotelera Gastronómica de San Martín


de los Andes, 2020 / https://www.facebook.com/smandeshoteles/photos/?ref=page_
internal

Conclusiones
Las marcas turísticas mencionadas en este ensayo se han mostrado innovadoras
en materia de comunicaciones para intentar mantener el vínculo con sus públicos en
tiempos de pandemia.

Dependiendo de la situación sanitaria en la que se implementaron las


comunicaciones de las marcas analizadas, estuvieron más vinculadas a los propios
habitantes, como París, Nueva York, Andalucía, Portugal, San Martín de los Andes que
a los visitantes post pandemia, como Eslovenia o alguna de las campañas de Argentina.
Sin embargo, el denominador común ha sido fortalecer el vínculo emocional de los
habitantes y sus ciudades/países. En una primera etapa, durante el período de
confinamiento, activando los recuerdos de vivencias en el lugar, invitaban al ciudadano
a participar en las comunicaciones del destino. En una segunda etapa, cuando ya los
ciudadanos podían transitar por la ciudad, invitando a recorrer, disfrutar su lugar y
comunicar sus experiencias en las redes sociales. “Comportarse como turistas en su
ciudad”, fue el eje de las comunicaciones emitidas. En todos los casos se pudieron
observar campañas sumamente creativas, varias que recuperaban eslogan de otros
tiempos como argumento para despertar emociones y recuerdos (Andalucía,
Portugal), otras utilizando recursos que apelan a fortalecer la imagen (Argentina y sus
124
principales destinos turísticos), Eslovenia con una campaña más comprometida con
los visitantes de otros países, promoviendo la seguridad.

El resultado esperable de todas las campañas analizadas es el fortalecimiento de


la identidad del destino como espacio sociocultural y hábitat de ciudadanos. Esta
comunicación abierta, también mejora la gobernanza en la gestión de las marcas
turísticas.

Por otra parte, las comunicaciones externas de las marcas turísticas, deberán
fortalecer la información en tiempo real de la situación sanitaria que ofrecen los
lugares de acogida así como las condiciones de seguridad para los visitantes, como lo
ha hecho Eslovenia.

Las acciones de innovación en cuanto a productos adaptados a la nueva normalidad


también se comunicarán apoyados por soportes audiovisuales y de realidad
aumentada, de manera de iniciar la experiencia y el vínculo con el destino, en las etapas
previas a la llegada al lugar. El valor de marca de los destinos será positivo en cuanto
se pueda asociar la marca a seguridad, innovación y creatividad. Más cooperación
entre los distintos actores que integran el destino turístico y sustentan su marca,
permitirá al viajero disfrutar de una experiencia más fluida y satisfactoria.

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126
LOS DESAFÍOS DEL SECTOR TURÍSTICO ANTE EL NUEVO
ESCENARIO COVID 19: ADAPTARSE Y SOBREVIVIR AL
ENTORNO VUCA
127

María Alejandra Gazzera


alegazzera@gmail.com

Introducción

La repentina crisis del Covid-19 ha sumergido al mundo de lleno en el contexto


VUCA, obligando a resolver velozmente los problemas, a aprender y desaprender, a
cumplir los desafíos y a tomar decisiones a la velocidad del rayo para conseguir
resultados. El término VUCA en inglés, nació de los acrónimos Volatilidad/Volatility
(V), Incierto/Uncertatinty (U), Complejidad/Complexity (C) y Ambigüedad/Ambiguity
(A), y fue introducido por el US Army War College para describir el entorno creado tras
la Guerra Fría, en el que un escenario confortable y bastante controlado se tornó
inestable a partir de la caída del bloque comunista (Gazzera, 2020). El mundo
empresarial pronto se apropió de estas siglas, para definir los nuevos entornos de
trabajo de las organizaciones no militares. No les faltaba razón, la sola gestión del
cambio no bastaba. De estar atrapados por los problemas de masificación del turismo
en los destinos, se ha pasado a la incertidumbre de cuándo y cómo se podrá poner en
marcha la maquinaria de uno de los sectores más competitivos del mundo, esto es el
turismo. Las preguntas que surgen son: ¿qué se debe hacer para que no nos paralice
el miedo? ¿Cómo se debe enfrentar a un entorno VUCA?. La respuesta es compleja: la
única vacuna contra el miedo es el conocimiento. Una primera consecuencia a aprender
es haber creído que en materia turística bastaba con vender sol, playa, paisajes,
monumentos históricos, fiestas y ahora también hay que vender confianza, ligada a la
seguridad y la salud, con la particularidad de que ha de ser doble: confianza en los
mercados de origen y en los mercados de destino. Las empresas que aprendan a
dominar este tipo de entornos, son las que conseguirán perdurar en el mercado y
desarrollar una resistencia sólida a la hora de afrontar nuevos entornos VUCA en un
futuro.
Desarrollo

Desde hace décadas, las empresas viven en un entorno de volatilidad,


incertidumbre, complejidad y ambigüedad constantes, agravado aún más tras la
llegada del Coronavirus. En este escenario, las empresas están obligadas a adaptarse
a los continuos cambios que afectan a la programación estratégica de la empresa.
128
Hasta ahora, había una serie de sectores en los que el entorno VUCA estaba más
presente, sin embargo, tras la llegada del COVID-19, este entorno afecta a todo el
tejido empresarial y a todo tipo de sectores, no solamente al turístico, siendo necesario
analizarlo a fondo con el objetivo de generar nuevas estrategias adaptadas a la nueva
circunstancia. Y es que una de las principales misivas referentes a este hecho, está en
que, para sobrevivir a este tipo de entornos, es necesario comenzar a trabajar sobre el
presente, haciéndolo cuanto antes.

La situación en la que vivimos actualmente, propiciada por el coronavirus, ha traído


como consecuencia que se viva en un mar de incertidumbre. El ser humano tiende a
vivir previendo cada situación, utilizando la propia experiencia. Sin embargo, ninguno
de los habitantes a nivel mundial, tiene experiencia en una situación similar, y no poder
prever qué podrá pasar da miedo, intentando retroceder en el tiempo para echar mano
de aquello que es conocido o familiar y así poder afrontar esta nueva situación.

Ese miedo a lo desconocido, en definitiva, hace que se implante un ‘status quo’,


siendo prisioneros del pasado, ignorando el futuro y aquello que se pueda hacer por
todos y las organizaciones. La mejor forma de dejar el pasado conocido, y afrontar el
futuro de una manera óptima -innovadora o cómo se quiera llamar- es a través del
conocimiento: el conocimiento de los cambios.

Así, a priori, parece que uno de los mayores cambios que surgirán serán los
relacionados con el cambio de hábitos de los consumidores. Todos cambiarán las
necesidades, así como las motivaciones.

¿Cómo deberían enfrentarse a un entorno VUCA? Ante estos cambios, las


empresas del sector turístico no deberían de actuar como si no pasara nada, realizando
los mismos mensajes de antes y esperando las mismas respuestas, ya que todo habrá
cambiado. Para no caer en semejante error, es necesario definir nuevas estrategias.
Esto sólo se puede hacer de manera acertada a través de una escucha de qué dicen los
consumidores, quiénes son ahora, qué buscan, cuál es su nueva forma de relacionarse,
cómo compran. Es la única manera de poder entenderlos.

Afortunadamente, hoy día se dispone de una amplia gama de herramientas


tecnológicas que ayudan a monitorear a los usuarios, tales como aplicaciones de Social
Listening, herramientas de inteligencia Social, CDP (Customer Data Platforms) donde
almacenar toda la información, plataformas de voz de cliente, incluso el equipo de
Contact Center o atención al cliente y el de ventas. Todas estas herramientas, así como
cada parte de la compañía que tiene trato directo con los clientes, son básicas para
volver a definir a los buyer personas. Gracias a todo este conocimiento que se vaya
recopilando, se podrá crear diferentes escenarios, los cuales darán respuesta a las
inquietudes que van surgiendo en un entorno VUCA.

El turismo es un sector económico clave y una importante fuente de ingresos de


exportación en muchas economías avanzadas y emergentes. Los destinos en los que
el turismo representa un alto porcentaje de sus ingresos de exportación, renta
económica, creación de empleo e inversiones son especialmente vulnerables al
129
impacto de la pandemia de COVID-19. Ese es el caso de los pequeños Estados
insulares en desarrollo (PEID), donde el porcentaje de las exportaciones procedentes
del turismo internacional con respecto a las exportaciones totales de bienes y servicios
puede llegar al 90%. Asimismo, los destinos con un alto porcentaje de turismo interno
están menos expuestos. El Barómetro de la OMT (2020) a través de su análisis FODA
destaca los retos y oportunidades que se presentan, producto del COVID -19, a nivel
mundial, como puede apreciarse a continuación:

Cuadro Nº1. Retos y oportunidades.

FORTALEZAS DEBILIDADES

• Resiliencia demostrada del • Los segmentos potencialmente


turismo en anteriores crisis afectados son también los de mayor

FACTORES INTERNOS
• El turismo interno puede actuar gasto: internacional, larga distancia,
como amortiguador viajes de negocio y eventos
• Capacidad de adaptación: • Disrupción significativa de la
protocolos de seguridad e industria de la aviación con quiebras
higiene, viajes más cerca de casa, de ærolíneas y concentración
relación calidad-precio, consumo • Falta de referencias en recesiones
responsable anteriores
• Apoyo gubernamental al sector • Percepción de los viajes como
riesgo
• Bajo nivel de demanda al reiniciar
el turismo debido al distanciamiento
social

OPORTUNIDADES AMENAZAS

• Repensar el modelo de • Entorno económico, recesión


negocio mundial, aumento del desempleo
• Innovación y Digitalización y puestos de trabajo en peligro,
FACTORES EXTERNOS

• Sostenibilidad y segmentos cierre de negocios, sobre todo


orientados a lo sostenible (rural, pymes, ingresos disponibles, la
naturaleza, salud) incertidumbre pesa en la confianza
• Fases de desescalada iniciadas de consumidores y empresas
por varios países hacia la “nueva • Duración de la pandemia incierta
normalidad” (así como posibles rebrotes) y
• Progreso en planes de ausencia de vacuna
adaptación de destinos y • Duración de los confinamientos y
empresas las restricciones de viaje
• Forma desconocida de la “nueva
normalidad”

POSITIVO NEGATIVO

Fuente: elaboración propia en base a Barómetro OMT del Turismo


Mundial mayo 2020 Con especial enfoque en el impacto de la COVID-19.
Bajo el contexto de complejidad, volatilidad, incertidumbre y ambigüedad, las
reacciones reduccionistas, mecánicas y determinísticas, pueden presentar
dificultades. Es necesario comprender el ambiente porque condiciona a la estrategia,
la influye, la modifica. Algunos autores como Mack y Khare (2016) observan que la
complejidad e incertidumbre del ambiente está produciendo la obsolescencia de
modelos de negocio existentes y requiriendo nuevas herramientas, conceptos y
marcos de referencia. El liderazgo en las organizaciones será clave para enfrentar este
130
tipo de entorno. Contar con rasgos de autoconocimiento y confianza en sí mismo,
autenticidad, empatía en la gestión de las relaciones, asimismo capacidad de instalar
una conciencia colectiva (y colaborativa) serán necesarias. Molano (2017)(1) en relación
al mundo VUCA, brindó dos ideas clave: “el cambio ya no vale, sí vale la
transformación”, y “el liderazgo es la solución”. Un liderazgo que, como han teorizado
autores como Bob Johansen (2012) en el libro ‘Leaders Make The Future,’ debe basarse
en la visión, la capacidad de entender, la claridad y la agilidad. Para Molano, los dueños
del mercado son Airbnb, Alibaba, BlaBlaCar, Amazon. Estos son los nuevos modelos
de negocio. Esto es ‘VUCA’. Una pequeña tienda crece al 1,5%. Amazon crece al 30%”

¿Qué se debe hacer para que no paralice el miedo? Como bien se sabe, nada
alimenta más al miedo que la incertidumbre y la desinformación. Cuando sube la
emoción, baja la inteligencia. Y para subir la inteligencia ante ese miedo a viajar que se
ha creado en estos meses, hay que aportar racionalidad e información con preguntas
concretas del tipo: ¿puedo viajar a este destino? ¿Qué piden? ¿tengo más, menos o el
mismo riesgo que en mi día a día? ¿puedo cumplir las medidas de sanidad? ¿mi
motivación es más fuerte que mi miedo? Responder a esas preguntas con información
veraz y oficial permitirá convertir el miedo en un plan de acción para poder viajar, y si
el viajero va a mirar destinos que crea que pueden ser más complicados, habrá que
informar bien de lo que está pasando en el momento actual en fuentes oficiales. Hoy
hay que viajar de forma diferente, y ahí es donde entra la flexibilidad. La flexibilidad de
adaptarse a las normas de cada país, de mirar por sí mismo y por el resto, de buscar la
propia oportunidad y crear un viaje en el equilibrio de lo que se quiera y lo que se pueda.
Resiliencia para superar, que todos en general poseen, que habrá que convertir en un
nuevo tipo de viajero más responsable con el entorno, que se echará de menos la
sensación de libertad anterior, pero se deberá crear una nueva.

Terlato (2019) señala distintos autores como Bennett y Lemoine (2014), que
sostienen que en los ambientes VUCA se hace muy difícil la tarea de la planificación
estratégica toda vez que resulta muy arduo entender el futuro. Reconocen no obstante
que los rasgos de volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad se encuentran
en diferentes intensidades en distintos ambientes. Berinato (2014), por su parte,
considera que aún en este tipo de ambientes la estrategia tiene un propósito, pero
requiere una evaluación sistémica de los rasgos del ambiente para producir decisiones
eficientes. Otros autores señalados como Nandram y Blindlish (2017) consideran que
los ambientes VUCA son un desafío para que las empresas descubran nuevas
oportunidades. Propone para el aprovechamiento del ambiente el desarrollo de un
liderazgo distribuido y la instalación de una conciencia colectiva (y colaborativa).
Asimismo, proponen la necesidad de integrar una visión sistémica para poder capturar
1 Carmen Molano (2017) es una experta en liderazgo y cambio personal que dio una conferencia en el Club Diario de
Mallorca dentro del ciclo: “Business de Mallorca”
las oportunidades que emergen de este tipo de ambientes. Otros, como Magellan
Horth (2018), proponen reemplazar VUCA por el acrónimo R.U.P.T. Rapid,
Unpredictable, Paradoxical, and Tangled (rápido, impredecible, paradójico, enredado).
Para los líderes empresarios, RUPT es un paradigma complejo, sí, pero muy potente.
A diferencia de VUCA -que describe-, RUPT llama a la acción. Moviliza e invita a hacer.
A través de herramientas como el razonamiento metafórico, tareas compartidas y
pensamiento integrado, se puede comenzar a ver nuevas realidades; nuevas formas
131
de entendimiento y posibilidades impensadas, y mayor transparencia. Mientras en el
VUCA, el mundo se explica como una amenaza, RUPT se explicita en términos de
oportunidades. Funciona como un habilitador. En VUCA se está en el paradigma de la
escasez, en RUPT en el paradigma de la abundancia. No son contradictorios, se
complementan, y pueden convivir. El desafío será desarrollar modelos económicos
que combinen modelos epidemiológicos y técnicos de análisis de redes, ya que este
tipo de modelos proporcionarán estimaciones más realistas que las actuales para
aplicar estrategias que sean más apropiadas en cada momento y situación. Trabajar
bajo el modelo VUCA significa adoptar un rol de explorador que aprende
continuamente, altamente creativo y que se arriesga para alcanzar sus objetivos. De
ahí que el ambiente laboral debe ser flexible, colaborativo, con líderes que puedan
entender y desarrollar este modelo, beneficiando a todos los actores. Además de las
habilidades técnicas profesionales hoy se requiere que el personal desarrolle, además,
habilidades relacionadas con el autoconocimiento y autogestión, empatía, generar
relaciones positivas, establecer redes y sistemas de trabajo colaborativo, mantener
un diálogo fluido y una actitud transparente, evitando todo tipo de conflicto que altere
la armonía del lugar. En entornos VUCA es imprescindible adaptarse a los cambios e
imprevistos que vayan surgiendo en el seno de su organización y,para ello puede ser
conveniente utilizar otro entorno VUCA basado en las siguientes premisas:

Cuadro Nº2. Premisas VUCA.

Fuente: Elaboración propia en base al artículo de Ana Mata (2020) Conquistar el


caos dentro de un entorno VUCA

ƒ Abordar la volatilidad con una correcta visión de futuro (V).


ƒ Afrontar la incertidumbre con conocimiento, formación, actualización
constante, en definitiva con entendimiento (U).

ƒ Aportar claridad, simplicidad y sencillez en la ejecución de tareas y acciones


dentro del seno de la organización (C).

ƒ Acabar con la ambigüedad con agilidad, con una rápida capacidad de reacción
132
ante los imprevistos que sucedan y que atenten contra la planificación estratégica de
la organización (A).

Para llevar a cabo esto, en toda organización es fundamental la figura de un líder


que ejerza un liderazgo positivo y que sea capaz de adaptar la compañía al cambio que
está suponiendo el Coronavirus. Un líder laboral se destaca por tratar a su gente como
quieren ser tratados, los escucha, a veces hasta los consiente, reconoce sus esfuerzos,
no masifica sino personaliza, desarrolla una cultura inclusiva en la que cada individuo
es importante y puede desarrollar al máximo su potencial. Es necesario cambiar la
manera de trabajar para beneficiar a la empresa y a los usuarios.

Conclusión

Nunca se vivió (ni siquiera imaginado) nada parecido y por ello, no es descabellado
pensar que en el sector de los viajes y el turismo habrá un antes y un después.
Seguramente esta pandemia va a cambiar el modo de vida de la sociedad y conducirá
hacia otra normalidad, distinta a la anterior, con una redefinición de lo social. Por ello,
pese a la enorme presión por la supervivencia a muy corto plazo que están enfrentando
las empresas del sector y sus profesionales en un entorno extremadamente hostil, es
también imprescindible preparar el día después y evitar salir de la hibernación de forma
improvisada. El mundo VUCA, inherente al mundo empresarial, está aquí para
quedarse, y se espera que no sólo permanezca, sino que además aumente su
intensidad. Se trata de un contexto que afecta todo, tanto el modo en que las empresas
se relacionan con los clientes y satisfacen sus necesidades como también la manera
en que los líderes de esas organizaciones deben liderar. Las competencias y
habilidades que estos han necesitado en el pasado cercano no son suficientes ahora.
El desarrollo del liderazgo es diferente. Con los reparos que se deben atender por la
volatilidad de los sucesos, la solución no sería prohibir o profundizar la restricción a la
libertad de movimiento de las personas para realizar los viajes de una manera irracional
o aplicada sin planificación. Se considera que estas crisis tan profundas, que se
extienden hacia todos los sectores de nuestra realidad, y que hasta llegan a amenazar
nuestras vidas, habilitan a ser creativos e ingeniosos. Si bien por el momento cualquier
tipo de análisis es coyuntural, es una necesidad ahora más que nunca, apelar por un
turismo ampliamente planificado, limpio, que contemple el medioambiente y la
identidad, cultura y patrimonio local.
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134
EL IMPACTO DEL COVID-19 EN EL TURISMO VISTO DESDE
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO

135

Lorenna Lombardo María Alejandra Gazzera


lorenalombardonqn@gmail.com alegazzera@gmail.com

Introducción

El impacto provocado por la pandemia en el turismo y en su nivel de ocupación


laboral no ha afectado de la misma manera a hombres y mujeres. El turismo es un sector
altamente feminizado (la OMT indica que el 54% de los puestos en turismo a nivel
mundial son ocupados por mujeres) en el que las condiciones laborales y económicas
de las mujeres son notablemente peores que las de los hombres que trabajan en esta
actividad. Ellas son mayoría pero ocupan los puestos con menor cualificación y
responsabilidad y, por lo tanto, de menor remuneración. En este contexto y como
veremos, las mujeres son uno de los colectivos más afectados por las consecuencias
socioeconómicas del COVID-19. El empleo en el sector turístico está marcadamente
estructurado en función del género y, como sucede en otras industrias, las
desigualdades globales en este sentido favorecen una oferta de trabajadoras
receptoras de muy bajos salarios y sometidas a altos niveles de flexibilidad y
precariedad laboral. Si bien es cierto que algunas mujeres han logrado mejoras
personales con respecto a su independencia económica, esta industria sigue estando
mayoritariamente dominada por los varones. Un cambio social verdaderamente
transformador sería la reformulación de los debates sobre las políticas a poner en
marcha y agilizar un cambio social. Las personas encargadas del diseño de las políticas
turísticas defienden cada vez más que este sector no sólo puede contribuir al
desarrollo en general sino a la consecución del tercer Objetivo de Desarrollo del
Milenio: fomentar la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Sin
embargo, en este ensayo se explorará que no hay muchos indicios de que se lleve a
cabo esta exigencia y todo pareciera profundizarse con la pandemia del COVID 19.

Desarrollo

La emergencia derivada del COVID-19 está provocando impactos específicos


sobre las mujeres y profundizando las desigualdades de género existentes, tanto al
interior de los hogares como fuera de ellos, en los hospitales y centros sanitarios, en
el trabajo y también en la política. Esta realidad requiere que la participación igualitaria
de las mujeres en las decisiones y el enfoque de género sean elementos centrales de
las políticas de mitigación y recuperación de la crisis.

El trabajo turístico constituye la tercera fuerza laboral para ellas en todos los países,
después de la educación, segunda, y la salud y trabajo social, primero. Aun cuando no
136
sea fácil abordar el empleo informal en el turismo debido a su naturaleza, es
absolutamente necesario hacerlo, en la medida que constituye un elemento
fundamental del empleo turístico. El turismo, al tener una estructura poco
convencional y un gran número de micro, pequeñas y medianas empresas, fortalece
la existencia del empleo informal en diversos segmentos (Aykac, 2010). Según Manuel
Leguizamón (2016) el empleo informal en el turismo, más allá de una cuestión de si se
cumple o no con la legalidad, o con las garantías de la calidad, se asocia a condiciones
vulnerables, sin cobertura de seguridad social y sin los beneficios laborales deseables
como las prestaciones sociales o un ingreso justo. Por ejemplo, en Argentina, el 44%
de los trabajadores en el sector de hoteles y restaurantes son mujeres. Además, la
informalidad laboral las afecta en mayor grado, lo que limita su acceso a mecanismos
de protección de los ingresos durante este periodo de freno de la actividad.

La crisis del COVID-19 no puede derivar en un retroceso en la participación laboral


de las mujeres, y por ello se debe garantizar su acceso a los derechos económicos.
Además, la participación de las mujeres en el mercado laboral es relevante para el
crecimiento económico de los países. La aspiración a un trabajo decente en el ámbito
del turismo, clave para su sostenibilidad, debe desarrollarse desde un movimiento de
turismo responsable con capacidad y voluntad política de incorporar una perspectiva
de género. En la medida que el trabajo turístico se caracteriza por una fuerte
feminización de su fuerza de trabajo, dotarse de una mirada de género es
imprescindible. El turismo genera importantes niveles de empleo entre mujeres, sobre
todo en actividades vinculadas o asociadas a ciertas tareas reproductivas y
culturalmente asociadas a roles femeninos. Asimismo, y lejos de determinados
enfoques elogiosos, esta presencia destacada de mujeres no necesariamente supone
en sí mismo una mejora en sus condiciones de vida. La feminización del trabajo
turístico, en realidad, ha dado lugar a elevados niveles de precarización del empleo.
La contratación a tiempo parcial o temporal, ensalzado como una posibilidad para que
las mujeres que deben asumir determinadas responsabilidades de cuidado y
reproductivas puedan encontrar un empleo remunerado, en realidad perpetúa la
desigualdad existente. Es más, la industria turística se beneficia de la naturalización
de la desigualdad existente para disponer de mano de obra más barata y flexible.
Igualmente, la consolidación de este tipo de discriminación redunda en la existencia
de políticas de ocupación que invisibilizan o no toman suficientemente en cuenta las
necesidades y prioridades de estas trabajadoras. A su vez esta situación obstaculiza
que las mujeres puedan asumir puestos con mayores niveles de responsabilidad dentro
del escalafón jerárquico de una empresa. La feminización del trabajo turístico es en
parte resultado de determinadas estrategias empresariales para abaratar costos
laborales. La contratación de mujeres, inmigrantes de países de menor renta o
personas que no se plantean una carrera profesional dentro de estas actividades
(estudiantes o turistas, por ejemplo) opera como un mecanismo de abaratamiento de
costos laborales. En el caso de las mujeres se las puede contratar en ciertas actividades
turísticas mal pagadas y poco valorizadas porque sus tareas pueden ser concebidas
como una extensión del trabajo doméstico y de cuidados, en sí desvalorizado por la
cultura patriarcal dominante. Determinados discursos turísticos sobre las
posibilidades de empoderamiento económico de las mujeres a través de la generación
de empleo e ingresos no toman suficientemente en cuenta las implicaciones de esta
feminización. La feminización del trabajo turístico, en realidad, alude a las
137
desigualdades de género que afectan y se ven afectadas por el empleo turístico, y a
que éstas no son consecuencias exclusivas de pobreza que, en este caso, sufren las
mujeres, esto también es fruto de las precarias “respuestas turísticas”. A la larga todo
esto, y de todas formas, afianza la precarización del trabajo en el turismo. Para
transformar la situación existente no es suficiente con la generación de ingresos, sino
que requiere también un análisis de las causas de esta situación y actuaciones que
realmente contribuyan a cambios en las relaciones de desigualdad. La sostenibilidad
en el turismo no puede concebirse sin un trabajo decente, pero este inevitablemente,
debe apostar de forma decidida por transgredir las situaciones de discriminación y
desigualdad existentes por razones de género. Por ello, la falta de una perspectiva de
género en cuestiones como las políticas empresariales, los currículums formativos, la
investigación social, las políticas turísticas y de empleo, el tratamiento informativo o
la acción sindical, contribuye a perpetuar estas situaciones de discriminación y
desigualdad. La perspectiva de género en el análisis del empleo en el turismo es
fundamental sobre todo porque nos permite identificar, visibilizar y analizar los
elementos provenientes del trabajo turístico que crean desigualdades de género.
También es importante destacar que el empleo asalariado ha estado acompañado por
un aumento del porcentaje de trabajadores no registrados, que alcanza al 35,9 por
ciento de los asalariados.

Según el informe de la OMT (2019) en base a datos de la OIT, en general las mujeres
suelen ganar entre un 10% y 15% menos que los hombres en el sector turístico, y
especialmente para el caso de hoteles y restaurantes de América Latina, las mujeres
ocupan principalmente los puestos de servicios y administrativos, superando en
ambos casos un 60% de los puestos, y solo un 36% para el caso de los puestos
profesionales, cifras que resultan similares para países del Caribe. A esto se suma
además, que estas constituyen un amplio porcentaje de la fuerza laboral del sector
turístico informal.

La OIT en su resumen ejecutivo sobre igualdad de género del año 2019, destaca
que en el último siglo, las mujeres han sobrepasado ciertas barreras en el mercado del
trabajo, que en una época se habrían considerado insuperables; por otro lado,
reconocen que si bien se han logrado grandes progresos para las mujeres, no hay
margen para estar satisfechos con dichos logros, dado que los avances para cerrar las
brechas de género en algunos casos se han estancado y en otros se observa un
retroceso, aunque es posible mejorar el futuro del trabajo para las mujeres, pero a
través de ecosistemas de firme compromiso con la igualdad de género. Además el
organismo hace mención a la necesidad de políticas y medidas que pongan fin a la
discriminación contra las mujeres, en particular la violencia y el acoso en el mundo del
trabajo y que promuevan la igualdad.
Según el informe de la OIT (2019), las mujeres están más expuestas que los
hombres al empleo informal en un 75% de los países de América Latina; y por otro lado,
se señala que solo el 27% de las personas que ostentan cargos directivos y de liderazgo
son mujeres, cifra que casi no ha cambiado en los últimos años.

Por otra parte, de acuerdo a los enunciados de la ONU (2018), se debe acelerar la
implementación de sensibilización de género, por medio de políticas y procesos
138
relativos a la igualdad de género a nivel nacional, regional y mundial, a través de
compromisos globales, destacando tres estrategias claves en la agenda 2030 de dicha
organización, y que están referidos a mejorar las estadísticas y el análisis de género,
priorizar políticas, inversiones y programas, junto con el monitoreo en implementación
y seguimiento.

La necesidad de desarrollar políticas orientadas a la equidad de género, también


es mencionada en García Solarte, García Pérez de Lema y Madrid Guijarro (2015), a
partir del estudio que realizaron sobre la cultura organizacional emprendedora y el
género de la gerencia en pymes.

El género tiene influencia significativa sobre la cultura emprendedora de una pyme,


y las mujeres gerentes fomentan e impulsan en mayor medida que los hombres el
desarrollo de valores como libertad o empoderamiento de las personas en sus cargos,
permitiendo mayor autonomía y competitividad de la empresa (Garcia Solarte et al,
2015).

Según García Cuesta, Galante Lorenzo y Poveda Verdejo (2018), los procesos
innovadores ejercen efecto en la reducción de desventajas en las nuevas generaciones
de mujeres profesionales, y contra las auto atribuciones negativas de las mujeres en
relación a las posibilidades de éxito profesional que éstas pudieran presentar. Las
barreras profesionales y otros obstáculos presentan incidencia en las posibilidades
de acceso de las mujeres a los puestos de responsabilidad.

Conclusión
Los modelos de gestión de las empresas de servicios turísticos,
independientemente de su escala y localización, son complejos y heterogéneos,
coexisten mayoritariamente formas de gestión tradicional que atentan contra la
competitividad, con algunos pocos modelos más flexibles basados en redes (Gazzera
y Lombardo, 2019) .Esto en buena parte tiene que ver con sus competencias
endógenas: bajo grado de adopción tecnológica e innovación, altos niveles de
flexibilidad y precariedad laboral, estructuras organizacionales poco sustentables.
Además, existen ciertas condiciones del entorno (e institucionales) que las afectan,
tal es el caso de la industria turística que se caracteriza por ser un sector que emplea
a un gran número de mujeres. Si bien en la era del conocimiento se aboga por un nuevo
paradigma de gestión en el que los aspectos no financieros, sociales, ambientales, e
inclusive culturales, se están tornando en nuevas fuentes de creación de valor y
competitividad; la perspectiva de género está poco abordada en la empresa turística
sea en el ámbito nacional como latinoamericano. Dada la competitividad actual a nivel
mundial, resulta necesario que las empresas sean más emprendedoras y logren
identificar nuevas oportunidades que permitan un rendimiento sostenido. En este
contexto, si bien es importante tener presente que tanto los valores masculinos como
femeninos contribuyen al desarrollo de las empresas, y en el caso específico de las
mujeres, a través de los valores que éstas transmiten, dadas sus características,
fomentan los procesos que estimulan la cultura intraemprendedora e impulsan por
ende las soluciones a los problemas y el mejoramiento de las empresas.
139

Bibliografía

Adib, A., y Guerrier, Y. (2003). The interlocking of gender with nationality, race, ethnicity
and class: the narratives of women in hotel work. Gender, Work & Organization,
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Baum, T. (2013). International perspectives on women and work in hotels, catering and
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Benach, J.; Vives, A.; Tarafa, G.; Delclos, C; Muntaner, C. (2016). What should we know
about precarious employment and health in 2025? Framing the agenda for the
next decade of research. International Journal of Epidemiology, 0(0), 1-7.

Garcia Solarte, M; Garcia Perez de Lema, D y Madrid Guijarro, A. (2015). Cultura


Organizacional Intraemprendedora y el género del Gerente; un estudio empírico
en la Pyme. FIR- FAEDPYME International Review / Vol. 4 (6), 8 - 18. e - ISSN 2255-
078x

Gazzera, M.A; Lombardo, L. (2019). El Capital Intelectual Dinámico en el sector alojamiento


de la ciudad de San Martín de los Andes- Patagonia-Argentina” revista index:
C.I.R.E.T.; DIALNET, EBSCO, Informe Académico y Academic OneFile, Latindex,
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Index HAPI. ISSN 1851-1732 versión on-line ISSN 0327-5841 versión impresa

OIT (2019). Un paso decisivo hacia la igualdad de género. En pos de un mejor futuro del trabajo
para todos. 1-15. Recuperado de https://www.ilo.orq/wcmsp5/qroups/public/—
dqreports/—dcomm/— publ/documents/publication/wcms 674751 .pdf

Organización Mundial Del Turismo. (2014). Measuring employment in the tourism industries:
Guide with Best Practices. Madrid: OMT.
140
LOS AUTORES

141

Compiladores

RODRIGO CRISTIÁN GONZÁLEZ


Licenciado en Turismo por la Universidad Nacional del Comahue (1996) y Doctor en
Geografía por la Universidad Nacional de Sur (2016). Profesor Adjunto Regular del
área Economía del Turismo en la Facultad de Turismo de la Universidad Nacional del
Comahue. Profesor de Maestrías y Especializaciones en las Universidades Nacionales
del Comahue, de Quilmes y de San Luis.
Sub-director de CEPLADES Turismo, FaTu, UNCo. Actualmente dirige el proyecto de
investigación “Post Turismo y territorialidades en disputa en destinos turísticos de
montaña de la Patagonia norte”. Categoría Equivalente de Investigador: II. Sus intereses
de investigación de los últimos 5 años se vinculan con las mutiterritorialidades en
disputa, conflictos territoriales del post turismo y la competitividad sustentable de
destinos turísticos de montaña en la Patagonia norte.

MÓNICA BEATRÍZ GELÓS


Magister en Arte Latinoamericano; Facultad de Artes; Universidad Nacional de Cuyo.
Licenciada en Turismo; Facultad de Turismo; Universidad Nacional del Comahue.
Profesora Asociada Regular de carreras de grado y posgrado del Área de Recursos
Culturales del Departamento de Recursos Turísticos de la Facultad de Turismo,
Universidad Nacional del Comahue. Jurado docente en concursos interinos y
regulares. Integrante del Comité Académico de la Maestría en Teoría y Políticas de la
Recreación y el Turismo de la Facultad de Turismo; Universidad Nacional del Comahue.
Evaluadora de revistas científicas. Investigadora categoría III, según el Ministerio de
Ciencia y Tecnología de la Nación Argentina. Dictado, asistencia y aprobación de
diversas capacitaciones, conferencias y cursos de grado y posgrado de carácter
nacional e internacional. Posee múltiples publicaciones y trabajos en temáticas
referentes al paisaje cultural, gestión y puesta en valor del patrimonio cultural, su uso
recreativo turístico y sus normativas asociadas.
Autores

ADRIANA MARÍA OTERO


Licenciada en Turismo y Técnica en Planificación Ambiental (Universidad Nacional del
Comahue). Dra en Geografía. Universidad de La Habana. Cuba. Profesora Consulta
Facultad de Turismo. Integrante del CEPLADES-Turismo. Investigadora del IPEHCS
(Instituto Patagónico de Estudios de Humanidades y Ciencias Sociales). Línea de
142
investigación: procesos de movilidad e innovaciones socioculturales..

MARÍA DANIELA RODRÍGUEZ


Guia y Licenciada en Turismo de la Universidad Nacional del Comahue. Magíster en
Sociología y Doctora en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Quilmes.
Docente de grado y posgrado e investigadora en el área Teoría del Turismo,
Orientación Turismo, Políticas y Territorio de la Facultad de Turismo, UNCo. Integrante
del GESTUR (Grupo de Estudios Sociales y Territoriales del Turismo y la Recreación).
Investigadora del CONICET en el IPEHCS (Instituto Patagónicos de Estudios de
Humanidades y Ciencias Sociales).
Línea de investigación: Transformaciones sociales, estrategias territoriales e
identidades en disputa en población indígena asociadas al desarrollo del turismo en
la norpatagonia andina de la Provincia del Neuquén, en escenarios de desigualdad
social.

MARÍA CAROLINA MERLI


Licenciada en Turismo, Magíster en Ciencias Sociales y Humanidades orientación
Políticas y Gestión Pública. Docente e investigadora en la Facultad de Turismo
Universidad Nacional del Comahue. Integrante del Grupo de Estudios Sociales y
Territoriales del Turismo y la Recreación. Técnica profesional en la Subsecretaría de
Turismo Municipalidad de Neuquén.

SILVANA RENEÉ SUÁREZ


Licenciada en Turismo (Universidad Nacional del Comahue). Docente de grado y
posgrado. Profesora Área Teoría del Turismo, Orientación Ocio, Tiempo Libre,
Recreación. Especialista en Municipio y Desarrollo Territorial. Magíster en Teorías y
Políticas de la Recreación. Directora de proyecto de investigación en temáticas sobre
transformaciones territoriales, políticas públicas asociadas al Turismo y la Recreación.
Investigadora categoría II, integrante del IPEHCS-CONICET-UNCO (Instituto de Bi
pertenencia CONICET-UNComahue). Responsable del GESTuR (Grupo de Estudios
Sociales del Turismo y la Recreación. Facultad de Turismo. UNComahue.

MELISA MERLOS
Licenciada en Turismo (Universidad Nacional del Comahue) doctoranda en geografía
(Universidad Nacional del Sur) Becaria doctoral CONICET (IPEHCS CONICET UNCo)
Integrante del equipo de investigación CEPLADES Turismo de la Facultad de Turismo
de la Universidad Nacional del Comahue.
Ultimas temáticas de investigación abordadas: movilidades del post-turismo,
migraciones por estilo de vida y multiterritorialidades tomando como caso de estudio
San Carlos de Bariloche, Patagonia Argentina.

FLORENCIA CONTRERAS MORIS


Licenciada en Turismo (Universidad Nacional del Comahue) doctoranda en geografía
143
(Universidad Nacional del Sur) Integrante del equipo de investigación CEPLADES
Turismo de la Facultad de Turismo de la Universidad Nacional del Comahue.

MARCELO IMPEMBA
Doctor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA - Orientación Antropología.
Magíster en Teorías y Políticas de la Recreación y Licenciado en Turismo de la Facultad
de Turismo de la UNCo. Docente universitario, integrante, director y codirector de
Proyectos de investigación, Extensión, Voluntariado Universitario y Asistencia Técnica
en el desarrollo turístico rural en poblaciones mapuche y criollas en las Provincias de
Neuquén, Río Negro y Mendoza, y sus posibles transformaciones territoriales.
Investigador IPEHCS-UNCO-CONICET. E- mail: impemba@smandes.com.ar

ALEJANDRO KARLAU
Licenciado en Turismo (Universidad Nacional del Comahue), integrante del grupo
GESTuR (Grupo de Estudios Sociales del Turismo y la Recreación, Facultad de Turismo,
UNComahue), y doctorando en geografía de la Facultad de Humanidades de la UNCo.
Su trabajo se desarrolla en el marco de equipos institucionales, y está orientado al
estudio y aporte técnico en torno a la relación entre el turismo y la producción
agropecuaria. Integrante de proyectos de investigación, extensión y educación
agropecuaria basados en el acompañamiento de experiencias donde el turismo es
considerado como una estrategia comunitaria válida para la persistencia de los sujetos
rurales en el territorio potenciando la producción de alimentos agroecológicos.
Intereses: la búsqueda alternativas para el fortalecimiento de la actividad de pequeños
productores primarios y elaboradores de agroalimentos en entornos rurales y urbanos,
donde los visitantes -pertenecientes a la población de los centros urbanos cercanos-
buscan alimentos frescos, tener un vínculo directo con el productor y disfrutar del
entorno rural en ferias o establecimientos agropecuarios.

JUAN MANUEL ANDRÉS


Guía Universitario de Turismo; Licenciado en Turismo; Magister en Desarrollo y Gestión
del Turismo; Doctorando en Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible. Profesor
Adjunto del área de Recursos Naturales, Departamento de Recursos Turísticos.
Investigador del GRyTeC. Director Municipal de Turismo de la Municipalidad de Neuquén.
Especializado en planificación y gestión de destinos y la relación entre el desarrollo
sustentable del turismo y la conservación de la biodiversidad.
MARTÍN DIEGO MENDIETA
Licenciado en turismo. Docente del Area Economía del Turismo. Facultad de Turismo
Universidad Nacional del Comahue. Miembro de Ceplades orientado a temas de
investigación cómo la competitividad de empresas y destinos; innovación y
financiamiento a emprendimientos y MiPymes. Desde hace cinco años desarrollo
tareas de asesoramiento y análisis de factibilidad para el financiamiento a empresas
de la Región Sur (Neuquén, Río Negro y Chubut) en el Banco de Inversión y Comercio
144
Exterior SA.

MARÍA MAGDALENA PERINI


Licenciada en Turismo. Docente del Area Economía del Turismo. Facultad de Turismo.
Universidad Nacional del Comahue. Miembro de Ceplades. orientado a temas de
investigación como Territorialidades, innovación y creatividad, financiamiento a micro
y pymes, proceso emprendedor.
Desde hace seis años se desarrolla en el area de Financiamiento y vínculo con el
Consejo Federal de Inversiones en la Secretaria de Planificación y Acción para el
Desarrollo (COPADE), del Gobierno de la Provincia del Neuquén.

MARÍA GRACIELA MARAGLIANO


Maestranda en Gestión Turística del Patrimonio (UNTREF- Argentina). Especialista
en Turismo Sustentable (UNINI-UNEATLANTICO-FUNIBER). Profesora en el Área
Instrumental, Facultad de Turismo (UNCo-Argentina). Integrante del equipo de
investigación que indaga sobre las transformaciones territoriales y relaciones
interétnicas relacionadas al turismo en Patagonia Norte. E-mail: maragliano@
smandes.com.ar

NATALIA LORENA MARENZANA


Licenciada en Turismo (UNComahue), Master en Evaluación de Impacto Ambiental
(Instituto de Investigaciones Ecológicas) y Doctorando en Geografía (UNComahue).
Docente investigadora de Planificación y Gestión Turística, Facultad de Turismo
U.N.Comahue. Integrante CEPLADES.
Temáticas: Planificación y gestión turística - Desarrollo local - Uso Público en ANP -
Turismo Slow - Migración de amenidad

JESSICA ROMINA WOJTIUK


Licenciada en Turismo (UNComahue). Becaria de Investigación Categoría Graduada
de Iniciación. CEPLADES-Turismo. Facultad de Turismo (UNComahue).
Temáticas: Planificación y gestión turística - Migración de amenidad - Territorialidades.
E-mail: wojtiukjessica@gmail.com
LUIS DAVID VILLAVERDE
Guía Universitario de Turismo; Licenciado en Turismo (UNComahue). Integrante de
CEPLADES Turismo de la Facultad de Turismo de la Universidad Nacional del
Comahue.

MATILDE ELISABETH ENCABO


145
Licenciada en Ecologia y Conservación de los Recursos Naturales Renovables
(Facultad de Ciencias Naturales y Museo – UNLP). Magister Scientiae en Gestión
Ambiental del Desarrollo Urbano (Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño -
UNMdP). Investigación y extensión: Grupo Recreación y Turismo en Conservación
(GRyTeC) FATU - UNCo.
Temáticas de investigación abordadas: Recreación-Turismo y Biodiversidad en la
perspectiva de la Conservación.

YUSARA ISIS MASTROCOLA


Licenciada en Turismo (Facultad de Turismo – UNCo). Doctora en Desarrollo Territorial,
Innovación y Competitividad (UPV). Facultad de Turismo - UNCo, Departamento de
Recursos Turísticos, Área Recursos Naturales. Investigación y extensión: Grupo
Recreación y Turismo en Conservación (GRyTeC) FATU – UNCo.
Temáticas de investigación abordadas: Recreación -Turismo y Biodiversidad en la
perspectiva de la Conservación.

LUIS ROQUE CÁNEPA


Profesor en Educación Física (FHaCE – UNLP). Posgrado: Magister en Teorías y
Políticas de la Recreación (FATU – UNCo). Facultad de Turismo - UNCo, Departamento
de Recursos Turísticos, Área Recursos Naturales. Investigación y extensión: Grupo
Recreación y Turismo en Conservación (GRyTeC).
Temáticas de investigación abordadas: Recreación-Turismo y Biodiversidad en la
perspectiva de la Conservación.

DANIEL PAZ BARRETO


Técnico Universitario en Administración de Areas Protegidas (Instituto Claes Olrog
– UNT). Sede Atlántica – Escuela de producción Tecnologia y Medio Ambiente -
Universidad Nacional de Río Negro. Investigación y extensión: Grupo Recreación y
Turismo en Conservación (GRyTeC) FATU - UNCo.
Temáticas de investigación abordadas: Areas Protegidas – Conservación - Recreación-
Turismo y Biodiversidad en la perspectiva de la Conservación.

SANDRA EVANGELINA SÁNCHEZ


Licenciada en Turismo (Facultad de Turismo – UNCo). Magister en Teorías y Políticas
de la Recreación (FATU – UNCo). Facultad de Turismo - UNCo, Departamento de
Recursos Turísticos, Área Recursos Naturales. Investigación y extensión: Directora
Grupo Recreación y Turismo en Conservación (GRyTeC) FATU - UNCo.
Temáticas de investigación abordadas: Recreación-Turismo y Biodiversidad en la
perspectiva de la Conservación.

MARÍA GABRIELA TORRE


Licenciada en Turismo (UNSAL). Magister en Teorías y Políticas de la Recreación
(FATU–UNCo). Docente Investigadora Facultad de Turismo - UNCo, Departamento
146
de Recursos Turísticos, Área Recursos Naturales. Investigación y extensión:
Vicedirectora Grupo Recreación y Turismo en Conservación (GRyTeC) FATU - UNCo.
Temáticas de investigación abordadas: Recreación-Turismo y Biodiversidad en la
perspectiva de la Conservación.

MELINA HRABAR
Licenciada en Turismo (Facultad de Turismo – UNCo). Facultad de Turismo - UNCo,
Departamento de Recursos Turísticos, Área Recursos Naturales. Investigación y
extensión: Grupo Recreación y Turismo en Conservación (GRyTeC) FATU – UNCo.
Temáticas de investigación abordadas: Recreación-Turismo y Biodiversidad en la
perspectiva de la Conservación.

CRISTIAN FALQUEMBERG
Licenciado en Turismo (Fatu - UNCo). Guía de Turismo (Fatu - UNCo). Mg. en Desarrollo
y Gestión del Turismo (UNQ). Docente Investigador del Área de Servicios Turísticos;
Orientación Prestaciones Turísticas, Fatu - UNCo.
Director del CECIET (Centro de Estudios del Conocimiento e Innovación Empresarial
Turístico), Fatu - UNCO. Últimas temáticas de investigación abordadas: Gestión del
Capital Intelectual Hotelero. Gestión del Capital Intelectual en Destinos Turísticos.
Responsabilidad Social de Género e Innovación en Empresas de Turismo.
Otras Actividades: Jefe del Área de Calidad de la Secretaría de Turismo de San Martín
de los Andes.

ANA ELIZABETH RAÑIL


Estudiante de las carreras de Guía Universitario de Turismo y Licenciatura en Turismo
en la Facultad de Turismo de la Universidad del Comahue, sede Neuquén. Integrante
del Centro de Estudios en Turismo, Recreación e Interpretación del Patrimonio
(CETRIP-UNCo). Integrante del Proyecto de Investigación de la FaTu (UNCo) Turismo
e Interpretación del Patrimonio: la construcción comunitaria del territorio. Integrante del
Trabajo Caminos de encuentro en el Alto Valle del Río Negro y Neuquén, Ciudad de Gral.
Roca Rio Negro. 22° Convocatoria de Proyectos de extensión Universitaria y
vinculación Comunitaria “Universidad, Estado y Territorio”, abordando las temáticas:
Turismo; ruralidad, Comunidad Territorio, Identidad, e Interpretación del Patrimonio.
Co-autora de libros y artículos en revistas. Participación en Jornadas, Seminarios y
Congresos Nacionales e Internacionales en carácter de Asistente y Expositora.
MARÍA FLORENCIA ROMA MONTECINO
Estudiante avanzada de Psicología, UNCo. Orientación en Psicología Comunitaria y
Estudios en Género, Diversidad Sexual e Identidad de Género. Integrante del Centro
de estudios en turismo, recreación e interpretación del patrimonio (CETRIP-UNCo).
Integrante del Trabajo Caminos de encuentro en el Alto Valle del Río Negro y Neuquén,
Ciudad de Gral. Roca Rio Negro. 22° Convocatoria de Proyectos de extensión
Universitaria y vinculación Comunitaria “Universidad, Estado y Territorio”. Integrante
147
de Proyectos de Investigación de la Facultad de Turismo, UNCo desde el año 2014,
abordando temáticas: Comunidad, Territorio, Identidad, Género, Turismo, e
Interpretación del Patrimonio. Co-autora de libros y capítulos de libros; artículos en
revistas de trayectoria nacional e internacional. Participación en Jornadas, Seminarios
y Congresos Nacionales e Internacionales en carácter de Asistente y Expositora.

MARIELA BELEN MUÑOZ


Guía Universitaria de Turismo. FaTu. UNCo. Técnica en Producción Agropecuaria.
Universidad de Belgrano. Actualmente se desempeña como Guía de Turismo de la
Municipalidad de Gral. Roca. Río Negro. Integrante del Centro de Estudios en Turismo,
Recreación e Interpretación del Patrimonio (CETRIP UNCo). Integrante del Proyecto
de Investigación “Turismo e Interpretación del Patrimonio: la construcción comunitaria
del territorio”; de la Facultad de Turismo, UNCo Integrante del Comité organizador de
las Jornadas de Actualización Profesional del CETRIP UNCo. Integrante del COA - Club
de Observadores de Aves de Gral Roca. Rio Negro (Club avalado por la Asociacion
AVES Argentina). Asistente y expositora en Congresos; Jornadas y Seminarios
Nacionales e Internacionales. Aborda las temáticas: Turismo; Turismo-Rural,
Comunidad Territorio, Identidad, Hospitalidad e Interpretación del Patrimonio

MELINA SOLANGE ARAVENA


Guía Universitaria de Turismo. FaTu. UNCo. Integrante del Centro de Estudios en
Turismo, Recreación e Interpretación del Patrimonio de la Facultad de Turismo de la
Universidad Nacional del Comahue (CETRIP UNCo) desde el año 2015. Integrante de
Proyectos de Investigación; Extensión Universitaria y Voluntariados de la Facultad de
Turismo, UNCo desde el 2014 a la Actualidad. Becaria del Programa de
Cooperativismo y Economía Social en la Universidad – 3º Convocatoria de Proyectos
de Investigación y Constituciones. RECUPERARTE – Fortalecimiento de cerámicas
recuperadas FASIPNPAT y CERÁMICA CONFLUENCIA. Colaboradora de la revista
MEROPE. Co-autora del libro ‘’Transitando entre historias los Caminos de Paso Córdoba’’.
Integrante del Grupo de Trabajo del CETRIP-UNCo en el Proyecto “Visitas Guiadas a
la ExU9”. Integrante del Comité organizador de las Jornadas de Actualización
Profesional del CETRIP UNCo desde el año 2017 a la actualidad. Asistente y Expositora
en Congresos; Jornadas y Seminarios Nacionales e Internacionales. Aborda las
temáticas: Turismo; Recreación; Visitas Guiadas, Comunidad Territorio, Identidad, e
Interpretación del Patrimonio.
NOEMÍ JOSEFINA GUTIERREZ
Licenciada en Turismo (UNCo). Magister Gestión Ambiental del Desarrollo Urbano
(UNCo). Profesora – Investigadora de la FaTu. UNCo. Integrante del IPEHCS-
CONICET-UNCo. Directora de proyectos de Investigación; de Extensión universitaria
y vinculación comunitaria. Responsable de Voluntariados Universitarios. Relacionados
al Turismo, la Recreación, el Territorio, Identidad; Comunidad; Turismo de Proximidad/
Cercanía e Interpretación del Patrimonio. Integrante de proyectos de Desarrollo
148
Tecnológico y Social y de Cooperativismo y Economía Social en la Universidad. Autora
y Coautora de los libros; capítulos de libros y artículos en diferentes revista de carácter
científico. Disertante y expositora en Simposios y Congresos nacionales e
internacionales. Directora de Tesinas de Grado de la Facultad de Turismo. UNCo.
Directora de Becarias de Extensión. Directora del Centro de Estudios en Turismo,
Recreación e Interpretación del Patrimonio (CETRIP-UNCo). Editora Responsable e
integrante del Comité Académico y Científico de la Revista electrónica Mérope del
Centro de Estudios en Turismo, Recreación e Interpretación del Patrimonio (CETRIP-
UNCo).

CAROLINA MARZARI
Doctorando del Doctorado en Historia de la Facultad de Humanidades de la
Universidad Nacional del Comahue. Master en Gestión Cultural con Especialidad en
Patrimonio Cultural de la Universitat de Barcelona. Licenciada en Turismo (FATU -
UNCo . Profesora Adjunta Interina del Área de Recursos Culturales del Departamento
de Recursos Turísticos de la Facultad de Turismo- Universidad Nacional del Comahue.
Docente de grado y de posgrado.
Investigadora categorizada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación
Argentina. A dictado y asistidos a diversas capacitaciones, conferencias y cursos de
grado y posgrado. Y cuenta con publicaciones y trabajos de transferencia a nivel
nacional e internacional en temáticas referentes a la gestión y puesta en valor del
patrimonio cultural y su uso turístico.

WALTER GATICA
Profesor y Licenciado en Artes Visuales (UNA), Magíster en Arte Latinoamericano
(UNCuyo) es docente en la Facultad de Turismo de la Universidad Nacional del
Comahue del Área de Recursos Turísticos e integrante de los equipos de investigación
referidos al arte rupestre de la provincia de Neuquén como también de los paisajes
culturales. Se ha desempeñado como profesor en diferentes instituciones públicas y
privadas, y en diferentes niveles. Trabajó en la promoción y desarrollo de producciones
artesanales con algunas comunidades Mapuche de la Provincia de Neuquén. Ha
realizado capacitaciones de diferentes grupos de emprendedores en el rubro
artesanías, también ha sido asesor de proyectos de puesta en valor y uso turístico (área
cultural) y jurado de concursos. .
MARA JALIL
Becaria Interna Doctoral CONICET en el marco del PUE “La (re)producción de las
desigualdades en la Patagonia Norte. Un abordaje multidimensional”. Doctoranda de
Política y Gestión de la Educación Superior (UNTREF).
Es Licenciada en Turismo (UNCOMA), Máster en Dirección y Gestión de Recursos
Humanos (España).
Es Profesora de nivel secundario, actualmente afectada a la construcción del nuevo
149
diseño curricular de la Provincia del Neuquén.
Se desempeñó en el ámbito público y privado del sector turístico.
Sus áreas de interés son: educación y gestión de recursos humanos en el sector
turístico.
Ha participado en congresos y publicados artículos sobre Marketing Turístico.

MARINA ZANFARDINI
Es investigadora UNCOMA-IPEHCS (Categoría II), Licenciada en Turismo (UNCOMA),
Magíster en Gestión de la Información (UNCOMA) y Doctora en Marketing
(Universidad de Valencia).
Profesora Asociada Regular (UNCOMA) y Profesora Adjunta (UNRN). Directora de la
Maestría en Marketing de Servicios y Especialización en Marketing de Servicios, de
la Facultad de Turismo, Universidad Nacional del Comahue.
Su producción científica puede ser consultada en:
Scholar: https://scholar.google.com.ar/citations?user=RW_5qyUAAAAJ&hl=es
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8428-8325

F. ANDREA GUTAUSKAS
Licenciada en Turismo (UNComa), Magíster en Gestión de destinos turísticos locales
(Cett- Universidad de Barcelona). Experta Universitaria en e-Commerce y Marketing
Digital (UTN). Experta Internacional en Comunicación Turística (OM Periodismo
Turístico). Docente e investigadora universitaria - Facultad de Turismo (UNComa) y
Facultad de Ciencias Humanas (UNLa Pampa) en asignaturas de la Orientación
Marketing Turístico, carreras de pre-grado, grado y posgrado. Tutora en la Maestría
en Enseñanza en Escenarios Digitales (Asociación de Universidades Sede Andina).
Participa como co-directora de proyectos de investigación en temas vinculados al
marketing turístico. Ha formado investigadores a través de becas CIN y de Ciencia y
Técnica. Integrante de la Red Iberoamericana en Investigación y Formación en
Marketing Turístico (I-marketur). Ha participado de múltiples congresos y publicado
numerosos artículos. Co autora del libro Gestión de la Información en Turismo.
Participa en actividades de extension universitaria y proyectos de servicios a terceros.

LUCÍA ISABEL TAMAGNI


Licenciada en Turismo. Magister en Comercialización (Universidad del Centro de la
Provincia de Buenos Aires-Universidad de Rio Grande Do Soul, Brasil). Integrante de
la Academia Argentina de Turismo. Profesor Consulto de la Universidad Nacional del
Comahue. Co-Directora de la Maestría y de la Especialización en Marketing de
Servicios de la Facultad de Turismo de la Universidad Nacional del Comahue. Profesora
de posgrado en la Maestría Desarrollo Turístico Sustentable, en la Universidad
Nacional de Mar del Plata y en la Maestría y Especialización en Marketing de Servicios.
Asesora de proyectos de investigación. Ha dirigido equipos de investigación y de
extensión. Cuenta con numerosas publicaciones en revistas científicas, ha participado
como expositora en Congresos y como autora y coautora de libros.

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MARÍA VICTORIA MALUENDA
Estudiante de la carrera Licenciatura en Turismo (UNComa), becaria alumna UNComa.
Integrante del Proyecto de Investigación El consumo de marcas en el entorno digital
(FATU - UNComa). Ha participado como extensionista en 2 proyectos de vinculación
(FATU - UNComa). Encuestadora y co autora del Informe Final XV FEstival del Chef
Patagónico, 2019 (FATU - UNComa). Ha participado como expositora en congresos
de turismo y comercialización.

MARÍA ALEJANDRA GAZZERA


Magíster en Marketing de Servicios y Licenciada en Turismo. Investigadora en Gestión
del Conocimiento y medición del Capital Intelectual –responsabilidad social de
género-innovación y calidad, en Pymes Turísticas. Investigadora Categoría I.
Integrante del Centro de Estudios CECIET –FATU- Profesora Consulta Universidad
Nacional del Comahue, Área Servicios Turísticos.Co-Fundadora y miembro de la “Red
Latinoamericana de Investigación Acción para la Competitividad, Innovación y
Sustentabilidad de la Empresa Turística”. RELICISET- UAEMex-. Profesora Titular de
la Maestría en Marketing de Servicios y de la Especialización en Marketing de
Servicios, Facultad de Turismo, UNCo

LORENNA LOMBARDO
Licenciada en Turismo. Magíster en Marketing de Servicios.Profesora Asociada Área
Servicios Turísticos- Orientación Prestaciones Turísticas.Miembro integrante del
Centro de Estudios del Conocimiento e Innovación Empresarial Turístico (CECIET).
Integrante del Instituto Patagónico de Estudios de Humanidades y Ciencias Sociales
(IPEHCS) Núcleo: Recreación y Turismo.Participación activa y miembros activos de la
Red Latinoamericana de Investigación Acción para la Competitividad, Innovación y
Sustentabilidad de la Empresa Turística (RELICISET) desde 2015.Temáticas de
Investigación abordadas: Gestión de la Calidad; Gestión del Conocimiento y Capital
Intelectual; Responsabilidad Social de Género e Innovación.
EVALUADORES

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DIECKOW, LILIANA MARIA: Universidad Nacional de Misiones. Categoría II

ERCOLANI, PATRICIA SUSANA: Universidad Nacional del Sur. Categoría I

MILANESI, GASTÓN SILVERIO: Universidad Nacional del Sur. Categoría I

PAGURA, JOSÉ ALBERTO: Universidad Nacional de Rosario. Categoría II

REBORI, ALFREDO JOSÉ: Universidad Nacional del Centro. Categoría II

ZUSMAN, PERLA BRIGIDA: Universidad de Buenos Aires. Categoría I


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153
El turismo como campo de estudio está asistiendo a
cambios y transformaciones de una magnitud que tal vez
no reconozca antecedentes en su devenir histórico.
Asistimos a una aceleración sin precedentes de los
cambios e innovaciones tecnológicas, y de un crecimiento
p o b l a c i o n a l s o s t e n i d o q u e e s t á l l ev a n d o a
154 transformaciones sociales y económicas en todo el
planeta.
Sobre ese escenario de profundos cambios hizo su
aparición la pandemia de covid-19 y el turismo fue una de
las primeras actividades en acusar impacto, inmovilizado
casi por completo en todo el mundo, y seguramente será
uno de los últimos sectores en recuperarse totalmente. Y
cuando lo haga, ya no será el mismo.
La idea de este libro nació en el invierno de 2020,
transitando el primer año de pandemia. Nos propusimos
entonces aunar la multiplicidad de voces y miradas de
nuestra facultad bajo una toma de posición
transdisciplinar, diversa y compleja frente al Turismo Post
Covid. El desafío fue y sigue siendo abordar este
momento de tensión ontológica y epistemológica del
campo del turismo y la recreación desde una obra
colectiva y una participación abierta, de registros plurales,
desde nuestras propias miradas y experiencias.
El libro está organizado a partir de ensayos que abordan
desde una escala macro posibles futuros escenarios de la
recreación y el turismo a partir de la pandemia por
Covid-19 considerando a las movilidades, formas,
modalidades y actividades turísticas, ya sean desde el
ámbito empresarial privado como del Estado, desde una
visión del territorio sobre el que es necesario realizar una
nueva mirada, donde se valoriza la identidad de las
comunidades locales.

ISBN 978-987-604-588-9

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