JJ 3257

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Si el Servicio sostiene que una factura es falsa y ésta fue pagada en efectivo por el

contribuyente, únicamente puede utilizar el crédito fiscal emanado de ella si demuestra


que el emisor pagó el impuesto correspondiente.

Ley sobre Impuesto a las Ventas y Servicios – Artículo 23 N° 5 – Código Tributario –


Artículo 200

FACTURAS FALSAS – RECHAZO DE CRÉDITO FISCAL – TRIBUNAL TRIBUTARIO Y


ADUANERO DE LA SERENA – RECLAMO – RECHAZADO

El Tribunal Tributario y Aduanero de La Serena rechazó un reclamo deducido por un


contribuyente en contra de liquidaciones emitidas por el Servicio de Impuestos Internos
mediante las cuales se rechazó el crédito fiscal proveniente de facturas falsas.

Como cuestión previa, el órgano jurisdiccional expresó que las actuaciones del ente
fiscalizador no adolecían de nulidad. Ello, porque si bien existió un error al señalar la
fecha de publicación en el Diario Oficial de la resolución a través de la cual el Director
Regional delegó ciertas facultades al jefe de la Unidad de Ovalle, quien firmó la
liquidación, tal error no tiene la entidad de aquéllos considerados en el artículo 7° de la
Constitución Política de la República, pues de lo contrario se elevarían las formas
menores a estándares esenciales que el legislador no había previsto. De otra parte, el
juez constató que los funcionarios que participaron en la tramitación del proceso de
fiscalización tenían el carácter de ministros de fe, razón por la cual desestimó la nulidad
impetrada por dicha causa.

En cuanto a la alegación de prescripción de ciertos períodos liquidados, el sentenciador


manifestó que las declaraciones de impuesto del contribuyente fueron maliciosamente
falsas, pues utilizó crédito fiscal inexistente sobre la base de facturas anómalas o
inexistentes, de forma tal que procedía aplicar el lapso extraordinario de los seis años del
artículo 200 inciso 2° del Código Tributario.

Respecto al fondo, el juez expresó que la carga de la prueba pesaba sobre el


contribuyente, quien no aportó antecedentes que permitieran desvirtuar las diferencias
detectadas en la auditoría y expresadas en las liquidaciones, consistentes en la utilización
de facturas falsas, con la correspondiente consecuencia en renta. En efecto, constató que
si se está ante la utilización de una factura falsa la legislación tributaria niega el derecho al
crédito fiscal, pero lo reconoce si se cumplen ciertos requisitos, los que en el caso
concreto no operaron, toda vez que el contribuyente pagó con efectivo las obligaciones
comerciales de las cuales daban cuenta las operaciones cuyas facturas fueron
cuestionadas ni demostró que el emisor de las facturas haya pagado el impuesto
correspondiente.

El texto de la sentencia es el siguiente:


“La Serena, quince de marzo de dos mil trece.

VISTOS:

Que a fojas 168 y siguientes, con fecha 20 de julio del año dos mil doce,
comparece don AAAA, chileno, soltero, abogado, cédula nacional de identidad Nº
AA.AAA.AAA-A, en representación convencional de XXXX, sociedad del giro de su
denominación, Rol Único Tributario N° XX.XXX.XXX-X, domiciliados para estos efectos en
calle Libertad números 35-37 de la comuna y ciudad de Ovalle, IV Región de Coquimbo, y
viene en interponer reclamo de conformidad a las normas del Libro III, Título II, artículos
123 y siguientes del Código Tributario, en contra de las Liquidaciones de Impuestos N° 1
a 37, de fecha 28 de marzo de 2012, notificadas a su representada con fecha 30 de
marzo de 2012; con el objeto de que se declararen nulas, o en subsidio dejen sin efecto
total o parcialmente, basado en las consideraciones de hecho y fundamentos de derecho
que a continuación se exponen:
a.- En primer lugar, que se habrían cometido distintos e insanables vicios en la
actuación del Servicio, proceso de fiscalización y tramitación administrativa de la
correspondiente Unidad de Ovalle que dio origen a las Liquidaciones, por lo que adolecen
de nulidad de derecho público y/o en subsidio de nulidad absoluta. En efecto, indica, el
Servicio ha actuado en manifiesta contravención de la ley, particularmente lo dispuesto en
los artículos 6° y 7 de la Constitución Política de la República, artículos pertinentes de la
Ley N° 18.575 Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración del
Estado, Ley N° 19.880, que establece las Bases de los Procedimientos Administrativos
que rigen los actos de los Órganos de la Administración del Estado, Ley N° 20.322 que
Fortalece y Perfecciona la Jurisdicción Tributaria y Aduanera, lo previsto en los artículos
2, 21, 63, 64 y 86 del Código Tributario, artículo 3 de la Ley 19.226, artículo 51 de la Ley
Orgánica del Servicio de Impuestos Internos.
Sostiene que los funcionarios del SII que actuaron en las diversas etapas del
proceso de fiscalización, se habrían arrogado ilegal e ilegítimamente una calidad que no
detentaban; durante la emisión de la Citación número 14 de fecha 6 de octubre de 2011,
la funcionaria del Servicio que aparece firmando el documento por Orden del Director
Regional, señora Isabel Olivares Urqueta, Jefe de Unidad del Servicio de Impuestos
Internos de Ovalle y cuyo nombramiento, atribuciones y facultades para la señalada
actuación, conforme consta de la señalada Citación, supuestamente emanan de la
Resolución Exenta N° 4.472, publicada en el Diario Oficial de fecha 18 de agosto de 1992,
carecía completamente de la investidura y poder para ejercer tales atribuciones y
facultades. Se funda en que en el Diario Oficial del día 18 de agosto de 1992, en donde
supuestamente se encontraría publicada la Resolución Exenta N° 4.472, no aparece. En
consecuencia, ha actuado al margen de sus atribuciones, siendo absolutamente
necesario, en mérito de la seguridad y certeza jurídica, que para efectos de ser oponible a
los particulares, al igual que las leyes, reglamentos, resoluciones, decretos u órdenes
emanadas de los órganos del Estado, que la singularizada resolución haya sido publicada
en el Diario Oficial una vez pronunciada para ser oponibles a terceros; solemnidad
esencial para que las decisiones adoptadas y actos administrativos pronunciados en
mérito de las atribuciones delegadas puedan causar efectos en los terceros. La
consecuencia sería, concluye que la citación N° 14 debe ser declarada nula y en subsidio
ser dejada sin efecto, por contravenir abiertamente las normas que rigen la actuación de
los órganos del Estado (artículos 6 y 7 de nuestra Carta Fundamental), y haber sido
pronunciados con abierta infracción de ley. Asimismo, y derivada de la nulidad de la
Citación, corresponde dejar sin efectos y declarar nulas las liquidaciones de impuestos
cursadas a su representada, por este sólo efecto (requisito previo a liquidar el haber
citado al contribuyente), al considerar el Servicio que la documentación, contabilidad y
declaraciones no son fidedignos.
b.- En segundo lugar, alega que las Liquidaciones N°. 1 a 37, únicamente en la
apariencia corresponden a una liquidación de impuestos, toda vez que, éstas, al igual que
la Citación previa, en ningún caso reúnen los requisitos legales necesarios y suficientes
para ser consideradas como un acto administrativo de liquidación de impuestos válido,
pues éstas infringen abiertamente las normas constitucionales, legales y reglamentarias y
adolecen de vicios y defectos insubsanables, que acarrean su necesaria declaración de
nulidad. Sostiene que en casi la totalidad de las actuaciones administrativas que sirvieron
de base y fundamento para la decisión adoptada, referente a la emisión de las
liquidaciones, el funcionario fiscalizador, don Rodrigo Leiva Gómez, se habría arrogado
ilegal e ilegítimamente una calidad que no detentaba. Sostiene que el funcionario actuó en
cada una de las diligencias probatorias que sirvieron de base al proceso de fiscalización,
ostentando la categoría de "Ministro de Fe", en circunstancia que éste carecía
completamente de la investidura y poder para ejercer tales atribuciones y facultades. En
este sentido, en cada una de las Declaraciones Juradas efectuadas ante el SII y
prestadas tanto por el representante legal de XXXX, don Luigino Eccher Barraza, como de
todas aquellas personas que en cierta forma o medida aportaron antecedentes al proceso
de fiscalización señalado, existe expresa constancia de que don Rodrigo Leiva Gómez y
doña Marcela Julio Alvarado (abogado del SII), actuaron en calidad de Ministro de Fe.
Sostiene que el legislador ha establecido un requisito esencial para efectos de investir a
un determinado funcionario del SII con las atribuciones y facultades de un "Ministro de
Fe", debiendo cumplir, en la especie, con una autorización nominativa y expresa,
emanada del Director del Servicio. Que el SII incurre en una notable y clara extralimitación
de sus facultades, actuando ilegalmente y contraviniendo abiertamente lo dispuesto en el
artículo 86 del Código Tributario, toda vez que, tal como consta de la Resolución EX. SII
N° 2464 de fecha 22 de junio de 2012, considerando 8°, se adjunta a la misma un registro
nominativo en donde expresamente se señala que la fuente de la investidura como
ministro de fe del 82,6% de los funcionarios de las regiones de Atacama, Coquimbo y
Valparaíso que gozan de tal calidad sería única y exclusivamente una remisión al artículo
3° de la Ley N° 19.226, y que sólo el restante 17,4% de ellos habrían sido investidos
mediante la correspondiente resolución del Director del Servicio. Hace hincapié en este
punto, pues si bien, el artículo 3° de la Ley N° 19.226 que "Modifica Plantas de Personal
del Servicio de Impuestos Internos" promulgada con fecha 14 de junio de 1993, establece
que: "Para los efectos de lo dispuesto en el artículo 156 de la ley N° 18.834, establécese
que cumplen funciones fiscalizadoras, en el Servicio de Impuestos Internos, las Jefaturas
grado 9 de la Planta de Directivos, el personal de la Planta de Fiscalizadores, el personal
de la Planta de Profesionales y el personal contratado asimilado a una de estas dos
últimas Plantas. Al personal que cumple funciones fiscalizadoras le será aplicable lo
dispuesto en el artículo 51 de la Ley Orgánica del Servicio de Impuestos Internos,
aprobada por el decreto con fuerza de ley N° 7, de 1980, del Ministerio de Hacienda"
haciendo aplicable al personal que cumple funciones fiscalizadoras, por remisión legal, lo
dispuesto en el artículo 51 de la Ley Orgánica del Servicio de Impuestos Internos,
aprobada por el decreto con fuerza de ley N° 7, de 1980, del Ministerio de Hacienda, la
cual al efecto dispone: "Los funcionarios pertenecientes a la planta de Fiscalizadores,
tendrán de pleno derecho el carácter de ministro de fe, para todos los efectos que señala
el artículo 86º del Código Tributario"; la anterior remisión legal no obsta el cumplimiento
irrestricto de todos y cada uno de los requisitos establecidos por el legislador en el artículo
86 del Código Tributario, toda vez que, la propia norma (artículo 51 de la Ley Orgánica del
Servicio) hace referencia a "todos los efectos del artículo 86 del Código del ramo",
debiendo entenderse en la especie, que de todas formas y en todos los casos, para
efectos de detentar la calidad de Ministro de Fe, aún de pleno derecho, por cumplir
funciones fiscalizadoras en el Servicio de Impuestos Internos, se debe cumplir con el
requisito esencial establecido por el legislador para efectos de investir a un determinado
funcionario del SII con las atribuciones y facultades de un "Ministro de Fe", cuya
autorización, emanada del Director del Servicio, nominativa y expresamente debe
efectuarse a través de la correspondiente resolución, acto administrativo que contiene la
decisión formal y escrita del órgano administrativo (SII), que producirá efectos jurídicos
sobre los derechos y deberes de los particulares.
En este sentido, todas las Declaraciones Juradas efectuadas ante el fiscalizador
mencionado y prestadas tanto por el representante legal de XXXX, don Luigino Eccher
Barraza, como de todas aquellas personas que en cierta forma o medida aportaron
antecedentes al proceso de fiscalización señalado, y que sirvieron de base y fundamento
para la confección de las Liquidaciones de Impuestos emitidas en contra de su
representada, son nulas y acarrean la necesaria declaración de nulidad de todo el actuar
administrativo del Servicio.
c.- En subsidio de las alegaciones de nulidad de derecho público, solicita se
declare la nulidad absoluta del proceso de fiscalización, actuaciones administrativas y
posterior liquidaciones de impuestos cursadas en contra de su representada, dando por
reproducidos los antecedentes de hecho y de derecho expuestos en el capítulo
precedente, haciendo presente, además, que existen antecedentes de nulidades e
inoponibilidad de Derecho Privado, cuya declaración solicita en este capítulo. Invoca los
artículos 1462 y 1682 del Código Civil, que establecen el objeto ilícito y la nulidad absoluta
por objeto ilícito, respectivamente y se produciría por tres vías: 1) En primer término, por
todas las señaladas infracciones contra la Constitución Política del Estado, en sus
artículos 6º y 7º, es decir, se ha actuado fuera de la competencia, se ha actuado contra la
Ley, quebrantándose el principio "de conformidad" que debe imperar en todas las
actuaciones de la Administración Pública. 2) La segunda vía de contravención al Derecho
Público chileno, y que origina nulidad absoluta por objeto ilícito, radica en que la
funcionaría del Servicio señora Isabel Olivares Urqueta ha actuado al margen de sus
atribuciones, toda vez que no existe aparentemente la Resolución Exenta N° 4.472,
supuestamente publicada en el Diario Oficial con fecha 18 de agosto de 1992, y en
consecuencia dicha funcionaria ha efectuado funciones que en rigor no le fueron
delegadas, lo cual necesariamente acarrea la nulidad de dicha actuación. 3) La tercera vía
por la cual es nulo de nulidad absoluta el mismo procedimiento, además, es porque se
omitieron requisitos o formalidades que las leyes prescriben para el valor de ciertos actos
en consideración a la naturaleza de ellos. En efecto, en el presente caso no se cumplieron
los presupuestos o requisitos básicos que el mismo Servicio exige para la actuación de
sus funcionarios, ya que el órgano estatal actuó fuera de sus atribuciones y obligaciones
al no constatar eficazmente las condiciones legales y materiales de la actuación de los
funcionarios que llevaron adelante las declaraciones juradas que sirvieron de base y
fundamento a las liquidaciones cursadas en contra de su representada; según se expuso
latamente en el capítulo anterior.
d.- A continuación solicita se declare la prescripción extintiva como acción y/o
subsidiariamente como excepción en contra de una parte de la determinación de
impuestos efectuada por la autoridad fiscalizadora mediante liquidaciones de impuestos
número 1 a 37 de fecha 28 de marzo de 2012. Invoca el artículo 200 del Código Tributario
y la Circular N° 73 de 11 de octubre de 2001, y plantea que ha transcurrido el plazo para
declarar la prescripción de la acción fiscalizadora. En consecuencia, y no habiéndose
requerido de pago, sino hasta el día 30 de marzo de 2012, fecha en que se entiende por
notificadas las liquidaciones de impuesto, cuando ya habían transcurrido más de tres años
contado desde la fecha que debió pagarse el impuesto, debe arribarse necesariamente a
la conclusión de que la acción de fiscalización del Servicio se encuentra prescrita,
respecto a los períodos liquidados correspondientes a los meses de marzo de 2008 a
marzo de 2009 (liquidaciones Nos 1 a la 13). Citando las normas del Código Tributario,
plantea que el uso de la facultad fiscalizadora por parte del Servicio está sujeta en su
ejercicio, a la limitación de que se realice oportunamente, es decir, dentro de los plazos
que señala el Código Tributario, vencidos dichos plazos, se extingue la facultad del
Servicio para revisar, liquidar y girar los impuestos adeudados, principio que se encuentra
ratificado en el artículo 59 del citado Código. Por lo tanto, pretender determinar diferencias
de impuestos para periodos del año comercial 2008 y 2009, resulta a todas luces un acto
ilegal y arbitrario, puesto que el Servicio de Impuestos Internos pretende cobrar períodos
prescritos y que por ende ya fueron legitimados o saneados por el transcurso del tiempo.
Agrega, luego de transcribir las instrucciones del Servicio respecto de la prescripción, que
para aplicar el plazo extraordinario de seis años, no basta que en la declaración de que se
trate existan datos no verdaderos, sino que además, se requiere que esta falsedad sea
maliciosa, consiente del declarante, carácter que le corresponde al Servicio acreditar,
puesto que ha de presumirse un error involuntario por parte del contribuyente, que
ampara su descuido, negligencia, impericia, imprudencia, pero no su voluntad consiente
de defraudar al Fisco, circunstancia que, como se ha dicho, corresponde al Servicio
probar con antecedentes concretos y no presuntos, puesto que debe desvirtuar la
presunción de buena fe del contribuyente.
e.- Entrando en las alegaciones respecto del fondo, señala que la sociedad
comenzó su actividad comercial en la ciudad de Ovalle en el año 1985, con el trascurso
del tiempo fue ampliando su giro, creando secciones nuevas, lo que llevó a que durante
los años 2000 al 2007 se consolidara como el supermercado de mayor venta en la ciudad
de Ovalle, su giro principal, junto a otros como botillería, paquetería y deco-hogar. En
relación con el giro comercial de supermercado, la sociedad debió desprenderse de estos
activos, durante el transcurso del año 2010, dada la compleja relación que existía con los
grandes proveedores de la zona. Con fecha 8 de junio de 2011 el Servicio de Impuestos
Internos, mediante notificación N° 12 folio N° 0178900, y conforme a lo dispuesto en el
artículo único de la Ley N° 18.320, requirió a su representada para que presentara la
documentación correspondiente al impuesto al valor agregado (IVA) y aquella referida a
Renta, de los períodos que señala; dentro del plazo prorrogado entregó al Servicio la
documentación solicitada. Posteriormente el fiscalizador a cargo señaló que dentro de las
facturas de proveedores que respaldaban el crédito fiscal de su representada, se
encontraban supuestas facturas falsas de uno de los proveedores de la empresa; ante lo
cual, sin que mediara requerimiento alguno del Servicio, fue solicitada una búsqueda
interna de todos los documentos asociados al proveedor señalado, por todos los períodos
existentes, las cuales fueron puestas a disposición y entregadas al fiscalizador en su
oficina, como prueba de la existencia de cada uno de ellos y como acto de confirmación
que en la contabilidad de su representada no existían facturas falsas y que todo debía
deberse a un lamentable error, o que los sistemas del Servicio no estaban trabajando
correctamente. En este escenario y con fecha 6 de octubre de 2011, por medio de
notificación Nº 16 folio N° 1241808, su representada tomó conocimiento de la Citación Nº
14, de igual fecha, formulada por la autoridad fiscalizadora conforme a lo dispuesto en el
artículo 63 del Código Tributario, mediante la cual el Servicio solicitó rectificar, aclarar,
ampliar o confirmar las declaraciones de impuesto a las ventas y servicios, como
asimismo las declaraciones de impuesto a la renta para los años tributarios 2009, 2010 y
2011. Dentro del plazo legal prorrogado, con fecha 18 de noviembre de 2011, contestó la
Citación, acompañando en dicha oportunidad una serie de antecedentes y documentos,
todos los cuales acreditan cada uno de los valores registrados y mercaderías adquiridas
por su representada, en mérito de las supuestas facturas cuestionadas. Sin embargo, de
acuerdo a lo señalado por el Servicio, luego de revisada la referida respuesta a la Citación
N° 14, la autoridad fiscalizadora concluyó, sin realizar un detenido y acabado análisis de
los antecedentes del caso, ni menos demostrar ni probar a esta parte los antecedentes
que demuestren más allá de toda duda razonable las gravísimas conclusiones a las
cuales se ha llegado por la autoridad, que las facturas registradas en la contabilidad
correspondiente a los proveedores Humberto Cáceres Herrera, RUT 4.488.981-1 y Abel
Ramos Diaz, RUT 4.335.587-1, corresponden a facturas material e ideológicamente
falsas. Posteriormente, con fecha 30 de marzo de 2012, el Servicio notificó las
liquidaciones de impuesto por un total de $1.119.031.491, más reajustes, intereses y
multas. Agrega que se interpuso recurso de Reposición Administrativa Voluntaria (RAV) a
objeto que el Servicio reconsiderara su actuar en función de los variados vicios que
presentaba el acto administrativo, a lo que no se dio lugar.
f.- Se refiere a las impugnaciones efectuadas en las liquidaciones, para cada uno
de los puntos, en la forma que sigue:
f.- 1. Respecto a la Declaración Jurada N° 3323 sobre Resumen de IVA de
Compras y Ventas, señala que con fecha 4 de junio de 2004 el SII mediante la emisión de
la Circular N° 28 instruyó sobre la emisión de esta declaración jurada, posteriormente,
mediante las Circulares N° 29 de 2006 y 3 del año 2008, como asimismo por medio de las
Resoluciones N° 86, nuevamente el SII instruyó sobre la referida declaración jurada y sus
modificaciones. En la referida declaración jurada el contribuyente no sólo informa al SII el
monto resumen de sus créditos y débitos correspondientes a un periodo determinado,
sino que también proporciona mayores antecedentes al SII, información de sus
proveedores y clientes, la cual posteriormente la autoridad recibe en forma electrónica,
analiza y establece si existe algún tipo de contingencia. En el evento de existir
observaciones o si existen diferencias conforme a los cruces de información efectuados
por el SII, dicho órgano comunica al contribuyente tal hecho como asimismo lo notifica
para que concurra a la unidad del SII y proporcione los antecedentes necesarios para
efectos de liberar las observaciones detectadas por la autoridad fiscalizadora,
observaciones que de mantenerse aun después de la visita del contribuyente al SII, en
conformidad a la normativa vigente procederá a efectuar las demás notificaciones
correspondientes al proceso de fiscalización. Por otra parte, en el evento que la autoridad
fiscalizadora, luego de su análisis a la declaración jurada y revisiones correspondientes,
no determine diferencias comunica tal hecho al contribuyente mediante publicación en el
portal del SII declarando que dicha declaración jurada se encuentra aceptada.
Señala que su representada se encuentra obligada a presentar la declaración
jurada de IVA, declarando en consecuencia toda la información solicitada sobre compras
y ventas para los periodos tributarios 2008, 2009, 2010 y 2011. Luego de haber efectuado
la fiscalización de rigor, el SII determinó que las declaraciones juradas sobre resumen de
créditos, presentadas por su representada, fueron recibidas y totalmente aceptadas, esto
es, que las referidas declaraciones juradas no presentan observaciones de tipo alguno por
parte de la autoridad fiscalizadora. En consecuencia, agrega, validó toda la información
proporcionada respecto a los antecedentes declarados mediante la referida DDJJ 3323, lo
que incluye entre otros, los antecedentes referidos al proveedor señor Humberto Cáceres
Herrera, proveedor que el SII viene a cuestionar luego de tres años desde efectuadas las
primeras operaciones comerciales con dicho proveedor. Expresa que se hace necesario
señalar que si su representado hubiera tenido conocimiento sobre la falsedad de tales
documentos no habría informado el impuesto al valor agregado soportado en las facturas
del proveedor cuestionado, situación que en los hechos fue informada al Servicio.
En esta misma línea, sostiene que la Teoría de los Actos Propios es un concepto
doctrinario que consiste en que una parte está condicionada de alegar o refutar una
declaración (expresa o tácita) realizada por él en un tiempo anterior. Las circunstancias en
las cuales una de las partes pueda llegar a cambiar de parecer con respecto a una
declaración hecha por el mismo son muy estrictas. No sólo está reservada esta teoría a
las disputas entre particulares, sino que también se extiende a la Administración Pública.
Sostiene que el Servicio luego de validar las operaciones de su representado, ahora
pretende determinar diferencias de impuesto en su contra, aun cuando ella cumple cada
requisito establecido en la Ley sobre Impuesto a las Ventas y Servicios, y demás
normativa vigente. Sin embargo, es jurídicamente improcedente el ejercicio de tal
potestad invalidatoria por parte de la Administración si el acto administrativo ilegal ha
producido efectos y ellos han ingresado al patrimonio de terceros de buena fe, ya que los
errores de la Administración deben ser soportados por ella misma y jamás ser cargados a
terceros enteramente ajenos a su torpeza (nemo auditur propiam turpitudinem allegans) y,
además, habiéndose producido los efectos jurídicos del acto administrativo defectuoso
dichos efectos devienen adquiridos y, por lo tanto, protegidos y asegurados por la propia
Constitución (artículo 19 N° 24 y artículo 20 inciso 1°), pues para sus beneficiarios
constituyen un derecho de propiedad.
f.-2. A continuación alega que la emisión de las liquidaciones de impuesto N° 1 a
37 de fecha 28 de marzo de 2012, formuladas por el funcionario fiscalizador señor
Rodrigo Leiva Gomez, y notificadas con fecha 30 de marzo de 2012, se sustenta en
información falsa, al no cumplir con los requisitos legales necesarios para el correcto
pronunciamiento del acto administrativo, conforme las objeciones que se formularon con
anterioridad a la forma de actuar de los funcionarios. Agrega que, atendido que las
liquidaciones se sustentan en documentación al menos considerada falsa emanada de la
propia autoridad fiscalizadora, no puede y no debe el ente fiscalizador pretender atribuir
infracciones y delitos tributarios a su representado.
f.-3. Sostiene que existió un actuar negligente del Servicio, en cuanto, luego de
analizar el formulario N° 3283, que contiene las supuestas diferencias de impuesto
determinadas por el fiscalizador señor Rodrigo Leiva, las cuales sin perjuicio de carecer
de fundamentos y evidenciar un inadecuado, ligero y poco acucioso proceso de
fiscalización, incurre en falsedad ideológica como asimismo en claras y evidentes
contradicciones. En efecto, conforme se observa en el extremo superior izquierdo, debajo
del logo y página del Servicio, el formulario N° 3283, en el cual se encuentran
determinadas las diferencias de impuestos, expresa en forma manifiesta el siguiente
texto: "III DIRECCION REGIONAL DE LA SERENA". El referido formulario mediante el
cual el Servicio plasmó el acto administrativo liquidación de impuestos falta a la verdad y
debe necesariamente ser declarado nulo, pues su contenido no se condice con la realidad
y en consecuencia no solo vicia el acto administrativo sino que además evidencia la
enorme falta de cuidado por parte del fiscalizador y de todos los actores que firman la
liquidación. Así las cosas, cada uno de los funcionarios, firmaron un documento oficial del
Servicio, el cual contiene una decisión en contra del contribuyente, amparada en un
documento que falta a la verdad, pues por una parte la liquidación señala el texto: "III
DIRECCION REGIONAL DE LA SERENA", y por otra parte bajo la firma del Director
Regional señala "IV DIRECCION REGIONAL LA SERENA"
f.-4. En cuanto a las liquidaciones n° 1 a 32, sobre impuesto al valor agregado,
tratándose de las facturas con membrete Humberto Alejandro Cáceres Herrera, RUT
4.488.981-1 y calificadas de materialmente falsas, específicamente las con supuesta
duplicidad de facturas, plantea que conforme lo señala el funcionario fiscalizador en la
letra a) de sus argumentos para sostener que las facturas son materialmente falsas,
dichos documentos tendrían tal calidad en atención a que según lo declara la propia
autoridad fiscalizadora: "las facturas verdaderas (en opinión del Servicio), fueron emitidas
a otros contribuyentes, los cuales efectivamente son clientes del proveedor señor
Humberto Cáceres Herrera, las cuales fueron emitidas en otras fechas y por otros montos,
y con formatos y características distintas de aquellas registradas por su representado."
Según el Servicio, los verdaderos documentos tributarios se emitieron a otro contribuyente
distinto de su representada, limitándose solamente a señalar situaciones de hecho, las
cuales en momento alguno ha sido capaz de demostrar a su representada para efectos de
acusar sobre el uso facturas falsas materialmente. A mayor abundamiento, al tenor de las
liquidaciones impugnadas en dicho acto, se observa que el fiscalizador solo señala
aquella información de facturas que supuestamente serían verdaderas, situación que, sin
embargo, no ha probado a su representado. De tal forma, el fiscalizador pretende acusar
a su representado sobre el registro de facturas falsas, calificándolo no solo como un
infractor a las normas tributarias sino que más grave aún, lo califica como un delincuente
tributario, considerando suficiente para ello el hecho de señalar supuestos análisis y
revisiones, las cuales no constan a esta parte, sin haber efectuado un debido proceso, en
una clara transgresión a las normas y principios consagrados en nuestra Carta
Fundamental. Agrega que el Servicio fundamenta sus liquidaciones en que los membretes
de las facturas contabilizadas emitidas por el proveedor señor Humberto Cáceres, no
corresponden a las originales; también que las fechas de vigencia, imprentas, disposición
de los recuadros, el tipo de letra, entre otras características, no son las que
supuestamente tienen los documentos originales; además, que las supuestas facturas
originales fueron escritas a mano, en cambio que las facturas registras por su
representado se encuentran escritas a máquina. Estos serían criterios errados, no puede
dicho funcionario sostener tan vehementemente que una factura es materialmente falsa
sólo porque no le parece la distribución de ésta o porque dicho documento se encuentra
escrito a máquina y no en forma manuscrita. A mayor abundamiento, el fiscalizador
supone que la factura registrada por su representado es falsa materialmente sólo por el
hecho que esta se encuentra escrita a máquina, y extrañamente nunca supone por un
momento siquiera que la otra factura la cual se encuentra escrita a mano, podría tener
una calidad diferente a la que él le atribuye. De esta forma, se logra observar que el
fiscalizador parte de premisas erróneas que a la sazón lo llevan a concluir decisiones
erradas y más aún, perjudiciales contra la honra de su representado.
Respecto del supuesto timbre falso, según sostiene el Servicio, el timbre seco que
tienen las facturas no pertenece al Servicio, pues supuestamente la Dirección Regional
Santiago Centro del Servicio utiliza en su mayoría los cuños 191 y 122. El Servicio sólo se
limita a señalar que la factura es falsa materialmente, atendido a que el timbre del referido
documento tributario no sería del Servicio por cuanto no tiene el cuño, el número 191 y
122, sin embargo omite decir cuál es el cuño que presenta la factura registrada en la
contabilidad de su representado, como asimismo omite señalar cuales son los otros cuños
utilizados por la Dirección Regional Santiago Centro. Al respecto, indica, se hace
necesario señalar que un contribuyente no tiene los medios para efectos de conocer si un
determinado número de cuño corresponde a una determinada Dirección Regional.
Agrega que el Servicio no considera las consultas sobre facturas efectuadas por
su representado, ya que, aunque su representado tomó debidamente las providencias
para verificar que una determinada factura de un proveedor estuviera autorizada por el
Servicio, en opinión de dicha autoridad fiscalizadora, no fue suficiente y por tal motivo
califica la factura como falsa materialmente.
Señala que el Servicio cuestiona el pago en efectivo de las facturas de
proveedores y la calidad del vendedor. Que para la autoridad fiscalizadora pagar en pesos
chilenos, moneda de curso legal en nuestro país, constituye un hecho ilegal y precursor
de operaciones con facturas falsas. Aparentemente para el fiscalizador los únicos medios
de pago que existen para extinguir una obligación son los documentos, tales como el
cheque, las trasferencias electrónicas, etc; olvidando por completo que las obligaciones
de pagar una cantidad de dinero se pueden extinguir pagando con dinero efectivo,
moneda que hasta ahora sigue teniendo vigencia e igual poder liberador que un cheque o
un vale a la vista.
Por otra parte, en relación a la persona del vendedor, señor Gastón Rojas y que no
se habría exhibido mandato, señala que en los negocios la confianza es vital, se aplica
por completo el Principio de la Buena Fe. Al respecto, con el señor Rojas el tiempo de
relaciones comerciales supera los veinte años. Por lo anteriormente expuesto, el criterio
del fiscalizador para calificar como materialmente falsa una factura, por no haber tenido a
la vista un mandato del señor Gastón Rojas, evidencia una arbitrariedad y descriterio
profesional de parte del funcionario fiscalizador, lo cual no habilita para rechazar el crédito
fiscal correspondiente.
En cuanto a las medidas de resguardo señaladas en el numeral 5 del artículo 23
del DL 82S, hace presente que la norma, nunca ha establecido una obligación para los
contribuyentes, el fiscalizador debe leer detenidamente la normativa e interpretar
conforme a derecho y no a los intereses de él o de la institución. En efecto, el numeral 5
del referido artículo 23 establece determinadas medidas para efectos de tener derecho a
utilizar el crédito fiscal derivado de una factura falsa, medidas que claramente son
facultativas para el contribuyente.
f.-5. En lo atingente a las facturas calificadas de ideológicamente falsas. Se refiere
a la recepción y registro en los inventarios de las mercaderías, en que el Servicio califica
como inverosímil la declaración del bodeguero, atendido que ciertos y determinados
triplicados control tributario de las facturas del proveedor cuestionado, aportados por su
representado con anterioridad a la notificación de las liquidaciones impugnadas, no se
encuentran timbradas y/o firmadas por el señor Raffo, por lo cual el fiscalizador supone,
erradamente a juicio del reclamante, que todas las otras facturas aportadas por su
representado en el transcurso de la fiscalización, habrían sido impresos la firma y timbre
del bodeguero en forma posterior. Dicha conducta del fiscalizador evidenciaría una
presunción de mala fe, lo cual, señala, atenta contra los principios fundamentales de
nuestro ordenamiento jurídico. A continuación indica que en la oportunidad procesal
correspondiente acreditará la efectividad de las operaciones, las cuales sin mayor
fundamento el funcionario fiscalizador cuestiona de forma arbitraria.
Expresa que el Servicio utiliza como "argumento" de las liquidaciones impugnadas,
el hecho supuesto que un 57% de las facturas del proveedor consignan productos
genéricos, sin detallar marca u otra característica que los pueda identificar. De esta forma,
en opinión de la autoridad fiscalizadora el hecho que las facturas no contengan un detalle
exhaustivo de los productos comprados, constituye prueba suficiente para que el Servicio
califique como falsa ideológicamente la factura del proveedor. Según el artículo 23 de la
ley de impuesto a las ventas y servicios, el contribuyente no pierde el derecho a crédito
fiscal en la compra de un bien o un servicio por el hecho que no exista un acabado detalle
de los bienes y servicios adquiridos, es más, el hecho que exista una descripción
detallada de los bienes y servicios comercializados es una obligación que recae en el
vendedor, y ante su inobservancia, el adquirente no pierde el derecho a crédito fiscal. De
esta forma, si el vendedor no detalló de forma acabada los bienes vendidos a su
representado, no puede el Servicio utilizar dicha situación para calificar como falsa la
operación, sostener tal aseveración no solo evidencia el criterio arbitrario del fiscalizador
sino que además deja entrever que el funcionario fiscalizador hace una errada
interpretación de la norma, en un claro perjuicio para su representado.
En cuanto a la nula identificación de transportistas, señala que la liquidación de
impuestos ha sido confeccionada por el Servicio de una manera descuidada, esta vez se
observa dicho descuido al momento de referirse al jefe de bodega, esto es, al señor Luis
Raffo Jorquera, erradamente como "Miguel Raffo", lo cual solo evidencia la premura del
funcionario por liquidar sin siquiera revisar adecuadamente los antecedentes aportados
por su representada durante la etapa de la fiscalización. Además, el fundamento
esgrimido por el fiscalizador para efectos de sustentar la liquidación consiste en que el
señor Luis Raffo, no habría identificado a transportista alguno, empresa de transporte,
camión, chofer, guías de despacho ni algún otro antecedente respecto al traslado y
recepción de mercaderías; con lo que se concluye de forma muy liviana y carente de
profesionalismo, que las facturas del proveedor cuestionado son ideológicamente falsas,
solo porque el bodeguero, luego de más de un año señala que no se recuerda sobre la
patente del camión, nombre y rut del chofer, o el nombre de la empresa de transporte.
Además el funcionario ha sido incapaz de señalar alguna norma legal que obligue a las
empresas y contribuyentes en general a tener claridad sobre los datos inherentes a un
transporte.
Respecto al fundamento consistente en que el timbre y firma de recepción de las
mercaderías no registra fecha, cuestiona la fuente legal que obliga a las empresas a
registrar o consignar en las facturas la fecha de recepción de las mercaderías. Como es
lógico, el fiscalizador no podrá indicar algún precepto legal tributario que obligue a los
contribuyentes a registrar en las facturas, la fecha de recepción de las mercaderías. De
esta forma, su actuar solo evidencia la falta de seriedad al momento de fiscalizar, toda vez
que es notable la carencia de fundamentos para sostener una acusación tan grave como
la señalada por el funcionario fiscalizador.
En lo que se refiere a la inconsistencias del kardex de inventario, en primer lugar,
el Servicio al momento de emitir la liquidación de impuestos, solo se limitó a señalar
escuetamente que no existe coincidencia en un 24% respecto de los registros kardex y el
libro de inventario, sin embargo nunca acreditó como debió hacerlo, el hecho de la
supuesta inconsistencia. No obstante, indica, que el funcionario fiscalizador solo hace una
escueta narrativa de supuestos hechos y situaciones, cabe hacer presente que el
fiscalizador no acreditó a su representado tales supuestos. A mayor abundamiento, el
Servicio contraviene la legislación vigente sobre la tramitación de los procesos, toda vez
que de forma genérica señala supuestos errores o vicios, los cuales imputa a su
representado, basando tales hechos como aquellos constitutivos del uso de facturas
ideológicamente falsas, sin expresar cómo debió hacerlo, el detalle de tales supuestos.
De esta forma, el Servicio ha privado a su representado de conocer en detalle cuales son
aquellos registros que según el Servicio tendrían inconsistencias, derivando el actuar
fiscalizador en una clara contravención a las normas del debido proceso, privando a su
representado de conocer en detalle las imputaciones formuladas y en consecuencia
privándolo de preparar una adecuada defensa.
Referido a los supuestos saldos inconsistentes, esto es, que sólo un 54% de los
productos coincide el saldo final con el saldo inicial del año siguiente, al respecto, el
fiscalizador omite como determinó el 54% al cual alude, asimismo no detalla la
composición del supuesto 54% determinado, todo lo cual priva a su representado de
preparar una adecuada defensa, vulnerando la autoridad fiscalizadora las mínimas
normas del debido proceso en un claro perjuicio contra su representado.
Expresa que el Servicio, al momento de dictar la resolución debió no sólo señalar
los supuestos vicios incurridos por su representado, sino que fundar adecuadamente,
detallando todos y cada uno de sus supuestos vicios, poniendo en conocimiento dicha
información a su representado para efectos de formular una adecuada defensa en tiempo
y forma. A mayor abundamiento, el acto administrativo impugnado carece de la necesaria
fundamentación que permita comprender cabalmente cual es el origen de las diferencias
de impuestos determinadas. Con todo, dichas omisiones e imprecisiones del funcionario
fiscalizador afectan el derecho a defensa de su representado, ya que le impiden tomar
cabal conocimiento de las observaciones que se le efectúan, y en consecuencia, el acto
administrativo no cumple con el requisito de encontrarse debidamente fundado y
motivado, ya que no expresa ni nitela(sic) el origen de las diferencias de impuesto
determinadas, no bastando en consecuencia la mera mención de las normas legales que
respaldan la acción fiscalizadora, sino que se requiere que la autoridad fiscalizadora
acredite, explique razonada y determinadamente el origen de las diferencias de
impuestos.
Por lo tanto, atendido que el Servicio ha vulnerado los derechos de su
representado, especialmente aquellos contenidos en el artículo 17 de la ley 19.880, como
asimismo el consagrado en el numeral 3 del artículo 19 de nuestra Carta Fundamental,
las liquidaciones formuladas deben ser dejadas sin efecto por cuanto sus fundamentos se
basan en un proceso que no ha sido debidamente tramitado conforme a la Ley, el cual en
ningún caso fue racional y justo.
Señala que en cuanto al fundamento consistente en que el 47% de los registros no
presenta saldo anterior y comienzan con compras de Humberto Cáceres Herrera, habría
una evidente contravención a las normas legales y constitucionales que efectúa el
fiscalizador, en un claro desmedro para su representado toda vez que lo priva de preparar
una adecuada defensa al omitir indicar cuáles son aquellos registros que representan el
47% al que hace alusión.
Referido a lo indicado en las liquidaciones en orden a que un promedio de 19% de
97 productos no se encuentra registrado en los kardex, queda en evidencia la
irresponsabilidad y la falta de profesionalismo del funcionario fiscalizador, toda vez que
pretende fundar una gravísima acusación sobre conocimiento de parte de su
representado, sobre uso de facturas ideológicamente falsas, arribando a dicha conclusión,
por supuestos errores en los antecedentes de su representado. A mayor abundamiento, el
Servicio no singulariza cómo debió hacerlo, cuáles son esos 97 productos, y omite
convenientemente el singularizar como obtiene el promedio indicado del 19% señalado en
su acusación formulada en la liquidación.
En cuanto al punto, errores en cantidades de unidades entre facturas con kardex
utilizado también para efectos de calificar como ideológicamente falsas las facturas del
proveedor señor Humberto Cáceres, señala que nuevamente se observa la falta de
prolijidad y descuido notable de parte del fiscalizador, toda vez que formula una grave
acusación a su representado sin fundarla adecuadamente, basándose en meros
supuestos y en antecedentes genéricos que solo él, en su fuero interno tal vez pueda
entender, haciendo de este procedimiento administrativo, un proceso irracional, arbitrario
e injusto para su representado. En efecto, indica, el funcionario omite decir cuáles son
específicamente aquellos registros que supuestamente contienen errores, así, sólo se
limita a señalar que "En algunos registros existen errores...", sin señalar, cómo debió
hacerlo, cuáles son los citados registros erróneos. De esta forma, el funcionario
fiscalizador transgrede un principio fundamental consagrado en nuestra Carta
Fundamental, esto es, el debido proceso, toda vez que no permite a su representado
conocer en realidad, cuales son los supuestos errores de este, privando en consecuencia
de una adecuada defensa a su representado; además de carecer de la necesaria
fundamentación.
Termina, respecto de la calificación de no fidedigna, sosteniendo que la liquidación
evidencia un nuevo error y vicio, pues señala que el Servicio ha resuelto calificar como no
fidedignos los registros de su representado, habiendo sido el funcionario fiscalizador
quien, por su conveniencia, en el sentido de liberarse de estudiar debida y acabadamente
los antecedentes, ha calificado como no fidedignos los registros. Por otra parte, señala, la
calificación de no fidedigno efectuada para los registros de su representado, constituye
por esencia un acto administrativo, de esta forma, dicho acto administrativo debe cumplir
con ciertos y determinados requisitos los cuales en la especie no se verifican; debiendo
haberse efectuado mediante resolución por parte del Director Regional, ser fundada,
principio que desarrolla extensamente, motivada y notificada a su representado con
anterioridad a la emisión de las liquidaciones.
f.- 6. Respecto a la forma de pago de las facturas y lo dispuesto en el artículo 23
número 5 del DL 825, a juicio del reclamante se hace referencia a una norma legal
inexistente en nuestro ordenamiento jurídico, no existe el artículo 23 número 5 en el DL
825, lo que existe es el artículo 23 número 5 en la ley de Impuesto a las Ventas y
Servicios, el cual establece condiciones y situaciones especiales para efectos de utilizar el
crédito fiscal por impuesto al valor agregado.
Agrega que la norma en comento es una norma facultativa para el contribuyente,
ello en el sentido que el contribuyente puede pagar a sus proveedores las facturas en la
modalidad que lo desee, sin embargo, si surgieren situaciones fundadas que pudieran ser
objetados los créditos contenidos en tales facturas, dichos créditos fiscales no se pierden
si se han tomado determinados resguardos señalados en la norma.
De esta forma, el fiscalizador debe entender que el numeral 5 del artículo 23 de la
ley de Impuesto a las Ventas y Servicios es una opción que puede tomar el contribuyente
para respaldar sus créditos fiscales cuando dichas facturas sean impugnadas y tengan
riesgos de ser rechazados tales créditos. Por lo tanto, el fiscalizador no puede exigir a su
representado que pague de tal o cual forma sus obligaciones, hacerlo implicaría una
intromisión en las decisiones empresariales y un claro desapego a la ley. A mayor
abundamiento, la jurisprudencia refrenda el planteamiento expuesto, toda vez que las
facturas registradas por su representado no solo cumplen con las formalidades que
establece la ley sino que se encuentran amparadas en obligaciones que realmente
ocurrieron.
f.- 7. Alega que se ha vulnerado el Principio de la Buena Fe, en cuanto el
funcionario fiscalizador mediante sus dichos contenidos en la liquidación, califica las
facturas como ideológicamente falsas, imputando a su representado malicia en su actuar,
calificando soslayadamente a su representado como un delincuente tributario, a quien le
atribuye una conducta dolosa. Tales acusaciones formuladas por el fiscalizador sin
perjuicio de ser gravísimas e infundadas, van en contra de uno de los principios
fundamentales de nuestro ordenamiento jurídico el cual presume la buena fe de las
personas. Por lo tanto, luego de observarse la presunción de mala fe imputada por el
funcionario fiscalizador, dichas diligencias efectuadas por él deben ser dejadas sin efecto.
f.- 8. Facturas con membrete Abel Eduardo Ramos Diaz, RUT 4.355.587-1,
sostiene que el fiscalizador solo se limitó a señalar que la factura número 43, es falsa, por
cuanto supuestamente el original de dicha factura se encontraría nulo; el fiscalizador no
ha acreditado los supuestos hechos que pretende adjudicar a la sociedad, vulnerando las
normas del debido proceso en una clara transgresión contra su representado.
f.- 9- En cuanto a las liquidaciones nº 33-37, sobre impuesto a la renta, de
Humberto Alejandro Cáceres Herrera, RUT 4.488.981-1, sostiene que existiría una
errónea interpretación del artículo 21 de la Ley de Impuesto a la Renta, en cuanto
mediante las liquidaciones el funcionario fiscalizador pretende cobrar impuesto a su
representado por concepto de reintegro del artículo 97 del Decreto ley 824 del año 1974.
Al respecto, hace presente que el fiscalizador ha incurrido en otra ilegalidad toda vez que
pretende, infundadamente por cierto, que su representado reintegre sumas, las cuales no
tienen un fundamento legal, lo cual si llegara a verificarse constituirá además transgredir
un principio elemental de nuestro ordenamiento jurídico como ocurre con el
Enriquecimiento sin Causa. Así las cosas, la pretensión del funcionario fiscalizador se
ampara en una norma legal inexistente, toda vez que el Decreto Ley 824 del año 1974 no
tiene un artículo 97, por lo cual resulta ilógica la sola idea del funcionario fiscalizador de
cobrar a su representado un reintegro fundamentado en una norma legal que sólo existe
en su fuero interno.
Señala como un error en los argumentos señalados por el fiscalizador del Servicio
de Impuestos Internos, quien pretende determinar un impuesto a la renta en que no se
verifican los supuestos del hecho gravado en renta para la sociedad ni para los socios.
Cita los artículos 21 y 33 de la ley de la Renta e indica en relación al primero de ellos, la
ley señala que los conceptos gravados con las disposiciones del artículo 21 son los que
cumplan con los siguientes requisitos copulativos: Que correspondan a las partidas
señaladas en el Nº 1 del artículo 33; Que correspondan a retiros de especies o a
cantidades representativas de desembolsos de dinero; Que no deban imputarse al valor o
cotos de los bienes del activo. En relación con lo anterior uno de los requisitos para gravar
los conceptos con lo dispuesto en el artículo 21 de la ley sobre Impuesto a la Renta es
que correspondan a las partidas señaladas en el Nº 1 del artículo 33, que cita. Dicho lo
anterior, señala que los conceptos cuestionados por el Servicio de Impuestos Internos
corresponden a compras de existencias y por tanto costos de venta regulados por el
artículo 30 de la Ley de Impuesto a la Renta, y no por el artículo 31del citado cuerpo legal,
donde se detallan los gastos necesarios para generar la renta.
Sostiene que conforme el artículo 30 de la Ley de impuesto a la Renta, el
Legislador reconoce que el contribuyente podrá acreditar como costo directo el valor de
adquisición según la respectiva factura, contrato o convención. En este caso, si la factura
no es aceptada por el Servicio de Impuestos Internos como tal, el Servicio no puede negar
que el documento da cuenta de una convención en la cual una parte traspasa la
propiedad de los bienes a otra, fijando un precio. Agrega que en conformidad al derecho
que cita, no puede y no debe el Servicio desconocer la existencia de las facturas
registradas en la contabilidad de su representado, asimismo, tampoco puede desconocer
la existencia de un contrato de compraventa, y en consecuencia, no puede desconocer la
efectividad de las operaciones, aun cuando ello implique que puedan perder los incentivos
o bonificaciones por cumplimiento de metas en recaudación de impuestos.
Cita el artículo 21 del Código Tributario e indica que durante el proceso de
fiscalización la sociedad no sólo aportó las facturas cuestionadas por el Servicio, libros de
contabilidad, libros auxiliares y demás antecedentes solicitados por el funcionario, sino
que también puso a disposición de la autoridad aquellos antecedentes requeridos para
llevar a cabo la fiscalización. Por lo tanto, atendido que el contribuyente aportó a la
autoridad fiscalizadora, antecedentes necesarios para acreditar la veracidad de las
declaraciones de impuesto presentadas, no puede posteriormente el funcionario,
pretender desconocer tales hechos so pretexto de que tales antecedentes no serían
fidedignos.
f.- 10- En lo tocante a las facturas con membrete Abel Eduardo Ramos Díaz, RUT
4.355.587-1, expresa que el fiscalizador sólo se limitó a señalar que la factura número 43,
correspondiente al proveedor señor Abel Ramos Díaz, es falsa, por cuanto
supuestamente el original de dicha factura se encontraría nulo. Una vez más, se evidencia
que el fiscalizador no ha acreditado a su representado los supuestos hechos que pretende
adjudicar a la sociedad, vulnerando las normas del debido proceso en una clara
transgresión contra su representado. Por otra parte y en conformidad al principio de
economía procesal se remite a lo expuesto anteriormente y en la parte pertinente,
respecto al proveedor señor Humberto Cáceres.
f.-11. Existirían diferentes actos constitutivos de abusos del fiscalizador que
haciendo uso de su cargo, se niega a devolver la documentación entregada por su
representado en el proceso de fiscalización que derivó en la emisión de las liquidaciones
de impuestos; retiene indebidamente la documentación entregada por su representado en
el proceso de fiscalización que derivó en la emisión de las liquidaciones de impuestos; al
tenor de lo señalado en las liquidaciones de impuestos emitidas, califica a su
representado como un delincuente tributario; el funcionario fiscalizador arbitrariamente y
sin fundamentos califica como falsas material e ideológicamente las facturas del
proveedor señor Humberto Cáceres; el funcionario fiscalizador no acreditó a su
representado, como debió hacerlo, el hecho que las declaraciones de impuesto fueron
maliciosamente falsas, en una clara contravención a la Circular Nº 73 del año 2001,
emitida por el Director del Servicio; conforme a la información proporcionada al
fiscalizador, este debió cerrar el proceso de fiscalización absteniéndose de liquidar
impuestos por supuestas facturas falsas, lo cual evidencia que dicho funcionario sabia o
no podía menos que saber que no existen facturas falsas por parte de su representado.
A fojas 278 y siguientes, con fecha 17 de agosto de 2012, comparece don Claudio
Martinez Cuevas, Director Regional de la IV Dirección Regional La Serena del Servicio
de Impuestos Internos, y en su representación, evacuando el traslado de fojas 276, luego
de interponer excepciones dilatorias que ya fueron resueltas por el Tribunal, solicita el
rechazo del reclamo de autos en virtud de los siguientes argumentos:
a.- En primer lugar expone los antecedentes previos a las liquidaciones materia del
reclamo, señalando que tuvo su origen en la Notificación N° 12 de fecha 8 de junio de
2011, puesta en conocimiento de la reclamante mediante formulario 3301, folio 178900.
En respuesta a dicha notificación, la contribuyente puso a disposición del Servicio una
serie de antecedentes entre los que destacan libros de contabilidad, libros auxiliares de
contabilidad, facturas de proveedores. De la revisión efectuada a la documentación
puesta a disposición, se constató que en el Libro de Compra Venta, se encontraban
registradas una serie de facturas de proveedores, específicamente de don HUMBERTO
ALEJANDRO CÁCERES HERRERA y de don ABEL EDUARDO RAMOS DÍAZ para
respaldar las anotaciones registradas en su contabilidad y sustentar el crédito fiscal
utilizado en los periodos fiscalizados. Dichas facturas se encuentran individualizadas en el
numeral uno, de los antecedentes de la Citación N° 14 de 6 de octubre de 2011 como
asimismo en las Liquidaciones impugnadas. Mediante cruces de información efectuadas
por el Servicio, se constató que correspondían a facturas falsas, debido a que el
contribuyente Humberto Alejandro Cáceres Herrera, RUT 4.488.981-1, emitió dichas
facturas a otros contribuyentes, en otras fechas y por montos muy inferiores a los
consignados en las facturas que registra la contabilidad de la XXXX. Asimismo, respecto
de las facturas de don Abel Eduardo Ramos Díaz, mediante informe de verificación de
documentos evacuado por el Servicio, se estableció que la factura individualizada
correspondía a una factura falsa, debido a que el contribuyente Abel Ramos Díaz, RUT
4.355.587-1, emitió esta factura a otro contribuyente, en otra fecha y por montos muy
inferiores a los consignados en las factura que registra la contabilidad de la XXXX. Como
consecuencia de dichas verificaciones, se procedió a notificar Citación N° 14 de 6 de
octubre de 2011, a través de la cual se le comunicaron las diferencias detectadas por el
Servicio respecto al Impuesto a las Ventas y Servicios de los periodos tributarios marzo
de 2008 a febrero de 2011, como también las diferencias en Impuesto de Primera
Categoría de los años tributarios 2009, 2010 y 2011.
Con fecha 18 de noviembre de 2011, la contribuyente dio respuesta a la Citación
practicada, aportando antecedentes, sin embargo, como las diferencias de impuestos
comunicadas a la contribuyente mediante la Citación no fueron aclaradas, el Servicio
procedió a notificar las Liquidaciones actualmente reclamadas en autos.
b.- En cuanto a los fundamentos del reclamo, señala que el reclamo es
improcedente y se hace cargo de las pretensiones que realiza el reclamante, en la forma
que a continuación se resume:
b.-1. En cuanto a la Acción de nulidad de derecho público.
b.-1.1) Respecto a la supuesta falta de investidura del Jefe de Unidad de Ovalle,
atendido que en el Diario Oficial del día 18 de agosto de 1992, la Res. Ex. N° 4472 en la
que se le delegan una serie de facultades a la Jefe de Unidad de Ovalle, no fue publicada;
además de que la acción de nulidad de derecho público no puede ser ventilada ante los
Tribunales Tributarios y Aduaneros, la alegación de la reclamante no sería efectiva, en
atención a que la resolución delegatoria del Jefe de la Unidad de Ovalle, si fue publicada
en el Diario Oficial, por lo que la supuesta falta de investidura no es tal, no obstante que
admite que la fecha de publicación en el Diario Oficial señalada en la Citación no es la
correcta, sino que esta corresponde a la fecha de emisión de la resolución exenta
delegatoria de facultades. La publicación en el Diario Oficial de la resolución aludida se
verificó con fecha 2 de septiembre de 1992, por lo que la funcionaria cuestionada tiene
facultades delegadas, y el error en que incurrió la Administración Tributaria al
individualizar incorrectamente la resolución delegatoria, no es de aquellas causales
consideradas en el inciso 1° del artículo 7° de la Constitución Política de la República,
esto es falta de investidura, incompetencia, o faltas en las formas procedimentales y
externas, como constitutivas de nulidad de derecho público, por lo que corresponde
rechazar la acción de nulidad intentada por la reclamante respecto a la falta de investidura
de la Jefe de Unidad de Ovalle. Además, el artículo 49 de la Ley 19.880 zanja la dificultad,
ya que los actos publicados en el Diario Oficial se tienen como auténticos y oficialmente
notificados, no existiendo perjuicio alguno para la reclamante. Luego explica que
solamente deben tomarse en consideración las gravísimas infracciones legales para que
se proceda a declarar la nulidad.
b.-1.2) En lo que respecta a la nulidad de las declaraciones juradas prestadas ante
funcionarios del Servicio que supuestamente no tendrían la calidad de ministros de fe,
sostiene el Servicio que el artículo 86 del Código Tributario señala que los funcionarios del
Servicio, nominativa y expresamente autorizados por el Director, tendrán el carácter de
ministros de fe, para todos los efectos de este Código y las leyes tributarias. Por su parte,
el artículo 51 del DFL N° 7 de 1980, indica que los funcionarios pertenecientes a la planta
de Fiscalizadores, tendrán de pleno derecho el carácter de ministro de fe, para todos los
efectos que señala el artículo 86º del Código Tributario. Finalmente, el artículo 3° de la
Ley 19.226 establece que para los efectos de lo dispuesto en el artículo 156 de la Ley N°
18.834, se establece que cumplen funciones fiscalizadoras, en el Servicio de Impuestos
Internos, las Jefaturas grado 9 de la Planta de Directivos, el personal de la Planta de
Fiscalizadores, el personal de la Planta de Profesionales y el personal contratado
asimilado a una de estas dos últimas Plantas. Al personal que cumple funciones
fiscalizadoras le será aplicable lo dispuesto en el artículo 51 de la Ley Orgánica del
Servicio de Impuestos Internos, aprobada por el decreto con fuerza de ley N°7, de 1980,
del Ministerio de Hacienda. Por consiguiente, verificándose que en virtud de la ley, los
funcionarios actuantes ostentan la calidad de ministros de fe, no cabe duda alguna de que
las alegaciones impetradas por la reclamante son absolutamente improcedentes,
debiendo en consecuencia desestimarse la acción de nulidad de derecho público
intentada por este argumento.
b.-2. Respecto de la nulidad absoluta de derecho privado. Insiste en que esta
acción no puede ser ventilada ante los Tribunales Tributarios y Aduaneros en atención a
que estos últimos no tienen la competencia necesaria para conocer dicha materia.
Atendiendo a que la reclamante fundamenta en los mismos hechos la nulidad absoluta de
derecho privado, da por reproducidas las defensas en ese sentido.
b.-3. En relación a la prescripción de la acción fiscalizadora. Sostiene que, sin
perjuicio de las imprecisiones en el planteamiento, ya alegadas y resueltas en el curso de
la tramitación de las propias Liquidaciones reclamadas se desprende que el plazo
aplicado es el del inciso segundo del artículo 200 del Código Tributario, esto es, el plazo
extraordinario de prescripción, atendiendo a que las declaraciones presentadas por el
contribuyente son maliciosamente falsas.
En cuanto a que las declaraciones no son maliciosamente falsas, indica que, tal
como lo establece la Circular N° 73 de 2001, al contrario de lo señalado por la reclamante
en su libelo, en materia tributaria no se requiere acreditar un dolo específico, haciendo
aplicables las instituciones del Derecho Penal. En este sentido, tal como lo ha resuelto la
Excelentísima Corte Suprema, “en este caso se trata de una malicia de orden civil, esto
es, el conocimiento de estar adjuntando documentos (facturas) no fidedignos o falsos y no
una malicia penal, que constituye un elemento subjetivo del tipo criminal respectivo y que,
contrariamente a lo que ocurre en esta materia, ha de ser probado…”. En el mismo orden
de ideas, el supremo tribunal en causa Rol N° 2765-2005, resolvió que la malicia que
exige la ley tributaria es distinta de la penal, y consiste en la conciencia que tiene el
contribuyente de que está adjuntando documentos no fidedignos o falsos, o que está
ocultando antecedentes con el objeto de disminuir sus impuestos. (UGALDE, GARCÍA, La
prescripción en materia tributaria, Ed. Legal Publishing, p. 30).
Sin perjuicio de lo anteriormente expuesto, si de todas formas se exigiera un
estándar propio del Derecho Penal para acreditar la presentación de declaraciones
maliciosamente falsas, dicho estándar se ve absolutamente cumplido en el caso de autos.
El Servicio aplicó en el caso que nos convoca la prescripción extraordinaria del artículo
200 del Código Tributario, ya que evidentemente las declaraciones son maliciosamente
falsas. En este punto es preciso recordar que el dolo es un elemento propio del fuero
interno de la persona que por lo mismo es imposible de probar, sin embargo, es atribuible
por los actos externalizados por el mismo individuo. En la especie, de las diligencias
desplegadas por el Servicio se habría constatado que las declaraciones presentadas por
la reclamante son maliciosamente falsas, atendido a que evidentemente estas últimas
están sustentadas en crédito fiscal respaldado en facturas falsas. Del conjunto de
elementos tenidos a la vista por la Administración Tributaria en el caso en particular, no
cabe duda alguna de que dichas declaraciones fueron presentadas maliciosamente,
constando la conciencia que tuvo la contribuyente de estar adjuntando documentos falsos,
con el objeto de disminuir sus impuestos.
Como consecuencia de lo anterior, es evidente que lo señalado por la
contribuyente al decir que el Servicio pretendió invertir la carga probatoria,
resguardándose en el artículo 21 del Código Tributario endilgándole la obligación de
acreditar la efectividad de las operaciones no es efectivo. Claramente el Servicio llevó
adelante todas las diligencias necesarias para acreditar la falsedad de las facturas
incluidas en la contabilidad de la reclamante.
b.- 4. En cuanto al fondo de las liquidaciones practicadas.
b.- 4.1. En relación a la Declaración Jurada 3323 sobre resumen de IVA de
compras y ventas, teoría de los actos propios y consecuencias de dicha teoría. Señala
que la argumentación esgrimida por la reclamante carece de todo sustento, ya que la
declaración jurada 3323 tiene como objetivo procurar una mayor eficiencia en el manejo
de la información y ejercer un mejor control sobre las operaciones informadas por los
contribuyentes, para el cumplimiento de los fines del Servicio, tal como lo señala el
considerando 7° de la Res. Ex. N° 86 de 2007. Por otra parte, según el artículo 6 del
Código Tributario, corresponde al Servicio de Impuestos Internos el ejercicio de las
atribuciones que le confiere su Estatuto Orgánico, el presente Código y las leyes y, en
especial, la aplicación y fiscalización administrativa de las disposiciones tributarias. De lo
anterior se desprende que la declaración jurada citada es sólo un medio más para
fiscalizar de la mejor forma posible el correcto cumplimiento de las obligaciones tributarias
de los contribuyentes y no constituye, de manera alguna, un proceso de fiscalización
terminal. Entender la presentación de dicha declaración de esa forma sería desnaturalizar
absolutamente su objetivo. Agrega que no existe fundamento para las alegaciones
respecto de los actos propios y reitera que la declaración jurada 3323 no constituye la
instancia propicia para calificar la procedencia o no de los créditos fiscales o la correcta
declaración de los débitos fiscales, sino más bien, es un elemento más que tiene en
cuenta la Administración Tributaria para la correcta fiscalización del cumplimiento
tributario de los contribuyentes.
b.- 4.2. Respecto de la supuesta falsedad ideológica de las Liquidaciones
impugnadas por consignar en la esquina del documento III Dirección Regional La Serena.
En primer término señala que sostener que un acto administrativo es falso
ideológicamente, es una aseveración que no resiste mayor comentario. En cuanto a la
nulidad del acto administrativo, expresa que una concepción irrestricta del principio de
legalidad lleva a la conclusión de que cualquier vicio en un elemento del acto
administrativo acarrearía una nulidad y por lo tanto la pérdida de eficacia y extinción del
acto administrativo; por lo que solamente deben tomarse en consideración las gravísimas
infracciones legales para que se proceda a declarar la nulidad.
b.- 4.3. Descargos respecto de las facturas con membrete Humberto Alejandro
Cáceres.
Respecto de la falsedad material, indica que consta de la Citación N° 14 como de
las propias Liquidaciones reclamadas, que se puso en conocimiento de la contribuyente
en todo momento las circunstancias por las cuales las facturas involucradas fueron
calificadas como falsas, por lo que la aseveración de la actora en cuanto a que no se le
notificaron, no tiene sustento alguno y que el presente procedimiento jurisdiccional es
precisamente la instancia propicia para que efectúe los descargos que estime
conveniente, no existiendo vulneración alguna a las normas del debido proceso.
Respecto de los fundamentos para calificar las facturas de materialmente falsas,
consistirían en que mediante verificaciones de facturas efectuadas por el Servicio, se
constató que las facturas individualizadas en las Liquidaciones, corresponden a facturas
que el contribuyente Humberto Alejandro Cáceres Herrera, RUT 4.488.981-1, no emitió y
fueron declaradas por la XXXX. Esto se concluye así porque las facturas originales
(verdaderas), fueron emitidas a otros contribuyentes, efectivamente clientes del Sr.
Humberto Cáceres Herrera, en otras fechas, por otros montos y con un formato y
características distintas a las facturas registradas por XXXX. Así constaría del duplicado
de la factura con esa numeración que aportó el emisor, junto con la copia autorizada del
folio del libro de ventas donde se registró y de la hoja inicial del mismo en la que consta el
lugar y fecha en que fue timbrado por el Servicio de Impuestos Internos, y del formulario
29 del período correspondiente, información que fue de la misma forma confirmada por el
proveedor, mediante declaración jurada de fecha 21/10/2011.
Desde el punto de vista formal, los membretes de las facturas registradas en su
contabilidad, con el nombre Humberto Alejandro Cáceres Herrera, no corresponden a las
facturas originales, las fechas de vigencia, imprentas, disposición de los recuadros, tipo
de letra, entre otras características, son falsas y no corresponden con las facturas
efectivamente emitidas por el Sr. Humberto Cáceres. Además, las facturas originales se
encuentran escritas a mano, en cambio las facturas registradas en su libro de compra se
encuentran escritas a máquina.
El timbre seco que detentan no es del Servicio de Impuestos Internos, ya que las
facturas efectivamente timbradas por la Dirección Regional Santiago Centro registran, en
su mayoría, los cuños N° 191 y 122, en cambio, el cuño que se impuso a las facturas
dubitadas no corresponden al formato utilizado por este Servicio (el tipo de letra, sellos) y
el número de cuño que se logra distinguir en algunas facturas corresponde al 182, el cual
no es utilizado por esa Dirección Regional del Servicio de Impuestos Internos.
Conforme a lo indicado por la contribuyente, las facturas dubitadas fueron
debidamente consultadas mediante su verificación en la página web del Servicio, las que
se encontraban autorizadas. Sin embargo, entre la fecha de la consulta y la fecha de
autorización de las facturas verdaderas, transcurrió al menos un año, por ejemplo se
realizó la consulta de la factura N° 37.995 con fecha 25/11/2010 y la página Web del
Servicio de Impuestos Internos indica que la factura fue timbrada con fecha 26/02/2009,
es decir la factura se timbró 21 meses antes de su consulta.
De acuerdo al registro impuesto a cada una de las facturas y a las declaraciones
juradas tomadas al representante legal, don Luigino Eccher Barraza y a la Jefa del Depto.
de Pago de Proveedores de la empresa, doña Miriam Santander Mundaca, el pago de las
facturas se habría realizado en efectivo. Asimismo, el representante legal de la empresa,
indicó que los pagos nunca fueron efectuados al proveedor indicado en la factura, el Sr.
Humberto Cáceres, sino que a un vendedor de nombre Gastón Rojas, de quien no se
aportó ningún documento o antecedente que acredite que actuaba en representación del
Sr. Humberto Cáceres, ni del recibo de dichos pagos. A su vez, don Gastón Rojas,
declaró desconocer al proveedor Humberto Cáceres. En consecuencia, la contribuyente
no adoptó las medidas de resguardo señaladas en el N° 5 del artículo 23 de la Ley del
IVA.
En relación a la falsedad ideológica de los documentos tributarios, y con el ánimo
de poder determinar la efectividad de las operaciones consignadas en las facturas
impugnadas, el Servicio revisó y analizó el proceso de recepción y registro, en los
inventarios de la empresa, de las mercaderías consignadas en los documentos tributarios
dubitados. En primer término, en las declaraciones juradas de fecha 04/11/2011 y
01/03/2012 prestadas ante funcionarios del Servicio, el Sr. Luis Raffo Jorquera, Jefe de
Bodega de la XXXX., indicó que desde el año 1999 trabaja en tal calidad para la
contribuyente, y de acuerdo a sus propios dichos, al exhibírsele todos y cada uno de los
originales y triplicado control tributario de las facturas impugnadas con membrete del
proveedor Humberto Cáceres Herrera, reconoció su firma estampada en cada una de
ellas. En lo pertinente declaró: “Sí, reconozco la firma y el timbre estampado en cada una
de las facturas, es mía, la cual suscribí al momento de recibir la mercadería en la bodega
de la XXXX ubicada en Laura Pizarro N° 1130, no recuerdo la fecha exacta, pero debiese
ser cercana a la fecha que aparece indicada en la factura”, indicó además que él recibió
personalmente las mercaderías detalladas en las facturas que registran su timbre y firma.
Se constató que el Triplicado Control Tributario de las facturas con membrete de
Humberto Cáceres Herrera N° 35255, 35258, 35263, 35268, 35273, 35278, 35282, 35287,
35291, 35295, 35297, 35299, 35401, 35404, 35408, 35411, 35414, 35417, 35421, 35424,
35427, 35430, 35434, 35437, 35506, 35509, 35511, 35513, 35515, 35518, 35523, 35524,
35533, 35536, 35536, 35553, 35554, 35558, 35563, 35568, 35573, 35578, 35582, 35590,
35596, 35598, 35600, 35707, 35710, 35713, 35715, 35723, 35727, 35731, 35737, 35743,
35851, 35852, 35857, 35861, 35863, 35868, 35870, 35873, 35877, 35880, 35883, 35887,
35890, 35896, 36101, 36103, 36106, 36109, 36111, 36115, 36117, 36120, 36123, 36129,
36131, 36135, 36140, 36144, 36150, 36201, 36208, 36216, 36223, 36228, 36235, 36240,
36250, 36363, 36368, 36375, 36378, 36390, 36393, 36395, 36400, 36458, 36460, 36463,
36470, 36473, 36481, 36485, 36490, 36493, 36495, 37004, 37008, 37011, 37015, 37018,
37022, 37026, 37029, 37033, aportadas por la contribuyente con anterioridad a la
notificación de las Liquidaciones impugnadas y con anterioridad a la entrega de los
respectivos originales, no se encuentran ni con el timbre ni con la firma del Sr. Luis Raffo,
lo cual indica claramente que dichas firmas y timbres fueron impuestas a las facturas con
posterioridad a la notificación N° 12 del 08/06/2011, momento en el cual fue informado de
los cuestionamientos efectuados a las referidas facturas. Por tanto, queda de manifiesto
que las declaraciones efectuadas por el Sr. Raffo, respecto de la recepción de las
mercaderías, no podrían corresponder a la verdad o al menos son inconsistentes, ya que
no es posible que al firmar estas facturas no se copie en el triplicado control tributario,
más aún que esta situación sólo ocurra en los triplicados obtenidos por el Servicio con
anterioridad a la notificación en la cual se objetaron las referidas facturas. Por otra parte,
al ser consultado por esta situación el Sr. Raffo indicó en una primera declaración que no
sabría dar una explicación y luego en la segunda declaración jurada indicó que ello se
podría deber a que trabajaba en terreno y que probablemente se metió otro papel
entremedio de las facturas o porque el proveedor le entregaba sólo el original y se
quedaba con los restantes para verificar la carga, respuestas que resultan inverosímiles a
la luz de los hechos expuestos.
El 57% de las facturas impugnadas consignan productos genéricos, sin detallar
marca u otra característica que los pueda identificar, como por ejemplo “AZUCAR 10X1
KILO”. Con esta descripción es imposible determinar de qué producto se trata, por lo cual,
se le consultó al Sr. Raffo sobre la certidumbre en cuanto a las mercaderías que
recepcionaba con la factura y la orden de compra, correspondían a las efectivamente
solicitadas, y no, por ejemplo, de otra marca. Al respecto indicó que a él sólo le interesaba
la cantidad y el tipo de producto, no recordaba si se le daba la especificación de los
productos, lo que si recuerda, era que los productos del mismo tipo eran de la misma
marca.
En las declaraciones juradas detalladas anteriormente el Sr. Miguel Raffo no
identificó a ningún transportista, empresa de transporte, camión, chofer, auxiliar, guías de
despacho ni ningún otro antecedente respecto del traslado y recepción de las
mercaderías. A mayor abundamiento, el timbre y la firma mediante los que se pretende
acreditar la recepción de las mercaderías no registra fecha.
Por otra parte, los kárdex de inventario (tarjetas de existencia), presentados por la
contribuyente, con el ánimo de acreditar que las mercaderías consignadas en las facturas
impugnadas ingresaron a su empresa y fueron vendidas en sus salas de venta,
comprenden 265 productos, entre los meses de enero de 2008 a diciembre de 2010. De la
revisión y análisis realizado por el Servicio se estableció que estos registros presentan las
siguientes inconsistencias y errores: En el 24% de los registros, el saldo final que muestra
el Kárdex no coincide con el saldo del inventario final consignado en el Libro de Inventario
y Balance para los años comerciales 2008, 2009 y 2010 presentados por la contribuyente
en hojas sueltas timbradas. Además, el 60% de los registros muestran un saldo final igual
a cero. De los 265 productos, sólo 65 se repiten de un año a otro y de éstos, en promedio
para los 3 años revisados, sólo el 54% coincide el saldo final de un año con el saldo inicial
del año siguiente. El 47% de los registros no presenta saldo anterior, comienzan con
compras de Humberto Cáceres Herrera. De una muestra aleatoria de 97 productos
consignados en las facturas impugnadas se constató que en promedio el 19% de ellos no
se encuentra registrado en los Kárdex. En algunos registros existen errores en cuanto a
que la cantidad de unidades indicada en la factura no coincide con la cantidad registrada
en los Kárdex, la fecha de registro no coincide con la fecha de factura, salidas de
inventario que indican ventas a Humberto Cáceres Herrera, kárdex con saldos negativos,
salidas de inventario de montos importantes justificados con boletas de venta, etc.
Finalmente, los registros de existencia puestos a disposición se encuentran impresos en
hojas sueltas sin timbrar, aportados con posterioridad a las notificaciones de
requerimiento de antecedentes y la Citación efectuada al contribuyente.
En relación a la forma de pago, de acuerdo a las declaraciones juradas tomadas al
representante legal, don Luigino Eccher Barraza y a la Jefa del Depto. de Pago de
Proveedores de la empresa, doña Miriam Santander Mundaca, con fecha 31/08/2011 y
01/03/2012 respectivamente, el pago de las facturas impugnadas se habría realizado en
efectivo. Al respecto el N° 5 del Art. 23 de la Ley del IVA establece que no darán derecho
a crédito los impuestos recargados o retenidos en facturas no fidedignas o falsas o que no
cumplan con los requisitos legales o reglamentarios y en aquellas que hayan sido
otorgadas por personas que resulten no ser contribuyentes de este impuesto. Lo anterior
no se aplica cuando el pago de la factura se haga dando cumplimiento a las normas de
resguardo que en la misma norma se señalan. Durante el proceso de fiscalización no se
acreditó que el pago de las facturas falsas impugnadas se haya realizado conforme a lo
establecido en la normal legal antes citada, más aún, no se acreditó que tales pagos se
realizaron, ya sea en efectivo u otro medio de pago. Así constaría de la respuesta a la
Citación efectuada por este Servicio, en que la contribuyente indica que el pago de las
facturas impugnadas se efectuó en efectivo, acreditando el pago mediante la firma y el
timbre que la Sra. Miriam Santander, Jefa del Depto. de Pagos a Proveedores, estampado
en las facturas. Por lo anterior, se procedió a tomar declaración jurada a la Sra. Miriam
Santander, con fecha 01/03/2012, quien declaró que efectivamente reconocía la firma y el
timbre, lo cual significaba que esta factura se pagó en efectivo y la fecha escrita en el
timbre indica el día efectivo de pago o el día de disponibilidad de fondos. Indicó además
que el plazo promedio en el que se paga una factura en efectivo era de 2 a 3 días desde
que se recibe la factura en bodega, ya que antes de pagar se debe esperar que la factura
ingrese en contabilidad, para su registro, luego revisar el ingreso a bodega (timbre de
recepción, devoluciones, etc.), para solicitar los dineros que correspondan. Agrega el
Servicio al respecto que resultan inconsistentes las declaraciones de la Sra. Miriam
Santander, en cuanto a que una factura se pueda pagar en efectivo dentro de los tres
días; como también resulta inconsistente con lo declarado por el Sr. Gastón Rodolfo Rojas
Ahumada, con fecha 28/11/2011, vendedor de las mercaderías y la persona que recibía
los pagos, ya que en su declaración jurada indica que se le pagaban dos o tres facturas,
las cuales se les acumulaban al pasar el tiempo. Agrega que en la declaración jurada
tomada a la Sra. Miriam Santander y en la respuesta a la Citación N° 14 de fecha 06 de
octubre de 2011, se pretende acreditar que las firmas y timbre estampados en las facturas
impugnadas fueron realizadas cuando se efectuó el pago o se dispusieron los dineros
para realizar dicho pago, sin embargo el Servicio constató que el Triplicado Control
Tributario de las facturas con membrete de Humberto Cáceres Herrera, aportadas por la
contribuyente con anterioridad a la notificación que da cuenta la Liquidación y con
anterioridad a la entrega de los respectivos originales, no se encuentra el timbre ni la firma
de la Sra. Miriam Santander, de igual modo que respecto a las firmas del Sr. Raffo, lo cual
indica claramente que dichas firmas y timbres fueron impuestas a las facturas con
posterioridad a la notificación N° 12 del 08/06/2011, momento en el cual es informado de
los cuestionamientos efectuados a las referidas facturas.
La Sra. Miriam Santander indica en su declaración jurada que los dineros que se
sacaban para los pagos quedaban registrados en el informe resumen de cuadraturas de
caja. Al respecto se revisaron y analizaron los resúmenes de cuadraturas de caja
aportados por la contribuyente y se estableció que en dichos documentos no existe
ningún registro de egresos, pagos o salidas de dinero que permitan establecer que
efectivamente hubo un salida de caja, estos registran sólo el monto de dinero que se
recaudaba diariamente por las cajas del supermercado. A mayor abundamiento, de la
revisión del Libro Diario y Mayor de los años comerciales 2008, 2009 y 2010 aportados
por la contribuyente, se constató que no existe un registro cronológico de los pagos ni de
las compras, sólo se centraliza una vez al mes el libro auxiliar de compra, incluso, para el
año 2008, esta centralización se realiza una vez al año con fecha 31/12/2008 y la cuenta
contable contra la cual se registra las mercaderías compradas es “proveedores” la cual
corresponde a un pasivo, por tanto, en ningún caso la contabilidad refleja pagos en
efectivo de mercaderías adquiridas, más aún, esta última cuenta era regularizada una vez
al año por los pagos efectuados a los proveedores, sin detalle de qué proveedores se
pagaban y cuáles quedaban pendientes.
En consideración a las inconsistencias que muestran los registros aportados por la
contribuyente, el Servicio los calificó como no fidedignos, por lo cual no es posible
otorgarle validez, menos aún para acreditar que las operaciones impugnadas se
realizaron, que las mercaderías efectivamente ingresaron a la empresa y que fueron
efectivamente vendidas en sus salas de venta.
b.- 4.4. Descargos respecto de factura de proveedor Abel Eduardo Ramos Díaz.
Señala el Servicio que mediante informe de verificación de documentos se estableció que
la factura individualizada corresponde a una factura falsa, debido a que el contribuyente
Abel Eduardo Ramos Díaz, RUT 4.355.587-1, registra la factura N°43 como nula,
desconociendo como cliente a la XXXX, conforme a su declaración de fecha 17/08/2010,
según detalle. Como consecuencia de lo anterior, este Servicio calificó la factura detallada
como material e ideológicamente falsa, toda vez que no se ha acreditado la efectividad de
las operaciones en ella consignadas, y en respuesta a la Citación efectuada con fecha
06/10/2011, el contribuyente no aportó mayores antecedentes que permitieran desvirtuar
tal calificación.
b.- 4. 5. En cuanto a las Liquidaciones N° 33 a 37 sobre Impuesto a la Renta. En lo
referente a la alegación en orden a que el artículo 97 del D.L. 824/74 no existe, señala
que cualquier error existente en un acto administrativo no es causal suficiente para su
anulación. Respecto a la inaplicabilidad del artículo 21 de la Ley sobre Impuesto a la
Renta, señalando que en el caso de autos el rechazo corresponde a costos y no a gastos,
no tiene asidero alguno según el Servicio; en cuanto el artículo 31 de la Ley sobre
Impuesto a la Renta establece que “la renta líquida de las personas referidas en el artículo
anterior se determinará deduciendo de la renta bruta todos los gastos necesarios para
producirla que no hayan sido rebajados en virtud del artículo 30, pagados o adeudados,
durante el ejercicio comercial correspondiente, siempre que se acrediten o justifiquen en
forma fehaciente ante el Servicio”. Por otra parte, la letra g) del N° 1° del artículo 33 de la
misma Ley, indica que “se agregarán a la renta líquida las cantidades cuya deducción no
autoriza el artículo 31”, además el Art. 30 de la norma legal citada precedentemente
establece que “la renta bruta de una persona natural o jurídica que explote bienes o
desarrolle actividades afectas al impuesto de esta categoría en virtud de los Nºs.1, 3, 4 y 5
del artículo 20, será determinada deduciendo de los ingresos brutos el costo directo de los
bienes y servicios que se requieran para la obtención de dicha renta. En el caso de
mercaderías adquiridas en el país se considerará como costo directo el valor o precio de
adquisición, según la respectiva factura, contrato o convención.…”, por tanto, debido a
que las facturas impugnadas corresponden a facturas material e ideológicamente falsas,
de las cuales no se ha acreditado la efectividad de las operaciones, así como tampoco el
contrato o convención que dé cuenta de los gastos en ellas consignados, la contribuyente
no tiene derecho a utilizar el costo o gasto amparado en ellas, toda vez que no ha
acreditado fehacientemente dicho gasto o costo. Por otra parte, el artículo 21 de la Ley
sobre Impuesto a la Renta, establece que los empresarios individuales y las sociedades
que determinen la renta imponible sobre la base de la renta efectiva demostrada por
medio de contabilidad, deberán considerar como retiradas de la empresa, al término del
ejercicio, independiente del resultado tributario del mismo, todas aquellas partidas
señaladas en el Nº 1° del artículo 33, que corresponden a retiros de especies o a
cantidades representativas de desembolsos de dinero que no deban imputarse al valor o
costo de los bienes del activo. Por tanto, los gastos o costos rechazados de acuerdo a lo
establecido en el párrafo anterior deben considerarse retirados de la empresa al término
de los ejercicios respectivos. En este orden de ideas, la distinción entre gasto y costo
esgrimida por la reclamante es propia de operaciones regulares y lícitas. Por lo tanto, es
insostenible plantear que determinados egresos contabilizados como gastados por la
empresa, pero que se justificaron con documentación falsa, son costos y no gastos y que
no pueden presumirse retirados.
b.- 4. 6. Respecto de la supuesta prohibición que recae sobre el Servicio de
Impuestos Internos a juicio del reclamante, sostiene este último en su respuesta que el
acto administrativo que supuestamente no existió, en que se efectuara la calificación de
no fidedignos los antecedentes del contribuyente, si existió y es la Citación N° 14,
antecedente previo de las Liquidaciones reclamadas y en ella se señala con negrita la cita
al inciso segundo del artículo 21 del Código Tributario.
b.- 4. 7. En cuanto a las alegaciones referidas a la relación entre resultados
tributarios; el Servicio se remite a lo expresado con anterioridad, en lo relativo al rechazo
de los créditos fiscales sustentados en facturas material e ideológicamente falsas.
Antecedentes del proceso:
El reclamante presentó la siguiente documentación fundante de su solicitud: Copia
Liquidación N° 01 a la 37 que rola a fojas 1 y siguiente; Copia Citación N° 14 que rola a
fojas 24 y siguiente; Copia de respuesta a la Citación que rola a fojas 40 y siguiente;
Copia RAV (recurso de reposición administrativa) que rola a fojas 93 y siguiente; Copia de
Resolución EX. N° 13385 que rola a fojas 105 y siguiente; Copia de declaración jurada de
don Rodrigo Leiva Gómez a don Luigino Eccher Barraza que rola a fojas 122 y siguiente;
Copia de Declaración jurada de Rodrigo Leiva Gómez y Marcela Julio Alvarado a doña
Miriam Santander Mundaca que rola a fojas 125 y 126; Copia de declaración jurada de
Rodrigo Leiva Gómez a don Luis Raffo Jorquera que rola a fojas 127 y siguiente; Copia de
Resolución EX. N° 2464 que rola a fojas 131 y siguiente; Circular N° 73 que rola a fojas
136 y siguiente; Sumario del Diario Oficial de República de Chile que rola a fojas 158;
Copia de Consulta de estado de declaración jurada N° 3323 que rola a fojas 159 y
siguiente; Mandato Judicial que rola fojas 166 y 167; Copia de Oficio N° 53 que rola a
fojas 298 y 299; Copia de la sentencia dictada con fecha 26 de diciembre de 2011 por
Tribunal Tributario y Aduanero de la Región de Coquimbo que rola a fojas 300 y siguiente;
Copia Circular N° 73 del 11 de octubre del 2001 que rola a fojas 435 y siguiente;
Certificado de envío de carta certificada a testigo de fecha 12 de octubre de 2012 que rola
a fojas 620; Certificado de envío de carta certificado a testigo de fecha 25 de octubre de
2012 que rola a fojas 621; Informe evacuado por el Perito Judicial señor Hugo Gallardo
Santibáñez que rola a fojas 638 y siguiente; Informe evacuado por Perito Judicial señor
Fernando Garrido Gandolfo que rola a fojas 660; Copia de las consultas efectuadas por su
representada, respecto al timbraje de las facturas del proveedor señor Humberto Cáceres
que rola a fojas 661 y siguiente; Copia de las consultas sobre declaraciones jurada 3323
que rola a fojas 680 y siguiente; Listado de funcionarios del Servicio de Impuestos
Internos que rola a fojas 691 y siguiente; Copia del sumario del Diario Oficial de la
República de Chile de fecha 18 de agosto de 1992 que rola a fojas 705; Copia autorizada
del Diario Oficial de la República de Chile del día 2 de septiembre de 1992 que se publicó
la Resolución N° 4472 que rola a fojas 706 y 707; Tres archivadores con facturas
originales de diferentes proveedores que rola a fojas 708; Declaraciones Juradas de Don
Luigino Eccher prestadas ante el funcionario del Servicio de Impuestos Internos que rola a
fojas 709 y siguiente; Circular SII N° 8 de fecha 14 de enero de 2010 que rola a fojas 712
y siguientes.
Por su parte, el Servicio de Impuestos Internos presentó la siguiente
documentación en apoyo de sus alegaciones: Copia autorizada de Res. Ex. N° 4472 que
rola a fojas 520 y siguiente; Copia de sumario del Diario Oficial N° 34357 que rola a fojas
528; Copia de Resolución SIIPERS N° 147 que rola a fojas 529; Copia de Resolución
SIIPERS N° 209 que rola a fojas 530; Planilla Excel con análisis de productos
identificados en las facturas cuestionadas que rola a fojas 537 y siguiente; Planilla Excel
con análisis de saldos de inventario que rola a fojas 544 y siguiente; Carpeta de Auditoria
que rola a fojas 570; Archivador de facturas Originales desde N° de factura 34450 hasta
N° 37033 que rola a fojas 571; Archivador de Facturas Originales desde de factura N°
37108 hasta N° 38730 que rola a fojas 572; Registro de asistencia del personal de XXXX.
entre el 01/01/2008 al 31/12/2010 que rola a fojas 573; Libro de compra en hojas sueltas
timbradas periodo enero a diciembre del 2008 que rola a fojas 574; Libro de compra en
hojas sueltas timbradas periodo enero a diciembre 2009 que rola a fojas 578; Libro de
compra en hojas sueltas timbradas periodo enero a diciembre 2010 que rola a fojas 579;
Libro de compra en hojas sueltas timbradas periodo enero a abril 2011 que rola a fojas
580; Libro FUT timbrado con fecha 18/10/2005, con registro de anotaciones desde A.T.
2006 hasta el A.T. 2010 que rola a fojas 581; Libro diario en hojas sueltas timbradas
01/01/2008 al 31/12/2008, 01/01/2009 al 31/12/2009, 01/01/2010 al 31/12/2010 que rola a
fojas 582; Libro mayor en hojas sueltas timbradas 01/01/2008 al 31/12/2008, 01/01/2009
al 31/12/2009, 01/01/2010 al 31/12/2010 que rola a fojas 583; Libro inventario balance en
hojas sueltas, con inventario al 31/12/2008 al 31/12/2009 al 31/12/2010 que rola a fojas
584; Balance de los años comerciales 2008, 2009, 2010 que rola fojas 585; Resúmenes
de cuadratura de caja aportadas por el contribuyente la cual consta en 3 libros que
comprenden el período entre el 02/01/2008 al 31/12/2010 que rola a fojas 586; Informe
verificación de documentos N° 149-1,114, 228-1, 221-1 que rola a fojas 587; Kárdex de
productos (inventario) aportado por la XXXX. que rola fojas 588; oficio N° 3159 que rola a
fojas 605 y 606; Copia de Resolución SIIPERS N° 778 que rola a fojas 607; Copia de
Resolución EX. SIIPERS N° 17046 que rola a fojas 608 y siguiente; Acta de audiencia de
conciliación que rola a fojas 618; Copia de correo electrónico que rola a fojas 633.
A fojas 419 se recibió la causa a prueba, rindiéndose por las partes, además de los
documentos mencionados precedentemente, la que a continuación se indica.
Testigos:
Por la reclamante, a fojas 532 y siguientes, declararon don Luigino Giuseppe
Eccher Barraza, don Gastón Rojas Ahumada y don Luis Raffo Jorquera; a fojas 567 y
siguientes don Víctor Jorquera Carvajal y don Hugo Gallardo Santibañez y a fojas 735 y
siguientes declaró el Director Regional de Impuestos Internos don Claudio Martínez
Cuevas.
Por parte la reclamada declaró don Rodrigo Andrés Leiva Gómez, cuya acta rola a
fojas 552 y siguientes.
Oficios:
Se acompaña oficio de Supermercados de Chile A.G. de fecha de 03 diciembre de
2012 que rola a fojas 751, oficio de la IV Dirección Regional del Servicio de Impuestos
que rola a fojas 752 y Oficio D.O. N° 20/2012 de 6 de diciembre de 2012 de la Asesora
Jurídica Diario Oficial de la República de Chile.
A fojas 755 rola escrito téngase presente al resolver, presentado por la parte
reclamada.
A fojas 764 rola escrito téngase presente al resolver, presentado por la parte
reclamante.
A fojas 789, se trajeron los autos para fallo.
A fojas 808, se pidió cuenta urgente del exhorto al Tribunal Tributario Santiago
Centro.
A fojas 812 se suspendió el decreto autos para fallo a la espera del resultado de la
diligencia indicada en el párrafo anterior.
Con fecha catorce de marzo corriente, se trajeron nuevamente los autos para fallo.

CONSIDERANDO:

1°.- Que a fojas 168 y siguientes, don AAAA, abogado, en representación de


XXXX, ya individualizados en esta sentencia, interpone reclamo de conformidad a las
normas del Libro III, Título II, artículos 123 y siguientes del Código Tributario, en contra de
Liquidaciones de Impuestos N° 1 a 37, de fecha 28 de marzo de 2012, notificadas con
fecha 30 de marzo de 2012.

2°.- Que solicita que estas liquidaciones se declaren nulas, o en subsidio se dejen
sin efecto total o parcialmente, basado en las consideraciones de hecho y fundamentos
de derecho que, aunque resumidas en parte, se han copiado en extenso en la primera
parte de esta resolución, por lo que se exponen en síntesis a continuación:
A) Nulidad de la actuación administrativa, proceso de fiscalización y tramitación, y
de las liquidaciones de impuesto cursadas, en virtud de una nulidad de derecho público,
por falta de investidura de doña Isabel Olivares Urqueta, Jefe de Unidad de Ovalle, al
momento de firmar la Citación y por la detentación por parte del fiscalizador tributario, don
Rodrigo Leiva Gómez y otros funcionarios, de una calidad que no poseían, esto es, la de
ministro de fe;
B) La nulidad absoluta de la actuación administrativa, proceso de fiscalización y
tramitación, y de las liquidaciones de impuestos cursadas a su representada, la que se
fundamenta en los mismos hechos que la señalada en la letra precedente.
C) La prescripción extintiva de los periodos liquidados, respecto de las
Liquidaciones N° 1 a 13 correspondientes a IVA de los periodos marzo de 2008 a marzo
de 2009, ya que el plazo establecido en el artículo 200, inciso primero, se encuentra
absolutamente vencido, y las declaraciones presentadas por la contribuyente no son
maliciosamente falsas.
D) La impugnación del fondo de las liquidaciones practicadas:
D.1.- Que las declaraciones juradas DDJJ 3323 presentadas al SII, se encuentran
aceptadas, esto es, sin observaciones ni diferencias de tipo alguno, por lo cual se
encuentran validadas por la autoridad fiscalizadora en el periodo liquidado.
D.2.- Señala que las liquidaciones son nulas por cuanto se indica que estas
corresponden a la III Dirección Regional y finalmente las firma el Director Regional de la
IV Dirección Regional.
D.3.- Facturas con membrete Humberto Alejandro Cáceres Herrera, RUT
4.488.981-1.
D.3.1 N° 1 Calificación de facturas materialmente falsas.
Letra a) Supuesta duplicidad de facturas.
Según el Servicio, los verdaderos documentos tributarios se emitieron a otro
contribuyente distinto de su representada, limitándose solamente a señalar situaciones de
hecho, las cuales en momento alguno ha sido capaz de demostrar.
Letra b) Impugnación de facturas desde un punto de vista formal.
Cuestiona que el Servicio "fundamenta" sus liquidaciones de impuestos en
atención a que los membretes de las facturas contabilizadas emitidas por el proveedor
señor Humberto Cáceres, no corresponden a las originales. También objeta que se quiera
sustentar tal posición señalando que las fechas de vigencia, imprentas, disposición de los
recuadros, el tipo de letra, entre otras características, no son las que supuestamente
tienen los documentos originales.
Letra c) Supuesto timbre falso.
El Servicio sólo se limita a señalar que la factura es falsa materialmente, atendido
a que el timbre del referido documento tributario no sería del Servicio por cuanto no tiene
el cuño el número 191 y 122, sin embargo omite decir cuál es el cuño que presenta la
factura registrada en la contabilidad de su representado, como asimismo omite señalar
cuales son los otros cuños utilizados por la Dirección Regional Santiago Centro, además
que un contribuyente no tiene los medios para efectos de conocer si un determinado
número de cuño corresponde a una determinada Dirección Regional.
Letra d) El Servicio no considera las consultas sobre facturas efectuadas.
Aunque su representado tomó las providencias para verificar que una determinada
factura de un proveedor estuviera autorizada por el Servicio, en opinión de dicha
autoridad fiscalizadora, no fue suficiente y por tal motivo califica la factura como falsa
materialmente.
Letra e) El Servicio cuestiona el pago en efectivo de las facturas de proveedores y
la calidad del vendedor.
Las obligaciones de pagar una cantidad de dinero se pueden extinguir pagando
con dinero efectivo, por lo que el criterio del Servicio es a lo menos equivocado al
pretender quitar valor liberatorio al pago efectuado en dinero efectivo, el fiscalizador no
puede y no debe obligar a los contribuyentes a que deben pagar sus obligaciones de una
determinada forma so pena de calificar de falso el documento que da cuenta de la
obligación. El artículo 23 número 5 de la ley de impuesto a las ventas y servicios, nunca
ha establecido una obligación para los contribuyentes en tal sentido; establece
determinadas medidas para efectos de tener derecho a utilizar el crédito fiscal derivado de
una factura falsa, medidas que claramente son facultativas para el contribuyente.
D.3.1.N°2 Calificación facturas ideológicamente falsas.
Cuestiona los fundamentos y antecedentes en que se sustentan las liquidaciones
para efectuar tal calificación. Así, señala que no sería fundamento suficiente el que,
respecto de la recepción y registro en los inventarios de las mercaderías, el Servicio
califique como inverosímil la declaración del bodeguero porque determinados triplicados
control tributario de las facturas del proveedor cuestionado, aportados por su
representado con anterioridad a la notificación de las liquidaciones impugnadas, no se
encuentran timbradas y/o firmadas por el bodeguero; tampoco sería fundamento el hecho
supuesto que un 57% de las facturas del proveedor consignan productos genéricos, sin
detallar marca u otra característica que los pueda identificar. Se opone a la
fundamentación referida a la falta de identificación por el bodeguero de los nombres de
los transportistas, empresa de transporte, camión, chofer, guías de despacho u otro
antecedente respecto al traslado y recepción de mercaderías; sosteniendo que no existe
norma legal que obligue a las empresas y contribuyentes en general a tener claridad
sobre los datos inherentes a un transporte. En el mismo sentido, el que el timbre y firma
de recepción de las mercaderías no registra fecha, no es fundamento para la calificación
en discusión, ya que no existe fuente legal que obligue a las empresas a registrar o
consignar en las facturas la fecha de recepción de las mercaderías. También formula
cuestionamientos a las fundamentaciones que se basan en inconsistencias de kardex de
inventario, manifestando respecto de cada argumentación dada al respecto en las
liquidaciones y sosteniendo que el Servicio efectuó la calificación sin fundamento.
D. 4.- Facturas con membrete Abel Eduardo Ramos Diaz, RUT 4.355.587-1.
Sostiene que el fiscalizador solo se limitó a señalar que la factura número 43, es
falsa, por cuanto supuestamente el original de dicha factura se encontraría nulo; sin
embargo el fiscalizador no ha acreditado los supuestos hechos que pretende adjudicar a
la sociedad, vulnerando las normas del debido proceso.
D. 5.- Liquidaciones nº 33-37, sobre impuesto a la renta.
El Decreto Ley 824 del año 1974 no tiene un artículo 97, como sostiene el
funcionario fiscalizador, por lo cual resulta ilógica la sola idea del funcionario fiscalizador
de cobrar a su representado un reintegro fundamentado en una norma legal que sólo
existe en su fuero interno. Además, los conceptos gravados con las disposiciones del
artículo 21, entre otros requisitos, supone que correspondan a las partidas señaladas en
el Nº 1 del artículo 33, los conceptos cuestionados por el Servicio de Impuestos Internos
corresponden a compras de existencias y por tanto costos de venta regulados por el
artículo 30 de la Ley de Impuesto a la Renta, y no por el artículo 31 del citado cuerpo
legal, donde se detallan los gastos necesarios para generar la renta.
E.- Existirían diferentes actos constitutivos de abusos del fiscalizador haciendo uso
de su cargo.
Cuestiona que el funcionario fiscalizador se niega a devolver la documentación
entregada por su representado en el proceso de fiscalización que derivó en la emisión de
las liquidaciones de impuestos; retiene indebidamente la documentación entregada por su
representado en el proceso de fiscalización que derivó en la emisión de las liquidaciones
de impuestos; al tenor de lo señalado en las liquidaciones de impuestos emitidas, califica
a su representado como un delincuente tributario; el funcionario fiscalizador
arbitrariamente y sin fundamentos califica como falsas material e ideológicamente las
facturas del proveedor señor Humberto Cáceres; el funcionario fiscalizador no acreditó a
su representado, como debió hacerlo, el hecho que las declaraciones de impuesto fueron
maliciosamente falsas, en una clara contravención a la Circular Nº 73 del año 2001,
emitida por el Director del Servicio; conforme a la información proporcionada al
fiscalizador, este debió cerrar el proceso de fiscalización absteniéndose de liquidar
impuestos por supuestas facturas falsas, lo cual evidencia que dicho funcionario sabia o
no podía menos que saber que no existen facturas falsas por parte de su representado.

3°.- Que el Servicio de Impuestos Internos, evacuando el traslado de rigor, solicitó


el rechazo del reclamo de autos, explicando el proceso de fiscalización efectuado al
contribuyente, el que arrojó que ciertas facturas correspondían a facturas falsas, y en
virtud de las siguientes consideraciones:
A.- Respecto de las nulidades de derecho público invocadas, en la parte que dice
relación con la Citación N° 14, firmada por la Jefa de Unidad del Servicio de Impuestos
Internos doña Isabel Olivares Urqueta, parte reconociendo que la resolución 4472 que se
indica en la citación no fue publicada en el Diario Oficial el 18 de agosto de 1992 sino que
el 2 de septiembre de ese año, correspondiendo la primera fecha a la de la emisión de la
resolución delegatoria, pero que en virtud de lo dispuesto en el artículo 49 de la ley 19.880
y lo establecido en el artículo 63 del Código Tributario, la aludida funcionaria se encuentra
debidamente facultada para citar, encontrándose ajustada a derecho.
En lo referente a la Nulidad de las declaraciones juradas en que participaron los
funcionarios del Servicio de Impuestos Internos por no haber sido nominativa y
expresamente autorizados por el Director Nacional para tener el carácter de ministro de
fe, conforme al artículo 86 y no ser estos pertenecientes a la planta de fiscalizadores
conforme lo indica el artículo 51 del DFL N° 7 de 1980 del Ministerio de Hacienda, la
reclamada indica que precisamente el carácter de ministro de fe de los funcionarios
actuantes proviene de la ley, en virtud de lo dispuesto en el artículo 3° de la ley 19.226.
Concordante con lo anterior es lo indicado en el artículo 3° de la ley 19.880 que señala
que los actos administrativos gozan de presunción de legalidad, de imperio y exigibilidad
frente a sus destinatarios.
B.- Respecto de la nulidad absoluta de derecho privado, atendido a que se
fundamenta en los mismos argumentos que las anteriores solicitudes, da por
expresamente reproducidas sus alegaciones, solicitando su rechazo, para el caso que
este Tribunal se estime competente para conocerlas.
C.- Respecto de la prescripción de la acción fiscalizadora, junto con resaltar la
confusión que existiría en el reclamante al intentarla como acción y subsidiariamente
como excepción; señala que la pretendida prescripción de las liquidaciones n° 1 a N° 13
no es tal, ya que de las propias Liquidaciones reclamadas se desprende que el plazo
aplicado en el caso que nos convoca es el del inciso segundo de la misma norma citada,
esto es, el plazo extraordinario de prescripción de seis años y no el de tres, atendiendo a
que las declaraciones presentadas por el contribuyente son maliciosamente falsas.
D.- Respecto del Análisis de fondo de las liquidaciones practicadas.
1.- En lo que se refiere a la declaración jurada 3323, indica que ésta tiene como
objetivo procurar una mayor eficiencia en el manejo de la información y ejercer un mejor
control sobre las operaciones informadas por los contribuyentes, para el cumplimiento de
los fines del Servicio; no constituye la instancia propicia para calificar la procedencia o no
de los créditos fiscales o la correcta declaración de los débitos fiscales, sino más bien, es
un elemento más que tiene en cuenta la Administración Tributaria para la correcta
fiscalización del cumplimiento tributario de los contribuyentes.
2.- En cuanto a la Falsedad Ideológica de las liquidaciones impugnadas, indica
que, si bien se reconoce que en un extremo de la liquidación se lee III Dirección Regional
La Serena, lo cierto es que solamente deben tomarse en consideración las gravísimas
infracciones legales para que se proceda a declarar la nulidad.
3.- Respecto del rechazo de las facturas calificadas de material e ideológicamente
falsas, la reclamada señala que se arribó a dicha conclusión tanto en la citación como en
las liquidaciones que fueron debidamente puestas en conocimiento de la reclamante.
Luego indica cuales fueron estos antecedentes: las facturas registradas por la XXXX., que
tienen el membrete de Humberto Cáceres Herrera son falsas, porque se estableció que
fueron realmente otorgadas a un contribuyente distinto al auditado, a partir del duplicado
de la factura con esa numeración que aportó el emisor, junto con la copia autorizada del
folio del libro de ventas donde se registró y de la hoja inicial del mismo en la que consta el
lugar y fecha en que fue timbrado por el Servicio de Impuestos Internos, y del formulario
29 del período correspondiente, información que fue de la misma forma confirmada por el
proveedor, mediante declaración jurada de fecha 21/10/2011. También porque el timbre
seco que detentan no es del Servicio de Impuestos Internos. Que el contribuyente
sostiene que consultó por las facturas en la página de internet del Servicio, sin embargo,
entre la fecha de la consulta y la fecha de autorización de las facturas verdaderas,
transcurrió al menos un año. Porque el pago de las facturas se habría realizado en
efectivo, pero el mismo representante legal de la empresa indicó que los pagos nunca
fueron efectuados al proveedor indicado en la factura, es decir, la contribuyente no adoptó
las medidas de resguardo señaladas en el N° 5 del artículo 23 de la Ley del IVA.
Respecto de las facturas ideológicamente falsas, se consideró fundamentalmente
las declaraciones juradas del Jefe de Bodega, la falta de firma de los triplicados, la no
identificación del transportista, guías de despacho, saldo de los kárdex, y falta de
acreditación del pago de las mercadería que se consignaron en dichas facturas.
4.- Respecto de la factura de Abel Ramos Diaz, la factura individualizada
corresponde a una factura falsa, debido a que el contribuyente Abel Eduardo Ramos Díaz,
RUT 4.355.587-1, registra la factura N°43 como nula, desconociendo como cliente a la
XXXX, conforme a su declaración de fecha 17/08/2010, según detalle.
5.- En relación a las liquidaciones N°33 a 37 sobre Impuesto a la Renta y la
pretendida inaplicabilidad del artículo 21 de la Ley sobre Impuesto a la Renta, señalando
que en el caso de autos el rechazo corresponde a costos y no a gastos, sostiene que
debido a que las facturas impugnadas corresponden a facturas material e
ideológicamente falsas, de las cuales no se ha acreditado la efectividad de las
operaciones, así como tampoco el contrato o convención que dé cuenta de los gastos en
ellas consignados, la contribuyente no tiene derecho a utilizar el costo o gasto amparado
en ellas, toda vez que no ha acreditado fehacientemente dicho gasto o costo. Por otra
parte, la distinción entre gasto y costo esgrimida por la reclamante es propia de
operaciones regulares y lícitas. Por lo tanto, es insostenible plantear que determinados
egresos contabilizados como gastados por la empresa, pero que se justificaron con
documentación falsa, son costos y no gastos y que no pueden presumirse retirados.

4°.- Que, es un hecho no controvertido de la causa, que en el período tributario


liquidado la reclamante era un contribuyente afecto al Impuesto de Primera Categoría, con
giro en ventas al por mayor y menor, licores, bebidas, arriendo de bienes inmuebles y
supermercados. Tampoco resulta ser controvertido que el contribuyente fue requerido en
conformidad a la normativa establecida en virtud de la ley 18.320 el 8 de junio de 2011 en
que se le solicitaron una serie de antecedentes que detalla la notificación 178900, que fue
citado con fecha 06 de octubre de 2011, dando respuesta a dicha citación, emitiéndose
liquidaciones N° 1 a N° 37 de 30 de marzo de 2012, por las que presentó Recurso de
Reposición Administrativa ante el Servicio de Impuestos Internos con fecha 23 de abril de
2012, a la que no se le dio lugar.

5°.- Que son hechos controvertidos los indicados en la resolución que recibió la
causa a prueba a fojas 419, la que no obstante ser apelada, fue confirmada por la
Ilustrísima Corte de Apelaciones, donde se indicaron los siguientes puntos de prueba.
1.- Efectividad de existir vicios en el procedimiento administrativo que concluyó con
las liquidaciones reclamadas.
2.- Efectividad de existir irregularidades, vicios o defectos en las facturas utilizadas
por la reclamante, referidas en las liquidaciones y la forma en que tales irregularidades
permiten concluir que se ha tratado de facturas falsas.
3.- En su caso, efectividad de haber dado cumplimiento el reclamante a los
requisitos del artículo 23 de la Ley sobre Impuesto a las Ventas y Servicios.
4.- Efectividad de haber presentado el reclamante, declaraciones de impuestos
maliciosamente falsas.

EN CUANTO A LA NULIDAD:
6°.- Que, en relación a la existencia de vicios en el procedimiento administrativo, el
reclamante ha planteado nulidades de derecho público y privado, a consecuencia, por una
parte, de la inexistencia de la resolución delegatoria de facultades conferida a la Jefa de
Unidad, que es invocada en la Citación N°14 de fecha 6 de octubre de 2011, en que se
indica que esta resolución se habría publicado en el Diario Oficial el 18 de agosto de
1992; y por otra que los funcionarios actuantes en las etapas de fiscalización previa a la
liquidación no tendrían el carácter de ministros de fe por lo que las actuaciones por ellos
realizados serian nulas.
7°.- Que, respecto de la inexistencia de la resolución delegatoria de facultades del
Director Regional conferida al Jefe de la Unidad de Ovalle, se pudo comprobar que esta
resolución si existe, de ello da cuenta el Oficio D.O. N° 20/2012 de 6 de diciembre de
2012, rolante a fojas 801, en que la asesora jurídica del Diario Oficial de la República de
Chile informa que esta resolución de 18 de agosto de 1992, fue publicada el día 2 de
septiembre del mismo año. Sobre este punto, efectivamente en la Citación N° 14 se indica
que esta fue publicada en agosto de 1992, cuestión que como lo admite expresamente la
propia reclamada, obedece a un error. Ahora bien, ante el planteamiento del reclamante
en orden a que este equivoco es suficiente para declarar la nulidad del acto que se
impugna, debe tenerse presente lo dispuesto en el artículo 49 de la Ley 19.880, en cuanto
establece que los actos publicados en el Diario Oficial se tendrán como auténticos y
oficialmente notificados, obligando desde esa fecha a su íntegro y cabal cumplimiento,
salvo que se establecieren reglas diferentes sobre la fecha en que haya de entrar en
vigencia. Teniendo presente que la funcionaria cuestionada tiene facultades delegadas, la
resolución delegatoria le entrega la prerrogativa de citar en conformidad al artículo 63 del
Código Tributario y que ésta fue efectivamente publicada en el Diario Oficial con fecha 2
de septiembre de 1992, no cabe duda alguna de que la actuación administrativa
impugnada, esto es la Citación, causa eficiente de las Liquidaciones reclamadas, se
encuentra plenamente ajustada a derecho.

8°.- Que, el error en que incurrió la Administración Tributaria al individualizar


incorrectamente la resolución delegatoria, ni remotamente es de aquellas causales
consideradas en el inciso 1° del artículo 7° de la Constitución Política de la República,
esto es, falta de investidura, incompetencia, o faltas en las formas procedimentales y
externas, como constitutivas de nulidad de derecho público, por lo que este Tribunal
rechazará la acción de nulidad intentada por la reclamante respecto a la falta de
investidura de la Jefe de Unidad de Ovalle. Por las mismas razones se rechaza la Nulidad
absoluta de derecho privado, puesto que si bien existe un error en cuanto a la fecha de
publicación de la resolución delegatoria, este vicio no es de entidad tal que permita dejar
sin efecto el acto en que se ha cometido, desde que no ha causado perjuicio alguno,
resulta intrascendente y no influye en que efectivamente la funcionaria poseía las
facultades legales para emitir la citación, siendo este el requisito de validez y no la
correcta constancia en el documento de la fecha de publicación de la resolución que le
otorgó las facultades. Debe, por último, tenerse en cuenta que de admitir la solicitud del
reclamante, deberíamos entender que la Sra. Jefa de Unidad no poseía facultades para
citar, únicamente en este caso y tenía esas facultades en todas las restantes citaciones
emitidas en estos años al amparo de la referida resolución, en las cuales la referencia a la
publicación es correcta, admitirlo implicaría elevar las formas menores a estándares
esenciales que el legislador no ha previsto. En este sentido es concordante con lo
razonado precedentemente lo dispuesto en el inciso segundo del artículo 13 de la ley
19.880 sobre Bases de de los procedimientos administrativos que rigen los actos de los
órganos de la administración del Estado, en cuanto señala “El vicio de procedimiento o de
forma solo afecta la validez del acto administrativo cuando recae en algún requisito
esencial del mismo, sea por su naturaleza o por mandato del ordenamiento jurídico y
genera perjuicio al interesado”. No produciéndose en la especie ningúno de los dos
requisitos copulativos exigidos por la disposición para declarar la nulidad del acto
administrativo.

9°.- Que respecto de las nulidades invocadas por haber intervenido funcionarios
del Servicio de Impuestos Internos en la tramitación del proceso de fiscalización que
terminó con las liquidaciones, que no tendrían el carácter de ministros de fe para realizar
las actuaciones; sean estas notificaciones de actuaciones del Servicio o para tomar
declaraciones juradas; se ha podido comprobar que estos si ostentaban dicha calidad. En
efecto, en el listado acompañado por la propia reclamante a fojas 131, evacuado por el
Subdirector Jurídico del SII, se aprecia que doña Marcela Julio Alvarado y don Rodrigo
Leiva Gómez, tienen dicho carácter, en virtud de lo dispuesto en el artículo 3° de la ley
19.226, que indica que para los efectos de lo dispuesto en el artículo 156 de la Ley N°
18.834, se establece que cumplen funciones fiscalizadoras, en el Servicio de Impuestos
Internos, las Jefaturas grado 9 de la Planta de Directivos, el personal de la Planta de
Fiscalizadores, el personal de la Planta de Profesionales y el personal contratado
asimilado a una de estas dos últimas Plantas. Al personal que cumple funciones
fiscalizadoras le será aplicable lo dispuesto en el artículo 51 de la Ley Orgánica del
Servicio de Impuestos Internos, aprobada por el decreto con fuerza de ley N°7, de 1980,
del Ministerio de Hacienda. Según se desprende de este informe, ambos funcionarios
cumplen funciones a contrata; la primera es profesional y el segundo un fiscalizador
Tributario. Es esta ley la que le atribuye el carácter de ministro de fe al hacer aplicable a
ambos lo dispuesto en el artículo 51 de la ley Orgánica del Servicio. Siendo la ley la que le
ha entrega dicho carácter a estos funcionarios, no se requiere que se haga efectivo lo
dispuesto en el artículo 86 del Código Tributario, razón por la cual estas alegaciones
serán desechadas.

10°.- Que, el reclamante impetra la nulidad de las liquidaciones, invocando el plazo


de prescripción de tres años que establece el artículo 200 del Código Tributario, dado que
se le arroja una injusta imputación de mala fe que nunca ha tenido y que entiende que
para calificar de maliciosamente falsas sus declaraciones se debió haber emitido una
resolución fundada por parte de la Dirección Regional y ello no ocurrió. Al efecto, el
artículo 200 del Código Tributario dispone en lo pertinente: El Servicio podrá liquidar un
impuesto, revisar cualquiera deficiencia en su liquidación y girar los impuestos a que diere
lugar, dentro del término de tres años contado desde la expiración del plazo legal en que
debió efectuarse el pago.- El plazo señalado en el inciso anterior será de seis años para la
revisión de impuestos sujetos a declaración, cuando ésta no se hubiere presentado o la
presentada fuere maliciosamente falsa. Para estos efectos constituyen impuestos sujetos
a declaración aquellos que deban ser pagados previa declaración del contribuyente o del
responsable del impuesto.

11°.- Que, de la normativa en aplicación y así lo ha manifestado la jurisprudencia


reiterada de nuestros máximos Tribunales, se observa que la expresión “maliciosamente
falsa”, no implica ni requiere una declaración previa, sino que ella ha de buscarse en los
propios antecedentes que presente el proceso respectivo, tal como ha ocurrido en el caso
de autos y se dirá más adelante, en que se detectó que el contribuyente sujeto a
fiscalización utilizó crédito fiscal amparado en facturas falsas; por lo que al hacer uso de
un crédito fiscal inexistente sobre la base de facturas anómalas o inexistentes, se
encuentra en la situación especial señalada en el inciso segundo del artículo 200 del
Código Tributario, es decir, ha de aplicarse la prescripción de seis años, en cuanto las
conductas recién señaladas y que más adelante se detallan, solamente pueden haber
tenido como propósito eludir el correcto pago del impuesto y beneficiarse ilegalmente con
créditos a que no tenía derecho.

12°.- Que resulta intrascendente referirse a la discusión promovida entre las partes
en cuanto a si se intentó la alegación como acción o excepción, ya que en cualquier caso
ha sido desechada y claramente la posición procesal del reclamante, a quien se ha
formulado una pretensión fiscal encaminada a cobrarle diferencias de impuesto, en contra
de la que se ha alzado, no ha podido sino excepcionar como lo ha hecho en el marco del
reclamo contemplado en el procedimiento general de reclamaciones.

EN CUANTO AL FONDO:
13°.- Que, por medio de Liquidaciones Nº 1 a N° 37, de 28 de marzo de 2012, y
debido a que el contribuyente no aportó antecedentes que permitieran desvirtuar las
diferencias detectadas en la auditoría y señaladas en la citación, consistentes en
utilización de facturas falsas material e ideológicamente, con el efecto correspondiente en
el impuesto a la renta, se procedió a emitir y notificar estas liquidaciones mediante las
cuales se determinaron diferencias de impuestos por $1.119.031.491 (mil ciento
diecinueve millones treinta y un mil cuatrocientos noventa y un pesos).

14°.- Que las facturas de proveedores objetados son las que se detallan en la
parte expositiva de esta sentencia y que rolan en autos, rechazándose los créditos
fiscales estimados irregulares, por operaciones comerciales con facturas calificadas de
falsas al tenor de lo señalado en el artículo 23 Nº 1 al 5 del D.L. 825, de 1974.

15°.- Que las liquidaciones reclamadas se encuentran fundamentadas, en primer


término, en el artículo 23 Nº 5 del D.L. 825, que indica: “No darán derecho a crédito los
impuestos recargados en facturas no fidedignas o falsas o que no cumplan con los
requisitos legales o reglamentarios y en aquellas que hayan sido otorgadas por personas
que resulten no ser contribuyentes de este impuesto”. Se entiende por falsa una factura
que falte a la verdad o realidad de los datos contenidos en ella. Dicha falsedad puede ser
material, esto es, que altere el sentido del documento mismo en su materialidad, o
ideológica, es decir, que deje constancia de cosas falsas o mentirosas, siendo las formas
usadas aparentemente reales o auténticas.

16°.- Que, es importante para atender a una de las alegaciones de la reclamante,


hacer presente el sentido de esta primera parte de la norma, en cuanto forma parte de
una completa regulación del crédito fiscal en el impuesto al valor agregado. En efecto, el
Decreto Ley 825 al regular el impuesto a las ventas y servicios, recurre al mecanismo de
determinación del impuesto a pagar mediante la modalidad de impuesto en impuesto, es
decir, del impuesto recargado, que llama débito fiscal, se deduce el impuesto soportado,
denominado crédito fiscal. De esta forma el impuesto se traslada de agente en agente en
la cadena de producción y distribución, hasta llegar al consumidor final que, por carecer
de crédito fiscal, debe soportar el impacto del tributo en su calidad de consumidor. Así, el
artículo 23 de nuestra ley del IVA dispone que los contribuyentes afectos al pago del
tributo de este Título tendrán derecho a un crédito fiscal contra el débito fiscal
determinado por el mismo período tributario, el que se establecerá en conformidad a las
normas siguientes.

17°.- Que, a continuación la norma establece las reglas que anuncia, cuestión de
la mayor importancia, ya que a la hora de determinar los alcances del crédito fiscal como
derecho del contribuyente, debemos concluir que es un derecho de carácter
administrativo, establecido como elemento de la técnica del tributo para hacer efectivo el
mecanismo de determinación del impuesto antes referido. Conforme lo anterior, las
características de este particular derecho, no son otras que las que se pueden leer en la
Ley que lo ha creado y para los fines que se ideó. En consecuencia, el derecho existe
única y exclusivamente en la medida que se cumpla por el titular con las exigencias
legales establecidas para su nacimiento, conservación y posibilidad de hacerlo valer en la
forma que el legislador ha dispuesto. Así por ejemplo, hay compras que pueden estar
destinadas al giro y ser muy necesarias, pero simplemente el legislador no las reconoce
como generadoras de crédito fiscal, como ocurre con la compra de automóviles en el caso
que regula el artículo 23 N°4.

18°.- Que, en la estructura lógica que se indicó en el número anterior,


determinando los alcances del crédito como derecho, la norma regula diversas
situaciones en las cuales simplemente la compra no da derecho a crédito fiscal, aquellas
que regula el citado artículo 23 N° 5, en cuanto dispone que, entre otras, no darán
derecho a crédito los impuestos recargados en facturas no fidedignas o falsas.
Claramente los antecedentes en que se funde el Servicio para efectuar dicha imputación
es requisito para la correcta fundamentación de las liquidaciones, pero será el
contribuyente el llamado por la Ley a desvirtuar dichos fundamentos, en los términos que
el artículo 21 de nuestro Código Tributario lo ordena.

19°.- Que, en este momento es conveniente descartar la alegación del reclamante


en orden a que el Servicio debía demostrarle cómo es que las facturas eran falsas o no
fidedignas, ya que el citado artículo 21 dispone que corresponde al contribuyente probar
con los documentos, libros de contabilidad u otros medios que la ley establezca, en
cuanto sean necesarios u obligatorios para él, la verdad de sus declaraciones o la
naturaleza de los antecedentes y monto de las operaciones que deban servir para el
cálculo del impuesto. Agrega más adelante que, enfrentado a la liquidación de impuestos,
para obtener que se anule o modifique la liquidación o reliquidación, el contribuyente
deberá desvirtuar con pruebas suficientes las impugnaciones del Servicio, en conformidad
a las normas pertinentes del Libro Tercero.

20°.- Que, continuando con la norma del artículo 23 N° 5 del Decreto Ley 825,
luego de disponer que no se otorga derecho al crédito si por ejemplo la factura es falsa,
expresa que ello no se aplica, por lo tanto se admite el crédito, si la factura se ha pagado
en alguna de las formas seguras que taxativamente permite. En efecto, dispone la norma
que lo establecido en el inciso anterior no se aplicará cuando el pago de la factura se
haga dando cumplimiento a los siguientes requisitos:
a) Con un cheque nominativo, vale vista nominativo o transferencia electrónica de
dinero a nombre del emisor de la factura, girados contra la cuenta corriente bancaria del
respectivo comprador o beneficiario del servicio.
b) Haber anotado por el librador al extender el cheque o por el banco al extender el
vale vista, en el reverso del mismo, el número del rol único tributario del emisor de la
factura y el número de ésta. En el caso de transferencias electrónicas de dinero, esta
misma información, incluyendo el monto de la operación, se deberá haber registrado en
los respaldos de la transacción electrónica del banco.

21°.- Que, únicamente en el evento que se haya dado cumplimiento a los


requisitos indicados en el número anterior, el legislador se pone en la situación que el
Servicio posteriormente y pese al pago en la forma indicada, rechace el crédito contenido
en la factura, estableciendo las exigencias adicionales que deberán ser cumplidas para
conservar el crédito fiscal, lo que constituye un mecanismo idóneo para ponerse a
resguardo de la eventual pérdida del derecho a usar el crédito fiscal. La norma dispone al
efecto: Con todo, si con posterioridad al pago de una factura, ésta fuere objetada por el
Servicio de Impuestos Internos, el comprador o beneficiario del servicio perderá el
derecho al crédito fiscal que ella hubiere originado, a menos que acredite a satisfacción
de dicho Servicio, lo siguiente: a) La emisión y pago del cheque, vale vista o transferencia
electrónica, mediante el documento original o fotocopia de los primeros o certificación del
banco, según corresponda, con las especificaciones que determine el Director del Servicio
de Impuestos Internos. b) Tener registrada la respectiva cuenta corriente bancaria en la
contabilidad, si está obligado a llevarla, donde se asentarán los pagos efectuados con
cheque, vale vista o transferencia electrónica de dinero. c) Que la factura cumple con las
obligaciones formales establecidas por las leyes y reglamentos. d) La efectividad material
de la operación y de su monto, por los medios de prueba instrumental o pericial que la ley
establece, cuando el Servicio de Impuestos Internos así lo solicite.

22°.- Que, se puede advertir que la norma, al decir, que lo establecido en el inciso
anterior (que no hay derecho a crédito si la factura por ejemplo es falsa o no fidedigna) no
se aplicará cuando el pago de la factura se haga dando cumplimiento a los siguientes
requisitos, establece una condición para la existencia del crédito, precisamente el
cumplimiento de los requisitos que pasan a ser de existencia. En efecto, enfrentados a
una factura falsa, la norma niega el crédito, sin embargo lo reconoce en la medida que se
cumpla los requisitos anotados.
23°.- Que, de la forma recién relacionada, se puede descartar lo planteado por el
contribuyente en orden a que es una facultad de los contribuyentes pagar con efectivo y
no de la forma que señala la norma. Si bien es una facultad elegir la forma de extinguir la
obligación comercial, para la existencia del crédito fiscal, cuyo nacimiento únicamente se
puede dar en el marco del cumplimiento de las normas que entrega la propia Ley, no es
una facultad, como se dijo, es requisito de existencia del crédito. Al respecto es
importante tener presente que estas normas se incorporaron a la Ley del IVA a objeto de
prevenir las consecuencias dañinas del frecuente uso de facturas irregulares por
proveedores, incluso con desconocimiento de los contribuyentes adquirentes, ya que si
han tenido participación en la irregularidad, aun cumpliendo las exigencias de la norma no
se puede usar el crédito. De esta forma, como un contribuyente puede verse afectado al
recibir una factura que por ejemplo sea falsa al ser una imitación de otra verdadera, el
legislador le ordena efectuar el pago de alguna de las formas especiales que dispone
(originalmente sólo con cheque), todas las cuales tienen la virtud de unir el pago al titular
de la factura, de manera que un suplantador se verá impedido de obtener el pago al no
haberse extendido el cheque a su nombre. Cumpliéndose estas exigencias, el comprador
otorga garantía de haber querido pagar al que aparece como emisor del documento y se
impide la consumación del fraude por el tercero. En consecuencia, atendiendo al
planteamiento de la reclamante, es verdad que puede libremente optar por pagar en
dinero efectivo o en alguna de las modalidades que señala el artículo 23 N° 5, pero
deberá afrontar las consecuencias que pueden derivar de que la factura resulte rechazada
por alguna de las causales que señala el legislador, consecuencia que en materia
tributaria no es otra que perder el derecho al crédito fiscal contenido en la factura que
resultó ser falsa, no fidedigna, extendida por quien no es contribuyente o que no cumple
con los requisitos legales.

24°.- Que, encontrándose admitido por la reclamante que los pagos se efectuaron
en efectivo, resulta innecesario examinar la siguiente parte de la norma que entrega
alternativas de recuperación del crédito, precisamente para el caso que el pago se haya
efectuado de alguna de las formas que indica (dentro de las cuales no se considera el
pago con dinero efectivo) y para el evento que el Servicio igualmente le rechace el crédito.
En otras palabras, si estamos en presencia de una factura falsa y el pago se efectuó en
efectivo, únicamente se puede utilizar el crédito en la medida que se demuestre que el
emisor pagó el impuesto correspondiente, cuestión que ni siquiera ha sido planteada.

25°.- Que, no obstante lo anterior, es necesario revisar los fundamentos de la


calificación de falsas de las facturas para determinar si las liquidaciones se encuentran
correctamente fundadas en cuanto a la causa de la impugnación que se formuló a las
declaraciones del contribuyente. En efecto, es a consecuencia de que las facturas son
falsas que el contribuyente ha sido privado del crédito por no haber cumplido las
exigencias que para dicha hipótesis plantea el citado artículo 23 N° 5, por lo que,
encontrándose cuestionado, es necesario examinar los fundamentos de la liquidación al
calificar de falsas las facturas. Además, ha sido precisamente el uso de facturas falsas lo
que condujo a la conclusión que las declaraciones tenían el carácter de maliciosamente
falsas, permitiendo al Servicio actuar respecto de periodos tributarios que en principio se
habrían encontrado prescritos.

26°.- Que, en primer lugar, tal como sostiene el Servicio, la declaración jurada
3323, tiene objetivos de mayor eficiencia en el manejo de la información y control sobre
las operaciones informadas por los contribuyentes, para el cumplimiento de los fines del
Servicio. Por el contrario, ni el legislador ni la administración le han otorgado el valor de
eximir al contribuyente de revisiones posteriores y la formulación de impugnaciones a sus
declaraciones de impuesto, en la medida que se practiquen dentro de los límites que
indican los artículos 59 y 200 del Código Tributario.

27°.- Que, respecto del rechazo de las facturas calificadas de material e


ideológicamente falsas, pueden estimarse suficientes los antecedentes tenidos en cuenta
por el Servicio, los que consisten en que las facturas registradas por la XXXX., que tienen
el membrete de Humberto Cáceres Herrera son falsas, porque se estableció que fueron
realmente otorgadas a un contribuyente distinto al auditado, a partir del duplicado de la
factura con esa numeración que aportó el emisor, junto con la copia autorizada del folio
del libro de ventas donde se registró y de la hoja inicial del mismo en la que consta el
lugar y fecha en que fue timbrado por el Servicio de Impuestos Internos, y del formulario
29 del período correspondiente. Esta información habría sido confirmada por el proveedor,
mediante declaración jurada de fecha 21/10/2011. También porque el timbre seco que
detentan no es del Servicio de Impuestos Internos. Se tuvo en consideración también que
el pago de las facturas se habría realizado en efectivo, pero el mismo representante legal
de la empresa indicó que los pagos nunca fueron efectuados al proveedor indicado en la
factura.

28°.- Que, en lo que se refiere a las facturas ideológicamente falsas, también


supuestamente emitidas por Humberto Cáceres Herrera, se consideró fundamentalmente
las declaraciones juradas del Jefe de Bodega, la falta de firma de los triplicados, la no
identificación del transportista, guías de despacho, saldo de los kárdex, y falta de
acreditación del pago de las mercadería que se consignaron en dichas facturas.

29°.- Que, en cuanto a la factura de Abel Ramos Díaz, éste registra la factura N°43
como nula, desconociendo como cliente a la XXXX, conforme a su declaración de fecha
17/08/2010.

30°.- Que, en el curso del proceso se han aportado otros tantos antecedentes que
vienen a confirmar las impugnaciones efectuadas por el Servicio. En efecto, conforme la
declaración del fiscalizador Rodrigo Leiva Gómez, rolante a fojas 552 y siguientes, las
facturas presentan las siguientes irregularidades que permiten calificarlas de falsas: Las
facturas con el membrete de Humberto Cáceres Herrera, fueron realmente otorgadas a un
contribuyente distinto al auditado, lo que se comprueba a partir del duplicado de la factura
con esa numeración que aportó el emisor, junto con la copia autorizada del folio del libro
de ventas donde se registró y de la hoja inicial del mismo en la que consta el lugar y fecha
en que fue timbrado por el Servicio de Impuestos Internos, y del formulario 29 del período
correspondiente, información que fue confirmada por el proveedor, mediante declaración
jurada de fecha 21/10/2011, en que señala no conocer a este supuesto cliente, e
incorporadas como físico no escaneable en el expediente a fojas 595.

31°.- Que, de acuerdo a las declaraciones juradas tomadas al representante legal,


don Luigino Eccher Barraza y a la Jefa del Depto. de Pago de Proveedores de la
empresa, doña Miriam Santander Mundaca, el pago de las facturas se habría realizado en
efectivo, así lo corrobora en sede judicial don Luigino Eccher a fojas 532. Asimismo, el
representante legal de la empresa, indicó que los pagos nunca fueron efectuados al
proveedor indicado en la factura, el Sr. Humberto Cáceres, sino que a un tercero de
nombre Gastón Rojas, sin que conste la existencia de representación, ni recibo de dichos
pagos. A su vez, don Gastón Rojas declaró desconocer al proveedor Humberto Cáceres
ya que él solo trataba con un vendedor de él, don Fernando Jara, del que desconoce
mayores antecedentes, según se desprende de su declaración de fojas 534. Además,
consta en la declaración del contador de la Empresa, don Víctor Jorquera Carvajal, a fojas
567, que le manifestó al representante de la empresa los problemas comerciales que
podrían tener por cancelar en efectivo y el relacionado con el crédito utilizado en la
factura, ya que la normativa exige que el pago sea con cheque o vale vista. Sin embargo,
don Luigino le indicó que esas eran las condiciones del acuerdo e impartió la orden al
departamento de pagos.

32°.- Que, sin perjuicio que la verificación en la página web del Servicio de las
facturas no exime de las obligaciones que impone el citado artículo 23 N° 5, queda en
evidencia con la declaración del contador de la empresa don Víctor Jorquera Carvajal,
quien declara a fojas 567, que la consulta se hacía sólo esporádicamente.

33°.- Que, en conclusión, del análisis efectuado por el Servicio a los antecedentes
de la contribuyente, así como de los reunidos en esta instancia, se puede tener por
establecida la falsedad material de las facturas impugnadas, y que las facturas
verdaderas fueron emitidas a otras personas, por otros montos y diversas fechas.

34°.- Que, respecto de las facturas ideológicamente falsas, aparece debidamente


fundada la calificación que efectuó el Servicio, en cuanto se consideró fundamentalmente
las declaraciones juradas del Jefe de Bodega, la falta de firma de los triplicados, la no
identificación del transportista, inexistencia de guías de despacho, un extenso análisis del
saldo de los kárdex, y la falta de acreditación del pago de las mercadería que se
consignaron en dichas facturas. En consecuencia, es posible concluir que los datos
contenidos en las facturas con esta calificación, no son reales.

35°.- Que, en cuanto a la factura de Abel Ramos Diaz, el Servicio verificó con el
supuesto emisor del documento y constató que la factura individualizada corresponde a
una factura falsa, debido a que el contribuyente Abel Eduardo Ramos Díaz, RUT
4.355.587-1, registra la factura N°43 como nula, desconociendo como cliente a la XXXX,
conforme a su declaración de fecha 17/08/2010. Como consecuencia de lo anterior, se
ajusta a derecho la calificación que efectuó el Servicio al tachar el formulario por material
e ideológicamente falso; además que no se acreditó la efectividad de las operaciones en
ella consignadas.

36°.- Que, habiendo transcurrido todas las oportunidades para que el


contribuyente, primero en la etapa de fiscalización de que fue objeto, y luego como
reclamante, en la fase procesal, demostrara la efectividad y legalidad de las operaciones
de que dan cuenta las facturas cuestionadas, con arreglo al artículo 23, Nº 5 del D.L. 825,
no lo cumplió, cuestión que queda de manifiesto en la propia declaración del
representante legal, gerente general y dueño de la empresa, don Luigino Eccher Barraza,
que rola a fojas 532 y siguientes, quien señala que si bien no conocía a don Humberto
Cáceres, el pago se hacía de contado en efectivo a un tercero, don Gastón Rojas, el que
a su vez declara a fojas 534 e indica que las compras las realizaba a un tercero, don
Fernando Jara. En consecuencia, habrá de mantenerse la actuación del Servicio en
cuanto le negó los créditos de que dan cuenta las facturas antes indicadas.

37°.- Que, conforme el Código Tributario en su artículo 21º, el contribuyente debe


probar con documentos, libros de contabilidad u otros medios que la Ley establezca, en
cuanto sean necesarios u obligatorios para él, la verdad de sus declaraciones o la
naturaleza de los antecedentes y montos de las operaciones que deben servir para el
cálculo del impuesto, se está refiriendo a documentos legales con fuerza suficiente que
permitan justificar, adecuadamente, la naturaleza y el origen de las operaciones
realizadas, situación que no se da en la especie, dado que los documentos objetados que
inciden en las liquidaciones reflejan operaciones ficticias, no acompañando otros
antecedentes que permitan demostrar que las operaciones efectivamente se realizaron,
por consiguiente, de acuerdo a los elementos y antecedentes que conforman el proceso,
este Tribunal concluye que no hay mérito para acoger la reclamación en esta parte.

38°.- Que, en relación a las liquidaciones 33 a la 37, en ellas se determinaron


diferencias en el Impuesto de Primera Categoría, basado en el artículo 21 en relación al
33, N° 1, de la Ley sobre Impuesto a la Renta, que no es sino una consecuencia del
rechazo de los supuestos desembolsos contemplados en las facturas falsas. En esta
parte resulta absolutamente improcedente lo pedido por la reclamante, en cuanto a que se
consideren costos y no gastos los conceptos a que se refieren las facturas, ya que
precisamente de lo que se trata es de la inexistencia de las operaciones a que se refieren
las facturas, por lo que no corresponde sea reconocidos como costos o gastos. De esta
forma, se confirmarán igualmente las liquidaciones practicadas, de conformidad a lo
establecido en los artículos 21, 30 y 31 de la Ley sobre Impuesto a la Renta.

39°.- Que, en cuanto a los restantes supuestos vicios de nulidad que alega la
reclamante, consistentes en que el número de la Dirección Regional emisora del acto no
corresponde, ya que no es tercera, sino cuarta; así como las referencias a normas legales
aplicables a los hechos materia de autos, la verdad es que no dejan de ser detalles
menores, que no revisten la entidad suficiente para afectar la validez de las actuaciones
que han sido objeto del reclamo, conforme se razonó en el considerando octavo de la
presente sentencia.

40°.- Que, finalmente, respecto de la existencia de diversos abusos que plantea el


reclamante habrían realizado funcionarios del Servicio en el marco de la fiscalización o
con posterioridad a las liquidaciones; en cuanto de existir se trataría de hechos
posteriores a las liquidaciones reclamadas, no tienen incidencia en la validez de estas
actuaciones. Si fueran anteriores, deben ser planteadas en la instancia administrativa o
judicial correspondiente, a menos que hayan afectado el proceso de fiscalización. Sin
embargo, los supuestos abusos que pudieran haber afectado el proceso de determinación
de las diferencias, fueron planteados como cuestiones de fondo y resueltas de esa forma
en la sentencia.

Visto, además, lo dispuesto en los artículos 21, 63, 64, 123, 132 y demás
pertinentes del Código Tributario, en el Decreto Ley 825 sobre Impuesto al Valor
Agregado y en el Decreto Ley 824 sobre Ley de Impuesto a la Renta.

SE RESUELVE:

1°.-. No ha lugar a la nulidad de derecho público.


2°.-. No ha lugar a la nulidad absoluta.
3°.- No ha lugar al reclamo. Se mantienen a firme las liquidaciones N° 1 a 37, de
fecha 28 de marzo de 2012, practicadas por el Servicio de Impuestos Internos a la XXXX,
Rol Único Tributario N° XX.XXX.XXX-X.
4°.- Se condena en costas al reclamante.
5°.- Notifíquese a la reclamante por carta certificada y al Servicio de Impuestos
Internos IV Dirección Regional La Serena, mediante publicación de la presente sentencia
en el sitio internet del Tribunal.
6°.- Dese aviso a las partes a los correos electrónicos consignados. Déjese
testimonio en el expediente.
7°.- Anótese, regístrese y archívese en su oportunidad”.

TRIBUNAL TRIBUTARIO Y ADUANERO DE LA SERENA – 15.03.2013 – JUEZ


TITULAR SR. CÉSAR VERDUGO REYES

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