Cenizas de Izalco

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BUENOS DÍAS, EN ESTA MAÑANA, NUESTRO GRUPO HA QUERIDO REPRESENTAR EL

ESCENARIO DONDE SE LLEVO A CABO UN PEQUEÑO FRAGMENTO DE LA NOVELA


CENIZAS DE IZALCO, DE LA ESCRITORA CLARIBEL ALEGRIA Y SU ESPOSO DARWIN
FLAKOLL, CABE DESTACAR, QUE ESTA HISTORIA ESTA NARRADA DESDE UN PUNTO DE
VISTA, SABEMOS QUE EN TODO ACONTESIMIENTO, CADA PARTE SOCIAL EXPONE SU
PENSAR Y SENTIR.

Cenizas de Izalco. Es una novela histórica, enfocada en la cruel y triste realidad que se vivió en El Salvador,
donde muchos sectores sufrieron grandes atropellos por causa del poder y las diferencias políticas.

Cenizas de Izalco es un testimonio de los hechos ocurridos en los años de 1930. Pero no solamente es
testimonio, sino también protesta. La novela presenta al desnudo los procesos, costumbres y maneras de pensar,
el descontento del campesino salvadoreño de esos años. En esta novela podemos apreciar la Rebelión indígena
de los años 1930.

En este sentido hemos recreado, un fragmento de la novela, quizás la escena más cruel, presenciada por Frank
Wolff y su amigo Virgil, Como ya lo mencionamos, cenizas de Izalco es la recopilación de testimonios. Y este
es el más triste de la novela en general.

Y el fragmento lo resumimos de la siguiente manera:

Virgil y Fran, dos amigos extranjeros para ser más precisos norteamericanos, el 22 de enero de 1932, pasaban
en un día común en el lugar conocido como el Llanito. No les habían permitido dejar estacionado su auto a los
alrededores de la plaza; pero cuando ellos desearon salir, tampoco se los permitieron. Estaban muy asustados,
por el movimiento de los militares en la zona. Y es que el General Maximiliano Hernández Martínez seria la
persona a la que estaban esperando, se supone que para que hubiese un acercamiento con los campesinos,
quienes ya estaban organizados y en contra del gobierno del general.

Y aunque muchos creyeron que el movimiento de los militares se debía únicamente para la protección del
General Martínez, estos dos personajes no dejaban de inquietarse.
Gracias a sus rasgos físicos como el color de piel y de ojos, lograron convencer a los militares de dejarlos entrar
a la cantina que estaba ubicada en la plaza, pero a quienes les habían ordenado cerrar, de echo todos los
comercios estaban cerrados ese día.

Y es justo desde ese bar, donde estos hombres presenciaron la cruel escena, en ese establecimiento atendía una
anciana de muy avanzada edad, con su semblante de preocupación, y a quien quisieron calmar con un poco de
gracia, cuando de repente se escucha la primera descarga de ametralladoras, dándose cuenta que lo que estaba
pasando afuera era una emboscada hacia los campesinos, los cuales gritaban despavoridos de dolor y angustia,
apilándose uno sobre otro como ropa sucia, cabezas rodaban y la sangre corría sin piedad, Virgil y Fran,
deseaban que pronto terminara esta pesadilla. Por un momento las ametralladoras ubicadas en los camiones,
hicieron silencio pero luego empezó nuevamente la pesadilla, con otra descarga furiosa de balas que martillaba
sobre los muros a todo aquel que presentara signos de vida y que fuese sospechoso de ser campesino.

Virgil y Fran permanecían anonadados, sin dar crédito a lo que sus ojos veían, por fin la masacre había
terminado, pero ellos seguían congelados del miedo. La anciana que atendía el bar, limpio sus lágrimas de
tristeza y siguió limpiando como ida de su realidad.

Y es así como resumimos la cruel masacre de aquellos miles de campesinos que murieron por un ideal que no
era compartido por las autorides de turno.

Para ampliar más este capítulo, luego pueden pasar a nuestro estand y leer el fragmento completo con más
detalles.

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