Autoridad Pedagogica e Inteligencia Emocional
Autoridad Pedagogica e Inteligencia Emocional
Autoridad Pedagogica e Inteligencia Emocional
Cambio de paradigma
Hoy el aula, ¿es un espacio que se relaciona con lo que ocurre en el resto de
la sociedad?. Por ejemplo, antes la escuela era el lugar para conocer muchas
cosas de las que no nos podíamos enterar en otra parte, íbamos en búsqueda
de información. Hoy el estudiantado recibe información de múltiples fuentes,
siendo internet la principal enciclopedia. Los medios digitales comprenden la
más amplia información del mundo, con formatos atractivos y sobre todo la
posibilidad de consultar permanentemente.
Una máquina no puede dar valores éticos, puede dar contenidos pero no le
puede enseñar al alumno a seleccionar críticamente y a razonar.
2. Autoridad pedagógica
¿De qué hablamos cuando hablamos de Autoridad pedagógica?
Beatriz Greco nos dice que la autoridad pedagógica debe sostener las
distancias y diferencias, al mismo tiempo que debe dar lugar a la continuidad
entre las generaciones.
Lo interesante es que se propone a que los estudiantes sean cada vez más
autónomos, en lo referido a los aspectos cognitivos, afectivos y sociales. Aquí
podríamos ver el doble juego de las ideas de autonomía y de vínculos: a más
“vínculo” con el saber, más “autonomía” del docente, es decir: a más vínculo
con el saber, más desvinculación del educador.
3. La inteligencia emocional
Cuanto mayor sea la capacidad del educador para administrar cada una
de estas áreas mayor será su liderazgo.
Autoconciencia
Socialización emocional
Ser consciente de uno mismo significa tener una imagen clara de tus
fortalezas y debilidades, y significa comportarse con humildad
(autoestima).
Autorregulación emocional
Automotivación
La empatía
Para el rol del educador tener empatía es fundamental, con ella logra que
las personas a su alrededor se desarrollen, y escuchen a los que lo
necesitan.
- Mejora las relaciones sociales y las interacciones son más ricas, con
vínculos más fuertes.
- Contribuye a la socialización.
- La empatía es clave para ser queridos por los demás y para una sana
autoestima.
Habilidades sociales
● Habilidades comunicativas:
1. Saben interpretar con gran precisión el lenguaje
no verbal de los demás.
2. Perciben a través del tono de voz lo que siente su
interlocutor
3. Capacidad de escucha: mira a los ojos cuando
dialoga, presta atención a lo que le expresa su
interlocutor
4. Buen trato: conductas amables, simpáticas,
cortesía.
5. Sentido del humor, que genera un clima alegre y
descontracturado (no confundir con el humor
irónico o con la burla, que tensionan).
● Concepto de autoridad
Docente que promueve la construcción del rol desde el Autoritarismo: Destaca los
errores de sus alumnos. Promueve la exclusión porque tiene preferencias. Mantiene
una distancia con el alumno y centra la atención de la clase en su persona. Genera
antipatía, frialdad. Proporciona un clima tenso donde se reprime la espontaneidad.
4. Trayectorias escolares
Para ampliar las lecturas y las miradas sobre la temática de las trayectorias
escolares, les proponemos la lectura de los siguientes artículos:
● La autonomía: Los niños con baja autonomía sienten que no son capaces de
hacer las cosas por sí mismos. Buscan la ayuda del adulto y cuando están
solos ante una tarea no saben como afrontarla, por lo tanto se sienten
indefensos, incluso enfadados por tener que hacelo solos, pensando “cómo
voy a hacer esto?”, “si no me ayudan no voy a poder”. A través de la
educación emocional los niños aprenden a creer en sus propias posibilidades
y a disfrutar de sus logros, de manera que desean tener mayor autonomía y
esa actitud les lleva a pensar “voy a hacerlo solo”, “lo voy a conseguir”.
Comunicación
4. Petición. Y por último, descubres cómo proponer a la otra persona una petición o
idea que permita a ambos enriquecer sus vidas.
No hay forma de herir a otros con este tipo de comunicación “mucho más
elevada”, lo que te permite mejorar las relaciones interpersonales.
La compasión es, según Marshall, un estado natural del ser humano, y con este
nuevo tipo de comunicación apoyas esta compasión innata. No obstante con la
forma habitual con la que te comunicas, y nos comunicamos la mayoría de
nosotros, te alejas de esta compasión a través de:
- Los juicios moralistas. Esto es, criticar, comparar, o echar la culpa a otros de
tus propias desgracias o necesidades. También incluye insultar, etiquetar y
emitir diagnósticos basados en tu necesidad de sentirte mejor en una situación
dada, por ejemplo (de quedar por encima).
- Las exigencias y el castigo. Ya que implica que hay alguien que está haciendo
las cosas “mal”, o que “es malvado”, lo cual te aleja de la compasión
notablemente.
Así pues en lugar de decir: “Siento que cuando mi vecino pone la música tan
alta, es porque tiene un problema de personalidad”, podríamos decir: “me siento
frustrado cuando mi vecino pone la música alta, porque necesito descansar por
las noches”.
4 Posibles respuestas:
1. Sentir culpa, ante lo que nos dice el otro, nos sentimos responsables.
2. Proyectar la culpa al otro, ante lo que te dice el otro, nos sentimos
víctimas.
Las dos últimas opciones nos permiten elegir otra manera de relacionarnos con
los demás, a pesar de que se acerquen a nosotros de maneras más bien
negativas.
Hay que aclarar bien lo que queremos pedirle a los demás, expresar con
claridad nuestras necesidades, o lo que esperamos de ellos. Porque
habitualmente sólo pensamos en lo que no queremos, o lo que no nos gusta.
Poniendo nuestro foco de atención en lo que no queremos no vamos a
conseguir queremos, sin manifestarlo como una exigencia.
La recepción empática
El poder de la empatía
Empatizar con el otro en cualquier tipo de circunstancias (incluidas las
negativas) nos permite:
Siempre que nos obligamos o exigimos hacer algo es porque queremos cubrir
alguna de nuestras necesidades: puede ser que nos exijamos trabajar porque
necesitamos dinero, o queremos atender a los demás en todo momento porque
necesitamos aprobación, y preferimos exigirnos a nosotros mismos hacer cosas
que no nos agradan antes de sentir culpa, vergüenza o por miedo al castigo.
Por tanto, hay que descubrir cuál es esa necesidad y buscar la manera de
satisfacerla desde la Elección (y no la Obligación).
Lo primero a reflexionar es que nunca nos enojamos por lo que dicen o hacen
los demás, sino por los pensamientos que se desencadenan en nuestra mente
cuando alguien hace o dice algo que está en contra de nuestros valores. Es
nuestro propio pensamiento el que nos enfada.
Los insultos, los juicios, y la violencia física, son formas de expresar la ira que
no nos conducirán a conseguir lo que nos proponemos: satisfacer la propia
necesidad de que la otra persona comprenda que lo que ha dicho o hecho nos
ha molestado. Lo más posible es que se ponga a la defensiva (no escuchará
nuestro dolor), o incluso que se rebele y agudice aún más ese comportamiento
que no nos gusta.
La CNV recomienda aprender a dar elogios a los demás de forma más positiva
y responsable. Pues habitualmente cuando elogiamos a otros, lo que estamos
haciendo es emitir un juicio (aunque en este caso es positivo, no deja de ser un
juicio).
5. Repasemos lo importante
El optimismo aprendido y el modo creativo
Para lograr esto debemos saber primero que maneja los estados emocionales:
LOS PENSAMIENTOS. Es decir, nuestra forma de clasificar la realidad,
nuestra forma de interpretar lo que nos pasa. Las emociones, están generadas
por las interpretaciones que hacemos de los hechos, lo que pensamos sobre
lo que nos ocurre determina aquello que sentimos. No es la realidad lo que
genera las emociones sino como nosotros interpretamos lo que nos pasa. Está
en los pensamientos el poder de generar las emociones.