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Autoridad Pedagogica e Inteligencia Emocional

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1.

Cambio de paradigma
Hoy el aula, ¿es un espacio que se relaciona con lo que ocurre en el resto de
la sociedad?. Por ejemplo, antes la escuela era el lugar para conocer muchas
cosas de las que no nos podíamos enterar en otra parte, íbamos en búsqueda
de información. Hoy el estudiantado recibe información de múltiples fuentes,
siendo internet la principal enciclopedia. Los medios digitales comprenden la
más amplia información del mundo, con formatos atractivos y sobre todo la
posibilidad de consultar permanentemente.

Surgen entonces los siguientes cuestionamientos: ¿Cuáles son los nuevos


desafíos y necesidades en la educación?¿Cuál es el rol del docente en la
actualidad?

La realidad es que la revolución informática influyó enormemente en este


cambio de paradigma y con él, en nuevos desafíos para el rol docente. Se
vuelve necesario ayudar ante la sobreinformación, a diferenciar de forma
crítica los contenidos y seleccionar responsablemente lo que accedemos y
hacemos en línea. Como docentes podemos conocer los nuevos usos,
incorporando nuevos lenguajes y saberes para ser guía en el aprendizaje.

¿NATIVOS, INMIGRANTES O NÁUFRAGOS DIGITALES?

El mundo digital llega interminablemente con estímulos visuales, sonoros, y la


posibilidad de interactuar, socializar y jugar. El aula tradicional no tiene tantos
estímulos como el mundo digital.

Resignificación del rol docente

Una máquina no puede dar valores éticos, puede dar contenidos pero no le
puede enseñar al alumno a seleccionar críticamente y a razonar.

¡Ahí es donde encuentra su nuevo rol el docente!

El gran desafío hoy de la escuela es generar espacios de interacción, donde


se desarrollen las competencias socio-emocionales, generar humanidad, y en
esta tarea el liderazgo es del docente, entonces se vuelve irremplazable y su
rol se resignifica.

¡La escuela es indispensable!!!

¡Aún en la Educación lo más importante es la interacción humana!


Para ampliar las lecturas y las miradas al respecto proponemos los siguientes
artículos:

¿Existen los nativos digitales?

¿Nativos digitales o espejitos de colores?

Cambio de paradigma desde la UNESCO

La Educación encierra un tesoro”1, es un informe de la UNESCO de la


comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI. El mismo intenta
poner fin a la visión tradicional de educar sólo para la adquisición de
conocimientos priorizando los aprendizajes científicos y técnicos, e instala un
nuevo paradigma que amplía el concepto de aprendizaje, sumando al
aprendizaje de competencias socio-emocionales las cuales requieren y exigen
de una Educación Emocional. Señala 4 pilares de aprendizaje en la
Educación:

Aprender a convivir implica el desarrollo de las habilidades emocionales y


sociales como: la empatía, la gestión emocional, las habilidades
comunicacionales, la tolerancia, la autoestima y otras. Convivencia y
habilidades socio-emocionales van de la mano, se han realizado numerosos
estudios en grupos de estudiantes donde hay muchos problemas de
convivencia, y han evidenciado un déficit en el desarrollo de muchas de estas
habilidades. No existe convivencia sin estas competencias. Los problemas de
convivencia son una gran preocupación de las políticas educativas, por ello
desde el Programa Nacional de Convivencia Escolar se promueve también el
desarrollo de dichas competencias. Hoy se advierte también que los
problemas de convivencia en la escuela influyen notablemente en el
aprendizaje y en el comportamiento, todo el tiempo surgen nuevas formas de
violencia: bullying, ciberbullying, entre otras. Por todas estas cuestiones es
que el “aprender a convivir” ha pasado a ser el centro de la escena educativa
desde la visión mundial y desde la mirada nacional. También desde el 2004 se
encuentra en marcha el Programa Nacional de Mediación Escolar, cuyo
principal objetivo está centrado en el desarrollo de las habilidades ciudadanas
o “habilidades para la vida” así definidas por la Organización Mundial de la
salud. La OMS en promoción de la salud específica desarrolla en el ámbito
educativo diez habilidades para la vida de las cuales seis son habilidades
emocionales y sociales.

Lo importante: El rol docente en la actualidad es atravesado por la era digital ,


lo que genera nuevos desafíos reflexivos. Desarrollar competencias
socio-emocionales, lo hace irremplazable y lo resignifica. La mirada se centra
en reconocer la convergencia como oportunidad.

2. Autoridad pedagógica
¿De qué hablamos cuando hablamos de Autoridad pedagógica?

Recuperando un texto de Ruth Harf. 2015: “Cuando de la autoridad pedagógica


se trata: ¿De qué se trata?”

Estamos hablando de un educador capaz de interesar, motivar, movilizar y


cautivar a sus alumnos, (alguien que los “provoca”) y que al mismo tiempo
intenta y se propone reconocer su potencial, individual y grupal.

Beatriz Greco nos dice que la autoridad pedagógica debe sostener las
distancias y diferencias, al mismo tiempo que debe dar lugar a la continuidad
entre las generaciones.

Podemos ver a la autoridad pedagógica como una relación entre diferencias,


entre dos o muchos, cada uno de los cuales recorrió diversos caminos en la
vida y en el mundo del conocimiento. Interpretar la autoridad desde la
pedagogía, es verla desde una relación práctica y reflexiva entre alumnos y
profesores. Es una relación que se construye en una situación escolar de
enseñanza y aprendizaje.

El educador establece esta relación de autoridad a medida que logra


constituirse como referente y al mismo tiempo no abandona el ser puente,
vínculo entre los alumnos y el conocimiento. Esto último es muy importante
tenerlo en cuenta ya que la autoridad pedagógica no sólo busca y se sostiene
en vinculaciones interpersonales sino que implica abrir caminos hacia el saber y
por ende se apoya en una orientación hacia el aprendizaje de todos los
alumnos, razón de ser de la existencia de instituciones educativas.

Lo interesante es que se propone a que los estudiantes sean cada vez más
autónomos, en lo referido a los aspectos cognitivos, afectivos y sociales. Aquí
podríamos ver el doble juego de las ideas de autonomía y de vínculos: a más
“vínculo” con el saber, más “autonomía” del docente, es decir: a más vínculo
con el saber, más desvinculación del educador.

Un educador, al establecerse la relación de autoridad, buscará promover las


condiciones para que sus estudiantes ya no dependan de él y sean cada vez
más autónomos en su proceso de aprendizaje. Esto no implica disolver o hacer
desaparecer las asimetrías sino potenciarlas, es decir que sean motor para
ponerlas en diálogo con las otras formas de relación (igualdad, diferencia,
autonomía) entre alumnos y docentes. El educador debe registrar que el valor
de una relación de autoridad supone una renuncia a la omnipotencia, a la
totalidad, al control del otro, a capturar y cambiarlo según los propios deseos.

Pueden ver el texto completo en el siguiente enlace

En el contexto actual, el rol docente se ha modificado al punto que es posible


pensarlo como orientadores, guías o mediadores que partan del profundo
estudio de las necesidades educativas situadas y señalen opciones sin
proponer caminos únicos y exclusivos.

Es un rol multiplicador que resalta la importancia de descubrir el camino más


que el contenido, fomentando la habilidad de selección y resignificación a
partir del sentido crítico y en concordancia con el emergente de la sociedad
digital y tecnológica, que posibilita acceso y múltiples capacidades de
interacción; y que plantea una encrucijada entre la ciudadanía y la
alfabetización digital.

El paradigma digital en la educación se encuentra en puja con otros


paradigmas que están enraizados en la cultura escolar, provocando tensión y
evidenciando un momento de transición epocal. La convergencia mediatizada
favorece la expansión de múltiples representaciones de contenidos cuyos
orígenes son diversos, y donde se modifica la concordancia del tiempo y el
espacio. Tal multiplicidad y expansión de las nuevas formas comunicacionales
son producto del crecimiento tecnológico modificando las dinámicas
educativas presentes en las escuelas y generando aprendizajes ubicuos que
trascienden los espacios y tiempos escolarizados.

Lo importante: El educador genera autoridad pedagógica en la medida que


logra constituirse como referente y al mismo tiempo no abandona el ser
puente, vínculo entre los estudiantes y el conocimiento.

3. La inteligencia emocional

¿Qué es la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional es el conjunto de habilidades vinculadas a las


emociones y sentimientos: la capacidad para conectar con nuestras
emociones, de gestionarlas, de auto-motivarnos, de controlar los
impulsos, tolerar frustraciones.

Las habilidades emocionales se aprenden y se pueden desarrollar.


La inteligencia emocional responde a esa plasticidad cerebral donde
cualquier estímulo, práctica continuada crea cambios, construye nuevas
conexiones.

Los docentes que se preocupan en desarrollar las habilidades


emocionales y sociales en ellos mismos y en sus estudiantes, mejoran
notablemente el clima áulico y sus vínculos con éstos, disminuyendo así el
nivel de agresividad en las aulas.

Según Daniel Goleman, psicólogo estadounidense que ayudó a


popularizar la IE2, hay cinco elementos principales de la inteligencia
emocional en el liderazgo:

Autoconciencia - La autorregulación - Automotivación - Empatía - Las habilidades


sociales.

Cuanto mayor sea la capacidad del educador para administrar cada una
de estas áreas mayor será su liderazgo.

Veamos qué nos dice el autor al respecto de aprender a gestionar las


emociones:

Autoconciencia

Es la habilidad para identificar los propios sentimientos en el momento


que suceden y percibir cómo influyen en nuestro actuar. Tiene que ver
detenernos frente a lo que sentimos, diferenciar un sentimiento de otro,
ponerle nombre, preguntarnos por su origen, revisar la forma en que lo
expresamos. Se logra a través de la observación del propio
comportamiento, de un diálogo-interrogatorio interior:

¿Cómo me siento? ¿Por qué me siento así? ¿Cómo estoy manifestando


lo que estoy sintiendo?

Socialización emocional

Puede parecer obvio que sabemos lo que estamos sintiendo pero no es


así, generalmente estamos atrapados en el pensamiento, pensamos en lo
que haremos a futuro, en algo que ya pasó, pero hay un flujo de
emociones que corren paralelo al pensamiento, siempre estamos
sintiendo algo, pero por lo general no lo detectamos hasta que estos
pasan por la percepción. Así que esperamos que nuestros sentimientos
vengan a nosotros y nosotros no vamos a ellos.
Si somos conscientes de nosotros mismos y siempre sabes cómo nos
sentimos, sabremos cómo nuestras emociones y acciones pueden afectar
a las personas que nos rodean.

Ser consciente de uno mismo significa tener una imagen clara de tus
fortalezas y debilidades, y significa comportarse con humildad
(autoestima).

Autorregulación emocional

Se trata de la gestión emocional, la capacidad para administrar nuestros


estados emocionales con intenciones de adaptación, busca el equilibrio
entre el pensar, el sentir, y el actuar.

Implica: conocer, comprender, y controlar.

Dicha autorregulación emocional consiste en un difícil equilibrio entre la


impulsividad y la represión.

Sí aprendimos a reconocer las propias emociones a partir de allí podemos


modificar estados de ánimo displacenteros como la ira, los celos, etc. Lo
primero y un paso fundamental es ser consciente de nuestros impulsos,
indagar los mismos. Por ejemplo: cuando el enojo nos hace reaccionar
violentamente, nos debemos preguntar:

¿Por qué estoy enojado realmente?

En el preciso momento que sentimos el impulso, tenemos que detenernos


y observarnos como si nos viéramos a través de una ventana. Podemos
preguntarnos qué sentimos en ese momento. Cuando nos damos cuenta
de lo que estamos sintiendo, le ponemos nombre a cada emoción y la
aceptamos, surge la energía necesaria para frenar y encauzar dicho
impulso en una expresión más saludable (dialogar, escribir, hablar, etc.).
Tampoco es saludable frenar el impulso y no hallar ninguna forma de
expresarlo.

Es interesante saber que cuando un impulso nos avasalla, se da a nivel


irracional del pensamiento, por ello si en ese instante nos detenemos a
pensar, encendemos el pensamiento racional, el cual no puede convivir
con el pensamiento irracional, nos ayuda a salir de la irracionalidad y por
ende se puede controlar los impulsos.

Automotivación

Es la motivación hacia uno mismo, el darse las razones, el impulso, el


entusiasmo e interés para alcanzar una determinada meta, es el influir
sobre uno mismo. Preguntarse el para qué estamos haciendo lo que
estamos haciendo, qué sentido tiene.

La mirada optimista influye mucho en la automotivación, el focalizarse en


los aspectos positivos de la vida y minimizar los negativos, el ver más las
posibilidades de la realidad que sus límites.

El optimismo se desarrolla en la medida que reemplazamos los


pensamientos negativos por pensamientos positivos. Lo primero es
reconocer aquellas ideas negativas que más predominan en nuestro
pensamiento y preguntarnos el origen de las mismas. Conocer el origen
de dichas ideas negativas nos ayuda a que pierdan fuerza, ya que
muchas veces surgen del miedo. Luego hay que reemplazarlas por ideas
positivas y darles fuerza con la visualización y con emociones positivas.
Es decir, imaginamos lo que queremos lograr deteniéndonos en cada
detalle (visual, auditivo, etc.), y añadiéndole emociones positivas. Para la
mente no existe diferencia entre algo real y algo imaginado vívidamente
(con todos los detalles).

En la década del 60, hubo un campeón olímpico muy famoso llamado


Jean Claude Killy, un tiempo antes de competir en una carrera muy
importante, se lastimó una pierna lo que le impidió practicar para correr,
de todos modos salió primero. Cuando se le preguntó cómo ganó la
carrera respondió que había visualizado cada detalle de la carrera.

La empatía

La empatía es la capacidad para ponerse en el lugar del otro


imaginariamente y así poder entender lo que siente, ser capaz de captar
una gran cantidad de información sobre la otra persona a partir de su
lenguaje no verbal, sus palabras, el tono de su voz, su postura, su
expresión facial, etc. Y en base a esa información, pueden saber lo que
está pasando dentro de ellas, lo que están sintiendo.

Para el rol del educador tener empatía es fundamental, con ella logra que
las personas a su alrededor se desarrollen, y escuchen a los que lo
necesitan.

La empatía comprende distintas aptitudes emocionales:

● Comprender a los demás: percibir los sentimientos y perspectivas


ajenas, e interesarse activamente por sus preocupaciones.
● Ayudar a otros a poder desarrollarse. Percibir sus necesidades y
contribuir a generar e impulsar el desarrollo de sus capacidades.
● Valorar la diversidad y ver las oportunidades que nos brindan otras
visiones. Comprender a los demás
El desarrollo de la empatía es una parte fundamental del crecimiento de la
persona porque:

- Favorece el desarrollo emocional, permite que los niños se centren en lo


que hay a su alrededor en lugar de focalizar la atención en sí mismos.

- Mejora las relaciones sociales y las interacciones son más ricas, con
vínculos más fuertes.

- Contribuye a la socialización.

- La empatía es clave para ser queridos por los demás y para una sana
autoestima.

Habilidades sociales

Quienes tienen buenas habilidades sociales son capaces de adaptarse a


los cambios y resolver conflictos.

Veamos cuales son algunas:

● Habilidades comunicativas:
1. Saben interpretar con gran precisión el lenguaje
no verbal de los demás.
2. Perciben a través del tono de voz lo que siente su
interlocutor
3. Capacidad de escucha: mira a los ojos cuando
dialoga, presta atención a lo que le expresa su
interlocutor
4. Buen trato: conductas amables, simpáticas,
cortesía.
5. Sentido del humor, que genera un clima alegre y
descontracturado (no confundir con el humor
irónico o con la burla, que tensionan).

En la comunicación, el lenguaje verbal solo tiene el 7% de impacto,


mientras que el lenguaje corporal el 55% y el tono de voz el 38%. No es
tanto lo que digamos, sino cómo lo digamos. Imagínate poder comunicar
al 100% con los demás. Todo lo que aprenderías y por supuesto, el
mundo sería otro. Podrías crear un clima de trabajo o familiar agradable
y participativo sin envidias, juicios y mal entendidos.

● Capacidad de brindar confianza y seguridad, sabe generar un clima de


confianza y seguridad que hacen sentir bien a las personas con las
que interactúa.
-Adaptabilidad a la diversidad, tiene facilidad para relacionarse con
personas de diferentes culturas, edades, pensamiento, entendiendo la
diversidad como una gran oportunidad de crecimiento.

-Manejo de conflictos, ser un mediador cuando hay algún conflicto


entre las personas del ámbito donde se mueve.

-Generar vínculos sanos entre las personas.

-Habilidades para trabajar en equipo.

● Liderazgo y autoridad Pedagógica

La autoridad docente antes se imponía, un docente sólo por ser adulto


y ocupar una cátedra ya era respetado, hoy la autoridad se debe
construir porque ya no sucede como antes. El prestigio que tuvo
siempre un docente se fue desdibujando con los cambios sociales y el
cuestionamiento hacia las instituciones en general, entre ellas, la
escuela. Uno de los temas habituales de debate entre los docentes
es: la pérdida de autoridad en el aula.

El desarrollo de las competencias emocionales y sociales es el mejor


aliado de la construcción de autoridad pedagógica.

Construimos diariamente nuestra autoridad pedagógica cuando somos capaces


de favorecer una trama de encuentros positivos, entrelazando nuestras
subjetividades con las de nuestros estudiantes en un tiempo y un espacio
cultural, histórico y social en común, para poder perpetuarlos y recrearlos.

● Concepto de autoridad

El reconocimiento de la autoridad es lo que hace que alguien sea


autoridad. Requiere de ser mirado como tal por otros, para que pueda
ejercerse. Uno sin el otro, - la autoridad sin el reconocimiento-, sería
un sin sentido. Autoridad y reconocimiento de la autoridad son partes
de un mismo movimiento, y reconocer significa otorgar legitimidad,
aceptar aquello que la autoridad dispone o determina, sin oponerse y
teniendo la posibilidad de reaccionar en su contra.

Clima áulico y figura de autoridad del docente

El grupo es un lugar de pertenencia para el alumno, que tiene un


impacto emocional muy fuerte para él, donde se exponen sus éxitos y
fracasos. Por ello, el docente debe trabajar sobre el clima áulico.
El grupo ofrece la posibilidad de un vínculo reparador

El clima áulico depende en gran parte de la figura de autoridad que


logre el docente.

Estudios mediante encuestas confirman que recordamos más a los


docentes por sus capacidades socioemocionales (capacidad de
conectar con los alumnos desde la cercanía emocional) que por sus
conocimientos.

Que el docente sea democrático no significa que sea permisivo.


Muchos alumnos provienen de una familia y una sociedad permisiva.
Y no saben aceptar un “no”. Hay que mantener el “no” firmemente
pero sin agresividad.

El docente democrático tiene la facilidad de redirigir la bronca de sus


alumnos, de convertirla en risa o en empatía, estas son incompatibles
con la agresión. Un experimento demostró desarrollando la empatía
baja la agresión: una persona pasa un semáforo en rojo provoca un
índice del 90% de bocinazos. Se hace pasar el semáforo en rojo a una
persona usando muletas, otra disfrazada de payaso haciendo
humoradas, y el índice de bocinazos es mucho menor.

Docente que promueve la construcción del rol desde el Autoritarismo: Destaca los
errores de sus alumnos. Promueve la exclusión porque tiene preferencias. Mantiene
una distancia con el alumno y centra la atención de la clase en su persona. Genera
antipatía, frialdad. Proporciona un clima tenso donde se reprime la espontaneidad.

Docente democrático que promueve la construcción del rol desde de Autoridad


Pedagógica: Destaca los logros de sus alumnos. Promueve la inclusión, valorando a
cada uno de sus alumnos. Intenta prestar atención a cada alumno, no pone tanta
distancia entre él y sus alumnos. Genera empatía, capacidad de conexión con los
alumnos. Fomenta la libertad de expresión.

4. Trayectorias escolares

Para ampliar las lecturas y las miradas sobre la temática de las trayectorias
escolares, les proponemos la lectura de los siguientes artículos:

La influencia de las emociones en el rendimiento escolar

Desde siempre, el rendimiento académico se ha relacionado la inteligencia,


siendo considerado el factor principal que determina el éxito o el fracaso
escolar. Y es cierto, la inteligencia tiene mucho que ver con los resultados
académicos. Sin embargo, los estudios más recientes consideran que hay
muchos otros factores que influyen en el rendimiento de los niños y
adolescentes: la motivación, la autoestima, la tolerancia a la frustración y la
autonomía.

¿Cómo ayuda la educación emocional ante el fracaso escolar?

Las emociones influyen en la forma como valoramos nuestra realidad: facilitan


que estemos motivados, permiten adaptarnos a las situaciones y favorecen
que actuemos mejor al comprenderlas y expresarlas.

De hecho, la educación emocional es una forma de prevenir muchos


problemas futuros, entre ellos el fracaso escolar y posterior abandono, porque
permite educar el afecto desde las primeras etapas de la vida, de manera que
estas actitudes positivas se mantengan y posibiliten superar las dificultades,
tener una actitud positiva ante la vida y ante sus propias limitaciones.

Competencias emocionales que fortalecen frente a las dificultades en el


aprendizaje o frustración escolar previniendo así el abandono escolar:

● La motivación: es la capacidad de actuar y persistir en una tarea hasta


alcanzar el objetivo. Hay muchos niños que no son capaces de motivarse
en el colegio, ya sea porque creen que no lo van a lograr, porque ante
cualquier dificultad pierden el interés o porque esperan una recompensa
inmediata. A menudo los niños expresan esta desmotivación con frases
como “no voy a poder”, “esto es muy difícil”, “ya estoy cansado”, etc. La
educación emocional permite a los niños gestionar estos sentimientos y
transformarlos en otros más adaptativos que les hagan sentirse capaces,
de manera que sus pensamientos se enfoquen hacia el beneficio de saber
que: “puede lograrlo” y que si bien “es difícil con esfuerzo puede
conseguirlo”.

● La autoestima: es la forma como nos vemos a nosotros mismos. La


autoestima baja provoca emociones y pensamientos como “no valgo para
esto”, “no soy lo bastante listo”, “no lo voy a conseguir”... Estas emociones
harán que el niño no se esfuerce o tienda a equivocarse sin poner remedio,
esperando la confirmación de esas ideas. Mediante la educación emocional
los niños aprenden a valorarse a sí mismos, a creer en sus posibilidades, a
sentirse capaces y superar las adversidades. Estas emociones provocan una
actitud mucho más adaptativa frente a cualquier tarea escolar: “soy listo”,
“puedo hacerlo”... y facilitarán que el niño actúe en consonancia a estos
pensamientos, tratando de hacerlo bien.
● La tolerancia a la frustración: Es muy común que los niños no toleren bien la
frustración. Es algo natural que debe educarse a medida que van
encontrándose obstáculos y los van superando. Cuando un niño no ha
aprendido a tolerar la frustración, sentirá rabia y abandonará, pensando “es
injusto”, “es demasiado difícil”, “ya no quiero intentarlo más”. Si las familias y
los maestros educamos estas emociones y le ayudamos a tolerarlas, los
niños aprenderán que las dificultades se pueden superar. Esto hará que
acepten la situación sin enfadarse, y dediquen su energía a solucionar el
problema, pensando “como puedo arreglarlo?” “que puedo hacer para
mejorar la próxima vez?”

● La autonomía: Los niños con baja autonomía sienten que no son capaces de
hacer las cosas por sí mismos. Buscan la ayuda del adulto y cuando están
solos ante una tarea no saben como afrontarla, por lo tanto se sienten
indefensos, incluso enfadados por tener que hacelo solos, pensando “cómo
voy a hacer esto?”, “si no me ayudan no voy a poder”. A través de la
educación emocional los niños aprenden a creer en sus propias posibilidades
y a disfrutar de sus logros, de manera que desean tener mayor autonomía y
esa actitud les lleva a pensar “voy a hacerlo solo”, “lo voy a conseguir”.

La educación emocional facilita el buen desempeño escolar -y en cualquier área


de nuestras vidas-, ya que nos ayuda a gestionar los sentimientos y
equilibrarlos, a pensar sobre nosotros mismos y sobre los retos que
encontramos de un modo más optimista.

Es importante que esta educación emocional se desarrolle desde temprana


edad, porque la forma de gestionar las emociones se aprende desde los
primeros años. Siempre se pueden reeducar las emociones, pero será más
complejo cuanto más esperemos.

Comunicación

Marshall B. Rosenberg es fundador y director de los servicios educativos del


Centro para la Comunicación No Violenta (CCNV). Tras haber crecido en un
barrio problemático de Detroit, el Dr. Rosenberg se interesó profundamente
por nuevas formas de comunicación para presentar alternativas pacíficas a la
violencia de la que fue testigo. Este interés también lo llevó a la obtención de
un doctorado en psicología clínica en la Universidad de Wisconsin en 1961.
Fundó el CNV en 1984 y brindan capacitación en 30 países de América del
Norte, América del Sur, Europa, Asia, Oriente Próximo y África, ofreciendo
talleres para educadores, terapeutas, padres, trabajadores de los servicios
de salud, mediadores, gerentes de empresas, guardia de cárceles y reclusos,
policías, personal militar, clero y oficiales del Gobierno. Actualmente, el Dr.
Rosenberg reside en Wasserfallenhof, Suiza, y viaja habitualmente a
ciudades de todo el mundo ofreciendo capacitación en CNV y mediaciones
en conflictos.

La comunicación no violenta se basa en la siguiente fórmula3:

1. Observación. Primero aprender a comunicar lo que ocurre de forma objetiva y


neutra (sin juicios).

2. Sentimiento. Segundo, reconocer qué sentimiento te produce una situación o


persona en un momento determinado.

3. Necesidades. Tercero, aprender a expresar a la otra persona tus necesidades en


relación al tipo de sentimiento que tienes en ese momento (te haces responsable de
tus propias necesidades y de expresarlas con claridad a los demás).

4. Petición. Y por último, descubres cómo proponer a la otra persona una petición o
idea que permita a ambos enriquecer sus vidas.

No hay forma de herir a otros con este tipo de comunicación “mucho más
elevada”, lo que te permite mejorar las relaciones interpersonales.

La comunicación que bloquea la compasión

La compasión es, según Marshall, un estado natural del ser humano, y con este
nuevo tipo de comunicación apoyas esta compasión innata. No obstante con la
forma habitual con la que te comunicas, y nos comunicamos la mayoría de
nosotros, te alejas de esta compasión a través de:

- Los juicios moralistas. Esto es, criticar, comparar, o echar la culpa a otros de
tus propias desgracias o necesidades. También incluye insultar, etiquetar y
emitir diagnósticos basados en tu necesidad de sentirte mejor en una situación
dada, por ejemplo (de quedar por encima).

- La negación de la responsabilidad. Esto ocurre cuando utilizas expresiones


como “tengo que…” o “me veo obligada a…”, que te hacen
des-responsabilizarte de tus actos y decisiones. O por ejemplo cuando dices:
“me haces sentirme culpable”, aquí, eres tú quién está culpando a la otra
persona y echando balones fuera.

- Las exigencias y el castigo. Ya que implica que hay alguien que está haciendo
las cosas “mal”, o que “es malvado”, lo cual te aleja de la compasión
notablemente.

Con esta forma de comunicación y ver la realidad, no se consigue lo que nos


proponemos cuando hablamos con otra persona. Lejos de llegar a un acuerdo,
o conseguir que la otra persona te ayude o te entienda, lo que propicias es que
se ponga a la defensiva y no atienda realmente a cuáles son tus sentimientos o
necesidades en ese momento.

Observar sin evaluar

Observar sin evaluar es el primer paso de una CNV.

Cuando separamos la observación de la evaluación (juicio subjetivo), damos la


opinión de una manera más consciente y menos violenta.

Esto se consigue dejando de generalizar, exagerar y evaluar los hechos


objetivos, transformándolos en una manera de ofender o atacar al otro. Por
ejemplo, en lugar de decir “raras veces haces lo que te pido“, podríamos decir
“Las tres últimas veces que empecé una actividad, me dijiste que no querías
hacerla“.

Identificar y expresar los sentimientos

El problema es que no estamos acostumbradas a identificar nuestros


sentimientos, porque prestamos más atención a juzgar qué es lo que hacen mal
los otros.

Así pues en lugar de decir: “Siento que cuando mi vecino pone la música tan
alta, es porque tiene un problema de personalidad”, podríamos decir: “me siento
frustrado cuando mi vecino pone la música alta, porque necesito descansar por
las noches”.

Si te fijamos en la primera oración, la persona que habla no expresa para nada


cómo se siente, qué sentimientos tiene en ese momento. Solamente hace
referencia a lo que le parece mal en la otra persona. Es importante, por tanto,
aprender a identificar los propios sentimientos para empezar a comunicarnos
mejor con los demás, y crear empatía en el otro.

Asumir la responsabilidad de nuestros sentimientos

Cuando alguien se dirige a nosotros de forma negativa (juzgandonos por


ejemplo), no es él quién nos hace sentir mal, sino que simplemente es un
desencadenante o un estímulo. Quién realmente se ofende o molesta es uno
mismo.

Esto es, asumir la responsabilidad de los sentimientos, hacernos consciente de


que pase lo pase a nuestro alrededor, tenemos el poder de no reaccionar, todo
depende de con como estemos observando lo que está sucediendo.

4 Posibles respuestas:

1. Sentir culpa, ante lo que nos dice el otro, nos sentimos responsables.
2. Proyectar la culpa al otro, ante lo que te dice el otro, nos sentimos
víctimas.

3. Ser consciente de nuestros sentimientos y necesidades. Y buscar la mejor


manera de comunicárselo al otro.

4. Darnos cuenta de los sentimientos y necesidades de la otra persona. Ya


que si nos está reclamando algo, es porque esa misma persona no sabe cómo
manifestar su malestar y su necesidad de otra manera, más constructiva (lo que
lleva a sentir compasión, y no enfado).

Las dos últimas opciones nos permiten elegir otra manera de relacionarnos con
los demás, a pesar de que se acerquen a nosotros de maneras más bien
negativas.

Lo que pedimos a los demás para enriquecer nuestra vida

Hay que aclarar bien lo que queremos pedirle a los demás, expresar con
claridad nuestras necesidades, o lo que esperamos de ellos. Porque
habitualmente sólo pensamos en lo que no queremos, o lo que no nos gusta.
Poniendo nuestro foco de atención en lo que no queremos no vamos a
conseguir queremos, sin manifestarlo como una exigencia.

La recepción empática

En la CNV, lo que se promueve es escuchar “con el corazón”, no con la mente.


Es decir, cuando alguien nos pide algo o nos comunica cómo se siente,
escuchar con empatía implica vaciar la mente de:

○ Las ganas de dar consejos.


○ Intentar tranquilizar al otro, minimizando su situación, o diciéndole que
no es para tanto.
○ Dar nuestra opinión, o hablarle sobre lo que haríamos en su lugar.
○ Contarle cómo nos sentimos, o lo que hemos vivido para demostrarle
que es aún peor o mejor.

Otra buena manera de demostrar al interlocutor que lo hemos comprendido, es


parafraseando lo que nos dice, para que se sienta verdaderamente escuchado
y comprendido.

Las relaciones mejoran con la empatía, porque le brindamos al otro un espacio


en el que se sentirá seguro y atendido, lo que favorece aún más la
comunicación entre ambos.

El poder de la empatía
Empatizar con el otro en cualquier tipo de circunstancias (incluidas las
negativas) nos permite:

○ Percibir el mundo y a los demás de una nueva manera. Dejamos de


ver en el otro un ataque, podemos ver una persona que tal vez está
dolida o frustrada por algo que le sucedió. Lo que te permitirá no
tomártelo como algo personal.
○ Sentirnos más seguros, a través del dejar entrever nuestra
vulnerabilidad. Ya que al confesar, por ejemplo, ante una audiencia
que estamos un poco nerviosas/o, los oyentes estarán más
predispuestos a empatizar con nosotros y ser menos exigentes con
nuestra exposición.
○ Captar las necesidades y sentimientos del otro.

La conexión con uno mismo a través de la compasión

Es importantísimo empatizar con uno mismo contigo mismo, ser


autocompasivo, no ser tan severo con los propios errores.

Siempre que nos obligamos o exigimos hacer algo es porque queremos cubrir
alguna de nuestras necesidades: puede ser que nos exijamos trabajar porque
necesitamos dinero, o queremos atender a los demás en todo momento porque
necesitamos aprobación, y preferimos exigirnos a nosotros mismos hacer cosas
que no nos agradan antes de sentir culpa, vergüenza o por miedo al castigo.
Por tanto, hay que descubrir cuál es esa necesidad y buscar la manera de
satisfacerla desde la Elección (y no la Obligación).

La expresión plena de la ira

La CNV no enseña a reprimir o a ignorar la rabia. Todo lo contrario, nos enseña


a descubrir cuál es la verdadera necesidad que existe detrás de esa rabia.

Lo primero a reflexionar es que nunca nos enojamos por lo que dicen o hacen
los demás, sino por los pensamientos que se desencadenan en nuestra mente
cuando alguien hace o dice algo que está en contra de nuestros valores. Es
nuestro propio pensamiento el que nos enfada.

Los insultos, los juicios, y la violencia física, son formas de expresar la ira que
no nos conducirán a conseguir lo que nos proponemos: satisfacer la propia
necesidad de que la otra persona comprenda que lo que ha dicho o hecho nos
ha molestado. Lo más posible es que se ponga a la defensiva (no escuchará
nuestro dolor), o incluso que se rebele y agudice aún más ese comportamiento
que no nos gusta.

Los 4 pasos de la CNV para expresar la ira:


1.Ante algo que nos irrita. Detenernos. Respirar profundamente.

2.Observar los pensamientos de juicios que tenemos en ese momento.

3. Reflexionar qué necesidad subyace detrás de esos juicios.

4.Expresar qué necesidades y sentimientos tenemos en ese momento.

Expresar agradecimiento mediante la comunicación no violenta

La CNV recomienda aprender a dar elogios a los demás de forma más positiva
y responsable. Pues habitualmente cuando elogiamos a otros, lo que estamos
haciendo es emitir un juicio (aunque en este caso es positivo, no deja de ser un
juicio).

La otra manera que existe de elogiar a los demás es decir “gracias”


expresando:

-Las acciones que contribuyeron a que estemos agradecidos o que


elogiemos a la otra persona.

-Aquellas necesidades propias que quedaron satisfechas con ello.

-Los sentimientos placenteros que derivan de cubrir esa necesidad.

Por ejemplo, en lugar de decir: “Usted es un hombre brillante“, podrías decir:


“Marshall cuando dijiste que había otra manera de gestionar la ira, me sentí
muy esperanzada porque estaba buscando la manera de conectar mejor con mi
hijo, y tu clase me dio la orientación que necesitaba“.

De esta manera, nos hacemos responsables de nuestras emociones y no


culpamos a los otros de nuestros ataques de ira, porque comprendemos que
esta emoción es sólo la expresión de una necesidad nuestra que no está siendo
satisfecha en ese momento.

El uso protector de la fuerza

Pueden existir situaciones en las que el uso de la fuerza protectora sea


imprescindible. Ahora bien, muchas veces utilizamos la fuerza sin que nuestra
integridad o vida esté en peligro, simplemente porque no hemos aprendido a
expresar nuestras necesidades y a comprender nuestras emociones. Así pues,
chillas, usas la fuerza física o castigas a aquellos que consideras “malvados”,
en un vano intento de satisfacer tus necesidades. La CNV puede ayudarte a
mejorar tus estallidos emocionales para que no tengas que recurrir a la
violencia.
Lo importante: La CNV es una invitación a identificar objetivamente necesidades,
sentimientos, percepciones y peticiones, para evitar el conflicto y lograr la armonía.

5. Repasemos lo importante
El optimismo aprendido y el modo creativo

El optimismo y la esperanza al igual que la impotencia y la desesperación,


pueden aprenderse. Detrás de los dos existe lo que los psicólogos denominan
autoeficacia, la creencia de que uno tiene el control de parte de los
acontecimientos de su vida y puede hacer frente a los problemas en la medida
en que se presenten. Desarrollar algún tipo de habilidad fortalece la sensación
de eficacia y predispone a asumir riesgos y problemas más difíciles. Y el
hecho de superar estas dificultades aumenta a su vez la sensación de
autoeficacia, una aptitud que lleva a hacer un mejor uso de cualquier habilidad
y que también contribuye a desarrollarlas.

¿Por qué es inteligente ser optimista?

Lucas Malaisi, psicólogo Argentino explica esto de la siguiente manera: a los


estados de ánimo que Damasio llamó desánimo- entusiasmo, el los define
como modo defensa o modo creativo. Cuando percibimos un peligro o
cualquier emoción displacentera, quedamos en modo defensa. El modo
defensa, en términos biológicos es la activación de una parte del sistema
nervioso autónomo, que es el sistema simpático Y cuando esto ocurre,
nuestros cuerpos se disponen para las siguientes acciones: defensa, huída,
parálisis. El problema es que cuando se activa el simpático, se desactiva el
parasimpático; el cual regula el funcionamiento del sistema digestivo, la
memoria, la inteligencia, la creatividad, el sistema inmunológico, etc. Cada vez
que nos enojamos, cada vez que tenemos miedo; nada de esto funciona o
funciona al 50%. Por ej: estudiantes que cuando van a rendir, le tienen miedo
al profesor; activan el modo defensa, tienen palpitaciones y se olvidan de todo
o casi todo. La responsable de estas situaciones es una sustancia en sangre-
segregada como consecuencia de una emoción la que activa el sistema
simpático o el parasimpático ,que en términos psicológicos se llama modo
defensa/ desánimo o modo creativo/ entusiasmo . Cuando estamos en modo
creativo liberamos sustancias químicas que hacen que nuestra memoria
trabaje al máximo, nuestra creatividad también y nuestros sistemas
inmunológico y digestivo funcionen a la perfección. Cuando estamos en modo
defensa nuestra creatividad y memoria funcionan a la mitad, el sistema
inmunológico se debilita y lo que comamos no nos va a caer bien, ya solo
tenemos energía para huir, atacar o paralizarnos. Se desconectan los LPF .
Aquí vemos entonces que hay un error en la biología. ¿De qué nos sirve que
se active el sistema simpático cuando tenemos que dar un examen, si es
cuando más necesitamos nuestra creatividad y memoria funcionando? Es un
remanente de la evolución del hombre. En el pasado- comienzos de la
humanidad-, estábamos en la selva tranquila comiendo cuando, de repente,
veíamos a un león y había que salir corriendo para salvar nuestra vida. El
cuerpo desactivaba el sistema digestivo, la memoria y el sueño; salía
corriendo y podía sobrevivir. Pero los problemas de la humanidad cambiaron y
la amígdala no discrimina qué tipo de problemas tenemos; entonces sigue
desactivando el sistema parasimpático y nos sitúa en modo defensa. Los
problemas del siglo XXI no requieren del modo defensa para ser resueltos. Al
contrario, requieren del modo creativo. Si tenemos un examen que dar o un
problema en el trabajo, no sirve que nos pongamos en modo defensa porque
vamos a funcionar biológicamente a la mitad. Por ello, necesitamos realizar
una reeducación de las emociones.

Cómo cambiar del modo defensa al modo creativo

Para lograr esto debemos saber primero que maneja los estados emocionales:
LOS PENSAMIENTOS. Es decir, nuestra forma de clasificar la realidad,
nuestra forma de interpretar lo que nos pasa. Las emociones, están generadas
por las interpretaciones que hacemos de los hechos, lo que pensamos sobre
lo que nos ocurre determina aquello que sentimos. No es la realidad lo que
genera las emociones sino como nosotros interpretamos lo que nos pasa. Está
en los pensamientos el poder de generar las emociones.

¿Qué es el pensamiento? ¿Cómo lo identifico?

El pensamiento es el autodiálogo, charla cerebral. Cada vez que pensamos


hablamos con nosotros mismos. El 90 % de la comunicación que tenemos los
seres humanos es con nosotros mismos. Sólo el 10% se da con el afuera.
Casi todo el tiempo estás comunicándote con vos. Cada vez que pensás
charlas con vos mismo.

¿Qué es lo que marca la diferencia en la vida de las personas?

La calidad del autodiálogo. Hay gente que en su autodiálogo se maltrata, se


marcan todo el tiempo lo negativo, lo que anda mal. Si el autodiálogo es
tortuoso hacia afuera genera enojo con los demás. Por ej: Siempre me hacen
enojar, no valoran lo que hago, todos me decepcionan, etc. Cuando el
autodiálogo es tortuoso pero hacia adentro genera ansiedad o depresión .Por
ej: soy siempre el mismo, no sirvo para nada. Este tipo de autodiálogo nos
hace entrar en modo defensa.
Otras personas, sin embargo, tienen un autodiálogo motivante y a los
problemas los ven como desafíos .Por ej: seguro que esto está acá para
fortalecerme, para crecer (nos hace entrar en modo creativo) .Pero ¿cuándo
surge este autodiálogo? Cada vez que pensamos, evaluamos y clasificamos la
realidad, lo que nos está pasando; con una escala que va desde excelente a
pésimo. Por ej, si tenés que mudarte de ciudad por motivos laborales de tu
esposo, lo que te obliga a dejar tu trabajo. ¿Cómo clasificas ese hecho?
¿Pésimo? ¿Lo peor que te pasó en la vida? Sin embargo, la realidad es dual y
frente a este mismo ejemplo; una persona optimista pensaría “ Si esto nos
pasó, va a ser para bien en el futuro, Seguramente yo conseguiré otro trabajo
en la nueva ciudad, haremos nuevas amistades, quizás los chicos tengan más
oportunidades allí, etc. Pensemos ahora en otro ejemplo, tu marido consigue
un ascenso en su trabajo, ¿cómo lo clasificas? Excelente. Sin embargo, la
persona pesimista pensaría: Ahora seguramente le van a exigir que se quede
más horas, va a estar menos tiempo con la familia, va a tener más cenas de
negocios, hasta quizás tenga que viajar los fines de semana, etc. (Y lo que era
una noticia linda, pasa a ser una tragedia en potencia).

El estado de ánimo tiene una correlación directa con la clasificación de la


realidad minuto a minuto. Está comprobado que las personas con depresión o
muy quejosas utilizan mucho el rango pésimo-muy malo, malo normal ¿en qué
plataforma emocional viven prácticamente? MODO DEFENSA.

Las personas optimistas, por el contrario, utilizan este rango de evaluación


(normal, bueno, muy bueno, excelente) ¿en qué plataforma emocional viven
prácticamente? MODO CREATIVO.

Toman lo negativo como instancias de aprendizaje y como fuerza motivadora


para cambiar algo. ¿De qué depende entonces nuestra forma de evaluar la
realidad? Depende de nuestras creencias. ¿Cuáles son los orígenes de las
creencias (mente inconsciente)? La crianza. Es la que más influye (lo vivido
hasta los 8 años forma parte del inconsciente y se llaman los días decisivos)
Lo que nos dijeron en esa etapa pasa a convertirse en realidad porque pasa a
formar parte de las creencias nucleares. Si lo que te dicen en esa etapa es
negativo: “sos un tonto, sos egoísta”; vas a hacer realidad estos rótulos
cuando seas grande. En cambio, si es positivo: “vos podes, sos una persona
maravillosa”, en eso te convertirás. Pero no sólo lo que nos dicen nuestros
padres, también influye lo que nos dicen en la escuela, lo que nos llega a
través de los medios de comunicación, etc. El conocimiento científico (los
libros que estudias, lo que lees al respecto, cursos, etc.) La experiencia. Por
ej: Me va mal en la prueba de matemáticas (Pienso y generalizó: soy malo
para las matemáticas). Aquí se va a dar un círculo vicioso: si creo que soy
malo para una materia, voy a entrar a una prueba con miedo (por consiguiente
funcionando al 50%).
Consecuentemente, es muy posible que me vaya mal y refuerce con esa mala
experiencia mi creencia previa. La focalización. Si nos focalizamos en ver lo
positivo de lo que nos pasa, lo vamos a encontrar; pero si nos focalizamos en
lo negativo, también lo vamos a encontrar.

¿Cómo podemos, entonces, ayudar a nuestros alumnos a cambiar su autodiálogo o


a crear creencias optimistas?

Enseñarles que visto en perspectiva todo problema o conflicto es una


oportunidad para crecer y, en definitiva, es positivo. Enseñarles, además, que
los problemas son nuestro entrenamiento emocional, nos ayudan a sacar
músculos emocionales y el encontrarles soluciones creativas, nos va a ayudar
en un futuro a afrontar la vida más fuertes , a no dejarnos vencer, a lograr
nuestras metas pese a los obstáculos y , en consecuencia, a ser más felices.

No castigar el error. El error es una instancia de aprendizaje: Nos ayuda a ver


qué cosas debo cambiar la próxima vez. Es decir, los errores son los motores
del cambio. (No debe haber consecuencias negativas por un error cometido, si
por la transgresión de un límite del cual se haya hablado de antemano) Las
críticas deben ser constructivas y en privado. Deben ser concretas y apuntar a
una acción que puede ser mejorada. No al ser. Tener en cuenta que lo que
riegas, crece. Si me vivo fijando y vivo señalando lo negativo en mis alumnos,
eso es lo que crecerá. Sin embargo, si resalto y presto atención a lo positivo,
eso crecerá. Debemos tener en cuenta que el cerebro se cierra frente a
comentarios negativos. Si queremos lograr un cambio en ellos, debemos
decirles alguna fortaleza que vemos en ellos, luego la acción que puede ser
mejorada y luego una idea empoderadora.

Ayudándoles a construir un autodiálogo motivante y enseñándoles, dentro de


nuestras posibilidades, a tener un estilo optimista para clasificar la realidad.
Enseñarles a dar lo mejor de sí independientemente de los resultados. Cuando
uno da lo mejor de sí generalmente los resultados son buenos. Si no lo son, en
nuestro autodiálogo estamos tranquilos que hicimos lo mejor que pudimos.

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