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DERECHO CIVIL
Convocatoria de 2023

TEMA 21
Sumario:

1. La usucapión: requisitos y efectos.


2. Los modos de perder el dominio.
3. Referencia a las adquisiciones a non domino.

1. LA USUCAPIÓN: REQUISITOS Y EFECTOS.

A. USUCAPIÓN.

1. Concepto.

La usucapión es un modo de adquirir el dominio o los derechos reales por la posesión a título de dueño,
continuada y por el tiempo señalado en la ley.

Se basa en dos hechos fundamentales: la posesión de la cosa por parte de quien no es su propietario
y la duración de esta por un cierto tiempo.

2. Fundamento.

El fundamento de la usucapión es discutido. Así, se han establecido:

— El fundamento subjetivo se apoya en el abandono o negligencia del titular del derecho


que ha permitido que otro adquiera su derecho por la posesión continuada durante cierto tiempo.

—Es fundamento objetivo que es más aceptable, pues, para que exista la usucapión, no es
preciso que haya una actuación negligente del titular o un trabajo de la usucapión, sino que basta el hecho de
la posesión, en el tiempo y con los requisitos que marca la ley.

3. Clases.

La usucapión se divide fundamentalmente en ordinaria y extraordinaria.

— La ordinaria requiere que el poseedor posea con título y buena fe.

— La extraordinaria no exige esos requisitos, que se suplen por la exigencia de un plazo más
largo de posesión.
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B. REQUISITOS.

La doctrina clasifica los requisitos de la usucapión en personales, reales y formales:

I. Requisitos personales.

Dentro de los requisitos personales la doctrina incluye al que prescribe, al dueño de la cosa prescrita
y la buena fe.

1. Capacidad de los sujetos.

a) Usucapiente: capacidad (artículos 1931 a 1933):

— Artículo 1931: «Pueden adquirir bienes o derechos por medio de la prescripción


las personas capaces para adquirirlos por los demás modos legítimos».

— Capacidad del dueño de la cosa prescrita (artículo 1932). Según el artículo


1932:

«Los derechos y acciones se extinguen por la prescripción en perjuicio de toda


clase de personas, inclusas las jurídicas.

Queda siempre a salvo, a las personas impedidas de administrar sus bienes, el


derecho para reclamar contra sus representantes legítimos cuya negligencia hubiese sido causa de la
prescripción».

— Artículo 1933: «La prescripción ganada por un copropietario o comunero


aprovecha a los demás».

b) Dueño de la cosa prescrita (artículo 1934).

i) Herencia yacente (artículo 1934). «La prescripción produce sus efectos jurídicos
a favor y en contra de la herencia antes de haber sido aceptada y durante el tiempo concedido para hacer
inventario y para deliberar» (artículo 1934), es decir, mientras la herencia está yacente.

2. Buena fe (artículos 1950, 433 y 435).

— En sentido positivo, el artículo 1950 dice: «La buena fe del poseedor consiste en la creencia
de que la persona de quien recibió la cosa era dueño de ella y podía transmitir su dominio».

— Y en sentido negativo, el artículo 433 dice: «Se reputa poseedor de buena fe al que ignora
que en su título o modo de adquirir exista vicio que lo invalide. / Se reputa poseedor de mala fe al que se halla
en el caso contrario».

No están de acuerdo las legislaciones respecto a si basta la buena fe inicial del poseedor o hace falta la
continuación de la misma durante el plazo de la prescripción. Nuestro Código parece optar por la primera a
juzgar por el artículo 435: «La posesión adquirida de buena fe no pierde este carácter sino en el caso y
desde el momento en que existan actos que acrediten que el poseedor no ignora que posee la cosa
indebidamente».
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II. Requisitos reales (artículos 1936 y otros).

Los requisitos reales se refieren a las cosas adquiribles por usucapión.

«Son susceptibles de prescripción todas las cosas que están en el comercio de los hombres»
(artículo 1936), siempre que sean poseíbles, y: «SOLO pueden ser objeto de posesión las cosas y derechos
que sean susceptibles de apropiación» (artículo 437).

También dice el Código en el artículo 1956 que «Las cosas muebles hurtadas o robadas NO podrán ser
prescritas por los que las hurtaron o robaron, ni por los cómplices o encubridores, a no haber prescrito el delito
o falta, o su pena, y la acción para exigir la responsabilidad civil, nacida del delito o falta» (artículo 1956).

III. Requisitos formales.

Los elementos formales se refieren al título, la posesión y el tiempo de la posesión.

1. Justo título (artículos 1952 a 1954).

El justo título solo se exige en la prescripción ordinaria, según el artículo 1940: «Para la prescripción
ordinaria del dominio y demás derechos reales se necesita poseer las cosas con buena fe y justo título, por el
tiempo determinado en la ley» (artículo 1940). El título, para los efectos de la prescripción, es el hecho que
sirve de causa a la posesión y, consiguientemente, a la adquisición de la propiedad.

El título para la usucapión ha de reunir las condiciones siguientes:

a) Justo. «Entiéndese por justo título el que legalmente baste para transferir el dominio o
derecho real de cuya prescripción se trate» (artículo 1952). Tiene que ser un título traslativo del dominio; los
no traslativos no valen (caso de un arrendamiento).

b) Verdadero y válido. «El título para la prescripción ha de ser verdadero y válido»


(artículo 1953):

— Por no ser verdaderos, no sirven el título simulado ni el título putativo (que es el


que se apoya en un error).

— El Tribunal Supremo ha declarado que no es válido un título nulo, pero sí


servirá un título anulable.

d) Probado. «El justo título debe probarse; no se presume nunca» (artículo 1954). Es una
excepción a la regla general de la posesión, pues el artículo 448 dice que el poseedor en concepto de dueño se
presume que posee con título.

2. Posesión (artículos 1941 a 1948).

«La posesión ha de ser en concepto de dueño, pública, pacífica y no interrumpida» (artículo 1941):

a) En concepto de dueño: por ello, no servirán para prescribir las posesiones del arrendatario
o cualquier otro poseedor de cosa ajena. Por ello: «No aprovechan para la posesión los actos de carácter
posesorio ejecutados en virtud de licencia o por mera tolerancia del dueño» (artículo 1942).
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b) Pública: es decir, los actos posesorios deben manifestar frente a los demás la creencia del
usucapiente de que está ejercitando facultades que le competen. Por ello: «Los actos […] ejecutados
clandestinamente y sin conocimiento del poseedor de una cosa […] no afectan a la posesión» (artículo 444).

c) Pacífica: ello equivale a haber sido ganada sin violencia, pues: «En ningún caso puede
adquirirse violentamente la posesión mientras exista un poseedor que se oponga a ello» (artículo 441). Sí podrá
usucapirse una vez haya prescrito el delito o la pena y la responsabilidad civil, según el artículo 1956.

d) Continuada y no interrumpida (artículos 1943 a 1948). Según el artículo 1943: «La


posesión se interrumpe, para los efectos de la prescripción, natural o civilmente»:

1) Interrupción natural. «Se interrumpe naturalmente la posesión cuando por


cualquier causa se cesa en ella por más de 1 año» (artículo 1944). Esto está en consonancia con el
artículo 1968.1.º, que fija ese plazo de 1 año para la acción para reclamar o recobrar la posesión.

2) Se interrumpe civilmente la posesión por las siguientes causas:

1. ª Por «la citación judicial hecha al poseedor, aunque sea por mandato de
juez incompetente» (artículo 1945).

Ahora bien, el artículo 1946 establece: «Se considerará no hecha y dejará de


producir interrupción la citación judicial:

1. º Si fuere nula por falta de solemnidades legales.

2. º Si el actor desistiere de la demanda o dejare caducar la instancia.

3. º Si el poseedor fuere absuelto de la demanda».

2. ªPor «el acto de conciliación, siempre que dentro de 2 meses de celebrado


se presente ante el juez la demanda sobre posesión o dominio de la cosa cuestionada» (artículo 1947).

3. ª
Por «cualquier reconocimiento expreso o tácito que el poseedor hiciere
del derecho del dueño» (artículo 1948).

3. Transcurso del tiempo (artículos 1955 a 1960).

1) Prescripción de bienes muebles (artículos 1955 y 1956).

Los plazos para la prescripción de los bienes muebles se regulan en el artículo 1955.

a) Ordinaria. «El dominio de los bienes muebles se prescribe por la posesión no


interrumpida de 3 años con buena fe» (artículo 1955.I). No se habla aquí de la necesidad del justo título porque
el artículo 464 dice: «La posesión de los bienes muebles, adquirida de buena fe, equivale al título. […]».

b) Extraordinaria. «Se prescribe el dominio de las cosas muebles por la posesión no


interrumpida de 6 años, sin necesidad de ninguna otra condición» (artículo 1955.II).

«Las cosas muebles hurtadas o robadas no podrán ser prescritas por los que las hurtaron o
robaron, ni por los cómplices o encubridores, a no haber prescrito el delito o falta o su pena y la acción para
exigir la responsabilidad civil nacida del delito o falta» (artículo 1956) (aunque las faltas ya no existen).
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2) Prescripción de bienes inmuebles (artículos 1957 a 1959).

Y los plazos de la prescripción de los inmuebles se regulan en los artículos 1957 a 1959.

a) Ordinaria. «El dominio y demás derechos reales sobre bienes inmuebles se


prescriben por la posesión durante 10 años entre presentes y 20 entre ausentes, con buena fe y justo título»
(artículo 1957).

Y según el artículo 1958:

«Para los efectos de la prescripción, se considera ausente al que reside en el


extranjero o en ultramar.

Si parte del tiempo estuvo presente y parte ausente, cada 2 años de ausencia
se reputarán como uno para completar los 10 de presente.

La ausencia que no fuere de un año entero y continuo no se tomará en cuenta


para el cómputo».

b) Extraordinaria. «Se prescriben también el dominio y demás derechos reales sobre


los bienes inmuebles por su posesión no interrumpida durante 30 años, sin necesidad de título ni de buena fe,
y sin distinción entre presentes y ausentes, salvo la excepción determinada en el artículo 539» (artículo 1959).
El artículo 539 se refiere a la usucapión de las servidumbres, y dispone: «Las servidumbres continuas NO
aparentes y las discontinuas, sean o no aparentes, solo podrán adquirirse en virtud de título» (esto es porque
por usucapión solo se pueden adquirir las servidumbres continuas y aparentes, y el plazo es de 20 años
[artículo 537], sin necesidad de título ni buena fe).

Pero estas normas solo rigen para los inmuebles no inscritos en el Registro de la Propiedad,
ya que a ellos se aplican las normas para la usucapión en contra del registro, que se contienen en los artículos 35
y 36 de la LH, que diferencian según que la usucapión opere a favor o en contra del titular registral.

3) Computación del tiempo (artículo 1960).

A todas las clases de prescripción les son aplicables las reglas del artículo 1960:

1. ª «El poseedor actual puede completar el tiempo necesario para la prescripción


uniendo al suyo el de su causante.

2. ª Se presume que el poseedor actual, que lo hubiera sido en época anterior, ha


continuado siéndolo durante el tiempo intermedio, salvo prueba en contrario.

3. ª El día en que comienza a contarse el tiempo se tiene por entero; pero el último debe
cumplirse en su totalidad».

C. EFECTOS.

El efecto esencial de la usucapión es la adquisición del derecho de propiedad o del derecho real
usucapido.
Tal adquisición se produce ipso iure, automáticamente, en el momento en que se cumple el plazo de
tiempo, si bien será necesario que sea reconocida por el anterior propietario o en una sentencia judicial.

La doctrina entiende que la usucapión retrotrae sus efectos al tiempo en que se inició la posesión.
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1. Renuncia a la usucapión (artículos 1935 y 1937).

Según el artículo 1935:

«Las personas con capacidad para enajenar pueden renunciar la prescripción ganada, pero no
el derecho de prescribir para lo sucesivo».

La renuncia no está sujeta a formalidad alguna: puede hacerse expresa o tácitamente.


«Entiéndese tácitamente renunciada la prescripción cuando la renuncia resulta de actos que hacen suponer el
abandono del derecho adquirido».

Ahora bien: «Los acreedores y cualquier otra persona interesada en hacer valer la prescripción podrán
utilizarla a pesar de la renuncia expresa o tácita del deudor o propietario» (artículo 1937).

2. LOS MODOS DE PERDER EL DOMINIO.

Los modos de perder el dominio se clasifican en voluntarios e involuntarios, según dependan o no


de la voluntad del dueño:

— Como voluntarios cabe hablar del abandono y la enajenación.

— Y como involuntarios, la pérdida de la cosa por salida del comercio, por destrucción, la
expropiación forzosa, la revocación del dominio y la adquisición a non domino por otra persona.

El Código Civil no formula una doctrina sistemática acerca de la pérdida de la propiedad, y hay que
reconstruirla a partir de preceptos aislados y de los principios generales del derecho.

I. Renuncia y abandono.

El dominio y los demás derechos reales pueden ser objeto de renuncia por su titular, con la limitación
contenida en el artículo 6.2 del Código Civil de que tal renuncia no sea contraria al interés o al orden público
ni perjudique a tercero.

1. Requisitos.

El abandono, llamado en el derecho romano derelictio, requiere dos requisitos:

a) La voluntad de renunciar a la propiedad de la cosa (elemento subjetivo).

b) Y el abandono de la posesión de la cosa (elemento objetivo).

2. Efectos del abandono:

a) Cuando el derecho que es objeto del abandono es un derecho real sobre una cosa ajena
(por ejemplo, una hipoteca), el derecho real es deferido al titular de dicha cosa.
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b) Cuando en una cosa existen varios derechos reales (por ejemplo, copropiedad), si uno de
los copropietarios renuncia a su derecho, este derecho aumenta la parte de los otros proporcionalmente.

c) Cuando es abdicada la propiedad plena, si se trata de inmuebles, la propiedad pasa a


pertenecer a la Administración General del Estado (artículo 17 de la LPAP de 3 de noviembre de 2003). Pero
si se trata de muebles, se hacen res nullius, y pueden ser adquiridas por ocupación (artículo 610 del CC).

d) Cuando es abdicada la propiedad plena si se trata de inmuebles la propiedad pasa a


pertenecer a la Administración General del Estado en virtud del artículo 17 de la Ley de Patrimonio de las
Administraciones Públicas, pero si es mueble puede ser adquirido por ocupación en virtud del artículo 610.

II. La revocación del dominio.

La revocación del dominio consiste en la facultad de una persona para determinar que un bien que
transmitió a un tercero vuelva a su patrimonio. Se puede producir por el cumplimiento de una condición
resolutoria, por el ejercicio del pacto de retro, por el incumplimiento de las condiciones o cargas, o, si se trata
de una donación, por ingratitud, superveniencia o supervivencia de hijos.

3. REFERENCIA A LAS ADQUISICIONES A NON DOMINO.

Este epígrafe ha de conectarse con aquella posibilidad de llegar a acceder al derecho real de
propiedad aun cuando el transmitente de esta no sea su verdadero propietario. En este orden de cosas es
preciso distinguir la naturaleza de los bienes y así:

I. Bienes Inmuebles.

El artículo 34 de la Ley Hipotecaria dispone que:

«El tercero que de buena fe adquiera a título oneroso algún derecho de persona que en el Registro
aparezca con facultades para transmitirlo, será mantenido en su adquisición, una vez que haya inscrito su
derecho, aunque después se anule o resuelva el del otorgante por virtud de causas que no consten en el mismo
Registro.

La buena fe del tercero se presume siempre mientras no se pruebe que conocía la inexactitud del
Registro.

Los adquirentes a título gratuito no gozarán de más protección registral que la que tuviere su causante
o transferente».

Admite tal posibilidad desde el momento que el tercero hipotecario puede, cumpliendo los requisitos
de aquel precepto, llegar a ser dueño del bien inmueble que le ha sido trasmitido por quien no es su titular real.

El principio de exactitud registral a través del de fe pública permite pues que el tercero de buena fe
que adquiere a título oneroso un derecho de persona que en el Registro aparece con facultades para trasmitirlo
pueda llegar a ser titular aun cuando traiga causa de una persona que figurando con aquel concepto en el
Registro, no era su verdadero titular. Este es el clásico ejemplo de adquisición a non domino.
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II. Bienes Muebles.

El problema surge respecto a los bienes muebles o aquellos inmuebles que no han sido inscritos. No
hay en el Código Civil un precepto similar a aquel artículo 34 de la LH, lo cual plantea el problema respecto
a aquellos bienes inmuebles no inscritos y respecto a los bienes muebles. Pero, por lo que se refiere a estos,
también existe una determinada limitación a la que haremos referencia al final y viene dada por el recién
creado Registro de Bienes Muebles. Examinemos estos supuestos a los que nos hemos referido:

1. º Por lo
que se refiere a los inmuebles no inscritos no existe tal posibilidad, pues no juega
aquel artículo 34 de la LH, dado que estos bienes viven de espaldas al Registro de la Propiedad y no le es de
aplicación otro precepto que el artículo 464 del Código que, encuadrado dentro de los preceptos que este
cuerpo legal dedica a la posesión, ha dado lugar a diversas posiciones doctrinales.

2. º Así pues, respecto a los bienes muebles, sí se plantea la posibilidad de adquisición a non
domino de los mismos. Pero esta posibilidad pasa por una discusión doctrinal por cuanto, respecto a la misma,
hemos de distinguir:

a) Para la teoría germanista la posesión de los bienes muebles adquirida de buena fe


equivale al título y, es posible pues adquirir los bienes muebles de quien no es su titular. Basta pues, aquella
posesión de los bienes muebles adquirida de buena fe. Verificado esto se ha adquirido la propiedad de dicha
cosa “a non domino” si bien excepcionando aquellas cosas sustraídas a su propietario y a las que se refiere
el párrafo 2º del citado precepto.

b) Esto, no obstante, es imposible si se acoge la teoría romanista respecto a este artículo


464 del Código, por cuanto, para la misma, ese “equivale a título” no significa cosa distinta a título, justo
título, a efectos de la usucapión prevenida en el artículo 1955. Ya sabemos que esta doctrina niega a esa
expresión “equivale a título” el significado de “equivale a título de propiedad” por lo que no es posible
aquella adquisición a non domino, y al recibir de buena fe la cosa mueble de quien no es su verdadero dueño,
han detranscurrir aquellos tres años que, para la usucapión ordinaria prevé el artículo 1955 del Código Civil.

III. Nuevo aspecto del problema referente a los bienes muebles inscritos en el Registro
Especial de Bienes Muebles.

Pero, como se dijo antes, ha de hacerse constar que la creación del Registro de Bienes Muebles
afecta trascendentalmente a la presunción del artículo 464 del Código Civil.

El referido Registro, contiene una disposición de “presunción iuris tantum” semejante al principio
de legitimación de la LH.

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