Agua en El 2050
Agua en El 2050
Agua en El 2050
DIVISIÓN ACTIVIDADES
Investigación: Valentina
Diapositivas: Catalina y Sebastián
Actividades y/o Juegos 2: Diana y Christian
CHIRSTIAN S
AGUA EN EL 2050
"El agua es el elemento vital de los ecosistemas (incluidos los bosques, lagos y humedales), de los
que depende nuestra seguridad alimentaria y nutricional presente y futura. Sin embargo, nuestros
recursos de agua dulce están disminuyendo a un ritmo alarmante. La creciente escasez de agua es
ahora uno de los principales retos para el desarrollo sostenible". Con este mensaje, la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ya alarmaba hace
unos años sobre el futuro hídrico al que se enfrenta el planeta.
Las previsiones así lo contemplan. Se espera que dentro de 30 años la población mundial ronde los
9.000 millones de personas, según Naciones Unidas, al tiempo que la demanda de agua crecería
un 55%, principalmente en el sector industrial. A esto se une el imparable cambio climático que,
como recuerdan desde la Fundación Aquae, "afectará gravemente a la disponibilidad de agua para
las necesidades humanas básicas y pondrá en peligro el acceso al agua potable y el saneamiento
para miles de millones. Como consecuencia de esto, millones de personas se unirán a la ya vasta
cantidad de población que sufre estos problemas en la actualidad".
En la actualidad, según la FAO, alrededor de 2.200 millones de personas viven sin acceso al agua
potable y la cantidad anual de agua dulce por persona ha disminuido más del 20% en los últimos
dos decenios. Sin embargo, cada vez se necesita más agua para abastecer a una población en
constante crecimiento (la agricultura consume la mayor proporción de las reservas de agua dulce
del mundo, un 70%).
CATALINA RIVEROS
Sin embargo, esto tiene sus implicaciones, siendo la más visible el aumento de la demanda de
agua potable. Se calcula que casi todo el crecimiento previsto será en países en vías de desarrollo,
donde proporcionar el suministro de agua y servicios básicos para la población ya resulta un
esfuerzo notable.
No obstante, donde hay sed, hay hambre también. Actualmente alrededor del 70% de los recursos
de agua dulce se están utilizando en la agricultura. Y con más gente, este número sólo va a crecer.
La producción de alimentos también está previsto que aumente. Teniendo en cuenta además la
demanda de la industria de la energía, del textil y del transporte, sólo por nombrar algunos, parece
que en el futuro cercano vamos a necesitar mucha más agua de la que tenemos a nuestra
disposición. Su suministro no es infinito. El 70% de la superficie de la tierra es agua, pero de ese
volumen constante, sobre 1.386.000 metros cúbicos, el 97,5% es agua de mar no apta para el
consumo humano.
Los científicos alertan de que la mala administración de los recursos y el cambio climático pueden
tener consecuencias catastróficas si las autoridades no unen sus esfuerzos para mejorar y
optimizar su consumo y gestión. Si no se hace algo, hay altas probabilidades de que surjan
tensiones políticas, movimientos masivos de refugiados ambientales e incluso guerras.
Sin embargo, las noticias no sólo son malas. Evitar esto está en nuestras manos. Se puede empezar
con controlar la actividad humana, que en las últimas décadas ha dejado su marca en el consumo
de agua y el cambio en el clima, como la erosión, contaminación y el drenaje de los ríos y acuíferos
subterráneos. No obstante, cuando es demasiado tarde para estas medidas preventivas y la
población se enfrente ante sequías o una grave falta de agua potable, aún se puede hacer algo.
Algunas naciones ya han encontrado su solución, y parece que si existe la intención se puede
aplicar con el mismo éxito a otros lugares que sufren de una manera similar. Como por ejemplo, el
caso de Australia, que sobrevivió su “Sequia del milenio” de 1997 a 2009 implementando
rápidamente medidas que redujeron a la mitad el consumo de agua empresarial y residencial.
Richard Damania, economista principal del World Bank’s Water Practice, explica que la clave para
esta estrategia fue poner un precio al agua, haciéndola una mercancía comerciable. Así, si tú
tienes agua, pero no produces un cultivo de gran valor, puedes venderla a alguien que produce
algo de mayor valor.
Otra estrategia que nos puede servir como buen ejemplo es la de Israel. Allí reciclan el agua
efluente del uso humano, incluso las aguas residuales domésticas, y así cubren hasta el 40% de las
necesidades de la agricultura del país. Además, Israel es uno de los líderes en desalinización,
llegando a potabilizar el agua de mar para más de la mitad de la demanda nacional. Desalinizar
parece que pueda ser la solución que nos salve de la falta de agua para siempre, pero, por
desgracia, no se pude aplicar en cualquier lugar.
Los principales obstáculos a este sistema son los precios, mucho más altos que el proceso de
potabilizar agua dulce, y el masivo residuo de sal que debería eliminarse de alguna manera. No
obstante, Israel no ha pasado de ser el país más seco a tener un excedente de agua potable sólo
gracias a su riqueza. Una gran parte en este cambio ha ocurrido también gracias a las campañas
nacionales para ahorrar agua.
Así, por ejemplo, en 2008, después de una década de sequía extrema, Israel estaba al borde de un
gran desastre. El nivel de una de sus fuentes principales de agua dulce, el mar de Galilea, había
bajado tanto que parecía que la infiltración de agua salada, y con ello la ruina del lago, era
inevitable. Pero las autoridades impusieron restricciones, que todos los ciudadanos obedecieron
(incluso granjeros temerosos de perder sus cosechas), y de esta forma consiguieron salvarlo.
Antes la misma crisis, en Siria ocurrió todo lo contrario. Los granjeros, nada dispuestos a perder la
cosecha de un año, empezaron a perforar pozos cada vez más profundos a pesar de los avisos. Al
final, los pozos se secaron totalmente, algo que derivó en la migración de más de un millón de
personas hacia las afueras de Alepo, Homs, Damasco y otras grandes ciudades, con el objetivo de
buscar trabajo allí. Según los autores de “Climate change in the Fertile Crescent and implications of
the recent Syrian drought”, este conflicto pudo ser el desencadenante del conflicto bélico en Siria.
Es cierto que el agua puede dividir a la gente, pero también la puede unir. Algunos en Israel ya
están mirando en esta dirección, previendo un proceso de despolitización del agua. El científico
Edo Bar-Zeev, del Zuckerberg Institute for Water Research de Israel, tiene planes ambiciosos para
organizar la conferencia “Water Knows No Boundaries” en 2018, invitando a científicos de Egipto,
Turquía, Jordania, Israel, Cisjordania y Gaza, y en la que espera que también se puedan unir los
viejos enemigos frente la causa común.
Sin embargo, para los países que tienen grandes cantidades de agua natural o lluvia hay una
solución más barata y más adecuada: la captación de agua de lluvia. En Turquía, cerca de
Estambul, la Cisterna Basílica, que fue construida en 527 – 565 A.C., puede capturar hasta 80.000
metros cúbicos de agua de lluvia.
VALENTINA URREGO
En este sentido, el cambio climático está empeorando la escasez y el almacenamiento del agua en
el suelo, al mismo tiempo que la nieve y el hielo están disminuyendo, advierte ONU-Agua.
Datos de 2021 del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés)
advierten que en la actualidad 1420 millones de personas, incluidos 450 millones de niños, viven
en zonas de vulnerabilidad hídrica alta o extremadamente alta.
“Para 2050, aproximadamente 6000 millones de personas sufrirán escasez de agua debido a la
suba de la demanda por el crecimiento demográfico y el aumento de los niveles de
contaminación”, sostiene el informe.
SEBASTIAN
En primer lugar, el Pnuma destaca que el agua tiene que ser tratada como un recurso escaso. A su
vez, recomienda la gestión integrada de los recursos hídricos (Girh) como un medio para
proporcionar un marco para que los gobiernos alineen los patrones de uso del agua con las
necesidades y demandas de los diferentes usuarios y el medio ambiente.
A su vez, los datos, la tecnología y las comunicaciones tienen un papel fundamental para reducir el
uso de agua en los hogares y fomentar dietas y consumos sostenibles. Así como la exploración, la
protección y el uso sostenible de las aguas subterráneas.
DIANA
Si más del 70% de la superficie del planeta Tierra está cubierta de agua, lo que representa un
volumen permanente de 1.386.000.000 kilómetros cúbicos de H2O, ¿cómo es posible, cabría
preguntarse, que en tantas partes del mundo se sufra de escasez hídrica? Lo que sucede es que,
de esa ingente cantidad, bien poca es agua dulce, apenas el 2,5% y, de ese exiguo porcentaje, gran
parte es inaccesible: un 68,7% del mismo se halla atrapado en masas de hielo y otro 30% es agua
subterránea. Solo el 1,2% es agua superficial, repartida entre el permafrost (69%), en lagos y ríos
(20,6% y 0,49% respectivamente) y en el suelo, la atmósfera y, por supuesto, en los seres vivos: de
media, todas las células están hechas, como la Tierra, de un 70% de agua.
La situación dista de ser amable, algo que constataron dos estudios de la Universidad de California
en Irvine (Estados Unidos) hechos en base a datos de los dos satélites de la misión GRACE (Gravity
Recovery And Climate Experiment) de la NASA y de la Agencia Aeroespacial Alemana. Estos
satélites, llamados Tom y Jerry, vienen realizando desde 2002 exhaustivas mediciones, entre ellas
las de 37 grandes acuíferos, cuyo control se acordó en el programa de la Unesco WHYMAP (World-
wide Hydrogeological Mapping and Assessment Programme).
Los resultados son preocupantes: de estos 37 acuíferos, 21 pierden más agua de la que pueden
regenerar, un tercio parece estar agotando sus reservas, ocho se consideran «estresados» y, otros
cinco, muy «estresados». En concreto, los que se llevan la peor parte son los acuíferos del Ganges
en India, de la cuenca del río Indo en Pakistán, el del Valle Central de California, el del Norte de
China y el de la cuenca del Tarim, en Asia central. Una cosa más a tener en cuenta: los datos de
GRACE saben con precisión cuánta agua sale y cuánta se renueva, pero no cuánta agua queda en
total, lo que no es demasiado tranquilizador.
VALENTINA
Ante la disponibilidad limitada de agua dulce y con una demanda creciente, el agua regenerada se
alza como una de las grandes soluciones. El agua regenerada es la que se obtiene tras recuperar
las aguas residuales y someterlas al tratamiento necesario para su uso. "Las aguas residuales son
una fuente potencialmente asequible y sostenible de agua, energía, nutrientes, materia orgánica y
otros subproductos útiles. Una mejor gestión de las aguas residuales, incluida la recuperación y la
reutilización segura del agua y otros componentes clave, ofrece muchas oportunidades", destaca
la ONU en el informe Aguas residuales, el recurso desaprovechado.
Según este estudio, de media los países de ingresos altos tratan cerca del 70% de las aguas
residuales municipales e industriales que generan. Esta cifra cae a un 38% en los países de ingresos
medios-altos y a un 28% en los países de ingresos medios-bajos. En los países de ingresos bajos
solo el 8% recibe algún tratamiento. Estas estimaciones sustentan la aproximación que se cita
comúnmente que, en el mundo, más del 80% de las aguas residuales son vertidas sin tratamiento
alguno.
En mayo de 2020 el Parlamento Europeo aprobó una nueva ley que define unos requisitos
mínimos a nivel europeo por primera vez para el agua regenerada. Como señaló Simona Bonafè,
responsable de la tramitación parlamentaria del texto legislativo, "podríamos reutilizar hasta 6.600
millones de metros cúbicos de agua en 2025, en comparación con los actuales 1.100 millones de
metros cúbicos al año. Esto requerirá una inversión de menos de 700 millones de euros y nos
permitirá reutilizar más de la mitad del volumen actual de agua procedente de las plantas de
tratamiento de aguas teóricamente disponibles para el regadío, evitando más de un 5% de
extracción directa de las masas de agua y aguas subterráneas".
"La reutilización del agua aumenta la disponibilidad de agua dulce para satisfacer necesidades
humanas y ambientales y, de hecho, esta práctica ya se está realizando en varios lugares.
Dependiendo del nivel de tratamiento, las aguas residuales pueden utilizarse, y efectivamente se
utilizan, con distintas finalidades: desde riego y paisajismo hasta usos industriales, e incluso como
fuente de agua potable", destaca la ONU.
CHIRISTIAN S
Eso se preguntaban en un artículo de la BBC de hace pocos meses. Para muchos expertos, la
competencia por este recurso esencial es la causa de una crisis global que ya es evidente en
muchos lugares del mundo. Se exponía en Observo, el suplemento dominical del periódico
británico The Guardian, en este artículo. No hace falta irse a África o Asia, donde están los 10
países que más sequías sufren, para constatar la importancia del tema. Dos ejemplos americanos:
En Melbourne, Australia, la sequía que asola gran parte del país desde el año 2000 (se la
conoce como la millenium drought) ha dañado hasta el 40% de los árboles de esta ciudad.
En otras zonas del país, los incendios forestales que las altas temperaturas y la ausencia de
precipitaciones han desatado son un grave problema.
Y si ponemos el foco en Europa, veremos que nuestro territorio afrontó en 2017 la peor sequía de
los últimos años. Una situación que no parece que vaya a revertirse en un futuro cercano. En el
ranking del World Resources Institute publicado aquí por Fundación Aquae, en el que se listan los
países que más estrés hídrico sufrirán en el año 2040, España ocupa la posición 32, tras Afganistán.
Solo dos naciones europeas más, Grecia y San Marino, ocupan sitios anteriores.
DIANA
ESCENARIOS FUTUROS DEL MUNDO EN EL 2050
El mundo en el 2050 será muy diferente a como lo entendemos hoy. Estas son los posibles
escenarios a los que nos enfrentaremos en torno al futuro del agua a mediados del siglo XXI.
VALENTINA
Las previsiones, por una parte, no son demasiado halagüeñas, ya que 1.600 millones de personas
estarán en riesgo de inundaciones. Además 3.900 millones de personas sufrirán estrés hídrico.
Básicamente el 40% de la población mundial. Cuando hablamos de estrés hídrico nos referimos a
el momento en el que la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible durante un
periodo determinado de tiempo. También se puede aplicar cuando su uso se ve restringido debido
a su baja calidad. El estrés hídrico provoca el deterioro de los recursos de agua dulce en lo que se
refiere a cantidad y de calidad. Sin duda, el agua en 2050 va a ser un bien todavía más preciado.
Además los acuíferos están en peligro. El satélite Grace de la NASA y la Agencia Aeropespacial
Alemana han estudiado 27 de ellos, y las cifras resultan preocupantes. 21 están perdiendo agua,
mientras que 1/3 está agotando sus reservas. 8 de ellos están estresados y 5 muy estresados.
Todos estos datos arrojan luz sobre la importancia de la sostenibilidad a la hora de poder acceder
al uno de los bienes más preciados.
KATALINA
En los cinturones de sequía que abarcan México, el oeste de América del Sur, el sur de Europa,
China, Australia y Sudáfrica, es probable que las precipitaciones disminuyan. La escasez no podrá
compensarse con el suministro de agua subterránea, puesto que un tercio de ellos ya están en
peligro.
También hay que tener en cuenta que la calidad del agua también se está sufriendo un grave
deterioro. Desde la década de 1990, la contaminación ha empeorado la calidad del agua de casi
todos los ríos de África, Asia y América Latina. Asimismo, se espera que este deterioro empeore
aún más en las próximas dos décadas, principalmente debido a las escorrentías agrícolas de
fertilizantes y otros agroquímicos que cargan los suministros de agua dulce.
Estos productos introducen todo tipos de nutrientes que conducen al crecimiento de patógenos y
la aparición de algas asfixiantes. La industria y las ciudades también son un problema importante.
Aproximadamente el 80% de las aguas residuales industriales y municipales se vierten sin
tratamiento.
SEBASTIAN
Desgraciadamente, las cifras que se manejan en la actualidad no son nada alentadoras. Como
venimos explicando, más de la mitad de la población mundial vivirá en regiones con estrés hídrico
para 2050, según los datos compartidos por las Naciones Unidas.
El cambio climático afectará gravemente la disponibilidad de agua para las necesidades humanas
básicas y pondrá en peligro el acceso al agua potable y el saneamiento para miles de millones.
Como consecuencia de esto, millones de personas se unirán a la ya vasta cantidad de población
que sufre estos problemas en la actualidad. Sin duda, la disminución del agua en 2050 es uno de
los mayores retos al que nos enfrentamos la humanidad.
https://www.youtube.com/watch?v=-X4Apm9_Z80
BIBLIOGRAFÍA
https://www.fundacionaquae.org/el-agua-en-2050/#:~:text=El%20agua%20en%202050%20ser
%C3%A1%20todav%C3%ADa%20m%C3%A1s%20escasa&text=B%C3%A1sicamente%20el
%2040%25%20de%20la,un%20periodo%20determinado%20de%20tiempo.
https://www.fundacionaquae.org/sera-escenario-hidrico-2050/
https://www.youtube.com/watch?v=-X4Apm9_Z80
https://es.statista.com/grafico/31943/relacion-proyectada-entre-la-demanda-y-la-
disponibilidad-de-agua--nivel-de-estres-hidrico-/
https://www.iagua.es/noticias/grupo-inclam/mitad-mundo-agua-potable-2050
https://www.nationalgeographicla.com/medio-ambiente/2023/03/se-esta-acabando-el-agua-
lo-que-dice-la-ciencia
https://www.eleconomista.es/dia-del-agua/noticias/11644956/03/22/La-mitad-del-mundo-
sufrira-estres-hidrico-para-2050.html