Copia de Parabola de Las Diez Virgenes

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domingo, 2 de septiembre de 2018

Parabola de las Diez vírgenes


El aceite de la sensatez
Texto: Mateo 25.1-13
Tema: Expectantes a la segunda venida de Cristo
Propósito: El creyente debe estar preparado para la venida del Señor Jesucristo y no caer en
una actitud de falsa seguridad.
Area: Pastoral/Escatologico

Introducción
Al ver el texto nos damos cuenta de que no hay una explicación clara, exacta, sobre como
encaja en todo el cuadro de una boda Judia la salida a recibir al novio. ¿Por que diez
muchachas vírgenes? ¿Quienes eran estas muchachas? ¿Amigas de la novia? ¿familiares
cercanos? ¿En que lugar se encontraban: en el camino, la casa de la novia? No se dan estos
detalles. ¿Por qué?

El hecho de que las Escrituras no responden estas preguntas indica que no son de una gran
importancia. Si nos detenemos a investigar estos detalles estaríamos perdiendo el enfoque en
la enseñanza principal de la parábola: “Lo super importante que es estar preparado para el
regreso de Cristo, porque viene un día cuando ya no será posible prepararse, la puerta
estará cerrada.”

Es por ello que vemos a Jesús constantemente preocupado por preparar a sus discípulos para
el tiempo difícil. Repetidas veces leemos insistentemente la serie de avisos e invitaciones a
estar listos para su regreso. Estas tres parábolas: El ladrón nocturno (Mt. 24.42-44), Siervos
fieles e infieles (24.45-51) Y las Diez vírgenes (25.1-13) son llamadas: Parábolas de crisis.

Recuerda que una crisis es estar en una situación grave y decisiva porque esta en peligro el
desarrollo de un asunto o un proceso. Aquí la crisis radica en la repentina aparición del novio.
El regreso del amo de aquellos siervos vigilantes. La crisis que nos presenta a parábola es: La
reacción que las personas tomarán al ver a Jesús revelarse como Rey y Juez.

Las parábolas de crisis son una amonestación sobre la necesidad de estar preparados para la
venida del Hijo del Hombre. Veamos la unidad que tienen entre ellas:

Mat 24:42 “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.”

Mat 24:44 “Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a
la hora que no pensáis.”

Mat 25:13 “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de
venir.”

Teniendo ya un poquito entendido el mensaje principal de la parábola, entremos al estudio de


ella.
domingo, 2 de septiembre de 2018

1. Introducida como una parábola del Reino.


(Entonces el reino de los cielos…)
- En este capitulo encontramos ocho veces el adverbio “Entonces…” (vv1; 7; 31; 34; 37; 41;
44; 45.) τότε= “En aquél día” ¿Cual día? El día del Juicio final o el día de mi regreso.
Encontramos entonces, que Jesús nos explica con un ejemplo (diez vírgenes) lo que sucederá
el día que El regrese.

- τότε= En aquel día ( en) el reino de los cielos…


En el lenguaje judío contemporáneo de los Evangelios podemos distinguir dos maneras
principales de hablar sobre el reino de Dios.

1. Dios es rey de su pueblo, de su iglesia. Y su gobierno se manifiesta en la medida en que su


iglesia es obediente a la voluntad de Dios revelada en su palabra. Tiene que ver con el
gobierno que Dios ejerce sobre tu vida a través de su palabra escrita. Cuando nos sometemos
incondicionalmente a la palabra de Dios, estamos tomando sobre nosotros el “reino de los
cielos.” En ese sentido, “el reino de Dios” es una realidad presente en la vida de la iglesia.

2. Pero, en otro sentido, (y es en esté sentido en el que Jesús habla en esta parábola) el “reino
de Dios” es algo que todavía está por revelarse. Dios no solamente es Rey de su iglesia, sino
de todo el mundo. Pero el mundo no le reconoce como tal. En este tiempo de “espera” la
propia iglesia está “sometida” a gobernantes paganos autorizados por Dios para ejercer “un
reinado.” Romanos 13.1 dice:

“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte
de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.”

Pero llegará el día de aquella manifestación gloriosa, en la que el Hijo del Hombre se revele al
mundo entero como el Verdadero y Unico Rey de reyes y Señor de señores y tendrá
cumplimiento en nosotros, la iglesia, la siguiente profecía:

Dan 7:18 “Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo,
eternamente y para siempre.”

Entonces en aquel día el reino de Dios se hará efectivo sobre el mundo entero. La pregunta
es : ¿Estas listo para ese gran día?

- Porque Jesús dice: “En aquel día, cuando yo me muestre al mundo como Rey, lo que
sucederá, lo compararé con una boda, donde “diez vírgenes tomando sus lamparas, salieron
a recibir al esposo…

Enseñanza:
Cuando Dios tenga a bien «revelar» o «establecer» su autoridad como Rey, entonces
sobrevendrá el juicio sobre todas las maldades del mundo, la victoria sobre todas los
gobiernos del mal y, para todos los que han aceptado su soberanía, la libertad completa y una
vida eterna bendecida en comunión con él . ¡Estaremos con El!
domingo, 2 de septiembre de 2018

2. Prudencia Vs. Necedad. (Vv1b-4)


“Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no
tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus
lámparas.” (Vv2-4)

Las diez son iguales en muchas cosas:

1. Todas tienen la intención de encontrar al esposo y acompañarlo al lugar donde se


celebrará la boda.
2. Todas tienen lámparas.
3. Todas esperan que el esposo llegue antes de que amanezca, pero ninguna de ellas sabe la
hora exacta en que él llegará.
4. Todas esperan participar en la fiesta de boda.
5. Todas se duermen al tardar el esposo.
6. Todas son despertadas repentinamente al sonido del clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a
recibirle!

- No debemos pensar porque aquí se mencionan cinco prudentes y cinco necias que el
número de los salvos y de los perdidos sea igual. Aunque tristemente muchísimas personas
serán desconocidas por Cristo en su venida, aunque hasta el fin hayan sido muy iguales a
aquellos que le aman. Nos recuerda la siguiente escritura:

“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la
voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no
profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos
muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de
maldad.” (Mt. 7.22-23)

- Pero aunque las diez se parecen tanto entre sí en muchos detalles externos, su diferencia
me sorprende muchísimo. Su diferencia es básica. Es lo que realmente cuenta: ¡CINCO ERAN
NECIAS, CINCO PRUDENTES!

(Una persona insensata es aquella que no muestra madurez, prudencia en sus decisiones,
alguien que no es responsable en asuntos importantes de su vida. Un insensato es aquel que
va por la vida jugando con fuego pensando que nunca va a quemarse, que nunca va a pasar
nada)

La insensatez de estas cinco vírgenes consistía en que estaban completamente


desapercibidas para recibir el esposo. Notemos lo siguiente:

Mat 25:3 “Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite…”

La necedad de las cinco vírgenes consistió en la completa ausencia de preparación al no traer


con ellas aceite en sus lamparas. ¡Probablemente Nada! ¿Cómo pensaban que su lampara
duraría encendida por un periodo largo sin aceite? ¿A caso ésta no es una actitud insensata,
tonta, necia?

Por el contrario, las prudentes estaban equipadas con una suficiente cantidad de aceite:

Mat 25:4 mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.
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-¿Qué fue lo primero que tomaron estas cinco chicas prudentes? “…mas las prudentes
tomaron aceite en sus vasijas…” De lo primero que se aseguraron es de tener el suficiente
combustible para sus lamparas. ¡Esto se llama estar preparados!

Ilustración:

Después de mucho tiempo una señora volvió a ir al culto con su hijita. Por causa de su trabajo
no podía asistir a los cultos matinales; por eso fue en la noche. El pastor habló en esa ocasión
acerca de la negligencia de muchos en cuanto al cumplimiento de sus deberes cristianos: No
leen la Biblia, descuidan la asistencia a los cultos, etcétera. La niñita escuchaba atentamente
el sermón y, cuando oyó que el pastor hablaba de la negligencia de muchos padres, se volvió
a su madre y , confiada, le dijo: “¡Mamita! ¿Te habla a ti el pastor?” Estas palabras fueron un
flechazo para el corazón de la madre que permaneció callada. Esa ingenua pregunta de su
propia hijita fue para ella un sermón vivo y eficaz.

Sería conveniente que también nosotros tuviésemos a alguien que nos formulara esta pregunta
mientas escuchamos el sermón de nuestro pastor. Sin embargo, tantas veces escuchamos el
sermón de un pastor con el fin de criticar, o para oír al orador tras el sermón, o para oír por oír
porque estamos con el reloj en la mano calculando el tiempo que tarda. Sí, es conveniente
que nos preguntemos, a veces, durante el culto: “¿Te habla a ti el pastor?” O para ser más
exactos preguntémonos así: “¿No te está hablando Dios a ti por medio del pastor?

Y en este sermón específicamente Dios te esta diciendo: ¡Prepara tu aceite a tiempo y tu


lampara, por que la venida del Hijo del Hombre esta cerca!

3. Las graves consecuencias de la insensatez. (vv5-12)


- La persona que ellas con tanto gozo esperaban tardaba en llegar, y les gano el cansancio
del día:

Mat 25:5 “Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.”

- ¡Ya era la medianoche! Cuando finalmente se anunció la aproximación del largamente


esperado novio— aún podría haber estado a una distancia considerable de la casa—¡qué
grito debe haberse producido! (Imagina la boruca que esto provoco en ellas)

Mat 25:6 “Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!”

6. Y a la media noche—es decir, la hora cuando menos se esperaba al novio; porque “el día
del Señor vendrá así como ladrón de noche” (1Timoteo 5:2). Fue oído un clamor: He aquí, el
esposo viene; salid a recibirle—es decir: “Estad listas para darle la bienvenida.” La llegada
nocturna del novio nos apunta a que se desconoce cuándo será la segunda venida de Cristo
(cp. 24:42–51).

Enseñanza: Cualquier cristiano sabe quién es este esposo, que también puede hacerse
esperar, quiénes son las vírgenes sensatas y quiénes necias, qué significa la fiesta de la boda y
qué espanto producen sobre todo las puertas cerradas (cf. 22,11-13).
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¡Prepara tu vida! ¡Que la venida del Señor no la tengas por tardanza! ¡El Señor viene pronto!
¡Ponte a cuentas con tu hermano mientras andas en el camino, no sea que llegue el día en el
que el Juez del universo aparezca y ya no tengas oportunidad alguna de hacerlo!

El día del Juicio se acerca. Y tengo que decirles a ustedes jóvenes:

“Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia;


y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos…” Has todo lo que te plazca.
¡Vive la vida como quieras vivirla! ¡Anda en los deseos de tu corazón! “…pero sabe, que sobre
todas estas cosas te juzgará Dios.” (Ec. 11.9)

Así que, lo mejor que puedes hacer es: “Quita…de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne
el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad.” (Ec. 11.10)

“Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas
dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se
apagan.” (vv7-8)

- Ahora las jóvenes, completamente despiertas, preparan sus lámparas.“Entonces todas


aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.” Tratan de hacerlas brillar y
verse hermosas encendiéndolas. Por un momento parece que todo está bien.

-¿Por cuanto tiempo estas muchachas tenían cosas que las hacían parecer iguales? ¡Hasta el
momento de la crisis! Cuando el esposo apareció.

“Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.” (v7)

-Pero: “Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.”

- “…nuestras lamparas se apagan.” “se están apagando…” La falta de aceite estaba


provocando que la luz de sus lamparas fuera cada vez más pequeña. Porque el aceite no
encenderá la lámpara apagada, pero evitará que la lámpara prendida se apague.

- Ahora éstas descubren no sólo su propia insensatez, sino la prudencia de las otras cinco, y
le hacen honor. Se ven obligadas, con amarga humillación, a desear ser como ellas.
“Dadnos de vuestro aceite..” El mensaje era: ¡Nosotras no nos preparamos! ¡Ustedes sí lo
hicieron!

“Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id
más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.” (v9)

- Una contestación bien sabia ésta: “Y ¿qué pasará si compartimos nuestro aceite con
vosotras? Con seguridad que todas fracasaremos.” “Para que no nos falte a nosotras y a
vosotras”

Enseñanza: La Salvación no es algo que podemos compartir unos con otros. Es dada por
gracia. Obtenida por la fe en Cristo Jesús. La llenura del Espíritu Santo no lo puedes compartir,
es algo que se busca con un deseo ferviente, y es obtenido por Gracia. Que importante es que
pensemos cada día en un corazón consagrado al Señor. Una vida llena de su Espíritu. No llena
de carnalidad.
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“Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con
él a las bodas; y se cerró la puerta.”

Ilustración: Deseo poner el siguiente ejemplo: En una de nuestras iglesias, hace mucho
tiempo ya. La mitad de los miembros de la iglesia, siempre llegaban media hora después de
haber iniciado el culto. Muchos de ellos, llegaban tan cómodos a mitad del sermón que
aprovechaban ese espacio para dormitar y recobrar el sueño que habían perdido en la noche
anterior. Un domingo, el pastor anuncio que un día el ordenaría a los diáconos cerrar las
puertas por dentro y aquellos miembros irresponsables quedarían fuera del culto dominical.
¡Nadie creyó la advertencia! ¡Hasta que…! Las puertas fueron cerradas. (Muchos dijeron: No
estábamos preparados para llegar y encontrar las puertas cerradas.

La diferencia entre este ejemplo y el día del Juicio esta en: que ese día ya no se abrirán las
puertas, ya no habrá oportunidad de enmendar el error de la insensatez.

“Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él,
respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.” (v11-12)

“Demasiado tarde, demasiado tarde; ahora no pueden entrar”. Esto lo podemos llamar
realidad. También podríamos describirlo como contrario a la realidad. Ambas cosas serían
correctas.

Es verdad contrario a la realidad que un novio terrenal no deje entrar a tales muchachas. Pero
sí es una realidad que el Señor Jesucristo, en su gloriosa venida no permitirá la entrada a
todos los que aún no se han convertido. Es a ellos a quienes dirá: “No os conozco”, esto es,
“No os reconozco como que pertenecen al número de los que me agrada llamar míos”.

A quienes no han rendido sus vidas a él—porque eso es lo que significa estar preparados—les
dice: “No os conozco”. No hay que demorar, porque una vez que él haya venido otra vez, la
puerta de la gracia está cerrada irrevocablemente.

¿Haz rendido realmente tu vida a Cristo? Recuerda que estar en la iglesia no necesariamente
significa que haz rendido tu vida a Cristo.

Para Nuestra Espiritualidad


“Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.” (v13)

La enseñanza que esta parábola nos da es: “La necesidad de estar constantemente
preparados, con corazones y vidas siempre consagrados al Señor aquí y ahora.” Pero deseo
desglosar esta enseñanza principal en siete verdades practicas para nuestra vida:

1. Todos los que profesan creer en el Señor Jesucristo son semejantes en muchos aspectos;
especialmente en éste, que todos están en camino a encontrar al Esposo, Jesucristo. Véase
Mt. 25:1.

2. Sin embargo, los parecidos son superficiales. Hay una diferencia esencial. De quienes leen
la Biblia, asisten y aun pertenecen a una iglesia, cantan los himnos de salvación, hacen
profesión de fe en público y hasta predican en el nombre de Cristo, no todos van a participar
en las bendiciones de la venida de Cristo. Algunos son prudentes. La religión de ellos no es
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máscara ni pretensión. Creen que deben estar preparados por fe en el Salvador y con vidas
dedicadas a él y, por lo tanto, al Dios Trino. Otros son insensatos o necios.
“Tienen la forma de la piedad pero niegan su poder” (2 Ti. 3:5; cf. Mt. 7:22, 23). Sin preparación
viajan al encuentro de su Juez. Véase Mt. 25:2–4.

3. Transcurrirá un largo período entre la primera y la segunda venidas. Véase Mt. 25:5; y sobre
24:9, 14; 25:19.

4. La venida del Señor será repentina, visible y audible. Véase Mt. 25:6, y sobre 24:31.

e. La preparación no es transferible de una a otra persona. Véase Mt. 25:7–9; además, Sal.
49:7; Pr. 9:12; Gá. 6:3–5.

f. No hay una “segunda oportunidad” para quienes no están preparados, esto es, para los que
no se han salvado antes de morir y para los que en su condición de no salvados viven en la
tierra hasta la segunda venida de Cristo. Véase Mt. 25:10–12; también 7:22, 23; 10:32, 33;
24:37–42; 25:34–46; 2 Co. 5:9, 10; Gá. 6:7, 8; 2 Ts. 1:8, 9; Heb. 9:27.

g. Por lo tanto, y en vista del hecho de que el momento de la venida de Cristo es desconocido,
en todo tiempo se requiere estar alerta. Véase Mt. 25:13; y también Sal. 95:7, 8; 2 Co. 6:2.
domingo, 2 de septiembre de 2018

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