Defensor Un Enlace Intercultural

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El rol del Defensor Público

en una justicia interétnica.


Un enlace intercultural

Blanca Aída Stalling Dávila

I. Introducción

De manera previa al planteamiento del tema es importante hacer


referencia a las múltiples formas de la diversidad en Guatemala. En
este sentido, a la diversidad de las características territoriales y me-
dio ambientales determinadas por la historia geológica del país, debe
agregarse la diversidad demográfica cuyo origen aparece marcado
por tres fuentes primarias: indígenas, españoles y africanos, que se
complementaría posteriormente por las distintas corrientes inmigra-
torias algunas desde principios del siglo XIX (garífuna) y otras desde
finales de éste y principios del siglo XX (el centro de Europa).
Lo anterior determina que la población guatemalteca contempo-
ránea se caracteriza por una gran gama de orígenes y de mezclas (1),
que se reducen en la categoría de “ladinos” o “no indígena” en las es-
tadísticas y en los discursos oficiales y cotidianos sobre la etnicidad
en Guatemala. A esto se suma la diversidad del mundo indígena que
representa una importante proporción de la población, de tal modo
que mientras en México la población indígena representa menos
de una cuarta parte del total, en Guatemala, según datos del último
censo de población, la misma constituye casi el 40 %, equivalente a
aproximadamente 4.4 millones de personas de un total de 11.2 mi-
llones de habitantes. La población garífuna representa el 0.4 % de la
población y los Xincas el 0.7 % (2).

(1) Inmigrantes centroamericanos (Nicaragua y El Salvador), coreanos,


árabes musulmanes, caribeños de habla inglesa, estadounidenses, europeos de
centro-oriente, cubanos, japoneses, hindúes, franceses, británicos, judíos, liba-
neses, polinesios y mexicanos. INDH 2005 (PNUD). Diversidad etnico – cultural:
la ciudadanía en un estado plural, pág. 62.
(2) INDH 2005 (PNUD). Diversidad etnico-cultural…, pág. 63.
610 Blanca Aída Stalling Dávila

Con relación a lo que viene de decirse, oficialmente se reconoce


en el país la existencia de 22 etnias de origen maya: Achi’, Akateko,
Awakatecko, Ch’orti’, Chuj, Itza, Ixil, Jakalteco, Kagchikel, K’iche’,
Mam, Mopan, Poqomam, Poqomchi’, Q’anjob’al, Q’eqchi’, Sakapulte-
ko, Sipakapense, Tektieko, Tz’utujil, Chachilteko y Uspanteko, de las
cuales la K’iche’, la Q’eqchi’, la Kaqchikel y la Mam, representan el 81
% del total de la población indígena. Esta diversidad determina desde
luego variantes en cuanto a la percepción de su identidad étnica, for-
mas de vida, adaptación al medio y rasgos socioculturales que tanto
los separa como los aglutina en los diferentes grupos lingüísticos.
Como consecuencia de esto, cuando se trata de hablar de una jus-
ticia multiétnica en una nación multiétnica, es inevitable referirse a
las condiciones de acceso a la justicia de los ciudadanos guatemal-
tecos en general, pero muy especialmente el derecho de acceso a los
tribunales de justicia para los pueblos indígenas adquiere caracterís-
ticas peculiares y tienen que ver con el funcionamiento global del sis-
tema de justicia y con el hecho comprobado de que los “no indígenas”
juzgan a los indígenas (3). Tiene que ver en definitiva con el derecho
estatal (derecho oficial) y la justicia indígena, precisamente de esto
trata: ¿Quién juzga a quién? ¿Qué derecho se aplica y por qué? ¿Quién
determina qué justicia es la aplicable?
Estos son sólo algunos de los interrogantes que plantea el desa-
rrollo de un Sistema Jurídico Nacional en el cual subsisten y se re-
lacionan en condiciones de igualdad de jerarquía el sistema jurídico
que se califica como estatal con el sistema jurídico de los pueblos in-
dígenas.

II. Administración de justicia en Guatemala


y la multiculturalidad

Perspectiva de la jurisdiccionalidad del Estado con relación a los


asuntos de los Pueblos Indígenas
Con relación específicamente al acceso de los indígenas al siste-
ma de justicia oficial, el ejercicio de modalidades de segregación o
exclusión se ha expresado a través de un acceso en condiciones dis-
minuidas a los servicios de justicia, particularmente en lo que tiene
que ver con limitaciones idiomáticas y con las diferencias de cosmo-
visión de las culturas. En efecto, la desprotección jurídica de la po-
blación indígena ha sido evidente en la condición desfavorable que

(3) Ver INDH 2005 (PNUD) Gráfica No. 10.1. Operadores de Justicia en enti-
dades de seguridad y justicia, pág. 229.
Defensa pública: garantía de acceso a la justicia 611

representa la diferencia de idioma en que la justicia se imparte, lo que


en el caso de la justicia penal se agrava al ser juzgados en un idioma
que no entienden así como en que quienes deben impartir justicia
desconocen sus costumbres, tradiciones y cultura, a lo que se agrega
que en la mayoría de los casos en el área rural no se les asista con un
abogado que les garantice el ejercicio de una adecuada defensa técni-
ca, o bien sean asistidos por un Intérprete que no está calificado para
este ejercicio.

II.1. Políticas institucionales. Aspectos generales


En este sentido, resulta conveniente referir en forma general a las
políticas de la administración de justicia en Guatemala y su funcio-
namiento con relación a la multiculturalidad.
Al respecto, las cuatro instituciones que integran el sistema de
justicia: Organismo Judicial, Ministerio Público, Instituto de la De-
fensa Pública Penal y Ministerio de Gobernación (Policía Nacional
Civil – Sistema Penitenciario), han realizado diferentes esfuerzos
orientados al cumplimiento tanto del mandato constitucional (4)
como legal consagrado en la Ley Marco de los Acuerdos de Paz (5),
para la construcción de un Estado de Derecho incluyente que reco-
nozca la convivencia de dos sistemas jurídicos: el sistema que involu-
cra el derecho practicado por las autoridades tradicionales legítimas
propias de los pueblos indígenas y el sistema de derecho oficial.
Las acciones realizadas han comprendido capacitación a jueces,
agentes del Ministerio Público y a Defensores Públicos sobre la cultu-
ra y las demandas de identidad de los pueblos indígenas, en especial
de normas y mecanismos que regulan su vida comunitaria, mediante
el desarrollo de programas sobre justicia bilingüe. En el caso del Or-
ganismo Judicial, la Corte Suprema de Justicia creó en el año 2002 la
Comisión de Asuntos Indígenas, con la finalidad de “establecer polí-
ticas institucionales en el tema de acceso a la justicia por la población
indígena”, ejecutando también programas de sensibilización sobre
derecho indígena para Magistrados. En cuanto al Ministerio Público,
también en el año 2002 se creó la Fiscalía de Sección de Derechos de
los Pueblos Indígenas que no ha funcionado; en julio de 2005 se creó

(4) Constitución Política de la República de Guatemala. Capítulo II. Dere-


chos Sociales. Artículo 57: “Identidad Cultural. Se reconoce el derecho de las per-
sonas y de las comunidades a su identidad cultural de acuerdo a sus valores, su
lengua y sus costumbres”. Artículo 66: “Protección a Grupos Étnicos. … El Estado
reconoce, respeta y promueve sus formas de vida, costumbres, tradiciones, formas
de organización social, el uso del traje indígena en hombres y mujeres, idiomas y
dialectos.”
(5) Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas.
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la Fiscalía de Sección de Derechos Humanos que incluye una Unidad


Fiscal contra la Discriminación, que tampoco fue implementada. Ac-
tualmente, con el apoyo de la Unión Europea se encuentra en ejecu-
ción un Proyecto que procura la creación de una Fiscalía de Derecho
Indígena como proceso de fortalecimiento institucional del órgano
titular de la persecución penal (6).
Particularmente y con relación a la expansión de la cobertura
tanto geográfica como material, el Instituto de la Defensa Pública Pe-
nal ha creado Defensorías especializadas en Derecho Indígena que
prestan el servicio de asistencia jurídica y legal en el propio idioma
de los patrocinados, con presencia en 10 de las 34 sedes del Instituto
ubicadas en las cabeceras departamentales o municipales definidas
por población mayoritariamente indígena, aspectos sobre los cuales
nos extenderemos en los capítulos siguientes.

II.2. Avances legislativos


En este sentido se ha considerado un avance normativo la Ley de
Idiomas Nacionales (7) que contiene dos disposiciones fundamenta-
les: una, establece la obligación de traducir y divulgar las leyes, ins-
trucciones, disposiciones, resoluciones y ordenanzas en los idiomas
Maya, Xinca y Garífuna; y la otra establece la obligación de facilitar
el acceso a los servicios de salud, educación, justicia y seguridad a
través de la información y atención en el idioma propio de cada co-
munidad lingüística.

II.3. Iniciativas gubernamentales


Desde el Organismo Ejecutivo a través de la Secretaría de la Paz se
ha impulsado la construcción colectiva de una Agenda Pública hacia
los Pueblos Indígenas, que ha identificado los puntos de coinciden-
cia que los diferentes sectores sociales contemplan para el desarrollo
de acciones destinadas a la transformación del Estado en un mode-
lo incluyente. Esta Agenda Pública hacia los Pueblos Indígenas en el
marco de los Acuerdos de Paz 2005-2012, tiene como ejes prioritarios:
Políticas Públicas, Reforma del Estado, Marco Jurídico del Estado, Par-
ticipación Plena a Todos los Niveles, Servicios Públicos, Presupuesto
Nacional y Lucha contra la Discriminación y el Racismo.
Precisamente en el tema que nos ocupa, la Agenda contempla
entre sus objetivos “Incorporar la aplicación del enfoque de pertinen-
cia cultural y lingüística en el funcionamiento del sistema judicial” así

(6) Ver INDH 2005 (PNUD) . Capítulo 10, págs. 230-232.


(7) Decreto 19-2003 del Congreso de la República.
Defensa pública: garantía de acceso a la justicia 613

como “la determinación de ámbitos y competencias de aplicación del


derecho indígena y los mecanismos de coordinación con el derecho oc-
cidental” (8).

III. El Instituto de la Defensa Pública Penal.


El rol del Defensor Público

Por mandato legal al Instituto de la Defensa Pública Penal le co-


rresponde brindar asistencia técnica y jurídica así como representa-
ción procesal en forma gratuita a las personas de escasos recursos
económicos, gozando de autonomía funcional e independencia téc-
nica para el cumplimiento de su función.

1. Nacimiento a la vida institucional autónoma


En este sentido, conviene mencionar que la institución como tal
nació a la vida autónoma a partir del Decreto del Congreso de la Re-
pública No. 129-97 (9), de 5 de diciembre de 1997 —Ley del Servicio
Público de Defensa Penal— que entró en vigencia el 13 de julio de
1998, como medio para asegurar la plena vigencia y respeto del de-
recho de defensa consagrado en el artículo 12 de la Constitución Po-
lítica de la República y hacer realidad el compromiso asumido en el
Acuerdo sobre Fortalecimiento del Poder Civil y Función del Ejército
en una Sociedad Democrática (10).
El nacimiento del servicio de defensa pública como institución
autónoma significó en cuanto a logros concretos, lo siguiente:
El abandono de la adscripción institucional al Organismo Judi-
cial, quien se encargó de la prestación del servicio en forma precaria
hasta 1998, abarcando solamente 14 departamentos del país (nin-
guna delegación incluía municipios). Este hecho implicó superar el
principal obstáculo al desarrollo de los sistemas de defensa pública
ligados legislativamente a la actividad de otros poderes del Estado,

(8) Agenda Pública hacia los Pueblos Indígenas en el Marco de los Acuer-
dos de Paz 2005-2012. Talleres realizados en Antigua I, II y III en los meses de
junio-julio 2005.
(9) Este decreto entró en vigencia el 13 de julio de 1998, y fue reglamenta-
do por el Consejo del Instituto en Acuerdo 04-99.
(10) Artículo 13: “Promover ante el Congreso de la República las siguientes
reformas legales: … b) Servicio Público de Defensa Penal: establecer el Servicio
Público de Defensa Penal, para proveer asistencia a quienes no puedan contratar
servicios de asesoría profesional privada. Será un ente con autonomía funcional e
independiente de los tres organismos del Estado, que tenga la misma jerarquía en
el proceso que el Ministerio Público y que alcance efectiva cobertura nacional”.
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como lo es la vinculación y dependencia de órganos con atribuciones


diferentes o contrarias al ejercicio de la defensa, aun cuando —como
en el caso— formen parte del mismo sistema de justicia nacional.
Este aspecto es de absoluta relevancia cuando al analizar los sis-
temas de defensa pública en América Latina, se destaca Guatemala
como uno de los países junto a Colombia y Ecuador, que ha optado
por una organización autónoma (11).
La organización como institución autónoma le permitió extender
la cobertura del servicio de defensa pública a los 22 departamentos
del país, y a 12 municipios donde existía presencia del organismo ju-
dicial, facilitando el acceso de más población a una asistencia legal
gratuita en materia penal.
La consolidación de un sistema de defensa estatal a partir del
funcionamiento de un equipo de Abogados Defensores Públicos de
Planta y de Oficio, identificados con el fin social de la Institución, que
conocen su rol y que ejercen su defensa con total independencia téc-
nica.
Asimismo, su autonomía funcional le ha permitido a la defensa
pública estar en condiciones de señalar de un modo sistemático, las
deficiencias, errores o abusos del sistema represivo estatal, manifes-
tándose como un mecanismo de control de la actuación de los ope-
radores del sistema de justicia, a efectos de que éstos se ajusten a las
exigencias del sistema procesal penal acusatorio.

2. El rol del Defensor Público


La prestación del servicio de defensa pública está a cargo de los
Abogados Defensores de Planta, los Abogados Defensores Públicos
en Formación y de los Abogados Defensores de Oficio, quienes tienen
el rol de garantizar el derecho de defensa asegurando la plena aplica-
ción de todas las garantías del debido proceso penal, actuando como
verdaderos contralores de la actividad represiva del Estado.
El desempeño de este rol adquirió características diferentes des-
de que se produjo la sustitución del viejo sistema inquisitivo del pro-
ceso penal por el sistema procesal penal acusatorio, constituyendo el

(11) Alvaro Ferrandino. Asamblea General de la OEA.2003. Seminario In-


teramericano. Justicia y Gobernabilidad Democrática. Reformas para Facilitar el
Acceso a la Justicia. “La experiencia regional nos muestra sistemas de defensa pú-
blica adscritos a distintas instituciones o poderes del Estado, como en El Salvador
donde depende de la Procuraduría General de la República, en República Domini-
cana, Nicaragua, Costa Rica, Uruguay y Panamá, adscritos a la Corte Suprema de
Justicia, en Bolivia donde está adscrita al Ministerio de Justicia…”.
Defensa pública: garantía de acceso a la justicia 615

principal escenario para que el sistema de defensa técnica gratuita se


institucionalice como expresión de un Estado de Derecho en demo-
cracias en desarrollo.
Sin embargo, el desafío que representa para el Defensor Público
posicionarse como agente de cambio del sistema de justicia, eviden-
ciando sus disfuncionalidades y prácticas viciosas, adquiere en el
ámbito guatemalteco una dimensión peculiar: ejercer su función te-
niendo en cuenta el carácter multiétnico, pluricultural y multilingüe
de la población guatemalteca, atendiendo asimismo los principios del
proceso penal adolescente y la perspectiva de género en la atención
de los casos. Estas condiciones determinaron en un principio la des-
naturalización del concepto de defensa universal y única, al dividir
la prestación del servicio en áreas de atención especializadas: al ado-
lescente en conflicto con la ley penal, a la mujer sindicada de delito y
a los indígenas.
Como consecuencia de lo anterior, es imprescindible definir el rol
del Defensor Público en una nación multiétnica con las característi-
cas anotadas y para el ejercicio de la función de defensa en el ámbito
de una justicia interétnica, de tal manera que responda a un Sistema
Integral de Defensa Pública sustentado en los siguientes principios:
•• Una política institucional que defina la aplicación de la perti-
nencia cultural en la formulación de la estrategia de defensa;
•• Un modelo de gestión diseñado y desarrollado para la aten-
ción de casos que requieren la asistencia y representación le-
gal con enfoque intercultural;
•• Un enfoque sistémico que permita superar el aislamiento
político y funcional con que se manejan las instituciones del
sector justicia y facilite fijar lineamientos para la formulación
de una política pública a favor de los pueblos indígenas en
materia de justicia penal, que tenga en cuenta especialmen-
te las disposiciones constitucionales respecto a la identidad
étnica, el Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos
Indígenas y el Convenio No. 169 de la OIT “Convenio sobre
Pueblos Indígenas y Tribales en países independientes” (12).

(12) Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas. Capítu-


lo II. Lucha contra la discriminación legal y de hecho. IV) Promover la defensa efi-
caz de dichos derechos. Con este fin, promover la creación de defensorías indígenas
y la instalación de bufetes populares de asistencia jurídica gratuita para personas
de bajos recursos económicos en las municipalidades donde predominan las comu-
nidades indígenas. Asimismo, se insta a la Procuraduría de los Derechos Humanos
y a las demás organizaciones de defensa de los derechos humanos a que presten
616 Blanca Aída Stalling Dávila

Cada uno de estos principios obedece a políticas que deben estar


claramente definidas y responder a un solo objetivo: contribuir a la
construcción de una administración de justicia con pertinencia cul-
tural y lingüística.
El desafío es ambicioso y el camino por recorrer bastante largo,
pero las experiencias dejan lecciones que deben ser compartidas y
analizadas, siendo esta materia de este trabajo.

IV. El Instituto de la Defensa Pública Penal.


El Proyecto de Defensorías Indígenas

1. Objetivos y resultados

1.1. Acceso a la Justicia en el propio idioma


Entre los problemas más importantes mencionados por la Comi-
sión de Modernización del Organismo Judicial de Guatemala, están
la imposición cultural hegemónica del sistema jurídico de inspira-
ción iuspositivista sobre las poblaciones indígenas, así como la sen-
sible ausencia del uso de los idiomas indígenas en la administración
de justicia. No se han impulsado políticas públicas que minimicen
el impacto negativo hacia la población indígena y que eliminen las
barreras lingüísticas y culturales que impiden el acceso a la justicia
pronta y cumplida.
Acceso a la justicia oficial es la posibilidad de hacer uso y ejerci-
cio de los mecanismos e instituciones judiciales que tutelan o prote-
gen derechos para obtener una pronta y eficaz respuesta. En sentido
estricto, significa el acceso a la jurisdicción o a los tribunales.
Se considera que el derecho de acceso a la justicia supone: a) la
existencia de mecanismos legales e institucionales creados previa-
mente para la tutela de los derechos, b) una respuesta pronta y opor-

una atención especial a la defensa de los derechos de los pueblos maya, garífuna
y xinca.
Convenio 169 OIT. Convenio sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países
Independientes. Artículo 8. 1. Al aplicar la legislación nacional a los pueblos in-
teresados deberán tomarse debidamente en consideración sus costumbres o su
derecho consuetudinario. … Artículo 9. 1. En la medida en que ello sea compatible
con el sistema jurídico nacional y con los derechos humanos internacionalmente
reconocidos, deberán respetarse los métodos a los que los pueblos interesados recu-
rren tradicionalmente para la represión de los delitos cometidos por sus miembros.
2. Las autoridades y los tribunales llamados a pronunciarse sobre cuestiones pena-
les deberán tener en cuenta las costumbres de dichos pueblos en la materia.
Defensa pública: garantía de acceso a la justicia 617

tuna de las instituciones que integran la administración de justicia, c)


la erradicación de obstáculos económicos o de otro tipo que impidan
el acceso a las instituciones y a los mecanismos, y d) un tratamiento
igualitario y no discriminatorio.

1.1.1. Creación de Defensorías Indígenas


Como consecuencia de ello, con la finalidad de contribuir a dar
respuesta a las demandas de los pueblos indígenas en cuanto a ga-
rantizar el acceso a la justicia con pertinencia cultural y lingüística
y el respeto a la aplicación de los mecanismos comunitarios para la
resolución de conflictos, el Proyecto ejecutado en una primera fase
con apoyo del gobierno español y luego del gobierno de Noruega se
orientó al fortalecimiento de procesos institucionales en el Instituto
de la Defensa Pública Penal destinados a facilitar el acceso a una de-
fensa técnica especializada en el propio idioma.
Orientado por este objetivo se realizó progresivamente la insta-
lación y puesta en funcionamiento de 10 Defensorías con especiali-
zación en derecho indígena, teniendo en cuenta para su ubicación
geográfica los indicadores sociales de presencia mayoritaria de po-
blación indígena, siendo instaladas en las regiones de: Quetzaltenan-
go (Departamento de Quetzaltenango) , Santa Eulalia (Departamen-
to de Huehuetenango), Totonicapán (Departamento de San Marcos),
Sololá (Departamento de Sololá), Santa Cruz del Quiché (Departa-
mento del Quiché), Mazatenango (Departamento de Suchitepequez),
Chimaltenango (Departamento de Chimaltenango) Cobán (Departa-
mento de Alta Verapaz), Salamá (Departamento de Baja Verapaz) y
San Benito (Departamento de Petén).
Cada una de ellas presta asistencia jurídica y legal en forma gra-
tuita con un Abogado Defensor Indígena, maya hablante, un Asisten-
te de Abogado y un Intérprete, persiguiendo facilitar a la población
indígena local el acceso a la justicia en su propio idioma.

1.1.2. Condiciones generadas a nivel institucional para facilitar el


acceso a la justicia en el propio idioma
Para generar estas condiciones desde el Instituto de la Defensa
Pública Penal se ejecutaron acciones que involucraron: 1) aumentar
el número de Abogados Indígenas para contribuir a la prestación del
servicio de justicia en el propio idioma, a través de la realización de
un mapeo de estudiantes de derecho maya hablantes y hablantes de
garífuna para formar un banco de datos; 2) facilitar la graduación de
estudiantes indígenas de las carreras de Abogado y Notario, con el
propósito de que personas indígenas licenciadas en derecho puedan
optar a cargos en la administración de justicia; 3) poner a disposición
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del Abogado Defensor Público de las Defensorías Indígenas biblio-


tecas especializadas en derecho indígena, como fuente de asesora-
miento y consulta en la formulación de la estrategia de defensa con
enfoque intercultural.
A ello cabe agregar esfuerzos orientados por una visión sectorial
y sistémica de la justicia realizando diversas capacitaciones para ope-
radores de justicia (Jueces, Fiscales y Defensores) que se concretaron
en un Programa de Especialización Global e Integrado sobre Pluralis-
mo Jurídico/Interculturalidad y Derechos Humanos en Guatemala.
Todo esto resultó complementado con la elaboración y sociali-
zación de 22 Glosarios Bilingües de Términos Jurídicos en español,
idiomas maya y garífuna, como herramienta de trabajo para los ope-
radores de justicia bilingües del sistema de justicia penal nacional, a
ser utilizada en el mejoramiento de los servicios de justicia ofrecidos
a la población indígena. Queda pendiente la fase de implementación
de su uso y aplicación a todos los operadores de justicia del sistema.

1.1.3. El enfoque intercultural como eje transversal


Uno de los logros más importantes es el esfuerzo institucional
que supuso, especialmente a nivel presupuestal, institucionalizar
la defensa especializada en derecho indígena con la incorporación
de los 10 Abogados Defensores Públicos Indígenas como personal
de planta de la organización, quedando integrada de esta manera al
mandato del servicio público de defensa penal, que contempla el ca-
rácter multiétnico, pluricultural y multilingüe de la población guate-
malteca, generando con ello procesos sostenibles tanto técnica como
administrativamente. Lo anterior se consagra en el Plan Estratégico
del IDPP para el período 2005-2009, cuando incorpora el “Enfoque Et-
nico o Intercultural” como eje transversal en el ejercicio de un servicio
de defensa técnica única.

1.2. Fortalecimiento de Autoridades Indígenas


En el proceso de reconstrucción de la paz en Guatemala, uno de
los mayores retos ha sido la reparación del tejido social de los pueblos
indígenas, destruido por el conflicto armado y años de colonialismo
interno, lo que se ha traducido en debilitamiento de sus formas de
organización social y de sus autoridades tradicionales.
Estas circunstancias resultan aún más evidentes cuando se crean
las Defensorías Indígenas y el Defensor debe prestar el servicio de de-
fensa en materia penal asistiendo conflictos individuales y conflictos
colectivos, ocurridos en comunidades que habían sido desplazadas y
estaban en proceso de reagrupación y de integración de sus propias
costumbres.
Defensa pública: garantía de acceso a la justicia 619

Como consecuencia de ello el Defensor debió crear espacios de


acercamiento y diálogo con autoridades y líderes de las comunidades,
con la finalidad de superar el desconocimiento y hostilidad hacia el
sistema oficial de justicia, para lo cual inicia un proceso de fortaleci-
miento de las mismas a través de: a) capacitaciones en materia de De-
rechos Humanos, Constitución Política de la República de Guatemala,
el Convenio 169 de la OIT, con la finalidad de generar un espacio común
de interrelación entre la sociedad civil, funcionarios y operadores de
justicia, en los diferentes municipios donde participan comunidades
indígenas; b) el empoderamiento de las autoridades locales mediante
el acompañamiento en la reincorporación de las autoridades indígenas
a los espacios municipales de participación, de los que habían sido
desplazados como resultado del conflicto armado interno.
Resultado de este proceso de acercamiento a las autoridades y lí-
deres indígenas el Defensor Público Indígena se transforma, por un
lado, en un asesor y facilitador tanto entre la comunidad y las autori-
dades indígenas como entre las personas indígenas y los operadores
del sistema de justicia oficial; surge entonces la necesidad de estable-
cer la coordinación entre el Derecho Oficial y el Derecho Indígena.
De esta forma el Defensor Público Indígena facilita el acceso a
una justicia con pertinencia cultural, esto es, una justicia “adecuada
a la cultura”.

1.3. Mecanismos de coordinación entre el derecho oficial y el derecho


indígena
La construcción de un Estado de Derecho incluyente que reco-
nozca la convivencia de dos sistemas jurídicos, el sistema que involu-
cra el derecho practicado por las autoridades tradicionales legítimas
propias de los pueblos indígenas y el sistema de derecho oficial, exige
cierto grado de institucionalidad de las entidades del sistema de jus-
ticia estatal, y de una comunidad organizada en torno a sus autorida-
des indígenas legítimas, en el caso del sistema jurídico de los pueblos
indígenas, de manera de lograr la armonía, convivencia y comple-
mentariedad necesarias entre ambos sistemas jurídicos.
Sin embargo, la experiencia del Instituto a partir del proyecto de
Defensoría Indígena, nos enseña que es necesario determinar y defi-
nir en forma previa los enfoques, posturas y propiamente el abordaje
del conflicto interétnico. Es decir, implica encontrar las respuestas a
una serie de interrogantes tales como:
Si el Estado debe reconocer las prácticas del sistema jurídico de
los pueblos indígenas en cuanto a la resolución de conflictos y aplica-
ción del castigo en material ¿cómo debe hacerlo y con qué alcances?
620 Blanca Aída Stalling Dávila

¿Cómo la defensa pública hace accesible la justicia para la pobla-


ción indígena?
¿Qué debemos entender por acceso a la justicia para los pueblos
indígenas?
¿A qué justicia deben tener acceso?
¿Cuál es el rol que debe asumir el Defensor Público Indígena en
ambos sistemas?

1.4. Las lecciones aprendidas en la experiencia de coordinación de


ambos sistemas jurídicos.
El origen étnico de los Defensores Públicos en el caso de las De-
fensorías Indígenas determinó el cumplimiento de un rol mucho más
amplio que el que ejerce el Defensor en la justicia oficial.
En efecto, a la función de velar por el cumplimiento de las ga-
rantías constitucionales y procesales que aseguran la vigencia de los
principios del debido proceso, se sumó su intervención como Perito
Cultural en la solución de conflictos tanto individuales como colec-
tivos que afectaban a las poblaciones indígenas así como procurar el
reconocimiento al respeto a la práctica del derecho indígena con el
objetivo de armonizar los principios del derecho positivo escrito con
los valores y principios que sustentan el derecho indígena no escrito.
No obstante, al asumir la defensa de los derechos del indígena
ante el sistema oficial, persiguiendo la aplicación y el reconocimiento
del derecho indígena para el juzgamiento y castigo de los delitos co-
metidos por miembros de la comunidad, se tiene como resultado un
doble juzgamiento: por un lado, es juzgado y sancionado por su pro-
pio sistema indígena, y por otro lado, entregado a la justicia oficial, es
juzgado bajo los principios y normas de ésta. Y aun cuando la senten-
cia resultare absolutoria o sobreseyera la causa, el principio general
de derecho non bis in idem ya había sido violado.
A este respecto conviene mencionar un caso que sirve para ilus-
trar específicamente esta experiencia, en una sentencia dictada por
la Cámara Penal de la Corte Suprema de Justicia de Guatemala (13),
siendo relevante citar aquí el Considerando II de la misma en la que
se expresa:
“El procesado Francisco Velásquez López recurrió en casación por
motivo de fondo e invocó el caso de procedencia contenido en el inciso

(13) Recurso de Casación 218-2003, Corte Suprema de Justicia, Cámara Pe-


nal. Guatemala, 07/10/2004.
Defensa pública: garantía de acceso a la justicia 621

5 del Artículo 441 el Código Procesal Penal, … Señaló como infringi-


dos los artículos 46 y 66 de la Constitución Política de la República de
Guatemala, 8.4 de la Convención Americana de Derechos Humanos,
8, 9 y 10 del Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países
Independientes.
El recurrente argumenta que la Sala erróneamente interpretó el
artículo 46 de la Constitución Política de la República de Guatemala,
al no darle la preeminencia debida a la Convención Americana sobre
Derechos Humanos ni al Convenio 169 de la Organización Internacio-
nal del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Indepen-
dientes, los cuales obligan al Estado de Guatemala al respeto debido
de los métodos y las costumbres e instituciones propias de los pueblos
indígenas, por parte de los Tribunales y Autoridades del Estado que de-
ben pronunciarse en materia penal para juzgar los delitos que cometen
sus miembros. Señala el recurrente que el error del Tribunal de Segundo
Grado fue no admitir que había hecho punible a perseguir por la justi-
cia oficial, ya que en la comunidad de Payajxit del Municipio de Qui-
ché, a la que él pertenece como indígena Maya, de conformidad con las
instituciones propias de la misma, que es el caso en cuestión “ya había
sido resuelto en aplicación de su justicia tradicional. Su situación par-
ticular, así como la de otros compañeros implicados en los mismos he-
chos, fue resuelta en asamblea pública en el mes de mayo de 2000, con
la participación masiva de las comunidades de Payajxit y Pamesebal I
y II y en presencia de las autoridades tradicionales, habiendo aceptado
su participación en el hecho, que se arrepintió, que pidió perdón, que
se comprometió a no volver a cometer hechos punibles, que colaboró
respondiendo todas las preguntas que se le formularon, con veracidad
y dando los nombres de las personas que habían participado con él en
el hecho”, y acto seguido, recibió nueve azotes, como parte de la purifi-
cación que acompaña la práctica tradicional de su comunidad.

Luego del análisis del caso de precedencia invocado, normas in-


fringidas y fallo impugnado, este Corte estima que le asiste la razón al
casacionista, por cuanto que el estudio de los argumentos vertidos por
el Tribunal de Segunda Instancia, para no acoger el recurso interpues-
to, se fundan en normas de carácter ordinario, las cuales a la vista de
la interpretación correcta del Artículo 46 Constitucional, no pueden ser
superiores jerárquicamente a la normativa internacional aceptada y
ratificada por el Estado de Guatemala en Materia de Derechos Huma-
nos, ya que el procesado Francisco Velásquez López, ya había sido juz-
gado por las Autoridades tradicionales de su comunidad de Payajxit,
en donde le fue impuesta la pena. En el presente caso, la norma consti-
tucional citada abre la posibilidad de aplicar la normativa internacio-
nal en materia de derechos humanos, correspondiéndole la prevista en
el Artículo 8.4 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
622 Blanca Aída Stalling Dávila

que regula la prohibición de juzgar dentro del Estado de Guatemala,


a una persona dos veces por el mismo hecho, lo cual ocurrió en el caso
bajo examen.
Aunado a lo anterior el Ministerio Público con fecha veinte de di-
ciembre de dos mil dos presentó al Tribunal de Sentencia de Quiché, un
memorial por medio del cual solicitaba el sobreseimiento del proceso
en virtud de haber dirimido las partes su conflicto en base a lo estable-
cido en los Artículos 8 y 9 del Convenio 169, en ese sentido siendo que
por imperio constitucional corresponde, el ejercicio de la acción penal
al Ministerio Público en representación del Estado de Guatemala y éste
solicitó la absolución del imputado.
En ese orden de ideas, el recurso de casación promovido por motivo
de fondo, deviene procedente estimado innecesario entrar al análisis
de otras normas citadas como infringidas …”.
Si bien como se aprecia el considerando en claro en cuanto a la
invocación del fundamento de derecho, el contenido del fallo propia-
mente dicho implica un nuevo juzgamiento de la conducta de la per-
sona involucrada, ya que el mismo resuelve: “…Absuelve al acusado
(…) del hecho acusado por el delito de Robo Agravado, consecuente-
mente ordénese su inmediata libertad; b) Se dejan sin efecto todas las
medidas de coerción que fueron impuestas al acusado. …”.
Sin embargo a la fecha de la Sentencia que resuelve el recurso de
Casación, el afectado cumplía la pena de 6 años de prisión inconmu-
tables a la que había sido condenado por la justicia oficial desde el
año 2002.
Como corolario de lo que viene de exponerse son dos las leccio-
nes que nos deja la experiencia:
•• Promover la coordinación de ambos sistemas jurídicos, uti-
lizando como estrategia el reclamo a la justicia oficial que
reconozca la aplicación directa del derecho indígena en la
resolución de conflictos de carácter social penal, implica un
doble enjuiciamiento;
•• Aceptar sin limitaciones que corresponde respetar los méto-
dos a los que los pueblos indígenas tradicionalmente recu-
rren para el castigo de los delitos cometidos por sus miem-
bros, puede importar la imposición de una sanción violatoria
de los derechos humanos.
Surge entonces la necesidad de utilizar el Peritaje Cultural tam-
bién denominado Peritaje Antropológico o Prueba Judicial Antropo-
lógica, que les permite ilustrar al Juzgador sobre el marco cultural al
que pertenece el supuesto infractor y realizar un análisis de los he-
Defensa pública: garantía de acceso a la justicia 623

chos desde el punto de vista de la cultura indígena y su propia cos-


movisión.
Pueden citarse al respecto algunos ejemplos de las consecuencias
de la utilización de este medio probatorio, resultado de la experiencia
vivida en el Instituto:
Juzgado de Primera Instancia de Santiago Atitlán, Sololá:
1. Asunto: acusación por producción de licor clandestino, el cual
seria utilizado por un sacerdote maya.
Peritaje cultural: la prueba judicial antropológica demostró que
la producción del licor denominado “Cuxa” es parte de los ritos de
la ceremonia, empleado por los sacerdotes mayas en el municipio de
Santiago Atitlán, Sololá.
Fallo judicial: con base en lo anterior el juzgador resuelve decla-
rando el Sobreseimiento del proceso penal.
2. Asunto: la acusación compromete a los representantes del Co-
mité de Educación Comunitaria de una comunidad indígena de Mo-
mostenango, Totonicapán, la que a través de su asamblea comunitaria
le impone como sanción a un vecino negarle a sus dos hijas menores
el servicio de educación, sanción que es ejecutada por el Director de
la escuela. La sanción es una respuesta de la comunidad ante la nega-
tiva del vecino de ocupar un cargo en el Comité mencionado.
Peritaje cultural: demuestra al Tribunal de Sentencia que las au-
toridades del Comité son autoridades indígenas, que ejecutaron una
orden de asamblea comunitaria, que la sanción está dentro del ámbi-
to de sus funciones. Este fallo fue apelado y en Segunda Instancia fue
ratificado por la Sala de Apelaciones de la ciudad de Quetzaltenango.
3. Asunto: La comunidad Paxquiacnil, del municipio de San Cris-
tóbal Totonicapán, decide ampliar su camino vecinal por lo estrecho
del camino para el paso de vehículos, porque constituye un peligro
para las personas que caminan a pie cuando se encuentran con un
vehículo automotor ya que algunos conductores imprudentes a pe-
sar de lo estrecho del camino no moderan la velocidad. Al mejorar
el acceso vehicular, salen más beneficiados los que tienen vehículos
y se evitan desgracias humanas. Por esas razones, la comunidad re-
unida en asamblea tomó la decisión de juntar dinero con recursos de
todas las personas de la comunidad, especialmente las personas que
hacen uso del camino, para comprar un terreno que posibilite otra
vía de acceso a la comunidad. Se estableció una cuota: los que tienen
vehículo deben pagar Q700.00 y los que caminan a pie Q300.00 esta
situación fue puesta en conocimiento de los vecinos de paraje Xeabaj,
del barrio Chuisiguan, del municipio de San Francisco el Alto, Toto-
624 Blanca Aída Stalling Dávila

nicapán, con esta comunidad han hecho juntos los proyectos de agua
potable, energía eléctrica, escuela y botiquín comunal. Estas comuni-
dades están separadas por la división municipal administrativa, pero
en esencia están unidas por lazos de parentesco. Ante la negativa del
pago de la cuota por algunos vecinos, como un mecanismo de pre-
sión, la Asamblea de Vecinos dispuso la colocación de unas cadenas
para impedir que pasaran los carros. Esta medida en carácter de san-
ción fue ejecutada por los Alcaldes Auxiliares, contra quienes no ha-
bían pagado la cuota, los que terminaron demandando por el delito
de Coacción ante las autoridades oficiales.
Peritaje cultural: Se practicó un peritaje cultural, que demues-
tra que la sanción impuesta fue adoptada por autoridades indígenas,
dentro de sus funciones y que no actuaron a titulo personal sino por
mandato de una asamblea comunal.
Solución del conflicto: En el transcurso de la práctica del peritaje
las partes involucradas llegan a un arreglo dentro del derecho indí-
gena, el supuesto agraviado se somete a las autoridades indígenas, la
fiscalía se entera del acuerdo y solicita al juzgado el sobreseimiento,
el Juez accede a lo pedido.
Juzgado de Primera Instancia de Santa Cruz del Quiché
Asunto: Acusación presentada por el Instituto Nacional de Bos-
ques por Delito de Coacción y Usurpación de Funciones, en contra de
un representante de la Alcaldía Indígena de Santo Tomás Chichicas-
tenango, Quiché, aduciendo que la autorización de aprovechamiento
forestal es potestad del INAB.
Peritaje cultural: La práctica del peritaje cultural contribuye a
que el Ministerio Público establezca que efectivamente la Alcaldía
Indígena de Chichicastenango, es la autoridad que tradicionalmente
ha administrado sus bosques y que esta práctica es parte de la cultura
de ese pueblo.
Fallo judicial: La coordinación del IDPP y el Ministerio Público
en Santa Cruz del Quiché, le permite al Juzgado de Primera Instancia
decretar el sobreseimiento del acusado.
Juzgado de Primera Instancia de Nebaj, Quiché
Asunto: Este caso se refiere al delito de Siembra y cultivo de ma-
rihuana. La Policía Nacional civil, al tener conocimiento del hecho,
solicita una orden de Inspección y Allanamiento en la residencia de
dos personas sindicadas. Al ejecutar la medida, en el lugar de los he-
chos son atendidos por una mujer que dijo ser la esposa del primero
de los sindicados, quien voluntariamente permitió la práctica de la
diligencia judicial, de la cual resulta efectivamente el hallazgo de una
Defensa pública: garantía de acceso a la justicia 625

cantidad considerable de plantas de marihuana, y encuentran semi-


llas en la casa del primero de los sindicados. En la casa del segundo
de los señalados, bastó la negativa del propietario del terreno. Ante
esa situación la señora fue llevada a prisión y puesta a disposición del
tribunal.
Peritaje cultural: La Defensa Pública solicita la práctica de un
peritaje cultural que logra demostrar que la actividad de siembra y
cultivo agrícola, es una actividad propia de los hombres indígenas en
familias integradas, por lo que la prisión de dicha mujer era impro-
cedente.
Fallo judicial: El Juzgado de Primera Instancia revoca el auto de
prisión en contra de la referida mujer y deja abierto procedimiento
penal en contra del marido de la misma.
Los logros y resultados, han generado una oportunidad para que
la población indígena cuente con un sistema de defensa pública penal
que tome en cuenta el respeto de la identidad cultural de los indivi-
duos, así como también, el ejercicio del sistema propio del los pueblos
indígenas en el marco de resolución de conflictos, garantizando pro-
gresivamente estados de gobernabilidad y fortalecimiento al estado
de derecho desde la sociedad hacia las instituciones.

V. ¿Cuál es el rol del Defensor Público Indígena


en una justicia interétnica?

1. La defensa procesal de los pueblos indígenas en ambos siste-


mas jurídicos.
La experiencia señalada obliga a replantear y definir claramente
el rol del Defensor Público Indígena cuando debe abordar la resolu-
ción del conflicto social penal, tanto desde el sistema de justicia ofi-
cial como del sistema jurídico propio de los pueblos indígenas.
En este punto conviene aludir a que la necesidad de articulación
entre el derecho indígena y el derecho oficial, se plantea también
frente a las consecuencias que provoca desconocer la pluralidad jurí-
dica. En efecto, tomando como punto de partida que desde el punto
de vista del derecho penal y procesal penal, la diferencia entre ambos
derechos radica en el distinto tratamiento al infractor de la norma,
esta mirada divergente se ve reflejada en los efectos que origina en
ambos sistemas:
•• que el Poder Judicial asuma casos que podían haber sido re-
sueltos con mecanismos propios de represión social, sobre-
cargando de este modo el sistema;
626 Blanca Aída Stalling Dávila

•• que los resultados a que puede llegar el juzgador, en muchos


casos, no son vistos como verdaderas soluciones para el afec-
tado de las poblaciones indígenas;
•• que el Estado considere las soluciones de las autoridades in-
dígenas como dictadas por usurpadores de funciones, termi-
nando éstas sometidas a sanción penal (14).
No debe olvidarse que el derecho oficial se concibe como una ins-
tancia ajena, en la cual no se entiende la cultura originaria y no se
aceptan sus valores y costumbres, como una jurisdicción cuyos jue-
ces no tiene legitimidad social para resolver los conflictos internos de
las comunidades. El idioma diferente, el lenguaje jurídico, el razona-
miento extraño, el difícil acceso, los costos, los trámites ininteligibles
provocan desconfianza. Por el contrario, la justicia indígena goza de
gran legitimidad social, su vigencia está basada en la cosmovisión y
valores étnicos, culturales y sus normas tradicionales (15).
Es entonces en este contexto, en el cual la figura del Defensor Pú-
blico indígena adquiere relevancia y otra dimensión como agente del
sistema de justicia. Así, consideramos que su función de garantizar
el derecho de defensa asegurando la plena aplicación de las garan-
tías constitucionales y procesales del debido proceso, puede ejercerla
tanto en el sistema oficial como en el sistema de derecho indígena.
En efecto, cuando debe asistir y representar a personas que per-
tenecen y practican las tradiciones de la cultura indígena, su función
de Defensor resulta ampliada cuando además puede constituirse en
asesor de las autoridades indígenas o del sindicado que así lo requie-
ra, al aportar el enfoque cultural que le permite su origen étnico y su
pertenencia a la comunidad. En cumplimiento de este rol le corres-
ponde velar además por la aplicación de los principios generales de
derecho en forma plena.
Por otra parte, también puede actuar e intervenir en la solución
de conflictos individuales y colectivos que afecten a la comunidad en
materia penal, actuando como asesores y conciliadores pero funda-
mentalmente como contralores del juzgamiento que realicen las co-
munidades a través de sus autoridades.
De esta manera, el Defensor Público Indígena sirve de enlace en-
tre ambos sistemas jurídicos velando porque la justicia que corres-

(14) El comentario se hace en base a lo sostenido por Silvina Ramírez, Di-


versidad Cultural y sistema penal: necesidad de un abordaje multidisciplinario, en
la Revista Latinoamericana de Política Criminal. Justicia Penal y comunidades
indígenas, Buenos Aires, 1999, pág. 75.
(15) Idem, pág. 70.
Defensa pública: garantía de acceso a la justicia 627

ponde impartir bajo la vigencia de los principios y valores de ambas


culturas, se sujete a los mandatos constitucionales y legales que
determinan las normas nacionales e internacionales en la materia.
Esto es:
•• Constitución Política de la República de Guatemala.
•• Convenio No. 169 de la OIT.
•• Acuerdo Sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indíge-
nas.
Este debe constituirse en el punto de partida para iniciar el pro-
ceso de cambio en la administración de justicia oficial orientada al
reconocimiento, al respeto a las prácticas del derecho propio de los
pueblos indígenas así como la definición de enfoques, posturas y
especialmente el abordaje del conflicto interétnico, en el cual el rol
del Defensor Público Indígena adquiere características particulares
al ser el único agente del sistema de justicia que puede actuar como
enlace intercultural.

2. La perspectiva de género y el enfoque intercultural en la for-


mulación de la estrategia de defensa.
La definición del rol del Defensor Público Indígena y la redefini-
ción del rol del Defensor Público en general, obliga también a tener en
cuenta que la estrategia de defensa técnica utilizada requiere de una
respuesta multidisciplinaria a los procesos sociales que involucran
las relaciones entre hombres y mujeres en la vida social nacional, ha-
ciendo efectiva la tutela de los derechos fundamentales de las mismas
consagrados en las normas nacionales y tratados internacionales.
La situación que enfrenta la mujer sindicada de delito o falta y
la que vive la adolescente en conflicto con la ley penal en el sistema
penal guatemalteco, obedece en gran medida al perfil de la mujer
guatemalteca en todos los ámbitos de su vida, en tanto que el entor-
no de la mujer privada de libertad como el específico de las mujeres
pertenecientes a distintos grupos y sectores sociales y económicos,
tiene su origen en una estructura social, económica, política y cultu-
ral caracterizada por la desigualdad, la subordinación en todas sus
manifestaciones y una fuerte incidencia de la relación mujer/hombre
propia de un sistema de organización excluyente y patriarcal (16). A
este sistema de interacción social, debe agregarse para un gran sector

(16) La información expresada en el texto fue extraída del documento


Memoria de Rosalía Rodríguez Guzmán. Proyecto Género, Mujeres y Desarrollo.
UNICEF. UNIFEM, págs. 6-10.
628 Blanca Aída Stalling Dávila

de la población femenina, la exclusión y segregación a que la condena


su pertenencia a un determinado grupo étnico y racial, un sistema
ladino de valores.
En este contexto, las condiciones en que se manifiesta la desigual-
dad de género en el caso de la mujer guatemalteca, tiene relación con
su penalización o criminalización por el sistema de administración
de justicia, primero por su condición de mujer, luego por su condición
de indígena y después por su condición de clase social.
La respuesta institucional a esta problemática por el Instituto de
la Defensa Pública Penal ha sido la incorporación, en la intervención
del Defensor Público, de la perspectiva de género. En este sentido, el
desarrollo de una estrategia de defensa con el apoyo profesional es-
pecializado en género permite que las mujeres de escasos recursos
económicos tengan acceso a una asistencia técnica y jurídica que
contemple especialmente las peculiaridades de su condición; el aná-
lisis que con este enfoque puede realizarse se sustenta en la aprecia-
ción de su participación en los hechos delictivos imputados y la ade-
cuada valoración de los aspectos culturales, sociales y psicosociales
de la mujer sindicada. Precisamente en el caso de mujeres indígenas
sindicadas de delito o adolescentes en conflicto con la ley penal la de-
fensa integral con ambos enfoques ha sido decisiva en la resolución
del conflicto penal de carácter socio-cultural: a través de la necesaria
coordinación entre una defensa técnica con pertinencia cultural y
una defensa técnica con enfoque de género.
Del mismo modo la incorporación de la perspectiva de género en la
asistencia jurídica gratuita a mujeres víctimas de violencia ha genera-
do, desde la defensa pública, un mecanismo de acceso a la justicia para
el pleno respeto de los derechos fundamentales de este grupo de la po-
blación particularmente vulnerable, a través de una atención jurídica
que comprende orientación, asesoría y acompañamiento por personal
especializado en los aspectos culturales de la conducta y comporta-
miento de la mujer indígena en el ámbito de las comunidades.

2.1. El peritaje cultural herramienta de comprensión de la diferencia


cultural por la justicia oficial
La diversidad cultural se manifiesta en todos los ámbitos de la
vida social, en tal sentido el Derecho, en cualquier sociedad es pro-
ducto de la cultura, está basado en valores y principios propios de
cada cultura (17). Por su parte, la diversidad jurídica se refleja en

(17) Fortalecimiento del IDPP. Defensoría Indígena. Fase II. Proyecto


PNUD GUA 05/03548950. Peritajes Culturales y su aplicación en la administra-
Defensa pública: garantía de acceso a la justicia 629

principios y valores que fundamentan un sistema de justicia, los pro-


cedimientos y la normativa y es precisamente en este ámbito donde
un hecho puede ser considerado un delito o no o que la gravedad de
un hecho puede ser de distinto grado, dependiendo del lente cultural
con que se le juzgue.
En estas circunstancias la utilización del peritaje cultural se con-
vierte en un mecanismo decisivo que permite aportar los medios de
prueba que la ley contempla y acreditar que la diferencia cultural pro-
pició y condicionó una conducta tipificada como delito en los códigos
del sistema jurídico oficial, pero que desde la perspectiva cultural del
individuo que ha cometido la infracción no lo es, en tanto su conduc-
ta proviene de parámetros culturales distintos.
En el contexto sociocultural en que se desenvuelve el Defensor
Público Indígena, el peritaje cultural, ha sido una herramienta que
en su rol de enlace intercultural ha sido fundamental en la resolución
de conflictos que, en algunos casos se han dilucidado en vía judicial y
en otros, ha evitado la transformación del conflicto de carácter socio-
cultural en conflicto penal en la administración de justicia oficial.
En definitiva se trata como ya se ha sostenido en otra realidad la-
tinoamericana: “El dualismo entre el derecho oficial y el derecho con-
suetudinario de las comunidades originarias sólo se puede resolver si
el derecho oficial respeta la identidad cultural de las comunidades,
es decir, si se establece un punto de encuentro de estos sistemas jurídi-
cos … se debe reconocer que el sistema oficial actual ha perdido (…) su
dimensión trascendental de legitimidad que signifique un impacto en
la vida social de los pueblos y comunidades indígenas. La legitimidad
del sistema no se podrá recuperar reclamándola o aplicándola coer-
citivamente. En un Estado democrático la legitimidad sólo se logra si
todos los ciudadanos están convencidos de que el sistema es el más con-
veniente para el desarrollo y progreso de la sociedad.
Su recuperación se asienta sobre la base del nacimiento de una
concepción nueva en la administración de justicia, que respetando las
identidades culturales de los pueblos originarios reconozca las concep-
ciones del derecho consuetudinario y la forma de administración de
justicia, de modo que puedan satisfacer con eficacia las demandas de
resolución real de conflictos” (18).

ción de justicia. Guía dirigida a Defensores Públicos. Guisela Mayén. Consultora.


Octubre de 2007.
(18) Revista citada, pág. 70.

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