Querido Hijo
Querido Hijo
Querido Hijo
Aprovecho esta carta para contarte algunas cosas que me hubiera gustado saber a tu edad,
o incluso algunos años más tarde. Quiero que sepas que te quiero mucho y que pienso
cada día en ti. Estás siempre presente en mis pensamientos, en mis sueños y en mi
corazón.
Quiero que sepas también, hijo, que me siento orgulloso de ti, del chico que eres y del
hombre en el que te estás convirtiendo. Me siento honrado de ser tu padre; es de las
mejores cosas que me han ocurrido en la vida. Y ello es independiente del hecho que
tengamos más o menos relación.
No sé cuándo será la próxima vez que podamos volver a hablar, que podamos vernos.
Espero que no pasen muchos años. Pero en cualquier caso quiero decirte algunas cosas
ahora, pensado que pueden ayudarte en la vida, porque aprenderlas me ayudó a mi.
No fuiste un error.
Salmo 139.15
Mis pensamientos sobre ti se multiplican más que la arena en la orilla del mar.
Salmo 139.17-18
Yo puedo hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pides o entiendes.
Efesios 3.20
Y nunca olvides que te quiero un montón y de que siempre lo haré. Eres mi hijo del alma y
siempre lo serás. Te adoro y no hay nada ni nadie en el mundo que pueda cambiar eso. Es
mucho el tiempo en el que no hemos podido estar el uno con el otro, pero ello no cambia
nada de lo que siento por ti, campeón. Estaré siempre disponible para ti, para guiarte,
apoyarte o ayudarte, para todo lo que tú necesites.