Unidad 4 - 1966 - 1976 - Tiempos Violentos

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UNIDAD 4 – Video 2 - 1966 -1976 –

TIEMPOS VIOLENTOS

Este capítulo de nuestra historia comienza con una rebelión popular, una
auténtica pueblada que iba a marcar toda una época y terminar con el
día más trágico del siglo XX argentino. Son años de violencia, pero
también de una gran esperanza de cambio social en los que el destino
de liberación crece a la par de la represión.
Pero antes hagamos un pequeño repaso, recorramos la línea de tiempo:

El 28 de junio de 1966, el país se despierta con un nuevo golpe de


estado. La grave crisis institucional culminó con la separación del Dr.
Arturo y del cargo de presidente. Transición: la nueva dictadura
autodenominada Revolución Argentina busca quedarse un largo tiempo
en el poder. Surgió que la presidencia la relación sería divina por
experiencia. General Juan Carlos Onganía está encabezada por Juan
Carlos Onganía, un general de caballería ferviente católico y enemigo
declarado de las ideas de izquierda. El gobierno se propone velar por los
valores espirituales y morales de la civilización occidental y cristiana.
El presidente Kennedy, informa que los soviéticos han puesto en libertad
a los dos pilotos que efectuaron vuelo de reconocimiento en territorio
ruso. Recordemos, estamos en tiempos de guerra fría y la dictadura
busca alinearse con los EE.UU. en su guerra contra el comunismo.
"Porque esta gran humanidad ha dicho basta y su marcha de gigantes
ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia por la
que ya han muerto más de una vez inútilmente”. Onganía adhiere a la
máquina de seguridad nacional que afirma que la guerra ahora es
ideológica y está fronteras adentro de la empresa una ideología
presentando una extraña él comunicó el virus y biológico frente de los
ambientes donde impera la vagancia, el mal se propaga también
mediante la acción organizada de citadores profesionales la naturaleza
incuba fácilmente las mentalidades incultas y en la juventud ingenua e
inexpertas. En sus primeros días en el poder, Onganía aprueba todas las
actividades políticas sindicales y estudiantiles al peronismo que ya lleva
diez años por escrito se le suman todos los demás partidos que no
pueden realizar ningún acto público o colocado pero mientras tengan ya
pretende instalar en todo el país una rígida disciplina de cuartel una
gran parte de la sociedad argentina va totalmente en sentido contrario
los años 60 son tiempos de cambio las jóvenes generaciones busca
diferenciarse de sus padres y eso se nota en la música la ropa y hasta el
largo del pelo en estos años el rol social de la mujer atraviesa por
grandes transformaciones por un lado la aparición de la píldora
anticonceptiva le da más poder decisión sobre la maternidad por el otro
cada vez son más las mujeres que trabajan lo que pudieron terminar una
carrera universitaria lo que les garantiza una mayor independencia
económica como nunca antes la juventud habita un mundo, un régimen
propio, que no se corresponde en lo más mínimo con el orden moral y
los valores establecidos, que pretende imponer Onganía. Por esta razón,
los jóvenes se vuelven un grupo social peligroso para los ojos de la
dictadura. En respuesta, Onganía afirmó un decreto por el cual ordena
intervenir las universidades nacionales.
La comunidad universitaria de la UBA resiste la intervención y ocupa los
edificios de varias facultades. La respuesta de Onganía llega la noche
del 29 de julio de 1966. En la economía, los profesores y alumnos son
echados de la universidad a los golpes y permanecen detenidos por días
o semanas.
Pero el estricto control social no se centra solo en la juventud. La
censura, la proscripción y la represión policial se despliegan sobre
cualquier grupo que se oponga a los planes de la dictadura, en especial
en el aspecto económico. Onganía, mediante el plan de "Suministro de
Economía", Adalbert Krieger Vasena busca achicar el gasto público
racionalizando al Estado. Esta racionalización representa la quita de
subsidios y la apertura de la economía al capital internacional.
Con este fin, el gobierno despide a miles de empleados públicos, cierra
varios ramales ferroviarios y desmantela una gran cantidad de fábricas
pertenecientes al Estado nacional. La que más sufre estas medidas es la
provincia de Tucumán, cuya industria azucarera es totalmente
reestructurada con la excusa de una supuesta modernización. Es así que
muchos ingenios azucareros cierran, dejando a gran parte de la
población de la provincia sumida en la pobreza y la desocupación.
Otro actor social que tiene un rol decisivo en esta época son los
sindicatos. Para 1968, la CGT se divide en dos. Por un lado, el
metalúrgico Augusto Timoteo Vandor encabeza una central obrera
ligada a la ortodoxia sindical peronista, aunque por el momento se
muestra abierta al diálogo con la dictadura de Onganía. Por otro, se crea
la CGT de los Argentinos, combativa y permeable a nuevas formaciones
sociales. Esta última es liderada por el dirigente gráfico Raimundo
Ongaro, que toma una posición de absoluta confrontación con la
dictadura y busca dar una lucha constante.
Pero no solo en las fábricas y en las aulas se habla de revolución. A
partir del Concilio Vaticano II y la Conferencia Episcopal de Medellín de
1968, surge un movimiento en el interior de la Iglesia Católica que toma
un gran protagonismo en América Latina. El Movimiento de Sacerdotes
para el Tercer Mundo no solo profundiza las actividades sociales en
muchas iglesias, sino que las transforma también en lugares de reunión
y de discusión política. Se impulsa lo que muchos llaman el socialismo
cristiano o la teología de la liberación.
La vida aglutina en movimiento al pueblo trabajador fundamentalmente,
que ese movimiento autonomista matemáticamente dando de comer el
ariete de trabajadores, la columna adelante. Con profundo dolor he
recibido la noticia de una irreparable pérdida para la causa y los pueblos
que luchan por su liberación. Quienes hemos abrazado este ideal nos
sentimos hermanados con todos aquellos que, en cualquier lugar del
mundo y bajo cualquier bandera, luchan contra la injusticia, la miseria y
la explotación.
Pero pórtico terminado, pero este profundo espíritu de cambio no es
exclusivo de nuestro país, sino que es parte de un clima de época.
Manifestaciones en mayo de 1968 en el Barrio Latino de París: una
movilización estudiantil recibe el apoyo del movimiento obrero francés.
Curación, lo que comienza como una protesta contra el plan de estudios,
crece hasta volverse una revuelta de rechazo al sistema político y social
en su totalidad, que se vuelve mundialmente conocido como 'el Mayo'
francés.
Es así que durante todo el año 1968, las manifestaciones estudiantiles
se multiplicaron. En la Ciudad de México, en la Plaza de Tlatelolco, una
masiva movilización contra el gobierno es violentamente reprimida y
termina en masacre. En Checoslovaquia se abre la Primavera de Praga,
un movimiento que exige al régimen comunista una mayor apertura
política. En EE.UU., miles de jóvenes se movilizan en contra de la guerra
de Vietnam.
En nuestro país, tanto estudiantes como trabajadores confrontan con la
dictadura. A mediados de mayo de 1969, en una manifestación
estudiantil en Corrientes, es asesinado por la policía el estudiante Juan
José Cabral. Al mismo tiempo, en Rosario, la muerte de otro joven
provoca que obreros y estudiantes salgan a las calles. La jornada,
nuevamente reprimida, se conoce como el Rosariazo.
Pero en 1969, una provincia se va a volver el centro de atención:
Córdoba. Es el segundo polo industrial del país, después de Buenos
Aires, y también es la cuna de un movimiento sindical altamente
combativo. La mecha del conflicto se enciende cuando el gobierno
intenta privatizar la empresa provincial de energía eléctrica, la EPEC.
Esto provoca la reacción del Sindicato de Luz y Fuerza y de su principal
dirigente, quien convoca un plan de lucha.
Salado, no todos los detalles están tan distintos de ruedas distintas
cortinas, pero de seguro que todos llevan en su pensamiento nunca la
navegación naturalización. Agustín José Tosco tiene 39 años, comienza
su carrera sindical a los 22 como delegado de la sección en la EPEC.
Para 1969, es el principal referente de la CGT de los Argentinos en su
provincia de Córdoba, que responda a la comunidad en la luz
oportunidad orgánica los teóricos de los trabajadores.
A fines de mayo de ese año, la CGT de Vandor y la de Raimundo Ongaro
organizan en conjunto un paro nacional de 24 horas en contra de las
políticas económicas de una niña en Córdoba. La apuesta se duplica:
paro de 48 horas con movilización el 29 de mayo de 1969, sobre los
estudiantes cordobeses salen a la calle. La ciudad es una olla a presión,
ni la huelga ni las manifestaciones se detienen. Gracias de Córdoba, ah
está a punto de comenzar una de las más grandes movilizaciones de los
últimos 50 años, una verdadera pueblada que va a inaugurar la década
más intensa de nuestra historia reciente de género obrera militar que
cumpliendo órdenes llega a la ciudad ingresando por esta arteria
principal para hacerse cargo de la situación y la palabra en este
momento la imagen y el sonido propio, que no se corresponde en lo más
mínimo con el orden moral y los valores establecidos, que pretende
imponer Onganía.
Por esta razón, los jóvenes se vuelven un grupo social peligroso para los
ojos de la dictadura. En respuesta, Onganía afirmó un decreto por el que
ordena intervenir las universidades nacionales. La comunidad
universitaria de la UBA resiste la intervención y ocupa los edificios de
varias facultades. La respuesta de Onganía llega la noche del 29 de julio
de 1966: en la economía, los profesores y alumnos son echados de la
universidad a los golpes y permanecen detenidos por días o semanas.
Pero el estricto control social no se centra solo en la juventud: la
censura, la proscripción y la represión policial se despliegan sobre
cualquier grupo que se oponga a los planes de la dictadura, en especial
en el aspecto económico. Onganía, mediante el plan de suministro de
economía, Adalbert Krieger Vasena, busca achicar el gasto público
racionalizando al Estado. Esta racionalización representa la quita de
subsidios y la apertura de la economía al capital internacional. Con este
fin, el gobierno despide a miles de empleados públicos, cierra varios
ramales ferroviarios y desmantela una gran cantidad de fábricas
pertenecientes al Estado Nacional. La que más sufre estas medidas es la
provincia de Tucumán, cuya industria azucarera es totalmente
reestructurada con la excusa de una supuesta modernización. Es así que
muchos ingenios azucareros cierran, dejando a gran parte de la
población de la provincia hundida en la pobreza y la desocupación.
Otro actor social que tiene un rol decisivo en esta época son los
sindicatos. Para 1968, la CGT se divide en dos: por un lado, el
metalúrgico Augusto Timoteo Vandor encabeza una central obrera
ligada a la ortodoxia sindical peronista, aunque por el momento se
muestra abierta al diálogo con la dictadura de Onganía. Por otro, se crea
la CGT de los Argentinos, combativa y permeable a nuevas formaciones
sociales. Este último es liderado por el dirigente gráfico Raimundo
Ongaro, que toma una posición de absoluta confrontación con la
dictadura y busca dar una lucha constante.
Pero no solo en las fábricas y en las aulas se habla de revolución. A
partir del Concilio Vaticano II y la Conferencia Episcopal de Medellín de
1968, surge un movimiento en el interior de la Iglesia Católica que toma
un gran protagonismo en América Latina: el movimiento de sacerdotes
para el Tercer Mundo. No solo profundiza las actividades sociales en
muchas iglesias, sino que las transforma también en un lugar de reunión
y de discusión política. Se impulsa lo que muchos llaman el socialismo
cristiano o la teología de la liberación.
"La vida aglutinar en movimiento al pueblo trabajador
fundamentalmente, que ese movimiento autonomista matemáticamente
dando de comer el ariete de trabajadores, la columna adelante con
profundo dolor, he recibido la noticia de una irreparable pérdida para la
causa y los pueblos que luchan por su liberación. Quienes hemos
abrazado este ideal nos sentimos hermanados con todos aquellos que,
en cualquier lugar del mundo y bajo cualquier bandera, luchan contra la
injusticia, la miseria y la explotación.
Pero este profundo espíritu de cambio no es exclusivo de nuestro país,
sino que es parte de un clima de época. Manifestaciones en mayo de
1968 en el Barrio Latino de París: una movilización estudiantil recibe el
apoyo del movimiento obrero francés. Curación, lo que comienza como
una protesta contra el plan de estudios, crece hasta volverse una
revuelta de rechazo al sistema político y social en su totalidad, que se
vuelve mundialmente conocido como 'el mayo' francés. Es así que
durante todo el año 1968, las manifestaciones estudiantiles se
multiplicaron. En la Ciudad de México, la plaza de Tlatelolco: una masiva
movilización contra el gobierno es violentamente reprimida y termina en
masacre. En Checoslovaquia, se abre la Primavera de Praga, un
movimiento que exige al régimen comunista una mayor apertura
política. En EE.UU., miles de jóvenes se movilizan en contra de la guerra
de Vietnam. En nuestro país, tanto estudiantes como trabajadores
confrontan con la dictadura. A mediados de mayo de 1969, en una
manifestación estudiantil en Corrientes, es asesinado por la policía el
estudiante Juan José Cabral. Al mismo tiempo, en Rosario, la muerte de
otro joven provoca que obreros y estudiantes salgan a las calles. La
jornada, nuevamente reprimida, se conoce como el Rosariazo.
Pero en 1969, una provincia se va a volver el centro de atención:
Córdoba. Es el segundo polo industrial del país, después de Buenos
Aires, y también es la cuna de un movimiento sindical altamente
combativo. La mecha del conflicto se enciende cuando el gobierno
intenta privatizar la empresa provincial de energía eléctrica, la EPEC.
Esto provoca la reacción del sindicato de Luz y Fuerza y de su principal
dirigente, quien convoca un plan de lucha.
Salado no todos los detalles están tan distintos de ruedas distintas
cortinas, pero de seguro que todos llevan en su pensamiento nunca la
navegación naturalización. Agustín José Tosco, tiene 39 años, comienza
su carrera sindical a los 22 como delegado de la sección en la EPEC.
Para 1969, es el principal referente de la CGT de los Argentinos en su
provincia de Córdoba. A fines de mayo de ese año, la CGT de Vandor y la
de Raimundo Ongaro organizan en conjunto un paro nacional de 24
horas en contra de las políticas económicas de una niña en Córdoba. La
apuesta se duplica, paro de 48 horas con movilización el 29 de mayo de
1969. Sobre los estudiantes cordobeses salen a la calle, la ciudad es una
olla a presión. Ni la huelga ni las manifestaciones se detienen. Gracias
de Córdoba, ahí está a punto de comenzar una de las más grandes
movilizaciones de los últimos 50 años, una verdadera pueblada que va a
inaugurar la década más intensa de nuestra historia reciente de género
obrera militar que cumpliendo órdenes llega a la ciudad ingresando por
esta arteria principal para hacerse cargo de la situación y la palabra en
este momento la imagen y el sonido con demasiada elocuencia lo que
está ocurriendo en este momento en el centro de activación Córdoba 29
de mayo de 1969, el centro de la ciudad es un campo de batalla. Lo que
era un paro con movilización en contra de la dictadura se convierte en
una rebelión popular. Cada esquina es una barricada. Todavía estamos
en 1969, pero se puede decir que el Cordobazo es el comienzo de los
años 70.
La acción empieza la mañana del 29 en las principales fábricas
automotrices de Córdoba. Desde allí, los obreros del sindicato de
mecánicos SMATA, liderados por el Elpidio Torres, comienzan la marcha
hacia el centro de la ciudad, donde los esperan los estudiantes que se
congregan en el barrio Clínicas y las columnas del sindicato de Luz y
Fuerza, conducidos por Agustín Tosco. Sobre los estudiantes van a
marchar por separado, pero tienen en común un lugar de reunión: la
Plaza San Martín, que está custodiada por un enorme cordón policial. Al
acercarse los primeros manifestantes, comienza la represión a los
manifestantes responde tirando bolitas de acero para entorpecer el paso
de los caballos. Algunos son dispersando el grueso de las columnas
intenta ganar la plaza. Es allí cuando el jefe del operativo da la orden de
disparar y se produce la primera víctima fatal: el obrero Máximo Mena,
de 27 años. A partir de ese momento, la protesta se transforma en una
rebelión popular que se extiende por más de 150 manzanas.
Estudiantes y obreros, a los que se suman los vecinos, resisten con
elementos caseros como palos, piedras, cadenas y bombas molotov.
Algunos manifestantes atacan con especial furia los locales de los
supermercados y las empresas norteamericanas, que son el símbolo de
la política económica de Onganía y del ministro quiere la cena más bien
teórica de la ciudad.
Cuando Catamarca pasado el mediodía en Córdoba, se respira un clima
de guerra civil. Las fuerzas provinciales están sobrepasadas y el
gobierno nacional da la orden al Tercer Cuerpo de Ejército de avanzar
sobre la ciudad. En las últimas horas de la tarde, el ejército vuelve a
tomar el control de Córdoba. Lo hace con tanques, ametralladoras y
armas tierra como si se tratara de un país enemigo. En el radio de la
capital, a la mañana del día siguiente, sólo resiste el barrio Clínicas,
bastión de la militancia estudiantil.
Ahora más tarde, la reunión está enfocada cuando en paz y en
optimismo, la Republica marcha base a sus mejores realizaciones. La
subversión en la emboscada preparaba su golpe. Los trágicos hechos de
Córdoba responden al accionar de una fuerza extremista organizada
para producir una insurrección urbana. Una consigna era paralizar a un
pueblo pujante que busca su destino.
El Cordobazo deja un saldo de mil detenidos y 12 muertos, aunque las
cifras no oficiales hablan de más de 60. Elpidio Torres, conjuntamente
con Agustín Tosco y otros siete gremiales, han sido detenidos en la
víspera por efectivos del ejército. Cometido al otro día, Agustín Tosco es
condenado sumariamente a 8 años de prisión. El Cordobazo marca el
comienzo de una época: la sociedad argentina pierde el miedo a la
dictadura y recupera la calle. El gran perdedor de la jornada es Onganía,
que comienza su cuenta regresiva en el poder.
Y mientras la estrella de Onganía comienza a caer, otra figura que hace
15 años está fuera del país recupera el lugar central en la política. El
Cordobazo también profundiza la atención entre el sindicalismo
combativo que, el sindicalismo ya lo vista de Augusto Vandor. Un mes
más tarde, Vandor es asesinado de cinco balazos dentro del local de la
UOM. Los autores son miembros de una nueva organización armada.
Ahora sí, entremos de lleno en los años 70. A pesar de la dictadura de
Onganía, empiezan a construirse pequeños espacios de libertad en los
galpones de los sindicatos, en los sótanos de las instituciones, en las
sacristías de las iglesias. De manera absolutamente clandestina, se
empieza a gestar una nueva resistencia. Tengamos en cuenta que,
desde hace más de 30 años, la enorme mayoría de los trabajadores se
identifica con el movimiento peronista. Pero en los años 70, nuevos
sectores se van incorporando al movimiento. Es el caso de los jóvenes,
todo a pesar de su edad, pero mantiene intacta su capacidad de leer el
signo de los tiempos, nuestro viejo líder busca ponerse a la cabeza de
una nueva ola de cambios desde fines de los años 60 y más que nada
después del asesinato del Che Guevara. La violencia revolucionaria
empieza a aparecer como una opción. Es por eso que, desde su exilio en
España, Perón comienza a alentar la formación de grupos armados que
hagan tambalear la dictadura de la llamada Revolución Argentina.
La experiencia de la Revolución Cubana y las luchas por la liberación de
Argelia inspiran la creación de las primeras organizaciones armadas en
Argentina. Aparecen las primeras organizaciones peronistas marxistas-
comunistas revolucionarias. El 29 de mayo de 1970, exactamente un
año después del Cordobazo, hace su aparición un grupo formado por
jóvenes nacionalistas católicos de orientación peronista.
No existe ningún contacto con el organismo oficial del gobierno y
tampoco con la familia del ex presidente provisional de la República. Su
primera acción es el secuestro del ex presidente de facto Pedro Eugenio
Aramburu, líder de la Revolución Libertadora y responsable por el
secuestro del cadáver de Eva Perón y los fusilamientos de 1956. Con
esta acción hace su debut la organización Montoneros, que tendrá un
gran protagonismo en los años siguientes.
Unos meses más tarde, el Partido Revolucionario de los Trabajadores
decide conformar su brazo armado, el Ejército Revolucionario del Pueblo
(ERP). El ERP considera al peronismo su movimiento burgués al que hay
que superar a través de la revolución socialista.
Mientras tanto, el asesinato de Aramburu provoca la caída de Onganía y
su reemplazo por el general de inteligencia Roberto Marcelo Levingston
hace pocos días encontrándome fuera del país. La Junta de
Comandantes en Jefe me ofreció el cargo de Presidente de la Nación,
pero envía a su delegado personal a entrevistarse con Ricardo Balbín, su
eterno adversario y líder de la Unión Cívica Radical.
Perón y Balbín firman un acuerdo llamado "La Obra del Pueblo", que
habla de redistribución del ingreso y del proteccionismo económico, y
piedra salida electoral que incluya a todos los partidos, por supuesto, al
peronismo. En 1971, en Córdoba se produce un nuevo levantamiento, el
Viborazo, que provoca la caída de la vista. En su lugar asume la
presidencia Alejandro Agustín Lanusse, verdadero hombre fuerte del
ejército. No, no se comienza a trabar una salida electoral que le permite
a las Fuerzas Armadas seguir teniendo rol tutelar sobre la política
nacional. El Gran Acuerdo Nacional las pobladas son cada vez más
fuertes. En la imagen de la dictadura se deteriora al mismo tiempo, pero
él se vuelve una figura cada vez más popular, no solo para sus
simpatizantes de siempre, sino también para la militancia juvenil que
comienza a verlo como un líder revolucionario y para los sectores de
clase media cansados de la falta de libertad y de las políticas
económicas de las últimas dictaduras.
En julio de 1972, totalmente desgastado, Lanusse anuncia la llamada
elecciones, pero por una cláusula que impide presentarse como
candidatos a personas que hace mucho tiempo que no están en el país.
El destinatario de esa maniobra no es otro que Perón, porque pretenden
darle una fecha al retorno del General Juan Perón y eso es un
condicionamiento del Movimiento Nacional Justicialista, y creo que la
ciudadanía no lo va a aceptar.
El 15 de agosto de 1972 llegan noticias desde YouTube: un grupo de
militantes organizaciones guerrilleras logra fugarse del penal de
Rawson. En el aeropuerto, un grupo de fugados aborda un avión y lo
desvía a Chile. Otro grupo no puede alcanzar la nave y se rinde en el
lugar.
Una semana más tarde, 16 de los 19 fugados que no lograron escapar
son asesinados en la Base Naval Almirante Zar de la ciudad de Trelew.
Los funcionamientos de Trelew marcan un antes y un después en la
historia de la lucha armada. Los militantes son vistos por gran parte de
la población como jóvenes idealistas capaces de dar su vida por la causa
popular.
En este clima, Perón prepara su vuelta al país, rodeado con un estricto
operativo de seguridad. El 17 de noviembre de 1972, a las once y veinte
de la mañana, Perón vuelve a tierra argentina después de 17 años de
exilio. Desde su casa de Gaspar Campos, Perón avanza en la formación
de su frente electoral, que se termina llamando Frejuli (Frente
Justicialista de Liberación), y posibilitado de presentarse por la cláusula
prescriptiva de la noche.
Pero lo ubica como candidato presidente a su delegado personal, Héctor
José Cámpora, peronista de la primera hora, de la vieja guardia de
probada lealtad. Cámpora mantiene una estrecha relación con los
grupos cada vez más numerosos de la Juventud Peronista. La cercanía
es tal que, para la tendencia revolucionaria, Cámpora es el tío, el
hermano, el papá.
Después de 18 años, el pueblo lo desea y ahora lo va a picar. El 11 de
marzo de 1973, los argentinos vuelven a las urnas. Son las primeras
elecciones presidenciales limpias y sin proscripciones en 22 años. Lo
único que corresponde es que estas autoridades ilegítimas, que han
oprimido durante estos seis años de esta revolución antipopular, entre
en el viernes en teoría siempre un eligió la fórmula del Frejuli. Cámpora-
Solano Lima gana con el 49.5% de los votos. Ese día de fiesta popular
después de 18 años de proscripción, de lucha y de resistencia, el
peronismo vuelve al gobierno en Argentina.
La primavera política llega a su punto más alto, mientras que en
Latinoamérica comienza a darse el proceso contrario. En 1970, el triunfo
del socialista Salvador Allende en Chile abre un nuevo escenario en
América Latina. Las urnas también pueden ser el camino al socialismo
porque uno veo sin trabajo, no importa que sea o no sea marxista, no
importa que sea o no sea cristiano, no importa que no tenga ideología
política, es un hombre que tiene derecho al trabajo y debe buscarlo.
En medio de la Guerra Fría, EE.UU. no le conviene que América Latina
sea su patio trasero que insista en buscar su propio camino político, y
menos si ese camino se acerca al gobierno socialista de Cuba. En este
escenario, el 25 de mayo de 1973, asume Héctor José Cámpora. A la jura
del nuevo presidente asisten Salvador Allende y el mismo presidente del
Gobierno cubano, Osvaldo Dorticós Torrado. Mientras tanto, en las
calles, el retorno a la democracia se vive como una fiesta, a la que
concurren tanto los peronistas de la vieja guardia como los sectores de
la JP.
Cuando D esa misma noche, el gobierno de Cámpora es un proyecto de
ley para administrar a los presos políticos encarcelados por la dictadura,
pero antes de que el Congreso la convierta en ley, manifestantes se
reúnen frente a la cárcel de Devoto y fuerzan la salida de los presos.
Pero, mientras tanto, sigue todo de su casa en Madrid, que en los
últimos meses se volvió un desfile de personajes, pero en busca del
cuadrar a todas las facciones de su movimiento bajo su conducción.
Es por eso que el gabinete de Cámpora ahora representa toda la
complejidad del peronismo, un abanico que va desde el ministro de
Economía, José Alberto Hárboré, un empresario nacional con filiación
comunista, hasta José López Rega, secretario personal de Perón,
miembro de la logia anticomunista Propaganda 2 y ahora ministro de
Bienestar Social. Sin embargo, la vieja guardia sindical ve al gobierno de
Cámpora demasiado cercano a la tendencia revolucionaria.
Con el pasar de los días, el enfrentamiento entre los ortodoxos y la
tendencia se va a hacer cada vez más fuerte. El 20 de junio de 1973 es
el día fijado para el regreso definitivo de Perón, que siempre harán su
estancia aquí en la Argentina pues el trabajo tiene que realizar será
mucho, será poco, es mucho el trabajo que hay que realizar en la vida.
Este esperado regreso termina de evidenciar las profundas diferencias
que hay dentro del movimiento, entre los que sueñan con la patria
socialista y los que quieren la patria peronista. Así, la fiesta popular a la
que asisten más de 2 millones de personas se termina convirtiendo en
una masacre desde el escenario. Las fuerzas de la derecha peronista
revelan el avance de las columnas de la JP y Montoneros.
El eje de la disputa es cuál es el rostro del peronismo que va a ver, pero
ni bien baje del avión, el de la ortodoxia sindical. Cuál de los militantes
de la JP, el caos es tal que el avión que transporta, pero debe desviarse
a la Base Aérea de Morón. Al día siguiente, pero no utiliza la cadena
nacional para hablarle al país. Hay nuevos rótulos que están diciendo
que nuestra doctrina ni a nuestras ideologías, lo que ingenuamente
piensan que pueden comprar nuestro movimiento de tomar el poder que
el pueblo ha reconquistado. Se equivocan, estos les aconsejo que cesen
en sus intentos porque cuando los pueblos se agotan su paciencia
suelen hacer tronar.
Siempre leal a Perón, y después de apenas 49 días de gobierno, Héctor
Cámpora renuncia a la presidencia. A cuatro meses del triunfo de marzo,
seguir una nueva elección. Más allá de las tensiones dentro del
movimiento, nadie discute la candidatura de Perón para evitar
conflictos. Pero no ubica como candidata a la vicepresidencia a su
tercera esposa, María Estela Martínez, conocida también como Isabelita,
el nombre artístico que usaba cuando era bailarina.
El 23 de septiembre de 1973, la fórmula Perón-Perón arrasa en las
elecciones con el 62% de los votos. Después de años de proscripción y
exilio, de ser temido y esperado con pasión, Juan Domingo Perón llega
por tercera vez a la presidencia de la Argentina. Pero la situación del
país es muy distinta a la de sus dos primeros mandatos.
Las disputas políticas no son ya solamente contra los enemigos
históricos, oligarcas y gorilas, sino dentro del propio movimiento
peronista. El movimiento sobre está disperso, verdifresh vértigo de los
acontecimientos, sí, no, que se va a introducir de cabeza romer todavía
después del triunfo conseguido, Rucci, secretario general de la CGT, el
dirigente sindical más cercano a Perón y claro en el pacto social, es
asesinado a balazos.

Pero no enfurecido comienza a distanciarse de la tendencia, mientras los


sectores ortodoxos buscan expulsar del poder a la izquierda del
movimiento. Gobernadores, intendentes y legisladores cercanos a la
juventud peronista y a Montoneros son intimados a renunciar a sus
puestos, son ocupados por dirigentes sindicales ortodoxos o próximos al
ministro. La berrea el primero de mayo de 1974, y después de 19 años
sin poder hacerlo, pero vuelve a festejar el Día del Trabajador junto a su
pueblo.
Pero la celebración resulta mucho más tensa de lo que se esperaba, yo
en medio del discurso y mientras las columnas de la JP y Montoneros
disfrutan a lo que reggae reclaman por la liberación nacional. Se genera
un diálogo inédito entre Perón y la juventud del movimiento, compañero
al escuchar las palabras de Perón las columnas de la JP y Montoneros
abandonan la plaza.
La relación entre la izquierda del movimiento y el viejo líder se rompe
unos días después, el 12 de junio, pero vuelve a convocar a su pueblo a
la plaza. La asistencia es enorme, incluso muchos miembros de la
tendencia concurren sin banderas ni pancartas. El discurso tiene toda la
emoción de la despedida, al finalizar, pero pronunció una frase histórica,
la mamá de Andrés, música, que para mí es la palabra.
Cinco días después, el 19 de junio, con serios problemas de salud, pero
dónde llega la presidencia en su esposa, la esperanza del pueblo
peronista comienza a apagarse, vamos comiendo, lo siento. El primero
de julio de 1974, a los 78 años muere Juan Domingo Perón. La sensación
de dolor y desamparo atraviesa todo el pueblo argentino. Ese día las
diferencias políticas pasan a un segundo plano, miles de argentinos
hacen larguísimas filas en los alrededores del Congreso para despedir al
viejo líder.
Con su partida, parece haberse ido el único líder capaz de conducir a la
Argentina en tiempos revueltos. Isabel asume la presidencia en un
escenario internacional adverso. Los distintos sectores del peronismo
comienzan a disputarse de la herencia política de Perón, y muerto el
viejo líder, la izquierda peronista confronta directamente con el
gobierno. Esto significa nuestro apoyo incondicional a la asociación,
mientras tanto, el ministro de Bienestar Social comienza a crear un
poder paralelo e impulso a la acción al clandestino de un grupo
parapolicial, la Triple A, a Alianza Anticomunista Argentina, que centró a
su accionar represivo en militantes y dirigentes de la izquierda, ya sea
peronistas comunistas o marxistas, como el diputado de la izquierda
peronista Rodolfo Teoría Peña, el intelectual marxista Silvio Frondizi, y el
sobreviviente de los fusilamientos de José León Suárez, Julio Tróxler.
Ellos son algunos de los más de 400 muertos que se adjudica la Triple A.
Para septiembre de 1974, Montoneros anuncia su pase a la
clandestinidad y realiza una serie de acciones de alto impacto. Asesina
al exministro de la noche Arturo Mor Roig, vuela el yate del jefe de la
Policía Federal Alberto Villar y secuestra a los empresarios Juan y Jorge
Born. Pero este salto a la clandestinidad justificado desde la conducción
de Montoneros deja sin protección a buena parte de los militantes de las
organizaciones políticas de superficie.
Es así que los militantes de las agrupaciones de base, como la Unión de
Estudiantes Secundarios, el Movimiento Villero Peronista, la Juventud
Universitaria Peronista, quedan librados a su propia suerte. La muerte de
Perón también abre una brecha en la CGT. Están los dirigentes que por
lealtad apoyan a la presidenta, y están los que creen que hay que
cambiar la política económica para mejorar las condiciones de los
trabajadores.
Mientras tanto, el ministro López Rega busca avanzar sobre los
sindicatos y tomar el control del dinero de las obras sociales. Sus
antiguos aliados, los sindicalistas ortodoxos, pasan a ser sus enemigos.
En ese clima revuelto de inflación y de agresión del movimiento, Isabel
necesita nuevos aliados. Es así que aparece un actor que después de la
caída de la noche parecía olvidado, las Fuerzas Armadas.
En febrero de 1975, Isabel firmó un decreto que establece la
aniquilación de la subversión en Tucumán. Así comienza el Operativo
Independencia que autoriza al Ejército a desmantelar los campamentos
guerrilleros que la instaló en el monte tucumano. En este operativo, las
fuerzas armadas ensayan el modelo de represión ilegal que aplicarán un
año después a nivel nacional e instalan sus primeros centros de
detención y tortura. Mientras tanto, la situación económica sigue de
barragán. El Ministerio de Economía es ocupado por un compañero de
logia de López Rega, un ministro cuyo apellido será asociado para
siempre con uno de los mayores desastres económicos de nuestra
historia.
Buscando un sinceramiento de la economía, Celestino Rodrigo aumenta
un 75% las tarifas de los servicios públicos, suben hasta un 175% y
devalúa la moneda a un 100%. Así comienza el Rodrigazo, de un día
para otro los ahorros de años pierden su valor y la inflación es tal que se
devora cualquier aumento salarial conseguido por los sindicatos.
El 7 de julio de 1975, la CGT convoca un paro general de 48 horas, es el
primero que le hacen a un presidente peronista. Rodrigo es expulsado
por las movilizaciones obreras y con él abandona el gobierno José López
Rega, que se fuma para siempre de nuestra vida política. En una
misteriosa gira diplomática, la soledad de María Estela Martínez es cada
vez más profunda y su posición cada vez más débil.
En medio de rumores de golpe de estado, el 13 de septiembre de 1975,
la presidenta pide una licencia, ocupa su cargo Ítalo Argentino Lúder, el
presidente del Senado. Mientras tanto, el 5 de octubre, como parte de su
creciente militarización, Montoneros inicia un ataque al Regimiento 29
de Infantería de Monte en Formosa. La acción es militar y políticamente
desastrosa, Montoneros pierde 10 hombres. De los 16 militares muertos
en combate, 10 son conscriptos que están haciendo el servicio militar.
La acción genera una fuerte condena social y sirve de excusa a Lúder
para extender por decreto el Operativo Independencia a todo el
territorio nacional.
Con este decreto se vuelve a abrir la puerta a la intervención del ejército
en asuntos de seguridad interior. Días más tarde, Isabel retorna a la
presidencia y anuncia el adelanto de las elecciones para el 17 de
octubre de 1976. A esta altura, nadie cree que pueda sustentarse en el
poder, está esa ficción en las últimas horas.
Del 23 de marzo de 1976, la situación ya está definida. En plena noche,
la presidenta María Estela Martínez de Perón aborda un helicóptero en el
techo de la Casa Rosada con destino a la Quinta de Olivos. Pero, con la
excusa de un desperfecto técnico, el viaje de la presidenta culmina en
Aeroparque. Descendida de la nave, Isabel camina por la pista los
últimos metros de su gobierno constitucional.
El país se encuentra bajo el control nacional de la Junta Americana, se
recomienda a todos los habitantes atenerse a las disposiciones y
directivas que emane la autoridad militar de seguridad policial, así como
extremar el cuidado en evitar acciones. Y así la intervención práctica de
operaciones en toda la ciudad y el país se producen allanamientos,
detenciones y secuestros.
Otra vez el pueblo argentino vuelve a ser puesto en la mira de los
represores que, esta vez, para llegar a niveles de crueldad impensados.
Autoridades así comienza la noche más negra de nuestra historia,
comienzan los años del Proceso de Reorganización Nacional.

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