Resumen Usc 2
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200 personas detenidas, varias heridas, gran parte del mobiliario de la institución destruido, la renuncia de más de
1.300 docentes, y el exilio de numerosos profesionales de nuestro país que continuaron sus trabajos en el exterior.
El gobierno de Onganía-Lanusse limitó el ingreso y comenzó a aplicar el proyecto elaborado por Alberto Taquini,
que tenía como objetivo central crear universidades pequeñas para dispersar la población de las que estaban
en proceso de masificación, en especial la UBA. Lo que no resulto ya que estas no se ubicaron en entornos
económicos-sociales estimulantes debido a que no se invirtieron los suficientes recursos como para construir
centros de estudios atractivos y eficientes.
En las décadas de 1960 y 1970, LA JUVENTUD LLEVÓ A CABO UNA PROFUNDA REVISIÓN DE LAS COSTUMBRES
Y TRADICIONES.
Esta cultura joven no solo se oponía y cuestionaba el orden y los valores establecidos por sus mayores, sino que
lo expresaban a través de la liberación sexual, la preferencia por nuevos géneros musicales y la informalidad de
sus vestimentas y relaciones. Esta transformación cultural fue en parte posible porque desde hacía ya un tiempo,
las mujeres habían avanzado en el terreno político, social, laboral y educativo, lo que les brindó mayor
independencia y libertades.
No obstante, el gobierno de facto interpretó estas manifestaciones como antesala de la ideología comunista.
Es por ello que extendió la censura, persiguiendo el uso del pelo largo y las mini faldas, el amor libre, el divorcio,
entre otras, la censura a los medios de comunicación y de expresión cultural, etc.
PLANO ECONÓMICO
Se decidió reducir de manera drástica al personal dependiente de la administración pública y de empresas
estatales como, por ejemplo, los ferrocarriles. También se cerraron azucareras radicadas en la provincia de
Tucumán que recibían subsidios estatales, con el propósito de racionalizar la producción. Las protestas
sindicales generadas por estas medidas, fueron acalladas y reprimidas con violencia, a la vez que se daban
despidos masivos e intervenciones a los sindicatos, entre otras estrategias de control.
La Revolución Argentina se proponía re-implantar el liberalismo económico y consideraba que, para alcanzar la
modernización del país, era necesario limitar el gasto público y atraer inversiones extranjeras. Para su
implementación, en diciembre de 1966, Adalbert Krieger Vasena fue designado Ministro de Economía y Trabajo.
El programa económico de Vasena benefició a las grandes empresas, favoreciendo la concentración de capitales.
Una de sus medidas más resonantes fue la devaluación del peso argentino en un 40%, con el objeto de dar
estabilidad a los empresarios para programar inversiones. Esta decisión favoreció la compra de industrias
argentinas por parte de capitales extranjeros a muy bajo costo. Sometidos los sindicatos, se congelaron los
salarios por aproximadamente dos años, al igual que las tarifas de servicios públicos y combustibles. En materia
de comercio exterior se bajaron los impuestos aduaneros en un 50% y se aumentaron las retenciones a la
exportación de productos agropecuarios en un 25%
Los resultados de estas medidas arrojaron algunos resultados positivos: el crecimiento del Producto Bruto
Interno, la baja en los niveles de desocupación, la mantención del poder adquisitivo de los salarios, y un alza en
la tasa de inversiones. Sin embargo, la lista de perjudicados fue amplia.
A pesar de la represión ejercida por el gobierno, la clase obrera había alcanzado niveles importantes de
organización y politización. El descontento ante las políticas implementadas por la dictadura era un gran punto
en común entre obreros y estudiantes. Tras el asesinato de Santiago Pampillón, un joven estudiante de
ingeniería, se organizaron manifestaciones lideradas por estudiantes y obreros en contra de las políticas
estudiantiles, laborales y económicas del gobierno en distintas provincias del país.
Un ejemplo de ello, que marcó la historia de nuestro país, fue el estallido social ocurrido en la ciudad de Córdoba,
conocido como el Cordobazo:
Activismo estudiantil y obrero – componentes principales de la ola de agitación que se iniciaba – se juntaron el
29 de mayo de 1969. La CGT local realizó una huelga general y grupos de estudiantes y obreros – con aportes
masivos de las fábricas automotrices – ganaron el centro de la ciudad, donde se sumó mucha otra gente. La
fortísima represión policial generó un violento enfrentamiento: hubo barricadas, hogueras para combatir los
gases lacrimógenos (…) Finalmente, intervino el Ejército. Lentamente, el 31 de mayo se restableció el orden.
Habían muerto entre veinte y treinta personas, unas quinientas fueron heridas y otras trescientas detenidas.
El mito de paz social en el que se basaban los militares para legitimar su accionar, se vio debilitado. Al poco
tiempo del Cordobazo, se produjeron episodios similares.
Según José Luis Romero (2012), Onganía intentó sortear estas dificultades con algunas modificaciones menores
y una mayor apertura a lo social. Sin embargo, el clima había cambiado: los sindicalistas eran menos dóciles y
los empresarios manifestaban desconfianza por la agitación popular:
El proyecto de Onganía deja de ser el de la burguesía industrial, que empieza a presionar para obtener una salida
política. Onganía, de todos modos, no estaba dispuesto a darla y la burguesía no tenía por quien reemplazarlo,
por eso duró todavía un año después del Cordobazo. Ya no había más excusas para que siguiera estando
Onganía: Por eso fue reemplazado en junio de 1970 mediante un golpe interno del Comandante Jefe del
Ejército (Lanusse) y por el Gral. Roberto Marcelo Levingston.
Levingston desarrolló su propio proyecto de poder y con el fin de atraer hacia él a la burguesía agraria, suspendió
el impuesto a la exportación de carnes. Por otro lado, implementó módicos aumentos salariales y prometió el
retorno a la negociación paritaria a los fines de seducir al movimiento obrero. Su objetivo era evitar la apertura
electoral y prolongar la Revolución Argentina.
Sin embargo, el hecho político más significativo de los inicios de la década de 1970 fue la intensificación del
accionar de las organizaciones guerrilleras. Existían 4 grupos principales.
Estas agrupaciones plantearon una combinación de lucha armada con movilización popular e incluyeron entre sus
intervenciones: ataques a instalaciones militares para conseguir armas, secuestro de empresarios o asaltos a bancos para
obtener dinero y asesinatos políticos y/o militares.
Por otro lado, a fines del mismo decenio, representantes de la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP), los
partidos Peronista, Socialista Argentino, Demócrata Progresista, Conservador Popular y la UCR Bloquista de San
Juan, se agruparon para emitir un documento multipartidario denominado "La Hora del Pueblo", con el
objetivo de presionar a la dictadura militar a abrir una salida electoral. En dicho documento se exigía el llamado
inmediato a elecciones.
Levingston duró solo nueve meses en la Casa Rosada. Su idea de relanzar la dictadura no fue viable y lejos de
cerrar la brecha entre las clases dominantes y el gobierno, aumentaron las tensiones.
En marzo de 1971, en medio de un clima de mucha tensión social, se produjo lo que fue conocido como el
segundo Cordobazo: EL VIBORAZO:
Se trató de una pueblada masiva obrero-estudiantil que derivó en una huelga general convocada por la CGT en
rechazo al nuevo gobernador interventor José Camilo Uriburu y en repudio al asesinato de Adolfo Cepeda, un
obrero de 18 años a manos de la policía cordobesa.
Como consecuencia del viborazo, tanto el gobernador Uriburu como el presidente Levinsgton, dejaron el
poder días después. Lanusse, tomó el mando de la tercera etapa de la Revolución Argentina e intentó buscar
una solución política a partir de la elaboración de un GRAN ACUERDO NACIONAL
Se trataba de someter a todos los sectores políticos a las reglas de juego que él mismo impusiera, permitiendo por
primera vez en quince años la incorporación del peronismo al poder político. Quería llegar a un acuerdo con Perón
para que hubiera un mismo candidato por el Ejército y por el peronismo, que sería el mismo Lanusse. Perón rehusó
negociar
Ante la imposibilidad de negociar con Perón, el presidente optó por incluir una cláusula que impedía que las
personas que desde hacía mucho tiempo no residían en el país, pudieran presentarse como candidatas. Por esta
razón, el peronismo presentó las candidaturas de Héctor Cámpora (secretario privado de Perón) y Vicente
Solano Lima. El 11 de marzo de 1973 esta fórmula triunfó con el 50% de los votos.