Dei Verbum

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Francisco Sixteco Isidoro.

Lee la Dei Verbum Cap I y II, contesta las preguntas:

¿Cuál es la naturaleza y objeto de la revelación?


La naturaleza de la revelación radica en Dios que se revela a si mismo a través de Cristo
Jesus.
Su objeto es que por medio de Cristo, todos los hombres tengan acceso al padre en el
Espíritu Santo y hacernos partícipes de su vida divina.

¿Por qué Cristo es el culmen de la Revelación?


Por que Cristo al ser uno con Dios, por su presencia y manifestación de palabra y obra,
por su muerte y resurrección y por el envío del Espíritu Santo, completa la Revelación y
confirma que vive en Dios con nosotros para librarnos del pecado, la muerte y
resucitarnos a la vida eterna.

¿Es capaz el hombre de conocer las verdades divinas?

Quiero poner literalmente las palabras del santo concilio que dice «que Dios, principio y
fin de todas las cosas, puede ser conocido con seguridad por la luz natural de la razón
humana, partiendo de las criaturas; pero enseña que hay que atribuir a Su revelación el
que todo lo divino que por su naturaleza no sea inaccesible a la razón humana lo pueden
conocer todos fácilmente, con certeza y sin error alguno, incluso en la condición presente
del género humano». DV 6.

¿Qué se entiende por Tradición y qué experiencias de la Iglesia son consideradas


Tradición?

La Tradición se entiende como la transmisión viva de la Palabra de Dios, que ha sido


confiada a los apóstoles por Cristo y el Espíritu Santo. Esta transmisión se realiza de
diversas maneras, incluyendo la predicación, las enseñanzas, los ejemplos y las
instituciones establecidas por los apóstoles y sus sucesores.
Se considera Tradición a la enseñanza de los apóstoles, el canon de la biblia, la Liturgia y
al magisterio de la iglesia.

¿Cuál es la relación entre Escritura, Tradición y Magisterio?


En palabras de la Dei Verbum, «la Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura están
íntimamente unidas y compenetradas. Porque surgiendo ambas de la misma divina
fuente, se funden en cierto modo y tienden a un mismo fin. Ya que la Sagrada Escritura
es la palabra de Dios en cuanto se consigna por escrito bajo la inspiración del Espíritu
Santo, y la Sagrada Tradición transmite íntegramente a los sucesores de los Apóstoles la
palabra de Dios, a ellos confiada por Cristo Señor y por el Espíritu Santo para que, con la
luz del Espíritu de la verdad la guarden fielmente, la expongan y la difundan con su
predicación». DV 9.

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