Servidumbres

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Servidumbre

1.
2. Características generales de las servidumbres
3. Constitución de acuerdo al tipo de servidumbre
4. Servidumbre legal
5. Servidumbre legal de desague
6. Servidumbre legal de acueductos
7. Servidumbre legal de paso
8. Servidumbres voluntarias
9. Extinción de las servidumbres
10. Jurisprudencias
11. Conclusiones
12. Bibliografía.

Introducción:
Persona distinta del dueño del bien sirviente.
Para que una servidumbre surta efectos contra terceros fuere requisito
indispensable la inscripción en el Registro Público de la Propiedad.
La servidumbre consiste en no hacer o en tolerar; sin embargo, podrá
implicar una
servidumbre alguna actividad que no sea del beneficiario, cuando tal
trabajo o tal actividad sea visiblemente accesoria, no sea inherente a una
persona determinada de manera que pueda prestarlo cualquier
propietario del bien o sus empleados o dependiente, y a la vez no sea
especial y únicamente desarrollada para hacer efectiva aquella
servidumbre; o bien cuando el obligado, por su mayor comodidad o
conveniencia, acepte desplegar alguna acción sustituyendo al beneficiario
y a costa de éste.
Para que al dueño del bien sirviente pueda exigirse la ejecución de un
hecho cualquiera, es
necesario que esté expresamente determinado por la ley o por voluntad de
las partes.
Cuando en virtud de convenio u otro título legítimo, a quien deba
disfrutar para sí o para algún bien de su propiedad, determinada cantidad
de corriente eléctrica, de gas combustible, de agua o de cualquier otro
servicio semejante, sólo tendrá la relación creada el carácter de
servidumbre, si se pactó expresamente o si en el título constitutivo se han
establecido todos y cada uno de los elementos esenciales de la
servidumbre. En caso contrario se entenderá que existe sólo una
obligación personal.
Las servidumbres son inseparables del inmueble o de la persona a que
activa o pasivamente pertenecen. Si los inmuebles mudan de dueño, la
servidumbre continúa, ya activa, ya
pasivamente, en el predio u objeto con relación al cual estaba constituida,
hasta que legalmente se extinga.
Las servidumbres son indivisibles. Si el predio sirviente se divide entre
varios
dueños, la servidumbre no se modifica y cada uno de ellos tiene que
tolerarla en la parte que le corresponda. Si es el predio dominante el que
se divide entre varios, cada porciones puede usar por entero de la
servidumbre, no variando el lugar de su uso ni agravándola de otra
manera; mas si la servidumbre se hubiera establecido en favor de una sola
de las partes del predio dominante, sólo el dueño de ésta podrá continuar
disfrutándola.
Las servidumbres tienen su origen en la voluntad del ser humano o de la
ley; las
Primeras se llaman voluntarias y las segundas legales.
CARACTERISTICAS GENERALES DE LAS SERVIDUMBRES
A) Positivas y Negativas: Se llaman servidumbres positivas a aquellas en
las que para su ejercicio se requiere un acto del dueño de predio
dominante, por ejemplo, la servidumbre de paso. Se llaman servidumbres
negativas a aquellas que se ejercen sin ningún acto del dueño del predio
demandante y también sin ningún acto del dueño del predio sirviente, por
ejemplo la servidumbre de luces; la de no edificar, la servidumbre de no
levantar una construcción a determinada altura.
B) Servidumbres urbanas y rusticas: Son servidumbres urbanas aquellas
que se imponen para provecho o comodidad de un edificio, de una
construcción independientemente de que estén en la ciudad o en el
campo. Son servidumbres rústicas aquellas que se constituyen para
provecho o comodidad de u n objeto agrícola, independientemente de que
este en la ciudad o en el campo. Esta clasificación ya no se reproduce en
el código vigente; se encuentra en los códigos anteriores y el de 1884 la
consagró en el artículo 944. No dio ninguna importancia jurídica
distinguir si es urbana o rústica, no hay suposición especial para alguna
de estas servidumbres, su ejercicio no depende de ningún acto del
hombre, puede producirse por virtud de una situación natural de los
predios se ejercen por si solas, sin que sea necesaria la actividad humana.
Lo mismo ocurre en la servidumbre de desagüe o escurrimiento por
relieve natural de los predios, que se ejercita sin necesidad de actos del
hombre. En cambio las servidumbres discontinuas requieren para su
ejercicio la actividad humana, solo cuando se ejecutan ciertos actos se
están usando por ejemplo, la servidumbre de paso.
C)Servidumbres continuas: Son aquellas cuyo uso es de carácter continuo,
sin necesidad de actos actuales del hombre, consiste en que las
servidumbres continúas se ejercen sin hechos actuales del hombre, es
decir este ejercicio no exige actos repetidos y sucesivos de parte del
propietario del predio servidor, Lo anterior se debe a que consisten en un
cierto estado de cosas, ventajoso que son de las fincas, que una vez
establecido, dura indefinidamente y procura por obtener los beneficios de
la servidumbre.
Generalmente este estado de los lugares resulta del trabajo del hombre,
como en costumbres de vista y de acueductos; pero este trabajo no es
necesario. Así, la servidumbre de no construir, y de no plantar, supone, al
contrario, la ausencia de trabajos en no modificar la superficie del suelo.
En todo caso, el ejercicio de la servidumbre continua resulta de una
situación de hecho, natural o artificial, establecida enteramente, y se
puede decir que cuando el terreno se halla en las condiciones actuales, la
servidumbre ejerce por si sola, sin la intervención del propietario, el
acueducto y la ventana deja entrar la luz, etc.
D) Servidumbres aparentes y no aparentes. –Son servidumbres aparentes
las que su ejercicio se manifiesta por un signo exterior como un puente,
una ventana, y servidumbres no aparentes las que no requieren la
existencia de dichos signos, como la servidumbre de no edificar, de no
elevar un gran determinada altura.
E) Servidumbres legales y voluntarias. –Servidumbres legales son aquellas
impuestas por la ley como consecuencia natural de la situación de los
predios y tomando en cuenta un interés particular o colectivo; por
ejecución la servidumbre de desagüe por cuanto que el predio sirviente se
encuentra en un plano inferior con relación al dominante y las aguas
pluviales tenga necesariamente que escurrir hacia el predio inferior. En
cambio, las servidumbres voluntarias son aquellas que se crean por
contrato, por acto de muerte por testamento o por prescripción.
Las servidumbres legales se subdividen a su vez en naturales y legales en
otro sentido. Son naturales las que impone la ley por la situación natural a
los predios; son legales en estricto sentido las que impone el legislador
para beneficio particular o colectivo, a pesar de que no las motive la
situación de los predios las restricciones impuestas por los artículos 839
al 853 del código vigente se sustituyen servidumbres, sino simples
relaciones de colindancia, con derechos y obligaciones recíprocos, de tal
suerte que no existe un predio dominante y un predio sirviente, sino dos
heredades colocadas en igual situación.
F) Servidumbre sobre predios del estado y sobre predios de los
particulares. –En aquellas legislaciones que, como la nuestra, reconocen
que le Estado ejerce un derecho de propiedad sobre los bienes de dominio
público, que comprenden los de uso común, los destinados a un servicio
público y los propios del estado, existe la posibilidad de imponer
servidumbres sobre estos últimos o en su favor. Los bienes de uso común
y los destinados a un servicio público, por su naturaleza, no pueden
gravarse con servidumbres, el efecto, dice el Art. 9 de la Ley General de
Bienes Nacionales: "Ninguna servidumbre pasiva puede imponerse, en los
términos del derecho común sobre los bienes del dominio publico. Los
derechos de tránsito, de vistas, de lugar de derrames y otros semejantes
sobre dichos bienes, se rigen exclusivamente por las leyes y reglamentos
administrativos." Sin embargo, tales predios están constantemente
reportando cargas semejantes a las servidumbres. El camino publico que
divide diferentes predios de particulares, soporta una especie de
servidumbre legal de paso, de acueducto, o de desagüe, así cuando las
calles destinadas a un servicio público.
Formas de constitución de las servidumbres
Las servidumbres, están el usufructo, reconocen fuentes que son: El
contrato, el acto jurídico unilateral, el testamento, la prescripción .Se
agrupan, por cualquiera, en servidumbres nacidas por actos del hombre e
impuestas por el legislador.
A. Contrato.- Las servidumbres nacidas de contrato implican una estación de
parte de la propiedad, al imponerse el dueño del predio sirviendo una
restricción al ejercicio absoluto de su dominio. Por consiguiente, es medio de
contratos translativos de dominio como se da lugar a las servidumbres
voluntarias y sólo las personas capaces de enajenar bienes raíces pueden
constituir servidumbres. Los incapaces, menores o enajenados, y los bienes
emancipados no pueden constituir servidumbres por contrato, porque
legalmente estos actos de enajenación para cuya validez se requiere el
consentimiento de la persona que ejerza la patria potestad, del autor, o del
juez en su casa por contrato pueden estipularse diferentes gravámenes,
regulando la forma de la de una determinada servidumbre, incluso las
servidumbres legales.
B. Acto jurídico unilateral. –Ya sobre el particular expusimos lo conduce al
tratar de esta fuente especial de ciertos derechos reales.
C. Testimonio. –Las servidumbres nacidas de testamente implican también una
limitación voluntaria que el autor de la sucesión impone a un predio de su
propiedad en beneficio del dueño del predio dominante.
D. Prescripción. –Las servidumbres nacidas por la prescripción suponen, que
se este en posesión del derecho que se trata de adquirir; en este caso la
posesión de la servidumbre se traduce en la ejecución de actos que revelen
al ejercicio. Por ejemplo, se quiere adquirir por prescripción la servidumbre
de paso: se habrán de ejecutar actos por el dueño del predio que será
dominado consistentes en pasar como si ya estuviera constituida la
servidumbre, y el ejercicio debe ser continuo, pacífico y público, en forma tal
que se haga del conocimiento del dueño del predio que será sirviente.

La prescripción no es una forma de adquirir toda clase de servidumbres; todas las


servidumbres continúas y aparentes pueden adquirirse por prescripción, las
servidumbres discontinuas y las no aparentes no pueden adquirirse por
prescripción, la razón que parece tomar en cuenta la ley es la siguiente: la
sucesión necesaria para adquirir debe ser continua, pacífica, pública, funcional en
justo titulo y de buena o de mala fe. Por consiguiente, sólo las servidumbres
continúas pueden ser materia de una posesión continua; las servidumbres
discontinuas, por su propia naturaleza, no podrán ser objeto de predio continua,
faltando este requisito nunca podrá adquirirse por prestación.
Ley . Ya hemos explicado que la ley debe ser puesta en movimiento por un hecho,
acto o estado jurídicos para dar origen a las servidumbres.
Modalidades que pueden afectar la constitución de las servidumbres, Las
servidumbres como el usufructo, pueden sufrir modalidades en su constitución, es
decir pueden quedar sujetas a una condición o aun término. Sobre los predios se
revocable y, por consiguiente, la servidumbres quedara también afectada a esa
modalidad.
De las servidumbres legales
Servidumbre legal es la establecida por la ley, teniendo en cuenta la
situación de
Los predios y en vista de la utilidad pública y privada conjuntamente.
Es aplicable a las servidumbres legales el capítulo relativo a los derechos
y obligaciones de los propietarios de los predios entre los que está
constituida alguna servidumbre voluntaria.
Todo lo concerniente a las servidumbres establecidas para la utilidad
pública o comunal, se regirá por las leyes y reglamentos especiales y, en
su defecto, por las disposiciones de este.
.De la servidumbre legal de desagüe
Los predios inferiores están sujetos a recibir las aguas que naturalmente,
o como consecuencia de las mejoras agrícolas o industriales que se hagan,
caigan de los superiores, así como la Piedra o tierra que arrastren en su
curso.
Cuando los predios inferiores reciban las aguas de los superiores a
consecuencia
de las mejoras agrícolas o industriales hechas a éstos, los dueños de los
predios sirvientes tienen derecho a ser indemnizados.
Cuando un predio rústico o urbano se encuentre enclavado entre otros,
estarán
Obligados los dueños de los predios circunvecinos a permitir el desagüe
de la central.
Las dimensiones y dirección del conducto de desagüe, si no se ponen de
acuerdo los
interesados, se fijarán por el juez, previo informe de peritos y audiencia de
los interesados, observándose, en cuanto fuere posible, las reglas dadas
para la servidumbre de paso.
El dueño de un predio en que existan obras defensivas para contener el
agua, o en que por la variación del curso de ésta sea necesario construir
nuevas, está obligado, a su elección, a
hacer las reparaciones o construcciones o a tolerar que, sin perjuicio
suyo, las hagan los dueños de los predios que experimenten o estén
inminentemente expuestos a experimentar el daño, a menos que la ley
imponga la obligación de hacer las obras.
Artículo 1155.- Lo dispuesto en el artículo anterior es aplicable al caso en
que sea necesario
desembarazar algún predio de las materias cuya acumulación o caída
impida el curso del agua con daño o peligro de tercero.
Todos los propietarios que participen del beneficio proveniente de las
obras de que
tratan los artículos anteriores, están obligados a contribuir al gasto de su
ejecución en proporción a su interés, a juicio de peritos. Los que por su
culpa hubieren ocasionado el daño, serán responsables de los gastos.
Si las aguas que pasan al predio sirviente se han vuelto insalubres por los
usos domésticos o industriales que de ellas se haya hecho, deberán
volverse inofensivas antes de pasar al predio sirviente y a costa del dueño
del predio dominante.
De la servidumbre legal de acueductos
El que quiera usar agua de que pueda disponer, tiene derecho a hacerla
pasar por los fondos intermedios con obligación de indemnizar a sus
dueños, así como a los de los predios inferiores sobre los que se filtren o
caigan las aguas.
Se exceptúan de la servidumbre que establece, los edificios, Sus patios,
jardines y demás dependencias. El que ejercite el derecho de hacer pasar
las aguas por un predio intermedio al suyo, está obligado a construir el
canal necesario en los predios intermedios aunque haya en ellos canales
para el uso de otras aguas.
El que tiene en su predio un canal para el curso de aguas que le
pertenecen, puede impedir la apertura de otro nuevo, ofreciendo dar paso
por aquél, con tal de que no cause perjuicio al dueño del predio
dominante. También se deberá conceder el paso de las aguas a través de
los canales y acueductos del modo más conveniente, con tal de que el
curso de las aguas que se conducen por este y su volumen, no sufran
alteración, ni las aguas de los diversos acueductos se mezclen.
El que sin previo permiso pasare el agua o la derramare sobre el camino,
quedará obligado a reponer las cosas a su estado antiguo y a indemnizar
el daño que a cualquiera se cause, sin
perjuicio de las penas impuestas por los reglamentos correspondientes.
El que pretenda usar el derecho consignado en el artículo 1158, debe
previamente:
I. Justificar que puede disponer del agua que pretende conducir;
II. Acreditar que el paso que solicita es el más conveniente para el uso a
que destina el
Agua
III. Acreditar que dicho paso es el menos oneroso para los predios por
donde debe pasar el
Agua;
IV. Pagar el valor del terreno que ha de ocupar el canal, según estimación
de peritos, y un
Diez por ciento más; y
V. Resarcir los daños inmediatos, con inclusión del que resulte por
dividirse en dos o más
Partes el predio sirviente, y de cualquier otro deterioro.
En el caso que pretenda el paso de aguas deberá pagar, en proporción a la
cantidad de éstas, el valor del terreno ocupado por el canal en que sé
introducen y los gastos necesarios para su conservación; sin perjuicio de
la indemnización debida por el terreno que sea necesario ocupar de
nuevo, y por los otros gastos que ocasione el paso que se le concede.
La cantidad de agua que pueda hacerse pasar por un acueducto
establecido en predio ajeno, no tendrá otra limitación que la que resulte
de la capacidad que por las dimensiones convenidas se haya fijado al
mismo acueducto.
Si el que disfruta del acueducto necesitare ampliarlo, deberá costear las
obras necesarias y pagar el terreno que nuevamente ocupe y los daños que
cause, conforme a lo dispuesto en las fracciones IV y V del artículo 1164.
La servidumbre de acueductos por fundos intermedios, trae consigo el
derecho de tránsito para las persona y animales y el de conducción de los
materiales necesarios para el uso y reparación del acueducto, así como
para el cuidado del agua que por él se conduce.
Las disposiciones concernientes al paso de las aguas, son aplicables al
caso en que el poseedor de un terreno pantanoso quiera desecarlo o dar
salida por medio de cauces a las aguas estancadas.
Todo el que se aproveche de un acueducto, ya pase por terreno propio, ya
por ajeno, debe construir y conservar los puentes, canales, acueductos
subterráneos y demás obras necesarias para que no se perjudique el
derecho de otro.
Si los que se aprovecharen fueren varios, la obligación recaerá sobre
todos en proporción de su aprovechamiento, si no hubiere acuerdo o
convenio en contrario. Lo dispuesto en los dos artículos anteriores
comprende la limpia, construcciones y reparaciones para que el curso del
agua no se interrumpa. La servidumbre de acueducto no obsta para que el
dueño del predio sirviente pueda cerrarlo y cercarlo, así como edificar
sobre el mismo acueducto de manera que éste no experimente perjuicio ni
se imposibiliten las reparaciones y limpias necesarias.
Cuando para el mejor aprovechamiento del agua de que se tiene derecho
de disponer, fuere necesario construir una presa y el que haya de hacerlo
no sea el dueño del terreno en que se necesite apoyarla, puede pedir que
se establezca la servidumbre de un estribo de presa, previa la
indemnización correspondiente.
De la servidumbre legal de paso
Las disposiciones de este capítulo tendrán aplicación exclusivamente para
predios rústicos. Tratándose de predios urbanos deberá estarse a lo que
dispone la Ley de Desarrollo Urbano.
El propietario de un predio enclavado entre otros ajenos, sin salida a la vía
pública, tiene derecho de exigir paso, para el aprovechamiento de aquélla,
por los predios vecinos; sin que sus respectivos dueños puedan reclamarle
otra cosa que una indemnización equivalente al perjuicio que les ocasione
este gravamen.
La acción para reclamar esta indemnización es prescriptible; pero aunque
prescriba, no cesa por este motivo el paso obtenido. El dueño del predio
sirviente tiene derecho de señalar el lugar donde haya de construirse la
servidumbre de paso. Si el juez califica el lugar señalado, de impracticable
o de muy gravoso al predio dominante, el dueño del sirviente debe señalar
otro. Si este lugar es calificado de la misma manera que el primero, el
juez señalará el que crea más conveniente, procurando conciliar los
intereses de los dos predios.
Si hubiere varios predios por donde pueda darse el paso a la vía pública, el
obligado a la servidumbre será aquél por donde fuere mas corta la
distancia, siempre que no resulte más incómodo y costoso el paso por ese
lugar. Si la distancia fuere igual, el juez designará cuál de los dos predios
ha de dar el paso.
En la servidumbre de paso, el ancho de éste será el que baste a las
necesidades del predio dominante, a juicio del juez.
En caso de que hubiere habido antes comunicación entre el predio y
alguna vía pública, el paso sólo se podrá exigir por donde últimamente la
hubo; salvo el caso en que la construcción de una mejor, por otro lugar,
deje prácticamente fuera de uso la vía pública a que antes se tenía acceso.
El dueño de un predio tiene derecho, mediante la indemnización
correspondiente, de exigir que se le permita el paso de sus ganados por
los predios vecinos, para conducirlos a un abrevadero de que pueda
disponer.
El propietario de árbol o arbusto contiguo al predio de otro, tiene derecho
de exigir
de éste que le permita hacer la recolección de los frutos que no se pueden
recoger de su lado, siempre que no se haya usado o no se use del derecho
que tiene de hacer derribar al árbol a las ramas que pasen a su propiedad;
pero el dueño del árbol o arbusto es responsable de cualquier daño que
cause con motivo de la recolección.
Si fuere indispensable para construir o reparar algún edificio, pasar
materiales por predio ajeno o colocar en él andamios u otros objetos para
la obra, el dueño estará obligado a consentirlo, recibiendo la
indemnización correspondiente al perjuicio que se le irrogue.
Cuando para establecer comunicaciones telefónicas particulares entre dos
o más finca o para conducir energía eléctrica a una finca, sea necesario
colocar postes y tender alambres en terrenos de una finca ajena, el dueño
de ésta tiene obligación de permitirlo mediante la indemnización
correspondiente. Esta servidumbre trae consigo el derecho de tránsito de
las personas y el de conducción de los materiales necesarios para la
construcción y vigilancia de la línea.
De las servidumbres voluntarias
El propietario de un predio o heredan puede establecer en ella, cuanta
servidumbres tenga por conveniente, y en el modo y forma que mejor le
parezca; siempre que no contravenga las leyes ni perjudique derechos de
tercero. Sólo pueden constituir servidumbres las personas que tienen
derecho de enajenar; los que no pueden enajenar inmuebles sino con
cierta solemnidad o condiciones, no pueden, sin ellas, imponer
servidumbres sobre los mismos. Si fueren varios los propietarios de un
predio, no se podrán imponer servidumbres si no con consentimiento de
todos.
Si siendo varios los propietarios, uno sólo de ellos adquiere una
servidumbre sobre
otro predio, a favor del común, de ella podrán aprovecharse todos los
propietarios, quedando obligados a los gravámenes naturales que traiga
consigo y a los pactos con que se haya adquirido.
De cómo se adquieren las servidumbres voluntarias
Las servidumbres continuas y aparentes se adquieren por cualquier título
legal, incluso la usucapión. Las servidumbres continuas no aparentes y las
discontinuas, sean o no aparentes, no podrán adquirirse por usucapión.
Al que pretenda tener derecho a una servidumbre, toca probar, aunque
esté en posesión de ella, el título en virtud del cual la goza. La existencia
de un signo aparente de servidumbre entre dos fincas, establecido o
conservado por el propietario de ambas, se considera, si se enajenaren,
como título para que la Servidumbre continúe; a no ser que, al tiempo de
dividirse la propiedad de las dos fincas se exprese lo contrario en el título
de enajenación de cualquiera de ellas. Al constituirse una servidumbre se
entienden concedidos todos los medios necesarios para su uso; y
extinguida aquélla, cesan también estos derechos accesorios.
Derechos y obligaciones de los propietarios de los predios entre los que
está constituida alguna servidumbre voluntaria
El uso y la extensión de las servidumbres establecidas por la voluntad del
propietario, se arreglarán por los términos del título en que tengan su
origen y, en su defecto, por las disposiciones siguientes.
Corresponde al dueño del predio dominante hacer a su costa todas las
obras necesarias para el uso y conservación de la servidumbre. El mismo
tiene la obligación de hacer a su costa las obras que fueren necesarias
para que al dueño del predio sirviente no se le causen, por la servidumbre,
más gravámenes que los que sean consecuencia natural e inevitable de
ella; y si por su descuido u omisión se causare otro daño, estará obligado a
la indemnización.
Si el dueño del predio sirviente se hubiere obligado en el título
constitutivo de la servidumbre a hacer alguna cosa o a costear alguna
obra, se librará de esta obligación cediendo su predio al dueño del
dominante.
El dueño del predio sirviente no podrá menoscabar de modo alguno la
servidumbre
Constituida sobre éste.
El dueño del predio sirviente, si el lugar primitivamente designado para el
uso de la
servidumbre llegase a presentarle graves e inconvenientes, podrá ofrecer
otro que sea cómodo al dueño del predio dominante, quien no podrá
rehusarlo si no se perjudica.
El dueño del predio sirviente puede ejecutar las obras que hagan menos
gravosa la Servidumbre, si de ellas no resulta perjuicio alguno al predio
dominante. Pero si el dueño del predio dominante se opone a dichas
obras, será la autoridad judicial, quien decidirá el punto. Si de la
conservación de dichas obras se siguiere algún perjuicio al predio
dominante, el dueño del sirviente esta obligado a restablecer las cosas a
su antiguo estado y a indemnizar de los daños y perjuicios.
Cualquier duda sobre el uso y extensión de la servidumbre, se decidirá en
el sentido menos gravoso para el predio sirviente, sin imposibilitar o hacer
difícil el uso de la servidumbre.
De la extinción de las servidumbres
Las servidumbres voluntarias se extinguen:
I. Por reunirse en una misma persona la propiedad de ambos predios;
dominante y
Sirviente;
II. Por el no uso:
Cuando la servidumbre fuere continua y aparente, por el no uso de tres
años
Contados desde el día en que dejó de existir el signo aparente de la
servidumbre.
Cuando fuere discontinua o no aparente, por el no uso de cinco años
contados desde el día en que dejó de usarse; por haber ejecutado el dueño
del fundo sirviente, acto contrario a la servidumbre, o por haber prohibido
que se usare de ella. Si no hubo acto contrario o prohibición, aunque no
se haya usado de la servidumbre o si hubo tales actos, pero continúa el
uso, no corre el tiempo de la usucapión;
III. Cuando los predios llegaren, sin culpa del dueño del predio sirviente, a
tal estado que no pueda usarse la servidumbre. Si en lo sucesivo los
predios se restablecen de manera que pueda usarse de la servidumbre,
revivirá ésta, a no ser que desde el día en que pudo volverse a usar, haya
transcurrido el tiempo suficiente para la usucapión;
IV. Por la remisión hecha por el dueño del predio dominante; y
V. Cuando constituida en virtud de un derecho revocable, se vence el
plazo, se cumple la condición o sobreviene la circunstancia que debe
poner término a aquél.
Si los predios entre los que está constituida una servidumbre legal, pasan
a poder de un mismo dueño, deja de existir la servidumbre, pero
separadas nuevamente las propiedades, revive aquella aun cuando no se
haya conservado ningún signo aparente.
Las servidumbres legales establecidas como de utilidad pública o
comunal, se pierden por el no uso de cinco años si se prueba que durante
ese tiempo se ha adquirido, por el que disfrutaba aquéllas, otra
servidumbre de la misma naturaleza, por distinto lugar.
El dueño de un predio sujeto a una servidumbre legal, puede, por medio
de convenio, librarse de ella, con las restricciones siguientes:
I. Si la servidumbre está constituida a favor de un municipio o población,
no surtirá el convenio efecto alguno respecto de toda la comunidad, si no
se ha celebrado interviniendo
El Ayuntamiento en representación de ella; pero sí producirá acción
contra cada uno de
los particulares que hayan renunciado a dicha servidumbre;
II. Si la servidumbre es de uso público, el convenio es nulo en todo caso;
III. Si la servidumbre es de paso o desagüe, el convenio se entenderá
celebrado con la
condición de que lo aprueben los dueños de los predios circunvecinos, o
por lo menos, el
dueño del predio por donde nuevamente se constituya la servidumbre; y
IV. La renuncia de la servidumbre legal de desagüe sólo será válida
cuando no se oponga a
los reglamentos respectivos.
Si el predio dominante pertenece a varios dueños pro indiviso, el uso que
haga uno
de ellos aprovecha a los demás para impedir la usucapión.
Si entre los propietarios hubiere alguno contra quien por leyes especiales
no pueda
Correr la usucapión, ésta no correrá contra los demás.
El modo de usar la servidumbre puede prescribirse en el tiempo y de la
manera
Que la servidumbre misma.
Octava Época
Instancia: CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: IV, Segunda Parte-1, Julio a Diciembre de 1989
Página: 516
SERVIDUMBRES. NO SE PUEDEN CONSTITUIR SOBRE BIENES DE
DOMINIO PUBLICO. El artículo 16 de la Ley General de Bienes Nacionales
contiene la prohibición de imponer servidumbres, en términos del derecho
común, sobre los bienes de dominio público; ello se debe a que conforme a
su naturaleza jurídica, tales bienes gozan de las características de
inaplicabilidad de las cargas de vecindad comúnmente previstas para la
propiedad privada, entre las cuales se encuentra la servidumbre, pues de
constituirse o reconocerse, por sus efectos y consecuencias se interferiría
con la realización de los propósitos de interés general que se persiguen a
través de ese tipo de bienes. Los derechos de tránsito, de vista, de la luz y
otros semejantes sobre ese tipo de bienes, independientemente de que en
su función puedan coincidir con los que se dan en el derecho privado,
jurídicamente son distintos, ya que en el derecho administrativo se dan
autorizaciones, permisos o tolerancias que no deben equipararse a las
relaciones de derecho privado, porque no dan lugar a la constitución de
derechos reales, además de que los supuestos y elementos para adquirir la
servidumbre y esos diversos derechos son distintos y se rigen por
ordenamientos legales diferentes.
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Amparo directo 1871/84. Ángela Victoriano Godínez y otra. 7 de
septiembre de 1989. Unanimidad de votos. Ponente: Leonel Castillo
González. Secretario: Ricardo Romero Vázquez.
Novena Época
Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: IX, Febrero de 1999
Tesis: I.3o.C.162 C
Página: 542
SERVIDUMBRE LEGAL DE PASO. COMPROBACIÓN DE LA ACCIÓN
EXTINTIVA. CORRESPONDE AL ACTOR JUSTIFICAR SU DEBIDA
CONSTITUCIÓN EN FORMA Y TIEMPO. Si se ejercita la acción extintiva
de una servidumbre legal, le corresponde al actor demostrar
fehacientemente, con la documental correspondiente, la fecha de su
constitución, los motivos, términos y su duración; sin que por el hecho de
que en una sentencia se aluda a la existencia de una servidumbre de paso,
pueda considerarse a la misma como constitutiva de tal servidumbre y
como consecuencia darle el alcance de legal que se pretende, en virtud de
que en el Código Civil para el Distrito Federal en su artículo 1067 se
distinguen dos clases básicas de servidumbre a saber: las legales y las
voluntarias, las primeras que se establecen entre las partes y son
sancionadas por la autoridad judicial, las segundas, que funcionan en la
realidad como una situación de hecho entre propietarios de predios
colindantes, sin que intervenga necesariamente la autoridad para su
constitución. De manera que el simple reconocimiento de la existencia de
una servidumbre legal de paso en una sentencia judicial, no significa
indefectiblemente que la misma se haya constituido en forma, como
corresponde a las de su clase, para que se considere de carácter legal.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Amparo directo 10453/98. Margarita Olguín Cedillo. 17 de noviembre de
1998. Unanimidad de votos. Ponente: Miguel Ángel Castañeda Niebla,
secretario de tribunal autorizado por el Pleno del Consejo de la Judicatura
Federal para desempeñar las funciones de Magistrado. Secretario:
Heriberto Pérez Reyes.
Octava Época
Instancia: CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: IV, Segunda Parte-1, Julio a Diciembre de 1989
Página: 516
SERVIDUMBRES. NO SE PUEDEN CONSTITUIR SOBRE BIENES DE
DOMINIO PUBLICO. El artículo 16 de la Ley General de Bienes Nacionales
contiene la prohibición de imponer servidumbres, en términos del derecho
común, sobre los bienes de dominio público; ello se debe a que conforme a
su naturaleza jurídica, tales bienes gozan de las características de
inaplicabilidad de las cargas de vecindad comúnmente previstas para la
propiedad privada, entre las cuales se encuentra la servidumbre, pues de
constituirse o reconocerse, por sus efectos y consecuencias se interferiría
con la realización de los propósitos de interés general que se persiguen a
través de ese tipo de bienes. Los derechos de tránsito, de vista, de la luz y
otros semejantes sobre ese tipo de bienes, independientemente de que en
su función puedan coincidir con los que se dan en el derecho privado,
jurídicamente son distintos, ya que en el derecho administrativo se dan
autorizaciones, permisos o tolerancias que no deben equipararse a las
relaciones de derecho privado, porque no dan lugar a la constitución de
derechos reales, además de que los supuestos y elementos para adquirir la
servidumbre y esos diversos derechos son distintos y se rigen por
ordenamientos legales diferentes.
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Amparo directo 1871/84. Ángela Victoriano Godínez y otra. 7 de
septiembre de 1989. Unanimidad de votos. Ponente: Leonel Castillo
González. Secretario: Ricardo Romero Vázquez.
Octava Época
Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO SEXTO
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XII, Diciembre de 1993
Página: 964
SERVIDUMBRES DE PASO, CONSTITUIDAS POR VOLUNTAD DEL
HOMBRE. SU EXTINCION (LEGISLACION DEL ESTADO DE
GUANAJUATO). Independientemente de que el inmueble dominante, con
el transcurso del tiempo haya tenido comunicación a la vía pública por un
lugar distinto, o pueda tenerlo, de ninguna manera puede pensarse que
cambiaron las condiciones del mismo, haciendo innecesaria e inoperante
la servidumbre voluntaria establecida con anterioridad y que por tal
motivo proceda su cancelación, pues a diferencia de la servidumbre
constituida por disposición de la ley, la conformada por voluntad de los
propietarios de los predios dominante y sirviente sólo se extingue, de
acuerdo con el artículo 1224 del código civil del estado, cuando ambos
predios son propiedad de una persona; y cuando la servidumbre ha dejado
de usarse porque las condiciones físicas del inmueble sirviente permiten
hacer uso de ella, por remisión gratuita onerosa hecha por el propietario
del predio dominante o cuando se cumple el plazo o la condición a que
estaba sujeta. Si no se dieron estas condiciones, a pesar de la existencia o
la posibilidad de constituir una diversa servidumbre, aquélla no podrá
cancelarse, extinguirse o terminarse.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO SEXTO CIRCUITO.
Amparo directo 224/93. Ana María Pantoja Ramírez. 22 de junio de 1993.
Unanimidad de votos. Ponente: Moisés Duarte Aguíñiga. Secretario: Juan
García Orozco.
Novena Época
Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA
ADMINISTRATIVA DEL SEXTO CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: XIII, Abril de 2001
Tesis: VI.3o.A.19 A
Página: 1046
COMPETENCIA. EL TRIBUNAL UNITARIO AGRARIO LA TIENE CUANDO
UN EJIDO DEMANDA SERVIDUMBRE DE PASO CUYO PREDIO SIRVIENTE
ES DE PROPIEDAD PARTICULAR. Para decidir un conflicto competencial
hay que atender a la jurisprudencia del Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación número 83/98, visible en la página veintiocho del
Tomo VIII, diciembre de mil novecientos noventa y ocho, de la Novena
Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de rubro:
"COMPETENCIA POR MATERIA. SE DEBE DETERMINAR TOMANDO EN
CUENTA LA NATURALEZA DE LA ACCIÓN Y NO LA RELACIÓN JURÍDICA
SUSTANCIAL ENTRE LAS PARTES.". Ahora bien, es verdad que la
servidumbre de paso es una figura jurídica regulada por el Código Civil y
que la Ley Agraria no la contempla expresamente en su articulado; sin
embargo, en términos del artículo 2o. de este último ordenamiento, para
resolver ciertas cuestiones relacionadas con los ejidos hay que remitirse a
las disposiciones del derecho civil. Por tanto, si el actor es un ejido y
pretende en su favor el derecho real de servidumbre de paso sobre un
inmueble de propiedad particular, cuyo derecho es inseparable del predio
al que sirve, resulta claro que la acción intentada tiene naturaleza
eminentemente agraria, aunque esté regulada por el Código Civil, pues la
Ley Agraria remite a esa legislación para dirimirla; de ahí entonces, que la
competencia para conocer del asunto recaiga en un tribunal agrario y no
en uno del ramo civil.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL
SEXTO CIRCUITO.
Amparo en revisión 19/2001. Poblado de San Dionicio Yauquehmecan,
Tlaxcala. 22 de febrero de 2001. Unanimidad de votos. Ponente: Víctor
Antonio Pescador Cano. Secretario: Juan Carlos Ríos López.
Octava Época
Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: VIII, Noviembre de 1991
Página: 315
SERVIDUMBRE DE PASO. DEBE OTORGARSE DE MANERA
DISCRECIONAL CONFORME A LAS NECESIDADES DEL PREDIO
DOMINANTE. Resulta claro que el juzgador puede establecer de manera
discrecional y acorde al artículo 1103 del Código Civil para el Distrito
Federal, el ancho que en su criterio deba tener una servidumbre de paso,
lo que es congruente con las pretensiones deducidas y, es erróneo que
tenga la obligación de conceder el gravamen general en la medida
pretendida por la parte actora en el juicio natural, ya que, su decisión
debe de ser en la medida de las facultades que señala el citado numeral y
no en las que argumenta de manera personal la parte demandante del
juicio. Por otra parte, cabe establecer que es correcta la desestimación de
la pretensión formulada en el sentido de que la anchura de la servidumbre
de paso tuviera los seis metros pretendidos, a que se refiere el precepto
58 del Reglamento de Construcciones para el Distrito Federal, ya que este
numeral no reguló los casos en que se conceda el gravamen real, sino que
sólo se refiere a los casos en que se solicita una licencia para efectos de
construcción y no para el caso de un paso de un predio sirviente para
llegar al predio dominante, que se encuentra regulado por disposiciones
de diversa naturaleza exactamente aplicables, como son las previstas en
los artículos 1097 y 1103 del Código señalado; preceptos que conceden la
facultad de analizar las características de los predios, la zona en que se
encuentran ubicados, la vía pública a la que debe tener salida el predio
dominante y las necesidades esenciales mínimas que tengan que
satisfacerse para el logro del objetivo de la servidumbre legal de paso y el
ancho de esa vía de acceso.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Amparo directo 4617/91. Margarita Romero de Christlieb. 19 de
septiembre de 1991. Unanimidad de votos. Ponente: Manuel Ernesto
Saloma Vera. Secretario: Guillermo Campos Osorio.
Octava Época
Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
TERCER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: V, Segunda Parte-1, Enero a Junio de 1990
Página: 480
SERVIDUMBRE DE PASO, IMPRESCRIPTIBILIDAD DE LA ACCION DE
PRESERVACION DE LA. La acción para preservar una servidumbre de
paso es imprescriptible, dada su naturaleza, pues teniendo implícito el
derecho de propiedad, el del uso, goce y disfrute de la cosa, es claro que
sin ejercer estas cualidades, no seria factible tampoco ejercer el derecho
de propiedad, y si en el caso, se trata de un fundo enclavado entre otros
ajenos, resulta evidente que el mismo no podría ser aprovechado como
conviniera al propietario, si no tuviese acceso a la vía publica. Y así
resultaría antijurídico admitir que por el hecho de que el propietario de
una finca no solicitara la constitución o la preservación de la servidumbre
dentro de un lapso determinado, después ya no pudiera hacerlo con la
consecuencia de que el inmueble quedara aislado para siempre, sin que su
dueño pudiera usarlo, gozarlo y disfrutarlo.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER
CIRCUITO.
Amparo directo 1190/89. Rafael Ordóñez Velázquez. 5 de abril de 1990.
Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Hidalgo Riestra. Secretario: Jorge
Quezada Mendoza.
Octava Época
Instancia: CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: IV, Segunda Parte-1, Julio a Diciembre de 1989
Página: 516
SERVIDUMBRES. NO SE PUEDEN CONSTITUIR SOBRE BIENES DE
DOMINIO PUBLICO. El artículo 16 de la Ley General de Bienes Nacionales
contiene la prohibición de imponer servidumbres, en términos del derecho
común, sobre los bienes de dominio público; ello se debe a que conforme a
su naturaleza jurídica, tales bienes gozan de las características de
inaplicabilidad de las cargas de vecindad comúnmente previstas para la
propiedad privada, entre las cuales se encuentra la servidumbre, pues de
constituirse o reconocerse, por sus efectos y consecuencias se interferiría
con la realización de los propósitos de interés general que se persiguen a
través de ese tipo de bienes. Los derechos de tránsito, de vista, de la luz y
otros semejantes sobre ese tipo de bienes, independientemente de que en
su función puedan coincidir con los que se dan en el derecho privado,
jurídicamente son distintos, ya que en el derecho administrativo se dan
autorizaciones, permisos o tolerancias que no deben equipararse a las
relaciones de derecho privado, porque no dan lugar a la constitución de
derechos reales, además de que los supuestos y elementos para adquirir la
servidumbre y esos diversos derechos son distintos y se rigen por
ordenamientos legales diferentes.
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Amparo directo 1871/84. Ángela Victoriano Godínez y otra. 7 de
septiembre de 1989. Unanimidad de votos. Ponente: Leonel Castillo
González. Secretario: Ricardo Romero Vázquez.
Octava Época
Instancia: PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO TERCER
CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: IV, Segunda Parte-1, Julio a Diciembre de 1989
Página: 381
PRESCRIPCION, COMPUTO DE LA. QUIEN DEBE REALIZARLO.
(LEGISLACION DEL ESTADO DE OAXACA). La omisión de demostrar la
fecha de inicio del término de la prescripción de la servidumbre de luz
demandada, impidió a la responsable hacer el cómputo del tiempo
necesario para que aquella operara en favor de la actora del juicio natural,
en términos del artículo 1115 del Código Civil del Estado de Oaxaca, pues
no basta que los testigos presentados señalaran que la servidumbre tiene
treinta o cuarenta años, según uno de ellos, o que tiene más de veinte
años de acuerdo a lo aseverado por los otros dos, sino que para ello era
menester que concordaran con la fecha afirmada por la demandante, toda
vez que no son los testigos quienes deben computar el término que señala
la ley para la prescripción, ya que ello corresponde a las autoridades de
instancia, a las que aquéllos debieron informar el dato claro en que se
inició, esto es, para precisar el momento en que debe empezar a contar el
plazo de la prescripción, dado lo contrario, se llegaría al extremo de que
solo por el número de años que manifieste un testigo, con exceso del
término que señala la ley para la prescripción, ya que ello tendría que
declararse necesariamente que ésta operó, pues se repite, ese cómputo
debe realizarlo el juzgador de instancia.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DECIMO TERCER CIRCUITO.
Amparo directo 150/89. Consuelo Fernández viuda de Woolrich. 31 de
agosto de 1989. Unanimidad de votos. Ponente: José Ángel Morales Ibarra.
Secretario: Amado Chiñas Fuentes.
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: X, Octubre de 1999
Tesis: 1a./J. 48/99
Página: 227
SERVIDUMBRE DE PASO, PERSONAS QUE PUEDEN EJERCER LA ACCIÓN
CONFESORIA. Entendida la servidumbre como un derecho real que se
impone sobre un bien inmueble respecto de otro, en consideración a la
necesidad de que un predio tenga acceso a la vía pública para su debido
aprovechamiento, pues bien, de la interpretación armónica de los
artículos 1097 del Código Civil y 11 del Código de Procedimientos Civiles,
ambos para el Distrito Federal, debe entenderse, que la acción para
reclamar el establecimiento de una servidumbre de paso se concede tanto
al propietario como al poseedor del predio dominante, y no tan sólo al
dueño como lo dispone el primer numeral mencionado, sino como lo prevé
el segundo, que contempla no sólo al titular del derecho real inmueble
sino también al poseedor del predio dominante. Sobre todo en el caso de
predios rurales, ya que el derecho se establece en atención a la
explotación económica del bien y no a las personas titulares de derechos
sobre los inmuebles y sin perder de vista que los efectos de la acción
confesaría, se hacen consistir, no solamente en obtener el reconocimiento
o la declaración de los derechos y obligaciones del gravamen, sino que
también que el propio poseedor del predio dominante invocando el
derecho de carácter real, pueda tener el pleno goce de la servidumbre
existente.
Contradicción de tesis 100/98. Entre las sustentadas por el Cuarto
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito y el Primer
Tribunal Colegiado del Décimo Circuito. 22 de septiembre de 1999.
Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Humberto Román Palacios.
Ponente: Juan N. Silva Meza. Secretario: Germán Martínez Hernández.
Tesis de jurisprudencia 48/99. Aprobada por la Primera Sala de este Alto
Tribunal, en sesión de veintidós de septiembre de mil novecientos noventa
y nueve, por unanimidad de cuatro votos de los señores Ministros:
presidente en funciones Juventino V. Castro y Castro, José de Jesús Gudiño
Pelayo, Juan N. Silva Meza y Olga Sánchez Cordero de García Villegas.
Ausente: Ministro Humberto Román Palacios.
Octava Época
Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: VIII, Noviembre de 1991
Página: 316
SERVIDUMBRE DE PASO. NO SE REQUIERE QUE SE SEÑALE EL USO Y
DESTINO DEL PREDIO DOMINANTE, BASTA QUE SE INDIQUE Y
ACREDITE LA NECESIDAD DE SALIDA A LA VIA PUBLICA. En lo
concerniente al uso o destino que podría darse al predio dominante, en
una servidumbre de paso cabe señalar que los artículos 1097 y 1103 del
Código Civil para el Distrito Federal, no establecen la obligación de que
quien reclama la servidumbre legal de paso, deba manifestar cuál sea el
objetivo y el uso para el que destinará el predio de su propiedad, bastando
con que señale las causas y condiciones por las que el bien inmueble
carece de salida a la vía pública y la necesidad de contar con ese acceso,
para que el juzgador establezca cuál debe ser la anchura de la
servidumbre acorde a las necesidades mínimas requeridas para el mejor
aprovechamiento del paso; de ahí que, en lo conducente sea acertada la
sentencia reclamada al indicar que el propietario del predio dominante
tiene el derecho de utilizarlo como crea conveniente, lo que significa que
el uso o destino no son elementos que se deban de manifestar ni de
acreditar para la obtención del beneficio legal del paso. No obsta para lo
anterior, la circunstancia de que el inmueble dominante carezca de
construcción, suficiente para satisfacer las necesidades mínimas, como
serían el tener un paso cómodo, y que se logre contar con todos los
servicios urbanos que todos los predios deben tener dentro de la ciudad.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Amparo directo 4623/91. Magdalena Aguirre de Cervera. 19 de septiembre
de 1991. Unanimidad de votos. Ponente: Manuel Ernesto Saloma Vera.
Secretario: Guillermo Campos Osorio.
Novena Época
Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: I, Abril de 1995
Tesis: I.3o.C.3 C
Página: 187
SERVIDUMBRE DE PASO. PREVIAMENTE PARA EL RECONOCIMIENTO
DE SU EXISTENCIA, ES NECESARIO ACREDITAR LA CONSTITUCION DE
LA. Cuando se demanda el reconocimiento de la existencia del derecho de
servidumbre de paso a favor de un predio calificado como dominante, es
menester que el demandante acredite previamente la constitución de la
servidumbre de paso que es una institución previa al reconocimiento de la
misma, dado que la existencia de una vía de paso no entraña la obligación
de su permanencia, porque para que esto suceda debe encontrarse
constituida la mencionada servidumbre, y si no se demuestra el hecho
generador de la constitución, resulta irrelevante la existencia de signos
aparentes de la tangibilidad de dicha servidumbre, o sea que en
tratándose de servidumbres de paso no existen por sí, sino que tienen que
constituirse por el órgano jurisdiccional.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Amparo directo 803/95. Sergio Torres Morales. 16 de febrero de 1995.
Unanimidad de votos. Ponente: José Becerra Santiago. Secretario: Manuel
Rosales Silva.
Séptima Época
Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: 217-228 Sexta Parte
Página: 610
SERVIDUMBRE LEGAL DE PASO, AL CONSTITUIRSE POR EL ORGANO
JURISDICCIONAL PUEDE CAMBIARSE EL LUGAR DE ACCESO DE LA, Y
LOS GASTOS DE CONSTRUCCION Y MANTENIMIENTO SON A CARGO
DEL DUEÑO DEL PREDIO DOMINANTE. Aun cuando las servidumbres
tienen su origen en la voluntad del hombre (servidumbres voluntarias) o
en la ley (servidumbres legales), entre las cuales se comprende la de paso,
sin embargo, estas últimas no existen por sí, sino que tienen que
constituirse por el órgano jurisdiccional. Lo anterior conduce a afirmar
que si es hasta la sentencia de primera instancia pronunciada en el juicio
natural confirmada por el tribunal de alzada, donde legalmente se
estableció la servidumbre de paso, porque no se demostró que con
anterioridad estuviese establecido ese gravamen mediante alguna de las
formas reconocidas por el derecho civil, conforme al artículo 1115 del
Código Civil, ningún perjuicio jurídico se causa por haberse establecido el
camino de acceso por el lado norte del predio sirviente, aun cuando se
haya acreditado que habían señales de instalaciones eléctricas e
hidráulicas sanitarias, que confirmaban que existió la servidumbre de
paso por el lado sur oriente del predio sirviente, acceso que fue cerrado
por las demandadas mediante diversas construcciones, porque la
servidumbre de que se trata se encontraba establecida de hecho, no
legalmente; ni tampoco se causa perjuicio jurídico porque se haya fijado a
cargo de los demandantes la indemnización correspondiente, de acuerdo
con el artículo 1097 del Código Civil, así como los gastos de construcción
y mantenimiento, ya que al ser la servidumbre un gravamen real impuesto
sobre un inmueble de conformidad con el artículo 1057 del Código Civil,
constituye una limitación y una carga a los propietarios del predio
sirviente, debiendo constituirse el gravamen de tal manera que les cause
las menores molestias y perjuicios posibles, de acuerdo con los artículos
1103, 1119 y 1120 del Código Civil, siendo por tanto de equidad que no se
destruyan las construcciones que levantaron los demandados sobre el
paso que originalmente utilizaban de hecho los actores.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Amparo directo 2003/87. Constantino García Suárez y otra. 1o. de octubre
de 1987. Unanimidad de votos. Ponente: José Rojas Aja. Secretario:
Francisco Sánchez Planells.
Séptima Época
Instancia: TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL
PRIMER CIRCUITO.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: 193-198 Sexta Parte
Página: 163
SERVIDUMBRE DE PASO. EL ARTICULO 1104 DEL CODIGO CIVIL, POR
CONSTITUIR UNA EXCEPCION, EXCLUYE LOS ELEMENTOS DEL 1102
COMPLEMENTARIO DEL 1097. Resulta incorrecta la interpretación del
artículo 1104 del Código Civil al establecer la procedencia de la
servidumbre de paso demandada, si se incluyen elementos del 1102 que
complementa el 1097 del propio ordenamiento sustantivo, ya que por
constituir una excepción a la regla general no contiene los elementos de
ésta.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.
Amparo directo 126/85. Celia Reyes del Campillo. 18 de abril de 1985.
Unanimidad de votos. Ponente: José Becerra Santiago. Secretario: Ernesto
Aguilar Gutiérrez.
Nota: En el Informe de 1985, al tesis aparece bajo el rubro
"SERVIDUMBRE DE PASO, EL ARTICULO 1104 DEL CODIGO CIVIL, POR
CONSTITUIR UNA EXCEPCION, EXCLUYE LOS ELEMENTOS DEL 1102
COMPLEMENTARIO DEL 1097, QUE ESTABLECE LA REGLA GENERAL,
NO DEBEN INVOCARSE AL ESTABLECER LA.".
Quinta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Informes
Tomo: Informe 1956
Página: 40
SERVIDUMBRES. CARACTER ACCESORIO DE LAS. De acuerdo con la
doctrina jurídica mas generalizada, uno de los caracteres de las
servidumbres consiste en que son derechos accesorios porque están
ligados al predio dominante de una manera inseparable. Por tanto, no
pueden ser cedidos, ni embargados, ni hipotecados separadamente. Por el
contrario se transmiten necesariamente con la propiedad del predio
dominante y pasan al mismo tiempo con el de persona a persona:
"ambulant cum dominio". Así, el artículo 981 del Código Civil del estado
de Michoacán, dispone que las servidumbres son inseparables del
inmueble a que activa o pasivamente pertenecen y el artículo 982 previene
que si los inmuebles mudan de dueño, la servidumbre continuara en el
predio u objeto en que estaba constituida, hasta que legalmente se
extinga.
Amparo directo 1779/52. Consuelo Murillo de Franco. 18 de junio de 1956.
Mayoría de cuatro votos. La publicación no menciona el nombre del
ponente.
Quinta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: C
Página: 805
COMPRAVENTA, FORMALIDADES EN LA (DERECHOS REALES,
CONSTITUCION O TRANSMISION DE LOS). El artículo 54 de la Ley del
Notariado de treinta y uno de diciembre de mil novecientos cuarenta y
cinco, publicada en el Diario Oficial de veintitrés de febrero de mil
novecientos cuarenta y seis, establece. "Las enajenaciones de bienes
inmuebles cuyo valor convencional sea mayor de quinientos pesos y la
constitución o transmisión de derechos reales estimados en más de
quinientos pesos o que garanticen un crédito por mayor cantidad que la
mencionada, para su validez, deberán constar en escritura ante notario".
Este precepto distingue dos casos: a) la enajenación de inmuebles y b) la
constitución o transmisión de derechos reales. En su primera parte,
excluye de la formalidad consistente en el otorgamiento de una escritura
ante notario, las enajenaciones de bienes inmuebles; y en su segunda
parte, comprende la constitución o transmisión de derechos que excedan
de quinientos pesos, actos para cuya validez se requiere la escritura
pública. Ahora bien, aun cuando es cierto que en una compraventa se
transmite el derecho real de propiedad cuando recae sobre la cosa, no se
puede considerar comprendida esa transmisión en la segunda parte del
artículo 54 citado, porque el legislador quiso expresamente distinguir las
enajenaciones de cosas, de las transmisiones de derechos reales, y
estableció que sólo cuando se enajenan inmuebles de valor superior a
quinientos pesos se requiere escritura pública. En consecuencia, cuando
se enajenan muebles no es necesaria dicha formalidad y debe aplicarse el
artículo 2316 del Código Civil del Distrito Federal, según el cual "El
contrato de compraventa no requiere para su validez formalidad alguna
especial, sino cuando recae sobre un inmueble". Por tanto, sólo cuando la
constitución o transmisión de derecho reales no implica una enajenación
de cosas, debe aplicarse el artículo 54 de la Ley del Notariado, para el
efecto de que se otorgue el acto en escritura pública, cuando el valor de
los derechos reales exceda de quinientos pesos, como ocurre, por ejemplo,
en la transmisión del derecho real prendario o hipotecario, o en la
transferencia del usufructo o de las servidumbres, sin que deba
distinguirse si se trata de derechos reales mobiliarios, como la prenda, o
inmobiliarios como la hipoteca o las servidumbres, pues el citado artículo
54 no hace tal distinción.
Amparo civil directo 8070/46. Ayón de González Concepción. 9 de mayo de
1949. Unanimidad de cinco votos. Ponente: Vicente Santos Guajardo.
Quinta Época
Instancia: Sala Auxiliar
Fuente: Informes
Tomo: Informe 1952
Página: 80
SERVIDUMBRE DE ACUEDUCTO. LIMITE AL DERECHO DEL DUEÑO DEL
PREDIO SIRVIENTE PARA EJECUTAR OBRAS QUE HAGAN MENOS
GRAVOSA LA SERVIDUMBRE. De acuerdo con los artículos 1046 y 974 del
Código Civil vigente en el Estado de Guanajuato, para que el dueño del
predio sirviente pueda ejecutar obras que hagan menos gravosa la
servidumbre, o las necesarias para que las aguas de ese predio crucen los
canales o acueductos correspondientes a la servidumbre, es menester que
con dichas obras no se cause perjuicio a ésta, y que el curso de las aguas
que se conducen por esos canales no sufran alteración ni las de ambos
acueductos se mezclen.
Amparo directo 239/51. Julia Guerra viuda de Salazar y coagraviado. 11 de
enero de 1952. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Ángel González de
la Vega. La publicación no menciona el nombre del ponente.
Séptima Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: 44 Cuarta Parte
Página: 89
SERVIDUMBRE DE PASO. FACULTAD DEL JUZGADOR PARA
DETERMINAR EN QUE PREDIO DEBE FINCARSE LA CARGA
(LEGISLACION DEL ESTADO DE JALISCO). Si el predio dominante había
tenido dos servidumbres de paso, por predios diferentes, el Juez está en la
necesidad de determinar conforme a las pruebas que se rindan,
especialmente la pericial, en cuál de los dos predios debe fincarse la carga
por resultar más conveniente la servidumbre, opción que concede al
juzgador definir precisamente el artículo 1054 del Código Civil del Estado
de Jalisco, en cuanto al costo o a la incomodidad que pueda apreciarse en
las posibilidades de paso.
Amparo directo 2802/71. J. Jesús García Castañeda. 24 de agosto de 1972.
Cinco votos. Ponente: Rafael Rojina Villegas.
Sexta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: Cuarta Parte, I
Página: 41
CONSTRUCCIONES, DAÑOS CAUSADOS POR LAS. RESPONSABILIDAD
DEL PROPIETARIO. Para alcanzar el verdadero sentido del artículo 839
del Código Civil, es necesario interpretarlo de una manera sistemática a la
luz de los principios rectores que al respecto se hallan en dicho código.
Ahora bien, existen tres tipos de limitaciones a la propiedad inmueble: a)
La limitación por las servidumbres, que pueden ser públicas o privadas; b)
La limitación en que se atiende a un interés privado y c) Aquella
limitación al ejercicio del derecho de propiedad en atención al interés
público. Las limitaciones a la propiedad inmueble en atención al interés
privado, se encuentran en su conjunto integradas por normas a las que
técnicamente se llama reguladoras de la buena vecindad, o para expresar
toda la institución en pocas palabras: "derecho de buena vecindad". Las
principales obligaciones y restricciones derivadas del derecho de vecindad
que se registran en nuestro Código Civil, son verdaderas limitaciones al
derecho de propiedad, en interés privado, y se encuentran en los artículos
839, 840, 845, 846, 847, 848, 849 y siguientes y 853 del mencionado
código. Las características de las limitaciones por razón de vecindad son:
reciprocidad o bilateralidad. Las limitaciones las sufren los que son
vecinos y tienen ellas el mismo contenido, como efecto de la reciprocidad.
La limitación no importa ninguna indemnización o recompensa, porque el
sacrificio de un lado compensa con la ventaja que a su vez, ese lado recibe
y viceversa. No es, sin embargo, la reciprocidad sinalagmática de los
contratos bilaterales, en los que su incumplimiento da lugar a la oposición
de la regla "in adimpleti non est adimplendum" que rige en los contratos.
Por el contrario, en el derecho de buena vecindad, tratándose de
relaciones independientes, el dueño puede reclamar de su vecino no
obstante que el susodicho dueño, a su vez, hubiese violado antes la regla
de la buena vecindad. Es que se trata de limitaciones inmanentes al
derecho de propiedad, puesto que de éste nunca se separan. Desde el
punto de vista pasivo, son obligaciones automáticas, y son facultades
desde el punto de vista activa. Por ende, no requieren de declaración
judicial, ni puede operar, en tratándose de tales obligaciones y facultades,
la prescripción extintiva "facultativis non datur praescriptio". Bajo el
aspecto pasivo, son obligaciones "propter rem", o sean obligaciones
reales, inherentes a la cosa, inseparables de ella. Los derechos y
obligaciones creados por estas limitaciones de vecindad, no lo son por
razón de servidumbre sino por razón de propiedad. En consecuencia, los
derechos que nacen de estas relaciones de vecindad, son reales, como
poderes o facultades que constituyen una parte del haz que integra el
derecho de propiedad. De ahí que deba de concluirse que, estándose
frente a un derecho real, quien siendo dueño de uno de los predios
vecinos quebrante ese derecho, da con ello nacimiento a la acción del otro
propietario que le permitirá reclamar el respeto del derecho que le ha
sido desconocido o perjudicado. El infractor estará obligado a reparar la
infracción, o en su defecto, a cubrir el importe de los daños y perjuicios
causados, que tienen el carácter de compensatorios.
Amparo directo 5003/56. Oscar A. Serna. 24 de julio de 1957. Mayoría de
tres votos. Disidente: José Castro Estrada. Ponente: Gabriel García Rojas.
Véase: Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1985, Cuarta
Parte, Tercera Sala, tesis relacionada con la jurisprudencia 105, página
294, bajo el rubro "CONSTRUCCIONES, DAÑOS CAUSADOS POR LAS.
RESPONSABILIDAD DEL PROPIETARIO.".
Quinta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: CXXXII
Página: 356
OBLIGACIONES PROPTER REM O RESPONSABILIDAD POR HECHOS DE
LAS COSAS (LEGISLACION DEL DISTRITO Y TERRITORIOS FEDERALES).
De acuerdo con la doctrina y aun con textos expresos de nuestra ley
(artículos 1929, 1931 y 1932 del Código Civil) son responsables de los
daños los propietarios de las cosas. Luego lo serán también los
propietarios de los edificios (cosas que por su construcción, hundimiento
o excavación causen daño a otro u otros. Esta responsabilidad es en razón
de la cosa de la que se es dueño o se detenta. Por tanto, no es autónoma
en el sentido de que no depende de la existencia de una cosa, sino que se
presenta siempre con relación a ésta. El sujeto pasivo de esa obligación
permanece obligado por la posesión o propiedad de la cosa y de ahí que si
se transmite esa cosa a un tercero, éste será quien reporte la obligación y
ya no aquél, puesto que lo estuvo sólo en tanto que era propietario o
poseedor y no personalmente. Finalmente, en caso de cambio del deudor
(en el caso, por venta, donación o por cualquier otro título traslativo de
dominio de la casa dañante) no se requiere el consentimiento tácito o
expreso del acreedor, sino que se produce por la simple transmisión del
dominio de la posesión de la cosa. Si, pues, todas éstas son las
características que la doctrina señala para las obligaciones propter rem es
concluyente que esta distinción no se establece en cuanto al constructor
de la casa dañante, sino sólo en tanto que ya hecha la construcción la
propiedad dañada siga perdiendo su sostén necesario. Además de que en
estos casos, se está en presencia de una limitación a la propiedad que
atiende al interés privado y que es impuesto por el derecho de la buena
vecindad como una obligación inherente a la cosa e inseparable de ella.
En efecto, las características de las limitaciones por razón de vecindad
son, como lo expone Francisco Messineo, reciprocidad o bilateralidad. Las
limitaciones las sufren los que son vecinos y tienen el mismo contenido
como efecto de la reciprocidad. La limitación no importa ninguna
indemnización o recompensa, porque compensa el sacrificio parcial de un
lado con la ventaja que a su vez ese lado recibe, y viceversa. Aunque hay
responsabilidad, no puede considerarse ésta como la de los contratos
bilaterales, llamado por los tratadistas sinalagmáticos, donde siendo las
cargas recíprocas, su incumplimiento puede originar la oposición de la
regla "inadimplenti non est adimplendum" que rige en los contratos;
siendo las relaciones independientes puede reclamar el vecino que por su
parte violó antes la regla de la buena vecindad. Estas limitaciones son
inmanentes al derecho de propiedad porque son facultades desde el punto
de vista pasivo; por ende son autónomas, no requieren declaración judicial
y por lo tanto no son prescriptibles por prescripción extintiva; facultativis
non datur praescriptio. Bajo el aspecto pasivo, son obligaciones propter
rem, inherentes a la posesión de la cosa, inseparables de ella. Los
derechos y obligaciones que crean esas limitaciones de vecindad no son
por razones de servidumbre, sino por razón de propiedad. En
consecuencia, los derechos que nacen de estas relaciones de vecindad son
reales como poderes o facultades que constituyen una parte del haz de
facultades que contienen el derecho de propiedad.
Amparo directo 2576/56. Concepción Ruiz y Coag. 12 de junio de 1957.
Unanimidad de cinco votos. Ponente: Gabriel García Rojas.
Quinta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: LXXXIX
Página: 801
CONCESIONES MINERAS, LOS DERECHOS QUE DE ELLAS DERIVAN NO
SON DE NATURALEZA REAL. Las concesiones en el ramo de minas no
transmiten a los particulares la propiedad del lote a que se refieren,
inalienablemente e imprescriptible como es, por disposición
constitucional; el traspaso de una concesión minera, previsto y
disciplinado por normas jurídicas especiales, tampoco transfiere al
cesionario la propiedad del subsuelo de la República, y el dominio y
posesión de las minas, conforme al ordenamiento jurídico nacional, no
reside jamás en persona alguna, natural o jurídica, como no sea la nación
mexicana. Es inadmisible que se confunda el subsuelo de la nación, con
los derechos que ésta concede al beneficiario, para extraer y aprovechar
las sustancias contenidas en aquél, y tampoco cabe admitir que por ser
inmueble el fundo, sean raíces las concesiones para explotarlo. Estas, en
sí mismas, no son bienes, sino actos jurídicos de derecho administrativo y
fuentes de derecho a favor del concesionario. Por tanto, es el carácter de
los derechos patrimoniales que nacen de las concesiones, lo que interesa
clasificar, como bienes que son, entre los muebles o los inmuebles. Ahora
bien, para que los derechos sean inmuebles no basta que sean raíz el
objeto a que se refieren. En realidad, el objeto inmediato de una concesión
minera no es una cosa corporal, específica y determinada, elemento
esencial de los derechos reales; sino un acto (o un conjunto de actos,
positivos y negativos) a cuya prestación se obliga el Estado, sin posible
delegación. Cuando estas notas concurren, el derecho de obligación, como
contrapuesto al derecho real, queda configurado. La regla general es que
los derechos (cosas incorporales), sean bienes muebles, y como tales
deben considerarse, por tanto, aquellos cuya naturaleza inmobiliaria no
define claramente la ley. Así, la enumeración legal de los bienes
inmuebles tiene carácter limitativo y como los derechos que emanan de
una concesión minera no están expresamente especificados en dicha
enumeración, por aplicación de la regla general deben ser considerados
como bienes muebles. La rigidez del principio de inalienabilidad del
dominio público, norma profundamente características de nuestra
Constitución Política General, hace imposible la enajenación de la más
pequeña de sus partículas, y de igual modo es irreducible a propiedad
particular, en el sentido del derecho civil, desmembramiento alguno de
aquel dominio. La más antigua doctrina enseña que los derechos reales
son sustracciones y desmembramientos del señorío, y a tal doctrina no ha
sido extraño nuestro derecho objetivo. La constitución de una
servidumbre se reputa, por ley, "como enajenación en parte, de la
propiedad del predio sirviente". De allí deduce el legislador la regla según
la cual sólo pueden constituir aquel derecho, sobre sus cosas, las personas
que libremente pueden enajenarlas; y por la misma norma se rigen la
prenda, la anticresis; el censo consignativo y el enfitéutico. La
inalienabilidad es, por tanto, incompatible con la imposición de derechos
reales sobre cosa. Tratándose de una concesión minera otorgada de
acuerdo con la Ley de Industrias Minerales de tres de mayo de mil
novecientos veintiséis, la relación nace exclusivamente del título, y los
derechos del particular no pueden adquirirse por otro medio, incluso la
prescripción; la relación se origina y se desenvuelve entre la nación y el
concesionario quienes, por el concurso de voluntades, resultan ligados
bilateralmente mientras la concesión subsiste; pero en todo caso por
tiempo limitado. Semejante vinculación, de carácter normativo, se
establece entre las partes por un complejo de recíprocas prestaciones; y la
relación sinalagmática así formada, por la coincidente voluntad jurídica
del Estado y su titular, creadora de deberes jurídicos que sólo pueden ser
violados por las partes que en la misma relación intervienen, constituye
una obligación personal, según ésta es concebida por la doctrina. No es
sino mediante el Estado, cuyo es el dominio y de quien la concesión
procede, que el beneficiario ejercita sobre la cosa raíz, poder jurídico
alguno; y sus derechos reales, cuyo ejercicio no necesita de ningún
intermediario que esté obligado en persona. Otras diferencias separan de
los derechos reales los que emanan de una concesión minera. Así, a la
estructura del derecho real es conforme que el sujeto pasivo, caso de
haberlo, pueda cambiar con la titularidad de la cosa, y tratándose de
concesiones mineras, la nación es invariable. Los derechos reales son
derechos de exclusión; los personales han sido denominados "derechos de
unión", en cuanto sirven a la cooperación social; y es rasgo propio del
régimen de concesiones, el implicar una manera de asociación (una
colaboración) a lo menos entre el Estado y el titular de aquéllas. Los
derechos reales son ordinariamente perpetuos; los que derivan de una
concesión minera, en cambio, siempre son temporales. Por el correr del
tiempo aquéllas se consolidan y éstos se extinguen. El incumplimiento de
ciertas obligaciones que deriven de la concesión, trae la caducidad como
consecuencia, y con ella, la extinción de los derechos del beneficiario; lo
que confirma que los propios derechos no nacen ni subsisten y se
desenvuelven sino por razón de un ligamen obligatorio, impositivo de
derechos jurídicos cuya violación importa, en lo que atañe a uno de los
sujetos (el titular), y con referencia a la cosa en que recaen
indirectamente (el lote minero), la extinción de todo poder jurídico. A lo
anterior debe agregarse que los bienes de dominio público están en poder
del Estado a título de soberanía, principio al cual responde, en parte, el de
su inalienabilidad e imprescriptibilidad, ya que la soberanía es
incomunicable. Esta norma, consagrada por la Constitución Política de
mil novecientos diecisiete, ha sido consignada también por las leyes
reglamentarias, entre ellas, la Ley General de Bienes Nacionales, que
incluye entre los bienes de dominio público, textualmente, los
señalamientos en los párrafos cuarto y quinto del artículo 27
constitucional, sin establecer entre ellos ningún distingo; reconoce,
además, el derecho que otorgan las concesiones frente a la administración
(derechos relativos), para realizar las explotaciones y aprovechamientos
que regulen las leyes especiales, y declara que las concesiones sobre los
bienes de dominio público, ni dan acción reivindicatoria de posesión, aun
interina, ni crean derechos reales.
Amparo civil directo 2976/42. Compañía Fundidora de Fierro y Acero de
Monterrey, S. A. y coagraviada. 23 de julio de 1946. Mayoría de tres votos.
Disidentes: Carlos I. Meléndez e Hilario Medina. La publicación no
menciona el nombre del ponente.
Quinta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XL
Página: 1193
SERVIDUMBRE DE MEDIANERIA. El artículo 1037 del Código Civil
vigente, no supone que con anterioridad existiría la servidumbre, sino el
signo aparente de servidumbre. El muro que separa dos construcciones,
es, por su naturaleza, esencialmente medianero, y mientras lo construido
pertenezca a un solo dueño, la medianería no constituye, propiamente
hablando, una servidumbre; pero desde el momento que por venta de uno
de los predios, cesa la unidad de dominio y aparece un nuevo dueño, si en
esa venta no se ha hecho estipulación alguna, por la cual el vendedor se
reserve de manera expresa, para provecho del fundo que continúa en su
poder, derecho alguno sobre el muro medianero, la circunstancia
meramente física de la medianería se convierte, por la comunidad o
copropiedad del muro, en una servidumbre, pues sirviendo dicho muro a
los dos edificios, no puede considerarse excluido de la venta efectuada,
pero tampoco enajenado. Precisamente este hecho es lo que constituye el
establecimiento de esta servidumbre, en virtud del acto del padre de
familia, que consiste en las disposiciones que el propietario de dos
predios, hace para servicio común de ellos o para ventaja de alguno. Si por
una causa cualquiera, estos dos predios llegan a pertenecer a dos
propietarios diferentes, o si solamente uno de ellos sale de la mano del
primer propietario, el provecho que uno de los dos predios obtenía del
otro, debe ser mantenido como constituyendo un derecho de servidumbre.
Amparo civil directo 11772/32. Torre Gómez Antonio. 7 de febrero de
1934. Unanimidad de cinco votos. La publicación no menciona el nombre
del ponente.
Quinta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: CXXXII
Página: 356
OBLIGACIONES PROPTER REM O RESPONSABILIDAD POR HECHOS DE
LAS COSAS (LEGISLACION DEL DISTRITO Y TERRITORIOS FEDERALES).
De acuerdo con la doctrina y aun con textos expresos de nuestra ley
(artículos 1929, 1931 y 1932 del Código Civil) son responsables de los
daños los propietarios de las cosas. Luego lo serán también los
propietarios de los edificios (cosas que por su construcción, hundimiento
o excavación causen daño a otro u otros. Esta responsabilidad es en razón
de la cosa de la que se es dueño o se detenta. Por tanto, no es autónoma
en el sentido de que no depende de la existencia de una cosa, sino que se
presenta siempre con relación a ésta. El sujeto pasivo de esa obligación
permanece obligado por la posesión o propiedad de la cosa y de ahí que si
se transmite esa cosa a un tercero, éste será quien reporte la obligación y
ya no aquél, puesto que lo estuvo sólo en tanto que era propietario o
poseedor y no personalmente. Finalmente, en caso de cambio del deudor
(en el caso, por venta, donación o por cualquier otro título traslativo de
dominio de la casa dañante) no se requiere el consentimiento tácito o
expreso del acreedor, sino que se produce por la simple transmisión del
dominio de la posesión de la cosa. Si, pues, todas éstas son las
características que la doctrina señala para las obligaciones propter rem es
concluyente que esta distinción no se establece en cuanto al constructor
de la casa dañante, sino sólo en tanto que ya hecha la construcción la
propiedad dañada siga perdiendo su sostén necesario. Además de que en
estos casos, se está en presencia de una limitación a la propiedad que
atiende al interés privado y que es impuesto por el derecho de la buena
vecindad como una obligación inherente a la cosa e inseparable de ella.
En efecto, las características de las limitaciones por razón de vecindad
son, como lo expone Francisco Messineo, reciprocidad o bilateralidad. Las
limitaciones las sufren los que son vecinos y tienen el mismo contenido
como efecto de la reciprocidad. La limitación no importa ninguna
indemnización o recompensa, porque compensa el sacrificio parcial de un
lado con la ventaja que a su vez ese lado recibe, y viceversa. Aunque hay
responsabilidad, no puede considerarse ésta como la de los contratos
bilaterales, llamado por los tratadistas sinalagmáticos, donde siendo las
cargas recíprocas, su incumplimiento puede originar la oposición de la
regla "inadimplenti non est adimplendum" que rige en los contratos;
siendo las relaciones independientes puede reclamar el vecino que por su
parte violó antes la regla de la buena vecindad. Estas limitaciones son
inmanentes al derecho de propiedad porque son facultades desde el punto
de vista pasivo; por ende son autónomas, no requieren declaración judicial
y por lo tanto no son prescriptibles por prescripción extintiva; facultativis
non datur praescriptio. Bajo el aspecto pasivo, son obligaciones propter
rem, inherentes a la posesión de la cosa, inseparables de ella. Los
derechos y obligaciones que crean esas limitaciones de vecindad no son
por razones de servidumbre, sino por razón de propiedad. En
consecuencia, los derechos que nacen de estas relaciones de vecindad son
reales como poderes o facultades que constituyen una parte del haz de
facultades que contienen el derecho de propiedad.
Amparo directo 2576/56. Concepción Ruiz y Coag. 12 de junio de 1957.
Unanimidad de cinco votos. Ponente: Gabriel García Rojas.
Quinta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: XCVII
Página: 2512
SERVIDUMBRES, PRESCRIPCION DE LAS. Las servidumbres pueden ser
continuas, discontinuas, aparentes y no aparentes. Sólo las continuas y
aparentes pueden ser adquiridas por prescripción (artículo 1113 del
Código Civil del Distrito Federal), y es necesaria la posesión de la
servidumbre por determinado tiempo, en concepto de propietario,
pacífica, continua y públicamente. Ahora bien, es indiscutible que por su
naturaleza misma, el sostén o apoyo concedido en favor de una casa, por
otra, presenta signos exteriores, por lo que se trata de servidumbre
continua y aparente, ya que es elemental que lo que se apoya o sostiene en
un muro, se manifiesta por signos exteriores. Por otra parte, la
servidumbre debe considerarse pública, porque fácilmente se reconoce su
existencia por cualquiera persona, y especialmente por el propietario del
muro que deba los apoyos, si expresamente la concedió en escritura
pública.
Amparo civil directo 4427/43. Sanz de Solórzano Josefa. 27 de septiembre
de 1948. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Carlos I. Meléndez.
Relator: Roque Estrada.
Quinta Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
Tomo: LVIII
Página: 517
SERVIDUMBRE LEGAL DE PASO, CONSTITUCION DE LA. Las
disposiciones del capítulo quinto, título sexto, libro II, del Código Civil del
Distrito Federal, que rigen a la servidumbre legal de paso, al igual que las
demás disposiciones de las servidumbres legales, están expedidas para
reglamentar situaciones de hecho, existentes entre los diferentes predios,
y constituyen una limitación al dominio de parte de sus propietarios; y por
ello todas se informan en el criterio de establecer la mayor equidad y
evitar el mayor perjuicio para esos propietarios, tanto de los predios
dominantes como de los sirvientes, procurando armonizar sus derechos y
obligaciones; y así, en el artículo 1097, se reconoce el derecho del
propietario de una finca o heredad, enclavada entre otras dos ajenas, sin
salida a la vía pública, para exigir paso por las heredades vecinas, sin más
limitación que la de indemnizar por el perjuicio que ocasione el gravamen;
el artículo 1102 previene que si hubiere varios predios, por donde pueda
darse paso a la vía pública, el obligado a la servidumbre será aquel por
donde fuere más corta la distancia, siempre que no resulte muy incómodo
y costoso al paso por ese lugar; el artículo 1103 establece que la
servidumbre de paso tendrá el ancho que baste para las necesidades del
predio dominante, a juicio del Juez; y el 1104 dispone, que en caso de que
hubiera habido antes comunicación entre la finca o heredad y alguna vía
pública, el paso sólo podrá exigirse a la heredad o finca, por donde
últimamente lo hubo, y la correcta aplicación de este precepto, requiere la
investigación de la razón filosófica de su existencia. La doctrina sobre el
particular se manifiesta en el sentido de que las servidumbres de paso, a
que tienen derecho los predios enclavados entre otras propiedades, sin
salida a la vía pública, pueden originarse en dos ocasiones: una por caso
fortuito o de fuerza mayor, como hundimiento de terreno, invasión de las
aguas, clausura de un camino o planeación urbana, etcétera, y otra
cuando en virtud de un contrato de venta por fraccionamiento o división
de una propiedad común, queda una fracción sin salida a la vía pública;
uno y otro caso están regidos por normas distintas, pues en el primero, la
servidumbre nace de una manera necesaria e ineludible, sin más
restricción que el deber que la ley impone al dueño del predio dominante,
de indemnizar el perjuicio que cause a los propietarios del predio
sirviente; pero en el segundo, como la servidumbre de paso es legal, no
puede tener otro origen que la norma tutelar respectiva, lo que excluye
que aquélla pueda originarse por actos de voluntad, ya que como tales
deben conceptuarse las operaciones que tienden a dividir un predio,
fraccionarlo o venderlo, dejando una o varias fracciones sin salida a la vía
pública; es entonces cuando la ley dispone que la servidumbre de paso
deberá constituirse por el lugar en que existió la comunicación, mientras
la propiedad no había sido objeto de ninguno de los actos jurídicos
relatados, porque se presume que los adquirentes de las diferentes
fracciones, verificaron la adquisición a sabiendas de la situación normal
del predio, con todos sus pasos y comunicaciones, tácitamente
reconocieron la existencia de unos y otras.
Amparo civil directo 954/37. Robles de Lavalle Alicia. 13 de octubre de
1938. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: Luis Bazdresch. La
publicación no menciona el nombre del ponente.
Conclusión:
La servidumbre es un gravamen real impuesto sobre un inmueble para
beneficio
directo de una persona determinada o, por consideración a otro bien al
cual se comunica así mayor
Utilidad, para el de cualquiera que sea dueño de él. El beneficiado con una
servidumbre debe ser siempre
BIBLIOGRAFIA.
MANUAL DE DERECHO ROMANO
Alfredo Dipietro
Ángel Enrique Lapieza Elli
Editorial De palma paginas 235-241
NOTAS DE DERECHO ROMANO
Lic. Rubén Darío Riveras.
Editorial UNAM
Paginas 160-170
DERECHO ROMANO I
J.A Arias Ramos
Editorial Revista de Derecho Privado
Paginas 301-317
DERECHO ROMANO
Martha morineau Iduarte
Roman Iglesia
Editorial Oxford
Paginas 102-134
DERECHO CIVIL MEXICANO
Rafael Rojina Villegas
Tomo I
Editorial Porrua
Paginas 473-499
INTERNET.
www.monografias.com
www.apuntes21.com
www.juritexto.com
www.unam.com
www.miexamen.com

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos16/servidumbres/servidumbres.shtml#ixzz3npAcozkv

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