Ponencia - Mamani Talía
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Fragmento de la Crónica realizada en la cátedra de Residencia.
y nos abre a nuevas maneras de saber y de relacionarnos con el conocimiento. Esta
transformación se reflejaba en la necesidad de adaptarme a hábitos y rutinas que no
había considerado en mi etapa de estudiante, como los turnos docentes, la
organización de actos y la "exposición" pública; que fue un desafío para quienes les
dificulta desinhibirse, como es mi caso, pero que he logrado superar en gran medida
(bueno, me ven aquí hablando). Estos elementos forman parte de la cultura escolar,
esos patrones de significado transmitidos históricamente que incluyen rituales y
tradiciones, y que son compartidos, en distintos grados, por los miembros de la
comunidad escolar (Stolp, 1994, citado en Elías, 2015, p. 288).
Observar y adaptarme a estas dinámicas fue esencial para comprender la complejidad
del rol docente y enfrentar las experiencias pedagógicas, tan nuevas y variadas como
los estudiantes mismos. Desde la planificación de una
clase hasta el manejo de situaciones imprevistas, cada
momento se convertía en una valiosa lección.
En este contexto, la planificación cobra una gran
importancia. Según Harf (1996), a partir de estudios
indagatorios —es decir, observaciones— realizadas en
función del grupo concreto de niños, se inicia un continuo proceso de toma de
decisiones, donde reside la intencionalidad pedagógica que se debe imprimir en las
acciones del docente. Es en este proceso donde se combinan nuestros conocimientos,
los contenidos de los diseños curriculares provinciales, las características de los
estudiantes y nuestra creatividad.
A pesar de todo lo invertido en la planificación de las clases, el éxito a menudo
depende de la situación del día. Habrá momentos en los que la clase funcionará, y
otros en los que, a pesar de las mejores intenciones, no saldrán como se esperaba.
Como señala Anijovich (2012), "la planificación debe ser entendida como un proceso
flexible y dinámico, que requiere ajustes continuos en función de las realidades del
aula. Los desafíos y errores son oportunidades para reflexionar y mejorar la práctica
docente."
Recuerdo una experiencia en mis prácticas de matemáticas en la que, a pesar de mi
planificación y entusiasmo, la explicación sobre la suma no resultó clara, ni siquiera
para mí. Me sentí frustrada, pero la docente en ese momento me alentó a seguir
intentándolo. Me recordó que el proceso de enseñanza es dinámico y que los desafíos
son oportunidades para aprender y mejorar. Gracias a su apoyo, pude replantear mi
enfoque y ver el error como una oportunidad para crecer.
3. La Inclusión: Un Mundo Desconocido
No podía ignorar este mundo desconocido, que para un docente
experimentado puede parecer habitual: un aula heterogénea
llena de peculiaridades y nuevos modos de ser y ver el mundo.
Este escenario representa un desafío tanto para los docentes en
ejercicio como para los futuros profesionales.
Uno de los aspectos que más me impactó durante mis prácticas fue el encuentro con
el concepto de inclusión. Hasta ese momento, era un tema desconocido para mí, y si
no hubiera sido por la experiencia, no me habría dado cuenta de su importancia.
No se trata de temerle, sino de aprender a observar y comprender las diversas
realidades. Según Anijovich (2010), “Un aula está conformada por alumnos diferentes
desde múltiples perspectivas. Reconocer las diferencias es la mejor forma de incluir a
todos y de intentar que nadie quede afuera” (p. 102).
Estas experiencias me enseñaron que el rol del docente también implica ser un
facilitador que busca abrir caminos para todos, sin excepción.
Este camino comienza con la transición de ser estudiante a docente, un proceso que
no es ni completamente positivo ni negativo, sino un ciclo continuo de aprendizaje.
Cada día en la escuela presentó y presenta situaciones nuevas y sin respuestas
definitivas, como docente nos implica abrazar la incertidumbre y evolucionar
constantemente. Aunque no existe un manual para el rol exacto del docente, cada
experiencia contribuye a forjar nuestra identidad profesional y personal.
Bibliografía
- Anijovich, R., et al. (2009). Cap. 1. La formación docente como trayecto. En
Transitar la formación pedagógica: Dispositivos y estrategias (pp. 26-39). Bs.
As. Ed. Paidós.
- Anijovich, R. (2010). La inclusión en el aula: Estrategias y prácticas. Editorial
Educar.
- Anijovich, R. (2011). Transitar la formación pedagógica. Dispositivos y
estrategias. Cap. 3. La observación. Ed. Paidós. Bs. As.
- Elías, María E. (2015). La cultura escolar: Aproximación a un complejo
concepto. Revista Electrónica Educare. Bs. As.
- Harf, R. (1996). Poniendo la planificación sobre el tapete. Documento.
Secretaría de Educación. Bs. As.
- López, D. (Coord.). (2009). Educación Especial, una modalidad del sistema
educativo en Argentina: Orientaciones I. Ministerio de Educación de la Nación.
Bs. As.
- Santa Clara, S., Sales, J. y Ruloff, S. (s/f). Tensiones vividas por los residentes
en sus prácticas. Universidad Nacional de Misiones: Facultad de ciencias
Químicas y Naturales.
- Souto, M. (2016). Algunos problemas y sentidos que la formación en la
residencia plantea. Universidad de Buenos Aires. Bs. As.