RSOC011 01 La Contemporaneidad en Debate CAVALLERI BASTA

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 18

Cavalleri M. y Basta R., 2015. La contemporaneidad en debate.

Un desafío para las Ciencias


Sociales, Revista del Departamento de Ciencias Sociales, Vol.2 Nro. 5: 4-21

LA CONTEMPORANEIDAD EN DEBATE. UN DESAFÍO PARA LAS


CIENCIAS SOCIALES

María Silvina Cavalleri – Roxana Basta


Departamento de Ciencias Sociales
Universidad Nacional de Luján
silvinacavalleri@hotmail.com
roxanabasta@gmail.com

RESUMEN

Como parte del desarrollo del trabajo de investigación en el Departamento de


Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Luján nos enfrentamos a la necesidad de
profundizar el análisis respecto de las transformaciones en las relaciones Estado-sociedad
civil y sus implicancias en políticas económicas, sociales y culturales a inicios del siglo
XXI en Argentina. La revisión bibliográfica nos ha llevado a abordar categorías como
neodesarrollismo, posneoliberalismo, populismo, neopopulismo, las que desde distintas
matrices teórico-metodológicas y posicionamientos políticos explican distintos fenómenos
que se expresan en la contemporaneidad e interpretan diferenciadamente las continuidades
y rupturas con el neoliberalismo. Hallamos que dichas categorías, que colocan el énfasis en
distintas cuestiones, no alcanzan a dar cuenta de la complejidad de los tiempos actuales. El
trabajo se organiza en primer lugar, con la recuperación de los planteos centrales respecto
del neodesarrollismo, posneoliberalismo, populismo, neopopulismo; luego se explicitan
algunos trazos que nos aproximan al conocimiento de la Argentina en la actualidad y
finalmente algunos interrogantes y problematizaciones sobre las categorías abordadas en
este escrito.

Recibido: 28.08.2015  María S. Cavalleri y Roxana Basta


Aceptado: 24.09.2015 www.redsocialesunlu.net
4
Cavalleri M. y Basta R., 2015. La contemporaneidad en debate. Un desafío para las Ciencias
Sociales, Revista del Departamento de Ciencias Sociales, Vol.2 Nro. 5: 4-21

Palabras clave: Estado – contemporaneidad – neodesarrollismo – posneoliberalismo –


populismo/neopopulismo

CONTEMPORANEITY IN DISCUSSION. A CHALLENGE FOR SOCIAL


SCIENCES
ABSTRACT
As part of the development of the research work in the Department of Social
Sciences of the Lujan´s National University we need to deepen the analysis about the
changes in the State-civil society relations and its implications on economic, social and
cultural policies at the beginning of the 21st century in Argentina. The literature review has
led us to study categories as post-developmentalism, post-neoliberalism, populism or post-
populism, that from different theoretical and methodological matrices and political
positions explain different phenomena it is expressed in the contemporary world and they
interpreted differentially continuities and ruptures with neoliberalism. We find that these
categories, it placed the emphasis on different issues, they fail to realize the complexity of
the present times. The work is organized in the first place, with the recovery of the central
schemeswith regard to the post-developmentalism, post-neoliberalism, populism or post-
populism; then some strokes are clearly which bring us closer to the knowledge of the
Argentina today and finally some questions and problematizations about the categories
addressed in this paper.
Keywords: State- contemporaneity- post-developmentalism, post-neoliberalism, populism,
post-populism

1. Introducción:
En la actualidad, dentro de las Ciencias Sociales se están poniendo en marcha
diversos debates que apuntan a revisar y conceptualizar la contemporaneidad. La entrada al
siglo XXI trajo aparejada tanto en Argentina como en la región latinoamericana cambios
respecto de la conformación de las relaciones Estado-sociedad civil, lo que queda
explicitado en políticas económicas, sociales y culturales fundamentalmente.
Estos cambios respecto de lo que fue la avanzada neoliberal de las últimas tres
décadas del siglo XX, impulsan la necesidad de buscar desde diversas matrices teórico-
metodológicas la reflexión sobre la realidad social, el sujeto y el Estado. De este modo se
desarrollan propuestas desde categorías de análisis que asumen direccionalidades diversas a
las posibles explicaciones y argumentaciones sobre los múltiples fenómenos que se
expresan en la cotidianeidad.

 María S. Cavalleri y Roxana Basta


www.redsocialesunlu.net
5
Cavalleri M. y Basta R., 2015. La contemporaneidad en debate. Un desafío para las Ciencias
Sociales, Revista del Departamento de Ciencias Sociales, Vol.2 Nro. 5: 4-21

Las distintas propuestas giran en torno a categorías como las de posneoliberalismo,


neodesarrollismo, populismo y neopopulismo. A través de las mismas, se intenta poner en
juego rupturas y continuidades con el neoliberalismo en relación a los cambios económicos,
sociales y culturales que hemos mencionado más arriba.
En este trabajo nos proponemos entonces revisar esas conceptualizaciones y a su
vez ponerlas en tensión, ya que esa tensión es la que activa y dinamiza el debate sobre la
contemporaneidad.

2. La contemporaneidad y su estudio desde las Ciencias Sociales


Es indiscutible que tanto el neoliberalismo como la globalización han signado las
últimas décadas del siglo XX y han propiciado una particular forma de entrar en el siglo
XXI; lo que nos convoca a revisar cómo se expresa hoy el proceso de acumulación
capitalista, y dentro del mismo, qué sucede con el Estado en tanto expresión compleja de
las dimensiones estructurales y superestructurales en la contemporaneidad.
En el ingreso del siglo XXI la hegemonía neoliberal no se ha difuminado, sino que
por el contrario orienta políticas, decisiones económicas y sociales; sin embargo en
distintos países de América Latina, desde inicios del Siglo XXI se vienen desarrollando
procesos en diferentes países –por citar como ejemplos: Uruguay, Brasil, Venezuela,
Bolivia, Ecuador, Argentina- que se posicionan, al menos en el plano del discurso, en las
antípodas de la ideología neoliberal.
Para algunos referentes de las Ciencias Sociales, en estos países se impulsan
políticas que son consideradas como parte de “una nueva izquierda”, de “un nuevo
populismo”, siendo caracterizadas como “progresistas” y/o “posneoliberales”, o como
neodesarrollistas. Lo que estas categorizaciones comparten, es que expresan desde diversas
posiciones teórico-políticas el reconocimiento de una continuidad del neoliberalismo, con
más o menos matices en relación a las últimas décadas del siglo XX.
Estas denominaciones y análisis –complejos- precisan ser comprendidos
críticamente si emprendemos la difícil tarea de entender los tiempos que corren. Dentro de
los límites que encontramos en este trabajo realizaremos una primera reconstrucción de las
concepciones que algunas de estas denominaciones expresan, formulándonos finalmente
algunos interrogantes para continuar en la tarea de comprender la contemporaneidad,
particularmente en nuestro país.

2.1. El debate en torno a las categorías de posneoliberalismo, neodesarrollismo,


populismo, neopopulismo.

 María S. Cavalleri y Roxana Basta


www.redsocialesunlu.net
6
Cavalleri M. y Basta R., 2015. La contemporaneidad en debate. Un desafío para las Ciencias
Sociales, Revista del Departamento de Ciencias Sociales, Vol.2 Nro. 5: 4-21

Partimos en esta oportunidad precisando algunos rasgos de las políticas neoliberales


que, para el caso de Argentina, se expresan en: por un lado, en cuanto a las funciones del
Estado asociadas a la intervención frente a fallas del mercado, como garante de “mínimos
de equidad” y el consecuente desarrollo de un sistema de “protección social para pobres”
centrado predominantemente en los sectores de la política de salud, educación, justicia y
seguridad. Por otra parte, en lo económico, con la apertura del mercado productivo se
combinó con la flexibilización laboral -primero en el empleo público con la Ley de
Reforma del Estado de 1994-1995, y unos años después con la Ley de Contrato de Trabajo
de 2001 para el sector privado centralmente-, el control del crecimiento del salario real y el
control de los gastos laborales.
Los supuestos centrales de este proyecto societal se fundaron en los criterios de
eficiencia y eficacia tanto en la forma de administrar los recursos público-estatales como
privados, lo que traería un -también supuesto- “derrame de beneficios” al conjunto de la
población. Esta ideología impulsó así los primeros atisbos de territorialización en la
atención a las manifestaciones de la cuestión social, lo que quedó explícito en la
focalización como estrategia tanto política como instrumental para el desarrollo de la
política social como plan analítico.
Antes de avanzar más en este sentido, es necesario retomar un aspecto que trabaja
David Harvey (2005) acerca del neoliberalismo y los rasgos que asume el proceso de
acumulación capitalista: la “acumulación por desposesión” o “nuevo imperialismo”.
Los supuestos tanto liberales como neoliberales sobre el desarrollo de una economía
armónica, sin conflictos, a partir de aplicar los principios de mercados competitivos que
funcionan libremente con acuerdos institucionales que garantizan la propiedad privada, el
individualismo jurídico, la libertad de contratar, y estructuras legales y gubernamentales
apropiadas garantizadas por un Estado “facilitador”, el cual asegura la integridad del dinero
como reserva de valor y medio de circulación, caen estrepitosamente al poner en tensión las
formas que asume la acumulación como reproducción ampliada: “la liberalización
mercantil (…) no producirá un estado de armonía en el que todos estarán mejor, sino que
producirá mayores niveles de desigualdad social (…) producirá creciente inestabilidad, la
cual culminará en crisis crónicas de sobreacumulación del tipo de la que ahora estamos
presenciando” (Harvey; 2005:112). Es decir, esta falta de oportunidades para la realización
de actividades rentables condiciona el proceso de reproducción social en un sentido de
sucesivos “ajustes” económicos y geopolíticos para resolver el problema de la
sobreacumulación.
Así es que en estos últimos años asistimos a procesos que generan nuevas formas de
desposesión, las que reeditan con nuevas expresiones a la primitiva acumulación
originaria: “Una mirada más atenta de la descripción que hace Marx de la acumulación
originaria revela un rango amplio de procesos. Estos incluyen la mercantilización y
privatización de la tierra y la expulsión forzosa de las poblaciones campesinas; la
conversión de diversas formas de derechos de propiedad –común, colectiva, estatal, etc.-

 María S. Cavalleri y Roxana Basta


www.redsocialesunlu.net
7
Cavalleri M. y Basta R., 2015. La contemporaneidad en debate. Un desafío para las Ciencias
Sociales, Revista del Departamento de Ciencias Sociales, Vol.2 Nro. 5: 4-21

en derechos de propiedad exclusivos; la supresión del derecho a los bienes comunes; la


transformación de la fuerza de trabajo en mercancía y la supresión de formas de
producción y consumos alternativas; los procesos coloniales, neocoloniales e imperiales de
apropiación de activos, incluyendo los recursos naturales; la monetarización de los
intercambios y la recaudación de impuestos, particularmente de la tierra; el tráfico de
esclavos; y la usura, la deuda pública y, finalmente, el sistema de crédito” (Harvey;
2005:113).
Si observamos con detenimiento el devenir histórico de los sistemas financieros y de
crédito, podremos apreciar cómo se han consolidado en tanto mecanismos de apropiación
desmedida no sólo entre diversos sectores de la economía interna de los distintos países,
sino entre esos mismos países en términos regionales y mundiales. El pago de patentes,
licencias, modos de producción capital-intensivo -uso de la tierra- y la apropiación y
explotación de la cultura en sus diversas aristas, son claros ejemplos de la manera en que el
neoliberalismo ha propiciado este proceso y en consecuencia impulsó las modificaciones
necesarias a los sistemas regulatorios propios de la formación histórica anterior: el modelo
de producción fordista-keynesiano y el consecuente Estado de Bienestar de su época.
En este contexto, y retomando lo acaecido con las políticas sociales en relación al
rumbo que adquirieron, es preciso recuperar los fundamentos de la descentralización,
privatización y focalización de las prestaciones. Frente a la “desregulación” emprendida en
la década de 1990 en Argentina, la pérdida del carácter universal propio del período de la
segunda posguerra, se expresa en una ruptura con las categorías de libertad e igualdad
modernas, bases de la ciudadanía social propia del Estado de Bienestar: En esa formación
jurídico-institucional existió una intención política explícita de garantizar cierto equilibrio
entre la libertad negativa -intereses subjetivos del individuo- y la libertad positiva -civismo
y democracia republicanas-. Por lo que el principio de acceso universal a bienes y servicios
producidos colectivamente se respaldaba en la garantía de los derechos sociales y la
concreción de la justicia social.
El neoliberalismo cuestionó estas concepciones teóricas de pensar los alcances de la
categoría de ciudadanía y acceso a un sistema de cobertura social universal, ya que se
contradicen con la necesidad de garantizar ajustes económicos, políticos y sociales que
propicien la realización del capital. Así queda subsumida la libertad positiva a la libertad
negativa, y la justicia social pasa a ser justicia en términos de “justo título”, es decir
disfrutar lo propio y no tomar lo ajeno: “uno de los más importantes pensadores
neoliberales (Von Hayek, 1960; 1982) sugiere que la libertad “en sentido anglosajón”
(moderna o negativa) y “en sentido francés” (positiva o clásica) se oponen y
repelen mutuamente. Para él, el orden neoliberal (que él denomina ´catalexia´ [subrayado
nuestro]) sólo puede prosperar si la libertad negativa derrota a la positiva (Gray, 1998.”
(Morresi; 2012:11). De este modo, y siguiendo con este autor, el neoliberalismo como
ideología práctica es una amalgama de políticas orientadas a la renovación del poder de las
clases dominantes que se cristaliza y naturaliza en un ideario que se referencia en una

 María S. Cavalleri y Roxana Basta


www.redsocialesunlu.net
8
Cavalleri M. y Basta R., 2015. La contemporaneidad en debate. Un desafío para las Ciencias
Sociales, Revista del Departamento de Ciencias Sociales, Vol.2 Nro. 5: 4-21

libertad por la negativa, una igualdad formal-jurídica y una justicia en términos


individuales, lo que en el ámbito de las políticas sociales se retradujo en tener acceso a un
sistema de protección social a partir de que el sujeto demuestre “carencia”.
En consonancia con lo anterior y a partir de críticas al Estado de Bienestar como
aquel que generó pasividad entre los pobres, fomentó una cultura de la dependencia y no
mejoró sus oportunidades, los defensores del neoliberalismo sostienen que la integración de
los pobres va más allá de los derechos, siendo necesario que se responsabilicen en “ganarse
la vida” y – como decíamos- el Estado debe limitar las políticas sociales y las que se
ofrezcan deben conllevar alguna obligación, como la exigencia de una contrapartida
laboral, fortaleciendo la idea de que los sujetos deben ser capaces de mantenerse por sí
mismos.
Ahora bien, son conocidos los efectos de este nuevo proceso de sobreacumulación
económica que trajo consigo el neoliberalismo, lo que en nuestra coyuntura nacional se
expresó en la crisis económica, social y política del 2001.
Los cambios económicos a nivel mundial que fueron necesarios aplicar para
restablecer la rentabilidad del gran capital, dieron origen a nuevos procesos de inversión y
una nueva configuración de la división internacional del trabajo. Así se comenzó a
vivenciar crecimientos económicos regionales parciales, los que impactaron
favorablemente en las estructuras nacionales al reiniciar procesos de desarrollo económico
y social. Sin embargo, en esos primeros años (2002-2003), y frente al crecimiento de los
niveles de pobreza como consecuencia de las políticas neoliberales, fue necesario inaugurar
una nueva forma de vinculación entre el Estado y la sociedad civil, al instalar una nueva
manera de gestión de la política pública. Planes emergenciales como el Jefes y Jefas de
Hogar Desocupados comienzan una nueva lógica de alcance e integralidad en la política
social.
Dentro de las Ciencias Sociales este proceso de desarrollo iniciado a principios de
los 2000 está en pleno debate. Frente al mismo, y en particular en relación al proceso de
acumulación por desposesión, se han instalado con bastante polaridad dos formas de pensar
y explicar el proceso social argentino: la perspectiva que sostiene que estamos en un
período posneoliberal, y aquellos que sostienen que nos encontramos asistiendo a una
nueva etapa del capitalismo la cual conceptualizan como neodesarrollismo o
neoestructuralismo.
Desde la primera línea de análisis, posneoliberal, se sostiene que es a partir de la
centralidad que toma el Estado en la implementación de políticas de crecimiento económico
con inclusión social, es decir tendientes a restituir el derecho al trabajo y a la educación en
términos de capacitación para el mismo, es que se construye una agenda en la que se
incluyen las heterogeneidades en cuanto a procesos, actores y tendencias dentro de los
diversos espacios territoriales; por lo tanto, las políticas de redistribución ponen en el
escenario social la articulación del Estado, el empresariado y el Tercer Sector, lo que

 María S. Cavalleri y Roxana Basta


www.redsocialesunlu.net
9
Cavalleri M. y Basta R., 2015. La contemporaneidad en debate. Un desafío para las Ciencias
Sociales, Revista del Departamento de Ciencias Sociales, Vol.2 Nro. 5: 4-21

permite asegurar un nuevo piso en lo material en la vida cotidiana de amplios sectores de la


población que hasta entonces han sido relegados por las políticas neoliberales. Asimismo,
se garantiza el crecimiento económico con justicia social a partir de poner en marcha
políticas sociales integrales que tomen en cuenta la participación ciudadana en estas mesas
de gestión territoriales.
Por su parte, desde la perspectiva neodesarrollista se sostiene que este giro de época
radica en la centralidad que toma dentro del proceso de acumulación capitalista la
explotación y exportación de riquezas naturales. Como consecuencia del neoliberalismo, la
estructura socio-productiva local se acopló a los cambios impulsados por el gran capital
transnacional, desarrollando una estructura privatizada y controlada por el mismo,
fundando un complejo extractivo-rentista sobre productos agropecuarios, combustibles y
minerales. Es un proyecto de dominación fundado en un discurso heterodoxo que convoca a
la solidaridad entre las clases frente a la competencia que trae el participar del mercado
externo. De esta forma, las políticas laborales conservan el perfil del neoliberalismo en su
forma jurídico-legal y las políticas sociales ocultan el sesgo de clase al absorber
parcialmente las demandas sociales, lo que refrenda el accionar de una burguesía carente de
interés nacional.
En estos términos, quienes adhieren a un análisis fundado en la perspectiva
posneoliberal desarrollan propuestas analíticas sobre la dimensión política y la racionalidad
técnico-operativa de la intervención del Estado, mientras quienes siguen la línea
neodesarrollista realizan formulaciones desde la economía política, desde un análisis de
clases.
Ahora bien, otro de los términos a los cuales suele acudirse para denominar los
tiempos actuales es el de populismo. Según Rinesi, Vommaro y Muraca (2008) la categoría
“populismo” fue retomada en las discusiones sociológicas y politicológicas nacionales de
los años 90 en torno a los debates sobre el “neopopulismo” menemista como “estilo de
gobierno”. Asimismo estuvo presente a partir de 2003, tanto para analizar el proceso
argentino tras la agudización de la crisis de 2001-2002 como para pensar la actualidad
política latinoamericana. (11)
En un sentido similar hallamos planteos de Vilas quien expresa que tras las crisis
políticas y económicas que eclosionaron en varios países de América Latina entre fines del
Siglo XX y los primeros años de este siglo, fue posible que -a través de procesos
electorales- accedieran al gobierno nuevas coaliciones de fuerzas, muchas de las cuales
habían cuestionado fuertemente al “Consenso de Washington”. Se refiere particularmente a
las experiencias de Venezuela, Ecuador, Bolivia y en cierto sentido también a Argentina. El
autor dice que estos hechos han renovado el interés tanto de intelectuales como de actores
políticos acerca de lo que se entiende como un resurgimiento del populismo radical por la
ejecución de ciertas políticas, algunos realineamientos estratégicos y la intensificación del
conflicto social. (2009)

 María S. Cavalleri y Roxana Basta


www.redsocialesunlu.net
10
Cavalleri M. y Basta R., 2015. La contemporaneidad en debate. Un desafío para las Ciencias
Sociales, Revista del Departamento de Ciencias Sociales, Vol.2 Nro. 5: 4-21

La extensión de este escrito nos lleva a tener que sintetizar las discusiones y
posiciones en torno al populismo que según Roberts, se plantean a partir de la atención
selectiva que se da a algunos de los múltiples componentes y también por las
particularidades nacionales o regionales, lo que permite identificar cuatro perspectivas
principales en la literatura latinoamericana. Estas perspectivas son:
1) Histórico/sociológica: pone el énfasis en las coaliciones sociopolíticas
policlasistas que surgen durante las etapas tempranas de la industrialización en
Latinoamérica.
2) Económica: restringe la concepción de populismo a indisciplina fiscal y a
políticas expansionistas o redistributivas que se generan en respuesta a demandas
de consumo de las masas.
3) Ideológica: vincula el populismo con un discurso ideológico que articula una
contradicción entre “pueblo” y “bloque de poder”.
4) Política: asocia el populismo con un patrón de movilización verticalista
llevado a cabo por líderes personalistas y que subordina u omite otros mecanismos
institucionales de mediación política.
“Si se las considera por separado, cada perspectiva está limitada ya sea por una
tendencia estática a vincular el concepto de populismo a una etapa determinada de la
historia, negando de esta forma sus propiedades dinámicas y de adaptación, o por una
tendencia reduccionista a transformar un fenómeno complejo y multidimensional en uno
unidimensional” (Roberts, K. en Mackinnon, M. M. y Petrone, M. A.; 2011: 377-378)
El populismo como fenómeno político ha sido criticado y condenado tanto por las
izquierdas como por las derechas. Los conservadores han acusado a los populistas de ser
“agitadores demagógicos que impulsaban expectativas excesivas en las masas, fomentaban
la inflación, ahuyentaban los capitales nacionales y extranjeros y ponían en peligro la
estabilidad política”. [Los sectores de izquierda han calificado a los populistas de]
“charlatanes que embaucaban a las masas, llevándolas a apoyar reformas paliativas que
sutilmente preservaban las jerarquías existentes del poder y el privilegio” (Drake en
Mackinnon y Petrone; 2011: 12)
La revisión de literatura que analiza algunas experiencias históricas de fines del
Siglo XX e inicios del XXI remite a la noción de neopopulismo. Autores como Roberts,
Lazarte y Zermeño estudian distintos países latinoamericanos desde la década del 80 en
adelante y reconocen –junto con la implementación de programas de clara orientación
neoliberal- la existencia de modificaciones en las formas de representación política, en los
partidos políticos de masas preexistentes, en la cultura política. Estos cambios se expresan
particularmente en los distintos países latinoamericanos, por ejemplo en las relaciones
líder-masa, en liderazgos con fuerte apoyo social vinculado con el debilitamiento del

 María S. Cavalleri y Roxana Basta


www.redsocialesunlu.net
11
Cavalleri M. y Basta R., 2015. La contemporaneidad en debate. Un desafío para las Ciencias
Sociales, Revista del Departamento de Ciencias Sociales, Vol.2 Nro. 5: 4-21

sistema de partidos, en la existencia de “movimientos poco organizados” que expresan los


intereses de la sociedad.
Asimismo, se encuentra un rasgo recurrente para analizar el período, el que se
vincula con lo endeble de los sistemas de partidos y de las organizaciones intermedias, que
propician la emergencia de líderes que establecen relaciones no mediadas con la sociedad,
líderes caracterizados como personalistas, verticalistas.
El estudio que realizan les permite a algunos poner en cuestión el término de
neopopulismo para proponer en su lugar denominaciones como “movimientismo” o
“informalización de la política”. Desde otra perspectiva, Vilas no adscribe a la noción de
neopopulismo argumentando su posición en que resulta problemática la transposición de un
concepto históricamente situado.
Tomando como referencia este bagaje de discusiones político-conceptuales se
realizarán algunos planteos preliminares acerca de la Argentina actual.

2.2. Algunas lecturas acerca de la Argentina contemporánea


Como se había propuesto, parte de la tarea en el marco de los proyectos de
investigación en marcha es rastrear los debates que se están produciendo en el ámbito de las
Ciencias Sociales en cuanto a las modificaciones del Estado y las Políticas Sociales en
nuestro país, lo que lleva a considerar contextualmente la dinámica del capitalismo
contemporáneo y sus particularidades en los países de América Latina. Este trabajo, desde
una perspectiva que revaloriza el análisis histórico, propicia el acercamiento a la
contemporaneidad con las dificultades que ello conlleva, básicamente, la de realizarse y
estudiarse mientras se van produciendo estos procesos de los cuales se forma parte. Por
tanto, se pueden recuperar reflexiones que contribuyen a entender el tiempo actual, rasgos
de los procesos por los que se está transitando como sociedad, con preguntas y horizontes
que no se pueden responder cabalmente ni evidenciar con alguna claridad pues las
relaciones sociales entre sujetos de clase -que expresan y disputan intereses y proyectos
sociales en pugna- van construyendo el devenir de la historia.
En este contexto son varios los interrogantes que surgen y que traspasan los límites
y tema de este escrito; entre ellos, se mencionan los siguientes: ¿Se encuentran los países
latinoamericanos –y Argentina en particular transitando un momento posterior al
neoliberalismo? Se trata de un momento en el que es posible evidenciar continuidades y
rupturas con los rasgos que el neoliberalismo adquirió en nuestras latitudes en los 90? La
agudización de la crisis hacia fines de los 90 e inicios de los años 2000, demandó
reconfiguraciones en el Estado y sus vinculaciones con el mercado y en sus relaciones con
la sociedad civil, modificaciones en la economía y las Políticas Sociales que
¿matizaron/matizan la impronta neoliberal?

 María S. Cavalleri y Roxana Basta


www.redsocialesunlu.net
12
Cavalleri M. y Basta R., 2015. La contemporaneidad en debate. Un desafío para las Ciencias
Sociales, Revista del Departamento de Ciencias Sociales, Vol.2 Nro. 5: 4-21

En relación con lo antedicho se encuentra que distintos autores retoman el debate


acerca del Estado en América Latina en el transcurso del Siglo XXI. Como se decía
previamente, se caracteriza a las políticas de algunos gobiernos de la región como parte de
“una nueva izquierda”, de “un nuevo populismo”, son “neodesarrollistas”, son
“progresistas” y/o “posneoliberales”.
Frente a las posturas sobre Estado en la contemporaneidad, Ansaldi (2012) plantea
el retorno del Estado en un primer plano. Gamboa (2012) sostiene la emergencia de
“Estados de nuevo cuño” los que caracteriza señalando que aún no hay claridad en sus
bases sociales, su ideología y política, pero se posicionan cuestionando fuertemente la
lógica del capitalismo y los llamados procesos de globalización.
Clemente (2012) analiza las tensiones que se producen cuando el “Estado retoma
una perspectiva de derechos, cosa que está ocurriendo tanto en Argentina como en otros
países de la región.” (55) En ese sentido la autora sostiene que se trata de gobiernos
populares que buscan elevar la “plataforma de bienestar” más allá de la posición que los
sujetos ocupan en el mercado de trabajo, promoviendo la reducción de la desigualdad –
secuela del modelo anterior-.
Como parte de este debate y tal como se explicitó previamente, tanto Vilas como
Rinesi reconocen la reedición de las discusiones en torno al populismo considerando la
coyuntura que particularmente se da en algunos países latinoamericanos, incluyendo
Argentina.
Rinesi (2008) sostiene que aún tanto en Argentina como en otros países
latinoamericanos, las referencias al populismo siguen teniendo un tinte descalificador tanto
desde la “izquierda” como desde la “derecha”; utilizándose el término especialmente para
adjetivar algunas iniciativas gubernamentales. Asimismo quienes sostienen prácticas
políticas “populistas” niegan esta categoría para dar cuenta acabadamente de la identidad de
sus gobiernos. Por otra parte, la oposición a estos gobiernos contraponen populismo a
República y entonces revalorizan cuestiones tales como la división de poderes, la no
personalización de las decisiones y el pluralismo ideológico, aspectos que parecerían
minimizados o negados por los gobiernos populistas. En esa defensa de la República lo que
subyace es una concepción restrictiva de la misma, destacándose la ya mencionada división
de poderes y la libertad de los individuos.
Por otra parte, existe otro núcleo de cuestionamientos que señalan, por un lado, una
tendencia confrontativa, conflictivista y combativa de los gobiernos populistas, crítica
basada en posiciones liberales; por otro, contradictoriamente se señala un estilo poco
confrontativo o consensualista de los populismos, crítica fundada en la división de la
sociedad en clases sociales y en la lucha de clases. Al respecto Rinesi entiende que el
populismo tiene un carácter dual en cuanto al conflicto y consenso y que en el mismo
pueden hallarse algunos de sus problemas, como también la riqueza y el interés.

 María S. Cavalleri y Roxana Basta


www.redsocialesunlu.net
13
Cavalleri M. y Basta R., 2015. La contemporaneidad en debate. Un desafío para las Ciencias
Sociales, Revista del Departamento de Ciencias Sociales, Vol.2 Nro. 5: 4-21

Vilas sostiene que las experiencias que se vienen desarrollando en países como
Bolivia, Venezuela, Ecuador y en cierto modo también en nuestro país, expresarían cierto
giro en la política latinoamericana que presentaría algunas reminiscencias de temas del
populismo del siglo XX, como el estímulo a la organización y movilización social, la
nacionalización de empresas y recursos estratégicos, la ampliación de las regulaciones e
intervenciones estatales, la vinculación entre partidos políticos y organizaciones sociales,
más márgenes de autonomía en política exterior, un discurso que resalta la soberanía
popular como garante de la soberanía nacional.
En este contexto reconoce la existencia de gobiernos en la región que surgieron
luego de crisis profundas generadas por múltiples factores, especialmente los relacionados
con los resultados de las políticas implementadas desde mediados de los años 80, las que
siguieron los lineamientos del neoliberalismo. Las secuelas negativas sobre el trabajo y el
mercado de trabajo, el deterioro y privatización de algunos servicios públicos, la retracción
en derechos sociales conquistados, entre otras políticas regresivas, provocaron el
incremento de la desigualdad social en un contexto de crecimiento económico. En este
escenario -sumamente conflictivo- los sistemas políticos también se vieron afectados: los
gobiernos que ejecutaron el programa neoliberal cayeron como consecuencia de los
estallidos sociales, tuvieron que culminar sus mandatos antes del tiempo previsto
constitucionalmente o perdieron en las siguientes elecciones. Junto con esto se generó
también una división, debilitamiento o retrocesos electorales significativos de los partidos
políticos que convalidaron las políticas neoliberales y contribuyeron –desde diferentes
instituciones del Estado- a su concreción. Los hechos de corrupción oficial que se
conocieron en este período exacerbaron un clima social y político de extrema tensión. Estos
procesos provocaron una valoración negativa de la política –no de la democracia- y de los
políticos. Es en el marco de estas profundas crisis que Vilas reconoce que se produce la
recomposición de las funciones estatales, recuperando capacidades regulatorias y de
intervención, y emergen variantes de democracia insurgente sobre las que se asientan
“populismos radicales”. Más que discutir la radicalidad de estas experiencias –cuestión
que el autor califica como difícil y trivial-, le interesa señalar que “estos `populismos
radicales´ surgidos de las competencias electorales en esos escenarios llaman la atención
no tanto por los estilos de hacer política de sus principales dirigentes, que ya hemos visto
son frecuentes en una variedad amplia de gobiernos y sistemas políticos, como por las
decisiones que toman y, en consecuencia, por la construcción de los apoyos y
antagonismos que hacen posible la toma de ciertas decisiones.” (Vilas, 2009: S/d)
Con la pretensión de identificar similitudes más que diferencias, Vilas caracteriza a
estos regímenes políticos como democracias de transformación, en las que se articulan un
conjunto de variables y procedimientos ligados con “la participación ciudadana en la
elección y renovación de los cargos políticos, a la conceptualización misma de la
población como pueblo de ciudadanos, a la vigencia efectiva de derechos y deberes
garantizados por el control de los medios de coacción por un Estado legitimado por el
origen del poder que él institucionaliza en la expresión libre de la voluntad ciudadana, y a

 María S. Cavalleri y Roxana Basta


www.redsocialesunlu.net
14
Cavalleri M. y Basta R., 2015. La contemporaneidad en debate. Un desafío para las Ciencias
Sociales, Revista del Departamento de Ciencias Sociales, Vol.2 Nro. 5: 4-21

la codificación de todo esto en textos constitucionales elaborados y redactados en


asambleas públicas convocadas y elegidas, también ellas, por procedimientos electorales
competitivos”. Son procesos democráticos que han incluido o lo están haciendo, nuevas
dimensiones de derechos, los conocidos como derechos de tercera generación. (Vilas, 2009:
S/d)
En cuanto al componente de transformación sostiene que estas democracias
promueven la modificación de relaciones preexistentes de poder, reasignando recursos
económicos e institucionales, materiales y simbólicos, inclusive realizando una nueva
construcción estatal; entendiendo que el Estado expresa una estructura de poder, cambiando
ésta, en algún momento también cambia la expresión institucional como Estado. Los
alcances de estas transformaciones son diferentes en los distintos países, pero en términos
generales esos son los rasgos que atraviesan al conjunto. Además sostiene que la
conflictividad se potencia ya que se está generando un cambio que implica el pasaje de una
estructura de poder a otra.
Estas democracias de transformación son al mismo tiempo, democracias de
conflicto y el nivel de conflicto está asociado a la profundidad y alcances de las
transformaciones que pretenden incorporarse, a las resistencias que se le oponen y a los
estilos e historias de los actores que se ubican en uno u otro lado de la línea de fractura. La
construcción de consensos se torna posible una vez que las rupturas que se generan
permiten identificar quiénes se configuran como los ordenadores del conjunto a partir de las
transformaciones que se generan en la sociedad y quiénes se ajustan a los nuevos términos
que incorporan las nuevas relaciones de poder, acompañan y contribuyen por medio de
nuevas prácticas sociales y las instituciones así constituidas.
Señala el autor además que hay una ausencia de instituciones que cuenten con
amplia legitimidad, lo que provoca procesos políticos que se personalizan aún más de lo
habitual. El proyecto político no es el de un partido o coalición de partidos sino el de un
dirigente máximo, constituido como tal por la acción colectiva y ratificado por medio de
elecciones. Las instancias organizativas se constituyen fundamentalmente en una vía que
legitima el poder formal y operacionaliza líneas de acción que son “bajadas” desde las altas
esferas.
En cuanto a la fuerte gravitación del poder personalizado entiende Vilas que es un
aspecto frecuente en los momentos fundacionales de un nuevo Estado o régimen político,
frente a procesos en los que la diferenciación entre ganadores y perdedores no se halla
consolidada y no están dadas las condiciones necesarias que permitan un “funcionamiento
normal” de las instituciones y un prolijo cumplimiento de las normas. Es así que plantea
una ida y vuelta entre personalización y debilidad institucional, la que no es exclusiva de
los populismos radicales. “Este ida y vuelta […] entre una personalización fuerte producto
conjunto de la intensidad y prolongación del conflicto y la debilidad institucional, y una
debilidad institucional a la que de hecho contribuyen la fuerte personalización y el
particularismo de las relaciones políticas, se encuentra en la base de la búsqueda de

 María S. Cavalleri y Roxana Basta


www.redsocialesunlu.net
15
Cavalleri M. y Basta R., 2015. La contemporaneidad en debate. Un desafío para las Ciencias
Sociales, Revista del Departamento de Ciencias Sociales, Vol.2 Nro. 5: 4-21

reelecciones ilimitadas como forma de dar continuidad a un programa que existe ante todo
en el dirigente y en estructuras informales de poder”. (Vilas, 2009: S/d)
Otro aspecto que caracteriza al populismo radical está vinculado con los
mecanismos regionales de integración, los que se ven reactivados a través de diferentes
modalidades, entre ellas, los acuerdos que se establecen en materia de cooperación
energética o productiva, la coordinación de acciones de política exterior, la participación
conjunta en la resolución de crisis políticas en algunos de los países de la región. La
revalorización de lo regional contribuye a potenciar el éxito de las estrategias nacionales,
ampliando también los márgenes de acción a nivel internacional.
Finalmente, Vilas da cuenta de una relación tensa y ambigua entre populismos –
también los populismos radicales- y democracia representativa. Sostiene que los
populismos radicales son producto de crisis de la democracia representativa pero al mismo
tiempo ésta les permite llegar al gobierno; participan de la dinámica de partidos pero la
incorporan a una matriz formal e informal de articulación con organizaciones sociales que
adquieren un significativo protagonismo público, reivindican y ejercen autonomía respecto
del poder político en varias cuestiones. Asimismo las elecciones les permiten ratificar
liderazgos que ya existen en los hechos, “sumando a la legitimidad sustantiva del demos la
legitimidad legal de las instituciones” (Vilas, 2009: S/d)
En cuanto a las tensiones aludidas éstas no incluyen solo a los gobiernos y sus
dirigentes, a sus organizaciones sociales y políticas y cómo observan los procedimientos
institucionales. Involucra también a las fuerzas de la oposición. “Perdida o reducida su
gravitación institucional por efecto del ejercicio mismo de la democracia representativa,
sin fuerzas para competir por mayorías parlamentarias o para disputar los cargos del
ejecutivo, los grupos negativamente afectados por las transformaciones en curso ponen el
acento en el despliegue de poderes fácticos: el golpe de estado, la desestabilización
económica, la manipulación informativa. Las organizaciones que expresan intereses
corporativos y las cadenas de multimedios desempeñan el papel que en escenarios más
convencionales correspondía a los partidos políticos conservadores”. (Vilas, 2009: S/d)
En cuanto a los análisis respecto del Estado, Vilas (2011) cuestiona –por considerar
engañosa- la idea de un “regreso del Estado”, al entender que contribuye a la “imagen de
una especie de marcha hacia atrás después de una década o más de supuesta ausencia,
algo así como la pretensión de regresar al pasado inmediatamente anterior a la
entronización del neoliberalismo…” (13). El autor sostiene que si bien el Estado en la
actualidad realiza intervenciones directas, regula y reorienta procesos de acumulación y
distribución de excedentes, este no es el Estado “populista” o desarrollista de la segunda
mitad del siglo XX. Si bien existen estrategias y políticas que pueden tener algunas
similitudes con las del capitalismo de aquel tiempo, la actual orientación del Estado se
apoya en varias de las sustanciales transformaciones generadas en la “década neoliberal”.
Vilas analiza estos escenarios institucionales y procesos como post-neoliberales o que se
producen “después del neoliberalismo”. Con estas expresiones, sostiene que no es una

 María S. Cavalleri y Roxana Basta


www.redsocialesunlu.net
16
Cavalleri M. y Basta R., 2015. La contemporaneidad en debate. Un desafío para las Ciencias
Sociales, Revista del Departamento de Ciencias Sociales, Vol.2 Nro. 5: 4-21

cuestión eminentemente cronológica, sino que remite a cómo se configuran los escenarios
políticos y a cómo se posicionan y construyen identidad sus principales actores, algunos de
los cuales retienen poder adquirido/consolidado en el contexto del neoliberalismo.
Asimismo manifiesta que la estructura financiera internacional permanece “prácticamente
intacta”, consigue recomponerse pese a las agudas crisis y “acota los márgenes de acción
autónoma de los proyectos de reforma”. (14)
Sin lugar a dudas el contenido de este apartado puede ser ampliado y profundizado,
y es parte, como se decía, de la tarea que se está realizando. De todos modos esta primera
presentación del tema, enmarcada en el tratamiento de las categorías desplegadas
anteriormente, habilita para plantear ciertas conclusiones provisorias.

3. A modo de cierre
Para ir concluyendo este escrito, en primer lugar se dirá que particularmente la
actualidad Argentina moviliza a distintos sectores posicionados desde diferentes lugares a
pensar sobre ella. Cuestiones tales como las discusiones en torno al papel del Estado –la
centralidad, el retorno-, la revalorización de la política y la proximidad de los sucesivos
gobiernos desde 2003 en adelante con –por ejemplo- organizaciones sociales y el
reconocimiento de la juventud como actor político, discursos que expresan posiciones anti-
élites, políticas sociales y económicas que dicen promover la integración e inclusión, son
algunos de los aspectos que, tal como se dijo, propician debates y reflexiones en las
Ciencias Sociales.
Es innegable que el crecimiento económico iniciado desde el 2003 hasta 2008, y en
un segundo momento y con menor fuerza hasta el 2011 para Argentina (Féliz, López;
2012), fue acompañado por cambios en el Estado respecto de su intervención en las
dimensiones económica y social. Sin embargo, si partimos por considerar -siguiendo los
postulados de Marx- que economía funda sociedad, y que “el desarrollo del modo de
producción capitalista ha estructurado la modernidad occidental, poniendo como piedra
fundamental la renovación constante de las fuerzas productivas, siempre que permita la
reproducción ampliada del capital. El análisis histórico no ha dejado de constatar esta
afirmación, realizada por Marx (1867) hace casi 150 años. En las últimas décadas, la
mutación de las condiciones de existencia del capitalismo muestra un nivel acelerado de
este proceso plurisecular” (Fernández Soto, Tripiana; 2009:121), ¿es posible pensar en este
proceso como un salto cualitativo al neoliberalismo? Las políticas sociales, ¿se alejan del
criterio de “carencia” para cumplimentar con los requisitos de accesibilidad universal de los
derechos sociales? Por ende, ¿la relación Estado-sociedad civil se apartó del énfasis en la
libertad negativa propia del neoliberalismo cuando el proceso económico continúa
sustentándose y a la vez profundizando la acumulación por desposesión?

 María S. Cavalleri y Roxana Basta


www.redsocialesunlu.net
17
Cavalleri M. y Basta R., 2015. La contemporaneidad en debate. Un desafío para las Ciencias
Sociales, Revista del Departamento de Ciencias Sociales, Vol.2 Nro. 5: 4-21

Frente a este contexto, es posible preguntarnos si los análisis que apuntan a concebir
este momento del capitalismo como neodesarrollismo, pueden dar cuenta de la complejidad
que supone este proceso de rupturas y continuidades con el neoliberalismo. El fuerte énfasis
en los aspectos económicos, abren una nueva forma de pensar los cambios ocurridos en los
procesos tanto de producción, consumo, como de distribución y apropiación. Y al mismo
tiempo proponen para el análisis sobre el discurso hegemónico que avala esta nueva lógica
de acumulación, la heterodoxia en sus fundamentos, acercándose a una idea de reedición
del populismo, estrategia de dominación que no implica transformaciones sustanciales en la
organización estructural de las relaciones sociales, sino su conservación capitalista. Y en
este punto es donde podemos pensar que reducen ciertos aspectos sobre esta última
categoría para explicar continuidades y rupturas de las políticas sociales y laborales
respecto del neoliberalismo: reconocen que existen cambios en particular sobre la
intervención del Estado respecto de lo social, pero con restricciones propias de las
estrategias económicas que aseguren la rentabilidad por sobre procesos de redistribución
progresivos.
Probablemente la noción de posneoliberalismo, con la pretensión de dar cuenta de lo
acontecido a inicios del siglo XXI, particularmente la agudización de la crisis y los cambios
que imperiosamente se encaminaron en vistas a la recomposición de cierta legitimidad
social, colocan en un segundo plano el tratamiento de las tensiones y contradicciones
constitutivas de ese momento.
Esta noción enfatiza en el tratamiento del Estado y sus reconfiguraciones en el
marco de sus relaciones con distintos actores políticos, reconociendo sí que algunos
sectores hegemónicos hacia fines del siglo XX mantienen/consolidan su poder. En este
sentido, es posible sostener que estos análisis apuntan a centralizar sus reflexiones en torno
a la integralidad de la acción del Estado, el que apela a una nueva racionalidad tanto en el
plano técnico-operativo de las distintas políticas, como en el plano político específicamente
al propiciar la participación e inclusión de los sujetos en tanto actores políticos en diversos
ámbitos de la vida cotidiana.
Esta forma de gestión -considerada como novedosa por quienes siguen esta línea-,
se contrapone a las tendencias neoliberales, propiciando así afirmaciones en relación al
cambio de paradigma en torno a la racionalidad que funda un dominio legítimo cercana al
reconocimiento de lo “popular” como fundamento central. A partir de estos aspectos,
podemos sugerir que esta tendencia parece aproximarse a un enfoque racional-weberiano,
lo que dejaría un tanto de lado el estudio respecto de las transformaciones en el patrón de
acumulación capitalista en estas primeras décadas del siglo XXI, sobre lo que realizan un
particular énfasis los neodesarrollistas.
Por su parte, también podemos decir que la categoría de populismo es abordada
desde variadas perspectivas las que enfatizan diversos aspectos: históricos, la
multidimensionalidad política, económica, social; la lógica política, la especificidad en la
construcción de identidad política, las rupturas con el socialismo.

 María S. Cavalleri y Roxana Basta


www.redsocialesunlu.net
18
Cavalleri M. y Basta R., 2015. La contemporaneidad en debate. Un desafío para las Ciencias
Sociales, Revista del Departamento de Ciencias Sociales, Vol.2 Nro. 5: 4-21

Asimismo parecería que el término neopopulismo se presenta con más


cuestionamientos -que la categoría de populismo- e incluso hasta podría ser inapropiado
para dar cuenta de las prácticas políticas de fines del Siglo XX.
Se entiende que es preciso reconocer que las alusiones al populismo se constituyen
más en adjetivaciones que buscan calificar políticas gubernamentales que en analizar
críticamente ciertas orientaciones de la política. Es decir, recuperando cuestiones señaladas
precedentemente, las referencias al populismo buscan connotar negativamente sentidos y
estilos de hacer política, sin claros fundamentos y propuestas desde los cuales se establecen
esas críticas. Los cuestionamientos que se formulan se hallan anclados en análisis
coyunturales y en circunstanciales alianzas políticas entre partidos y entre partidos y
distintos sectores sociales. Lo anterior se vincula con lo que sostienen algunos de los
autores en cuanto al debilitamiento de los partidos políticos de masas y a las fronteras
sumamente móviles y difusas entre proyectos e intereses de diferentes partidos y sectores
políticos en Argentina.
El ejercicio analítico propuesto en estas páginas en primer lugar pretendió reconocer
que las categorías con las que se conoce la realidad tienen variadas interpretaciones, y que
el sentido no es precisamente el de escoger la más apropiada para tratar de ajustar la
realidad a ese concepto, sino que, por el contrario, las categorías, permiten ciertas
aproximaciones al conocimiento de la realidad y es esta realidad la que motoriza a
revisarlas.
Por tanto, es propicio realizar un análisis crítico de la situación actual en el cual las
categorías no encorseten el conocimiento de la realidad. Considerando las dificultades que
supone pretender la comprensión de un proceso en marcha, se podría decir que los términos
que hemos presentado no alcanzarían para dar cuenta de la complejidad de la realidad
contemporánea. También, de la relectura de los autores presentados surge como camino
posible a profundizar la consideración de las particularidades de la práctica política en el
contexto latinoamericano contemporáneo y su participación en una realidad situada espacial
e históricamente.
En ese sentido, se entiende que revisar analíticamente lo que acontece resulta
propicio para superar miradas duales respecto de la situación actual, miradas dicotómicas
que generan posicionamientos “a favor” o “en contra de”, limitando la posibilidad de
reconocer matices y contradicciones presentes en las medidas y políticas del Estado y
gobiernos, como también empobreciendo y esterilizando la discusión y los procesos de
luchas presentes en la sociedad.

 María S. Cavalleri y Roxana Basta


www.redsocialesunlu.net
19
Cavalleri M. y Basta R., 2015. La contemporaneidad en debate. Un desafío para las Ciencias
Sociales, Revista del Departamento de Ciencias Sociales, Vol.2 Nro. 5: 4-21

Referencias bibliográficas:

ABRAMOVICH, V y COURTIS, Christian. (2003) “Apuntes sobre la exigibilidad de los


derechos sociales”. En ABRAMOVICH, V.; AÑON, M. J. Y COURTIS, Christian Derechos
sociales. Instrucciones de uso. Fontamara. México.
ANSALDI, Waldo (2012) “Breve aproximación a la coyuntura latinoamericana” en Arias, A.;
Bazzalo, A; García Godoy, Bárbara. Políticas públicas y Trabajo Social. Aportes para la
reconstrucción de lo público. Buenos Aires, Espacio Editorial
BASTA, Roxana; CAVALLERI, María Silvina; MENDOZA, Fabiana. (2013) “Estado y
Políticas Sociales en la contemporaneidad: la intervención en la niñez como expresión
particular de esta tensión en Argentina”. Ponencia presentada en III Encuentro de la región
América Latina y el Caribe “Estado y Políticas Sociales, desafíos y oportunidades para el
Trabajo Social Latinoamericano y Caribeño” y Seminario preparatorio de la III Conferencia
Internacional de Bienestar Social, Montevideo, República Oriental del Uruguay.
CAVALLERI, M.S.; BASTA, R. (2014) “La Formación como categoría compleja en el devenir
del Trabajo Social”. En Revista RED Sociales, Vol. 1 Nro. 5, Departamento de Ciencias
Sociales, Universidad Nacional de Luján, Luján.
CLEMENTE, Adriana. (2012) “Pobreza persistente y tensiones en el cambio de paradigmas en
su abordaje” en Arias, A.; Bazzalo, A; García Godoy, Bárbara. Políticas públicas y Trabajo
Social. Aportes para la reconstrucción de lo público. Buenos Aires, Espacio Editorial.
COUTINHO, Carlos N. (1999) “Cidadania e Modernidade”. Perspectivas, Nro 22. S/d.
FÉLIZ, M.; LÓPEZ, E. (2012) Proyecto neodesarrollista en la Argentina ¿Modelo nacional-
popular o nueva etapa en el desarrollo capitalista?. Herramienta Ediciones. Buenos Aires.
FERNÁNDEZ SOTO, S.; TRIPIANA, J. (2009) Políticas sociales, trabajo y trabajadores en el
capitalismo actual. Aportes teóricos y empíricos para una estrategia de emancipación. Espacio
Editorial. Buenos Aires.
GAMBOA, Myriam (2012) “Acontecimientos internacionales y su incidencia en la
reconfiguración del estado en Latinoamérica” en Arias, A.; Bazzalo, A; García Godoy, Bárbara.
Políticas públicas y Trabajo Social. Aportes para la reconstrucción de lo público. Buenos
Aires, Espacio Editorial
HARVEY, David. (2005) “El ‘nuevo’ imperialismo: acumulación por desposesión”. Socialist
register 2004 (enero 2005). CLACSO. Buenos Aires.
________________ (2013) “El neoliberalismo como "proyecto de clase"”. (Entrevista con
David Harvey).08.04.2013. Publicado en Viento Sur. Disponible en:
http://www.vientosur.info/IMG/article_PDF/article_a7843.pdf
KYMLICKA, W.; NORMAN, W. (1997) “El retorno del ciudadano. Una revisión de la
producción reciente en teoría de la ciudadanía”. En Revista Agora Nº 7. Buenos Aires.
LAZARTE, Jorge (2011) “Partidos políticos e informalización de la política” en Mackinnon,
María Moira y Petrone, Mario Alberto (comps). Populismo y Neopopulismo. El problema de la
Cenicienta. Buenos Aires, Eudeba.

 María S. Cavalleri y Roxana Basta


www.redsocialesunlu.net
20
Cavalleri M. y Basta R., 2015. La contemporaneidad en debate. Un desafío para las Ciencias
Sociales, Revista del Departamento de Ciencias Sociales, Vol.2 Nro. 5: 4-21

MACKINNON, María Moira y PETRONE, Mario Alberto (2011) Introducción. Lo complejos


de la Cenicienta en Mackinnon, María Moira y Petrone, Mario Alberto (comps). Populismo y
Neopopulismo. El problema de la Cenicienta. Buenos Aires, Eudeba.
MORRESI, Sergio. (2008) “Otra `separación de poderes´. Soluciones democráticas a problemas
republicanos” en en Rinesi, Eduardo; Vommaro, Gabriel; Muraca, Matías (Comps.) Si éste no
es el pueblo: hegemonía, populismo y democracia en Argentina. Los Polvorines, Universidad
Nacional de Gral. Sarmiento: Instituto de Estudio y Capacitación/ Federación Nacional de
Docentes Universitarios.
_________________. (2012) “Neoliberalismo y desigualdad”. En: Revista Escenarios, Año 12
- Nº 18, Facultad de Trabajo Social, Universidad Nacional de La Plata, La Plata.
REANO, Ariana (2008) “Concepciones de la política, miradas sobre el populismo” en Rinesi,
Eduardo; Vommaro, Gabriel; Muraca, Matías (Comps.) Si éste no es el pueblo: hegemonía,
populismo y democracia en Argentina. Los Polvorines, Universidad Nacional de Gral.
Sarmiento: Instituto de Estudio y Capacitación/ Federación Nacional de Docentes
Universitarios.
RINESI, Eduardo (2008) “Democracia, populismo y República” en Revista Pampa. Edición
Especial. Disponible en www.pampa.org.ar. Fecha de consulta: 6/6/2014.
RINESI, Eduardo; MURACA, Matías (2008) “Populismo y República: algunos apuntes sobre
un debate actual” en RINESI, Eduardo; VOMMARO, Gabriel; MURACA, Matías (Comps.) Si
éste no es el pueblo: hegemonía, populismo y democracia en Argentina. Los Polvorines,
Universidad Nacional de Gral. Sarmiento: Instituto de Estudio y Capacitación/ Federación
Nacional de Docentes Universitarios.
RINESI, Eduardo; VOMMARO, Gabriel; MURACA, Matías (2008) “Prólogo: Palabras de la
política, política de las palabras” en Rinesi, Eduardo; Vommaro, Gabriel; Muraca, Matías
(Comps.) Si éste no es el pueblo: hegemonía, populismo y democracia en Argentina. Los
Polvorines, Universidad Nacional de Gral. Sarmiento: Instituto de Estudio y Capacitación/
Federación Nacional de Docentes Universitarios.
ROBERTS, Kenneth (2011) “El neoliberalismo y la transformación del populismo en América
Latina. El caso peruano” en Mackinnon, María Moira y Petrone, Mario Alberto (comps).
Populismo y Neopopulismo. El problema de la Cenicienta. Buenos Aires, Eudeba.
VILAS, Carlos M. (2009) “Populismo y democracia en América Latina: convergencias y
disonancias”. Disponible en cmvilas.com.ar/index.php/artículos. Fecha de consulta: 10 de julio
de 2014.
_____________ (2011) Después del Neoliberalismo. Estado y procesos políticos en América
latina. Remedios de Escalada, De la UNLa.
ZERMEÑO, Sergio (2011) “El regreso del líder” en Mackinnon, María Moira y Petrone, Mario
Alberto (comps). Populismo y Neopopulismo. El problema de la Cenicienta. Buenos Aires,
Eudeba.

 María S. Cavalleri y Roxana Basta


www.redsocialesunlu.net
21

También podría gustarte