Antropologíadesarrollo Huáscar Camacho
Antropologíadesarrollo Huáscar Camacho
Antropologíadesarrollo Huáscar Camacho
Cochabamba – 2020.
Introducción.
En el presente texto se va a realizar un análisis crítico sobre una de las instituciones más
importantes del desarrollo a nivel mundial como es el Fondo Monetario Internacional y su
relación con la región de Latino América. Desde su creación de la mano de un puñado de países
aliados contra el nazismo en 1944, junto al Banco Mundial, han sido los pilares básicos para el
reordenamiento económico capitalista de la postguerra. Se analizaran algunos casos
emblemáticos por seguir los dictámenes de esta institución como México y Argentina desde
mediados del siglo veinte hasta principios del nuevo milenio y que nos ayudaran a generalizar
algunos aspectos fundamentales de esta relación.
Desde la mitad del siglo 20 hasta ahora, se sigue debatiendo y padeciendo sobre el
polémico papel que han jugado las políticas económicas que el Fondo decreta para supuestamente
ayudar a los países a lograr el desarrollo, sin embargo el fruto de tales recetas ha derivado en la
ampliación brutal de la brecha entre ricos y pobres dentro de un país y entre países. Después de la
caída del bloque soviético, el capitalismo liberal retorna con el prefijo de neo, pero sigue siendo
la vieja ley de la selva donde manda el más fuerte. Estas instituciones y doctrinas capitalistas no
tienen como fin el erradicar el hambre, la extrema pobreza, las enfermedades curables o el
analfabetismo, sino configurar un mundo regido por la división internacional del trabajo donde
unos países se especializan en ganar y otros en perder, es la legitimación del saqueo y la
subordinación neocolonial de los países del sur global a nombre de desarrollo, modernización y
progreso.
Dentro de las distintas formas que las ciencias sociales han abordado el fenómeno del
desarrollo, tenemos a Sen, quien se refiere a dos categorías de análisis cuyas características son
explicativas de procesos que atraviesan los países en la región y el mundo. Estas son las siglas
BLAST y GALA, la primera hace énfasis en principios individualistas y agresivos, la segunda en
principios más cooperativos. BLAST nos habla de sacrificios sociales.
Como vemos el BLAST es una carta blanca de la teoría que le lava la cara a los dictadores y
legitima la violencia contra los pueblos a nombre de desarrollo.
Para Klein su concepto del Shock no difiere en el sentido de reconocer que implica un alto
grado de violencia parafraseando a los economistas liberales dice que “cuando la economía está
muy distorsionada, la única manera de alcanzar el estado previo era infligir deliberadamente
dolorosos shocks” (Klein 2007 : 80). Así vemos que la violencia es parte estructural de la
imposición de políticas económicas a nombre de desarrollo impuestas por la visión neoliberal de
la economía.
Como vemos el Blast y el Shock van de la mano al momento en que las economías
grandes se tragan a las pequeñas. Esta institución, el F.M.I. está diseñada para perpetuar un
sistema de explotación y saqueo contra los países del sur global. Por tanto es necesario destruirlos
y abolirlos, como parte de una nueva gesta emancipadora a nivel global, para dar paso a nuevas
instituciones policéntricas, descentralizadas y cooperativas que usen la economía no como arma
de guerra sino como la construcción colectiva del bien común.
El Fondo es un organismo multilateral de crédito. Entre los principios rectores que desde
su fundación guían su actuar están: “1) fomentar la cooperación monetaria internacional; 2)
facilitar el crecimiento económico y expandir el comercio internacional; 3) velar por la
estabilidad cambiaria, y 4) coadyuvar a establecer un sistema multilateral de pagos” (Aceña
2019: 7). Estos principios son meramente retóricos pues en la práctica el Fondo ha servido para
establecer un régimen de dominio colonial sobre los países del sur global, rico en materias primas
y mano de obra pero carente de capital de inversión.
En la historia de esta institución financiera, el Fondo ha tenido tres momentos claves en su
desenvolvimiento. El primero es el de su creación con los acuerdos de Bretton Woods para
regular la balanza de pagos internacionales en base al patrón oro, del cual los norteamericanos
eran propietarios en su mayoría. El segundo hito fundamental se da en los años setenta, en pleno
auge de la guerra fría y los gastos que la misma conllevaba, donde sustituye el patrón oro por los
petrodólares poniendo fin a los acuerdos anteriores, garantizando así el dominio pleno de la
economía capitalista mundial a los norteamericanos. El tercer momento clave, se da a finales de
los años ochenta con el llamado Consenso de Washington que establece un protocolo de
procedimientos preelaborados conocidos como el paquete económico cuyo objetivo primordial es
radicalizar el neoliberalismo económico de manera dogmática y taxativa.
Es la deuda el lazo con el que el Fondo amarra a los países latinoamericanos. Esta
institución en un primer momento ofrece ingentes cantidades de recursos económicos a las
dictaduras latinoamericanas, generando deudas imposibles de pagar. Cuando un país no puede
pagar es el propio Fondo que ya en un segundo momento fundamentalmente desde finales de los
ochenta, les ofrece asesoramiento para reconstruir las economías de los países deudores. Las
recetas que ofrece el Fondo pregonan ante todo la reducción del gasto público, el fomento a la
libre empresa.
El paquete económico que receta el Fondo ideado por personas como Milton Friedman,
no trae consigo las mejoras en la situación económica de las grandes mayorías de los países
donde opera. El liberalismo a ultranza que promueve conlleva al establecimiento de una mayor
desigualdad social generando crisis y bancarrota para las grandes mayorías y bonanza y opulencia
para un puñado de empresas transnacionales y sus sirvientes locales. Por tanto no está entre sus
objetivos generar sociedades más justas y equitativas, sino gestionar un modelo de acumulación y
crecimiento del capital, junto a un dominio geopolítico que configuran una situación neocolonial
y de subordinación.
La caída del Bloque Soviético se muestra como un triunfo de las políticas de libre
mercado, sobre el mercado regulado y planificado desde el estado. Por tanto a nivel global tales
políticas se expanden. Es en la región de Latinoamérica donde centraremos un análisis, en base a
la descripción breve de las operaciones del Fondo en países como México y Argentina.
Argentina te asesina.
Otro ejemplo claro de que el Fondo no es una institución de cooperación y ayuda sino un
ente de dominación y extorsión económica es lo sucedido con la Argentina. El país allá por la
mitad del siglo veinte y gracias a la segunda guerra mundial, se convierte en una de las
economías más pujantes y estables de la región. Sin embargo en los albores del nuevo milenio se
sumerge en inestabilidad política y crisis económica, fruto de las políticas dictadas desde el
Fondo y de una clase política sumisa, obsecuente y coludida con los intereses transnacionales en
perjuicio de los intereses de las grandes mayorías de su propio país.
Es en este país donde el BLAST y el SHOCK se aplican a plenitud, prueba de ello son las
aplicaciones de las detenciones arbitrarias, la supresión de la libertad de prensa, la tortura, el
exilio, los más de 30.000 desaparecidos. En este país desde la caída de Perón, la sucesión de
gobiernos militares dejaron a la sociedad sumida en lo que se conoció como la guerra sucia,
donde violencia estatal y paramilitar eran el pan de cada día en esos tiempos de mugre y miedo.
Es con las dictaduras militares que comienza el aumento de la deuda externa que como dijimos
antes es el lazo primordial de dominación en los países donde opera el Fondo.
Recapitulando la historia del Fondo, cuando se fundó en su reunión inicial no invitó a la
argentina por no ser aliado en la guerra contra el nazismo, sino neutral. Cuando gobernaba Perón
su visión nacionalista le llevaba a desconfiar del sistema financiero internacional, pero no
importaba porque la posición de gran productor de alimentos no le hacían pensar que esa
prosperidad pudiera verse amenazada. Argentina no tenía deuda para finales de la segunda
guerra mundial y las leyes a favor de los trabajadores finalizaron con la caída del General.
Sin Perón el capitalismo foráneo y sus sirvientes oligarcas se apoderan totalmente de la
Argentina. Ahora sí no había ningún obstáculo para que el país comience a adquirir deuda y
formar parte de Fondo, aplicando sus recetas. La sucesión de gobiernos militares hizo crecer la
deuda externa a niveles astronómicos, y para cuando Perón regresa no hay nada qué hacer,
dejando al país caer en el caos y la violencia.
Argentina una vez fue el granero del mundo y alimentó a toda Europa en la segunda
guerra mundial, tras todos estos años de aplicar las recetas del Fondo, llegó al final del siglo
veinte con desnutrición y caos social y económico. Justamente en pleno auge de la guerra fría y
del recrudecimiento de las dictaduras militares en el cono sur:
“En 1976 el Fondo apoyó el programa económico ortodoxo y regresivo de la dictadura
militar. Ante el estallido de la crisis de la deuda, provocada por las imprudentes políticas
financieras privadas y oficiales, el brusco incremento de la tasa de interés internacional y
la estatización de la deuda externa privada, el Fondo se constituyó en garante del repago
de los más de 43.000 millones de dólares adeudados principalmente a los bancos de los
EE. UU. a través de los programas de ajuste estructural que condicionaron el margen de
acción en materia económica desde la vuelta de la democracia. Pero los desequilibrios
fiscales y externos derivados del peso del servicio de la deuda sobre un presupuesto cada
vez más reducido llevaron a una moratoria. En este marco, la fuga de capitales disparó la
cotización del dólar, la cual motorizó el estallido de la hiperinflación y la asunción
anticipada del presidente Carlos Menem en 1989 (Nemiña 2011:14).
Como vemos la aplicación de las políticas económicas dictadas desde el Fondo coincide con el
periodo de violencia en el país, SHOCK y BLAST a raudales.
Este sobreendeudamiento genera una crisis aún mayor que sumerge al país aún más en las
fauces del Fondo. Al haber equiparado el dólar y el peso argentino, abrir la economía a la
competencia externa y reducir las actividades del estado, destruyen todo el proceso
industrializador que el país levantó en la posguerra, era necesario no sólo perseguir al
movimiento obrero y destruirlo por la represión y violencia, sino también destruir sus formas de
reproducción material y social como las fábricas industriales. Gracias a esto el país deja de ser un
productor relevante en el ámbito internacional y se convierte en un mero estado rentista que vive
del favor y la limosna de los organismos multilaterales, generando miseria y hambre en las
grandes mayorías que dejaron de ser obreros industriales para ser lumpen e indigentes.
La política económica del país no era usar la deuda que se adquiría a nombre de toda la
sociedad para reimpulsar la industrialización, el consumo interno y la redistribución de la riqueza,
sino para meramente especular en los bancos y para volverlos a sacar afuera tiempo después. Una
de las tácticas era endeudar empresas públicas que luego quebraban y luego se privatizaban a
favor de las empresas transnacionales. El argentino común vivía en una economía de abundancia
ficticia que no duraría mucho tiempo.
Cuando sube la tasa de interés que cobraban los acreedores por la deuda en los años
ochenta, quiebran las economías de los países que deben declararse insolventes y pasar a negociar
su deuda con el Fondo quien usará esto como el pretexto perfecto para la injerencia y el dominio
de los países. La Argentina endeudada más allá de sus posibilidades debe cumplir políticas
económicas lesivas a sus propios intereses y suscribirse sin rechistar al consenso de Washington,
que implicaba la pérdida total de su soberanía. Ya no importaba si gobernaban militares
dictadores porque la cuerda de la deuda ya estaba enlazada en torno al cuello del país, con el
gobierno de Alfonsín y la recuperación de la democracia ya nada se puede hacer.
Con democracia ya restablecida poco cambian las imposiciones del Fondo, con el
presidente electo Menem la ola de privatizaciones se recrudece a favor de los dictámenes del
Fondo a cambio de más deuda. Las medidas del Consenso de Washington aterrizan en el país
como un dogma de fe que salvaría a los países de su propia incompetencia. La novedad del caso
argentino es que para amortizar un poco la deuda secuestra el dinero de los ahorristas, en lo que
popularmente se conoce como corralito bancario, donde de la noche a la mañana la gente común
que tenía su dinero en el banco pierde una parte.
Para los años noventa una crisis económica producida por la deuda azota la región
comenzando con la crisis mexicana conocida como Tequilazo. Para evitar que esta crisis no
afecte a la Argentina el país adquiere más deuda y los banqueros la otorgan aún sabiendo que el
país podría ser insolvente, pero era menester aumentar la deuda que es como enlazar más al país.
Cuando Brasil devalúa su moneda como efecto de la crisis regional del Tequilazo, a la Argentina
no le queda más que pedir más ayuda al Fondo el cual gustoso le brinda más créditos pero le
exige más privatizaciones de las empresas del estado y ahora le tocaba el turno a la gallina de los
huevos de oro que era la empresa estatal de petróleo del país Yacimiento Petrolíferos Fiscales
Y.P.F. que pasa a manos transnacionales.
A estas alturas ya el país es insostenible y el Fondo deja de dar créditos al país, dejando
que la crisis se adueñe de la economía de un país que en su momento fue considerado el buen
ejemplo de las políticas del Fondo. Al no poder reestructurar la deuda ni planes de rescate, el
Fondo abandona al país quien en su desesperación apela nuevamente al Corralito, castigando a
los ahorristas en su conjunto para tratar de quedar bien con el Fondo y este se compadezca del
país y le otorgue otro crédito para salvarse.
El 20 de diciembre del 2001 trágicos acontecimientos sacudieron el país, muertos,
renuncias presidenciales, vacío de poder, crisis económica y social dejaron al país en las ruinas.
En menos de 10 días se sucedieron cuatro presidentes. Esta crisis trajo devaluación y una deuda
impagable. El Fondo hizo a su placer todos los experimentos liberales posibles, que dejaron al
país con niveles de desocupación, hambre y miseria gigantescos. Este país que con dictadura y
democracia siguió los mandatos del Fondo, demuestra que esta institución no estuvo ahí para
colaborar, sino todo lo contrario.
Conclusiones
Los petrodólares de la bonanza árabe en el medio oriente, que fueron a parar a los grandes
bancos del sistema internacional que hubieran quebrado de no haberlos invertido en créditos
fáciles a cuanto dictador apareciera, generaron la trampa odiosa de la deuda externa y eterna que
al no poder terminar de pagarse fue la excusa perfecta para la injerencia política en los países
latinoamericanos violando sus soberanía y subordinándolos a nivel colonial. ¿Fue acaso la mera
corrupción e ineptitud de sus políticos y economistas los que dejaron un país en las ruinas?, pues
no. ¿Por qué países que tras la segunda guerra mundial eran prósperos y pujantes llegan al siglo
veintiuno sin poder brindar salud y educación básica a sus habitantes?, porque fueron saqueados.
Estos dos ejemplos que hemos visto muestran claramente que el F.M.I. no es más que un ente de
saqueo, depredación y pillaje, que busca someter y subordinar a las naciones en base al chantaje
económico, dónde la aplicación de SHOCK y BLAST fueron cotidianos para los
latinoamericanos en una lucha global por el reparto geopolítico del poder y los recursos naturales.
Ante esta realidad a Latinoamérica no le queda otra opción que retirarse de estas instancias de
chantaje económico y crear su propia moneda, banca e instituciones financieras que corten la
dependencia colonial con Norteamérica, buscando nuevos socios y ayudar a crear una nueva
realidad global multipolar.
Bibliografía.
Aceña, Pablo (2019): Historia del Fondo Monetario Internacional Madrid, España: Catarata.
Klein, Naomi (1997): La doctrina del shock Buenos aires, Argentina: Paidós.
Nemiña, Pablo (2011): Historia de las relaciones entre la argentina y el Fondo Monetario
Internacional Córdoba, Argentina: Centro de estudios históricos.
Romero, María (2016): Los orígenes del neoliberalismo en México México D.F. México: Fondo
de Cultura Económica.
Sen, Amartya (1998): “Las teorías del desarrollo a principios del siglo XXI”. En Cuadernos de
economía Vol XVII, Num 29. Bogotá.