Clase Segunda Escolástica II

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Humanismo – Segunda Escolástica

Según la cronología histórica española, este período abarca desde 1474 – coronación de Isabel de
Castilla, hasta 1808 – invasión Napoleónica. Según los europeos, se hace comenzar el período en
1453 – toma de Bizancio – o 1492 – descubrimiento de América y concluyen en 1789 – revolución
francesa. España: Alta Edad moderna – época de los Austria (iniciada en realidad en 1517 con
Carlos I) (1474 – 1700); Baja Edad Moderna – borbones (1700 – 1808). Acontecimientos históricos
españoles:
1) Matrimonio de Isabel de Castilla con Fernando de Aragón – unión de las Península en
1474
2) Conquista de Granada – 1º/01/1492
3) Descubrimiento de América – 12/10/1492; enterados en Febrero de 1493 en La Coruña
4) Incorporación definitiva del Reino de Navarra a Castilla
5) Surgimiento del Imperio Español en 1517 al tomar Carlos I de Austria posesión de sus
heredamientos de España y unirlos a sus posesiones austríacas (en 1506 murió Felipe el
Hermoso, en 1516 su abuelo Fernando de Aragón. Reinó en Castilla en nombre de su madre
Juana hasta su muerte en 1555). Unión de las coronas de España y Portugal desde 1581 a 1640.
Felipe II a IV son I a III de Portugal
El período moderno se presenta como la prolongación o desarrollo de las ideas gestadas durante
la Baja Edad Media. A nivel europeo se verificaron:
a) Profundos cambios sociales: papel protagónico asumido por la burguesía, ya en la
B.E.M.; ideales humanistas que sustentaba; búsqueda de novedades; consolidación del
poder real y debilitamiento del nobiliario. Profunda renovación cultural, a causa del
cuestionamiento de los principios filosóficos y metodológicos medievales. Perduraron una
serie de valores tradicionales como los relacionados con la organización jerárquica de la
sociedad y el espíritu religioso creyente en la revelación. Ambos fueron puestos en tela de
juicio de manera generalizada con la Ilustración. En España la situación perduró hasta bien
entrado el siglo XVIII.
b) Surge el estado Moderno: desde fines del s.XV hasta comienzos del XIX fueron en
Europa años de desarrollo del Estado Moderno soberano, afirmado en las siguiente
premisas: monarquía absolutista, estructuración política de amplios espacios ¿?, sólida
burocracia estante – en imitación de la sociedad estamental en la que se vivía – y ejércitos
profesionales. La propia palabra “Estado” en sustitución del concepto de “res pública” es un
concepto renacentista maquiavélico. El mismo fue concebido como una organización
destinada al cumplimiento de una serie de objetivos políticos, económicos y sociales

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regidos por una monarquía absoluta, es decir investido con un poder pleno y soberano
dentro de un territorio. El burgués tendía a desligarse de la providencia para confiar en sí
solo, el poder real se afirmó con potencia suprema en lo político, que sometía a sí todo lo
que la rodeaba. Este poder soberano fue capaz de modificar la estructura política y social,
pasando por encima del derecho vigente. Poder limitado por la ley de Dios, el derecho
natural, las leyes fundamentales de cada estado, las costumbres y los privilegios
tradicionales. El rey estaba sobre las leyes, sobra las demás jurisdicciones, sobre los
derechos de los súbditos. Podía cambiar y dispensar las leyes, aunque debía reconocerse
obligado a acatarlas, podía colocarse sobre todo, respetando en principio los derechos.
Límites sobrepasados en los siglos XVII y XVIII, al corromperse el poder absoluto y derivar
en un abuso del intervencionismo estatal y restricción de los derechos personales. Se
distinguen dos fases: la primera fase fue la de formación del estado moderno, como estado
absoluto, más o menos desarrollado; la segunda, la del absolutismo monárquico
propiamente dicho, el auténtico régimen absolutista, que a partir del principio de origen
divino directo de la autoridad del príncipe, actuó sobre todo el sistema social y político.

“Mos Italicus “ tardío:

La jurisprudencia del “mos italicus” o de los comentaristas no se extinguió con la muerte de Baldo
(1400) sino que perduró en los siglos siguientes (su influencia llegó hasta el s.XVIII) bajo la forma
del “mos italicus” tardío. Tardío o decadente puesto que se detuvo en su desarrollo científico e hizo
más evidentes los defectos de la escuela, señalados por los humanistas. Características:
a) Predominio de la actividad forense sobre la docente: el equilibrio logrado por los
comentaristas entre ambas actividades y que les permitió desarrollar una jurisprudencia
superior, introducirla en la práctica jurídica, se quebró en detrimento de la labor
especulativa. Cultivo del género de las prácticas procesales, obras sin pretensiones
científicas dedicadas a instruir a escribanos y abogados, procuradores y litigantes en los
procesos. Se destacan las de Tiberio Deciano, Próspero Farinaccio y Julio Claro. En
América sobresalió la “Curia Filípica” de Juan Hevia Bolaños.
b) Alejamiento de las fuentes romano canónicas: el contacto directo con los cuerpos
legales romano y canónico fue el factor desencadenante de la ciencia jurídica medieval. En
esta etapa se prefirió descansar sobre la obra de los precedentes – los comentaristas y
glosadores – y renunciar a las soluciones originales. Otro género literario típico es el de las
“adiciones” a las obras de los grandes juristas. Adquirieron notoriedad las adiciones
escritas por Diego Ibáñez de Faría a la obra de Diego de Covarrubias y Leiva, por ejemplo.
c) Abuso del argumento de autoridad: la ciencia medieval estaba basada del argumento de
autoridad, consagrado por la teología (pero sin depender exclusivamente de él x ejemplo

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en la Summa Teológica, en la cual la autoridad se equilibra con la razón. Para los
glosadores la autoridad residía en la compilación justinianea; para los comentaristas en la
“communis opinio doctorum”. El mos italicus tardío dejó a un lado los argumentos de razón,
y a partir de la cita exagerada de opiniones. La multiplicidad y diversidad de las opiniones,
que determinó la crisis del método de la “comunis opinio”, condujo a que para evitar la
oposición de mayor número de pareceres contrarios, se exagerara la cita de autoridades,
en lugar de prestarle atención al razonamiento. Las obras jurídicas se convirtieron en una
abrumadora cadena de citas, fatigosas para el entendimiento y desprovistas de
originalidad.
d) Comentario de la legislación real: al desplazarse le derecho común por el real, la
jurisprudencia, sin desvincularse de aquél, se interesó cada vez más por este. Los juristas
españoles y portugueses comentaron sus leyes sobra la base de la doctrina del mos
italicus. En el derecho español se destacan los comentarios de Alonso Díaz de Montalvo al
Fuero Real y de Antonio Gómez a las Leyes de Toro y las glosas de Antonio López – s.
XVI - a las Leyes de Partidas, consideradas como fuente de interpretación auténtica. Al
elevarse en el siglo XVI el prestigio de los juristas gallegos, sus opiniones gozaron de
mayor autoridad que los medievales.

Orígenes del Humanismo

Nació en plena B.E.M. con Dante, Petrarca y Bocaccio (siglos XIII, XIV y XV), proyectó sobre el
período moderno. Su nota distintiva ferue el culto a la antigüedad clásica y el desimnterés hacika
las ciencias del hombre. Fenómenos derivados del humanismo fueron el rRenacimiento y la
Reforma Protestante. Características:
a) Reacción contra el principio de autoridad y búsqueda del conocimeitno por medio de
la razón: la ciudad se alza sobre el campo y modifica el valor económico fundamental. En
el campo éste era siempre la unidad naturaldel producto o la prestación personal: la ciudad
tiende a romper este equilibrio por que en cierto punto, absorbe más que produce; ha de
predominar dentro de la circulación de bienes un valor abstracto, neutro, y conformable
como su espacio y su tiempo: el dinero. Este es el instrumento del comercio. Comercio
siempre existió. La ciudad va sustituyendo cada vez mas la movilidad efectiva del
comerciante por unaorganización de centros y filiales que racionaliza el conjunto. Esto le
da una enorme fuerza de expansión oprque ínsita en ella va el cálculo de las posibilidades,
la dominación del futuro. El hombre comienza a pensar desde un nuevo ámbito y desde
una radical experiencia: desde el ámbito de la razón y la experiencia de la realidad
concreta. La ciudad hace preponderante una nueva potebcia: la razón y una nueva
realidad: la realidad individual. Los simbolismos tradicionales desaparecen, el hombre de la
ciudad piensa racionalmente frente a una realidad desencantada. El mundo deja de ser

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transparente a la divinidad. Frente al ideal trascendente d ela E.M. – teocentrismo – el
humanismo asumió una posición inmanentista, que desplazó a Dios y exaltó al hombre –
antropocentrismo -. Se volvió al juicio de Protágoras según el cual “el hombre es la medida
de todas las cosas”. Lo consideró bastante a sí mismo hacedor de su propio ser, capaz, sí,
de convertirse en un animal, pero de elevarse también por su voluntad hacia una altura de
un ser divino. Desde que el mundo estaba creado, el hombre humanista consideró
innecesaria a la Providencia. Reconoció a la razón como el órgano por excelencia del
conocimiento, y creyó que opr medio de ella opdía ordenar el mundo, reducirlo todo a su
cálculo. Libertad intelectual crítica del saber tradicional, fundado en le principio de
autopridad (antidogmatismo).1
b) Secularización de la cultura: la cultura medevale staba orientada haciaDios por que sdus
creadores fueron mayormente cllérigos; casi los únicos entonces con preocupaiocnes
intelectuales. La aparición de la burguesía, la difusión de los estudios universitarios, la
invención de la imprenta, produjeron una revolución en el campo del saber. Cada vez más
accedieron a este los laicos de extracción burguesa, oseídos de sus propios criterios y
planeamientos. Atracción por el cococimiento del hombre y la naturaleza, y por su
representación por medio del arte. En vez de estudiar teología o de fundamentar las
ciencias en las Sagradas Escrituras, estudiaron las matemáticas y las ciencias naturales,
las lenguas clásicas, filosofía griega y latina, y jurisprudencia, con método racionalista o
empírico.
c) Antigüedad clásica como nueva autoridad: la crítica al principio de autoridad iba
dirigida, más que contra el principio mismo, contra su aplicación medieval por los teólogos
y juristas. Los humanistas eligieron con valor de autoridad a la antigüedad clásica. Lengua,
arte, filosofía clásica adquirieron categorías de modelos y fueropn objeto de imitación.
Apreciaron su condición de expresiones culturales “humanas” es decir gestadas fuera de la
cosmovisión cristiana medieval.
d) Interés por otras culturas no cristianas: época de descubrimientos geográficos que
revelaron a Europa la existebcia de nuevas culturas paganas (las indígenas). Se volvió a
poner a tención, además en las culturas orientales. En uno y en otro caso, se trató de
encontrar en esas culturas exóticas formas de vida, costumbres, instituicones o creencias
que dentro de una perspectiva secular pudieran ser asimiladas. El medio que se eligió
para presentar estos ejemplos fue el género de la utopía (lugar no existente), la primera de
las cuales fue la obra de Thomas Moore (1478-1535).

Jurisprudencia humanista: Mos Gallicus


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La cinecia del derecho humanista nació y creció preferentemente en Francia, concretamente la
“Escuela de Bourges”, por esa razón se llamó “mos gallicus”, en contraste del “mos italicus” de la
escuela de los comentarstas. Un filólogo italiano – Lorenzo Valla – fue unop de los primeros en
recomendar a los juristas el estudio de laas lenguas clásicas. La cultura humanística, inspirada en
la antigüedad, se hizo presnete nela ciencia del dercho. Trajo ocmo resultado el cambio de
mentalidad del jurista, que ya no concibió al derecho romano como derecho actual, sino la ma´s
elevada expresión del genio romano y por lo tanto una expresión histórica de razón y equidad, pero
no necesariamente la única. Mayor libertad con la que se interpretó, con el uso frecuente de
argumentos racionales, cita de fuentes clásicas ymedievales no jurñídicas, criterio sistemático,
sacado de las Institutas, considerado más racional que ele del Código o el del Digesto. Únicamente
para las cuestiones más concretas se siguió citando al corpus y a los juristas medievales. Perdida
el carácter dogmático del Corpus, la validez del mismo radicó en su intrínseca equidad, en la
racionalidad que se descubría generalmente en él, pero que no se aceptó apriorísticamente sino
que debñía ser probada. Esto significó su desplazamiento de la cima de la jurisprudencia, por la
razón. Sólo aquéllos textos que tenían soluciones comprobadamnente equitativas fueron dignos de
aplicación. Cuando los juristas del mos italicus de los países exentos del imperio (España, Francia)
invocaron la aplicación “pro ratione” del derecho romano, no intentaron otra cosa que sortear el
escollo que significaba su condiciñón ed ley imperial, y posibilitar su aplicación , ya que no como
leyt, como doctrina, mas sin havcerle perder un ápice de su valor dogmátioc. Con los humanistas,
el argumento “pro ratione” tuvo un alcance mas profundo, que afectó la validez o autoridad misma
del derecho romano. Los humanistas imputaron a los comentaristas severas críticas:
a) Desinterés por la cultura clásica. Esto se manifestaba en el desconocimiento de las letras y
el abandono de las funetes mismas del derecho romano, de las obras de Papiniano y
demás jurisconsultos, para preferir en su lugar a los juristas medievales creadores de la
“comunis opinio”.
b) Falta de cultura filológica. Los trataron de ignorantes y de no interpretar bien los textos
romanos y giregos que estudiaban. No conocían la lengua griega. Los propios textos
romanos, en latin clásico, les planteaban dificultades, a veces insalvables, por el latín
vulgar al que estaban acostumbrados. La faltade buens letras y cultura filológica se
tradi¡ujo en un estilo literario farragoso y bárbaro.
c) Falta de cultura histórica. Por desconocimiento de las fuentes históricas del derecho
romano, y por no tener conciencia de la historiicdad del Corpus, o sea de su formación
sonra la base de materias doctrinales y legales de diversa procedencia, lo que explica sus
antinomias.
d) Uso de ediciones defectuosas del Corpus.

Derecho castellano
1.- Alto período moderno – época de los Austria

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a) decadencia de los derechos locales: proceso de debilitamiento, iniciado en la B.E.M. a fines
del siglo XVIII casi no subsisten fueros en Castilla. Relaciones más estrechas entre cada reino,
consolidación del poder real. Determinaron el aislamiento social y jurídico e impulsaron la
tendencia unificadora. Centralismo monárquico: negativa de hacer nuevas confirmaciones de
fueros, designación de jueces locales (corregidores) que aplicaban el derecho real y desarrollo
del sistema de apelaciones en los tribunales reales (Reales Audiencias). La misma cláusula del
ordenamiento de Alcalá subordinaba la vigencia del derecho Foral a la prueba de su uso tornó
difícil a esa posibilidad.
b) Expansión de la ley como fuente del derecho: si en la B.E.M. la mayor importancia la tenía
la legislación de las Cortes, en este le corresponde a la que dictaba el rey con prescindencia
de ellas. La burocracia que rodeó al rey tuvo en la escritura su forma natural de expresión.
Mayor número de leyes que se promulgan: regulación legal de materias sujetas a la costumbre;
mayor complejidad de las relaciones sociales la mayor extensión geográfica y población de
Castilla. Delegación de facultades en los Virreyes, audiencias y cabildos. En otros estados de
Europa el desarrollo de la ley real fue mas tardío. Todavía en el siglo XVI las costumbres eran
objeto de redacción oficial (Alemania, Hungría, Polonia y Holanda). Hasta fines del S.XVII se
depende aún de la jurisprudencia para la solución de problemas derivados de la oscuridad de
las normas o de su falta.
c) Recopilación de la legislación Real: tanto en la antigüedad como en este período se recurrió
al procedimiento de reunirlas en cuadernos según un orden determinado. Castilla se destacó
por sus recopilaciones, también pasó lo mismo en Portugal – Ordenaciones Alfonsinas,
Manuelina y Filipina s. XV y XVI. – y en Alemania la Constitución Criminal Carolina – de Carlos
V. En Aragón se publicaron las fuentes, fueros y observancia de Actos de Corte, con criterio
generalmente cronológico y acompañadas de repertorio que ayudaban a su consulta. Las
recopilaciones Castellanas siguieron un criterio temático, agrupando las leyes por materias en
libros y títulos. Técnica de la “refundición” en un texto único de todas las leyes que mandaban
lo mismo. Los trabajos de recopilación no se limitaron a poner orden en las leyes, sino que
modificaron su redacción. Para que tuvieran valor legal, las recopilaciones debieron ser
promulgadas. No todas las leyes se recogían, quedando tácitamente derogadas las que
quedaban sin recopilar.
d) Subordinación del Derecho Común al derecho real: en el período moderno el D.C. perdió
su sentido universalista para pasar a ser un elemento formativo del derecho propio de estos
reinos. Tan subordinado quedó el Derecho Común al Real que los reyes pudieron reformarlo o
derogarlo. Negado el valor legal al D. Romano se toleró su doctrina en los S. XVI y XVII. En
1713 se prohibió categóricamente alegarlo, pero tanto era su arraigo que en la práctica no se
cumplió la prohibición

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e) extensión del Derecho castellano a otros territorios: de los varios derechos peninsulares,
los reyes españoles adoptaron el derecho castellano como instrumento de unificación jurídica.
La razón estuvo en el autoritarismo real comparado con los demás, sujetos a criterios de
descentralización. No compatibles con los intereses de la monarquía absoluta. Así como la
lengua castellana , el derecho castellano se identificó cada vez mas con lo español. Los
nuevos territorios ultramarinos y europeos fueron regidos por el derecho castellano. En la
península los Borbones consumaron esa política
f) apogeo de la ciencia jurídica española: coincide con el máximo apogeo de la casa de
Austria. Época de oro de la jurisprudencia española. Oscilando entre el mos italicus y el mos
gallicus estos juristas – notables por su número y su calidad – dominaron la ciencia del
derecho. La obra de Antonio Gómez, “el príncipe de los juristas españoles” fue por ejemplo
reeditada en Venecia, Lyon Genêve, Anvers y otras ciudades. Siguieron el modelo científico
romano, comentarios a los textos legales castellanos que se aplicaban según su interpretación,
concordancias y antinomias con el derecho común e infinidad de trabajos monográficos fue lo
mas destacado de su obra. Se destacaron también los teólogo-juristas. Circularon
prolíficamente los libros de derecho. Juristas llamados a dictaminar por gobernantes y jueces.
Sentaron plaza de consejeros en la Corte y redactaron las leyes, la principal fuente de derecho,
vida social marcada por un sello jurídico.

Recopilaciones castellanas de Leyes

1º) Ordenanzas Reales de Castilla – Ordenamiento de Montalvo. De 1484 llevadas a cabo por
Alonso Díaz de Montalvo, jurista de los Reyes Católicos, glosador de las Partidas y del Fuero real
por encargo de estos monarcas. Primera recopilación general, comprendía las Leyes de Corte,
desde el Ordenamiento de Alcalá (1348), pragmáticas y ordenanzas reales y capítulos del fuero
Real la obra tenía defectos, la reproducción de las leyes no siempre era fiel, incluyó leyes
derogadas y omitió otras de interés. Las Cortes castellanas expresaron su disconformidad al no
promulgarlo; aunque los reyes declararon inútil su uso y mandaron que hubiera un ejemplar en
cada pueblo.
2º.- Libro de las bulas y Pragmáticas.-(1503). Los reyes ordenaron simultáneamente al consejo
de Castilla que juntara, corrigiera e imprimiera las Reales provisiones a la buena gobernación y a la
administración de justicia. El libro, hecho por Juan Ramírez obtuvo promulgación real. Compuesto
por disposiciones de los Reyes Católicos (desde 1492), algunas bulas pontificias y leyes de Corte y
de las Partidas (que no se incorporaron a ninguna recopilación oficial). Fue la única vez que se
recopilaron las leyes en toda su extensión sin resumir ni refundir sus textos. Muy usado en los
Tribunales de Justicia hasta la aparición de la Nueva Recopilación.
3º.- Nueva Recopilación (1567). La Reina Isabel ordenó en su testamento que se reuniera una
junta y le encargar la preparación de una nueva recopilación en la que se aclararan las dudas que

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daban las leyes vigentes, se eliminaran las superfluas y quedaran las restantes.. el trabajo,
abandonado varias veces fue terminado por Bartolomé de Atienza en el reinado de Felipe II como
“Nueva Recopilación de leyes de Castilla. Dividida en 9 libros y contenía cerca de 4000 leyes. Es
una actualización de la obra de Montalvo.
Esta Recopilación y las Partidas fueron las dos fuentes básicas del derecho castellano moderno.
Perdió actualidad y utilidad con el tiempo. Inconvenientes con el método recopilador. La función
legislativa no se detenía y al vagar sueltas las nuevas leyes, reeditaban el problema de la
dispersión. En ediciones posteriores, para evitar ese problema, se añadió al final de cada título una
lista complementaria. Dde. 1723 se incluyeron en un volúmen aparte los autos acordados del
Consejo de Castilla.
Este último confió a Manuel de Lardizábal la elaboración de un suplemento, que no fue aprobado.
Al no surgir respuesta oficial, se formaron colecciones privadas, por ej. “Teatro de la Legislación
Universal de España e Indias” de Antonio Javier Pérez y López (28 T, 1791-1798). Por orden
alfabético de materias reunió toda la legislación, incluyendo las leyes romanas, canónicas e
indianas. Las leyes castellanas no recopiladas las reprodujo en forma completa.
3º.- “Novísima Recopilación” (1805): desde ½ del s.XVIII se difundió por Europa la idea del
Código moderno. Hacia 1770 María Teresa de Austria promulga en el Imperio el 1º Código Penal
del continente. En España por iniciativa de Zenón Somodevilla, Marqués de la Ensenada propuso a
Fernando VI la creación de un “Código fernandino” que no prosperó. Carlos III promovió la
redacción de un Código Criminal basado en la revisión de las leyes vigentes. El trabajo lo realizó
de Lardizábal. Carlos IV ordenó a Juan de la Reguera continuar con el suplemento de Lardizábal.
El 1º hizo una revisión de toda la Nueva Recopilación. Aceptado el proyecto nació la “Novísima
Recopilación”, un año después que el Código Civil Francés (redactado en 1804, promulgado en
1807). El fin, según el R.D. que la ordena era el de reunir las nuevas disposiciones con la
recopilación anterior, de modo que de una y otras “resulte un cuerpo metódico de legislación”.
Siguió el inconveniente de la dispersión porque seguían vigentes las leyes de la Nueva
Recopilación no adoptadas por la novísima ni derogadas expresamente, como se exigía
expresamente desde 1714 para que una ley perdiera vigencia, por no permitirse la derogación por
falta de uso. Obra de 12 libros.

Leyes de Toro – 1505.-


Aprobadas por las Cortes de 1505 en la ciudad de Toro. Responden a un pedido de los Reyes
Católicos de promulgar leyes que solucionen contradicciones entre las leyes existentes y legislaran
sobre los mayorazgos. Conjunto de 83 Leyes aclaratorias y supletorias, inspiradas en el
Ordenamiento de Alcalá., en las opiniones de los juristas y decisiones judiciales. Ratifica el orden
de prelación de Leyes de 1348 y legisla sobre derecho de familia (matrimonio, herencias,
mayorazgos, etc.). Entre sus redactores se destacó Juan López de Palacios experto en asuntos de
Indias. Influencia decisiva en el derecho privado castellano. Estaban incorporadas a las

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recopilaciones, aunque se las conocía de forma independiente. De sus comentaristas destaca del
s. XVI Antonio Gómez. En Córdoba a fines del S.XVIII al surgir la Escuela de leyes se implantó
para obtener al licenciatura una Cátedra de Leyes de Toro, según los comentarios de Gómez.

HUMANISMO EN ESPAÑA Y PORTUGAL

El humanismo se propagó principalmente en los países protestantes o con fuerte influencia del
protestantismo, como lo eran Francia Holanda, Alemania y Suiza. Existió también un humanismo
ortodoxo representado por el inglés John Moore. Las conexiones entre el humanismo y la reforma
protestante hicieron que los reyes católicos españoles y portugueses desconfiaran de él y pusieran
trabas a su penetración, extensibles a toda novedad. Felipe II prohibió que se siguieran estudios
fuera de España, salvo en Italia y Portugal, países igualmente alejados de la influencia humanista
(1559). La cultura ibérica siguió siendo, por lo tanto, teocéntrica, escolástica en filosofía e itálica en
derecho. Esto no significó que se mantuviera absolutamente impermeable a las nuevas ideas.
Hubo manifestaciones humanistas (principalmente erasmistas) notables en los siglos XVI y XVII,
que culminaron en la segunda mitad del siglo XVIII con la ilustración. El filósofo valenciano Juan
Luis Vives (1492 –1540), de formación aristotélica, amigo de Erasmo y de Moore, fue la figura mas
importante del humanismo español: combatió la discordia y la guerra, exaltó la concordia y la paz,
destacó a la monarquía y las virtudes que debían adornar al príncipe, consideró a la justicia como
la virtud social por excelencia, derivó todos los derechos del natural, alabó la equidad y coincidió
con Aristóteles en que “es más feliz el estado gobernado por un valor excelente, que por una
excelente ley). Entre los juristas españoles del s. XVI se destacaron los obispos: Juan Agustín
(1517-1586) y Diego de Covarrubias y leiva (1512 –1577). Agustín, discípulo deAlciato y amigo de
Cujas (¿?), dominaba todas las humanidades y aplicó su ciencia al estudio crítico y edición de las
fuentes del Derecho canónico, entre ellas el Decreto de Graciano. Covarrubias fue uno de los mas
grandes juristas del siglo, presidente del Consejo de Castilla, fue admirador de Alciato (¿) y como
este, figura intermedia entre el mos italicus y el mos gallicus. La imposibilidad de encasillarlo en
una escuela determinada explica que se lo haya llamado a la vez “el Bártolo español”, por su
naturaleza jurídica y sus intereses hacia legislación real y la práctica forense.
En Portugal el humanismo no se manifestó en su forma pura y aún en la moderada, solo tuvo
expresiones parciales. Como en España, predominaron los juristas que combinaron el método
práctico de los comentaristas con las exigencias eruditas y los criterios interpretativos del mos
gallicus. Se destacaron el civilista Pedro de Barbosa (el Doctor Insigne), el canonista español
Martín de Azpilcueta (el doctor navarro), maestro de Coimbra, y Agustín Barbosa.

Portugal – Ordenaciones

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Este país se adelantó a Castilla en la recopilación, para resolver el problema de la dispersión y
confusión de normas. En 1445 a instancia de las cortes Juan I de P. ordenó la tarea que fue
continuada por su hijo Alfonso V, llamadas “Ordenaciones Alfonsinas” (1446/47). Esta reunió toda
clase de fuentes: leyes generales, resoluciones regias, concordatos, bulas papales, costumbres
estilos de los Tribunales leyes de Partidas y preceptos romanos y canónicos. Unificación del
derecho portugués con esta obra
Décadas después, las imperfecciones del texto hicieron necesaria su reforma ordenada del a ppios
del S. XVI por Manuel I. Texto definitivo en 1521: Ordenaciones Manuelinas. Actualización de las
anteriores. Mantuvo las estructuras con innovaciones en materia de interpretación de leyes y
Derecho subsidiario. A falta de Derecho nacional, romano y canónico, y antes de acudir a la glosa
de Acursio y Bártolo se recurriera a la “communis opinio”.
Libro desactualizado por el tiempo. Felipe I (II de España), titular de las 2 coronas dde 1581
impulsó la obra. Las “Ordenaciones Filipinas” – 1595 – fueron las que mas duraron, vigentes hasta
la codificación VER CUANDO SE SANCIONO COD. DE PORTUGAL. En Brasil duraron hasta
1916. Basadas en el texto anterior, le incorporaron al nueva legislación portuguesa, algunas leyes
castellanas (las del Toro). Las normas no recopiladas fueron derogadas.
De las leyes posteriores se destacan la “Ley de la Buena Razón” – 1769 - cuyo autor José
Carvalho y Mello, Marqués de Pombal. Según esta los litigios debían ser juzgados por las leyes
patrias y el estilo de la Corte, siempre que lo aprobase la “Casa de Suplicación” que era el tribunal
supremo del reino. Para que la costumbre sea fuente de derecho tenía que tener estos requisitos:
ser conforme a la buena razón (recta razón del racionalismo), no oponerse a la ley y tener mas de
cien años de antigüedad. El D. Romano se aplica de modo subsidiario cuando fuese conforme a la
buena razón. No se aplica la glosa de Acursio, la Opinión de Bártolo ni la communis opinio. En
materias políticas, económicas mercantiles y marítimas sería Derecho subsidiario el de las
naciones cristianas “iluminadas”. Relegó el derecho canónico a los Tribunales eclesiásticos.

Estructura política de España desde Carlos I hasta Carlos III


a) organización política:
Rey

Con funciones de Gobierno, Justicia, Guerra y Hacienda.

Real Consejo o Consejo de Castilla

Cuerpo consultivo para asuntos jurídicos y administrativos, el superior del Reino. Tenía
jurisdcicción sobre los reinos que componían Castilla, Andalucía, Galicia, Vizcaya. Creado por
Fernando III hacia 1250. Constituído por 1 Presidente, 1 Fiscal y 8 Letrados hasta el reinado de los

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Reyes Católicos. Desde Felipe II (1586) se aumentó el número de letrados a 16 y bajo Carlos II
(1691) a 20. Lo constituían 4 salas: de Gobierno, de Justicia (trabajaban en conjunto), de 1500
(tributaria) y de provincias. Desde 1640 las resoluciones podían ser tomadas sin consentiminento
del rey. Para la administración de los dominios existían otros “consejos”, por orden de categoría.
Consejo de Aragón: se ocupaba de la aldministración y política de Aragón, Navarra, Cataluña,
Baleares y Valencia. Los asuntos judiciales son tratados por el “Justicia Mayor”. El Consejo de
Aragón fue suprimido en 1711 por Felipe V después de levantarse en su contra durante la Guerra
de Sucesión.
Consejo de Indias: se ocupaba de todo lo concerniente a la administración y política de los
dominios de ultramar.
“ “ de Italia: administración de los dominios italianos Milanesado, Nápoles y Sicilia.
“ “ de Guerra: todo lo referente a la defensa del reino
“ “ de la Inquisición: inquisición
“ “ de la Santa Cruzada: se encargaba de la recaudación de los diezmos para la Santa
Sede
“ “ de Ordenes: se ocupaba de todo lo referente a las posesiones y patrimonio de las
Ordenes Militares, era el fuero jurisdiccional de la Nobleza. Trabajaba en conjunto con la Cámara
de Justicia del Consejo de Castilla.

Cortes

Asamblea consultiva de los tres estados del reino. Las primeras fueron llamadas en Aragón en
1163 y en castilla en 1250. Sólo podían hacer peticiones al rey y votar o rehusar los impuestos.
Eran llamadas por el soberano, con fines casi siempre tributarios, aunque se las necesitaba para
promulgar las leyes del reino
Virreynatos:

representación directa del rey, tiene función administrativa y jurisdiccional como máxima autoridad
del terrirotorio del virreynato. Son generalmente virreynatos los grandes territorios como Aragón,
Sicilia, Valencia etc. y los de las posesiones de Indias.

Capitanías Generales:

Igual que los virreynatos, pero de menor extensión y con carácter MILITAR por encontrarse
oralmente en zonas de frontera.

Gobernaciones:

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De menor extensión, con las mismas funciones que los otros dos. Eran gobernaciones, p. ej.
Flandes o el Milanesado, Paraguay o Córdoba del Tucumán. En grado supremo se acudía al
consejo que le correspondía por tema. Como última instancia judicial era el Consejo de Castilla

Chancillerías

Tribunal judicial supremo, similar a la Cortes Suprema actual. Se encarga de jurisdicción civil y
comercial. En lo criminal hay un Alcalde de Corte, que depende directamente del Consejo de
Castilla, y en grado de apelación de las sentencias de los corregidores.- todo esto en lo criminal.-

Reales Audiencias
Cámaras de apelaciones de las sentencias de los corregidores. Junto con ellas funcionaban de
forma independiente los Alcaldes del Crimen.

Corregidores

Gobernadores distritales con función jurisdiccional. Dependían directamente del rey.

Alcalde

Son los representantes municipales de la Justicia. Se encargan de la justicia ordinaria, teniendo


jurisdicción civil o y criminal (1 de cada uno). Seguían los lineamientos de cada fuero en particular:
militar, de órdenes, eclesiástico etc. Eran vecinos de cada municipio, legas.

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