El Manzano
El Manzano
El Manzano
MANZANO
Sofía Victoria.
Ser feliz de alguna manera…
AGRADECIMIENTOS
A toda mi familia por el simple hecho de existir, Jaime por amarlo y ser
real, a mis amigos por tenerlos...
Sola y feliz, pero así no se puede estar por siempre…
CAPITULO I: YO
Cabello ondulado, rojo, largo que llega siempre, sin excepción arriba de
mis glúteos, brazos delgados demasiado blancos para mi gusto, ojos cafés tan
claros que cualquiera podría decir que son marrones, una nariz pequeña,
alargada la cual hace buena simetría con mi cara y unos labios que para mí
son muy gruesos y pálidos, observo en el reflejo del vidrio de mi ventana.
Como suele decir la ridícula y egocéntrica de mi madre una bella un poco
estúpida, ya que según ella mi cerebro no es suficientemente bueno y con
tanta belleza no hare nada. Tal vez un marido rico, ella habla mucho aunque
nadie le pregunte nada.
Pienso que hablar en las mayorías de la veces esta de mas, prefiero
callarme y escuchar,después de todos a nadie le interesa escucharte, ellos solo
quieren hablar de sí mismo y sentirse importantes, novas a solucionar ningún
problema, así que mejor cállate.
Aunque no tenga conflictos con nadie, prefiero no tener amigos. He
tenido en toda mi vida una amiga como a los 8años con la que salía todo el
tiempo y ella dormía en mi casa casi que a diario, a la cual mi madre nunca le
prestaba atención, ni siquiera la veía, cosa que es muy normal en ella. Se
llamaba Cecilia, un día simplemente se fue, no sé donde pues no me dijo
nada, solo se fue,cuando ambas teníamos quince años yde ahí no he vuelto a
salir con nadie. Me siento mejor sola, nadie me molesta, y parece no
importarle nadie. Después de todo solo soy una chica de dieciocho años un
poco rara nada más.
Las personas en la calle caminan, parecen desorientados por el calor,
desde mi cuarto en el segundo piso de mi casa, los veo por la ventana casi
todos los días por al menos una hora, jamás jamás pasa nada emocionante
aquí. Me gustaría hacer a veces que las cosas cambien un poco.
Es realmente una pequeña ciudad con no más de treinta mil habitantes.
Liderada por un gordo idiota que solo se viste de azul marino,fuma todo el
día y aunque nadie lo diga tiene como veinte mujeres a su disposición,pues
vivimos casi bajo un régimen. Todo lo queél dice se hace y más vale que no
le lleves la contraria. Desde que soy conscienteél ha sido el que maneja las
cosas.
Si sigues las reglas la vida aquí es bastante sencilla:
1. —No saldrás de la cuidad sin permiso. El cual se lo dan a todos así que
no entiendo este punto
2. —No crearas disturbios, Ni problemas.
3. —No afectaras a tus vecinos.
4.-La educación es obligatoria.
Parece bastante sencillo y tranquilo, aunque he escuchado rumores que a
bastante gente le ha ido mal, pues muchos no les gusta tener reglas, según
piensa mi padre, a mi me parece simple curiosidad, yo quieroun día
largarmede aquí y nunca más volver, pues no solo por lo aburrido de la vida
si no también porque nadie de aquí realmente me agrada.
No me importaría muchodejar a mis padres puesto que nunca he tenido
una buena relación con ellos, y el cariño aquí es escaso, no tengo hermanos
pues aunque no esté en las reglas solo se permiten dos hijos por familia y mis
padres me tuvieron a mí por tener uno, más no porque me desearan
desesperadamente, aunque me amen o eso aparenta.
Me exalto cuando suena la puerta de mi cuarto, me doy la vuelta veo a mi
alrededorun cuarto melón mal pintado, pues yo lo pinte, iluminado, espacioso
y no con muchas cosas, solo una cama amplia la cual solo usa sabanas
blancas, una cómoda café oscuro donde coloco mis cosas, un espejo cuerpo
entero a lado derecho de la cama y al otro extremo del cuarto un ropero del
mismo color de la cómoda. Y como siempre cuando tocan la puerta tengo
dos opciones o salgo por la gran ventana en la cual me siento en la orilla para
ver a la gente o dejo que pasen.
Y pese a que para variar no quiero ver a nadie, dejo que pasen. Por la
puerta pasa Laura, la señora que trabaja en nuestra casa hace casi quinceaños,
ella tiene como cuarenta añoso más. Y si creen que yo no hablo,ella mucho
menos, pero a ella nadie la crítica. Lleva una cesta con ropa la cual deja sobre
mi cama para que yo la guarde.
—¿Vas a ir a comer Lucia?— Su voz como siempre fría, pero es laúnica
que me habla más seguido en esta casa. —En un momento bajo— sin más me
doy la vuelta y sigo viendo en por la ventana, aunque en verdad no veo nada.
Veo a mi padre sentado para variar en la cabecera a mi derecha y mi
madre ha salido con sus amigas, preferiría comer sola. Aunque con el no
hablo casi nunca, agradezco que no esté mi madre pues me pasaría criticando
el poco tiempo que me ve. Para variar la comida no me gusta así que me
limito a probarla y jugar con ella, después de un rato agradezco, me levanto y
me retiro.
Salgo al patio delantero es realmente corto la puerta a la calle está a dos
metros llenos de plantas y flores y todo lo necesario para tener una buena
apariencia. Salgo de la casa la calle llena de personas todos vestidos
semiformal como es aquí, yo con mi vestido negro estilo princesaestampado
de ridículas mariposas que compro mi madre.
Siempre hay un gran número de personas fuere de mi casa debido a que
mi casa está justo al frente de unas oficinas de la cuidad que se encargan
según he escuchado de la seguridad de los ciudadanos.
No es una buena ubicación para una oficina, pues es un lugar residencial,
vivo en Las Bayas, es el nombre de mi sector,aquí casi todo tiene nombre
frutal, el nombre de esta estúpida cuidad es Durián, creo que le pusieron este
nombre hace ya muchísimo tiempo en honor a una fruta que había en
abundancia, la cual ya no se ve.
Desde la puerta de mi casa a aproximadamente veinte metros de la
derecha hay un camino irregular y de tierra por el cual no cruza ningún carro,
suelo ir porque nadie va y por ende nadie me ve. Al meterme por el camino
de tierra avanzo como veinte minutos por debajo las ramas de los arboles,
me llegan pocos rayos de luz solar, escucho el ruido de cierto animales,
aunque casi nunca los vea, hasta llegar a un punto del bosque.
Y me detengo justo a lado de unárbol de manzanas. Alque solía venir
cuando era niña con Cecilia, antes era mucho más grande, lo mas probable es
que sea yo quien crecido. Pero sigue siendo perfecto, jamás he comido ni una
manzana puesto que no me gustan,pero amo el olor de esoárbol, es elúnico
que hay no sé como llego aquí, pero aquí esta.
Después de diezminutos cuando pienso en volver, pues esta vez no traje
nada para leer y me empiezo a aburrir. Escucho a alguien atrás de mi, pisadas
me asusta un poco debido a que jamás viene nadie a este lugar. Al darme
media vuelta lo veo, no sé si es por el poco contacto que tengo con el mundo
exterior y con las personas o es el hombre más raro que he visto en mi vida,
pues va todo sucio, lleno de lodo.
—Hola— digo, lo cual suena muy estúpido cuando sale de mi boca.
—Ah hola— responde — ¿Sabes cómo carajo salir de aquí?, soy nuevo y
me creí explorador, ya van dos horas perdido—. termina de decir apoyando
sus manos en las caderas, mientras me ve.
Me limito a afirmar con la cabeza y camino hacia la salida. Durante el
camino ninguno pronuncio ni una sola palabra,el va detrás mío, llegamos al
final del camino de tierra, hemos llegado, doy vuelta para verlo y está
limpiando sus zapatos, —bueno adiós— le digo esperando poder irme, —No,
espera— diceél y por primera vez me fijo en su rostro tiene cabello negro
corto un poco despeinado, ojos cafés claro almendrados, labios fino, rosa
pálido y una delgada muy respingada nariz, tés bronceada no exagerada.
Sudor en toda su frente cosa que no entiendo si yo no estoy sudando, una
cicatriz en la frente de medio centímetro justo de lado derecho, y parece que
recién le está saliendo la barba pues tiene bastantes lugares en los que no hay
nada.
Al levantarse y terminar de mal limpiar sus zapatos aun llenos de lodo,
me ve, es bastante alto me gana por lo menos con mas de una cabeza, aunque
siempre he creído que soy yo demasiado baja puesto que mido poco más de
metro y medio, es delgado. Lleva una camisa a rayas bastante fea, un par de
jeans suficientemente sucios para pasar por un vagabundo.
—¿Tú que hacías ahí?, en la mitad del bosque— me pregunta, espero
que no crea que en verdad le voy a responder. —Eso, no te importa realmente
— respondo, tiendo a ser agresiva cuando me cuestionan, pues lo odio.
—Perdón, pues trataba de ser agradable—
Me limito a mirarlo nada más. Después de unos segundos incómodos. Lo
veo y le digo —Bueno me voy— el me ve y no dice nada más. Después de
un rato estoy frente a una casa de dos pisos, color banco y ventanas cafés, mi
casa. Al entrar escucho sonidos en la sala y reconozco la voz de mi madre e
intento subir por las escaleras sin que me vea. Pero no sirve de nada escucha
mis pasos y me llama.
—Lucia— dice.
—Madre— respondo.
—Dónde estabas te esperábamos, vamos a salir hoy de noche así que
tienes que estar lista en dos horas. Tiene que notar mi falta de emoción por
que sigue hablando —Y no te estoy preguntando—. Solo asiento con la
cabeza y voy a mi dormitorio.
Dos horas después como era de esperarse no estoy lista, ilusionada con
que me dejen en casa con tal de no llegar tarde a una de sus importantes
reuniones, pero no, me apuran y tengo que medio arreglarme. Me cojo una
cola de caballo, y mi madre me obliga a ponerme algo de rímel, delineador y
brillo en mis paliduchos labios.
Salimos de la casa nos subimos al coche y mi madre maneja, odio tanto
este coche negro. Pues no me dejan subir sin antes limpiarme los pies.
Durante el camino solo me limito a ver por la ventana y escuchar a mi madre
decir que la reunión es de familias y que por eso me llevaban, que tenía que
aprender a ser más social, como si me interesara.
Una gran casa blanca con entrada para coches y personas que te ayudan a
parquear los carros, al entrar en ella hay gente por todos lados, la mayoría
mejor vestidos que yo, por lo que más tarde me reprocharan, por lo menos
traigo un vestido blanco bastante sencillo, pues todo lo que hay en mi armario
son vestidosa excepción de ciertas prendas.
Mas adelante cuando llegamos a lado de una mesa llena de bocaditos nos
encontramos con el jefe de mi padre, un hombre alto, delgado y siempre
amable y sonriendo, su nombre es Miguel y tiene una muy atractiva esposa y
dos hijas menores de aproximadamente diez años.
Entonces me saluda —Hola Lucia, que linda estas—.
—Gracias Miguel— respondo.—Eres muy parecida a tu madre— dice
tratando de alagarme o algo así. Después de todo mi madre es una mujer que
todo el mundo se da vuelta para observar, tiene un cuerpo envidiable, lleno de
curvas. Pelo rojo corto a nivel de los hombros y ojos azules intensos una cara
perfectamente simétrica, muy vanidosa, lastimosamente es una mujer tan
insoportable que solo la aguanta mi padre, debido a queél nunca escucha a
nadie.
Por otro lado mi padre un hombre no tan alto, bastante peludo, ojos
negros, cabello un color parecido a la miel, no atractivo y nada que llame la
atención, bastante simple en verdad, no sé que le vio mi madre a mi padre,
supongo que es elúnico hombre que puede vivir con ella.
Mientas mis madre y miguel hablan, yo como es normal busco una silla
pues me harte de estar aquí, busca de forma desesperada donde escapar, tanto
así que creo que la gente de este lugar ya se dio cuenta. Veo una puerta en la
parte posterior de la casa abierta la cual da al patio, y salgo por ella.
Puede que este patio sea uno de los más simples que haya visto, solo hay
dos pequeños arboles en los extremos del patio, una pequeña resbaladera y
dos columpios, camino escuchando el césped bajo mis pies, me siento en un
columpio y me meso levemente, veo de lejos una gran ventana,atreves de la
cual se ve a la mayoría de la gente de la reunión, de repente alguien se asoma
por la ventana, ve hacia afuera, me ve a mi por varios segundos.
CAPITULO II: LA PRIMERA CONVERSACION
Cae la noche, solo nos vemos, seguimos acostados en el sillon, nadie dice
nada, no me siento incomoda, siento que siempre lo he conocido, pero ya es
hora de irme, algún día lo llevaré a casa. Me levanto sin decir nada y me
coloco la ropa, el me queda viendo mientras lo hago, con una mirada
tranquila, feliz.
Como siempre me acompaña a casa, me deja antes de llegar y esta vez
nos despedimos con un beso, uno largo y cálido, adictivo para mi. Entro a
casa y escucho a mi padre llamándome desde su dormitorio, subo corriendo,
evitandosonreír y crear una mueca en mi cara.
Llego a la puerta de la habitación de mis padres —Padre,¿Me has
llamado?— pregunto mientras entro, el dormitorio de mis padres, es blanco,
con varias mesitas donde hay flores, adornos por donde quiera, tiene un gran
armario de madera negra que combina con lo demás. Una cama muy amplia
podrían perderme en ella y como toda la casa el piso de madera oscuro, el
está parado en medio de la habitación.
—Claro hija, me estaba preocupando por que hoy no te vimosaquí,
queríamos que salieras, pero también saber como estas, era solo para eso—
me dice pero no suena preocupado, me ve de forma tranquila, —Bueno
padre,¿Dónde está mi mamá?— Pregunto con poco interés. —Salió, con la
esposa de Miguel, no se exactamente a que, me dijo que este atento a que
llegues—.
—¿Me dirás algo mas?¿Me puedo retirar?— pregunto esperando que ya
pueda irme. —Claro anda— se da la vuelta y recoge en periódico que
esta en una de las mesas a unos tres pasos detrás deél, es loúltimo que
alcanzo a ver.
Bajo a la cocina, no veo a Laura, me preparo un emparedado, sirvo un
vaso de limonada y como sentada en la cocina, despues de un rato voy a mi
cuarto, me acuesto en mi cama y empieza una vez más mi cabeza a volar,
recordar; sin darme cuenta me quedo dormida.
Hoyme dedico solo a leer, pues se que no esta en su casa, si no
trabajando, además le toca venir aél;no llega, esta apuntó de anochecer,
¿Acaso no piensa venir?, pues yo no iré hoy. Anochece y no viene, me
empiezo a desesperar, lo quiero ver, lo quiero ver, no aguanto estar sin el,
hoy estoy como nunca estoy en pantaloncillos bombachos cortos color
marron, una blusa muy elegante negra, zapatillas romanas café claro, me cojo
una cola de caballo alta y me voy.
Por suerte nadie en mi casa me ve salir, pues ya paso la cena y comimos.
Camino tranquila hasta la casa de el, una vez en la puerta llamo tres veces,
escuchó pasos que se acercan, doy unpaso atrás, la puerta se abre al verlo
sonrío, se ha rasurado toda la barba, esta con una camisa blanca y unos
pantalones negros, se lo ve bien.
El me ve con cara de asombro pero no de ilusión, —Lucia, pasa— dice
el sin mucha ilusión, con expresión de asombro, al entrar veo que no esta
solo, hay alguien mas con el… en nuestro sillón o como yo así lo llamo, está
sentada una mujer más o menos de su edad, alta tal vez diez centimetro mas
que yo, cabello negro no tan largo, un poco mas abajo de los hombros, ella
me queda viendo y dibuja en sus labios que no son muy gruesos, una sonrisa
fingida…
Sus ojos están delineados son amplios algo felinos, marrones, sus nariz
respingona, pómulos normales y cachetes hundidos, el color de su piel es
bronceada y en cuanto su atractivo, si llama bastante la atencion, pero nada
de otro mundo y eso es suficiente para hacerme hervir, sufrir y odiarla, por
estar hay con el.
Me doy la vuelto y digo en voz baja —No sabía que estabas ocupado—
cierra la puerta, me ve, sonríe y dice en voz baja como yo —Para ti jamás
—. Me quedo parada, no se si voltear y avanzar o mejor irme y regresar
luego, pero no quiero que se queden solos, Thomas tiene que ver mi cara de
incertidumbre, —Ven Lucia, acompañamos— odio que me trate como una
amiga o algo similar, me limito a dar la vuelta y avanzar a la sala.
Me siento en el mueble de al frente, no esta a mas de metro y medio de
distancia o tal vez menos, trato de no verla, pero es casi imposible, busco
cosas en ella que sean imperfectas oestén mal, para sentirme mejor, veo que
tiene unas pocas arrugas en los ojos, nada inusual, pero eso no es suficiente,
algún día yo también, mientras tanto ella se limita a ver un folleto o algo así
que sostiene en sus manos y puedo observar que es de la la empresa de
Miguel.
Ni siquiera me he fijado en Thomas,toda mi atenciónesta sobre ella, así
que lo busco, veo que no esta en la sala pienso en levantarme,pero observo
que entra así que me detengo, —Bueno… Lucia te presento a Camila, es
una amiga, de donde vengo, le escribí hace un tiempo para ver si quería venir
a trabajar para Miguel— me dice con poco interés y ella deja de ver el
folleto, me ve, vuelve a sonreír, no me agrada su sonrisa.
No entiendo, el decía que este era un lugar aburrido, por que invita a
alguien ¿Y ahora se supone que tengo que decir algo?no quiero decir nada,
odio esto, nunca en mi vida había sentido celos, —Mucho gusto Lucía,
Thomas me ha hablado de ti— dice ella, tengo que responder y no sé qué
mierda decir —Ah…— es todo lo que logra escapar de mi boca en vez de:
Yo nunca he oído nada acerca de ti.
—Bueno, dime Camila,¿Qué piensas?— le pregunta Thomas viéndola y
con una pequeña sonrisa debujada en su cara, realmente me quiero largar de
aquí, evitar ver su sonrisa estúpida, —Me quedo— contesta ella, para mi
escomo un puñete en el estómago, me limito a observarlosy continúa
hablando —Pero tendrás que ayudarme a buscar un lugar donde vivir—. Le
dice a Thomas con una mirada que no es de mi agrado.
Acasoque no tiene donde vivir,¡¿Donde se supone que se está quedando?!
—Te puedes quedar en el hotel, encontraremos rápido algún lugar para ti,
además Lucia nos puede ayudar, ella conoce mejor el lugar— dice Thomas y
me regresa el alma al cuerpo, ella no duerme aquí, Thomas desvía su mirada
a mí, nos quedamos viendo sin decir nada y no puede evitar sonreirle pues
sus ojos tiene algo.
El sigue parado, relamemte no creo que mi ayuda cuente, el sabe que no
conozco nada aquí, aunque toda mi vida esta en esta cuidad, sin salir, ella se
levanta camina hacia Thomas, se acerca demasiado aél, demasiado para mi
gusto.
Esta con un vestido negro que a diferencia de los míosque son de niña, el
de ella se adjusta a su silueta y tiene un cuerpo de envidia, unos senos
promimentes, una cintura estrecha, piernas largas y buenas nalgas, la odio, la
odio, me quiero morir.
Y le dice a Thomas —¿Quieres ir a comer algo?— ¡¿Y yo?! ¡¿Acaso
no existo?! ¡¿Por qué solo le pregunta a el?! Thomas se da media vuelta,
empieza a caminar hacia a mí, me calmo un poco, se sienta a mi lado, apolla
sus brazos en sus rodillas, enlaza sus dedos, me queda viendo y dice —¿Si
Lucía quiere?—.
Lo veo, su cara esta a unos centímetro de mi, trato de no hacer ninguna
cara que refleje lo que pienso o siento, —Prefiero no salir, quedarme aquí
— digo en voz baja tratando de que ella no escuche, y al parecer no lo hace
—Bueno hermosa— responde Thomas, se levanta la ve y le dice —No,
tengo cosas que hacer con Lucia, para otro día será—.
Al parecer a ella le callo como una piedra, nos queda viendo, su mirada es
fría, la sonrisa a desaparecido de su cara y solo se limita a decir —Otro día
será, me voy Thomas, nos vemos mañana— ycon voz seria continúa
hablando —Un gusto Lucia— yo solo la veo no respondo nada, no creo
que sea necesario, —Cuídate Camila— dice Thomas, ella se da la vuelta y
la veo salir de la casa.
Thomas se vuelve a sentar a mi lado, sin darme cuenta me agarra del
cabello en la parte posterior de mi cabeza gira mi cara y me besa, con su otra
mano coge mi pierna empieza por la rodilla hasta llegar mi cintura, me sujeta,
me carga entre sus brazos y vamos a su cuarto por primera vez.
Es realmente grande de paredes blanco ceniza, una lámpara de vidrio de
mediano tamaño en la mitad del techo, un escritorio lleno de todo lo que uno
necesita para el trabajo muy desordenando, el resto del cuarto esta en orden
absoluto, su cama es gigantecon sabanas cafés oscuro, el armario esta justo a
la derecha de la cama, ambas puertas tienen espejo las cuales reflejan la
cama.
Una mesa pequeña del otro lado de la cama donde hay un reloj, no
alcanzo a ver nada mas, pues me lanza a la cama, me quita la ropa a mi y
luego se quita la de el, todo empieza de nuevo, esta vez es mejor, esta vez
llego mas alto, hoy todo es mas brusco, mas físico y lo podemos observarlo
en el espejo.
Sus ojos claros brilla están tan cercaa los míosque siento sus pestañas
cuando parpadea, se enlazan, lo amo, pero como puedo amarlo, si aun siento
que no lo conozco y por obvias razones no se lo dire, no tengo idea lo que el
siente por mi, tal vez para el no sea nada mas que algo pasajero, así que no se
lo diré, si algún día se va supongo que simplemente tendré que continuar,
pero no, no quiero, no se ira.
—¿Acaso piensas amanecer aquí? Eso me encantaría, pero no quiere que
estés en problemas— me dice alejándose nos centímetros de mi, su cama es
realmente muy cómoda y sus sabanas suaves. —Sí, sabes que no puedo
quedarme, tal vez podamos vernos mañana— respondosinénfasis —Tal vez
nada, nos veremos, hoy te iba a ir a buscar, pero te adelantaste, por esa mi
sorpresa— me responde y hago lo posible por no pensar en ella.
Sentada aquí cuando llegué, como odio esa imagen y el ve mi cara de
disgusto, —Lucia, si esa cara es por Camilla es una ridiculez, es una amiga,
jamás será más que eso— me dice algo enojado, si claro una amiga con un
cuerpo de envidia, con la cual estas sólo en tu casa, —Si, no importa—
respondo, me levanto y me coloco la ropa.
Amanece, estoy en mi cuarto, el sol me da en la cara y me fastidia, ya no
recuerdo la ultima vez que me senté en la ventana a ver a las personas pasar,
hace mucho que no voy al manzano de visita o a leer algo, debería ir, no
estoy de buen humor me he levantando pensando en ella donde esta y si
acaso esta con Thomas.
Cojo un vestido corto, amplio abajo color rojo vino, me coloco unos
zapatos negros cerrados, me maquilló ligeramente y coloco en mis labios un
color rosa intenso, me veo bien, en cuanto a mi cuerpo, no se puede hacer
mucho, Thomasdijo que nos veríamos después del desayuno fuera de mi casa,
bajo a la cocina cojo un cupcake y un vaso de leche pura helada, y lo subo a
mi dormitorio para comer.
Me siento en la ventana y espero a que llegue, a cabo de un rato, lo veo
acercarse con una camiseta negro de cuello en v y blues jeans, sin hacer
mucho ruido bajo corriendo, mis padres no me ven desde ayer, salgo de
casa;el sonríe al verme y le digo —Hola, ¿Donde vamos?— su repuesta
me desagrada —Con Camila, recuerda, prometí ayudarla a encontrar casa y
tu me acompañaras—.
Claro yo los acompañare,¡idiotas! —Vamos— es loúnico que
respondo, me agarra la mano y yo ruego que nadie nos vea, que nadie se
entere, que nadie pregunte, pues no salimos mucho de la mano con el sol en
lo alto —¿Donde está ella?— pregunto sin ganas de saber —Va a
esperarnos fuera de mi casa— me dice sin mas, que genial, otra vez metida
en la casa de Thomas, no repondo, solo camino.
Al llegar ahí esta con unos pantalones de blue Jean ajustados, una blusa
blanca holgada que la hace lucir bien y zapatos para caminar, tieneuna gran
sonrisa saluda con un beso en la mejilla a Thomas y a mi solo me dice“hola”
desde lejos,¡la odio!. —Bueno vamos, ya tengo unasopciones para ver, creó
que convendría algo pequeño— dice Thomas sin mucho interés.
—Realmente me gustaría una casa o departamento como la tuya, me
parece perfecto para una o dos personas…— dice ella con emoción y no deja
de verlo desde que lo saludó, no se si es mi cabeza que me juega sucio o
simplemente así son las cosas —Si algo así, hay una muy cerca de aqui
como a dos cuadras— dice Thomas y empieza a caminar yo lo sigo, voy a
su lado derecho y ella del otro.
No me agrada la idea de que viva tan cerca, tengo que hacer algo para que
encuentre un lugar más lejano, fuera de su vecindario. Mi padre siempre ha
hablado de un lugar casi en los extremos para salir de la cuidad, que es
realmente barato, por la distancia. ¡Mierda, mi papá!, no puede ser, hoy es el
cumpleaños de mi padre, tengo que regresar a casa, no puedo ir con Thomas,
mis padres se enfadarían conmigo si no estoy hoy en casa y no podría salir
mas, no quiero que vayan solos, pero no tengo mas opcion.
Me detengo, lo agarró del brazo a Thomas por lo quese detiene también,
ella se da cuenta unos pasos más adelante, hace lo mismo, Thomas queda
viendo, no con una cara muy tierna y de incertidumbre, pues no sabe que
quiero, —Thomas me tengo que ir a casa, es el cumpleaños de mi padre, lo
siento, me había olvidado— le digo y en su cara cambia adesilusión; ella
sonríe, al escuchar lo que digo.
—Que pena Lucia, sera para otra ocasión, vamos Thomas— dice ella
feliz, la odio, la odio y la quiero lejos de aquí, solo hago esto para poder ver
a Thomas mañana, para que no me molesten mis padres, —Tranquila
Lucía anda, después nos vemos— me dice con un tono de voz suave, me
da un beso en la frente. No quiero dejarlo con ella, no confió en ella, ni en
nadie.
Apretó mis dientes tanto que me duele, pues hiervo de rabia, solo quiero
pegarle, por aprovecharse de eso o eso creo yo que hace,¿Quien es ella?
¿Quién carajo se cree? Me doy cuenta que no se absolutamente nada sobre
ella —Nos vemos— le digo a Thomas, me doy la vuelta y me voy, hago
todo no posible para no ver atrás.
CAPITULO VIII: ELLA SE VA...
¿Que se supone que deba hacer ahora?, no hay luz, todo está oscuro,¿Qué
debo hacer con ella? ¡Nadie jamás viene aquí!, será mejor esconderla y
regresar mañana. La agarro de los pies y empiezo a arrastrarla, es realmente
pesada, no pareciera, la coloco detrás del manzano, creo que debería
asegúrame, solo por precaución…
Camino al lugar donde deje caer la roca con la que la golpeé, me agacho
y la sostengo, me la quedo viendo algunos segundo, me levanto y me dirijo
nuevamente a Camila, si es que aun se la puede llamar así, me acerco a ella y
sin verla, golpeo con la roca la parte lateral derecha de su cabeza, con
fuerza… y lo repito… creo que dos veces es más que suficiente, después de
todo se supone que ya esta muerta; ruego que nadie,¡Nadie!, se fije en su
ausencia, nosé que pensaría Thomas de esto.
Esto es algo que tal vez no deba contárselo, claro que no, quedare como
una¡Loca!, ahora soy una asesina, una asesina… he matado a alguien, pero lo
que realmente me asusta es… que no me importa… ¿Donde esta el
sentimiento de culpa que debería experimentar?¿Dónde está el miedo?,
¿Dónde está el llanto?,¿Por qué me siento tan tranquila?,¿Quién soy?...
No tengo donde limpiar mis manos, mi ropa debe estar manchada de
sangre,camino a casa, tan rápido que no veo la diferencia entre correr,
necesito quitarme la sangre de mis manos, estoy parada afuera de mi casa,
veo atreves de la ventana que mis padres están en el comedor,mierda tengo
que entrar y espero que ellos no me presten atención, atraviesola puerta
principal y escucho a mi madre llamándome, mierda madre ahora no —
Lucia ven, acompáñame a comer—.
Me limito a no verla y subir las escaleras corriendo — ¡Lucia, te he
dicho que vengas!— me dice gritando al ver que le he hecho caso omiso —
Madre ya voy, deja que tome una ducha, me he caído y estoy llena de lodo—
respondo en voz demasiado altamientras entro al baño y cierro la puerta con
seguro.
Me veo en el espejo que esta sobre el lavabo, mi ropa no tiene mancha
alguna de sangre, solo mis manos, abro la llave, me lavo las manos y veo
como el lavabo de blanco se mancha de rojo, un rojo intenso, un rojo vino,
muy hermoso es algo que me hipnotiza, termino de limpiarme,y limpio todo
para evitar dejar cualquier pista de que algo ocurrió, me saco la ropa y tomo
una ducha.
Me coloco la pijama, ruego que hoy no venga Thomas por mí, no podría
con mas emociones el día de hoy, solo quiero dormir, veo que mi madre ya
está en su dormitorio con mi padre,así que no iré a verlos, bajo para comer mi
merienda que de seguro la han guardado en la cocina. Al regresar a mi
dormitorio me limito a acostarme en mi cama y ver el techo.
En mi cabeza aparecen una y otra vez las palabras de ella,eso hace que
cada vez disfrute más lo que he hecho, y de alguna forma me asusta, ¿Que
sucede conmigo? no conocía esa parte poco humana que estaba dentro de mí,
no sé si hice lo correcto, sé que no lo es para la sociedad, pero ella me
provoco, ella me fue a buscar y me dio donde más me dolía, me dio motivos,
ella así lo quiso, ella quería eso, ella se lo busco, realmente no me afecta.
En la noche Thomas no va a buscarme, amanece y me levanto de nuevo
antes que todos en la casa, muero literalmente del hambre, voy a mi armario
cojo ropaágil y cómoda, pues hoy tengo algo que hacer y no puedo perder el
tiempo, como nunca me coloco un pantalón licra negro, una blusa ploma
mangas cortas y unos zapatos deportivos bajos, rosado muy chillón horribles,
que me compro mi madre, pero son cómodos.
¿Acaso tengo que hacer como en los libros o en el cinema?y llevar una
pala, bolsas de basura, piola o cinta, no lo sé. Creo que no, creo que ya se que
hare con ella; voy a la cocina y al entra veo Laura y pongo cara de
preocupación, pues se que me va a invadir de preguntas. —¿A dónde vas con
tanto apura?— me pregunta —Escuche que te levantaste, no iras a ningún
lado sin desayunar como se debe,últimamente solo comes porquerías, si es
que comes,¡si es que vienes!— me dice.
Coloca en mis manos un par de huevos —Y te lo harás tu misma mientras
yo observare— termina de decir y sé que no podre salir de la casa si no hago
lo que ella me ordena, así que empiezo.
Cojo un par de sartenes donde cocino huevos revueltos, tocino,
salchichas, pan tostado y un vaso grande de jugo de manzana, pues no hay
naranjas. Lo coloco sobre la mesa que hay en la cocina y empiezo a comer,
trato de comer rápido sin que Laura se dé cuenta. Al terminar estoy tan llena
que siento que voy a vomitar, lavo mis platos para evitar que me vuelva a
llamar la atención y salgo de la casa.
En el camino me doy cuenta de que algún día mis padres se enteraran que
estoy con Thomas, alguien algún día se los van a contar y lo mejor sería que
yo fuera quien se los diga,¿Que pueden hacerme?, no me van a encerrar por
el resto de mi vida, no les quedara más que aceptarlo,así que tarde o mejor
dicho temprano lo hare… ¡Pero lo hare yo!,¡A mi manera!... ¡nadie más!
Llego al manzano, ahí esta ella, se la ve ¡terrible!, llena de lodo y sangre
en la cara, aunque no apeste, no huele precisamente a rosas, y al parecer está
empezando a hincharse, realmente ya no la quiere ver más ¡Nunca!, así que
rápidamente y con asco la agarro de las piernas y empiezo a arrastrarla, he
decidido botarla en el rio que pasa por aquí, que no está lejos, solo lo
suficiente para evitarme problemas; el rio carece de corriente, así que no
tendré que preocuparme de que vaya lejos. La arrastro tal vez 2 kilómetros…
no se cuanto tiempo me ha pasado entre arrastrarla y tomar pequeños
descansos, es realmente agotador, pensé en enterrarla por aquí, pero
cogeríamal olor y no podría leer en paz.
Al llegar al borde del rio, dejo caer sus piernas al suelo y la observo por
unos segundos con total indiferencia, —Lo siento, no es algo que quería
hacer o eso creo, pero tú me provocaste, lo pediste a gritosy te sigo
odiando…— jamás responderá y parece un poco injusto. Me agacho a un
lado de ella, la empujo y la veo caer aproximadamente unos dos metro hacia
el rio.
Al impactar con el agua salpican,unas pequeñas gotas llegan hasta mí,
veo como se hunde de forma lenta hasta que desaparece y me inunda una ola
de tranquilidad, a mi cabeza viene una seria de dudas, que pasaría si la
buscan, creo que iría a la cárcel, aunque aquí nadie además de Thomas la
conoce realmente, no debería preocuparme mucho, me quedo parada un rato
me doy la vuelta y decido ir a buscar a Thomas, ojala este en casa,
porquerealmente lo extraño.
Para evitar problemas en casa decido ir a almorzar, igual la probabilidad
de encontrar a Thomas en casa en muy baja; al pasar por la puerta de entrada,
subo las escaleras para cambiarme de ropa, mis zapatos están llenos de lodo,
entro a mi dormitorio, me saco los zapatos y los coloco dentro del armario,al
fondo para que nadie los encuentre, ojala, me saco lo que llevo puesto lo
arrojo al piso y busco ropa interior, algo que llame la atención.
Encima coloco un vestido rojo, rojo fuerte, zapatillas cafés, coloco
maquillaje en mi cara, muy poco. Bajo las escaleras, escucho ruidos en la
cocina y decido ir para encontrarme con Laura, al entrar veo que no es Laura
la que está ahí, si no mi madre cocinando, tal vez Laura tomo el día libre o
algo por el estilo, prefiero no preguntar...
Al verme mi madre no dice nada, solo me ve con una mirada asesina, solo
espero que ella no tenga una roca, al pensar esto me causa risa y no puedo
evitar reír levemente —¿Qué causa tanta¡gracia!Lucia?¿Y a que se debe el
milagro de tu visita el día de hoy?— dice sin verme, mi madre, a veces
siento que la quiero, tal vez sea así, veo a Rebecca mientras cocina, saca cosa,
guarda otras, lava, pica, termina.
Me siento poco culpable de no ofrecerme a ayudarla —Lucia pon la
mesa— me dice sin verme y con voz firme —¿Para dos?— pregunto al
aire —¡Claro Lucia!,¿Quién mas vendría a comer?— me pregunta algo
enojada sin esperar respuesta, me limito a levantarme y a colocar solo dos
puestos en nuestra mesa para seis. Ella coloca un par de platos que al parecer
están llenos deespaguetis con albóndigas, esta comida si me gusta…
Me siento justo al frente de ella en los laterales de la mesa y como
despacio, para evitar que me reproche algo mas, ninguna de las dos dice
nada, pero puedo ver el resentimiento en sus ojos. Al terminar mi
comidaespero que termine ella también, y cuando lo hace recojo el plato de
ambas, me dirijo a la cocina a lavarlos. Al salir de la cocina mi madre sigue
sentada en la mesa y solo mira al frente atreves de la ventana del comedor.
Es grande, de ella caen cortinas cafés y marrón, la veo y puedo notar sus
arrugas en los ojos,y el cansancio en su expresión, No digo nada. —Gracias
por lavar los platos Lucia, voy a subir a dormir un rato, si alguna vez
necesitas algo o quieres hablar conmigo, ya sabes dónde estoy, recuérdalo.
Por cierto me encanta tu corte de cabello, te vez diferente— me dice sin
dejar de ver la ventana, pero lo dice en serio, y yo no me muevo de donde
estoy parada en el portal de la puerta de la cocina.
Después de unos segundos que parecían minutos se para y sube las
escaleras de la casa, cuando la pierdo de vista, salgo en dirección a la casa de
Thomas...
Estoy parada en su puerta, esta vez no la toco solo me limito a entrar y
una vez mas esta se encuentra abierta, entro y cierro la puerta detrás de mi —
¿Thomas?— digo en voz alta y al no escuchar respuesta repito su nombre
dos veces más y nada cambia.
Sigo para en la entrada de la casa, decido ir a su cuarto y esperarlo ahí.
Veo su cama la cual no ha ordenado y me acuesto en ella, es tan cómodo, me
vuelvo adicta a ella pues tiene su olor, no quiero dejar de olerlo; me quedo
dormida.
No sé cuánto tiempo he dormido, al levantarme veo atreves de la ventana
del cuarto, es tarde, probablemente anochezca dentro de un par de horas.¡¿A
qué hora va a llegar?! De repente escucho ruidosy al parecer viene del baño
que está a mi derecha dentro del dormitorio, a aproximadamente ocho pasos,
me quedo helada, pero… ¿Quien más puede ser, aparte de Thomas?, aunque
no recuerdo haber cerrado la puerta de entrada con seguro.
Alguien sale del baño, con una toalla amarrada las caderas, al parecer
después de tomar una ducha, me siento y lo veo es el, es perfecto, me encanta
y ahora no hay nada que se atraviese en medio de nosotros —Lucia has
despertado, me encanto verte dormir, tienes realmente el sueño muy pesado
— me dice al verme despierta,y sonríe.
—¿Hace cuanto tiempo llegaste?— le pregunto riendo —Lo
suficiente para verte dormir dos horas, ver como se subía tu vestido y
apreciar lo hermosa que es tu ropa interior— cuando dice esto no puedo
evitar sonrojarme y¡Hervir por dentro!.
El se sienta en el borde derecho de la cama, al extremo contrario al que yo
estoy y no puedo evitarlo, me lanzo encima deél,lo beso, por primera vez la
que inicia con todo soy yo. No me avergüenzo me desinhibo, se vuelve algo
salvaje y eso me encanta.
CAPITULO X: MENTIRAS
Señorita Patrick, tiene usted una hermosa mirada, me encanta, dice riendo
mientras mi mentón reposa en su pecho, mi mirada descansa en sus ojos, y mi
cuerpo desnudo se encuentra boca abajo, no tengo idea como sabe mi
apellido, supongo que ya debe haber conocido a mi padre o algo por el estilo,
¿Quien sabe tal vez hurgo en mi correo?.
Me doy cuenta que no sé su apellido, como puedo sentirme tan aferrada a
alguien que aun no termino de conocer,¡nunca!si quiera me importo
preguntarle, es algo que ni pensé y realmente sigue sin importarme,¡Cual sea
no va a afectar el rumbo de mi vida en este momento!.
Su sabana nos tapa dejando libres los pies y nuestros pechos, para variar
no hacemos más que vernos, Thomas interrumpe el silencio.
—Ayer te fui a buscar al anochecer a tu casa¿dónde estabas? ¿Y por qué no
me dijiste que te cortarías el cabello? No sabía que podías verte más hermosa
— me dice alzando una ceja,me había olvidado completamente del corte de
cabello.
No sé qué decir, yo no voy a ningún lado nunca, es mejor no decir que
estaba en el manzano Para evita cualquier inconveniente, y obviono es buena
idea que sepa que paso, podría dejarme y eso no es algo con lo que me lleve
bien.
Lo necesito,¡No puedo estar sinél!y¡No diré nada que pueda acabar con
esto!, a mi estúpida cabeza no se le ocurre nada, tampoco podre decir que
estabaen casa, aunqueélsolo lanza piedras y probablemente no se de cuanta
cuando no estoy ahí, entonces respondo.
—Sabes… no se tu apellido, no debería darle información personal a
alguien que no conozco— respondo mientras sonrío y continuo
—Además, eres muy mal detective, estaba en casa, solo que
no en mi habitación, acompañaba a mi madre en la cocina, la ayudaba—
miento pues al anochecer, estaba acabando con la vida de alguien y
escuchando su ultimo respiro, ni siquiera dejo de verlo mientras respondo, no
parpadeo; miento muy bien.
—Bueno amargada,¿Quieres quedarte a dormir esta noche?— me dice
viéndome con algo parecido a una cara de suplica o es lo que aparenta, sé que
no puedo mi madre se daría cuenta y serio el fin de mis días. –Sí, sí quiero,
pero no, no lo hare, creo que necesitas más puntos para ganar algo así— le
digo sonriendo mientras me siento y le doy la espalda.
—Bueno entonces mañana comprare flores, vamos te acompaño a casa—
responde el mientras se levanta y coloca su ropa, al verlo lo imito.
Caminamos de la mano, ¡No me importa si me ven!,estoy feliz,
¡Realmente feliz!, se lodiré a mis padres pronto y tendrán que aceptarlo —
Thomas, sabes que mis padres tendrán que enterarse de esto,¿Verdad?— le
pregunto mientras caminamos en la oscuridad alumbrados por unos cuantos
faroles.
—Claro, pero prefiero que sepancuando tú quieras, después de todo, no
creo que esto les agrade, pero de todos modos, les gusto o no me quedare
contigo, fue muy difícil encontrarte y adueñarme de ti, no te dejare ir tan
fácilmente— se detiene,se inclina y me besa, una gran beso que quisiera que
no terminara jamás.
Nadie dice nada mas, llegamos a mi casa, es tarde no creo que nadie nos
vea, me acompaña a la puerta, nos quedamos parado frente al umbral y me
pregunta —¿Puedo quedarme esta noche aquí?— sin pensarlo afirmo con
la cabeza y la idea me encanta. —Pero entraras por la ventana, es fácil— le
digo con una sonrisa de complicidad, después de todo solo Laura entra a mi
cuarto y puedo cerrarlo con llave.
—Nos vemos en la ventana amargada— dice el, se da la vuelta y camina
hacia mi ventana, yo me limito a entrara a casa. Cuando toca mi pie el primer
escalón para ir a mi dormitorio, escucho la voz de Laura,está saliendo del
comedor. —Lucia, que guapo esta— me dice entre sonrisas —Tienes
buenos gustos muchacha, yo lo apruebo, tráelo a comer— y al terminar de
hablar se da la vuelta y se va, agradezco mucho que no me haya retenido, y
llenado de preguntas.
Al llegar a mi cuarto, me asomo por mi ventana y lo veo viendo hacia
arriba, esperándome, sonrío, abro la ventana y lo dejo entrar. Regreso a la
puerta la cierro bajo llave, el me abraza por detrás, me besa el cuello, me
lleva a la cama, nos acostamos, le doy la espalda, me abraza por detrás,
siento su respiración en mi nuca y eso me estremece, loúnico que hacemos es
dormir…
Escuchoque alguien llama a mi puerta, me levanto exaltada, no puede ser
la noche paso demasiado rápido, no quiero que Thomas se vaya aun, me doy
la vuelta y lo veo sentado aun confundido, viéndome. —
¿Quién?— pregunto. —Yo— reconozco la voz de Laura. —Ven más tarde
Laura, tengo sueño— respondo. —Más tarde nada, ordena tu cuarto,¡Tu
sola!— responde y la escucho alejarse.
Thomas me ve y mientras se limpia los ojos me dice —Lucia, tengo que
ir a casa a tomar una ducha e ir a trabajar, hoy es el primer día de Camila, ya
como psicóloga laboraly quiere que le enseñe algunas cosas— cuando
termina de hablar, me pregunto que pasara hoy en la tarde, pero bueno tengo
todo el día para pensarlo, después de todo yo no tengo ni idea donde esta, ni
que le paso a Camila o eso tiene que creer Thomas…
Lo ayudo a salir por la ventana y justo antes de bajar me ve y me besa la
frente, cuando toca el suelo, desde abajo me dice, como un susurro lo
suficientemente alto para que yo escuche, —No te bese en la boca, pues no sé
como amaneció hoy mi aliento— hace una mueca con la cara, sonríe, se da
la vuelta y veo como se aleja.
Yo regreso a la cama a dormir y me doy cuenta que falta realmente poco
para entrar a clases y lo odio. Escucho la puerta de nuevo —
Lucia, si ya terminaste de invernar, haz el favor y baja a comer— esta vez
es la voz de mi madre. Me levanto voy al baño, tomo una ducha, cepillo mis
dientes y frente al armario el dilema de todos los días, deberíamos todos usar
uniforme a diario.
Cojo un pantalón jean negro, una blusa blancas holgada y coloco en mis
pies las mismas zapatillas de ayer. Con la cara limpia bajo a almorzar. Esta la
comida sobre la mesa, al parecer mi madre a terminado de comer, está
sentada en la mesa, pero lee el diario, me siento en silencio y empiezo a
comer. —¿Donde iras hoy Lucia?— me pregunta sin dejar de leer el
periódico. —Voy a leer, nada más— respondo.
—Si vas a el bosque a leer por favor no te quedes hasta tarde, es
peligrosos estar ahí de noche— me dice sin verme aun —Tranquila, nunca
me quedo de noche —digo viéndola. Ella no respondo, así que dirijo mi
mirada de nuevo a la comida y me meto un bocado tras otro a la boca, veo a
Laura salir de la cocina —Lucia, espero hayas arreglado tu cuarto— me
dice,¡¿Hoy todo el mundo conspira en mi contra?! y no, no lo he hecho, pero
es más fácil mentir —Ya, arregle mi cuarto—.
Laura no contesta, solo sube las escaleras y mi madre me ve de forma
extraña y dice —Ah bueno, me parece bien que colabores un poco de vez
en cuando.— no sé por qué responde ella,pero está bien, realmente no me
importa... Termino de comer, cojo mis platos los llevo a la cocina los lavo y
demoro haciéndolo, al salir de la cocina mi madre no está, al parecer subió al
dormitorio, yo hago los mismo y me dirijo al mío.
Antes de cerrar la puerta, escucho de nuevo la voz de mi madre
— ¡Lucia!voy a salir regreso más tarde— Me dice en voz
alta y después de eso escucho la puerta de principal de la casa cerrarse.
Espero unos minutos y bajo paso por la biblioteca, esta vez cojo un libro
al azar, y salgo directo al manzano. Camino varios minutos al llegar respiro
profundamente el aire no huele a nada más que naturaleza, me siento a la
sombra delárbol y apoyo mi espalda en su tronco, esperando que no me
muerda para variar alguna hormiga, empiezo a leer...
A cabo de un rato de leer el libro veo que fue muy mala decisión coger al
azar,¡Pues es poesía!, ¡y esto no me agrada!, de todos modos no tengo más
opción y continúo con la lectura.
Al cabo de unas hora me levanto y decido ir a visitar a Camila a ver cómo
anda todo, avanzo hasta el rio al lugar donde la arroje, me asomo, no veo
nada, esta suficientemente profunda para no observar nada, he leído que los
muertos cuando se edematisan flotan, espero se haya atorado con alguna de
las miles de roca del rio, pues si flota podría ser una gran molestia para mi,
mientras más profunda se encuentre mejor, así no molestara mas.
Me doy la vuelta y me dirijo a casa de Thomas, al llegar al final del
camino de tierra lo veo, caminando hacia el manzano. —Lucia, iba a
buscarte, supuse que no estabas en casa,te extrañaba, ¿Cómo has estado?—
al terminar de hablar me besa en la frente. —Bien, estaba leyendo un poco
— respondo, ve el libro que llevo en la mano y yo trato de esconderlo —¿Los
mejores años de la poesía? Ok—. dice burlándose. —¡Me confundí de libro!
— digo y empiezo a enojarme, me limito a ver el camino hacia su casa y no
aél.
Caminamos de la mano sin hablar en absoluto, al llegar entramos el se
dirige a su cocina a buscar un vaso de agua y yo lo acompaño, nunca antes
había entrado a la cocina en esta casa, al entrar veo que es pequeña, e su gran
mayoría de madera, muy rustica, llama miatención.
Después de eso vamos al dormitorio, me siento en la cama,él se cambia
de ropa y se coloca algo más cómodo, trato de no verlo mientras se desviste,
pero es algo muy difícil, su cuerpo me atrae, mucho. Se saca el pantalón de
tela negro, se coloca unos pantaloncillos, después la camiseta y se coloca una
camisa blanca no ajustada.
Se acerca y se sienta a mi lado en la orilla de la cama —¿Me acompañas?
iré a buscar a la casa a Camila, hoy no fue a el trabajo, ella no es así, nunca
falta, es extraño,¿Tu no la has visto?— dice viéndome a los ojos.¡¿Por qué la
estúpida preocupación?! ¡No quiero gastar nuestro tiempo buscando a alguien
que está muerta! ¡Yno entiendo porqueél tiene que andar pendiente de ella!,
¡No puedo evitar enojarme!,¡Me hierve la sangre!.
Lo veo mi mirada cambia de tranquila a enojada,¡Tengo ganas de gritarle!
—¡Yo creo que ella es adulta y si no fue a trabajar es su responsabilidad!.
¡No, no la he visto desde laúltima vez que laíbamos a acompañar a buscar su
estúpido departamento!— empiezo a responder con un mal tono de voz y
cada vez aumento este —¡Además, si estas preocupado
anda a buscarla tu!,¡Yo no voy a ir!,¡Mejor me voy a mi casa!— el me ve,
responde, su cara se pone roja, arruga su frente y se juntan mas sus cejas, está
enojado.
—No entiendo tu respuesta Lucia, ni tu mal humor, solo te formule una
pregunta, si son celos, no entiendo sus bases, pues no te he dado motivos para
que los tengas— cuando termina de hablar me levanto, giro lo veo a los ojos
y digo —¡¿Vas a ir?! —pregunto cruzando los brazos y alzando una ceja. —
¡Sí, lucia, ya te dije que voy a ir, solo voy a preguntarle por qué no fue y me
gustaría que me acompañaras!— me respondo con un tono de voz duro y
frio que me deprime, pero yo continúo enojada.
—¡Bueno!...¡Que te vaya bien!— le grito, he gritado no pude
evitarlo¡Estoy tan enojada!¡Muero de ganas de darle un puñete ensu estúpida
cara!, así que después de gritarle, me doy la vuelta y me voy, antes de salir de
la casa ruego, que me llame y no vaya a ningún lado, pero no lo hace. Cruzo
la puerta y no me queda más que ir a mi casa.
CAPITULO XI: NUNCA MÁS