Ciclo Menstrual
Ciclo Menstrual
Ciclo Menstrual
5°A
Primer parcial
CICLO MENSTRUAL
El ciclo menstrual o ciclo sexual femenino es un periodo de
aproximadamente 28 días en el que la mujer experimenta
cambios en su cuerpo, especialmente en el útero y los ovarios
de su sistema reproductor, por la acción de las hormonas
sexuales femeninas.
Todos estos cambios tienen como objetivo preparar a la mujer
para un posible embarazo, desde que inicia su etapa
reproductiva con la primera menstruación, hasta que llega la
menopausia.
Se considera un ciclo contando desde el primer día de un
periodo o menstruación hasta el primer día del periodo
siguiente. La duración del ciclo puede variar entre 23 y 35 días
en función de la mujer, ya que algunas tienen ciclos más cortos o más largos.
Menarquia:
La primera menstruación, también conocida como menarquia, es el día en el que se produce el
primer sangrado vaginal con origen menstrual en una mujer, y supone la señal de que su cuerpo
ya es fértil y está capacitado para que los óvulos sean fecundados para dar lugar a un cigoto que
posteriormente se convertirá en el feto. Esta primera hemorragia menstrual de la mujer se
produce durante la pubertad, y está considerada como el evento central de este periodo. A partir
de la menarquia lo natural sería que se sucedan los ciclos menstruales con regularidad, aunque
es habitual que durante los primeros meses o de sangrado haya irregularidades en cuanto a la
frecuencia y en cuanto a la cantidad del periodo.
Hipotálamo
Está situado en la base del cerebro y es el responsable de secretar la hormona liberadora
de gonadotropinas (GnRH) de manera pulsátil. A su vez, la GnRH estimula a la hipófisis
para que libere otras hormonas reproductivas.
Hipófisis
Se encuentra en la glándula pituitaria del cerebro y es la encargada de secretar las
gonadotropinas en respuesta a la GnRH que llega a través del sistema portal. Las
gonadotropinas son las hormonas estimulantes tanto del testículo como del ovario.
Las gonadotropinas, también llamadas hormonas hipofisiarias, se enumeran a continuación:
FSH
Hormona foliculoestimulante. Actúa directamente sobre las gónadas para estimular la
producción de gametos, es decir, óvulos y espermatozoides.
LH
Hormona luteinizante. También actúa sobre las gónadas, pero tiene diferentes funciones.
Prolactina
Tiene una regulación distinta a las hormonas anteriores, pues su producción depende de
la dopamina secretada por el hipotálamo. Su función es estimular la producción de leche
en las glándulas mamarias.
La hipófisis también se encarga de la secreción de las hormonas oxitocina y vasopresina, las
cuales tienen varias funciones tanto en el hombre como en la mujer.
Las hormonas sexuales sintetizadas por el ovario de la mujer son los andrógenos, los estrógenos
y los progestágenos.
La regulación de esta esteroidogénesis (es el proceso por el cual se sintetizan hormonas
esteroideas) depende de la FSH y la LH. En este caso, la producción hormonal sigue los
siguientes pasos:
Estrógenos:
El estrógeno más importante es el estradiol (hormona sexual de la mujer). Aunque su mayor
producción es el ovario, también tiene lugar en las glándulas suprarrenales.
La producción de estradiol aumenta en la pubertad, se mantiene constante durante el periodo
fértil y, finalmente, desciende en la menopausia. No obstante, el estradiol varía su nivel en
función del momento del ciclo menstrual en el que se encuentre la mujer.
Las funciones del estradiol a lo largo de la vida reproductiva de la mujer son las siguientes:
Se encarga del desarrollo del aparato genital femenino: ovarios, útero y vagina.
Es la responsable de la aparición de los caracteres sexuales secundarios femeninos en la
pubertad: desarrollo de los pechos, inicio de la menstruación, crecimiento del vello, voz
más aguda, cambios en el esqueleto, etc.
Asegura el crecimiento de un solo folículo ovárico en cada ciclo menstrual.
Activa la producción de la LH para desencadenar la ovulación.
Favorece el crecimiento del endometrio durante la primera mitad del ciclo menstrual.
Disminuir la viscosidad del flujo vaginal durante los días fértiles.
Progesterona:
La progesterona es una hormona sexual esteroidea muy importante durante el ciclo menstrual y,
sobre todo, para el mantenimiento del embarazo.
Los órganos principales que sintetizan progesterona son los ovarios y la placenta, pero también
puede ser secretada por las glándulas adrenales y el hígado.
Al igual que el estradiol, la producción de progesterona se inicia con la pubertad y disminuye con
la llegada de la menopausia. En cierta medida, la progesterona también actúa en el desarrollo de
los caracteres secundarios.
No obstante, las principales funciones de la progesterona son las siguientes:
Convierte al endometrio en receptivo para que pueda tener lugar la implantación
embrionaria.
Relaja los músculos del útero para favorecer la implantación.
Espesa el moco cervical para formar el tapón mucoso.
Estimula la producción de leche materna después del parto.
Su descenso provoca la llegada de la menstruación al final del ciclo menstrual.
Fase menstrual
El ciclo menstrual comienza con la llegada de la regla. La menstruación desencadena un
sangrado que es producto de la expulsión del endometrio. El endometrio es el revestimiento
interno del útero y se renueva todos los meses con el fin de albergar un embarazo. Si no existe
implantación embrionaria, el endometrio se desprende. La duración habitual de esta fase es de 4
a 7 días.
Fase folicular
Esta fase también se conoce como proliferativa o preovulatoria y en ella se produce el
crecimiento de los folículos ováricos. Se desarrolla desde el comienzo de la menstruación hasta
que tiene lugar la ovulación.
Cada mujer nace con una reserva ovárica de aproximadamente 500.000 folículos primordiales en
sus ovarios. Estos folículos permanecen en estado de espera hasta ser seleccionados para
desarrollarse en cada ciclo menstrual. Es precisamente el incremento de la hormona FSH El que
varios de estos folículos empiecen a crecer y migren hacia la superficie del ovario,
constituyéndose una cohorte folicular.
El desarrollo de la cohorte folicular provoca la síntesis y secreción del estradiol, cuya función de
regulación consiste en bloquear la producción de FSH por parte de la hipófisis.
La consecuencia de esto es un reclutamiento folicular: al disminuir el nivel de FSH, los folículos
ováricos no son capaces de sobrevivir y continuar con su desarrollo. Tan solo uno de ellos llegará
a madurar completamente y se convertirá en un folículo preovulatorio final.
Este folículo dominante es el denominado folículo de Graaf, el cual llega a medir unos 18 mm
antes de la ovulación. El resto de folículos quedarán bloqueados y degenerarán.
Además, los estrógenos producidos durante esta fase proliferativa también contribuyen a la
aparición de un moco cervical más acuoso y elástico, el cual favorece la entrada de
espermatozoides. Los estrógenos también actúan sobre el endometrio, favoreciendo su
engrosamiento.
Fase ovulatoria:
En esta fase, los niveles de estrógeno continúan incrementándose (llegan a su punto máximo
mientras que el nivel de progesterona comienza a elevarse) haciendo que el cuerpo de la mujer
produzca la hormona luteinizante (LH) la cual se encarga de liberar el óvulo de ese ciclo y
hacerlo salir del ovario. Es en este momento cuando ocurre la ovulación (aproximadamente
alrededor del día 14 del ciclo menstrual).
Los días fértiles son aquellos cercanos a la ovulación, es decir, se localizan hacia la mitad del
ciclo menstrual. Durante este periodo, existe una mayor probabilidad de embarazo si se
mantienen relaciones sexuales sin protección.
Una vez que es liberado, el óvulo se desplaza por las trompas de Falopio hasta llegar al útero.
Habitualmente, en cada ciclo menstrual, un único óvulo maduro es expulsado en una de las
trompas de Falopio. En ocasiones, puede suceder la ovulación de dos folículos, aumentando así
la probabilidad de tener un embarazo de mellizos.
Lo habitual es que el óvulo sobreviva hasta 24 horas fuera del ovario por lo que si durante este
periodo de tiempo entra en contacto con un espermatozoide, este puede ser fecundado y
producirse un embarazo.
En lo que respecta a los espermatozoides, estos tienen la capacidad de sobrevivir en el cuerpo
de la mujer entre 5 y 7 días. Esto quiere decir que si una mujer ha tenido relaciones sin
protección hasta cinco días antes de que tenga lugar su ovulación, hay riesgo de que pueda
quedarse embarazada.
En el caso de que no se produzca el embarazo, el óvulo no fecundado pierde su capacidad de ser
fecundado y su forma en las trompas de Falopio.
Fase lútea
La fase lútea también se conoce como fase secretora o postovulatoria y tiene lugar justo
después de la ovulación hasta el final del ciclo menstrual, es decir, hasta que vuelve a producirse
el sangrado menstrual.
A lo largo de estos días, el folículo dejado por el óvulo se transforma en un cuerpo amarillento
denominado cuerpo amarillo o cuerpo lúteo. Este cuerpo es el responsable de producir
estrógenos y progesterona, las dos hormonas que van a actuar sobre el endometrio.
En este momento, la progesterona es ahora la encargada de modificar el moco cervical para que
se vuelva nuevamente impenetrable por los espermatozoides.
Durante esta fase es habitual que la mujer empiece a experimentar los síntomas propios del
Síndrome Premenstrual los
cuales incluyen hinchazón en los senos, cambios bruscos de humor e hinchazón del abdomen.
La progesterona también actúa sobre el endometrio, que se vuelve más grueso y esponjoso
como resultado de un mayor riego sanguíneo. Gracias a ello, el endometrio se vuelve receptivo
para recibir al embrión y que se produzca la implantación.
En el caso de que el óvulo sí sea fecundado, este se quedará pegado a las paredes del útero y el
cuerpo empezará a producir HCG. Esta es una hormona encargada de mantener al folículo
produciendo estrógenos y progesterona en cantidades elevadas para sustentar al endometrio
hasta que se forme la placenta.
En caso de que el óvulo liberado no sea fecundado por un espermatozoide, el cuerpo lúteo
desaparece. En consecuencia, el folículo se contrae dentro del ovario y los nivelen de estrógeno
y progesterona empiezan a reducirse. Esto hace que el endometrio sea eliminado dando lugar a
la menstruación y al inicio del próximo ciclo, lo que se conoce como fase isquémica del ciclo
menstrual.
La disminución de las hormonas sexuales provoca que el endometrio se descame y se elimine
por la vagina produciendo de nuevo la menstruación.
Síntomas:
Cada fase del ciclo menstrual se caracteriza por la aparición de unos síntomas concretos,
aunque, con diferencia, los más significativos son los que se producen durante la fase lútea. En
esta etapa, la mujer empieza a sufrir las molestias del conocido Síndrome Premenstrual (SPM).
Estas molestias aparecen durante los 7 o 10 días anteriores a la llegada de la regla y se
mantienen durante las primeras horas o incluso días de la menstruación. Estos síntomas son los
siguientes:
Irritabilidad.
Ansiedad.
Vaivenes emocionales.
Depresión.
Dolor en el abdomen.
Pechos sensibles e hinchados (dolor mamario).
Cólicos y náuseas.
Retención de líquidos.
Dolor de cabeza.
Acné.
Cambios repentinos de humor
No obstante, la fase de la ovulación también provoca que la mujer esté mucho más sensible.
Además, durante esta etapa también es frecuente que aparezca el temido y odiado dolor de
ovarios. Sin embargo hay que recordar que ante cualquier tipo de dolor intenso, lo ideal es
acudir al ginecólogo. No debemos normalizar el dolor ya que, tras él, puede haber otros
problemas como endometriosis o Síndrome del Ovario Poliquístico.