Teoría Tema 1
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que analizamos la diferencia que existe entre el derecho y otras leyes como pueden ser las
morales, entendiendo que estas son las que buscan el bien individual de la persona mediante la
práctica de virtudes y el alejamiento de los vicios.
Superadas las doctrinas que establece una radical separación entre derecho y moral, hoy se
sostiene de manera general que ambos conceptos están íntimamente relacionados ya que tratan
de proporcionar una serie de normas cuyo fin es regular la conducta del hombre. Sin embargo,
esta estrecha relación no impide que existan diferencias que permitan identificar las normas
morales frente a las jurídicas; pasamos a analizar cuáles son estas diferencias a la vez que
exponemos las características del derecho.
2.2 características del Derecho
Si nos quedamos con la visión objetiva del derecho, éste se identifica con un conjunto de
normas. En este sentido podemos identificar las características de las normas jurídicas con las
características del derecho. Son:
a) Imperatividad: toda norma jurídica tiene un mandato o una prohibición, tendiendo todos
los ciudadanos el deber de acatarla. Las normas morales no se pueden imponer, sino
que dependen de la conciencia de cada individuo.
b) Abstracción: que significa desvinculación de la norma de toda situación real y concreta.
Las normas morales actúan sobre situaciones reales y concretas.
c) Generalidad: quiere decir que la norma no se refiere a personas concretas, sino a todos
los ciudadanos que resulten afectados por ellas. (A veces la norma afecta a una sola
persona actual, como ocurre con la CE al regular las facultades del Rey, pero la regla
valdrá para todos los que en el futuro ocupen igual posición). Las normas morales se
refieren a personas concretas.
d) Coercibilidad: en el sentido de que si la norma no se cumple de forma voluntaria, la
observancia de la misma puede ser impuesta coactivamente. La norma moral no se
puede imponer mediante coacción.
e) Publicidad: tiene que ser publicada antes de entrar en vigor. Las normas morales no se
publican, dependen de la conciencia del individuo.
f) Bilateralidad: el derecho no tiene sentido para un individuo aislado, sino para un
individuo en sociedad, pues contrapone las acciones de unos individuos a las acciones
de otros. Da normas de forma que lo que es posible para uno no puede ser impedido por
el otro. Las normas morales son unilaterales.
Debemos señalar que la clasificación que vamos a realizar corresponde al derecho objetivo, es
decir, del conjunto de preceptos o normas.
El derecho natural es el conjunto de normas fundamentales a las que debe atenerse el hombre al
vivir en sociedad y que surgen de la naturaleza de Dios y de la razón del hombre. Derecho no
escrito, sino impreso en la mente del hombre que le hace distinguir lo bueno de lo malo, lo justo
de lo injusto; representa la perfecta justicia o el ideal de lo justo.
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La distinción entre derecho público y privado es un problema tradicional de la teoría general del
derecho, y a pesar de lo mucho que se ha escrito sobre ella sigue siendo una cuestión difícil y
polémica. Se han propuesto varios criterios para distinguir estas dos ramas del derecho,
desarrollando el criterio más comúnmente aceptado.:
Se trata de tener en cuenta la posición que ocupan los sujetos en las relaciones que son objeto de
las normas. Cuando en esas relaciones aparece el Estado u otros entes públicos investidos de
imperium (es decir, asumiendo una posición de superioridad), de modo que el otro sujeto se
encuentra en situación de subordinación, hablamos de derecho público, y cuando nos referimos
a relaciones en que los dos sujetos (aún tratándose de entes públicos) están en plano de
igualdad, se considera que estamos en el campo del derecho privado. Tampoco es del todo
satisfactorio este criterio de distinción, porque a veces el derecho privado regula relaciones de
desigualdad entre los sujetos (por ejemplo los contratos de adhesión).
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La expresión “fuentes del derecho” puede aludir a muy distintas realidades, pero las acepciones
más comunes de la misma son dos:
a) Fuentes en sentido material: son las fuerzas sociales que producen legítimamente,
dentro de una organización jurídica. Los distintos tipos de normas que constituyen el
ordenamiento jurídico, es decir, la persona o personas o grupos que ostentan el poder o
facultad de crear normas jurídicas.
b) Fuentes en sentido formal: hacen referencia a la forma de expresión de la norma o
exteriorización que asume el derecho. Así, es fuente formal la ley (mediante la cual se
crean las normas que componen el derecho legislado) y la costumbre (mediante la cual
se crean las normas que componen el derecho consuetudinario).
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La enumeración concreta de las fuentes del derecho se encuentra en el Título Preliminar del CC,
concretamente en el art. 1 cuando establece “las fuentes del ordenamiento jurídico español, son
la ley, la costumbre y los principios generales del derecho” (por ese orden: la costumbre sólo
rige en defecto de ley aplicable y los principios generales del derecho rigen en defecto de ley y
costumbre).
Este artículo se refiere al carácter informador de todo el ordenamiento que tienen los principios
generales, a la eficacia de los Tratados internacionales y al papel complementario que tiene la
Jurisprudencia del TS en el sistema de fuentes. Empezaremos a definir cada una de ellas por
orden de prelación.
Clases de leyes:
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a) Las leyes orgánicas: que son “las relativas al desarrollo de los derechos
fundamentales y de las libertades públicas, las que aprueban los Estatutos de
autonomía y el régimen electoral general (LOREG), y las demás previstas en la
CE”, y que se caracterizan porque su “aprobación, modificación o derogación,
exigirá mayoría absoluta del Congreso, en una votación final sobre el conjunto del
proyecto”. Art. 81 CE.
b) Las leyes ordinarias, que pueden regular cualquier otra materia atribuida a la
competencia del Estado y para las que basta la mayoría de los miembros presentes
en cada Cámara.
Es una cuestión muy discutida la de cuál es la relación entre las leyes orgánicas y las ordinarias.
El criterio dominante hoy tiende a considerar que no hay una relación jerárquica sino
competencial, de modo que si una ley aprobada como orgánica contiene materia no propia de
este tipo de leyes, en esos aspectos será una ley ordinaria, que podrá ser modificada por otra de
la misma clase.
Los textos articulados: Requieren que la delegación de las Cortes Generales se haya
establecido en una ley de bases, que debe delimitar con precisión el objeto y alcance de
la delegación y los principios y criterios que han de seguirse en su ejercicio.
Los textos refundidos: Dictados en ejecución de una delegación contenida en una ley
ordinaria autorizando a refundir textos legales.
b) Los Decretos –Leyes: (art. 86 CE), que son disposiciones legislativas urgentes dictadas
por el Gobierno con las siguientes limitaciones:
La relación entre las normas del Estado y las de las CCAA es una relación no jerárquica sino
competencial, en función del esquema de reparto de competencias previsto en los arts. 148
(competencias de las CCAA) y 149 (competencias del Estado) de la CE y desarrollado por los
diversos Estatutos de Autonomía.
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Todas las normas anteriores tienen rango de ley. Por debajo de ellas, sin rango de ley se
encuentran los reglamentos. Son disposiciones normativas emanadas de los órganos del poder
ejecutivo, del Gobierno, al que corresponde la potestad reglamentaria (art. 97 de la CE). Si
emanan del Gobierno propiamente dicho, se dictan con la forma de Decretos, y si lo hacen de un
determinado Ministerio, con las Órdenes Ministeriales.
Estas normas tienen una importante limitación, y es que en virtud del principio de reserva de
ley, determinadas materias por imperativo de la CE necesariamente deben ser objeto de
regulación mediante una disposición con rango legal.
Según el art. 96 de la CE, los Tratados Internacionales válidamente celebrados una vez
publicados oficialmente en España, forman parte del Ordenamiento jurídico interno, normas. Lo
único que se requiere para su eficacia es la publicación en el BOE, requisito que con carácter
general se exige para todo tipo de normas en el art. 9.3 de la CE.
En la jerarquía de las fuentes de nuestro ordenamiento jurídico, está claro que los Tratados
Internacionales están subordinados a la CE, así se deriva del art. 95 CE, cuando establece que la
celebración de un tratado internacional que contenga estipulaciones contrarias a la CE exigirá la
previa reforma de la CE; de aquí se infiere que si la revisión no se produce no podrá celebrarse
un Tratado Internacional contrario a la CE. Además la misma CE prevé la posibilidad de un
control tanto previo como posterior de constitucionalidad de los Tratados, lo mismo que existen
esos controles respecto de la ley.
La cuestión que no está del todo clara, es si los Tratados poseen o no rango jerárquico superior
al de la ley. Una parte de la doctrina considera que los Tratados constituyen una especie de
escalón intermedio entre la CE y la ley, lo que significa que la ley está subordinada a ellos. Se
apoyan en el art. 96, cuando establece que las disposiciones del Tratado “solo podrán ser
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3. La costumbre:
Es la segunda fuente del derecho según el art. 1.1 del CC, que también establece su jerarquía en
el art. 1.3 CC: “La costumbre sólo regirá en defecto de ley aplicable, siempre que no sea
contraria a la moral o al orden público, y que resulte probada”.
Se produce no de modo autoritario y reflexivo como la ley, sino de modo espontáneo (por lo
tanto no está escrita) y en sentido jurídico podemos decir que es la reiteración de actos o
conductas repetidas durante cierto tiempo, de la que deviene una norma jurídica.
Por lo que se refiere a los requisitos de la costumbre, debe decirse que para la existencia de una
costumbre en sentido jurídico tienen que cumplirse determinados requisitos:
a) Es necesario que los actos de que se trate sean de uso continuado y constante, que se
repitan en el tiempo; una costumbre para llegar a convertirse en jurídica presupone un
largo lapso de tiempo durante el cual ha venido observándose.
b) Y además, que ese uso se cumpla con la convicción de que es una norma obligatoria, es
decir con ese consenso o elemento psicológico, que nos hace pensar que es válido,
cuando queramos alegarla.
c) Un tercer elemento recogido en el CC en el mismo art. 1.3, es el que establece que no
podrá la costumbre ser contraria a la ley, a la moral ni al orden público.
Dispone el art. 1.4 del CC, que “los principios generales del derecho se aplicarán en defecto de
ley o costumbre, sin perjuicio de su carácter informador del ordenamiento jurídico”.
Son una fuente supletoria de 2º grado, a falta de ley y de costumbre; así el derecho no tiene
lagunas, pues estos principios generales del derecho van a rellenar todos los posibles vacíos, y
de aquí la indudable importancia de esta fuente.
En primer lugar cumplen una función de fuente subsidiaria: son aplicables en ausencia
de ley o costumbre que regule una determinada cuestión. Debe recordarse aquí que si no
existe una norma escrita o de derecho consuetudinario que solucione un determinado
conflicto jurídico, el Juez no puede negarse a resolver a resolver el caso. Tiene siempre
la obligación de fallar, según se deduce del art. 1.7 CC, y para ello tendrá que acudir a
veces a los PGD.
También corresponde a los principios generales del derecho una función informadora
del ordenamiento jurídico, lo que significa que ha de acudirse a ellos para interpretar las
normas jurídicas. Lo cierto es que en la práctica se acude a los principios generales del
derecho más para cumplir esta finalidad que para que suministren por sí solos un
criterio de decisión, es decir, es más frecuente utilizarlos como elementos de
interpretación que como fuente del derecho.
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5. La Jurisprudencia:
El art. 1.6 CC dice textualmente: “La Jurisprudencia completará el ordenamiento jurídico con la
doctrina que, de modo reiterado, establezca el Tribunal Supremo al interpretar y aplicar la ley,
la costumbre y los principios generales del derecho”.
Completa el ordenamiento del derecho, pero no es fuente de derecho. Los jueces no tienen
potestad para crear derecho, solo lo aplican en los casos concretos que se les plantean.
Los Reglamentos: tienen alcance general y son directamente aplicables en cada Estado
miembro. Es decir, tienen plena vigencia en cada uno de los Estados miembros desde
que se publican en el DOUE, sin que sea necesario publicarlos en el Boletín o diario
oficial de cada país miembro, BOE en el caso de España.
Las Directivas: tienen como destinatarios a los Estados miembros y les obliga en cuanto
a un determinado resultado que deba conseguirse, pero dejan a las autoridades
nacionales la competencia para elegir la forma y los medios que deben utilizarse para
ello. Es decir, las directivas obligan a los países miembros a adaptar su derecho interno
a sus orientaciones, desinteresándose del medio de llevarlo a cabo. Tratan de armonizar
u homologar la legislación interna de los diferentes Estados miembros para la
consecución de terminados fines: normalmente tratan de evitar disfunciones en la
competencia o trabas a la circulación de personas, mercancías, capitales o servicios
dentro de la UE, que pudieran ocasionarse por la diversidad normativa entre los
diversos países.
Las Decisiones: se dirigen no a todos los Estados miembros, sino a uno individual, es
decir no mandan con carácter general.
Hay otras disposiciones de inferior rango, como son: las Recomendaciones y los
Dictámenes, que no tienen fuerza obligatoria, son como consejos, y por lo tanto no son
fuente de derecho, sin embargo hay que tenerlos en cuenta.
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1. Las fuentes del ordenamiento jurídico español son la ley, la costumbre y los principios
generales del derecho.
2. Carecerán de validez las disposiciones que contradigan otra de rango superior.
3. La costumbre sólo regirá en defecto de ley aplicable, siempre que no sea contraria a la
moral o al orden público, y que resulte probada.
Los usos jurídicos que no sean meramente interpretativos de una declaración de voluntad,
tendrán la consideración de costumbre.
4. Los principios generales del derecho se aplicarán en defecto de ley o costumbre, sin
perjuicio de su carácter informador del ordenamiento jurídico.
5. Las normas jurídicas contenidas en los tratados internacionales no serán de aplicación
directa en España en tanto no hayan pasado a formar parte del ordenamiento interno mediante
su publicación íntegra en el «Boletín Oficial del Estado».
6. La jurisprudencia complementará el ordenamiento jurídico con la doctrina que, de modo
reiterado, establezca el Tribunal Supremo al interpretar y aplicar la ley, la costumbre y los
principios generales del derecho.
7. Los Jueces y Tribunales tienen el deber inexcusable de resolver en todo caso los asuntos
de que conozcan, ateniéndose al sistema de fuentes establecido.
Artículo 2.
1. Las leyes entrarán en vigor a los veinte días de su completa publicación en el «Boletín
Oficial del Estado», si en ellas no se dispone otra cosa.
2. Las leyes sólo se derogan por otras posteriores. La derogación tendrá el alcance que
expresamente se disponga y se extenderá siempre a todo aquello que en la ley nueva, sobre la
misma materia sea incompatible con la anterior. Por la simple derogación de una ley no
recobran vigencia las que ésta hubiere derogado.
3. Las leyes no tendrán efecto retroactivo, si no dispusieren lo contrario.
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La CE regula las Cortes Generales en el Título III, en los arts. 66 a 96. Concretamente dice en el
art. 66:
1. Las Cortes Generales representan al pueblo español y están formadas por el Congreso de
los Diputados y el Senado.
2. Las Cortes Generales ejercen la potestad legislativa del Estado, aprueban sus
Presupuestos, controlan la acción del Gobierno y tienen las demás competencias que les
atribuya la Constitución.
3. Las Cortes Generales son inviolables.
El pueblo español es quien detenta la soberanía y participa en los asuntos públicos mediante los
representantes democráticamente elegidos que constituyen el Parlamento que ejerce el poder
legislativo o de aprobación de las leyes.
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Iniciativa legislativa
Función legislativa Elaborar las leyes
Convalidación o derogación de los
Decretos-Leyes
Aprobar los presupuestos generales
Función financiera del Estado
Potestad tributaria (establecer
impuestos, tasas y contribuciones)
Preguntas al gobierno
Función de control Moción de censura y cuestión de
confianza
Votación de investidura del
Presidente del Gobierno
Proveer la sucesión de la Corona
Otras funciones Designar al Defensor del Pueblo
Nombrar 4 Magistrados del TC
Nombrar 6 vocales del Tribunal de
Cuentas
Reformar la Constitución
Recibir las peticiones de los
ciudadanos
Nombrar 8 miembros para el CGPJ
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