LOGICA JURIDICA Material 1y2 Primer Parcial
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No. 1.
QUÉ ES LA LÓGICA:
LÓGICA es una ciencia formal que estudia la estructura o formas del pensamiento
humano (como proposiciones, conceptos y razonamientos) para establecer leyes y
principios válidos para obtener criterios de verdad.
Como adjetivo, 'lógico' o 'lógica' significa que algo sigue las reglas de la lógica y de
la razón. Indica también una consecuencia esperable natural o normal.
Procede del latín lógica, y a su vez del griego λογική (logike, 'que posee razón,
'intelectual', 'dialéctico', 'argumentativo'), que a su vez deriva de la palabra λόγος
(logos, 'palabra', 'pensamiento', 'razón', 'idea','argumento').
ANTECEDENTES:
LÓGICA JURÍDICA
•DEFINICIÓN:
La lógica jurídica como tal no puede existir, toda vez que no es una especie del
género lógica, sino lo que recibe ese nombre es solamente la aplicación de la lógica
a la ciencia del derecho.
KLUG, define la lógica jurídica como la teoría de las reglas lógico formales que
llegan a emplearse en la aplicación del Derecho. Asimismo subraya que la lógica
jurídica es aplicada intuitivamente por los jueces en los razonamientos de sus
sentencias, pero en ningún momento ha llegado a ser aplicada de manera reflexiva.
Se entiende también por Lógica jurídica, la lógica especial aplicada que, como sub-
clase de la lógica Deóntica, es una disciplina autónoma.
Esta disciplina es denominada también por algunos autores con otros nombres
como: “Lógica deóntica”, “Lógica del Discurso Normativo”, “Lógica de las normas”
(1).
1) PRINCIPIO DE IDENTIDAD:
Dos juicios contradictorios no pueden a un mismo tiempo falso. Uno de los dos
debe ser verdadero y el otro falso. Se excluye un tercer juicio verdadero entre 2
juicios contradictorios falsos.
Todo tiene su razón de ser. Hay razón suficiente para que un juicio sea verdadero
si el objeto al cual se refiere posee una identidad propia y sin determinaciones
contradictorias.
Las posiciones sobre la lógica como ciencia jurídica se ha visto reflejada en los
escritos de Bentham y en nuestro medio en gran media en la obra de García
Máynez que afirma: “ Es importante percatarse que no se trata (hablando sobre la
lógica jurídica) de una aplicación al campo del derecho, de las leyes supremas de
la lógica pura. Mientras las últimas se refieren a juicios enunciativos y afirman o
niegan algo de su verdad o falsedad, los otros principios aluden siempre a normas
y afirman o niegan algo de su validez o invalidez. Aquellas pertenecen, por ende,
a la lógica del ser, estos a la del deber jurídico.” (2)
Esta idea del sistema jurídico como un sistema de reglas deducidas de algunos
principios evidentes o naturales o –con otras palabras- esta idea de un legislador
racional y universal, llegó hasta la época de la Ilustración. La idea misma de una
codificación universal se inspiraba en el modelo de un ordenamiento jurídico como
sistema deductivo, cuyos caracteres especiales deberían ser la unidad, la
simplicidad, la integridad y la coherencia.
Esta concepción del sistema jurídico, basada en normas inferidas de teoremas, fue
sucedida por la Escuela Histórica del Derecho y su positivismo jurídico que
abandonó la idea de la legislación universal e inferible, por la de un sistema
legislativo cambiante conforme a las necesidades y convicciones predominantes
de la sociedad. No obstante, la conexión entre lógica y derecho subsistía, no en la
producción de normas sino en la aplicación de la ley.
En tanto que el ius naturalismo había creído poder reducir la actividad misma del
legislador a un complejo de operaciones lógica, circunscribiendo el nexo entre
derecho y lógica al momento mismo de la formación del ordenamiento, el
positivismo jurídico, que prevaleció en el desarrollo del pensamiento jurídico del
siglo XIX, abandonó el momento de la producción –para expresarse con una
fórmula sintética, aun cuando un poco burda- a las fuerzas irracionales de la
historia, y restringió el dominio de la lógica a un campo subordinado pero
igualmente bien delimitado, y no obstante vasto e importante, el de la aplicación de
la ley al caso concreto.
Bajo esta concepción surge la llamada teoría del silogismo jurídico que consiste,
grosso modo, en un razonamiento normativo cuya premisa mayor está compuesta
de una norma general, la premisa menor en los hechos y la conclusión en la norma
específica, deducida lógicamente de aquellas. En cuanto a su aplicación en la
ciencia del derecho, se delegó el trabajo de la lógica al estudio de la relación y
conexión de los conceptos y las normas jurídicas, al estudio de los postulados
fundamentales, lo que conllevaba, en la visión de los conceptualistas, a una
rigurosidad matemática en la ciencia del derecho.
Con la llegada de los neo kantianos y, en especial con su más conocido promotor,
Hans Kelsen, la conexión entre lógica y derecho fue reemplazada por lo que se
denominó el problema lógico del derecho, conduciéndola de la ciencia del derecho
hacia la filosofía del derecho y que puede entenderse mejor a través de la siguiente
analogía sobre la función de la lógica del derecho.
CONCLUSIONES
Teniendo en cuenta lo anteriormente enunciado comenzaré mis planteamientos
dilucidando sobre las diferencias existentes entre la lógica formal y la lógica
jurídica, para luego expresar nuestro concepto sobre posibilidad de considerar a la
lógica jurídica como ciencia autónoma.
DIFERENCIAS:
3) La lógica formal no busca la verdad de los hechos, dado que es una lógica
sintáctica que se adapta a una estructura, teniendo como único punto de referencia
la coherencia del razonamiento.
La lógica jurídica está formada tanto por una lógica formal como por una teoría de
la argumentación jurídica y es erróneo disociar y contraponer la lógica deductiva y
la argumentación jurídica.
BIBLIOGRAFÌA
(O) Introducción a la lógica jurídica, EDUBEBA, 1.973.
(1) FLORENCIO MIXAM MASS, LÔGICA JURÌDICA
(2) Jaime Mans Puigarnau, Lógica para juristas, Bosch, Casa Editorial, S.A.,
1.978
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES:
1.1 DEFINICIÓN DE LÓGICA
Por lo que hemos visto, podríamos decir que la lógica es la disciplina filosófica que tiene un carácter
formal, ya que estudia la estructura o formas de pensamiento (tales como conceptos, proposiciones,
razonamientos) con el objeto de establecer razonamientos o argumentos válidos o correctamente
lógicos.
Además de estudiar las estructuras que conforman el pensamiento, a la lógica le interesa descubrir
las leyes y los principios que permiten conducirnos con rigor, precisión y verdad hacia el
conocimiento.
Una definición que nos puede ayudar a resumir los principales objetivos de la lógica es la que nos
proporciona Gregorio Fingermann; para este autor la lógica es: "La ciencia de las leyes y de las
formas del pensamiento, que nos da normas para la investigación científica y nos suministra un
criterio de verdad". 1
En las siguientes páginas, nos dedicamos a la tarea de investigar cuáles son estas leyes o principios
que norman nuestro pensamiento, en qué consisten estas formas o estructuras del pensamiento
mismo, así como la naturaleza de estos criterios que nos orientan hacia la verdad; un tipo de verdad
formal que es la que le interesa estudiar a la lógica.
Ahora bien, esta definición, como otras muchas que encontramos en los textos, nos hace pensar que
la lógica solamente incide en un pensamiento o en un conocimiento especializado, como el científico
o el filosófico; sin embargo, esto no es así, pues además de que la lógica es un "instrumento" para
la ciencia, lo es también para nuestra vida diaria, pues el ejercicio de razonar y de reflexionar no se
reduce al ámbito científico, ya que es algo que a menudo llevamos a cabo a lo largo de pláticas,
discusiones y decisiones que la vida misma nos plantea. Por ello, en la actualidad se habla, incluso,
de una lógica informal que, a juicio del filósofo mexicano Alejandro Herrera, se propone examinar la
estructura de los razonamientos sobre cuestiones de la vida diaria y tiene una doble vertiente
analítica y evaluativa. Intenta superar el aspecto mecánico del estudio de la lógica, así como
entender y evaluar los argumentos con sus ámbitos naturales, por ejemplo, el jurídico, el estético y
el ético.2
Es preciso observar que la que te hemos proporcionado no es la única definición de lógica. De hecho,
la historia de la lógica registra una serie de opiniones sobre lo que es en sí esta ciencia y sus temas
y problemáticas. A manera de ejemplo, recordemos las siguientes:
a) "La lógica es la ciencia de la demostración, pues sólo se preocupa de formular reglas para alcanzar
verdades a través de la demostración" (Aristóteles).
b) "La lógica o arte de razonar es la parte de la ciencia que enseña el método para alcanzar la verdad"
(San Agustín).
c) "La lógica es la ciencia de las leyes necesarias del entendimiento y de la razón" (Kant).
d) "La lógica es la ciencia de la idea pura de la idea en el elemento abstracto del pensamiento"
(Hegel).
e) "La lógica es la ciencia de las aspiraciones intelectuales que sirven para estimación de la prueba"
(J. S. Mill).
Según las diferentes maneras de concebir o entender la lógica, ésta se ha venido caracterizando
como:
a) Una disciplina teórica. En cuanto que es considerada como una ciencia o un conocimiento "que
investiga, desarrolla y establece los principios fundamentales proveyendo los métodos necesarios
para distinguir el razonamiento correcto del incorrecto. A través de todos estos procesos, la lógica
pretende encontrar la verdad".3
b) Una disciplina práctica o normativa. En la medida en que entraña una técnica, un arte o una
destreza que nos permite interpretar el razonamiento correcto y a la vez criticar el razonamiento
incorrecto, de la manera como lo hizo Aristóteles en sus refutaciones sofísticas.
Así, muchas veces se dice que la utilidad de la lógica estriba en que nos enseña a pensar
correctamente y que, por ello, más que una ciencia es un verdadero arte o entrenamiento de nuestras
facultades cognoscitivas. Muchas veces se dice que la lógica es una "gimnasia" mental que nos
entrena a usar correctamente nuestro intelecto.
1
Gregorio Fingermann, Lógica y teoría del conocimiento, México, El Ateneo, 1977, p. 10.,
2
Alejandro Herrera, "Modus Ponens", Boletín mexicano de lógica, núm. 2, mayo-agosto, 1996,
pp. 2-3.,
3
Moisés Galicia Arrambide, Introducción a la lógica matemática, México, McGraw-Hill, 1976, p. 11.
UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES
LOGICA JURIDICA
MATERIAL No. 2.
La ciencia, dice Aristóteles, "se deriva de principios que son necesarios" y que no necesitan ser
demostrados porque son en sí mismos evidentes.
De esta manera, la ciencia, el conocimiento mismo, parte de ciertos principios fundamentales o
"puntos de partida", sin los cuales no sería posible pensar con orden, con sentido y rigor lógico.
La lógica tradicional nos habla de los principios lógicos supremos que rigen el proceso del
pensamiento. Estos principios son de tal amplitud que se aplican a las distintas ciencias particulares
(matemática, física, historia, etcétera).
El campo extraordinariamente amplio de aplicación de las leyes de la lógica se explica por el hecho
de que estas leyes reflejan facetas y relaciones de los objetos del mundo material tan simples que
se dan en todas partes. Estos principios lógicos son cuatro:
A) EL PRINCIPIO DE IDENTIDAD
Este principio establece que todo objeto es idéntico a sí mismo y se simboliza de esta manera:
"A es A"
Decir que una cosa es idéntica a sí misma significa que una cosa es una cosa. Podemos decir que
una cosa cambia constantemente, sin embargo, sigue siendo ese mismo objeto, pues si no fuese
así, no podríamos decir que ese objeto ha cambiado.
Todas las cosas, por mucho que estas cambien, tienen algo que las identifica, un sustrato lógico que
nos permite identificarlas en la totalidad de sus diversas situaciones. La identidad es una ley de
nuestro pensamiento, ya que éste reclama buscar la identidad de las cosas.
En primera instancia, cuando formalmente aludimos al primer principio lógico llamado de identidad,
nos referimos a los objetos o cosas, por lo cual, hablando con rigor, éste sería un principio de carácter
ontológico, porque nos referimos a las cosas (recordemos que la ontología estudia los objetos o
cosas). Para que fuera un principio estrictamente lógico tendríamos que aplicarlo o referirlo a los
juicios o enunciados, diciendo, por ejemplo: que "todo enunciado es idéntico asimismo".
Pues bien, es necesario tomar en cuenta esta misma observación al estudiar los demás principios
lógicos supremos que postula la lógica tradicional, en los cuales advertiremos siempre un plano
ontológico (cuando se refieren a objetos o cosas) y un plano lógico (cuando se refieren a formas
lógicas, como los juicios).
B) EL PRINCIPIO DE NO CONTRADICCIÓN
Este principio se enuncia diciendo: "es imposible que algo sea y no sea al mismo tiempo y en el
mismo sentido". En forma esquemática se puede simbolizar así:
"Es imposible que A sea B y no sea B."
Por ejemplo, no es posible que un objeto sea un libro y no sea, a la vez, un libro. Es posible pensar
que el objeto pueda ser algo ahora y no ser ese algo después, pero no al mismo tiempo. Así, lo que
antes fue un libro puede ser ahora basura o cenizas. Yo puedo estar aquí ahora y no estar después,
pero no al mismo tiempo.
Así como el principio de identidad nos dice que una cosa es una cosa, el principio de no contradicción
nos dice que una cosa no es dos cosas a la vez.
En el plano lógico, de los juicios, este principio de no contradicción nos dice que: dos juicios
contradictorios entre sí no pueden ser verdaderos los dos. Por ejemplo:
• "Todos los hombres son mortales."
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Si decimos, por ejemplo, que "el perro es un mamífero" y que "el perro no es mamífero", no podemos
rechazar estas dos proposiciones como falsas, pues no hay una tercera posibilidad.
En el principio de tercero excluido es preciso reconocer que una alternativa es falsa y otra verdadera
y que no cabría una tercera posibilidad.
RESUMEN
• La lógica es una disciplina que tiene un carácter formal ya que estudia las estructuras o formas del
pensamiento con el objeto de establecer cuáles son los razonamientos o argumentos válidos.
• El pensamiento se rige por cuatro principios lógicos que permiten pensar con orden, sentido y rigor:
el principio de identidad, de no contradicción, del tercero excluido y de razón suficiente.
• Principio de identidad: todo objeto es idéntico a sí mismo ("A es A").
• Principio de no contradicción: es imposible que algo sea y no sea al mismo tiempo y en el mismo
sentido ("es imposible que A sea B y no sea B").
• Principio del tercero excluido: todo tiene que ser o no ser ("A es B" o "A no es B").
• Principio de razón suficiente: todo objeto debe tener una razón suficiente que lo explique.
BIBLIOGRAFÍA
• Chapa de Santos R., María Elena, Introducción a la lógica y nociones de teoría del conocimiento,
México, Kapelusz, 1971, cap. 5 "Los principios lógicos", pp. 40-48.
• Leibniz, Monadología, Buenos Aires, Aguilar, 1972, parágrafos 29-37, pp. 35-38.
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La Lógica remite sus primeros historiales a la Grecia antigua donde Aristóteles, comienza a utilizar
el adjetivo lógico, cuyo significado comprende el amplio tipo de acepciones de los términos razón y
palabra. Podríamos considerar la lógica como La ciencia de pensar rectamente; es decir, no solo
como un proceso intelectual ordenado a obtener razonamientos correctos o formalmente válidos
(lógica formal o pura), sino también como un proceso que conduce al conocimiento verdadero (lógica
dialéctica o material).
Una de las ciencias que ponderó fehacientemente la utilización de la lógica como herramienta
aplicada a la obtención de razonamientos lógicos jurídicos, fue el Derecho, de lo cual se derivó la
aparición de la lógica jurídica.
Entendemos la lógica jurídica como la parte de la lógica que examina, desde el punto de vista formal,
las operaciones intelectuales del jurista, así como los productos mentales de esas operaciones:
conceptos, divisiones, definiciones, juicios y raciocinios jurídicos.
Desde la presentación de los hechos, en la demanda, hasta la redacción de los puntos resolutivos
de la sentencia, pasando por la demostración cierta, veraz, todo el juicio se inscribe en el contenido
de la lógica.
Cuando escuchamos la expresión de lógica jurídica, esta nos genera algunas impresiones. La
primera de ellas es concebir a la lógica como una “ciencia auxiliar” del Derecho, una especie de
“método de investigación” aplicable al Derecho, o bien, conceptualizamos esta lógica del Derecho,
como una “área del conocimiento jurídico”.
La lógica jurídica es una lógica material; es decir, sus reglas principales se encuentran en la lógica
formal, encaminadas a una disciplina como lo es en este caso al Derecho. La lógica jurídica es un
método de investigación para entender al Derecho, obtiene su principal fuente del conocimiento en
la razón y no de la experiencia; el empleo de un lenguaje simbólico del Derecho, permite también
formar un paradigma en el conocimiento jurídico, que infiere en resultados perfectos, es decir,
razonamientos tan exactos, como los que nos puede dar las matemáticas.
La lógica jurídica como tal no puede existir, toda vez que no es una especie del género lógica, sino
lo que recibe ese nombre es solamente la aplicación de la lógica a la ciencia del derecho.
Es el Estudio sistemático de las estructuras de las normas, los conceptos y los raciocinios jurídicos.
Sistematiza y determina la estructura de las normas. Ulrich Klug define la lógica jurídica como la
teoría de las reglas lógicos formales que llegan a emplearse en la aplicación del Derecho. Asimismo
subraya que la lógica jurídica es aplicada intuitivamente por los jueces en los razonamientos de sus
sentencias, pero en ningún momento ha llegado a ser aplicada de manera reflexiva.
El objeto de estudio de la lógica es el pensar en la caracterización general de las especies o clases
de pensamientos. Aun esta actividad tiene un fin, pues la caracterización de los pensamientos no es
un juego ocioso, sin propósito determinado, va dirigido a encontrar las vías o herramientas metódicas
a través de las cuales se captura el mundo de los pensamientos verdaderos. Así se explica que la
lógica desde siempre haya tenido como objeto básico el estudio de los métodos de las ciencias en
general.
En este desmembramiento de los campos de estudio, tanto de la lógica como de la metodología,
encontramos una íntima comunicación entre ellos, por eso la metodología forma parte de la lógica y
esta, de la filosofía.
La lógica estudia la forma de nuestros pensamientos (conceptos jurídicos, juicios, raciocinios)
solamente desde el punto de vista de su estructura; es decir, desde el punto de vista de su forma
lógica. Descubre leyes y reglas de la forma de nuestros pensamientos, en la perspectiva de la
verdad. Así la verdad se convierte en el horizonte de la lógica, haciendo su campo de estudio las
especies o clases de pensamientos.
Hasta ahora en el funcionamiento de la lógica, aparecen los elementos básicos de ella, que son:
pensamientos y verdad, pero falta mencionar el elemento lenguaje, considerado por muchos de los
versados en el tema de la lógica, como elemento más complejo en su estudio. Así, pensamientos,
verdad y lenguaje constituyen las estructuras internas de la lógica.
La relación entre derecho y lógica ha divergido en la historia. Las diferentes tendencias filosóficas
adoptadas por las Escuelas del Derecho, el progreso de la lógica y el ambiguo uso de este último
término, al cual se le han asignado concepciones y contenidos múltiples, es el motivo por el cual la
apreciación de su utilidad y aplicación al campo del derecho ha sido cambiante. Por esto, es prudente
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aclarar las tres concepciones principales sobre la relación entre derecho y lógica, a saber: la de los
ius naturalistas modernos, la de la jurisprudencia de los conceptos y la del formalismo neo kantiano.
El estudio del derecho conforme a los ius naturalistas modernos es semejante al estudio de la
geometría. Su percepción del derecho es la de un sistema deductivo que a partir de principios
naturales evidentes de la correcta actuación humana es posible inferir el resto de las normas que
rigen la conducta humana. Esta concepción del derecho aparece en autores como Thomas Hobbes,
quien en su obra Leviatán, pretende construir una teoría racional y universal del derecho.
Esta idea del sistema jurídico como un sistema de reglas deducidas de algunos principios evidentes
o naturales o –con otras palabras- esta idea de un legislador racional y universal, llegó hasta la época
de la Ilustración. La idea misma de una codificación universal se inspiraba en el modelo de un
ordenamiento jurídico como sistema deductivo, cuyos caracteres especiales deberían ser la unidad,
la simplicidad, la integridad y la coherencia.
Esta concepción del sistema jurídico, basada en normas inferidas de teoremas, fue sucedida por la
Escuela Histórica del Derecho y su positivismo jurídico que abandonó la idea de la legislación
universal e inferible, por la de un sistema legislativo cambiante conforme a las necesidades y
convicciones predominantes de la sociedad. No obstante, la conexión entre lógica y derecho
subsistía, no en la producción de normas sino en la aplicación de la ley.
En tanto que el ius naturalismo había creído poder reducir la actividad misma del legislador a un
complejo de operaciones lógica, circunscribiendo el nexo entre derecho y lógica al momento mismo
de la formación del ordenamiento, el positivismo jurídico, que prevaleció en el desarrollo del
pensamiento jurídico del siglo XIX, abandonó el momento de la producción –para expresarse con
una fórmula sintética, aun cuando un poco burda- a las fuerzas irracionales de la historia, y restringió
el dominio de la lógica a un campo subordinado pero igualmente bien delimitado, y no obstante vasto
e importante, el de la aplicación de la ley al caso concreto.
Bajo esta concepción surge la llamada teoría del silogismo jurídico que consiste, a groso modo, en
un razonamiento normativo cuya premisa mayor está compuesta de una norma general, la premisa
menor en los hechos y la conclusión en la norma específica, deducida lógicamente de aquellas. En
cuanto a su aplicación en la ciencia del derecho, se delegó el trabajo de la lógica al estudio de la
relación y conexión de los conceptos y las normas jurídicas, al estudio de los postulados
fundamentales, lo que conllevaba, en la visión de los conceptualistas, a una rigurosidad matemática
en la ciencia del derecho.
Con la llegada de los neo kantianos y, en especial con su más conocido promotor, Hans Kelsen, la
conexión entre lógica y derecho fue reemplazada por lo que se denominó el problema lógico del
derecho, conduciéndola de la ciencia del derecho hacia la filosofía del derecho
La lógica jurídica se ha convertido en una ciencia fundamental para legisladores, jueces,
jurisprudencia y abogados, porque la misma determina la metodología que rige la norma legal
empleada en los procedimientos jurídicos, sustentados en la correcta aplicación de la lógica,
instituyendo así, la valoración del raciocinio y la ponderación ética de quienes ejercen el Derecho.
Dentro del contenido de este tema, se han explicado oportunamente, varios argumentos esenciales
en la aplicación de la ciencia del Derecho, como lo son, los principios axiomáticos, donde de
determina la normativa a seguir dentro del marco jurídico, al redactar y articular las disposiciones de
la ley, dependiendo en su aspecto formal absolutamente de la lógica. Del mismo modo, hemos
desarrollado y analizado la importancia de la lógica jurídica en el Derecho, determinando que la
misma es empleada por los juristas bajo diversas concepciones y contenidos, con el fin de dotar de
racionalidad, objetividad y justificación a los sistemas jurídicos.
Por último, hemos indagado acerca de la relación de la lógica con otras ciencias, entre ellas, la
ciencia del derecho. Concluyendo que la lógica necesariamente, debe emplearse en todas las
ciencias, pues todas ellas de ocupan de la analogía del pensamiento entre diversas ideas.
Cada día se aprecia más y mejor la necesidad de una formación lógico jurídica, tras la búsqueda de
una específica y relevante alineación científica del jurista que le sirva de matriz en la correcta
solución de los procesos legales. De allí, parte la importancia de la buena orientación que, nosotros,
como futuros abogados debemos reflejar en el transcurso del ejercicio del Derecho, así como los
conocimientos que más nos nutran durante la formación académica, de manera que el aprendizaje
adquirido sea instrumento de ponderación en las disposiciones empleadas dentro de la ciencia del
Derecho.