Book-Origen NEW S

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N AT C A R D O Z O

Edición literaria a cargo de M A R Í A J O S É F E R R A D A


Dedico este libro a Leo, a mis hijos y a mis padres,
por su apoyo y el amor incondicional
que impulsa todo lo que hago.

Un gracias inmenso a mis editores,


Fernando y Estrella,
por la confianza y su labor maravillosa.

A María José Ferrada, por sus palabras hermosas,


y a las antropólogas Gabriela Karasik,
Carina Gómez y Ángela Yankillevich, por su
gran implicación en el proyecto.

Pero sobre todo quiero dedicar y agradecer


este libro de forma especial a los pueblos originarios
del mundo, que con su sabiduría, entereza
y persistencia, son fuente inagotable
de ejemplo e inspiración.
ÍNDICE
. . .

4 Pr e s e n t a c i ó n

6 !KUNG
8 ORANG RIMBA
10 INUIT
12 TUAREG
14 MOKEN
16 ANANGU
18 BIJAGÓ
20 EVENKI
22 BRIBRI 34 W AY U U
24 CHEROKEE 36 Q’ERO
26 MOSUO 38 SAMI
28 U R U C H I P AYA 40 MBUTI
30 TZ’UTUJIL 42 JUCHITECA
32 N G ĀT I H AU 44 GITXSAN
46 DONGRIA KONDH
48 YA N O M A M I

50 Tierras y territorios
52 Conocer más, saber mejor
54 Desde donde estás...
P R E S E N TAC I Ó N

El error consistió en creer que la tierra es nuestra


cuando la verdad de las cosas es que nosotros
somos de la tierra.
Nicanor Parra

Hay palabras que guardan en su interior la


complejidad del mundo entero: «origen» es una
de ellas. En el origen, todos los seres vivos que
habitamos la Tierra somos polvo de estrellas,
estamos hechos de los restos de astros que
murieron hace miles de millones de años.
Es el origen lo que nos conecta al resto de seres
vivos, a la naturaleza y al tejido multidimensional
que integra todo el universo.

Origen es también el título de este libro, un viaje


personal que he recorrido en los últimos diez años.
Un viaje cargado de preguntas sobre nuestra
relación con el planeta, cuyas respuestas
me hacían volver la mirada, una y otra vez, hacia
los pueblos originarios, «los que están desde
el origen»; una denominación para los pueblos
indígenas del mundo que hace hincapié en
una extensa línea de tiempo que, desde un pasado
casi mítico, llega hasta nuestro presente.

Los 22 pueblos representados en este libro


son solo una pequeña parte de los más de 5000
que viven actualmente en el mundo. Habitan
—e integran— diferentes ecosistemas de
los cinco continentes, incluso territorios y
climas particularmente hostiles. Algunas
comunidades, como los tuaregs, superan el millón
de personas, y otras, como los uru chipaya,
suman apenas unos pocos miles. Todas ellas

4
tienen algo en común: han logrado, a pesar de A pesar del despojo de sus tierras y sus derechos,
muchos obstáculos, mantener formas de vida cuya de la imposición de lenguas, religiones
relación con la naturaleza tiene una base de o costumbres ajenas, la mayor parte de las
respeto, coherencia y gratitud. comunidades indígenas se relacionan con
la naturaleza de forma radicalmente distinta
Para los niños y niñas moken, el silencio es una a quienes solo ven en ella un recurso para
muestra de respeto y una forma de comunicación explotar hasta la extenuación.
con los animales. El destino de los inuit está unido
al océano de hielo del Ártico. Pueblos como los Este libro rinde un homenaje a los pueblos
ngāti hau, los anangu o los bambuti han luchado indígenas, que han resistido con coraje hasta
durante décadas para que sus lugares sagrados, nuestros días y cuya sabiduría ancestral tiene
como ríos, montañas o bosques, sean respetados. mucho que enseñarnos. «El mundo es un
misterio que se descubre poco a poco»,
Son pueblos en los que prevalece un sentido repiten los bijagós. A través de estos relatos,
comunitario de la vida basado en el principio que condensan años de lecturas y exploración,
de la reciprocidad, que consiste en la solidaridad descubriremos que cultivar y cuidar tienen
y la ayuda mutua, en evitar los excesos y honrar mucho que ver con escuchar el latido del
lo que recibes. Las comunidades originarias bosque o de la montaña, con observar cómo
cuidan de la naturaleza porque la perciben como el viento mueve las dunas; que cantar, danzar
un ser vivo que ellos habitan y los habita, que es y escuchar las viejas leyendas es tan importante
parte de sí mismos: familia, madre, hermanos, como la risa.
ancestros. Lo explica muy bien un lema de
los gitxsan: la salud depende de cómo te trates a Volver la mirada sobre el origen común
ti mismo y todo lo que existe bajo el cielo de este implica recordar que todo está conectado,
inmenso lugar que es nuestro planeta. Los pueblos entender que todos los seres vivos de este
originarios, más de 470 millones de personas, mundo conformamos una unidad, que
son también hoy la población socialmente más todos somos uno.
marginada del mundo.
Nat Cardozo

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!KUNG
Territorio: sur de África, desierto de Kalahari
(Botsuana, Namibia y Sudáfrica) y bosques tropicales de Angola
Población: alrededor de 50 000 personas
Lengua: !kung

El desierto de Kalahari es una gran planicie roja, que recogemos de la tierra profunda y que nos dan
blanca y gris. Un corazón del que brotan los bao- una larga vida. Los adultos nos enseñan a estar aten-
babs y por el que corren antílopes, ñus y suricatas. tos: existen plantas que curan y otras que contienen
Sus pasos, unidos a los nuestros, siguen el ritmo de veneno. Estas últimas nos ayudan en la caza de ani-
la canción más antigua de todas. Estudios de nuestro males, que también nos sirven de alimento.
ADN dicen que en el origen de todo estábamos noso- Silencio. A esta hora los cazadores, gracias a un
tros, los !Kung. saber antiquísimo, interpretan las huellas y se co-
Nómadas, cazadores y recolectores seguimos las munican entre sí con gestos, uno para cada animal.
huellas del agua y el alimento, y las de un sentido El alimento del día lo compartiremos entre todos.
ancestral que nos conecta con la conciencia del ani- Quienes han trabajado hoy descansarán mañana, y
mal. Los pocos objetos que tenemos nos pertenecen así cada amanecer.
a todos. Los utilizamos con imaginación e inventiva, La danza y el canto son tan importantes para mi
sin aferrarnos a ellos. El desierto nos ha enseñado a pueblo como la risa. Recurrimos a todo ello para so-
llevar una carga liviana. lucionar nuestros conflictos. No contamos con un
Nuestras casas duran un par de meses y somos las sistema de escritura, pero sí con una rica lengua que
mujeres las encargadas de construirlas usando ra- contiene ochenta tipos diferentes de chasquidos.
mas. Yo miro atenta y aprendo a unirlas, una a una. «Antes del tiempo, hubo una vez un león, que no
En época de lluvias la montaña nos ofrece las cuevas quería renunciar a su presa…», cuentan los abuelos.
que usamos como hogar. Nuestra dieta es sobre todo Y nosotros, desde siempre, escuchamos atentos.
vegetal: frutos secos, bayas, también raíces y bulbos

Miel, insectos, huevos de avestruz y mis favoritas: las nueces de Mongongo que, dulces,
caen del árbol y están por todas partes. Las áridas tierras del Kalahari
están llenas de vida.

6
ORANG RIMBA
Territorio: provincia de Jambi, Sumatra (Indonesia)
Población: alrededor de 3000 personas
Lengua: rimba

. . .

Árboles que parecen tocar el cielo rodean las tur- desde el día en que el chamán hizo un ungüento con
beras, verdaderos mantos vegetales que ayudan a la su corteza y lo frotó en mi coronilla para encontrar
tierra a respirar. Posado en una rama, el cálao de cas- mi nombre. Mis árboles me acompañan desde siem-
co agita las plumas negras, mientras abajo un tapir pre y todo lo que les sucede me afecta.
malayo busca frutos y semillas. Lo brama el rinoce- Frutos, animales, ríos y por supuesto árboles son
ronte y lo celebran las gigantescas flores carnívoras: habitados por dioses. Ellos toman distintas formas
amanece un nuevo día en los bosques de Sumatra, y se comunican con nosotros a través de los sueños.
nuestro hogar. Hace poco tuve un sueño en que el espíritu de un
Los orang rimba, descendientes de los minangka- elefante me recordaba que su especie es sagrada y no
bau, habitamos esta húmeda tierra desde hace mu- se puede cazar. Me pregunto si otros niños habrán
chísimos años. Siguiendo la ley del Adat, que dice soñado esa misma noche con alguno de los animales
que la naturaleza es nuestra reina y maestra, vivi- a los que protegemos, como el tigre, el orangután, el
mos ligados a todos los árboles, que en su lenguaje de oso hormiguero…
hojas y raíces nos dicen: nacer es florecer y morir es Como nómadas recorremos la selva, atrás van que-
marchitarse. dando los lugares en que alguien muere o, tal y como
Como los demás, estoy unido a dos árboles pro- nosotros lo entendemos, se marchita. Cuando la tris-
tectores. Junto a las raíces del primero —un sentu- teza profunda de la muerte desaparece, el bosque
bung— mi madre enterró su placenta, convirtiéndolo regenera su esencia. Así lo expresa nuestro proverbio
para siempre en mi hermano espiritual. El segundo Ado Rimba, ado bungo. Ado bungo, Ado dewo: «Si hay
—un senggeris de dura madera— me da la fuerza, selva, habrá flores. Si hay flores, habrá dioses».

La tierra descansa: es el tiempo de los animales y las abejas, de los peces y el río.
Avanzamos bosque adentro en busca de la vida, las raíces y los brotes, que allá donde
vamos nos esperan.

8
INUIT
Territorio: norte de Canadá, Alaska y Groenlandia
Población: alrededor de 70 000 personas
Lengua: inuktitut

. . .

La osa polar juega con sus crías y un par de ojos expresamos nuestro respeto a estas fuerzas protec-
negros aparecen en medio de la ventisca. Es el lobo toras a través de ritos, ceremonias y canciones mági-
blanco, que a esta hora recorre la orilla del río en bus- cas que se transmiten de padres a hijos. La caza y
ca de un salmón. También él sabe que nuestro helado la pesca son de gran importancia para nuestra sub-
paisaje está lleno de vida. Ballenas boreales, narva- sistencia y la de nuestra cultura, vemos en ellas una
les, focas barbudas y morsas que, al igual que noso- relación de colaboración con los animales.
tros, habitan el corazón del frío Ártico. Dicen los abuelos que, si dejáramos de cazar, los
Fue una cultura llamada Thule la que hace miles animales se ofenderían y se irían de aquí, pero del
de años atrás dio origen a mis antepasados, que de- mismo modo también nos explican algo que todo
bieron adaptarse a vivir en las regiones más inhós- inuit debe saber: matar animales sin razón o cazar
pitas de la tierra, en la tundra, un territorio donde más de los necesarios es un crimen muy grave. Si al-
nada crece, salvo musgo y algunas flores silvestres, guien lo comete, se arriesga al peor de los castigos:
de largos inviernos. Pero hemos aprendido a amar la ser expulsado de nuestro amado lugar. Me pregunto
naturaleza y sabemos que nuestro destino está unido si será posible vivir sin ver el blanco. Yo no podría…
al de este océano de hielo. El gran espíritu de Sedna, protectora de todos los
Los caribúes, los perros que conducen nuestros animales marinos, nos enseña a cuidar la vida que ha-
trineos, también el sol de medianoche, los glaciares, bita en el agua: desde el pez pequeño a la inmensa ba-
el clima, todo está provisto de un espíritu sagrado, llena. Es así como mantenemos la armonía entre los
llamado inua, que nunca debemos ofender. Nosotros seres humanos y los animales, entre la tierra y el mar.

En uno de nuestros cortos veranos, mientras caminaba por la orilla del río, mi padre encontró
esta roca de esteatita. Durante días la observó y escuchó su susurro. Entonces lo supo:
en el interior estaba el espíritu de Sedna. Tallando y lijando, poco a poco, lo liberó.
Y es un recordatorio de su enseñanza.

10
TUAREG
Territorio: zonas desérticas del norte de África (Malí, Argelia, Níger, Burkina Fasso y Libia)
Población: entre 1 y 3 millones de personas
Lengua: tamasheq

. . .

Hubo un tiempo en el que nuestro desierto, el Por las noches, en las montañas de Ahaggar, escu-
Sáhara, era una mancha verde de bosques y grandes chamos la leyenda de Tin Hinan, la reina nómada.
praderas, recorrida por cazadores y recolectores. Cuentan que, solo siguiendo las estrellas, emprendió
Las plantas y los animales se asomaban sin miedo al un viaje de días y días por el ardiente camino de la
sol, pero un cambio de temperatura transformó las arena. Me pregunto si todas las mujeres tuareg, fuer-
cosas. Verdes y azules se volvieron ocres, y el suelo tes y sabias, descenderán de ella. Y es que, mientras
se convirtió en polvo y arena. Aun así, hubo especies los hombres se encargan de ir en busca de pastos y
que lograron adaptarse a este desierto, tan hermoso pozos, ellas son quienes, además de enseñar la lec-
como difícil de habitar. Si alguien lo sabe bien somos tura y la escritura, deciden sobre nuestro campa-
nosotros, los tuaregs. mento de jaimas.
Nuestra historia comenzó hace miles de años, Caminamos siguiendo el ritmo del desierto rey,
cuando nuestros antepasados, los imazighen o «pue- que ha forjado nuestro espíritu nómada y nos ha
blo libre», llegaron aquí pastoreando sus rebaños. enseñado a mirar el cielo, como si fuera un mapa.
Desde entonces guerras y conflictos nos han impe- También a leer los vientos y la arena, de la que iden-
dido habitar un territorio definido, pero tenemos tificamos la textura e incluso el sabor. Solo las tor-
una cultura y una lengua que nos une, en forma de mentas de arena nos hacen correr. En el silencio del
acertijos, proverbios y cuentos de animales. Mis desierto oigo el latido de mi propio corazón. Hay
favoritos son los protagonizados por los dromeda- muy pocas cosas, pero todas y cada una tienen un
rios, esos fieles amigos. enorme valor.

Nos llaman también «hombres azules» o «pueblo del velo», debido a que llevamos un turbante
índigo que lentamente va tiñendo nuestra piel. Esta tela puede medir más de diez metros;
protege a mi padre de la arena, cuando va camino al mercado en un viaje
que podría durar meses.

12
MOKEN
Territorio: archipiélago de Mergui (sur de Myanmar) e islas Surin (costa oeste de Tailandia)
Población: entre 3000 y 3500 personas
Lengua: moken

. . .

Nací sobre las aguas turquesas del Índico, en una cuando las fuertes lluvias y marejadas nos obligan a
casa flotante llamada kabang. Según una antigua le- refugiarnos en las islas, vivimos en cabañas, al abrigo
yenda, el kabang es como un cuerpo que nos acoge, del bosque. Pescamos con un arpón hecho de bam-
y es símbolo de nuestra vida nómada: todo ocurre en bú y, durante esos cuatro meses en la aldea, también
el mar. Al amparo de Lau Gai, la estrella que nunca recolectamos frutas, raíces, miel, ñames silvestres, y
desaparece, mis hermanos y yo nos sumergimos y reparamos nuestros kabang. Los construimos a par-
nadamos entre los arrecifes de coral, donde habitan tir del tronco de un solo árbol, la palmera rakam, pero
pulpos, cangrejos, erizos y peces tropicales. antes le pedimos permiso al espíritu guardián del ár-
Cuando estamos cerca de los animales permane- bol. Si acepta, lo talamos y ahuecamos en el bosque.
cemos en silencio como muestra de respeto, para Luego, en la playa, con herramientas muy sencillas y
nosotros ese silencio es una forma de comunicación unas pequeñas hogueras, lo terminamos.
entre dos mundos. Cuando llega la tarde nos reunimos y cantamos
Me gusta mucho bucear, aprendí a nadar incluso viejas leyendas que transmiten la sabiduría de nues-
antes que a andar, y mis pupilas se han adaptado a tros antepasados, como la de Laboon, la ola gigante
las profundidades marinas, por eso los niños y niñas que deja las playas sin agua y engulle a los humanos.
moken vemos bajo el agua casi tan bien como el del- En nuestra lengua no existe una palabra que signifi-
fín o la foca. Por algo nos llaman también chao ley o que «desear», porque en el mar y el bosque encontra-
la «gente del agua». mos todo lo necesario: comida, medicinas, refugio.
Mi pueblo siempre ha vivido entre la tierra y el mar, No hay espacio para la idea de riqueza, ni hay más
como las tortugas. Solo en la época de los monzones, mañana que el hoy.

Los mayores dicen que si cuidas de tu kabang, te llevará donde quieras ir.
Cada uno tiene impreso el carácter de la familia que lo ha construido.

14
ANANGU
Territorio: norte de Australia meridional
Población: entre 5000 y 6000 personas
Lenguas: pitjantjatjara, yankunytjatjara y ngaanyatjarra

. . .

En el Tiempo de la Creación, el sol se alzó en el cie- nuestra cultura, creencias y modos de vida. Mis ami-
lo y empezó a calentar la tierra. Los valles, las mon- gos y yo escuchamos, y encontramos respuestas a las
tañas, las llanuras, al igual que el canguro, el wombat preguntas que nos importan: ¿cómo se creó el mun-
o el koala, el hombre y la mujer, cobraron vida. A lo do? o ¿quién lo creó? Aprender estas historias que no
lejos alguien canta junto al pozo de agua y toma un han sido escritas puede llevarnos muchísimos años y
puñado de arena del desierto, mientras habla con la como dice mi abuelo: a medida que crecemos encon-
Serpiente Arcoíris, el espíritu sagrado que traerá tramos en ellas nuevos y profundos significados que
la lluvia y la tormenta. guían nuestra vida.
Los anangu habitamos, desde tiempos inmemo- Los iwara son los caminos que entrelazan los luga-
riales, el desierto coronado por Ulurú, la montaña res sagrados del Tjukurpa; forman parte de un mapa
sagrada. Esa inmensa roca, ubicada en el corazón vivo que describe un camino concreto y cada uno de
de Australia, nos conecta con los seres ancestrales, esos lugares evidencian el paso de los seres ances-
tjukaritja, que nos guían en nuestra relación con la trales que narran la historia de la creación. Todas las
naturaleza y con el resto de seres vivos. Ellos dieron formas de expresión, como la música, los cantos, las
vida a ríos, rocas, animales, plantas y seres humanos. danzas y la pintura, nos sirven para representar el
Cuando Ulurú refleja la luz rojiza del atardecer, Tjukurpa, la historia de todas las historias. También
el abuelo y otros ancianos anangu narran las histo- el choque de palos, las palmas y los cantos marcan
rias del Tjukurpa, el tesoro ancestral que contiene el ritmo de los inma, las canciones y danzas sagradas.

Los anangu nos pintamos el cuerpo con tintes naturales. En semicírculo tocamos el diyeridú,
un instrumento de viento, que se hace con el tronco de eucalipto,
previamente ahuecado por las termitas.

16
BIJAGÓ
Territorio: África occidental, archipiélago de Islas Bijagós (Guinea Bissau)
Población: 20 000 personas
Lengua: bijagó

. . .

Las islas, vistas desde el cielo, parecen un dibujo praderas con toda su abundancia; a Ominka y los su-
rodeado de arena y pintado de bosque. Las raíces yos, el mar y la pesca; por último, al clan de Ogubane
aéreas de los mangles tarrafe forman un tejido bajo —al que yo pertenezco y que heredé de mi madre—
las aguas saladas que es refugio de peces, tortugas nos fue dado el poder del viento y la lluvia.
verdes, moluscos y cocodrilos. Miro hacia arriba y Ciertos bosques e islas son sagrados e intocables,
mis ojos se encuentran con una familia de pelícanos. como Poliao, la isla mágica donde van las tortugas a
Miro hacia abajo y se detienen en el lago de la saba- desovar en tranquilidad. No podemos cazar ni cul-
na, donde el hipopótamo recibe el sol brillante de la tivar en ellas, en cambio podemos conocerlas a su
mañana. debido tiempo una vez superamos diferentes ritos
Repartidos entre las islas y organizados en peque- de paso que nos desvelan los secretos sagrados. Para
ñas aldeas, que llamamos tabankas, vivimos los bija- nosotros, los bijagós, el mundo es un misterio, que se
gós. Cuenta la leyenda que Nindo creó el mundo en descubre poco a poco; por eso respetamos la sabidu-
una isla que nombró Orango, donde vivieron Okanto ría de los ancianos.
y Obide, la primera mujer y el primer hombre. Cuando llega el carnaval, todo se llena de colores y
Tuvieron cuatro hijas que dieron origen a los clanes máscaras. Nos movemos al ritmo del tambor, repre-
matrilineales que rigen nuestra forma de vida. El clan sentando la personalidad de los animales. Cada mo-
de Oracuma recibió la tierra y sus ceremonias, así mento de la vida tiene su danza y cada movimiento
como el derecho a tallar las estatuas donde viven los un propósito: los bailes rituales son un camino que
espíritus; a Oraga y su familia se le concedieron las nos conecta con el espíritu del mundo natural.

El artesano que hizo mi máscara aprendió el oficio de su padre, quien a su vez lo aprendió del suyo.
Los días de aislamiento y purificación le permiten dar forma a los objetos sagrados.
Solo yo puedo usar la máscara y me acompañará durante toda la vida.
También en la muerte.

18
EVENKI
Territorio: este de Siberia (Rusia), norte de China y Mongolia
Población: alrededor de 70 000 personas
Lengua: evenki

. . .

Los renos avanzan en fila por el bosque boreal. crezca, también yo le acompañaré; sabré, por ejem-
Vamos con ellos y por el camino, entre los pequeños plo, qué río estará congelado y firme para circular,
ríos y los arbustos de la taiga siberiana, saludamos al cómo interpretar huellas o dónde encontrar líque-
oso pardo, al lobo y al lince. También al sol que bri- nes y setas para alimentar a los renos.
lla, como si tratara de derretir el hielo que a esta hora A esta hora la luna es un gran copo de nieve que se
todo lo cubre. asoma entre las coníferas. Miramos la noche inmen-
Hemos sido nómadas y pastores de renos duran- sa y recordamos que todos los seres vivos tenemos
te miles de años. Por eso me alegra escuchar a mi un alma llamada omi. También la montaña, el río, el
padre decir que soy un buen jinete, que poco a poco fuego. Leemos en el paisaje los mensajes de la Madre
comienzo a reconocer las señales del camino, a pesar Tierra, a quien llamamos Buga. Siempre se comuni-
de la nieve. Nos movemos por rutas que solo nosotros ca si prestamos suficiente atención.
conocemos, siempre buscando la mejor para nues- Cuando cae la noche nos reunimos a escuchar
tros renos. cómo ha ido el día, contamos anécdotas y también an-
Las tiendas, conocidas en mi lengua como cuo- tiguas historias llenas de sabiduría sobre el bosque.
luozi, nos ofrecen su abrigo. También el fuego, que Escuchamos con ojos y oídos despiertos. Y es que al-
mi padre agradecerá esta noche lanzando a las lla- gún día, cuando seamos nosotros los encargados de
mas unas gotas de vodka, té o leche. Mañana, antes buscar el alimento, esas lecciones serán nuestra guía:
de que salga el sol, mi padre se irá de caza. Mediante «Había una vez un hombre que salió del campamen-
un rito pedirá permiso al alma del animal, que será to en busca de su reno… Había una vez un río helado
libre de aceptar o no el trato que él le ofrece. Cuando por el que cada tarde cruzaban los ciervos…».

La generosidad es una de las leyes de Buga, un principio de equilibrio que rige las relaciones
entre todos los seres vivos. Si necesitas mi talismán, es tuyo, él te protegerá
como me ha protegido a mí.

20
BRIBRI
Territorio: cordillera de Talamanca (Costa Rica y Panamá)
Población: alrededor de 16 000 personas
Lengua: bribri

. . .

En el bosque tropical, protegidas por el árbol de Los awapa, médicos tradicionales a quienes escu-
guayaba o el banano, crecen la consuelda o la pata chamos con el mayor de los respetos, nos hablan a
de ganso, plantas que curan enfermedades, como la través de los suwos, que encierran la sabiduría de
picadura de serpiente. A todos, también a mí, nos nuestro pueblo.
cobija la gran sombra de los laureles y los cedros. Sus Todo en el bosque está conectado. Mi abuela se lo
altas ramas albergan a yigüirros y tucanes, que cru- explicó a mi madre y ella me lo explicó a mí, siguiendo
zan la mañana del cielo. También los árboles alimen- un antiguo hilo matrilineal: nacimos de una semilla
tan a otros animales, como las dantas, los pecaríes y plantada por Sibö, lo que nos confirió un talento es-
los tepezcuintles, que husmean entre la hojarasca en pecial para cultivar, pero también la responsabilidad
busca de frutos. de cuidar.
Los primeros clanes bribris, que gracias al dios Aprendimos a cultivar en espiral, siguiendo la sa-
Sibö —creador del universo y el maíz— nacieron en bia organización vegetal, que llamamos skowak, y
la montaña de Suláyöm, son nueve: Duriwak, due- que nos enseña a mantener, nutrir y proteger la na-
ño de todas las aves; Uniwak, dueño de las vasijas; turaleza. El bosque y sus árboles son sagrados para
Tubolwak, dueño de los tubérculos; Diwowak, dueño mi pueblo, leo sus señales y puedo percibir su latido,
del sol; Kolkiwak, dueño de las mosquitas amarillas; ya sea de alegría o llanto. Todo llega a nuestros oídos
Bulbulwak, dueño de los colmenares; Sulariwak, due- como si fuera el más antiguo de los zumbidos. Todo
ño de las palmas de coco; Usekol mulrë, dueño de los llega a nosotros, el pueblo bribri, en forma de histo-
felinos; y Tuariwak, dueño del pájaro barranquero. rias y cantos.

Cuenta mi abuela que el cacao, llamado Tsuru en nuestra lengua, es el alma de la esposa de Sibö.
Ella se materializó en esta planta con el propósito de alimentar a sus hijos e hijas
con el fruto del que hacemos nuestra bebida sagrada: el chocolate.

22
CHEROKEE
Territorio: montes Apalaches, Estados de Oklahoma y Carolina del Norte (EE. UU.)
Población: alrededor de 280 000 personas
Lengua: cherokee (tsalagi)

. . .

El agua cae con fuerza desde la cascada y un águila inferior, relacionado con el agua, es el lugar de los
atraviesa el manto de niebla que envuelve las mon- espíritus destructivos, el futuro y los cambios. Por
tañas Great Smoky. El alce, la nutria, la marmota y la último, el mundo medio es el espacio que habitamos
ardilla despiertan. Dentro de un rato comenzarán su los seres humanos, los animales y las plantas. Tam-
recorrido por la orilla del río Mississippi en busca de bién los rayos, el humo y las piedras; cada uno, grande
semillas y frutos. Me gusta esconderme detrás de los o pequeño, con su propio camino, voluntad, inteli-
robles y observarlos sin que lo noten. gencia y percepción.
Siete son los árboles sagrados que crecen en las Respetar al Gran Espíritu significa mantener el
praderas y siete los clanes a los que pertenecemos equilibro entre distintas fuerzas que cooperan en
los Ani yun wiya, también conocidos como cherokee. armonía: el hombre y la mujer; la caza y la cosecha;
Siete son nuestras ceremonias y siete los colores a los seres humanos y los animales. También en el
los que asociamos el universo. Incluso los puntos interior de cada uno de nosotros.
cardinales son siete: norte, sur, este y oeste, a los que Soy yo quien le transmite a mi hermano peque-
agregamos el espacio de arriba, el espacio de abajo y ño el principio del equilibrio que los cherokees lla-
el centro. mamos tohi: tomamos de la naturaleza, no lo que
Según nuestros ancestros, el universo está com- queremos, sino lo que necesitamos. Esta forma de
puesto por tres niveles. El mundo superior, vincula- entender la vida y el cosmos, como una única energía
do al fuego, es el dominio del sol: los antepasados que universal, forja un gran sentido de justicia, perdón y
nos guían y todo lo que podemos prever. El mundo amor entre nosotros.

El fuego sagrado no puede ser apagado con agua. Y es que cada elemento pertenece a un dominio.
De evitar la contaminación entre uno y otro depende nuestro equilibrio.
También que tengamos salud y buenas cosechas.

24
MOSUO
Territorio: suroeste de China, a orillas del lago Lugu (entre las provincias Yunnan y Sichuan)
Población: 40 000 personas
Lengua: na (grupo lingüístico tibetano-birmano)

. . .

En un rincón del Himalaya, de las lágrimas de Las labores agrícolas y del hogar se reparten entre
amor de Ge Mu, diosa de la montaña, nació el lago todos. Los hombres toman decisiones religiosas y po-
Lugu. Cada mañana las mujeres nos reunimos en su líticas, pero es la matriarca, que no siempre es la mu-
orilla a rezar. ¿Sabías que para adentrarnos en él solo jer más mayor pero sí la más sabia, quien decide las
usamos botes de madera? No queremos contaminar tareas específicas, según nuestra fuerza y habilidad.
el agua cristalina que tanto amamos y que nos ama a Las historias y tradiciones de nuestro pueblo se
nosotros, los mosuo, o los na, en nuestra lengua. transmiten oralmente, también con la asistencia de
Nuestro territorio, conocido como el «reino de los sacerdotes Daba, la religión nativa de los mosuo,
las mujeres», se organiza en torno a las matriarcas, que influye en la forma en que observamos el mundo,
que lideran nuestra comunidad. Mi casa cobija desde en el que todo tiene un alma.
hace mucho tiempo una gran familia: mi madre, mis Mañana será un día muy importante. Tendré mi
tías y tíos maternos, mi abuela, mi bisabuela, mi tata- propia habitación. Por primera vez, después de la
rabuela… y yo, que soy un brote más de su poderoso «ceremonia de la falda», podré vestir mi hermoso
árbol. traje tradicional. También presentaré los respetos a
Ellas me enseñan muchas cosas, como por ejem- mi perro; según una leyenda muy antigua eran ellos,
plo que en nuestra cultura el matrimonio se basa en los perros, quienes vivían una larga vida que decidie-
el afecto: hombres y mujeres no conviven necesaria- ron intercambiar con los seres humanos, en un acto
mente bajo el mismo techo, y se encargan juntos de de amor y generosidad. Desde entonces los venera
la crianza de los hijos solo si están de acuerdo. toda la comunidad.

Al cumplir los trece años, niños y niñas realizamos un rito que consiste en subir un pie
en un cedro seco y otro en un saco de arroz: la abundancia y la prosperidad,
que pedimos que nos acompañen durante el resto de nuestra vida.

26
U R U C H I PAYA
Territorio: Santa Ana de Chipaya, departamento de Oruro (este de Bolivia)
Población: alrededor de 2000 personas
Lengua: chipaya

. . .

Las pariwanas tiñen de rosa el cielo que se extien- Aprendimos a adaptarnos a la naturaleza y sus
de entre los nevados de Payachatas, en la cordille- dificultades: inundaciones, sequías, granizos, neva-
ra de los Andes. Agito mi sombrero para saludarlas das, rayos y vientos huracanados. Pudimos lograrlo
desde este espejo del cielo, custodiado por enormes con la sabiduría y creatividad que nos permiten mo-
cactus, conocido como el salar de Coipasa. Si logras ver las dunas de lugar, redirigir los cursos de agua
que tus ojos se acostumbren al fuerte brillo del de- y aprovechar los vientos de cada uno de los cuatro
sierto —como lo han hecho los nuestros, tras miles puntos cardinales. Incluso, bajo la guía del Jilakata
de años de habitar este lugar—, podrás distinguir a que dirige la comunidad, logramos lavar la tierra sa-
los quirquinchos, las perdices y los lagartos que se lada y prepararla para recibir las semillas de la qui-
mueven allá, en el húmedo bofedal. noa y la cañihua.
En el inicio de todo, solo la luna brillaba en el cielo. Niños y niñas también cooperamos con la alimen-
Fueron los chullpas, primeros habitantes, quienes, tación de la comunidad: nos encargamos de identifi-
mirando al cielo, notaron la llegada del sol que todo car aquellos huevos que se pueden comer. El secreto,
lo quemaría. Aun así, se quedaron y solo sobrevivie- tal como me enseñó mi hermano mayor, está en ras-
ron, escondidos dentro de las aguas del río Lauca, un car suavemente y mirar a contraluz. Padres y madres
hombre y una mujer. Fue así como nacimos los urus agradecen estos regalos, que cargamos orgullosos en
chipayas o qnas soñi, «gente del agua». las manos como si fueran los frutos del cielo.

Pedimos permiso a la Pachamama y a los espíritus del agua —Quta mama y Quta papa—
para construir nuestras casas de adobe y navegar. También para cosechar la raíz de totora
y los frutos de las plantas acuáticas que, durante siglos, nos han servido
de alimento.

28
TZ’UTUJIL
Territorio: Sololá (Guatemala)
Población: 106 000 personas
Lengua: tz’utujil

. . .

Colibrís, loros y garzas blancas revolotean entre la esperanza. Si, por el contrario, canta al de la dere-
los pastizales que crecen en el borde del lago Atitlán. cha, nos advierte de algún peligro. Mi preferido es el
Con sus colores y cantos, celebran la existencia de mensaje del colibrí, que se encarga de traer los bue-
esas aguas, azules y profundas. En la altura, mucho nos pensamientos que otras personas tienen para
más arriba del nivel del mar, tres gigantes se encargan con nosotros. Hoy uno vino a visitarme, ¿será que mi
de custodiarlas. Son los volcanes San Pedro, Tolimán amiga me recuerda?
y Atitlán. Sí, este último comparte el nombre con el La conversación con la naturaleza continúa en
lago, así como yo comparto los días con toda la vida nuestros vestidos. Mi madre se encarga de tejer la tela
que cruza por aquí. Ahora mismo se asoma un martín del huipil usando su telar, mientras mi tía y yo nos
pescador, ¿irá de visita a casa del gran quetzal? Con encargamos del teñido de la falda o «corte». Cuando
su larga cola, de brillantes colores, es el dios del aire. todo esté listo mi padre se encargará de dibujar las
En las faldas del volcán San Pedro se encuentra aves, que las mujeres bordaremos con hilos de colo-
el territorio que habitamos los tz’utujil, conocido res. En las ceremonias nos adornamos con una cinta
como Tz’ikin Jaai o «casa de pájaros». Aquí, con ayu- roja de lana, llamada tocoyal o xq’op. El tocoyal da
da de nuestros abuelos, aprendemos el idioma secre- veinte vueltas alrededor de la cabeza, como veinte
to: si las nubes rodean el volcán, se acerca una lluvia son los días del calendario maya. La cinta roja lleva
huracanada. Y si un pájaro carpintero nos canta al bordadas coloridas escenas que narran nuestras tra-
oído izquierdo, es señal de que debemos mantener diciones; representa la continuidad de la vida.

El quetzal, el colibrí y el tángara vuelan en el pecho de mi huipil. Imagino que el lago,


los volcanes y las aves del cielo deben de estar de acuerdo:
nuestra vestimenta es hermosa.

30
N G ĀT I H AU
Territorio: Isla Norte (Nueva Zelanda)
Población: alrededor de 42 300 personas
Lengua: maorí

. . .

Ko au te awa, Ko te awa ko au («yo soy el río, el río aves volaban, pero al no tener depredadores dejaron
soy yo»), digo, y mi hermana pequeña repite conmigo de hacerlo. Sucedió hace muchísimo…
como si fuera un eco. Estamos ligados a Whanganui. Somos parte de una red de relaciones que todo lo
Lo notamos cada vez que miramos la corriente o conecta, los animales, las plantas, las rocas, los vol-
entramos en ella, nuestro corazón late al ritmo de canes o el Whanganui. También, el kauri, nuestro
las aguas. Whanganui trae su fuerza de los volcanes, querido árbol; el delfín de cabeza blanca; el tuátara,
legándonos espíritu y cuidado. Su salud es la nuestra, que hace tiempo desapareció, mi hermana y yo: no
su bienestar también. hay una vida superior a otra.
El agua nos rodea y es parte de nuestro origen Quienes somos y todo lo que es sagrado para noso-
maorí, los tangata whenua, en nuestra lengua, «gente tros se refleja de muchas formas en nuestra cultura:
de la isla». Cuentan que hace cientos de años, siete pintura, tejidos, tallados y también en los tatuajes.
barcas conducidas por nuestros ancestros, cruzaron Los llamados Tā moko incluyen símbolos de nuestras
el lomo azul del océano Pacífico y llegaron a estas creencias y de la naturaleza sagrada, como el helecho
islas: Aotearoa, «tierra de la gran nube blanca». kuri, cuya espiral representa el camino de la vida.
En cada una de las barcas, venía una tribu o iwi. Mi Recibimos los tatuajes como parte del rito de paso
hermana, que ama las aves, me pregunta si al bajar a la edad adulta. Cuentan la historia que cada ngāti
a la tierra esos hombres y esas mujeres verían al loro hau llevamos dentro y que el tatuador, persona sa-
kakapo, al weka y al kiwi. La verdad es que yo no lo sé. grada en nuestra comunidad, se encarga con maes-
A cambio, le cuento que hubo un tiempo en que esas tría de liberar.

Los tatuajes del lado derecho de mi cara se relacionan con la historia de mi padre y
los del izquierdo, con la de mi madre. Sus líneas principales, llamadas manawa o corazón,
representan el viaje de mi existencia. Y así como no hay dos vidas iguales,
no hay dos ngāti hau tatuados de la misma manera.

32
W AY U U
Territorio: península de la Guajira
(entre el extremo noreste de Colombia y el extremo noroeste de Venezuela)
Población: alrededor de 700 000 personas
Lengua: wayuunaiki

En el relato «Woummainpa», la tierra ancestral de el origen de todas las cosas. Nada está escrito en pa-
la Guajira, el agua de los ríos, como si fuera una hebra pel, pero sí en nuestros tejidos tradicionales y kanaas:
trasparente, se une al agua del mar, dejando espacio hilos, colores y formas guardan mitos y leyendas que
a los manglares. Si sigues la trama del tejido, verás solo nosotros sabemos descifrar.
que el desierto convive con playas azules. También Mientras los hombres de mi familia tejen sanda-
que la tortuga carey, la boa manglera y el papagayo lias guaireñas, sombreros e incluso techos para las
amarillo forman parte del hilo que todo lo sostiene. casas con fibra vegetal, las mujeres usan sus telares
Cuenta la leyenda que la gran abuela Sawai Piushii para hacer hamacas, fajas y chinchorros, y ambos se
—profunda oscuridad de la noche— y el gran abuelo ocupan de los bordados. Pronto, tras el rito de encie-
Araliatü’ü-Warattuy —claridad del cielo— fueron los rro o paülujutu’u que marcará el inicio de mi puber-
primeros habitantes de este lugar. De él nacieron el tad, tendré la sabiduría suficiente para iniciarme en
sol y la luna; de ella, la tierra y el mar. Luego fue el el oficio del tejido.
turno de las plantas y los animales. Fue de la trans- Dice la abuela que, con la guía del espíritu de la
formación de estos últimos que brotó el primer ser araña Wale’kerü, algún día lograré hilar y torcer los
wayuu, que contenía todos los elementos del cosmos. hilos tan bien como ella y mi madre. Espero la llega-
En recuerdo de este origen sagrado nos organizamos da de ese momento, mientras observo las puntadas
en clanes, cada uno vinculado a un animal o tótem. que unen la tierra y el cielo. Y agradezco.
Los sabios, mujeres y hombres, nos cuentan a su de-
bido tiempo las historias que nos permiten entender

Mi hermana se concentra en el movimiento de las manos, ágil y preciso que, según nuestra
mitología, Wale’kerü enseñó a la primera mujer. Tejemos desde tiempos antiguos
para recordar que somos parte de una comunidad. El tejido se expande
y crece en espiral, como la vida.

34
Q’ERO
Territorio: este y sureste del distrito de Paucartambo, Cuzco (Perú)
Población: 2500 personas
Lengua: quechua

. . .

En la zona central de la cordillera de los Andes, imprescindibles para nuestra supervivencia. En la


grandes lagunas glaciares tocan el cielo y sirven de Qhichwa o región media cultivamos la papa, que cose-
refugio a aves, como el ganso huachua. Este paisaje chamos en tantas variedades distintas como formas
tan agreste y frío, de montañas heladas donde se pro- de cocinarla tenemos. Es lugar también de ceremo-
yecta la sombra del cóndor, nos ha acogido durante nias, carnavales y encuentros comunales. Y más aba-
miles de años. Aquí crecen los manojos de ichu, ali- jo, en las zonas más húmedas de la yunga, es donde
mento primordial de las alpacas y las llamas, anima- cultivamos el maíz, la calabaza y el yacón.
les tan importantes para nosotros que incluso tienen Hoy está soleado, y mis hermanas y yo imitamos
su propia canción. a las mujeres que tejen con hilos de colores senta-
Nuestro pueblo es descendiente de los incas y here- das en el suelo. Con la lana de las alpacas y las llamas
dero de la cultura andina. De mis ancestros aprendi- creamos tejidos cuyos colores y diseños expresan
mos que todos los seres, montañas, plantas, cascadas, nuestra forma de entender el mundo. Describen ci-
colibríes o pumas formamos una gran familia. En clos de cosecha o representan nuestros mitos. Cada
lengua quechua llamamos Sumaq Kawsay, «buen vi- tejido es como un cuadro que cuenta una historia.
vir», a nuestra filosofía de vida ancestral en armonía y Antes de tejer, mi mamá solicita permiso a los apus,
equilibrio con la Pachamama, nuestra Madre Tierra. los espíritus de las montañas que viven en su cima, y
Así como hicieron nuestros ancestros, en la puna, canta en un rito que nos une a la Pachamama, el uni-
lo más alto, pastoreamos las alpacas y las llamas, verso que genera la vida.

Después de cada cosecha, abrimos una boca en la Pachamama para ofrendarle los mejores
alimentos cosechados, en señal de agradecimiento. Esta ceremonia es un acto de
reciprocidad que llamamos ayni, basado en el principio de equilibrio universal
que rige la vida andina.

36
SAMI
Territorio: norte de Europa (Noruega, Suecia y Finlandia) y península de Kola (Rusia)
Población: alrededor de 80 000 personas
Lengua: saami

. . .

Cuenta la leyenda que un pequeño zorro recorría a los gélidos suelos árticos. También hongos y algas,
el cielo del círculo polar ártico. Veloz, iba de una es- que sirven de alimento a los animales. Mientras nos
quina a otra de la noche, jugando con las estrellas internamos en el bosque de coníferas, nos acompa-
que encontraba a su paso. En su carrera fue golpean- ñan dioses que están en todo lo que nos rodea.
do su cola contra la nieve, dejando tras de sí un río de Los copos de nieve, con su peso, han vencido una
chispas de colores que se extendieron y volaron por vez más a las ramas del abedul. El blanco vuelve a per-
la altura. Fue así como nacieron las luces boreales derse en el blanco, en un ciclo que marca este invier-
que bailan sobre la tierra helada. no que tan bien conocemos. Un paisaje que contrasta
En noches despejadas como esta, allá en el cielo, con los vibrantes colores de nuestra vestimenta tra-
se ven las «luces que se pueden oír» o guovssahas. dicional, el kolt.
Mi familia y yo permanecemos al resguardo de las El gátki, la pieza más suntuosa de nuestro traje,
figuras de la danza luminosa de la aurora boreal. Y es está confeccionado con mucho esmero por un miem-
que, como dicen los mayores, guardar silencio y no bro de la familia u otra persona del entorno cercano.
exponerse a ellas es señal de respeto, y aleja la mala Con cuentas diminutas, parches de colores e hilo de
suerte. ¿Qué harán el lince, el buey almizclero, el alambre de peltre se crean dibujos que revelan mu-
búho nival y los lemmings?, ¿saldrán de sus escondi- chas cosas, por ejemplo, nuestro territorio de origen,
tes para saludar a la luz verde? la familia a la que pertenecemos e incluso si estamos
Desde hace miles de años, hemos pastoreado los casadas o solteras. Son símbolos que cuentan nues-
renos por los caminos del frío. Líquenes, bayas de tra historia y que llevamos con orgullo y alegría.
corneja y arándanos azules han logrado adaptarse

La artesanía sami incluye utensilios, joyas y prendas de abrigo cotidianas y de fiesta;


es una habilidad que se aprende en familia y que nos permite mantener nuestra forma
de vida tradicional.

38
MBUTI
Territorio: África central, bosque de Ituri (noroeste de la República Democrática del Congo)
Población: alrededor de 40 000 personas
Lengua: mbuti

. . .

Por entre las ramas de inmensos árboles de teca y el gran gorila. Sabemos qué plantas nos alimentarán
cedro, cruzan hilos de luz. Si prestas atención, pue- y cuáles sanarán nuestro espíritu. Todas son indis-
des sentir bajo los pies el temblor del suelo por las pensables.
pisadas del elefante. En los árboles, el jolgorio de Cerca de aquí están los bosques pantanosos, zonas
los primates. También el manatí, el hipopótamo y el oscuras donde el sol no llega. Las lianas, como si fue-
cocodrilo se han puesto en movimiento, siguiendo ran un tejido que todo lo cubre, impiden el paso. Sin
el ritmo del agua. El bosque Ituri es nuestra casa. embargo, también allí, en las turberas, las plantas
Me pregunto si los pájaros, en su idioma, llama- limpian el aire y protegen la vida.
rán al bosque «padre» y «madre», tal como lo hace- Cuando un mbuti viene al mundo, la madre crea
mos nosotros. Si también su canto será para él. Para una canción para él y el padre se encarga de buscar
hablar con el bosque, cantamos. Para agradecerle su corteza de árbol que, tras ser remojada y machacada,
generosidad, cantamos. También cuando tenemos se convertirá en tela. Mezclando el pigmento de raí-
problemas —una invasión de hormigas o un niño que ces, frutos y hojas con carbón, las mujeres decoran
enferma— cantamos muy fuerte, para despertar al este paño de corteza dibujando con los dedos o con
bosque dormido. ayuda de ramas finas, y estampan el sonido de los
Los bambuti respetamos la ley del bosque. Jengi, insectos o la luz del sol. Esta vestimenta es como el
su espíritu, nos dice que hay animales que podemos bosque, como el vientre de una madre; me protege
cazar para alimentarnos, como el mokumbi o la rata en diferentes etapas de la vida.
de Gambia; y otros, los nginiso, los prohibidos, como

La tela que envolverá a mi hermano mezcla dibujos y espacios vacíos. Llamamos a ese vacío ekimi
o «silencio del bosque», que asociamos con la tranquilidad. Porque el bosque nunca
está en silencio. Me lo explicó mi madre y yo se los explicaré a mi hermano:
su voz nos sostiene.

40
JUCHITECA
Territorio: Juchitán, Istmo de Tehuantepec (México)
Población: 86 000 personas
Lengua: didxazá (zapoteco)

. . .

En el «lugar de las flores», sobre una estrecha En el mercado son las mujeres de mi familia las
franja de tierra entre dos grandes océanos, vivimos que dirigen el negocio, ellas elaboran alimentos
los juchitecos. Me pregunto si el águila arpía y el como guisado de iguana, huachinango fresco, toto-
zopilote rey, que nos miran desde lo alto, al ver nues- pos, tamal de lote…, y también las artesanías típicas:
tros huipiles coloridos, nos confundirán a nosotras, huaraches, xicalpestles y trajes bordados de gala, que
las mujeres, con flores caminantes. Si el ocelote y el se lucen en las «velas», fiestas principales que cele-
pecarí, que comparten con nosotros esta tierra tro- bramos, sobre todo en mayo.
pical y montañosa, al ver nuestros peinados, creerán Flores para celebrar la vida y la muerte. Porque,
que son los cabellos los que florecen. además de usarlas como tocado y bordarlas en nues-
Nuestra raíz se ubica en las alturas del Cerro del tros vestidos, embellecemos con ellas los altares que
Jaguar, donde un día se estableció la «gente de las levantamos en el templo y en el corazón de nuestras
nubes» o los zapotecos. El nombre de nuestro pue- casas. Cada fin de octubre los muertos cruzan un
blo, Juchitán, viene de Guie’xhuuba, que también portal de cuatro esquinas —cuatro son los puntos
se conoce como «jazmín del Istmo» o «flor pode- cardinales; cuatro los jaguares que sostienen el mun-
rosa del inframundo». Dicen los mayores que este do— y, tras nutrirse de nuestra ofrenda de frutas y
tesoro, blanco y perfumado, solía entregarse como pan, regresan a su mundo por un camino que ador-
regalo a los pueblos aliados y que, cuando se le negó a namos con velas, copal y pétalos de la flor de cem-
Moctezuma II, estalló una guerra. Finalmente logra- pasúchil. Me pregunto si en ese lugar, que solo ellos
ron llevarse la flor, pero esta se marchitó. conocen, crecerán también nuestras amadas flores.

En el ritual, que llamamos biyé, veneramos a los que partieron, pero también a Bisilú,
dios de la muerte, y a Guzanado, dios de la vida. También el jaguar está presente y es el que
se encarga de dos tareas muy importantes: proteger a la naturaleza y
acompañar a las almas.

42
GITXSAN
Territorio: noroeste de Columbia Británica (Canadá)
Población: alrededor de 5600 personas
Lengua: gitxsan

. . .

El sol alumbra las altas montañas, cubiertas de madre: «La salud es resultado del cuidado con que
glaciares, del río Skeena. Los salmones rojos nadan a nos tratamos a nosotros mismos y a todo lo que crece
contracorriente con todas sus fuerzas para poner los bajo el cielo de este inmenso lugar».
huevos. En su largo camino, algunos de ellos serán Nos organizamos en cuatro clanes: Lax Seel (Rana),
alimento del oso kermode, al que llamamos también Lax Gibuu (Lobo), Lax Skiik (Águila) y Gisghaast
«oso espíritu». (Hierba de fuego), cada uno con sus territorios y
Arces, armiños y lobos merodean sigilosos entre zonas de pesca. Los clanes se dividen a su vez en gru-
los ancianos cedros rojos. Rodean las plantas, mus- pos de casas —conocidos como wilp—, compuestos
gos y hongos que marcan el camino del «bosque anti- por una o más familias, lideradas por un jefe elegido
guo» que habitamos, desde hace miles de años, los entre todos y que cuenta con la ayuda de los sabios
gitxsan o «gente de la niebla del río». ancianos.
Conocemos el secreto de la vegetación que crece Hoy, cuando caiga la tarde, saldremos a buscar el
bajo la lluvia y, en caso de enfermedad, recurrimos cedro rojo con el que construiremos el tótem que
a la corteza de los árboles y arbustos. Las plantas protegerá e identificará nuestro wilp. Lo elegiremos,
pueden curar y ser poderosos amuletos protecto- según su personalidad, y haremos una ceremonia
res, pero tan importante es conocer sus propieda- para él, en señal de respeto y agradecimiento. Esta
des como la actitud con que se recolectan y utilizan. vez yo también ayudaré a tallar. Imagino que será un
El bosque nos ha enseñado que tienen su propio tótem que se verá desde lo lejos, uno hermoso.
poder para sanar o retener esa ayuda. Como dice mi

Ya casi terminamos. Solo falta tallar el águila, que es emblema de nuestro wilp.
Al poner el tótem frente a la casa, mirando al mar, quienes vengan desde la costa sabrán
que mi familia y yo vivimos aquí. Antiguamente, cuando surcábamos las aguas,
era así como nos identificábamos.

44
DONGRIA KONDH
Territorio: Estado de Odisha (este de India)
Población: alrededor de 8000 personas
Lengua: kui

. . .

Los árboles de la serranía abrazan con sus raíces No solo el arroyo canta. Esas voces, que se escu-
a Niyamgiri, la cadena montañosa, nuestra querida chan a lo lejos acompañadas de tambores, ahuyentan
casa, y mucho más que eso, nuestra alma. La ardilla a los elefantes, los monos y los jabalíes que se acer-
malabar, la lagartija dorada y el perezoso la adoran can. Saben que de nuestros cultivos brotan frutos y
en cada uno de sus pasos. El agua del arroyo ¿bailará vegetales deliciosos.
celebrando su existencia? Podría unirme al coro, pero hoy debo volver a casa
Todos —seres vivos y lugares— tenemos un alma pronto. Es un día especial: por primera vez dormi-
que proviene de la diosa madre y que llamamos jela. ré, junto a otras chicas, en una habitación compar-
Damos gracias al dios Niyamraja, proveedor y guar- tida, llamada Daa Sala. Con la guía de las mayores,
dián de los bosques, y a Dharani Penu, diosa de la cantamos, bailamos y compartimos mitos, leyendas
tierra. Ellos nos han ayudado en nuestra tarea: pro- y proverbios sobre la feminidad sagrada. También
teger la montaña y todo lo que vive en ella. los chicos comparten su propia habitación. Y sus
Aunque nuestro nombre viene de donger, que sig- historias.
nifica «tierra de colina», preferimos que nos llamen Observa: hombres y mujeres nos cubrimos con
jharnia o «protectores de los arroyos». Mis hermanos tatuajes, aretes, collares y pulseras. Algunos de estos
y yo escuchamos el canto del agua, mientras recono- adornos están conmigo desde mi infancia. Miro su
cemos las flores y hierbas que brotan cerca de la orilla reflejo en el río. Y si corro, con ayuda del viento, los
y nos sirven de medicina. escucho tintinear.

Entre las ancianas sacerdotisas que se pierden detrás de la colina van mis dos abuelas.
Se dirigen hacia la aldea vecina para realizar el ritual de búsqueda de las antiguas semillas de mijo.
Dicen que son estrellas escondidas dentro de la tierra, verdaderos tesoros.

46
YA N O M A M I
Territorio: sur de Venezuela y norte de Brasil
Población: alrededor de 36 000 personas
Lengua: yanomami

. . .

Una de las mujeres amamanta a su hijo y tam- familia tiene su pequeña parcela con hamacas para
bién a un jabato que quedó huérfano. Quién sabe si dormir y una hoguera donde cocinar. El centro del
cuando crezca querrá jugar conmigo y con los demás. shabono es comunitario y se utiliza para reunio-
Subiremos al árbol de la nuez y visitaremos a la gua- nes donde las decisiones se toman por consenso. La
camaya escarlata, que nos regalará semillas de ceiba selva nos enseña que para mantener la interdepen-
y tal vez hasta nos enseñe a volar. Pequeño jabato: si dencia todos somos importantes: la abeja, la ceiba, el
eres parte de la selva, eres nuestro hermano. pequeño jabato y yo.
Y ahora me iré sin hacer ruido, siguiendo a unas El viento, que juega entre las plantas trepadoras,
hermanas aún más pequeñas: las abejas. Las vi hace siempre está dispuesto a escucharnos. Le hablo del
un rato, ahí, entre las orquídeas. Los yanomami cono- viaje que haremos todos juntos en busca de nue-
cemos más de cincuenta tipos diferentes de abejas y vos lugares donde cultivar el plátano, el ñame y la
usamos su miel como alimento o medicina. Y es que malanga. Nos alimentaremos de lo que cosechamos.
urihi, la «selva tierra», la Amazonia, es generosa con También de arañas, ranas, termitas. O de pecaríes y
todos los que habitamos este lugar. tapires que los cazadores comparten, respetando su
Cuidamos de la madre selva y de todos los seres antigua costumbre: nunca comer de su propia caza.
que la habitan con la guía de Omawë, dios creador Y ahora a caminar de vuelta a casa sin hacer ruido.
de los yanomami. Nuestra comunidad nómada vive ¿Soñará el jabato mientras duerme? ¿Sabrá eso el
en un gran shabono, de 400 personas, en el que cada viento?

Onimou es el nombre de nuestra pintura corporal. Con ella transmitimos mensajes y


nos identificamos cuando salimos del shabono. De la semilla del onoto sale el pigmento rojo
y del fruto del huito, el negro, que los hombres usan cuando defienden nuestra tierra.
Morado, azul, blanco: cada color y cada forma tienen un significado y un motivo.

48
SAMI

INUIT

GITXSAN

CHEROKEE
TUAREG

WAYUU
BIJAGÓ

YANOMAMI
JUCHITECA

BRIBRI
TZ’UTUJIL

MBUTI

!KUNG

Q’ERO

URU
CHIPAYA
TIERRAS
EVENKI Y TERRITORIOS

Ocupar un territorio, un trozo de nuestro her-


moso planeta, no es lo mismo que habitarlo. Para
los evenkis, por ejemplo, habitar requiere transi-
tar los caminos que llevan de un lugar a otro. Desde
esta perspectiva, deberíamos ver cualquier mapa
como un conjunto de senderos entrelazados.
Los pueblos indígenas habitan una cuarta parte
del mundo, 38 millones de kilómetros cuadrados
(de los casi 149 millones que ocupa la superficie
terrestre) y custodian el 80 % de la biodiversidad
terrestre.
A pesar de que difieren en costumbres y cul-
turas, para todos estos pueblos, la tierra y el agua
DONGRIA
KONDH
—recursos fundamentales de subsistencia— tie-
nen una dimensión sagrada que las sociedades
de consumo ignoran, en su afán por apropiarse de
MOSUO los recursos naturales de esos territorios para su
explotación lucrativa, sin importar el destino de
quienes la habitan ni la degradación mediambien-
tal que tal explotación produce.
MOKEN Hay una larga historia de conflictos y movi-
mientos de resistencia de pueblos originarios
contra estos poderosos intereses. Lucha que lleva
implícita la defensa de sus propias lenguas: aun-
ORANG RIMBA
que los pueblos indígenas representan el 5 % de la
población mundial, hablan más de 4000 lenguas;
sin embargo, según las estimaciones de la ONU,
cada dos semanas alguna deja de hablarse.
El territorio sostiene la forma de vida, la lengua,
ANANGU también las costumbres y la identidad cultural.
Entrelaza pasado, presente y futuro; la lengua sus-
tenta siglos de historia, leyendas, conocimientos
que se transmiten de generación en generación y,
con ellos, saberes milenarios sobre el manejo sos-
tenible del medio ambiente, sobre la pervivencia
del planeta.

NGĀTI HAU
CONOCER MÁS, SABER MEJOR

Historia y territorios dueña de una refinería contaminante. Finalmente los dongria


kondh ganaron el juicio, que prohibió a la empresa abrir una
En 1830 el Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley de
mina.
Traslado Forzoso de los cherokees que, si bien dictaba el «des-
tierro voluntario», se transformó en una herramienta para des- En el año 2017 los anangu lograron prohibir la escalada a la
pojar de sus territorios a los nativos americanos. La emigración, cima en Ulurú, territorio sagrado. La medida tuvo lugar en un
conocida como el «sendero de lágrimas», tuvo como resultado el contexto de lucha por la recuperación de las tierras que les fue-
sufrimiento generalizado y la muerte de unos 4000 cherokees. ron arrebatadas durante la invasión británica en el año 1770
que, además, trajo consigo epidemias y muertes. Solo en un
Durante el proceso de descolonización del continente africano,
lapso de cien años los aborígenes australianos pasaron de un
iniciado a mediados del siglo xix, los tuaregs fueron repartidos
millón a 60 000 personas.
entre las nuevas fronteras que se crearon tras la formación de
los estados nacionales. Sin embargo, nunca se sintieron parte de Los !Kung, al igual que otros pueblos bosquimanos, han habi-
la nación maliense, nigerina, burkinabé o argelina, sino refugia- tado durante más de 20 000 años el desierto de Kalahari, al sur
dos políticos dentro de sus propias fronteras. de África. Entre 1997 y 2005, tras años de acoso, las tribus Gana
y Gwi fueron expulsadas de la Reserva de Caza del Kalahari y
Las selvas tropicales de Sumatra, en Indonesia, son el hogar de
trasladadas a la fuerza a campos de reasentamiento, que ellos
los orang rimba, pero su religiosidad y su modo de vida nóma-
califican como los «lugares de la muerte».
da no son reconocidos por el Estado. A medida que sus bosques
son destruidos para dar paso a las plantaciones de palmas acei- La nación q’ero, declarada por los peruanos Patrimonio Cultural
teras, deben marcharse a las ciudades donde se ven obligados de la Nación, teme por la cultura andina que durante siglos ha
a cambiar sus creencias y costumbres para no ser violentados. logrado conservar en gran medida. La llegada de empresas mi-
neras a su territorio, según explican, contaminará y alterará
En el siglo xvi los Mbuti fueron llevados como esclavos a las
para siempre su forma de vida hasta destruir también conoci-
Cortes europeas, donde ejercían de bufones. Sus condiciones de
mientos y tradiciones que se remontan al período incaico.
vida siguen siendo pésimas en pleno siglo xxi, porque no solo
se les prohíbe sus prácticas tradicionales de caza, sino que tam-
Degradación ambiental
bién se les expulsa de sus bosques para la explotación de los
recursos naturales. Desde hace más de tres décadas, el norte canadiense está expe-
rimentando cambios climáticos drásticos que han reducido el
Amenazas y resistencia acceso de los pueblos originarios a los recursos naturales de sus
entornos tradicionales. Esto no solo ha significado una dismi-
Los samis luchan en la actualidad contra un parque eólico
nución de los medios de subsistencia, sino también un impacto
construido en la península de Fosen, al norte de Oslo, que ha
en las prácticas culturales y la salud de los inuit.
destruido su ruta de migración ancestral. A pesar de que la
Corte Suprema de Noruega dictaminó que la instalación viola Los wayuu están sufriendo las consecuencias del aumento de
los derechos de los pastores de renos a desarrollar su cultura, las temperaturas y la reducción de las precipitaciones, relacio-
el parque eólico sigue en funcionamiento. nadas con el fenómeno de El Niño. Sus efectos, además de da-
ñar las cosechas, provocan muchas dificultades para cuidar el
Una enorme extensión de colinas y valles, al este de India, for-
ganado del que dependen para sobrevivir. Como dice uno de sus
man la cordillera Niyamgiri, sagrada para los dongria kondh.
dichos: «Solo con fuerte sol y copiosas lluvias, el guamacho se
La zona, rica en bauxita, es el escenario de un conflicto entre
fertiliza».
este pueblo y la empresa británica Vedanta Resources Limited,

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Una performance realizada en la Ciudad de Guatemala por a ello, en 2004, al ver que el mar se retiraba, comprendieron que
artistas de origen tz’utujil en el año 2022 protesta contra la se trataba de un tsunami. Huyeron hacia las zonas altas, junto
contaminación del lago de Atitlán. Se trata de mujeres con ca- con los turistas que les siguieron, y así evitaron sumarse a las
nastos en la cabeza que llevan desechos plásticos y basura en 230 000 víctimas que dejó la catástrofe en las costas del Océano
lugar de frutas y flores. Los hombres cargan botellas de gaseosa Índico.
y zapatos viejos en sus redes. Desde 2016 una ley prohíbe el uso
Tras quince años de arduo trabajo de recopilación, el pueblo
de plásticos en San Pedro La Laguna.
evenki puso a disposición de la humanidad el Evenki Atlas
Las aguas del río Lauca riegan los cultivos de quinoa, papa y (2019). Se trata del primer atlas cultural en línea sobre el cono-
cañahua. Los urus dependen de ellas para la ampliación de cimiento indígena y cuyo objetivo es preservar las costumbres,
sus áreas de siembra. Pero cada día son más escasas. Al cambio la lengua y toda la información que los evenki consideran valio-
climático se suma una red de canales que, desde 1961, desvía el sa para su comunidad.
curso del río hasta dejar en territorio boliviano, tan solo un 10 %
El sistema económico juchiteco está dirigido por las mujeres.
de su caudal total.
Sus prioridades son la alimentación y el cuidado de niños y an-
Los yanomamis sufrieron en 2019 una gravísima crisis sanita- cianos. También los banquetes colectivos, porque, según dicen,
ria y alimentaria debido a la invasión en su territorio de mine- «nadie se queda con hambre en Juchitán».
ros ilegales, que respaldó el entonces presidente brasileño Jair
Bolsonaro. La llamada «fiebre del oro en la Amazonía» tiene Protección de los territorios
como escenario la reserva indígena sobre la cual la comunidad
Delgamuukw es el nombre del tallador de tótems que, en nom-
tiene autoridad legal. La explotación del 33 % de la superficie
bre de la nación gitxsan y de la Wet’suwet’en, presentó una
de la reserva —unos 3,2 millones de hectáreas— profundizará el
petición ante la Corte Suprema de Canadá por el título y pro-
daño irreparable, calificado como genocidio.
piedad de sus tierras. Tras muchas apelaciones, las naciones lo-
graron ganar el juicio en 1990 con la historia oral como prueba.
Organización social y saberes ancestrales
Sus leyes, según argumentaron, eran mucho más antiguas que
En la comunidad bijagó las sacerdotisas —baloberras— son las las del Estado canadiense.
encargadas de transmitir la sabiduría de los antepasados en un
En la región costarricense de Talamanca, las mujeres bribris
rito que inicia a las mujeres en el mundo adulto. También son
defienden las fincas integrales, que imitan la diversidad y la
ellas quienes heredan el clan en una línea de transmisión que va
productividad del bosque: algunos árboles dan sombra a los fru-
de madres a hijas.
tales, que a su vez protegen las plantas medicinales. En medio
Desde el punto de vista etnográfico, los mosuo son conocidos de ese sistema agroforestal milenario y sustentable, prosperan
por su singular modelo de pareja y reproducción, conocido también el ganado y la vida silvestre.
como «matrimonio ambulante». Las parejas son abiertas, no
Los ngāti hau ganaron una batalla centenaria contra el gobier-
conviven bajo el mismo techo y los bebés se crían con la familia
no de Nueva Zelanda: lograron que el río Whanganui, adorado
de las madres. Este vínculo y sus diversas tradiciones están bajo
como un antepasado, fuera protegido por ley. Gracias a esto,
amenaza a causa de las reformas económicas y la globalización,
desde 2017, cualquier maltrato hacia el río es penalizado con las
en particular por el aumento del turismo.
mismas medidas legales que se aplicarían si el daño fuera infli-
Durante generaciones los moken se han contado unos a otros gido a una persona. Tras este fallo, otras tribus aspiran a lograr
las historias de Laboon, la «ola que se traga a la gente». Gracias el reconocimiento de la naturaleza como un ser vivo.

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D E S D E D O N D E E S TÁ S...

... quizá puedes ver chimeneas que parecen tocar


el cielo y cubren las nubes con mantos de humo.
Ojalá escuches algún pájaro. ¿Hay uno posado en la
rama que golpea tu ventana?

Mientras lees esto, es posible que una serpiente


infinita de automóviles se deslice por el asfalto de
la calle, sin pausa. Las ciudades pueden ser como
junglas, donde braman sirenas y te acechan anuncios
luminosos de pollos sonrientes. Destellos y ruido
que acallan el silencio. Y en tu mano, un tótem
digital que te conecta con todos, todo el tiempo…,
pero no te protege.

En realidad no sé cuál es tu retrato, ni cuál es


el paisaje que refleja tu rostro: campo o ciudad,
norte o sur. Solo sé que eres único, diferente e
importante. Tu voz y tus decisiones también lo son.
Eres parte de este mundo, y el mundo es parte de ti.
Todos habitamos un paisaje, nos hallamos
entretejidos con la piedra, la hormiga y el río.
Reconocer este vínculo hace que se expandan
nuestros horizontes: esa es la mayor de las
conquistas.

La Tierra está viva. El respeto a nosotros


mismos involucra lo que nos rodea: la naturaleza,
el ecosistema, la atmósfera, la tierra, los recursos
y los demás seres humanos. Quizá desde donde
estás puedes sentir que eres parte de esta
comunidad. Esto también nos hace responsables:
¿cuánto podríamos crecer al comprender que hay
otras maneras de vivir? Tal vez sea el momento
de recordar que la naturaleza vive piel adentro en
cada uno de nosotros, y que todos somos origen.

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Este proyecto ha sido supervisado por un equipo de antropólogas del Centro de Estudios
del Sur Andino de la Universidad Nacional de Jujuy, integrado por la investigadora del CONICET
Dra. Gabriela A. Karasik y las licenciadas Carina Gómez y Ángela Yankillevich.

Los relatos que conforman este libro están inspirados en testimonios directos
y datos obtenidos de distintas fuentes documentales.

En el siguiente código QR encontrarás lecturas y enlaces de interés:

© 2023, de las ilustraciones y el texto: Nat Cardozo


© 2023, de esta edición: Libros del Zorro Rojo
Barcelona - Buenos Aires - Ciudad de México
www.librosdelzorrorojo.com

Esta obra es una realización de Libros del Zorro Rojo

Dirección editorial: Fernando Diego García


Dirección de arte: Sebastián García Schnetzer
Edición y coordinación: Estrella Borrego
Edición literaria: María José Ferrada
Corrección: Andrea Bescós
Maquetación: Camila Madero

I S B N: 9 7 8 - 8 4 - 1 2 6 74 8 - 9 -7 Depósito legal: B - 1 3 0 8 1 - 2 0 2 3
I S B N Argentina: 9 7 8 - 9 8 7- 8 9 9 8 - 1 0 -7

Cardozo, Nat
Origen / Nat Cardozo. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires :
Libros del Zorro Rojo, 2023.
56 p. ; 62 x 30 cm.

I S B N 9 7 8 - 9 8 7- 8 9 9 8 - 1 0 -7

1. Ilustración. 2. Narrativa Infantil. I. Título.


C D D A 8 6 3. 92 8 2

Con la colaboración de

Primera edición: octubre de 2023

Impreso en Polonia por OZGraf SA

No se permite la reproducción total o


parcial de este libro, ni su transmisión en cualquier forma o por
cualquier medio, sin el permiso previo y por escrito de los
titulares del copyright. La infracción de los derechos mencionados
puede ser constitutiva de delito contra la
propiedad intelectual.

El derecho a utilizar la marca «Libros del Zorro Rojo»


corresponde exclusivamente a las siguientes empresas:
albur producciones editoriales s.l.
y LZR Ediciones s.r.l.

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