Digitalizar 23 Oct. 2020
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l es
Los ci111ie11ws co/oma Tl
-
gundo lugar, la principal contribuc ión de Brasil hasta el siglo XVlll fue la agr! -
cultura, no la minería; por últimc\ y quizás lo más importan te, Portugal h~1bia
desarrolla do un sistema más simple para asegurars e ingresos de su apre~1acl~
colonia ( «la vaca lechera», como se la conocía en Lisboa.). A dife.rencrn . de
· España, Portugal no desplegó una vasta red de burocraci a para rec~udai: un-
puestos y controlar el mercado interno. Por el contrario , se concentro c~s1 por
completo en gravar las exportaci ones brasileñas. Como resultado , Brasil ofre-
ció menos potencial que la América española para alimentar una poderosa
alianza de intereses coloniale s que se rebelara contra la autoridad política ele
la madre patria.
';
- / Las raíces de la indepen dencia
Los movimien tos independ entistas que llevaron a la creación de la mayoría.
de las actuales naciolies latinoame ricanas deben sus orígenes a aconteci-
mientos acaecidos en Europa. No fueron radicales en su mayor parte y nin-
guno ocasionó cambios cataclísnücos en el orden social. Gran parte del impul-
so resultó ser conserva dor y conformó la dirección de las jóvenes repúblic~.s
a comienzo s del siglo XIX. Nuestra historia comienza en Europa.
Los Borbones españoles , cuya farnilia había accedido a la corona en 1713,
· habían tratado de contrarre star el declive de Espafía, tanto en Europa como
en América. Con la esperanza de apuntalar las defensas del Nuevo Mundo
contra las potencias europeas rivales, ?, la vez que aumentar los ingresos de
la corona, impusiero n ref~_rrnas administr ativas y políticas de largo alcance.
Una consistió ·en crear nuevos virreinatos:. uno en Nueva G1:anacla (primero
en 1717 y de nuevo en 1739) y otro ·e n Buenos Aires (1776).
Además, Carlos III (1759-1788) i;.eemplazó el complejo aparato admüiis-
trativ9_d~Jos Hab~_b µrg9 _por. el sistema de intendenc ias. En la práctic~., su-
puso el reemplaz o de los odiados corregido res de la América española por
los intendent es, gobernad ores locales directame nte responsab les ante !él co--
rona, no ante el virrey. <:así todos ellos eran peninsula res en lugar de criollos
americ~nos, probablem ente para asegürars e la lealtad al monarca. Los inteo-
. dentes· _e_s~recharon mucho el con~rol de la corona sobre el gobie~no, pero
también entraroíieri_" colisión con los prósperos criollos, muchos de los cuales <"[
se habían beneficia do de una administr ación relajada. '
Este giro puede verse en la administr ación de los tribunales loc;Ües . .--~
Como los ,Ha9sburg<> de finales del siglo xvn necesitab an fondos de forma ·
desespera da, p~s.i eron a l& venta los cargos de los tribunales , como ya antes
había hecho Felipe II. Quienes los compraro n eran ·criollos y, en 1750, ele 93 .
jueces, 51 eran nacidos en América. Los monarcas borbones cambiaro n la ·--/
tendencia y en 1807 ya sólo 12 de los 99 jueces eran criollos. Finalmen te, los :
crio1los decidirían buscar ·'e n otro lugar puestos de autoridad y prestigio. .
Uno de los lugares donde los buscaron fue en los concejos municipales o .,,--"
cabildos, que funcionab an a duras penas a comienzo s del siglo xvm. Nó siem-
}8 !Jis tu riu cu111crn¡-'má11eu de A 111 éricu Lati11 u
cbn la
ptt; h,ilbb an comp rador es ávidos los cargo s d el cabild o. Si n emb argo,
llegad a de los inten dente s, un sjstem a tribut ario m;_'ís eficien te
les p ropor cio-
modo ,
nó un aume nto de ingre sos y lé.1 reaTirrnación el e su funci ón . De este
toricl ad crioll a .
los cabil dos se convi rtiero n en la base instit ucion al de la1 aú
o su au to-
Carlo s III tamb ién trató ele aume ntar el pode r real estrec hand
sión el e la orden
ridad sobre la Iglesi a. El paso más trasce ndent al fue la expul
a u n estad o
jesui ta. de toda la Amér ica españ ola en J767, a ~a que consi derab
mejo res propi e-
dentr o del estad o, una fuen te de pode r y riqu eza rival. Sus
a.
dades se subas taron y lo recau dado, por supue sto, fu e a la coron
ame nazas Y
Los milita res e ran otra fuent e de poder . Para gu ardar se de
imien to de m ili-
aplas tar cualq uier posib le r e belión , el rey decre tó el est ablec
os h ambrien-
cias colon iales, una excel en te fuent e el e presti gio p ara los crioll
ejemp lo, en
tos de posic ión. Pero tamb ién alteró el equil ibrio milita r. Por
en el virrei nato
1800 sólo había 6.000 miem bros del ejérci to regul ar españ ol
os en Amé -
de Nuev a Espa ña, en comp araci ón con los 23.00 0 miem bros nacid
ta que despu és
rica de la milic ia colon ial. Fue el cimie nto del ejérc ito patrio
lucha ría por la indep enden cia.
rollo eco-
Los Borb ones desea ban de forma espec ial prom over el desar
nómi co colon ial para fortal ecer su posic ión en Euro pa. ~n_l
778, Carlo s III
puert os de la
prom ulgó un decre to de libre come rcio, que sjg!üf icó qu~ los 24
nte con cual-
Amér ica españ ola podrí an come rciar desde enton ces direc tame
perte necie ra
quier puert o españ ol o entre sí (pero no con un puert o que no
cuatr o puert os
al reino españ ol). El come rcio ya no -estarí a·Test ringid o a los
o al mono -
colon iales (Vera cruz, Carta gena, Lima /Call ao y Pana má) o sujet
iciars e de la
polio de Cádiz . De inme diato , Buen os Aires come nzó a benef
du rante mu-
medi da. De hecho , el come rcio de contr aband o había florec ido
a aume nt ó
cho tiemp o en esas rutas anter iorme nte prohi bidas . Pero la coron
que an-
ws ingre sos ele aduan as, ya que ahora cobra ba· impu estos a los biene s
tes pasJ1ban de contr aband o.
ones.
- - Poi esta razón en parte , la econo mía colon ial florec ió bajo los Barb
se había
El puert o de Buen os Aires , un pueb lo pequ eño y sin lustre en 1776,
décad a de 1790,
conve rtido en una ciuda d de 50.000 ha.l;>itantes en·18 00. En la
en la décad a
Méxi co acuña ba tres veces más plata y oro que lo había hecho
de 1740. El come rcio prosp erab,a al termi nar e.I siglo.
se h izo m ás
La políti ca borbó nica parec ía ser un éxito. La admi nistra dón
ntaro n los
eficie nte, mejo raron las defen sas, se inten sificó el come rcio y aume
por much os de
ingre sos ele! gobie rno. ~:.:~- ~.~b~~-!!.!!'l~s-~ar_~ntr~ , lo~ criollo~
) con reducir su
-~?t~~ amb~Q~, que. amen aza'6 an (y a menu do lo conse guían
s1 1
1~~ c or~ e rn~luencta. Fue e~te reto a su posic ión,
más que la influe ncia del
Nort eamé rica ,
p,._,nsanuent~ ~lustrado o el eJem plo ele las colon ias ingle sas de
lo que acabo 1mpulsanclo a los domi nios hispa noam erica nos
a optar p or la in-
depen denci a . .
c Ama -
. . Si1~ d ud~, había existi do una resist encia colon ial. E n 1780, Túpa
1 u II, sos~e mend o que era el desce ndien
te direc to de los incas , e n cabez ó una
revue lta mdíge na, con -
.,
· - - .· to ce1 c,u10 a los 80.00 0 homb res. Se ta rda ron
· un eJe1c1
.
l.us ci111ie1Lfus coloni(l/e .•. ." i (J
dos años de lucha brutal e11 sofou,r las insurrecc iones que barri~ron el sur ch:
l-'erú y Bolivia. En 1781, los ciudadan os de Socorro, en Nueva ~.irana_da, pro-
tcstéuon ele forma violenta contra la subida de impuesto s y el cl1sturb10 se ex-
tendió por gran parte del virreinat o. Atu~que los patriótico s historiad ores
latinoam ericanos suelen describir estos sucesos como «precurso res,> de los
movimien tos de independ encia encabeza dos por los criollos del siglo XIX, no
fue este el caso. En lo que respecta a Túpac Amaru II, algunos rasgos de su
insurrecc ión apuntan hacia la independ encia, pero en términos de lidera~~ º
indígena, que nunca habrían obtenido un apoyo criollo sólido. En la rebehon
ele 1781 en Nueva Granada , los que protestar on no buscaban la independ en-
cia de la corona española ; protestar on dentro del sistema, no contra él.
Entonces , ¿cómo llegó la independ encia? Una vez más, el destino de
América Latina lo determin ó la política dinástica en el Viejo Iviunclo. Tras
haber tratado de ayudar a los Borbone s franceses a salvar su corona sin con-
seguirlo, Espaüa se alió con el régimen revolucio nario francés en 1796, pac-
to que llevó de forma directa a la aniquilac ión de la armada española en la
batalla de Trafalgar (1805) . Mientras tanto, ,N._apoleón Bonapar te, ahor·a dic-
tador de Francia, en 1807 ocupó Portugal, ·a liado · ele Inglaterr a desde hacía
tiempo. Napoleó n alcanzó las colinas de Lisboa justo cuando la armada real
inglesa se llevaba a Brasil a la casa real de Braganza y a su corte. ~l!~R~? vol-
vió a España. E:_n 180? ocupó Madrid, instaland o a su hernrnno , "fosé, en el
trone>.~~spáñCl_l. Es-te "ác:to -ftie el.•que' Ímpulsq a los co°i"Ónos a la ·revpelta.
En España hubo resistenc ia a Jos é cuando los P!lrtidari os de Fernan-
do VIl se unieron a la causa. s·e e's"'tableció una junta en Sevilla para gober-
nar en n0_m bre del rey Fernan~o .-E-ii "isib fo-siguio un· parlaáien to, o cortes,
dominad o por los liberales que se habían desplazad o al vacío creado por la
ausencia del monarca. En 1812 proclama ron una nueva constituc ión, que
afirmó la autoridad del parfamen to, abolió la Inquisici ón y restringió el papel
del rey.
l~ Ilustrac1ón, juró en 1805 li?rar a su tierra nata] del dominio español. En ju- i
lio de~ 8,11, el congreso n~uniclo para gobernar Venezuela respondió a sus cx- 1
1
Pero ln regencia pro fernandina de Sevilla resultó ser más flexible de .lo ¡
1
1
L os cinúent os rolo n iales 1!
res? En lugar de ello, se dirigió hacia el norte. Después de una derrut.a cerca
de Guadalajara a comienzos de 1811, fue a Coahuila, donde fue capturado y
a continuación fusilado en Chihuahua.
Entonces el caudillaje de la maltrecha insurgencia pasó a José María :tvlo-
relos, otro sacerdote. Como Hidalgo, apoyaba la abolición del trib_u to indíge-
na y de la esclavitud e incluso propuso la reforma agraria. La última era un
tema explosivo entre la elite colonial. También insistía en que los ciudadanos
tenían derecho a elegir su propia forma de gobierno. Por último, Morelos
imaginaba un nuevo gobierno, mediante el cual todos los habitantes, excepto
los peninsulares, ya no serian designados indios, mulatos o mestizos, sino que
todos serían conocidos como americanos. De este modo, combinaba el na-
cionalismo con un compromiso por la igualdad social y racial.
En 1813, el Congreso de Chil_p ancingo declaró la independencia de Mé-
xico (aunque es el 16 de septiembre, aniversario del «Grito de Dolores» por
Hidalgo, cuando se éelebra el clía de la independencia). El congreso también
decretó la abolición de la fSclavitucl y declaró el catolicismo la religión ofi-
cial. La constitución adoptada el año siguiente afii·mó-el ideal de la sobera-
nía popular creó un sistema ele elecciones indirectas y diseñó un legislativo
1
poderoso junto a un ejecutivo débil de tres personas.
:Mientras tanto, los españoles iban consiguiendo victorias militares. Uno
de los mandos españoles era el joven Agustín de Iturbide, que más tarde de-
sempeñaría un importante papel en la independencia mexicana. En 1815,
11orelos fue capturado, juzgado (por la Inquisición_, así como por las autor_i-
dades seculares) y ejecutado. Otros continuaron luchando por la causa, pero
ahora los españoles llevaban la voz cantante.
Así terminó la. primera fase de los movimientos de independencia hispa-
noamericanos. Los novohispanos Hidalgo y Morelos habían muerto. Bolívar
languidecía en su exilio jamaicano. La Junta del Río de la Plata luchaba por
mantener la unidad y aún no había reclamado la independencia. En 1815,
con Fernando de nuevo en el trono, parecía que la corona española había ex- .
tinguido su rebelión colonial.
La consecución de la independen~ia ·
La ventaja militar española en Suramérica no iba a durar mucho. En 1816
Bolívar regresó a Venezuela y comenzó a emular sus victorias anteriores,
pero_ ahora tenía como aliado a José Antonio Páez, brillante dirigente de los
arrojados llaneros que antes habían peleado del lado de los realistas. Ahora
Páez luchaba por la independencia de España. La causa de Bolívar se vio
además afianzada por la llegada de refuerzos de Iriglaterni, que en 1819 al-
canzaron más de 4.000 personas. Con este fortalecimiento Bolívar estableció
.. '
un firme control sobre Venezuela a comienzos de 1819. .
Tras derrotar a las fuerzas españolas en Nueva Granada, intentó crear en
1821 nn nuevo estado de Gran Colombia, uniendo Venezuela, Nueva Grana-
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da y EcuaJor. Obtuvo escaso apoyo, por lo que se dirigió hacia el sur, a \~1
caza de más realistas y españoles que derrotar. _ _ _
Mientras tanto, José de San Martín dirigía una extraordmana campana
militar en el sur. Hijo de un oficial español y nacido en la frontera norte, de
la actual Argentina, comenzó la carrera militar a los once años. En 18_1 2,_,otre-
ció sus servicios a la junta de Buenos Aires, al habers·e decidido en l~vor de
la independencia para las colonias. Soldado por su entrenamien_to e ideales,
no tenía la perspicacia polílica de Bolívar ni el compromiso social de lYlore-
los, pero era un competente estratega militar. .
Como jefe ele las fuerzas rebeldes, en 1817 San Martín ya se encontraba
dispu~sto para emprender una de las más osadas hazañas de esa etapa: ~~
cabezar un ejército de 5.000 soldados cruzando los Andes para atacar por
sorpresa a las tropas realistas en Chile. Halló a los españoles desprevenidos
por completo, obtuvo una importante victoria en la batalla de Chacabuco Y
entró triunfalmente· en la ciudad de Santiago: Ahora se preparó para el pró-
ximo su
paso de campaña, la liberación ele Perú.
En 1820 alcanzó la costa peruana. Lima era aún más monárquica que
Ciudad de México. Como capital de un importante virreinato, había recibido
numerosos favores y privilegios de la corona. Aunque la elevación de Bu.enos
Aires a virreinado en la era borbónica había dañado su economía, su senti-
miento monárquico seguía fuerte. Criollos y peninsulares tendían a ser favo-
rables{f la continuación del gobierno de Fernando VII. San Martín se abstu-
vo de atacar, señalando: «No busc_o la gloria militar, ni ambiciono el título de
conquistador del Perú: s9lo deseo liberarlo de la opresión. ¿ Qué bien me ha-
.ría Lima si sus habitantes fiuran políticamente hostiles'?».
También aquí un cambio radical ocurrido en España catalizó los aconte-
cimientos. Cuando Fernando Vli sucumbió ante la p1;esión. política y sancio-
nó de improviso la constitución de 1812, el cambio político pasmó a sus par-
tidarios limeños. Les afligió en especial la abolición ele la Inquisición y el
desafío a la dignidad de los sacerdotes. Muchos podían aceptar limitaciones
a la autoridad monárquica, pero no al papel y poder de la Iglesia.
Este cambio de acontecimiento ~ en ·España alt~ró de forma drástica el
clima de opinión en Ciudad de México y en LimafL.a independencia no era
ya una causa radical o incluso liberal. Ahora era un objetivo conservador, un
medio de preservar los valores tradicionales y los códigos sociales. Como si
reconociera este hecho, el cabildo de Lima invitó a San Martín a entrar en la
ciudad a mediados de 1821. El 28 de julio,. proclamó formaln1ente la inde-
pendencia de Perú.
_Tras algunas escaramuzas más con las tropas realistas, San Martín partió
hacia Ecuador para mantener un encuentrO histórico con Simón.. Bolívar.
Nunca se ha establecido con exactitud lo .que allí pasó. Quizás Bolí~·a r mar-
cara, e~ tono cuando ofreció un brindis por los dos hombres 1nás grandes de
Amenca, el general San Jvlartín y él mismo. Parece que Bolívar rechazó la
propuesta de San Martín para establecer una monarquía en Perú insistió en
la unión de la Gran Colombia y declinó su oferta de servir 'bajo' su mando.
4,f / !istor;a cont empo ráne a de /\mé rica Latin a