ICT Bogota
ICT Bogota
ICT Bogota
Trabajo final de maestría como requisito parcial para optar al título de:
Magister en Urbanismo
Director (a):
Arquitecto José Salazar Ferro
Línea de Investigación:
Estrategias para el desarrollo de vivienda social
Grupo de Investigación:
Bogotá años 60
Dedicatoria
Resumen
Entre 1960 y 1972, el Instituto de Crédito Territorial (ICT) apoyado en el Centro Interamericano de
vivienda (CINVA), realizó un trabajo de investigación y reflexión profundo referente al problema
de la vivienda social en Colombia; este trabajo se consolidó a través de diversos planes y programas
para desarrollar viviendas económicas en gran medida, con un enfoque en la organización de la
comunidad para su progreso. Las dos entidades desprendidas del estilo internacional propio de los
años 50 buscarían hacer de la arquitectura y urbanismo, un modelo basado en la problemática
local, acudiendo a la formación de equipos interdisciplinares capaces de replicar el conocimiento
y experiencias de la academia en cada una de sus regiones, para el caso particular, en Bogotá.
Durante este periodo, actores como la academia, el sector de la industria y la construcción, así
como, los usuarios, lograrían un diálogo cercano y común, sustentado en el apoyo técnico y
económico del Estado.
Abstract
Between 1960 and 1972, the Instituto de Crédito Territorial (ICT), supported by the Centro
Interamericano de Vivienda (CINVA), carried out in-depth research and reflection on the problem
of social housing in Colombia; This work has been consolidated through several plans and programs
to broadly develop affordable housing, with a focus on community organizing for its advancement.
The two entities detached from the international style typical of the 1950s will try to make
architecture and urban planning a model based on local problems, resorting to the formation of
interdisciplinary teams capable of replicating the knowledge and experiences of the academy in
each of their regions, for the particular case, in Bogotá. During this period, actors such as academia,
industry and the construction sector; in addition, users would achieve a close and common
dialogue, supported by the technical and economic support of the State.
The social housing of progressive development present in the communal action programs
promoted by CINVA through self-construction processes, represents a work model that sought to
provide a comprehensive solution to the housing problem with a highly social approach that,
despite its contribution as part of a planning model, it stopped being produced over time. Identify
the origins, evolution and consolidation of the concept for its retake and put into practice, becomes
the main objective of this work.
Contenido
Pág.
Resumen ................................................................................................................................ V
Introducción ............................................................................................................................ 1
1. Generalidades .................................................................................................................. 5
1.1 Tema de investigación........................................................................................................ 5
1.2 Objetivos ............................................................................................................................ 7
1.3 Metodología ....................................................................................................................... 8
1.4 Antecedentes ................................................................................................................... 12
Bibliografía ....................................................................................................................... 85
Contenido IX
Lista de figuras
Pág.
Abreviaturas
Abreviatura Término
ICT Instituto de Crédito Territorial
CINVA Centro Interamericano de Vivienda
INVU Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo
INVI Instituto Nacional de Vivienda
INVA Instituto de la Vivienda
OEA Organización de los Estados Americanos
OPS Organización Panamericana de la Salud
Introducción
"La arquitectura tiene un motivo interior: la idea de crear un paraíso. Este es el
único propósito de nuestras casas. Si no llevamos este pensamiento entre
nosotros, todas nuestras casas serán más simples y triviales y la vida no será digna
de vivir. Hemos de construir casas que crezcan; la casa que crece ha de sustituir la
máquina para habitar. La auténtica esencia de la arquitectura consiste en una
reminiscencia variada y en desarrollo, de la vida orgánica natural…. La arquitectura
moderna no significa el uso de nuevos materiales, sino utilizar los materiales
existentes en una forma más humana” (Aalto, 2015)
En la actualidad, la vivienda VIS (Vivienda de interés social) y la vivienda VIP (vivienda de interés
prioritario), son dos ideas que nos llevan a pensar en la sociedad, en la necesidad de la comunidad,
en elementos capaces de solucionar problemas en los sectores de estratos medios y bajos; sin
embargo, lejos de ello, estas dos ideas se limitan a un monto económico, un tope para la base de
su adquisición, dicho monto es el verdadero motivo de su existencia, pues de allí parten todos los
análisis que se requieren para hacer factible un proyecto de vivienda. El monto establecido, es
entonces, proporcional al tamaño de la vivienda, a la calidad de los espacios privados y urbanos, a
la infraestructura de servicios que pueda existir en su contexto, entre otros.
entre economistas y financieros que desprecian de alguna manera las condiciones técnicas y se
alejan completamente de los factores sociales necesarios para hacer tales viviendas realmente
asequibles para los sectores más vulnerables.
Un artículo escrito por Luis García, publicado por el diario El Espectador el 21 de enero de 2024 en
su columna de opinión, denominado “La hipocresía de la vivienda social”, da cuenta de una
dinámica que es fácil de percibir dentro del gremio constructor y probablemente también dentro
de los usuarios, pero de la que poco se habla y es aquella que tiene que ver con la adquisición de
vivienda; el concepto general indicaría que una vivienda social es aquella destinada a sectores de
estratos medios y bajos; sin embargo, desafortunadamente la realidad es otra; pues, quienes
mayoritariamente adquieren viviendas sociales son los sectores de mejores ingresos, que las
adquieren con o sin créditos para luego ponerlas en arriendo.
“En este sentido, es ilustrativo el caso de Bogotá, que para el 2022 vendió 59.941 unidades de
vivienda, de las cuales el 79% eran VIS (47.353 unidades). De estas viviendas el 35% (16.804
unidades) obtuvieron un crédito VIS y únicamente un 7,6% (3.621 unidades) fueron apalancadas
por el Distrito en hogares realmente pobres con el mecanismo de la Oferta Preferente
(Observatorio de la Vivienda, 2023)”. (García, 2024).
Hacer una vivienda más equitativa y asequible es un deber que tenemos como profesionales, como
promotores, desarrolladores y como sociedad, no podemos seguir privando de un derecho tan
necesario a las nuevas generaciones que cada vez se sienten más excluidas de un mercado de
vivienda formal, ya sea como propietarios o como arrendatarios de espacios realmente acordes a
las necesidades de un hogar unifamiliar o nuclear independiente al número de miembros que ella
tenga.
Por lo anterior, este trabajo final de maestría se centra en el estudio de las dinámicas desarrolladas
durante la década de 1960 especialmente a través del Instituto de Crédito Territorial (ICT),
apoyadas en las investigaciones del Centro Interamericano de Vivienda (CINVA) en Bogotá. Lo
anterior, debido a que durante este periodo se desarrollaron planes y programas de gran beneficio
para toda la sociedad, los cuales merecen ser estudiados y difundidos, como parte de la formación
de todos los interesados en desarrollar vivienda social.
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Para lograr el propósito de estudio citado, se acudió al análisis documental sobre el tema de
investigación específicamente en las dinámicas desarrolladas por el ICT y posteriormente se
revisaron documentos inéditos localizados en el archivo histórico de la Universidad Nacional,
(guías, libros, programas, estudios de caso, entre otros) que constituyen parte del material
adelantado por el CINVA en cuanto a los programas de acción (adiestramiento, investigación y
experimentación, asesoría técnica y divulgación).
En relación al cuerpo del trabajo, este aborda en un primer capítulo las generalidades, que
contienen: el tema, la pregunta, el objetivo general, los objetivos específicos, los aspectos
metodológicos y un contexto general de la vivienda social para entender la dimensión de un
problema que lejos de estar resuelto, se ahonda por el desconocimiento y falta de interés de los
actores a cargo. Posteriormente en un segundo capítulo se hace una presentación de los planes y
programas desarrollados por el ICT previos y durante la época de 1960 y un análisis del trabajo
desarrollado desde lo rural hasta lo urbano.
de estudio; el cuarto capítulo realiza el análisis de algunos documentos con avances realizados por
el CINVA en el campo de la formación, considerada una de los factores determinantes en la eficacia
y eficiencia en los programas de desarrollo progresivo a través de la autoconstrucción por esfuerzo
propio y ayuda mutua y finalmente se realiza una síntesis de los hallazgos y conclusiones
encontrados dentro del desarrollo del ejercicio.
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1. Generalidades
En este numeral se relacionan los aspectos relacionados con el tema de este trabajo final de
maestría, partiendo del objeto de estudio, la formulación de la pregunta; así como, del objetivo
general, objetivos específicos y metodología empleada, con el propósito de guiar al lector en el
entendimiento del concepto de desarrollo de la vivienda progresiva como un factor importante
para la construcción de vivienda social.
Los costos de financiar y de producir viviendas que se ajustaran a unas condiciones mínimas de
habitabilidad eran altos comparados con los niveles de vida y capacidad de pago que tenían las
familias de bajos recursos quienes prácticamente no tenían la posibilidad de tener ahorros.
Adicionalmente, la capacidad de producción y los recursos económicos disponibles que tenía el
Estado eran bajos. Es allí donde el Instituto de Crédito Territorial hizo una gran apuesta en la
creación de una política de vivienda que involucró a todos los actores (Estado, mercado, entidades,
usuario) y logró reunir el conocimiento de los profesionales de la época, sumado a la experiencia
adquirida durante 15 años en la construcción de programas de vivienda a nivel rural, experiencia
que se consolidaría en el seminario desarrollado para 1956 y que marcaría un hito en la historia de
la vivienda social.
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Para la época, el aumento de la expectativa de vida y el índice de natalidad; así como, la migración
del campo a la ciudad eran temas muy preocupantes, ya que al ser Bogotá uno de los principales
receptores de población, el aumento de las invasiones, así como de hacinamiento en tugurios,
estaban llevando a las personas a vivir en condiciones precarias. Adicionalmente, la vivienda no era
considerada por los sectores privados como un vehículo de inversión, por cuanto las inversiones
que se realizaban era a largo plazo y no ofrecían rendimientos importantes y así mismo los bancos
preferían conceder créditos a corto plazo para residencias de mayor costo.
La búsqueda de una solución a todos los problemas citados a través de dinámicas con un enfoque
altamente social, es lo que convierte al ICT en un referente para las generaciones presentes y
futuras, ya que sentó un precedente en la capacidad no solo de construir una línea de pensamiento,
sino de concretar esta línea en acciones a gran escala y de gran impacto.
Ahora bien, dentro de los planes y programas desarrollados por el ICT en colaboración con el CINVA,
hay un hilo conductor que se mantiene a lo largo del periodo de estudio y este hilo está marcado
por el concepto de la vivienda progresiva; su estudio dentro de este trabajo es de un interés
particular, entendiendo que la vivienda es un elemento vital en la transformación de la vida del
individuo y de la familia; el cual, ha sido representado de diversas maneras, adquiriendo
condiciones más adecuadas cuando asume junto con la familia los procesos de desarrollo y
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progreso de la misma, es decir cuando la vivienda es flexible, adaptable, capaz de soportar a nivel
físico, cambios culturales, políticos y económicos.
Ahondar en la construcción de este concepto se hace importante, por cuanto es en esta época
donde la vivienda progresiva y la autoconstrucción se convierten junto con otras, en herramientas
útiles y efectivas para hacer la vivienda más económica, reproducible y asequible. Adicional a esto
como lo menciona Arango (2012), es en los años 60 cuando los arquitectos de la generación técnica
encontraron la forma de conciliar sus vigencias con las necesidades sociales y el problema de la
vivienda empezó a pensarse a partir de la unidad de vivienda y sus condiciones constructivas
reproducibles, con interés marcado en las distintas posibilidades de la prefabricación.
En línea con el pensamiento de la época y como lo manifiesta Goosens, Gomez (2015), El Instituto
de Crédito Territorial no solo contribuyó, a finales de los años 60s, a la consolidación de un
pensamiento allegado al movimiento moderno internacional, sino también se pudo convertir en
uno de sus críticos más relevantes y en un actor importante en el proceso gradual de desmonte de
las ideas modernas en Colombia y es con la llegada de un grupo nuevo de arquitectos que
empezaron a buscar nuevas soluciones en diversos aspectos, entre ellos la flexibilidad de las
viviendas.
1.2 Objetivos
El objetivo general es identificar, analizar y evaluar los elementos comunes en los programas,
documentos, seminarios, talleres, guías y cursos desarrollados por el ICT y el CINVA, que hicieron
posible la evolución y consolidación del concepto de vivienda progresiva en los años 60 en Bogotá.
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1.3 Metodología
Con el propósito de encontrar el origen de las dinámicas desarrolladas en torno al tema de la
vivienda social durante los años 60, se abordó la lectura de varios textos tales como tesis de
maestría, artículos y diversas publicaciones en las cuales se encontró que la entidad que desarrolló
mayor número de viviendas a nivel estatal durante la época, fue el Instituto de Crédito Territorial.
Con el interés de escudriñar en la historia de dicha entidad por considerarse la más relevante en el
periodo estudiado, durante la revisión bibliográfica se hallaron 3 textos de gran importancia para
el desarrollo del trabajo. El primero de ellos fue el artículo denominado Experimentaciones en
vivienda estatal: La obra del Instituto de Crédito Territorial en Bogotá 1964 – 1973 de Maarten
Goossens y Jaime Gómez Meneses, un segundo texto fue El Instituto de Crédito Territorial (1955)
Una Política de Vivienda para Colombia, desarrollado a partir del seminario de vivienda realizado
para el año 1956 y el tercer texto fue Medio Siglo de Vivienda Social en Colombia 1939 – 1989 de
Alberto Saldarriaga escrito en el año 1995.
El primer texto presenta un panorama general de la experiencia del ICT entre 1964 y 1973,
experiencia que se consideró de gran importancia y en la que vale la pena ahondar con mayor
precisión por lo cual cierra con la invitación a “realizar estudios que contextualicen varios aspectos
relacionados con los procesos y obras descritos en el artículo”, por ejemplo: “indagar por las
relaciones entre lo enseñado en el Centro Interamericano de Vivienda y las exploraciones
proyectuales del ICT”. (Goossens, 2015). Esta invitación marcó el comienzo de una búsqueda tanto
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de información referente al trabajo desarrollado por el ICT, el cual se puede entender con la ayuda
de autores como el mismo ICT y Saldarriaga y así mismo, se convirtió en la base para profundizar
en la experiencia desarrollada por el CINVA, como centro de investigación asociado al ICT.
a. Fuentes primarias
• Se obtuvo acceso directo al archivo del CINVA, cursos, talleres, seminarios, revistas y otros
desarrollados durante la década de los años 60.
b. Fuentes secundarias
• Se realizó recopilación de fuentes bibliográficas relacionadas con el tema de investigación,
abarcando temas tales como la vivienda progresiva, el autoconstrucción y normas mínimas de
habitabilidad, entre otros.
A partir de la aproximación al tema, el trabajo consistió en analizar las fuentes bibliográficas para
delimitar el trabajo mediante una línea de tiempo que permitiera consolidar los diferentes
programas que desarrolló el ICT entre los años 1960 y 1964 en los cuales se encuentra un
componente importante de desarrollo e investigación en torno a la vivienda social.
Posteriormente se realizó un acercamiento a los archivos del CINVA, esto con el propósito de
indagar sobre el aporte que generó esta institución en el periodo durante el cual se desarrollaron
los programas del ICT, en cuanto a la construcción del concepto de vivienda flexible o progresiva a
través de cursos, seminarios y talleres prácticos; los cuales posibilitaron el acercamiento a
soluciones de viviendas de forma masiva.
1. Solicitud de archivo en Excel desarrollado por el profesor Olavo Escorcia, el cual contiene
toda la información existente en el Fondo CINVA debidamente clasificada, por serie,
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Cursos
- Curso 106ª – Diseño arquitectónico de la vivienda y planeamiento 1960
- Curso de adiestramiento en autoconstrucción 1960
- XII Curso regular de vivienda 1964
Libros
1.4 Antecedentes
La vivienda social
Por lo anterior, a continuación, presento algunos significados de vivienda que contienen elementos
valiosos para la construcción de un discurso más completo al que hoy nos ofrece el mercado.
- La vivienda es un lugar permanente y seguro que merece toda persona, donde pueda
recogerse junto a su familia, recuperarse física y emocionalmente del trabajo diario y salir
cotidianamente rehabilitado para ganarse el sostén de los suyos y de sí mismo. Es un refugio
familiar donde se obtiene comprensión, energía, aliento, optimismo para vivir y entregarse
positivamente a la sociedad a que se pertenece. Es una pequeña porción de territorio donde se
reconoce exclusividad de uso. (Sepúlveda, 1986).
- Una vivienda adecuada significa disponer de un lugar donde poder aislarse si se desea, con
espacio y seguridad adecuada, iluminación y ventilación e infraestructuras básicas adecuadas y una
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ubicación apropiada en relación con el lugar de trabajo y servicios básicos. Todo ello a un costo
razonable. (Naciones Unidas Consejo Económico y Social, 2004).
Olvidando todos los conceptos anteriormente citados, a partir de 1991, año en el cual se
transformó el Instituto de Crédito Territorial en el Instituto Nacional de vivienda de Interés Social
y Reforma Urbana INURBE, se desmontó una amplia gama de planes y programas establecidos
hasta el momento dando paso a una política de vivienda basada en el subsidio a la demanda y el
cumplimiento de estándares en función de una unidad mínima desprovista de todos los elementos
fundamentales que habían sido abordados anteriormente. A partir de allí, la preocupación en el
tema de la vivienda social se redujo al cumplimiento de un modelo de negocio factible para el
sector privado. El Estado, lejos de ser un agente activo en la construcción de prácticas y
conocimiento, pasó a ser únicamente un eslabón en la cadena de producción, encargado de
entregar recursos económicos a los hogares que lo requirieran.
El estándar de la vivienda social establecido por las clases dominantes se aleja cada vez más de las
condiciones básicas a las cuales puede llegar una vivienda que una familia produce por sus propios
medios, hecho que va generando la exclusión de los sectores más vulnerables de una participación
efectiva en la planificación y ocupación de la ciudad clasificando a estas soluciones de vivienda
como “subestandar”. (Turner, 2018)
producción, la vivienda transita por una larga cinta a través de la cual se inyecta permanentemente
tecnología y se reduce el espacio habitable a condiciones insatisfactorias.
“Los espacios diseñados y producidos de manera masiva por un mercado cada vez más
homogenizado de consumidores masivos no son más que conjuntos de bienes materiales carentes
de significado existencial. No son producto de un diálogo. Las decisiones son tomadas para un
mercado productivo a través de normas y procedimientos altamente institucionalizados. El
ocupante compra o alquila una unidad estandarizada de la misma manera que su automóvil o su
televisor, y si es un piso o está en una urbanización que está estrictamente regulada, puede hacer
poco más con su casa de lo que puede hacer con otros “bienes” manufacturados esenciales para
su forma de vida. La intensa relación que tiene el lugar entre los ocupantes que planean una
invasión y el continuo diálogo sobre su desarrollo y administración están, con raras excepciones,
totalmente ausentes del proceso de la vida moderna”. (Turner, 2018)
Mantener un equilibrio entre los diferentes actores es una condición necesaria para mantener un
equilibrio proporcional en beneficio de la gente. Turner, plantea un modelo idealizado con los tres
sectores en equilibrio generando la esencial alianza para un desarrollo centrado en las personas.
Ecológicamente sólido y sostenible, como se presenta a continuación:
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Figura 1-2: La absorción de la Comunidad por el Estado y el Mercado. Cuando las decisiones
Escudriñar en la historia, se convierte en un ejercicio apremiante para las nuevas generaciones, con
el propósito de no perder el rumbo de la ciudad en esa capa superficial que se ha venido
construyendo con tal esfuerzo que ha llegado a permear hasta a los propios usuarios, inyectando
una idea de progreso a través de la aceptación de un objeto desprovisto de toda la riqueza humana.
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Retomando una reflexión del CINVA para 1960: “Es necesario que la vivienda deje de ser un garaje
para guardar personas de noche o preservarlas de la intemperie, para ser una prolongación de la
personalidad humana y familiar, un espacio y una atmosfera humana”. (Vautier, 1960).
La vivienda progresiva
La vivienda progresiva es aquella vivienda que puede variar su superficie útil inicial
incrementándola o reduciéndola en función de las necesidades de los residentes a largo tiempo.
Patrick Geddes insistió en su informe sobre la vivienda popular en Indore India (1917) en que “la
necesidad esencial de una casa y una familia es el espacio, y la mejora esencial de una casa para su
familia es más espacio” … la necesidad principal de la familia: disponer de espacio vital. (Turner
2018).
La familia nuclear es el modelo más común en cualquier sociedad, sin embargo, a la par, han
existido otras tipologías de familia, desde un individuo hasta una familia con muchos hijos. Por esta
razón, se hace necesario pensar en espacios habitacionales que puedan otorgar espacios tan
versátiles como el mismo concepto de familia. En la medida en que una vivienda sea más flexible,
es más sostenible en el tiempo y adopta un carácter de permanencia para esa familia, por cuanto
pueden adaptarla a las transformaciones que se produzcan por factores sociales, culturales,
económicos y afectivos.
La autoconstrucción
Como se describe en la guía para la preparación y realización de proyectos por medio del esfuerzo
propio y la ayuda mutua, (CINVA, 1960). La autoconstrucción llamada en otros países “ayuda propia
auxiliada” o “programas de esfuerzo propio y ayuda mutua”, son sistemas que participan
esencialmente de la acción cooperativa y pueden definirse como aquellos sistemas en que los
miembros de un grupo se ayudan recíprocamente, beneficiándose cada uno de sus integrantes de
una cantidad de labor equivalente a la que ellos mismos proporcionan.
Ampliando la definición anterior, puede decirse que son de ayuda propia en la medida en que
quienes los utilizan se benefician de ellos ayudándose a sí mismos. Y de ayuda propia auxiliada,
porque siempre requieren, para ser puestos en práctica, del auxilio de una entidad ajena al grupo,
sea que proceda esta ayuda del gobierno nacional, municipal, o, con mayor frecuencia, de
organismos oficiales y semioficiales especializados en la vivienda de interés social. (CINVA, 1960).
Como lo manifiesta Turner (2018): a una familia media que no dispone de créditos ni de asistencia
técnica, le lleva de siete a diez años terminar la vivienda. Si se le proporcionan estos, este tiempo
podría quedar reducido a entre siete y diez meses. Si se pudiera poner el crédito en manos del
pueblo, se podrían construir del orden de 50.000 viviendas al año con los recursos existentes y, con
un mínimo de inspección y de asistencia técnica, estas casas quedarían bien construidas por menos
de lo que cuestan las que construyen los organismos del Estado.
2. La experiencia del ICT
Pensar en la construcción del concepto de vivienda de carácter social durante los años 60, es pensar
en la historia de familias principalmente campesinas, que en busca de mejores oportunidades
decidieron trasladarse a centros urbanos desprovistos totalmente de alternativas para la recepción
de nuevos ciudadanos y en como la historia de dichas familias experimentó una transformación
con miras hacia el progreso, apalancada en una política de vivienda propiciada por el Estado,
reforzada por el apoyo de diferentes entidades y la fuerza física y emocional de los mismos
usuarios.
establecida para 1955. A partir de allí, los planes y programas desarrollados por el ICT girarían en
torno a las necesidades de la comunidad, en un ambiente marcado por la alta capacidad profesional
de los equipos encargados de cada proceso, el interés y apoyo del Estado y la participación y
fortalecimiento de la comunidad principalmente a través de procesos de autoconstrucción y ayuda
mutua con asistencia técnica.
A lo largo de su periodo de trabajo el ICT creó diversos planes y programas en busca de soluciones
de vivienda social y económicamente viables; vale la pena resaltar aquellos que sirvieron de
predecesores al periodo estudiado; así como, aquellos que representaron un verdadero desafío
durante la década los años 60 y que dieron lugar a la construcción de valiosas dinámicas,
investigaciones y procesos de formación.
Planes iniciales
De los programas mencionados, se considera que uno de los más exitosos fue el programa de
autoconstrucción en las modalidades de ayuda mutua y esfuerzo propio, bajo esta figura se
desarrollarían gran parte de las viviendas construidas por el ICT. Su importancia se vería reflejada
en la construcción documental que desarrollaría el CINVA a partir de 1960, en donde serían
fundamentales los procesos de investigación, experimentación y formación hacia los profesionales
y la comunidad.
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Como lo manifiesta Arango (2012): La ley 46 de 1918 es reconocida como la primera norma legal
que determinó con precisión la disposición de recursos en la construcción de viviendas “higiénicas”
para la clase “proletaria”. Mediante esta norma, se solicitaba a los municipios destinar un 2% de su
presupuesto a la construcción de estas viviendas, las cuales serían entregadas a sus habitantes con
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En 1939 con la creación del Instituto de Crédito Territorial, otros bancos de crédito y la Caja de
Crédito Agrario; se implementó el cobro de intereses de un 3% anual por construcción o
mejoramiento de vivienda; la diferencia entre dicha tasa y el 8% sería subsidiada por el Estado. Con
la Ley 46 del mismo año se determinaron varias modalidades de estímulo a la construcción y
mejoramiento de la vivienda rural otorgando subsidios a los campesinos con más de cuatro hijos
menores que habitaran su hogar, importando materiales de construcción y ampliando la exención
de impuesto predial a las casas que no excedieran los $1.500.
En 1940, con el decreto 306, se implementó el seguro de vida para todos los deudores de créditos
hipotecarios y se determinó realizar encuestas sobre las condiciones de la vivienda rural en
diferentes regiones que dieran cuenta de la cantidad de viviendas existentes, las condiciones
constructivas, el costo, la cantidad de habitantes por vivienda, el área de tierra poseída, los tipos
de cultivo sembrados, la capacidad económica de las familias, entre otros.
Partiendo del análisis mencionado, es posible que el punto de partida para el desarrollo de nuevos
tipos de vivienda haya sido la casa rural tradicional; es así, que el desarrollo por etapas que
posteriormente se consideraría como desarrollo progresivo, obedecería a la necesidad intrínseca
de desarrollar una vivienda con cierta distancia en los periodos de construcción, esto, a falta de
contar con la totalidad de los recursos disponibles para edificar una unidad completa desde el
inicio.
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Dicho lo anterior, la experiencia inicial del Instituto de Crédito Territorial se desarrolló en el campo
con la “producción de prototipos de vivienda campesina para ser utilizados en las diferentes
regiones del país” (Saldarriaga, 1995). Los prototipos empleados se consolidaron en una cartilla
elaborada para el año 1946, denominada Cartilla de Construcciones Rurales elaborada por el
Arquitecto Alberto Wills Ferro y el Ingeniero Gustavo Maldonado. El documento presenta 8 tipos
de vivienda e incluye las condiciones constructivas y de acabados acordes al clima en donde se iban
a construir.
Es importante mencionar que esta cartilla parte de un modelo de vivienda tipo mínimo,
reproducible en todos los climas, el cual varía en los siguientes modelos configurando diferentes
espacios, así:
Vivienda Tipo 1: Es igual al tipo mínimo, se amplían las dimensiones de la cocina y el pórtico, se
integran las dos habitaciones.
Vivienda Tipo 2: A la casa tipo 1 se le añade un módulo completo para sala – comedor, el pórtico
se convierte en espacio central.
Vivienda Tipo 5: Similar al Tipo 4 con la adición de un espacio separado para cocina y
transformación del espacio de cocina en comedor.
Vivienda Tipo 6: Es el primer tipo propuesta para clima caliente. La planta de tres dormitorios,
cocina y cuarto de herramientas tiene corredores por dos costados que sirven como estadero y
comedor.
Vivienda Tipo 7: Es una casa de dos pisos con sala y dos dormitorios en la planta alta.
Vivienda Tipo 8: Es una variación del Tipo 6 con reducción en el área construida
Ampliación
Figura 2-11: Prototipo de vivienda Tipo mínimo como modelo para la vivienda Tipo 1 / 2 / 6
Disminución
Figura 2-12: Prototipo de vivienda Tipo 6 como modelo para vivienda Tipo 8
A través del análisis de los prototipos desarrollados, se puede evidenciar que, desde su formación,
el Instituto tuvo una línea de trabajo que lejos de establecer un estándar de vivienda, buscaba
plantear diferentes alternativas que suplieran las necesidades de la población a través de modelos
que pudieran ser replicables y a la vez flexibles y progresivos, adaptables a las condiciones de cada
territorio y las necesidades propias de las familias.
Según Saldarriaga (1995): El Instituto construyó alrededor de 14.000 viviendas campesinas Entre
1939 y 1957, fecha en la que esa tarea fue asignada exclusivamente a la Caja de Crédito Agrario.
Esta parte de la obra arquitectónica del Instituto no es usualmente tenida en cuenta y mucho
menos valorada.
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Para el año 1955 El reconocimiento de que la vivienda urbana era tan precaria como la rural, hizo
que a partir de la política de vivienda hubiese un direccionamiento hacia el perímetro de las
ciudades.
El Instituto de Crédito Territorial tuvo desde sus inicios un enfoque en la justicia social, teniendo
como motivo principal la preocupación de la vivienda económica como protección a aquellas clases
de la sociedad que jamás tendrían un techo sin la colaboración del Estado. Es importante
mencionar, que el ICT buscaba mediante la construcción de viviendas, garantizar el verdadero
ejercicio de la ciudadanía y hacer que las personas realmente recibieran los beneficios del Estado,
todo esto con un enfoque en torno a la idea de progreso.
Es fundamental, el hecho de que el seminario con base en el que se desarrolló el libro, abre la
discusión y cierra las conclusiones con la misma pregunta: “¿es conveniente beneficiar a pocos con
la solución total o beneficiar a muchos con una solución intermedia? Porque es evidente que la
actual capacidad financiera del ICT no permite la solución global y absoluta del problema”. (ICT,
1955).
El objetivo entonces fue resolver durante el seminario dicha pregunta y plantearse unas líneas de
trabajo con el propósito de acrecentar el ritmo de las construcciones y mejorar las viviendas
existentes, así:
6. Hacer que toda vivienda cuente con espacio libre suficiente para atender el dinamismo de
la familia, teniendo en cuenta la composición familiar presente y la edad promedia
conyugal
7. La ampliación a bajo costo de la vivienda por cuenta del interesado, debe pues preverse y
al hacerse los proyectos arquitectónicos se tendrá presente esta necesidad. Se presta
asesoría técnica sin costo.
8. Previo a la ocupación de las viviendas es necesario llevar a cabo una campaña educativa
entre los favorecidos para lograr una utilización máxima de la casa y un progreso en el
desarrollo armónico de la familia.
9. La política no termina con la entrega de la casa sino con la estructuración de esa comunidad
para lograr un mejoramiento individual, familiar y colectivo.
Dicho lo anterior, en el año 1955 nació una política en torno a la vivienda progresiva apoyada en
programas de autoconstrucción dirigida y ayuda mutua para atender el dinamismo de la familia
con el propósito de forjar núcleos sociales que fortalecieran la ciudad y el espíritu de los hombres
como ciudadanos. Dicha política cerraría un ciclo muy determinante y significativo en el año 1971
con la contribución realizada a través del documento llamado “Normas mínimas de urbanización,
servicios públicos y comunitarios”, como lo menciona Saldarriaga (1995), “el objetivo central de las
normas fue la formulación de soluciones de mejoramiento progresivo. Dentro de la filosofía de que
el mejoramiento de la vivienda iría a la par con el mejoramiento de la situación económica de los
propietarios y con el de la capacidad de inversión del país”.
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Al analizar los lineamientos del seminario de vivienda desarrollado en 1956, es posible evidenciar
dos objetivos que propiciarían la construcción y consolidación del concepto de vivienda progresiva,
esto, en la medida en que las condiciones de la misma serían las únicas replicables para cumplir
con el doble propósito, el primero: hacer una vivienda económica, viable, asequible y el segundo:
hacer una vivienda de carácter social, que fortaleciera a la familia y el sentido de ciudadanía.
El Instituto de Crédito Territorial se convertiría en el vehículo a través del cual se podrían consolidar
los objetivos de la política de vivienda. El plan de trabajo establecido por el ICT a partir del momento
fue muy amplio y buscó desarrollarse a lo largo y ancho del país, ese radio de acción vinculó desde
sus inicios a los centros de investigación principalmente al Centro Interamericano de Desarrollo
CINVA quien trabajaría de la mano con ellos recibiendo apoyo económico dentro de un plan de
cooperación mutua principalmente en dos escenarios:
Cabe resaltar que los procesos documentados tienen un amplio nivel de detalle, el cual permite
entender la complejidad, el nivel de conocimiento y deseo de aprendizaje que se gestaba a través
de ellos. El empleo de elementos prefabricados, la contratación de mano de obra calificada, la
mejora en la utilización de materiales y equipos; así como la supervisión constante, serían la mejor
alternativa para un resultado efectivo aplicable posteriormente en la construcción de viviendas en
serie.
Es un hecho, que, para la época los equipos y herramientas empleados apenas se estaban
desarrollando y los materiales no contaban con las resistencias y plasticidad requeridas; lo cual,
hacía que su utilización produjera imperfecciones en el proceso constructivo, evento que
adicionalmente implicaba un mayor empleo de mano de obra cuyo nivel de formación estaba en
proceso.
Figura 3-1: de izquierda a derecha bases para armado de los paneles de bloques y revisión de
juntas
En los escalones se hicieron observaciones bajo dos prototipos de formaleta, una metálica inicial y
posteriormente una modificada con refuerzos laterales en madera. El proceso constructivo fue
mejorado mejorando la calidad de la mezcla de concreto, el proceso de llenado de la formaleta, el
vibrado y la extracción de la pieza fundida.
Un aporte significativo fue el hecho de unificar las medidas de los módulos utilizados para las
ventanas, con el propósito de que fueran múltiplos de una unidad básica y sirvieran para conformar
más de una pieza; así mismo, lograr, que no se tuvieran que hacer formaletas particulares para
cada elemento. Esta sería una práctica que el ICT utilizaría permanentemente; la modulación fue
unos de los conceptos más importantes, presente en gran parte de sus proyectos (Goossens, 2015)
De otro modo, se resalta dentro del informe la búsqueda en la optimización del empleo de
formaletas y de hierro, logrando al final del ejercicio eliminar o reemplazar elementos pesados,
densos y/o costosos por otros más prácticos y económicos.
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Debido a las diferencias en los materiales empleados, se hizo necesario modificar las dimensiones
de los módulos generales a emplear, con lo cual se produjo un juego de planos definitivos para la
construcción de la casa experimental en el Barrio Quiroga en un lote de 25.60 m x 28.80 m asignado
por el Instituto de Crédito Territorial. (CINVA, 1954)
Figura 3-4: Vista del lugar de emplazamiento de la casa experimental en el barrio Quiroga
Figura 3-5: Cargue de elementos prefabricados por parte del equipo CINVA
Figura 3-7: Ejecución de agujeros en los bloques para la fijación de cajas de eléctricas
En conclusión, este documento da cuenta de las dificultades de la época para la realización de los
trabajos de obra, desde la implantación, hasta la ejecución de los acabados. Su realización
representó un aporte relevante en la estandarización de diseños y procesos; así como, la
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Los resultados del ejercicio al igual que en el anterior proyecto “Casa experimental para el ICT”, se
consolidaron en una revista, en la cual se detallan aspectos relacionados con el sistema
constructivo empleado, que consistió en utilizar en gran medida elementos prefabricados de
concreto siguiendo medidas modulares. La construcción se realizó de la manera más sencilla
posible buscando mitigar desperdicios con medidas detallas de los elementos y manteniendo un
bajo costo desde la cimentación hasta los acabados y la dotación en mobiliario.
El objetivo de esta práctica era “proporcionar resultados muy útiles a las instituciones de vivienda,
al permitirles perfeccionar sus planos tipos haciendo, a la vez, el mejor uso de los materiales
disponibles en sus respectivos países” (CINVA, 1957). Por lo anterior, se presentaban mediante
boletines, como una guía que fuera de utilidad para los proyectos que se estaban desarrollando en
el momento.
43
Figura 3-8: De izquierda a derecha vistas de sala, alcoba niños, cocina y plano de planta
Esta casa de 56 m2 tuvo un presupuesto inicial de $5.543 pesos distribuidos entre materiales, mano
de obra, administración, imprevistos y utilidad para un valor de $99 pesos por metro cuadrado, lo
cual estaba muy cercano al presupuesto estimado para la construcción de viviendas en masa que
eran $90 pesos. La variación final respecto del presupuesto inicial fue de un 20% el cual se
consideró aceptable toda vez que el ejercicio se hizo para una unidad y dicho porcentaje podría ser
absorbido al hacer una negociación para varias unidades de vivienda.
44
En conclusión, este ejercicio resalta la importancia de construir casas que no solo cumplieran con
unos estándares mínimos de habitabilidad, sino que, también lograran optimizar los procesos
constructivos reduciendo los costos de construcción, experimentando en este caso con módulos
de concreto, haciendo eficiente el uso de materiales y mano de obra que permitieran hacer factible
su reproducción en serie.
Este documento hace énfasis en la construcción de viviendas con soluciones simples, teniendo en
cuenta que estas permiten un mejor aprovechamiento de los recursos naturales, una disminución
en los costos de ejecución; así como beneficiar a la mayor cantidad de personas con el presupuesto
disponible.
El primer análisis en cuanto a las urbanizaciones mínimas, se basó en las condiciones existentes en
las urbanizaciones subnormales. Esto teniendo en cuenta que, pese a las condiciones existentes en
dichos conglomerados, situaciones de hacinamiento, violencia, enfermedad, entre otros, existía un
factor importante a destacar y era la capacidad de trabajo de sus habitantes bajo la forma del
esfuerzo propio y ayuda mutua que, al compartir idénticos problemas buscaban la manera de
solucionarlos en conjunto y estos debidamente orientados, organizados y dirigidos por personal
técnico competente podían lograr avances importantes en la construcción de sus viviendas.
45
Sobre el esfuerzo y ayuda mutua. Este se definía como “el esfuerzo deliberado de un grupo de
familias que se reunía para estudiar sus problemas, formular planes para resolverlos mediante su
propio esfuerzo y organizarse para la acción directa contando con ayuda mínima por parte del
gobierno”.
Según el documento, dos factores importantes que contribuían al éxito de estos programas
consistían en:
Dentro de los análisis desarrollados, se habla de un proyecto piloto construido en Puerto Rico, en
donde la ejecución de las viviendas pasó de costar entre 1.200 y 1.500 dólares a tan solo 300
dólares, lo que significó un ahorro que fue superior a lo que las familias hubiesen podido lograr en
toda una vida de trabajo.
También se menciona un análisis desarrollado por el arquitecto Diego Díaz el cual fue presentado
a la Comisión Nacional de la Vivienda para el año 1956, en donde se extrajeron cifras porcentuales
que indicaron una considerable disminución del ítem de mano de obra en los procesos
constructivos, encontrando la siguiente relación en los costos:
Según el documento, la dinámica de construcción enfocada a través del esfuerzo propio redunda a
la vez en otro tipo de programas, en el desarrollo de calles, redes hidrosanitarias, centros
comunales resaltando dos factores importantes: 1. Atacando el desempleo 2. Obteniendo un
rendimiento superior en el desarrollo de los trabajos al saber que se está realizando una labor para
su propio beneficio. “comprobando que una comunidad organizada e impulsada hacia su
desarrollo, continúa dando permanentes muestras de progreso y de superación, lo que sin duda
alguna constituye una ejemplar posibilidad de elevar no solo el nivel local de las mismas, sino el
bienestar social general de un pueblo o de una nación”. (CINVA, 1957).
De los elementos básicos se puede determinar en primer orden la decisión de asignar un terreno a
cada familia el cual no necesariamente debiera ser propio, para garantizar la evolución y desarrollo
de la ciudad de una manera flexible, tomando fuerza la idea de ceder un predio durante un número
de años determinado condicionado a la duración de la vivienda, tiempo durante el cual se cubrieran
los costos del terreno y de los servicios extendiéndose su usufructo durante una o dos generaciones
y luego estando sujeto a las disposiciones municipales o estatales con lo cual se conseguiría una
dinámica de movilización urbana.
47
Este terreno necesariamente debería contar con: conexiones domiciliarias, condiciones físicas que
propicien la intimidad y el abrigo, infraestructura para transporte público, servicios comunales,
servicios dotacionales y comerciales.
Los terrenos destinados a la construcción de urbanizaciones mínimas debían reunir los siguientes
requisitos:
Las urbanizaciones mínimas que se planteaban en el archivo revisado tenian otros componentes
fundamentales que se describen a continuación:
48
2. Zona comunal: en esta zona se contemplaban el mercado, los campos deportivos, las áreas
verdes, la capilla, la oficina de administración, el servicio social, talleres, peluquerías entre otros;
así como el servicio médico asistencial de urgencia y preventivo ocupando un 15% total del terreno
disponible.
Teniendo en cuenta que las urbanizaciones se pensaban para ser desarrolladas por la comunidad,
un elemento fundamental lo constituye la organización administrativa la cual se encargaba de
coordinar el plan de desarrollo a través de un equipo de técnicos especializados en aspectos,
sociales, económicos, legales y urbanísticos, desarrollando diferentes funciones tales como:
podría adaptarse a las transformaciones de la familia por una o dos generaciones para ser
posteriormente retornada al Estado y de otro modo generando alternativas de progreso para las
familias en la medida que podían trabajar y obtener beneficios en la construcción de sus propias
viviendas.
“El desarrollo Progresivo es un método de trabajo que tiene mucha similitud con los
procedimientos utilizados en otras industrias en cuanto a planteamientos y técnica. Con él se logra
ajustar al máximo todos los detalles de diseño y construcción de la unidad que luego se repetirá
por cientos o miles. La significación de este hecho en la reproducción de viviendas de interés social
es de importancia fundamental especialmente en aquellas que deben ser construidas mediante la
participación activa de los adjudicatarios, como son las viviendas edificadas por el sistema de
autoconstrucción”. (CINVA, 1963).
Teniendo como premisa el problema de la vivienda, el texto invitaba a reflexionar sobre las causas
del mismo, divididas en socioeconómicas y tecnológicas, las cuales determinaban la calidad y costo
de la vivienda. “Al hablar de vivienda estas dos palabras aparecen unidas y parece evidente que, si
logramos el costo de la edificación respetando las normas mínimas de calidad, daríamos un paso
importante hacia la solución buscada. Si con esto se pudiera desarrollar una política de capacitación
50
económica y cultural de los afectados, tendríamos aún más a nuestro alcance la eliminación de este
complejo problema de la sociedad moderna” (CINVA, 1963).
los cuales se ejecutaron con un amplio nivel de detalle y que posteriormente serían puestos a
prueba en proyectos de mayores dimensiones.
Para el desarrollo de este experimento fue una premisa fundamental controlar exactamente los
tiempos de operación y los costos de cada una de las viviendas.
Antes de realizar el diseño se tomó como base el material gráfico de las casas ya estudiadas y
edificadas por el ICT, de las cuales se estableció la parte más significativa luego de revisar varios
planos de diseño determinado construir para este ejercicio un “fragmento de la estructura”
correspondiente a la mitad de la vivienda económica – mínima.
Aparece en este ejercicio experimental al igual que en los anteriormente citados un problema de
suministro de materiales; ya que, al no contar con todas las unidades de ladrillo macizo requeridas,
estas se combinaron con ladrillo hueco, lo que afectó la modulación y requirió por lo tanto un nuevo
diseño constructivo: También es importante resaltar que el color del ladrillo para la época era muy
oscuro, por lo cual decidieron combinarlo con algunos elementos de concreto que permitieran
obtener un resultado estéticamente más agradable. En la cubierta se usó teja de asbesto cemento
de Eternit y en cuanto a la mano de obra se optó por utilizar mano de obra calificada y no calificada.
Es importante resaltar que no solo las condiciones técnicas eran tenidas en cuenta como aspectos
fundamentales; sino que, también la distribución de los espacios de una manera mínima pero
adecuada representaban gran parte de los análisis desarrollados. El lugar de emplazamiento, las
zonas sociales, de servicios y las áreas privadas eran estudiadas con el propósito de que fueran
realmente adecuadas y pensadas para los futuros usuarios.
Como se menciona dentro del documento “es sumamente importante que estas normas han sido
redactadas con el fin de abaratar las construcciones que realizan los organismos de viviendas de
interés social, haciendo que mediante los recursos disponibles se pueda beneficiar a un número de
familias apreciablemente mayor que el que resulta con los programas actuales”. Idea alineada con
la política de vivienda establecida por el ICT para la época. Así mismo, como último término estas
normas podrían repercutir en el aceleramiento del proceso de urbanización en general. (CINVA,
1968).
La tipología empleada para el desarrollo de las normas, fueron las casas pareadas o en hilera por
considerar que con dicha tipología se obtenían los más bajos costos de urbanización y de edificación
por unidad. Como frente mínimo se consideró un frente de 3 metros para desarrollar una vivienda
de 2 o tres plantas.
Este manual plantea normas en cuanto a las áreas y distancias que deberían existir dentro de una
manzana; una supermanzana; una unidad vecinal o un sector residencial.
En conclusión, el manual de normas mínimas fue una propuesta en cuanto a las condiciones
mínimas y máximas que debían ser consideradas dentro de las diferentes tipologías de desarrollo
urbano que podían darse dentro de la ciudad, haciendo un reconocimiento y división de los
espacios públicos y privados; infraestructura vial y de servicios, sectores residenciales y áreas
comunales.
59
En esta línea de pensamiento el CINVA desarrolló diferentes documentos que dan cuenta de los
procesos de formación por los cuales pasaban los equipos interdisciplinares que trabajaban en el
desarrollo de proyectos de investigación relacionados con la vivienda.
Como este seminario, se adelantaron varios cursos compuestos de diversos módulos, para orientar
la técnica de la producción de diseños de vivienda: considerando los siguientes aspectos:
1. El proceso de diseño a través de una serie de pasos, desde el enunciado de los objetivos, el
análisis de los elementos y la síntesis final.
2. Los efectos limitantes de las exigencias de la construcción y prescripciones urbanas.
3. La técnica de evaluación de diseños
4. El análisis de diversos tipos de viviendas experimentales y planteamiento de posibilidades
del futuro diseño en materia de vivienda.
- Desarrollo de los niños, la presión colectiva en la vida familiar, los espacios libres, el costo
de la tierra, la construcción y el mantenimiento, altura máxima sin ascensores
- El programa de la unidad de vivienda incorporada en la casa de apartamentos. Su acceso y
entrada. Su espacio interior cerrado y su espacio privado abierto, (terraza o balcón). El
problema de la intimidad de la unidad. Los servicios colectivos.
- Formas de agrupación de unidades
- Dúplex en sus diversos tipos
- Diseño de unidades. Ejemplos
- Elementos de servicio común: porterías, escaleras, pasillos, entre otros.
La función de la vivienda debía analizarse bajo el doble aspecto técnico y socio – sicológico. Cada
elemento debía responder a una utilidad interna, pero también debía satisfacer tanto las
necesidades individualizadas, como las necesidades cada vez más socializadas de la sociedad
industrial de la época.
Dentro del curso, se analizaban los diferentes tipos de familia, entendiendo que cada uno de ellos
podría tener diferentes necesidades y que este hecho determinaría la forma caracterización y
ubicación de la vivienda.
Se hablaba de las superficies mínimas, considerando que debajo de este rango la insatisfacción
podría acarrear graves consecuencias para la salud física y mental.
Como lo menciona Vautier (1960) “La vivienda moderna se hace para un tipo de familia y no para
una familia determinada. El arquitecto trabaja cada vez menos para una clientela particular, y cada
vez más para grupos y categorías de personas cuyas necesidades no se determinan en el taller del
arquitecto, sino en la realidad social en colaboración con especialistas sociales y otros
profesionales, adaptándose a los tipos de familias en lugar de imponerles una forma de habitación
mecánicamente concebida”.
“Es necesario establecer los medios, ya sea por la observación y definición de los hechos, o por
encuestas representativas y de análisis del comportamiento familiar, para que los arquitectos y
demás técnicos en vivienda, conozcan las necesidades en materia de la dinámica de la vida familiar,
de organización del espacio en la vivienda, su utilización y su equipo, así como los síntomas de los
cambios y su evolución”. (Vautier, 1960).
63
En conclusión, este documento muestra un claro el énfasis en la necesidad de estudiar tanto los
aspectos económicos y financieros, como los aspectos tecnológicos, los recursos materiales y el
estudio de los métodos educativos para instruir a la comunidad y generar en ellos herramientas
útiles para resolver parcial o totalmente sus propios problemas de vivienda.
Es de resaltar la importancia que tenía el estudio de la familia popular, entendiendo que sus
condiciones eran distintas a las de otras clases sociales y por tanto el análisis de sus propias
dinámicas servía de base para la formulación de propuestas viables en la solución de los problemas
de vivienda; elemento que no podía ser considerado como un objeto y no sería adecuado si solo se
tenía en cuenta el conocimiento del arquitecto y demás profesionales encargados de su gestión y
desarrollo. La clave estaba en acercarse a la familia para conocer sus necesidades.
Otro tema importante desarrollado mediante los seminarios, tiene que ver con la metodología
aplicada a la evaluación de proyectos.
La metodología enseñada, partía de un análisis objetivo en cual se tenían en cuenta los siguientes
elementos:
Como esquema funcional, se entendía la existencia de zonas con un contacto recíproco y directo;
así como, zonas de tránsito, de prolongación de espacios internos a los exteriores y otras que
requerían acceso exterior directo. Las zonas podían duplicarse por categorías, o diversificarse si el
programa requería extenderse o multiplicarse por la magnitud de la familia.
En este punto se hablaba de la capacidad de los espacios, entendida como la superficie necesaria
para realizar las funciones requeridas y circular correctamente dentro del ambiente. No menos
importante, era considerar que el espacio no era un escenario vacío, sino que, dichas funciones
deberían poder realizarse contemplando la existencia de mobiliario y otros elementos.
La adaptación antropométrica de los muebles y equipos a las medidas de las personas no era un
hecho aislado, se consideraba fundamental tener un orden lógico en los espacios que permitiera
un desarrollo adecuado de las tareas propias del hogar.
En primer orden estaba el hecho de crear condiciones de seguridad con el diseño adecuado de los
accesos y no de menor cuidado era el hecho de buscar las condiciones adecuadas que permitieran
generar intimidad dentro de la familia y a su vez de cada miembro en su individualidad
considerando momentos de reposo, sueño, vida matrimonial, higiene personal o aislamiento
sicológico.
Adaptación al clima
Es muy interesante que en este escenario se hablara de consideraciones tales como: el cuidado en
la creación de un microclima interno menos riguroso que el externo; la orientación adecuada de la
vivienda en cuanto a iluminación y asoleación; el impacto del contexto sobre el ambiente interno
de la vivienda; entre otros.
65
En este aspecto, se destaca el deseo de evaluar y comprender cada uno de los elementos que
componían la vivienda, nuevamente como se ha mencionado con anterioridad es establecer
procesos de simplificación a través de la modulación y la prefabricación.
En general se buscaba que los proyectos de vivienda realizaran un aporte en donde la relación
entre lo privado y lo público fuera equilibrada.
En conclusión, puede decirse que se consideraba a un diseño adecuado, cuando cumplía con
funciones estéticas, técnicas, económicas y sociales. La vivienda lejos de ser un objeto; era un
sujeto, un organismo ligado a unas dinámicas humanas desde las cuales se producía una línea de
pensamiento amplia, capaz de encontrar diversas alternativas para la población a quien se
destinaba la vivienda.
Es claro, que la autoconstrucción auxiliada y dirigida a través de programas de ayuda mutua fueron
posiblemente las herramientas más importantes en el desarrollo de la política de vivienda
66
Esta guía desarrollada en 1960, fue un informe preliminar de la experiencia obtenida por el CINVA,
en el desarrollo de proyectos bajo el método mencionado.
Mediante esta guía los proyectos desarrollados se sometieron a una evaluación objetiva y
adecuada, bajo la metodología de etapas consecutivas:
La primera parte corresponde a una introducción en los métodos a llevar a cabo; la segunda parte
contiene el desarrollo de la investigación desglosado en el proceso previo, las encuestas
socioeconómicas realizadas, una evaluación de la investigación y la fase del proceso de
adjudicación a las familias; la tercera parte está dedicada a la planificación y costos del proyecto,
en donde se describe el estudio urbanístico, el programa de vivienda a desarrollar, las
especificaciones en construcción, los equipos y finalmente los costos del proyecto; la cuarta parte
corresponde a la ejecución y evaluación del proyecto y describe como este recibió ayuda externa
para su ejecución, como se amortizó esa ayuda, cuales instrumentos legales utilizaron, como se
adjudicaron los lotes, como se hizo el albergue provisional, como se realizó el convenio de trabajo
mutuo, como se organizaron, se planificó y direccionó el proyecto.
El enfoque principal es el sistema cooperativo y sistema de ayuda mutua auxiliada, destacando que
ambos sistemas son importantes y que el desarrollo por ayuda mutua no es una solución mágica al
problema de la vivienda, pero si “representa una importante etapa de transición entre las casas
construidas por familias sin ninguna ayuda externa y las casas enteramente construidas por la
industria del ramo, cuyo costo está fuera del alcance de la mayoría de las familias”.
67
Los objetivos principales de la guía estaban dirigidos a: 1. Suministrar vivienda a un costo asequible
para los participantes del programa y 2. Brindar la oportunidad de contribuir con su esfuerzo en la
construcción, mejoramiento y conservación de las viviendas.
Por otro lado, entre las consideraciones socioeconómicas estaban: 1. Permitir la planificación
integral de la vivienda 2. Eliminar la necesidad de un financiamiento total por parte del Estado y 3.
Impulsar la capacidad colectiva, fomentar el ahorro, crear el espíritu de empresa y fortalecer la
confianza en los participantes del programa, buscando los siguientes beneficios:
Beneficio económico
Representado en el potencial de trabajo de los futuros propietarios, eliminado los costos de mano
de obra prestaciones sociales y utilidad del contratista aunado al valor de la edificación que se
produce por el trabajo invertido.
Beneficio social
Teniendo clara la insuficiencia de los medios disponibles por parte del Estado para la construcción
de viviendas se consideró necesario incorporar a la comunidad en la planificación integral de la
vivienda. Se consideró que “con la realización de un programa de tan vastas repercusiones
económicas y sociales, además de procurar resolver el problema de la vivienda en términos de
productividad, cumple la función de conseguir la superación de las familias modestas en la
consecución de un hogar propio y decente, enriquecido con toda la significación material y
espiritual”.
Beneficio educativo
Teniendo en cuenta que el plan beneficiaría a todas las partes, se abría el camino para la formación
de nuevas comunidades que al integrase se volvían responsables de su propio bienestar. Adicional
a esto al ser el propietario quien producía su casa, se lograba una mayor calidad de la obra e incluso
futuras posibilidades de ocupación. De otro modo se abría la oportunidad de entregar
68
apartamentos en los cuales se podría seguir a futuro con su ampliación y mejoramiento hasta
conseguir construir el área de una casa.
Lo que se buscaba en los grupos de trabajo de ayudarían a la comunidad, era que tuvieran las
capacidades profesionales necesarias, conocieran los métodos a emplear y que demostraran
interés por el bienestar de la comunidad.
Es importante mencionar que en las recomendaciones siempre se priorizaban los factores técnicos
y económicos. En caso de financiación insuficiente para afrontar conjuntamente todas las obras de
urbanización, se recomendaba utilizar un plan progresivo de construcción, partiendo de los
servicios más esenciales y completando los otros con una fecha posterior.
Se buscaba elaborar un programa de aporte de trabajo colectivo para el mejoramiento de las zonas
verdes, parques, antejardines, etc. Con esto se lograría además de “reducir los costos, contribuir
en la formación de hábitos cívicos en los niños y corregir hábitos negativos en los adultos”.
Dentro de este programa se definió realizar diseños dentro de las normas máximas construidas con
materiales que cumplieran por lo menos las especificaciones mínimas de calidad y los requisitos
técnicos de las obras.
Por una parte, se buscaba cumplir con el factor económico y por otra, cumplir con unas
dimensiones, estructura y área total edificada, adecuadas.
“Aceptado el concepto de que la vivienda debe oscilar entre los límites de calidad mínima aceptable
y el costo económico, queda por destacar la necesidad de que se tome en cuenta la realidad
socioeconómica investigada, procurando que el tipo de vivienda se ajuste, lo más posible, a las
condiciones propias del grupo humano para el cual fue proyectada” (CINVA, 1960).
69
“En el diseño de la vivienda debe valer como concepto básico el de que los diseños deben ser de
fácil ejecución y expandibles siempre. Consultando y señalando en ellos las etapas sucesivas de
ensanchamiento de la casa, etapas que serán realizadas con arreglo a las necesidades de
crecimiento de la familia y de las disponibilidades particulares de los recursos”. (CINVA, 1968).
“No debe desestimarse el hecho de que es una valiosa conquista en el mejoramiento de la familia
el pasar de una vivienda, casi siempre insalubre y de hacinamiento forzoso, a otra que si no alcanza
a reunir todas las comodidades apetecibles, por lo menos posee las condiciones esenciales de
higiene y seguridad para sus ocupantes. Con el diseño crecedor se puede conseguir que con
inversiones relativamente pequeñas se proporcione, desde un comienzo, el albergue estable e
higiénico que más tarde se verá convertido en la casa completa. (CINVA, 1968).
Cabe mencionar que dentro de los datos de diseño era fundamental detallar las dimensiones de las
distintas dependencias de las viviendas, considerando por aparte su ampliación futura para atender
el crecimiento y comodidad de la familia.
Adoctrinamiento
Es importante resaltar que dentro del programa de adoctrinamiento existían estímulos a los
participantes que consistían en: otorgar cargos de maestros instructores en el mismo proyecto o
70
En conclusión, esta guía se convierte en un manual muy completo que vale la pena leer, analizar y
retomar en nuevos procesos de comprensión de la vivienda y la ciudad; ya que abarca la solución
del problema de la vivienda en todos los aspectos que le competen, teniendo como fundamento la
acción comunal enfocada en un bien propio y común, acción que se fortalece a través de la
asistencia técnica necesaria, creando un sistema de trabajo y una cadena de valores entre la
sociedad y Estado.
EL CINVA con la cooperación del ICT y en asociación con el Departamento de Asuntos Sociales de
la Secretaría General – Organización de los Estados Unidos, desarrolló en la década del 60 este
curso que nació como una reflexión en torno a las prácticas de autoconstrucción desarrolladas
hasta el momento, las cuales resultaban insuficientes para la producción de vivienda necesaria;
esta iniciativa, pretendió hacer una invitación para abordar de una manera crítica y seria la
necesidad de apoyar y promover el desarrollo de la autoconstrucción de vivienda y más
particularmente al adiestramiento del personal requerido para tales programas, con el propósito
de que adquirieran una experiencia real aplicable a proyectos de gran escala.
Por medio de este curso se pretendía preparar a equipos nacionales o institucionales, integrados
por personal de distintas profesiones y especialidades, capacitándolos en las diferentes materias
relacionadas con la programación, el financiamiento, organización, ejecución, mantenimiento y
organización de los proyectos de autoconstrucción de vivienda.
Los equipos para tomar los cursos estaban conformados por personal técnico con fundamentos en
el estudio y construcción de viviendas y servicios, personal social con especialización en el
desarrollo de la comunidad y personal administrativo especialista en economía y control de costos,
así como maestros de obra calificados.
71
Esta práctica se convertiría en una experiencia de autoconstrucción para ser desarrollada en Bogotá
a través de la producción de un conjunto de 560 viviendas en la Urbanización Techo, con la
participación del ICT que aportaría el terreno, así como los estudios y operaciones necesarias para
la planificación y urbanización, la selección de familias, adjudicación de lotes, estudios de las
viviendas y financiamiento completo de las obras.
Era tan importante el tema de la formación y como se ha manifestado en anteriores ocasiones, que
el impacto de esa formación fuera contundente y permitiera que el conocimiento en la cuestión de
la vivienda social permaneciera y lograra consolidarse en proyectos a largo plazo, que el CINVA
73
Este módulo se desarrolló con el propósito de enseñar fundamentos para el trabajo con la
comunidad, partiendo del análisis de asentamientos rurales; puesto que, fue allí donde se
evidenció que se gestaban una serie de relaciones interpersonales directas que hacían que un
individuo trabajara para la comunidad entendiendo que dicho trabajo repercutía en un beneficio
propio.
En palabras de Reichel (1962). Es necesario hacer hincapié en el objetivo: que es buscar el bienestar
de la gente, ya que en la práctica muchas veces, tanto en la renovación urbana como en programas
específicos de vivienda urbana y rural, esto llega a olvidarse, pasarse por alto y se hace énfasis más
bien en aspectos físicos tales como la decadencia de un área o la carencia de ciertas instalaciones
en la vivienda. Pero la única justificación para los planes de mejoramiento de vivienda y vecindario
es el intentar crear un mejor medio para la vida del ser humano como individuo y como miembro
de la comunidad.
La asistencia, como una palabra recurrente en las capacitaciones del CINVA, aparecía como un
hecho relevante en el desarrollo de los trabajos a realizar con la comunidad. Traducir las
necesidades del ciudadano en la manera en que las percibía y lograr su vinculación con el problema
de la vivienda para solucionarlo era considerado un impacto que solo se podría lograr a través de
la formación.
74
En conclusión, se puede decir que, solo con la creación de una cultura en torno a la construcción,
desarrollo y cuidado de la vivienda, a través de herramientas de formación y asistencia técnica, se
podría lograr no solo el mejoramiento de las condiciones de los hogares, sino el mantenimiento de
los mismos por un periodo prolongado. Estas herramientas serían a partir de la fecha, la base para
el desarrollo de varios proyectos del ICT.
Estandarizar e industrializar los procesos, era definitivamente una de los objetivos del ICT y el
CINVA; así que, en la búsqueda de estas alternativas que prometían una mayor eficiencia en los
procesos constructivos, entender el comportamiento de los materiales y los métodos constructivos
era de vital importancia. Nuevamente, aparece el módulo como un elemento de estudio, como la
base fundamental del diseño
aquella que se dedica a la producción de viviendas de interés común. Simplificar el trabajo requería
de estudios, análisis y experimentaciones.
En conclusión, este documento demuestra que el CINVA tenía una visión integral y con un enfoque
altamente técnico en cuanto al desarrollo de la vivienda, esto, sin desconocer la importancia de
brindar espacios adaptables, flexibles, capaces de ensancharse o de contraerse, acode a las
necesidades de los usuarios. El punto débil dentro de todo el proceso de racionalización como se
76
ha manifestado en otros apartes, fue posiblemente el que tiene que ver con la organización
científica del trabajo, ya que pasar del proceso artesanal a un proceso más tecnificado e industrial
requería de capacitación y la capacitación tenía dentro de su implementación grandes falencias.
5. Conclusiones y recomendaciones
5.1 Conclusiones
En cuanto a la selección y análisis de información relacionada con el ICT, cabe aclarar que se centró
en la revisión fuentes secundarias (libros, ensayos, tesis, entre otros) en busca de los orígenes,
evolución y desarrollo de dinámicas conceptuales enfocadas al tema de estudio.
Respecto a la recopilación de información del CINVA, es importante mencionar que, así como lo
describe (Escorcia 2022), el material existente en el Fondo localizado en el archivo histórico de la
Universidad Nacional resulta ser una muestra en ocasiones inconclusa de toda la producción
realizada entre 1951 y 1972. Aunque muchos documentos se encuentran escritos a máquina como
borradores tienen una gran calidad técnica que permite hacer un análisis general y en algunos casos
detallado sobre los procesos de investigación adelantados. Aunque no fue posible encontrar
algunas piezas que se consideraban necesarias para la presente investigación, si fue posible
identificar unos principios rectores en toda la dinámica de producción que permitieron llegar a las
siguientes conclusiones.
Después de cotejar la información obtenida y al realizar el análisis del objetivo general planteado:
identificar, analizar y evaluar los elementos comunes en los programas, documentos, seminarios,
talleres, guías y cursos desarrollados por el ICT y el CINVA, que hicieron posible la evolución y
consolidación del concepto de vivienda progresiva en los años 60 en Bogotá, se puede afirmar, que
el concepto se desarrolló de manera intuitiva a través de la observación y labor con las
comunidades en sectores rurales realizadas por el ICT a partir de 1939, en donde prevalecía el
78
De otro modo, la falta de recursos económicos para entregar una vivienda terminada constituye
un segundo elemento para la aparición de la vivienda progresiva, puesto que la progresividad
entendida como un proceso por etapas (a nivel constructivo y financiero) se convertiría en la
herramienta más efectiva para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones más vulnerables.
Los tipos de vivienda descritos en la cartilla de construcciones rurales realizada para el año 1946
dan cuenta del interés del ICT por realizar aproximaciones económicas en diseño y construcción
mediante la utilización de materiales locales. Desde este momento se hace una apuesta por la
flexibilidad de los espacios que permitiría una mayor adaptación de los modelos planteados en
todas las regiones.
1958 – Plan de ayuda mutua dirigida: este plan establecido para la población de más bajos
ingresos fue una de las primeras experiencias en vivienda incompleta en donde el ICT
suministraba un lote con servicios; así como, los materiales de construcción de la casa, las
familias se organizaban por medio de la acción comunal; inicialmente ocupando una
vivienda provisional en la parte libre de lote para luego pasarse a una vivienda definitiva.
1959 – Plan de terceras partes: generó la participación de la familia beneficiaria, una
entidad privada (constructor, banco, patrón) y el ICT.
1959 – Construcción por esfuerzo propio: se replica la experiencia del plan de ayuda mutua
dirigida.
1959 – Programa de casas inconclusas: Se entregaba una vivienda en condiciones de
habitualidad intermedia para que luego la familia la fuera completando paulatinamente.
1963 – Casas de desarrollo progresivo: Basado en la misma metodología del programa de
casas inconclusas de 1959.
1963 – Autoconstrucción: Uno de los más exitosos. Se vendía a crédito un lote urbanizado
y se otorgaba un préstamo para la compra de materiales, para luego realizar la
construcción de la vivienda con la asistencia técnica del ICT
1968 – Autoconstrucción: siguiendo el mismo modelo de 1963
Los programas se extendieron con ciertas variaciones hasta 1988; posteriormente desaparecerían
a partir de la política de vivienda de 1991.
Dicho lo anterior, cabe destacar que, para el desarrollo de vivienda progresiva a partir de procesos
de autoconstrucción, la comunidad fue su estandarte y así mismo su declive; ya que, dentro del
análisis efectuado es evidente un problema recurrente y es la dificultad de los profesionales en el
trabajo comunitario. La falta de capacidad de adaptación de los individuos que venían en su
mayoría de entornos rurales representó una situación compleja, que queda registrada en los
documentos de capacitación impartidos en los cursos de adiestramiento impartidos por el CINVA.
Las malas relaciones interpersonales, la irresponsabilidad en el desarrollo de las tareas asignadas,
80
Con relación a los elementos comunes encontrados en las dinámicas desarrolladas tanto del el
ICT como por el CINVA, se pueden destacar los siguientes:
Dicho lo anterior, el trabajo del ICT y el CINVA en cuanto al desarrollo del concepto de
vivienda social de carácter flexible o progresivo fue muy amplio, alcanzando niveles únicos
en la historia de nuestro país, convirtiendo en el caso puntual a Bogotá en un laboratorio
de experimentación en vivienda. (Goossen, Gomez, 2015). Toda esta experiencia y avance
en materia de vivienda social es desconocida en el campo de la construcción y el desarrollo
de proyectos en la actualidad. Hacer una labor de estas dimensiones requiere un
compromiso importante de todas las partes; sin embargo, la incapacidad de visualizar en
estas dinámicas un ambiente de progreso por parte de los desarrolladores y el desinterés
del Estado por vincularse como un actor principal mediante la provisión de recursos de
manera directa y no mediante cajas de compensación, representan los mayores obstáculos
para avanzar en materia de vivienda social en nuestro país.
Conclusiones 83
5.2 Recomendaciones
Del análisis realizado se desprenden otras líneas de investigación que sería posible desarrollar en
futuros trabajos. Valdría la pena ahondar en las experiencias proyectuales desarrolladas por el ICT
en cuanto a la metodología de desarrollo progresivo, con el propósito de contrastar las
investigaciones adelantadas por el CINVA y puestas en marcha en los proyectos generados para la
época en la ciudad de Bogotá por el ICT. De igual manera sería importante profundizar en
herramientas tales como la modulación y estandarización, las cuales parecen evidentes en las
viviendas unifamiliares y en serie construidas, pues se menciona este hecho en la recopilación
documental revisada y es posible evidenciarlo en los planos mostrados por Saldarriaga para el año
2015 en el documento “Medio Siglo de Vivienda Social en Colombia”; información que podría ser
ampliada buscando los planos originales de los proyectos.
También se hace necesario profundizar en las causas que generaron el declive de los planes y
programas del ICT, buscando información más detallada respecto a la gestión de los proyectos, en
donde se podrían encontrar elementos relacionados con la técnica, los procesos constructivos y la
organización de las comunidades; los cuales, podrían confirmar la idea de un posible fracaso
derivado de la falta de recursos y la discontinuidad en los planes de formación o generar nuevos
puntos de vista que sirvan para aprender de dicha experiencia en la construcción de nuevas
dinámicas para el desarrollo de viviendas sociales.
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