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2024 MarcanoElolaM

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REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR.

ÚLTIMAS
ACTUALIZACIONES.
CARDIOPULMONARY RESUSCITATION. LATEST UPDATES.

Trabajo de Fin de Grado de Enfermería


Curso 2023‑2024
Universidad de Cantabria

Alumno: Miguel Marcano Elola


Director del TFG: Miguel Santibañez Margüello
AVISO RESPONSABILIDAD UC

Este documento es el resultado del Trabajo Fin de Grado de un alumno, siendo su autor
responsable de su contenido. Se trata por tanto de un trabajo académico que puede contener
errores detectados por el tribunal y que pueden no haber sido corregidos por el autor en la
presente edición. Debido a dicha orientación académica no debe hacerse un uso profesional de
su contenido. Este tipo de trabajos, junto con su defensa, pueden haber obtenido una nota que
oscila entre 5 y 10 puntos, por lo que la calidad y el número de errores que puedan contener
difieren en gran medida entre unos trabajos y otros, La Universidad de Cantabria, el Centro, los
miembros del Tribunal de Trabajos Fin de Grado, así como el profesor tutor/director no son
responsables del contenido último de este Trabajo.

1
ÍNDICE
ÍNDICE DE ABREVIATURAS ................................................................................................ 4
RESUMEN .......................................................................................................................... 5
ABSTRACT ......................................................................................................................... 5
I. INTRODUCCIÓN: ............................................................................................................ 6
I.1. ESTADO ACTUAL DEL TEMA. ................................................................................... 6
I.2. OBJETIVOS DEL TRABAJO. ....................................................................................... 7
Objetivo general: .......................................................................................................................... 7
Objetivos específicos: ................................................................................................................... 7
I.3. METODOLOGÍA. ...................................................................................................... 7
I.4. DESCRIPCIÓN DE LOS CAPÍTULOS. .......................................................................... 8
II. CAPÍTULO 1: SOPORTE VITAL BÁSICO Y SOPORTE VITAL AVANZADO SEGÚN LAS GUÍAS
ERC (2021) ........................................................................................................................ 9
II.1. SOPORTE VITAL BÁSICO. ........................................................................................ 9
II.1.a. Identificar la parada cardiaca .............................................................................................. 9
II.1.b. Alertar a los Servicios de Emergencias ............................................................................. 10
II.1.c. Compresiones torácicas de alta calidad ............................................................................ 10
II.1.d. Ventilaciones de rescate ................................................................................................... 11
II.1.e. Cuándo y cómo utilizar un DEA ......................................................................................... 11
II.1.f. Obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño (OVACE). ................................................ 12
II.2. SOPORTE VITAL AVANZADO ................................................................................. 12
II.2.a. Prevención de la parada cardiaca. .................................................................................... 13
II.2.b. Protocolo Soporte Vital Avanzado. ................................................................................... 14
II.2.c. Vía aérea y ventilación. ..................................................................................................... 14
II.2.d. Desfibrilación manual ....................................................................................................... 15
II.2.e. Fármacos y líquidos........................................................................................................... 17
II.2.f. Dispositivos mecánicos de compresión torácica ............................................................... 17
II.2.g. RCP extracorpórea ............................................................................................................ 18
III. CAPÍTULO 2: SOPORTE VITAL BÁSICO Y SOPORTE VITAL AVANZADO SEGÚN LAS
GUÍAS AHA (2020) .......................................................................................................... 19
III.1. RECOMENDACIONES Y NIVELES DE EVIDENCIA EN LAS GUÍAS AHA. ................. 19
III.2. DIFERENCIAS ENTRE LAS GUÍAS AHA Y ERC. ...................................................... 21
III.3. ALGORITMO SOPORTE VITAL BÁSICO. ................................................................ 22
III.4. ALGORITMO SOPORTE VITAL AVANZADO. .......................................................... 23
2
III.5. PRINCIPALES RECOMENDACIONES NUEVAS Y ACTUALIZADAS EN LA GUÍA AHA
2020. ........................................................................................................................... 24
IV. CAPITULO 3: ACTUALIZACIÓNES ILCOR 2022 y 2023. ................................................ 27
IV.1. NUEVAS RECOMENDACIONES ILCOR SOPORTE VITAL BÁSICO 2022/2023. ....... 27
IV.2. NUEVAS RECOMENDACIONES ILCOR SOPORTE VITAL AVANZADO 2022/2023. . 29
V. CONCLUSIONES. .......................................................................................................... 31
VI. BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................ 32

3
ÍNDICE DE ABREVIATURAS

AESP: Actividad eléctrica sin pulso.


AHA: American Heart Association.
CoSTR: Consenso Internacional sobre Reanimación Cardiopulmonar y Atención Cardiovascular
de Emergencia Ciencia con Recomendaciones de Tratamiento.
DEA: Desfibrilador automático.
DESA: Desfibrilador semiautomático
DSG: Dispositivo supraglótico.
ECA: Ensayo controlado.
ECMO-VA: dispositivo de oxigenación por membrana extracorpórea veno-arterial.
ERC: European Resuscitation Council.
EtCO2: concentración máxima de dióxido de carbono al final de la espiración.
FV: Fibrilación auricular.
IAM: Infarto Agudo de Miocardio.
ILCOR: International Liaison Committee on Resucitation.
LEGO: personal no sanitario.
PCR: Parada Cardiorrespiratoria.
RCE: Recuperación de la circulación espontánea.
RCP: Reanimación cardiopulmonar.
RCPe: RCP extracorpórea.
SEM: Servicios de Emergencias Médicas.
SVA: Soporte Vital Avanzado.
SVB: Soporte Vital Básico.
TVSP: Taquicardia ventricular sin pulso.

4
RESUMEN
El abordaje de la Parada Cardiorrespiratoria es y será un importante reto para la sociedad debido a
su alta morbilidad, mortalidad y capacidad de dejar secuelas permanentes en aquellas personas que
lo sufren.
En el ámbito sanitario el paro cardíaco representa un desafío crítico que demanda una respuesta
inmediata y eficaz. La atención enfermera en situaciones de paro cardiaco desempeña un papel
crucial, ya que el tiempo es un factor determinante para la supervivencia del paciente, de ahí la
importancia de investigar, estudiar, conocer, realizar y enseñar las maniobras más correctas y
actualizadas de reanimación cardiopulmonar para resolver estos eventos críticos con intervenciones
rápidas, de calidad y eficaces.
Este trabajo consiste en realizar una revisión bibliográfica de las últimas actualizaciones sobre el
abordaje de la Parada Cardiorrespiratoria en el paciente adulto por el personal sanitario para poder
proporcionar un soporte vital básico y avanzado de calidad.

Palabras clave: Paro cardiaco, Reanimación cardiopulmonar, Atención de enfermería, Soporte


Vital Cardíaco Avanzado.

ABSTRACT
The approach to Cardiorespiratory Arrest is and will continue to be a significant challenge for society
due to its high morbidity, mortality, and potential for leaving permanent sequelae in those who
experience it.
In the healthcare field, cardiac arrest represents a critical challenge that demands an immediate and
effective response. Nursing care in cardiac arrest situations plays a crucial role, as time is a
determining factor for patient survival. Hence, the importance of researching, studying, knowing,
performing, and teaching the most correct and updated cardiopulmonary resuscitation (CPR)
maneuvers to resolve these critical events with rapid, quality, and effective interventions.
This work consists of conducting a literature review of the latest updates on the approach to
Cardiorespiratory Arrest in adult patients by healthcare personnel to provide quality basic and
advanced life support.

Keywords: Heart arrest, Cardiopulmonary Resuscitation, Nursing care, Advanced Cardiac Life
Support.

5
I. INTRODUCCIÓN:

I.1. ESTADO ACTUAL DEL TEMA.


La Parada CardioRespiratoria (PCR) consiste en una pérdida brusca, inesperada y
potencialmente reversible del pulso cardiaco, el conocimiento y la respiración causada por un
fallo en la capacidad del corazón para bombear eficazmente sangre al cerebro y a todo el
organismo. La etiología puede ser tanto cardiaca, como un infarto agudo de miocardio (IAM),
una arritmia o un shock hipovolémico como no cardiaca, falta de suministro de oxígeno
provocado por un atragantamiento, un shock séptico, entre otras. (1)
Supone un problema crítico para la sociedad y un importante desafío para los profesionales
sanitarios ya que la PCR es la tercera causa de muerte en Europa. Epidemiológicamente, hay
grandes diferencias tanto en incidencia como en supervivencia dependiendo del lugar donde
ocurra la PCR. Según los datos del Registro Europeo de Parada Cardiaca (EuReCa), la incidencia
anual de PCR extrahospitalarias en Europa se sitúa entre 67 y 170/ 100.000 habitantes, de las
cuales el personal del servicio de urgencias inicia o continúa la reanimación en el 50-60% de los
casos aproximadamente (entre 19 y 97/100.000 habitantes). Las tasas de supervivencia al alta
hospitalaria se sitúan sobre el 8%. Mientras tanto, la incidencia anual del paro cardíaco
intrahospitalario se sitúa entre 1,5 y 2,8 por 1.000 ingresos hospitalarios, con unas tasas de
supervivencia a los 30 días al alta hospitalaria que oscilan entre el 15% y el 34%. (2)
En España, los datos del último registro OHSCAR (Out of Hospital Spanish Cardiac Arrest Registry)
en 2022 recogen 13 430 casos de parada cardiorrespiratoria extrahospitalaria, donde el 24,9% (3
349) fueron éxitus sin intento de reanimación y 582 de los casos con reanimación iniciada se
consideraron reanimación fútil. La incidencia anual expresada en número de casos de parada
cardiaca extrahospitalaria con intento de reanimación por 100 000 habitantes fue de 24,2 casos.
De entre los casos en los que se inició la reanimación in situ (9499), cabe destacar:
➢ El 50,2% fueron éxitus in situ sin recuperación de la circulación espontánea (RCE).
➢ El 14,6% fueron éxitus in situ con recuperación de la circulación espontánea.
➢ El 31% fueron trasladados al hospital con pulso.
➢ El 3,6 % fueron trasladados al hospital en situación de reanimación en curso.
➢ El 0,5% entraron en el programa de donación en asistolia.
Respecto a la supervivencia y el estado neurológico al alta hospitalaria, 1 070 (11,5%) de los
pacientes recibieron el alta hospitalaria, de los cuales 918 (9,8%) con buen estado neurológico
(se define buen resultado neurológico los grados 1 y 2 de la Cerebral Performance Category (CPC
1: función cerebral normal, CPC 2: discapacidad moderada pero independiente para la vida
diaria)). (3, 4)
Los factores relacionados con una mayor supervivencia se asocian a un menor tiempo
transcurrido entre el inicio de la parada y la llamada a los servicios sanitarios de urgencias junto
con el comienzo de las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP). La tasa de mortalidad
de una PCR en la RCP se retrasa más de 12 minutos desde su inicio es prácticamente del 100% ,
mientras que las secuelas neurológicas son irremediables a los 10 minutos.
La RCP es el conjunto de maniobras encaminadas a revertir una PCR, sustituyendo primero, para
intentar restaurar después, la respiración y circulación espontáneas. Estas maniobras, sumadas
a la prevención de la PCR (identificar las situaciones de emergencia sanitaria, alertar a los
servicios de emergencia y la intervención precoz) forman el concepto de Soporte Vital. (5)
El Soporte Vital lo podemos distinguir en básico (SVB) y avanzado (SVA). El SVB es aquel que
puede ser realizado por personal LEGO (personal no sanitario) y engloba el reconocimiento
6
precoz de la situación de emergencia o PCR, la llamada al servicio de emergencias, el inicio
inmediato de compresiones torácicas alternadas con ventilaciones de rescate y la desfibrilación
precoz con dispositivos DEA (desfibrilador automático) y DESA (desfibrilador semiautomático).
El SVA incorpora otras maniobras las cuales solo pueden ser llevadas a cabo por personal
entrenado y especializado, así como el aislamiento de la vía aérea, la administración de
medicación y la desfibrilación manual. (6)

I.2. OBJETIVOS DEL TRABAJO.


Objetivo general:
➢ El objetivo general de la presente monografía es conocer el abordaje de la parada
cardiorrespiratoria, aplicando las maniobras de soporte vital básico y avanzado más
actualizadas basadas en la ciencia en la actualidad.

Objetivos específicos:
➢ Estudiar y sintetizar las guías de reanimación cardiopulmonar en el adulto de las
principales organizaciones mundiales de resucitación (ERC y AHA).
➢ Analizar las diferencias entre las guías de reanimación cardiopulmonar en el adulto de
las principales organizaciones mundiales de resucitación (ERC y AHA).
➢ Conocer cuáles son las últimas recomendaciones basadas en la ciencia publicadas acerca
de reanimación cardiopulmonar en el adulto por las principales organizaciones
mundiales de resucitación (ILCOR, ERC y AHA).

I.3. METODOLOGÍA.
Las principales fuentes de información de esta monografía son las guías de reanimación
pulmonar publicadas por las más importantes organizaciones mundiales de resucitación como
lo son el Consejo Europeo de Resucitación (European Resuscitation Council/ ERC), la Asociación
Estadounidense del Corazón (American Heart Association/ AHA) y el Comité de Unificación
Internacional en Resucitación (International Liaison Committee on Resucitation/ ILCOR).
Las guías publicadas por el Consejo Europeo de Resucitación (ERC) son actualizadas cada 5 años.
Las últimas fueron publicadas en 2021, con un año de retraso a causa de la pandemia de
Coronavirus. (7)
La Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) publica también sus guías cada 5 años, siendo
las últimas de 2020. Sin embargo, cada cierto tiempo publica actualizaciones sobre ciertos
temas, siendo las más recientes en 2023. (8)
El Comité de Unificación Internacional en Resucitación (ILCOR) está formado por representantes
tanto del ERC, de la AHA como de demás consejos y comités internacionales de resucitación.
Anualmente, los expertos de ILCOR se reúnen y publican una revisión sobre el Consenso
Internacional sobre Reanimación Cardiopulmonar y Atención Cardiovascular de Emergencia
Ciencia con Recomendaciones de Tratamiento (CoSTR). Su objetivo es hacer una búsqueda
exhaustiva de las últimas evidencias disponibles sobre RCP y publicar recomendaciones de
tratamiento consensuadas en temas de SVB, SVA, soporte vital pediátrico, docencia de la RCP,
etc. Para ello, ILCOR revisa como mínimo el 20% del total de las preguntas PICO que se recogen
cada año y ofrece tres tipos de revisiones en función de la evidencia:
➢ Revisión sistemática (SysRev): De entre los 3 tipos de revisiones, son las que tienen un
mayor grado de evidencia y las utilizadas para la realización de esta monografía.

7
➢ Revisiones de alcance (ScopsRevs): Búsquedas extensas en diversas bases de datos con
una validez equivalente al de una SysRev pero no carecen de evaluaciones de sesgo y
meta-análisis.
➢ Actualización de la evidencia (EvUp): la menos rigurosa de las evaluaciones de
evidencia.(9)

I.4. DESCRIPCIÓN DE LOS CAPÍTULOS.


Capítulo 1: En este primer capítulo se describen las maniobras de SVB y SVA para el abordaje de la
PCR, las cuales se encuentran recogidas en la guía más actualizada de la ERC publicada en 2021.
Capítulo 2: En el segundo capítulo se detallan las características de la última guía de SVB y SVA
publicada por AHA en 2020, analizando las principales diferencias que se encuentran respecto con la
guía publicada por la ERC en 2021.
Capítulo 3: Por último, se explican cuáles son las últimas actualizaciones en las recomendaciones de
SVB y SVA basándose en la evidencia más reciente publicadas por ILCOR, tanto en 2022 como en
2023.

8
II. CAPÍTULO 1: SOPORTE VITAL BÁSICO Y SOPORTE VITAL
AVANZADO SEGÚN LAS GUÍAS ERC (2021)

II.1. SOPORTE VITAL BÁSICO.


El comienzo inmediato de las maniobras de soporte vital básico es determinante en el resultado
de una PCR. Estas maniobras pueden ser realizadas tanto por personal sanitario como por
personal LEGO, de ahí la importancia de que toda la población las conozca.
Esta guía de práctica clínica recoge los pasos e indicaciones para brindar un soporte vital básico
efectivo y de calidad, enfatizando el reconocimiento veloz de la PCR (y avisando a los servicios
de emergencias (SEM)) , el comienzo de compresiones torácicas de calidad y la desfibrilación
precoz.

II.1.a. Identificar la parada cardiaca


La falta o el retraso en el reconocimiento de la parada cardiorrespiratoria supone un gran
aumento tanto de la mortalidad como de aparición de secuelas neurológicas y por ello, una gran
barrera para poder salvar más vidas. Es por ello que la recomendación de la ERC es la de
comenzar maniobras de RCP en los casos en los que una persona no responda a estímulos y
presente una respiración ausente o anormal. (10)
El primer paso del protocolo de SVB consiste en la seguridad. Antes de comenzar cualquier
maniobra, asegúrese de que tanto la víctima como los reanimadores se encuentran en un
ambiente seguro. El personal LEGO debe iniciar la RCP ante la sospecha de una PCR, sin temor
a causar daño a las víctimas que no estén en PCR. Pueden realizar las compresiones torácicas de
manera segura y utilizar un DEA, puesto que el riesgo de infección durante las compresiones y
de lesiones por una descarga accidental durante el uso del DEA es muy bajo.
Para comprobar el nivel de conciencia de la víctima, sacuda a la víctima mientras le pregunta en
un tono alto si se encuentra bien. En caso de no haber respuesta, coloque a la víctima boca arriba
y realice la maniobra frente–mentón, empujando con una mano la frente hacia detrás y con la
otra el mentón hacia arriba, abriendo así la vía aérea. (Figura 1)

Figura 1. Maniobra frente mentón. (10)


El siguiente paso consiste en comprobar la respiración del paciente, colocando nuestro oído en
la boca de la víctima y con nuestra cara mirando hacia el tórax. Se trata de ver si el pecho se
levanta, oír si hay ruidos respiratorios y sentir el aire en tu mejilla, para así valorar y decidir si la
respiración es normal, anormal o ausente. Las respiraciones lentas y trabajosas (agónicas) deben
considerarse como un signo de parada cardiaca, al igual que si dudas en la valoración debes
actuar como si no fuera normal. Esta maniobra no debe durar más de 10 segundos.
Si se producen movimientos convulsivos leves breves al comienzo de la parada cardiaca, el
abordaje es evaluar a la víctima hasta que los movimientos cesen. Si la víctima continúa
inconsciente y la respiración está ausente o es anormal, inicie la RCP.
9
En pacientes con un nivel de consciencia reducido debido a una enfermedad médica o a un
traumatismo no físico, que NO cumplen los criterios para iniciar la RCP, se recomienda colocar
en posición lateral de seguridad (Figura 2) como posición de recuperación.

Figura 1: Posición Lateral de Seguridad.(10)


En todo paciente que se encuentre en posición de recuperación, se debe monitorizar
continuamente la respiración. En caso de que la respiración este ausente o tenga signos de no
ser normal, la víctima deberá colocarse en decúbito supino e iniciarse maniobras de RCP

II.1.b. Alertar a los Servicios de Emergencias


Si una persona se encuentra inconsciente y con una respiración ausente o anormal debe alertar
inmediatamente a los Servicios de Emergencias Médicas (SEM).
En un primer caso en el que el reanimador se encuentre acompañado, iniciará inmediatamente
la RCP mientras los acompañantes alertan al SEM.
En un segundo caso que el reanimador no se encuentre acompañado y tenga a disposición un
teléfono móvil, debe ponerse en contacto con el SEM, activar el altavoz o manos libres e iniciar
en el acto la RCP asistido por el teleoperador del Centro Coordinador de Urgencias.
Por último, en un tercer caso que el reanimador se encuentra solo, no disponga de teléfono
móvil y tenga que dejar a la víctima para avisar al SEM, debe ponerse en contacto primero con
el SEM y posteriormente iniciar la RCP.

II.1.c. Compresiones torácicas de alta calidad


El comienzo de las compresiones torácicas debe ser lo antes posible.
En cuanto a la técnica, la zona a comprimir es la mitad inferior del esternón, es decir, “en el
centro del pecho”. Se debe comprimir a una profundidad de entre 5 y 6 cm, ni menos ni más y
el ritmo será de unas 100/120 compresiones por minuto. Se debe dejar que el tórax se
reexpanda completamente antes de realizar la siguiente compresión, por lo que se recomienda
no permanecer apoyado sobre el tórax. Las compresiones han de hacerse sobre una superficie
firme en la medida que sea posible.

10
II.1.d. Ventilaciones de rescate
Se debe proporcionar 2 ventilaciones de rescate cada 30 compresiones torácicas.
Para proporcionar ventilaciones de rescate de calidad, debe mantener la vía aérea abierta con
la maniobra frente mentón. Una vez abierta, use los dedos pulgar e índice de la mano colocada
en la frente para pinzar la nariz de la víctima. Realice una inspiración normal y con la boca de la
víctima abierta, coloque sus labios sellando completamente los de la víctima. Una vez este
sellado, insufle el aire progresivamente durante 1 segundo. La insuflación debe tener el
suficiente volumen como para elevar el tórax. Repita estos pasos una vez más, logrando así
proporcionar dos ventilaciones de rescate efectivas.
Esta maniobra no debe interrumpir las compresiones torácicas más de 10 segundos. En caso de
no estar capacitado para proporcionar ventilaciones de rescate efectivas, proporcione
compresiones torácicas ininterrumpidas.

II.1.e. Cuándo y cómo utilizar un DEA


En cuanto haya un DEA disponible, enciéndalo y coloque los electrodos en el tórax desnudo de
la víctima según la posición indicada en el DEA, uno en el tórax a la derecha del esternón, por
debajo de la clavícula, y el otro a nivel de la línea axilar media izquierda. (Figura 3)

Figura 3. Colocación de los electrodos en la víctima. (10)

En el caso de que haya más de un reanimador, se debe seguir con la RCP mientras los electrodos
del desfibrilador son colocados por el otro reanimador. Deberá seguir las indicaciones visuales
o verbales del DEA y asegurarse de que durante el análisis del ritmo nadie este en contacto con
la víctima.
Si se indica una descarga, debe asegurarse que no hay nadie en contacto con la víctima y pulsar
el botón de descarga según las indicaciones. Una vez el desfibrilador esté preparado, esta no
debe retrasarse, no siendo necesario realizar una RCP adicional. Una vez dada la descarga, debe
reiniciar en el instante la RCP con 30 compresiones.
En caso de no estar indicada una descarga, reinicie al instante la RCP con 30 compresiones.

11
En cualquiera de ambos casos, debe seguir la RCP según las indicaciones del DEA. Durante el
tiempo que tardeel DESA en volver a indicar una pausa en la RCP para analizar el ritmo
(aproximadamente 2 minutos), deberemos mantener las maniobras de RCP..
Respecto a los DEA totalmente automáticos, estos administraran una descarga cuando esté
indicado sin que el reanimador tenga que hacer ninguna acción.
La seguridad de los DEA está muy estudiada y demuestra que pueden ser utilizados por personal
lego con total seguridad. Sin embargo, no deben realizarse compresiones torácicas durante la
descarga pese a que el riesgo de que el reanimador pueda sufrir una lesión por recibir una
descarga accidental es excepcional.

II.1.f. Obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño (OVACE).


Si una persona de repente se vuelve incapaz de hablar o comunicarse, especialmente si se
encontraba comiendo, se debe considerar la posibilidad de un atragantamiento.
El abordaje ante un atragantamiento comienza animando a la víctima a toser. Si la tos resulta
ineficaz, debe dar hasta 5 golpes en la espalda, siguiendo estas indicaciones:
o Incline hacia adelante a la víctima.
o Administre golpes entre los omóplatos utilizando el talón de una mano.
Si estos golpes en la espalda no son efectivos, pase a dar hasta 5 compresiones abdominales;
siguiendo estas indicaciones:
o Póngase detrás de la víctima y coloque ambos brazos alrededor de la parte superior del
abdomen de la víctima.
o Incline hacia adelante a la víctima.
o Cierre el puño y sitúelo entre el ombligo y la parte inferior del pecho.
o Sujete el puño con la otra mano y tire rápidamente hacia arriba y hacia adentro.(Figura 4)

Figura 4. Técnica de compresiones abdominales. (10)


Si la obstrucción no se resuelve después de realizar 5 compresiones abdominales, continúe
alternando entre 5 golpes en la espalda y 5 compresiones abdominales hasta que la obstrucción
se alivie o la víctima pierda el conocimiento. En este último caso, avise al SEM e inicie cuanto
antes la RCP.

12
II.2. SOPORTE VITAL AVANZADO
La guía de soporte vital avanzado del “European Resucitation Council” nos indica cómo continuar
el abordaje de la PCR mediante intervenciones avanzadas que completan las maniobras de SVB.
La guía publicada en 2021 no incluye cambios importantes, sin embargo, hace un mayor énfasis
en la prevención de la PCR mediante la búsqueda de signos premonitorios. Destacan además la
prioridad de las compresiones torácicas de gran calidad con mínimas interrupciones, la
desfibrilación precoz y el comienzo con técnicas básicas de manejo de la vía aérea, progresando
gradualmente según las habilidades de cada reanimador hasta conseguir una ventilación
efectiva. Por último, resalta el uso de adrenalina lo antes posible en ritmos no desfibriables o
tras de 3 intentos de desfibrilación no efectiva en los ritmos desfibrilables. (11)

II.2.a. Prevención de la parada cardiaca.

La principal estrategia a la hora de disminuir la incidencia y la mortalidad por PCR es,


evidentemente, evitar que ocurra. La PCR frecuentemente viene precedida de un deterioro
fisiológico. Esto nos ofrece una oportunidad de reconocer este deterioro y abordarlo, evitando
así que desenlace en una parada cardiaca. En función del lugar donde nos encontremos, bien
dentro del hospital (parada cardiaca intrahospitalaria) o fuera de el (parada cardiaca
extrahospitalaria) las oportunidades y estrategias para identificar y tratar a tiempo este
deterioro serán distintas.
Prevención de la parada cardiaca Intrahospitalaria.
La guía de ERC nos ofrece un plan para abordar la prevención de la PCR dentro del entorno
hospitalario, basado en una cadena de supervivencia compuesto por 5 pasos claves.
1. Educación al personal.
La educación debe incluir la toma de constantes vitales, un enfoque estructurado del
esquema A (vía aérea) B (respiración) C (circulación) D (estado neurológico) E
(exposición) que incluya valoración e intervenciones iniciales de tratamiento, el uso de
herramientas de comunicación estructuradas y cómo pedir ayuda y escalar los cuidados.
El personal debe conocer cuando la RCP esta contraindicada o saber cuándo comenzar
cuidados paliativos.

2. Monitorización.
La mayoría de las paradas cardiacas intrahospitalarias tienen un ritmo inicial no
desfibrilable y son precedidas de signos de depresión respiratoria o shock. Para ayudar
a detectar precozmente este deterioro fisiológico, todos los pacientes deben tener un
plan de monitorización de los signos vitales que incluya qué signos valorar y con que
frecuencia.

3. Reconocimiento.
Los centros hospitalarios deben implementar un sistema de puntuación de alerta
temprana (Early Warning Score) para identificar de manera anticipada a los pacientes
que se encuentran en estado crítico o con riesgo de deterioro clínico.

4. Llamada de ayuda.
El personal debe estar entrenado para pedir ayuda utilizando herramientas de
comunicación estructuradas como SBAR (situation/ background/ assessment/
recommendation) para asegurarse una transferencia de la información eficaz. Cualquier

13
miembro del personal puede alertar al equipo de emergencias, así como los pacientes y
sus familiares.

5. Respuesta.
La atención a pacientes en estado crítico o en riesgo es dada por equipos de emergencia
médicos o de respuesta rápida. Estos equipos reemplazan o coexisten con los
tradicionales equipos de atención de la parada cardiaca. El objetivo de estos equipos es
la de reducir la incidencia de paradas cardiacas y mortalidad intrahospitalarias,
mediante tareas simples como iniciar oxigenoterapia o fluidoterapia, o decisiones más
complejas como derivar al paciente a unidades de cuidados intensivos, escaladas de
tratamiento o planes de cuidados al final de vida. Una labor importante de la respuesta
es colocar al paciente en un área clínica adecuada en función del deterioro o riesgo de
deterioro fisiológico y sus necesidades.

Prevención de la parada cardiaca Extrahospitalaria.


La prevención de la parada cardiaca extrahospitalaria requiere de una estrategia diferente ya
que, en este caso, los pacientes suponen toda la población en general. Esta prevención consiste
en la investigación de síntomas que puedan ser compatibles con una arritmia, así como el
síncope (especialmente durante el ejercicio, mientras se está sentado o en supino), las
palpitaciones, los mareos o la disnea repentina. Los jóvenes adultos que experimentan una
muerte cardíaca repentina pueden mostrar síntomas y signos anteriores mencionados. Por eso,
es aconsejable contactar a profesionales de la salud para obtener asistencia especializada y
someterse a una evaluación cardiológica (electrocardiograma, ecocardiografía, prueba de
esfuerzo…).
Las personas con riesgo de muerte súbita cardiaca son aquellas con miembros de la familia que
han sido víctimas jóvenes de muerte súbita cardiaca o personas con un trastorno cardiaco
conocido y es por ello que en este grupo de población se recomienda una evaluación sistemática
por especialistas.

II.2.b. Protocolo Soporte Vital Avanzado.


La parada cardiorrespiratoria se asocia tanto con ritmos desfibrilables (Fibrilación Ventricular/
Taquicardia Ventricular sin Pulso (FV/TVSP)) como con ritmos no desfibrilables (Asistolia/
Actividad Eléctrica sin pulso (AESP)). La principal distinción en el tratamiento de los ritmos
desfibrilables radica en la necesidad de administrar descargas eléctricas. Sin embargo, otras
intervenciones, como las compresiones torácicas de alta calidad con mínimas interrupciones, el
manejo de la vía aérea y la ventilación, el acceso venoso, la administración de adrenalina y la
identificación y tratamiento de causas reversibles, son iguales para todas las paradas
cardiorrespiratorias.

II.2.c. Vía aérea y ventilación.


Los reanimadores de SVA deben asegurar una ventilación artificial tan pronto como sea posible
en cualquier paciente cuya respiración espontánea sea inadecuada o ausente. Esto se logra con
la colocación de una mascarilla facial con bolsa reservorio y balón autohinchable conectada a
un flujo de oxígeno o con una vía aérea avanzada. Durante la parada cardiaca, la cantidad de
oxígeno que llega al cerebro es baja incluso cuando se esta proporcionando una RCP efectiva. Es
por ello que se recomienda suministrar la mayor fracción posible de oxígeno inspirado para
maximizar el aporte de oxígeno al cerebro y minimizar una lesión por hipoxia o isquemia.
14
Inmediatamente después del retorno de la circulación espontánea, y tan pronto como se pueda
monitorizar la saturación de oxígeno, adecúa la fracción de oxígeno inspirado hasta que los
valores de saturación de oxígeno se encuentren entre 94/98%.
Ventilación con mascarilla facial:
Respecto al ratio compresiones-ventilaciones, no existe diferencia estadística significativa en la
supervivencia entre realizar las ventilaciones con compresiones torácicas continuas o realizarlas
con el ratio 30/2, por lo que cualquiera de las 2 maniobras es adecuada. Sin embargo, cada
respiración debe durar aproximadamente 1 segundo, dando el volumen necesario para que el
pecho se eleve visiblemente. Esto asegura una buena relación entre proporcionar un volumen
adecuado de aire, minimizando el riesgo de introducir aire en el estómago, y permitiendo un
tiempo adecuado de parada entre las compresiones torácicas.
Intubación traqueal y dispositivo supraglótico:
En caso de requerir una vía aérea avanzada, solo aquellos reanimadores con una elevada tasa
de éxito deberían intentar la intubación traqueal. Según los expertos, se considera una tasa
elevada de éxito cuando se supere el 95% con un máximo de dos intentos de intubación. La
interrupción de las compresiones para realizar la intubación traqueal ha de ser mínima, por lo
que el objetivo fijado es que no sea superior a 5 segundos.
Para el abordaje de vías aéreas difíciles o cuando la tasa de éxito de intubación traqueal no sea
alta, se recomienda el uso del dispositivo supraglótico (DSG).
Después de insertar un tubo traqueal o un DSG, la frecuencia de ventilación pulmonar es de 10
ventilaciones por minuto, mientras se mantienen las compresiones torácicas de manera
ininterrumpida. Si con el DSG no se logra una ventilación adecuada debido a una fuga de aire,
se deben detener las compresiones para ventilar, utilizando una relación compresión-
ventilación de 30 compresiones seguidas de 2 ventilaciones.
Para confirmar la posición correcta del tubo traqueal, el método más sensible y específico es la
capnografía con forma de onda, que permite monitorizar en todo momento la posición del tubo
traqueal. El capnógrafo además, nos puede indicar que se ha producido una RCE, cuando se
produce un aumento de la concentración máxima de dióxido de carbono al final de la espiración
(EtCO2) durante la RCP. Sin embargo, no se recomienda utilizar únicamente este signo de forma
aislada como criterio para interrumpir las compresiones torácicas, al igual que decidir si se tiene
que parar un intento de reanimación cuando los valores de EtCO2 sean bajos.

II.2.d. Desfibrilación manual


Estrategia de desfibrilación
La RCP debe continuar mientras llega un desfibrilador y se colocan los parches. (Colocación de
los parches/palas explicado en). Tan pronto como el desfibrilador y el monitor estén listos, se
analiza el ritmo. En este momento, no se debe tocar al paciente, ya que podemos generar
interferencias en el reconocimiento del ritmo. En función del tipo de ritmo cardiaco, las vías de
tratamiento son dos. (Figura 5).
Ritmo desfibrilable.
Los ritmos desfibrilables son 2, la fibrilación ventricular (FV) y la taquicardia ventricular sin pulso
(TVSP). En estos casos, administre una descarga lo antes posible.
Las descargas se deben dar interrumpiendo el menor tiempo posible las compresiones torácicas.
Para ello, minimice la pausa previa a la descarga, y reanude las compresiones inmediatamente
después de la descarga durante 2 minutos, hasta reevaluar de nuevo el ritmo. Durante las
15
compresiones, cargue el desfibrilador, teniéndolo así listo antes de la siguiente pausa para el
análisis del ritmo y, en caso de estar indicado, poder aplicar una nueva descarga
inmediatamente. La parada de las compresiones torácicas para la desfibrilación debe ser menor
a los 5 segundos.
En los casos en los que se produzca una parada cardiaca presenciada, el ritmo sea desfibrilable
y haya un desfibrilador al alcance de inmediato, se debe considerar dar hasta 3 descargas
consecutivas.
Respecto a los niveles de energía, dependiendo los tipos de desfibrilador se puede comenzar
por unos niveles u otros (para ondas bifásicas 150 J y para ondas bifásicas pulsadas 120-150 J),
sin embargo, la recomendación es unificar y simplificar el criterio para todos los desfibriladores
y comenzar aplicando una descarga de al menos 150 J. Si el reanimador desconoce los
parámetros de energía recomendados del desfibrilador, en los adultos, se debe utilizar la energía
más alta para todas las descargas. En caso de no resolverse la PCR y necesitar administrar más
descargas, no existe suficiente evidencia que determine si es más recomendable mantenerse en
el mismo nivel de energía o ir aumentando, aunque la guía ERC encuentra razonable que en caso
de que el primer choque no haya sido satisfactorio y el desfibrilador sea capaz de administrar
más energía, se lleve a cabo una estrategia de subida de energía en las siguientes descargas.
Para garantizar una desfibrilación segura y efectiva, es crucial colocar cualquier máscara de
oxígeno o cánulas nasales al menos a 1 metro de distancia para reducir al mínimo el riesgo de
incendio. En pacientes con dispositivos implantados, es importante evitar colocar los parches a
menos de 8 centímetros del dispositivo, o bien, utilizar una posición diferente para los parches.
También se debe considerar una ubicación alternativa para los parches cuando el paciente esté
en posición decúbito prono (bi-axilar).

Ritmo no desfibrilable.
Los ritmos no desfibrilables son la asistolia y la actividad eléctrica sin pulso (AESP). En estos
casos, la desfibrilación no está indicada por lo que el tratamiento a seguir es, tras la evaluación
del ritmo cardiaco, reanudar inmediatamente las compresiones torácicas durante 2 minutos
hasta la próxima reevaluación del ritmo.

Figura 5. Algoritmo Soporte Vital Avanzado. (11)

16
Si se notan señales físicas o clínicas de que la circulación espontánea está volviendo, como
despertar, movimientos deliberados, aumento repentino de la curva arterial o un incremento
notable de la EtCO2, es recomendable interrumpir las compresiones torácicas para evaluar el
ritmo cardíaco y, si es necesario, verificar el pulso.

II.2.e. Fármacos y líquidos


Acceso vascular
La primera opción preferida para administrar medicamentos durante una PCR en adultos es el
acceso intravenoso. Si después de varios intentos no se logra obtener un acceso intravenoso, la
segunda opción a considerar es el acceso intraóseo, siendo el punto de punción más común la
porción distal de la tibia, cerca del maléolo interno.
Fármacos vasopresores
Suministre 1 mg de adrenalina por vía intravenosa (o intraósea) de inmediato a los pacientes en
paro cardíaco con un ritmo no desfibrilable.
En pacientes en PCR con ritmo desfibrilable, suministre 1 mg de adrenalina por vía intravenosa
(o intraósea) después del tercer intento de desfibrilación.
Si no se resuelve la PCR, y mientras continúe el SVA, repita 1 mg por vía intravenosa (o intraósea)
de adrenalina cada 3-5 minutos.
Fármacos antiarrítmicos
Administre 300 mg de amiodarona por vía intravenosa (o intraósea) a los pacientes adultos en
PCR con fibrilación ventricular o taquicardia ventricular sin pulso después del tercer intento de
desfibrilación.
Administre una dosis adicional de 150 miligramos de amiodarona por vía intravenosa (o
intraósea) a los pacientes en paro cardíaco con fibrilación ventricular o taquicardia ventricular
sin pulso después del quinto intento de desfibrilación.
En ausencia de amiodarona o por decisión local de utilizar lidocaína en su lugar, se puede
administrar 100 mg de lidocaína por vía intravenosa (o intraósea). Además, se puede suministrar
un bolo extra de 50 mg de lidocaína después del quinto intento de desfibrilación.
Fármacos trombolíticos
En situaciones donde se sospeche o confirme que el paro cardíaco es ocasionado por un coágulo
en los pulmones, se debe considerar la posibilidad de administrar un trombolítico.
Es importante continuar con la reanimación cardiopulmonar durante 60-90 minutos después de
la administración del trombolítico.
Fluidos
Administre líquidos por vía intravenosa (o intraósea) solamente en casos donde la parada
cardiaca esté causada por hipovolemia o exista una alta sospecha de la misma.

II.2.f. Dispositivos mecánicos de compresión torácica


El uso de dispositivos mecánicos de compresión torácica únicamente se debe considerar si no
es viable realizar compresiones torácicas manuales de alta calidad, o la seguridad del
reanimador está comprometida. Solo en equipos que hayan sido entrenados en el uso de estos
dispositivos, y por ende estén familiarizados con él, estaría indicado su uso; ya que una de las
17
premisas más importantes durante la RCP es la mínima interrupción de las compresiones
torácicas.

II.2.g. RCP extracorpórea


Las guías del ERC reflejan la creciente evidencia sobre la indicación de considerar la RCPe como
una opción de rescate para ciertos pacientes en paro cardíaco, cuando las medidas
convencionales de SVA no logran tener éxito.
La RCPe se define como la aplicación de un dispositivo de oxigenación por membrana
extracorpórea veno-arterial (ECMO-VA) con el fin de proporcionar soporte circulatorio en
aquellos pacientes en los que la PCR convencional no ha tenido éxito en obtener una RCE
mantenida.
Actualmente, no existe un acuerdo universal para definir cuáles son los pacientes tipo indicados
o cual es el momento óptimo durante el SVA para implantar este tratamiento, aunque las guías
publicadas hasta ahora coinciden en los siguientes criterios:
➢ La parada cardiorrespiratoria ha sido presenciada y se han comenzado maniobras de
RCP.
➢ El tiempo para comenzar la RCPe es inferior a 60 minutos desde el comienzo de la RCP.
➢ El paciente es menor de 65 – 70 años y sin comorbilidades importantes que impidan
volver a una vida independiente.
➢ La causa subyacente del paro cardiaco es conocida o sospechada, y tratable.

18
III. CAPÍTULO 2: SOPORTE VITAL BÁSICO Y SOPORTE VITAL
AVANZADO SEGÚN LAS GUÍAS AHA (2020)

La American Heart Association (Asociación Americana del Corazón) es el máximo referente


científico en materia de cardiología en Estados Unidos, con gran reconocimiento tanto nacional
como internacional. Al igual que el ERC, forman parte del ILCOR y cada 5 años publican guías
con las últimas actualizaciones y recomendaciones sobre la resucitación cardiopulmonar y los
cuidados en emergencias cardiovasculares, siendo las más recientes publicadas en 2020. Estas
guías (al igual también como las de ERC), tratan otros temas además, incluyendo epidemiología,
estadística, cuidados tras la resucitación, entre otros. (12)
En términos generales y respecto al tema principal de este trabajo, que se centra en las
maniobras y el protocolo de soporte vital básico y avanzado en el adulto, no existen diferencias
significativas que hagan que el abordaje de la parada cardiorrespiratoria difiera en gran medida
entre una guía u otra. Sin embargo, eso no significa que cada guía no tenga sus propias
particularidades.
Como se ha mencionado previamente, ambas organizaciones pertenecen al ILCOR, y sus guías
reflejan las nuevas recomendaciones sobre la ciencia de la reanimación y el tratamiento basadas
en el Consenso internacional 2020 sobre reanimación cardiopulmonar y atención cardiovascular
de emergencia con recomendaciones de tratamiento.
Siguiendo estas directrices, cada organización (ERC y AHA) redacta sus guías. La ERC adopta las
recomendaciones de tratamiento que ILCOR proporciona, pero en áreas donde no existen
recomendaciones relevantes, el método utilizado para definir dicha recomendación se basó en
la revisión y discusión de la evidencia por parte de un grupo de trabajo hasta que se alcanzara
un consenso. (13)
En cambio, cada grupo de redacción de la AHA revisa y estudia todas las guías actuales y
relevantes de la AHA, y junto con las nuevas recomendaciones de tratamiento publicadas por
ILCOR, determinan si las guías actuales en ese momento deben ser reafirmadas, actualizadas o
retiradas, o si se necesitan nuevas recomendaciones. Después, estas recomendaciones son
catalogadas en función de la clase de recomendación y el nivel de evidencia. (14)
Es por este motivo que la base principal de las guías es muy similar, ya sea redactada por ERC o
por AHA pero existan leves diferencias, que veremos más adelante.

III.1. RECOMENDACIONES Y NIVELES DE EVIDENCIA EN LAS GUÍAS AHA.


Las estrategias clínicas, pruebas diagnósticas, tratamientos o intervenciones en el abordaje del
paciente son catalogadas en distintas clases en función de la intensidad de recomendación y el
nivel de calidad de evidencia, siendo las siguientes (15):

19
CLASE (INTENSIDAD) DE RECOMENDACIÓN (CDR) NIVEL (CALIDAD) DE EVIDENCIA
(NDE)

* NIVEL A * NIVEL B−A, aleatorizado. * NIVEL B−NA, no


aleatorizado.
* NIVEL C−DL, datos limitados. * NIVEL C−OE, opinión de expertos. * ECA, ensayo controlado
aleatorizado.
Figura 6. Clases de Recomendación Y Niveles de Evidencia. (16)
En las Guías publicadas por la AHA en 2020, aparecen recogidas un total de 491
recomendaciones para soporte vital básico y avanzado en el adulto, en pediatría, en neonatos,
ciencia de educación para la reanimación y sistemas de atención, las cuales se distribuyen en los
siguientes porcentajes en función de su clase de recomendación y su nivel de evidencia:

Figura 7. Distribución de CDR y NDE como porcentaje del total de las 491 recomendaciones
recogidas en las Guías de la AHA 2020. (16)
20
A pesar de las mejoras en los últimos años en el apoyo a la investigación sobre resucitación, el
51% de las recomendaciones están basadas en datos limitados, el 17% en opiniones de expertos
y solo el 1,2% (6 de las 491 recomendaciones) tienen un nivel de evidencia A.

III.2. DIFERENCIAS ENTRE LAS GUÍAS AHA Y ERC.


En este punto analizaremos las diferencias más importantes entre las guías publicadas por la
AHA en 2020 y por el ERC en 2021. Cabe destacar que, a diferencia de ERC que únicamente
publica sus guías cada 5 años, la AHA realiza también pequeñas actualizaciones periódicas (la
última en 2023) en temas en los que haya nueva evidencia científica.
El contenido de las guías es muy amplio, desde capítulos acerca de la epidemiología de la PCR
(en los que ERC y AHA utiliza estudia cada uno su población, Europa y Estados Unidos
respectivamente) hasta capítulos sobre la ética de la resucitación y las decisiones al final de vida.
Cada guía tiene un contenido distinto ajustado a las características de cada población. Así como
la intoxicación por mórficos es en Estados Unidos actualmente una epidemia, la AHA recoge un
algoritmo concreto para tratar estas intoxicaciones.

Figura 8. Algoritmo de emergencia en intoxicación por opioides para personal LEGO. (16)
Sin embargo, lo más importante a destacar en cuanto a diferencias de una guía a otra son las
que atañan a las recomendaciones en los protocolos de soporte vital básico y avanzado, que son
las siguientes:
1. Identificar la parada cardiaca: según la guía de ERC, uno de los pasos para identificar si
una persona está en PCR es valorar su respiración, colocando nuestra oreja a la altura
de la boca de la víctima mientras observamos su pecho para ver si el tórax se eleva y
escuchar cómo son los ruidos respiratorios si los hay. La AHA recomienda la toma del
pulso complementaria a la valoración de la respiración, siempre que esta maniobra no
demore más de 10 segundos.
2. Fármacos vasopresores: la recomendación de ERC es la administración de adrenalina
junto a amiodarona tras el tercer choque en ritmos desfibrilables. En cambio, AHA

21
recomienda la administración de adrenalina después de la segunda descarga en ritmos
desfibrilables.
3. Bradicardia: ERC recomienda la administración de 0,5 mg de atropina en bradicardias,
mientras que la AHA recomienda administrar 1 mg.
En cuanto al resto de recomendaciones, no hay grandes diferencias entre las guías de ERC y AHA.
A continuación, aparecen los algoritmos de soporte vital básico y soporte vital avanzado en el
adulto publicados en la guía AHA.

III.3. ALGORITMO SOPORTE VITAL BÁSICO.

Figura 9: Algoritmo AHA de soporte vital básico en adultos. (16)

22
III.4. ALGORITMO SOPORTE VITAL AVANZADO.

Figura 10. Algoritmo AHA de soporte vital avanzado en adultos. (16)

23
III.5. PRINCIPALES RECOMENDACIONES NUEVAS Y ACTUALIZADAS EN LA
GUÍA AHA 2020.

Inicio precoz de las maniobras de RCP por parte de reanimadores LEGO (16).
2020 (actualizado): Recomendamos que el personal LEGO comience la RCP para abordar un
posible PCR, ya que existe una probabilidad mínima de provocar lesiones al paciente si este no
está experimentando una PCR.
2010 (antiguo): El personal LEGO no debería verificar el pulso, en cambio, debe asumir la
posibilidad de una PCR si un adulto se desmaya de repente o una persona que no responde no
está respirando adecuadamente. El personal sanitario no debe dedicar más de 10 segundos a
buscar el pulso y, si el reanimador no logra sentirlo claramente dentro de ese lapso, debe iniciar
las compresiones torácicas.
Motivo: La última evidencia indica que la probabilidad de causar daño a una persona al
administrar compresiones torácicas sin un paro cardíaco es mínima. Debido a que el personal
LEGO puede enfrentar dificultades para valorar con certeza si una persona tiene pulso, se
considera que el riesgo de no iniciar la RCP en una persona sin pulso es mayor que el riesgo de
realizar compresiones torácicas que podrían no estar indicadas.
Administración precoz de adrenalina.
2020 (sin cambios/ratificado): En situaciones donde se presente una PCR con un ritmo no
susceptible de desfibrilación, resulta razonable suministrar adrenalina lo antes posible.
Motivo: La recomendación de administración precoz de adrenalina se fundamenta en una
exhaustiva revisión que incorporó los resultados de dos ensayos clínicos aleatorizados con más
de 8500 pacientes que sufrieron una PCR extrahospitalaria. Estos estudios evidenciaron que la
adrenalina incrementó la tasa de RCE y la supervivencia. A los tres meses, periodo en el cual la
recuperación neurológica parece ser crucial, el grupo tratado con adrenalina mostró un
aumento, aunque no significativo, tanto en el número de pacientes con resultados neurológicos
favorables como desfavorables.
Una revisión reciente de 16 estudios observacionales sobre el momento de administrar
adrenalina reveló que su uso temprano está asociado con una mayor tasa de RCE en pacientes
con ritmos cardíacos no susceptibles de desfibrilación. Sin embargo, no se encontraron mejoras
consistentes en la supervivencia en general. Para pacientes con ritmos susceptibles de
desfibrilación, la evidencia respalda la priorización de la desfibrilación y la RCP, y se recomienda
administrar adrenalina solo si los esfuerzos iniciales no tienen éxito.
Es probable que cualquier medicamento que sea capaz de mejorar la tasa de RCE y la
supervivencia, pero que se retrase su administración tras varios minutos de inactividad, también
incremente tanto los resultados neurológicos favorables como desfavorables. Por lo tanto,
parece más indicado utilizar un medicamento que ha demuestra haber incrementado la
supervivencia, con un enfoque en reducir el tiempo de administración para todos los pacientes.
De esta forma, se podría favorecer que más pacientes alcancen resultados neurológicos
favorables.
Retroalimentación audiovisual en tiempo real.
2020 (sin cambios/ratificado): Puede resultar razonable optimizar en tiempo real el
rendminiento de la RCP mediante el uso de dispositivos de retroalimentación audiovisuales.

24
Motivo: Un ECA publicado recientemente demuestra que llevar a cabo una retroalimentación
audiovisual de la profundidad y la expansión de las compresiones aumentó un 25% la
supervivencia al alta hospitalaria en una parada cardiaca intrahospitalaria.

Monitorización fisiológica de la calidad de la RCP.


2020 (actualizado): Puede ser razonable el uso de parámetros fisiológicos así como la presión
arterial o el ETCO2, en los casos que sea posible, para monitorizar y optimizar la calidad de la
RCP.
2015 (antiguo): Pese a que no hay estudios clínicos que hayan examinado si ajustar los esfuerzos
de reanimación en función de los parámetros fisiológicos durante la RCP mejoren el resultado,
puede ser razonable utilizarlos (onda de capnografía, presión arterial diastólica, monitorización
de la presión arterial y saturación del oxígeno venoso central) en los casos que sea viable para
controlar y optimizar la calidad de RCP, iniciar un tratamiento con vasopresores y detectar el
RCE.
Motivo: Aunque ya sea una práctica en uso, la utilización del monitoreo fisiológico, como la
presión arterial y el EtCo2, es respaldada por la nueva evidencia para ser incluida en las
directrices. El registro Get With The Guidelines®-Resuscitation, ofrece unos datos que relejan
una mayor probabilidad de RCE cuando se monitorea la calidad de la RCP utilizando ETCO2 o
presión arterial diastólica. Este monitoreo requiere la presencia de un tubo endotraqueal o una
vía arterial, respectivamente.
No se respalda la desfibrilación secuencial doble.
2020 (nuevo): Para el abordaje de un ritmo desfibrilable refractario, no se indica la utilidad de la
desfibrilación secuencial doble.
Motivo: La desfibrilación secuencial doble implica la entrega de descargas casi simultáneas
mediante dos desfibriladores. A pesar de que algunos casos han reportado resultados positivos,
una revisión sistemática realizada por el ILCOR en 2020 no halló evidencia que apoye esta
práctica y no la recomienda como procedimiento estándar. Los estudios disponibles están
afectados por diversos sesgos, y los análisis observacionales no han demostrado mejoras en los
resultados.
Un ECA piloto reciente indica que alterar la orientación de la corriente de desfibrilación
mediante el reposicionamiento de los parches podría ser tan eficaz como la desfibrilación
secuencial doble, mientras se evitan los riesgos asociados con niveles altos de energía y daños a
los desfibriladores.
A partir de la evidencia actual, no se puede afirmar si la desfibrilación secuencial doble brinda
beneficios significativos.
Preferencia por el acceso Intravenoso al acceso Intraóseo.
2020 (nuevo/actualizado): Es razonable que los profesionales de la salud opten en primer lugar
por obtener un acceso intravenoso para la administración de medicamentos en los casos de PCR.
Se puede valorar el acceso intraóseo cuando los intentos de acceso intravenoso no se realizan
correctamente o no son factibles.
2010 (antiguo): Es razonable que el personal sanitario establezca el acceso intraóseo cuando el
intravenoso no sea posible.
Motivo: En una revisión sistemática del ILCOR en 2020, se realizó una comparativa entre la
administración intravenosa con la intraósea de medicamentos durante paros cardíacos,
revelando en cinco estudios retrospectivos que la vía intravenosa estaba vinculada a mejores
25
resultados clínicos. Sin embargo, los análisis de subgrupos de los ECA que estudiaron diferentes
aspectos clínicos encontraron resultados similares tanto con la vía intravenosa como con la
intraósea para la administración de medicamentos. Por tanto, aunque existe preferencia por el
acceso intravenoso, en aquellos casos donde no sea posible, el acceso intraóseo se considera
una alternativa a valorar.
Atención y apoyo durante la recuperación post parada.
2020 (nuevo): Recomendamos la evaluación y el tratamiento de rehabilitación multimodal para
trastornos físicos, neurológicos, cardiopulmonares y cognitivos en pacientes superviviente a una
PCR antes del alta hospitalaria.
Recomendamos la elaboración de un plan al alta integral y multidisciplinario que incluya
recomendaciones de tratamiento médico y de rehabilitación, más expectativas de cara a la
vuelta a la actividad / trabajo para pacientes supervivientes a una PCR.
Recomendamos la evaluación estructurada de síntomas como la ansiedad, la depresión, el estrés
postraumático y la fatiga tanto en pacientes que hayan sobrevivido a una PCR como a sus
cuidadores.
Motivo: La recuperación después de un paro cardíaco va más allá de la propia hospitalización,
siendo necesaria ayuda continua para asegurar un bienestar físico, cognitivo y emocional
óptimo, así como para restaurar la función y el papel social. Esta atención debe iniciarse durante
la hospitalización y mantenerse tras el alta el tiempo que sea necesario. (17)

26
IV. CAPITULO 3: ACTUALIZACIÓNES ILCOR 2022 y 2023.

El Comité de Unificación Internacional en Resucitación publica anualmente una revisión sobre


el Consenso Internacional sobre Reanimación Cardiopulmonar y Atención Cardiovascular de
Emergencia con Recomendaciones de Tratamiento que refleja las últimas recomendaciones de
tratamiento consensudas sobre SVB y SVA, entre otros, basándose en la nueva evidencia
disponible en materia de reanimación cardiopulmonar. (18)
Para realizar esta revisión, ILCOR trabaja de la siguiente forma. Los expertos de ILCOR se reúnen
para revisar como mínimo el 20% del total de las preguntas PICO que han surgido en el último
año, así los CoSTR reflejan la ciencia más actual y emergente. Sabiendo que múltiples temas
PICO no poseen la suficiente evidencia para justificar una revisión sistemática (SysRevs), ILCOR
implementó 2 niveles adicionales de revisión de la evidencia, las revisiones de alcance
(ScopsRevs) y las actualizaciones de evidencia (EvUp). Las ScopsRevs se caracterizan por tener
una menor claridad tanto en la cantidad como en el tipo de evidencia en un tema más amplio.
Las estrategias de búsqueda son similares en rigor a las de SysRevs, pero las ScopsRevs no
incluyen evaluaciones de sesgo o metaanálisis. La tercera y menos rigurosa forma de evaluación
de evidencia es la actualización de evidencia (EvUp), en la que se realiza como mínimo una
búsqueda en PubMed para examinar datos nuevos significativos y evaluar si ha habido suficiente
nueva ciencia para justificar una revisión más extensa y una actualización de CoSTR.
A continuación, se describen las últimas recomendaciones de tratamiento sobre SVB y SVA
basadas en las SysRev publicadas por ILCOR en 2022 y en 2023. Es importante destacar que las
declaraciones de buenas prácticas no se tratan de recomendaciones, sino opiniones de los
expertos ante temas cuyos datos son limitados.

IV.1. NUEVAS RECOMENDACIONES ILCOR SOPORTE VITAL BÁSICO


2022/2023.

Nuevas recomendaciones ILCOR Soporte Vital Básico 2022/2023. (19)


Técnicas de ventilación pasivas. (2022)
• Sugerimos no utilizar rutinariamente estrategias de ventilación pasiva durante la RCP.
Disminución de las pausas en las compresiones torácicas. (2022)
• Sugerimos que la fracción de RCP y las pausas antes del choque sean un ítem más a
monitorear con el fin de desarrollar un plan para mejorar la calidad en el abordaje de la
PCR y así garantizar una entrega de RCP de alta calidad y cuidado de la resucitación en
todo el sistema de resucitación.
• Sugerimos minimizar lo máximo posible las pausas antes del choque y después del
choque de las compresiones torácicas.
• Sugerimos que la fracción de RCP, es decir, el tiempo durante el que las compresiones
torácicas están activas, sea el máximo posible y como mínimo ocupe el 60% de la RCP
RCP durante el transporte. (2022)
• Sugerimos la realización de la reanimación in situ por parte de los reanimadores, en vez
de comenzar con el transporte sanitario en ambulancia cuando la reanimación está

27
iniciada, salvo los casos en los que haya una indicación apropiada para justificar el
transporte.
• La calidad de la RCP manual es susceptible de verse perjudicada durante el transporte.
Recomendamos que en todos los casos en los que el transporte esté indicado, la
prioridad de los reanimadores del SEM sea en la entrega de RCP de alta calidad el tiempo
que dure el transporte.
• El riesgo de que un reanimador pueda sufrir una lesión es mayor si se realiza la RCP
manual durante el transporte. Recomendamos que los SEM tengan la responsabilidad
de valorar dicho riesgo y, si es posible, implementar estrategias para reducir el riesgo.

C-A-B o A-B-C en ahogamiento (SysRev). (2022)


• Recomendamos una estrategia de compresiones primero (C-A-B) (A: Aislamiento Vía
Aérea; B: Ventilación; C: Compresiones torácicas) para personas no capacitadas que
brinden reanimación a adultos y niños en paro cardíaco causado por ahogamiento.
• Recomendamos que los profesionales de la salud y aquellos con el deber de responder
al ahogamiento (por ejemplo, socorristas) consideren proporcionar respiraciones de
rescate/ventilación primero (A-B-C) antes de las compresiones torácicas si han sido
capacitados para hacerlo.
RCP inmediata en el agua o en un barco en el ahogamiento. (2023)
• Sugerimos que en situaciones donde la reanimación se realice en el agua (limitada a
ventilaciones), esta se lleve a cabo solamente si los reanimadores capacitados en esta
técnica determinan que es factible y seguro con el equipo disponible, y si la distancia a
la tierra justifica su aplicación.
• La reanimación se puede posponer hasta llegar a tierra firme si los reanimadores valoran
que realizar la RCP en ese momento resulta complicada e insegura.
Uso del DEA como primera opción frente a las compresiones torácicas en la PCR por
ahogamiento. (2023)
• Recomendamos en casos de PCR causada por ahogamiento, se inicie la RCP hasta que
se haya obtenido un DEA y esté listo para su uso.
• Tan pronto como esté disponible, se recomienda la utilización de un DEA en la PCR
causado por ahogamiento.
Equipo de ventilación en la PCR por ahogamiento. (2023)
• Recomendamos el uso de ventilación boca a boca, boca a nariz o mascarilla de bolsillo
por parte de proveedores de SVB y personas no capacitadas para adultos y niños en PCR
causada por ahogamiento.
• Sugerimos que la ventilación con bolsa-mascarilla puede ser utilizada por reanimadores
u otros proveedores de SVB con deber de respuesta, siempre y cuando estén entrenados
en estas técnicas y se realice un mantenimiento del equipo.
• Recomendamos el seguimiento de las recomendaciones de tratamiento de SVA en el
manejo de la vía aérea en adultos y niños para el personal sanitario en la PCR causada
por ahogamiento.

Compresiones torácicas como única maniobra de RCP en la PCR por ahogamiento, (2023)
• Para los reanimadores LEGO, las recomendaciones de tratamiento para la RCP en
pacientes ahogados con paro cardíaco fuera del hospital que han sido sacados del agua
siguen siendo iguales que la RCP para todos los pacientes en paro cardíaco.

28
• Se recomienda que el personal LEGO realice compresiones torácicas en todos los
pacientes en PCR, y para el personal entrenado que esté dispuesto, se recomienda que
combinen las compresiones torácicas con ventilaciones de rescate.
• Para profesionales de la salud y aquellos con el deber de responder al ahogamiento (por
ejemplo, socorristas), recomendamos proporcionar ventilación además de
compresiones torácicas si han sido formados y están dispuestos y son capaces de
hacerlo.

Estrategias de desfibrilación de acceso público en casos de ahogamiento. (2023)


• Recomendamos la implementación de estrategias de desfibrilación de acceso público
para todas las personas que experimenten una PCR extrahospitalaria.
Uso de oxígeno en la PCR por ahogaminto extrahospitalaria. (2023)
• Cuando esté disponible, recomendamos que los proveedores capacitados utilicen la
concentración de oxígeno inspirado más alta posible durante la reanimación en paro
cardíaco después de un ahogamiento.
RCP por reanimadores con EPI. (2023)
• Recomendamos monitorear la fatiga en todos los reanimadores que realizan RCP.
• Sugerimos una mayor vigilancia para detectar fatiga en los reanimadores que llevan
equipo de protección personal.

IV.2. NUEVAS RECOMENDACIONES ILCOR SOPORTE VITAL AVANZADO


2022/2023.

Control térmico tras una PCR. (2022)


• Sugerimos prevenir activamente la fiebre, manteniendo una temperatura inferior a 37.5
°C para pacientes que permanecen en coma después de la RCE tras un paro cardíaco.
• No está claro si existe un porcentaje de pacientes con PCR que podrían verse
beneficiados al establecer como objetivo una hipotermia entre 32º C y 34º C. No se debe
calentar activamente hasta llegar a una normotermia a pacientes en coma con leve
hipotermia tras la RCE.
• No se recomienda el uso rutinario de la infusión veloz de grandes volúmenes fríos de
líquido intravenoso para el enfriamiento prehospitalario inmediatamente tras la RCE.
• Se sugiere que en pacientes en coma tras la RCE, se utilicen técnicas de monitorización
de temperatura superficial o endovascular cuando sea necesario un control de la
temperatura.
• En casos de uso de un dispositivo de enfriamiento, se sugiere utilizar dispositivos de
control de temperatura que cuenten con un sistema capaz de llevar una monitorización
continua de la temperatura, manteniendo así la temperatura diana.
• Se sugiere evitar activamente la fiebre, mínimo tras las primeras 72 horas tras PCR en
pacientes que se encuentren en coma.

Uso de la ecografía en el punto de atención para el diagnóstico durante la PCR. (2022)

29
• Sugerimos no utilizar rutinariamente la ecografía en el punto de atención durante la RCP
para diagnosticar causas reversibles del paro cardíaco.
• Sugerimos que si el personal experimentado puede realizar ecografías en el punto de
atención sin interrumpir la RCP, se pueda considerar como una herramienta diagnóstica
adicional en casos donde haya sospecha clínica de una causa reversible específica.
• Cualquier aplicación de ecografía diagnóstica en el punto de atención durante la RCP
debe ser cuidadosamente ponderada y evaluada en relación con los riesgos de
interrumpir las compresiones torácicas y de interpretar incorrectamente los resultados
ecográficos.
Empleo de la vasopresina y los corticosteroides en la PCR. (2022)
• Sugerimos abstenerse de emplear la combinación de vasopresina y corticosteroides,
además del tratamiento estándar, para la PCR intra-hospitalario en adultos, debido a la
escasa confiabilidad en las estimaciones del efecto para resultados críticos.
• Sugerimos no utilizar la combinación de vasopresina y corticosteroides además del
cuidado habitual para el paro cardíaco extrahospitalario en adultos.
RCP extracorpórea para la PCR. (2023)
• Sugerimos contemplar RCPe como una opción de rescate para pacientes específicos que
experimentan una PCR fuera del hospital, cuando la RCP convencional no logra la RCE,
siempre y cuando sea factible implementarla en el entorno correspondiente.
• Recomendamos contemplar la RCPe como una opción de rescate para pacientes
específicos que experimentan una PCR dentro del hospital, cuando la RCP convencional
no logra restaurar la circulación espontánea, siempre y cuando sea factible
implementarla en el entorno correspondiente.
Uso de calcio durante la PCR. (2023)
• Se recomienda la no administración rutinaria de calcio para tratar la PCR
extrahospitalaria en el adulto.
• Se sugiere la no administración rutinaria de calcio para tratar la PCR dentro del hospital
en el adulto.

30
V. CONCLUSIONES.

La atención enfermera en situaciones de PCR desempeña un papel crucial, ya que el tiempo es


un factor determinante para la supervivencia del paciente. El profesional de Enfermería debe
conocer y enseñar las maniobras más correctas y actualizadas de RCP.
En el presente TFG se ha realizado una revisión bibliográfica de la última evidencia y las últimas
recomendaciones en calidad de SVB y SVA, en las cuales se destacan varios puntos importantes.
En primer lugar, está el reconocimiento precoz de la PCR. La demora en la atención ante una
PCR tiene consecuencias fatales en el paciente, por lo que identificar inmediatamente si una
persona no responde a estímulos junto con una respiración ausente o normal y seguidamente
avisar al SEM supone un paso crucial a la hora de salvar vidas.
Tras una PCR establecida, brindar unas compresiones torácicas de alta calidad son el siguiente
punto a enfatizar en un buen abordaje. Bien sean intercaladas con ventilaciones de rescate o no,
las interrupciones han de ser mínimas, por lo que una vez este disponible el desfibrilador es
importante llevar a cabo una estrategia para evaluar el ritmo cardiaco y administrar una
descarga eléctrica que no supere los 5 segundos.
Por último, destacar la importancia de la administración correcta de adrenalina, bien en cuanto
sea posible en ritmos no desfibrilables o tras 2/3 descargas eléctricas en ritmos desfibrilables.
Estas recomendaciones proceden de las últimas guías de SVB y SVA publicadas tanto por el ERC
en 2021, como por la AHA en 2020. Estas a su vez elaboran sus guías basándose en el CoSTR de
2020, organizado y supervisado por ILCOR. Estas 2 guías sumadas a las últimas recomendaciones
de tratamiento sobre SVB y SVA publicadas por ILCOR en 2022 y en 2023 aportan las
recomendaciones más correctas y actualizadas a día de hoy.

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VI. BIBLIOGRAFÍA
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