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Capítulo 4
Elementos esenciales o de existencia del acto jurídico
1.- Voluntad (consentimiento) > Formación del contrato El contrato, caracterizado como el acuerdo de dos o más voluntades para crear o transmitir derechos y obligaciones. En el derecho moderno se ha establecido una distinción entre los requisitos del acto jurídico: Los que son sustanciales a su existencia. Los que son necesarios para su validez o eficacia. Los arts. 1794 y 1795 del Código Civil los enumeran por separado con referencia al contrato, El Código Civil francés mezcla y confunde los requisitos de existencia con los de validez, y menciona como elementos del contrato: el consentimiento, el objeto, la capacidad de las partes y la causa lícita en la obligación. La diferenciación entre los elementos de existencia y los de validez es un progreso de la técnica jurídica, que permite explicar y sistematizar las diversas consecuencias derivadas de la ausencia de alguno de ellos. Si falta un elemento esencial, el acto no existe como tal. Si está ausente un requisito de validez, el acto existe, pero puede ser invalidado. > Requisitos esenciales o de existencia El acto jurídico es la manifestación exterior de la voluntad tendente a producir efectos de derecho sancionados por la ley. Para su formación precisa ciertos elementos esenciales sin los cuales no existiría: 1. La voluntad. 2. Un objeto posible hacia el cual se dirige esa voluntad; y, 3. Una manera solemne de exteriorizar esa voluntad. En cualquier acto jurídico —en el contrato- para lograr su existencia es necesario: 1. Que los contratantes emitan una declaración de voluntad para celebrar el acto, esto es, que se pongan de acuerdo, lo cual en derecho se llama consentimiento. 2. Que el contenido de sus voluntades se refiera a una conducta posible: una prestación o abstención de factible realización, tanto en el orden natural como en el jurídico. 3. Que la voluntad se exteriorice de una manera ritual, solemne, que es indispensable para la constitución del acto. En México no existen, en principio, los contratos solemnes, Sin embargo si existen los actos jurídicos solemnes, como el matrimonio. > Análisis de los requisitos de existencia. Primer elemento esencial del acto jurídico: la voluntad. Es el elemento esencial, de definición, del acto jurídico. Nadie podría pretender la existencia de una tutela, una adopción, un arrendamiento o una promesa de recompensa sin la voluntad exteriorizada de las partes o del autor de dichos actos. Cualquier acto jurídico en el que no esté presente la decisión voluntaria de celebrarlo no se podrá formar, nunca podrá existir. > Importancia de la voluntad individual Dos factores, uno filosófico y otro económico, incidieron históricamente para atribuir al individuo y a su voluntad importancia excepcional. Los filósofos del siglo XVIII, dieron curso a un movimiento cuyo eje nodal fue el desarrollo de la libertad personal. El hombre nace libre y la pérdida de ese estado sólo es concebible por las restricciones que él se impone voluntariamente. Cada uno ejerce su derecho de libertad sin ignorar la libertad de los demás; y tal autolimitación lo conduce a aceptar las leyes. En el plano económico, la doctrina del liberalismo afirmó que la fórmula ideal para lograr el beneficio común se cifra en permitir la libre actividad del individuo: dejar hacer, dejar pasar, tanto en el ámbito de los factores económicos como en la esfera contractual, el libre juego de las voluntades individuales es el medio de lograr la justicia y el equilibrio. > Autonomía de la voluntad Afirma el culto al individuo y a su voluntad, fuente esencial de poder, para crear a su arbitrio contratos y obligaciones libremente decididas. El principio subsiste hasta la fecha con sucesivas y crecientes restricciones legales dirigidas a proteger a la sociedad: La libertad de acción del individuo debe ser limitada por respeto a los intereses comunes, cuyo carácter es prioritario. > El principio de legalidad Esta libertad de acción limitada que existe en el derecho privado no se presenta en el derecho público, donde el principio de legalidad es el único aplicable: la acción de las personas y los organismos de derecho público sólo es posible dentro de la órbita de atribuciones o actividades expresamente autorizadas por la ley. > Régimen del Código Civil Nuestra ley civil, consagra la autonomía de la voluntad, pero le impone las limitaciones dictadas por la protección de los intereses sociales. > El consentimiento La voluntad es el motor principal de la celebración del acto. En los contratos, esa voluntad se llama consentimiento y es un elemento complejo formado por la integración de dos voluntades que se conciertan. Es un acuerdo de voluntades: dos quereres que se reúnen y constituyen una voluntad común. > importancia de su integración Determinar el momento en que se logra el acuerdo es de sumo interés, ya que surge el consentimiento, nace el contrato y empieza a producir efectos legales. Antes de su integración no hay contrato ni obligaciones. > Exteriorización del consentimiento La comunicación de las partes puede establecerse de manera expresa o tácita. La expresa se manifiesta por la palabra, la escritura o con signos inequívocos. La tácita se exterioriza por una conducta reveladora de un interés de negociar, que produce la inferencia de que el autor tiene intención de contratar. > El silencio No es manifestación de voluntad, ni por ende puede inferirse del mismo una propuesta o aceptación de contrato. Cuando ante una propuesta sólo reaccionamos manteniendo silencio, no puede decirse que hayamos aceptado y, por tanto, no hay contrato. Sin embargo, existen situaciones en las que el acto parece integrarse por efectos del silencio, pero en ellas no es el silencio, sino los hechos que lo acompañan, los que demuestran la voluntad de negociar. > Elementos del consentimiento: la oferta y sus requisitos La propuesta de contratar es una manifestación unilateral de voluntad negocial que contiene los elementos esenciales característicos del acto jurídico que se desea celebrar; se dirige a otra persona, determinada o indeterminada, se encuentre presente o no presente. > Análisis de los requisitos La oferta es una declaración de voluntad unilateral. La oferta es una voluntad negocial. La oferta debe contener los elementos característicos del contrato que se pretende celebrar. La oferta siempre se dirige a otra persona que la debe recibir y complementar para integrar un acuerdo o consentimiento; por ello se dice que es recepticia. > La aceptación Es también una declaración unilateral de voluntad en plena concordancia con los términos de la oferta. La conformidad condicionada o sujeta a modificaciones será, a lo más, una contraoferta y no una aceptación propiamente dicha. > Duración o vigencia de la oferta El consentimiento se forma cuando la aceptación se reúne con la oferta que aún está vigente. La oferta tiene un periodo de vigencia, eso depende de lo siguiente: Primero. Hay que ver si la oferta tiene plazo o si no se sujetó a término alguno. Segundo. Si la oferta se emitió sin plazo, debe hacerse una subdistinción: ya se trate de una propuesta entre presentes o entre no presentes. > Efectos autónomos de la oferta La propuesta produce por sí sola una obligación a cargo de su autor en los dos casos señalados: 1. Oferta con plazo. 2. Oferta entre no presentes por telegrama o correo. En ambos obliga a su autor a mantener su promesa durante los plazos convencional o legal indicados. > Muerte del oferente Las ofertas sujetas a plazo, o la celebración entre no presentes, queda extinguida si el proponente muere antes de la aceptación, a no ser que el aceptante ignore el hecho al acoger la propuesta. > Retractación La aceptación útil deberá ocurrir durante la vida de la oferta y solo entonces habrá consentimiento y contrato. Si la propuesta fuera retirada antes de que el destinatario tenga conocimiento de ella no habrá acuerdo de voluntades; la aceptación también puede ser retirada si al proponente se le hace llegar antes la retractación. > Formación del consentimiento entre no presentes Es importante para definir cuál será la ley aplicable al acto, para determinar en los contratos traslativos de dominio el momento en que se transmite la propiedad y para decidir quién sufre la pérdida de una cosa ocurrida por caso fortuito. 1. Cuando el destinatario de la oferta (aceptante) declara, en cualquier forma, aceptarla. 2. Cuando el destinatario de la oferta contesta al proponente y expide su carta por correo o remite su respuesta telegráfica. 3. Cuando el proponente recibe en su domicilio o buzón la respuesta del aceptante. 4. Cuando el proponente se informa de la respuesta que contiene la aceptación. > El consentimiento en los contratos de adhesión Las personas que van a celebrar un contrato discutan las cláusulas del mismo, lo ajusten con base en los reparos y pretensiones recíprocas, lleguen a un acuerdo y redacten de manera conjunta las cláusulas con la fórmula que traduce su voluntad común. > Intervención del Estado Los frecuentes abusos exigieron al Estado intervenir en la esfera contractual, fijando límites y prohibiciones a la actividad de las partes, imponiendo tarifas y reglamentando la prestación de los servicios. > Naturaleza jurídica En sus orígenes los contratos de adhesión encuadraban en el esquema del contrato, desde el momento en que comenzó la injerencia del Estado en su ordenación resulta inexacto asimilar ambas figuras. Tampoco podrían ser declaraciones unilaterales en vista de que su formación supone la presencia de dos voluntades jurídicas. El contrato de adhesión se separa cada vez más de la categoría del contrato para convertirse en una institución. 2.- Objeto posible Cuando se refieren al más común de los actos jurídicos (el contrato), se indican tres acepciones para la palabra objeto: 1. El objeto directo del contrato, que es el de crear o transferir derechos y obligaciones. 2. El objeto indirecto del contrato, que es el objeto de las obligaciones engendradas por él y que puede consistir en dar, hacer o no hacer. 3. La cosa misma que se da. > Acepción correcta La más correcta es la segunda, pues la primera es inútil e inexacta —todos los contratos tendrían el mismo objeto— y la tercera comprende sólo una especie de objeto: el de dar. Por tanto, el objeto de todo contrato es el objeto de la obligación creada por él. > Posición del Código Civil Dicho código señala, en el art 1824, que: “Son objeto de los contratos: I. La cosa que el obligado debe dar; II. El hecho que el obligado debe hacer o no hacer." > Ejemplo de obligaciones de dar En el contrato de compraventa, el vendedor tiene las obligaciones de transmitir la propiedad o titularidad de un bien o derecho y de entregar la cosa vendida; y el comprador tiene la obligación de dar o pagar por ese bien o derecho un precio cierto y en dinero. Los objetos de la compraventa son la transmisión del dominio de la cosa vendida y su entrega, y el pago del precio. Son obligaciones de dar. > Ejemplo de obligaciones de hacer En el contrato preliminar o promesa de contrato, las partes se comprometen a celebrar un contrato futuro. Ambos contratantes están obligados a hacer un nuevo contrato, éste es el objeto de sus obligaciones. Ese acto engendra prestaciones de hecho, su objeto es hacer. > Ejemplo de abstenciones El contrato de compraventa de una casa, en el cual se introduce una cláusula por la que el nuevo propietario asume que no podrá venderla a determinada persona. Este contrato genera una obligación cuyo objeto es una abstención, que es la de no vender a determinada persona. > Casos de obligaciones de dar Aunque todas ellas implican la entrega de una cosa, dicha tradición puede presentar diversos matices: se puede dar en propiedad, en aprovechamiento temporal o en restitución. > Objeto imposible Será objeto imposible la cosa, hecho o abstención que no tenga facticidad real, porque la impida una ley natural o una ley jurídica. Por tanto, hay dos clases de imposibilidad: la natural y la jurídica. » Posibilidad del objeto en las obligaciones de dar La cosa objeto del contrato debe ser posible. es físicamente imposible cuando no existe ni puede llegar a existir, por impedirlo una ley natural, es jurídicamente imposible cuando no es realizable, por oponerse a ello una norma jurídica que debe regirla necesariamente. > ¿Son imposibles las obligaciones sobre ¡as cosas futuras? Las cosas futuras, que no existen en el momento de la celebración del contrato, pero tienen factibilidad de ser creadas más adelante, sí constituyen un objeto posible de contratación. > Posibilidad jurídica de las obligaciones de dar: la cosa debe ser determinada o determinable en cuanto a su especie y debe estar en el comercio Además de la posibilidad física, el objeto debe ser posible jurídicamente. La ley señala que esta situación consiste en la reunión de dos requisitos: 1. Debe ser determinada o determinable en cuanto a su especie. 2. Debe estar en el comercio. > Otro requisito de posibilidad jurídica en las obligaciones de dar: la cosa debe estar en el comercio Hay bienes que no pueden ser objeto de apropiación por parte de los particulares, cosas que no pueden ingresar en su patrimonio: son bienes incomerciables. > Incomerciabilidad e inalienabilidad No son susceptibles de transmisión por parte de su beneficiario, quien las puede aprovechar, pero no enajenar: se trata de bienes inalienables que puede gozar el dueño o titular, mas no transmitir a otro. > Posibilidad del objeto en las obligaciones de hacer y no hacer (física y jurídicamente imposible) Es físicamente imposible aquel que no puede acaecer porque una ley natural, la cual debe necesariamente regirlo, impide su realización. Por otra parte, es jurídicamente imposible aquel irrealizable porque contraría los presupuestos lógico-jurídicos de una norma que necesariamente debe regirlo y constituye un obstáculo insuperable para su ejecución. > El hecho jurídicamente imposible y el hecho ilícito No se confunden: el primero no es hacedero, no puede suceder; el segundo es posible, pero está prohibido: es lo factible vedado. Mientras el contrato que tiene por objeto un hecho jurídicamente imposible es inexistente, el que tiene por objeto un hecho ilícito existe, pero es nulo. 3.- Solemnidad La manera de realizar el acto es un elemento constitutivo del mismo; si esa forma ritual de celebración falta, el acto no llega a existir, es inexistente. Es así una verdadera solemnidad que complementa el acto; es un elemento necesario para su creación. El derecho mercantil cambiario presenta casos de actos solemnes, como los títulos de crédito que consagran declaraciones unilaterales de voluntad; para la existencia del acto requiere el otorgamiento de un documento que cumpla con una serie de menciones y declaraciones precisadas por la ley.